Otras miradas

La transición que amañaron como si nos hicieran un favor

José Manuel Martín Medem

Comisión Ejecutiva del Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM)

José Manuel Martín Medem
Comisión Ejecutiva del Sindicato de Periodistas de Madrid (SPM)

Con la nueva edición en Akal del libro de Gregorio Morán, El precio de la transición, sucede ahora lo mismo que cuando Planeta lo publicó en 1991: se lee mucho pero se comenta poco. Sobre todo por los mandarines del periodismo, la cultura y la política. La explicación puede estar en por lo menos diez de sus consideraciones sobre lo que sucedió hace cuarenta años después de la dictadura fascista (es la adecuada denominación que utiliza Morán) de Francisco Franco.

  1. La monarquía de Juan Carlos fue impuesta por el dictador para evitar exactamente lo que ocurrió, que un rey buscara su legitimidad en la democracia y no en la Guerra Civil. Se consolidó la institución monárquica, no la democracia.
  2. La verdadera historia de las relaciones entre el dictador y la monarquía borbónica es una historia de episodios nada ejemplares entre un hombre sin escrúpulos, que conoce muy bien de qué madera están hechos los borbones, un padre aislado y sin recursos y un hijo pusilánime y ambicioso. [Este párrafo de la versión original fue eliminado por Planeta en la edición de 1991]
  1. Lo más significativo del proceso de transición fue el ocultamiento de la memoria histórica: la igualdad ante el pasado como garantía para mantener la desigualdad ante el futuro. Memoria histórica es la que se refiere al pasado sufrido, esa es la peligrosa. Había que garantizar que nadie pudiera utilizar el pasado para desentrañar el presente.
  2. Aún hoy sería considerada una temeridad rayana en el terrorismo intelectual la simple redacción de una biografía auténtica del rey Juan Carlos.
  3. Todo líder político de un proceso de transición es esencialmente un tramposo de tal envergadura que el mayor riesgo que corre es desacreditarse pronto.
  4. Su carácter de clase era lo que más se quería ocultar durante la transición: la mecánica del poder podía cambiar de manos pero no el poder propiamente dicho. Lo que unió de verdad a los vencedores de la transición no fue la Constitución de 1978 sino los negocios.
  5. Los medios de comunicación fueron los cómplices y beneficiarios de una democracia condicionada.
  6. Sin la erosión de una resistencia democrática, perseguida y sacrificada, el franquismo no hubiera dejado jirones de sí mismo en el largo camino hacia su muerte.
  7. La capacidad de encantamiento de toda transición pacífica desde una dictadura hasta una democracia procede de algo tan llamativo como que las víctimas consientan olvidar a los verdugos.
  8. La mayor desfachatez de la clase política de nuestra transición es que nos cobró un precio considerable, casi cabría decir abusivo, dando la impresión de que nos hacía un favor.

 

 

Más Noticias