Otras miradas

Castilla-La Mancha: lo que pudo ser y no fue

Manuel J. Arias Martín

(@manueljarias)

Manuel J. Arias Martín
(@manueljarias)

Las aguas políticas andan muy revueltas en Castilla-La Mancha. Los presupuestos de Page han sido rechazados, lo que ha levantado una polvareda mediática que ha traspasado las murallas regionales.

Han pasado dos años desde que se celebraron las elecciones en nuestra región. Page y su PSOE en Castilla-La Mancha se enfrentaban a Cospedal, que durante cuatro años había llevado a cabo las políticas de recortes más duras de todo el país, lo que hacía prever que Cospedal saliera derrotada. No obstante, Page no consiguió vencer en las urnas al Partido Popular. Pero los ciudadanos de Castilla-La Mancha sí demostraron que querían un cambio que supusiera un giro en las políticas que se estaban llevando a cabo: las elecciones regionales las ganó la izquierda. Podemos rompió el tradicional bipartidismo en las Cortes castellano-manchegas y, con la suma de los votos de sus dos diputados electos, se podía conformar una nueva mayoría de cambio.

En aquellos días de finales de la primavera de 2015, el PSOE no tuvo ningún reparo en reunirse y negociar para que los votos de Podemos sirvieran para que Page fuese presidente, con halagos constantes a los diputados electos de la formación morada. Pasaron los primeros 100 días de gobierno y a los ciudadanos nos daba la impresión de que los años de oposición habían servido para que se dieran cuenta de que la sociedad española en general, y la castellano-manchega en la que me incluyo, había cambiado mucho. Desgraciadamente para los ciudadanos, eso fue un espejismo: los comportamientos volvieron a ser los de siempre. El PSOE regional, de forma similar a como le ocurre al PP a nivel nacional, cree que goza de mayoría absoluta para gobernar y hacer presupuestos a su antojo. Convirtieron en lema central de su gobierno la idea de "o conmigo o con Cospedal" y creyeron que así tendrían a los diputados de Podemos a su entera disposición.

Estos dos años han transcurrido con relativa cordialidad entre ambos grupos, pero desde hace unos meses algo ha cambiado, y coincide en el tiempo con el posicionamiento político de Page en la guerra interna del PSOE y su apoyo incondicional a Susana Díaz y a la postura de que "Podemos es el enemigo". Las críticas contra Podemos desde el gobierno regional han ido subiendo en intensidad conforme se van realizando movimientos en el PSOE nacional. Y ahí es donde surge la duda: ¿qué prefiere Page? ¿Seguir gobernando en Castilla-La Mancha o tener un buen hueco en el PSOE nacional, eso sí, siempre que Susana Díaz consiga lo que parece poco probable?

Porque parece que lo que olvida el PSOE de Castilla-La Mancha es que gobierna porque Podemos le dejó gobernar. Lo que olvida el PSOE es que, desde las amenazas y las acusaciones de traición y "puñaladas traperas" hechas por Page y su gobierno, no puede gobernar. Lo que olvida el PSOE de Castilla-La Mancha es que los dos votos que aportan los diputados de Podemos son la diferencia entre gobernar y no. ¿Acaso le importa Castilla-La Mancha?

Y exactamente en este punto, toca llevar los presupuestos a las Cortes y la lógica parlamentaria de ser un grupo en minoría hace pensar que, si los llevan es que los tienen acordados, tanto el articulado como las enmiendas, con el grupo que les va a apoyar y cuyos votos son imprescindibles, no olvidemos, IMPRESCINDIBLES, para aprobar las cuentas. Pero ahí las cosas empiezan a perder la lógica. El PSOE no solo rechaza las enmiendas de Podemos, por cierto todas muy asumibles, sino que comienza una campaña de acoso y derribo de las propuestas de Podemos y sus dos diputados. Se ha llegado a sacar a trabajadores a la calle para presionar a Podemos por una enmienda con el argumento que serían despedidos, cuando era absolutamente falso. El nivel de enfrentamiento en la tramitación de las enmiendas hacía pensar que o el PSOE estaba buscando el no de Podemos o es que ha sido muy irresponsable por no sentarse a negociar en lugar de provocar con maniobras poco serias, como decirle a 25 trabajadores que serían despedidos por culpa de Podemos.

Y la lógica también se rompió por la actitud beligerante del gobierno y su presidente después del no. La declaraciones de los diputados socialistas, miembros del gobierno y presidente, son irresponsables porque rompen todos los puentes y queman todas las naves para llegar a un nuevo acuerdo con Podemos. ¿Acaso cree el Partido Socialista de Castilla-La Mancha que las próximas elecciones las van a ganar por mayoría absoluta? Son irresponsables porque han preferido ganar un punto con Susana Díaz, en la batalla interna de su partido, en vez de con los castellano-manchegos a los que se deben y por los que deberían haber llegado a un acuerdo con Podemos y ahora estar limando asperezas.

Estoy leyendo barbaridades de diputados y miembros del gobierno socialista sobre las maldades de Podemos. ¿Adónde quieren llegar? ¿Con quién quiere gobernar el PSOE los dos años que quedan de legislatura? Son preguntas que no tienen respuesta viendo el nivel de insulto contra el partido que debe garantizar el gobierno.

Quiero finalizar diciendo que voté a Podemos Castilla-La Mancha y dos años después me siento plenamente representado. Quienes traicionan a sus votantes son los que prometieron votar NO a Rajoy y le hicieron presidente.

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