Fernando Lamata
Psiquiatra y ex secretario general del Ministerio de Sanidad

Los españoles no han votado el 20-D para que haya otras elecciones. No quieren que en marzo del 2016 se convoquen otras elecciones generales porque los partidos hayan sido incapaces de ponerse de acuerdo para gobernar.

La mayoría de los españoles ha querido romper con el bipartidismo. La mayoría ha votado que, en la actual hora de España, es mejor un gobierno de coalición, que exija pactos, y que controle aspectos tan claves como la corrupción. Lo que se exige ahora a los diputados electos es que busquen y logren acuerdos para un gobierno eficaz. Y no es fácil.

¿Cuál debe ser el núcleo del nuevo gobierno, el PP, o el PSOE? Parece que una mayoría de españoles rechaza que continúe un gobierno liderado por el PP y que se perpetúen las políticas que han reducido la renta, los derechos de los que menos tienen y las expectativas de los jóvenes, a favor de la renta del 1% de las personas más ricas.

En "la izquierda" parece posible fraguar un pacto. PSOE, Podemos e IU comparten la defensa de muchas ideas importantes: justicia social, defensa de las libertades, igualdad de mujeres y hombres, economía al servicio de las personas y no al revés, etc. Estos tres grupos suman 161 diputados. Estos tres grupos tienen hoy acuerdos de gobernabilidad en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. Para lograr la investidura y llevar adelante la tarea de gobierno necesitarían, además, la abstención, o el apoyo, de otros grupos. No parece imposible.

El desafío que suponen las reformas constitucionales es importante y requiere acuerdo del PP. Pero eso ya se sabía antes. Para una reforma constitucional que aborde la nueva etapa histórica de España es preciso un amplio consenso. Y construir ese consenso en torno a un proyecto de España que ilusione y convenza a la mayoría de los españoles es precisamente la tarea de los gobernantes. Completar el Estado de las Autonomías, culminar ese proceso, para consolidar nuestro país en el marco de una Europa que debe ser más fuerte. Dar encaje al derecho de autodeterminación fijando las condiciones (nivel de participación en el referéndum y mayoría necesaria), impulsar la reforma de la ley electoral, consolidar con rango constitucional los derechos sociales, etc.

PSOE, Podemos e IU han criticado con dureza las políticas económicas y sociales del gobierno del PP y de las instituciones de la Unión Europea. Han planteado alternativas que han convencido a más de 11 millones y medio de electores. Y muchos otros más han apoyado también un cambio de rumbo. Ahora es momento de bajar a la arena, asumir la responsabilidad de gobierno en primera persona y llevar adelante sus propuestas con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas. Ya se han acabado las elecciones. Los españoles no queremos otras elecciones en marzo y no queremos más políticas a favor de los que más tienen. Ahora toca gobernar a una opción progresista con sentido común.