Multiplícate por cero

Jugando al diccionario

¿Han jugado alguna vez al Diccionario con los amigos? Se coge un diccionario y al que le toca turno busca una palabra rara y la pronuncia en alto, sin explicar el significado. Por ejemplo: "viadera". Entonces, todos los demás jugadores inventan un significado y lo escriben en un papel. El que ha leído el diccionario escribe la definición real. Luego, recoge todos los papeles y los lee en alto. Los jugadores escuchan las definiciones escritas y votan cuál creen que es la verdadera. Ganan un punto quienes aciertan la real y también aquél cuya definición, aunque falsa, recibe más votos porque suena como si fuera la correcta. Luego buscan ustedes mismos en el diccionario qué es "viadera". Quién sabe si podría ser: "En Panamá, dícese de la pasarela por la que los viandantes cruzan de una acera a otra en la calle, sobre una vía rápida para el tráfico rodado".
Yo propongo que, ahora que no está nada claro qué significan realmente los adjetivos atribuibles a idearios políticos y económicos, los principales dirigentes del Partido Popular, junto con los del PSOE y el Gobierno, se organicen en el salón de casa de algún amigo y jueguen al Diccionario con varias palabras como "liberal", "socialdemócrata", "democristiano", "neocon" y, ¿por qué no?, "socialista" y "comunista". Ustedes, los lectores, podrían aportar sus propias definiciones en el blog de Público (www.publico.es). Luego, las votamos todos, y a ver qué sale.

Liberales

Si me tocara a mí la vez en el Diccionario, como definición de "liberal" podría poner: "Dícese de la doctrina económica que reduce al mínimo la intervención estatal y estima que el máximo bienestar económico deriva de la libre competencia individual en la compraventa de bienes y servicios".

Mariano Rajoy se ha autoadjetivado "de centro" y defensor de "las pensiones públicas, la sanidad y la enseñanza pública". Pero la definición debe ser muy restrictiva porque hace unos días invitó a miembros innominados de su partido a "irse al partido conservador o al partido liberal". Esto ha hecho que muchos se pregunten qué ideología tiene el PP. Por ejemplo, ¿es socialdemócrata Alberto Ruiz Gallardón? Esperanza Aguirre le califica como tal "en política financiera, de gasto y fiscal". ¿Puede ser calificada como "liberal" la propia Esperanza, por paralelismo con Margaret Thatcher, el mayor exponente que en la historia reciente ha habido al frente de un gobierno? Por ejemplo: la Dama de Hierro británica aguantó un año de huelga de mineros hasta que éstos abandonaron; entonces, cerró todas las minas de carbón excepto quince, que privatizó. Aguirre, en Madrid, también ha optado por la dureza sin contemplaciones contra las huelgas.

¿Qué nos encontramos en el PSOE? Pues a un autodefinido "liberal socialdemócrata", Pedro Solbes, y a un "liberal progresista", Miguel Sebastián, según palabras del presidente de Unión Fenosa, Pedro López Jiménez, decidido partidario de una "estrategia energética nacional", establecida a pachas entre el Estado y grandes empresas como la suya. ¿Significa eso que entre los grandes empresarios, como López Jiménez, abunda la filosofía "intervencionista" o "socialdemócrata", dado que los socialdemócratas, en teoría, defienden la intervención del Estado en la economía, además de altos grados de protección social a todos los ciudadanos, aun a pesar de primar la igualdad social final antes que la igualdad de oportunidades?

Yo ahora mismo no sabría a quién votar en cada definición, ni siquiera sé a quién le está tocando el turno. Lo que veo es que todas las ideologías históricas se han intercambiado los papeles y que, probablemente, el juego del Diccionario no lo va a ganar nadie, cuando en el momento económico y social en que estamos nada es ni puede ser blanco ni negro.

Ahora, después de haberse arrinconado el keynesianismo durante años, ha vuelto con fuerza. Vaya por delante que una definición de "keynesianismo" puede ser: "Modo de gobierno por el cual se deja libertad al mercado para actuar y generar precios, producción y empleo, hasta que el Estado decide que le toca a él corregir, por las buenas o por las malas, desequilibrios teóricos generados por el mercado libre". Hoy, la crisis financiera ha provocado que todos los gobiernos hayan metido las manos en la masa. Incluso los conservadores, como el británico o el estadounidense, no dudan en gastar dinero a carretadas por acudir a salvar bancos en apuros, llegando a la nacionalización total (Northern Rock), o a que el Estado (los ciudadanos) asuma los riesgos financieros que le correspondían a clases repentinamente desfavorecidas, como la de los banqueros privados (con el canje de bonos públicos por deudas hipotecarias privadas en el Reino Unido).

"Defensor del equilibrio presupuestario, poco amigo de intervenir desde el Gobierno en operaciones empresariales, ministro de Economía que reduce el Impuesto sobre Sociedades y suprime el de Patrimonio". ¿A quién votan ustedes que corresponde esta definición? Les doy una pista: es de alguien que reiteradamente manifiesta su gusto por el control del gasto público y su aversión por el déficit. ¿Es la definición de Rodrigo Rato, ex ministro de Economía con Aznar, ex presidente del Fondo Monetario Internacional? ¿De Cristóbal Montoro, ex secretario de Estado también con Aznar, hoy portavoz de Economía del PP en el Congreso de los Diputados? ¿De Pedro Solbes, vicepresidente económico socialista? Pues, en realidad, es la de éste último, pero le casa bien a cualquiera de los tres.

En fin, vamos con el último turno, que va a ser facilito. Les pido que lean esta frase: "Nadie se acordaría del Buen Samaritano si sólo hubiera tenido buenas intenciones. También tenía dinero". ¿Quién la dijo? Varias opciones: Jorge Valdano, Rouco Varela, Paco El Pocero, Margaret Thatcher.

Más Noticias