Otras miradas

El cese de Tomás Gómez y el futuro de Madrid

Enrique del Olmo

Sociólogo y militante socialista

Enrique del Olmo
Sociólogo y militante socialista

Aunque el rumor era incesante y continuo sobre todo a raíz del caso de las black card y sobre todo de la Operación Púnica, la resistencia de Tomás Gómez a dimitir y el cierre de filas de todo su equipo había convertido la situación en irrespirable y los conflictos no hacían más que acrecentarse (ruptura en Leganés, persecución a la alcaldesa de Parla por no plegarse a los designios de Tomás, marginación de cualquier disidencia...). Su caída demoscópica ha hecho temer, y con razón, a Pedro Sánchez que la debacle le podía arrastrar a un fracaso y mucho más después de la OPA de Susana Díaz. El líder del PSOE ha tomado una decisión necesaria y adecuada aunque tardía, prisionero de sus propios apoyos en las primarias a la secretaria general.

No es el momento de detenerse en los problemas acumulados por Tomás Gómez que le hacia un candidato vulnerable y sin empatía con la sociedad madrileña, es el momento de ver qué posibilidades se le abren a los socialistas madrileños con el fin de revertir su caída libre en unos momentos de importantes cambios en la izquierda madrileña. Parece ser que Tomás va a abrir el campo de batalla contra la decisión federal, pues el resultado ya nos lo podemos imaginar: la profundización de la crisis y el aislamiento del socialismo madrileño de la sociedad.

La primera corrección imprescindible es abrir la puerta que cerró Tomás con la anuencia de la Ejecutiva Federal de impedir las primarias abiertas en la Comunidad de Madrid y de sus ayuntamientos, conduciéndolas a un sistema cerrado con avales controlados desde el aparato para que no se realizasen; así fueron investidos Tomás y Carmona. La necesidad perentoria es mirar hacia la ciudadanía, hacia la gente e invitarles a participar en un proceso de primarias abiertas, sin avales y a dos vueltas. Mas allá de los resultados, esto materializaría la voluntad de cambio del PSM y posibilitaría una campaña electoral en nuevas claves, mucho más vinculada a las personas y a la voluntad de cambio de la gente.

La segunda es poner rumbo a una política decidida, sin ambages, una política que ponga todo el esfuerzo en derrotar al PP en la región y todos los municipios de la misma. Es el momento de que el PSOE abandone esas ambigüedades absurdas y peligrosas de que "ni con los conservadores, ni con los agitadores". El PSM tiene que realizar el compromiso público de que bajo ningún concepto va a dejar gobernar al PP si hay resultados electorales que lo permitan.

La situación de la izquierda madrileña es a la vez potente y convulsa. Potente porque hay condiciones políticas y sociales clarísimas para que haya nuevas mayorías de gobierno que den la vuelta al deterioro impuesto por el PP en estas últimas décadas, y convulsa porque hay un proceso de reorganización no completado que hace que todavía la ciudadanía no visualice los instrumentos políticos del cambio. El acuerdo Ganemos y Podemos en Madrid capital va demasiado retrasado y los madrileños tienen que construir rápidamente la alternativa de la nueva ciudad, la ruptura de Tania impuesta por el inmovilismo de los viejos aparatos está organizándose para poder sumar a un proceso de confluencia sobre todo en la Comunidad de Madrid; EQUO a la espera; Podemos todavía en proceso de definición interno entre Alegre y Urban, y sobre todo la necesidad de movilizar a los madrileños a través de un proceso claro de alternativa política convocando al extraordinario capital humano que tenemos en la región. El PP en situación de mucha debilidad, contempla con esperanza que las dificultades políticas de la izquierda ahoguen y agoten la voluntad de cambio que se manifiesta en las plazas y barrios.

Este intrincado puzzle tiene sin embargo solución y depende de algo tan fácil y difícil a la vez como la voluntad política. Si la respuesta es mirarse el ombligo, prolongar las cuitas internas, y no asumir la exigencia de cambio el resultado puede ser desastroso; si por el contrario prima la política unitaria, la generosidad de todos, y la inteligencia para construir una alternativa a Madrid el PP tiene sus días contados.

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