Modos y Modas

Esos tozudos creyentes

AGUAS HELADAS// LORENZO SILVA 

La célula de terroristas islámicos desarticulada en Barcelona ha venido a recordarnos, para quienes lo hubieran olvidado, que estamos en medio de una guerra y que la retaguardia, desde donde la miramos, sigue sin ser un lugar seguro. Los ímprobos esfuerzos de Zapatero por impulsar la renqueante Alianza de Civilizaciones tropiezan con un escollo insalvable: para los airados chicos de las barbas, esto es Al Ándalus, nosotros somos infieles usurpadores y el asunto no tiene vuelta de hoja. Así que no hay forma de salirse de esta contienda, una de las más incómodas que acaso haya librado el mundo occidental. Y es que en ella nos enfrentamos al peor enemigo posible: unos creyentes que lo son de verdad, porque su fe implica la aceptación del sacrificio. Nosotros, en cambio, ya no creemos en nada por lo que estemos dispuestos a rompernos una uña. Justamente ahí, en haber aprendido a anteponer el interés a la fe, radican tanto el secreto del éxito como la debilidad de Occidente.

El interés nos hizo prósperos y poderosos, pero también mezquinos y distraídos, y nuestros enemigos lo saben. Mientras estamos absortos en el desplome de las bolsas de valores, o calculando los euros de la hipoteca, ellos se aprestan al combate y aguardan a que llegue el momento de asestarnos el golpe. Inasequibles al desaliento, proliferan, se infiltran y, apenas les demos ocasión, atacarán. Estar en su punto de mira empieza a resultar un verdadero fastidio.

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