Otras miradas

Con Podemos, participamos. Participando, podemos (y III)

Jesús Montero

. Secretario general de Podemos Madrid

Jesús Montero.
Secretario general de Podemos Madrid

En abril de 2014 hice público aquí mi compromiso con Podemos en un artículo con este mismo título.  Reflexionaba sobre el porqué del ataque a Pablo Iglesias, que ha persistido desde el primer minuto, y también sobre la pluralidad de energías organizativas y referencias intelectuales que anidaban en el seno de la candidatura de unidad popular y ciudadana entonces y más tarde partido de nuevo tipo. Indicaba los puntos fuertes del proceso en construcción y justificaba por qué merecía cinco escaños en el Parlamento Europeo, como felizmente ocurrió el 25 de mayo cuando irrumpimos y, con ello, interrumpimos el bipartidismo. En las líneas finales escribía: "Sé que es difícil diseñar el patrón y cortar el traje al mismo tiempo. Sé que no es fácil encontrarse, colaborar, escuchar, participar, aceptar, incluir, unir. Sé qué tiempos vendrán...".

Confieso que, aunque lo preveía, no pensaba que esos tiempos llegarían tan pronto, de forma tan acelerada y con tanta falta de pudor. Confieso que, aunque decepcionado por las formas en que se está desarrollando, no me sorprende que se manifieste el conflicto; a fin de cuentas, la lucha política, el conflicto de poder, de poder hacer esto o lo otro, se dirime primero en el propio sujeto político que aspira a liderar una comunidad política.. Demasiadas metáforas militares, nos han militarizado. Llevábamos seis semestres de "máquina de guerra electoral", externa e interna, y si no reconvertimos esta dinámica y la cultura que ha generado, oxidaremos la herramienta, griparemos el motor de cambio, que representa Podemos para nuestro pueblo, para la mayoría social que aspiramos a representar. Me niego a que sea éste el habitus de Podemos porque en estos años no reconozco estas formas de "obrar, pensar, y sentir" en los miles de inscritos, de activistas, que se han dejado la piel, el sueño y el bolsillo para con la dirección levantar, desde fuera y desde abajo, esta heroica, hermosa y humana experiencia de empoderamiento ciudadano. Este hecho político histórico e inédito de la emergencia de Podemos.

Si el Gurb de Mendoza volviera, diría como Astérix, estos "terrícolas podemitas" están locos, al observar los cinco millones de votos, los 15 grupos parlamentarios autonómicos, las principales ciudades gobernadas por una constelación de candidaturas municipalistas de cambio, el casi medio millón de inscritos e inscritas, los centenares de Círculos urbanos y rurales dentro y fuera de la "patria podemita". Estos son los indicadores del balance de los 1.095 días y las 1.095 noches desde aquel 17 de enero de 2014, cuando Pablo Iglesias puso el rostro por los demás. Estos son los atributos de la fuerza que ha despertado el miedo en los poderosos grupos económicos y mediáticos del país y provocado la preocupación en las cancillerías de la austeridad y hasta en Atlanta, sede la de Coca Cola.

¿Vamos a ser tan poco responsables, quiénes asumimos la responsabilidad de transformar la indignación en cambio político; tan faltos de madurez, quiénes hemos hecho posible madurar una conciencia nueva de ciudadanía critica; tan cortos de mira,  quienes siempre hemos portado con orgullo una mirada larga en medio de obstáculos y ataques y, con ello, dilapidar el capital político acumulado, decepcionar a tanta gente humilde que en nosotros y nosotras ha confiado, y sobre todo de hacer real el sueño de los poderosos de vernos convertidos en un partido más? ¿Les vamos a dar este gustazo? No debemos y no podemos malograr lo que con tanto esfuerzo, ilusión, liderazgo y auto-organización hemos levantado. No. Esta vez, el grito es "no – se – puede".  Esta sí que es una responsabilidad histórica. Nuestro pueblo, perdona los errores y hasta los fracasos; pero no nos perdonará que destruyamos su esperanza de cambio, porque Podemos ya no nos pertenece sólo a nosotros y nosotras.

Siempre imaginé Vistalegre II como esa asamblea fraternal, colaborativa y productora de sentido de una formación política que una vez alcanzado el objetivo electoral de cambiar el sistema de partidos, se prepara para alcanzar el objetivo político de construir una alternativa de gobierno y un poder popular, culturalmente hegemónico, socialmente vertebrado y económicamente autosuficiente. Deseaba, sin la permanente urgencia electoral, que pudiéramos debatir y elaborar políticas públicas alternativas al modelo agotado neoliberal y a la amenaza del neofascismo social pujante, al declive de una Europa hecha jirones para promover el renacimiento de un europeísmo popular y ciudadano; a los nuevos tambores de la guerra y el terror y las amenazas del cambio climático, construyendo una cultura de paz, solidaridad y sostenibilidad; que pudiéramos poner en común la experiencia de las confluencias municipalistas, con sus dolores y achaques, pero también con sus alegrías en el ejercicio de un poder local nuevo y participado, cuya evaluación mejoraría el gobierno municipal de manera que sea más próximo y así hacerlo el próximo poder en 2019; que pudiéramos deliberar sobre los contenidos constituyentes de una España plurinacional y para organizar Podemos no sólo federalmente, reproduciendo viejos "señoríos", sino federativamente promoviendo la autonomía y la cooperación, vertebrando "federaciones" territoriales, pero también de los sectores profesionales y de lucha, de manera que neutralizáramos tanto el corporativismo territorial como el lobbismo sectorial; que pudiéramos conocer las demandas y las reivindicaciones de la sociedad civil y construir con ella alternativas y nuevas formas de auto-organización popular; que pudiéramos diseñar y llevar a la práctica recursos formativos y materiales para fortalecer los círculos como antenas del pueblo empoderado y altavoces de la alternativa de cambio, tanto en los barrios y pueblos como en los sectores sociales; que pudiéramos, en fin, hablar de lo importante y no de lo urgente...

No podrá ser con la intensidad y profundidad que merecería la ocasión; habrá en el futuro inmediato que crear los espacios para esos estados generales de Podemos que nos merecemos, que necesitamos y que, en su momento, habrá que separar de la elección de órganos para que la legítima lucha por ser dirección no enturbie las aguas del debate. Pero no por ello debemos ponernos de perfil en la Asamblea, realmente existente. Toca tomar partido en Vistalegre 2 y elegir la hoja de ruta política y organizativa que consideremos mejor para lograr nuestro objetivo de derrotar al PP en 2020 y forjar una alternativa de gobierno y un contrapoder social que la impulse y la defienda de quienes la combatan cuando llegue el momento.

Han sido meses duros, como duras han sido las descalificaciones. Algunas de un anticomunismo primario como si se quisiera pescar en el inconsciente franquista y otras más propias de la terapia psicoanalítica, teñida de nacional – catolicismo, como si nos arrebatara irrefrenadamente el deseo de ser querido y reconocido a la derecha del Padre. El liderazgo es ese atractor exterior al que transferimos libidinalmente nuestro narcisismo para no destruirnos, porque el líder a todos quiere y a nadie en particular, pero individualmente, a veces, la pulsión erótica de sentirnos parte de su entorno próximo se transforma en pulsión tanática (lo odio –y destruyo- porque –creo que- ya no me quiere). Cuando dejamos de mirar arriba y por el contrario vemos al de al lado la cura de los comunes nos hace mejores y menos dependientes del favor del jefe. Por eso, la responsabilidad dirigente es tener presente siempre el interés general del pueblo, de los inscritos y las inscritas, de quienes nos votan y de quienes queremos que nos voten, y que esa brújula sea la que nos oriente, aunque nos haga cambiar el rumbo que, en nuestra soledad, brillantemente hemos creado.

No estoy encantado con el proceso asambleario de Vistalegre. Estoy decantado y con la misma ilusión que recuperé el 25 de mayo de 2014. Hasta aquí hemos llegado con Pablo y con todas las voces de la dirección por él lideradas. Yo he votado la lista y los documentos de Podemos para Todas porque no tengo ningún motivo para desconfiar, que como hasta aquí, la propuesta nos llevará a nuevas metas, aún más ambiciosas y de mayor responsabilidad. Pablo Iglesias ha dirigido incluyendo y la prueba del nueve es ver hoy al "otro Pablo", el que le disputo el liderazgo en el primer Vistalegre, trabajar codo con codo por hacer junto a él, aún más grande y mejor esta nueva formación política. Pablo ha escuchado otras voces, de dentro y de fuera de nuestra organización en construcción, y sé que hasta el último minuto intentó en lo político y en lo personal reunir las mejores ideas y a las mejores voces. El resultado de Podemos para Todas no es el óptimo, pero es el mejor de los posibles. Ver juntas en un equipo a personas como Gema Gil, espartana de coca-cola-en-lucha, y a Julio Rodríguez, general del ejército del aire, ¿no es acaso la prueba del algodón de la transversalidad? Sé que en las otras listas hay también buenas ideas y excelentes voces que enriquecerán la dirección; y estoy convencido de que gane quien gane, la inclusión será un hecho, porque nadie pierde con la democracia, con ella ganamos todos y por eso todos, quienes obtengan la mayoría y quienes no la obtengan deberán esforzarse en incluir y en dejarse incluir, en no permanecer en la oposición permanente. El compagno Antonio, el prisionero de Occidente Gramsci, a propósito de un debate, endiabladamente aún más turbulento, en 1926 terminaba una carta en nombre del Buró Político del PCI a los dirigentes rusos, "Los perjuicios causados por un error del Partido unido son fácilmente superables; los de una escisión o los de una prolongada situación de escisión latente pueden ser irreparables y mortales". No les demos el gustazo al régimen de restaurarse por nuestra ineptitud; no permitamos que la sonrisa vuelva a los reservados; no tengamos miedo al debate, sonriamos al compañero, a la compañera, porque sí se puede debatir con fraternidad y sororidad. Demostrémoslo, y habremos dado un nuevo paso de gigante. No lo hagamos y habremos dado la razón a quienes nos han combatido desde enero de 2014. Toca votar y no pasar, a pesar del hastío que en algún momento de zozobra uno ha podido sentir. Es la hora de la participación asamblearia y de la decisión democrática. Y tras el voto de los inscritos y las inscritas, todas juntas a remar en la misma dirección por construir un nuevo país, uno mejor, uno donde quepan muchos países, tantos como los derechos de nuestro pueblo.

Durante estos años he tenido la responsabilidad, y el honor, de formar parte del Consejo Ciudadano estatal, al tiempo que he dirigido, y sentido la gloria, de ser el secretario de la organización municipal con la experiencia municipalista doblemente exitosa de derrotar al PP de la corrupción y gobernar la capital de España. Con Vistalegre II se cierra una etapa para mí en lo personal. Esta vez es un paso atrás, precisamente para que la renovación, el relevo y la rotación nos haga más fuertes porque nuevas mentes y nuevos corazones empujen estatalmente el desarrollo de Podemos. Deseo para el nuevo Consejo Ciudadano estatal que resulte elegido buen trabajo, muchos cuidados y toda la fortuna para conducir Podemos en esta etapa decisiva que se abre para culminar el objetivo de transformar la indignación en cambio político. Y, en nombre de los círculos y de los inscritos y las inscritas de la ciudad de Madrid, quiero también dar la bienvenida a Vistalegre a quienes vienen de otros territorios peninsulares, insulares y del exterior y mostremos, a los que no pudieron venir pero seguirán con sumo interés nuestra Asamblea, cómo nos cuidamos y respetamos y demostremos a los adversarios, que también nos seguirán desde el acomodado parque ferial, que la alegre rebeldía no fue una noche de verano sino el tiempo nuevo de su segura derrota.

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