Merienda de medios

Mayor Oreja: orines y principios

Rajoy, que es hombre de tradiciones, le ha anticipado su regalo de Reyes a Mayor Oreja, que es un señor de principios, aunque flexibles. Como se recordará, al vasco se le hacía insoportable que Mariano hubiera conducido al PP a la sima del relativismo, y que por el camino extraviara valores fundamentales del partido. Pero como Mayor es democristiano ha debido de perdonarle, y es por eso que ha aceptado el sacrificado regalo de seguir cobrando del Parlamento Europeo cinco años más. ¿Que por qué lo ha hecho? Por principios, claro.

Santiago González recuerda en El Mundo el consejo de McNamara a Johnson cuando éste le preguntó si debía destituir al director del FBI o dejarle en el puesto. "Es mejor tener al indio dentro de la tienda meando hacia fuera que fuera meando hacia dentro". De lo anterior se deduce que la vejiga de Mayor es portentosa, tanto como la aversión de Rajoy a los malos olores. Ahora bien, ¿ha de interpretarse la designación de Mayor como un acto supremo de higiene o de desesperación? "La realidad que ha debido leer ya Mariano Rajoy (es) que no puede con sus enemigos", opina Germán Yanke en La Estrella. Lo que se dice mear y no echar gota.

El caso es que a Mayor se le quiere y ya nadie recuerda que permitiera a Ibarretxe sacar adelante sus Presupuestos por unas horas más de sueño. "En tiempos en que más del 90% de los políticos españoles son unos liberalotes que meten los principios en la guantera del coche y que considerarán muy seriamente la posibilidad de vender a su madre por un cargo gordo y bien remunerado (por la teta del Estado), Mayor Oreja es un democristiano con arranques verbales prometedores (..) y actitudes bastante dignas", sostiene el genial editorialista del Diario Ya.

Además, según afirma Emilio Alfaro en El País, con Mayor como candidato en las europeas "no sólo se obliga al sector más desafecto del partido a involucrarse (...) sino que se tapona (...) el riesgo cierto de que se deslice hacia el partido de Rosa Díez el voto conservador calentado por los altavoces del tremendismo". Sin embargo, para Juan Carlos Girauta, la cuestión no es ya si se detiene la sangría de votos presentando a "una Rosa Díez con barba y bigote", sino si Rajoy goza del suficiente crédito. "¿Se puede creer, a estas alturas de la decepción y a estas bajuras del arriolismo, en una vuelta del PP a la coherencia, al papel de la oposición, a las ganas de luchar por las ideas, a la decencia política?", se pregunta en Libertad Digital. Adivinen la respuesta.

Llover sobre orinado

Volvamos a Santiago González: en lo partidos "siempre hay alguien dispuesto a mear por uno dentro de la tienda", sentencia. Es decir, que la vieja guardia del PP, prostática y todo, seguirá apuntando al traje de Rajoy. Y lloverá "sobre orinado".

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