Otras miradas

Dagenham aún sigue reivindicando igualdad salarial

Lorena Calderón

Periodista

Lorena Calderón
Periodista

Cuando la actriz Charlize Theron se enteró de lo que ganaba su compañero de reparto en La gran estafa americana decidió ponerse el traje de las costureras de la planta de Ford en Dagenham y reivindicar lo que simplemente era justo: igualdad salarial. Y es que, a través de un ciberataque que sufrió Sony, y que supuso la filtración de varios correos, pudimos conocer la enorme brecha salarial que existía entre los protagonistas de la película y que dejaba en una situación desfavorable a las actrices. A decir verdad esta película no es nueva aunque vaya variando el reparto.

Hace apenas unos días, el presidente de un país en el que las mujeres ganan un 17% de menos que los hombres por realizar el mismo trabajo se atrevió a pronunciar las siguientes palabras: "muchas mujeres deciden cuidar hijos porque quieren y no trabajar tanto como un hombre". Mariano Rajoy, que de política de conciliación entiende lo mismo que de "hilillos de plastilina", nos avergonzó a todos y todas con esas declaraciones como en aquel verano del 2007 cuando el PP recurrió la Ley de Igualdad de José Luís Rodríguez Zapatero. No estaría de más remitir al presidente el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que advierte que las mujeres deberían cobrar un 2% más que los hombres por su mayor formación. Como no estaría de más que prestara atención al Comité contra la Tortura de la ONU que insta a España a "asignar los recursos financieros suficientes para que los servicios de atención integral a mujeres víctimas de violencia de género funcionen de manera efectiva".

Un gobierno que se mantiene indiferente ante las discriminaciones por razones de género condena a todo un país a cargar con la mochila de la desigualdad. Sabemos, según la OIT, que de seguir como ahora no conoceremos el verdadero significado de la igualdad salarial hasta pasado más de 70 años, demasiado tiempo.

Eliminar la brecha salarial contribuye a la creación del empleo y la recuperación económica, por lo que no sólo es una cuestión de justicia sino también de eficacia. La Unión Europea, desde el Tratado de Roma de 1957, se ha comprometido a eliminar la brecha salarial. Entre sus últimas actuaciones se destaca la recomendación que hizo la Comisión Europea a los Estados miembros para facilitar la transparencia de los salarios en las empresas. "De este modo los trabajadores tienen una vía potencial para descubrir violaciones de las leyes de igualdad salarial y la capacidad de buscar las soluciones apropiadas" en palabras de la Casa Blanca, el año pasado, al aprobar dos decretos de ley para promover la transparencia salarial a favor de la mujer.

Cuando en el año 1968 cerca de 200 trabajadoras decidieron paralizar la producción de Ford, e iniciar una huelga, no sabían que tras aquellos hartazgos llegaría a Inglaterra la Ley de Igualdad Salarial de 1970. Más de cuarenta años después sabemos que todavía algunos se empeñan en establecer salarios diferentes según género.

No fue una Ley de Transparencia la que puso en aviso a Charlize Theron pero le bastó con tener conocimiento de ello para negarse a recibir un salario inferior. Charlize lo consiguió y ahora insta a las mujeres a tener una posición firme y a sentirse orgullosa de ser feministas, ya que "no significa que odien a los hombres, significa igualdad de derechos". Parece que Dagenham aún sigue reivindicando igualdad salarial.

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