O es pecado... o engorda

Desintoxicación masiva

Parece que hace meses que terminó la Navidad y sin embargo hace poco más de una semana aún estábamos dándole al roscón con tanta fruición como mala conciencia. Una tuitera mordaz a la que sigo -@yanak61- recuerda que no se engorda entre Nochebuena y Nochevieja, se engorda entre Nochevieja y Nochebuena. Así que no vale pesarse sólo al inicio de la cuesta de enero ahora y ante la tópica operación bikini, dentro de unos meses. frutitas

Pero, francamente, lo de los planes de adelgazamiento no es lo mío. En general, me interesan más las dietas -digamos- depurativas. Es verdad que, en general, las comilonas repetidas pueden engordar pero además nos hacen sentir pesados y un poco intoxicados. Así que he intentado buscar y clasificar alimentos en virtud de lo que puedan paliar esa sensación.

- Primero, los depurativos. Los que gracias al poder absorbente de la fibra, se pueden llevar las toxinas del sistema digestivo. Por ejemplo, la manzana que, además, es la más sana comida entre horas. O los cereales, excelente limpiador intestinal. O el apio que, además, mejora la circulación. Y, como no, la alcachofa, que hasta protagoniza ella sola una dieta.

- La siguiente familia de alimentos sanos, los diuréticos. En cuanto uno evita la retención de líquidos, automáticamente baja por lo menos una talla. Lo cual anima mucho. Además, mejora apreciablemente el aspecto de la cara y disminuyen o desaparecen las bolsas bajo los ojos. Casi todos los buenos diuréticos son frutas y muy apetitosas, por cierto: uvas, que depuran la sangre, regulan el colesterol y también son laxantes. La granada, que además tiene poco azúcar, mucha fibra, vitamina C y antioxidantes. El limón, que también es un buen antioxidante celular y se encarga de eliminar impurezas a través de la orina. Y los espárragos pero, claro, sin hundirlos en una montaña de mahonesa. Y también las acelgas, aunque hay que reconocer que es una de las verduras más simplonas por más que la haya visto recuperar en un montón de nuevas e imaginativas recetas. Excluyendo de la calificación las sabrosísimas pencas, con su jamón ibérico y su rebozado que son deliciosas pero depurativas, depurativas... pues bastante menos.

- Ahora el capítulo de los quemagrasas, aunque es un poco exagerado llamarlos así. En realidad son alimentos muy polivalentes, muchos de ellos también son diuréticos, antioxidantes, ricos en fibra... En el caso de la piña o del pomelo y todos los ricos en vitamina C, su buena fama se debe a que contienen un precursor de una molécula esencial para la oxidación de grasas. También podemos considerar en este capítulo, los alimentos que disminuyen el colesterol malo como la avena o el salmón. Y los que hacen termogénesis –acordaos, los que implican mayor gasto energético- como el te verde.

Ya advertía al principio que no hablo de adelgazamiento, sino de depuración. Pero reconozco que no vienen mal algunos remedios para paliar los llamamientos de ese estómago tan malcriado en las últimas semanas. Entre horas, fruta y mucha agua, para quitar el hambre. En las comidas, sopas que también llenan mucho y platos con un poquito de picante, que sacia. Pero vaya, yo no soy de sufrir mucho: se trata de hacer un poco más de ejercicio y comer sólo un poco menos y sólo un poco mejor.

 

SOPA DE CEBOLLA

La suelen utilizar en los ayunos terapéuticos, cosa nada recomendable en casa y sin seguimiento médico. Pero es una alternativa muy sana para tomar, por ejemplo, en las cenas durante una semanita.

No es una receta rígida porque, teniendo en cuenta que contiene también verduras variadas, depende mucho del gusto de cada cual. Lo fundamental es la cebolla. Si puede ser una de cada tipo (cebolleta, morada, roja...) para que cada una aporte sus características diferentes. Se puede complementar con puerros, diferentes tipos de col, apio... Al gusto.

Se hierve todo, con poco o nada de sal, el suficiente tiempo para que todo se ablande y se enriquezca el caldo que, al fin, es lo que vamos a tomar porque las verduras se desechan. Ánimo

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