Otras miradas

Te pido este último esfuerzo

Anita Botwin

Vista de de las casas y edificios en las calles del entorno de la Gran Vía de Madrid. E.P./Óscar J.Barroso
Vista de de las casas y edificios en las calles del entorno de la Gran Vía de Madrid. E.P./Óscar J.Barroso

"Quedan tres minutos para la mayor batalla de nuestras vidas profesionales, y todo se reduce a curarnos como equipo o a desmoronamos individualmente, jugada a jugada, pulgada a pulgada hasta el final. Ahora estamos en el infierno, créanme; o nos quedamos aquí dejándonos que nos aplasten o luchamos por regresar a la luz para salir del infierno, pulgada a pulgada. Yo no puedo hacerlo por ustedes, soy muy viejo. Ahora, ¿qué vais a hacer?"

En Un domingo Cualquiera, Al Pacino habla a sus jugadores de fútbol americano antes de un importante partido. Con este mensaje motivacional es capaz de aportar a su equipo lo que necesitan: fe y confianza en sí mismos, saber y creer que sí se puede ganar aunque lo tengan todo en contra.

Hoy es un día en el que también nos jugamos muchísimo. Y a lo mejor tú no has ido aún a votar y estés dudando en si hacerlo o no. No pasa nada, es comprensible, pero voy a intentar decirte por qué sí creo que debes hacerlo.

En los canales de televisión se escucha en programas de tertulias acaloradas y poco debate que todos los políticos son iguales, que la clase política te roba. Pero no es así. Puede no gustarte ninguno, pero no podemos decir que todos los políticos son iguales. Algunos viven con nuestro dinero público y malversan, mientras otros gestionan mejor nuestros impuestos y lo destinan a defender los servicios públicos de la mejor manera posible.

Hay partidos de izquierdas que en la Comunidad de Madrid han centrado su programa en hablar de incentivar lo público, contratando a sanitarios y profesores; o de regular los precios de los alquileres. También apuestan por bajar los impuestos a quienes tienen menos y subírselo a los más privilegiados. Hay partidos de izquierdas que se centran en defender los servicios públicos, en lugar de las privatizaciones. Hay partidos que además se interesan por la defensa de los animales y que no quieren que se destine dinero público para subvencionar los toros y el maltrato.

Yo sé, me consta, que lo que hagamos hoy no va a ser un fin en sí mismo, tendremos que seguir organizándonos y conquistando derechos porque eso es lo que hace la sociedad civil, pero sí estaremos un paso más cerca de ser libres y de tener una vida más digna que merezca la pena ser vivida.

La ciudadanía madrileña es solidaria, es acogedora, es multicultural, es internacional. En nuestra comunidad cualquiera que no haya nacido aquí, se siente de aquí. De aquí, de Madrid. Y eso precisamente es lo que debe enorgullecernos y darle más sentido si cabe a nuestro voto. Porque frente al discurso del odio y del miedo, están nuestras manos tendidas, la tolerancia, el compañerismo, el respeto y el sentimiento de pertenencia a esta gran familia que somos y donde todos cabemos.

A la izquierda, a la clase trabajadora, a las mujeres que cuidan cada día, a todos los servicios públicos, se nos lleva ninguneando demasiado tiempo ya. Cada día nos encontramos con más palos en nuestras ruedas, cada día es más complicado escalar esta cima, cada vez más despreciados por una clase que nos mira por encima del hombro; cada vez con menos opciones laborales y de vivienda digna, condenados a no salir de nuestros guetos. A no progresar, a no poder estudiar, ni tener mejores trabajos ni condiciones de vida dignas. Nos hemos acostumbrado a todo eso, creemos que lo merecemos porque no nos hemos esforzado lo suficiente. Y yo digo NO, me niego a normalizarlo, nos merecemos una mejor calidad de vida y eso es algo que podemos mejorar desde hoy, eso es lo que necesitamos cambiar, por nosotros y por quien aún está en peores condiciones y ni siquiera tiene voz ni voto para hacerlo.

Tú, que estarás leyendo estas líneas y que crees que votar no sirve de nada, piensa que no estás solo y que muchos pensáis así porque es donde os quieren tener, en la abstención y de ahí al olvido. Pero podéis demostrarles que sí que vale de algo votar y que si tu voto ofende a otros que no te representan es que has votado lo mejor para ti.

Hoy nos toca este último esfuerzo para mejorar la vida de los madrileños y no nos lo han puesto fácil, en un día laborable, razón de más para interpretar que les incomoda nuestro voto y nuestro derecho a elegir a los representantes que mejor defiendan nuestros propios intereses. Hagamos del día de hoy un momento ilusionante que mejore nuestra realidad y cuando nos vayamos a la cama podamos decirnos "que por nosotros no quede".

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