Otras miradas

Más Europa, otra Europa

Iratxe García

Presidenta de la Delegación Socialista Española en el Parlamento Europeo y miembro del equipo redactor de la comisión electoral

Tras unos años demoledores para las clases medias y trabajadoras, que con el gobierno del PP han visto cómo se recortan y desaparecen sus derechos y sus libertades, los socialistas estamos elaborando nuestro programa electoral para las próximas citas con las urnas plenamente conscientes de que será un año decisivo, de los que marcan un antes y un después, fundamentalmente para estas personas que no han hecho más que perder.

Para ellas, para el conjunto de la sociedad, proponemos un proyecto de país basado en la economía de la igualdad, para que la falta de recursos no implique la privación de libertades, para que nuestro país recorte en desigualdades y no en derechos; pero sobre todo, para crear empleo y empleo de calidad.

Apostamos por la igualdad entre mujeres y hombres, porque es de justicia y porque está demostrado que los países donde las mujeres participan en el mercado laboral en las mismas condiciones que sus compañeros, afrontan más y mejor la crisis económica. Por eso nos comprometemos a crear una ley de igualdad salarial, porque no es decente que las mujeres cobren un 17% menos que los hombres por el mismo trabajo, situándose la brecha salarial en nuestro país por encima de la media de la UE.

Apostamos por ayudar a las familias, a las que menos tienen y a las que están a punto de perderlo todo. Para ellas proponemos reestructurar la deuda y aprobar una ley de segunda oportunidad. Eso es también economía de la igualdad. Como lo es aplicar la garantía europea juvenil en un país, el nuestro, con la tasa de paro juvenil más alta de la UE, o desarrollar un plan para los desempleados mayores de 45 años, o poner en marcha un subsidio mientras la tasa de paro no baje del 15%.

La salida de la crisis no está enfrentada al bienestar social, como nos quiere hacer creer la derecha, ya sea en España o en el resto de la UE. La socialdemocracia ha demostrado que cuando hay igualdad social, bienestar y cohesión, hay desarrollo económico. Para nosotros el estado del bienestar no es ni negociable ni recortable y no vamos a resignarnos a una Europa de desigualdades y sin derechos, vamos a combatirla.

Desde la perspectiva privilegiada que supone ver a España desde el Parlamento Europeo, se percibe aún más urgente la apuesta de nuestro secretario general, Pedro Sánchez, por defender una economía de la igualdad que devuelva la decencia a nuestro país y nos aleje de ese puesto vergonzoso de ser el Estado de la Unión Europea donde más ha crecido la desigualdad.

No nos resignamos a ser un país que la inmensa mayoría de los españoles no reconoce ni quiere. No queremos ser el país de los trabajos precarios ni los bajos salarios, tampoco el país de pocos derechos y libertades. Queremos volver a ser la referencia que España ha sido en la Unión Europea, cuando los compañeros de otros países nos felicitaban por nuestra sanidad universal, por la calidad de la enseñanza pública o por nuestras leyes contra la discriminación y contra la violencia de género... Y no el país con más de dos millones de niños y niñas atrapados en la pobreza infantil.

Ese es el proyecto que tenemos para España y también para Europa. Un proyecto que no contempla la salida de Grecia de la UE, y para ello los socialistas españoles estamos liderando un cambio de rumbo en la política económica europea que profundiza en el Pacto para la Competitividad, el Empleo y la Cohesión Social, un pacto entre socialdemócratas que garantice más ciudadanía y más unión política, económica y social.

Hemos sufrido demasiado tiempo las políticas equivocadas de la derecha europea, ahora  tenemos en nuestra mano recortar el sufrimiento del pueblo griego con medidas tan concretas y posibles como mutualizar la deuda pública, revisar el calendario y la senda de reducción del déficit público, crear un presupuesto propio para la Eurozona o que el Plan Juncker dé prioridad a los países con las tasas de desempleo más elevadas.

Pero no sólo el pueblo griego está esperando; son millones de personas, una gran parte de la ciudadanía europea la que está demandando más Europa, pero otra Europa.

Más Noticias