Otras miradas

¡Vergüenza, vergüenza!

Fernando Aparicio

Javier Castro

Javier Castro
Fernando Aparicio

(*) Antes de comenzar este relato los autores, Fenando y Javier, queremos dejar claro que se trata de una narración personal, dos cabezas y dos manos y no un comunicado refrendado por la Caravana 'Abriendo Fronteras', en su 2ª edición: Frontera Sur, Melilla.

Vergüenza es la que sentimos la mayoría de las personas cuando la TV nos golpea los ojos con imágenes del guardia civil encaramado a la valla melillense golpeando a patadas, para tirar al inmigrante subsahariano que trata de entrar al "paraíso occidental" a través de España.

Vergüenza es la que sentimos al ver a las porteadoras cargadas como animales, pasando mercancías por la valla de Melilla rumbo a Marruecos.

Vergüenza es la que sentimos al observar como niños africanos deambulan sin futuro, sin papeles, sin cobijo por las calles de Melilla.

Vergüenza la que sienten Amparo, Patxi, Sira, Martín, Chema..., así hasta 500 personas procedentes de todos los puntos de nuestra geografía, personas de las asociaciones feministas, ecologistas, pro derechos humanos, sindicalistas...; cerca de 100 asociaciones y plataformas se hacen presentes en esta caravana, denunciando y dando a conocer a la opinión pública la problemática de las personas refugiadas en las fronteras.

¡Vergüenza, vergüenza!

Recordar que la 1ª caravana fue en el año 2016, dirigiéndose a los campos de refugiados en Grecia, donde se recluían a quienes huían de las guerras en Oriente Medio, buscando cobijo en Europa. Una Europa que los acoge con cuentagotas pese a los compromisos contraídos. Baste decir que España se comprometió para dar asilo a 17.000 refugiados y, faltando 60 días para el término del plazo, apenas 1.000 lo han sido.

Quitarnos la venda de los ojos, los tapones de los oídos no basta. Es necesario seguir denunciando día a día hasta que caigan todos los muros y vallas que impiden el tráfico libre de las personas.

Como decíamos anteriormente, la caravana partió desde múltiples localidades, concentrándonos por primera vez frente al Congreso de los Diputados en Madrid donde, por cierto, no fue recibida por ningún político de relevancia pública. Una lástima.

Formando una cadena humana ataviada con simbólicas vallas y alambradas, nos dirigimos a los autocares que nos llevarán hasta Sevilla, donde nos recibirán con un sofocante calor termométrico y humano.

Allá por donde pasamos apoyamos y nos apoyan los diferentes grupos que abogan por los derechos humanos y la libre circulación de personas, como así también lo hizo el Defensor del pueblo andaluz, único político destacado que se manifiesta abiertamente apoyando esta causa.

Antes de continuar nuestro camino, durante la asamblea celebrada en Sevilla se informa de la deportación de un ciudadano senegalés en un vuelo de la compañía Vueling (empresa filial de Iberia), que provoca la retención de varias pasajeras por oponerse activamente a tal hecho. La asamblea decide apoyar una acción de protesta pacífica en el aeropuerto sevillano, frente al mostrador de Iberia, secundada por buena parte de los pasajeros que allí se hallaban.

Una concentración frente al C.I.E. (centro de internamiento de extranjeros) de Algeciras es el escenario de nuestra siguiente acción. De Algeciras a Tarifa es un paso. En la playa tarifeña voluntarias de la caravana dan visibilidad a los muertos que las corrientes marinas depositan en la arena de la playa, muertos anónimos que no contabilizan en las estadísticas oficiales, pero sí para sus seres queridos que nunca más volverán a verlos. Se cree que, por cada muerto registrado, hay 2 más desaparecidos: más de 20.000 en el espacio de 20 años.

Entre pequeñas asambleas de autocar para resolver tal o cual problemilla organizativo llegamos a Málaga, donde somos recibidos de nuevo por todas las asociaciones de DD.HH. de la ciudad.
Actuaciones, música, poesía, bocadillos y refrescos hasta que a media noche embarquemos rumbo a Melilla, nuestro objetivo, donde nuestros ojos serán golpeados de nuevo por la visión directa de la miseria fronteriza.

El pasado año 300 personas iniciaron su marcha a Grecia para exigir unas políticas migratorias y de acogida que respetasen los derechos humanos y los tratados internacionales. Se denunció el cierre de las fronteras, el ilegal tratado de la U.E. con Turquía, el incumplimiento de los compromisos de reubicación y reasentamaiento.

Melilla

Este año se da continuidad a aquélla iniciativa con la participación de 500 personas procedentes de todos los puntos del territorio español, como ya comentamos anteriormente, en una Caravana hacia la Frontera Sur de Europa, aglutinando a más gente y organizaciones:

* Llegamos a Melilla para anunciar la vergüenza de esta valla, con sus alambradas sembradas de cuchillas (las famosas concertinas), diseñadas para lesionar gravemente a quienes intenten cruzarlas.

* Para fortalecer la solidaridad con las personas migrantes y refugiadas y dar voz a quienes no la tienen.

* Para apoyar el trabajo de las organizaciones locales por las que transcurre el viaje, activando la solidaridad y la denuncia.

* Para romper el silencio y la indiferencia de las poblaciones, cuando éstas se convierten en cómplices de la xenofobia y el racismo, fomentando la lucha entre los pobres para ocultar que son las privatizaciones y los recortes la razón del desmantelamiento de nuestros servicios públicos y derechos sociales.

* Para denunciar las políticas migratorias criminales de nuestros gobiernos y demandar el respeto a los derechos de millones de personas que huyen de las guerra y del hambre, alimentadas por Europa y España, beneficiarias de este drama humanitario.

¡Vergüenza, vergüenza!

En Melilla, los DDHH son vulnerados sistemáticamente, según lo demuestran las organizaciones locales y testimonian las personas con quienes dialogamos y los escenarios que visitamos:

- Hay un racismo social e institucional.

- Devoluciones en caliente, sin identificación de las personas.

- Trata de mujeres y prostitución forzada.

- Un CETI en pésimas condiciones y atiborrado de gente.

- Incumplimiento de la normativa internacional sobre el cuidado y protección de niños extranjeros no acompañados.

- Condiciones de semiesclavitud de las porteadoras utilizadas en el contrabando ilegal de la valla fronteriza, consentido por Marruecos, España y el resto de Europa, del que extraen pingües beneficios.

Sobran razones para que 500 hombres y mujeres de todo el estado español recorran pacíficamente las calles de Melilla y se mezclen con sus habitantes para gritar "vergüenza" por las personas que mueren y "una Europa que bosteza".

Mientras tanto, don Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior, padre de la Ley Mordaza, come tranquilamente pescadito mirando al mar de Alborán, aquí en Melilla, un mar convertido en cementerio de tantos sueños rotos, invitado por el presidente de la Ciudad Autónoma para conferenciar sobre el Regimiento Alcántara.

No sé para ustedes, pero para nosotros basta una palabra para definir esto: vergüenza.

PD: ningún ser humano es ilegal.

En Melilla, a 20 de Julio de 2017

(*) Sobre la segunda edición de la caravana 'Abriendo Fronteras' - Frontera Sur, Melilla,  la información puede consultarse aquí [https://abriendofronteras.net/melilla2017/]

Más Noticias