Otras miradas

Calamares en su tinta

Concepción Fernández Villanueva

Concepción Fernández Villanueva

Directora del departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense

Los portavoces del PP en los medios públicos utilizan en este momento con frecuencia una estrategia  defensiva muy frecuente que podríamos denominar la estrategia del calamar. Esta práctica consiste en esparcir un chorro de tinta para oscurecerlo todo, con el objeto de que los que amenazan queden despistados y no vean sus movimientos. El problema es que esta estrategia tiene una consecuencia inesperada y para nada defensiva, que es la falta de visión del  propio entorno, de su propio cuerpo, (en este caso el cuerpo del delito).

En ese mar de tinta que los calamares del PP han esparcido, lo externo lo convierte en  tenebroso, mucho más oscuro  que lo propio. Todo lo exterior lo ensucian (con su propia tinta) y lo ven contaminado. Así pueden  decir que los corruptos son los otros, todos los demás partidos y, principalmente, el partido que  significa para ellos la  mayor amenaza: " Hasta ahora el único partido a nivel nacional que ha sido condenado por financiación ilegal  es el del señor Óscar López y el que decía que no había financiación ilegal era el señor Rubalcaba cuando era portavoz del Gobierno socialista" . (Martínez Pujalte).

El problema es que  lo sucio de los demás (sobre todo si son ellos  quienes lo ensucian) no hace más limpio lo suyo.

En la estrategia de ensuciar  a los demás se incluye compararlos, para desacreditarlos por comparación.  Ante una evidencia de conducta impresentable, evidente y constatada, como la relación (¿afectiva?) con un supuesto delincuente, el argumento  elegido es : "Lo que  hacemos nosotros lo haría cualquiera".  La comunicación cariñosa, y "animosa" que mantuvo el presidente del gobierno con el extesorero después de saber que éste tenía cuentas  jugosas y de dudoso origen en Suiza, es explicado así: "Cada uno tiene que mirar si no mandaría un mensaje de ánimo a alguien, independientemente de que le parezca mal su actividad ilícita" (Martínez Pujalte). Este argumento no solo pretende  hacernos creer que hacen lo mismo que hacemos todos, incluso  sugiere que ellos  lo hacen mejor. Es decir, son  compasivos, pueden perdonar y seguir dando palabras de ánimo aún a los delincuentes.  Es la misma estrategia que utilizó el presidente del Gobierno en su comparecencia el 1 de Agosto: "Se han cobrado complementos.....como en todas partes...Es de justicia".

No nos intenten manchar con su suciedad. Ni los demás cobramos esos complementos ni decimos "hacemos lo que podemos" a un delincuente que ha hecho cosas, "cosas fatales, malísimas" según sus palabras,  y que está en la cárcel acusado de cohecho no sólo por  actividades ilícitas. Porque el delincuente pensaría, con  mucha lógica, que haríamos lo que podemos por él y por su defensa. ¿No lo interpretarían ustedes de ese modo? ¿Y qué pensaría el susodicho delincuente si se le ha cuidado hasta el final con un finiquito y con una nómina?

Anuncian acciones legales contra quienes informan y se sienten confortados porque su  partido quiera acallar a los que  denuncian la ilegalidad de una conducta de sus miembros  y quieren convertir en injuria a todos los militantes, lo que es ya una constatación judicial que afecta a una parte importante y nuclear de sus dirigentes, pero no a todos militantes en general, ni mucho menos. "Me conforta que el partido no acepte unas injurias a todos los militantes y cargos públicos". Quieren  disfrazar de ofensas al honor lo que es una posible infracción grave de las normas.

Lo que en realidad les conforta es que su partido no quiera ver, que intenten que nadie les obligue a mirar a su alrededor. No quieren mirar. Quieren impedir que los demás vean, como el calamar, pero su  tinta oculta también la mirada  de quien la esparce, de ellos mismos, que a partir de entonces ya no pueden distinguir lo que hay a su alrededor. El enemigo no les ve pero ellos tampoco ven al enemigo, no quieren saber, no quieren mirar a su alrededor. Están envueltos  en su propia tinta defensiva que les impide verse.  No ven lo que son ni lo que han sido.

No ven ni su propio presente. Está claro que les cuesta reconocer que la secretaria de su partido desveló en sede judicial quién pactó el finiquito con Luis Bárcenas. La  negación de este hecho es tan obvia  en algunos casos que  no merece comentarios, se comenta por sí misma. " Bueno, me gustaría saber la verdad de lo que la señora Cospedal dijo porque luego Cospedal ha dicho que no dijo lo que algún periódico dijo que había dicho". "Como yo no la oí las declaraciones como no lo sé, no la conozco.... (Martinez Pujalte)". Y, quizás, como el argumento de desconocer y negar una información claramente demostrable es tan fácil de desmontar, este  portavoz del PP en alguna comisión del Congreso de los Diputados añade para justificarse un poco más:  "Creo que esto de que las declaraciones judiciales se filtren a  los medios sólo parcialmente sólo en alguna frase y a lo mejor desvirtuada..."   Es decir, trata de quitar importancia a una información seria y veraz ensuciando, desvalorizando y matando al mensajero.

La alta implicación de responsables políticos en el caso Gürtel se suele  despachar con la intrascendente conclusión de que sólo se trata de  "tres o cuatro alcaldes" que "había en el norte de Madrid" y a los que "el Partido Popular de la Comunidad de Madrid los echó". Y los  que siguieron cobrando del partido años después, lo hicieron por razones laborales, y no políticas... "eran personas que están trabajando en el partido [...] porque es muy difícil pedir a las personas que se despidan sin tener una responsabilidad penal". Y la falta de organismos y de comisiones  de control o de  seguimiento de las acciones del partido o el gobierno se minimiza como una simple cuestión derivada del funcionamiento general y  la  estructura del partido que afecta a todos y, por tanto, está fuera de  su responsabilidad.

Todas estas justificaciones revelan  una notable ceguera de la realidad que, naturalmente, no tenemos ni compartimos los ciudadanos que somos testigos de esos hechos tan distorsionadamente interpretados... No ven su presente.

Tampoco  ven su pasado, que conocemos todos.  Porque sabemos que el PP de Naseiro estuvo a punto de ser  condenado por financiación ilegal  y no lo fue no porque no hubiese pruebas de ello, que las había, sino porque consiguieron que dichas pruebas  no fuesen validas  judicialmente, Pero los ciudadanos sabemos perfectamente, incluso hemos podido oírlas, que esas pruebas existen. Y por añadidura, ahora nos enteramos de que las mismas personas de las que tenemos pruebas, continuaron en la trastienda de las finanzas del PP, dirigiendo las estrategias jurídicas y legales del funcionamiento de su tesorería.

No, señores portavoces del PP en los medios públicos. Si ustedes no quieren ver, no por ello van a conseguir  dejar ciegos a los demás. Es una conducta muy ancestral y  defensiva, pero no es eficaz. El mundo exterior es demasiado amplio para ser tapado con un simple chorro de tinta.

Pero, además  tantos intentos de oscurecer lo exterior les ciegan, les oscurece el horizonte y ni saben a dónde dirigirse ni tampoco de donde pueden proceder los ataques. Además de  echar chorros de tinta, a los calamares les gusta la oscuridad. Por el día evitan las zonas iluminadas y se hacen más  accesibles en el anochecer y el amanecer, cuando hay poca luz. Pese a ello se les pesca, porque precisamente son atraídos por anzuelos brillantes.  Eviten ustedes esos anzuelos, si pueden. Y en cualquier caso, Que la ley diga todo lo que tenga que decir y  los responsables  sean cocinados en su propia tinta que es la más  sabrosa para el consumo de los  gourmets y buenos paladares.

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