Otras miradas

Anticonstitucionalistas de 39º aniversario

Víctor Rey

Secretario de Análisis y Programa de Podemos-Comunidad de Madrid

Víctor Rey
Secretario de Análisis y Programa de Podemos-Comunidad de Madrid

Este 6 de diciembre se sucederán los actos de conmemoración de los 39 años de nuestra Constitución. Los grandes medios aprovecharán la ocasión para dividir y enfrentar a unos partidos con otros etiquetándolos como constitucionalistas o anticonstitucionalistas. El PP se vanagloriará del texto constitucional, adalid de su defensa y cumplimento, en un ejercicio de hipocresía infinita. Lo cierto es que, si hay un partido anticonstitucionalista y fuera de la ley en España, ese es el PP, que ha conculcado o amenazado (de conculcar) buena parte de los derechos y libertades recogidos en la Constitución, hasta el punto de convertirla en papel mojado.

Hechos, no palabras, veamos algunos ejemplos.

Reforma laboral del PP de febrero de 2012, rodillo de la mayoría absoluta, desoyendo a los sindicatos y plegándose a los dictados de la patronal y de la señora Merkel. Resultado: la tasa de paro se sitúa en España en el 16,4%, casi 10 puntos por encima de la media en la UE (7,7%), arrojando además la segunda tasa de temporalidad más alta, sólo por detrás de Polonia. El salario más habitual en España se sitúa por debajo de los 1.000 €/mes. Ante esta situación, ¿qué le decimos a las 3,7 millones de españoles en paro?, ¿y a los 10 millones de españoles que viven en riesgo de pobreza o exclusión social, según Cáritas?,  ¿en qué lugar queda el artículo 35 de la Constitución española que regula el derecho al trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer las necesidades personales y familiares? Sencillo, bajo amenaza de ser conculcado.

Artículo 31 de la Constitución española: "todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad". En el país de la amnistía fiscal de Montoro declarada inconstitucional y nula por el TC: la bandera en la solapa, la cartera en Suiza y la Constitución, a la trituradora. En un país donde la política fiscal del PP hace que los grandes grupos empresariales tributen beneficios a un tipo efectivo medio del 6%, mientras que autónomos o pymes lo hacen al 15% y los trabajadores asalariados al 22%. En resumen, en un país en que el PP vacía los bolsillos de la ciudadanía y de la hacienda pública para llenar los de las grandes empresas y fondos de inversión, ¿en qué lugar queda el artículo 31 de la Constitución Española y el sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad? Sencillo, queda conculcado.

Seguimos. Según datos del Ministerio de Sanidad, los recortes acumulados en Sanidad desde el inicio de la crisis en 2008 ascienden a 7.500 millones de €. Según datos del Ministerio de Educación, los recortes acumulados en Educación desde 2009 alcanzan los 36.500 millones de €.

En Sanidad, las listas de espera quirúrgicas, esas de las que de las que dependen la salud y vida de decenas de miles de personas, se incrementan año tras año, situando la espera media actual en los 115 días. A esto podemos añadir, por ejemplo, las escenas tristemente habituales de pacientes hacinados en los pasillos de unos hospitales públicos que, año tras año, pierden financiación en favor de los conciertos económicos con la sanidad privada.

En Educación, desde 2008 el número de alumnos matriculados en régimen general ha aumentado en medio millón, mientras que en ese mismo periodo se han destruido 7.000 plazas de profesores. Añadamos otra escena tristemente habitual, la de hace tres meses al inicio del curso escolar, colegios públicos en los que encontramos barracones en lugar de aulas.

Así las cosas, ¿en qué lugar quedan los artículos 27 y 43 de la Constitución española, referidos respectivamente al derecho a la educación y a la salud pública y gratuita? Sencillo, bajo amenaza de ser conculcados.

Y es que así podríamos seguir durante horas, el artículo 50 que regula el derecho a la suficiencia económica en la tercera edad, amenazado de ser conculcado ante una hucha de las pensiones esquilmada por la nefasta gestión del PP.

Las libertades públicas recogidas en los artículos 17, 20, 21 y 22, conculcadas tras la entrada en vigor de Ley Mordaza.

Buena parte del Título IV de la Constitución, referente a las atribuciones y ordenamiento de las relaciones de Gobierno y Administración, convertido en papel mojado habida cuenta de las cloacas del Estado, un ejemplo sin precedentes de la escalda de perversión y putrefacción de las instituciones por parte del PP.

O la reforma del artículo 135, de la mano del PSOE, anteponiendo el pago de la deuda a los bancos alemanes por delante de la financiación pública de buena parte de los derechos y libertades recogidos en el texto constitucional.

Nosotros, desde Podemos, antes en las plazas y calles, y ahora en las instituciones, hemos defendido los derechos y libertades consagrados en la Constitución. El PP los conculca o amenaza sistemáticamente desde hace ya mucho tiempo: los de Rajoy son los anticonstitucionalistas, son los anti-sistema.

Respecto a Ciudadanos, poco que decir. Sólo les hemos visto agarrarse a la Constitución española para pedir la aplicación del artículo 155, la suspensión de la autonomía catalana. Suspender derechos y libertades, estilo PP, eso sí, en una versión más hooligan y, paradójicamente, también más chic.

Al PSOE, advertirles de que esta voladura de la Constitución, perpetrada por el PP, no se puede parchear mediante una comisión de trabajo de seis meses en el Congreso de los Diputados en la que tanto PP como Ciudadanos han dejado ya claro que no se va a cambiar ni una coma del texto constitucional.

En Podemos creemos que no basta con conmemorar el 39º aniversario de la Constitución española, más importante es cumplirla, y el PP no la cumple.

La Constitución española trasciende las instituciones y parece que, un año más, los partidos del Régimen del 78 pretenden otorgar todo el protagonismo a la clase política y las instituciones. La democracia y la Constitución española no la trajo Manuel Fraga, el que fuera ministro de una dictadura que firmó sentencias de muerte, ni el resto de los llamados "padres de la Constitución". La democracia y la Constitución española la trajeron cientos de miles de madres, desde las calles, sindicatos, asociaciones de vecinos y organizaciones de base. La trajeron cientos de miles de abuelas y abuelos, hoy anónimos, que lucharon contra la dictadura y por la democracia, por un marco de convivencia, derechos, libertades y justicia social. La democracia y las constituciones la impulsan y hacen realidad los pueblos, no sus dirigentes políticos.

En Podemos queremos que el 39º aniversario de la Constitución española sirva para explicar que las constituciones en las democracias avanzadas están sujetas a cambios sociales e históricos. El Régimen del 78 parece querer vivir permanentemente en el pasado, agarrarse a una Constitución que el PP ha convertido en papel mojado. Nosotros preferimos mirar al presente y futuro, a una nueva Constitución para un nuevo tiempo social e histórico. Una Constitución, de nuevo, llena de pueblo.

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