Otras miradas

“Arreglar lo del sur” en un 4 de diciembre

Ángela Aguilera

Diputada andaluza

Bandera de Andalucía delante del Parlamento autonómico. EFE
Bandera de Andalucía delante del Parlamento autonómico. EFE

La insólita e inédita expulsión de la mayoría del grupo parlamentario de Adelante Andalucía (AA) por la mesa del Parlamento Andaluz, contra todo pronóstico, el reglamento, el ordenamiento constitucional, y contra dos informes de los letrados de la cámara andaluza, no es solo un episodio en la feroz y filibustera escalada por la apropiación y destrucción del proyecto de AA por parte de Unidas Podemos, forma parte también de una operación a mayor escala.

La recomposición de las fuerzas del régimen del 78, una vez incorporado Podemos al club de la casta, y con un PCE siempre ufano de su aportación a la "transición democrática"; ha tenido en el pacto antitransfuguismo uno de sus principales baluartes en un intento de consolidación de la partitocracia frente a los derechos de la ciudadanía. Atribulado, atropellado, inconsensuado y previsiblemente inconstitucional, pero pacto, al fin y al cabo: una suerte de "todo el poder para los partidos", donde la mínima discrepancia con un secretario general o comisión ejecutiva se puede traducir en expulsión y automática declaración de tránsfuga. Porque sí, sin más consideraciones.  Así, cualquier escribiente orgánico te puede echar de tu escaño, aunque te hayan puesto ahí miles de ciudadanas con sus votos, mientras el teocéntrico e inmisericorde dedo del líder te señala el camino de salida del "paraíso". En fin, mucho constitucionalista de boquilla y propaganda, porque a éstos, puestos a elegir entre sus privilegios o el estado de derecho, no dudarán un instante en mandar al segundo al cubo de la basura, como es el caso que nos ocupa.

Pero esto no va solo del golpe de timón contra Teresa Rodríguez y los suyos, no es solo garantizar el control de los partidos cancerberos de los privilegios de las élites económicas y sociales del régimen, incluida por supuesto la simbólica corona por mucho pin que luzcan algunos en la solapa. Es más que eso, es el ánimo de acabar con una voz en Andalucía que no se pliegue ante ninguna orden que no dé el pueblo andaluz. Es "poner orden" en el sur.

Arreglar lo del sur es silenciar: Silenciar a la Andalucía que despierta después de décadas de promesas de un futuro que nunca llega. Arreglar lo del sur es temer: Temer a la Andalucía que no se rinde y que reclama su presencia en los centros de poder. Siglos de injusticia son una caldera colosal que puede explotar en cualquier momento y ellos lo saben.

Que necesitamos voz donde otros toman decisiones por nosotros lo sabe hasta el diputado de Teruel Existe, que ha presentado enmiendas para infraestructuras que vergonzosamente no han defendido los diputados andaluces, sometidos al criterio del gobierno los unos y al de sus partidos los otros. Mientras sus señorías andaluzas se agazapan en la disciplina de partido frente a quienes los votaron, EH-Bildu ha recabado el compromiso de 48 millones para un tren de Cercanías entre Irún y Brinkola.

ERC ha arrancado al gobierno una reforma que supone exigir a CCAA como la madrileña la retirada de las bonificaciones en el impuesto de patrimonio, sucesiones y donaciones, en el horizonte de conseguir mayor armonización fiscal.

El PNV ha conseguido un acuerdo para que enajenen terrenos pertenecientes a Defensa y que éstos pasen al Ayuntamiento de Donostia; recursos para mejorar la producción de energía eólica marina en los puertos vascos; la modificación de la legislación que lastra a centros tecnológicos; y más inversiones en infraestructuras.

Nueva Canarias se ha quedado satisfecha con la obtención de 30 millones para luchar contra la pobreza en el archipiélago.

¿Quién puede negar la necesidad de una voz de obediencia andaluza ante este panorama?

Además de esto, cualquier régimen que agoniza, como es el caso, solo puede ganar tiempo, no puede tener más pretensiones que apuntalarse, asimilar al enemigo, repartir un poco de tarta y seguir; eso es lo que estamos viviendo en estos días. Bipartidismo y "partidos-sidecar" de la ya fracasada nueva política, van de la mano para que nada cambie.

Andalucía no puede ser un cabo suelto, el 18% de la población del estado español puede hacer saltar las costuras de un sistema que está tan jodido que hasta el campechano rey emérito se ha tornado en prófugo en la más clásica tradición borbónica.

Solo una alternativa andalucista de izquierdas puede parar la siniestra sombra del fascismo en las calles y las instituciones andaluzas. Solo una alternativa construida desde abajo, pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, barrio a barrio, puede desenmascarar el discurso "impugnatorio" de la ultraderecha que critica al sistema mientras lo apuntala y mantiene los privilegios de los de arriba, pero con autoritarismo, racismo, machismo y odio.

En estos días terribles de pandemia en los que nuestra gente sufre la navaja fría de la muerte en sus seres queridos, en estos temidos días de incertidumbre por el pan, por el techo, por la cama en el hospital, ojalá que la llama que nos hizo sentirnos pueblo y libres un 4 de diciembre se reavive para siempre, se reavive por la dignidad de Andalucía.

Es tiempo de Andalucía, es ahora o nunca.

¡Viva el 4 de diciembre! ¡Viva Andalucía libre!

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