Otras miradas

Rita

Joan Baldoví

Portavoz de Compromís en el Congreso

Joan Baldoví
Portavoz de Compromís en el Congreso

Nos hemos levantado sorprendidos con la noticia de la muerte de la senadora Barberá. Ha fallecido sin pertenecer el partido donde militó desde que se llamaba "Alianza Popular" y formando parte del Grupo Mixto en el Senado.

Los que ahora la llenan de alabanzas, la abandonaron durante meses por miedo a que la corrupción política manchara la investidura del ahora presidente Rajoy. Lo vimos hace apenas una semana aquí en el Congreso, en la inauguración de la legislatura, cuando los diputados populares se hacían los despistados o miraban hacía otra parte cuando se acercaba Rita.

Muchos aún la temían porque Rita Barberá lo había sido todo en los años de vino y rosas del PP en Valencia, y sabía mucho. Muchísimo.

Rita Barberá, hay que reconocerlo, fue un animal político que supo prolongar su alcaldía durante 24 años. Durante ese tiempo fue ama y señora del ayuntamiento de Valencia y gobernó con mano de hierro. Y con prepotencia, con soberbia y arrogancia con sus adversarios políticos. Hasta el punto que, para no tener que entregarle la vara de mando del ayuntamiento de Valencia al ahora alcalde, Joan Ribó, dimitió ese mismo día. Un alcalde que, por cierto, ha decretado 3 días de duelo oficial por la muerte de la ex-alcaldesa.

Ahora, sus excompañeros de partido la tildan de alcaldesa ejemplar, cuando hace unas semanas se ponían de perfil cuando se trataba el tema; ahora, la victimizan diciendo que caerá sobre las conciencias de muchos lo que han dicho de ella. Todo esto cuando fueron ellos, y no nosotros, los que le hicieron darse de baja de su partido. Nosotros, que tanto hemos luchado contra la Rita política,  hoy mostramos respeto por la muerte de una persona, de una política, en tanto que tenemos respeto por las instituciones, en tanto que ella formaba parte de una institución.

Nosotros, los diputados de Compromís, hemos decidido quedarnos durante el minuto de silencio porque tenemos un profundo respeto por las instituciones, ya que son las que representan a la ciudadanía que, con sus votos, nos ha encargado estar a su servicio.

De ninguna manera hubiésemos querido este final para Rita Barberá. Nunca nos alegramos de la muerte de una persona, con independencia de la distancia política que nos separaba, que era mucha. Nosotros hubiéramos querido que hubiera tenido la oportunidad de haberse defendido ante el juez de las acusaciones que pesaban sobre ella. No ha podido ser y lamentamos su desaparición, pero esperamos que todo el proceso en que se encuentra involucrado el grupo popular del ayuntamiento de Valencia pueda aclararse definitivamente. Aún sin la que había sido su líder.

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