Merienda de medios

Con Franco cantábamos mejor

Lo de Eurovisión se ha convertido en una cuestión de Estado, en una urgencia nacional sobre la que no se puede pasar de puntillas. Hay que reconocer que, antes de llevar el oprobio a nuestros hogares con su penúltimo puesto, la propia Soraya lo había advertido en una de sus camisetas. "Se va a cagar la perra", anunciaba. Y lo hizo. La evacuación fueaerofágica y la canción una mierda. De no ser por Andorra, que agradece mucho nuestro dinero negro y nos regaló unos points, hubiera habido suicidios.

La indignación está más que justificada. Hasta Pío Moa, que es a la historia lo que Chikilicuatre al pop, no eludió el asunto en su blog de Libertad Digital, aunque con datos erróneos como en él es habitual. "Quedé encantado de que la estúpida canción ‘española’ quedara en último lugar", decía Moa. "Hoy casi todos cantan en inglés retorciéndose como monos, con acompañantes epilépticos y música convulsiva, atuendos y gestos prostibularios, colorines, puerilidad de efectos especiales...". Faltó españolidad, en definitiva.

En Soitu, Pérez de Albéniz pedía medidas ejemplares. Si por lo del himno TVE cesó al director de Deportes, lo que toca ahora es patear el culo de Uribarri, que es como las teles de plástico con fotos de Torremolinos pero en blanco y negro. "¿Es que nadie piensa poner freno a estos desvaríos antipatrióticos, a este boicot a la raza, a este sabotaje a los valores de nuestra estirpe, a este ridículo sin precedentes?", se preguntaba con justificado cachondeo.

No se rían que es peor. A Carlos Benito, bloguero de El Correo, ni se le pasaba por la cabeza. "A mí me da pena Soraya", afirmaba. Y no porque "esa joven tan lozana aún no haya llegado a la ESO", como explicaba Santiago González en El Mundo, sino por creerse que todo era guay, incluso ella. "La canción parecía confeccionada con algún programa automático chungo para escribir temas eurovisivos, el famoso mono como de body painting era cuestionable por delante y catastrófico por detrás...". Pobre Soraya.

La, la, la

¿Que por qué nos vemos así? Tomen nota de la clarividencia editorial del Woodward de Logroño: "Hace décadas España se tomaba en serio el certamen, en el que actuaron estrellas de la talla de Massiel, Julio Iglesias o Raphael. Ahora, sin embargo, nuestro país envía como embajadores de la canción a artistas de segunda, cuando no a engendros denigrantes". Con Franco cantábamos mejor, o sea.

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