Merienda de medios

La gripe abertzale

Para sorpresa de muchos, el Constitucional ha dictaminado por unanimidad que, a diferencia de la gripe porcina, que puede contagiarse con un apretón de manos, el hecho de que un tío de Batasuna estornude en tu presencia no te convierte necesariamente en Arnaldo Otegi. Un argumento parecido le ha servido para autorizar la presencia en las europeas de la lista encabezada por el dramaturgo Alfonso Sastre y, de paso, sacar los colores al Supremo, que había anulado la candidatura con indicios "tan leves como el aire en este infierno", que diría Dante.
Como es habitual en ella, Ángela
Vallvey –a la que ya no conviene anteponer lo de "siempre bellísima" porque ha renegado del epíteto épico–, centraba la cuestión en Onda Cero: no es que el Constitucional haya salvaguardado el derecho de participación política, sino que "los batasunos, por llamarlos así, que una ya no sabe, tienen unos extraordinarios abogados". ¿Acaso el fiscal y el abogado del Estado hubieran tenido alguna oportunidad frente a Spencer Tracy en La herencia del viento?

Sobre este asunto crucial no había reparado el apóstol Federico, que como no podía culpar al Gobierno vomitaba en la Cope contra los magistrados. "Algunos llevan 30 años formando parte de candidaturas etarras o proetarras. Es igual. Eso no es argumento suficiente para el Constitucional que, con tal de meter el dedo en el ojo al Supremo, es capaz de quedarse manco. Que manco se quedó Cervantes, y fue Cervantes". Pues eso.
El fallo tenía de los nervios a Carlos Herrera, para quien siendo "despreciable políticamente", admitía en antena que "no tienes más cojones, no tienes más narices que tragártelo". Las explicaciones de por qué Sastre le cae como un tiro –la comparación puede ser odiosa– las daba en ABC. Sastre era un "matón" en los años 80 que había amenazado a Luis del Olmo, y en cuya vivienda ETA había urdido el atentado de la calle del Correo y el asesinato de Carrero. Por si fuera poco, "es un dramaturgo mediocre".

Condena de la violencia
Contra la celeridad del Constitucional arremetía Fermín Bocos en Punto Radio. "En tres días puede sustanciar algo. Bien. Y en tres años dejan en el aire algo (el Estatut) que está consolidando actuaciones de la Generalitat". Nadie ha reparado en que, en su recurso, los de IISP condenaban explícitamente la violencia. ¿No habíamos quedado en que sin pistolas todo el mundo tiene derecho a defender lo que quiera?

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