Otras miradas

Cinco claves para las elecciones vascas

Eduardo Maura
Diputado por Bizkaia y Secretario Político de Podemos Euskadi

Estas líneas se escriben poco después de que miles de personas tomaran la palabra para elegir a Pili Zabala candidata a la Lehendakaritza. A lo largo de estos días se han escrito algunos artículos sobre el sentido y la significación de su elección. Los más meritorios son el de Alberto Ayala, quien antes de las primarias ya aventuró algunas ideas que merece la pena ampliar y discutir, y el de Santiago Alba Rico.

Mi propósito no es dialogar punto por punto con ambos, sino proponer cinco claves o ejes que ayuden a desentrañar unas elecciones que se antojan apasionantes precisamente por lo complejo y abierto del momento político que vivimos en Euskadi.

1. "El objetivo de la formación morada es obvio: que parte de quienes les votaron en las generales no les abandone en favor de EH Bildu", escribe Ayala. Creo que se trata de un diagnóstico erróneo. La primera clave de este otoño no es quitarle votos a nadie, sino la apertura y el cambio social que llevan tiempo ocurriendo en Euskadi bajo la superficie de la política electoral-institucional. Las identificaciones políticas –nacionales inclusive– están más abiertas que antes, el derecho a decidir forma parte del sentido común de una mayoría social, y las fuentes de información y de construcción de las identidades son más diversas que nunca. En este contexto no funcionan los diagnósticos basados en nichos electorales y trasvases mecánicos, en un sentido u otro, a la manera de la vieja política del tablero de cuatro patas (PSE, PP, PNV, Bildu). Las corrientes de voto que tengan lugar en otoño, sean de un tipo u otro, seguro serán muy novedosas.

2. Se trata de unas elecciones sin precedentes. En primer lugar, porque hay un actor nuevo en el escenario. También porque se dan en un contexto de difícil gobernabilidad en el Estado y de inestabilidad en Europa –terrorismo yihadista, Brexit, pactos, etc. Y porque son las primeras en décadas en las que el PNV se mide con las consecuencias de una crisis que, a pesar de la solidez del tejido social y económico vasco, se ha dejado sentir en amplios sectores de la sociedad. Nos hemos acostumbrado a convivir con que se firmen más contratos precarios que nunca, con que empresas importantes echen el cierre o con que el empleo y la desigualdad estén entre las principales preocupaciones de la ciudadanía vasca. Urkullu probablemente encare estas elecciones en clave de gestión y de solvencia. En ese sentido, el rival no es solamente Podemos. También lo es el perfil bajísimo de una legislatura que ha terminado con indicadores sociales preocupantes y sin un distintivo claro. Puede salirle bien, o no.

3. Puede salirle bien, o no, porque el momento político pide a gritos unas elecciones de país, no unos comicios de trámite. Es improbable que a una legislatura tan poco intensa le siga otra del mismo color gris: en los próximos años van a estar encima de la mesa la manera en que abordamos la crisis económica, la cronificación del desempleo, la cuestión territorial, la necesidad de blindar y actualizar el autogobierno, el TTIP y sus consecuencias funestas para la pequeña y mediana empresa vasca y la construcción definitiva de un marco estable de paz y convivencia. Como poco. La elección de Pili Zabala tiene mucho valor en este contexto. El objetivo de Podemos es construir en clave de futuro, oportunidades, convivencia y blindaje de derechos. La capacidad de construir un relato de sutura y la calidad humana de Pili Zabala tienen mucha fuerza política en un contexto en el que no nos jugamos quién gestiona la inercia económica y social, sino el futuro de una sociedad avanzada, compleja e interconectada como la vasca.

4. En política, como en tantas otras facetas, a la profundidad solamente se accede desde algún lugar de la superficie, pero sin confundirlas. La elección de Pili Zabala tiene la dimensión de una carga de profundidad y en absoluto puede despacharse en términos de si afecta al PNV, o si daña la autoestima del PSE. En su primera rueda de prensa, ella misma desmontó tópicos afirmando que si ha aceptado la propuesta de Podemos Euskadi es para formar parte de un proyecto más grande que su propia historia personal: "me conocéis por lo que me conocéis", señaló antes de explicar que también ha montado una empresa, que ha trabajado diez años en Osakidetza, que es educadora y madre de dos hijos, que conoce bien los servicios públicos, etc. Es decir, que tiene mucho más que decir que lo que ha dicho hasta ahora. Y eso que lleva tiempo diciendo cosas muy importantes sobre paz, convivencia y futuro. Es un error político juzgar a las personas como si solamente pudieran ser lo que les ha ocurrido: si algo impresiona de Pili Zabala es precisamente lo que es capaz de proyectar hacia delante con su experiencia de vida, así como el hecho de que su fortaleza ética va a la par de una gran sensibilidad social.

5. La identidad de la candidata de Podemos ha sido uno de los temas más mediáticos de los últimos meses. Por un lado, la sobreexposición y los rumores continuos han podido jugar en contra de Podemos, pero como estamos lejos de otoño no han mermado su potencial electoral autonómico. Por el otro, la condición intrínsecamente mediática que ha adquirido la identidad de la candidata a Lehendakari enfatiza una de las mayores cualidades de Pili Zabala. A saber, que es una candidata con proyección de país. Por último, la reedición de la confluencia con Equo y Ezker Anitza —sometida a consulta estos días— es una noticia positiva que fortalece la alternativa política en Euskadi. Si, como creo, necesitamos una Euskadi que no deje a nadie atrás y en la que cada vez más personas se sientan más cómodas, entonces ni hay candidata mejor para este proyecto ni momento mejor para defenderlo.

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