Otras miradas

Velos, melenas y desmelenes

Pilar Aguilar Carrasco

Analista y crítica de cine.

¡Sigue pasando! En cuanto se habla de vestimenta femenina, se lía. Y si se habla del velo, entonces se lía doblemente... Tanto que, antes de poner siquiera un pie (o una palabra) en el tema, es preciso acotarlo.

Aclaro, pues:

  • NO voy a comparar el grado de laicismo de España con el de Irán, los Emiratos o países por el estilo. Aquí es incomparablemente más alto, sin discusión posible.
  •  NO dudo ni por un instante que el velo sea un signo patriarcal de sumisión, ni dudo de que sea signo religioso (sin entrar en finos análisis sobre si su uso viene impuesto por el Corán o por la costumbre).
Tres escolares, una de ellas vistiendo velo, a la salida del colegio en Vitoria. EFE/David Aguilar
Tres escolares, una de ellas vistiendo velo, a la salida del colegio en Vitoria. EFE/David Aguilar

En varias ocasiones he polemizado duramente con personas que defendían el velo presentándolo, incluso, como signo de liberación y para ello ¡apelaban al feminismo! Pero, claro, ya sabemos que, si bien hace unos años mentar al feminismo era como mentar al diablo, ahora se apela a él hasta para defender lo indefendible (verbi gratia, la prostitución y/o los vientres de alquiler...).

O sea y, por abreviar: comparto totalmente las opiniones vertidas por las autoras del artículo Fuera velos que someten publicado en este mismo periódico.

Aclarados estos puntos, voy a entrar en los que ahora me interesan. A saber:

  1. ¿Debemos indignarnos porque en España algunas mujeres lleven velo?
  2. Concretamente en las aulas ¿Podemos prohibirlo?

1.- Los indignados por el velo dicen que es signo de sumisión. Pregunto: ¿más que los tacones o la depilación compulsiva y exhaustiva? ¿más que las señoras cuidando de hijos y enfermos mientras sus maridos ven la tele?

Alegan: "Quienes lo llevan lo hacen obligadas" (recuerdo que estamos hablando de España, no de Irán). Pregunto: ¿Cómo lo saben? ¿Les han preguntado a todas? ¿Y cómo saben que algunas niñas de las que van a colegios de monjas no lo hacen también obligadas y que ellas preferirían ir al instituto?

Añaden: es signo religioso. Pregunto: ¿más que las procesiones, las vírgenes alcaldesas perpetuas, la financiación del clero?

Sigo preguntando: ¿Nos repugna ver por nuestras calles una mujer con velo pero toleramos que la iglesia incumpla -sin ninguna consecuencia penal para ella- el artículo 14 de la Constitución al vetar a las mujeres el acceso a cargos y puestos?

Aquí, en España ¿qué religión tiene más poder para minar la independencia del estado, para reivindicar que sus "pecados" se conviertan en leyes e imponer sus exigencias a la sociedad civil? ¿el islam o el cristianismo? Y no me digáis eso de "Es que si los dejamos..." Luchemos contra quien realmente nos oprime y, en ese camino, conseguiremos un país más laico, un país que, por lo tanto, no será fácilmente "convertible" a ninguna otra religión.

2.- Y concretamente en los centros educativos ¿nos parece bien que se les impida a las alumnas llevar velo?

Resulta que esos centros deben, por ley, ofertar clases de religión dentro del horario escolar y con profesorado pagado por el Ministerio. Esa es nuestra penosa realidad (nuestra, no de Irán).

Pero resulta que concretamente la Comunidad de Madrid permite que los colegios prohíban el velo. ¡La Comunidad de Madrid! Esa que lleva años favoreciendo con descaro la enseñanza privada-concertada (y hablar de enseñanza privada-concertada equivale a hablar de enseñanza religiosa). ¡La Comunidad de Madrid -que acaba de crear una Dirección General de Educación Concertada, Becas y Ayudas al Estudio- tiene el cinismo de permitir, sin embargo, la prohibición del velo! Es decir: en los colegios puede haber monjas con velo. Niñas con velo, no.

¿Alguien piensa que Ayuso y su gobierno se oponen al velo porque desean y buscan un mayor grado de laicismo en la enseñanza? ¿O que lo hacen porque aborrecen cualquier signo de sumisión femenina? ¿Creen en la igualdad quienes justifican que haya diez Consejeros varones frente a tres Consejeras mujeres alegando que en toda la Comunidad no encuentran ninguna más que esté a la altura del cargo?

No, el conflicto entre religión y enseñanza no consiste en que acá y allá unos cientos de niñas acudan a los centros educativos con velo sino en que en estos se impartan clases de adoctrinamiento con instructores pagados, además, con fondos públicos. Este es el problema grave. Es el nudo con el que se ata todo lo demás, incluido el famoso velo.

Solo si la enseñanza fuera laica y no se permitiera ninguna religión, ninguna manifestación ni simbología religiosa en las aulas, podríamos exigir que tampoco las niñas llevaran velo.

Y mientras no sea así, cualquiera que defienda la prohibición del velo está demostrando pensamiento incongruente o islamofobia.

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