Otras miradas

Ayuntamiento de Madrid: casas de apuestas sí, redes vecinales solidarias no

Coral Hernández

Portavoz de la Mesa de Diagnóstico Social como Derecho Político del Foro Local de Fuencarral - El Pardo

Joaquín García

Coordinador de la Mesa de Diagnóstico Social como Derecho Político del Foro Local de Fuencarral - El Pardo

Ayuntamiento de Madrid: casas de apuestas sí, redes vecinales solidarias no

 

Cuando no habíamos acabado de asimilar el concepto de actividad económica de "especial interés o de utilidad municipal", tras el cual el Ayto. de Madrid ha protegido durante el estado de alarma los intereses de los locales de apuestas que tanto daño hacen en nuestros barrios, el nuevo Concejal del distrito de Fuencarral El Pardo nos ha dado un par de ejemplos que disipan cualquier posible malentendido en estos tiempos de penuria. Dos decisiones políticas contra la solidaridad vecinal que deberían hacer reflexionar a quienes con sus votos han hecho posible que se llevaran a cabo.

La primera de ellas afecta al barrio de Montecarmelo y la segunda al barrio de las Tablas. En ambos casos están involucradas dos asociaciones vecinales que forman parte de la Red de apoyo mutuo del distrito de Fuencarral El Pardo. Esta red entre otras acciones ha desplegado un conjunto de Despensas solidarias de alimentos para la gente que peor lo está pasando.

En el caso del barrio de Montecarmelo se ha denegado a la asociación de vecinos de ese barrio el derecho a poner mesas para la recogida de alimentos. La razón argumentada: "los bienes demaniales (de dominio público) municipales deben destinarse preferentemente al uso común frente al privado, toda vez que no se aprecia de un interés público excepcional que ampare un uso especial frente al uso común del dominio público". Esto es, en una ciudad en la que los medios de comunicación nos ponen a diario imágenes de las "colas del hambre", recoger alimentos para despensas solidarias no es una actividad que tenga un interés público excepcional.

En "román paladino": los locales de apuestas sí son de interés especial, la recogida solidaria de alimentos no.

La segunda decisión de la que queremos hacernos eco es la orden de desalojo en 8 días desde la recepción del aviso del Palomar, el espacio donde se ubica la asociación de vecinos de la Tablas. Una asociación que tiene más de 1400 personas asociadas, que desarrolla actividades culturales varias, que tiene un pequeño espacio para huerto urbano y que recientemente había puesto en marcha una despensa solidaria que daba cobertura alimentaria a casi 60 familias apoyando a otros barrios como Begoña, Fuencarral o el barrio del Pilar, ya que a día de hoy es una despensa con excedentes.

El argumento al que han recurrido para justificar este desalojo tiene una raíz histórica ya que ese espacio se habilitó en sus orígenes como aula medioambiental. Pues bien, tras siete de años de funcionamiento abierto al barrio, con cambio de color en los gobiernos municipales incluido, en la comunicación de orden de desahucio se aduce que "las actividades son incompatibles con un aula ecológica que debe impartir actividades de educación e interpretación ambiental... la entidad ciudadana puede desarrollar todas aquellas actividades adecuadas al interés público y a la finalidad de dicha dotación... La competencia para resolver el expediente la tiene el Concejal presidente del distrito de Fuencarral El Pardo".

Otra vez la mención al interés, esta vez interés público, y otra vez el mismo resultado: el desmantelamiento de iniciativas sociales que de forma desinteresada buscan mejorar las condiciones de vida de vecinos y vecinas. Pero en este segundo caso la resolución pone nombre y apellidos a quien es competente en este asunto, evitándonos el peloteo competencial entre administraciones.

 

Señor Concejal, este tipo de decisiones circulan por las redes de forma masiva, llegan a los medios de comunicación, e incomodan incluso dentro de su partido. La gente entiende perfectamente que en situaciones excepcionales se requieran formas de actuar excepcionales, pero a su favor, nunca en su contra. Hacer una demostración de fuerza política, doblegando el brazo de iniciativas sociales solidarias, es un grave error. Y si hay algún defecto procedimental en esas iniciativas, ¿no sería más adecuado ayudar a subsanarlo y no desmantelarlas?

En tiempos extraordinarios prohibir recogidas de alimentos y desalojar despensas solidarias es un modo de agresión a los vecinos y vecinas de nuestros barrios con menos recursos materiales, por eso son hechos que levantan tanta indignación.

Puede que la legalidad le ampare en sus decisiones, pero su pérdida de legitimidad y la de su coalición de legislatura, corresponsable de estos hechos, es cada vez más significativa. Recuerde que la legitimidad se conquista todos los días no solo en un proceso electoral. Hay además otras legitimidades, y la de la sociedad civil organizada, la de la participación activa, colectiva y pegada al terreno es tan esencial para el bien común como la que usted ostenta como servidor público.

Considere que vive en una comunidad autónoma donde antes de la pandemia ya teníamos el mayor grado de desigualdad de todo el territorio nacional, donde el 14,4% de su población estaba afectada por la inseguridad alimentaria, y de forma severa la padecían 408.000 madrileños y madrileñas. Son datos oficiales publicados en 2019. Pero además le recordamos que en la anterior crisis del 2008 el pico de inseguridad alimentaria en nuestra comunidad se alcanzó en 2013 con el 23,9%, es decir, esto no ha hecho más que empezar.

Estos datos nos hablan de procesos de sufrimiento social extendido durante años. No aceptamos el discurso que dice que de esta crisis salimos en forma de V como si fuera algo puramente coyuntural, ya había una crisis estructural anunciada por todos los organismos internacionales sin necesidad de pandemia. Hay mucha gente que no ha podido superar la crisis del 2008 y ahora les cae encima esta otra como una losa.

Nos preocupan las personas y en especial las más castigadas social y económicamente, aquellos para los que la "nueva normalidad" no va a ser sinónimo de 5G, teletrabajo, o pan y Netflix. Si no queremos dejar gente atrás ¿cómo lo vamos a conseguir sin ensanchar la capacidad de colaboración instituciones – sociedad civil organizada, sabiendo que ambas se van a ver desbordadas?, ¿o es que acaso la "nueva normalidad" pasa por naturalizar las situaciones de abandono social dejándolas en manos de sectores profesionalizados infradotados, o dejándolo en manos de un mercado que durante décadas se ha mostrado incapaz de resolver algo tan básico como el derecho a un empleo en condiciones dignas?

Es necesario empujar para hacer que el sentido social presida una situación que es excepcional y que lo haga no de forma transitoria sino que venga para quedarse. La política institucional debe entender que precisa de contrapesos sociales y no solo políticos para poder hacer bien su labor. Un contrapeso social que en ningún momento puede pasar por reducirlo al desarrollo de una labor asistencial desvinculada de su dimensión reivindicativa y transformadora.

Señor Concejal, aún puede enmendar estas actuaciones tan lesivas. Llevamos demasiado poco tiempo de legislatura para elegir batallas tan equivocadas, lo que, por cierto, hace pensar que debería revisar su equipo asesor. Usted pasará y nosotras/os seguiremos viviendo en el mismo barrio o distrito, solo esperamos que desempeñe su papel en favor del bien común como servidor público. Hágase responsable de la situación, hágalo con sentido social y apoye a quienes ya lo hacen. No es mucho pedir, ¿o sí?

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