Otras miradas

Ana Mato, la ministra de la exclusión sanitaria

Jesús Jaén y Jorge Aranda
Activistas de la Marea Blanca

Llegó uno de los días más esperados para miles de profesionales de la sanidad española y también para millones de usuarios de la sanidad pública. La dimisión de Ana Mato. El motivo concreto ha sido que la Audiencia va a llamarla para testificar por ser beneficiaria en régimen gananciales de la trama corrupta de Gürtel.

No sabremos nunca qué conocimientos tenía Ana Mato para ser ministra de Sanidad. Nunca antes tuvo ningún tipo de experiencia en ese campo. Sí que sabemos que daba por supuesto y por normal, que en el garaje de su casa aparecieran coches de lujo o que se gastara miles de euros en el confeti de las fiestas de cumpleaños de sus hijos. No derramaremos una sola lágrima por su dimisión, solo hubiéramos deseado que se fuera antes.

Dimite la ministra responsable de la aprobación del Real Decreto de Ley 16/2012.  Una auténtica catástrofe para la sanidad universal española. Con esta ley entre 800 y 900 mil personas quedaron excluidas del sistema nacional de salud. Durante su vigencia ya han muerto dos personas inmigrantes que no fueron debidamente atendidas en las urgencias hospitalarias. Pero además, dejaron también sin tarjeta sanitaria a millares de jóvenes que emigraron a otros países o que no han cotizado a la seguridad social.

Dimite la ministra que hizo una inefable gestión de la crisis del ébola (corresponsable del desmantelamiento del Hospital Carlos III de Madrid), y que no supo enfrentarse a la situación cuando la auxiliar de enfermería Teresa Romero se vio contagiada por cumplir con su trabajo.

Dimite la ministra que se negó a poner a disposición de los enfermos de hepatitis C un medicamento (Sovaldi) cuyos resultados habían sido positivos en un 98% de los casos, alegando que el medicamento era muy caro.

Dimite la ministra responsable de numerosos recortes y de haber dejado a un 18% de los jubilados y pensionistas sin toda o parte de la medicación que necesitan.

Dimite la ministra que mientras decía que no habría recortes sociales, metió un tijeretazo de 10 mil millones de euros en sanidad y ahora en el 2015, nos deja unos presupuestos sanitarios con otro recorte de 500 millones de euros.

Este es el legado que nos deja Ana Mato. Que los lectores juzguen por sí mismos. Y a todo ello, agregamos la trama Gürtel.

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