Otras miradas

Podemos ganar la nueva Euskadi

Neskutz Rodriguez

Portavoz en JJGG de Bizkaia de Podemos y candidata a Secretaria General

Neskutz Rodriguez
Portavoz en JJGG de Bizkaia de Podemos y candidata a Secretaria General

 La salida de Arnaldo Otegi de la prisión de Logroño pone fin a una injusticia personal mayúscula.  Una larga condena que pone fin al castigo político sobre una persona que ha sido clave en la evolución de la izquierda abertzale en su apuesta por las vías pacíficas. Pero esta excarcelación debe servir también para poner el foco en lo que han significado la política de ilegalizaciones, las leyes y los tribunales de excepción que han actuado en Euskadi. La normalización política en Euskadi pasa también por la derogación y la disolución de todo un entramado judicial y penal de excepción que debe formar parte, cuanto antes, del pasado oscuro de nuestra tierra. Y es que en Euskadi estamos ya en un tiempo nuevo. Un tiempo en el que aún perduran, tristemente, algunos efectos de la violencia política. Consecuencias de un largo conflicto que, día a día, vamos dejando atrás y cuyo único final posible solo puede pasar por la memoria, la reparación y la reconciliación. Pero una nueva Euskadi se abre paso para un tiempo político nuevo. Un tiempo en el que todos los proyectos políticos se puedan defender y materializar. Un tiempo en el que la ciudadanía vasca sea protagonista, ejerciendo nuestra capacidad y nuestro derecho a decidir. Iniciando, en cuanto lo hagamos posible, nuestro propio proceso constituyente en el que podamos determinar cómo queremos relacionarnos con el resto de pueblos del Estado pero también qué modelo de Euskadi queremos.

Esta nueva Euskadi se expresa en diferentes síntomas. La irrupción del 15-M en Euskadi (del espíritu de la indignación, de la impugnación de las élites y oligarquías vasca y española) y el agotamiento de las viejas lealtades partidarias entre las nuevas generaciones han abierto nuevas oportunidades en Euskadi para quienes no nos sentimos representados por le modelo de país construido por el PNV durante largos años de gobierno. Otro de los síntomas más claros de esa nueva Euskadi se llama Podemos Ahal-Dugu. Un proyecto que cuando surgió hace poco más de dos años no contaba con muchos apoyos ni expectativas (ni entre propios ni extraños) pero que, elección tras elección, ha ido consolidando un nuevo espacio político en Euskadi. Un proyecto anómalo en la hasta entonces esclerotizada política vasca. Una política de bloques apenas alterables elección tras elección. Pero el "terremoto" Podemos Ahal-Dugu ha permitido desestabilizar, precisamente, la centralidad de la política vasca. Una centralidad encarnada en el PNV y el PSE como agentes garantes de la estabilidad institucional y de un determinado modelo de país. Pero esa supuesta centralidad ha sido incapaz de resolver problemas de fondo de nuestra sociedad: el reparto de la riqueza, el desarrollo de un modelo económico ecológicamente sostenible, el clientelismo, la violencia machista, hacer efectiva nuestra capacidad y nuestro derecho a decidir sobre todas aquellas cuestiones que nos afectan como sociedad. Ese proyecto, el de la centralidad vasca, es hoy ya un proyecto agotado. Lo vemos día a día en Juntas Generales de Bizkaia, donde PNV y PSOE se cierran en bloque, para no tener que escuchar las demandas de la ciudadanía. Por eso, precisamente, el cambio es urgente también en Euskadi. La irrupción y crecimiento de Podemos Ahal Dugu permite explorar nuevas vías, nuevas posibilidades para articular mayorías sociales y políticas de capaces de construir una marea vasca por el cambio. Un cambio que ponga fin a demasiados años de clientelismo, de puertas giratorias, de un modelo depredador, de una fiscalidad injusta. Por eso, ante las próximas elecciones autonómicas, debemos impulsar un proceso de articulación de una mayoría política con toda la gente, actores y movimientos que defendemos que el nuevo tiempo en Euskadi debe dar paso a un cambio político real. La Euskadi de los trabajadores, de las luchas sociales, sindicales, feministas, ecologistas. La Euskadi que ha trabajado activamente por la paz, por los derechos humanos. La Euskadi que ha trabajado por nuestra soberanía o por nuestra lengua tenemos una oportunidad histórica: ganar políticamente la nueva Euskadi que está naciendo. Pero el cambio en Euskadi  solo será posible si nos vinculamos a los procesos políticos que trabajan por un cambio real en el Estado y en Europa. Por eso es fundamental ligarnos a todos los movimientos que trabajan por otra Europa democrática y contraria a la austeridad.

Vivimos tiempos interesantes que decía el filósofo. Tiempos de incertidumbres, de teatralización de la política. Tiempos que anuncian cambios, pero no sabemos si en forma de maquillajes o de conquista de (nuevos) derechos. En Euskadi ya ha llegado también el tiempo también para cobrarnos en las instituciones nuestras luchas en las calles. En los próximos meses tenemos una cita con las urnas: es tiempo de ganar la nueva Euskadi.

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