Merienda de medios

La tránsfuga

Roma no pagaba traidores, pero el PSOE, que escucha a Zapatero tocar la lira en medio del incendio de los cuatro millones de parados, les da un carguito. A Rosa Aguilar, mujer instintiva y de gusto tan refinado que era quien elegía a Anguita los muebles del despacho, le han hecho consejera de Andalucía, y a la señora le ha faltado tiempo para dejar Izquierda Unida y la alcaldía de Córdoba, en una carrera similar a la de las ratas que abandonan a toda prisa el barco que se hunde. "Soy una persona leal", afirmaba la tarde del jueves en La ventana de la Ser. Quedan disculpados si les da la risa floja.

"Ha sido la más lista de la clase, dejando atrás a un pelotón de los torpes que nunca la quiso", afirmaba Joaquín Pérez Azaústre en El Día de Córdoba. Tan lista fue que se negó a ser la candidata de IU en las pasadas elecciones generales como le proponía Gaspar Llamazares, que ese sí que no deja el puesto ni escaldado con agua hirviendo. Jugó sobre seguro, "aguantó mientras no encontró un lugar mejor al que acudir" y, como se intuía, demostró "tener la cara más compacta que el cemento".

Defendía José Luis Alvite en La Razón "la libertad de pensamiento y acción" porque renegar de una ideología debería ser tan fácil "como darse de baja en la telefonía móvil". Se nota que Alvite no ha intentado cambiar de operadora. Sin embargo, en lo de la ex alcaldesa hay poca lírica y demasiada prosa. "Esta operación es técnicamente un caso de transfuguismo", como reconocía en el Diario de Jérez José Aguilar, a quien el apellido le tira, pero no le puede.

Había quien esperaba más de esta mujer, a quien la dignidad le exigía mantener su "compromiso", "haber apurado su mandato" y "estar a las duras y a las maduras", tal es el juicio de Marcos Santiago en el Córdoba, el otro diario de la ciudad de los califas. "Lo más probable es que la culpa sea de nosotros los cordobeses por haber idealizado a una persona que para nada es excepcional". Demostrado queda.

Nómina segura

Haría bien la consejera en escuchar la advertencia que le lanzaba Raúl del Pozo en Onda Cero: "Ferraz paga mal a los disidentes porque al principio les pone de consejeros y hasta de ministros (...); en la segunda legislatura ya van de senadores y por último vuelven a ser concejales". No le importara mucho; al fin y al cabo, serán bastantes años con la nómina asegurada.

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