Otras miradas

Huelga de los riders de Deliveroo

Iñigo Errejón

Íñigo Errejón
Secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político de Podemos

Ayer fué convocada una huelga de los riders de Deliveroo, los ciclistas que sirven buena parte de la comida a domicilio en cada vez más ciudades. Quiero animaros a que la apoyéis dejando de comprar la cena y utilizando el HT #DeliverooExplota en redes sociales. Os cuento por qué.

Los riders ponen su bici y su móvil. Si se caen o tienen lesiones durante el trayecto la empresa no les cubre: si no trabajan no cobran. Son monitorizados por GPS para controlar los tiempos de entrega. Trabajan como falsos autónomos: tienen turnos de 3 horas y de 30 minutos. Cobran 4,20€ por pedido y lo normal es hacer dos pedidos por hora. Muy pocos llegan a hacer 20 horas semanales, de manera que es muy difícil vivir de esto.

Estas condiciones de extrema precariedad no son sólo un problema personal de los ridersEs un problema de todas y todos. ¿Por qué? Porque con estas condiciones, quienes trabajan como riders no pueden aportar más que cotizaciones basura a la caja de las pensiones de las que viven sus padres o abuelas; así se ponen en peligro las jubilaciones de mañana y pasado mañana. Con estas condiciones, cuando tienen un accidente, su atención sanitaria la costeamos entre todos, cuando lo justo y habitual en otros empleos es que sea la empresa, la que se lucra con su trabajo, quien se responsabilice de ello; Deliveroo pone así también en riesgo la sostenibilidad de nuestro sistema de salud. Las trabajadoras y trabajadores de Deliveroo están movilizándose para conseguir jornadas mínimas de 20h y que su salario no dependa de los pedidos sino de las horas trabajadas. Algunos de ellos han sido despedidos ("desconectados" les llama la empresa) por defender públicamente estos mínimos. Creo que es justo que todas y todos les apoyemos esta noche.

Las fórmulas colaborativas y la flexibilidad de las que hacen gala empresas como Deliveroo están muy bien, siempre que sean resultado de decisiones libres y no imposiciones por parte de multinacionales. Mantener a tus trabajadores en condiciones de precariedad y despedir a quienes exigen sus derechos no es "economía colaborativa": es retornar al S. XIX a la velocidad del smartphone.

Un país es libre si desaparece el miedo al mañana, el miedo a no saber si se llega a final de mes. Y el único proyecto de país capaz de devolvernos la confianza en el futuro, capaz de acabar con el miedo y la incertidumbre, es un proyecto que no deje a nadie atrás. Las condiciones laborales de Deliveroo no deben preocupar sólo a sus trabajadores, deben preocuparnos a todas y todos porque son una tendencia creciente en nuestra sociedad. No basta con derogar las reformas laborales, hay que sentar las bases de un nuevo sistema de trabajo y bienestar para el S. XXI. Un sistema en el que asumamos todo el potencial colaborativo de las nuevas tecnologías, pero cuidando de que sus beneficios se repartan de forma justa.

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