Otras miradas

Nunca olvidemos para qué vinimos aquí

Isabel Serra

Diputada de la Asamblea de Madrid y candidata de Podemos En Movimiento para el Consejo Ciudadano de Madrid

Isabel Serra
Diputada de la Asamblea de Madrid y candidata de Podemos En Movimiento para el Consejo Ciudadano de Madrid

En 1992 cuando todos consideraban a George Bush padre imbatible, un asesor escribió tres puntos básicos en la pared de la campaña de Bill Clinton: "Cambio frente a más de lo mismo", "Es la economía, estúpidos" y "Nunca hay que olvidar el sistema de salud". Al final Bill Clinton ganó y el cambio acabó siendo más de lo mismo pero esas frases quedaron para la posterioridad como uno de los ejemplos más famosos de dos cosas: nunca des nada por sentado lo que va a pasar y lo más imprescindible en política es saber leer la realidad. Era la economía, estúpidos.

Hoy empieza la asamblea ciudadana de Podemos en la ciudad de Madrid, un espacio que nos tiene que servir para debatir y para aprender en colectivo a leer bien la realidad y los retos del momento y afrontarlos con audacia. Yo voy a participar en una de las candidaturas con la idea de propiciar un debate político del qué hacer, hablar Madrid y cómo Podemos es una herramienta útil para el proyecto del cambio.

Lo primero, aunque no sea lo más habitual, es saludar a la otra candidatura y alegrarme por ella,  para nosotros la unidad democrática no se construye en la uniformidad, ni en la negación del otro, sino en mantener el compañerismo incluso, y especialmente, en el momento de discutir tanto los acuerdos como las diferencias. De hecho estoy orgullosa de que nuestra propia lista sea plural y esté llena de gente comprometida desde diferentes ámbitos en la construcción de una ciudad diferente y un programa real para profundizar en el proyecto de cambio. Me acompañan activistas feministas como Ana Marcela, Carolina del Olmo o Javier Bujarrabal, reconocido por su implicación en la lucha por los derechos LGTBI en los barrios; ecologistas como Roberto Herreros, Paca Blanco o Rodrigo Calvo; personas que llevan en Podemos desde el principio trabajando como Diego Pacheco, o Carlos Vila y Carlos Sevilla en el círculo jurídico o Marcelina Martí y Cristina Domingo de Arganzuela; gente que lucha día a día desde sus barrios, como varias vocales vecinas, Carmen Ochoa o María Eugenia García de Chamberí; personas vinculadas a la Asamblea de Madrid como Isidro López junto a reconocidos economistas como Fernando Luengo; y por supuesto trabajadoras y luchadoras en sus centros de trabajo como Minerva Álvarez, sindicalista de CCOO en la lucha del 112,  Luis López del Movimiento de Trabajadores de la Sanidad y Mª Ángeles Bueno, activista del Movimiento en Defensa de las Residencias de Mayores.

Hablar de Madrid debería ser la obsesión de toda esta asamblea ciudadana y de todas y todos los que vamos a participar en ella. Sin embargo, existe el riesgo de tratar de hacer pasar esta asamblea por un capítulo más de una tragicomedia podemita. Esta debe ser una asamblea hacia fuera pensada desde y para Madrid. Si nos centramos otra vez en hablar de nosotros mismos, de proponer o dejar de proponer cosas pensando en clave interna,  nos volveremos a equivocar y resultaremos no solo inentendibles desde afuera, sino inútiles para la gente y para lo que Madrid necesita.

Hablar de Madrid y hablar de lo que Madrid supone para el proyecto del cambio es hablar de cómo se configuró la mayoría plural que permitió echar a la mafia del PP, de todas las políticas que se están haciendo bien desde el Ayuntamiento de Madrid y de cómo seguir avanzando en aquello que debe hacerse mejor, como la operación Chamartín, la política urbanística, y las remunicipalizaciones. Todo ello supone también hablar de cuál de cómo hacer frente a quienes siempre fueron diques contra el cambio, con una mención especial para Montoro, y cómo superarlos. Es hablar de todas esas cosas que pasan fuera del ayuntamiento y que hacen Madrid: es hablar de la movilización feminista, es hablar de la lucha por la vivienda, es hablar del movimiento vecinal y ecologista.

Y hablar de Madrid es también hablar del cambio mismo y del proyecto que lo acompaña. Desde 2015, Madrid ha sido referencia de muchos dentro y fuera de la ciudad al ser uno de los principales ayuntamientos del cambio. Madrid es ejemplo de una nueva forma de hacer y amenaza de las viejas formas de controlar. Por eso vemos tantos ataques, por eso debemos generar tantas defensas y, por ejemplo, confiar y apoyarnos en nuestra gente para dar una respuesta a nivel de ciudad a la aplicación de esa arma de destrucción masiva de derechos sociales que es el 135 que aprobó el bipartidismo y la fiereza del chantaje de Montoro.

No solo se ataca a un ayuntamiento, se ataca a la misma posibilidad de cambio. Nos están atacando a todas. Tras el slalom electoral que acabó el 26J las élites tienen un proyecto de cierre del ciclo político que empezó en el 15M de 2011 con una doble estrategia: el asentamiento de un bloque político con PP-Cs y PSOE repartiéndose los papeles de lo que es asumible como "política de estado" y la estrategia de instalación hacia Podemos en el "No se Puede" o en el "Si se puede, pero...". De ahí vienen todos los ataques que impiden a los ayuntamientos hacer políticas propias con la dictadura de la deuda y el techo de gasto, de ahí todos los relatos y caricaturas para que Podemos parezca un partido más. Nos quieren rendidos ante la evidencia de que no hay nada más que hacer que pasar por el aro y asumir los límites de la política de siempre, de que no hay más alternativa que gestionar la miseria. Tenemos que demostrarles que hemos venido para hacer las cosas diferentes, que se puede hacer política distinta y que se puede hacer mejor. Nunca se había intentado aplicar la regla de gasto. Saben muy bien que si Madrid no puede, Podemos no podrá; y tratan de hacer pagar a las y los madrileños esta estrategia suicida, combatámosla juntas, tanto desde el Ayuntamiento como desde las calles.

Yo empecé mi activismo político en el movimiento estudiantil y feminista, antes del 15M, y vi lo que era dar por supuesto en la sociedad que no había nada que hacer en política, que eso era algo de políticos que prometían y no cumplían, que podíamos elegir al menos malo por momentos pero que eso era todo lo posible.  Estoy convencida de que en el 15M algo de eso cambiamos y ese algo es lo que hoy tenemos que defender y por eso tenemos que implicarnos directamente en el proyecto de cambio. ¿Cómo que no se puede hacer un modelo de ciudad en el que el progreso no sea lo mismo que macroproyectos especulativos o interés económico y no pueda estar relacionado con el derecho a la ciudad? ¿Cómo que no se puede con superávit económico hacer más políticas sociales y desde los barrios?  ¿Cómo que no se puede más que asumir lo que hay y volver al momento en el que solo podíamos quejarnos? Yo no voy a volver al no se puede y lo que tenemos que ver es la manera que se pueda. Por eso ahora toca hablar de Madrid, de cómo defender Madrid, de cómo construir Madrid. Y como dándole la oportunidad a Madrid, aprender de ella. Vamos a defender un Ayuntamiento que se apoye en la sociedad organizada y  los movimientos sociales y vamos a buscar implicar a la ciudadanía en el proyecto de cambio de 2019, un cambio no subordinado al intento de domesticarlo del PSOE. Ese es nuestro debate. Esa es nuestra apuesta. Esa es la realidad que no podemos perder de vista.

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