Otras miradas

La paz en Euskal Herria: del cuando al ahora

Cristina Maristany

Escritora y colaboradora habitual en distintos medios

Cristina Maristany
Escritora y colaboradora habitual en distintos medios

Cuando han transcurrido más de cincuenta larguísimos años de enfrentamiento e incomprensión en Euskal Herria; cuando, tras varios intentos de alcanzar la paz, veíamos desesperados como todo se venía abajo de nuevo; cuando a las muertes causadas por ETA se sumaban las causadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, a las órdenes de gobiernos de distinto signo pero de igual trayectoria; cuando se llegó a crear lo más repugnante que puede existir, el terrorismo de Estado, y apenas hubo protestas de denuncia; cuando las cárceles del Estado español se iban llenando de presos y presas vascos, muchos de ellos sin ninguna prueba sólida que avalara su ingreso en prisión; cuando la tortura era algo normal y cotidiano y no se tomaban medidas para que algo tan terrible dejase de practicarse; cuando el castigo a los presos y sus familias se convertía en algo espantosamente cruel por una política, la de la dispersión de los presos, creada en plena "democracia", consistente en el alejamiento a mil kilómetros de distancia de los prisioneros, por lo que sus familiares debían recorrer esos kilómetros sin saber con certeza si se les permitiría ver a sus seres queridos...

Cuando son varios los familiares que han perdido la vida en esos viajes; cuando también en 'democracia' existió otro atentado jurídico, la conocida como doctrina Parot, o cadena perpetua, todo es cuestión de semántica (derogada hace algún tiempo gracias al pronunciamiento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo); cuando el pediatra Santi Brouard fue asesinado mientras atendía en su consulta a un bebé y, fuera de Euskadi, nadie se inmutó; cuando se criticaba a Herri Batasuna (antes de ilegalizarla) que no asistiera al parlamento español y que cuando lo hizo y sus diputados electos fueron a recoger sus actas fueron tiroteados por la extrema derecha en el hotel donde se alojaban y nadie se rasgó las vestiduras (allí murió Josu Muguruza y resultó gravemente herido Iñaki Esnaola); cuando decidieron ilegalizar a los partidos abertzales, pretendiendo criminalizar e ilegalizar de un plumazo a los más de trescientos mil vascos que votaban abertzale...

Hay tantos y tantos 'cuando' que me he dejado en el tintero... pero no voy a seguir insistiendo. Estamos en otra etapa, en una etapa de enorme trascendencia que, por fin, puede terminar con esta pesadilla de más de medio siglo. Yo propondría cambiar el siniestro y tristísimo 'cuando' por el esperanzador 'ahora', ya que eso es lo que en estos momentos corresponde. Ahora que el sueño de los gobiernos que se han ido sucediendo en este país, por fin, se ha hecho realidad: el cese definitivo de la actividad armada de ETA ocurrió, por si se ha olvidado, el 20 de octubre de 2011. El bloqueo por parte del gobierno español para impedir que la paz llegue a materializarse es sumamente grave e incomprensible en el momento actual.

Ahora ha llegado la hora de que las personas amantes de la paz y con un mínimo de sensibilidad hacia lo que está acaeciendo en Euskal Herria, tomen alguna iniciativa seria. Ahora vivimos hechos importantísimos que no han pasado inadvertidos. 'AHORA', con mayúscula, se han realizado y se realizan (tanto en Euskal Herria como en el resto del Estado, incluida su capital Madrid) encuentros de víctimas de ETA y los GAL que nos han emocionado a todos cuantos los hemos presenciado, por su valentía, su sinceridad, su generosidad, la escucha entre los unos y los otros, la empatía con el dolor del "otro" y, sobre todo, el abrazo final y verdadero de quienes se enfrentan a un futuro esperanzador que supera, cura y perdona.

Ahora, al fin, es posible alcanzar la paz y la convivencia, y eso es una tarea que nos interpela a todos: políticos, medios de comunicación, partidos, sindicatos, jueces, cuerpos y fuerzas de seguridad... y, sobre todo, a los ciudadanos, porque hemos de ser todos quienes, juntos, nos atrevamos a construir la paz. Ahora es el momento de acercar a los presos, de sentarse a dialogar, de reparar a las víctimas, de reconocer el dolor, todos los dolores causados, de tender la mano al 'otro' para que, juntos, podamos conocer la verdad.

Son muchas las heridas abiertas, sin duda y, precisamente por eso, todos debemos dar un generoso y valiente paso al frente para evitar que esas heridas sigan haciendo daño a nuestros hijos y a nuestros nietos. Imágenes como la del abrazo entre la nuera y la nieta del almirante Carrero Blanco con Josean Fernández, el expreso de ETA que participó en el primer encuentro por la paz y la convivencia en Euskal Herria que la parroquia de San Carlos Borromeo organizó en Madrid, son las que deben sembrar ahora nuestro presente y nuestro futuro.

No podía imaginar, cuando participé en la marcha a la prisión de Herrera de la Mancha en las Navidades del 91, que hoy, después de 25 años, con el silencio de las armas y la apuesta exclusiva por la vía democrática, todavía no esté superado el conflicto. Aún recuerdo cuando leí unas breves palabras solidarias cómo se acercaban las madres de los presos llorando a darme las gracias. Creo que mi escrito finalizaba así: "Algún día, cuando escampe la noche y llegue por fin la paz a Euskal Herria, no entenderemos la ceguera en la búsqueda de soluciones, que ha permitido tanta desgarradura y sufrimiento, y nos parecerá absolutamente monstruoso el haber tardado tanto".

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