Otras miradas

¿Debe Podemos presentarse a las generales como Podemos?

Alberto San Juan

Actor

Alberto San Juan
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No lo sé. Encuentro razones de peso para defender una cosa y la contraria. Así de compleja me parece la cuestión. Sí veo clara la necesidad de desarrollar un debate amplio y abierto al respecto. Creo que sería una equivocación grave por parte de Podemos dar por cerrado el asunto basándose en los acuerdos de Vistalegre. Esos acuerdos, para ser útiles, han de estar vivos, disponibles para ser cambiados siempre que así lo decida una mayoría.

Parece que hay una coincidencia generalizada sobre la importancia de sumar en una sola candidatura para las generales a todas las organizaciones políticas y colectivos ciudadanos que luchan por la emancipación. Por el fin de un sistema de saqueo de los presupuestos públicos (y de la vida en todos sus aspectos) en beneficio de las mayores multinacionales que operan en este país, españolas o extranjeras. Por la construcción de un nuevo modelo de convivencia mas fraterna y solidaria, basado en una autentica soberanía popular.

Parece que este acuerdo no podría incluir al PSOE tampoco en una hipotética coalición de gobierno. No mientras el PSOE no quiebre su profunda servidumbre al poder económico (TTIP, artículo 135, ley 15/97,...).

La pregunta es ¿cómo se construye esa unidad de la amplia y diversa potencia transformadora que ha emergido en los últimos años de la base social? Básicamente, se plantean dos opciones. Tomar Podemos como casa común y que todos los demás se sumen a la organización mayoritaria. Y dos: construir una organización nueva, con un nombre nuevo, con unas primarias propias, donde cada partido y cada colectivo mantenga su identidad pero no utilice sus siglas. El nombre es la discusión más evidente pero no la más importante. Lo determinante es cómo se organiza esa nueva estructura.

Podemos es un éxito histórico: la articulación electoral del 15 M que tanta gente reclamaba después de impugnar el sistema en las plazas. Pero quizá no baste. La potencia colectiva desbordó los partidos políticos existentes y difícilmente podrá contenerse en otro partido, por nuevo que sea. Podemos es un partido movimiento, pero puede que para las próximas generales necesitemos más movimiento y menos partido. Algo nuevo que sume el enorme trabajo ya realizado, algo que responda al profundo cambio cultural que propone el espíritu fundacional de Podemos. Donde el protagonismo resida en lo humano, en lo vivo, no en siglas, eslóganes, aparatos, jerarquías. Una estructura de límites difusos, más amplia, más abierta, aún más participativa, aún más democrática.

Iglesias (al igual que Errejón, Monedero, Rodríguez, Echenique, Urban...) es imprescindible. Pero también Garzón , Forcades, Oltra, Colau, Carmena, Beiras y tantas otras. Tantísimas. No se puede prescindir de nadie.

El tiempo corre. Quedan pocos meses para las generales. Cuántas más partes hayan de ponerse de acuerdo, más difícil será lograrlo. Cuantas más partes lo consigan, más sólido será el acuerdo, más potente la fuerza resultante. Toca condensar el tiempo y recorrer un proceso complejo en semanas. El debate está abierto.

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