Otras miradas

Valla fundida

Xavier Ferrer Gallardo

Investigador. Departament de Geografia. Unviersitat Autònoma de Barcelona

Xavier Ferrer Gallardo
Investigador. Departament de Geografia. Unviersitat Autònoma de Barcelona

Seis activistas de Greenpeace amordazaron los leones del congreso el pasado 27 de febrero. Protestaban contra el anteproyecto de ley de Protección de Seguridad Ciudadana. Como suele suceder con las acciones organizadas por Greenpeace, ésta también tuvo repercusión en los medios.

El impacto de este tipo de acciones resulta difícil de medir. Pero seguro que el breve aunque llamativo amordazado de las esculturas sirvió para que miles de ciudadanos repararan en el anteproyecto de ley contra el que iba dirigida la protesta. Puede que otros miles, a su vez, fijaran su atención en las esculturas de los leones.

La imagen de un par de leones custodiando la puerta del congreso posee una fuerza simbólica indiscutible. Pero esa fuerza se multiplica si se tiene en cuenta un dato significativo que suele pasar desapercibido: los leones fueron fabricados con metal fundido procedente de cañones de guerra.

Las esculturas del congreso son obra de Ponciano Ponzano. Y, efectivamente, están construidas con metal fundido procedente de cañones. Sí. De cañones que el ejército español tomó al Sultanato de Marruecos tras vencer en la Batalla de Wad-Ras (1860), en los últimos compases de la Guerra de África. El trazado actual del perímetro fronterizo de Ceuta fue fijado precisamente al término de dicha guerra.

El Ministro Fernández Díaz se acercó al edificio de los leones el 13 de febrero para dar cuenta  de lo que sucedió en ese perímetro fronterizo la madrugada del día 6. Habían muerto 15 personas. Fue una comparecencia larga y creativa. Supimos, entre otras cosas, del carácter elástico de las líneas fronterizas y de cómo dicho carácter parece rebajar la temperatura en las llamadas expulsiones en caliente. Pudimos interpretar que en la frontera de Ceuta no se han producido nunca devoluciones en caliente.  Existen imágenes que sugieren lo contrario. Pero los sentidos podrían engañarnos. Ese día entendimos que, a lo sumo, podría haberse producido -en términos cospedalianos- alguna que otra "devolución en diferido".

Hoy, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y la Comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström departen en Bruselas sobre, entre otras cuestiones, lo sucedido en Ceuta. Tal vez, entre reproche y reproche, fantasearán sobre el día en que Marruecos acepte firmar el acuerdo de readmisión con la UE.  Es decir, sobre el día en el que las devoluciones de ciudadanos de terceros países que accedan irregularmente a la UE a través de territorio marroquí puedan realizarse con toda la frialdad del mundo. Sobre el día en que Marruecos se corresponsabilice de un problema que no ha creado.

La UE firmó en Junio de 2013 un Partenariado de Movilidad con Marruecos http://europa.eu/rapid/press-release_IP-13-513_en.htm. Pero de momento Marruecos se niega a firmar el acuerdo de readmisión.

Tal vez, si algún día Marruecos accede a firmar ese acuerdo, la UE podrá deshacerse en parte de esa espina ética y estética en forma de valla con cuchillas clavada en su costado. El problema no estará resuelto. Pero estará externalizado y bien externalizado.

Tal vez entonces podrán desmontarse las vallas. Podrán fundirse, como en su día fueron fundidos los cañones tomados a Marruecos en Wad-Ras para ser posteriormente transformados en leones. Una vez fundidas, las vallas podrán convertirse también en esculturas. Y algún día, como ha sucedido ahora con los leones del congreso, podremos recordar, como si de un detalle menor se tratara, la incómoda procedencia del material con el que están hechas, y la violenta batalla norteafricana en la que sirvieron.

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