Otras miradas

España sigue en la cola de Europa en políticas activas de empleo

Mari Carmen Barrera

Secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Protección Social de UGT

Mari Carmen Barrera
Secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Protección Social de UGT

En UGT entendemos que es una prioridad absoluta invertir en Políticas Activas de Empleo (PAE), ya que deben ser el motor sobre el que se asiente un cambio de planteamiento sobre nuestro modelo productivo y nuestro mercado laboral que hoy en día es más urgente y necesario que nunca. Además es necesario cambiar la naturaleza de las PAE de nuestro país, pues mientras en España la mitad de lo invertido se destina a incentivar la contratación por las empresas, a través de bonificaciones, en la UE-15 se destina a estas bonificaciones menos de un cuarto del total presupuestado para PAE y la mayor inversión, por el contrario, es destinada a formación y orientación laboral.

Y es que llama la atención que siendo España líder en desempleo en el entorno de la UE-15, el gasto en PAE sea un 12,5% inferior a la media europea y cuatro veces menor que la cuantía invertida por los Países Bajos y Dinamarca. Es por esto que los servicios públicos de empleo no tienen recursos suficientes para afrontar una tarea que desde UGT entendemos como vital: es necesario realizar una evaluación de cada persona desempleada para tener un diagnóstico real de por qué esa persona no puede acceder al mercado laboral. Sin este paso previo es imposible encontrar solución al desempleo, a cada caso concreto.

Los Presupuestos Generales del Estado no destinan recursos suficientes a las PAE y además éstas se ven marginadas dentro del total destinado a empleo, algo que vemos claramente mirando al entorno europeo: en España, del total invertido en empleo sólo el 25% es destinado a PAE, mientras que en la media de la Europa de Los Quince, el gasto en PAE en relación al total presupuestado para empleo es de un 27%, con países como Suecia donde este nivel de gasto (con tasas de desempleo muy inferiores) se sitúa en el 46,2%. La consecuencia de este nivel bajo de inversión en PAE es que los recursos de nuestros Servicios Públicos de Empleo (SPE) son claramente insuficientes para actuar sobre las elevadas tasas de desempleo de nuestro país. En concreto la inversión de España en los SPE se sitúa en el 0,13% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que países como Francia nos duplican en inversión respecto al PIB y en Holanda nos superan en más de tres veces, con un 0,47% del PIB de inversión en los SPE.

Además el trabajo de los SPE no terminaría en la labor de diagnóstico; deben ir más allá y establecer un diálogo permanente con los actores implicados en el mercado de trabajo (empresas, sindicatos, centros de formación, Universidad, Administración), para poder poner en línea los diagnósticos realizados a desempleados con las necesidades del mercado laboral. Es necesario crear Observatorios Sectoriales del Empleo tal y como existen en Francia o Reino Unido, que contribuyan a reducir la opacidad de nuestro mercado laboral actual. Para planificar una orientación laboral adecuada es necesario adelantarse a lo que va a suceder y no contar con estadísticas "a toro pasado" (Encuesta de Población Activa o paro registrado). En esa labor de anticipación deben jugar un papel primordial nuestros SPE y las PAE.

Y es que los datos de desempleo evidencian el fracaso, la necesidad de un cambio de estrategia, pues la que se ha llevado a cabo en materia de creación de empleo en los últimos años se ha basado exclusivamente en estimular a las empresas y al mercado, precarizando casi al límite el empleo. Y esta estrategia no ha funcionado ni lo va a hacer, pues la desigualdad creada en estos años de crisis solo puede combatirse con robustas PAE, que evalúen, diagnostiquen, orienten y formen a los desempleados de los colectivos más desfavorecidos.

El cambio de esta estrategia es fundamental para sacar al empleo y a los desempleados y desempleadas de este círculo vicioso de inestabilidad, precarización, rotación y vuelta al desempleo.

La estrategia de la precarización es la peor de las estrategias posibles. Es pan para hoy y hambre para mañana. Es empleo sin más futuro que salarios de pobreza y la vuelta al paro más pronto que tarde: bien al primer signo de debilitamiento económico (a través de la contratación temporal o del despido más barato y subvencionado) o bien a través de la rotación laboral de contratos temporales en fraude que ignoran libremente la legislación.

El cambio ha de ser en todos los elementos que componen la estrategia actual: en la derogación de la regulación laboral (contratos, despido, rebajas unilaterales de los salarios y las condiciones de trabajo, negociación colectiva) tanto como en la supresión de las subvenciones generalizadas a la contratación.

Estos cambios se corresponden con los tres objetivos del Plan de Choque por el Empleo de UGT: Cantidad, Calidad, Igualdad.

Se trata de combinar lo productivo, para lograr más y mejor empleo, lo laboral, para mejorar la calidad del empleo (empleo decente y con derechos), y la igualdad (actuaciones en materia de políticas de empleo y protección) para terminar con la marginación del paro de larga duración e igualar las oportunidades de acceso a un empleo decente.

Y esto es ineludible que venga acompañado de una Reforma Fiscal para que España ingrese más y gaste más en Políticas Públicas. Hay una diferencia de hasta 7 puntos de PIB en ingresos fiscales en España, respecto de algunos países de la Unión Europea.

El nivel de ingresos públicos ha de crecer rápidamente hacia la media europea. Es la forma de reducir más rápidamente el paro y priorizar de verdad la creación de empleo, garantizando la calidad del mismo: inversión en políticas públicas de empleo, inversión en un plan de choque por el empleo. Y esto es incompatible con las bajadas de impuestos que anuncia el Gobierno. Hay que invertir, no gastar, en el futuro de la ciudadanía española, en una cuarta parte desempleada, pues en la solución del desempleo se encuentra la clave del futuro de nuestro país.

 

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