Otras miradas

Letras Galegas: Libertad y Dignidad de un pueblo

Millán Fernández

Politólogo

Millán Fernández
Politólogo

 

"Lingoa proletaria do meu pobo,
eu fáloa porque sí, porque me gosta,
porque me peta e quero e dame a gaña;
porque me sai de dentro, alá do fondo
dunha tristura aceda que me abrangue
ao ver tantos patufos desleigados,
pequenos mequetrefes sin raíces
que ao pór a garabata xa non saben
afirmarse no amor dos devanceiros,
falar a fala nai,

a fala dos abós que temos mortos,
e ser, co rostro erguido,
mariñeiros, labregos do lingoaxe,
remo i arado, proa e rella sempre..."

 Celso Emilio Ferreiro, Deitado frente ao Mar.

 

Celso Emilio, intelectual, poeta y político que bautizó al franquismo como una Longa Noite de Pedra sentía y ejercía honda indignación ante los agravios a los que el pueblo gallego, junto al conjunto de los pueblos de España, estaba siendo sometido bajo aquella lejana -pero a veces no tanto- libertad prostituída. Entendía la lengua propia como el vehículo idóneo sobre el que edificar y dar coherencia a la reconstrucción de la Libertad en su Tierra y sostener la dignidad social y las señas de indentidad de la nación negada. La nación de los derrotados, los indefensos, los aldraxados una y mil veces en aquella infame tormenta de sangre y prohibición que supuso el exterminio del 36 y los 40 años siguientes a manos del Fascismo: la Dignidad de los Trabajadores. Hoy, como cada año desde que en 1963 -en la tímida apertura de aquel Régimen- la Real Academia Gallega homenajea a los que destacan por la creación literaria en este idioma, las gallegas y los gallegos celebran el día de sus Letras. Este año en honor a Díaz Castro, poeta de posguerra admirador de Celso Emilio, que valoraba la capacidad de la Poesía como herramienta de síntesis, misterio y tentador secreto del sugerir sin decir. Algo que podría percibirse fácilmente en la esencia misma del pueblo atlántico.

Hoy, como cada año desde que resultó elegido el primer gobierno de la historia de la Comunidad que se propuso como línea estratégica analfabetizar a las generaciones futuras en su propia lengua, cientos de actos y manifestaciones populares inundarán la geografía del país en muestra de determinación y resistencia colectiva a perder el Ser. En plena ofensiva desculturizadora, cavernaria y retrógrada. En plena Regresión Democrática a lomos de la estafa turbocapitalista. En plena descomposición de legitimidad de la Monarquía partitocrática-bancarizada surgida del 78, atrapada de lleno entre la dictadura de la Deuda y la Corrupción impune. En plena -y enfriada- campaña electoral para escoger a los representantes que habrán de acudir a un Parlamento Europeo con ínfima capacidad de maniobra para detener la voracidad de aquellos que se han propuesto imponer una chinarización a los pueblos del Sur del Viejo Continente: la dogmática combinación de Austeridad empobrecedora y recorte de derechos y libertades es una bomba de relojería que amenaza nuestras sociedades y nos resitúa en un escenario autoritario y muy poco alentador.

Para Galiza, en su condición de periferia de la periferia europea, el proceso de reunificación de las burguesías europeas previamente en Guerra que desembocó en la arquitectura institucional de la actual UE resultó un mal negocio en términos de destrucción de sectores productivos y limitación de sus potencialidades, con evidentes consecuencias hoy. Y la sustracción del Ser -junto a la desmemoria- cumplen un papel fundamental en los objetivos de la instauración neo-esclavista en camino. Si no lo remediamos.

Es por eso que hoy la defensa del gallego y nuestra cultura es algo más que un ejercicio folclórico al que algunos, desde la oficialidad, pretenden reducirlo. Y es por ello que en la campaña electoral han emergido discursos que recuperan viejas denuncias, viejos anhelos y viejos gritos de emancipación para este pueblo tantas veces enigmático como incomprendido. Pero tantas veces, también, sorprendentemente tenaz en sus arrebatos de orgullosa Rebeldía. Cuando esa Rebeldía asoma, lo hace en gallego. Cuando lo hace así y dice Nunca Máis es la nación libre a la que muchos aspiramos. Libre y Justa. Soberana. Y Digna. Hermana de los demás pueblos.

Xosé Manuel Beiras, portavoz del grupo parlamentario Alternativa Galega de Esquerda, recuperó en  actos electorales celebrados en Vigo y Oleiros a Rosalía de Castro -poeta del XIX y posiblemente el rostro más indentificable de la creación artística genuinamente gallega- y algunos de sus versos de denuncia sobre la situación social de su tiempo. En sendos actos leyó en público A Xustiza Pola Man con inmediata respuesta y gratitud de los asistentes, que perfectamente supieron identificar, conectar y trazar paralelismos entre lo que Rosalía sentía al escribir y el estado de desesperación a la que hoy asistimos atónitos al ver la injusticia sistemática y el bochorno absoluto que proponen unas élites políticas y económicas que no están a la altura. Es ahí cuando emerge la palabra, la escritura, la cultura y el pueblo en su manifestación creativa. El idioma. Es ahí cuando el estado se convierte en un mero artificio desalmado al servicio de unos intereses de clase y surge la decencia de lo imperecedero, agolpado en imágenes de exilio, muerte, cárcel y penurias. A las que no queremos Nunca Máis volver. Es ahí cuando se transmiten las señas de identidad. La Memoria. Lo que Somos, también por lo que fuimos.

Por ello este Día, como los demás días, la defensa del idioma es un ejercicio de libertad y dignidad. Nunca de imposición o atraso, como los thinks thanks al servicio del apuntalamiento del Régimen de la Corrupción han logrado transmitir en los últimos años ahondando en la secular estigmatización. Lengua, territorio y hablantes como sujetos de derechos inalienables.

Pobres los pueblos a los que les han robado su esencia, pues disponen de un arma menos de combate contra el Neoliberalismo sociópata, desestructuralizador y que prostituye la Libertad cotidianamente. A nosotros no. Todavía.

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