Otras miradas

Carta abierta a los periodistas encarcelados en Turquía por ejercer su profesión

International Press Institute (IPI)

Instituto Internacional de la Prensa (IPI)

En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, jornada internacional dedicada a enfatizar la importancia de la libertad de información y a recordar a los Gobiernos su deber a la hora de respetar y defender el derecho a la libertad de expresión (consagrado en el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos), vuestros compañeros de todo el mundo quieren que sepáis que no estáis solos y que no os hemos olvidado.

Somos conscientes de que el estado de la libertad de prensa en Turquía es funesto tras el fallido golpe de Estado en julio de 2016 y el reciente referéndum, que ha otorgado nuevos poderes al presidente. Somos conscientes, además, de que alrededor de 150 periodistas están entre rejas y que más de 170 medios de comunicación han sido clausurados en el marco del actual estado de emergencia, en el que el país sigue sumido diez meses después. Tampoco nos olvidamos de los cientos de miles de personas detenidas o despedidas arbitrariamente en la purga que siguió al golpe militar.

Nos han llegado noticias de que el Gobierno turco sostiene que todos los periodistas encarcelados sois "terroristas" y que los cargos contra vosotros no están relacionados en ningún caso con vuestro ejercicio profesional. Sin embargo, nos hemos dado cuenta de que los fiscales no han sido capaces de mostrar evidencia alguna que apoye los delitos de los que os acusan, y de que muchos de vosotros lleváis tanto tiempo en prisión que apenas os quedan esperanzas de tener un juicio justo.

Es ridículo que el Ministerio Fiscal base su acusación en vuestra labor periodística y que todo aquel que critique al Gobierno sea considerado un aliado de los extremistas violentos, a pesar de lo mucho que habéis criticado dicho extremismo en el pasado. Rechazamos de lleno la negativa de los fiscales a reconocer vuestro papel como observadores críticos del Gobierno, papel que sirve para reforzar la democracia y que es vital para su supervivencia.

Sabemos que los casos contra los periodistas encarcelados por su labor periodística no son otra cosa que un claro intento por parte del Gobierno de Turquía de silenciar toda crítica y anular cualquier vestigio de responsabilidad de sus propios actos. También somos conscientes de que vuestro confinamiento arbitrario no es otra cosa que el castigo que os han impuesto por haber denunciado estas prácticas.

Vuestra situación tampoco pasa desapercibida para el mundo. El Instituto Internacional de la Prensa (IPI, por sus siglas en inglés), una red internacional de periodistas influyentes y directores de medios de comunicación, continúa trabajando junto a sus miembros del Comité Nacional de Turquía para dar a conocer cuán severa es vuestra situación, obligar al Gobierno turco a que honre su compromiso con los derechos humanos y alentar a la comunidad internacional a que ejerza presión sobre Turquía para que respete la libertad de información.

No estamos solos en esta lucha. Somos tan sólo una parte de un movimiento que incluye a docenas de defensores de la libertad de expresión a nivel local, regional, nacional e internacional. En todo el mundo, estos grupos trabajan incansablemente para mejorar la democracia en Turquía y que los derechos humanos fundamentales de su gente no queden permanentemente congelados por problemas puntuales de seguridad u otras razones económicas. Además, somos conscientes, al igual que vosotros, del enorme riesgo que supone la falta de compromiso de Turquía con los derechos humanos, ya que países vecinos pueden reproducir medidas similares.

Mucha gente en todo el mundo estamos trabajando conjuntamente para dar a conocer cada una de vuestras historias personales, dejando a un lado las estadísticas y apoyando vuestros casos ante la Corte Europea de los Derechos Humanos. También nos estamos coordinando para monitorizar los juicios e informar al exterior de lo que realmente está sucediendo. Además, trabajamos con vuestras familias y compañeros sobre el terreno para enviar al Gobierno de Turquía el mensaje inequívoco de que estamos a vuestro lado.

Somos conscientes de que los cargos que pesan sobre vosotros están políticamente motivados. Os apoyamos sin fisuras –tanto a los periodistas y ejecutivos de este periódico [Cumhuriyet] como a todos aquellos encarcelados injustamente por su labor periodística–. Os aseguramos, una vez más, que ni estáis solos, ni os hemos olvidado.

En un día como hoy, en el que reconocemos la importancia del derecho a compartir y recibir información, y recordamos los sacrificios que muchos han hecho en defensa de este derecho fundamental, queremos insistir una vez más en que criticar las acciones de un Gobierno no equivale a apoyar las tesis contrarias.

Es decir, ser crítico no supone apoyar la violencia. Este es un principio fundamental, uno que nosotros –y otras organizaciones colaboradoras en todo el mundo– continuaremos defendiendo hasta que todas y cada una de las personas encarceladas en Turquía por su labor en el mundo del periodismo sean puestas en libertad.

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