Cabeza de ratón

Cifuentes y el submarino

Cristina Cifuentes, subdelegada del gobierno en Madrid es ante todo una mujer emprendedora y un prodigio de creatividad. Nuestra dama de hojalata ha ideado un sistema sencillo e indoloro para enjugar el déficit, sanear las arcas del Estado y desincentivar la protesta social, un método que no requiere de subidas de impuestos ni de más recortes que los de la libertad de circulación, manifestación y expresión de los ciudadanos más díscolos. Nuestra dama de hojalata ha sacado petróleo de las protestas del 15-M, de los escraches y de las mareas de todos los colores que confluyen a diario en Madrid, rompeolas de todas las Españas. El método Cifuentes es de una aplastante sencillez, en vez de reprimir a los manifestantes a palos se les identifica amablemente y se les sanciona con una multa no inferior a los trescientos euros. Cuanto más multitudinaria sea la manifestación mayor será la recaudación que, por el momento y según cálculos aproximados debe superar los 300.000 euros aportados por mil manifestantes aunque la cifra puede ser  mucho más alta porque los convocantes de las concentraciones reciben sanciones de mayor cuantía.

El método Cifuentes  promete además crear empleo entre las fuerzas del orden habilitando un cuerpo de agentes recaudadores que infiltrados en las diversas manifestaciones se ganarán con facilidad el sueldo cobrando un porcentaje de las multas impuestas, ni siquiera tendrán que gastar dinero en uniformes, bastarán las sudaderas con capucha a juego.

Extensible a las restantes autonomías, el método Cifuentes, conocido como RBI (Represión de Baja Intensidad) se perfila casi como una panacea universal que hace de la necesidad virtud. El gobierno recorta, la ciudadanía se manifiesta, el gobierno sanciona a los manifestantes dándoles más motivos para intensificar su protesta y al mismo tiempo les desincentiva a base de multazos. El equilibrio es perfecto, si se multiplican las manifestaciones se multiplica la recaudación y si, por las sanciones económicas, los ciudadanos dejan de manifestarse las calles volverán a ser un remanso de paz y concordia. María Cristina me quiere subgobernar y yo le sigo, le sigo la corriente, porque no quiero que venga un agente y saque la libreta de multar.

Cualquier sacrificio es pequeño para enjugar el déficit galopante y restaurar la estabilidad económica y la paz social, y poder financiar, por ejemplo, a esos emprendedores del ministerio de Defensa que han parido un sumergible que se sumerge como ninguno pero que se niega a flotar porque padece obesidad mórbida, un sobrepeso de 75.000 kilos debido a un pequeño error de cálculo. El "Isaac Peral"( flaco homenaje al creador del invento) iba a ser el primer submarino totalmente español, español, español, del periscopio a los torpedos, un reto para la industria naval española, un producto puntero para competir en "el floreciente mercado mundial de submarinos", dicen los periódicos sumando un plus de perplejidad al asunto. ¿Existe un floreciente mercado mundial de submarinos? ¿Para qué se usan los submarinos? ¿Quién los compra?. ¿Qué haría usted con un submarino? ¿ Se siguen fabricando submarinos de bolsillo? Misterios de la economía sumergible en la que España ha invertido 2.200 millones de euros que se multiplicarán por el pequeño fallo detectado, nadie quiere un submarino que no salga a flote y la dieta de adelgazamiento del "Isaac Peral" (S-81) se prevé larga y costosa.

Además, aunque se solucionen los problemas de flotabilidad, el sumergible ya no será totalmente español, español, español, porque Navantia, la empresa nacional, tendrá que recurrir a un "socio tecnológico extranjero" para solucionar el embrollo. Para que luego digan que España no gasta en Investigación y Desarrollo, se investiga y se desarrolla en campos tan específicos y en temas tan imprescindibles como la guerra submarina. Ríanse si quieren, pero la posibilidad de un enfrentamiento armado con la flota marroquí ya se barajó cuando la invasión de Perejil, con viento de poniente y Federico Trillo cantando alegre en la popa. La investigación en temas de defensa es prioritaria, la industria de armamento español es un sector puntero y como nos han prohibido fabricar bombas de racimo en plan artesanal ( tuvimos que reciclar al fabricante en ministro de Defensa)  hay que buscar otros terrenos para desarrollar nuestra innata creatividad en este campo minado. Arriba los periscopios.

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