Otras miradas

Plan A: la hoja de ruta contra la contaminación en Madrid

Inés Sabanés

Delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid

Inés Sabanés
Delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid

Los niveles de contaminación en Madrid son muy preocupantes. Llevamos ya muchos años superando los límites marcados por la UE y la OMS. La sistematización en la aplicación del protocolo anticontaminación nos hace visible que estos episodios, el último el pasado  fin de semana, requieren medidas permanentes y valientes. No sólo nos conmina la UE, es también ya una importante preocupación de la ciudadanía.

Desde que asumimos el Gobierno de la ciudad de Madrid, ha sido una de nuestras preocupaciones constantes y fue una de las primeras tareas que tuvimos que afrontar. Así, iniciamos la renovación de la flota de la EMT, fomentamos modos alternativos de transporte, planteamos un plan de aparcamientos disuasorios, mejoramos BICIMAD y, sobre todo, modificamos el Protocolo Anticontaminación con carácter más preventivo para garantizar la salud de las personas que viven y trabajan en Madrid en episodios donde se superan todos los umbrales.

Pasar a la acción en lugar de reaccionar es el siguiente paso. Con el Plan A de Calidad de Aire venimos a completar esta labor, estableciendo un catálogo de medidas de carácter estructural para mejorar la calidad del aire de nuestra ciudad y cumplir con los requerimientos de la UE. El Plan A de Calidad de Aire es nuestra apuesta por el futuro con una batería de actuaciones que combina varios ámbitos de actuación.

En primer lugar, actuamos sobre la movilidad. Establecemos un Área Central de Bajas Emisiones, redes de carriles bus, nuevos itinerarios ciclistas y ampliación de BiciMAD, rediseño de las vías principales de distribución del tráfico y conexión periferia-centro, aparcamientos disuasorios y fomento de los carriles Bus-VAO.

En segundo lugar, actuamos con respecto a la tecnología de los vehículos, desarrollando una fiscalidad y un sistema de incentivos favorables a los vehículos eléctricos y a los más ecológicos, ayudas al sector del taxi e impulso a los vehículos compartidos.

También actuamos en regeneración urbana, con el impulso de la rehabilitación energética de los edificios, monitorización del ahorro energético, impulso de las energías renovables y la reducción de emisiones en la gestión de los residuos. Por último, en cuanto a la adaptación al cambio climático, introducimos soluciones basadas en la naturaleza en la línea de lo que se está desarrollando en Madrid+Natural: intervenciones a escala edificio – barrio – ciudad.

La aplicación de estas medidas tiene como objetivo la reducción de un 15% de emisiones NO2 totales en 2020 y un trasvase modal que suponga una reducción de necesidad de recorridos en vehículo privado de un 25%. Para ello, es imprescindible adoptar medidas de limitación de acceso del vehículo privado motorizado en función de su etiquetaje (clasificados e identificados por la DGT) y su antigüedad. Con respecto a las reducciones de CO2, podemos cumplir con el objetivo de alcanzar un nivel de emisión un 40% inferior al de 1990 para 2030 en términos de emisiones directas e indirectas de CO2 equivalente.

Esa es nuestra prioridad y para ello, dotamos a las medidas de un horizonte temporal en dos fases: 2020 para la consecución de los objetivos contemplados en la normativa y 2030 para la necesaria transición energética y consolidación de un modelo de ciudad de bajas emisiones.

También es una prioridad porque destinaremos en lo que queda de legislatura alrededor de 544 millones de euros, además de contemplar nuevas vías de financiación alternativas al presupuesto municipal, tanto públicas como privadas.

Asumir nuestro papel no significa que la responsabilidad sea solo nuestra. El cielo no empieza ni acaba en los límites de nuestro término municipal. La cooperación con otras administraciones es vital. En este sentido, vamos a presentar estas medidas en la respuesta que desde la Unión Europea se nos demanda pero el resto de administraciones tiene que poner de su parte. El aire lo compartimos todas las ciudades y por eso hacemos un llamamiento, en primer lugar, a la Comunidad de Madrid para que revise su enfoque en el borrador de Protocolo Anticontaminación que ahora mismo están manejando y en el Plan Azul y trabajemos conjuntamente en una respuesta coordinada. En segundo lugar, al Gobierno Central para que cambie su marco de subvenciones hacia los vehículos menos contaminantes en la línea de lo que nos está demandando la Unión Europea.

También apostamos por la sensibilización, la colaboración y la participación ciudadana. Los madrileños y madrileñas son ya conscientes del problema. De hecho, me gustaría señalar y agradecer la respuesta tranquila y paciente de las personas que viven y trabajan en Madrid cada vez que hemos tenido la necesidad de activar el Protocolo Anticontaminación. La implicación y la colaboración ciudadana en planes como éste no sólo nos acercarán a los objetivos que nos hemos propuesto, sino que nos dará una ciudad mejor, más sana y con ciudadanos más libres y responsables.

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