Merienda de medios

¿De mayor? Pensionista

Lejos de amainar, la tormenta desatada por la reforma de las pensiones que ha planteado el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, es ya un huracán de fuerza cuatro que tiene despeinado a medio Gobierno. A Ordóñez le han puesto de vuelta y media por alarmista e indocumentado, especialmente el ministro Corbacho, al que le ha faltado cruzarle la cara con un guante y retarle a un duelo. A los futuros jubilados nos gustaría creer al ministro, como hacía ayer Luis del Olmo en Punto Radio –"yo me quedo con Corbacho"–, pero el asunto no parece ser una cuestión de fe, sino de números, y hay temor de que las matemáticas no sean el punto fuerte del Ejecutivo.

En auxilio del gobernador corrió el septuagenario Javier Pradera, un ejemplo en lo referente a retrasar la edad de jubilación: "La agresión del ministro de Trabajo (...) fue intolerable (...). Unió a la amenaza (...) la cobardía de golpear a un adversario inerme: la posición institucional del gobernador le impide contestar a lamatonería de Corbacho con el mismo todo", proclamaba en El País. Pradera gana mucho cuando no escribe de autos judiciales porque no gasta medio artículo en transcribir los membretes.

Las descalificaciones vertidas contra Mafo, que teóricamente juega de titular en el mismo equipo de Zapatero, llevaban a José Antonio Gundín en La Razón a plantear una pregunta obvia: "¿Cómo pedirle al ciudadano que confíe en el buen criterio del Banco de España a la hora de intervenir cajas de ahorros si el Consejo de Ministros masacra a su gobernador tachándolo de inepto?".

Más obvio todavía es que, lanzado el debate, los promotores de planes de pensiones privados, que están siendo ruinosos, arrimen el ascua a su sardina. "Tal vez sí se garanticen las pensiones hasta 2025, ¿pero qué cuantía tendrán?, ¿permitirán a los jubilados mantener su calidad de vida? (...). Los expertos lo afirmamos, los ciudadanos lo intuyen: no", sostenía con notoria desvergüenza en Cinco Días un tal Manuel Álvarez, director de Pensiones de Caser. Ya te vale, Manolo.

Achacosos

Quizás sirva como argumento en contra de elevar la edad de jubilación el que ofrecía en El Periódico de Extremadura Ovidio Bravo, que es poeta y tiene sus años: "La calidad y la competitividad disminuyen cuando personas de una determinada edad tienen que realizar actividades para las que ya no están capacitados". En resumen, que estamos achacosos. Tengan piedad.

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