Todas las fotos fueron realizadas por Gabriel Pecot en el festival Viña Rock 2008 celebrado en Villarobledo.

En este post voy a hablar sobre el trabajo del fotógrafo en el típico festival de música al aire libre. Para ilustrar el tema voy a utilizar una selección de las fotos que hizo nuestro fotógrafo Gabriel Pecot en el Viña Rock.

Un festival de estas características consiste en un montón de gente que se reúne en un recinto (previo pago de una entrada o después de haberse colado) donde tienen lugar conciertos y otras actividades culturales (beber y fumar como se puede ver en las fotos 6 y 7 de la columna). Estos festivales de Rock tienen su referente en el festival de Woodstock de 1969 donde se esperaban 150.000 personas y al final acudieron más de 400.000 espectadores que durante tres días disfrutaron de una treintena de bandas. De algún modo el espíritu de libertad, rock and roll y desorganización, sigue manteniéndose en los festivales de la actualidad como estuvo presente en Woodstock.

Como comentaba en el post del esquí, es muy importante la elección del calzado y la ropa, a parte del equipo fotográfico. En los festivales hay varios escenarios, zona de acampada, zona de comidas... y es posible que para conseguir alguna foto tengas que andar largas distancias bajo el sol y tragando polvo y/o bajo la lluvia con el barro hasta los tobillos. Yo suelo llevar una camiseta de repuesto, una sudadera para la noche y bolsas de basura para la lluvia (muy poco glamuroso, lo sé. Pero, ¿quién dijo que esta profesión lo era?).

A la entrada del recinto existe una entrada de prensa donde te acreditas, te ponen una pulsera y un colgante de fotógrafo. En el festival existe una zona de prensa que normalmente está cerca de todas partes que conviene buscar al llegar al recinto. Allí hay que intentar hacerse con algún tipo de mapa y horario de los grupos, comprobar si existen cambios en los horarios de las actuaciones y hacerte con un horario de las ruedas de prensa de los artistas. (Mucha de esta info conviene bajarla de internet y llevártela impresa).

Los fotógrafos pueden hacer fotos a los grupos desde el foso. El foso es el espacio que existe entre el escenario y el público que se coloca tras una valla. Es importante localizar la entrada a los fosos de los diferentes escenarios. El fotógrafo puede trabajar normalmente los tres primeros temas, una vez terminado el tercer tema tienes que salir. Muchas veces te prohíben tirar con flash y/o firmar un impreso donde se detalla donde se van a publicar las fotos para proteger la imagen del artista. La foto que encabeza el post y las fotos 2, 3, 4, 8, 9 y 10 de la columna, están tiradas desde el foso. La primera de la columna debe haber sido hecha desde la mesa de mezclas que hay entre el público. No siempre se puede tener acceso a este lugar.

Pero los festivales no es solo el foso. Es muy interesante dar un paseo por el recinto y hacer fotos de ambiente. Es casi más interesante que las fotos de la actuación como se puede ver en el trabajo de Pecot.

En cuanto los aspectos técnicos es aconsejable llevar un tele (un 210mm o un 300mm es suficiente), un flash y una óptica más corta (un 24mm-70mm). El principal problema es cuando se hace de noche y la luz escasea en el escenario. Nunca me ha gustado el flash en las fotos de conciertos y además hay veces que no te dejan utilizarlo. Hay que tirar del ISO, abrir diafragma e ir al límite con la velocidad de obturación. Ahora, con la tecnología digital, puedes mirar la pantalla y ver cómo va el asunto, pero cuando empecé y tiraba con negativo 800ISO, era una auténtica lotería.

Pienso que es más importante el equipo que no llevas que el qué llevas. En un festival vas a tener que moverte mucho y tienes el añadido del portátil que necesitas para enviar las fotos. Los festivales terminan a altas horas de la noche y en la redacción necesitarán las imágenes. Tal vez es mejor tener que cambiar de óptica y perderte una foto, que pasearte con dos cuerpos de cámara todo el fin de semana.

En cualquier caso cubrir un festival de música es muy divertido y gratificante, a pesar de las colas para comer, ir al baño o conseguir agua... La verdad es que lo echo de menos.

P.D. Entre los comentarios de este post podéis enontrar algunas aclaraciones muy interesantes de Gabriel Pecot, el autor de las fotos.