Otras miradas

¿Y si no gobierna Ayuso?

Anita Botwin

¿Y si no gobierna Ayuso?Ante el miedo de perder el mando en Madrid, Isabel Díaz Ayuso decidía lanzar un órdago convocando elecciones a la Comunidad para el próximo 4 de mayo. Su finalidad, frenar una posible moción de censura y con esta el fin de un mandato caracterizado por el desgobierno absoluto en medio de una pandemia mundial y filomena mediante. Aunque las encuestas la dan como ganadora con los votos del partido de extrema derecha, VOX, también existen otras opciones a valorar en las que Ayuso no ganaría la presidencia.

Nos encontramos ante varias posibilidades que pueden poner en peligro la continuidad del PP  en Madrid, tras décadas al frente del centralismo madrileño. Por un lado, si Ciudadanos llega al umbral del 5% cabe la posibilidad de que apoye al PP tras las elecciones, ¿pero dejaría que Ayuso fuera la presidenta después de todo lo vivido? Sería bastante raro ayudar a investir a quien ha intentado destruirte por activa y por pasiva. Una cosa parecida le pasó a Artur Mas cuando la CUP pidió su cabeza y le vetó allá por 2016 en las elecciones catalanas.

Por otro lado, también cabe la posibilidad de que la formación naranja reciba miles de votos pero no alcance el 5% necesario para obtener representación. Esos miles de votos, tirados a la basura, podrían dificultar la posibilidad de Gobierno de Ayuso y cia con una izquierda potente como adversario político. Ayuso necesitó en 2019 de la formación naranja y de Vox para sumar una mayoría que superara al PSOE, ganador de las elecciones madrileñas. Si Ciudadanos desaparece, ¿le darán los números para sumar? No hay que olvidar el caso de Izquierda Unida quedándose fuera de la Asamblea de Madrid en 2016 y las consecuencias que tuvo para la izquierda.

La victoria de Ayuso, por tanto, se está dando por hecha. Quizá demasiado. Aparece en sondeos y en la mayor parte de los análisis. Pero en unas elecciones nada está ganado desde el inicio. Y podemos soñar. Soñar es gratis y yo quiero soñar con que mañana no nos gobierna el fascismo.

No hay que olvidar que acaba de llegar un nuevo actor a las arenas electorales de Madrid. Pablo Iglesias ha entrado en escena en la lucha por la presidencia madrileña y el panorama ha cambiado. Es cierto que el hasta hoy vicepresidente segundo del Gobierno no restará votos a la derecha, pero también lo es que se espera que aglutine a parte de la izquierda y movilice a un electorado que podía inclinarse hacia la abstención.

La suma de PSOE, Más Madrid, con una potente Mónica García que ha dado la batalla durante toda la pandemia, y Unidas Podemos, con Iglesias a la cabeza, da esperanzas de que una victoria electoral para echar a Ayuso de la Puerta del Sol es posible. Para ello, será fundamental la unión, al menos a modo de declaración de intenciones, por parte de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Con estos últimos movimientos, se antoja factible la opción de una izquierda fuerte en Madrid frente al trumpismo de Ayuso, que termine por arrebatarle el trono a la presidenta. Aún queda partido.

Llegados a este punto, me pregunto si nos encontramos ante el Harikiri de Ayuso. ¿Tendrá que volver a ser la Community Manager de Pecas?, ¿Venderá bocadillos o pizza en la Plaza Mayor? ¿Se arrepentirá de esta convocatoria electoral en la que se veía como presidenta absoluta? Pronto lo veremos.

El futuro de la formación naranja sí que pinta peor. Dependerá en buena medida de su candidato o candidata a estas elecciones. Todavía puede haber un punto de giro al más puro estilo David Simon, que cambie las reglas del tablero en estas frenéticas elecciones  que no han hecho más que empezar y que ya nos tienen a todos enganchados a la última hora y al pactómetro.

La ruptura de Ciudadanos con el PP en Murcia bien pudo ser un spoiler de lo que vendrá después en Madrid. Ciudadanos movió ficha, porque lo de antes no estaba funcionando, por mucho auto abrazo en las catalanas o mucho perro Lucas que apareciera en sus campañas. Ese último movimiento del partido veleta puede ser uno de los últimos movimientos antes de hablar de su fin al más puro estilo UPyD.

El partido acaba de empezar. Hagan sus apuestas.

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