Otras miradas

Cerremos el debate de las denuncias falsas

Ana Bernal-Triviño

Si ya de por sí los asesinatos machistas son noticia de segundo orden, el Año Nuevo, la pandemia y Filomena hizo que pasara casi desapercibido que cerramos 2020 con dos asesinatos más. En uno de los casos, ni la orden de alejamiento ni la denuncia sirvió para evitarlo. El juzgado había determinado que el interés del maltratador estaba por encima del interés superior del menor o de ella misma, así que permitió las visitas a los hijos. El resultado: ella, asesinada y los hijos, huérfanos. 

A pesar del drama, el machismo no pierde puntada sin hilo y aprovecha cualquier ocasión para cuestionar a las víctimas, no a los maltratadores. Cuando publiqué en redes la información, dos mensajes me llamaron la atención. Uno decía: "empieza el año y ya estáis con lo mismo". Como si asesinarnos fuera un problema nuestro y no de los hombres maltratadores que deben de ser condenados por toda la sociedad. Quien está con lo mismo, a pesar de comenzar año, es el machismo, muy a nuestro pesar. Otros dos mensajes advertían de que el juzgado procedió bien porque, quizás, lo que ella había planteado era "una denuncia falsa". Con una mujer asesinada, hay quien aún es capaz de escribir que podía ser una denuncia falsa. 

Siempre he dicho que parece que solo nos creen si nos violan o asesinan, cuando el delito está cometido. Pero, incluso asesinadas, la duda permanece para algunos. No es casual en una sociedad donde el mensaje misógino ha aumentado en la política y cuando algunos medios han encontrado en temas como este, las denuncias falsas, la clave de generar visitas en sus medios a pesar de desinformar.

Meses antes de terminar el año, Fiscalía ofreció los nuevos datos de denuncias falsa: en 2019 pasado solo hubo SIETE denuncias falsas por violencia de género de entre las 168.057 que se presentaron. Por lo tanto, desde 2009, sólo se registran 121 denuncias falsas. Repito, 121 en total de los últimos once años. Esto,  en comparación con los procedimientos donde sí ha habido sentencia condenatoria, representa un 0,0069 de denuncias falsas, según la memoria anual de la Fiscalía.

Partamos de las cifras de nuevo: 0,0069% en los últimos once años, y en 2019 solo siete casos de denuncias falsas. Algo que es muy pequeño, prácticamente insignificante a nivel estadístico, se convierte en noticia y propaganda política de forma continua. Bien podían centrarse en el total de sentencias condenatorias, que es donde está el problema, y poner titulares bien grandes de los machistas que asesinan y maltratan. Pero no, muchos medios y políticos se ensañan con las 7 denuncias o con el 0.0069%, porque los buenos machistas se centran más en el mito de "las mujeres mentirosas" que en el repudio al asesino y maltratador. Quizás porque hasta piensen que ellas lo merecen.

El caso es que cada vez que se dan las cifras, en las redes sociales coletean días y días de debates absurdos que niegan los datos oficiales como si negaran que la tierra gira alrededor del sol. Parte de la sociedad sigue creyendo que las mujeres mienten mucho y que algo debe fallar, en una especie de complot de la justicia contra los machistas. Como si no tuviéramos un Estado de derecho garantista que ante cualquier duda actuará a favor del acusado.

Así, que una y otra vez reviven los mismos argumentos falsos, y que siempre tenemos que poner sobre la mesa para aclarar:

  • Una denuncia falsa es solo aquella en la que hay una invención de los hechos. Es decir, se inventa la agresión, en este caso, y puede demostrarse que es inventada. Por eso las denuncias falsas no son solo un delito en violencia de género, sino en cualquier otro ámbito. "Las denuncias falsas son un delito contra la Administración de Justicia y la acusación en mayoría la hace en Ministerio Fiscal, por lo que es lógico que se recojan datos que da la Fiscalía, porque solo ejerce la acusación el Ministerio Fiscal", aclara la magistrada Lucía Avilés.
  • No es una denuncia falsa cuando hay archivo o sobreseimiento. Eso ocurre cuando no hay pruebas determinantes, y como nuestro Estado es garantista y la palabra de una mujer no lleva directamente a la cárcel, en el caso de que no pueda demostrarse lo ocurrido se aplica el in dubio pro reo. Es decir, no hay hombres en prisión por denuncia falsa. Y es habitual que en los casos de violencia de género ocurra esto (el archivo) puesto que es un delito privado, que ocurre en el entorno más íntimo de la víctima.
  • No es denuncia falsa cuando ella se acoge a la dispensa a no declarar y retira la denuncia, porque eso no indica que haya mentido. Esto está ya más que explicado (desde Fiscalía a psicólogas) que se debe a las situaciones de dependencia, miedo y maltrato que sufre la víctima. Cuando hay una denuncia falsa, queda indicado por el testimonio dentro de una sentencia absolutoria.
  • Cuando se dicen frases como "el 70% de las denuncias por violencia de género fueron condenatorias" no es que el 30% restante fueran denuncias falsas, sino que se archivaron por falta de pruebas o por acogerse a la dispensa a no declarar, señalada anteriormente.
  • Que en otros delitos haya más denuncias falsas que en violencia de género no significa que en violencia de género tenga que haber igual número, porque en otros delitos hay dinero en juego. Por ejemplo, compañías de seguro o de teléfonos que dicen ser robados y la propia Policía detecta en su investigación, o en los casos en los que se suelen sumar los delitos de estafa.
  • Cuando hay una denuncia falsa, insisto, hay un delito y por lo tanto denunciar en falso no sale gratis, sino que se enfrenta a multas o penas de seis meses a dos años de prisión.

Cansa, y mucho, tener que aclarar siempre esta realidad porque hay quienes se empeñan en desinformar como un divertimento para que esa idea cale en la sociedad. En todos estos años, lamentablemente, muchas mujeres maltratadas me han reconocido que no denunciaron antes porque temían no ser creídas.

Quienes sostienen este relato sobre que un montón de mujeres denuncian en falso, como si fueran una mayoría, contribuyen a poner en riesgo la vida de otras mujeres y sus hijos e hijas. Y, además, plantan las semillas de las que se nutre el machismo, y el machismo mata, abusa, viola, maltrata y daña. A todos estos más que preocuparse por las denuncias falsas deberían preocuparse por su propia responsabilidad en difundir informaciones falsas. A ver si en 2021 evitamos que, al menos, las asesinadas sean honradas y no acusadas de mentir. Ya está bien.

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