en Público – Otras miradas https://blogs.publico.es/otrasmiradas Los artículos y columnas de Otras miradas sobre la actualidad política y social en Público. Mon, 18 Mar 2024 19:19:49 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.4.3 Terraplanistas de la memoria https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81285/terraplanistas-de-la-memoria/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81285/terraplanistas-de-la-memoria/#respond Mon, 18 Mar 2024 05:02:40 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81285 Continuar leyendo "Terraplanistas de la memoria"]]> Monumento fascista de Puerto del Escudo, Burgos.- Iñigo Basaguren-Duarte
Monumento fascista de Puerto del Escudo, Burgos.- Iñigo Basaguren-Duarte

El pasado mes de febrero se derogó la ley de memoria democrática de Aragón. Hay mucho que decir respecto a las repercusiones que tendrá, pero aquí me gustaría centrarme en la justificación del nuevo texto legal, porque es muy elocuente respecto a las políticas reaccionarias de la memoria. 

Es paradójico que una ley que acusa a otra de tergiversar la historia comience con una mentira. Concretamente cuando afirma que la difunta ley de memoria democrática de Aragón impone "limitación en la definición de ‘víctimas’ a los que sufrieron muerte y represión por una parte, pero no por la otra". La Ley 14/2018 describe como víctimas a "las personas asesinadas, las que sufrieron daños físicos o psíquicos y las que fueron objeto de desaparición forzosa durante la guerra civil y la dictadura franquista", así como a "las personas que padecieron represión por sus creencias políticas o religiosas, por su expresión, orientación sexual o identidad de género, o por su origen étnico". Es obvio que ahí quedan englobadas las víctimas que lo fueron en territorio republicano.  

En otros casos, sin embargo, no está tan claro si prima la mentira o la ignorancia. Por ejemplo, cuando el legislador asevera que "la memoria es algo subjetivo y personal". Hace más de un siglo que sabemos que existe la memoria colectiva. Sociólogos, antropólogos e historiadores han escrito miles de páginas al respecto. A estas alturas, negar su existencia es terraplanismo sociológico. Un terraplanismo con intención política en este caso, porque lo que subyace es la idea thatcheriana de que no existe la sociedad, sino los individuos. Así pues, el legislador debe simplemente "garantizar a los ciudadanos los medios y el libre acceso a las fuentes para que, con plena libertad, se analice el pasado histórico sin recibir consigna, censura o condicionamiento alguno". Una ley liberal frente al autoritarismo de izquierdas. 

Huelga decir que aquí hay trampa. Y queda clara en la reciente protección otorgada por la Junta de Castilla y León al monumento fascista del Puerto del Escudo. En la web de la Junta se habla de arquitectura racionalista, del siglo XVIII y de las pirámides de Meroe. De lo que no se habla es del fascismo que lo levantó, seguramente para evitar al ciudadano "consigna, censura o condicionamiento alguno". También se construye discurso con elipsis. En este caso, uno que legitima el fascismo como una opción política más. Ese, y no otro, es el objetivo que persigue la nueva ley aragonesa, supuestamente liberal: normalizar ideas iliberales y antidemocráticas 


Mientras la derecha impone su relato a escondidas, acusa a otros de hacer lo propio abiertamente. Así, la ley que deroga la de memoria democrática en Aragón critica la anterior por imponer una historia oficial que vulnera las "libertades públicas, puesto que al legislador no le corresponde construir un relato histórico". Pensar que no existen los relatos históricos oficiales en las democracias modernas es de una candorosa inocencia 

Relatos oficiales son los que se transmiten de forma cotidiana en los colegios, en los telediarios y el día de la fiesta nacional. Aparecen recogidos en las leyes cuando estas nos dicen qué contenidos históricos se han de enseñar o qué hechos debemos celebrar. Relato histórico oficial es el que estipula qué informaciones sobre el pasado se transmiten en los medios de comunicación públicos y en qué períodos históricos se invierten más recursos. Y lo son las conmemoraciones, el Museo del Ejército, la Real Academia de la Historia y Patrimonio Nacional. También la protección de la tauromaquia como patrimonio y la web de la Junta de Castilla y León hablando del monumento en el Puerto del Escudo. Nadie recuerda solo lo que le da la gana. Recuerda también lo que la sociedad en que vive considera relevante y lo que el Estado establece a través de leyes e instituciones. 

Y lo cierto es que la derecha nunca ha tenido ningún problema con ello. Todo lo contrario. Con lo que tiene un problema es con la historia oficial que trata de promover la izquierda. En el fondo, derecha e izquierda están de acuerdo en una cosa: que es necesario un consenso mínimo respecto a cómo entendemos y nos contamos nuestro pasado. Y tienen razón. Solo que para la derecha la clave en el relato es la unidad de España y la monarquía. Para la izquierda, los derechos humanos y el rechazo a la dictadura. Y lo que de verdad es un problema no es la diversidad ideológica o los relatos oficiales, sino que parte de la derecha ya no reconozca estos últimos valores como prioritarios.   


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Todo por un casino https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81300/todo-por-un-casino/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81300/todo-por-un-casino/#respond Sun, 17 Mar 2024 06:05:55 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81300 Continuar leyendo "Todo por un casino"]]> Todo por un casino
Pere Aragonès y Salvador Illa tras firmar el acuerdo sobre los presupuestos de la Generalitat, a 27 de febrero de 2024, en Barcelona.- EP

La política española ha vuelto a implosionar y esta vez ha sido por un casino. Eso sí, no por uno cualquiera: se trata del casino más grande de Europa, se trataba de convertir o no a Tarragona en Las Vegas europea. 

Ése ha sido el escollo que ha tirado por tierra los presupuestos catalanes precipitando su convocatoria electoral al 12 de mayo y paralizando la política nacional, incluidos sus presupuestos, hasta que pase la contienda. 

Los Comunes con su voto en contra en el Parlament accionaron la manivela de una maquinaria ajena. Muchos los pintan como a los malos de la película. Pocos van a ver la película entera. Y es que las que van de idas y vueltas politiqueras son densas y aburridas. Como ésta me parece importante, intentaré contarla modo tráiler de película con éxito de taquilla.

300 mesas de juego, 1.200 tragaperras, el consumo de agua de una ciudad de 30.000 habitantes, un macroproyecto como Marina D'or –y que Marina D'or me perdone– más lo enfermizo y la delincuencia que el juego conlleva. Una de esas megalópolis sobre las que, dentro de una década, muchos nos preguntaríamos quién permitió semejante burrada social y urbanística.

La idea original fue de Artur Mas y era todavía más gigantesca. Entonces, en 2014,  para hacerlo posible, aprobó que la fiscalidad del juego presencial en Catalunya pasara del 55 al 10%, como solo ocurre en Macao y en Singapur, paraísos fiscales del juego. ERC votó entonces en contra de la modificación de la fiscalidad del juego. Hoy estaba dispuesta a comérsela porque el juego cambia cuando es uno el que gobierna y más si lo hace en minoría. 

Desde entonces el proyecto ha tenido algunos problemillas. Los tribunales invalidaron en 2020, por motivos ambientales, el ordenamiento urbanístico que lo iba a poner en marcha. Es decir, que los jueces lo pararon en seco y obligaron a volver a empezar. Ahora el Govern de Catalunya, este año según sus fuentes, tiene que aprobar o no la nueva modificación urbanística, es decir, tiene que decidir si está dispuesto a poner en marcha de una vez por todas este macroproyecto que nadie defiende pero nadie entierra.

ERC reconoció  en privado a los Comunes que no era suyo, que era una imposición del PSC para apoyar las cuentas. De hecho, el Conseller de Salud ha hecho declaraciones en contra y otros consellers republicanos han puesto likes en redes sociales a tuits de diputados comunes atacando al proyecto. Pere Aragonés y Ester Capella, el President y la consellera al cargo de este marrón, lo han defendido con la boca pequeña en contra de la mitad de sus compañeros de Gobierno y probablemente de sus propios principios. 

Aragonés llegó a reconocer en el Parlament -y así consta en el diario de sesiones- que este proyecto era "la madre del cordero" para que Illa les aprobara los presupuestos. 

Los Comunes intentaron pactarlo de mil y una maneras para salvar su apoyo a las cuentas republicanas, como hicieron en las tres ocasiones anteriores: pusieron encima de la mesa una moratoria hasta que tengan normalidad hídrica, es decir, propusieron parar el proyecto hasta que llueva y la mayor sequía de la historia deje de azotar a Catalunya. Los Republicanos les respondieron que una moratoria sí,  siempre y cuando no afectara al macrocasino. También les propusieron una modificación de su fiscalidad ultraventajosa para desincentivar el proyecto. Tampoco les pareció bien y solo ofrecieron un grupo de trabajo para estudiar la fiscalidad del juego a medio plazo.  

La otra excusa esgrimida por el Govern para no evitar el dichoso proyecto es que están agarrados por las posibles indemnizaciones que implicaría romper el preacuerdo. Los expertos de los Comunes, experimentados en urbanismo, calculan que en el peor de los casos eso podría costar entre 5 y 15 millones de euros. Este Govern ha recuperado la propiedad pública de la gestión del agua en Catalunya arriesgándose a pagar entre 300 y 400 millones de euros a la empresa privada a la que se la quita. Hacer política implica gastar dinero y los republicanos han demostrado que eso no les frena.  

Cuando los Comunes avisaron al PSC de que no iban a apoyar los presupuestos porque no habían conseguido ningún acuerdo, ninguna vía, nada de nada para frenar este plan que creen que se ha quedado viejo, los socialistas catalanes no reaccionaron con preocupación ni intentaron buscar soluciones. Simplemente les notificaron el acuse de recibo.  

Así que pasó lo que estaba previsto que ocurriera y para lo que unos y otros ya tenían preparada la respuesta: elecciones anticipadas y postergación de todas las cuentas. 

Habrá secuela de este culebrón de primera. Ya se prepara la segunda parte. El Govern que salga del 12M es probable que combine, desde dentro o desde fuera, a los tres en discordia por este tema. Veremos si se siguen peleando hasta sus últimos consecuencias por un casino o si, para entonces, ponen en vigencia eso de que con las cosas de Estado no se juega.

Y sí, para escribir este artículo he bebido de las fuentes comunes que, a pesar de la sequía, siguen manando agua potable que resulta fresca.

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Ira de Fürstenberg y la antigua modernidad de la Costa del Sol https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81312/ira-de-furstenberg-y-la-antigua-modernidad-de-la-costa-del-sol/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81312/ira-de-furstenberg-y-la-antigua-modernidad-de-la-costa-del-sol/#respond Sun, 17 Mar 2024 06:00:23 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81312 Continuar leyendo "Ira de Fürstenberg y la antigua modernidad de la Costa del Sol"]]> Ira de Fürstenberg y la antigua modernidad de la Costa del Sol
Ira Von Furstenberg, en una imagen de 2005 en Nueva York (EEUU). AFP

"Pasé de que mi padre no me dejara usar pantalones a ir a la playa en biquini", con esta frase definía mi madre el cambio que se produjo en su vida cuando, en 1964, visitó por primera vez la Costa del Sol, el lugar donde pasó el resto de su vida. La reciente muerte de Ira de Fürstenberg ha traído a la memoria aquellos tiempos en los que Torremolinos y Marbella eran un paraíso de libertad, de colores psiquedélicos, chicas en biquini y chicos ataviados con boas de plumas rosas en una España tirando a gris y una Europa que tampoco era precisamente una tómbola de luz y de color. El New York Times, en un obituario publicado la semana pasada, dice de Ira que fue la primera it girl; el Washington Post destaca que Dalí la invitó a posar desnuda... pero eso se queda en un par de anécdotas pueblerinas si analizamos la trayectoria de esta princesa valiente y libre y si nos fijamos en otras mujeres (y algunos hombres) que decidieron explorar su libertad en ese trozo de la carretera N340 que empieza en el aeropuerto de Málaga y acaba un poco antes de Estepona.

Haciendo un resumen rápido podemos destacar que Ira de Fürstenberg se casó o fue casada a los 15 años con el también príncipe y creador del mito de la Costa del Sol Alfonso de Hohenlohe (de 31 años). Tuvo dos hijos con él y, tras un lustro de matrimonio, se divorció y, a los ocho meses, contrajo nupcias de nuevo con el guapísimo playboy Francesco Pignatari. No hay que ser matemática para intuir que el divorcio lo produjo este italo brasileño del que se separaría cuatro años más tarde. Ese espíritu rebelde, esa impronta pasional contrastaban en la época con lo que se suponía que debía hacer cualquier mujer: casarse y adaptarse a una vida consagrada a su familia y (si pertenecía a la burguesía o, como su caso, la aristocracia) al disfrute de la fortuna de su esposo. Pero ella, como epítome de la forma de vida de la Costa del Sol, rompió ese corsé y se dedicó al cine con Vittorio de Sica, a ser modelo con Pucci, a viajar y a tomar decisiones que incluso en Marbella causaban cierto escándalo.

Por supuesto, los habitantes de la Costa del Sol de los años 60 y 70 no eran todos aristócratas, ni estrellas de Hollywood como Sean Connery o Deborah Kerr, ni podían permitirse los privilegios de esa élite, pero el hecho de que ellos gozaran de esa libertad hizo que el resto de los mortales pudieran apuntarse al carro de disfrutar de lo prohibido. Lo oficialmente no permitido, como el LSD, la marihuana o el amor libre que algunos llamaban orgías y de asuntos reprimidos por la moral mundial que ahora parecen casi increíbles. De, como en el caso de la pianista Pia Beck vivir con su novia y sus hijos como una familia más en un lugar donde la homosexualidad era lo normal y traspasaba esa etiqueta de "estar tolerada" o, imitando a Gunilla, pasear con transparencias por la calle y escoger a un "chulazo" (o playboy, que queda más fino) como marido; hacerse empresarias como Menchu, con su emblemático pub de Puerto Banús o diletante soltera sin que nadie considerase que se quedaba a vestir santos como terminó siendo Ira de Fürstenberg, siempre del brazo de algún efebo, por no llamarle musa, como a ella.

Los que crecimos viendo todo aquello, lamentamos que los testigos de esa época de ruptura, de excitación por lo nuevo, de consciencia de estar haciendo historia se vayan marchando. Que ya solo podamos leer en hemerotecas cómo Timothy Leary vivió una temporada en el cielo de Torremolinos o Brian Jones bailó con las malagueñas más modernas en la discoteca Tiffany’s o de las correrías de los Choris antes de que Luis Ortiz no sentara la cabeza (las chicas de la Costa del Sol no somos de hacer sentar cabezas a nadie) con Gunilla.

Y no viene mal recordarlo en un tiempo en el que las it girls son las Kardashian y su máxima transgresión es hacer un sujetador que marca el pezón erecto y los playboys ahora se llaman influencers, como si su ejemplo fuera algo a seguir.

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El Casino Catalán y las elecciones https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81294/el-casino-catalan-y-las-elecciones/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81294/el-casino-catalan-y-las-elecciones/#respond Sat, 16 Mar 2024 05:59:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81294 Continuar leyendo "El Casino Catalán y las elecciones"]]> Varias personas portan pancartas contra el proyecto Hard Rock, durante una manifestación contra los macroproyectos turísticos catalanes, en Barcelona, en marzo de 2023. EUROPA PRESS/Lorena Sopêna
Varias personas portan pancartas contra el proyecto Hard Rock, durante una manifestación contra los macroproyectos turísticos catalanes, en Barcelona, en marzo de 2023. EUROPA PRESS/Lorena Sopêna

"Pero por favor, ¿vamos a confiar la recuperación de la economía y el empleo a operaciones de esta naturaleza?"

Al habla Felipe Gonzalez, Expresidente del gobierno de España.

¿La fecha? Seis de julio de 2012. ¿El lugar? Un curso de El Escorial. La "operación de esta naturaleza" es la instalación de un macro casino gigantesco en Madrid.

Apenas tres semanas antes, el 25 de julio de 2012, el diario El País titulaba: "El PSC deja de titubear y ahora se opone a la "isla de ilegalidad" que sería Eurovegas". En este caso no hace referencia a Madrid, sino al proyecto conocido hoy como Hard Rock y que se podría desarrollar (o no) en Tarragona.

Como en las mejores películas de viajes en el tiempo, el yo del pasado del actual alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, dice en el artículo que "Eurovegas está ligado al desarrollismo y la explotación del territorio". Curioso.

El pasado miércoles se votaban los presupuestos en Cataluña, que finalmente no salieron adelante. ERC había conseguido un único apoyo de todos los que necesitaba para sacar adelante los mismos, el del PSC. En el hemiciclo hay representadas nueve fuerzas políticas. El gobierno había iniciado la legislatura como gobierno de coalición con Junts y posteriormente se había roto.

En el acuerdo entre ERC y el PSC estaba, impulsado por el PSC, el mismo proyecto que hace diez años había tachado de desarrollista explotador del territorio. Era, de hecho, una linea roja para la aprobación de los presupuestos.

¿Qué ha pasado en estos diez años para que el Macrocasino se haya vuelto indispensable –al punto de jugarse unos presupuestos por el mismo– para el desarrollo de Cataluña? Es una buena pregunta que, como madrileño, me temo que no tengo mapa suficiente para responder.

Lo que pasa es que cómo esta semana he visto a muchísima gente de fuera de Cataluña con las ideas súper claras sobre lo que estaba pasando e iba a pasar en Cataluña me he dicho "ah, pues yo también". ¿Por qué no?.

Para mi lo que ha cambiado en estos 10 años es que hace más calor y hay menos agua. En Cataluña, en concreto, uno de los debates que consiguieron abrirse paso hasta la discusión del conjunto de España además de la amnistía en estos meses ha sido precisamente la sequía.

El macro casino denominado Hard Rock consume en agua lo que una población de en torno a 10.000 habitantes. Cuenta con 300 mesas de juego y 1.200 máquinas tragaperras. Se me ocurre que si alguien diseñara un centro de ocio así para que chavales de en torno a 20 años jugaran a e-games tendríamos una tremenda polémica sobre ocio y juventud, pero 1200 máquina tragaperras es, sin duda, lo que cualquier territorio con problemas de sequía necesita.

Las Vegas, al fin y al cabo, está en el desierto de  Nevada. Pero no está en el desierto por su temperatura, está en Nevada por sus excepcionales condiciones fiscales. Algo que se reproduce también en este proyecto que pretende bajar los impuestos al juego del 55% al 10%.

Estos son los motivos que han llevado a los Comunes de Cataluña a no aprobar los presupuestos. Cómo soy de Madrid, para saber si es una idea razonable o no me he hecho las siguientes preguntas. ¿Deberíamos haber aprobado el Eurovegas que impulsaba Esperanza Aguirre? ¿Qué pasaría si le presentáramos el proyecto del Hard Rock a la ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, si la titularidad del mismo dependiera del gobierno central? ¿Qué debería haber dicho Sumar si el PSOE lo hubiera propuesto como base necesaria para un acuerdo de legislatura en el gobierno progresista?

El objeto de la disputa presupuestaria no está demasiado en la discusión pública. Quizás en la catalana lo esté más, pero desde luego "aquí abajo" no demasiado. Angels Barceló lo definió el jueves por la mañana como "excusa electoral para forzar unas elecciones" y lo llamo "complejo turístico". Como si habláramos de construir unos apartamentos cerca de la playa para que se refresquen los pinreles unos pobres alemanes.

Quizás es por estar en marzo, veremos si el 12 de mayo, día de las elecciones catalanas, la temperatura ambiente invita más a los macrocasinos o a las superillas, los árboles que dan sombra, cuidar los huertos y la agricultura y racionalizar el uso del agua intentando avanzar en la transición climática.

Y supongo que eso es lo que más me importa de todo. Entender que cada vez más, cada vez con más urgencia, las líneas rojas se van a volver líneas verdes o líneas azules. Es absolutamente alucinante que en vez de estar discutiendo cómo de lejos llevamos la transición ecológica que tenemos que hacer y cómo de justa es para que la mayor parte de la población viva mejor y no se muera de calor (o peor, de sed) y el impacto en la economía de nuestro país sea irreversible, estemos discutiendo si debemos avanzar o no en aquello que hace diez años nos parecía un espanto.

Y si alguien cree que esto es una particularidad catalana, cierro diciendo que esta semana el gobierno de Andalucía ha anunciado que quiere limitar el agua de las piscinas para las comunidades de vecinos, pero no para los hoteles turísticos.

¿Se va viendo el mapa?

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A favor de la igualdad https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81208/a-favor-de-la-igualdad/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81208/a-favor-de-la-igualdad/#respond Fri, 15 Mar 2024 05:16:16 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81208 Continuar leyendo "A favor de la igualdad"]]> Freepik.
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¿De qué hablamos al hablar de "feminismo de la igualdad"? Lo primero que hay que saber es que esa denominación la utilizó el feminismo de la diferencia contra el feminismo existente, ya que a ninguna feminista hasta entonces se le habría ocurrido autodesignarse de la igualdad, por considerarlo algo redundante. Quiero hoy hablar un poco sobre la igualdad, no tanto como adjetivación de un feminismo, sino más bien como paradigma que a todo feminismo le compete e interesa. 

La filósofa Celia Amorós –a quien por cierto se apela cuando interesa y se descontextualizan sus ideas, después de haber contribuido a echar sobre ellas el más espeso manto del olvido- afirmaba tajantemente que todo derecho a la diferencia presupone, obviamente, la igualdad. A la igualdad, que no a la identidad. Se trata de la igualdad como reivindicación entre los sexos y como categoría de análisis.

Esta categoría enfatiza lo que los sexos tienen en común en tanto humanos y quiere desvelar las diferencias de género como constructo de una razón interesada por patriarcal. Desde la reclamación ilustrada de igualdad para las mujeres hasta nuestros días esta idea ha servido de horizonte regulativo y ha movido muchas conciencias femeninas en la reivindicación de sus derechos. 

Sin embargo, como lo sostiene también la filósofa Celia Amorós, esta idea ha sufrido de un tiempo a esta parte embates que quieren deslegitimarla: "La idea de igualdad en el ámbito del llamado postmodernismo es, como ha dicho Amelia Valcárcel, una idea obscenizada". Obs-scenizado – o, en nuestro caso, obscenizada-, es, como lo ha señalado Teresa de Lauretis, aquello que queda fuera de escena.

"Una manera expeditiva de obscenizar la idea de igualdad consiste en utilizarla como sinónima de 'identidad'" (Amorós, 2005, 303). Pero reclamar la igualdad no es reclamar la identidad ya que, si volvemos de nuevo a Amorós, sabemos que la identidad implica que los sujetos a los que nos referimos son indiscernibles, indiferenciables, en tanto que "cuando hablamos de igualdad, nos referimos a una relación de homologación bajo un mismo parámetro que determina un mismo rango, una misma equiparación de sujetos que son perfectamente discernibles" (Amorós, 2005, 287). 

Son discernibles, esto es, diferentes y diversos. Y el paradigma de la igualdad en el feminismo nunca ha negado esas diferencias entre mujeres, que hoy se repiten como un mantra: etnicidad, orientación sexual, clase, etc. Variables de las que ya hablaban las feministas de los 70, como Kate Millett, por cierto. Porque la diferencia es un hecho, en tanto que la igualdad es un derecho.

Teorizado el derecho a la igualdad, lo cierto es que cultural, económica, jurídica o políticamente la desigualdad entre los sexos se sigue expresando en diferentes grados en las muy distintas sociedades de nuestro mundo. Casos extremos de nuestro presente nos hacen reconocer cómo la desigualdad de las mujeres pervive como una injusticia sangrante hoy a escala planetaria.

Su impugnación ha ido de la mano de la reclamación de la igualdad de los sexos, como reclamación radical, que se vincula con textos emblemáticos como la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana de Olimpia de Gouges ya en 1791. A través de su historia, la misma reclamación se encarna en las luchas por el derecho al voto del más conocido episodio sufragista. Y en los años 60 del siglo XX se convierte en una reivindicación feminista que va mucho más allá de la óptica de la igualdad formal.  

Sin duda, la igualdad de las mujeres se ha plasmado en algunas conquistas a lo largo del siglo XX y en los años entrado el XXI, en mayor o menor grado y en unas sociedades más que en otras. Pero la superación de los géneros en una sociedad no patriarcal de individuos, no de géneros, sería la meta de un feminismo que se asocia con la igualdad. Y, por tanto, este feminismo parte de que las diferencias de género no son otra cosa que constructos de una razón interesada, por patriarcal. 

Por otro lado, sin caer en un biologicismo ramplón, no se puede obviar cómo la biología y la psicología nos informan de que hay diferencias. El problema será no negar estas diferencias, pero a la a la vez pensarlas como no determinantes de la vida social y personal de los individuos y de su derecho a la igualdad. Frente a una tradición de pensamiento que ha querido poner en la diferencia corporal el fundamento para una diversidad genérica que se traduce en desigualdad para las mujeres, el constructivismo asociado a la igualdad ha tenido que radicalizar su crítica a toda posición esencializadora. Y con ello también a la versión de la complementariedad de los sexos que, ya desde Rousseau, se resuelve en la reducción de un polo a otro: el relato de que los sexos son complementarios ha ido demasiadas veces de la mano del hecho de la dominación de lo que se presenta como genéricamente humano, el hombre, sobre una caracterología femenina entendida como prefijada e invariable.  

Pensar esa caracterología como compartida por todas las mujeres conduce a la nada inocente operación de recluir a estas en un genérico, negándoles toda posibilidad de individuación. Y, repetimos, ello no es nada inocente, ya que "la razón por la que a las mujeres se nos niega lo que la filosofía tradicional ha llamado 'el principio de individuación' debe ser la misma que aquella por la que se nos niega el poder" (Amorós, 1997, 428-9).  

Dicho esto, parece claro que romper los estereotipos de género es emancipatorio, abriéndose la puerta a una pluralidad de estilos de vida no determinados por normas sociales y culturales que perpetúen la desigualdad. Por tanto, todo feminismo tiene que presuponer y llevar en su entraña política la reivindicación de igualdad, que no es otra cosa que la impugnación teórica y práctica de la desigualdad misma.  

Aceptando, con Celia Amorós, que el concepto de igualdad ha de ser revisado para desechar aquellos contenidos que estén en descomposición, sigue siendo este el vínculo que permite asociar pensamiento y praxis, ya que "la investigación actual de mujeres y género ha perdido ampliamente su conexión con el movimiento de mujeres o la política feminista".

Pero el feminismo, y el pensamiento feminista con él, es ante todo un compromiso con la praxis y, más concretamente, con una praxis emancipatoria. Si olvida este compromiso, ocurre que "el feminismo postmoderno refleja las condiciones sociales, en cuyo telón de fondo se mueve, sólo insuficientemente. Más bien parece, por el contrario, afianzar las tendencias de flexibilización a las que los sujetos están cada vez más expuestos en la fase postfordista" (Sommerbauer, 2003, 8 y 113). 

Pero si entendemos por feminismo crítica de la dominación, tanto en su perspectiva teórico-política como en su perspectiva práctica, no parece que podamos renunciar a las herramientas conceptuales y políticas que permiten moverse en esa dirección. Y en esta dirección, la reclamación feminista no se fundamenta en una supuesta identidad femenina monolítica y cerrada, sino en una voluntad política de transformar un orden injusto entre los sexos. 

Para ello el sujeto feminista, no ahistórico ni trascendental, sigue siendo necesario, como siguen siendo necesarias herramientas críticas que, permitan "analizar la construcción sociohistórica de las identidades masculina y femenina y la organización y distribución de bienes y reconocimiento de acuerdo a un patrón preestablecido que no suele ser consciente" (Puleo, 2008, 16).

Y siguen siendo necesarios también conceptos que, como el de patriarcado, apunten a describir un sistema de opresión y de jerarquía de los hombres sobre las mujeres. Sin duda en esta dirección, no se trata de volver a viejos esencialismos, pero tampoco de llevarse por delante, con una deconstrucción indiscriminada, lo que ha sido y tiene que seguir siendo un potente y radical movimiento de emancipación social y personal. Porque "nosotras, como mujeres, tenemos mucho que perder si abandonamos la esperanza utópica en lo totalmente otro" (Benhabib, 2005,342).

Referencias 

Amorós, Celia (1997), Tiempo de feminismo. Sobre feminismo, proyecto ilustrado y postmodernidad, Madrid, Cátedra, Feminismos. 

Amorós, Celia (2005), La gran diferencia y sus pequeñas consecuencias, Madrid, Cátedra, Feminismos. 

Benhabib, Seyla (2005), "Feminismo y posmodernidad: una difícil alianza", en: C. Amorós y A. de Miguel, Teoría feminista: de la Ilustración a la globalización, Madrid, Minerva Ediciones, 2005, tomo 2, pp. 319-342, aquí p. 342 

Puleo, Alicia H. (2008), "Introducción. El concepto de género en la filosofía", en: Puleo, A. H.  (ed.), El reto de la igualdad. Nuevas perspectivas en ética y filosofía política, Madrid, Biblioteca Nueva, 15-42 

Sommerbauer, Jutta (2003), Differenzen zwischen Frauen. Zur Positionsbestimmung und Kritik des Postmodernen Feminismus, Münster, Unrast Verlag. 

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Del holocausto al genocidio https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81271/del-holocausto-al-genocidio/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81271/del-holocausto-al-genocidio/#respond Fri, 15 Mar 2024 05:03:06 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81271 Continuar leyendo "Del holocausto al genocidio"]]> Los paquetes de ayuda caen sobre el norte de Gaza.- REUTERS/Amir Cohen
Los paquetes de ayuda caen sobre el norte de Gaza.- REUTERS/Amir Cohen

Probablemente porque el holocausto judío fue la mayor atrocidad cometida por el ser humano en la historia reciente, es por lo que, a posteriori, se ha sido muy condescendiente con Israel. Muy solidarios con su causa y su dolor, con sus millones de víctimas.  Justamente. Por supuesto que sí. No era para menos: los nazis quisieron exterminar a los judíos. Promoviendo acciones a favor y como desagravio para mitigar una especie de culpa planetaria, especialmente europea y alemana, por la barbarie cometida contra ellos.  

Así, a Israel, situado en Asia, se le ha permitido participar en foros internacionales vetados a otros vecinos, cantar en Eurovisión, jugar en el Eurobasket o llevar a su tierra el comienzo del Giro. Aunque estos son pequeños detalles simbólicos, cuando el grueso verdaderamente importante de la operación se ha basado en favorecer su comercio, su industria y sus negocios. Trato de favor para convertirlos en una potencia económica, sobre todo si se compara con los países del entorno: ellos ricos y "diferentes", "superiores" (que es el sentimiento de la política del apartheid), y los países fronterizos muy pobres. Unos poderosos y otros miserables, en medio de un desierto de sufrimiento y desolación. 

 Sus dos mayores socios comerciales son USA y la UE. Más el segundo que el primero, al que Israel vende, nos vende, el 29% de sus productos y tecnologías. Como "poderoso caballero es don Dinero", con estos socios preferentes y la ayuda de los judíos situados en los puestos de poder de las grandes corporaciones mundiales, banca incluida y, especialmente, los potentes medios de comunicación que llaman "guerra" a lo que es un exterminio (TVE la primera), ya está todo dicho. Y hecho.   

Si unimos los dos factores, la solidaridad culpabilizante por el holocausto y el poderío económico conseguido, el resultado es que nadie, a lo largo de las últimas décadas, se ha atrevido a criticar abiertamente a Israel. O, de haberlo hecho, su potente lobby, con ramificaciones planetarias en todos los sectores, te habría arruinado la existencia, la carrera profesional, el gobierno de turno o la empresa. 


Toda una vida, desde que tengo memoria, haciendo oídos sordos para que no te acusaran de antisemita. Tragándotelas como puños, sus injusticias, sus aberraciones y su victoriosa negativa a no permitir la creación de un estado palestino. Porque ser antisemita era como poner en tu mano la llave que abría el paso del cianuro Zyklon B de la cámara de gas. Y esa acusación nadie la quiere. Como nadie quiere que por expresar una opinión contraria a Israel, te cancelen el contrato o te echen de la empresa a patadas por antisemita. Insisto: la culpa/solidaridad y el miedo a su poder económico y a sus represalias.  Su poder y su pasta. 

De no ser así, no se puede entender que lleven años y años saltándose las resoluciones de la ONU (siempre con el apoyo de USA) y que no pase absolutamente nada. Que su mapa del territorio crezca y crezca, expulsando y matando palestinos como si fuera un mandato divino, y no pase absolutamente nada. Así actúan algunos colonos. Unos fanáticos con licencia para matar porque se creen "el pueblo elegido". ¿Elegido por quién? ¿Elegido para qué? Si el Secretario Gral. de la ONU, António Guterres, dice que "Estoy profundamente preocupado por las claras violaciones del derecho internacional humanitario que estamos presenciando en Gaza", Israel le acusa de "justificar las atrocidades cometidas contra israelíes", pide su dimisión y monta una campaña de desprestigio, muy efectiva, en su contra.  De Guterres y de la ONU.

Cuando el presidente Lula define, como pensamos una mayoría, "la situación en la Franja como una guerra de un ejército profesional contra 'mujeres y niños'", Israel le nombra persona non grata y le montan un cirio.  Por eso Sudáfrica, donde todavía sigue vivo el espíritu de Mandela, en vez de declaraciones de bla bla bla, lo que presentó fue una denuncia por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia.  ¡Con un par! A la que se deberían haber unido el resto de países civilizados, demócratas y humanitarios. Especialmente Europa, también España (por favor, dejen de venderles armas para matar niños), en vez de los abrazos que le daba  la presidenta de la comisión Úrsula von der Leyen a Netanyahu. Abrazo que espero no le deje dormir en paz el resto de su vida. Igual que una multitud de buenos judíos repartidos por el mundo y otros residentes en Israel, valientes y comprometidos con la paz y la justicia, deberían haber alzado la voz contra el execrable gobierno israelí y su orden de masacrar a los palestinos. 


La solidaridad necesaria y compasiva tras la 2a Guerra Mundial hacia el pueblo de Israel se ha vuelto en contra, en especial y merecidamente por culpa de los gobernantes actuales elegidos por ese pueblo. Totalmente en contra. Una traición. Parece mentira que sufrieran lo que sufrieron para que ellos ahora estén haciendo lo mismo. Holocausto versus genocidio. Matan palestinos indefensos -mujeres, ancianos y niños- a bombazos hasta quedar sepultados bajo los escombros. Matan palestinos -mujeres, ancianos y niños- dinamitando hospitales. Matan palestinos -mujeres, ancianos y niños- alojados en los campos de refugiados. Revientan las ciudades, los pueblos, las casas, dejando los edificios como calaveras descarnadas.

Ahí están las espeluznantes e innegables imágenes del horror y la rabia. Los matan de hambre, recordando el Holodomor de Stalin en Ucrania, por no dejar que entre la ayuda humanitaria. Hambrientos y desnutridos. Muertos de hambre. Asfixiados, ahogados, entre el humo de las bombas y el polvo de sus casas al derrumbarse. Los matan de sed al destrozar los abastecimientos de agua. Los puestos de trabajo, las infraestructuras, las comunicaciones. Les hacen huir del espanto, abandonar sus viviendas, su tierra, su modo de vida, su pan, y les acorralan en otro infierno sin escapatoria, pues Egipto no les deja entrar. Los ametrallan y atropellan con sus tanques -mujeres, ancianos y niños- cuando se arremolinan frente a un camión para recoger un saquito de arroz o de trigo. ¿Es o no es un genocidio? ¿Es o no es un holocausto? ¿Es o no es Gaza una cárcel y un campo de exterminio? ¡30.000 mujeres, ancianos y niños!  

 El horrible acto terrorista cometido por Hamás, absolutamente abominable y cuyos autores deben ser perseguidos y llevados ante la justicia, tanto los inductores como los ejecutores, además de liberar de inmediato a los secuestrados, no justifica la masacre contra inocentes que están cometiendo. Nunca podrán legitimarse ni venganzas ni castigos colectivos. ¿Cómo vas a bombardear un edificio de doce plantas abarrotado de gente o un hospital lleno de heridos y enfermos convalecientes, porque crees que uno de Hamás está escondido dentro? ¿En qué cabeza cabe eso? ¿En qué corazón? En ninguno, salvo que seas de los que pienses que hay que eliminar a todos los palestinos. Igual que lo pensaban los nazis de los judíos. 


Y una petición a los Estados Unidos de América:  dejad de lanzar comida en paracaídas. Comida camuflada entre las bombas. ¡Hipócritas del doble juego y la abominable doble moral!  En vez de esa comida -manchada de sangre- para lavar vuestras conciencias y no perder votos ante las próximas elecciones, dejad de vetar en la ONU las resoluciones contra Israel. Unos ponen las balas... y otros aprietan los gatillos. 

Porque no queremos ninguna tregua, lo que queremos es el cese definitivo de esta matanza y que sus responsables sean juzgados por genocidio ante la Corte Penal Internacional. La creación del Estado Palestino y la retirada de Israel de los territorios ocupados, regresando a las fronteras marcadas por las resoluciones de la ONU desde 1947. Así como la reconstrucción e indemnización de todos los daños causados. 

Durante muchos años de mi vida y tras leer e investigar todo lo que he podido sobre la 2a Guerra Mundial, siempre me he hecho la misma pregunta: ¿Cómo es posible que los ciudadanos alemanes, aunque también austriacos, franceses o polacos, -profesores universitarios, respetables padres de familia, honorables doctores, amables agentes de seguros, honrados albañiles y camioneros- fueran capaces de participar activamente en el exterminio de los judíos? 


Unos disparando en la nuca, allá donde nace el pelo, según las instrucciones de prácticas reales de su sargento, otros transportando en carretillas hacia el crematorio cadáveres famélicos, aquellos grabando unos números en los antebrazos de los presos o rapándoles el pelo. En silencio. Sin una queja. Sin un remordimiento. Algunos, incluso, haciéndose fotografías delante de la montonera o la hilera de muertos para mandárselas luego a sus queridos familiares, con una dedicatoria y un beso. 

¿Cómo el ser humano pudo llegar a ese nivel de depravación y salvajismo? ¿A esa degeneración como especie? 

Hoy, tras ver un día más las imágenes de los niños muertos en Gaza, lo he comprendido. Nuestro silencio.  Nuestra apatía. Nuestra indiferencia. Nuestro inmovilismo. Nuestra aceptación como algo irremediable. Como si esas imágenes no fueran reales, sino de una película, una serie, un videojuego y, por tanto, de mentira. Como si al apagar la tele o el teléfono móvil todo hubiera acabado. Como si solo fuera cuestión de no leer más noticias y no ver los telediarios. Taparse los ojos. Taparse los oídos.  No saber, no oír, no mirar, no hablar... 

Cuando lo que yo quiero es gritar. Gritar fuerte. Gritar hasta desgañitarme. Gritar para que dentro de 50 años nadie se pregunte: ¿Por qué los ciudadanos del año 2024, respetables y honestos ciudadanos, consintieron, inmutables, en silencio, la masacre del pueblo palestino? Miles de mujeres, miles de ancianos, miles de niños.

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Kate Middleton: la princesa prometida https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81250/kate-middleton-princesa-prometida/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81250/kate-middleton-princesa-prometida/#respond Wed, 13 Mar 2024 19:20:26 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81250 Continuar leyendo "Kate Middleton: la princesa prometida"]]> Kate Middleton en un evento de la corona británica.
Kate Middleton en un evento de la corona británica.

Estoy convencida de que la mayor y más importante obra de ficción creada por los británicos en los últimos doscientos años es su familia real. Han cogido a un grupo de alemanes ignorantes y maleducados, los Hannover, una familia que llegó al trono de rebote sin saber ni papa de inglés, llena de conflictos y peleas entre ellos, con un montón de enfermedades y, además, serios problemas de socialización, para convertirlos en una familia ejemplar, en el espejo en el que todo británico, o aspirante a ser considerado como tal, quisiera verse reflejado.

El mérito es, principalmente, del Príncipe Alberto, ese señor alemán que enamoró a su prima y que decidió que sería el rey de su casa a pesar de que jamás le permitieron ostentar el título fuera de ella, por lo que se dedicó a acaparar tierras, decorar palacios y hacer la mayor y mejor campaña de publicidad de la historia reciente. Alberto, ese Dickens de la monarquía, vio su leyenda agrandada gracias a su muerte prematura y a esa Reina Victoria enlutada de por vida que cargaba con el busto de su esposo contrita y en permanente estado de mal humor, mientras casaba a su prole con todas las casas reinantes europeas, coqueteaba con su sirviente escocés John Brown y se hacía acompañar por el jovencito Abdul Karim ante el espanto de su hijo Eduardo. 

Alberto convirtió a los Hannover, que hasta ese momento se habían pasado casi cien años peleándose con sus hijos, sus esposas y sus nueras, ignorando a los Primeros Ministros, comiendo y bebiendo más de la cuenta y metiéndose en camas ajenas para mayor entretenimiento de las clases populares, en los embajadores perfectos del ideal de familia burguesa bien avenida, aburrida, impecable pero implacablemente fría y ambiciosa, como el propio imperialismo británico.

Durante cien años la familia real británica ha conseguido surfear las aguas de los cambios históricos y sociales, y de los múltiples escándalos personales, bastante mejor que sus primos europeos -aunque un poquito peor que sus parientes nórdicos-. Se cambiaron el apellido por el mucho más británico Windsor durante la I Guerra Mundial mientras eran bombardeados por el primo del rey Jorge V, se inventaron una abdicación por amor para evitar que subiera al trono un rey filonazi, convencieron a todo un país de que era un acto de heroísmo permanecer en los búnkeres de Buckingham Palace durante el Blitz y elevaron a mito a una señora con un gusto terrible en el vestir, simplemente porque se quedó huérfana joven, sabía quedarse quieta y callada durante largos periodos de tiempo y vivió muchos años.

Pero es que de estos materiales están construidas las mejores novelas y series de televisión, aunque en algún momento de la trama los personajes decidieron que tenían el derecho a tomar sus propias decisiones y la cosa se echó a perder. A pesar de esto, es justo reconocer que han tenido sus momentos: una plebeya casada sin amor que se rebela y muere trágicamente, unos amantes separados por la ambición familiar que se reencuentran felizmente con el tiempo, un hermano díscolo redimido en el ejército, un principito triste que encuentra el amor y el consuelo en los brazos de una buena chica burguesa... todas estas son tramas, no nos engañemos tampoco, un poco facilonas pero que, como bien saben los programadores de televisión, funcionan perfectamente en los telefilms con los que acompañamos la siesta los fines de semana. 

Sin embargo, los guionistas de estas últimas temporadas no contaban con la llegada de las redes sociales ni, mucho menos, con que el nuevo milenio iba a echar por tierra los relatos, los grandes, los pequeños y los medio pensionistas, con los que nos íbamos consolando hasta ahora. Lo vimos perfectamente con las tramas de esa máquina perfectamente engrasada de ficción y propaganda de lujo que es la serie de Netlix The Crown, que, según se iba acercando a la época actual, mucho mayor era el bochorno que sentíamos al verla y, lo que es aún peor, más aburrida se iba haciendo.

Quizás porque nos resulte muy sencillo comprar los relatos de aquello que no hemos vivido personalmente, quizás porque, en comparación con Churchill y Thatcher, el personaje de la Reina nos resulte mucho más humano o menos problemático, lo cierto es que, en cuanto los guionistas quisieron dar forma a lo que la mayoría de nosotros ya habíamos visto de primera mano, la serie, y todo su aparato propagandístico, comenzó a descarrilar estrepitosamente, llegando a tener momentos verdaderamente bochornosos, como aquel del Príncipe de Gales bailando breakdance o toda la trama del adolescente príncipe Guillermo. 

Y en esas nos encontramos ahora, con unos personajes extenuados que no están a la altura del relato que ellos mismos han construido, pero tampoco del que les han construido a medida, pues la mayoría de sus tramas parecen del todo agotadas: la historia feliz de Carlos y Camila debería haberse acabado justo en su boda, pregúntenle si quieren a Jane Austen y esta les dirá que nadie quiere saber qué les pasa a Anna y al capitán Wentwood después de desposarse, pues no estamos preparados para vivir la agonía de los múltiples partos, las facturas impagadas y las discusiones de la pareja sobre quién tiene que acostar a los niños.

Y es precisamente ahí donde los Hannover, aka los Windsor, se encuentran actualmente atrapados, mientras tratan de sobrevivir refugiándose en la fábula burguesa victoriana, frente un mundo que evoluciona muy deprisa y que les va dejando atrás sin remordimiento, en parte por aburrimiento, y en parte porque han dejado de ser el reflejo impostado y propagandístico de la sociedad británica para convertirse en un recordatorio de lo peor de su pasado: el racismo, el imperialismo, el clasismo y los privilegios de cuna. Por eso hoy en día los comentarios y bromas racistas de Felipe de Edimburgo ya no le hacen gracia a casi nadie, los compadreos de Andrés con Epstein le han costado el exilio de la familia real y las nuevas incorporaciones, buscadas para dar el pego de la diversidad, huyen a la mínima oportunidad.

No toda la culpa es de los guionistas actuales, pues la ausencia de la carismática protagonista principal durante los últimos cincuenta años ha tenido que ser cubierta por un actor demasiado mediocre, aburrido y acostumbrado a hacer de secundario y encasillado, además, en el papel de villano. Hubo, eso sí, un pequeño instante en el que pareció que los ahora Príncipes de Gales serían capaces de salvar la serie cuya trama se sostenía sobre sus espaldas, especialmente sobre la espalda de Kate Middleton, que, con su estilo impecable y sonrisa perfecta, ejercía de incansable Robocop regio. Pero la máquina Kate ha dejado de funcionar, y lo ha hecho en el peor momento, justo cuando el rey está también de baja a causa de un cáncer.

La ausencia de la princesa y, sobre todo, el mutismo sobre la enfermedad que supuestamente padece, han generado una reacción inesperada en la sociedad, que las redes sociales han llevado al paroxismo, y que está por ver qué consecuencias puede tener en una serie que cuenta ya con demasiadas temporadas y que no está acostumbrada al bombardeo de reseñas y al fanfiction.

La torpeza de los guionistas actuales, que han tratado de reconducir el aburrimiento y la previsibilidad de las tramas con recursos del siglo XX apelando, entre otras cosas, al derecho a la intimidad de un personaje que, hoy en día, debe su éxito y existencia precisamente a la exhibición pública, a la falta de intimidad y a la apariencia de que hace cosas, ha desatado todo tipo de especulaciones sobre la salud de Kate y su ausencia de la esfera pública: la princesa está muerta, la princesa ha huido, está en una isla del Caribe porque se ha hecho un aumento de glúteos, Kate ha sido sustituida por una doble, han sacado su cara de la portada del Vogue y la han pegado en la foto que han difundido...

La filtración de varias fotos -abusando del Photoshop en un caso, o de las sombras y la falta de nitidez en otro- y las contradicciones en los comunicados públicos -el Photoshop ha sido cosa de Kate; no, ha sido cosa de su marido que es torpe y pide perdón-, en vez de acallar las voces, ha dado pábulo a las teorías de la conspiración en un mundo virtual acostumbrado a dudar de todo y de todos y con canales que dan voz y amplifican todas nuestras opiniones, chistes y especulaciones. 

Veremos qué pasará en este nuevo capítulo, si los Hannover aka los Windsor se verán obligados a pasear a Kate atada a un palo como al Cid para acallar así los rumores y evitar que les cancelen la serie, o si lograrán que, al menos, les renueven por una temporada más. O puede que esta vez su público, después de echar unas risas, deje de ver la serie a la espera de que se estrene la nueva temporada de Los Bridgerton, porque, al fin y al cabo, la Reina Charlotte, que es una Hannover de las de antes, es mucho más divertida y todo el mundo luce pelazo. 

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Nicaragua: Anatomía del terror contra el olvido https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81196/nicaragua-anatomia-del-terror-contra-el-olvido/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81196/nicaragua-anatomia-del-terror-contra-el-olvido/#respond Wed, 13 Mar 2024 05:15:38 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81196 Continuar leyendo "Nicaragua: Anatomía del terror contra el olvido"]]> El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, asiste a la ceremonia de apertura de la cumbre del G77+China en La Habana, Cuba, el 15 de septiembre de 2023. REUTERS/Alexandre Meneghini
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, asiste a la ceremonia de apertura de la cumbre del G77+China en La Habana, Cuba, el 15 de septiembre de 2023. REUTERS/Alexandre Meneghini


Dos días antes de la presentación del último informe del grupo de la ONU para observar la situación de Derechos Humanos en Nicaragua, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo desalojó de su casa a la señora Rafaela Cerda, de 93 años. Le comunicaron que la vivienda en el residencial Villa Fontana, Managua, había sido confiscada y desplegaron cuatro patrullas para garantizar el cumplimiento de la orden, con tanta efectividad que, según las crónicas de los medios independientes desde el exilio, ni siquiera pudo sacar sus medicinas. 
 

Ese operativo contra la señora Cerda golpeó a un personaje cercano al poder. Ella es la madre de Rafael Solís Cerda, el padrino de bodas de Daniel Ortega y Rosario Murillo, su antigua mano derecha en el Poder Judicial. El exfuncionario renunció en 2019, se marchó a Costa Rica y denunció la instalación de "una dictadura con caracteres de monarquía absoluta".  

El acto contra la señora fue un feroz recordatorio de que en Nicaragua ya no existe el Estado de derecho. El mismo Solís, al dimitir de su cargo y del partido de Gobierno, cinco años atrás, advirtió que se había instalado un "Estado de terror", y acusó a sus antiguos aliados de sembrar "el miedo" y llevar a una situación en la que "ya no existe derecho alguno que se respete". 

Cuando uno escucha con atención al presidente del Grupo de Expertos en Derechos Humanos de la ONU sobre Nicaragua, Jan-Michael Simon, describir la situación del país centroamericano como "sombría" y a su equipo advertir que "cada vez está más cerca el objetivo de la destrucción total de las voces críticas", se comprende enseguida que es una situación al límite, causada por una política de terror edificada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. 

Simon presentó este segundo informe el 29 de febrero de 2024. Para los investigadores de Naciones Unidas, Nicaragua está atrapada en una espiral de violencia, con personas perseguidas más allá de sus fronteras, eso sin mencionar la impunidad de los abusos que se siguieron cometiendo después de 2018, cuando la cúpula de Ortega ordenó aplastar con violencia las protestas que pidieron su dimisión. Fallecieron 355 personas en ese contexto. 


Estas conclusiones revelan el desarrollo de un régimen brutal con impacto en la región centroamericana, inmersa en un creciente autoritarismo. Muchas de las técnicas de Ortega para prolongarse en el poder se están repitiendo: violaciones constitucionales para la reelección, la manipulación de las leyes existentes, instrumentalización de las instituciones y los abusos contra los derechos humanos. 

Ese estado de miedo, provocado por las medidas represivas crecientes, se alimenta de mecanismos orquestados al máximo nivel y ejecutados por las fichas institucionales de Ortega. A falta de acceso a las actas oficiales para entender las justificaciones oficiales de la medida, debemos presumir que la propiedad de la progenitora de Solís se suma a un botín creciente, formado por los bienes inmuebles confiscados a opositores. El método para dañarlos sigue este guion: declararlos "traidores a la patria", privarlos de su nacionalidad, robarle sus bienes y reducir sus derechos ciudadanos al estado de muerte civil.  

El régimen empezó esta práctica con los 222 reos de conciencia desterrados el 9 de febrero de 2023 a Estados Unidos. Aplicaron lo mismo a otros 94 ciudadanos, entre ellos a Rafael Solís, el 15 de febrero. Las sentencias judiciales citaron una ley de soberanía aprobada en 2020 que describe a los traidores como "aquellos nicaragüenses que financien golpes de Estado, que alteren el orden constitucional, que fomenten o insten a actos terroristas". 


Era poco más que el caudillo en el poder definiendo a la patria como a sí mismo, y a quienes osaran criticarlo como parias que merecen la receta aplicada a los opositores: muerte, exilio o desaparición de la condición de ciudadano. Esa medida de privación de la ciudadanía fue cuestionada a nivel internacional, pero a la dictadura no le importó. La elevó a norma constitucional el 18 de enero de 2024. 

Las tiranías requieren sicarios dispuestos a jalar el gatillo, pero también necesitan a  legisladores y jueces. Los leales a Ortega aprobaron en 2020 una ley para castigar las "noticias falsas" y también otra para limitar el financiamiento, conocida como de "agentes extranjeros", a la que popularmente los medios llamaron la "Ley Putin", después de señalar que era una copia de otra aplicada en Rusia. Al año siguiente, los fiscales acusaron y los jueces condenaron a decenas de presos políticos. 

Todavía hay en Nicaragua 121 reos de conciencia. Puede ser un número nada más para muchos lectores, pero son personas que fueron criminalizadas, procesadas, separadas de sus familias por razones políticas y que han estado sometidas a un sistema donde  impera la falta de garantías procesales y la tortura.  


Como reportero nicaragüense, me ha tocado denunciar estos abusos desde 2021, cuando me vi obligado a exiliarme para seguir informando en libertad. Cada testimonio de las víctimas conmueve y es una vergüenza que sigan pasando estas cosas en pleno siglo XXI.  

La Organización de Estados Americanos llevaba la cuenta pública de los detenidos hasta 2020, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un informe sobre las detenciones de ciudadanos por la participación en las protestas. Entonces —¡hace cuatro años!- eran 1614. El número ya era un escándalo. 

Con el paso de los años, la detención de ciudadanos se volvió más sofisticada. En mayo de 2023, los acusaron en procesos exprés—los capturaron en la noche, los llevaron de madrugada a los tribunales, les impusieron medidas cautelares para que se presentaran a firmar todos los días antes los tribunales y la Policía—. Y los mantuvieron bajo control usando todo el sistema contra ellos. 

Siempre que un preso político muere en la cárcel defendiendo la libertad, nos conmueve, como el reciente caso del opositor Aléksei Nalvany en Rusia. En Nicaragua han muerto dos presos políticos desde 2019 bajo custodia del Estado: Eddy Montes y Hugo Torres Jiménez. Por estos casos concretos, por las violaciones denunciadas con frecuencia en Nicaragua y la impunidad de sus principales responsables, hace falta mantener la vigilancia y la denuncia internacional.  

En la Nicaragua de hoy, el enemigo que la dictadura ha erigido es la injerencia externa. Enarbolando la soberanía, Rosario Murillo cita a Dios en sus comparecencias habituales al mediodía. Una divinidad que respalda a su juicio un proyecto en que ella califica de honrosa y gloriosa la condición de los nicaragüenses "con patria, sentido de dignidad nacional, ¡por gracia de Dios!". 

En este último informe de la ONU sobre Nicaragua, los especialistas recogen datos de los abusos desde 2018. Aunque el Grupo de Expertos fue establecido el 31 de marzo de 2022 para un período de un año, su mandato se renovó el 3 de abril de 2023 para dos años más.  

Las observaciones de los expertos se basan en 642 entrevistas con víctimas, testigos y otras fuentes de información, un trabajo que les permitió señalar que en Nicaragua hay una persecución generalizada para asegurar el control total del Gobierno sobre el espacio cívico. El acoso se ha extendido también a quienes se encuentran en el extranjero, impidiéndole la entrada a 145 nicaragüenses a su país, una práctica a la que las autoridades recurrieron en 2023. Eso sin incluir que la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha identificado que 935.065 nacionales habían abandonado Nicaragua entre 2018 y junio de 2023. 

El responsable del terror es el Estado. Como si fuese una clase de anatomía, uno puede señalar las partes de ese cuerpo represor. La dictadura se sostiene inicialmente en el espionaje en el barrio; también en las armas empuñadas con impunidad por policías, militares o grupos paraestatales; en el marco legal creado por los diputados del partido de gobierno con control absoluto del Parlamento, y en la voluntad de policías, fiscales y jueces cómplices que han sido capaces de aplicar esas leyes contra todos los que el régimen percibe como opositores políticos, sin que ninguna acción escape a los designios de la pareja gobernante. 

"El presidente Ortega y la vicepresidenta Murillo tienen control sobre todos los demás poderes e instituciones del Estado. El Grupo (de Naciones Unidas) identificó que el presidente y la vicepresidenta dan órdenes e instrucciones—directamente o a través de asesores de confianza— a las diferentes instituciones que tienen que llevar a cabo actos represivos", según se afirma en el informe. 

Las órdenes presidenciales incluyen atacar a aquellos que fueron sus cómplices durante décadas, si estos decidieron romper con ellos o se "desviaron" de la disciplina debida al dictador, como el caso mencionado de Solís y su familia.   

No podemos permitir que reine el silencio y se normalicen las actuaciones de Ortega. El 21 de febrero de 2024, el comandante se burló de los desnacionalizados acogidos por España tras privarlos de sus derechos. "Ya deben de hablar como españoles", machacó. La mejor respuesta contra la barbarie sin freno de los poderosos siempre será demandar justicia; denunciarlos una y otra vez para evitar que todo quede en el olvido.

Este artículo es una colaboración con la web https://otrasmiradas.info/

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Los límites de la amistad sino-rusa https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81150/los-limites-de-la-amistad-sino-rusa/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81150/los-limites-de-la-amistad-sino-rusa/#respond Wed, 13 Mar 2024 05:01:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81150 Continuar leyendo "Los límites de la amistad sino-rusa"]]> Xi Jinping y Vladimir Putin, durante la visita del primero a Moscú.- XIE HUANCHI (XINHUA / EFE)
Xi Jinping y Vladimir Putin, durante la visita del primero a Moscú.-
XIE HUANCHI (XINHUA / EFE)

China y Rusia han forjado un nuevo paradigma de relaciones entre grandes países, totalmente distinto del enfoque obsoleto de la Guerra Fría, declaró el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, en la habitual conferencia de prensa en el marco de las lianghui. 

Las relaciones sino-rusas representan una decisión estratégica tomada por ambas partes sobre la base de los intereses fundamentales de ambos pueblos, y más aún, constituyen un requisito natural para adaptarse a la tendencia imperante del desarrollo del mundo, apostilló Wang.  

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, China ha dado un importante balón de oxigeno a Rusia. Pese a todo, no debiéramos pasar por alto las diferencias que les separan y que, en rigor, impedirían hablar de una alianza y mucho menos de ilimitada, como tantas veces se pregona. Cierto que China no condenó la invasión rusa ni tampoco participó de las sanciones impuestas a Moscú por las potencias occidentales. Tal proceder ha llevado a muchas capitales a meter en el mismo saco a ambos países, cuyo interés básico convergente sería la liquidación de la hegemonía liberal global. En este marco, China sería la más beneficiada, actuando Rusia de comodín maleable para satisfacer sus intereses estratégicos.  

Entre las razones que justifican esta sintonía sino-rusa cabría citar, en primer lugar, la presión estratégica que China percibe en sus zonas costeras. Su situación es particularmente volátil, ya nos refiramos al Mar de China meridional o a Taiwán. De este modo, como ha señalado el profesor Zhao Huasheng, de la Universidad de Fudan, se aseguraría una retaguardia terrestre estable, lo que podría resultar de gran importancia si llegara a estallar un conflicto abierto. 

Cabe recordar que el problema de Taiwán está a las puertas de un nuevo giro político con el relevo en la presidencia de Tsai Ing-wen.  Aunque su sucesor, Lai Ching-te, se alinea con el continuísmo del statu quo, una escalada hacia mayor tensión no es descartable. Asimismo, la situación se caldea en las disputas territoriales con Filipinas, muy especialmente, aunque otros países de la zona mantienen reclamaciones al respecto. EEUU sigue fortaleciendo sus alianzas militares y de seguridad tanto a nivel bilateral como a través de la potenciación de las nuevas alianzas, ya sea QUAD o AUKUS, que pronto podría incluir a Japón.  

Esa gran pinza estratégica preocupa en China. Atemperarla y equilibrarla, en buena medida, pasa por establecer unas buenas relaciones con Rusia; de este modo, puede concentrar sus preocupaciones y recursos en los desafíos que plantea la estabilidad de las rutas marítimas y la gestión de los contenciosos en esta frontera. 

En segundo lugar, además de la seguridad, el desarrollo compartido es una preocupación común. El entendimiento bilateral se sustenta en un avance imparable de la relación comercial con fuerte peso del suministro energético. El crecimiento en 2023 fue del 26,3 por ciento, alcanzando los 240 mil millones de dólares. Pero, además, la simpatía ha facilitado la implementación de procesos que de otro modo serían más complejos: es el caso de la internacionalización del yuan o de la definición de una alternativa sólida a los sistemas de pagos transfronterizos controlados por Occidente. 

En tercer lugar, en lo político, aunque sus sistemas se diferencian claramente, ambos comparten el rechazo al orden liberal que lidera EEUU y reclaman su derecho a plasmar regímenes políticos adaptados a su propia historia, cultura o necesidades  como expresión de garantía de soberanía. 

En cuarto lugar, en lo diplomático, desde la OCS a los BRICS, ambos países han entretejido una red de socios con una proyección que no deja de crecer aun a pesar de las contradicciones que pudieran prodigarse en su seno. La multipolaridad es el santo y seña que les convoca. 

En el debe cabe tener en cuenta varias circunstancias. En primer lugar, en la interpretación misma de la crisis de Ucrania, no falta en China (Feng Yujun, de Fudan, por ejemplo) quien advierte en el proceder ruso un tic imperial que tampoco Beijing olvida. Rusia formó parte del grupo de países que en el siglo XIX le impusieron los tratados desiguales obligándole a efectuar importantes cesiones territoriales. En virtud de ello, por ejemplo, Vladivostok fue a caer bajo la soberanía de la Rusia zarista. China no ha reconocido la anexión de Crimea ni tampoco de los territorios ganados a Ucrania en la contienda. Sigue enarbolando el principio de integridad territorial como clave para una solución política del conflicto. 

En segundo lugar, que la opción de la guerra, promovida por Rusia para atender a sus intereses nacionales, no es tampoco la mejor de las fórmulas para garantizar los intereses de China. Para esta, tras la pandemia, la prioridad ha sido salvaguardar a toda costa aquella estabilidad que le puede ayudar a su modernización y desarrollo. La guerra trajo consigo una nueva partición del mundo, acelerando las tendencias desglobalizadoras que, por supuesto, no son del gusto chino.  

En tercer lugar, la negativa de China a secundar la reacción occidental y situarse más cercana a Rusia a pesar del intento de mantenerse neutral y equidistante, complicó y mucho las relaciones con EEUU pero también con la UE, con quien venía desarrollando un importante trabajo de clarificación de intereses para evitar que los desacuerdos escalen hacia un enfrentamiento. 

Por último, en la visión del tránsito hacia un nuevo orden mundial también hay matices. La multipolaridad y el fin de la hegemonía liberal es un poderoso acicate; no obstante, cabe reconocer que las velocidades que ambas partes quieren imprimir a ese proceso difieren claramente. China no quiere que se desarrolle en un marco de confrontación y ansía un periodo de transición que preserve esa dirección pero que al tiempo no afecte negativamente al ritmo de su modernización, como está aconteciendo ahora. Entre ruptura y pacto, Beijing elegiría lo segundo con preferencia a lo primero, a diferencia, probablemente, de Rusia. 

La mayor inquietud para China es que la guerra en Ucrania se alargue en el tiempo, obligándole a visibilizar un apoyo a Rusia que le impedirá recuperar sus relaciones con una Europa que probablemente seguirá girando a la derecha en los próximos años. Una circunstancia que podría aspirar a compensar con la hipotética desafección provocada por la irrupción de un Trump II. 

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La historia de poner un bozal a las mujeres https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81220/la-historia-de-poner-un-bozal-a-las-mujeres/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81220/la-historia-de-poner-un-bozal-a-las-mujeres/#respond Tue, 12 Mar 2024 19:20:56 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81220 alt --> Les invito a un viaje en el tiempo. Del siglo XVI al siglo XIX. A Escocia, Alemania o a Brujas. Si es mujer, piense que, de estar en aquella época, tenía muchas posibilidades de que ahora mismo estuviese callada con un bozal de hierro. Se le llamaba "brida de regaño" o, también, "brida de bruja" … Continuar leyendo "La historia de poner un bozal a las mujeres"]]> La historia de poner un bozal a las mujeres

Les invito a un viaje en el tiempo. Del siglo XVI al siglo XIX. A Escocia, Alemania o a Brujas. Si es mujer, piense que, de estar en aquella época, tenía muchas posibilidades de que ahora mismo estuviese callada con un bozal de hierro.

Se le llamaba "brida de regaño" o, también, "brida de bruja" o "brida de chismosa". Y esto nos apunta su uso principal. El objetivo ya lo deducimos: callar de forma forzosa a una persona. Y, aunque también se usaban contra hombres que alteraban el orden público fueron los casos menores. ¿Y para quién estaba destinado principalmente? Por supuesto, para las mujeres. Una sentencia de la época decía: "Una mujer enfadada, que discute con sus vecinos y rompe la paz pública, aumenta la discordia y es incompatible para la vecindad".

Quedaban claras las normas para nosotras. En un principio se destinó a las consideradas chismosas, revoltosas, groseras o que causaban desórdenes civiles. Entre ellas, mujeres pobres, viudas o, cómo no, las brujas, para que no pudieran recitar sus hechizos. Pero pronto su uso fue algo más accesible y también podía ser a solicitud de un esposo. Aunque a veces esperaban una sentencia de un juez, en otras tomaban la iniciativa. Así se generalizaba la recomendación de "ponga una brida a su mujer".


Dicho y hecho. Son varios los dibujos de la época que representan esposos que tiraban de una cuerda o correa a sus mujeres, como si fueran un caballo o cualquier otro animal, que caminaban en silencio con esa máscara de metal, casi siempre de hierro, que rodeaba su cabeza y que pesaba lo suyo. Esta máscara permitía sujetar también una placa pesada que se ponía dentro de la boca de la mujer y se dejaba descansar sobre su lengua, sobre la que ejercía presión. El marido cerraba con candado y llave, y fin. Estas mujeres no solo eran obligadas a guardar silencio, a no poder comer o ni siquiera beber, sino que sufrían heridas en el interior de su boca: salivación excesiva, fatiga, llagas y sangrado. Porque algunas, además, llevaban en su extremo una púa. El escarmiento era automático. Podía durar desde unos treinta minutos hasta horas.

Por si ya no era suficiente, las bridas tenían motivos para ridiculizar aún más, con orejas de burro o cuernos retorcidos que daban un aspecto monstruoso y cruel. O un cascabel o campana pequeña en la parte superior cuyo sonido, mientras se andaba, llamaba la atención de los transeúntes. Así todas las miradas descansaban sobre ella, y la humillación pública era mucho mayor ante la burla del vecindario. 

Esto parece ficción pero en la localidad de Walton, en Londres, en la iglesia de St. Mary, hay una réplica de una de estas bridas. Llegó desde Chester y una frase indica: "Chester presenta a Walton una brida para frenar la lengua de las mujeres que hablan demasiado ociosamente". El delito que llevaba a esta pena fue abolido del código penal británico en 1967, aunque parezca mentira.


La historia de las mujeres está hecha a base de huellas que nos marcan. Y en este caso, esta brida sirvió a centenares de mujeres para aprender a callar, a no hablar y obedecer. Y cuando no era una brida, era una paliza o cualquier otro castigo que dejara claro aquello de "calladita estás más guapa". Luego no nos sorprendamos de por qué, durante décadas, las mujeres normalizaran la violencia en las parejas, pues pedir ayuda cuando te han enseñado y educado a callar es muy complicado. Aún más cuando sabes lo que viene: el castigo y una sociedad que te juzga. 

A día de hoy las mujeres no llevamos bridas ni bozales, pero hay maltratadores que, en las sentencias de violencia de género, vemos que aún amordazan a sus parejas. Insisto, no llevamos bridas ni bozales, pero muchas en sus casas, con sus agresores cerca, sienten que la llevan puesta, que tienen la lengua aprisionada por el miedo, que les impide hablar. A veces, porque tu propia familia y la sociedad te da la espalda y estás sola ante todo. 


Muchas de esas mujeres tuvieron que escuchar en televisión, en un programa de corazón donde se hablaba de Rocío Carrasco, que quizás hubiese sido conveniente que su madre le hubiese puesto un bozal. Sabemos que Jurado no hubiese hecho eso en su vida a su hija pero qué más da a estas alturas donde pueden opinar de Rocío Carrasco lo que quieran. Pero hay palabras muy desafortunadas que sobran y silencios y complicidades incómodas. Porque aunque la nieguen y digan que no es una víctima, para otras mujeres que han pasado por lo mismo, lo es. Y aunque piensen que no se revictimiza, otras Rocíos escuchan y el mensaje que les queda es el de la burla y el de que es mejor guardar silencio. 

Por cierto, esta recomendación no es censura. Se llama buenas prácticas y código deontológico de la profesión. O quizás es que le hemos perdido el respeto a las víctimas y al periodismo.

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Los jueces son más criticables que los ciudadanos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81127/los-jueces-son-mas-criticables/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81127/los-jueces-son-mas-criticables/#respond Tue, 12 Mar 2024 05:26:40 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81127 Continuar leyendo "Los jueces son más criticables que los ciudadanos"]]> Fachada del Tribunal Supremo, Madrid.- Juan Antonio Segal
Fachada del Tribunal Supremo, Madrid.- Juan Antonio Segal

Estoy seguro de que si pasamos una encuesta a la gente que pasa por la calle -no es necesaria una muestra equilibrada según las variables de edad, sexo, profesión, etc.- la respuesta mayoritaria en relación con la afirmación del título de este artículo sería la de su falsedad en un alto porcentaje. A lo sumo dirán los encuestados que son igualmente criticables los jueces y los ciudadanos, pero no que los primeros puedan ser más susceptibles de críticas que los primeros. ¿Explicación? España no es un país semejante a los países europeos occidentales en un buen número de caracteres. Estos países viven en democracia desde la segunda guerra mundial; nosotros, solo desde 1978. Los valores de la dictadura todavía nos llegan y presionan. Entre ellos el respeto a salvo de crítica ajena de los intocables y temidos jueces.  

Algunos jueces actuales también contribuyen a esta opinión cuando frecuentemente piden amparo a sus superiores y arremeten contra sus críticos, afirmando que atentan a su dignidad.  

Expongo los argumentos para sostener la veracidad del título de este artículo: 

El honor de los jueces no es un derecho preferente 

En relevantes medios de comunicación de nuestros días una constante perorata es el atentado que se produce contra el honor de los jueces, a los que se les acusa injustamente de lawfare desde las instancias del Parlamento e incluso del Gobierno. Protestan de que se ponga en entredicho el honor de los jueces y, consecuentemente, la separación de poderes. Sin embargo, estas opiniones taxativas van contracorriente de la jurisprudencia. En mi libro Libertades públicas exponía ya en 1990 el cambio de algunas sentencias resolviendo la prevalencia de la libertad de expresión sobre el honor de los jueces, siendo muy sonada la sentencia del Tribunal Supremo de 1988, enmendando a la Audiencia Territorial de Sevilla, en la que el alto tribunal declaró que la expresión "la justicia es un cachondeo", proferida por el alcalde de Jerez de la Frontera, era una manifestación de esa libertad y prevalecía contra el honor de los jueces afectados. La expresión del alcalde respondía al hecho de que la citada Audiencia había impedido el derribo del chalet del cantante Bertín Osborne exigida por el Consistorio municipal. Fíjense en la fecha temprana: 1988. La jurisprudencia constitucional, por su parte, ha dictado en ocasiones el sacrificio del honor de los jueces a costa de la prioridad de la libertad de expresión.   


Los ciudadanos deben saber que el derecho al honor, incluso de un juez, de un presidente del Gobierno, de la presidenta del Congreso de los Diputados es un derecho más y no preferente. La Constitución no jerarquiza los derechos fundamentales y las libertades públicas (arts. 15 a 29). El Tribunal Constitucional ha seguido los pasos de la Constitución y ha sentado jurisprudencia afirmando reiteradamente que los derechos y libertades fundamentales juegan en una "liga jurídica", en la que cada caso determinará el resultado; en palabras del alto tribunal: los derechos en conflicto deben ser ponderados 

El método de la ponderación significa que la valoración de las condiciones de los sujetos y las circunstancias de hecho es el medio para encontrar la solución cuando varios derechos entran en conflicto, como el derecho al honor de los jueces y la libertad de expresión del periodista. De la ponderación derivará la prioridad en su aplicación de uno u otro derecho.  

La mayor justificación de la crítica a los jueces debido a las funciones a ellos encomendadas 

El ciudadano no ejerce funciones públicas. No es un representante político, no es un juzgador público, no ejerce funciones de gobierno; no forma parte, en una palabra, de los poderes estatales; por lo tanto la crítica dirigida a él es como persona. No así el juez, el legislador, el gobernante, que además de ser criticables como personas, lo son también como miembros del poder estatal en el ejercicio de sus competencias, por la sencilla razón de que éstas afectan a las personas en sus derechos y bienes de los que son titulares y porque estos miembros de los tres poderes del Estado contraen responsabilidades políticas por sus actuaciones -además de las penales que a todos nos atañen- en relación con los ciudadanos. 


Los ciudadanos y los jueces son criticables como personas y como profesionales. Pero en el caso de los jueces la profesión presenta una característica especial, que acrecienta la posibilidad de la crítica: constituir el ejercicio de uno de los tres poderes del Estado, el poder judicial. Se sitúa incluso en un plano de mayor riesgo para el ciudadano que los otros dos poderes, el legislativo y el ejecutivo -el Parlamento y el Gobierno- más distantes, porque nuestra libertad cae en manos de los jueces, cuando vulneramos el derecho.  

Esto es: en función del amplio campo de su actuación, que sobrepasa el ámbito de las relaciones interpersonales, el juez es más criticable que el ciudadano, porque tiene más facetas susceptibles de crítica.  

El respeto se gana a pulso cumpliendo los jueces sus funciones propias sin invadir las ajenas 

Si una persona, un grupo o una organización no quiere recibir críticas, el método a seguir es claro: no extralimitarse en sus funciones, sobre todo no torpedear derechos y competencias ajenas. "Siembra y cosecharás". Lo que no vale es pretender respeto ajeno, si con tu conducta  interfieres en territorios que no te pertenecen. 


En este diario he criticado con toda clase de argumentos cómo los jueces, cuya misión única es la aplicación de la ley -ley que crea otro poder, no ellos-, se han saltado sus propias competencias constitucionales y legales para ejercitar las que corresponden a los legisladores. El poder judicial ha irrumpido en las funciones del poder legislativo. Y no lo ha hecho de una manera soterrada y encubierta, sino a plena luz del día, manifestándose en la calle junto a la sede de los tribunales de justicia contra una ley del legislador, que para más inri ni siquiera estaba aprobada. Y no un grupo determinado de jueces, sino las asociaciones de jueces, presididas por los jueces de más alto rango, uniformados con sus puñetas. Lo han hecho ostensiblemente como poder judicial. Son tantos los jueces manifestantes contra la amnistía que van a quedar pocos no recusables en los futuros procesos sobre amnistía. Menos mal que los magistrados del Tribunal Supremo permaneces quietos y callados. 

Es vergonzante además que los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con sus cargos caducados por más tiempo aún que el que les corresponde como titulares de los mismos, se atrevan, al igual que las asociaciones judiciales, a declarar y manifestarse contra una todavía non nata ley del legislador – cualquiera que sea la ley- y a enmendarle la plana en su exclusiva función de legislar. 

Y la práctica sigue sin descanso. Recientemente, el 27 de febrero de 2024, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que presidirá el juicio contra los colaboradores de Oriol Junqueras, ha arremetido contra la ley de amnistía, afirmando que no es un instrumento de pacificación sino de discordia y que "privilegia a unos pocos frente al conjunto de la ciudadanía".  


Los jueces al proceder de esta manera infringen la Constitución, cuyo art. 117.3 les atribuye el ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado. Y por si había duda, el 117.4 afirma rotundamente: Los Juzgados y Tribunales no ejercerán más funciones que las señaladas en el apartado anterior. Más claro, imposible. Esto es lo que dice la Constitución y nada más que esto y desde luego la función atribuida a los jueces, la jurisdicción, nada tiene que ver con su actitud contra una ley que no le corresponde crear. Jurisdicción significa "decir el derecho". El juez dice el derecho, que otro, el legislador, ha creado en el Parlamento. Elemental, pero no es tan elemental para los jueces llamados a juzgarnos, que quieren ser a la vez legisladores y jueces.  

Sí, ciertamente, los jueces son más criticables que los ciudadanos, especialmente cuando invaden públicamente las funciones de otro poder del Estado  

La interesada identificación de la dignidad de la institución y el honor subjetivo del juez 

Hay que distinguir entre la dignidad de las instituciones (en el caso el poder judicial) y el honor de los jueces como personas, y de esta manera evitar que los jueces repercutan en las instituciones, a las que sirven, la crítica dirigida contra sus actuaciones. No es un hecho infrecuente. "Si me atacas a mí, lo haces a la institución que represento". He examinado las sentencias judiciales de la dictadura y las primeras sentencias de la democracia y en ellas uno de los argumentos esgrimidos es precisamente el enmascaramiento de la conducta reprobable del juez en el manto protector de la dignidad de la institución. Estas sentencias eran muy restrictivas con las críticas a los jueces, quienes fácilmente declaraban la existencia de un ánimo de injuriar (animus iniuriandi), cuando en realidad el objetivo era la información, y no aceptaban como eximente la excepción de la verdad (exceptio veritatis), es decir, la verdad de los hechos aducidos en la crítica. 

La identificación entre el juez y la institución, la persona del juez y la justicia que representa, ha sido un instrumento protector de jueces venales y un arma arrojadiza contra la crítica de ciudadanos, organizaciones y partidos políticos dirigida contra sus actuaciones.  

La relevancia de la libertad de expresión como crítica política dirigida a los poderes estatales 

La jurisprudencia constitucional concede a la libertad de expresión un prius valorativo en comparación con otros derechos -derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen, etc.-, porque es, además de un derecho fundamental de la persona, una institución jurídica derivada del pluralismo del art. 1.1 de la Constitución. La manifestación pública de este pluralismo es la libertad de expresión bajo la modalidad de la crítica política de ciudadanos, colectivos y organizaciones.  

En efecto, la crítica política dirigida a los poderes públicos -incluido el poder judicial, por descontado- se fundamenta en tres objetivos: a) la posibilidad de la prosecución de intereses sociales generales, que sobrepasan y están por encima de intereses particulares de individuos y grupos, b) la contribución de la crítica política a la formación de una opinión pública libre (concepto muy reiterado por el Tribunal Constitucional en la definición del alcance de la libertad de expresión), que ejerce el control de la legalidad  de las actuaciones de los poderes estatales (incluyendo obviamente a los jueces), y c) la profundización en el desarrollo del Estado de Derecho social y democrático, en el que según nuestra Constitución se ha configurado España. En este sentido la crítica política tiene un doble alcance: como instrumento de control de las actuaciones de los legisladores, los gobernantes y los jueces (Parlamento, Gobierno y Justicia) y como inspiración de nuevas propuestas políticas de futuro.  

He expuesto cuatro razones que demuestran que los jueces, lejos de oponerse a la crítica de los ciudadanos, deberían ser receptivos y sensibles a ella, porque lo exigen la Constitución y las leyes, que deben guardar, cumplir y hacer cumplir. Solo eso y nada más que eso.  

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Vete a vivir al pueblo, pordiosero https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81172/vete-a-vivir-al-pueblo-pordiosero/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81172/vete-a-vivir-al-pueblo-pordiosero/#respond Tue, 12 Mar 2024 05:14:21 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81172 Continuar leyendo "Vete a vivir al pueblo, pordiosero"]]> La Plaza de España de Sevilla. Pixabay.
La Plaza de España de Sevilla. Pixabay.

¿No puedes pagar el alquiler en tu ciudad? Pues te jodes y te vas a vivir a un pueblo, muerto de hambre.

Cada semana sale una noticia nueva de cómo mi ciudad, tu ciudad o la ciudad de otro se uberiza o se precariza o se sumerge en otro nuevo palabro que viene a decir que los parásitos de corbata cara se la están quedando. Por ejemplo, estos días nos cuenta Diego Casado en el medio hiperlocal SomosMadrid que, en la capital, solo 277 de los más de 24.000 pisos turísticos en activo tienen licencia para ejercer como tal. Un 1'1%, vaya.

También en la capital, pues aquí queremos ser los amos hasta de lo malo, escuchábamos hace un par de días a la presidenta de nuestra región hacer apología de la hostelería abierta 24 horas; una apología que habla –como siempre– de que los trabajadores curren hasta que el que se lleva las pelas se harte de llevárselas, pero que ni se molesta en lanzar un recuerdito a los que cobran el SMI.

No desvelo el secreto de la Coca-Cola cuando digo que las ciudades, desde la capital de una provincia chica hasta el monstruo madrileño, se están convirtiendo en sitios inhóspitos, repetitivos y diseñados únicamente para que la gente consuma, sin embargo, me cabrea que nuestra respuesta a este ataque sea soñar con abandonarlas.

Cada vez que salta una de estas noticias, da igual si habla de la precariedad habitacional en los barrios populares madrileños o de la decadencia de la gastronomía en las tabernas del centro de León, saltan decenas y decenas de comentarios en redes sociales y la vida real que recomiendan al afectado dejar la urbe y pirarse al pueblo.

"Pues en Santa Cruz del Retamar tienes tercios a 1'80", leía que un usuario de Twitter le respondía a la periodista Analía Plaza cuando se quejaba de que ya es casi imposible cenar por menos de cincuenta euros en la capital. No sabía yo que la solución a nuestros problemas era callar, coserse las orejas y ceder ante los malos.

Se ha instaurado cierto discurso transversal –que en la derecha entiendo pero en la izquierda se me hace incompresible– de abandonar las ciudades y sus problemas y dejarse llevar por la vida rural alejada del conflicto de la urbe; de abandonar los barrios que algún día fueron nuestros y ceder ante el invasor –aka, el empresario chapucero y parásito–  que quiere imponernos terrazas en los parques y alquileres temporales a precio de Gormiti de colección y externalización de los servicios públicos.

Como decía, entiendo este discurso en la derecha porque, tal y como apunta el genio y amigo Jorge Dioni en su inteligentísimo El malestar de las ciudades, todos estos problemas que están jodiendo las ciudades no son ningún error, sino parte de la estrategia del neoliberalismo, sin embargo, ¿qué sentido tiene que la izquierda compre esos marcos? ¿dónde está el discurso combativo, ese del que tanto nos gusta presumir, cuando alabamos el precio de la vivienda en Calzada de Calatrava cada vez que vemos que el alquiler sube en las capitales de provincia? ¿ahora resulta que la solución es regalar las ciudades y dejárselas bien limpitas a los ricos que vengan después?

Hay que resistir –en verdad hay que ganar– y no comprar ese maldito marco cada vez que Díaz Ayuso, quien no habla para Madrid sino para toda España, hace apología de reducir la ciudad a un decorado turístico al que vienes a gastar y en el que solo puedes quedarte si produces lo suficiente: queremos vivir con dignidad en las ciudades, no irnos.

Venga, ahora en serio: ¿alguien cree de veras que los de la corbata cara no van a ir a por los pueblos cuando acaben con las urbes? No seamos tan ingenuos, por favor.

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Un único sol en el cielo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81139/un-unico-sol-en-el-cielo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81139/un-unico-sol-en-el-cielo/#respond Tue, 12 Mar 2024 05:02:22 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81139 Continuar leyendo "Un único sol en el cielo"]]> Una vista general muestra a los delegados que asisten a la reunión de clausura de la segunda sesión del 14º Congreso Nacional del Pueblo en el Gran Salón del Pueblo en Beijing.-EFE/EPA/WU HAO
Una vista general muestra a los delegados que asisten a la reunión de clausura de la segunda sesión del 14º Congreso Nacional del Pueblo en el Gran Salón del Pueblo en Beijing.-EFE/EPA/WU HAO

La maquinaria parlamentaria china ha tenido siempre un peculiar recorrido. Desdoblada en dos fórmulas institucionales (Asamblea y Conferencia Consultiva) y dos expresiones funcionales (comité permanente y macrosesión), mostraba cierto brillo a ojos del mundo exterior al exhibir todo su esplendor arquitectónico y populoso, cosa que acontece una vez al año, con la reunión simultánea de las dos sesiones. 

En el denguismo, esa dinámica experimentó una renovación importante. No solo se trataba de enriquecer su ritual de forma que mejorara la comunicación y la cercanía a la sociedad. Muy alejada de la dinámica parlamentaria liberal, aun sin alterar su núcleo duro, es decir, la función legitimadora en base a la primacía de los consensos fraguados discreta e internamente sobre el debate acalorado, fue ganando pequeños espacios de protagonismo. Y sin llegar a representar un contrapeso ni ambicionar un papel de control de la acción de gobierno, transitaba gradualmente hacia una mayor autonomía y profesionalismo siempre observando la punción instrumental proyectada por el Partido. 

Aunque el espacio para las sorpresas ha sido muy limitado y el guion general ha estado siempre escrito de antemano, el afán de proveer un mayor dinamismo y representatividad se interpretó como un guiño capaz de incorporar ciertos procedimientos, como en tantos otros dominios ha hecho China, que abundaban en una mayor dosis de equiparación. La obsesión por la estabilidad ha tenido aquí un proceso sólidamente trazado pero interesado a la vez en incorporar una cosmética homologable, tratando de mitigar así una diferenciación advertida en cierto modo como un lastre. 

Este marco ha sido tradicionalmente el escenario de mayor visibilidad del primer ministro, tanto al presentar el informe sobre la labor del Gobierno como en la conferencia de prensa final, a menudo más reveladora y directa que los propios dictámenes parlamentarios. Zhu Rongji fue quizá el primero que le aportó una pincelada de color. Y, sobre todo, Wen Jiabao, quien probablemente llegó a brillar más que el propio presidente Hu Jintao. Li Keqiang, manejando con soltura también los focos, ofrecía siempre alguna perla, a menudo interpretada como un contraste complementario del horizonte dibujado por el xiísmo. Li tenía aquí su momento de gloria, escasos, pero del que otros podían recelar.  


Que al albur de esa rica trayectoria, el primer ministro Li Qiang renuncie a la conferencia de prensa final devalúa el interés de las dos sesiones y las retrotrae a una praxis del pasado que congenia realmente mal con la necesidad de comunicar más y mejor las decisiones políticas. Indudablemente, supone también una muestra más del distanciamiento con la práctica del denguismo y refuerza la impronta rupturista del xiísmo. El premier, optando por un perfil bajo, abdica de una proyección política pública y genuina. Y, sobre todo, deja en claro que no hay más que un único sol en el cielo y que lo mejor es no tratar de hacerle sombra para evitarse disgustos.  

La opción de Li Qiang no debiera minimizar el balance de las decisiones adoptadas, incluidos los usuales llamamientos reiterados a cumplir las metas marcadas para el desarrollo o a impulsar nuevas fuerzas productivas de calidad, que resumen el latido de la política china. Pero cuando la confianza se ha convertido en el mantra indispensable de la economía, apearse de la tribuna pública equivale a dar por perdida una importante oportunidad para transmitirla.

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No hacer nada https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81118/no-hacer-nada/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81118/no-hacer-nada/#respond Mon, 11 Mar 2024 20:31:40 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81118 Continuar leyendo "No hacer nada"]]> El río Guadalquivir.- Pixabay.
El río Guadalquivir.- Pixabay.

Faltan algunas horas para entregar este artículo. El margen es estrecho. No se puede postponer la fecha límite y la opción de no enviarlo se descarta sola. Hay veces que los temas llegan producto de una pregunta, de la angustia vital o, al contrario, de una respuesta social que requiere explicación; sin embargo, hoy "el tema" no aparece y yo, freelance que suele acumular abundantes opiniones, respiro en blanco, tranquila, pero con una pantalla vacía detrás de la frente que me asegura: no tienes nada que hacer, acuéstate ya, mientras bebo un café cargado en busca de sustento e indago en qué ha podido ocurrir: ¿la pérdida de la creatividad?

No; ha sucedido que en los últimos meses he realizado un esfuerzo consciente por viajar, en la imaginación, a la postguerra española, terreno donde se desarrolla la novela que todavía habito (últimos coletazos) y, por el camino, me ha entrado JOMO (Joy of missing out), la alegría de perderse cosas, diametralmente opuesta al FOMO (Fear of missing out), el miedo a no estar en todo.

Perderse del mundo acelerado en constante cabreo político, polarización digital o incomunicación en persona, al borde de una posible tercera guerra mundial, en medio de una catástrofe ecológica; repudiar la última nadería de Ayuso, descansar los ojos, apagar el receptor cerebral de la inmediatez... Todo ello representa la vuelta a un lugar mejor, inestable en cuanto construido con los precarios aperos de la individualidad –yo cierro la puerta, pero afuera sigue desatándose un repique de conflictos–, aunque momentáneamente un alivio.

En los últimos tiempos, he engordado tres kilos porque ya no sufro ansiedad, y he recuperado una sensibilidad olvidada que afecta a mi manera de contemplar el cambio de estación hacia la primavera: los pájaros, por ejemplo, me parece que pían más al encontrarse en plena época reproductiva; en mi barrio los naranjos han comenzado a florecer y las pequeñas cápsulas de azahar emiten un olor tímido que pronto explotará en una fiesta sensorial azuzada asimismo por el incienso de Semana Santa. Cuando salgo a pasear por el Guadalquivir a la hora del crepúsculo, me fijo en cómo el último sol azafrana los cielos y se mezcla con el azulón nocturno incipiente. Hay algo de felicidad sencilla en esas caminatas que, finalmente, desembocan en la arcilla cadavérica que es la novela, alfarería de muertos.

No hacer nada, pero siendo lo contrario a lo que se espera de nosotras, o simplemente siendo me parece uno de los pocos actos subversivos disponibles para que el tiempo no nos engulla visceralmente en su motor frenético y el sosiego –no hablo de placer– nos visite. ¿Alguien recuerda qué era el sosiego, la plenitud, la serenidad sin más aspiración que llegar viva a mañana? Conforme esos términos se volatilizan fruto de la picadora de la historia, pienso en el filósofo Byung-Chul Han y su reivindicación de la vida contemplativa, o en el ensayo de la artista Jenny Odell: Cómo no hacer nada: resistirse a la economía de la atención (2021), el cual se ha convertido en bestseller probablemente debido a su invocación de un deseo colectivo: escapar de la rueda productiva, aquélla que genera dinero pero también la que contiene dentro: los cuidados obligados que caen sobre los mismos hombros, la culpa sobrevenida cuando, al querer parar, nos invaden pensamientos reprobatorios: debería estar haciendo algo, la eficacia, el multitasking, sacando al perro... Cualquier cosa que justifique, en código neoliberal, nuestra presencia en el planeta.

En mitad de la marabunta del producir(nos) aunque sea un tuit, una story que evite la bajada de seguidores y, especialmente entre quienes nos dedicamos con ese entusiasmo tan punzante narrado por Remedios Zafra a los oficios creativos, la aclamada desconexión tiene lugar en ocasiones como forma de cargar las pilas para rendir más después, acogiéndonos –sin saberlo– a esa expresión tan común en Estados Unidos: me voy a echar una power nap, la siesta, como el tentempié de los Sims, que actúa como relleno célere de la barra verde de energía, a pesar de que ésta descienda en picado minutos más tarde del despertar. Un día la tristeza atraviesa los caminos físicos que no hemos podido recorrer y clausura los mentales a base de agotamiento crónico y falta de sueño (en adultos, en menores) mientras la vigilancia del teléfono nos arroja a la cara estadísticas imposibles: el tiempo de uso, superior al del deporte o el ocio con amigos, una montaña comparada con el granito arenoso de lectura, pero ligeramente inferior al del empleo.

Dicen que los jóvenes ya no creen en el trabajo y que, al otro lado del Atlántico, en el territorio comandado por Biden, las personas renuncian en masa a su ejercicio laboral o cometen una "dimisión silenciosa" consistente en cumplir mínimamente con lo estipulado en el contrato, pero sin comprometer una pizca del reloj personal: esa ambición tan atávica de ser humanos en vez de maquinaria útil a las élites. Dicen renombrados expertos que lo humano complementa al término "capital", o directamente nos tachan de "recursos humanos" cuando dejamos de ser esto último. ¡Qué galimatías! Dice un estudio muy prestigioso que a los trabajadores más leales la empresa no les recompensa la fidelidad, sino que, irónicamente, los explota más. También dicen pensadores como David Graeber o Virginia Mendoza –no casualmente, ambos antropólogos– que, antiguamente, las sociedades se organizaban en torno a los ritmos de la naturaleza, deslomándose bastante menos; por lo tanto, este cansancio tumultuoso y ubicuo es reversible. Por eso yo partía de una cabeza despoblada de ideas y ha acabado por aparecer el tema que problematiza mi sosiego; yo, freelance; nosotros, currantes; la vida que podría desmigarse al compás de una calma heroica, ésa sí, sembrada en los surcos de nuestros cuerpos juntos, como las aves en bandada. Confieso: no quiero hacer nada más que regresar a la orilla del Guadalquivir, al arte, y a los afectos que me salvan.

 

 

 

 

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El meteórico ascenso de la ultraderecha portuguesa https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81108/ascenso-ultraderecha-portuguesa/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81108/ascenso-ultraderecha-portuguesa/#respond Mon, 11 Mar 2024 08:24:43 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81108 Continuar leyendo "El meteórico ascenso de la ultraderecha portuguesa"]]> El presidente del partido de ultraderecha portugués Chega, Andre Ventura, celebrando los resultados de las elecciones.- EFE/EPA/MIGUEL A. LOPES
El presidente del partido de ultraderecha portugués Chega, Andre Ventura, celebrando los resultados de las elecciones.- EFE/EPA/MIGUEL A. LOPES

A principios de noviembre del año pasado estallaba una auténtica bomba informativa que dinamitaba uno de los pocos gobiernos europeos en donde los socialistas gobernaban con mayoría absoluta. Antonio Costa, primer ministro de Portugal desde 2015, dimitía tras verse envuelto en una investigación relacionada con tráfico de influencias, corrupción y prevaricación en proyectos energéticos. A pesar de no ser formalmente imputado, el propio Costa justificó su renuncia porque ser investigado era "incompatible con la dignidad del cargo", convocando adelanto electoral para este pasado domingo diez de marzo.

Dos años después de que Costa consiguiera una atípica mayoría absoluta socialista en una Europa con parlamentos fragmentados y gobiernos de coalición, Portugal ha votado mayoritariamente por una victoria ajustada de la derecha. El candidato del Partido Social Demócrata (PSD) -de herencia demócrata cristiana-, Luís Montenegro, se imponía en las votaciones legislativas con un 29,49% de los votos, superando el 28,66% del candidato del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos. Aunque quienes parecen seguir pagando la factura de la inusitada alianza de izquierdas geringonça ("artilugio" en castellano) que permitió que Antonio Costa arrebatara el poder al PSD en 2015, siguen siendo sus socios menores de coalición. Tanto el Bloco de Esquerda como el Partido Comunista no solo se han visto incapaces de rentabilizar el desgaste social del PS sino que han pasado respectivamente del 10,19% y el 8,25% en el 2015 al 4,46% y el 3,3% en el 2024.

Y todo a pesar de que los datos macroeconómicos portugueses del último gobierno de Antonio Costa suponen un milagroso aumento del PIB, alabado como "un modelo de crecimiento para las pequeñas economías europeas", en lo que se ha denominado "capitalismo de la sardina". La realidad a pie de calle es bien distinta. Cada vez son más los que ven que el supuesto milagro económico no llega a los bolsillos de la gente, casi un 70% de los portugueses tienen problemas para llegar a fin de mes y el año pasado el coste del alquiler de una vivienda casi triplicó el de España, mientras el SMI del país tan sólo pasaba de 760 a 820 euros. A pesar del creciente malestar social ante una economía cada vez más dislocada entre los grandes números y la vida real de la gente, no ha sido ni mucho menos capitalizado por las fuerzas a la izquierda del PS sino por una ultraderecha neoliberal y ultraconservadora que se ha alzado con el voto de protesta en estas elecciones.

Así, uno de los grandes vencedores del adelanto electoral ha sido André Ventura, el líder del partido ultraderechista Chega (que significa "basta"), que alcanzo un 18,06% de los votos, convirtiéndose en la tercera fuerza, sus mejores resultados desde su entrada en el parlamento portugués en 2019 con el 1,3%. Un ascenso meteórico para una ultraderecha que desde la revolución de los claveles de 1974 que acabó con la dictadura militar de António de Oliveria Salazar, apenas había estado presente en la vida pública portuguesa. Una situación que a buen seguro cambiará a partir de ahora, en donde Chega parece estar en disposición de jugar un rol más que importante en los próximos años.


A principios de la década de los setenta, la gran mayoría de los europeos pensaba que el renacimiento de las organizaciones ultraderechistas se articularía en torno a los restos de las dictaduras mediterráneas (Portugal, Grecia y el Estado español). El tiempo ha demostrado lo contrario, salvo el caso particular de Grecia, tanto en Portugal como en el Estado español, las opciones partidarias vinculadas al espectro de la ultraderecha han cosechado tradicionalmente los peores resultados electorales del continente hasta ahora. No es sino a partir del 2019 cuando, tanto en Portugal como en España, la ultraderecha consigue una representación independiente en sendos parlamentos. La internacional reaccionaria que sacude medio mundo, especialmente Europa, llegaba finalmente a la península ibérica con unos cuantos años de retraso en relación a sus homólogos europeos.

Chega se funda el mismo 2019 bajo el liderazgo de André Ventura, un político ultraconservador popularmente conocido por su papel como comentarista deportivo en la televisión. Un proyecto personal de un líder que mantiene la fe religiosa como un pilar más sólido incluso que sus postulados políticos, llegando a afirmar que Dios le ha encargado una misión para transformar Portugal. "Yo creo que Dios me colocó en este lugar, en este momento". El propio Ventura alcanzo cierta popularidad política como candidato del Partido Social Demócrata al Ayuntamiento de Loures (periferia de Lisboa), en donde centró su campaña en el ataque xenófobo y la estigmatización contra la minoría romaní del municipio.

La propia Chega, al igual que Vox, su homólogo hispano, nace como una escisión de la derecha, en este caso del PSD. De hecho, su nombre proviene del movimiento interno que el propio Ventura lideró dentro del PSD en contra del máximo dirigente del partido al que acusaba de moderado (Chega de Rui Rio). Su éxito, el más fulgurante de la democracia portuguesa, se ha construido como declinación lusa de la ola reaccionaria global; en base a propuestas y declaraciones polémicas y racistas (castración química para agresores sexuales, confinamiento específico para gitanos en pandemia, ataques a los beneficiarios de ayudas sociales, discursos antimigración, antiLGBTQIA+, antifeminista  y  de difusión de teorías conspirativas como la de la gran sustitución demográfica); y como expresión de un cierto sentimiento de revuelta, descontento y malestar de la población por los incumplimientos de los diferentes gobiernos, en especial a partir de la crisis del 2007-2008 y el deterioro del escaso Estado de bienestar luso.


Aunque quizás su elemento programático estrella sea el "combate contra la corrupción". En este sentido, el programa de Chega lleva toda una batería de propuestas como "la creación y efectiva implementación en el ámbito de la Justicia del crimen de enriquecimiento ilícito", así como una reforma del sistema de embargo, decomiso y promoción de los bienes que sean producto de delitos económicos y financieros, y cambios para acelerar los tiempos del sistema judicial. De hecho, su lema de campaña: "Limpiar Portugal", dejaba claras sus intenciones, identificando en los carteles electorales a quiénes hay que limpiar: a los políticos socialistas. La sucesión de escándalos de corrupción, desde el del expresidente socialista José Sócrates hasta el que se ha cobrado el gobierno de Antonio Costa, han sido la gasolina perfecta para el voto de protesta y el ascenso de Chega.

Todavía no sabemos si finalmente Luís Montenegro (PSD) cumplirá su promesa electoral de no gobernar con Chega o si finalmente hará como su homologo hispano (PP) y pactará con ella con tal de asegurarse el gobierno. Pero desde luego lo que sí parece es que el fenómeno de la ultraderecha ha llegado a Portugal para quedarse tal y como han confirmado los resultados electorales y su meteórica ascensión del 1,3% en el 2019 al 18,21% en el 2024. Una ultraderecha que por primera vez tiene audiencia de masas y que cuestiona la Revolución de los Claveles, el hito fundacional de la democracia portuguesa, y que justo en su cincuenta aniversario puede ocupar alguna cartera ministerial. Este 25 de abril será más necesario que nunca que la izquierda portuguesa pueda recuperar el espíritu revolucionario y democrático de Grândola vila morena para no olvidar que el povo é quem mais ordena.

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Competir es un verbo intransitable https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81099/competir-es-un-verbo-intransitable/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81099/competir-es-un-verbo-intransitable/#respond Mon, 11 Mar 2024 06:00:12 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81099 Competir es un verbo intransitable
Barbara Munker / dpa / Europa Press

Esta columna, como los discos con un parental advisory, contiene una opinión impopular. He visto claramente que 'competir' es un verbo heteropatriarcal. Y que no voy a conjugarlo más. No con sus reglas. Voy a intentarlo. Confrontando todas las dificultades que esta decisión me anuncia. Porque 'competir' es algo más que un verbo intransitivo; es un verbo intransitable.  

Y lo digo tras la noche de los Oscar, ceremonia que me deslumbra y que ha forjado, en gran manera, al hombre homosexual que soy y que, en el fondo, bebe de lo mismo que detesto: la competición.  

El relato sociológico, desde Atapuerca, es patriarcal. Valores que arropan el supremacismo de la testosterona para que todo hombre hetero y blanco -podemos cambiar a un escenario donde predomine otra raza y la estructura será similar- sea un privilegiado por el mero hecho de nacer varón. Pero tampoco hay espacio para tanto machote en la cumbre. Y ellos mismos crean el concepto verbal de la competición. La lucha entre ejemplares similares de la especie para saber quién domina a quién, quién es el líder de la manada, quién se lleva a la hembra deseada, quién es el mejor. Con el tiempo, el hombre asumirá que la competición no hace otra cosa que subrayar su admirable masculinidad y potenciará la competencia hasta convertirla en una ideología económica y en un espectáculo. A eso llamamos "condición humana", cuando han sido ellos solos quienes tenían interés por la competición. Ni las mujeres ni las personas disidentes de la norma hemos tenido interés en competir hasta que, en la estrategia asimilacionista y aspiracional con el poder, hemos acabado aceptando su ética patriarcal. 

Nacer y no querer competir es morir, en cualquiera de las muchas maneras que hay de hacerlo. Confieso que he competido y he perdido. Aunque, como a todos, me educaron para eso, sigo sin encontrarme cómodo en ese código. Tal vez por eso el universo deportivo me resulte ajeno. Porque participar, en el lenguaje deportivo, ya es competir. Y busqué un espacio seguro en la cultura porque ahí fue donde el niño marica encontró sus referentes. Y entre ellos no había competencia ni competitividad. Desde luego yo no lo sentía. Pero sí he sido aficionado, como espectador, a la competición. En los Oscar o en Eurovisión, por ejemplo. Y es ahora, muchas décadas después, cuando veo lo perverso y reconozco en esa competición algo similar a lo que significaba, salvando las evidentes distancias, un gladiador en un coliseo romano. Seguimos compitiendo entre nosotros para entretenimiento de los demás. 'Competir' es el verbo con el que se entretiene el poder. 


¿Cuándo entró la competición en el ámbito cultural y artístico? ¿Y por qué? Da lo mismo los Oscar que los Goya que los Feroz, el Benidorm Fest que Eurovisión, Operación Triunfo o Drag Race. Creo que no estamos aquí para competir entre nosotres. Estamos aquí para dar salida a nuestro deseo de entretener, de emocionar, de reflexionar, de hacer lo que nos gusta, incluso a veces por encima de nuestro propio talento. Estamos aquí para contar historias. Esas que nos salvaron la vida durante el confinamiento mientras los laboratorios farmacéuticos 'competían' por una vacuna. El acto artístico, a diferencia del deportivo, no nace del afán competitivo. Por eso Cultura y Deporte nunca deben estar en un mismo ministerio. Porque su esencia es dispar. ¿Por qué una película tiene que competir con otra cuando esa no era su pretensión? Escuché al actor Berto Romero reflexionar sobre ello, después de que su serie 'El otro lado' no se llevase ningún premio Feroz a los que estaba nominada, y tenía toda la razón. Los compañeros se convierten en competidores, rivales, y ahí se pervierte todo. Porque si conjugas el verbo 'competir' asumes, en la letra pequeña, el fracaso. Que es un falso fracaso, como decía Romero, porque tú no has pedido estar ahí. Estás ahí porque un grupo de personas -que no deja de ser un estatus parcial de privilegio para decidir sobre los demás- te ha elegido. Y lo llaman "nominados". Y sientes que estar ahí ya es un premio. Joder, qué claro lo veo ahora y cuánto he tardado en verlo.  

Como ya he escrito, la competición como entretenimiento es algo que el acto deportivo asume en su propia esencia. Podemos pensar que las personas que van a los castings de OT, o que entran en Drag Race o buscan participar en el Benidorm Fest son como los atletas que salen a la pista de atletismo. Saben que van a competir. Y yo me pregunto, ¿realmente lo saben? ¿Está la competitividad en la esencia del acto artístico? Me temo que no. Sé que, por ejemplo, los participantes del Benidorm Fest entran empapados de cariño y admiración entre ellos hasta que llegan las semifinales y comprenden que están compitiendo. Y ahí, todo se tuerce.  

Esto no significa que esté en contra de los premios, que tendrían otro análisis aparte. Estoy en contra de tener que poner a competir mi talento o mi deseo para lograr un reconocimiento. Lo digo yo, que nunca he estado nominado a nada pero que he sido jurado de OT, por ejemplo. Me ha costado llegar a esta reflexión. Porque hemos incorporado a nuestra forma de ver el mundo aquello que nos hace daño, aquello que fomenta la desigualdad, que alimenta el ansia de poder. Y le damos carta de naturaleza porque "es lógico", va en nuestra condición humana. Como ciervos en una eterna berrea. 


PD: Recibo en mi mail una convocatoria de prensa de los Premios Openbank de Literatura by Vanity Fair. Leo las candidaturas. Tres nominados en cada una de las diez categorías.  

-Venga -me reto a mí mismo-. No me digas que no te encantaría estar nominado con tu novela. 

Posiblemente sí, pero ese es el veneno que, a partir de ahora, tengo que intentar no acercar a mis labios. Mi escritura no está hecha para competir. Nada de lo que hago en mi vida está hecho para competir. 


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De 1992 a 2024: armas y retos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81036/de-1992-a-2024-armas-y-retos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81036/de-1992-a-2024-armas-y-retos/#respond Mon, 11 Mar 2024 05:01:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81036 alt --> Estamos en una encrucijada. Parece que Europa se prepara para un escenario de guerra, armándose y aumentado presupuestos militares.   En estos momentos convulsos, tal vez nos convenga un poco de aire fresco. Retrocedamos a 1992. Habían pasado sólo tres años desde la caída del muro de Berlín. Este año, 1.700 científicos independientes, entre ellos 104 … Continuar leyendo "De 1992 a 2024: armas y retos"]]> De 1992 a 2024: armas y retos

Estamos en una encrucijada. Parece que Europa se prepara para un escenario de guerra, armándose y aumentado presupuestos militares.  

En estos momentos convulsos, tal vez nos convenga un poco de aire fresco. Retrocedamos a 1992. Habían pasado sólo tres años desde la caída del muro de Berlín. Este año, 1.700 científicos independientes, entre ellos 104 premios Nobel en disciplinas de ciencias, escribieron una Advertencia a la humanidad. Nos urgían a reducir la destrucción ambiental y a abordar un gran cambio en nuestra gestión de la Tierra y la vida, declarando que "el éxito en este esfuerzo global requerirá una gran reducción de la violencia y la guerra. Los recursos que ahora se dedican a la preparación y conducción de la guerra... serán muy necesarios para las nuevas tareas y deberían desviarse hacia los nuevos desafíos". Eran años de optimismo. En junio de 1991, Mikhail Gorbachev había pronunciado la "Conferencia Nobel" en Oslo, en la que habló extensa y profundamente sobre la necesidad de que la paz prevaleciera sobre cualquier otra condición, expresando su confianza en el que la solidaridad y el cambio serían aceptados por el mundo entero para hacer frente a los desafíos globales. Como explica Federico Mayor Zaragoza, Gorbachev planteó el desarme a Ronald Reagan, incluyendo la terminación de la carrera de armamentos y de las ojivas nucleares. Gorbachev decía: "vivimos en un mismo planeta. Europa es nuestra casa común; una casa, y no un campo de batalla". 

A pesar de las advertencias, nuestros dirigentes no han querido entender la extrema gravedad de los retos a los que nos enfrontamos. A pesar de los muchos recordatorios (como el de 15.364 científicos de 184 países en 2017, a los 25 años del primer aviso), los políticos no saben afrontar la crisis ambiental que nos viene encima y que nos irá destruyendo con sequías, epidemias y todo tipo de cambios climáticos. Con el único motivo de adorar al dios del negocio neocapitalista, nos han abocado a treinta años de retroceso. Ni se ha querido desmilitarizar, ni se han desviado recursos militares tal como pedían los científicos (el gasto militar mundial ha aumentado un 69% entre 1992 y 2022 según SIPRI) ni se ha abordado la reducción de emisiones de efecto invernadero, con un aumento del CO2 en la atmósfera que ha pasado de las 356 ppm a las 418 ppm.  


Las guerras nos hablan de supuestas fronteras mientras destruyen pueblos y vidas; pero desde 1945 ya no acaban en victorias. Los grandes retos de la humanidad son en cambio globales y transfronterizos. ¿Despertaremos algún día del letargo militarista para exigir soluciones reales para las personas actuales y venideras? ¿Quién se aprovecha y quién gana, en este rearme europeo? Antoni Bassas hace poco citaba a Warren Buffet ("Es mi clase, la clase rica, la que hace la guerra y la estamos ganando") y continuaba planteando si se trata de la misma clase que cree que realizar una guerra en Rusia puede ser un buen negocio (para ellos, no para los peones de ajedrez). 

Según el instituto SIPRI, 14 de los 20 primeros países productores y exportadores de armas del mundo pertenecen a la OTAN. Entre todos ellos venden el 78% de las armas mundiales. España es el octavo exportador a nivel mundial de unas armas que acaban en todos los conflictos bélicos del planeta, avivando su crueldad y empeorando las condiciones de vida de la población civil. 

La caldera de la Tierra está hirviendo, mientras los políticos desoyen las continuadas advertencias que llegan desde la ciencia y de los pueblos. Estamos destrozando la vida en el planeta, la de las nuevas generaciones y la de nuestros nietos. Pero nuestros dirigentes sólo saben seguir los dictados de los grandes negociantes de la destrucción criminal.  

Si vis pacem, para verbum. Si queremos paz, debemos denunciar a los traficantes de las guerras y las armas. Si queremos la Paz, debemos olvidar las armas, escuchar, empatizar y exigir el alto al fuego y la negociación en todos los conflictos armados. Europa tiene una gran oportunidad. La de distanciarse de las opciones bélicas para ofrecer soluciones diplomáticas y modelos geopolíticos sustentados en los grandes retos actuales del mundo y basados en sus objetivos fundacionales de contribuir a la paz y a la solidaridad y del respeto mutuo entre los pueblos. 

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La sala segunda del Tribunal Supremo se caga en el 8 de marzo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81093/la-sala-segunda-del-tribunal-supremo-se-caga-en-el-8-de-marzo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81093/la-sala-segunda-del-tribunal-supremo-se-caga-en-el-8-de-marzo/#respond Sun, 10 Mar 2024 06:15:20 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81093 La sala segunda del Tribunal Supremo se caga en el 8 de marzo
Juan Barbosa / Europa Press

¡Qué importantes son los símbolos, los ritos, las efemérides! Nos ponen en contacto con lo que somos, con lo que queremos, con lo que reivindicamos;  nos ordenan, nos enfocan, unen nuestras fuerzas y desvelan cuáles son socialmente poderosas y cuáles no tanto.  

El 8M 2024 ha vuelto a demostrar que la única revolución planetaria en curso es la de las mujeres en lucha por la igualdad entre los géneros y, sin embargo, la sala de lo penal del Tribunal Supremo ha decidido cagarse en esta lucha el mismísimo 8 de marzo.  

El lema 8M de esta convocatoria ha sido #SeAcabó, por eso utilizo lenguaje grueso después de décadas viviendo como con el fino no se logran los grandes cambios necesarios.   

En fecha tan señalada, después de más de cinco años litigando, dos en ese tribunal,  esta sala ha publicado una sentencia histórica que cambia la jurisprudencia anterior  para condenar a una madre protectora (la que delinque para proteger a su/s hij@/s).  


En este caso se trata de P.G.A., que descubrió indicios serios de abusos del padre a su hija de cinco años estando divorciada y teniendo ella la custodia exclusiva de la pequeña de mutuo acuerdo. Denunció con informes médicos de los más reconocidos especialistas de la sanidad pública y de un CAI, un Centro de Atención a la Infancia. La denuncia se archivó de plano sin proceso de instrucción en 2014. Ni ella ni los profesionales que notificaron los hechos han sido nunca condenados por denuncia falsa.  

A raíz de todo lo que eso supuso, PGA decidió alejarse en 2017 con su hija e instalarse en un pueblo de la sierra a la espera de una orden de alejamiento que nunca llegó. El 11 de marzo de 2019 las encuentran, le arrancan a la niña y se la entregan al padre. No se abrazan desde entonces. Estuvo dos años sin saber nada de ella, los mismos que estuvo su padre. Después han pasado tres más en los que solo se les concede escaso contacto telemático, 15 minutos los domingos.  

El veredicto del alto tribunal dice ahora, desdiciendo su sentencia del 23 de abril de 2021, que es igual tener o no la custodia en exclusiva de un menor para cometer el delito de sustracción de menores;  que, aunque P.G.A. la tuviera, la pena es la misma que si no. El mensaje es claro: la madre tiene que respetar al pater familias sí o sí, de principio a fin, incluso por encima del bien de su hija, porque si no la pena es y será brutal independientemente del tamaño de la falta. 


El tribunal no ha tenido en cuenta que el padre estuviera dos años sin saber de su hija, después de ser denunciado por abusos, y que la madre, una vez separada de la niña, haya sufrido lo mismo el mismo tiempo y después tres años más sin poder abrazarla. ¿No es suficiente más del doble del diente por diente y el ojo por ojo?  

La pena pendiente, por sustracción de menores, sigue siendo de dos años de cárcel y cuatro más sin la patria potestad. No sabemos aún cuánto tiempo más estará alejada de su hija, que hoy tiene 14 años y que sigue queriendo estar con su madre y continúa sufriendo las consecuencias psicológicas y físicas de esta separación brutal. 

¿Dónde queda el bien del menor para estos jueces? ¿Dónde queda la proporcionalidad, los atenuantes, las circunstancias sobrevenidas? La justicia no es así de lenta por gusto, pero ¿no debería paliar el dolor que su lentitud genera? ¿No debería al menos tener en cuenta la prisión provisional de no abrazarse que ya han cumplido madre e hija durante más de cinco años, dos sin tener noticias?  


En el caso de las madres protectoras esto es algo sistémico que se repite mostrando el agujero negro de la judicatura española que importantes instituciones internacionales hace tiempo que denuncian. En los últimos tres años Naciones Unidas ha llamado la atención a España cinco veces por la utilización del ilícito Síndrome de Alienación Parental (SAP) en la justicia contra estas madres.  

El SAP es un invento del psiquiatra estadounidense Richard Gardner, confeso justificador de la pederastia, que consiste en la creencia de que un progenitor –en más del 90% de los casos la madre– es capaz de manipular los testimonios de sus hijos en procesos por violencias de todo tipo para acusar falsamente al otro. La solución que recetaba este psiquiatra, que terminó su vida suicidándose dándose cortes infinitos con un cuchillo, es la terapia de la amenaza: los denunciantes tienen que entender que o dejan de denunciar o serán separad@s, o dejas de denunciar o te irás con el que dices que te hace daño.  

Tanto la CEDAW (el Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer, por sus siglas en inglés), como las relatorías de Naciones Unidas sobre violencia hacia las mujeres y la tortura, han pedido explicaciones a España por su aplicación que genera "tortura institucional" y que asume que las mujeres tienen superpoderes sobre los deseos, los miedos y las declaraciones de sus hijos, incluso años después de estar lejos de ellos.  

Aplicar el Síndrome de Alienación Parental está prohibido en todo el mundo porque la ciencia ha demostrado lo que dice la lógica más simplona: que las mujeres no somos brujas.  

Los niños quieren o no quieren, temen o no temen, huyen o se quedan en función de lo que viven, de lo que sienten, de lo que piensan. Los ataques de ansiedad, el terror por quedarse a solas con sus presuntos abusadores, el dolor por ser arrancados de quienes les dan seguridad no se pueden inducir  y  su presunción de inocencia debería valer al menos tanto como la de sus progenitores.  

¿Por qué la presunción de inocencia del padre está por encima de la de la madre y la de los hijos? ¿Cómo es posible que sin demostrar que las denuncias de las madres y sus pequeños son falsas se les castigue como si lo fueran? ¿Por qué una denuncia por abuso archivada no tiene pena para el presunto abusador y sí la tiene para las presuntas víctimas? ¿Cómo cabe eso en un Estado de Derecho? ¿Cómo cabe en las conciencias de los jueces que lo aplican? 

Hubo un tiempo en que la entonces ministra de igualdad, Irene Montero, acusó a los jueces de ser machistas sin asumir su responsabilidad en el efecto no deseado de la Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual, la llamada ley del solo sí es sí.  Entonces pensé que se equivocaba con sus declaraciones por generalizar, sin dejar de pensar que los hechos contaban y cuentan que la ministra muchas veces estaba y está en lo cierto.  

Lo de hoy demuestra que hay una guerra abierta entre algunos jueces y las mujeres y que no la disimulan. El porqué la sentencia sale en esa fecha y no en otra solo tiene una explicación, según las fuentes jurídicas consultadas: porque les ha salido de la toga. Parte de la cúpula judicial no respeta el 8 de marzo y, aunque no puede aplicar la alienación parental, la sigue aplicando como el que aplica castigo divino ejemplar.   

La madre sentenciada, P.G.A., que hace tiempo que tuvo que vender su casa, que lleva diez años litigando desde que descubrió indicios claros de abusos, que está arruinada y debe dinero a muchos que la apoyan, ha sido condenada también a pagar las costas del padre por este procedimiento judicial. No sabe de dónde sacará el dinero, que puede llegar a 8.000 euros, pero sí sabe que, cueste lo que cueste, va a seguir peleando: pedirá amparo al Tribunal Constitucional y, si no se lo da, recurrirá al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.  

Su única gran victoria es y será que su hija sabrá siempre que su madre peleó y peleó hasta el final y que su batalla puede terminar evitando esta tortura a otras. 

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Golpe de la justicia patriarcal en el 8M https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81070/golpe-de-la-justicia-patriarcal-en-el-8m/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81070/golpe-de-la-justicia-patriarcal-en-el-8m/#respond Sat, 09 Mar 2024 12:05:52 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81070 Continuar leyendo "Golpe de la justicia patriarcal en el 8M"]]> Golpe de la justicia patriarcal en el 8M
Una madre carga con su hija en el patio de un colegio, en una foto de archivo - EP

En el día de ayer, coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el Tribunal Supremo emitía sentencia condenatoria contra una de las madres de Infancia Libre. Desoyendo su propia jurisprudencia, el Supremo da por cierto que cometió un delito de sustracción de menores, a pesar de ser la madre quien ostentaba la custodia de la menor de edad en el momento en que se produjeron los hechos.

Condena a la madre y condena a la hija, que se verá privada de todo contacto con ella durante los próximos cuatro años. Nos preguntamos cuál ha sido la falta cometida por la menor de edad –de cuatro años al inicio del procedimiento, catorce ahora–. Por qué se le inflige una y otra vez tanto daño. Primero, al errar en la escucha de su petición de socorro, en segundo lugar al alejarla de su madre protectora y por último impidiendo todo contacto entre ellas. Y no podemos dejar de pensar cuál puede ser el criterio en este caso para seguir impidiendo que madre e hija reanuden el contacto presencial, las caricias, los abrazos... Inaceptable la inacción de los poderes públicos en su conjunto, ante la situación de las víctimas. Nada está siendo suficiente para evitar que el pensamiento patriarcal continúe dominando la respuesta institucional en estos casos. Y no se podrá aducir desconocimiento, porque diversos organismos internacionales están advirtiendo a España desde hace años de los errores en los que están incurriendo las instituciones.

Hilando ideas, los números nos asaltan, destella rabiosa la fecha: 8 de marzo, 8M, el símbolo de una lucha. Es precisamente entonces cuando el poder patriarcal ataca: "Manifestaos, pintaos la cara de violeta, gritad consignas y entonad canciones. Mientras, con el martillo en la mano, dictaremos vuestras vidas". Las vidas de todas han sido golpeadas. Nos la han atravesado de nuevo con la amenaza, con la advertencia "no traicionarás el silencio, no revelarás, no te rebelarás ante la violencia". No está tan lejos la época en la que la patria potestad era privilegio exclusivo de los progenitores y ese derecho alcanzado parece estar supeditado a un código de conducta.

Hacemos balance desde hace meses del efecto que ha tenido la Ley de Infancia del año 2021, no tanto en lo relativo a su articulado, sino sobre todo por cómo se lo han tomado muchos jueces y tribunales. Especialmente cómo han reaccionado ante la prohibición impuesta por el poder legislativo. El artículo 11 establece que "los poderes públicos tomarán las medidas necesarias para impedir que planteamientos teóricos o criterios sin aval científico que presuman interferencia o manipulación adulta, como el llamado síndrome de alienación parental (SAP), puedan ser tomados en consideración". Habíamos empezado a visualizar una relación directa, o más bien inversa, entre este artículo y la cantidad de casos en los cuales se utiliza el razonamiento que caracteriza al SAP.

Esta sentencia, dictada contra uno de los símbolos de la lucha contra el SAP y por los derechos de las víctimas de abuso sexual, Infancia Libre; dictada contra nuestra compañera y contra su hija que no se han rendido nunca durante estos años; dictada en el día que representa la lucha feminista. Esta sentencia confirma que efectivamente nos encontramos frente a lo que en inglés se conoce como backlash, la reacción frente a un avance legislativo, en este caso el reconocimiento de que el síndrome de alienación parental es una teoría sin respaldo científico y que por lo tanto su uso queda prohibido en nuestro sistema judicial.

Seguirán ejecutando el programa gardneriano. Por una parte, continuarán los procedimientos en los que con anterioridad a 2021 se había utilizado el SAP o manteniendo la vigencia de medidas dictadas antes de la aprobación de la Ley de Infancia. Lo harán también porque, a día de hoy, está tan integrado el pensamiento SAP en el razonamiento jurídico que ya no es necesaria una motivación médica para adoptar medidas drásticas como esta que analizamos hoy. En una reciente sentencia perteneciente a otro caso, la Audiencia Provincial dice que es cierto que el SAP no se puede utilizar porque no es científico, pero que, a pesar de ello, la madre es un obstáculo para la relación paterno-filial, que es prioritaria, y que, por lo tanto, aun sabiendo el daño inevitable que se causará a los niños, serán apartados de su madre y se entregará la custodia al progenitor, haciendo uso, si fuese necesario, de un centro de menores como recurso transitorio. El arrancamiento se produjo el 10 de enero.

Hace años, tuvimos la oportunidad de preguntar a un experto sobre abuso sexual qué se podía hacer cuando todo parecía perdido, cuando se imponen externamente unas limitaciones imposibles de soslayar. Su respuesta permaneció ahí y es con ella con la que es necesario enfrentar el ahora y el a partir de ahora, dado que hemos llegado a ese punto: debe importarnos, debe ser un asunto que preocupe a la sociedad. Esas víctimas a las que se les ha negado todo deben saber que compartimos su dolor y que no cejamos en la lucha a su lado. Esto va por ti, M., aunque puede que no llegues a leerlo.

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Los Oscar, ¿a favor o en contra? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81012/oscar-favor-o-contra/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81012/oscar-favor-o-contra/#respond Sat, 09 Mar 2024 05:32:14 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81012 Continuar leyendo "Los Oscar, ¿a favor o en contra?"]]> 'Anatomía de una caída' de Justine Triet
'Anatomía de una caída' de Justine Triet

En la madrugada del próximo lunes se celebra la edición número 96 de los Oscar de la Academia de Hollywood. Un acontecimiento-espectáculo de impacto mundial que desde hace unos años y con la gigantesca transformación cultural que ha supuesto la irrupción de las redes sociales renquea desorientado en busca de formas de conexión con las nuevas generaciones, una generaciones que llevan siendo "las nuevas a las que hemos perdido" desde hace más de 15 años. Una búsqueda que casa mal con la propia idea de Academia, que casi por definición remite a canon, experiencia, orden; es decir, a personas (especialmente varones) que peinan canas.

A esa tensión generacional se incorporan otras, como la relación entre los grandes productores de contenidos a través de plataformas digitales y los medios tradicionales de distribución en cines y este año, además, una vieja tensión en torno a lo popular y lo que la Academia valora como interesante que se ha actualizado con la discusión en torno a las nominaciones de Barbie, que han dejado fuera a Margot Robbie en la categoría de mejor actriz y a Greta Gerwig de la de mejor directora, no así de la de mejor guion adaptado, a la que si está nominada.

El debate sobre las nominaciones de Barbie sucedió hace un par de un par de meses, ¿lo recuerdan? Yo me he acordado al empezar a escribir este artículo. Me había olvidado por completo y de eso quería hablar hoy. De la forma en la que se está desarrollando lo que podría ser una riquísima discusión cultural y cómo, me temo, nos estamos alejando de la misma.

Una cosa que sucedía con las quejas a las nominaciones de Barbie es que, en ocasiones, perdían algunos elementos que formaban parte de la ecuación.

Que duda cabe que es mejor que haya una mayor diversidad de personas nominadas en el premio a la mejor dirección, pero en aquellos días se repetía "vuelve a no haber mujeres nominadas", algo que simplemente no era cierto. Está nominada Justin Triet, la directora de la descomunal Anatomía de una Caída. Insisto, no estoy diciendo "oigan, no se quejen, ya tienen a la cuota mujer cubierta con Triet". Creo que es mejor que haya más directoras nominadas y Gerwig, sin duda, lo merece. Juega en su contra que ha dirigido una comedia de vocación y enorme éxito comercial, que no es precisamente el género favorito de, recordemos, la Academia. Pero en la discusión se decían cosas que simplemente no eran ciertas fruto seguramente de la velocidad con la que la polémica apareció... Y desapareció.

Nos encontramos en un ecosistema cultural tan condicionado por el entorno digital como los propios Oscar, que ha dejado de estar preocupado por las conversaciones y está algo más pendiente de los juicios. La conversión de toda conversación en "contenido" implica la reducción de los matices, perder la complementariedad de los argumentos y también la persistencia de los mismos. El entorno digital tiende a proponernos disputas que deben poder reducirse a cero y uno. A nada y todo. A por aquí o por allí.

Esa forma de diálogo cultural es especialmente fértil en contextos de mucha dispersión, mucho cansancio y muy poca atención. El ejercicio cero-uno (aceptación eliminación) es más rápido y te permite elegir permanentemente lo que quieres desechando lo que no quieres. No importa si es un match en Tinder o un reel de Instagram. La velocidad a la que los entornos digitales caducan es apabullante.

Garbage Day es una newsletter especializada en cultura digital que mantiene el escritor y podcaster Ryan Broderick, y hace unas semanas señalaba que Tik Tok empezaba a no ser el espacio de referencia de las generaciones más jóvenes, entre otras cosas porque la generación millenial estaba saliendo de Instagram para tomar el espacio de Tiktok, lo cual vuelve a identificarnos a los millenials como la auténtica generación parasitaria de las culturas digitales modernas. Aterrados/as de perder comba, migramos a la búsqueda de los nuevos nichos de lo interesante, que siempre está dónde están las comunidades más jóvenes.

Esa aceleración afecta a la forma en la que medimos el impacto cultural y las propias películas. La discusión en torno a aspectos interesantes de la (en mi opinión, alucinante) película Pobres Criaturas (también nominada y favorita a los Oscar, por cierto) ha estado totalmente atravesada por una enorme dificultad para escapar del juicio y la falta de contexto.

Para construir un poco de sentido común reposado, el podcast Marea Nocturna, quizás la referencia más importante en cuanto a análisis de cine de terror, fantástico y de ciencia ficción de nuestro país, hizo el pasado mes de febrero un programa a cuenta de la película llamado "Bella Baxter y otras mujeres fantásticas", en el que se discutía en un diálogo abierto la importancia y temas de la película.

La extrema derecha ha encontrado en lo que llama "cultura de la cancelación" un hombre (más bien una mujer, o una persona trans, o un muchacho gay, o... ) de paja con la que golpear cualquier intento de hacer un cine que represente mejor la sociedad en la que vivimos. Por tanto es un concepto que no nos sirve para explicar los problemas de una opinión pública dónde señalar lo que no nos gusta es fácil, rápido y seductor; esos tres caminos que ya explicó el maestro Yoda que llevan al lado oscuro.

Anatomía de un Asesinato nos habla precisamente de cómo estamos sumergidos en una cultura que proyecta significados cargados de prejuicios (machistas, sexistas, clasistas, homófobos) ante la angustia que generan hechos que no aguantan bien una mirada simplificadora. Para desentrañar esa maraña necesitamos tiempo y cierta capacidad de escucha. Un tiempo que no tenemos. No lo tienen quién lee, quién escribe, ni quién comenta. No es algorítmicamente atractivo formarse una opinión complicada sobre algo. Así que vayamos a lo fácil...

Los Oscar. ¿A favor o en contra?

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Recuperar la agenda feminista, compartir espacios https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81048/recuperar-agenda-espacios/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81048/recuperar-agenda-espacios/#respond Sat, 09 Mar 2024 05:16:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81048 Continuar leyendo "Recuperar la agenda feminista, compartir espacios"]]> Decenas de estudiantes durante una manifestación convocada por el Sindicato de Estudiantes por el Día Internacional de la Mujer, 8M, en la Puerta del Sol, a 8 de marzo de 2024, en Madrid (España).- Matias Chiofalo / Europa Press
Decenas de estudiantes durante una manifestación convocada por el Sindicato de Estudiantes por el Día Internacional de la Mujer, 8M, en la Puerta del Sol, a 8 de marzo de 2024, en Madrid (España).- Matias Chiofalo / Europa Press

3 de marzo de 2024. Falta menos de una semana para la celebración del 8M y un grupo de mujeres feministas nos reunimos en Pontevedra para celebrar una asamblea extraordinaria en la que no vamos a hablar de las acciones que llevaremos a cabo por el Día de la Mujer Trabajadora, sino que decidiremos la viabilidad de nuestra asociación de la que las más veteranas llevamos formando parte entre 10 y 15 años. Con esa asociación, nos unimos hace una década bajo el paraguas de la Plataforma Galega polo Dereito ó Aborto y de la Plataforma Feminista de Galicia y marchamos juntas a Madrid en la convocatoria organizada por el Tren de la Libertad.

Formábamos parte de estos colectivos mujeres de diferentes ideologías políticas con una base en la izquierda y todos los partidos y sindicatos en ese crisol ideológico se sumaron a nuestras reivindicaciones (allí estaban las Mareas, el incipiente Podemos y Anova, y no faltaban tampoco el PSG, ni el BNG, CCOO, EU, CIGA o Galiza Nova). Fueron años de crecimiento, de asambleas, de aprendizaje y de objetivos comunes. Después, llegó la huelga internacional de mujeres de 2018 a la todas nos sumamos masivamente con paros en empresas y en el sector público (se calcula una participación de 5 millones de mujeres) y tomamos las calles en la manifestación feminista más multitudinaria de la historia. Yo estuve en la de Santiago de Compostela en el que recuerdo como uno de los días más emocionantes de mi vida. En 2019, el feminismo español seguía sacando músculo en las calles por la defensa de los derechos de todas las mujeres. Yo tardaría poco más de un año en convertirme en madre de una niña.  

Pero el 3 de marzo de 2024 no hablamos de nada de eso. Ocho mujeres decidíamos el futuro de una organización feminista abolicionista que no había participado en marchas ni en concentraciones durante los últimos cuatro años. Con una directiva temporal, la salvamos por los pelos, proponiendo un cambio de estatutos que dará paso a una directiva mucho más austera y también una hoja de ruta que pase por la recuperación de la agenda feminista. Las más mayores recordaron que hace una década "había peleas" para ponerse al frente de la asociación. Ahora, cuesta hacerlo.

Para seguir hablando del malestar emocional que me produce la actual situación dentro del movimiento feminista, con un 8M dividido y enfrentado, necesito hablar del impacto que tuvo el activismo en mi vida personal. Porque en aquellas primeras reuniones asamblearias en las que yo eran una veinteañera que no tenía ni idea de los 300 años de historia feminista, hubo otras que me enseñaron todo lo que el feminismo había hecho y podía hacer por mí. Gracias a mis compañeras empecé a entender que la raíz de la mayor parte de mis malestares, que llevaba sufriendo desde niña y que habían tenido graves consecuencias en mi salud física y mental (desde el diagnóstico de una anorexia nerviosa con 14 años, hasta el reconocimiento de múltiples violencias sexuales o una ansiedad crónica) tenían su razón de ser en un sistema de dominio construido sobre el sexo con el que yo había nacido.

Pero ese saber también me dotó de una responsabilidad: muchas mujeres se habían jugado el cuello para que nosotras gozásemos de derechos impensables unas décadas antes. Y tener claro esto, cambió mi vida entera. Empecé a vivir con las gafas moradas puestas, empecé a entender que ser mujer era en sí mismo un factor de riesgo para sufrir violencia y también empecé a defenderme. En un mundo hecho por y para los hombres, nuestra obligación como feministas era denunciar las violencias y las discriminaciones que sufríamos, y exigir medidas efectivas que nos protegiesen, en nuestro caso, reclamando el cumplimiento íntegro de la ley para la Igualdad Efectiva entre Hombres y Mujeres.  

Después llegó el 2020, la pérdida de redes derivada de la pandemia, e Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad. Todo lo demás es sabido. Empezaba una dura travesía por el desierto de mucho dolor e impotencia con manifestaciones desdobladas en todas las grandes ciudades. Se rompió el diálogo con el Ministerio, pero sobre todo se rompió el diálogo entre mujeres que habían compartido espacios durante años. En los últimos tiempos, he visto como muchas feministas abandonaban asociaciones y colectivos que habían levantado ellas mismas. Con las divisiones internas y las restricciones de la pandemia por el medio, también ha ido menguando la asistencia a concentraciones y manifestaciones feministas en las pequeñas ciudades y mucha gente ajena al movimiento ni siquiera sabe qué coño pasa en el feminismo, lo cual genera extrañeza y desconfianza.

El desgaste personal es evidente. Después de más de tres años, muchas compañeras se hartaron y dejaron la primera línea del activismo y otras van en busca de espacios seguros, a veces en otras ciudades o comunidades autónomas. Algunas asociaciones han estado casi inactivas este tiempo, y otras, completamente vacías de contenido, organizando cursos de empoderamiento y batucadas. Pero Pontevedra no es Madrid, aquí todas nos conocemos, a algunas nos unen relaciones personales, años de activismo y afinidades ideológicas que van más allá del desencuentro en un par de leyes.

Por eso y por responsabilidad, durante los últimos tres años yo no me he movido de mi ciudad, he ido a las correspondientes concentraciones feministas, y he seguido defendiendo la abolición de cualquier forma de explotación sexual o reproductiva del cuerpo de las mujeres y del corsé del género. También he practicado una prudencia que raya la autoncensura con el objetivo no ofender a personas que están en situación de vulnerabilidad. He sido crítica intentando no negar los derechos de otras personas, pero también he dejado claro que no quiero que nieguen los míos, y por eso he hecho el feminismo de la mejor manera que sé, en mi día a día, y aplicando la perspectiva feminista siempre en mi trabajo. El feminismo no es un club de fans. Me he encontrado sorpresas desagradables también en esta orilla del río. El silencio con el genocidio de Gaza es la que más me ha dolido 

Una vez empezada la nueva legislatura la pelota vuelve a estar en el tejado del Ministerio de Igualdad que debe recuperar el diálogo con el movimiento feminista y recomponer espacios de encuentro. Porque, con la ley Trans aprobada, seguimos exigiendo la recuperación de la Ley Orgánica Abolicionista del Sistema Prostitucional (LOASP) y la regulación de la pornografía, cuya relación evidente con las violencias sexuales ha provocado un aumento de las mismas en un 65% en los últimos cinco años, siendo 4 de cada 10 víctimas menores de edad. Por eso, la educación afectivo-sexual debe marcar también la agenda institucional en los próximos años.

Asimismo, es fundamental poner el foco en los enemigos comunes en un sistema que mata a mujeres cada semana, que nos empobrece, que nos invisibiliza y que nos enferma. Seguimos padeciendo una brecha de cuidados que remonta en los últimos años, una brecha salarial de más del 15%, además de violencias muy específicas contra las madres y las mujeres migrantes. Y, a pesar de todo, el feminismo español sigue siendo referencia mundial porque sigue habiendo mujeres valientes enfrentándose a los patriarcas, leyes conseguidas con mucho trabajo y teoría feminista y medios de comunicación que por fin ponen el foco en los agresores.

En estos últimos años, han pasado cosas impensables hace nada. Un futbolista millonario está hoy en la cárcel por violador, un presidente de la Federación de Fútbol apartado y defenestrado, un director de cine multipremiado investigado por la principal cabecera del país, y Netflix acaba de sacar un documental sobre el caso de la Manada (después del de Nevenka González y de la serie sobre el caso de Iveco). El feminismo es muchísimo más que el 8M, aunque el 8M sea un parte fundamental del movimiento feminista.  

Esta semana recibí el mensaje de una amiga preguntándome si me sumaba a la concentración de mi ciudad. "¿Hay algo para nosotras?", me preguntó, entendiendo por "nosotras" a las mujeres feministas que defendemos la agenda abolicionista. Y la verdad, es que la única manera de que haya algo para nosotras es haciéndolo nosotras mismas. Y por eso nos fuimos a la concentración de nuestra ciudad, con un pañuelo verde y un cartel que pedía la abolición de la prostitución.

Por mi parte, seguiré luchando por espacios de encuentro, de diálogo y también de debate, rodeándome de mujeres que no siempre piensen igual que yo, tendiendo puentes, escuchando y haciéndome escuchar. Las jóvenes de hoy necesitan referentes y necesitan saber todo el feminismo ha hecho, y puede seguir haciendo por ellas. Yo me niego a quedarme en mi casa si puedo conseguir que otras se pongan las gafas moradas. Mientras, en el colegio de mi hija un gran mural morado con el símbolo feminista reivindica la figura de Ángeles Alvariño. La lucha sigue.  

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¿Sigues con lo del teatro? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81022/sigues-con-lo-del-teatro/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81022/sigues-con-lo-del-teatro/#respond Sat, 09 Mar 2024 05:01:25 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=81022 Continuar leyendo "¿Sigues con lo del teatro?"]]> Pixabay.
Pixabay

Mañana domingo 10 de marzo se celebra la entrega de los premios Oscar, una cita con el cine rodeada de glamour y estrellas del star system. Todos los ojos estarán puestos en una gala muy seguida por millones de cinéfilos de todo el mundo, y que este año nos da especial emoción por la presencia de dos películas españolas entre las nominadas: La
sociedad de la nieve y Robot Dreams.

Nos gusta ver brillar a las estrellas de cine mientras desfilan por la alfombra roja. Nos gusta el glamour. Pero aún seguimos sin darnos cuenta de lo muchísimo que cuesta sacar una película adelante o lo complicado que es ganarse la vida como artista en nuestro país. Vivir de la profesión de actriz siempre ha sido un reto. Tan sólo explicar a tus familiares y amigos que eliges ese camino, ya supone un desafío. Todo actor teme ese momento cenando con un amigo, cuando de repente, llega esa pregunta incómoda: "¿Qué andas haciendo ahora? ¿Sigues con lo del teatro?".

¿Lo del teatro? ¿Qué contestas a eso? Porque tú sabes que estás preparándote y trabajando sin descanso. Pero nadie entiende que tu vocación supone, en muchos casos, ingresar menos de 12.000 euros al año (una cantidad por debajo del salario mínimo interprofesional), y aún así, sigues sintiéndote feliz cada vez que pisas un escenario y continuas en tu batalla diaria de actuar en teatros, salas alternativas o donde te dejen. Lo que recaudas a veces no sirve ni para cubrir gastos, vestuarios, escenografía...

Hace un mes, la Fundación AISGE publicaba un informe con datos demoledores del sector artístico en España, según el cual 3 de cada 4 actores no consigue ganarse la vida con esto. La mitad de la profesión ingresa menos de 3.000 euros al año, con un 72% por debajo de la línea de la pobreza. Muy lejos quedan los premios Oscars y el lujo que rodea a su puesta en escena.

Vivimos en un país en el que tan sólo un 7% de los profesionales ingresan por encima de los 30.000 al año. Las mujeres salimos peor paradas que los hombres, trabajando menos días al año y con peor remuneración. Sin mencionar los casos de acoso y abuso sexual, o las "obligaciones de género", como la maternidad y cuidado de los niños.


Duele leer estas cifras. Pero tú quieres tanto lo que haces que te levantas y sigues buscando un casting o un texto que te emocione. Te gastas tus ahorros en un curso de interpretación, en un book de fotos, dedicas horas a montar una página web mostrando tus mejores trabajos, buscas representante, escribes un monólogo o un cortometraje y lo grabas como sea. Llamas a todas las puertas, vas al cine, estudias sin descanso viendo series y películas, haces deporte y te cuidas. Porque sabes que cuando llegue tu oportunidad, tu parte está hecha.

Pero tienes que pagar el alquiler, así que buscas empleo de otra cosa mientras tanto. Haces malabares para organizar tus horarios de formación y de ensayos con un trabajo, generalmente, precario y mal pagado, pero que te deja tiempo para hacer lo que quieres.

La salud mental empieza a resentirse, porque tu mente es un hervidero de creatividad pero, al mismo tiempo, estás cansado. Te cuesta llegar a fin de mes, y tu entorno te dice que te busques un curro de los de verdad. Y aunque a veces el ánimo flaquea y lo ves casi imposible, no puedes renunciar a hacer lo que te gusta. No puedes elegir, porque ya has elegido. Por eso, sigues. No te rindes.


Para despejarte, te escapas al cine y de repente ves ese fenómeno maravilloso, La sociedad de la nieve, una película extraordinaria dirigida por Juan Antonio Bayona. Te llega al corazón y sabes que eso es lo que quieres hacer. Contar historias. Y acabas viendo los Oscars y te emocionas pensando en la ilusión que te haría que Bayona recoja el premio a
Mejor Película de Habla No Inglesa, por una película en español que ha traspasado todas las fronteras. O a Pablo Berger por una joya de la animación como Robot Dreams.

Atrás quedó una pandemia que, en gran parte, conseguimos superar gracias a películas como éstas. Las series en plataformas digitales y el cine nos acompañaban en el encierro. Y nos siguen acompañando en los pocos ratos libres que tenemos después del trabajo, o de hacer la cena y acostar a los niños.

Porque a veces olvidamos que detrás de cualquier obra de teatro, película, cortometraje o serie, hay mucho trabajo y muchas personas detrás. Entreteniendo, emocionando, haciéndonos reír o llorar. Garantizar unas condiciones dignas para desarrollar la actividad artística y respetarlo, es lo mínimo que podemos hacer en vez de juzgar y criticar una profesión muy difícil de llevar en este país.

Cuidar de nuestra cultura es trabajo de todos. Y empieza por respetar y proteger a la profesión artística, poniendo en valor el esfuerzo de tantas personas. Por dejar de llamar "subvencionados" a uno de los colectivos que más precariedad arrastra desde hace años y que más resiliencia tiene. Por ir más al cine a disfrutar de nuestra cultura. Por no hacer preguntas como "lo del teatro". Por escuchar y empatizar más con los demás, como decía Meryl Streep al recoger el Premio Princesa de Asturias. Por ver los Oscars, sí, pero sobre todo, por ver nuestro cine y saber que hay mucha gente deseando pagar el alquiler viviendo de su profesión.


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8M: La larga marcha https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80935/8m-la-larga-marcha/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80935/8m-la-larga-marcha/#respond Thu, 07 Mar 2024 21:11:20 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80935 Continuar leyendo "8M: La larga marcha"]]> Miles de personas protestan en una manifestación por el 8M, Día Internacional de la Mujer, a 8 de marzo de marzo de 2023, en Palma de Mallorca, Mallorca, Baleares (España).-Tomás Moyá / Europa Press
Miles de personas protestan en una manifestación por el 8M, Día Internacional de la Mujer, a 8 de marzo de marzo de 2023, en Palma de Mallorca, Mallorca, Baleares (España).-Tomás Moyá / Europa Press

Estábamos hace unos días mi adolescente y yo haciendo recuento, mientras comíamos, de nuestras posesiones materiales favoritas y las dos nos pusimos de acuerdo en que la freidora de aire se había aupado, sin ninguna duda, hasta el número uno de todas ellas, ya que sorprendentemente había conseguido adelantar a la PlayStation, al muñeco de Darth Maul e incluso a la cazadora de cuero marrón que le robé a mi señor esposo, y que ahora la adolescente me ha robado a mí porque el karma es lo que tiene.

La verdad es que andamos un poco escasas en cuanto a patrimonio, o al menos en cuanto a ese tipo de patrimonio que te exigen ahora los caseros para poder irte a vivir a alguno de esos inmundos agujeros negros que llaman pisos, pero, entre risas, las dos tuvimos que reconocer que, si algo no nos faltaba en esta casa, era el hecho de que, por lo menos, podemos presumir de que las dos tenemos una opinión acerca de (casi) todo.

Al contrario de lo que se suele pensar, para tener una opinión y poder defenderla, lo primero y más importante es ponerte a escuchar mucho y aprender a tener en cuenta otras opiniones y puntos de vista, sobre todo aquellos que ponen a prueba tus juicios o suponen un desafío. Ya sé que suena un poco hegeliano todo esto, pero la gente como yo no nos matriculamos en la Facultad de Filosofía porque fuésemos la alegría de la huerta. Escuchar y ponerte a prueba, reconocer que te has podido equivocar, que eres falible, que tienes sesgos, que te has olvidado de que hay otras existencias, otras experiencias, es duro y poco halagador. Es un camino complicado que, en ocasiones, te devuelve a la casilla de salida, y en otras te lleva a lugares que nunca imaginaste. Supongo que en eso consiste principalmente la vida, en un eterno viaje de aprendizaje y descubrimiento (Platón, abandona mi cuerpo, te lo ordeno). 

Hace unas semanas la nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo, daba una entrevista en la que se lamentaba de la ruptura dentro del feminismo y se presentaba como el loctite del movimiento. Leer la entrevista me sumió en la tristeza, no os voy a engañar. Y no solo porque me pareció preocupante que una ministra crea realmente que el feminismo se tiene que dirigir desde lo institucional, lo que implica volver de nuevo a los tiempos de las feministas ilustradas que daban lecciones desde su atril sin escuchar a nadie, sino porque me parece ridículo pensar que las discrepancias, y las distintas posturas políticas que hay dentro del feminismo, son un problema.


Al contrario de lo que piensa la ministra, a mí me parece fantástico que esto suceda, de hecho me alegra mucho que existan estas discrepancias dentro del feminismo español porque eso solo puede significar que, al contrario de lo que se infiere de las palabras de Ana Redondo, el feminismo español no está roto ni necesita que nadie lo recomponga -mucho menos de forma condescendiente desde arriba-, sino que está muy vivo y además goza de una excelente salud ya que en él conviven muchas y diversas voces, posturas y visiones. 

Lo que llamamos feminismo es un ente bastante complejo pues es, al mismo tiempo, teoría y praxis, movimiento social y pensamiento teórico; es política, calle y activismo, pero también Academia, reflexión y abstracción. Es muchas cosas al mismo tiempo excepto una: religión. Y como no es una religión y no hay en él verdades reveladas, es imposible que exista la ortodoxia y la heterodoxia, mucho menos la herejía, pues el feminismo nace, entre otras cosas, del conflicto y se fortalece en y con él.

Pero es que pasa, también, que las feministas no somos ni santas ni profetas, sino que somos mujeres de carne y hueso que buscamos explicaciones y soluciones a las cosas que nos ocurren y nos hacen simplemente por ser mujeres, por pertenecer a la otredad de la que hablaba Simone de Beauvoir; otredad a la que hemos ido incorporando, además, otras existencias, ampliando, reforzando y fortaleciendo el campo de acción del feminismo.


Y por esa misma razón nos equivocamos a veces, por lo que nos hemos visto obligadas, en más de una ocasión, a rectificar y repensar la realidad que nos rodea, pero también los parámetros desde los que la estamos observando y también los objetivos y las acciones que llevamos a cabo. Así que no debería extrañarnos que un movimiento político que ya cuenta con dos siglos de historia, y que se ha visto afectado y atravesado por todas las grandes batallas ideológicas, políticas y culturales de estos últimos doscientos años y, por tanto, por todos los cambios y desafíos históricos, epistemológicos y sociales que estos han provocado, esté plagado, también, de errores y de luchas internas -incluidas luchas de egos porque, afortunadamente, somos humanas, demasiado humanas-, de posturas contradictorias y de enfrentamientos, pues todo esto es lo que nos ha ayudado a crecer, madurar y ampliar nuestras luchas y objetivos. 

Soy consciente de que venimos de cuatro años complicados en los que se ha tomado el feminismo como el campo de batalla en el que dirimir luchas por el poder en las instituciones. Nos encontramos, además, en un momento político muy delicado, tanto en casa como fuera, con un gobierno progresista acosado por todos los flancos por una reacción que se está rearmando y reforzando internacionalmente a toda velocidad y que apenas disimula ya su revanchismo.

Es normal que estemos en alerta ante cualquier síntoma de discrepancia, que temamos al debate interno y confundamos el disenso con la falta de lealtad, buscando la unanimidad o incluso el silencio de las voces discordantes como símbolos de unidad y fortaleza. Pero me temo que esto sería lo que nos acabaría abocando a la irrelevancia, pues todo movimiento político y social que aspire a provocar cambios reales, duraderos y trascendentes en las condiciones de vida de la ciudadanía tiene la obligación de mantenerse en permanente contacto con las luchas y las preocupaciones de la calle y escuchar sus voces diversas.


Yo estoy convencida de que el feminismo español está más vivo que nunca precisamente porque ha entendido que, cuando se acallan las voces discrepantes, es cuando se cierra la puerta a las reivindicaciones, a los cambios históricos y sociales y a las nuevas realidades. Un feminismo mudo, uniforme, condescendiente y encantado de haberse conocido, es un feminismo muerto y esto es, precisamente, a lo que aspira la reacción, que estaría feliz de que nosotras apagásemos nuestras voces, porque esto es lo que le daría poder para volver a dominar nuestros cuerpos y nuestras mentes. 

Este 8M miles y miles de mujeres volveremos a salir a las calles. Mujeres cis y trans, jóvenes, maduras, ancianas, hetero, lesbianas y bisexuales, mujeres discas, mujeres racializadas y mujeres migrantes. Saldremos unidas, pero conscientes también de nuestras discrepancias, pues el feminismo es un animal vivo y en constante cambio que va incorporando luchas políticas y voces, pero que también se nutre de nuestros sesgos y de nuestras afinidades y fobias políticas e ideológicas. Muchas saldremos a la calle sabiendo que quizás no logremos ponernos de acuerdo entre nosotras en algunos temas, pero que esto jamás nos ha impedido reconocernos como compañeras y aliadas. Saldremos a la calle sin olvidarnos tampoco de que otras mujeres, otras feministas, todavía no se reconocen en este 8M: hagamos, por favor, lo que esté en nuestra mano por escucharlas, aunque lo que nos digan nos duela. Saldremos, eso sí, orgullosas, diversas, fuertes y juntas. 

Cada uno de los errores que se han cometido, cada uno de los errores que hemos cometido en esta lucha, en esta larga marcha, cada una de las batallas internas, cada discusión, cada discrepancia política, filosófica y ética, nos han hecho más fuertes, más sabias y, sobre todo, más eficientes y empáticas, pues nos han ayudado a incorporar otras visiones, otras voces y otras experiencias. No tengamos, por tanto, miedo a la discrepancia y a levantar la voz. Sigamos tejiendo, con valor y en la diversidad, estas redes que nos unen y nos sostienen a todas porque, hermanas, el camino es largo.


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Bienvenido, Mr. Taylor https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80964/bienvenido-mr-taylor/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80964/bienvenido-mr-taylor/#respond Thu, 07 Mar 2024 05:55:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80964 Continuar leyendo "Bienvenido, Mr. Taylor"]]> Fotograma de 'Bienvenido, Mr Marshall' de Luis García Berlanga
Fotograma de 'Bienvenido, Mr Marshall' de Luis García Berlanga

En un viejo relato de Augusto Monterroso, un infeliz llamado Mr. Percy Taylor abandona Boston sin un chavo en los bolsillos para adentrarse en la selva amazónica y convivir con una tribu originaria. Al principio los nativos lo toman por el pito de un sereno y le adjudican una reputación de gringo pobretón y desdichado. Todo cambia el día en que un desconocido le regala una cabeza humana, un cráneo reducido con su buen bigote y sus buenas barbas, todo un amuleto que Mr. Taylor decide remitir por correo a su tío Mr. Rolston. El tío, vecino de Nueva York, se siente tan fascinado con el obsequio que le pide a su sobrino cinco, diez, veinte cabezas más. Mr. Taylor sospecha que alguien se está lucrando a su costa.

Mr. Rolston y Mr. Taylor, por su puesto, se alían en la exportación de cabezas nativas con el beneplácito de las autoridades locales. El caso es que la demanda crece, las cabezas escasean y las autoridades buscan la forma más expeditiva de aumentar la mortalidad. Las leyes se endurecen y las faltas más inocentes se castigan con la horca. Fallecer es un acto de patriotismo y no hay médicos más valorados que aquellos que nunca curan. La industria de los ataúdes sube como la espuma. La economía del país despunta sin límite aparente. Pero llega un día en que no quedan más nativos que los políticos y los periodistas, así que no hay otro remedio que declarar la guerra a las tribus vecinas.

Con esta fábula de apariencia infantil y giros hilarantes, Monterroso denunciaba la expansión colonial de la United Fruit Company y señalaba a Estados Unidos y a la CIA, que por entonces habían desplegado sus artes conspirativas contra el gobierno de Guatemala. Al presidente Harry Truman no debió de agradarle la victoria electoral de Jacobo Árbenz, tampoco su reforma agraria, de modo que auspició un golpe de estado y reemplazó al presidente democrático por un matarife de su confianza. Todo en nombre del anticomunismo. A modo de secuela, el país terminó sumergido en una guerra sin fin con un rastro aproximado de doscientos mil cadáveres. La ONU lo llamó genocidio.

Tanto en la literatura como en la cultura popular, abundan las alegorías que tratan de explicar el misterio de la riqueza. Por lo visto, el abogado estadounidense Silas H. Strawn ya recurría en los años treinta a la vieja analogía de las vacas para justificar sus preferencias por el Partido Republicano. Capitalismo: si tienes dos vacas, vendes una y compras un toro. Socialismo: si tienes dos vacas, el Gobierno te quita una y se la da a tu vecino. Ahora que el capitalismo campa ya sin freno y el socialismo nos parece un posibilidad remota, el chiste de las vacas suena más bien irónico. Si respetamos el paralelismo, Oxfam diría que un 1% de los ricos ha acaparado el doble de vacas y de toros que el resto de la población mundial en apenas dos años.


Las metáforas ganaderas han envejecido peor que la obra de Monterroso. Y quien dice Mr. Taylor, dice también Mr. Marshall. Poco antes de que Árbenz concurriera a las elecciones guatemaltecas, el Gobierno de Harry Truman había ofrecido sus fondos de reconstrucción a todos los países europeos excepto a la dictadura franquista. En medio de la Guerra Fría, Franco vendió baratas sus simpatías estadounidenses y los Pactos de Madrid terminaron por convertir a España en una colonia militar de Washington. En Bienvenido Mr. Marshall, Luis García Berlanga satiriza la humillación de un régimen que había ganado la guerra civil pero había perdido la Segunda Guerra Mundial sin llegar plenamente a combatir en ella.

Mr. Taylor y Mr. Marshall encajarían sin esfuerzo en episodios más recientes como la guerra de Ucrania. Hace ahora diez años, Occidente alentó los disturbios del Euromaidán y bendijo la deposición violenta del presidente Víktor Yanukóvich. Ahora, en el segundo aniversario de la invasión rusa, nos dicen que el capital internacional es insuficiente para paliar la bancarrota de Ucrania y garantizar la integridad del territorio. En los primeros meses de 2022 se exploró la oportunidad de sellar un alto el fuego, pero triunfó el hambre de guerra. Según el diario Ukrainska Pravda, Boris Johnson se plantó en Kiev para decir en nombre de Occidente que había que disolver las negociaciones porque Putin se encontraba debilitado. Johnson cayó. Putin sigue en pie.

Ahora Occidente redobla los tambores de guerra y Macron llama a levantar las armas europeas contra Rusia. El relato de Mr. Taylor nos dice que la guerra, mejor en terceros países, es un negocio boyante que permite hacer prosperar otros negocios boyantes: crecen las unanimidades sociales, crecen las leyes represivas, crece la industria militar y crece también la fabricación de ataúdes. Por su parte, la película de Mr. Marshall nos dice que esos terceros países, patio trasero de las potencias imperiales, terminan abandonados a su suerte, avasallados, explotados y comprados a precio de saldo. Somos sus bases militares, sus marionetas políticas, sus depósitos de cadáveres.


Si queremos que el comercio de cabezas reducidas cuaje, no conviene escatimar en pretextos y dobles raseros. En junio de 2022, bajo la euforia de las sanciones contra Rusia, Ursula von der Leyen viajó a Jersualén para anunciar un acuerdo de compraventa de gas con Israel. Ahora que Netanyahu ha convertido la franja de Gaza en un cementerio, las autoridades occidentales miran hacia otro lado y silban con disimulo o apoyan decididamente a Israel y le piden cinco, diez, veinte cabezas palestinas más para que el negocio de la muerte nunca se detenga. Al fondo, un sector de la grada aplaude y agita banderitas. Genocidas, os recibimos con alegría.

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Peligro: cine 'woke' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80958/peligro-cine-woke/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80958/peligro-cine-woke/#respond Thu, 07 Mar 2024 05:35:34 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80958 Continuar leyendo "Peligro: cine 'woke'"]]> Fotograma de la película 'Barbie'.
Fotograma de la película 'Barbie'.

Al término de la proyección de Desconocidos, el devastador romance entre Paul Mescal y Andrew Scott que han ignorado los Oscars, escuché a un espectador murmurar que "últimamente hay maricas en todas las películas". De poco habría servido asegurarle que ningún otro título de la cartelera tiene temática LGTBIQ, porque su comentario no partía de datos objetivos, sino de la sensación de que el séptimo arte ya no es lo que era. Y ahí tengo que darle la razón. Afortunadamente. 

Durante décadas, el cine fue blanco, masculino y cishetero. Como la propia sociedad, vamos. Había excepciones, claro, pero no eran más que eso: excepciones. Por fin, las cosas están cambiando. Por fin, se representa lo nunca representado, al nunca representado. Y eso, para algunos, es insoportable. Es "woke". 

Poco importa que, constituyendo las mujeres la mitad de la población, las películas creadas por ellas sigan escaseando. Son demasiadas, porque estamos acostumbrados a su ausencia. Que una obra como Barbie, que no solo está escrita, dirigida, producida y protagonizada por mujeres, sino que nunca deja de recordárnoslo, sea el taquillazo del año resulta incómodo. 

Hasta hace bien poco, era habitual encontrarse con un listado de "las mejores películas" sin una sola directora. A nadie le sorprendía. Pensadlo, en serio: sin lógica alguna para que la realización cinematográfica estuviera en manos de los hombres, lo estaba. Se daba por hecho que la figura del director de cine era masculina. Y blanca. Y cishetero. 

La ausencia de representación desembocó en una dictadura de la mirada, y por eso quienes huyen del "feminismo forzado" de Barbie son incapaces de detectar la misoginia de muchos "peliculones". Oppenheimer, sin ir más lejos, donde personajes femeninos de relevancia histórica son reducidos a esposas y amantes mientras la cámara se relame con el padre de la bomba atómica. Porque eso es lo normal. El feminismo es ideológico, el machismo, no. 

Por la misma razón, cada vez que una persona no blanca gana un premio, se habla de "cuotas". Véase el desprecio que está recibiendo estos días la Lily Gladstone de Los asesinos de la luna, calcado al que se ganó el año pasado la Michelle Yeoh de Todo a la vez en todas partes. En cambio, que Halle Berry fuera la única mujer racializada con el Oscar a la mejor actriz de las 94 ediciones anteriores no llamaba la atención. El racismo que dejaba a negros o asiáticos fuera de la pantalla y por tanto del reconocimiento no indignaba tanto como lo hace ahora la supuesta discriminación positiva. 

Y qué decir de los personajes LGTBIQ. Siempre fueron marginados y, de repente, están por todas partes. Qué horror, encontrarse con una familia homoparental en Lightyear. Qué ideológico. Da igual que su relación se mostrara sin aspavientos ni discursos. La película fue despreciada por los homófobos orgullosos (obvio), pero también por quienes aseguran que lo único que les molesta de la comunidad LGTBIQ es el victimismo. ¿Darse un pico es victimismo? 

El caso de Lightyear era delicado porque involucraba a un personaje archiconocido y, encima, apelaba a los niños. La de tonterías que se hacen y dicen en nombre de los niños. Como si ellos no vivieran todo con naturalidad. Algunos padres aseguraron que la astronauta lesbiana (que para colmo era negra) los forzaba a tener conversaciones controvertidas, pero cuesta imaginar a los niños preguntando al respecto y, si lo hicieran, sería el momento perfecto para la explicación más básica del mundo: que el amor entre personas del mismo sexo existe y es válido. Que, si ese niño termina siendo homosexual, será aceptado. Muchos pagarían por tener una excusa para decirles algo así a sus hijos, como se vio en Heartstopper, ese "lugar feliz" de Netflix. 

Y es que la diversidad cinematográfica, aparte de resultar más interesante y realista, hace del mundo un lugar mejor. No, no es idealista decirlo. Si Encanto alcanzó tanto éxito fue, entre otros motivos, gracias a que esa chica de gafas y cejas pobladas, sin la cintura imposible de Bella, Jasmín y compañía, atraía a quienes rara vez había representado Disney. Los vídeos de niñas latinas flipando frente a la pantalla se hicieron virales; ahora vas y les dices que te aburren más que La sirenita negra, que su mera existencia es "woke". 

Nadie dice que todas las películas tengan que albergar a todas las minorías, pero lo cierto es que cualquier producción que pase de los diez personajes debería incluir, por ejemplo, un personaje LGTBIQ. Por pura probabilidad. Y aun así pocas lo hacen. El cine español suele tacharse de "supergay" a raíz de la fama de Almodóvar y sin embargo la gran mayoría de las ganadoras del Goya carecen de presencia LGTBIQ alguna. O la tienen y es Santiago Segura caricaturizando la pluma en La niña de tus ojos, que es peor. 

Algo que mucha gente LGTBIQ  lamenta es haber crecido sin referentes. Sin nadie que afirmara que no por inusual dejaba su identidad de ser normal. Y ni siquiera hablamos de los años 50, cuando el Código Hays prohibía lo que consideraba "perversiones". En los 90 tocaba emocionarse con Titanic porque el protagonista de Philadelphia mostraba más pasión por la ópera que por su amante. Todavía no existían las plataformas, ni siquiera la posibilidad de descargarse ilegalmente Beautiful Thing o But I'm a Cheerleader. Y encima había que tragarse al psicópata travestido de El silencio de los corderos como icono cinematográfico trans. 

Con el siglo XXI llegó la revolución digital y también la social. Y es comprensible que algunos sientan vértigo. Gente que lleva siglos en la sombra reclama ser protagonista, lo que fuerza a que el patriarcado llegue a su fin y hasta revisar obras maestras y decir que igual no eran tan buenas. Que el canon lo crean quienes mandan no es ningún secreto, y por eso es tan divertido que la prestigiosa lista de Sight and Sound, antaño liderada por Ciudadano Kane y Vértigo, considere ahora que la mejor película de la historia es Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles, dirigida (brillantemente) por una belga lesbiana y protagonizada por un ama de casa cuya acción más emblemática consiste en pelar patatas con calma. 

¿Constituyen las más de tres horas de Jeanne Dielman la mejor película de la historia? Probablemente no, nadie merece tamaña responsabilidad. Pero lo cierto es que la sorprendente victoria de la ya fallecida Chantal Akerman representa de maravilla el momento actual, ilusionante para unos y agobiante para otros, temerosos de perder sus privilegios (o algo más, si el #MeToo no se duerme, que todo está relacionado). 

Ese miedo florece siempre que una producción se sale de la norma. Y eso que, por suerte, cada vez son más las que lo hacen (hasta Dune es "woke" ya). La prensa más carca se apresuró tanto a tildar Te estoy amando locamente de fracaso que ni siquiera esperó a los datos de recaudación del primer fin de semana. Y hasta un producto tan inocente como Mr. & Mrs. Smith recibió la típica oleada de suspensos en Filmaffinity antes de estrenarse por el simple hecho de que sus protagonistas son, además de normales y corrientes, racializados. En toda la serie apenas hay un par de referencias raciales. Veredicto: demasiadas. Si tiene que haber negros en pantalla, que sean como Morgan Freeman y no den la brasa. O mejor, como la Hattie McDaniel de Lo que el viento se llevó, que, a pesar de ser nominada al Oscar, tuvo que seguir la gala separada del equipo. Si ganó fue porque ya en 1940 su personaje satisfacía a los racistas, aún hoy incapaces de admitir que el cliché de la esclava que se desvive por sus amos es dañino. 

El Oscar de McDaniel no era "woke" porque quedaba claro cuál es el lugar de cada uno, en pantalla y en la vida real. El de Kathryn Bigelow, la primera directora en conseguirlo (¡en 2010!), tampoco, ya que daba para pregunta del Trivial y además siempre se dijo que su cine parecía dirigido por un hombre (supuestamente, como cumplido); los de Chloé Zhao y Jane Campion, en 2021 y 2022, empezaban a antojarse excesivos, que una cosa es aceptar a las mujeres y otra, valorarlas en igualdad de condiciones. Ambas eran, sin duda alguna, las mejores de sus respectivas ediciones. 

Replantearse las cosas conlleva un esfuerzo. Cuando el privilegio te ha acompañado toda la vida, inconscientemente quieres que todo siga igual. Y llamas "woke" a todo lo que desestabiliza esa comodidad, porque no hay forma más sencilla de combatir una reivindicación que ridiculizarla, dar por hecho que quienes se quejan son una panda de locos. Ya se hizo en su día con las sufragistas, empeñadas en alcanzar algo tan radical como, atención, el derecho al voto. Pero lo cierto es que, a pesar de que el cine "woke" ha llegado para quedarse, los reaccionarios pueden respirar tranquilos: siempre serán una parte lo bastante grande de la población como para que alguien tenga el dinero y las ganas suficientes de hacer otra película de Rambo 

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El erotismo de un nuevo espacio-tiempo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80946/el-erotismo-de-un-nuevo-espacio-tiempo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80946/el-erotismo-de-un-nuevo-espacio-tiempo/#respond Thu, 07 Mar 2024 05:15:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80946 Continuar leyendo "El erotismo de un nuevo espacio-tiempo"]]> Freepik.
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La ley de movilidad sostenible es una oportunidad extraordinaria para abordar nuestra relación con el espacio-tiempo. Desgraciadamente, en las últimas décadas el bipartidismo apostó por una alta velocidad radial para una minoría privilegiada, unas infraestructuras contaminantes pensadas para el turismo de masas y la ocupación masiva del coche privado en el espacio público.  

Quizá, la erótica de la libertad que desprende el coche privado es una de las batallas culturales más cruentas de nuestro tiempo. Aunque existe cierta brecha generacional que nos da esperanza, dicha erótica no es casual. El lobby del automóvil nos entendió al igual que Schopenhauer como ‘máquinas deseantes’ y construyó una pulsión contaminada que nos genera el deseo, incluso la necesidad, de poseer coches para huir rápido hacia ninguna parte donde transita la libertad. 

Y los gobiernos ultras, también. Por ello, el desmantelamiento de las políticas de movilidad sostenible y de recuperación del espacio público ha formado parte de sus primeros cien días de gestión. También, asombra ver como se regodean en la contradicción que supone jalear la ampliación de grandes infraestructuras contaminantes en las grandes ciudades (anunciadas por el ministro Puente) que succionan los recursos para infraestructuras de proximidad e imploran al mismo tiempo por la desigualdad territorial que supone no disponer de una red pública de transporte que permita el acceso universal a los servicios públicos y equipamientos comunitarios.  

El nuevo derecho a la movilidad debe mejorar el acceso normalizado a la educación, sanidad, servicios sociales, cultura... independientemente de nuestro código postal.  

Lógicamente, o al menos en nuestra lógica, debemos salir a la defensiva. O quizá no. El viejo bipartidismo nos quiere arrinconar en la esquinita del "No" y que dediquemos nuestra energía en frenar sus políticas ya anunciadas con simpatía por la mayoría de mass media 

El debate de la nueva ley debe servir para salir a la ofensiva, romper dogmas, dejar atrás el culto al tubo de escape y para resignificar la libertad. Nuestras enmiendas, de la mano del movimiento ecologista y sindicatos, van encaminadas a descarbonizar, democratizar, descentralizar y digitalizar el transporte.  

Existe un amplío consenso científico, y, si somos capaces de escapar del marco impuesto por la feroz publicidad del sector, puede existir también consenso social. Debemos construir un nuevo espacio-tiempo que sea atractivo para la mayoría, que suponga poder vivir mejor. La movilidad sostenible no puede ser cambiar el deposito de gasolina por un enchufe. Urge que la ley incorpore compromisos concretos que nos permitan cumplir con la neutralidad climática, para ello, debemos transformar urbanísticamente nuestras ciudades para poder caminar, fomentar carriles bici, impulsar más y mejor el ferrocarril, reducir vuelos cortos cuando haya alternativa en tren, restringir la llegada masiva de cruceros, mejorar la red de autobuses, proteger al taxi, legislar a favor del coche compartido...  

A pesar del exceso de ruido, hay demasiados altavoces gripados que distorsionan, estamos en la legislatura del derecho al tiempo. Nuestro espacio político lidera la lucha por la reducción de la semana laboral con mismo salario, la ampliación de los permisos por nacimiento y adopción, la racionalización de los horarios comerciales y también la apuesta por una movilidad sostenible que priorice nuestra cotidianidad. La vieja y fósil movilidad es una trampa de nos roba demasiado tiempo cada día a pesar de que nos vende inmediatez eterna. La movilidad sostenible es un cambio de paradigma que debe reconfigurar nuestras ciudades, transformar nuestros hábitos y permitirnos movernos de otra forma, más amable, más respetuosa con el planeta, más consciente.  

La libertad son pueblos y ciudades de los 15 minutos, como propone el urbanista Carlos Moreno, donde poder ir a la escuela, la compra, el trabajo, el teatro o el hospital en un cuarto de hora caminando o en bici donde el trayecto no sea un infierno, tiempo perdido de hostilidad, malhumor, bocinazos y contaminación sino una parte agradable del día.  

El derecho al tiempo también es repensar las infraestructuras para que no sea más rápido ir de València a Madrid que de València a Borriana. El derecho al tiempo también es repensar las infraestructuras para que exista la posibilidad de ir a Alcàntera del Xúquer y cualquier otro municipio pequeño. Seguro que hay quien piensa que tengo razón, pero no hay dinero para todo ¿Seguro?  

No tengan ninguna duda que, si destinásemos todo lo previsto en la ampliación de puertos y aeropuertos, de nuevas macrocarreteras y repensamos las ayudas públicas a la compra de coches, habría suficiente para tener una mejor red de transporte público colectivo con mayores frecuencias o con un servicio a demanda. Una movilidad multimodal moderna que aproveche la digitalización para mejorar la coordinación y decir adiós a las tediosas esperas entre un transporte y otro. 

Una equidad territorial que debe acompañarse por medidas de transición ecosocial justa que no castigue a quienes se empobrecen con la globalización y democratización del transporte público. Debemos superar ciertos miedos y rechazos, de hecho, no os preocupéis más en si Botín o Roig se benefician de las ayudas al transporte universal porque si se empiezan a montar en cercanías su calidad mejorará rápidamente como nuestros hospitales y universidades públicas.  

En resumen, la ley de movilidad sostenible es una oportunidad única para luchar contra el cambio climático, para vertebrar nuestro país, a pesar de la M30, para cohesionar nuestros barrios y garantizar un futuro mejor y más vivible a las generaciones futuras.  

El debate será complejo, habrá mucha presión por parte de los lobbys, pero con inteligencia colectiva y diálogo podremos mejorar una ley que haga de la movilidad sostenible y el transporte público una opción más sexy, eficiente y justa. 

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Sigue la pista del dinero https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80971/sigue-la-pista-al-dinero/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80971/sigue-la-pista-al-dinero/#respond Wed, 06 Mar 2024 19:20:04 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80971 Continuar leyendo "Sigue la pista del dinero"]]> Freepik.
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Una de las claves para descubrir el caso Watergate fue "seguir la pista del dinero", con la que Garganta Profunda encarriló a Woodward.  Han pasado algunos años, pero, sin embargo, esa célebre frase tiene plena vigencia y bien podría servirnos hoy de máxima para destapar los casos de presunta corrupción vinculados al exministro Ábalos, el famoso "caso Koldo", o para seguir investigando el hecho de que el hermano de la presidenta del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Tomás Díaz Ayuso, se llevase una comisión de casi 300.000€ por importar material sanitario durante la pandemia. 

Seguir la pista del dinero nos lleva siempre al inmobiliario, no falla. El corrupto y sus secuaces meten el dinero en ladrillo: pisos, chalets, suelos o participaciones en un fondo especulativo, dependiendo del grado de sofisticación. En estos días vivimos una especie de remake de los mejores años de la corrupción bipartidista porque la cultura del pelotazo –comisión, dinero público, especulación– nunca se fue. 

El "caso Koldo" salta a la luz pública al comprobarse un aumento desorbitado de su patrimonio en forma de inversión inmobiliaria: dos apartamentos en Benidorm y una casa con dos parcelas rústicas en su comarca. Los comisionistas Medina y Luceño, amigos del primo del alcalde de Madrid, dieron el gran pelotazo "tangando" dinero público al consistorio de la capital por la venta de material sanitario y levantaron sospechas por su ostentación repentina: una casa, coches de lujo y un yate.  

Conocíamos esta semana que Priviet Sportive, la empresa pantalla que utilizó el hermano de la presidenta Ayuso para hacer negocios con la Comunidad de Madrid y que pertenece a un amigo del pueblo de Isabel Díaz Ayuso, habría adquirido, justo después de que se archivase la investigación en la Fiscalía Anticorrupción -¡qué casualidad!- un chalet de lujo con piscina en Pozuelo de Alarcón. Hablamos de una empresa que no se dedicaba al sector sanitario y a la que le bastó con poner "en copia oculta" en algunos emails el correo de Tomás Díaz Ayuso para que la Comunidad de Madrid le encargase importar material sanitario pasando a aumentar sus beneficios un 25% más y su patrimonio inmovilizado material en casi 2 millones de euros -chaletazo de 1,8 millones de euros-.  


Visto lo visto, no es aventurado afirmar que hay un patrón común en los diferentes casos de corrupción que van saliendo a la palestra. Si empiezas a tirar del hilo del patrimonio inmobiliario y levantas la alfombra, aparecen negocios de dudosa legalidad, asociados a la extracción de dinero público a través de "contactos privilegiados". Lo resumió bien el defenestrado Pablo Casado en aquel tweet "más allá de que sea ilegal, la cuestión es si es entendible que el 1 de abril de 2020, cuando morían en España 700 personas, se pueden contratar con tu hermana y recibir 300.000 euros por vender mascarillas".  

No obstante, los tiempos cambian y el pelotazo se disfraza mejor. Ya no encontrarán inmuebles excesivos en las declaraciones de bienes de los altos cargos, que incluso a veces parecen más cercanas a la vulnerabilidad que a llevar décadas con nóminas de más de 60.000 € al año, para sonrojo de todos. Hoy la pista es más difícil de seguir y habrá que recurrir a sociedades pantalla, testaferros, sociedades de inversión, familiares cercanos, etc., para escudriñar el flujo de comisiones que maneja el capitalismo de amiguetes que realmente opera en nuestro país. 

En todo caso y a estas alturas, no parece que la cuestión de que "la charca rebose de ranas", como diría Esperanza Aguirre, sea una cuestión de casos aislados o manzanas podridas, si no más bien de racimo de uvas, en el qué si tiras de una aparecen multitud, ya sea en el PP ya sea en el PSOE. Porque esa es y sigue siendo seña de identidad del bipartidismo. La cultura del pelotazo nunca muere, sólo se transforma. A las pruebas me remito.


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Acerca del consentimiento https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80872/acerca-del-consentimiento/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80872/acerca-del-consentimiento/#respond Wed, 06 Mar 2024 05:31:25 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80872 Continuar leyendo "Acerca del consentimiento"]]> Mujer sostiene un cartel del 'Sólo Sí es Sí' durante una manifestación feminista
Mujer sostiene un cartel del 'Sólo Sí es Sí' durante una manifestación feminista

Tal como detallo en un reciente libro, Feminismos. Retos y teorías (2023), existe una amplia corriente feminista que ya no se resigna ante los comportamientos machistas y la discriminación femenina, no acepta la prepotencia sexista ni los malos tratos, no normaliza los machismos cotidianos ni tampoco la desigualdad por género u opción sexual y sus estereotipos legitimadores. Esa tendencia sociopolítica y cultural de fondo, con sus altibajos, exige profundizar en un cambio cultural y relacional igualitario. En una coyuntura favorable, con este desencadenante, su expresividad ha resurgido estos años en la esfera pública. 

Tal como he analizado en otro libro, Izquierda transformadora (2024), se refuerza el feminismo y el consentimiento, como acuerdo libre e igualitario en las relaciones sexuales (y sociales en general), con una perspectiva relacional y colectiva, superando el simple deseo individual que es un motor ambiguo de las relaciones humanas. 

La experiencia feminista y progresista actual refuerza el consentimiento como criterio fundamental y complementario con el respeto relacional a los derechos humanos; se supera, así, la prioridad por el simple deseo o el interés individual expresada por una diversidad ideológica de agentes. La legitimidad de unas relaciones iguales y libres se basa en la voluntariedad de la relación, en el consentimiento mutuo. Es la gran enseñanza ética y sociopolítica de esta parte de la pugna contra las últimas agresiones sexuales, de gran trascendencia mediática, cuya masiva respuesta feminista ha constituido un ejemplo solidario para el avance cultural y de derechos. 

El criterio del consentimiento presupone voluntariedad y acuerdo y está amparado por el contractualismo entre las partes; desborda el simple individualismo, rechaza la dominación o imposición unilateral -patriarcal- en las relaciones sociales, y es superior al impulso del deseo propio y la simple voluntad individual. Hacer de ésta la primacía valorativa de una conducta correría el riesgo de ventajismo instrumental, con el desdén al aspecto principal: el consentimiento. 


Por tanto, una persona, éticamente, no es plenamente soberana para imponer a otra persona la actuación que desee o decida, ya que tiene que considerar también el consentimiento -y la voluntad- de la otra persona. Supone la prioridad de condiciones cívicas como el respeto y el reconocimiento mutuos.  

Desde ese enfoque relacional del consentimiento reflexiono ahora sobre algunas ideas aparecidas en el debate público, especialmente a partir del libro de Clara Serra, El sentido de consentir (2024), donde se abordan muchos temas de interés, aunque controvertidos. Me permito aportar algunas ideas para clarificar el sentido del consentimiento y su relación con el deseo, junto con sus fundamentos teóricos.  

Debates sobre el consentimiento 

Consentir en una relación sexual no es una receta mágica, no vale para todo. Solo, y es fundamental, vale para frenar la prepotencia acosadora patriarcal y favorecer unas relaciones voluntarias o libres (dentro de lo que cabe). El plano del placer o el deseo es otro.  


El tema del consentimiento es complejo, pero no en los valores que representa: voluntariedad, no imposición, que son claros y democráticos -y del mejor liberalismo social basado en el respeto mutuo-; aunque su aplicación a la realidad social sea complicada. No es solo ni principalmente un asunto jurídico sino, sobre todo, es una regulación del comportamiento relacional. Es decir, es una norma o pauta de conducta, basada en el respeto, la tolerancia y el reconocimiento de la otra persona, en su voluntariedad en la interacción. Por tanto, consentir es ‘relación social’, un comportamiento colectivo o un pacto relacional mutuo; aparte está el componente jurídico como garantía pública frente a la violencia machista. Tampoco se debe subsumir en lo político; pertenece, sobre todo, a la esfera de lo social (y lo cultural y ético) como comportamiento y valores cívicos.

El consentimiento no es oscuro, ni ambivalente, ni contiene proyectos autoritarios de dominación sino relaciones respetuosas y acordadas, o sea, basadas en el contractualismo voluntario, no en la imposición o el sometimiento abusivo.  

A lo que se opone el consentimiento es, por una parte, al reaccionarismo patriarcal y autoritario que impone las ventajas de poder e imposición masculino, con subordinación femenina, y, por otra parte, también al individualismo neoliberal de no reconocer o valorar a la otra persona. Y, por supuesto, se diferencia del individualismo idealista postmoderno, para el que, prácticamente, no existe el otro, no valora el componente social del individuo e infravalora la relación social, solo prioriza el ‘deseo’ individual... y lo que venga después es secundario o indiferente en el plano social y ético. Por eso choca el consentimiento, como relación social voluntaria, con el pensamiento postmoderno individualista e idealista.  


La claridad sociopolítica feminista del consentimiento ha sido masiva y se ha expresado a nivel público ante hechos como el beso no consentido de Luis Rubiales a la campeona mundial, Jenni Hermoso, o la reciente repulsa social a la violación juzgada del futbolista Dani Alves, en cuya sentencia el tribunal ha ratificado el criterio del consentimiento para valorar la violencia machista. No obstante, continúa la disputa por su significado.  

La cuestión es considerar su interdependencia o combinación para afrontar el doble plano de la libertad sexual: por un lado, el freno a la violencia machista, a la prepotencia masculina que impone su sexualidad y subordina a las mujeres; por otro lado, la expresión libre del deseo sexual de las mujeres (y colectivos LGTBI), en posiciones subalternas.  

El hilo conductor de esa posición postmoderna pretende conjugar el consentimiento con el deseo, cuestión razonable, pero siempre subordinado al segundo como bien supremo de la relación sexual, enfoque discutible. Esa jerarquización deja de lado el aspecto principal del papel del consentimiento: es una garantía conductual frente al acoso machista en defensa de la voluntariedad de la relación sexual y la capacidad de decidir de las mujeres (y de cualquier persona). No se comprende que existen dos planos diferentes, el relacional y el individual. Y si el deseo es individual, cuando se establece la relación es cuando, aparte de buscar placer y reciprocidad, entra el criterio de consentimiento para evitar la coacción machista, o sea, para delimitar si existe violencia, nada más y nada menos. Por tanto, la prioridad es la voluntariedad, no la imposición o la sumisión. Paralelamente, está el deseo y el placer. Pero no hay que confundir los dos planos o infravalorar la capacidad decisoria de las mujeres, su propia voluntad para consentir o acordar, condición básica para hablar de relación sexual; en ausencia de consentimiento, la relación se llama agresión sexual. 

Las mujeres (todas las personas) pueden no saber lo que quieren durante un proceso hasta que saben y expresan una voluntad o una decisión, el NO o el SÍ de la relación. Y la indefinición puede durar un tiempo, incluso con el deseo y el placer por distintos derroteros. Pero cuando se expresa la voluntad, del no consentimiento, prima su soberanía frente a la decisión -deseo o imposición- del otro.  

La relación entre deseo y consentimiento 

En consecuencia, es positiva la idea de conjugar consentimiento y deseo, pero respetando la prioridad de cada uno de ellos en su campo relacional e individual respectivo y frente a hechos diferentes: evitar la agresión sexual y facilitar una relación voluntaria, deseada y placentera. No es admisible una apariencia ecléctica de combinar las dos posiciones -consentimiento y deseo-, pero siempre apostando por la superioridad del segundo y la subordinación del primero, al que se critica de forma continuada a pesar de su gran apoyo social, al menos entre la mayoría del campo feminista y progresista.  

La conclusión es que el deseo (o la voluntad) individual puede ser legítimo para guiar los objetivos y prácticas sexuales, pero en el plano relacional, es decir, en la trayectoria práctica de la interdependencia con otras personas hay una condición (social, cultural y ética) feminista básica, que es la voluntariedad de ambas personas, con la concreción de un acuerdo, pacto, contrato o consentimiento, más o menos explícito, pero evidente. Por tanto, la compatibilidad entre ambos criterios la podemos establecer en la prioridad de cada uno de ellos en campos y trayectorias diferentes. Así, hay que salir del marco individualista -deseante- y comprender y actuar en el marco relacional -consentido, con buenos tratos-, en el que se puede expresar toda la diversidad sexual... excepto la agresión sexista, la imposición no consentida, cuya caracterización es ya de violencia machista, no de sexualidad libre.  

En definitiva, la prioridad del consentimiento y la voluntariedad es lo que, en un contexto relacional concreto, da sentido a una relación sexual libre y no impuesta. Es la enseñanza ética y teórica que ha proporcionado esta masiva y mediática experiencia feminista frente a la prepotencia machista.  

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¿Un tigre de papel? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80899/un-tigre-de-papel/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80899/un-tigre-de-papel/#respond Wed, 06 Mar 2024 05:04:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80899 Continuar leyendo "¿Un tigre de papel?"]]> Un miembro de la delegación militar lee informes dentro del Gran Salón del Pueblo el día de la sesión inaugural del Congreso Nacional del Pueblo (NPC), en Beijing, China, el 5 de marzo de 2024. REUTERS/Tingshu Wang
Un miembro de la delegación militar lee informes dentro del Gran Salón del Pueblo el día de la sesión inaugural del Congreso Nacional del Pueblo (NPC), en Beijing, China, el 5 de marzo de 2024. REUTERS/Tingshu Wang

Ante las crisis de Ucrania o la más reciente de Oriente Medio, China ha reaccionado con una interpretación de ambos conflictos que atiende a las causas endógenas pero que tampoco es ajena a los ecos de la rivalidad con EEUU. Es también por ello que ha dispuesto no solo una batería de propuestas políticas que giran en torno a la idea de recuperar la estabilidad sino sugiriendo su implementación bajo el marco de su Iniciativa de Seguridad Global, lanzada en 2022. Hay una opción sobre la mesa alternativa a la profundización de la violencia, ya muy enquistada, y aunque su recorrido está por ver, ha cosechado un importante nivel de simpatía entre los países del Sur Global. 

Entre la interminable secuencia de masacres diarias de palestinos en Gaza, China intenta abrirse camino fortaleciendo las relaciones con los países árabes aunque sin quebrarlas del todo con Israel. Y es que con todos, en realidad, ha implementado una idéntica estrategia: la de priorizar el desarrollo y comercio mediante proyectos compartidos, con mucha atención a las infraestructuras. El futuro de este proceso está en jaque, al menos parcialmente, en tanto no cesen las hostilidades. Y quisiera recuperarlo más pronto que tarde, en cuando esto se acabe. 

Bien acogidas en la región, China ha puesto en marcha mediaciones exitosas como la lograda con Riad y Teherán; no obstante, un agravamiento de las tensiones fácilmente puede quemar esta política. Es más, la ola de reconciliación auspiciada por Beijing para relativizar el peso de las diferencias y aunar estrategias de progreso corre serio peligro. 

El desarrollo de los acontecimientos tras varios meses de guerra ha situado a China en una posición crecientemente crítica con Israel, especialmente en virtud de su ensañamiento con la población civil, y más cercana a las tesis palestinas. Nunca ocultó su simpatía hacia la causa palestina. Pero la capacidad de intervención activa en este contencioso, que algunos daban por hecha tras el acuerdo Riad-Teherán, se antoja compleja.  


Y ello no solo porque la neutralidad, base de cualquier mediación, está en entredicho -al igual que en Ucrania- sino, sobre todo, porque la conjunción de situación interna complicada en China y el incremento de las tensiones geopolíticas con los socios occidentales, complica su margen de maniobra.  

En lo estratégico, ahora mismo, la principal preocupación para Beijing es cuánto más reafirmará EEUU su peso en la región a través de las acciones del ejército de Tel Aviv. Para evitarlo, debe esforzarse y hacer valer ese poder de moderación, diálogo y consenso del que presume. Pero sus raíces aquí son flojas en comparación con otros actores. En este contexto, su reputación, pese a las buenas intenciones, puede resentirse.  

La única manera de mantener vivo aquel optimismo inicial de otra política para la región consiste en remangarse y transformar los éxitos económicos que ha obtenido en la zona en capital diplomático para desplegar una política autónoma. Pero sin ir de la mano con EEUU se han manifestado dificultades relevantes para ejercer una incidencia real. La insistencia de Beijing en el diálogo y el rechazo de la confrontación parte aguas con EEUU pero en ambos casos afronta el reto de la credibilidad de las buenas intenciones. A EEUU solo le interesa de China que influya sobre Teherán para que contenga a los hutíes y a ciertas milicias palestinas. Al igual que en Ucrania con Rusia, a China se le presume aquí una influencia sobre los líderes iraníes que está por demostrar.  


Esta dinámica puede afectar también a las expectativas que las capitales de la región habían puesto en China no solo en lo diplomático y en el marco del conflicto, también en el cumplimiento de las promesas de comercio e inversión que aun no se han materializado del todo. 

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Cómo se construyó el bulo del 8M en pandemia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80913/bulo-8m-covid/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80913/bulo-8m-covid/#respond Tue, 05 Mar 2024 21:45:25 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80913 Continuar leyendo "Cómo se construyó el bulo del 8M en pandemia"]]> Una mujer con una mascarilla morada levanta el puño durante una concentración feminista convocada por la Asamblea Feminista de Valencia.- Jorge Gil / Europa Press
Una mujer con una mascarilla morada levanta el puño durante una concentración feminista convocada por la Asamblea Feminista de Valencia.- Jorge Gil / Europa Press

11M y el bulo de la teoría de ETA en el atentado de Atocha. Eso es lo que nos muestran los reportajes de estos días. Decía Fran Llorente en Lo de Évole que aquel bulo era uno más entre los anteriores: el Prestige, el inicio de la guerra de Irak, las bombas de destrucción masiva, el Yak-42. Para que un bulo cale en la población no solo es necesario un Gobierno que no dé la información correcta. Por encima, hay algo más necesario: una correa de transmisión, una prensa que colabore con esa mentira. Así que el 11M, el Prestige, el inicio de la guerra de Irak, todo lo que se ha ocultado con el rey Juan Carlos, las cloacas de Interior... existieron porque también ayudaba una prensa. No son casualidades. No se cae tantas veces en la ocultación de información y en el error de informar mal por capricho del destino sino por intención. Por algo a la prensa se llama "cuarto poder".

Veía el documental del bulo del 11 M y, ahora, a las puertas del 8M, pensaba en la creación de otro de los grandes bulos hace cuatro años: que la propagación del virus del Covid había sido sólo, y exclusivamente, por la manifestación del 8 de marzo. No se engañen. No hubo ningún interés de salud pública en ello. Fue usado sin ningún aval científico por la derecha y ultraderecha ante su falta de propuestas: hacer del 8M un asunto político y debilitar socialmente al movimiento. No era la primera vez que se creaba toda una maquinaria política y mediática para el desprestigio del feminismo. Y para ello marcaron de forma hábil la estrategia.

Fase 1. El 8M como exclusividad del Covid. La ultraderecha y medios conservadores se empeñaron en señalar solo al 8M de esta situación, silenciando otros eventos masivos, como el mitin de Vox, Arco, partidos de fútbol y otros deportivos o, dado que el virus se contagiaba más en interiores, se obviaba la teoría de la propagación en el metro o en la hostelería. Los titulares que entraban por los ojos solo marcaban al 8M como culpable y responsable y callaban, además, que España no fue la única que mantuvo la manifestación del 8M, pues Francia, Austria o Alemania también lo hicieron. Recuerden que había confinamiento, un consumo intensivo de medios de comunicación, con un impacto altísimo en la opinión pública.


Fase 2. Establecer el marco de la duda, la incertidumbre de si, con los datos previos, hubo o no un interés en propagar el virus. Y surgió la teoría de los guantes en la manifestación del 8M. Se dedicaban minutos en televisión a poner en pausa las imágenes de algunas de las políticas que portaban guantes morados. Se cuestionaba por qué los portaban, quiénes y qué hacían.

Fase 3. La politización del caso. Por si no había temas importantes a tratar en plena pandemia, en un confinamiento, con muertes a centenares, con hospitales desbordados, se perdía tiempo en el Congreso de los Diputados a hablar del 8M una y otra vez. Acudan a los diarios de sesiones para ver esa vergüenza. El grupo Vox y el Partido Popular, Abascal, Casado, Álvarez de Toledo... repiten e insisten una y otra vez en politizar la manifestación del 8M y en llevarla al marco ideológico para estigmatizarla.

Fase 4. La judicialización. Hubo denuncias por todos los cauces posibles. La Guardia Civil investigó y creó un informe del 8M con recortes de prensa de ultraderecha, con especulaciones y sin mayor aval científico. Hubo un abogado que también denunció y al que todos los medios entrevistaron con absoluta seriedad. Y así, durante días, sólo se hablaba en decenas de tertulias de los principales medios del país del 8M como único culpable.


¿Qué sabemos cuatro años después? La denuncia del abogado fue archivada y él fue condenado a la cárcel por delitos de estafa.  La Audiencia Provincial de Madrid archivó la causa contra el delegado del Gobierno por el 8M. Quedaron al descubierto los bulos y conjeturas sin respaldo del informe de la Guardia Civil. Incluso algunos miembros reconocieron que dejaron de seguir a narcotraficantes para buscar testimonios contra el Gobierno. Y al final un tribunal militar anuló la única sanción impuesta, que era suspensión de cinco días de empleo y sueldo a un comandante.

¿Por qué se hizo esto? No por razones científicas ni de salud pública. Fueron intereses ideológicos, partidistas y, cómo no, quizás algunos odios contra el feminismo por razones personales. ¿Qué se puede concluir? Que el 8M pudo contagiar, claro, pero igual que cualquier otro evento, encuentro en un bar o un viaje en el metro. Que fue el único evento politizado, investigado y judicializado a tal extremo. Que resultó ser una estrategia diseñada para atacar al feminismo. Que fue otra mentira bien orquestada, que se suma a las anteriores. Que parte de la prensa que colaboró con el bulo del 11M, se sumó al linchamiento del 8M sin certezas. Lo que nos deja otra conclusión: que la mecha prende siempre del mismo lado y que, por muchos años que pasen, siempre hay una prensa cómplice al servicio de los mismos.

 


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Fantasías https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80886/fantasias/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80886/fantasias/#respond Tue, 05 Mar 2024 05:39:25 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80886 Continuar leyendo "Fantasías"]]> Playa de Poniente, Benidorm.- edu1975
Playa de Poniente, Benidorm.- edu1975

Buf, buf, chavales; buf, 2024 será mi puto año, chavales; jurao, buf, que 2024 será mi puto año.  

Me sorprendió ver el otro día un vídeo de un protoemprendedor jovencito, desconozco el sector porque en el mundillo de los vendedores de humo lo que menos importa es el sector productivo -o directamente si el sector es productivo-, que, vestido como un maniquí del HyM desde el otro lado de una mesa larga de reuniones, lanzaba un mensaje pseudomotivacional a sus empleados o clientes o amigos o socios.   

El mensaje, lo dejo claro en la primera oración, era cristalino: 2024 sería su año. No sé qué significa que un año sea el tuyo, pero desde luego que 2024 lo sería.  

Reconozco que a veces pienso lo mismo, que un año será el mío, sin tener la más remota de en qué consistirá eso. Fantaseo con que un año será el mío, con que lo devoraré, cuando me imagino con una cubana dorada en vez de plateada, un piso en la torre derecha de Puerta del Ángel o un anillo pesado en mi mano derecha; también fantaseo con ser reconocido como escritor y con vender 25.000 copias de un libro y con cobrar dignamente mi trabajo. 

Fantaseo, todos lo hacemos, con un piso de paredes blancas, que me abrace y no me eche, por el que rebote el sonido tenue de la radio amable todas las mañanas; también me atrevo a fantasear a veces con echar aceite virgen extra y no de orujo de oliva sobre las tostadas áridas del desayuno. Pequeños lujos, en fin.

Voy a decir una cosa turbia, pero que me llevo guardando todos estos días: hay ratos del día en los que me sorprendo empatizando con Koldo, el de las mascarillas. Pero no por lo que hizo, no, sino por sus fantasías.  

Koldo se compró tres pisos en Benidorm cuando creo que no hay nada más cateto que comprarse tres pisos en Benidorm. Quiero decir, estoy convencido de que los que manejan pasta y, como dice la gente mayor, marchan bien, invertirían dos kilos y medio en un piso que no sería precisamente un apartamento de domingueros en la Costa Blanca, sino en algo mucho más ostentoso. Yo, y seguro que vosotros también, lo compraría en Benidorm , Torrevieja o Gandía.    

Estamos acostumbrados a tal estado de precariedad que las cosas pequeñas, las cosas normales, son lujos inaccesibles: una casa luminosa es un sueño; un trabajo estable, una locura; un capricho, un gasto irresponsable. 

De hecho, me ha sorprendido releyendo esta columna que las fantasías que me llevarían a poder decir que este es mi año son tan absurdas que hasta me duele no tener imaginación; me duele pedir un piso en la torre derecha de Puerta del Ángel en vez de un ático en la calle Serrano, una cubana dorada en vez de una cadena de 24 kilates y un trabajo bien pagado en lugar de una vida contemplativa con cuarenta millones en la cuenta.   

Somos tan indignamente pobres, tan poco dados a la fantasía, que solo podemos imaginarnos cosas pequeñas en nuestro año perfecto; conocemos tan mal los mundos por encima del nuestro que, en vez de pegar un palo para comprar un Ferrari, lo haríamos por un miserable Audi A3.

Este será mi año, sí: definitivamente, fantasearé con cosas mejores. Os recomiendo hacer lo mismo, así podréis decir en 2025 que 2024 ha sido vuestro año. 

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Ábalos y la responsabilidad política: un ejercicio práctico https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80857/abalos-responsabilidad-politica/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80857/abalos-responsabilidad-politica/#respond Mon, 04 Mar 2024 19:45:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80857 Continuar leyendo "Ábalos y la responsabilidad política: un ejercicio práctico"]]> El exministro José Luis Ábalos sale tras ofrecer la rueda de prensa en la que anunció que mantiene su acta de diputado por Valencia en el Congreso y que pasaba al grupo mixto.- EFE/Fernando Villar
El exministro José Luis Ábalos sale tras ofrecer la rueda de prensa en la que anunció que mantiene su acta de diputado por Valencia en el Congreso y que pasaba al grupo mixto.- EFE/Fernando Villar

Algunos comentaristas de prensa afirman que la responsabilidad política es algo retórico, interpretable de varias maneras, discutible; incluso hay quienes dicen que no existe. Demuestran su atrevida ignorancia, pues un tema doctrinal clásico y consolidado en el derecho y la ética es el de responsabilidades políticas y responsabilidades penales. 

La responsabilidad en la vida pública tiene dos aspectos conocidos como responsabilidad penal y responsabilidad política. La primera atañe a todas las personas por igual; es la responsabilidad que proviene de la condena judicial por el incumplimiento de un tipo de norma jurídica, la norma penal, que a todos nos afecta y que sigue el principio de legalidad. La responsabilidad política incumbe a determinadas personas que ocupan cargos públicos (ya sean éstos de representación o de gobierno), derivada de la infracción de normas jurídicas o de normas de la ética pública, constatada o presunta en virtud de indicios graves y evidentes, comportando una quiebra de la confianza de los ciudadanos. Esta quiebra es el fundamento de la responsabilidad política. Supuestos típicos de la responsabilidad política son: una apertura de proceso penal, una acusación en los medios con pruebas no desmentidas, un trato de favor a un familiar, la negligencia en la vigilancia de las funciones de personal subordinado, el impago de la seguridad social de un empleado, etc. 

La responsabilidad política presenta los siguientes caracteres: a) nada tiene que ver con la autoría de los hechos, b) deja a salvo la presunción de inocencia, c) es independiente de las actuaciones de los adversarios políticos y d) el alcance de la responsabilidad política se extiende a las conductas reprobables propias y ajenas. 

Entresaco las frases más relevantes del discurso de José Luis Ábalos, exministro y exsecretario de organización del PSOE, pronunciado en el Congreso de los Diputados, que ha sido expulsado de su partido tras no aceptar la renuncia a su escaño exigida por la Comisión Ejecutiva Federal, como consecuencia de su implicación en el denominado caso Koldo. Comento párrafos de su discurso enfrentándolos a los cuatro caracteres indicados de la responsabilidad política. Como se desprende del título de este artículo es un buen caso práctico para aplicar la teoría sobre la responsabilidad política. 


La responsabilidad política no exige la causación material de los hechos 

"No estoy acusado de nada ni formo parte de investigación en curso, ni tampoco tengo ningún enriquecimiento injusto" 

Ábalos demuestra que no sabe lo que es la responsabilidad política; todo lo reduce a una única responsabilidad, la penal, de la que derivaría a continuación la política. Pero es al revés: la responsabilidad política es previa a la penal. El diputado pone el carro delante de los bueyes. Dicho de otro modo: considera que uno debe abandonar el escaño una vez que sea condenado por el juez o, al menos, cuando existe ya una acusación judicial.  

Yo no he hecho nada reprobable, viene a decir Ábalos, y por lo tanto no tengo que dimitir. Confunde la autoría de hechos ilícitos con la responsabilidad política. Pero no presupone esta responsabilidad la autoría de los hechos; cuenta la responsabilidad y no la autoría. En las responsabilidades penales hay que demostrar que uno es el autor de los hechos; en las responsabilidades políticas se tiene que constatar que uno es el responsable, aunque no sea el autor. Pedir la autoría en las responsabilidades políticas es reconducirlas al terreno propio, y que no les pertenece, de las responsabilidades penales. Sin embargo, con bastante frecuencia los políticos niegan sus responsabilidades políticas aludiendo a que no son los causantes de los hechos que se les imputan, por muy graves que éstos sean. Ábalos es uno de ellos. 


La responsabilidad política no afecta a la presunción de inocencia 

"No puedo acabar mi carrera como un corrupto cuando soy inocente... No tengo por qué invocar el principio de inocencia...Se exige mi renuncia, pero esta no tendría ningún efecto práctico. Se interpretaría como signo de debilidad que no asumo". 

Esta proclama de inocencia es la muestra más clara de que Ábalos no conoce lo que es una responsabilidad política, porque ésta en nada afecta a su presunción de inocencia. Debe dimitir por acciones de terceros, no las suyas.  

En tanto no se produzca una condena penal, la inocencia queda a salvo. Por ello, no tienen razón los políticos que dicen asumir responsabilidad únicamente si el juez les condena, y que los medios manchan su presunción de inocencia, exigiéndoles una responsabilidad antes de la resolución judicial. Todos hemos podido constatar cómo los políticos se atrincheran en la presunción de inocencia para no asumir responsabilidades políticas. El concepto de inocencia es uno de los más citados en el discurso de Ábalos. Es como la atmósfera que lo envuelve. Y da por hecho que, si dimite como diputado, le considerarán culpable. Es una opinión errónea. Tiene cercano el caso de un compañero de partido, Borrell, que dimitió cuando fue acusado de fraude y tras su rehabilitación es hoy una autoridad de primer rango en la Unión Europea.  


La responsabilidad política es independiente de la actuación de los adversarios políticos 

"Mi partido rinde tributo político a la derecha... Tengo que defenderme a todos los niveles para evitar las estrategias de las derechas... Actuar al dictado de tus adversarios políticos, que no piensan en la lucha por la corrupción, sino en expulsarte del Gobierno por cualquier medio, es un error" 

Los políticos que se resisten a abandonar el cargo público suelen acusar e implicar al adversario político; a veces aluden a toda una conspiración contra él. Ábalos también lo ha hecho. Pero hay en su caso un hecho diferencial. Son muchos los políticos caídos en desgracia que alcanzan el auxilio de su partido, lanzando ambos -político y partido- a los adversarios la acusación de una conspiración. No ha sido el caso de Ábalos, que no ha encontrado el apoyo de sus compañeros de partido, porque el PSOE, a diferencia del PP, ha puesto muy alto el listón de la exigencia de la responsabilidad política. Pero lamentablemente Ábalos no ha seguido y rubricado con su conducta esta excelente medida de ética pública de su partido político. Su sacrificio político hubiera sido el máximo exponente posible de la credibilidad y firmeza de esa medida. ¿Imaginan unas palabras públicas del diputado y exministro, asumiendo su responsabilidad, dimitiendo y proclamando la necesidad de cumplir con las reglas éticas de su partido en contraste con el PP, que mantiene en altos cargos a quienes tienen la misma o más responsabilidad política que él? Lástima que no lo haya hecho.  

La responsabilidad política implica a conductas reprobables propias y ajenas  

Las palabras ausentes del discurso de Ábalos 


El diputado y exministro evita la referencia al asunto central: que ha incurrido en un caso de libro de una frecuente modalidad de la responsabilidad política: la responsabilidad por actuaciones reprobables de terceros, que a su vez tiene tres facetas, que pueden producirse aisladas o conjuntamente: responsabilidad por consentimiento, designación o negligencia (ausencia de control) de las actuaciones reprobables de terceros.  

El alcance de la responsabilidad política va desde el comportamiento propio al ajeno. No sólo se asumen responsabilidades por el propio comportamiento. El político es responsable de la conducta reprobable de un tercero dependiente o subordinado cuando: a) le autorizó a llevar a cabo tal conducta, o se hizo ésta según sus instrucciones, b) le designó para ocupar un cargo político relevante dentro de su equipo, y c) no hizo lo debido para tener conocimiento de lo que sucedía. Estamos ante varios supuestos de responsabilidad: responsabilidad por consentimiento, designación o negligencia. 

Ábalos le dedica muy escasa atención a la cuestión principal, la que directamente le afecta en el caso. Apenas habla de su principal asesor Koldo García, autor material presunto de infracciones legales, su mano derecha, directamente nombrado por él y encumbrado sin méritos fehacientes a los consejos de administración de empresas públicas, Renfe y Puertos del Estado. Ábalos intenta separarse de su colaborador -como si la cuestión únicamente se refiriera a él-, pero no puede evitar que las actuaciones de aquél le salpiquen e impliquen. Porque ha incurrido con plena claridad en dos supuestos de la responsabilidad por terceros: en la designación y la negligencia. 

Corolario  

Ábalos se ha encontrado con un obstáculo, que no suele prodigar la política española: la actitud recia de su partido, el PSOE, en exigir la asunción de responsabilidad política a sus militantes. Efectivamente, caiga quien caiga, porque ha caído quien era el número dos del partido, exministro y exsecretario de organización del PSOE. O renunciaba al escaño o era expulsado del partido político. Claro contraste con la política del PP, que en vez de exigir la asunción de las responsabilidades políticas a sus correligionarios, los ha protegido clamando contra la conspiración de los adversarios políticos. Los casos de la presidenta de la Comunidad de Madrid y del alcalde de Madrid son muy ilustrativos, ambos incursos en responsabilidades políticas, pero encontraron el apoyo cómplice de su partido político. La protección fue tan desvergonzada que los barones del partido, con Feijóo a la cabeza, echaron al secretario general, Pablo Casado, por desvelar a la opinión pública el calado de la responsabilidad no asumida de la presidenta madrileña. Opuestas actitudes de dos partidos políticos en el asunto de las responsabilidades políticas: crítica la del PSOE y consentidora y cómplice la del PP.

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Usar los muertos de Gaza para tapar los propios https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80719/usar-los-muertos-de-gaza-para-tapar-los-propios/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80719/usar-los-muertos-de-gaza-para-tapar-los-propios/#respond Mon, 04 Mar 2024 05:16:59 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80719 Continuar leyendo "Usar los muertos de Gaza para tapar los propios"]]> Manifestantes hondean una bandera palestina frente a la Corte Penal Internacional en la Haya, Países Bajos.- REUTERS/Piroschka van de Wouw
Manifestantes ondean una bandera palestina frente a la Corte Penal Internacional en la Haya, Países Bajos.- REUTERS/Piroschka van de Wouw

Hace ya muchos miles que las cifras de las víctimas de Gaza dejaron de invocar lo que significan más de 12.000 niños y niñas asesinados, más de 7.000 personas desaparecidas -la mayoría, bajo los escombros– más de 17.000 criaturas huérfanas, más de 28.000 heridos –5.000 de los cuales, sufrirán una discapacidad de por vida–, más de 100 periodistas asesinados. Cifras inéditas en ningún otro conflicto reciente 

En total, según datos de la respetada ONG Armed Conflict Location & Event Data Project, más de 27.000 vidas fueron reducidas a cadáveres en un territorio arrasado. Un pueblo esquilmado gracias a la complicidad y el apoyo de los países occidentales al que sigue arrojando contra la Franja todo su odio y su negocio armamentístico: Israel.  

Durante estos cuatro meses eternos que buena parte de la sociedad civil global hemos vivido asfixiados por la impotencia, la rabia y la desesperación, la demanda interpuesta por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia ha supuesto un respiro de decencia y dignidad. El país que fue capaz de superar un apartheid ha señalado al que ha levantado un Estado basado en ese mismo régimen y en la ocupación. Un país al sur del Sur dando una lección ética a los que subyugan al resto del mundo desde el Norte. Y a su lado, medio centenar de Estados apoyando la iniciativa: la mayoría, del Sur Global; algunos, como Chile, Colombia o Brasil, coherentes desde el inicio en su denuncia contra la ofensiva israelí; otros, bastantes, intentando borrar sus propias vergüenzas bajo la alfombra de muertos a manos del Ejército israelí.  

Por ejemplo, Siria, cuyos discursos contra los ataques indiscriminados a la población civil por parte de su portavoz en la sede de las Naciones Unidas, que esta periodista pudo seguir en Nueva York, solo pueden calificarse de repulsivos, teniendo en cuenta los crímenes de guerra que el propio régimen de Bashar Al-Assad ha cometido contra su pueblo –con la ayuda de la aviación de su aliado Vladímir Putin– en un conflicto que se ha cobrado, solo oficialmente, más de 400.000 vidas. 


En el listado de países que han suscrito la causa sudafricana aparecen otros nombres que rápidamente saltan a la vista por estar dominados por regímenes autoritarios, como Catar, que reprime a su propia población, o Turquía, que, además de acabar con buena parte de sus derechos y libertades, mantiene una guerra contra el pueblo kurdo dentro y fuera de sus fronteras.  

Y en medio de esta alianza en defensa de la causa más justa llena de Estados vinculados a la infamia, aparece otro que durante buena parte de los años 80 se alzó como un símbolo de la lucha de David contra Goliat y que ahora permanece cautivo del cinismo de sus autócratas: Nicaragua. Rosario Murillo y Daniel Ortega, que en 2018 aplastaron a sangre y fuego unas protestas contra su gobierno, dejando más de 300 personas muertas, según la ONU. Desde entonces, aún mantienen en prisión a 121 hombres y mujeres acusados de oposición política, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Y, además, han clausurado más de 3.500 ONG y forzado al exilio a la mayor parte de sus periodistas, de sus defensores de derechos humanos, de los políticos críticos y de cualquiera que no esté dispuesto a vivir bajo el yugo de la obediencia y el silencio.  

El matrimonio Ortega-Murillo no solo ha querido tapar sus propios crímenes vinculándose a la bandera sudafricana, sino que pretende alzarse como un referente en la defensa de los derechos humanos llevando ante la Corte Internacional de Justicia a Canadá, Alemania, Reino Unido y Países Bajos por facilitar el genocidio palestino enviando armas. 


Pero la responsabilidad de que el listado de apoyos a la demanda de Sudáfrica esté llena de sátrapas no es de ellos, pues a nadie le debería extrañar que usen a los muertos propios y ajenos para su beneficio, sino de los Estados que se jactan de ser "democracias consolidadas", que cacarean su falso respeto por los derechos humanos, que se ufanan de sus agendas verdes o de sus leyes feministas, mientras siguen manteniendo relaciones diplomáticas con Israel e, incluso, vendiéndole armas a sus líderes, que han convertido sus apellidos en epítetos de genocidas por la masacre contra el pueblo palestino.  

La denuncia interpuesta por Sudáfrica contra el Estado sionista por presunto genocidio no pierde credibilidad por contar entre los apoyos con regímenes sostenidos sobre el dolor de sus pueblos. Quienes sí la han perdido por completo han sido las potencias occidentales al dar la espalda al único intento real que se ha dado por frenar estos delitos de lesa humanidad. Han perdido una gran oportunidad de dejar de estar al lado de la decencia y cumplir con el mandato de sus sociedades civiles, que siguen saliendo a las calles, cada vez más ahogadas en la impotencia y más inquietas ante la pregunta: una ciudadanía sin vías para impedir que sus representantes elegidos en las urnas respalden un genocidio, ¿puede llamarse a sí misma democrática?  

El problema no es Siria, Turquía o Nicaragua. El problema es que no nos cause ninguna sorpresa la ausencia de las banderas de Alemania, Francia o España apoyando la defensa de la humanidad interpuesta por Sudáfrica.  

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Zona de sacrificio: Gaza https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80776/zona-sacrificio-gaza/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80776/zona-sacrificio-gaza/#respond Mon, 04 Mar 2024 05:04:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80776 Continuar leyendo "Zona de sacrificio: Gaza"]]> Un vehículo militar cerca de la frontera entre Gaza e Israel.- REUTERS/Amir Cohen
Un vehículo militar cerca de la frontera entre Gaza e Israel.- REUTERS/Amir Cohen

En el oeste de Estados Unidos existen extensos territorios convertidos en tierra muerta. Lugares tan devastados que resulta imposible que en un futuro cercano puedan desarrollarse en ellos formas de vida que no estén condenadas de antemano a la degradación y la enfermedad. A esos territorios se los viene denominando zonas de sacrificio: espacios de excepción donde el capitalismo depredador y el complejo militar-industrial se han aplicado a fondo y sin límite. Las zonas de sacrificio incluyen terrenos aniquilados por las industrias más contaminantes o la minería a cielo abierto, vertederos gigantes y áreas de pruebas militares. 

Las zonas de sacrificio existen porque el funcionamiento del sistema capitalista requiere de territorios que puedan ser infinitamente devastados. Nos tratan de convencer de que es una devastación necesaria, dado que nos libra de otras aún peores (la justificación del sacrificio militar) o garantiza nuestro bienestar económico (la justificación del sacrificio capitalista).  

Su creación se retrotrae, en última instancia, al colonialismo, puesto que son los territorios de los otros los que se suelen destruir. No es casual que desde Canadá a Chile se encuentren sobre todo en tierras indígenas: las fronteras de expansión donde todo es permisible.  

Las zonas de sacrificio tienen actualmente más vigencia que nunca gracias al auge de la ultraderecha y el capitalismo nihilista (mal llamado capitalismo libertario o anarcocapitalismo). Son zonas de sacrificio todos los territorios desregulados donde reina la destrucción: los yermos tóxicos de la minería a gran escala y la industria pesada, los vertederos del Sur Global, los espacios de tránsito de la migración.    


Países enteros pueden transformarse hoy en zonas de sacrificio. Argentina es un buen ejemplo de ello: no es casual que "sacrificio" sea la palabra más utilizada para referirse a los planes de Milei –y no necesariamente por parte de sus críticos. Al igual que en el caso de los vertederos tóxicos y los campos de pruebas nucleares, el principio que subyace es el de necesidad: hay que inmolar el país (es decir, a los ciudadanos de las clases medias y populares, a las comunidades indígenas y ecosistemas enteros) para alcanzar un bien mayor.  

En el siglo XXI, las zonas de sacrificio han dejado de ser el espacio de excepción para convertirse en la norma del espacio. 

Gaza representa en la actualidad la zona de sacrificio por excelencia: un territorio abierto a la devastación total en el que se puede experimentar con nuevas armas, poner en práctica estrategias eliminacionistas (etnocidio, genocidio, ecocidio, hambrunas provocadas), destruir el derecho internacional humanitario, reimponer la censura y jugar a la peor geopolítica. Hemos decidido colectivamente que en ese espacio de excepción los palestinos pueden ser asesinados en masa y sin consecuencias y su tierra transformada en un desierto inhabitable.  


El filósofo Giorgio Agamben utilizó el concepto de homo sacer para referirse a gente como los palestinos hoy: históricamente y desde un punto de vista jurídico, homo sacer era cualquiera que se encontraba más allá de la ley humana y divina, hacia el que no existía responsabilidad alguna y que podía ser infinita e impunemente aniquilado. Agamben defendió que el espacio absoluto de excepción que correspondía al homo sacer en el siglo XX era el campo de concentración o exterminio. Ya no. En el siglo XXI, el espacio absoluto de excepción es la zona de sacrificio 

Como tantas zonas de sacrificio, Gaza es un campo de pruebas, solo que en este caso lo que se pone a prueba es un nuevo orden mundial. Un orden en el que todo, de nuevo, vuelve a estar permitido. Quizá no sea casual que esto suceda en un momento en que la palabra "libertad", pervertida hasta el extremo, se ha elevado a concepto fetiche entre los movimientos populistas y de ultraderecha. Libertad para actuar con impunidad, sin normas legales ni morales.  

Lo que sucede en Gaza es una advertencia. Porque cuando la excepción se convierte en regla, no existe lugar seguro. Y la próxima zona de sacrificio nos la podemos encontrar a la puerta de casa. 

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Culebrones informativos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80833/culebrones-informativos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80833/culebrones-informativos/#respond Sun, 03 Mar 2024 06:10:27 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80833 alt --> Hace años trabajé en un magazine de televisión en el que, cuando le flojeaba la audiencia, uno de sus jefes me dijo flojito en los pasillos: "Nos falta un muertito", y me dio un escalofrío. Los culebrones informativos con suceso protagonista me resultan tan asquerosos como el que en estos momentos nos ocupa: Ábalos y … Continuar leyendo "Culebrones informativos"]]> Culebrones informativos

Hace años trabajé en un magazine de televisión en el que, cuando le flojeaba la audiencia, uno de sus jefes me dijo flojito en los pasillos: "Nos falta un muertito", y me dio un escalofrío.

Los culebrones informativos con suceso protagonista me resultan tan asquerosos como el que en estos momentos nos ocupa: Ábalos y compañía.

En unos se trata de exprimir hasta el hueso el morbo, el dolor, el miedo, las esperanzas absurdas; en los otros, con político protagonista, de jalear e inflamar las sospechas –infundadas o no– sobre los adversarios políticos.

Lo vemos hasta la náusea cuando se trata de un político de izquierdas.

No recuerdo haber visto titulares sobre las reuniones más o menos bobas del Bigotes, Bárcenas, Matas, Rato, etc; aunque también es verdad que el jueves en la portada de El País, aunque fuera en pequeñito, un titular decía: Koldo García presumió de haber contactado con Miguel Tellado y "Alberto".

Lo haga quien lo haga, en ambos tipos de telenovela, se alarga el chicle hasta el infinito, se masca y se remasca hasta que pierde todo el sabor y el color y da asquito. Las tramas planteadas son tan burdas, tan improvisadas, tan obvias en su carrera desesperada por rellenar portadas o minutos, por aprovechar el tirón, por mantener en vilo a la audiencia estirando el flash informativo, que la gente con una dieta intelectual un poco nutritiva sale corriendo a comprarse un buen libro.

En enero de 2019 estuvimos 13 días alimentando la locura colectiva de que se podía rescatar con vida al pequeño Julen, de dos años, que se había caído en un pozo de 25 cm de diámetro y más de 70 metros de profundidad en la provincia de Málaga.

En febrero de 2024 no sabemos cuánto tiempo estarán alimentando la idea de que el Gobierno de Pedro Sánchez puede caer ministro a ministro, con la mujer del presidente de propina, porque se está investigando por corrupción a un ex alto cargo, que cobró una comisión ilegal millonaria por facilitar unos contratos, y al ex ministro que lo nombró, que ya lleva dos años y medio fuera del Gobierno.

Más allá de la libertad de buscar audiencia debería estar el acuerdo de la profesión sobre lo que es periodismo y lo que no y pongo otros ejemplos de lo que creo que no:

"El comisionista del ministerio y Javier Hidalgo se reunieron con la mujer de Sánchez para presentarle negocios". Portada de El Confidencial del jueves pasado.

"Sánchez fue informado del gran contrato de la trama Koldo cuando se adjudicó: fue a Consejo de Ministros". OK Diario. (Todos los grandes contratos de material sanitario aprobados en lo peor de la pandemia pasaron en modo exprés por Consejo de Ministros y en la información referida no se menciona este hecho).

"La red del tito Berni alardeó de que Zapatero quiso comprar una casa a un empresario de la trama". Voz Pópuli, hace justo un año.

Entre bomberos no se pisan la manguera, dice el dicho. Entre periodistas no pisárnoslas es dejar que la profesión se muera. Escribía en El País Idafe Martín Pérez que "cuando crees que tu papel en este mundo es hacer caer a un presidente o a un líder de la oposición, dejas de ser periodista para convertirte en otra cosa. No somos compañeros si tu negocio es el del pescado podrido. Cuando el ciudadano cree que todos mentimos, ganan los mentirosos". Además, contaba que Eugenio Scalfari, fundador del diario La Repubblica, definía a los periodistas como "gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente".

Y en no cumplir con eso pecamos la mayoría. Están los que se llaman periodistas sin serlo y están/estamos los que dejamos que la actualidad nos mande porque es el glutamato informativo. La gente se la traga más y más, sin parar, sin ser conscientes de lo que se hacen –y nos hacemos– perdiendo el foco de lo importante por el de lo inmediato.

Esta semana, Úrsula Von Der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, pidió públicamente a los 27 que se rasquen el bolsillo para hacer una compra conjunta de armamento porque la posibilidad de que la Unión Europea entre en guerra no es inverosímil. Putin ha amenazado con usar armamento nuclear ante la propuesta de Macron de enviar tropas en apoyo a Ucrania. El IPC de febrero se situó en su punto más bajo desde hace seis meses, los alimentos y las bebidas no alcohólicas llegaron a tener un IPC del 16,6% en febrero de 2023 y se ha situado en algo más del 7% en febrero de 2024. Es decir, a muchos se les ha abaratado seriamente el día a día. El martes se presentó el índice de precios para poner límites a los alquileres y muchos podrían ahorrarse mucho dinero en la renovación de sus contratos...

Y son solo algunos ejemplos de las cosas que han pasado a mucha gente que muchas gentes del periodismo no les hemos contado con el análisis y el tiempo que merecen porque estábamos dejándonos arrastrar por un nuevo culebrón informativo.

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Nostálgicos de lo suyo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80824/nostalgicos-de-lo-suyo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80824/nostalgicos-de-lo-suyo/#respond Sun, 03 Mar 2024 05:01:38 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80824 Continuar leyendo "Nostálgicos de lo suyo"]]> Pixabay.
Pixabay.

Cómo podía imaginar el pobre Johannes Hofer, médico que puso nombre a la nostalgia, que con el tiempo el término se ampliaría hasta convertirse en un cajón de sastre para los egoístas y los inconscientes. El buen doctor solo pretendía poner nombre al dolor que provoca la añoranza y hoy en día, ya ves: la palabra "nostálgico" casi se ha convertido en sinónimo de fascista. No estoy diciendo que quien echa de menos su infancia sea un fascista, pero desde luego a los fachas les tira lo vintage.

Ser un nostálgico no tiene, en principio, nada de malo. Cómo no echar de menos las tardes con el hula hoop en la plaza, la Casera Cola, Sabadabada, los chicles de peseta, la Sesión de Tarde y el Sábado Cine, Rick Astley o la Mirinda. Lo malo es que quienes apelan a la nostalgia cometen un error, que intuyo malintencionado porque nadie puede ser tan listo y parecer tan tonto. Los nostálgicos suelen explicar que "sus padres" tenían un piso en propiedad, "sus padres" compraron un apartamento en la playa, "sus padres" pudieron tener hijos a los veintipocos, "sus padres" compraron un coche al contado. Ignoran a propósito que ese "mis padres" engloba a dos personas: una que trabajaba fuera de casa y aportaba el sueldo a la familia y otra que trabajaba fuera de casa y aportaba el sueldo a la familia y además se cargaba con todas las tareas domésticas y de cuidado, se vio obligada a anteponer la descendencia a los estudios o la carrera profesional y tenía que pedir permiso para coger el coche familiar, que estaba, como casi todo, a nombre del marido.

A todos nos gustaban los helados de cinco duros pero nadie querría llevar la vida de las madres de entonces. Ahí está la trampa de la nostalgia: éramos felices porque las mujeres iban de casa al trabajo y del trabajo a casa y les daban las tantas programando la comida y la cena del día siguiente. Alguien dirá que en su entorno no era así, que su madre tuvo siete hijos y estudió dos carreras, que trabajó como arquitecta de día y artista de cabaret los fines de semana y que no se quejaba nunca, en contraste con las mujeres de ahora, que no hay quien las aguante.

No seré yo quien niegue la felicidad de esa señora inexistente, pero lo cierto es que la vida de las mujeres era un pelín peor de lo que es en la actualidad. Por contextualizar, la sentencia de la minifalda, ya saben, aquella que un poco más y condena a una chica de diecisiete años por llevar una falda corta en vez de condenar al empresario que la violó, fue en 1989. Conviene recordar que los hombres del Gobierno (porque solo había hombres) no permitieron el aborto hasta 1985, y solo en algunos supuestos; uno de ellos era que el embarazo fuese consecuencia de una violación y siempre y cuando la víctima se atreviese a denunciar. Yo qué sé. Aten cabos. Después había algunos detalles menores, como por ejemplo que los hombres no movían un dedo ni para recoger su plato de la mesa, pues los hogares, por más que el progreso y la democracia hubiesen llegado al país, aún constituían el reposo del guerrero.

No es de extrañar que nuestras ciudades estén salpicadas de esas barberías que en ocasiones se presentan con nombres tan explícitos como "La cueva del oso" o "Machos Barbershops", con sus sillones reclinables de enormes reposapiés, sus suelos de baldosas cuadradas en blanco y negro y su poste de barbero. Locales que recurren a la nostalgia para tocar los varoniles bolsillos a través del corazón. ¿Por qué será que estos espacios no tienen su equivalente en versión peluquería femenina? Qué misterio, con lo bonitos que son los vestidos de vuelo y corpiño, los sombreritos y las combinaciones de encaje, con lo guapísimas que van siempre Betty Draper, la esposa de Don en Mad Men, o La maravillosa señora Maisel. El único reducto femenino en el que alguien parece añorar aquellos tiempos lo conforman las cuentas en tiktok de las tradwifes, esas señoronas multimillonarias que, reconvertidas en influencers, nos abren sus brillantes cocinas de doscientos metros cuadrados para mostrarnos lo felices que son mientras destinan una mañana entera a preparar seis brownies. Claro que ellas no añoran el bollycao o las sobremesas de Verano Azul; es la época en la que el servicio trabajaba sin horarios ni derechos lo que extrañan estas cuentistas. Un servicio que, por cierto, jamás aparece en cámara, no vaya a ser que algún espectador suspicaz se percate de que no son ellas las que mantienen la mansión como los chorros del oro. Igualito que una madre cualquiera en los ochenta. Será que los privilegios acentúan esa tristeza melancólica que quizás no debería llamarse nostalgia, sino jeta.

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¿Quién manda aquí? El cristo entre Mercedes Sanz-Bachiller y Pilar Primo de Rivera https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80803/sanz-bachiller-primo-de-rivera/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80803/sanz-bachiller-primo-de-rivera/#respond Sat, 02 Mar 2024 05:27:11 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80803 Continuar leyendo "¿Quién manda aquí? El cristo entre Mercedes Sanz-Bachiller y Pilar Primo de Rivera"]]> Vista de las sedes de la Obra Nacional Corporativa y Policlínica de Auxilio Social- Fundación Kutxa
Vista de las sedes de la Obra Nacional Corporativa y Policlínica de Auxilio Social- Fundación Kutxa

El 11 de octubre de 1937, un decretó aprobó la creación del "Servicio Social", algo así como una mili para mujeres. ¿Para qué? Para obligar a las españolas a comprometerse con la patria. Así, todas las mujeres entre 17 y 35 años, debían ofrecer sus "aptitudes femeninas en alivio de los dolores producidos" en lucha y "de las angustias sociales de la postguerra". No se preveía ninguna medida punitiva para las mujeres que no lo hicieran, pero era obligatorio para todas las que pretendieran "el ejercicio en funciones públicas, desempeño de plazas en la Administración o la obtención de títulos profesionales". Las mujeres que se unían al servicio social tenían distintas responsabilidades. Entre ellas, la atención de los comedores del Auxilio Social. 

El Auxilio Social se concibió como una reproducción del Winterhilfe, la organización de ayuda invernal del nazismo. Su versión española fue promulgada en 1936 por Mercedes Sanz-Bachiller, la delegada provincial de la Sección Femenina en Valladolid. Al parecer, no daban abasto para alimentar a tantas personas necesitadas y Sanz-Bachiller propuso a Franco la creación del Servicio Social femenino para encontrar más "voluntarias". Ante el éxito de la iniciativa, Mercedes Sanz-Bachiller propuso la creación de una delegación nacional para el Auxilio Social, al mismo nivel que la Sección Femenina. Aquello no le gustó nada a Pilar Primo de Rivera, delegada nacional de la Sección Femenina. Además, según asegura María Teresa Gallego Méndez en Mujer, falange y franquismo se hizo a espaldas de la Sección Femenina. 

De fondo, más allá de una disputa de poder, había otras importantes cuestiones: la relación del franquismo con otros regímenes totalitarios y distintas ideas sobre qué papel debían jugar las mujeres en la vida pública. 

José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, movimiento al que pertenecía la Sección Femenina, se había mostrado más cercano al fascismo italiano que al nazismo alemán. Pilar Primo de Rivera, su hermana, fue una de las principales voceras de su discurso y, también en este caso, adoptó la doctrina de su hermano. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que no se mostrasen afines a Hitler. De hecho,  en 1938, Pilar Primo de Rivera se entrevistó con él y, en 1941, intervino en el Congreso Internacional de Mujeres que se celebró en Berlín. En Recuerdos de una vida, ella misma cuenta cómo fue el encuentro: "En uno de estos viajes fui encargada por el Caudillo de entregar a Hitler, en su nombre, una espada de Toledo". Cuenta también que, tras su viaje, enviaron un informe "muy favorable": "Yo creo que debió ser debido a la contestación que di a dos ultras alemanes que querían enzarzar la Falange contra Franco, porque creían que me halagaban y me preguntaron si aquella espada era enviada por Franco o por la Falange y yo les contesté que Franco era entonces el jefe de la Falange". Ella, a pesar del malestar inicial, no cuestionó el Decreto de Unificación que, en 1937, consolidó un partido único con el nombre de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS). 

Varias delegaciones de Sección Femenina visitaron Alemania por distintos motivos, pero Mercedes Sanz Bachiller recibió gran parte de su formación allí.  Por eso, el Auxilio Social se concibió como una reproducción del Winterhilfe. Ella, sin embargo, no entendía la organización como trabajo femenino carácter benéfico, sino como una gran organización capaz de encargarse de los problemas sociales en términos más generales. Según su opinión, no conocía "en los movimientos totalitarios a nadie" que se atreviera "a mantener que las actividades político-sociales del Movimiento deban ser realizadas por las mujeres. A esto no han llegado los grupos feministas de Inglaterra y Francia". "No podríamos aceptar que todo esto se desnaturalizase para caer en un capricho feminista", sentencia. Creía que, a pesar de ser ella la jefa del Auxilio Social, era mucho mejor que lo dirigiese un hombre e ironizaba diciendo que sería "absurdo" que si "una mujer llegase por sus propios méritos a ser Ministro de Trabajo, pudiese decir la Sección Femenina que el Ministerio del Trabajo le correspondía". 

Pero Pilar Primo de Rivera quería a toda costa controlar el Auxilio Social porque a ella se le había encomendado la educación de las mujeres y, por tanto, entendía que era su organización la que debía encargarse de la formación y el trabajo que realizaban también a través del Auxilio Social. La tesis Mercedes Sanz Bachiller, una aproximación a su biografía política, de María Jesús Pérez Espí, cuenta que "la batalla por el control del Servicio Social se desarrolló durante dos años, y concluyó con su traspaso, a finales de 1939, a la Sección Femenina. Fue una verdadera batalla política en cuya resolución tuvo mucho que ver una cuestión de política interna del régimen, para el que en esos momentos el apoyo de los «legitimistas» -grupo más cercano a José Antonio Primo de Rivera- era fundamental. Fue, por lo tanto, una lucha política en la que jugaron un papel importante una serie de antecedentes políticos, pero en la que poco o nada tuvieron que ver, como se ha apuntado, las concepciones que sobre la mujer tenían Mercedes Sanz-Bachiller y Pilar Primo de Rivera, porque, en realidad, "no eran tan distintas". 

Ambas creían que las mujeres podían participar de la vida pública siempre y cuando no dejaran de lado sus obligaciones y, además, coincidían en su ideal de mujer: sometida, inferior, sumisa al marido y abocada a la maternidad. Hubo, eso sí, diferencias en la práctica. Mercedes Sanz-Bachiller se casó y tuvo tres hijos. Pilar Primo de Rivera fue celosa de su vida privada y no se le conoce ninguna pareja. Eso sí, cuentan que estuvieron a punto de casarse con Hitler. Ella declaró no saber nada: "No hubiera consentido en ello. Entre otras cosas porque nunca me sentí depositaria tan importante misión y, además, porque mi vida privada era solo mía". Al parecer, Ernesto Giménez Caballero, escritor y embajador español, pensó que era una buena idea ante "la urgente necesidad de reanudar la estirpe hispano-austriaca que traería consigo el armisticio para Europa". Manda narices. 

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Ábalos en Gran Hermano https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80814/abalos-en-gran-hermano/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80814/abalos-en-gran-hermano/#respond Sat, 02 Mar 2024 05:04:27 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80814 Continuar leyendo "Ábalos en Gran Hermano"]]> 'El hombre de las mil caras' de Alberto Rodríguez Librero
'El hombre de las mil caras' de Alberto Rodríguez Librero

No voy a hablar de corrupción. No voy a hablar del caso Koldo. Voy a hablar de televisión.

Esta semana pasada el PSOE le dio al diputado Ábalos, que en la anterior temporada era el ministro de Transportes Ábalos, 24 horas para dejar su escaño. El diputado Ábalos no lo hizo. En lugar de eso, se marchó al grupo mixto.

El grupo mixto, por tanto, siguió perdiendo su función de representación de fuerzas minoritarias que no han conseguido grupo propio, pero tienen el derecho (y la obligación) de representar a las fuerzas políticas que las han votado y siguió avanzando en la línea de ser un territorio de presión al gobierno.

Para anunciar su paso al grupo mixto, Ábalos hizo una rueda de prensa que casi inmediatamente se convirtió en meme. Se volvió, para entendernos, contenido.


Perdió contexto, contornos, matices y se hizo mofa. Las mofas, como todas las mofas, señalaron cosas reales: la épica que el diputado Ábalos aplicaba a sus acciones sonaba falsa. La posición de hombre cabal enfrentado a los poderes del estado, el fiel defensor de la honestidad, el Quijote contra los molinos, no se sostenía.

El otro eje de la memetización venía de esa condición heterodoxa del grupo mixto, convertido en cajón desastre al que se añadía un último elemento aún más bizarro.

Al día siguiente, el aún diputado Ábalos hizo tantas entrevistas y tuvo tanta presencia en los medios de comunicación que en algún momento tuvo que dejar alguna a la mitad para ir a la siguiente. Este tour mediático abundó en la dimensión de la rueda de prensa del día anterior.


En ese frenesí mediático llegó el jueves hasta el programa de Cuatro, Todo es Mentira, presentado por Risto Mejide, dónde el aún diputado Ábalos se emocionó hasta las lágrimas. No es casualidad que las lágrimas no llegaran en su larga entrevista con Carlos Alsina en la radio, o en alguna de las otras muchas entrevistas. Las lágrimas llegaron dónde tenían que llegar. Se ajustaron al formato del programa.

El hombre de las mil caras, la película de Alberto Rodríguez sobre el espía Paesa, cuenta buena parte de la fuga de España de José Luis Roldán. Roldán, escondido, empequeñecido, enfrentado al PSOE al que sirvió durante una buena cantidad de años, se muestra humano. No hay trampa, no hay cinismo. Es posible que en el caso de Ábalos tampoco lo haya. Es posible que se sienta como dice sentirse. Es posible que se sienta así incluso aunque además esté manteniéndose en su escaño ahora ya del grupo mixto por motivos que nada tienen que ver con la dignidad personal, pero eso no es lo importante. Lo importante en un momento de crisis de la atención, de dispersión total, es la apariencia, y la apariencia adopta la forma de la televisión compasional.

Esta semana termina Gran Hermano Dúo, ejemplo fundacional hace más de veinte años de la televisión compasional. El reality nos muestra la forma en la que el interior de la casa, el interior de la tele, convierte la realidad en contenido y las personas en personajes que se ajustan a las narraciones que se les presuponen: el canalla, la envidiosa, el o la sentimental, etc. Todo es estrategia y todo nos dice algo sobre lo auténtico en el mundo en el que vivimos. Gran Hermano nos enseña a preguntarnos si Ábalos es honesto o tiene una estrategia, y al revés, nos dificulta saber si existe ya una diferencia clara entre honestidad y estrategia.


Todos los concursantes de Gran Hermano comparten dos lugares comunes cuándo se les pregunta al salir de la casa. Todos y cada uno de ellos se han mantenido fieles a sí mismos y todos y cada uno de ellos han aprendido y han cambiado mucho. Todos han sido a la vez auténticos y distintos. Esa irresoluble contradicción aparece también en las declaraciones de Ábalos sobre si era o no responsable de algo cuando era ministro. Ser fiel a uno mismo es la forma de no ser responsable de nada más.

Así, podemos establecer una mínima lista de características sobre la honestidad y la autenticidad mediatizada que aplican a este y muchos otros casos.

–Es necesario presentarse uno mismo como alguien enfrentado a gigantescos poderes.

–Es necesario repudiar el dinero como objetivo y hacer mucho énfasis en que no es lo que te mueve ni lo que necesitas.

–Se explicará siempre que estás haciendo lo que estás haciendo para preservar una dignidad personal irreductible a ninguna responsabilidad colectiva.

–Habrá que mostrarse sensible y afectado, dolido en lo personal y será esa emoción la que sustituya cualquier racionalidad sobre tus acciones.

–La persona en cuestión será, por supuesto, una víctima.

–La persona en cuestión encarnará con sus cuestionables decisiones acciones que siempre operan en un nivel de grandeza moral demasiado grandes para este mundo.

Lo mediático será, al final, un entretenimiento; una fábrica de ruido para instalar una imagen que intente compensar otra imagen. Una más fría, más basada en hechos objetivos y contrastables, la imagen que forman los sumarios de los jueces, que en este caso, es lo único que importa.

La semana que viene se celebra el 8 de marzo, que nos enseñó que "lo personal es político", pero en los tiempos de la televisión compasional cada vez hay más gente que ha pervertido esa valiosa orientación y la ha transformado en "lo político es personal".

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https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80814/abalos-en-gran-hermano/feed/ 0 José Luis Ábalos,PSOE
El chirrido de las puertas giratorias https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80287/el-chirrido-de-las-puertas-giratorias/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80287/el-chirrido-de-las-puertas-giratorias/#respond Fri, 01 Mar 2024 05:47:00 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80287 Continuar leyendo "El chirrido de las puertas giratorias"]]> Una puerta giratoria.
Una puerta giratoria.

Lo que cuento aquí es verdad. Pero, por suerte, no es generalizable. La política es una actividad noble, necesaria, y ojalá todos los ciudadanos pasaran algún tiempo de su vida, por mínimo que fuera, por ella. Los mejores ciudadanos. Los más honestos, los modélicos, para ennoblecerla aún más. No hay nada más humilde y grandioso a la vez que ser concejala o concejal de tu pueblo o ciudad. 

Julio Anguita abandonó la política y se reincorporó a su escuela, más califa que nunca; Gerardo Iglesias volvió a la oscuridad de la mina para, con su ejemplo, hacerla más luminosa; el Kichi a su instituto tras ochos años de alcalde de Cádiz, tal y como había prometido y ganando el mismo sueldo. Y, como ellos, muchísimos más, gente honesta, cuyos nombres pasaron y pasan desapercibidos.  

Sin embargo, como en el cesto de las manzanas, otros no son nada ejemplarizantes y provocan la contaminación y la mala imagen del resto.  Por eso, desgraciada e injustamente, la política apesta. Con esa panda de aprovechados y sinvergüenzas. Por lo que habría que seguir insistiendo en una mejor regulación de las puertas giratorias y también del tiempo -dos legislaturas quizás- que se dedican a la política.

Hay políticos que jamás han trabajado fuera de la política, convirtiéndose en unos profesionales de la "cosa" (nostra), que no hay quién les mueva. Según un estudio, el 70% de los ministros no ha trabajado nunca en el sector privado. Y casi un 20% sólo ha trabajado en la política. ¡Menudos expertos, estos últimos, del estado social, económico y laboral! Con lo que sabe un desahuciado o un parado, padre de familia, que cobra una ayuda de 480 € al mes. ¡Pufffff!


Existen dos tipos de puertas giratorias una vez que abandonas la política. El primer modelo, directo y explícito, consiste en colocarte en una empresa pública -la cuestión es no dejar nunca de cobrar de los sufridos españoles por los siglos de los siglos, amén-, sea Correos, Loterías, Paradores Nacionales, Adif, Puertos del Estado o Aena. Que tanto monta, monta tanto, el bombo de los millones, los trenes, los aviones o los barcos.

Recuerdo el discurso de toma de posesión de un Pte. de Paradores que decía con vehemencia: "Prometo dejarme la piel en esta gran responsabilidad y para ello me comprometo a visitar todos y cada uno de los paradores de España". Enorme esfuerzo, para los casi 14.000 € mensuales que se ganan. Menos mal que no lo oyó ese parado de los 480, del que muchos políticos piensan que la culpa es suya por no "esforzarse" lo suficiente. ¡Bendita revolución francesa! 

Si falla lo público, siempre tan goloso y de nómina segura, te quedan dos opciones nada desdeñables: que te coloquen en una empresa privada o en una  privatizada.  Me refiero a esas que eran de todos los españoles y los gobernantes de turno, principalmente del PP que odian lo público (incluso Correos, con lo que aman los sobres), privatizaron regalándoselas a sus amigotes. Tipo eléctricas o cajas de ahorro, en las que hay unos sillones de los consejos reservados para los partidos políticos mayoritarios. De un signo o de otro. Eso no importa, pues en el bipartidismo, tarde o temprano,... siempre toca. 


Así, cuando te preguntas qué fue de fulanito o menganita tras desaparecer de la política, escarbas un poco en el lodazal y descubres que es consejero de Red Eléctrica, de la Caixa o de Telefónica. Ahí llevan media vida. En esta opción, los casos más representativos y escandalosos, sin necesitarlo, son los de Felipe González y J. María Aznar. El segundo en Endesa y el primero en Gas Natural. Pero como ellos, centenares de expolíticos del PP y del PSOE, mayoritariamente. 

 Si no hay hueco en esta modalidad semiprivada, te toca ir a llorar al jefe, "llorar y llorar", hablarle de tus hijos, de su pan, suplicando hasta que le fuerces a hacer una llamadita a algún empresario que le debe algún favor -o se lo deberá y lo cobrará muy pronto- para que te coloque. Así de triste es.  

La única precaución que debes tener para no saltarte la Ley de Incompatibilidades con su Oficina de Conflicto de Intereses -ya ves tú, menuda milonga-, es que el nuevo empleo no sea del mismo sector que tu anterior responsabilidad política. Pero no me digas eso que me da la risa. Si esos políticos valen "pa tooo" y su cualificación es siempre la idónea. Total, para lo que vas a hacer en esa empresa.

Pero sí, está bien guardar las formas: si tu responsabilidad era en Educación y Cultura, ahora te pueden meter en una empresa de generadores eólicos o de metalurgia. Y si estabas en el ministerio de Agricultura, quizás te enchufen en un bufete de abogados, gestionando un fondo buitre de viviendas o en una empresa aeroespacial. Tu cargo, siempre tan bien remunerado, suele llevar el pomposo nombre de Director de Prospectiva y Análisis. ¿Análisis de qué? Análisis de... de..., de lo que sea. Como digo, qué más da, si tu empleador el favor lo va a cobrar. Y a lo bestia. 

Lo que me molesta en este sentido, más allá de la corrupción que gangrena la democracia y la política, es que estos individuos, tan dignos ellos, creen que les colocan por sus méritos y que, más que nadie, merecen ese puesto por los "sacrificios" prestados. Y algún mérito sí que tendrán, seguramente, sobre todo en mantener la boca cerrada y olvidar algunas tropelías. Magnífica hoja de servicios... la tuya. 

La otra puerta giratoria, no reconocida como tal y perfectamente legal, pero tan inmoral como las anteriores, es la de crear una consultora.  El alma de la consultora es, digámoslo claro, la agenda de contactos de tu teléfono móvil, que celosamente has guardado como un tesoro de tu etapa de ministra, vicepresidente, secretario general o de acción de tu partido. En ella hay cientos de alcaldes, directores generales y de bancos, interventores, empresarios, periodistas y algún embajador.  También los de la judicatura, estos que no falten. De estos, póngame, por favor, media ración. Y un largo etcétera, siempre susceptible de ser llamado para pedir un pequeño favor que desbroce el terreno, agilice un expediente o informe sobre una recalificación.  Es lo que hay. ¡Qué casualidad que antes de tener un cargo público no sabían nada de consultoría y ahora son unos expertos internacionales! Del mundo mundial, incluyendo Marruecos, Arabia Saudí y Qatar. 

Pero para que la consultora ruede a la perfección y como el poder va pasando de un partido a otro, lo ideal es contratar a personas como tú, ex de algo importante, pero de otro signo político. Así, la agenda se multiplica y podrás acaparar todo el estado español. "La órbita ideológica y plurinacional" dirán. Además, dará la impresión del espíritu abierto y apolítico de tu consultora. "Aquí caben todos, amigo. Se llama transversalidad." Según la petición de tu cliente, ya vas derivando el asunto a unos u otros. Tú ya me entiendes. Y si sale un partido o plataforma emergente, con ciertas posibilidades, corre a contratar a uno de los suyos porque siempre será bueno que te abran las puertas, aunque sea del mismo infierno. 

Porque hay que ganarse el pan, ciertamente, pero más con la agenda... que con el sudor de tu frente. 

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Que me quiten lo bailao https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80767/que-me-quiten-lo-bailao/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80767/que-me-quiten-lo-bailao/#respond Thu, 29 Feb 2024 05:59:30 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80767 Continuar leyendo "Que me quiten lo bailao"]]> Pixabay.
Pixabay.

Recuerdo ser una niña con dos coletas muy tiesas que iba al colegio. Recuerdo también los consejos que los profesores nos daban allí. Cuando llegaba el fin de semana, no eran pocos los que recomendaban que nos quitáramos de encima los deberes el viernes para que así pudiéramos disfrutar el finde. Me acuerdo de la voz de mi madre desde la cocina mientras yo, sentada en la mesa del salón, aprendía a hacer sumas de dos cifras con una falda de cuadros burdeos y unos pies que aún no tocaban el suelo. "Si te portas bien luego podrás comer galletas", me decía para darme ánimos. A día de hoy ya no hago sumas con llevadas los fines de semana, pero hay algo que no ha cambiado: sigo entendiendo el disfrute como un premio.

Convivo desde hace años con una vocecita molesta y atosigadora que me susurra que, de alguna manera, debo justificar los momentos de placer. Debo ganarme las cosas buenas. Tras una sesión extenuante de gimnasio me doy permiso para comerme esa pizza tan deliciosa. Después de hacer todas las tareas domésticas, llega el momento de poder tumbarme a ver una serie. Incluso cuando una amiga me cuida en alguna ocasión vulnerable, espero ansiosa la ocasión de poder devolverle el favor.

En una sociedad obsesionada con la productividad, meritocrática hasta la médula y con una herencia cristiana incuestionable, el goce no llega a percibirse como algo del todo limpio. Mucho menos como un sentimiento que no tiene por qué ser conquistado entre lágrimas. Parece cínico defender que nos merecemos el bienestar con independencia de qué hagamos con él. Proteger la alegría como el sustrato desde donde desenvolvernos. Como el punto de partida y no como la meta. Estas proclamas resultan insolentes para una sociedad que, además, es punitivista; y en la que si te portas mal la consecuencia legitimada es que tu trocito de felicidad te sea arrebatado. Si eres niña tu media hora de recreo, de mayor quién sabe si tu libertad. Con todo este entramado es difícil creer que podemos comernos la tarta mientras hacemos los deberes. Choca pensar que lo primero no tiene por qué ser recompensa de lo segundo.

Por si fuera poco con esta atmósfera de culpabilidad que rodea a la diversión, el siguiente escollo que encuentra una existencia alegre es que es asociada a la simpleza, incluso a la estupidez. Mirar algo siempre es ver mucho más de lo que en realidad se tiene frente a los ojos. Los estereotipos y los prejuicios existen. Todos trazamos involuntariamente conexiones, sean más o menos justificadas. Sin embargo, si hay una correlación que siempre me ha impresionado tanto como me ha indignado es la que se establece cuando lo alegre se asocia a lo frívolo y lo serio a lo sesudo.

Se requieren las mismas dosis de inteligencia para escribir una comedia que para redactar un ensayo. Exactamente la misma cantidad de lucidez para montar una fiesta que para ganar cinco partidas de ajedrez. Sin embargo, nos resistimos a esta evidencia. Quizás otro día sería interesante hablar de qué sujeto ha controlado históricamente qué entraba en el reino de lo intelectual y qué se quedaba fuera. Así podríamos charlar sobre por qué asumimos una mejor capacidad de cálculo en quien traza los planos de puentes que en quien organiza un menú semanal sin desperdiciar un grano de arroz. Curioso cuanto menos; pero volvamos a la supuesta trivialidad de lo alegre.

Al desparrame de lo jovial se le asocia la banalidad de quien no puede ser de otra forma. Es más, se le presupone que todo lo que puede ofrecer está ya a la vista: es esa explosión de regocijo. En contraposición, al silencio de la rigidez se le atribuye un halo de misterio, como si detrás de ese mutismo formal habitara algo lo suficientemente valioso como para no estar al alcance de todos. Algo más sofisticado que ese superfluo buen rollo que transmiten las cosas divertidas de forma pegajosa e involuntaria. Huele un poco raro que, casualmente, lo que remite a un público amplio se relacione con lo vulgar, mientras que lo exclusivo goce de un enigmático estatus superior. Pero de elitismo también podemos hablar en otro momento.

La ficción está plagada de dúos compuestos por El Personaje sobrio pero inteligente que tiene como contrapunto a alguien risueño y desenfadado. Una especie de secuaz que, si bien es más patoso, le regala al protagonista culto y erudito un reguero de vitalidad que jamás podría lograr por sí mismo. Eso sí, además de hacer esto no hace mucho más. El personaje dicharachero es más bien una piñata andante cuyo trivial y natural gozo se ve venir a kilómetros. La moraleja está clara: si eres el jocoso no vas a ser además el listo. Detrás de las personas alegres, rara vez pensamos que exista un cuestionamiento moral o estético del mundo. Tampoco creemos que sean de esa forma fruto de una decisión, de una apuesta por ser así y no de otro modo. Damos por sentado su forma de manifestarse, lo esencializamos. Es que son así.

Me pregunto si este juego de ilusionismo nos hace caer en dinámicas caprichosas por las que tratamos mejor a aquellos que nos asustan que a quiénes nos regalan calidez. Esto no es una lectura de brocha gorda de la idiosincrasia humana, obviamente se puede ser una persona seria y sumamente agradable. Hablo de esa gente que no encuentra problema en ser deliberadamente cortante con los otros, incluso desagradable. Esos que se pavonean por el patio como si los demás tuviéramos que exponer en un folio los motivos por los que merecemos respirar su mismo aire. Resulta cautivador engancharse al desafío de caerle bien a quien propicia buenos gestos sólo a un número reducido de Elegidos. Que alguien sea inaccesible para la mayoría de los mortales permite un espejismo bastante jugoso: creer que si una consigue captar su atención será porque su valía es superior a la de aquellos que lo intentaron antes. Sin embargo, rara vez tasamos nuestro valor en la mirada que nos devuelven esas personas que son amables por norma y con independencia del interlocutor que tengan delante. Tampoco nos desvivimos con la misma intensidad por lograr un hueco en su regazo. Como si no fuera algo meritorio: asumimos irreverentes que se lo regalarían a cualquiera. Quizás ha llegado la hora de pensar que es más solemne quien logra que todos se sientan cómodos en una conversación, que quién consigue que a cada intervención busquemos nerviosas su mirada de aprobación.

Si en nuestro imaginario rara vez el placer va de la mano de lo intelectual, más lejos está aún de pasear por la misma acera de lo que consideramos elegancia. La elegancia es un yugo que se nos impone especialmente a las mujeres; pero que, lejos de ser contundente como un bloque de madera maciza, es ligero como una pluma. Pues se esfuma con rapidez en el momento en el que nos divertimos. Seré más precisa. Desaparece en cuanto damos señas de estar disfrutando. No se puede ser elegante si se ríe a carcajadas, menos aún si el rímel corre veloz por las mejillas y deja las ojeras sucias y ennegrecidas. No es elegante quien pide que le sujeten la copa para bailar despreocupada en mitad de la pista, ni quien acaba despeinada de dar tantos saltos. Es imposible ser elegante si se come como debe hacerse: desabrochando los primeros botones del pantalón para que haya hueco para un postre.

La amenaza de no ser refinada es el Hombre del Saco de las mujeres: Ten cuidado de no pasártelo demasiado bien, no vaya a ser que desmadres y no puedas ser una señorita distinguida. Esta advertencia es también el mayor fuego disuasivo para cualquier mujer que intente ocupar el espacio: No llames demasiado la atención o no serás sofisticada. La quietud te evitará que pronuncies mal un idioma que no es el tuyo, que te caigas por estar aprendiendo a patinar o que te equivoques diciendo un dato erróneo. En cambio, garantizará una pulcritud inmaculada al alcance de muy pocos. Básicamente porque vivir mancha. Qué conveniente, por cierto, educar al sector de la población al que se desea sumiso en el deseo de ser silenciosa, sutil, fina y, por lo tanto, elegante. Basta: llevad a las niñas a ensuciarse jugando en el parque y dejad de regañar a las adolescentes por no cruzar las piernas al sentarse.

Mi amiga Carla se pregunta por qué no hay en la calles parques con columpios pensados para adultos, ella echa de menos los toboganes. Mi madre siempre dice que lo que menos le gusta de que mi hermano y yo hayamos crecido es que ya no jugamos, se ha quedado sin motivos para construir mundos de playmobil. Cada vez que terminan unas buenas vacaciones, yo acabo discutiendo con quién me pille cerca por los motivos más absurdos. No me pasa nada, solo estoy frustrada porque esos días hayan terminado. Me resulta anacrónico ponerme a patalear como los niños en los parques de bolas cuando llega la hora de irse. Parece que ser adulta significa no poder llorar a pleno pulmón porque la diversión se acaba. Así que me enfado y echo la culpa a cualquier tontería. Nos miro a Carla, a mi madre y a mí: parece que las tres echamos de menos más alegría en nuestra rutina. ¿En qué momento asumimos que había algo más importante que pasarlo bien? La mayor obra de ingeniería posible es construir un entramado para ser feliz que no requiera de hacer daño a los otros para sostenerse. Nos vemos en esa obra, voy preparando la hormigonera.

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Sumar en Euskadi: un proyecto electoral y políticamente necesario https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80652/sumar-en-euskadi/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80652/sumar-en-euskadi/#respond Thu, 29 Feb 2024 05:23:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80652 Continuar leyendo "Sumar en Euskadi: un proyecto electoral y políticamente necesario"]]> El parlamento vasco en Vitoria, País Vasco.
El parlamento vasco en Vitoria, País Vasco.

La coalición de Sumar Mugimendua, Ezker Anitza y Equo Berdeak combina pluralidad y  diversidad, trayectoria sólida y arraigada en el territorio y una apuesta clara por un cambio para transformar Euskadi

En la historia y en la política –de tradición progresista–  hay momentos eléctricos, momentos de impugnación, momentos de alharaca revolucionaria que logran grandes transformaciones, pero que aún así –todos lo hemos vivido alguna vez– no dejan de ser un poco frustrantes por no cumplir con todas las expectativas depositadas. Hay también momentos de menos pasión, menos arrebato, momentos en los que tan solo la posibilidad de experimentar suena demasiado arriesgada y la tentación de acunarse en lo ya conocido se hace irresistible. Estos momentos, sin embargo, a veces son propicios, mucho, para lograr cambios, de esos que hay quienes tildan de chiquitos, de reformistas, pero que lejos de ello son la llave que abre la puerta a presentes y futuros deseados y deseables, son los que construyen horizontes a conquistar.

En Euskadi, pese a nuestras singularidades, somos conscientes de que los momentos actuales están fuertemente marcados por una resaca conservadora, que al igual que las resacas marítimas, nos arrastra hacia abismos irrespirables. Los resultados del pasado 23 de julio y la constitución de un gobierno de coalición fueron una tabla de rescate, compartida con el resto del Estado, para no ahogarnos en el miedo y la desesperanza.

Al mismo tiempo, gracias a nuestras singularidades, también somos conscientes de que la nuestra es una sociedad que sabe nadar y que empieza a estar ya agotada de tan solo flotar en aguas estancadas. Nuestra sociedad quiere y necesita cambios. Y no solo electorales, también políticos y de profunda transformación social .


Es evidente que en Euskadi asistimos a un agotamiento de la fórmula de gobierno PNV y PSE (en pie, aunque a veces no lo parezca por la invisibilidad interesada de los socialistas, desde 2016). Hace tiempo que la sociedad vasca da muestras de que quiere un cambio. Y lo quiere porque ya no aguanta más el desgaste de unos servicios públicos que eran nuestro orgullo, con el declive, la falta de recursos y el empeoramiento de la atención de Osakidetza, como ejemplo más sentido. Ya no puede seguir renunciando a proyectos vitales y familiares que se hacen imposibles ante el cada vez más acuciante encarecimiento de la vivienda en Bilbo, Donostia o Vitoria-Gasteiz, pero también en pueblos como Errenteria y Santurtzi. Y ya no puede seguir mirando hacia otro lado ante la vital necesidad de adaptarse a la crisis climática y de  impulsar una reindustrialización verde y modelos urbanísticos, de transporte, agrarios y ganaderos sostenibles social y ecológicamente.

Este cambio político exige aire fresco y nuevas maneras de hacer. Se necesita escucha, diálogo, acuerdo y una política de la vida cotidiana. Se necesita una fuerza política vasquista que afronte estos retos desde una perspectiva federal y plurinacional.

En Euskadi se empezó hace meses una negociación para construir una candidatura amplia y unitaria que desembocara en el medio plazo en este proyecto de obediencia vasca. Fruto de ese proceso, hay tres fuerzas políticas que han llegado a un acuerdo. Tres fuerzas, Sumar, Berdeak-Equo y Ezker Anitza, con arraigo, trayectoria y experiencia –organizativa y política, con presencia en el Parlamento Vasco,  ayuntamientos y Juntas Generales–. Tres fuerzas que aportan diversidad y pluralidad, acentos y miradas, estilos, personas y recorridos históricos diferenciados, pero con ganas de trabajar en común por presentes y futuros compartidos.


Esta coalición está liderada por una mujer joven, Alba García, que representa la renovación generacional del espacio político. Una candidata que comparte las vivencias,  preocupaciones y anhelos de miles de personas como ella, una mujer trabajadora en una sociedad patriarcal. Una mujer joven, pero con un compromiso de largo recorrido con la mejora de las condiciones de vida.

Es absolutamente comprensible y legítimo querer resguardarse en lo conocido, en lo que nos aporta seguridad, en la unidad como única herramienta posible de salvación. Muchas personas se aferran a ello sinceramente convencidas de su virtud, de su absoluta necesidad. Lo hacen de corazón. Ahora bien, la unidad - un medio - no puede convertirse en un fin, en una coraza, que nos impida ver y partir de la realidad, de los hechos: 1) la ruptura unilateral con el grupo plurinacional en el Congreso al poco de empezar la legislatura; 2) la falta de respeto y la injerencia madrileña para romper un acuerdo en Galicia –petición editorial mediante del voto para una tercera formación, el BNG-;  3) y por último, una serie de anuncios  meramentes tacticistas, de cara a la galería, tras los malos resultados obtenidos en los comicios gallegos, imposibles de cumplir debido a la falta de autonomía política y jurídica.

La unidad es un proceso social, político y cultural que se logra con trabajo compartido, con ideas nuevas y apuestas de futuro. La unidad se alcanza con buena voluntad, a partir de una disposición de abandonar las desconfianzas y los recelos para construir poco a poco confianza, sin jugarretas ni chantajes. La unidad no puede ser solo una tabla de salvación para quienes han abandonado la voluntad originaria de hacer política en favor de las mayorías.

Otra tentación recurrente en estos tiempos de reflujo reaccionario es la exigencia de retirada en favor de izquierdas independentistas asentadas en el territorio. Una incitación que curiosamente está mucho más extendida fuera que dentro de Euskadi, donde las gentes vasquistas y progresistas, pero no independentistas, ven de forma clara las diferencias cruciales entre ambos proyectos.

Estas diferencias que parecen ser invisibles para los opinadores madrileños pasan en primer lugar por la apuesta por la plurinacionalidad y el federalismo: Euskadi puede y debe seguir avanzando en autogobierno al mismo tiempo que coopera con el resto del Estado. Sumar Euskadi es garantía de esto gracias a su presencia en el gobierno de coalición progresista y a sus alianzas con otras fuerzas políticas.

Además, las personas que componen Sumar han mostrado siempre un compromiso claro en favor de los derechos humanos y han levantado su voz contra todas las vulneraciones de los mismos  vinieran de donde vinieran.

Pero no se trata solo de la cuestión nacional o del posicionamiento en torno a la violencia, también existen diferencias materiales, cotidianas, que pasan por por querer un cambio real o por fiarlo todo a llegar a acuerdos con quienes gobiernan desde hace cuarenta años. En este sentido, es clave la defensa real de la escuela pública frente a la apuesta compartida entre el PNV y EH Bildu por la privada y la concertada y la segregación que esto conlleva. También lo es la cuestión climática y la transición ecológica. Ejemplo de esto es la reciente ley sobre este tema aprobada por las dos fuerzas nacionalistas que no solo no aborda las causas estructurales de la crisis climática, sino que además deja en manos de las multinacionales la producción de energía en vez de apostar por la generación pública y comunitaria. Y, por supuesto, no debe olvidarse el lenguaje compartido entre los candidatos de ambas formaciones sobre las alianzas público-privadas -eufemismo de privatización-. Señales todas de la voluntad, explicitada por Pello Otxandiano, de gobernar con los herederos de Sabino Arana, un "partido progresista" en sus propias palabras.  Su propuesta es, por tanto, solo un cambio de papeletas, pero no de políticas.

Hay quienes estamos convencidos y convencidas de que estas elecciones son el inicio de un cambio político, aún por construir. Quienes creemos que debemos asumir la responsabilidad de representar a un espacio político y uno sectores sociales que sin Sumar Euskadi quedarían huérfanos. Pero, para ello, necesitamos dejar atrás los fetichismos, la tentación de cantos de sirena agoreros y de profecías autocumplidas, la patrimonialización de los espacios políticos y las lecturas de la política vasca en clave madrileña. Estamos en otro ciclo político, menos eufórico, más de construcción, menos épico y más cotidiano, pero no por ello podemos retirarnos al territorio de la nostalgia, de lo que pudo ser y no fue. Igual que tampoco podemos abandonar la responsabilidad de construir un proyecto político cuya principal bandera no son las palabras, sino los hechos para mejorar las vidas de las personas.

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Bukele. Y ahora, ¿cuál es el plan B? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80335/bukele-y-ahora-cual-es-el-plan-b/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80335/bukele-y-ahora-cual-es-el-plan-b/#respond Thu, 29 Feb 2024 05:08:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80335 Continuar leyendo "Bukele. Y ahora, ¿cuál es el plan B?"]]> Mural de Bukele en San Salvador, El Salvador.- REUTERS/José Luis González
Mural de Bukele en San Salvador, El Salvador.- REUTERS/José Luis González

OTRAS MIRADAS

Cuando le pregunto a colegas y amigos periodistas, me responden que en El Salvador se ha roto la democracia, que el país va hacia una deriva autoritaria y a la dictadura armada.  

Cuando le pregunto a amigas y amigos, fuera del mundo del periodismo, la respuesta es completamente opuesta. "Nunca se ha vivido mejor en El Salvador". Y los que lo miran con cierto escepticismo, abren los ojos y cierran la boca, por no aventurarse a expresar una opinión de la que mañana tengan que desdecirse.  

Bukele ha conseguido convertir a su país en uno de los más seguros de la región en un tiempo récord, apenas dos años, a partir de la última masacre cometida por las pandillas, después de una supuesta ruptura de negociaciones, en marzo de 2022. De más de 3000 homicidios en 2018, el país pasó a poco más de 150 en 2023.  

Y por comparar, en Costa Rica, el país más estable de la región, con un millón de personas menos que en El Salvador y una densidad poblacional tres veces menor, en 2023, hubo más de 900 homicidios, lo que algunos califican como el año más violento de su historia. 

Eso sí, Bukele ha tenido que remilitarizar el país y meter en la cárcel a casi 70 000 personas en dos años. Y ahora debe gestionar una de las mayores tasas de población carcelaria del mundo, con alrededor de 100 000 presos en total (En Nicaragua, con una población general similar hay alrededor de 21 000; en Costa Rica, 15 000).  

¿Cuánto tiempo puede sostenerse algo así? ¿Hay plan B? 

Pocas veces en la historia de un país, alguien acumula tanto poder en sí mismo como el que ahora tiene Nayib Bukele. Lo contemplan con envidia muchos presidentes de la región y, lo más importante, lo respalda el pueblo: casi el 85% de los votos. No ha dejado a nadie indiferente. Se ha fabricado una imagen que ha conectado con nuevas y viejas generaciones. Con las primeras por los medios y el estilo fresco; y con las segundas por un discurso que propone soluciones simples y aparentemente rupturistas a problemas antiguos y complejos.  

Pero creo que uno de los problemas está precisamente en la imagen y en las palabras. En el comentario burlesco. En esa media sonrisa En el desprecio. En cosificar, deshumanizar y animalizar a casi 70 000 personas. En el de ofrecer soluciones simples a problemas complejos. Esa forma de resumir tanto dolor: "Ok, veamos:", decía Bukele en su red social favorita (X), "La tasa más alta de asesinatos en el mundo, la mayor cantidad de asesinos en las calles. Solución: encarcelarlos a todos de modo que no maten a nadie más".

El CECOT (Centro de Confinamiento del Terrorismo) es una macrocárcel para 40 000 presos que no tienen derecho ni a visitas ni otros derechos básicos. Con motivo de las elecciones, el presidente abrió sus puertas a periodistas, youtubers, influecers que pudieron mostrar ese lugar diseñado para la tortura aséptica donde se hacinan los presos y se les despoja de la intimidad. Pero no entró ninguna madre ni ningún otro familiar.  

A los internos los desnudan, los apilan en ropa interior. Los amalgaman sin luz solar, pero con luz eléctrica las 24 horas del día. Apenas vemos ojos, sino piel marcada por tatuajes y el gris de las cabezas rabadas. Parece más una granja avícola que un lugar donde habiten seres humanos. Casi ninguno de ellos provendrá de sectores acomodados.  

70 000 presos son 70 000 madres y padres que no pueden ver a sus hijos. Muchos de ellos, parte de familias que heredaron una historia de dolor como todos los salvadoreños. Familias quebradas por la violencia del Estado o de los grupos armados para las que nunca hubo reparación.  Muchas no vieron la justicia, porque fueron víctimas del poder militar, económico o político que, rara vez, rinde cuentas. En esas familias rotas por la pérdida, o el abandono o la migración, crecieron muchos de esos jóvenes, sin expectativas ni futuro: carne de cañón, otra vez, para la violencia.   

El problema en la comunicación de Bukele es que no ha habido el mínimo atisbo de empatía hacia quienes había detrás ni hacia la raíz del problema inmerso en la desigualdad, la pobreza, la cultura heredada del dolor. Sólo ha sido regodeo de una justicia diseñada para la venganza. 

Si un Estado es incapaz de actuar con los valores humanistas que rigen la ley y se convierte en un arquetipo de violencia y humillación, no hay nada innovador, sino mucho pasado en esa aparente nueva política. Deshumanizar a los presos como un método aleccionador y de castigo hace añicos cualquier derecho fundamental o cualquier recuerdo de que un sistema penitenciario debería priorizar la reinserción. Las cárceles en muchos países de América Latina solo sirven como método de castigo y demuestran su ineficacia, como recientemente, se ha visto en el caso de Ecuador. 

La política de seguridad y la macrocárcel de Bukele no puede sostenerse sin dopar a sus fuerzas de seguridad. Es decir, el viejo método, el único que ha conocido El Salvador para resolver sus problemas: más presencia armada. 

Un análisis a fondo del proceso de remilitarización de El Salvador se puede leer en un texto del investigador José Luis Rocha para la Universidad Centroamericana, en 2022. Si es cierta la conclusión de Rocha, estamos ante una encrucijada más dentro del enorme laberinto de la violencia del que no hemos salido. Es decir, un país que no deja de tener su pasado acechándole con diferente careta. Un país sin la libertad de poder caminar sin mirar atrás, si no es a cambio de una red de seguridad descomunal, imposible de gestionar en el tiempo.  

La comunicación de Bukele, al menos en su red preferida (X), se basa principalmente en sus logros en materia de seguridad. Y en retuitear opiniones, desde influencers de lo más variopinto hasta una carta al director de un señor al diario La Voz de Galicia, o la felicitación de Vladimir Putin por su aplastante victoria.  

Mientras tanto, El Salvador sigue en un índice de Desarrollo Humano que, en el último año, sólo le situaba un punto por encima de Nicaragua. Sus grandes problemas de desigualdad y pobreza continúan, y no se resuelven solo la paz momentánea.  

¿Y ahora qué? Vuelve a ser la pregunta.  

Lo cierto es que Bukele tiene ante sí una oportunidad única. Dispone de un gran poder para reinventarse. Puede elegir entre continuar algo insostenible, o buscar la innovación en las fuentes de quienes han hecho avanzar la humanidad. Estas nos muestran que los grandes ejes de transformación individuales y sociales tienen que ver con la educación, la igualdad de oportunidades, la palabra y el amor. Todo eso que suena tan ingenuo en un mundo de discursos de polos opuestos, donde gana el que se muestra más fuerte. 

No es nada popular hablar de invertir en reinserción. Pero me niego a pensar que entre los 100 000 presos salvadoreños no haya todavía historias de transformación por contar, si alguien se les acerca con otra mirada. Ellos también, guste o no, son parte de El Salvador y de su futuro. Y tienen derechos básicos mientras sigan respirando. Estoy seguro que muchos tienen la vida y la mente tan descompuesta que solo esperan un final. Y también que habrá muchos otros inocentes. Y aún muchos que, sin serlo, aún pueden aportar a la comunidad en que se dañaron y a la que hicieron tanto daño, mucho más de lo que hasta Bukele pueda imaginar. 

¿No es una obligación del Estado invertir en esa humanidad rota? Existen modelos en otros países de la región que lo están intentando, como en Colombia. ¿No valdría la pena llamar a la cooperación internacional y ponerla a prueba? 

Quedan muchas preguntas por resolver. Llevar un país de la cultura de violencia hacia la paz, de la desigualdad al desarrollo equitativo requiere un tiempo, pero sobre todo un plan. A Bukele suelen irritarle las preguntas molestas. En una de sus últimas comparecencias llamó a dignificar el periodismo para que este cuente la verdad. Una de las primeras obligaciones del periodismo es preguntar. Y una de las primeras de los políticos es ofrecer soluciones. Responder. 

Ahora que tiene la mejor oportunidad posible, ¿cuál es el plan B? 

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¿Cuánto nos cuesta el chiringuito machista? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80698/el-chiringuito-machista/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80698/el-chiringuito-machista/#respond Wed, 28 Feb 2024 05:17:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80698 Continuar leyendo "¿Cuánto nos cuesta el chiringuito machista?"]]> Cartel del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº11, en Madrid.
Cartel del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº11, en Madrid.

¿Cuánto nos cuesta el chiringuito machista? Pues unos 5.000 millones de euros al año, un 0.37% del PIB. Ese es el precio de que tanto machista siga vigente en España ejerciendo violencia. Y este es el precio a pagar, como Estado, para reparar lo que ellos han ocasionado. Es decir, su violencia física, psicológica, emocional, vicaria, económica o sexual, sean parejas o no. 

Luego son los primeros en comentar en redes lo de las subvenciones a la cultura o las ayudas a inmigrantes, y callan cuando el resto de españolas y españoles tenemos que sacar de nuestros bolsillos dinero para proteger a unas víctimas que ellos ocasionan con sus actos y porque, a los señores, no les da la gana de cambiar. Y es que el 85% del coste lo ponen las instituciones públicas. Ojo que cuando el apoyo público se queda corto, cerca del 10% de las mujeres tienen que pagarlo ellas mismas. Por si no tenían ya bastante, cuando muchas de esas situaciones van acompañadas de una baja laboral ante el estrés de la violencia.

Este impacto ha sido medido en un estudio de la Universidad de Alcalá y es que claro, la violencia de género no es solo el golpe que o el trauma psicológico que soporta una mujer, es también la marca que deja en la sociedad. Sí, aunque haya quien se niegue a verlo, deja costes legales (no solo para víctimas, para ellos también), gastos sanitarios para atender el daño físico o psicológico que ejercen, costes laborales, casas de acogida o mudanzas que las mujeres deben realizar para alejarse de sus maltratadores. Insisto, esto no va solo de coste de ellas, también de ellos. Más de 1.121 millones de euros para sus asuntos policiales, judiciales, penitenciarios y legales; además de los cursos de terapia por si pueden reflexionar un mínimo de lo que hacen. 

Por supuesto, el análisis no contabiliza todo aquello que no tiene un coste monetario. Es decir, el coste personal, el dolor, el sufrimiento cada hora, daños irreparables, las situaciones de orfandad, menores traumatizados o abusados, familias rotas y la pérdida de vidas. Ese vacío no puede ocuparse ni con todo el dinero del mundo. Por eso, el estudio enfatiza que se han quedado cortos en evaluar el impacto del coste de la violencia de género en nuestra sociedad

Sobre este tema no verás hablar a quienes están en el poder de diversas instituciones y niegan la violencia de género, porque viven de esto. Decían que todo este sistema, en el que el Estado está para reparar los derechos humanos de las mujeres lesionados y dañados por el machismo, era todo un chiringuito cuando el verdadero da la sensación de que lo tienen montado todos estos que viven del negacionismo y apoyan a los culpables que causan estos sobrecostes ante su falta de educación y comportamiento. 

Ya lo sé, que luego nos vienen con lo de... ¿no os dais cuenta que, a pesar de todo este dinero, no sirve de nada porque mueren todavía mujeres? Claro, porque no les da la gana de cambiar su comportamiento. El problema no es de quién repara el daño, el Estado, es de quién hace el daño, el maltratador. Por lo tanto, dejad de mezclar churras con merinas porque el problema no es que se atienda a las víctimas, sino que los machistas las ocasionen porque quieren que todo siga igual aunque eso sea llevándose mujeres por delante.

Conclusión: que si estos tipos se quedaran quietos, si dejaran de buscar bronca y patalear como niños, si dejaran de ser querer ser protagonistas, si dejaran sus narcisismos a un lado, si dejaran de despreciar a las mujeres, si se reeducaran y se sacudieran el machismo que aprendieron, si dejaran de insultar, de golpear, de matar... Si estos tipos dejaran su violencia machista tendríamos 5.000 millones de euros al año para destinar a otros asuntos. También tendríamos más de 1200 vidas ahora perdidas y vivos a tantos menores asesinados por sus padres.

Tienen tanto morro que incluso se permiten darnos lecciones de feminismo o de economía, pero ojalá esto sirva para que asumamos que esto va más allá de un caso, que es una estructura. Que si hay un chiringuito es solo el de ellos, el machista. Y quienes lo apoyan son los responsables de todo.

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Pederastia: El poder fálico-sagrado sobre los cuerpos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80641/pederastia-el-poder-falico-sagrado/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80641/pederastia-el-poder-falico-sagrado/#respond Wed, 28 Feb 2024 05:03:50 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80641 Continuar leyendo "Pederastia: El poder fálico-sagrado sobre los cuerpos"]]> Portada del libro 'Pederastia: pecado sin penitencia' de Juan José Tamayo.
Portada del libro 'Pederastia: pecado sin penitencia' de Juan José Tamayo.

En estos años de debates en torno a la mejor manera de acabar con las violencias machistas parece estar cobrando cada vez más fuerza la lógica que traslada al Derecho Penal la responsabilidad de zanjarlas. Una opción que parece olvidar que dichas violencias son el resultado de una estructura de poder y de un orden cultural, y que por lo tanto difícilmente serán combatidas con éxito si les aplicamos casi de manera exclusiva una respuesta, la penal, que se basa, al menos en democracia, en las responsabilidades individuales.

No estoy diciendo que nuestro Estado de Derecho no deba prever las debidas consecuencias para quienes violenten nuestro pacto de convivencia, y muy singularmente para quienes al hacerlo lesionen la integridad física y moral de otros y otras, pero continuaremos equivocándonos si pensamos que castigando al machismo vamos a acabar con él. Hasta que no incorporemos, también a lo jurídico, que la desigualdad de mujeres y hombres es una desigualdad de estatus, y por lo tanto de poder, y que ello se traduce no solo en unas estructuras – sociales, políticas, económicas -, sino también en un orden cultural y simbólico, me temo que nos vamos a salir del terrible círculo vicioso. El que para atajar la violencia genera más violencia. Solo empezaremos a romper ese círculo si empezamos a romper los pactos de varones que sustentan las asimetrías de poder y si, en paralelo, desmontamos una masculinidad que, en cuanto megaestructura de pensamiento, no solo nos define a los hombres sino que también marca las pautas del prestigio y la autoridad en términos colectivos.

Ese orden político y cultural, que es un fantástico aliado del económico basado en el mercado, continúa vigente y muy singularmente en un país como el nuestro en el que la tan alabada transición no supuso, sin embargo, la ruptura con los poderes en que el franquismo se había sustentado. De hecho, las elites económicas continuaron intactas e incluso buena parte de las políticas se reciclaron en un singular ejercicio de desmemoria y cinismo. En el mismo sentido, la Iglesia Católica se mantuvo en su lugar de privilegio, avalado por la Constitución y por unos inconstitucionales Acuerdos con la Santa Sede que, hoy por hoy, ningún gobierno se ha atrevido a denunciar.

A lo largo de estos más de 40 años de democracia, la estructura eclesiástica se ha mantenido como una especie de "agujero negro", con frecuencia al margen del mandato de sometimiento al Derecho – art. 9.1 CE – y conservando su poder de influencia y el poderío económico avalado incluso por gobernantes socialistas. Una realidad que a cualquier demócrata comprometido con la igualdad y los derechos humanos debería, como mínimo, escandalizarle, si tenemos en cuenta que estamos hablando de una estructura de poder patriarcal y oligárquica, en la que la mitad de la ciudadanía que son las mujeres tienen limitados sus derechos de participación y cuestionada su capacidad de agencia.


Todo ello por no hablar de la beligerancia con que tradicionalmente han arremetido contra la diversidad sexual y familiar y, en general, contra todo avance en materia de dignidad de los seres humanos. Recordemos los rezos que han tratado de evitar que las mujeres ejerzan su autonomía reproductiva, los cuales resultan más escandalosos si cabe si contrastamos esa ira con el silencio mantenido con respecto a las agresiones sexuales cometidas en el seno de la Iglesia durante siglos y a las que solo muy recientemente hemos empezado a ponerle voz y rostro. Una práctica legitimada estructural e institucionalmente por la jerarquía eclesiástica y que constituye, en palabras del teólogo Juan José Tamayo, el mayor escándalo de la Iglesia Católica en el siglo XX.

Un "cáncer con metástasis" que todavía hoy, pese a informes tan contundentes como el de nuestro Defensor del Pueblo, no ha sido afrontado desde dentro con rigor hacia los responsables y con compasión hacia las víctimas. Incluso pareciera que la misma Administración de Justicia, y singularmente quienes en su seno han de proteger a los menores de edad, no se ha atrevido a desmontar con contundencia todo un aparato de control y violencia que, lejos de ser una suma de casos aislados, representa una praxis institucionalizada.

Este análisis de la pederastia como una forma de "violencia sexual espiritualizada" y que alcanza el carácter de estructural es el que encontramos en el último libro de un teólogo que lleva décadas argumentando a favor de un Estado laico y cuestionando los pilares de una Iglesia que excluye a las mujeres y que se apoya en unas masculinidades bien adiestradas para el ejercicio del poder. Sobre otros y sobre otras. Y es que las "masculinidades sagradas", como las califica en Pederastia: ¿pecado sin penitencia?(Erasmus, 2024), son "condición necesaria para ejercer el poder, todo el poder, todos los poderes".


Unos poderes que, en el caso de las agresiones de menores, se proyectan sobre las conciencias, sobre las mentes, sobre las almas y sobre los cuerpos. De esta manera, la pederastia no solo supone "la mayor perversión de lo sagrado y la divinidad", sino que también podríamos contemplarla como la representación exacta de lo que supone el patriarcado en cuanto pacto de hombres, en el cual es clave el silencio que mantenemos con respecto a las prácticas abusivas de nuestros iguales.

El libro de Tamayo, que recoge sus análisis sobre el tema desde 2014 hasta la actualidad, y que se lee casi con el terror que provoca una distopía, va mucho más allá de las respuestas concretas a esta violencia estructural en el seno de la Iglesia y plantea la necesidad de "des-patriarcarlizar, des-clericalizar, des-jerarquizar, des-masculinizar y democratizar la Iglesia católica". Un horizonte utópico que viene a coincidir con el que el feminismo traza para una humanidad en la que, como bien sostenía Kate Millet, "el patriarcado tiene a Dios de su lado". Un dios masculino que nos convierte en dioses a los hombres. A los que, me temo, no bajaremos de los púlpitos con ayuda del Código Penal.

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Andaluz, este no es tu gobierno https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80749/andaluz-este-no-es-tu-gobierno/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80749/andaluz-este-no-es-tu-gobierno/#respond Tue, 27 Feb 2024 22:05:57 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80749 Continuar leyendo "Andaluz, este no es tu gobierno"]]> Andaluz, este no es tu gobierno
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla. Francisco J. Olmo / Europa Press

El pueblo andaluz conquistó el autogobierno en un referéndum histórico que vino precedido de una formidable movilización social. Era un tiempo más de pueblo que de ciudadanía, y la victoria inapelable del sentimiento autonomista andaluz vino en volandas de aquella sociedad que anhelaba la libertad sin ira, la igualdad sin afrentas. Su firme determinación alimentó, primero en las calles y después en las urnas, el proceso luminoso que conjuró a la izquierda sindical y política para conseguir instituciones propias.

La derecha no compartió, de hecho combatió, aquella riada en la que participaron millones de andaluces y andaluzas. El PP, lejos de reconocer su error, anda ocupado en destinar energías a un borrado selectivo de nuestra memoria democrática, reconstruyendo en el imaginario colectivo su papel de entonces, y valiéndose para ello del poder y los recursos que manejan gracias a que gobiernan esas mismas instituciones que no apoyaron cuando tocaba.

Hay mucha impostura en este andalucismo comercial del Partido Popular. Y mucha incongruencia. Por primera vez el parlamento andaluz tiene un presidente que no votó a favor del referéndum, y como él, todas las personas que tenían entonces edad de votar y que han nutrido las filas políticas de la derecha. Todas las que durante estos años han mostrado su resistencia a seguir profundizando en el desarrollo de nuestro Estatuto, a definirnos como nacionalidad histórica, y sobre todo y desde que gobiernan, a darle cuerpo al extraordinario potencial que tiene Andalucía en el contexto estatal.

Para Moreno Bonilla el autogobierno es una verdad incómoda. La impericia de su gobierno al frente de la Junta hace estragos. Aulas atestadas en las escuelas, listas de espera insoportables en la sanidad, precios de la vivienda disparados, pueblos que pierden población y futuro... El Partido Popular necesita alimentar la confrontación, inventar cada día una nueva polémica con la que tapar sus fallas de gestión, su rotundo fracaso al frente de Andalucía y su renuncia a ejercer las competencias que hace décadas el pueblo andaluz mandató que se decidieran exclusivamente aquí.

La derecha está afanada en convencer a la sociedad de que la Junta de Andalucía es inútil. La autonomía y el Estatuto sirven para hacer campañas publicitarias carísimas, para traer a nuestra tierra fastos musicales y eventos deportivos, pero no para mejorar las condiciones de vida y de trabajo. Grandísima paradoja que los mismos que excusan el fracaso de sus políticas con la herencia recibida de los gobiernos autonómicos anteriores, ahora no se sientan concernidos por el agravamiento del sufrimiento social que provocan sus propios desatinos. Heredaron problemas y decepción ciudadana por su manejo, sí, pero su legado a futuro es una compilación de simplezas, agravios inventados y asuntos por resolver en los que han bajado los brazos antes siquiera de tratar de resolverlos.

El pueblo andaluz no buscó en la construcción de su autonomía enemigos en los que desahogar su frustración, ni pidió saldar cuentas con la historia y los poderes establecidos tras años de olvido y maltrato. Quiso ocuparse de sus propios asuntos, manejar sus cuentas, procurarse un porvenir digno en su tierra. Y todo ello con la alegría que solo los pueblos que han sufrido mucho son capaces de enarbolar.

El PP nos empobrece, cuartea nuestra memoria y los logros de aquellas generaciones, adultera el sentido y propósito de nuestras instituciones, siembra desánimo y ofuscación. Pero ya saben ustedes que no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. Aquel vergonzante "andaluz, este no es tu referéndum", va a tornar en un "andaluz, este no es tu gobierno".

Tiempo al tiempo.

Y que viva Andalucía.

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Nostalgias y retretes https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80683/nostalgias-y-retretes/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80683/nostalgias-y-retretes/#respond Tue, 27 Feb 2024 05:40:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80683 Continuar leyendo "Nostalgias y retretes"]]> Pixabay
Pixabay

Hasta en el retrete se puede sentir nostalgia.

Este domingo cambié por fin la tapa del vater, que llevaba rota desde agosto de 2022. Me la cargué el quinto o sexto día tras mudarme a mi actual piso, durante una tarde de pasión absurda con un ligue de aquel verano. Recuerdo que hacía mucho calor y el aire acondicionado no funcionaba -menudo golazo por la escuadra me metió el casero- y que decidimos cambiar el sofá por la ducha.

Liándonos en el baño, uno de los dos se tropezó, no recuerdo quién, y acabó arrastrando al otro contra la taza del vater, cuya tapa de plástico barato -segundo gol del casero en menos de una semana- acabó cediendo bajo el peso de ambos. Muchas risas, lo sé, pero el PVC partido se me enganchó en el culo y me pegó un pellizco que todavía recuerdo.

El caso es que desde aquel día, mi retrete ha estado sin tapa, sobreviviendo gracias a un trocito con mordiscos, más afilado incluso que el diamante de un boricua, que sobresalía de un enganche de la tijera. El domingo, tras dignarme por fin a hacerme con una nueva en el sitio más barato que encontré – al casero se le devuelve la calidad que él ofrece –, sentí un golpe tan absurdo de nostalgia que entendí a todos los absurdos que sobreviven gracias a los golpes de nostalgia.

Sentado en el suelo del baño, pensaba en todo el tiempo que había pasado con la tapa rota; pensaba en aquella divertida y larga y memorable tarde de agosto; en cómo aquella anécdota se había convertido en material infalible de conversación para todos los que visitaban mi casa; en cómo aquella tapa rota era ya parte de mi personalidad.

Ahí sentado, con los alicates en una mano y un bote de desinfectante en la otra, empecé a dudar de si cambiarla: ¿y si la dejaba rota? ¿y si devolvía la nueva y dejaba la vieja? Al fin y al cabo, aquel trozo de plástico dentado – no os hacéis a la idea de cómo cortaba – representaba un momento feliz. O un momento, al menos, que yo recordaba feliz.

La nostalgia es una herramienta peligrosísima porque te vincula emocionalmente a un pasado que recuerdas feliz, pero quizá no lo fue. Estos días, en esa plaza pública inundada de salitre llamada Twitter, volvió a recuperarse el estéril discurso de que en los años ochenta se vivía mejor.

Otra vez – pasa cada cierto tiempo –, la red social empezó a inundarse de logos comerciales de aquella época y de anuncios genuinos de zumo de cartón y de actuaciones musicales del RTVE analógico; otra vez, se romantizaba una época que había tenido tantos grises y sombras como los años dos mil, pero que los anclados en el pasado se empeñan en romantizar.

Cada vez que esto pasaba, leía estas nostalgiadas pensando que la gente no tenía memoria alguna, sin embargo, la crisis emocional del vater me ayudó a entenderlos este domingo mucho mejor: a veces pasa. A veces pasa y la solución, simplemente, es ignorarlo y tira para delante.

La nostalgia es tan peligrosa porque nos hace mirar al pasado y olvidarnos de que el tiempo corre hacia delante, no hacia atrás; la nostalgia es siempre puñetera, pues los malos la usan para convencernos de no progresar. Lo nostalgia es una enfermedad porque da absolutamente igual que los tiempos en aquel verano de 2022 fuesen mejores, pues de no cambiar la taza del vater, cualquier noche una rata habría subido por la tubería para morderme un pezón.

Al final, la nostalgia no es más que una excusa para autoconvencerme de que soy algo más profundo que un simple dejado que no cambió la tapa del vater en dos años por pura holgazanería, al igual que es una excusa de muchos para no progresar.

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Empoderadillas https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80671/empoderadillas/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80671/empoderadillas/#respond Tue, 27 Feb 2024 05:27:33 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80671 alt --> No sé muy bien en qué momento se ha torcido la cosa, cuándo ha sido que las mujeres, que íbamos a por todas, a por la conquista de nuestros derechos, a por una igualdad real, hemos decidido convertir nuestro empoderamiento en un empoderamientillo tirando a cutre. Supongo que hemos elegido lo menos malo, o quizás … Continuar leyendo "Empoderadillas"]]> Empoderadillas

No sé muy bien en qué momento se ha torcido la cosa, cuándo ha sido que las mujeres, que íbamos a por todas, a por la conquista de nuestros derechos, a por una igualdad real, hemos decidido convertir nuestro empoderamiento en un empoderamientillo tirando a cutre. Supongo que hemos elegido lo menos malo, o quizás la facilidad de usos y costumbres que nos propone el neoliberalismo. En cualquier caso, aquí estamos, a medio gas, llamando "feminista" a estrategias de medio pelo.

Al final, parece que cualquier producto cultural que ponga como protagonista a una mujer, ya se le puede tildar de feminista, cosa que hubiera sido por otro lado absurda en cualquier otro momento de la historia. ¿Es La Traviata feminista? ¿Es La maja desnuda feminista? Digo yo que estaremos de acuerdo en que no lo son. Entonces, ¿por qué hemos decidido que sí lo es la película Pobres criaturas? ¿O la canción Zorra?

En cuanto a la película, hay un momento en que la prostitución se propone como un modo de empoderamiento femenino. No es mi intención ahora mismo explicar por qué el hecho de que nuestro cuerpo se pueda vender igual que se vende una fregona está lejos del empoderamiento (¿quizás lo acabo de hacer?), pero sí que me gustaría proponer una referencia artística que me recuerda bastante a la película, y es el cuadro Nana de Manet.

Nana (1877) de Édouard Manet.
Nana (1877) de Édouard Manet.

Curiosamente (no tiene nada de curioso), tanto en la película como en la pintura, la imagen está producida por un hombre; y misteriosamente (no tiene ningún misterio), en ambas narrativas la mujer se nos muestra no sólo como una feliz jefa de su vida, con sus joyas y su mobiliario elegante; sino también desenfadada incluso ante la atenta mirada del cliente, en su salsa. Empoderadilla. No sería la primera vez que en el arte se utiliza la encerrona que la activista Amelia Tiganus hace referencia como la falacia de "la puta feliz".

Vamos ahora con la canción de Zorra (llamadme pesada, pero como veo que personas que tienen un programa en la televisión están comodísimas diciendo lo empoderante que resulta esta canción, voy a aprovechar este altavoz para poner por aquí la mía). Entiendo la estrategia de querer resignificar los insultos, de reapropiárselos para que ya no sirvan como armas arrojadizas. Si yo me llamo Zorra a mí misma ya no hay posibilidad de que este insulto pueda hacerme daño, ¿no? Empoderadilla.

Por desgracia, el mecanismo no es tan sencillo. Hace un par de semanas Madrid amaneció con un busto en homenaje a Clara Campoamor —el que está frente al centro Conde Duque— vandalizado. Concretamente se escribió encima PUTA. A mí, personalmente, me resulta ofensivo. Que a una de las más importantes sufragistas de España, activista y referente feminista se le escriba encima la palabra "puta" me pone los pelos de punta. He intentado resignificarlo, darle una vuelta de tuerca al insulto, reapropiarme de la palabra, pero nada, que no hay manera.

Cuando miro la foto con la pintada sólo puedo ver el reflejo de una realidad que me pone los pelos de punta: aún quedan hombres que nos miran y ven a la otredad, que les parece que "la igualdad ha ido demasiado lejos y los discrimina" (un 44% concretamente). Así que no, la palabra zorra no me empodera, porque que me insulten no me puede empoderar, por mucho que a estas alturas tenga en poca consideración las dos neuronas del que ha proferido el insulto. Preferiría, si puede ser, que me llamaran "señora".

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La inmunidad de diputados y senadores: privilegio más que garantía https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80616/la-inmunidad-de-diputados-y-senadores-privilegio-mas-que-garantia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80616/la-inmunidad-de-diputados-y-senadores-privilegio-mas-que-garantia/#respond Tue, 27 Feb 2024 05:14:24 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80616 Continuar leyendo "La inmunidad de diputados y senadores: privilegio más que garantía"]]> El Congreso de los Diputados.- Luis García
El Congreso de los Diputados.- Luis García

Ofrece la inmunidad parlamentaria el contraste de una institución arcana, propia de otros tiempos, y de una institución viva, que no para de aplicarse y de saltar a la opinión pública cuando con frecuencia sirve de protección de conocidos líderes de la escena política. Sin ir más lejos ahí tienen el ejemplo del expresidente Puigdemont que en el mismo mes, julio de 2023, pasó de sufrir la retirada de la inmunidad como diputado europeo (5 de julio) a catalizar la formación de un nuevo Gobierno de España (23 de julio).  

Quizás por ser una institución arcaica no suscita la atención del legislador, pues desde la ley de 1912, esto es, desde principios del siglo XX, la inmunidad no ha sido objeto de reforma legislativa, dejando caer el legislador todo el peso de su adaptación a los nuevos tiempos en manos de los jueces, a pesar de las exigencias del Tribunal Constitucional al legislador para que procediera a la reforma legal de la inmunidad.

Es fácil preguntarse cómo una institución tan vetusta ha podido entrar en nuestra norma constitucional. Como en otros casos, creo que debe haber pesado la premura de los constituyentes sin tiempo suficiente para reflexionar sobre la idoneidad de las instituciones y sobre todo la singularidad del momento, en el que los recién estrenados representantes del pueblo veían en peligro y con altos riesgos la solidez del nuevo Estado democrático y de los partidos políticos, protegiéndose frente a otros poderes estatales y poderes fácticos. Prueba de ello es que la inmunidad fue aprobada por ambas cámaras con extrema facilidad. 

¿Qué es la inmunidad de diputados y senadores? El art. 71.2 de la Constitución expresa: Durante el periodo de su mandato los Diputados y Senadores gozarán asimismo de inmunidad y sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados sin la previa autorización de la Cámara respectiva. El objetivo de la inmunidad es la salvaguardia de la composición y el regular funcionamiento del Parlamento. Por lo tanto, la inmunidad comporta dos prerrogativas: a) no ser detenido, salvo en caso de flagrante delito, y b) no ser inculpado y procesado sin una previa autorización de la cámara parlamentaria.  


Hoy, la inmunidad está sometida a críticas, porque puede convertirse más en un privilegio injustificado del parlamentario que en una verdadera garantía protectora de la función parlamentaria. Señalo los siguientes argumentos contra la oportunidad de la presencia de la inmunidad en nuestro ordenamiento jurídico: 

El cambio de la democracia liberal por la actual democracia de partidos, que quita relevancia personal a los parlamentarios electos

La institución de la inmunidad tenía sentido en un momento, en el que el representante personal era elegido como tal y actuaba con libertad dentro del Parlamento. En cambio, hoy, la democracia de partidos y el sistema electoral convierten al partido -no al representante- en sujeto pasivo del acto de la votación. En la democracia de partidos se vota al partido y éste puede sustituir a unas personas por otras. No es la persona, sino el partido, quien ejerce la representación de hecho. El parlamentario electo se convierte en un agente delegado del partido, protegido por él, pero también estrechamente limitado por él en sus actuaciones parlamentarias. 

Este cambio trae como consecuencia que un partido poco pierde, si uno de sus parlamentarios es inculpado o procesado, porque, tras su renuncia, que es causa legal de pérdida de la condición de parlamentario, puede sustituirlo por otro miembro de su partido. 


La merma de la independencia del poder judicial causada por la necesaria autorización del poder legislativo 

En la actualidad la inmunidad puede provocar un efecto contrario a su sentido inicial, un efecto perverso, porque la sobreprotección del parlamentario, concedida por sus propios compañeros del Parlamento, contra las actuaciones de los jueces, aparenta más un privilegio contra la división e independencia de los poderes públicos que una necesaria protección de las funciones parlamentarias; un privilegio excesivo de los miembros de un poder del Estado -el poder legislativo- contra las funciones propias de otro poder estatal: el poder judicial. 

Hay una serie de circunstancias, que rodean la práctica de la garantía de la inmunidad, que van en la línea de la merma de la independencia y autonomía del poder judicial en el ejercicio de sus funciones frente a los miembros del poder legislativo: a) la petición del suplicatorio, expresión que pone de relieve la dependencia de los jueces respecto a los legisladores, incluso cuando realizan una función propia y específica: la persecución de hipotéticos infractores de la legalidad, b) la relevancia del órgano judicial (el máximo: el Tribunal Supremo), que no obstante se ve obligado a pedir el suplicatorio a la cámara, c) el hecho de que son los propios compañeros de la cámara quienes conceden el suplicatorio para actuar contra uno de ellos, en lo que es posible entrever cierto corporativismo; externamente la denegación del suplicatorio puede ser visualizada en un momento dado como un instrumento corporativista de un órgano para proteger a sus miembros contra las injerencias de otro órgano.  

El uso indebido de la garantía cuando se la convierte en refugio de quienes temen el control del poder judicial

La inmunidad es entonces un privilegio injustificado y no una protección razonable de la función parlamentaria. La inmunidad-refugio es el talón de Aquiles de la institución, porque fomenta su descrédito ante los ciudadanos, que crece con la actitud proteccionista del partido respecto al parlamentario que tenga problemas con la justicia. La inmunidad-refugio es un privilegio no sólo contrario al principio de igualdad, sino a una justicia igual para todos (que es uno de los máximos vicios concebibles en la vulneración de dicho principio). Que un político no cargue con sus responsabilidades políticas al ser imputado y procesado, y además pretenda permanecer inmune en las filas del Parlamento, con la protección de su partido, es un plato demasiado fuerte para ser digerido por el simple ciudadano. Sin embargo, nuestros políticos nos han dado algunos sonoros ejemplos de este lamentable proceder. ¿Qué puede pensar el ciudadano, cuando ve que se utilizan los honorables escaños de la representación del pueblo como trinchera y escudo contra la justicia? 


El riesgo de la injustificada extensión de esta garantía a los procesos civiles  

La extensión de la garantía fuera del ámbito penal se convierte en un privilegio, cuando los nuevos supuestos no entran en la filosofía de la institución, porque no atentan al normal desarrollo de las funciones parlamentarias, ni a la composición del Parlamento 

Tal extensión ya ha sido intentada por nuestros legisladores, sin el menor rubor, conduciéndola a un terreno desmedidamente protector, en el que la institución pierde toda su razón de ser: los pleitos civiles contra ellos. En efecto, la Ley orgánica 3/1985, de 29 de mayo, estableció la nueva exigencia de la autorización de las cámaras (Congreso o Senado) para iniciar un proceso civil contra un diputado o senador. 

Afortunadamente, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional ante los recursos de particulares, esgrimiendo la vulneración del derecho fundamental a la tutela judicial del art. 24, 1 de la Constitución en pleitos civiles contra parlamentarios, declaró en sentencia 9/1990, de 18 de enero, inconstitucional la extensión de la inmunidad parlamentaria a los pleitos civiles.  Pertrechado de razones el Tribunal Constitucional enmendó un abuso de inmunidad perpetrado unánimemente por diputados y senadores, convirtiendo una garantía institucional en un privilegio personal vergonzante. 


La extensión de la inmunidad a numerosos cargos públicos externos al Parlamento estatal 

A la inmunidad le ha sucedido lo mismo que al "desaforado" aforamiento (que sobrepasó la cifra de más de 250.000 aforados). A pesar del sentido estricto del reconocimiento de la inmunidad en la Constitución, ésta no ha parado de extenderse a relevantes cargos públicos, como los miembros del Tribunal Constitucional o el Defensor del Pueblo, y a  numerosos miembros de las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas. 

La colisión de la inmunidad con el ejercicio de importantes derechos fundamentales de la persona

La colisión del derecho a la libertad personal del parlamentario -que no puede ser detenido salvo en caso de flagrante delito, ni inculpado, ni procesado, salvo autorización del Parlamento- con el derecho a la tutela judicial (art. 24, 1 de la Constitución) del recurrente que pretende iniciar un proceso penal contra el parlamentario. 

Precisamente en esta materia de colisión de derechos fundamentales la jurisprudencia constitucional ha sentado el principio de la compaginación y ponderación de derechos, y no el sacrificio de uno a costa de otro, ya que el constituyente no ha establecido una jerarquía de derechos fundamentales, sino un contrapeso de límites para facilitar el ejercicio de todos ellos en la medida de lo posible. Sin embargo, no se promueve este equilibrio cuando se blinda el derecho de unos contra los de otros, que es en lo que consisten realmente las garantías de los parlamentarios, actuadas precisamente por ellos mismos a través de las cámaras parlamentarias (no por un tercero en funciones arbitrales).  

La experiencia histórica, remota y próxima, contraria a un buen uso de la inmunidad 

La inmunidad se ha empleado mal, antes y ahora. Antes fue un privilegio de los políticos. En el derecho histórico español el suplicatorio fue negado para toda clase de procesos (no importaba la causa penal), aprovechando que el Parlamento no estaba sometido al control judicial de su decisión. La finalidad de la inmunidad fue adulterada constantemente. La tutela judicial por los suelos y los políticos impunes de sus fechorías es el panorama que ofrece la aplicación de la inmunidad contemplada históricamente. Hoy la situación no ha cambiado ostensiblemente; continúa siendo un privilegio de la clase política.  

Propuesta 

- La concesión de jurisdicción al Tribunal Supremo (Sala de lo Penal), para proceder criminalmente contra un parlamentario, con el requisito previo de un informe motivado no vinculante -no autorización expresa- del Parlamento. Cambiar la autorización del suplicatorio por un informe es ciertamente suprimir la institución de la inmunidad, que comportaría una reforma de la Constitución. 

- La supresión de la prohibición de la detención del parlamentario y, como consecuencia, la sujeción de su detención al régimen jurídico ordinario, donde las garantías procesales deben amparar de la misma manera al parlamentario y al ciudadano

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Residencias de mayores: el caso de Madrid https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80605/residencias-caso-madrid/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80605/residencias-caso-madrid/#respond Tue, 27 Feb 2024 05:01:56 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80605 Continuar leyendo "Residencias de mayores: el caso de Madrid"]]> Cartel de la residencia Juan XXIII en Arvaca, Madrid.- EFE/ Rodrigo Jimenez
Cartel de la residencia Juan XXIII en Arvaca, Madrid.- EFE/ Rodrigo

Antes de la década de los 80, los centros residenciales eran conocidos como asilos donde iban a parar las personas mayores cuando alcanzaban una situación de dependencia y no tenían referentes familiares para ser cuidados. Eran considerados como el último refugio, la última opción. En su mayoría dependían de organizaciones religiosas, caritativas y de la beneficencia pública.

Después, durante la transición española, se inició la primera transformación de los asilos en Residencias para la tercera edad destinadas a personas clasificadas en función de la necesidad de atención en las categorías de autónomas o asistidas. Este sistema tenía un copago en función de los ingresos de la persona, siendo un porcentaje mínimo de la pensión lo que quedaba a su disposición que se mantiene en la actualidad como copago. Fue pasando el tiempo y la sociedad iba envejeciendo, las residencias fueron mirándose con otros ojos, cada vez había más demanda y más lista de espera.

Después de la aprobación de la Ley de Dependencia en diciembre de 2006 las residencias se fueron escorando a la atención a personas con el mayor grado de dependencia, el grado III. Esto cambió el perfil en los centros, dejando de lado el concepto de residencias para personas autónomas y dando más importancia a otras fórmulas como los pisos tutelados o apartamentos para mayores.

En la actualidad los centros residenciales tienen que ir adaptándose al nuevo modelo de dependencia definido por el gobierno, recogido en distintas estrategias y en la normativa aprobada en el seno del Consejo Territorial del que forman parte las Comunidades Autónomas y la Federación de Municipios y Provincias. Merece la pena destacar el Acuerdo sobre Criterios comunes de acreditación y calidad de los centros y servicios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), ya que recoge los criterios para la transformación de los centros residenciales para que sean más hogareños en cuanto a su tamaño y estructura en la disposición de espacios comunes y las habitaciones individuales. Además, se priorizará la aplicación de la innovación y las tecnologías, la mayor participación de los residentes y sus familias, la flexibilidad y adaptación a las peculiaridades de los residentes y la metodología centrada en la persona.


Con el objeto de esta transformación se han invertido gran parte de los fondos europeos, ir reformando las grandes residencias existentes e ir construyendo otro tipo de recursos adaptados, así como el desarrollo de otras recientes formas residenciales como el cohousing , coliving  etc.  Por otro lado, se pretende ir eliminando la actual lista de espera para acceder a una plaza en estos centros.

Las dificultades del modelo de gestión de las residencias

A raíz de la aprobación de la Ley de dependencia, el sector residencial privado fue desplegando inversiones para prestar servicios a la administración en forma de concertación o gestión indirecta, todo ello bajo el paraguas de la Ley de Contratación. La tendencia actual de la administración es de no construir ni poner en marcha centros de gestión pública.

La forma en que salen los contratos para gestión indirecta de las residencias está siendo muy cuestionada, ya que normalmente la administración pública aplica una fórmula para la adjudicación del servicio a las entidades o empresas que se presentan al concurso que prima fundamentalmente la bajada de precios. La consecuencia de ello es que en muchos casos las empresas que obtienen la adjudicación sean las que hacen la oferta económica más baja, dejando en un plano casi insignificante otras cuestiones técnicas que inciden de manera directa en la calidad y la calidez de la atención. Además, si sumamos que la aplicación de la Ley de desindexación provoca que en muchas comunidades autónomas no se puedan actualizar los precios, se produce una situación en la que las empresas bajan la calidad para evitar pérdidas económicas en la prestación del servicio. De esta manera se están dando problemas en la atención de las personas residentes en estos centros, con los empleados y con el mantenimiento y ubicación de los edificios


Conjuntamente, el invierno demográfico, el aumento de la longevidad y el cambio del perfil de las personas mayores requiere de un cambio social y estructural en todos los recursos destinados a ellos, especialmente en los centros residenciales para personas mayores, por su elevado coste y por la inadecuación que tienen. Mientras en el gobierno se está articulando la estrategia de cuidados con un nuevo modelo que indica todo lo contrario, ¿qué se está haciendo mal para tener tanta incongruencia?

El caso de Madrid

Un claro ejemplo de la inadecuación al nuevo modelo es lo que ocurre en las residencias madrileñas que, más allá de adaptarse a la transformación, cada día dan más muestras de precariedad y trato inadecuado tanto a sus residentes como a sus empleados. De esta manera, nos encontramos con problemas de personal, ratios inadecuadas, retrasos en el pago de salarios, sobrecarga y estrés emocional. Además, las personas residentes y/o sus familias en muchas ocasiones se quejan de no estar bien atendidas, de negligencias y de la mala calidad de las comidas. Asimismo, hay centros que no cumplen con las normas de seguridad y evacuación en emergencias, las inspecciones son insuficientes o incorrectas, etc. Esto ha hecho que se convierta en uno de los temas más polémicos para la administración autonómica, ya que la competencia de los centros residenciales es suya, así viene recogido en la Constitución Española y en los Estatutos de Autonomía.

La fórmula de gestión madrileña se ajusta al modelo neoliberal de negocio en la atención a personas en situación de vulnerabilidad y está teniendo resultados perversos, ya que es la propia administración la que impone las condiciones en el proceso de licitación y contratación a las entidades y empresas para gestionar los centros residenciales, por ello requiere una revisión que no sólo pasa por la aprobación de los criterios de calidad, sino por una adecuación de la Ley de contratación a las peculiaridades del servicio, ya que no es lo mismo construir un edificio que atender a personas en situación de vulnerabilidad y procurar su inclusión y participación en la comunidad.


En Madrid hay 473 residencias para personas mayores, tan sólo el 30% de ellas son de gestión pública. El resto son centros privados, con plazas concertadas y de gestión indirecta. La gestión indirecta supone que la titularidad es pública, pero la gestionan a través de la contratación de entidades o empresas, ahora 7 de cada 10 plazas tienen financiación pública. La Comunidad tiene una oferta considerable de plazas en comparación con otras comunidades autónomas, en concreto dispone de 52.000 plazas autorizadas de atención especializada, aunque sigue teniendo un déficit según la lista de espera que muestra, sus problemas se dan fundamentalmente en la gestión, provisión y la financiación de éstas por el modelo que contemplan.

A raíz de la pandemia de COVID, en la que murieron 7291 personas de las residencias madrileñas a las que se les negó el derecho a la atención sanitaria con la aplicación de los conocidos como protocolos de la vergüenza, se generó un nuevo movimiento social denominado Marea de Residencias, conformando una plataforma que ha venido denunciando tanto lo que sucedió como los problemas actuales. Es un movimiento activista crítico con las políticas sociales de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, indignado con lo que la presidenta expresó en el Pleno de la Asamblea de Madrid cuando dijo que estos mayores "iban a morir igual", aunque hubiesen sido atendidos en los hospitales. La cuestión es que hay estudios científicos que han demostrado que podían haber salvado su vida un porcentaje entre el 37 y 72, además los que hubiesen fallecido en un hospital no lo habrían hecho en condiciones de abandono, con la agonía de la asfixia. Otro de los fenómenos que se produjeron se denominó el apartheid sanitario ya que las personas que tenían un seguro privado si fueron atendidos en los hospitales. Últimamente los derechos y la ciencia se dan de bruces con el populismo político.

La falta de transparencia ha caracterizado el proceso de lo ocurrido en las residencias madrileñas en la pandemia, se han ocultado las actas de los registros de la policía municipal donde relatan lo ocurrido, a pesar de haber sido requeridas por los distintos grupos políticos. Algunas de esas actas han sido publicadas por algún medio de comunicación y muestran el horror vivido en esos centros, no es de extrañar que se nieguen a hacerlas públicas.


Hace unos meses se produjo un incendio con nefastas consecuencias en una residencia de Torrelodones y recientemente se ha producido otro de Aravaca, ambos han costado la vida a varias personas. Han sido los bomberos los que han alertado de las negligencias en el cumplimento de las normas de seguridad y protocolos de evacuación en emergencias que deberían haber sido inspeccionadas por la Comunidad de Madrid como titular de éstas.

El Ayuntamiento de Madrid contempla la mitad de la población de la comunidad y, sin embargo, mira hacia otro lado con esta cuestión, aunque afecta de manera espantosa a la ciudadanía del municipio. No sólo no protege a sus personas mayores, sino que defiende la mala gestión de la Comunidad, con ello muestra que prioriza la disciplina de partido a los derechos de estas personas. Además, no ha presentado ningún plan para reformar los recursos municipales especializados para mayores en torno al nuevo modelo de la dependencia, abordar una ciudad cuidadora como prioridad supone hacer una previsión. Asimismo, no sólo es una cuestión de inspecciones y contratación, también sería conveniente garantizar que las personas mayores tengan la posibilidad de canalizar sus quejas y problemas a una entidad independiente por lo que sería conveniente crear una figura municipal de Defensoría de las personas mayores.

Es necesaria una buena planificación para superar las dos crisis a que atraviesan el mundo de los cuidados actualmente. Por un lado, la denominada crisis de los cuidados que requiere romper con la brecha de género histórica de las mujeres como cuidadoras, sea o no en forma de empleo asalariado, y, por otro lado, la crisis del vínculo social que caracteriza a las sociedades posmodernas y exacerba el individualismo y con ello provoca soledad no deseada y aislamiento social. Espero y deseo por ello que nuestros gobernantes en Madrid estén a la altura.

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No tener hijos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80595/no-tener-hijos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80595/no-tener-hijos/#respond Mon, 26 Feb 2024 19:25:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80595 Continuar leyendo "No tener hijos"]]> Freepik.
Freepik.

Desde hace unos días, en las marquesinas de Madrid puede leerse un mensaje tan elocuente como éste: "Salva el planeta, ten más hijos", acompañado de un subtítulo que reza: "un mundo sin contaminación no merece la pena si no hay personas para disfrutarlo". Al margen de la aporía que contienen ambas afirmaciones, pues la sobrepoblación ha sido denunciada por muchos ecologistas como una de las causas que contribuyen a la amenaza climática, y la contaminación mata prematuramente a 6,7 millones de personas al año (según datos de la Organización Mundial de la Salud), es necesario abordar el tema de la baja natalidad en España que tiene a tanta gente preocupada, incluida la que quiere reproducirse y no encuentra las condiciones materiales para ello. Una buena manera de hacerlo sería fijarnos en la generación en edad fértil, la mía: los millennials 

Hace siete años que crucé la barrera de los treinta. Cualquier mujer de mi quinta posiblemente pueda atestiguar lo que atravesar esa frontera etaria supone: amigos y familiares comienzan a preguntarte cuándo vendrán los bebés (se suele decir en plural), alegan razones peregrinas como la alegría que traen, o argumentos económicos referidos al pago de las pensiones, desconsiderando circunstancias básicas como la estabilidad laboral de la madre en potencia o las dificultades para la conciliación en unos entornos, principalmente los urbanos, donde las redes afectivas y de cuidados se han deteriorado muchísimo, y las ciudades, cada vez más privadas de servicios públicos, se han ido transformando en entornos hostiles, turistificados, llenos de coches y faltos de vegetación.

No importa; la cantinela sigue su rumbo. Se omiten datos como la carestía de la vivienda y no faltan los que, habiendo votado a partidos que desmantelan sistemáticamente el estado del bienestar, te acusan de egoísta. Si se tiene pareja y lugar donde vivir, como es mi caso, entonces ya el reclamo casi se convierte en grito: "¡¿Cuándo vas a quedarte embarazada?!". Obviando el hecho de que no todas personas albergan un interés por criar churumbeles, a mí me dan ganas de recitarles, lentamente, para que vaya calando como lluvia fina la palabra, fragmentos de mi libro Vivir peor que nuestros padres (Anagrama, 2023), pero me callo y, educadamente, sonrío y me voy con mis pensamientos a otro sitio. 

Recientemente se publicó una investigación que dejaba patente lo siguiente: ha aumentado el número de personas que descartan la maternidad o paternidad movidas por el miedo al desastre ecológico. Un niño es una apuesta de futuro, una vida en su contexto más allá del parto. Aunque las respuestas a dicha investigación varían, destacan dos de cariz moral relacionadas, en primer lugar, a la huella de carbono de ese nuevo ser y, en segundo lugar, a la trayectoria que esperaría a la criatura, espacio donde mi juicio opera.


La incertidumbre es total. Tanto las predicciones referidas a la desertificación de la península Ibérica, el colapso de la AMOC, como los récords de temperatura atmosférica y oceánica, o los de emisiones de gases de efecto invernadero producen escalofríos, y tampoco ayudan a vislumbrar un porvenir más halagüeño la inacción de los gobiernos globales ni la represión sistemática a la que están siendo sometidos los movimientos ecologistas. No se trata sólo de las vicisitudes de hoy, sino también de cómo se están organizando a nivel legislativo y financiero los escenarios de mañana: con una huida hacia adelante; es decir, implementando las mismas políticas que nos han conducido al equilibro precario actual.  

Si nos asomamos a la ventana del mundo, puesto que el abismo desborda lo nacional, el objetivo marcado por el Acuerdo de París de no superar el 1,5ºC de calentamiento respecto a la era preindustrial se ha quedado obsoleto; si, por el contrario, escudriñamos el contexto casero, veremos una combinación de propuestas loables, como la Nueva Ley de Familias anunciada por el ministro de Derechos Sociales Pablo Bustinduy, un ministerio de Juventud e Infancia recién inaugurado, y también una Ley Mordaza vigente, ampliaciones de infraestructuras contaminantes (puertos, aeropuertos), de regadíos en plena sequía, etc.

Como me decía un amigo escritor hace poco, refiriéndose a los talleres literarios que realiza en colegios: "yo de niño imaginaba que en el futuro tendríamos coches voladores; cuando les pido a los alumnos un ejercicio similar de imaginación, me hablan de incendios o distintos tipos de apocalipsis".


Poblar las cabezas pensantes de nuestra época de visiones esperanzadoras respecto al porvenir, basadas en mejoras sustanciales y pactos internacionales vinculantes, es el gran desafío al que nos enfrentamos, y esto es una cuestión sobre todo política. Dentro de ese marco, se hallarían asimismo las estrategias destinadas a pacificar un panorama geopolítico asustador, con Putin bombardeando Ucrania, el pueblo palestino siendo masacrado por Israel, y un Estados Unidos a las puertas de una posible victoria de Trump en las elecciones presidenciales de noviembre. 

Así, la crisis demográfica –que, por otra parte, podría atajarse con una reforma migratoria si el racismo no permease los engranajes institucionales europeos–, pasa por construir un planeta habitable, y un país que favorezca a base de medidas tangibles a las familias y nos las utilice como eslogan vacío, no tanto por misivas falaces dirigidas a las mujeres. Señores, nosotras sabemos perfectamente qué hacer con nuestros úteros.  

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La estupidez tiene premio https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80563/la-estupidez-tiene-premio/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80563/la-estupidez-tiene-premio/#respond Mon, 26 Feb 2024 06:00:50 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80563 Continuar leyendo "La estupidez tiene premio"]]> La estupidez tiene premio
María Pombo y su familia en la 'premiere' de su documental, a 27 de noviembre de 2023 - EP

Surfeo entre los diferentes canales de televisión, entre las plataformas de contenidos, buceo en el océano de los podcast y, por supuesto, me enfrento a las redes sociales. Y me viene a la memoria ese meme que lleva un tiempo circulando por internet en el que un tipo, en plena calle, levanta un cartel en el que puede leerse: "Dejen de hacer famosa a gente estúpida y sin talento". Y es que ese es, de alguna manera, el signo de los tiempos. Habitamos la era de la banalidad. Una época en la que la estupidez y la ignorancia son premiadas.

Quede claro, como arranque de esta columna, que soy muy tolerante con la imbecilidad. Los idiotas que me he cruzado en la vida lo saben. He respetado su idiotez hasta extremos dignos de canonización. Creer en la libertad individual por encima, incluso, de la justicia social. Creo que un individuo tiene todo el derecho del mundo a elegir ser, voluntariamente, idiota. Pero ¿lo idiota es necesariamente insustancial o uno puede decidir, inteligentemente, ser banal?

Me planteo eso ante el tremendo desamparo que me provoca que haya tantas personas interesadas en la docuserie de la familia de María Pombo. Tantas personas -más de tres millones- siguiéndola en su cuenta de Instagram. Si la Pombo fuese un partido político, esos son más de 31 escaños en la Comunidad de Madrid, por ejemplo. ¿En qué modelo de sociedad puede brillar un personaje como María Pombo? ¿En qué tipo de orden mundial puede interesar lo que le pase o lo que piense esa familia?

Me temo que la respuesta está en una sociedad, un orden mundial, anarcocapitalista y ultraliberal. Eso no significa que no haya muchas personas famosas y talentosas. Por suerte, creo que son mayoría. Pero el liberalismo, que como hijo aventajado del capitalismo nos ha arrastrado hasta este pozo en el que nos ahogamos, permitió que la estupidez y la banalidad ocupasen un lugar primordial en el escaparate social. ¿La razón? La única válida para ellos: la rentabilidad. Si cobraron, según cuentan, diez millones de dólares por temporada, ¿qué las convierte en rentables para la plataforma que emite su serie? Las personas que la siguen y que lo ven, obviamente. Yo mismo, que no entenderé su fenómeno ni bajo tortura, estoy aquí, escribiendo sobre ella y su familia en lugar de hacerlo de cosas más interesantes. Nuestro posicionamiento sobre ella y su entorno es indiferente desde el instante en el que la nombramos. Como Candyman, aparece. Da igual que veamos la serie para burlarnos de ellas. Cada uno de nosotros está contribuyendo a la economía familiar de las Pombo. Y eso las hace más inteligentes a ellas que a nosotras.

Las dos preguntas que me planteo entonces son:
-¿es la estupidez rentable?
-¿es la banalidad lo que nos entretiene?

Respecto a la primera pregunta, entiendo que cuando uno mira hacia algunos líderes políticos pueda pensar que sí. O prestando atención a la cantidad de trabajo que tienen los personajes más bobos del panorama nacional. Y, contestando a la segunda, si observamos que nuestra sociedad prefiere estar entretenida que informada, debemos asumir que también.

En el ensayo Allegro ma non troppo, el historiador italiano Carlo M. Cipolla ya escribía sobre la influencia de la estupidez en la historia de la Humanidad. Pocas conductas humanas han sido tan definitivas como la estupidez. Y estupidez y poder es una fórmula apocalíptica.

Confieso haberme entretenido con la estupidez. Incluso haber exigido banalidad para poder soportar el día de mierda que había tenido. Pero ¿y si todo esto formase parte de la estrategia? ¿Y si el sistema prefiriese que usásemos la insustancialidad para soportar su patriarcal nivel de competitividad, de agresividad, en lugar de cuestionar al propio sistema? Cuidado con eso. Aunque consumamos entretenimiento banal por encima de nuestra capacidad para metabolizarlo, ese hábito no es inocuo. Nada que se decida en un despacho, con una chequera abierta, es inocuo.

Desde la aparición de Gran Hermano, pasando por Jackass o ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, transicionando por los vídeos de El Rubius y los podcast, sean pijos o quinquis, hasta llegar al especial navideño de la Preysler o a la docuserie de las Pombo, se ha ido cultivando un enaltecimiento de la banalidad que, tarde o temprano, nos pasará factura. La televisión, hasta la pública, está viviendo una sobredosis de programas que rinden homenaje a la imbecilidad convirtiendo en agraciados con la fama –el premio gordo de una sociedad narcisista- a personas sin más talento que su incultura y su necedad. Y el problema no es la existencia de estos formatos. El conflicto está en que, sin más lógica que la maldita rentabilidad, estén monopolizando el entretenimiento alimentando a una audiencia que acaba ensalzando la ignorancia como una opción fabulosa. Sé que suena boomer decir que hace treinta años la buena fama era una consecuencia del talento. Hoy no. Tiempo atrás, la intrascendencia argumental era patrimonio de monarcas y aristocracia varia. Para ellos estaba reservada la futilidad de la palabra porque no tenían la obligación de esforzarse por aparentar ser más interesantes que los demás. Su clase social ya los destacaba frente al resto.

Y aunque democratizar el derecho a ser intrascendente pueda parecer una victoria de las clases menos privilegiadas, me temo que no es así. Más bien ha sido la sedación perfecta que este modelo de sociedad necesitaba. Solo acostumbrándonos a lo vacuo podremos llegar a votar a un candidato falto de contenido. La estupidez, como argumento ideológico, ha sido necesaria para que un partido como Vox llegara al Parlamento. Todos sabemos que no hay nada más atrevido que la ignorancia.

En su ensayo, Cipolla destacaba cinco leyes fundamentales de la estupidez humana. En todas ellas resultaba significativa nuestra disposición a subestimar. Por eso nos llevamos estos disgustos. Aún más cuando la persona que consideramos ejemplar hace algo estúpido. Ahí el enfado se convierte en decepción. Siento que, abandonada toda posibilidad de combatir la estupidez, hemos optado por encumbrarla. Y, sinceramente, no acabo de ver la estrategia.

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Caso Daniel Alves: ¿reparación o prepotencia? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80580/caso-daniel-alves-reparacion-o-prepotencia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80580/caso-daniel-alves-reparacion-o-prepotencia/#respond Mon, 26 Feb 2024 06:00:03 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80580 Caso Daniel Alves: ¿reparación o prepotencia?
El exfutbolista Dani Alves durante un juicio en la Audiencia de Barcelona, a 5 de febrero de 2024, en Barcelona. - EP

Cuando el Sr. Alves le dijo a la mujer a la que terminaría violando "¿Es que no sabes quién soy?", parece que no era tanto una pregunta como la declaración de que él es especial y debería estar agradecida por tener su atención, incluso ser complaciente. Y por los actos posteriores que han sido considerados probados en la sentencia, parece una declaración apuntalada en la idea de que a él no se le aplican las mismas normas que a las demás personas. Parece que daba por hecho que al ser rico y famoso debían abrírseles las puertas y las piernas que él quisiera. Creo que pretendía que la mujer fuera consciente de ello.

Cuando la mujer que violó dijo que no la iban a creer, tampoco hizo una pregunta. Con sus palabras declaró que temía que el sistema judicial, ante la enorme complejidad de un crimen cometido en la privacidad, se quedara en un análisis simple de una palabra contra otra, y no le diera importancia a la suya. Daba por hecho que la importancia se le daría a él, tal vez por ser rico y famoso, tal vez por ser un hombre, tal vez por ambas cosas a la vez.

Uno y otra se equivocaron, y este juicio y la sentencia han sido muy diferentes a los de La Manada de Pamplona, cuyas sombras sobrevolaban. Él se equivocó porque ella se atrevió a denunciar, y el sistema judicial, aunque aún con enormes dificultades, cada vez reacciona más contra la violencia sexual. Ella porque no siempre el entorno de una agresión sexual mira hacia otro lado y en concreto la discoteca Sutton tiene un protocolo de agresiones sexuales que cumplió, lo que probablemente le hizo sentir que no rechazaba automáticamente lo que estaba contando. Y también se equivocó porque los tribunales que intervinieron pudieron contar con evidencias físicas (material genético y lesiones en la rodilla) y psicológicas (sintomatología ansioso depresiva con somatizaciones), y analizaron en profundidad y sin prejuicios la declaraciones de ambos.

Cuando la mujer se decidió a denunciar, inició el camino que lleva de víctima a persona que ejerce sus derechos y se reivindica, un camino que suele ser muy importante a la hora de la recuperación, pero que no siempre es exitoso.

Él también se encontró en la tesitura de iniciar un camino u otro. El camino, legítimo, de negar lo sucedido y por tanto dificultar a la víctima la acreditación de los hechos y su recuperación. O el camino, además de legítimo útil para la sociedad, de reconocer los hechos, pedir perdón y hacer todo lo que esté en su mano para reparar a la víctima, y para transformarse a él mismo. Eligió el primer camino, pero luego, sin salirse de ese camino, lo aderezó con la consignación en el juzgado de 150.000 euros. ¿Su objetivo era verdaderamente reparar a la víctima o exclusivamente conseguir una reducción de la pena?

Nuestro Código Penal ha separado la atenuante de reparación del daño de la atenuante de confesión, de manera que para aplicarse la primera no se necesita la confesión, y viceversa.

Pero, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo, consolidada a partir de su sentencia de fecha 27 de diciembre de 2007, en delitos no patrimoniales, como los delitos contra la libertad sexual, "la estimación de una atenuante de reparación del daño tiene que estar plenamente justificada, adecuadamente razonada, e incluso de alguna manera admitida por el perjudicado o víctima del delito, porque la reparación indemnizatoria de los daños morales nunca es completa, ni siquiera, podemos decir, que aproximada, ante la propia entidad del bien jurídico infligido por el delito. Difícilmente pueden repararse con una indemnización de tipo económico, que no resulta más que una mera ficción legal".

La sentencia tiene numerosos méritos que han sido comentados en otros artículos. Pero, en mi opinión, no ofrece suficientes motivos para considerar que hay ánimo de reparar y por tanto para aplicar la atenuante de reparación del daño. Además, dedica pocas líneas a explicar por qué entre la franja de cuatro y ocho años que corresponde al delito de violación cometido durante la redacción inicial de la ley del solo sí es sí cuando se aplica una atenuante no cualificada, condena solamente por cuatro años y seis meses. Escasa pena si se tiene en cuenta que se trata de una violación con violencia y la sentencia indica que no aplica la atenuante en grado de cualificada. No se indica tampoco que se haya escuchado a la víctima sobre en qué medida se considera o no reparada con el pago de 150.000 euros, a pesar de que la víctima debe estar en el centro de todo el procedimiento judicial y de lo que indica nuestra jurisprudencia a la hora de aplicar la atenuante de reparación del daño en este tipo de delitos. No parece que se le haya dado la posibilidad de expresarse, pero sí se recoge en la sentencia que a través de su representación legal manifestó que no quería que se le entregase la cantidad consignada antes de la sentencia, lo cual parece indicar claramente que no se sentía reparada con el dinero. Una cosa es compensar en lo posible el daño y otra reparar.

Tampoco aparece que el acusado haya hecho ninguna declaración que suponga una reparación simbólica de la víctima, ni una mínima garantía de que se aparta de las conductas invasivas en la sexualidad. Normalmente un hombre no se inicia en el camino de la violencia sexual con una violación y no sale el mismo día de ese camino.

En el caso del Sr. Alves no parece que éste se haya esforzado por evitar presiones a la víctima durante el procedimiento judicial, ni haya tenido interés en conocer cómo podría repararla. Su propia madre difundió un video en el que exponía la identidad de la víctima, y proclamaba que a ella nadie podría detenerla ni callarla. Obviamente el hijo no es responsable de sus actos, pero no aparece en la sentencia que intentase pararlos o compensarlos. El propio día del juicio, su defensa protestó porque la declaración de la víctima se fuera a hacer a puerta cerrada y su grabación con distorsión de voz e imagen pixelada, para evitar que, posteriormente se pudiera filtrar su imagen o voz. Y horas después de conocerse la condena, ha publicado la madre del Sr. Alves en sus stories una imagen de su hijo con la camiseta de Brasil y el mensaje "Este no es el final", sin que él pida en redes sociales que se deje actuar a la Justicia con respeto hacia la otra parte. Ninguna de esas conductas parecen compatibles con tener como objetivo reparar a la víctima por los daños ya padecidos ni evitarle nuevos daños.

No sé en concreto qué necesita para ser reparada la mujer que tuvo la fuerza para denunciar al Sr. Alves. Ya más que una víctima es un referente de dignidad y valor. Pero sé que no se le preguntó por el tribunal o al menos no se le dio importancia, ya que no aparece en la sentencia. Y sé que normalmente las víctimas de violencia sexual necesitan ver que la otra parte toma conciencia de que ha causado un daño enorme y siente el peso de ese daño, que se esfuerza en conocer cómo pueden reparar más allá de la necesaria compensación económica, y lo lleva a cabo dentro de sus posibilidades, que toma medidas para reparar la imagen de la víctima y compensar la crisis de reputación -algo especialmente importante en la era de internet- y que aportan garantías de que se aleja de las conductas invasivas en la sexualidad.

Nada de eso aparece en la sentencia. Por eso pregunto: ¿el pago de 150.000 euros es un acto de reparación o de ejercicio abusivo del poder económico? ¿Conlleva deseo de reparar o solo de salir lo más rápido posible de prisión? ¿Por qué no se le ha preguntado a la víctima si se sentiría reparada con ese dinero? Una cosa es que la decisión no sea de la víctima y otra que no se le pregunte y que su postura no forme parte de los razonamientos de la sentencia a la hora de aplicar la atenuante y de reducir tan significativamente la condena.

En mi opinión, con la información que aporta la sentencia, ese dinero no es un acto de reparación que justifique una pena tan escasa, impropia de una agresión sexual con violencia física.

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Tres mujeres poderosas, el calor y el dinero https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80572/tres-mujeres-poderosas-el-calor-y-el-dinero/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80572/tres-mujeres-poderosas-el-calor-y-el-dinero/#respond Sun, 25 Feb 2024 06:18:23 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80572 Continuar leyendo "Tres mujeres poderosas, el calor y el dinero"]]> La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera (c), acompañada de la ministra de Sanidad, Mónica García (i), y la de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, durante la presentación del Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) el pasado 21 de febrero. - Borja Sánchez-trillo| EFE
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera (c), acompañada de la ministra de Sanidad, Mónica García (i), y la de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, durante la presentación del Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) el pasado 21 de febrero. - Borja Sánchez-trillo| EFE

Había tres atriles uno al lado del otro, bien iluminados, sobre el escenario. Mientras las escuchaba las miraba bien y me daba cuenta de que la imagen ya estaba cambiándolo todo un poco. Ahí estaban tres ministras cooperando, destilando profesionalidad, admiración mutua y buen rollo. Tres mujeres, de 44 a 55 años, presentando juntas el nuevo Observatorio de Salud y Cambio Climático, en el salón de actos del Instituto Carlos III, el jueves pasado, ante un público de periodistas y científicos.

Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; Mónica García, ministra de Sanidad y Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades: tres referentes femeninos bien distintos a los habituales bajo los focos. La sencilla veterana pro, la apasionada humilde peleona y la moderna serena alta, podría decirse simplificando hasta decir basta.

Mientras nos contaban que por fin han conseguido poner en pie este organismo transversal que va a estudiar quién en este país se muere y quién no por el cambio climático, yo pensaba en el libro que estaba leyendo, Las mujeres facturan de Yolanda Domínguez, un interesante repaso a la historia cultural de las finanzas femeninas y de la psicología de las mujeres sobre el dinero.

Sin dejar de escuchar del todo, pensando también en si este nuevo organismo tendrá o no presupuesto, meditaba sobre la historia de la pobreza femenina que llega hasta nuestros días, sobre la manera en la que el sistema siempre nos ha manipulado cuando no teníamos nada y cuando empezamos a tenerlo, sobre nuestra carencia absoluta de educación financiera, sobre cómo el tiempo de las mujeres es menos oro que el de los hombres, sobre la dificultad incluso de tener poder y dinero... Las mujeres lo tenemos más difícil hasta para eso, como documenta este ensayo que recomiendo.

¿Cuánta paga recibirían estas mujeres cuando eran niñas? La media es de un 20% menos para las niñas que para los niños. ¿Entrarían en su primer trabajo aceptando un sueldo más bajo? ¿Se atrevieron a pedir aumentos cuando el tiempo fue pasando? Las estadísticas dicen que aceptamos lo que nos dan agradecidas, que no peleamos por lo que merecemos, que en las reuniones nos cuesta más ser escuchadas y aplaudidas, que las mujeres con poder tienen más posibilidades de rupturas de pareja y de que les pongan cuernos. ¿Serán mujeres escalera que ayudan a otras a entrar en sus círculos? ¿Quiénes habrán sido sus mujeres escalera? ¿Cuánto lograrán cambiar el sistema o cuánto las cambiará a ellas?

¿Habrán intentado alguna vez sentirse realizadas con un trapo, una joya o un peinado nuevo? ¿Se habrán comprado una sombra de ojos que empodera? ¿Cuánto habrán puesto de su autoestima en su aspecto físico? ¿Cómo harán para ir sin bolsillos o con bolsillos más pequeños –la ropa de las mujeres o los tienen cerrados o, como muchos vaqueros, los tienen más pequeños y ahí no caben los iphones? ¿Cuánto habrán aportado a lo largo de su vida a los ingresos de la industria de la belleza que en Estados Unidos, por ejemplo, en el último ejercicio alcanzaron los 500.000 millones de dólares, la mayoría salidos de bolsillos femeninos? ¿Cuánto mejor serían nuestras vidas si mantuviéramos todo ese dinero en nuestros bolsillos, aunque sean más pequeños, si con él nos compráramos independencia –de la que empodera en serio– y tiempo –con el que tener ocio de calidad y no del de desplomarse en un sofá hasta que la fuerza vuelva al cuerpo justo a tiempo para volver al trabajo? ¿Será su tiempo un continuum, como lo es para la mayoría de las mujeres, en el que no se distingue el tiempo laboral, del tiempo del ocio porque pasan del primero al de cuidados y vuelta todo el tiempo? ¿Pagarán siempre ellas como penitencia porque les va bien en la vida y siendo mujer el éxito se paga caro? ¿Sentirán culpa por haber llegado adonde han llegado, por estar más alto que sus parejas o por estar dedicando menos tiempo a sus vástagos? ¿Estarán humanizando el poder para poder seguir siendo madres, esposas, hijas, amigas, es decir, personas mientras lo ejercen, o estarán deshumanizándose como dicen los manuales que con el poder siempre pasa?

Las olas de calor registradas en España pueden incrementarse de las 428 actuales a las 2.200 anuales, contadas a nivel provincial, entre 2050 y 2100, según contaron las ministras.

Las mujeres en el poder que cambien sus estructuras no sabemos cuántas podrán llegar a ser a finales de siglo. Tampoco sabemos cuántas lograremos ir haciéndonos más dueñas de nuestro poder, de nuestro tiempo y de nuestros bolsillos.

La vicepresidenta Ribera dijo en su discurso que este organismo ha llegado para quedarse y que sobrevivirá a los cambios de Gobierno. Apliquemos a todo, como ella, el wishfull thinking que podamos.

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Lecciones en torno a la recomposición de la izquierda transformadora https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80508/lecciones-izquierda/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80508/lecciones-izquierda/#respond Sun, 25 Feb 2024 05:56:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80508 Continuar leyendo "Lecciones en torno a la recomposición de la izquierda transformadora"]]> Ione Belarra (izq) y Yolanda Díaz (der).- EFE/Público
Ione Belarra (izq) y Yolanda Díaz (der).- EFE/Público

La izquierda alternativa, diferenciada del PSOE y de la izquierda nacionalista, está en un proceso transitorio de rearticulación política y organizativa. La coalición Sumar y Podemos, además del Partido Socialista, se han llevado un batacazo en las elecciones gallegas. Junto con la experiencia de sus tensas relaciones en los últimos meses y los retos inmediatos de las elecciones europeas, exigen una reflexión colectiva. Se trata de valorar su papel y su futuro, en el marco del objetivo compartido de reforzar el bloque progresista, democrático y plurinacional frente a la ofensiva de las derechas.  

En un libro reciente, Izquierda transformadora, he analizado el proceso de formación de ese espacio sociopolítico y electoral y sus características, así como sus límites y sus retos estratégicos; en un artículo anterior, Representatividad y relación entre Sumar/Podemos, he expuesto y comparado, con datos del CIS, su representatividad electoral para establecer una base objetiva sobre su doble relación de cooperación y competencia. Se trata ahora de sacar las enseñanzas de estas dificultades y tentativas articuladoras últimas para desbrozar el camino de su refundación, en el que están inmersos, y promover el necesario empuje reformador para garantizar el avance social y democrático. 

Declive y refuerzo de las fuerzas del cambio de progreso  

En el declive de Unidas Podemos, y de las fuerzas del cambio de progreso en general, intervienen tres tipos de factores: la estrategia de los poderes fácticos -política, institucional y judicial- de acoso y aislamiento a Podemos; la renovación y el giro hacia la izquierda por parte del Partido Socialista, en el llamado ‘sanchismo’ (2018/2019), tras casi una década de crisis interna y de su orientación estratégica socioliberal, y la fragmentación de la izquierda transformadora.  

Ese debilitamiento se quiso afrontar con la renovación del liderazgo de Yolanda Díaz, en el ámbito institucional de UP, acompañado por Ione Belarra como Secretaria General de Podemos, como motor del conglomerado. Pero ese diseño colaborativo y de cierta renovación dentro de la lógica de continuidad de Unidas Podemos y su ampliación, se frustró.  

La estrategia de división y aislamiento de Podemos ha tenido un relativo éxito, sobre todo por la descalificación mediática y el acoso de los poderes fácticos, pero también por la promoción comparativa de Yolanda Díaz y Sumar. Constituían una alternativa más moderada, dialogadora o transversal, pero con mayor respaldo público, a tenor de los estudios demoscópicos, así como con el trasvase de una parte del anterior electorado y los grupos políticos vinculados con Unidas Podemos, más exigente, crítico y de izquierdas.   

Por otra parte, hay un interés socialista por rebajar la presión por su izquierda y garantizar una mayor normalización política, especialmente dirigido hacia Podemos, que constituía un desafío por su política confrontativa con los poderosos. Así, han conseguido dejarlo en una posición subalterna, aunque todavía con influencia sociopolítica y, en algún caso, determinante, aunque pendiente de comprobar su legitimidad pública en las elecciones europeas, el alcance de su estrategia de reafirmación y su capacidad de supervivencia como actor relevante.  

Ante el no reconocimiento de su representatividad en el seno del grupo parlamentario de Sumar, tal como reclamaban, y la consecuencia de su inoperatividad política, era bastante inevitable su salida del grupo para intentar tener mayor iniciativa política y pública. La división ha sido dura y su futuro es difícil. Falta saber, tal como vaticinan algunos augurios, si se produce una derrota global en las elecciones europeas y, a más largo plazo, si logra una supervivencia suficiente para encarar su remontada.  

Aquí habría que distinguir entre pronóstico y plan. El diagnóstico y la profecía del hundimiento político y electoral de Podemos está en el debate público. Es una hipótesis que, en muchos casos, se basa en ciertos hechos pero, sobre todo, en el deseo normativo de distintos actores. Y ello se convierte en plan para conseguir su irrelevancia global. Aparte de denotar poco respeto por el pluralismo político, la cuestión a valorar de ese plan es en qué medida es factible y realista y si perjudica (o no) al conjunto de las izquierdas, aunque revierta en una ventaja relativa para Sumar (con sus aliados), que ocuparía todo ese espacio, probablemente minorizado.  

Por otra parte, hay que dejar abierta la posibilidad de ver si se modifican las condiciones unitarias para las próximas elecciones generales (y municipales y autonómicas) o, en caso contrario, si Podemos es capaz de persistir con un mínimo de representatividad electoral.  

Por tanto, dentro del posible debilitamiento de ambos o bien, en el mejor de los casos, de su respectivo fortalecimiento orgánico, más o menos asimétrico, en el que están empeñadas ambas dirigencias, las dificultades mayores son para Podemos, para mantenerse como un actor a tener en cuenta en el escenario público e institucional y condicionar el proceso social y político. Es el emplazamiento inmediato que tienen ambos para las elecciones europeas, especialmente la formación morada, más aislada mediáticamente. Veamos estas perspectivas. 

La división y el difícil camino unitario 

Desde la lejana oposición a un Ejecutivo continuista entre PSOE y Ciudadanos, que supuso el inicio de la gran fractura interna entre los llamados errejonismo y pablismo, Podemos, partidario de un cambio sustantivo de progreso, es percibido como una amenaza para la consolidación de la normalización política y el continuismo de la gestión gubernamental socialista.

Podemos tiene una actitud reformadora más valiente y exigente, especialmente en el ámbito socioeconómico y democrático, así como en el internacional. Supone un freno a las medidas gubernamentales derivadas de una reorientación centrista o el retroceso de derechos, cuestión que genera fricción, como en los últimos casos sobre la reforma punitivista de la Ley de ‘solo sí es sí’, los recortes en el subsidio de desempleo o el estancamiento de la ley de vivienda, así como en la exigencia de una solidaridad más contundente con el pueblo palestino y el rechazo al genocidio del Gobierno israelí...  

No obstante, las propuestas reformadoras de la mayoría dirigente de Podemos, nada radicales o utópicas, podrían encajar en una negociación plural y consensuada de la mayoría parlamentaria progresista y, en particular, con Sumar. Además, puede ser un puente en la alianza plurinacional y la reforma territorial y del Estado. O sea, Podemos tiene un proyecto transformador diferenciado en algunos aspectos y es más ambicioso; pero comparte objetivos comunes con el conjunto de las fuerzas del bloque progresista o democrático y plurinacional. Por tanto, es compatible con una estrategia global de garantizar la estabilidad del Gobierno, sin ser seguidista o estar subordinado a todas y cada una de las medidas gubernamentales aprobadas, cuestión que cabe en un acuerdo desde la pluralidad.  

En todo caso, el problema principal del conjunto de esa izquierda alternativa es el de la capacidad transformadora real, no solo discursiva o de habilidad negociadora, basada en una relación de fuerzas sociopolíticas que condicione al poder establecido y las instituciones parlamentarias y ejecutivas para el avance sustantivo en condiciones y derechos para las mayorías sociales. Es el auténtico sentido de la política ‘útil’ que reclaman ambos, Sumar y Podemos. Luego viene la pugna por el relato de cuánto se ha avanzado y para quién y, sobre todo, quién y cómo se ha conseguido, y se ve beneficiado por el incremento de su legitimidad pública y su acceso a mayor poder institucional.    

Existe una disputa sobre el alcance y sentido de las reformas impulsadas y los objetivos de la estrategia reformadora, así como sobre la recomposición del espacio progresista y el peso socio-electoral e institucional de sus distintas corrientes para condicionar la dinámica política: socialista, Sumar, nacionalismo de izquierda y Podemos. Y si nos atenemos a la izquierda transformadora confederal, entre sus dos alas: la moderada, amable o transversal, y la más resistente, exigente o de izquierdas. Y este reequilibrio y la convivencia a través de un pacto mínimo, al menos para las próximas elecciones generales, y dadas las constricciones de la normativa y los componentes competitivos y de legitimación democrática en los procesos electorales, debiera atenerse a los procedimientos democráticos básicos de respeto a la pluralidad y basarse en los objetivos compartidos y la negociación y regulación de los disensos.  

Partimos hoy desde la realidad de la primacía socialista, la distinta representatividad e influencia del resto de actores, así como las diferentes ventajas y desventajas derivadas del contexto. Pero, hay que arbitrar un mecanismo objetivo y democrático de articulación orgánica del conjunto del espacio alternativo, dentro de una cultura integradora y de respeto a la pluralidad. 

Un espacio alternativo diferenciado de la socialdemocracia 

La consolidación del bipartidismo es difícil, al menos en la izquierda, con la completa hegemonía del Partido Socialista, a través de la mayor absorción, minoración y subordinación de Sumar y la (casi) marginación de Podemos, que haría innecesario incluso un gobierno de coalición y se abriría su acariciado objetivo por gobernar en solitario o con mayor autonomía respecto de su izquierda; igualmente, respecto del nacionalismo de izquierda (ERC, EH-Bildu y BNG), aunque es más difícil su neutralización por el peso de la plurinacionalidad de la sociedad española. 

No obstante, el conflicto social y democrático (incluido el ecológico, el feminista y el territorial) persiste y hay espacio sociopolítico para una izquierda social y política transformadora o, si se quiere, una fuerza democratizadora del Estado y reformadora de lo socioeconómico y laboral -un nuevo y renovado laborismo-. En ese sentido, la existencia y relevancia de Podemos, frena tres dinámicas problemáticas: La moderación de Sumar con su subordinación a la estrategia socialista; la propia tendencia centrista o socioliberal del PSOE, y la desarticulación de un frente plurinacional relevante, incorporado a la llamada dirección de Estado, vista con recelo en la izquierda moderada y sin convicciones federalistas. Pero ese digno y valiente papel, con el desafío al poder establecido y las inercias adaptativas, es el fundamento que explica su freno por los poderes fácticos.  

Por tanto, el debilitamiento de Podemos sería perjudicial para mantener un espacio sociopolítico y electoral relevante autónomo del Partido Socialista, con un empuje transformador; además, su refuerzo también debiera representar una dinámica unitaria con los distintos grupos de Sumar, con los que comparten muchos objetivos de progreso frente a las dinámicas reaccionarias. Todavía hay vasos comunicantes entre las bases sociales de las dos sensibilidades y con la socialista. Así, se debería tender, especialmente por abajo, al establecimiento de puentes unitarios y consensuar una competencia ordenada y democrática que defina los equilibrios representativos en cada coyuntura, y se puedan sumar realmente todos los esfuerzos transformadores con su representatividad real.  

En definitiva, al igual que en los grandes movimientos populares progresistas o amplios frentes sociales y políticos, es posible combinar diversidad y colaboración, frente al bloque de los poderosos. En consecuencia, es conveniente resaltar los intereses y objetivos comunes, así como consensuar los procedimientos democráticos para articular las estructuras orgánicas y de representación y la regulación de los desacuerdos y la pluralidad existentes. Ello permitirá reforzar la credibilidad de una representación política alternativa con una rearticulación político-organizativa positiva, en beneficio de las fuerzas progresistas y el avance social y democrático de la sociedad. 

 

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Los desafíos de Sumar: De 'Rogue One' a 'Andor' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80551/los-desafios-de-sumar-de-rogue-one-a-andor/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80551/los-desafios-de-sumar-de-rogue-one-a-andor/#respond Sat, 24 Feb 2024 07:10:29 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80551 Continuar leyendo "Los desafíos de Sumar: De 'Rogue One' a 'Andor'"]]> El actor Diego Luna como Cassian en 'Andor'.
El actor Diego Luna como Cassian en la serie 'Andor'.

El 17 de julio de 2022 escribí un artículo titulado Yolanda Díaz, Sumar, Una Historia de Star Wars, en el que intentaba identificar los desafíos inmediatos de la organización recién nacida apoyándome en mi universo de entretenimiento favorito: La Guerra de las Galaxias.

Los dos elementos que me parecían más importantes en ese momento eran, primero, aunar una enorme diversidad de fuerzas políticas y, segundo, prepararse para correr.

Sumar se desarrolló en apenas unos meses y se presentó a las elecciones generales, consiguiendo aunar esa diversidad y corriendo lo suficiente para levantar más de 3 millones de votos y ser clave para reeditar un gobierno progresista. La semana pasada Sumar se presentó a las elecciones gallegas recogiendo un mal resultado. ¿Qué conclusiones podemos sacar de todo ello y cuáles son las tareas fundamentales que tiene Sumar en los próximos meses?

Al pensar en ello he recordado que el año pasado el equipo creativo responsable de Rogue One estrenó Andor. Si Rogue One cuenta los acontecimientos que llevan al robo de los planos de la Estrella de la Muerte, Andor cuenta el periodo anterior. Es decir, la formación de la rebelión tal y cómo la conocemos. ¿Qué hace de Andor una historia de un enorme interés para cualquiera, aunque no le interese nada el universo Star Wars? Que es seguramente la serie que más y mejor se hace cargo de los sinsabores de la militancia política. Es una serie dónde todo parece ir lento, dónde los caminos siempre son difíciles y las acciones tienen un resultado parcial y muchas veces paradójico. Es una serie con muy escasos momentos de épica y que nos presenta una estrategia de una enorme dispersión. También se hace cargo de la dificultad de mantener grupos diversos juntos. Es ejemplar en ese sentido la relación con el rebelde Saw Guerrera, incapaz de aliarse con nadie precisamente por lo claro que lo tiene todo. No hay dudas y por tanto no hay alianzas. Guerrera morirá en Rogue One, en la más absoluta soledad y conectado a una máquina para respirar.


Vayamos ahora a Sumar. Todo lo que era crucial en el periodo anterior a las elecciones debe repensarse. Seguramente es necesario operar exactamente al revés. Dónde había que correr, ir lento. Dónde había que agrupar, dispersar.

El desafío político más importante de los próximos meses es convertir Sumar en una fuerza política de la vida cotidiana cuyo objetivo fundamental sea ampliar las mayorías progresistas. No concentrarlas, ampliarlas. Ese mensaje, repetido en las elecciones gallegas hasta la saciedad (y no conseguido por parte de ninguna de las fuerzas políticas progresista, ni siquiera el BNG con su magnífico resultado) es un problema político de primer orden.

Es el problema político que puso encima de la mesa el resultado de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, que sigue siendo la cara B, la cara rugosa, dura, difícil, la cara Andor, de las elecciones del 23 de julio. Lo que toca recomponer es la derrota de esas elecciones. Una derrota que es la derrota de un ciclo político entero.


Por tanto, hay que construir en la vida cotidiana y desde la vida cotidiana (que no es sólo o no exactamente construir en el territorio, que por supuesto es importante). De ese ciclo político que culminó el 28 de mayo quedaron en pie 5 fuerzas políticas que forman parte de la coalición Sumar en el Parlamento y se definen por su fuerza territorial: los Comunes, Más Madrid, Compromís, MÉS en Mallorca e Izquierda Unida.

Esas organizaciones -que también se hacen la pregunta de "¿cómo ampliar?"- ya atesoran intuiciones que les han permitido seguir desarrollándose, por eso es bueno incorporar sus saberes y respetar su autonomía mientras Sumar va construyendo una cultura política común.

Evitar algunas de las normas comunes del ciclo del que venimos: No uniformizar, diversificar. No agotar, multiplicar. Y recordar que el enraizarse en el territorio no es simplemente tener mucha "fuerza local", sino algo bastante más complejo. Y tampoco reducir "lo local" a lo físico. Hoy por hoy no hay organización que no tenga también una capa digital.

Lo esencial es identificar tareas comunes que permitan construir mayorías nuevas. Saber cuales son las cosas concretas que alguien concreto que quiera participar en Sumar puede hacer. Algunos ejemplos de los últimos meses nos hablan de ampliar la ofensiva para conquistar la reducción de la jornada laboral, o el derecho a la vivienda, el feminismo o los servicios públicos (especialmente la sanidad).

Estos días surgían varias ideas en torno a la relación que debía tener Sumar con los territorios dónde hay fuerzas que "ya ocupan su espacio", pero "no están en Sumar". Yo creo que es un debate un poco tramposo. A nadie se le ocurre pedirle a Bildu o al BNG o a ERC que no se presenten a las elecciones generales para garantizar ciertas mayorías. No se plantea precisamente porque tienen una posición en relación al estado sustancialmente distinta a la que tiene Sumar. Eso, que es perfectamente legítimo y razonable y que no convierte a ninguna de estas fuerzas en nada malvado ni extraño, también nos dice que lo que hace falta es que la idea de estado que tiene Sumar (la plurinacional) se desarrolle, se discuta, se pueda encarnar en el conjunto del estado.

Pero lo fundamental es la estructura y la organización. Si las campañas electorales marcan el techo de un partido, lo lejos que puede llega; lo organizado que esté es lo que marca su suelo, lo bajo que puede caer.

No es un problema de contenidos, ni de lemas, por más que estos sean importantes, sino sobre todo, de organización. Pasar, digamos, de ser una suma, a ser una cultura política y organizativa conjunta.

Lo divertido, lo interesante y lo desafiante es cómo hacer todo eso de una forma nueva. Que rompa sin ningún tipo de prejuicio con las formas organizativas heredades del ciclo anterior, basadas en el plebiscito constante que llevan a vaciar los territorios de influencia política y enfocar toda la acción política al interior de la organización y a la disputa digital. Construir, sobre todo, una cultura política nueva; un reconocimiento nuevo entre actores distintos, que respete la multiplicidad y la diversidad y a la vez sea capaz de construir un común.

No cometamos el error de creer ninguna de estas dos cosas. Ni creer que el resultado de las gallegas es falso y lo verdadero son las elecciones generales, ni cree que el resultado de las generales es falso y el de las gallegas es el verdadero. Los dos son las dos cosas a la vez.

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Hacia la guerra total https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80536/hacia-la-guerra-total/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80536/hacia-la-guerra-total/#respond Sat, 24 Feb 2024 05:51:38 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80536 Continuar leyendo "Hacia la guerra total"]]> Celestino Arce Lavin / ZUMA Press / DPA. Europa Press
Celestino Arce Lavin / ZUMA Press / DPA. Europa Press

Se cumplen dos años de la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania, dos años en los que todo ha cambiado a nivel local, regional y global. Si en 2022 el mundo recibió en estado de shock este ataque, hoy lo observa desde la distancia, con impotencia y emergencia a la vez, pero sin un plan claro de actuación. La guerra en Ucrania ha perdido centralidad informativa y mediática y es curioso, porque este conflicto se encuentra en uno de sus momentos mas determinantes. Aquel en el que hay que, ya sí, tomar una decisión antes de que la fatiga de guerra o la salida de EEUU de Europa se materialicen de manera irreversible.

Sobre el terreno la situación está estancada, con una guerra de desgaste similar a la Primera Guerra Mundial. Los frentes apenas se mueven. La contraofensiva ucraniana de 2023 no sólo no ha conseguido hacer retroceder a las tropas rusas, bien pertrechadas tras las defensas levantadas durante el invierno anterior, sino que ahora se enfrenta al avance del enemigo en el Donbas. Su objetivo el control total de las regiones anexionadas en 2022. Avdiivka es la puerta de entrada a otros enclaves como Marinkam Robotyne y Kreminna. Completar el control de Donest es  el objetivo que persigue el Kremlin en las semanas previas a la reelección de Putin. Ucrania se encuentra así en el momento más delicado desde 2022. Sin hombres ni municiones suficientes que puedan frenar el avance ruso y con un occidente poco receptivo a sus demandas el estancamiento y la cronificación del conflicto, algo que no desagrada la Kremlin, podrían ser ya una realidad. Y hay quien alerta de una posible derrota de Occidente.

Ante esta situación en Europa se ha impuesto el discurso del miedo. Es necesario estar preparados para un ataque de Rusia a posiciones OTAN dicen desde los Bálticos. Si atacaron Ucrania por qué no a Estonia, ese es el argumento. No nos hicisteis caso entonces y mirad las consecuencias, continúan. Se vive con temor la llegada de Trump a la Casa Blanca y con ello la posibilidad de una salida de los EEUU del marco de seguridad y defensa europeo. Esto no gusta, por supuesto, a los mas atlantistas, aquellos que apuestan por reforzar el papel europeo dentro de la OTAN,  pero tampoco a aquellos, como Francia, que apuestan por una mayor autonomía estratégica.

Que  Europa no está preparada para enfrentar sola el dilema de seguridad que plantea Rusia en su frontera oriental se sabe. Ante esto, parece que la única alternativa es la del aumento del gasto en defensa. Trump pidió un 3% hace años, ahora ya hay países que superan el 6%. La hipótesis de guerra total se ha impuesto. La cuestión sobre la que, quizás se debería reflexionar, es si esta es la única hipótesis posible y qué consecuencias tendría para el marco europeo.

The Economist dice que "los líderes europeos necesitan dejar de lado su autocomplaciencia post-soviética", es decir, "elevar su gasto en defensa y restaurar las tradiciones militares descuidadas en Europa durante décadas, reestructurar sus industrias de armas y prepararse para una posible guerra". Todo ello, debe hacerse, claro, comprando sistemas de defensa norteamericanos e israelíes, lo que importa, según The Economist es poner el énfasis en la velocidad para mejorar el poder de combate, mientras se recomponen las industrias de armamento.

Es decir, lo que se plantea desde EEUU es lo siguiente: Europa debe ser responsable de su propia seguridad y defensa, háganse cargo, pero como no pueden, entonces cómprennos a nosotros y a nuestros socios los suministros y equipamientos que necesitan mientras relanzan su propia economía de guerra. Construyan su Europa geopolítica mientras nosotros continuamos creciendo a su costa y, de paso a costa de los derechos humanos en Gaza que es lo que nos permite mejorar la eficacia de nuestro armamento.

Y ante estos argumentos Europa está paralizada. Sabe que es urgente tomar decisiones, que se trata de una emergencia, pero no sabe cómo hacerlo. Y en ese contexto, Von der Leyen no lo duda, lo primero su re-elección, a costa del Pacto verde europeo si es necesario, lo segundo, apostar por la Europa geopolítica del lado de los que más cómodos se sienten en ese marco, las derechas y las ultraderechas. Del otro lado, silencio. Esto es lo que nos devolverán también las elecciones europeas de junio.

Se impone el lenguaje del miedo y de la autocensura y se avanza como un zombie hacia una economía de guerra que sólo favorecerá a los de siempre. No es Rusia, ni EEUU, es el régimen de guerra el que está ganando la partida. El tablero mundial se tambalea sobre  lo que Andrés Ortega ha denominado poliguerra, donde parafraseando del término rescatado por Tooze de policrisis, plantea como Gaza, Ucrania y otras guerra están interconectadas y en todas ellas se juega el futuro del nuevo orden mundial, o en términos más concretos, también el de la nuevas tecnologías y artefactos de guerra. El régimen de guerra está ganando la partida, la industria armamentística se frota las manos y mientras el mundo observa impasible.

 

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Abortar es un derecho, pero a veces hay que suplicarlo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80427/abortar-derecho-a-veces-suplicarlo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80427/abortar-derecho-a-veces-suplicarlo/#respond Sat, 24 Feb 2024 05:14:52 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80427 Continuar leyendo "Abortar es un derecho, pero a veces hay que suplicarlo"]]> Una mujer lleva un pañuelo a favor del aborto legal en la manifestación por el Día de Acción Global por la despenalización del aborto, a 28 de septiembre de 2023, en Madrid (España).- Matias Chiofalo / Europa Press
Una mujer lleva un pañuelo a favor del aborto legal en la manifestación por el Día de Acción Global por la despenalización del aborto, a 28 de septiembre de 2023, en Madrid (España).- Matias Chiofalo / Europa Press

Hace un par de semanas conocíamos la noticia de una mujer de 47 años de edad, con una discapacidad del 49% y un embarazo de riesgo (que se producía posterior a una muerte fetal de 20 semanas), no conseguía abortar en su comunidad, Castilla La Mancha, porque todo el personal del servicio sanitario que le correspondía alegaba la objeción de conciencia para negarse a practicarle el aborto.

El primer escollo que tuvo que superar esta mujer fue el de su propia médica de familia que le dijo que tenía que seguir adelante con este embarazo porque "se lo había mandado dios y que por algo sería". En aquel momento esta paciente, de 47 años y con un ictus previo, todavía podía abortar con pastillas, ya que se encontraba en la sexta semana de gestación, pero no se lo iban a poner fácil.

De la médica de cabecera, la derivaron al Hospital correspondiente en Talavera de la Reina, el Hospital General Universitario Nuestra Señora del Prado, donde el equipo médico de obstetricia al completo se negó a practicarle la intervención en la sanidad pública. Y eso a pesar de que la paciente presentaba múltiples complicaciones de salud (aneurismas cerebrales, miomas uterinos, útero doble o riñón atrófico) y otros factores de riesgo como hipertensión arterial y dislipemia.

La recomendación de los sanitarios y de la trabajadora social del hospital fue clara: derivar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) a Madrid, a una clínica con la que la consejería tiene convenios y que suponía que esta mujer se desplazase a 172 kilómetros de su casa.  


No de acuerdo con ello, el día 25 de enero de este año la paciente presentó un escrito a la dirección del hospital en donde reiteraba su petición, dados los inconvenientes, para viajar por su delicada salud y su limitada movilidad. Dos semanas después, este periódico pudo comprobar cómo no había recibido respuesta alguna por parte del centro.

El propio equipo de Emiliano García-Page, presidente de esa comunidad, intervino en el caso y le aseguró que la Consejería de Sanidad estaba gestionando la ambulancia que la trasladaría a Madrid. Al preguntar a la consejería el motivo por el que no se puede practicar un aborto en los centros sanitarios públicos, respondían que "actualmente existe objeción de conciencia en la totalidad de los servicios implicados del sistema sanitario público de Castilla-La Mancha".  

Llegados a este punto cabe recordar que el aborto es un derecho recogido en nuestro ordenamiento jurídico dentro de la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva, y que debe ofrecerse como una prestación sanitaria segura, gratuita y garantizada dentro de los plazos legales y en el lugar más próximo a la paciente. Si un derecho no se puede ejercer con garantías entonces no es un derecho, es un privilegio. O al menos, es un derecho limitado.


En el artículo 19, la ley reconoce que si no se pudiera facilitar en tiempo la prestación, como es el caso, las autoridades facilitarán a la mujer el derecho a acudir a cualquier centro acreditado del territorio nacional, haciéndose cargo del abono de la prestación. Sin embargo, "por su especial sujeción a plazos, la interrupción voluntaria del embarazo será considerada siempre un procedimiento sanitario de urgencia". Esperar durante dos semanas la respuesta de un hospital, tener que enviar un escrito al propio presidente de tu comunidad y pedir la intervención de la prensa no parece, desde luego, un trato de urgencia.  

La ley, modificada en el año 2023, reconoce también el derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario, pero debe tratarse siempre como un derecho personal que emana de la propia conciencia del individuo y que, además, debe ser comunicado con antelación y por escrito. Es decir, la objeción de conciencia no puede ser en ningún caso una práctica institucional, ni debería afectar a todo un servicio como tal, porque entonces se convierte en un obstáculo para la aplicación de la propia ley.

Además, este derecho se configura directamente sobre el personal implicado en la interrupción voluntaria del embarazo. Es decir, ni una médica de cabecera puede ejercer la objeción de conciencia por la gracia de Dios, ni un jefe o jefa de servicio podría establecer una objeción de conciencia sobre sus subordinados.


La nueva ley prometió también crear un registro de objetores de conciencia del personal sanitario, garantizando la seguridad jurídica y el pleno respeto del derecho de las mujeres a interrumpir voluntariamente su embarazo, pero algunas organizaciones médicas no están de acuerdo con este registro, lo cual complica a las administraciones encontrar a sanitarios que realicen estas intervenciones en la sanidad pública.  

Según datos del Ministerio de Sanidad , en el año 2022 solo el 17% de los abortos se realizaron en la sanidad pública española. Dos comunidades autónomas, Extremadura y Castilla-La Mancha, no notificaron ningún IVE en centro públicos, así como tampoco las ciudades de Ceuta y Melilla, mientras que en Murcia solo se practicó un aborto en un hospital público. Esto significa que hay una evidente inequidad territorial y un acceso absolutamente desigual a los servicios públicos en las diferentes comunidades autónomas.  

En España, el derecho al aborto no está en discusión. Tenemos una ley de salud sexual y reproductiva garantista, moderna y acorde a los derechos humanos de las mujeres. Pero las consecuencias de este desigual trato son muchas. Primero, porque hay relación evidente entre el acceso a los servicios públicos y la tasa de IVES. Cuanto más se complica el acceso y la información al aborto, menos abortos se producen en ese territorio.


Segundo, porque según cómo una mujer vivencie el IVE desde el principio hasta el final, antes o después, se recuperará de un procedimiento que tiene un impacto sobre su salud física y mental. Conozco historias de muchas mujeres que se han sometido a un IVE y la forma procesarlo, de manera muy positiva hasta traumática, está directamente relacionada con el trato recibido por el personal sanitario. Y esto pasa tanto en las interrupciones voluntarias del embarazo, como en los abortos involuntarios. Porque también conozco a mujeres que han sufrido pérdidas espontáneas y que han sido abandonadas a su suerte en el baño de un hospital.

La falta de formación en abortos es un problema que afecta al propio cumplimiento de la ley y a los derechos de todas las mujeres. Los especialistas de las clínicas privadas llevan años advirtiendo de dificultades en el relevo generacional y también denuncian que en las facultades y en los servicios de obstetricia no se enseña esta especialidad.  

A veces parece que hay que recordar que, aunque la mayor parte de los abortos son a petición de la mujer, hay muchos embarazos no deseados que se producen en situaciones de violencia o de vulnerabilidad, y que hay muchas mujeres que no tienen ningún interés en que este asunto íntimo pase por siete ventanillas diferentes, ni que se entere su pareja, ni su familia, ni en su trabajo.

El aborto quirúrgico es un proceso sencillo, pero hay que entrar en un quirófano y muchas veces bajo anestesia general. Además, se va a producir una hemorragia posterior, por lo tanto, los viajes a 200 kilómetros de distancia de tu casa no parecen muy aconsejables.

Otras consecuencias son el estigma en su centro sanitario de referencia, o la falta de acompañamiento al no poder desplazarse alguien de tu confianza contigo. Por eso, y a pesar de que la prestación está financiada al 100%, sigue habiendo un porcentaje importante de mujeres que resuelven este proceso en la sanidad privada, pagándolo íntegramente de su bolsillo. Porque para algunas es preferible pagar, antes que suplicar.  

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Slava Rossii! ¡Gloria a Rusia! https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80320/slava-rossii-gloria-a-rusia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80320/slava-rossii-gloria-a-rusia/#respond Fri, 23 Feb 2024 05:21:49 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80320 Continuar leyendo "Slava Rossii! ¡Gloria a Rusia!"]]> Flores y fotografías en memoria del líder opositor ruso Alexei Navalni en Milán, Italia.- REUTERS/Claudia
Flores y fotografías en memoria del líder opositor ruso Alexei Navalni en Milán, Italia.- REUTERS/Claudia

Porque, a fin de cuentas, la verdad sí existe. (Victor Serge, El caso Tuláyev).

Que Rusia intriga y fascina a Occidente es casi un axioma que no necesitaba la famosa cita de Churchill: "Rusia es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma". Sin embargo, tal vez no sea para tanto y las cosas sean mucho más prosaicas. El 17 de marzo se celebrarán elecciones presidenciales, y Vladimir Putin se las llevará de calle, sin observación internacional (más que la de países y periodistas "amigos", como Tucker Carlson), y sin necesidad de eliminar a un Aléxei Navalni en el gulag de Yamalia-Nenetsia, un "sujeto federal" ártico e inhóspito, más grande que España.

Mañana se cumplen dos años desde la invasión de Ucrania por Putin (esa "frontera" irredenta para los rusos, su "Pequeña Rusia"), esta vez ya sí flagrante y brutalmente atacada (Crimea fue anexionada en 2014, con la comprensión de Navalni, por cierto, y Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia lo serían más tarde), mientras la Corte Penal Internacional ya trabaja en la busca y captura de Putin desde hace casi un año.  Este individuo es el presidente de Rusia, el país más extenso del mundo, el de los 11 husos horarios. Pero preocupan, sobre todo ahora, y mucho, el desprecio de los derechos humanos en Rusia.

Hoy deploramos la muerte de Navalni pero él, como otros, era desde hace mucho un muerto viviente, más aún cuando decidió quedarse en Rusia en 2021, un hombre roto, aunque pugnaz, tras haber sufrido un envenenamiento por novichok en Siberia. Un valiente. Todo lo contrario que, por ejemplo, Gérard Depardieu, cuando, a comienzos de 2013, abrazaba la nacionalidad rusa, con "adoración" y admiración declarada por "los hombres, la historia y los escritores" de Rusia, esa "gran democracia" añadía, acabando su alegato con un "¡Gloria a Rusia!".


Hoy, sin embargo, el evasor de impuestos Cyrano de Bergerac está siendo investigado por violencia sexual contra al menos doce mujeres, no en Rusia, pero sí en Francia, con su Legión de Honor en juego y una espada de Damocles encima que Emmanuel Macron de momento no desenvaina.

Efectivamente, no es la primera vez que el actor se ha dejado ver o escuchar declamando su amor por aquel país, arropando a Putin y su régimen: en 2010, se le vio en San Petersburgo aplaudiendo al mandatario ruso en un concierto benéfico y, en octubre de 2012, participando en el 36º aniversario del "jefe" de Chechenia, el pro-ruso Ramzan Kadirov. Este último está acusado de graves violaciones de derechos humanos, lo cual no pareció molestar al histrión.

Sin tener ningún complejo tampoco Depardieu en mostrarse, en otra ocasión, cantando junto a la hoy caída en desgracia Gulnara Karimova, la hija del otrora presidente de Uzbekistán, país dentro de la órbita del "vecindario estratégico" o near abroad ruso, donde la represión hacia la oposición política ha suscitado críticas constantes de muchas ONG, todas por supuesto lejos del alcance del largo brazo represor de Tashkent. Desde entonces, ¿cuántas fiestas y honores para Depardieu en esos confines?


Sin embargo, por mucho que admiremos a Dostoyevski y nos prodiguemos en Rusia como hace Depardieu, escama un amor tan súbito como acrítico e incondicional. Depardieu está en su derecho, por supuesto, aunque el amor le ciega a uno, como dice el refrán. No debemos olvidar que en Rusia hay crímenes y terrorismo de Estado que esperan verdad y reparación desde hace demasiado tiempo, según múltiples organismos y personalidades internacionales, además de Amnistía Internacional, Human Rights Watch, International Crisis Group o la ONG rusa Memorial, cuyas sedes moscovitas han sido arrasadas con la excusa de promover y acoger actividades tan "antirrusas" como la defensa de los derechos humanos.

Según FRIDE (Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior), desde por lo menos 2008 Rusia contribuye ya sin ambages en la supresión de regímenes prooccidentales tanto en Ucrania como en Georgia, con su abrazo del oso a Armenia. También defiende aún a la última satrapía de Europa, Bielorrusia, país retencionista de la pena de muerte, hoy cómplice solícita de la invasión de Ucrania. Quedarse por ello fuera del Consejo de Europa no achanta ni a Rusia ni a Bielorrusia.

No es fácil remontar la estela de los crímenes antes mencionados, pero en la naturaleza autocrática de Rusia convive también una manera de eliminar al opositor que parece hecha de fábrica, por su metodología inconfundible y sus réplicas en el tiempo, implacables, con la anuencia o no de una sociedad civil anulada o voluntariosamente servil.


Los crímenes de Estado, ninguno de ellos resuelto hasta las últimas consecuencias (y sus más altos mandantes) serían allí un mal sistémico. Por hacer memoria: las purgas de Stalin parecieron terminar de manera espectacular con la eliminación de Trotski en 1940, pero desde mucho antes y hasta la muerte del georgiano en 1953, los opositores a los designios de Moscú eran abatidos sin miramientos.

La Gran Purga de los años treinta (que comenzó ya antes, en 1927 por lo menos, lenta pero eficazmente, como denuncia Victor Serge en Memorias de un revolucionario 1905-1945) culmina así en realidad en 1952, un año antes de la muerte del dictador, en la "Noche de los Poetas Muertos", donde al menos trece intelectuales judíos (esos "cosmopolitas desarraigados", los denigraba Koba), fueron asesinados en la prisión de la Lubianka. Otra redada similar, el "Complot de los Médicos", fue finalmente abortada in extremis, y éstos vivieron para contarlo.

Tras el colapso de la URSS en 1991, Rusia pasó por grandes turbulencias que nunca acabaron de alinearla con las democracias establecidas, el imperio de la ley (igual para todos) o una verdadera división de poderes. En este embrollo entre el ejecutivo, el judicial y el legislativo se originaría el laberinto donde Rusia se pierde, demasiado a menudo, adobado todo con el mesianismo del "Moscú, Tercera Roma", Rusia redentora del mundo, del monje Filoteo (1511), una vez Roma y Constantinopla caídas.


Rápida prolepsis: nos acordamos hoy de Galina Starovoitova, política, etnógrafa, asesora presidencial en asuntos interétnicos y promotora de reformas democráticas durante la era Yeltsin, que ya denunció todo lo anterior, y que fue asesinada a la puerta de su casa, en 1998, no sin antes señalar quizá de forma demasiado incisiva lo siguiente: el peligro que suponía la infiltración de los servicios secretos y de seguridad de un entonces desconocido Putin (los siloviki) en los aparatos del Estado y en la política del país, incluida la Duma o Parlamento.

Pensamos asimismo en Alexander Litvinenko, ex agente de los SFSFR (exKGB), y en su mentor Anatoli Trofimov, eliminados en truculentos episodios en 2006 y 2005, respectivamente, por oponerse a la segunda guerra de Chechenia y por saber quizá demasiado. Nos acordamos, cómo no, de Anna Politkovskaya, periodista anticorrupción que denunció también la guerra y los horrores de las crisis de rehenes del teatro Dubrovka (2002) y la escuela de Beslán (2004), abatida a tiros en 2006.

Convoca el recuerdo también a Natalia Estemirova, activista pro-derechos humanos desde la ONG Memorial antes mencionada, asesinada en 2009, igual que Sergei Magnitski, abogado que se atrevió a destapar un alambicado caso de corrupción sistemática en las altas esferas del país.

Magnitski fue eliminado en noviembre de 2009 tras una larga ordalía y un año en prisión preventiva, convirtiendo su caso en una cause célèbre que levantó protestas en Occidente, y la denegación de visado por parte de EEUU a al menos dieciséis implicados. Muchas voces pidieron que esa lista se hiciera más exhaustiva y apuntara más alto (Putin), pero todo quedó en agua de borrajas.

Pensamos hoy también en Mijaíl Bekétov, periodista y director del diario Jimkinskaya Pravda, brutalmente golpeado por encargo en 2008 por criticar el deterioro medioambiental ruso y muerto años más tarde de sus heridas y la invalidez resultante, habiendo perdido incluso el habla en el proceso.

Sus asesinos, entre los cuales presuntamente se encontrarían aquellos políticos provincianos (muchos, veteranos de Afganistán o afgantsi) cuya mala administración él denunció, siguen libres. ¿Hemos de recordar, para más escarnio, que en 2012 Putin le concedió un premio nacional de periodismo, prometiendo acelerar la investigación sobre su causa, justo antes de morir? Cinismo atroz.

Y pensamos en esos expresos de conciencia bajo excusa de delito económico, según Amnistía Internacional, Mijaíl Jodorkovski Platon Lebedev, así como en la gamberrada de las chicas punk de Pussy Riots, o en las manifestaciones del Orgullo LGTBIQ sistemáticamente reprimidas por el poder político y una Iglesia ortodoxa cómplice, para concluir que Rusia, quizá, no sea la mejor y más dulce patria de adopción, por mucho que Depardieu lea, ávido, a Dostoyevski.

Pensamos en el "suicida" Borís Berezovski, acaudalado hombre de negocios al parecer venido a menos durante sus últimos años de exilio londinense, que, sin ser intachable (se habría lucrado de forma desaforada con las privatizaciones de la era Yeltsin, enemistándose con su delfín, Putin), dejó un supuesto suicidio, una fortuna demediada, y una misteriosa carta implorando perdón a Putin antes de morir, y muchas dudas nunca resueltas.

En este episodio, la historia se repetiría, tozuda, ya que también el padre del anarquismo Mijaíl Bakunin habría escrito desde su ergástulo una humillante Confesión al zar Nicolás I y sus sucesores (1857), para sorpresa y descreimiento de muchos kremlinólogos aún hoy, pidiendo perdón a la Santa Madre Rusia por su militancia ácrata, dando la espalda a un decadente Occidente.

Existe un goteo truculento que nos increpa. Pensamos en los periodistas Stanislav Markélov y Anastasia Babúrova, asesinados en 2009, y, antes que ellos, en el político opositor Vladímir Golovliov, asesinado en 2002, así como en el político liberal Serguéi Yushenkov, asesinado en 2003 tras preguntarse sobre la autoría de los atentados de Moscú de 1999. Asesinatos de Estado todos.

El periodista Paul Klebnikov también cayó en 2004, y antes lo hizo su colega Yuri Shekochijin en 2003, envenenado, por preguntar demasiado. Pensamos en el político liberal Borís Nemtsov, otro presidenciable abatido a tiros en un puente de Moscú, una fría noche de 2015, por hacer demasiada sombra a Putin.

Pensamos en los Skripal, padre exespía e hija, envenenados con novichok (de nuevo, marca "Putin") en Reino Unido en 2018. Pensamos en el desagradable jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, crítico con la conducción de la guerra en Ucrania y asesinado en su "accidente" aéreo de agosto 2023.

Y sí, también hoy, demasiado tarde, pensamos en ese otro opositor, el exbloguero y abogado Navalni, un día presidenciable y hoy ya nada, humo, rastro de escarcha en el penal de Yamal-Nenets. Se atrevió a llamar "partido de bandidos y ladrones" a la formación en el poder Rusia Unida, creando RosPil (una página web dedicada a denunciar las adjudicaciones irregulares de contratos públicos), luego llamada "Fundación Anticorrupción", y eso Putin nunca se lo perdonó, incluso sin nombrarle.

Navalni firmó en su día (junto el ajedrecista Gari KasparovLev Ponomárov, Sergei Grigoriants y los hoy fallecidos Eduard LimónovGleb Yakunin y Sergei Kovaliov, entre otros) el manifiesto Putin must go!, y ésa fue su sentencia de muerte. Que sobreviviera a su envenenamiento de 2020 fue demasiado para Putin, y que hiciera escarnio de ello en redes, sal en la purulenta herida.

Duerma ahora ya por fin el valiente y temerario Navalni, el innombrable, el "paciente de Berlín". La integridad y la vida de los actuales y futuros disidentes rusos siguen hoy más amenazadas que nunca, perseguidas por la vesania de Putin, en tramas amañadas en tribunales.

Los periodistas Vladimir Kará-Murzá y Dimitri Muratov, Nobel de la Paz 2021 este último, viven aún hoy para contarlo: el primero ya en prisión, ambos declarados "agentes extranjeros" en la siniestra novela negra de Putin, pero pertinaces en su trabajo. Los derechos de expresión, asociación y reunión (que supuestamente consagra el famoso artículo 31 de la Constitución Rusa) son, a día de hoy, filfa, en un país sin libertad de prensa, a quien Reporteros Sin Fronteras sitúa en 2023 en el puesto 164/180, junto a Turquía y Egipto, países con similares "Estados profundos", pero que matan menos.

El amigo de Donald Trump, Tucker Carlson, expresentador de Fox News venido a menos, en su inefable y jabonosa "entrevista" a Putin de hace algunos días, ¿no sabía todo esto? Y nosotros, cómplices callados, ¿cuánto preferimos ignorar? Rusia, esa "gran democracia" según el rusificado Depardieu, acunado en sus ideales románticos de infinitas taigas de abedules surcadas por trineos, y chicas, muchas chicas a quienes meter mano (pero donde se muere uno a los 72 años, esta vez sí, de muerte "natural"), ¿cuánto horror más puedes aguantar, Rusia?

Ucrania, ¿qué es de Ucrania en la "operación especial" putinesca que cumple mañana dos años? Vergüenza y oprobio de aquellos que supieron y prefirieron no hacer nada, nos viene a impetrar Navalni en su epitafio. Por ende, ¿dónde está su cuerpo? Habeas corpus, mandatum post mortem o la sacralidad de un cadáver, res extra commercium: menudencias jurídicas éstas, éticas o puramente humanitarias, sobre las que se cisca un carroñero Putin, sin una Antígona que le siegue el aliento.

DEP Alexéi Anatólievich Navalni (1976-2024), nosotros sí te nombramos.

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Es el mercado (inmobiliario), amigos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80526/es-el-mercado-inmobiliario-amigos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80526/es-el-mercado-inmobiliario-amigos/#respond Fri, 23 Feb 2024 05:02:22 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80526 Continuar leyendo "Es el mercado (inmobiliario), amigos"]]> EFE/ Raquel Manzanares
EFE/ Raquel Manzanares

 Cada vez nacen menos niños en nuestro país. Poco más de 300.000 nacimientos el año pasado, según los datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística. Una cifra que marca récord a la baja desde 1941. ¿Las causas? Como casi siempre, son múltiples, pero no resulta temerario apuntar el encarecimiento del coste de la vida y, en concreto, la dificultad en el acceso a la vivienda como consecuencia de la subida desorbitada de precios tanto para la compra como para el alquiler en los últimos años.

Esta misma semana leíamos unas cuantas noticias en prensa que volvían a alertar de que la situación es cada vez más límite en regiones como Madrid dónde el precio del alquiler ha subido un 12,8% en el último año según el portal inmobiliario Fotocasa. Y a su vez, que la venta de vivienda cayó un 9,7% en 2023, de nuevo, como consecuencia de los elevados precios. Piensen ahora en su círculo cercano. ¿Quién puede comprarse hoy en día una vivienda si no es incurriendo en un sobreendeudamiento que rememora demasiado a aquellos años del estallido del boom inmobiliario?

Frente a esta situación- cada vez más estructural y menos coyuntural- encontramos varios tipos de respuesta. Empezaré por la más llamativa, la reacción del Consejero Delegado de Aedas Home, una conocida promotora inmobiliaria participada por un fondo de inversión americano que considera que "existe una crisis de vivienda como consecuencia de la falta de mano de obra para construir porque ahora los jóvenes prefieren ser conductores de VTC antes que subirse en un andamio". Y vaticina que dado que "el problema principal es de oferta se producirán situaciones dramáticas en el mercado de la vivienda con trabajadores compartiendo camas por horas". ¡Qué se lo digan, por ejemplo, a los profesionales sanitarios a los que destinan a las Islas Baleares que, si no comparten cama, poco les falta! Ahora bien, el problema no es de oferta, es de especulación.

No ha pasado tampoco desapercibida la opinión de Carlos Izquierdo, concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid, ex Consejero del Gobierno de Ayuso, que no ha dudado en celebrar la subida de precios en el barrio de Carabanchel (Madrid) exclamando que desde hace días los portales inmobiliarios señalan que ese distrito es en el que más sube el precio de la vivienda, incluido el del alquiler. Y congratulándose porque Carabanchel "es un distrito cada vez más atractivo para vivir", sintetizando la idea en el hastag de "#CarabanchelAvanza". No sé en qué momento, máxime siendo representante público, llegas a considerar positivas las consecuencias del extractivismo rentista, salvo que seas un rentista, claro está.

Esa reacción tiene mucho que ver con el tipo de anuncios- ya a cara descubierta- que encontramos en portales inmobiliarios como Idealista, dónde esta semana podíamos ver el anuncio de una vivienda por 1.800 euros al mes descrita de la siguiente forma: "Situada en el eje cultural y turístico del barrio residencial de Embajadores-Lavapiés, el nuevo barrio cool de Madrid, equiparable a Malasaña o Chueca que ha sido posible gracias al remplazo de la población por personas con mayor poder adquisitivo, entre los que se encuentran profesionales liberales con fuertes intereses culturales, así como un amplia oferta gastronómica que revolucionará el barrio".

Un anuncio que ensalza la gentrificación como fenómeno mediante el cual la población original de un barrio se ve desplazada por otra con mayor poder adquisitivo, profundizando así en la senda de sustitución del vecino por el turista, o del comercio local por la franquicia de turno. Y luego ¡que si es que no nacen niños!

Resulta evidente que el mercado inmobiliario está cada vez más asalvajado y que, acontecimientos que hasta poco eran casi un tabú, como la expulsión de los vecinos de su barrio, ahora se ponen en valor por parte del propio mercado. Y es que así es el mercado, amigos.

Desde luego no parece que la respuesta a la crisis eco-habitacional que atravesamos provocada por una apuesta histórica por la especulación, el urbanismo sin control y la falta de regulación se vaya a solucionar a corto plazo si no hay una intervención y un cambio de rumbo drástico, y mucho menos que se vaya a solucionar aprobando como hizo el Partido Socialista la semana pasada "avales públicos" a la compra de vivienda privada.

La crisis de vivienda no se solucionará por inflar artificialmente la demanda. De hecho, medidas similares han sido aplicadas en países como Reino Unido, Canadá, Australia o Nueva Zelanda, y en todos ellos han fracasado.  Al fin y al cabo, no dejan de ser medidas inflacionistas, que incentivan la subida de precios en tanto que generan expectativas; medidas regresivas, es la banca quien selecciona a los beneficiarios, siempre los más solventes. Y en definitiva son ayudas a la banca disfrazadas de políticas sociales porque transfieren dinero público a las arcas de las entidades financieras y se socializan las pérdidas en caso de impago.

Justo el tipo de medidas que no sólo no cambian el rumbo, sino que sostienen el modelo. A estas alturas, con la que está cayendo lo que procede es dejar de poner tiritas a una herida que sangra a borbotones y eso pasa por hacer muchísimas cosas, desde aumentar el porcentaje del PIB que se destina a vivienda a perseguir la especulación con la misma fuerza que se persigue cualquier conducta antisocial. La intervención democrática del mercado inmobiliario es una reivindicación de los movimientos sociales que pelean cada día frente al auge especulativo que lleva décadas reproduciéndose entre nosotros. Va siendo hora de que alguien tome buena nota y se atreva a romper la burbuja antes de que nos estalle, de nuevo, en la cara.

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La lección gallega para la "izquierda transformadora" https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80469/leccion-para-izquierda/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80469/leccion-para-izquierda/#respond Thu, 22 Feb 2024 19:25:11 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80469 Continuar leyendo "La lección gallega para la "izquierda transformadora""]]> Reunión del Grupo Parlamentario de Sumar en el Congreso de los Diputados.- A. Pérez Meca / Europa Press
Reunión del Grupo Parlamentario de Sumar en el Congreso de los Diputados.- A. Pérez Meca / Europa Press

4 de mayo de 2021: Tras conocerse los resultados de las autonómicas madrileñas, Pablo Iglesias dimite, a pesar de haber conseguido mejorar ampliamente los resultados anteriores de su coalición. Pide a Yolanda Díaz que asuma el liderazgo y conforme un frente que amplíe el espacio de UP, integrando a quienes se habían ido alejando y a nuevos sectores. 8 de febrero de 2024: La debacle electoral gallega es tal que los resultados ni siquiera se acercan a los ya desastrosos de la última cita de Galicia En Común.

¿Qué ha sucedido entre ambas citas? Que el proyecto de Sumar, que nació con la idea de convertirse en un frente amplio que agrupara e hiciera cooperar a las distintas sensibilidades de la "izquierda transformadora", se fue perdiendo por el camino y derivó en la creación de un nuevo partido, llamado a competir con los que ya conformaban la coalición por hegemonizar lo que quedaba del espacio.

La deriva del proyecto fue consecuencia, a mí humilde entender, de un erróneo cambio en el diagnóstico: se entendió por algunos que el problema ya no era la desunión de las fuerzas que lo integraban, sino el hecho de que los partidos existentes eran en sí mismos una mala herramienta, que era necesario desbordar y eso se haría creando otro partido más, para competir con los ya existentes en su seno. Dicho en jerga madrileña, había que "territorializar" el proyecto.

En el fondo, se trataba de reabrir el debate que en su día había dividido a Más Madrid, entre los partidarios de preservar lo que era un proyecto exitoso en su espacio natural madrileño, y los defensores de clonarlo por toda España, a costa de cualquier roto que se pudiera generar. El nombre del clon fue Más País, y los miembros de la marca original menos aquejados del "síndrome de la M-30", ya intuían que iba a resultar un fracaso absoluto, como así sucedió. No consiguió ni un sólo representante en ningún territorio fuera de Madrid y sólo sirvió para perjudicar los resultados del espacio en otros territorios, en beneficio básicamente del PP. 


Dicen que el ser humano es el único que tropieza dos veces en la misma piedra, y en el seno de Sumar se repite el mismo debate que se dio en Más Madrid y triunfa de nuevo el sector menos proclive a reconocer la realidad. Y vuelven a la carga con la idea de "territorializar" Sumar y clonar el artificio madrileño por todos los territorios, con el resultado de que sus inscritos se van a ver en la tesitura de hacer un discurso crítico con los partidos, a la vez que militan simultáneamente en dos o en tres de ellos, además de en una coalición, como sucede con quienes están en Más Madrid, en Más País, en el Movimiento Sumar y en la coalición Sumar; o incluso en tres partidos y dos coaliciones, como es el caso de los inscritos a la vez en los partidos PCE, IU y Movimiento Sumar y en las coaliciones IU y Sumar.

Si ya es difícil hacer funcionar de forma virtuosa y cooperativa a una simple coalición de partidos, ¡qué  no será articular un entramado tan alambicado! Para cada uno de sus miembros, debe ser extremadamente complejo militar a la vez en varios partidos políticos, encuadrados además en varias coaliciones, con todas sus correspondientes estructuras deliberativas, contrapuestas unas, superpuestas otras.

Todo este entramado puede mantenerse un tiempo, sostenido sobre el tirón de una líder que se ha labrado un prestigio, gracias a su magnífica labor al frente del Ministerio de Trabajo. Pero el esquema en sí me parece, y creo que se lo debe parecer a cualquier observador desprejuiciado, insostenible en el tiempo. Porque la realidad es tozuda y cualquier persona mínimamente prudente habría intuido que desembarcar en Galicia con semejante artillería sólo podía tener un resultado.


Pienso también que cualquier persona mínimamente prudente entiende que este entuerto tiene una solución simple: desandar lo mal andado, y recuperar el proyecto original de crear un frente amplio "a la uruguaya", en el que todas las fuerzas del espacio se sientan respetadas y no agredidas; y entiendan la ventaja de cooperar en lugar de competir; es decir, volver al proyecto original que Iglesias no se veía ya con fuerzas para liderar, y pidió ayuda a Díaz. 

¿De dónde vendrá la solución al entuerto? ¿De una rectificación por parte de la cúpula de Sumar? Si no entendieron el mensaje de Pepe Múgica, que después de años de defender apasionadamente el espacio, decidió echar la toalla y pedir el voto para un partido nacionalista, seguramente no lo harán ni siquiera ante la constatación empírica en las urnas gallegas de que la idea de imponer clones del núcleo irradiador madrileño por todos los territorios es la crónica de un suicidio anunciado.

Quizá la única esperanza haya que ponerla lejos de mentes brillantes que habitan dentro de la M-30 y buscarla más bien cerca de las bases militantes de los partidos que conforman la coalición en los distintos territorios. No es imposible que se acaben rebelando contra un artilugio que, en su obsesión enfermiza por matar al padre de la criatura, puede llevar al suicido a toda la familia. 


La siguiente cita con las urnas será en Euskadi, un escenario muy diferente al gallego, donde Elkarrekin Podemos no es una fuerza extraparlamentaria, sino un actor político consolidado y relevante, con grupo parlamentario propio en el Parlamento Vasco, con una portavoz, Miren Gorrotxategi, que es la candidata más reconocida por la ciudadanía vasca, según los sondeos oficiales del gobierno vasco, y con una presencia importante también en los parlamentos provinciales de los tres territorios históricos y en medio centenar de ayuntamientos.

La dimensión del daño que puede generar allí el desembarco del clon será infinitamente mayor y puede que deje a la izquierda no nacionalista fuera de la política parlamentaria vasca, en beneficio del independentismo. Pero, pudiendo matar al padre, ¿a quien le preocupa llevar al suicidio a toda la familia?

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Perspectiva https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80407/perspectiva/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80407/perspectiva/#respond Thu, 22 Feb 2024 05:29:13 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80407 Continuar leyendo "Perspectiva"]]> Vista de la Torre de Hércules en A Coruña, Galicia.- Luis Miguel Bugallo Sánchez via Flickr
Vista de la Torre de Hércules en A Coruña, Galicia.- Luis Miguel Bugallo Sánchez via Flickr

Cuando se escribe una novela es recomendable que una parte del tiempo que le dedicamos al asunto se invierta en no hacer nada, en dejar que los días o semanas pasen sin pensar en ella. A esa espera algunas personas lo llaman «perspectiva». Cuando el artefacto literario está terminado, lo mejor que puede hacer una autora es alejarse y tomar distancia. Dejar de vivir entre sus páginas para recordar que la vida sigue, y que las otras vidas, las que ha inventado (o reinventado) se ven de manera diferente cuando se olvidan momentáneamente para, después, regresar a ellas. 

Han pasado ya varios días desde los resultados de las elecciones gallegas y me pregunto por qué en política no aplicamos también esta regla. Antes de que el 100 % de los votos estén escrutados, es una obligación moral salir y dar la cara. Con tan poco tiempo para la «perspectiva», los análisis son de lo más variopinto, en ocasiones de ciencia ficción. O fantasía.

Los más avezados cogen el camino de la autoficción, adornando la realidad para que responda a sus parámetros preestablecidos. Casi siempre los nacionales. Nacionales de España, quiero decir. Porque aunque las elecciones fueron en Galicia, y el ganador fue Rueda, estos días se ha oído mucho a Feijoo y poco a su, al parecer todavía, eterno segundo.

Pontón, que se mantiene como líder de la oposición, también ha hablado, aunque la he oído menos. Será que el resto gritaba más. Y los que casi susurraban han sido Sánchez y Díaz, que no estaban, pero se les esperaba con ganas, como el lobo aguarda a su presa. Admitámoslo: disfrutamos haciendo sangre. En Galicia y en España. No en vano el primer asesino en serie del Estado español fue Manuel Blanco Romasanta, conocido como el Sacauntos (Sacamantecas) o el Hombre Lobo de Allariz. Otro gallego que hizo historia al traspasar fronteras. 


Habrá quién crea que me he extralimitado con la alusión a semejante personaje para hablar de las elecciones. Quizá. Pero no se me ocurre una máquina de triturar carne (profesionalmente hablando) más dura que la política. En Besta do seu sangue, la escritora Emma Pedreira nos acerca otra visión sobre el asesino: que en realidad era LA asesinA, hermafrodita. Y también incomprendida, poderosa, vilipendiada. Sedienta. No me digan que no son adjetivos que podrían aplicarse a la post-campaña. 

Si mi argumentación no les convence, ni tampoco el hecho de que he esperado varios días para escribir sobre las elecciones, al estilo novelístico, la verdad es que tengo otra alternativa: vistos algunos de los y las tertulianas a las que se les ha dado altavoz para analizar los resultados, muchas tonterías tendría que decir yo para que no parezca que sé de lo que hablo. No se equivoquen: no es que nacer y vivir en Galicia me dé per se mayor legitimidad, sino que la sarta de sandeces que he escuchado en las últimas horas hace que el nivel esté muy bajo.

Si hacemos caso de las supuestas voces autorizadas, estas elecciones significan que se apoya la amnistía y que se rechaza; que se ha votado con ilusión al nacionalismo pero con miedo a los nacionalistas; que ha sido una victoria como nunca y una derrota como siempre, o al revés (ya me pierdo); que la izquierda sube y que la izquierda también baja, todo a la vez, igual que la derecha. Y no me hagan el chiste de la indecisión gallega, por favor se lo pido, que bastantes tópicos gaiegueiros tenemos ya para los siguientes cuatro años. O cuarenta. 


Yo me he dedicado estos días a seguir el consejo que Andrés do Barro daba en O tren, única canción en gallego que ha alcanzado el número uno en España: falando coa xente pola mañá / escoitarei e saberei / o que pasou polo meu lar (hablando con la gente por la mañana / escucharé y saberé / lo que pasó por mi lar).

He visto desilusión, indiferencia, alivio, incertidumbre. He visto ganas de ponerse a trabajar para las siguientes elecciones y gente que ha decidido tirar la toalla. He visto euforia y pesimismo. Y viéndolo todo, no consigo vernos. A los gallegos y las gallegas, con perspectiva. Pero sí he visto cómo nos ven. Y me pregunto de dónde sacarán todas esas conclusiones grandilocuentes, esas afirmaciones que no dejan lugar a dudas, si ni nosotros mismos terminamos de entender cómo funcionamos. 

Así que decido hacerle caso a Celso Emilio Ferreiro en su Longa noite de pedra y no hablar más nin dos sapientes memos / nin dos túzaros listos. Lo que hago es repasar los hechos por si puedo llegar yo también a alguna conclusión indiscutible: el PPdG ha bajado en escaños, pero subido en votos. Aunque se sumasen las papeletas de todos los partidos de izquierdas, la derecha seguiría gobernando con mayoría absoluta. El BNG es el que más ha subido y el PSdG el que más ha bajado. Democracia Ourensana ha entrado en el parlamento, mientras que VOX sigue quedándose fuera. Sumar ha obtenido menos votos que la ultraderecha y Podemos menos que Pacma. 


Con todo esto, no sé discernir si los recientes comicios han sido decisivos en clave española, gallega o ambas. No me ha quedado claro si somos un pueblo atrasado o la vanguardia de España; si somos de derechas por las autonómicas o de izquierdas por las generales y municipales; si se presentaba Pontón o Puigdemont. Perdónenme, pero me hago un lío. Y no sé si buscaban en este artículo una respuesta, porque yo no tengo de eso. Solo puedo decirles que en la última frase de Adiós María, de Xohana Torres, he encontrado la mejor aproximación que jamás he leído para explicar cómo funcionamos en Galicia con esto de las elecciones: Maxa, escríbelles alá, dilles que o de sempre por non variar.

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El infierno de Guterres y su financiación: por una tasa climática https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80358/el-infierno-de-guterres/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80358/el-infierno-de-guterres/#respond Thu, 22 Feb 2024 05:14:15 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80358 Continuar leyendo "El infierno de Guterres y su financiación: por una tasa climática"]]> El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, durante una rueda de prensa en Nueva York.- REUTERS/Mike Segar
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, durante una rueda de prensa en Nueva York.- REUTERS/Mike Segar

Escribimos este artículo el pasado mes de enero, pero a diferencia de lo que caracteriza esa época del año, lo hicimos en plena ola de calor. Esos días se llegaron a alcanzar los casi 30ºC en algunos lugares de nuestro país y se batieron 90 récords de temperaturas en relación con cualquier otro mes de enero. Por mucho que algunos quieran negar la evidencia, ya estamos viviéndo las consecuencias del cambio climático que no podemos seguir ignorando. 

En este sentido, el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, hizo unas declaraciones el pasado septiembre que por sinceras fueron sorprendentes. En efecto, en una cumbre preparatoria a la última COP28 y como anticipándose a sus, de nuevo, cicateros resultados, manifestó de manera un tanto grandilocuente: "la humanidad ha abierto las puertas del infierno".

Quizás Guterres no tuvo más remedio que expresarse sin paños calientes ante la lectura de los últimos informes del IPCC o de la Organización Meteorológica Mundial donde se han visto confirmados los grandes problemas climatológicos incluso peores que las previsiones más pesimistas: récords de deshielos en el 2023, temperaturas máximas históricas, incendios boreales, enorme cantidad de inundaciones y olas de calor extremas. Una situación global que ya ha constatado un incremento de temperaturas en algunos momentos superiores a 1,5ºC (recordemos que 1,5ºC es el objetivo del Acuerdo de París para finales de siglo).

En la declaración final de la última Cumbre del Clima, se consiguió incluir por primera vez la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, una demanda que ya tiene más de 30 años, pero sin concretar fechas. Unos avances demasiado lentos y una inacción imperdonable si tenemos en cuenta el hambre, la pobreza y el dolor que ya está provocando el cambio climático en el Sur Global.  


La abrumadora presencia de empresas en Dubái (sede de la citada COP28) en particular del sector energético o entidades financieras tiene una evidente explicación. 

Flujos financieros que alimentan la crisis climática

Un reciente informe de ActionAid y Alianza por la Solidaridad muestra cómo el sector bancario a nivel mundial, destinó a los combustibles fósiles en el Sur Global 3,2 billones de dólares en los siete años transcurridos desde que se adoptó el Acuerdo de París sobre el cambio climático en el año 2015.

Los mayores bancos europeos financiadores de combustibles fósiles son HSBC, BNP Paribas, Sociéte Generale, Barclays y Standard Chartered. En las Américas los tres bancos más grandes de Estados Unidos: Citibroup, JP Morgan Chase y Bank of América fueron los mayores financiadores. En el contexto español, los bancos que más han financiado los combustibles fósiles son el Banco Santander, BBVA, Caixabank, el Sabadell y Bankinter. 


Pero no solo la banca privada hace negocio de la crisis climática. También el sector público contribuye al problema a través de los subsidios de combustibles fósiles que alcanzaron en el año 2022 los 7 billones de dólares a nivel mundial según los informes del FMI. España destinó nada menos que 25.968 millones de dólares en ayudas públicas al petróleo, el carbón y al gas natural.

A pesar de esta financiación de combustibles fósiles en el sur global, la mitad de África carece de acceso a la electricidad, un hecho que se ha utilizado como justificación para nuevos desarrollos de combustibles fósiles a gran escala en todo el continente. Sin embargo, la mayor parte del carbón, el petróleo, el gas que actualmente se prevé expandirán África y muchos países en desarrollo está destinada a la exportación o a ser utilizada por sectores industriales. Estos proyectos de expansión rara vez satisfacen las necesidades energéticas de la población de estas regiones que viven en la pobreza y sin acceso a electricidad. 

Los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles

El contexto actual ha hecho que las empresas dedicadas a la gestión energética de fuentes fósiles hayan tenido no solo enormes beneficios derivados de la gestión ordinaria (ya de por si muy atractiva para los accionistas) si no de situaciones extraordinarias. En efecto, continuando con su labor investigadora, ActionAid, en su informe El poder de los beneficios caídos del cielo , han analizado los datos de las 200 empresas más grandes del mundo por capitalización bursátil para estimar la magnitud de sus beneficios extraordinarios en los últimos años.


La investigación comparó las ganancias en los dos años hasta junio de 2023 con las ganancias en los 4 años anteriores. De estas 200 empresas, 14 pertenecían a los combustibles fósiles y 22 al sector bancario. El contexto actual en los últimos dos años (la invasión rusa de Ucrania, la alta inflación y el incremento de las tasas de interés en gran parte del mundo), han contribuido a generar estas ganancias extraordinarias de las empresas de combustibles fósiles y del sector bancario.

Así, estas 36 empresas obtuvieron unas ganancias inesperadas de 424.000 millones de dólares. Sí, has leído bien. Estas no son sus ganancias totales, son solo los beneficios que están por encima de los beneficios regulares y esperados de estas empresas y que normalmente son resultado de causas externas.  

En el contexto español, esta misma semana se anuncian los récords históricos en beneficios de los bancos españoles en el 2023. El Santander ha anunciado unos beneficios de 11.076 millones (+15%), BBVA 8.091 millones (+26%), Caixabank 4.816 millones (+54%), Sabadell 1.332 millones (+55%) y Bankinter 845 millones (+51%), en total unos 26.000 millones de euros de beneficios que suponen un 26% más que los beneficios en 2022, principalmente debido a la subida de los tipos de interés en Europa.  

Por una tasa climática

Si se aplicara un impuesto del 90% sobre estas ganancias inesperadas, se podrían recaudar cerca de 382.000 millones de dólares (212.000 millones si fuesen del 50%). Este dinero se necesita con urgencia para la acción climática y para proteger a las comunidades vulnerables y aumentar la resiliencia a través de la mejora de la protección social y los servicios públicos. Estos 382.000 millones de dólares son casi 20 veces más del dinero que se gastó a nivel mundial en adaptación climática en 2021. 

La idea de que un impuesto a las ganancias inesperadas pueda utilizarse para financiar la acción climática no es nueva. De hecho, precisamente, Antonio Guterres en 2022 ya pidió a los gobiernos que gravaran las ganancias extraordinarias de las empresas de combustibles fósiles y redirigieran ese dinero a los más necesitados y a los países que sufren más pérdidas y daños debido a los impactos del cambio climático. 

En España se puso en marcha en 2022 un impuesto para los beneficios extraordinarios del sector bancario y el energético que se prorrogó también durante el 2023 y que en el caso de los beneficios del sector bancario que comentábamos antes han supuesto un 4,3% de los beneficios recién anunciados por los bancos (Santander ha tenido que abonar 224 millones, BBVA 225 millones, Caixabank 373 millones, Sabadell 157 millones y Bankinter 77 millones y Unicaja 66 milones, es decir un total de unos 1.122 millones de los 26.000 millones de beneficios).

En un contexto en el que los bancos han anunciado que esperan mejores resultados todavía para el 2024 es clave que este impuesto no se elimine y se mantenga para gravar los beneficios caídos del cielo de estos dos sectores. 

Cuando se trata de la acción climática, ya sea que se trate de medidas para reducir nuestras emisiones o ayudas a las personas de todo el mundo a adaptarse a un clima cambiante, o para pagar reparaciones a los países y comunidades por las pérdidas y daños a sus tierra y medios de vida, a menudo se nos dice que no podemos permitírnoslo, que no hay dinero en los presupuestos públicos aunque ya sepamos que la inacción implicará mayores pérdidas económica sin contar con los desastres por pérdidas humanas más allá de la mera economía.  

Estos impuestos serían una solución, una manera de hacer efectivas las demandas y compromisos adquiridos en el Acuerdo de París o de la Agenda 2030, o para reforzar los servicios públicos como la educación o la sanidad y una demostración de que cuando hay voluntad política hay soluciones para luchar contra el cambio climático.

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Una política de vivienda para mayorías https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80454/vivienda-para-mayorias/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80454/vivienda-para-mayorias/#respond Thu, 22 Feb 2024 05:02:59 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80454 Continuar leyendo "Una política de vivienda para mayorías"]]> Viviendas en construcción-. EFE/ Raquel Manzanares
Viviendas en construcción-. EFE/ Raquel Manzanares

Tener una vida digna es el objetivo personal de cualquier persona y ha de ser el objetivo compartido por y para la ciudadanía española. 

No siendo los únicos, hay dos elementos fundamentales para disfrutar de una vida digna: empleo digno y vivienda digna. En el primero, los avances de estos últimos años, siempre insuficientes, han sido notables: veintiún millones de españoles y españolas trabajando con empleos y salarios más dignos. 

En cuanto a la vivienda digna, los socialistas hablamos de políticas de vivienda que conformen el quinto pilar del Estado de Bienestar y que, por tanto, antepongan el derecho de miles de personas a acceder a una vivienda digna a precios asequibles, mientras la derecha se preocupa más de los intereses crematísticos de una minoría de grandes propietarios que concibe la vivienda como un activo económico al que buscan la máxima rentabilidad, incluso destinándola a usos que no son residenciales; minoría que, por el volumen y valor de sus activos inmobiliarios, tiene una gran capacidad para fijar el precio de la vivienda, tanto en propiedad como en alquiler.  

El derecho de la mayoría y los intereses de una minoría han de ser tenidos en cuenta en el diseño de la política de vivienda, pero el debate político pone de manifiesto que los socialistas ponemos por delante el derecho de la mayoría a una vivienda digna mientras la derecha antepone los intereses crematísticos de una minoría. 


El gobierno de España prima el derecho de la mayoría de jóvenes y familias que quieren acceder a una vivienda digna cuando multiplica por ocho los recursos que destina a esta política (pasando de 476 millones en el último presupuesto de Rajoy a más de 3.500 en el vigente); cuando establece un bono de alquiler de 250€ al mes para jóvenes menores de 35 años; cuando el Plan Estatal del gobierno Sánchez financia tres de cada cuatro euros que invierten las comunidades autónomas en vivienda; cuando crea una línea de avales ICO para que los jóvenes y familias que quieren comprar una vivienda puedan obtener financiación para el 20% que no cubre un préstamo hipotecario; cuando pone los activos de la SAREB, el banco malo con el que el PP rescató al sector financiero con 54.000 millones de deuda pública del Estado, al servicio de la política de vivienda; cuando pone suelos de Defensa también al servicio de esa política de viviendas asequibles; cuando destina fondos europeos para avalar al sector privado la financiación para construir viviendas asequibles... Todo ello con el objetivo de construir más de 180.000 viviendas a precios asequibles en nuestro país.  

Y también lo hace cuando aprueba una Ley de Vivienda que, entre otras medidas, ofrece seguridad jurídica a los pequeños propietarios, prohíbe la venta de viviendas públicas a fondos buitres o regula las zonas tensionadas en las que las administraciones competentes pueden establecer límites al precio del alquiler. 

La derecha demuestra que defiende los intereses de los grandes propietarios inmobiliarios cuando modificó la Ley de arrendamientos en 2013 para propiciar mayores incrementos de los alquileres; cuando vende viviendas públicas a fondos buitre que luego incrementan sus precios de alquiler; cuando no pone freno a las viviendas turísticas que calientan el mercado residencial; cuando las comunidades autónomas que llevan más tiempo gobernando (Madrid, Castilla y León, Galicia y Murcia) son las que menos recursos por habitante destinan a las políticas de vivienda; cuando rechazan de plano las iniciativas de Ayuntamientos que reclaman la declaración de zonas tensionadas o suben hasta el 56% el módulo de la vivienda protegida, como ocurre en Madrid 


Este, como en casi todos los asuntos, es el debate de fondo: qué intereses defiende la derecha española y qué derechos defendemos los socialistas. Para los socialistas, la prioridad es y será garantizar que jóvenes y familias puedan acceder a una vivienda a precios asequibles, en propiedad o en alquiler, según su voluntad y conveniencia. 

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Sobre la derechización de la juventud https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80442/sobre-la-derechizacion-de-la-juventud/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80442/sobre-la-derechizacion-de-la-juventud/#respond Wed, 21 Feb 2024 19:26:24 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80442 Continuar leyendo "Sobre la derechización de la juventud"]]>  

Resistencia vecinal en el desalojo de un edificido de El Raval. Fotografía de Twitter.
Resistencia vecinal en el desalojo de un edificido de El Raval. Fotografía de Twitter.

Hay un recurrente comentario alarmista sobre la derechización de la juventud y la normalización de los discursos de odio, planteando múltiples preguntas y encontrando muy pocas respuestas. Hay encuestas que nos certifican la influencia que tienen algunas ideas de la extrema derecha en los más jóvenes, y todos los analistas apuntan al papel que tienen las redes sociales en esto. El impacto que tiene el flujo constante de ideas reaccionarias en las redes es evidente, pero ni los jóvenes son tan fachas como nos dicen, ni la responsabilidad es exclusivamente de internet.

El pasado martes, la televisión pública catalana emitió un magnífico documental titulado La Xarxa Ultra (La Red Ultra) en el que se retrataba la red de creadores de contenido de extrema derecha, y cómo los jóvenes reciben esta información. David Bou, el periodista que ha estado al cargo del guion decidió tomar partido más allá de seleccionar a los personajes y explicar cómo funcionan los discursos de odio en las redes sociales contando con el análisis de varios expertos. Bou pidió a los llamados ‘fachatubers’ que probasen todo aquello que estaban diciendo, rebatiendo sus mensajes y exponiendo sus contradicciones y sus falsedades. Y entonces se vio el cartón. Acostumbrados a hablar ante sus seguidores sin que nadie les interrumpa, les interpele ni les debata, cuando se encontraron con un periodista haciendo periodismo la cosa cambió, y la imagen de seguridad que transmiten ante sus seguidores, la provocación impostada, se deshizo como un azucarillo.

El diseño de las redes sociales y de sus algoritmos facilitan que lo más provocador, lo más polémico, sorprendente y lo más agresivo sea mucho más viral que cualquier reflexión sesuda. La espectacularización de la información a la que han contribuido durante décadas las empresas de información y no pocos periodistas, ha promovido unos hábitos de consumo que contribuyen a la proyección de estos artefactos del odio. Usan la misma fórmula que los algoritmos, la emoción en vez de la razón para influir en la ideología y en la percepción de la realidad. El miedo vende más que la empatía. Las imágenes de una persecución policial en Wisconsin venden más que las de tus vecinas parando un desahucio. La realidad y lo común se construye o se destruye también en los medios. Y en ello hay una enorme carga ideológica.

La promoción del individualismo es otro de los vectores por los que se inyecta esta ideología reaccionaria. Los llamados coach y otros sinvergüenzas que abundan en redes prometiéndote que serás millonario si sigues su ejemplo o si contribuyes a su estafa piramidal son productos altamente rentables ideológicamente para el capitalismo. También los llamados ‘creadores de contenidos’ que se enorgullecen de migrar para pagar menos impuestos y cargan contra un estado opresor y una corrección política que los empuja al exilio. Todos ellos contribuyen a aislar cada vez más a los individuos, a promover el sálvese quien pueda, el si no lo haces tú, lo hará otro, y otros mantras del darwinismo social que son el lubricante para las ideas que hoy defienden las extremas derechas y que son un seguro de vida para el neoliberalismo.

Este aislamiento, que se escenifica en el individuo ensimismado ante una pantalla ajeno a su entorno, hace que la persona sea cada vez más permeable a odios y fobias en un constante bombardeo de estímulos que intensifiquen estas emociones. Esto rompe poco a poco cualquier vínculo o responsabilidad para con los demás, y restringe la seguridad tan solo a los márgenes de la propiedad privada. Un triunfo del neoliberalismo que Margaret Thatcher definió muy bien cuando dijo que no creía en la sociedad, sino en el individuo. Así se rompen los lazos sociales y se vende una seguridad que nunca es colectiva, tan solo cuando esta apela a una raza, a un género o a una identidad. Y aquí es cuando la extrema derecha es útil instrumentalizando estos miedos.

Esta propaganda reaccionaria no es nueva, pero desde hace años ha encontrado una nueva vía por la que inyectarse en el imaginario social a través de internet. Y con las nuevas redes sociales, permite llegar al público más joven usando fórmulas que enmascaran ese odio y ese prejuicio en humor o en un falso envoltorio de supuesta incorrección política. Una supuesta incorrección política que se basa en la oposición a esos derechos y libertades fruto de una conquista ideológica de las izquierdas, que abanderaron durante décadas el feminismo, el antirracismo y todas las reivindicaciones para la clase trabajadora que hoy también se intentan dinamitar o atomizar segregándola con racismo o desclasándolas desde el neoliberalismo. Esto que la derecha llama ‘marxismo cultural’ no es más que un reconocimiento al papel de la izquierda en la conquista de estos derechos. También lo llaman ‘dictadura progre’, en su versión más actual y coloquial entre la derecha canallita. Y apela al sentido común que ha asumido la igualdad, la solidaridad y el respeto a la diferencia como un valor, y no como una amenaza.

Estos consensos, al menos en el plano retórico y simbólico se han instalado en el sentido común, y es por lo que está siendo utilizado por las derechas a nivel global para vestir de irreverencia, de inconformismo y de antisistema la crítica a estos derechos y estos valores. Incluso a la eterna lucha de clases. Esa supuesta rebeldía es un traje que les viene grande, pues nunca puede haber heroísmo cuando tu batalla es contra los de abajo, los más vulnerables. Esa violencia se llama bullying. Lo valiente, lo políticamente incorrecto, es apuntar hacia arriba.

Hay una desproporción evidente en la inversión y en la incidencia que tienen los productos reaccionarios y la que tienen quienes tratan de combatirlos y proponer alternativas basadas en lo que podríamos considerar valores de la izquierda. Hay financiación millonaria por parte de la extrema derecha, como hace años admitió Steve Bannon tras arrogarse el éxito del Brexit y la victoria de Donald Trump. Y hay una complicidad evidente con esta por parte de las grandes compañías de comunicación y sus representantes, como bien lo son Elon Musk o las grandes corporaciones, nada interesadas en promocionar alternativas al capitalismo.

La preocupación ante esto, pues, está más que justificada, y no se puede negar su superioridad armamentística en esta batalla. Pero la desafección, el desconcierto y el miedo son también los mejores aliados para que el odio y del individualismo venzan. Mientras se dice que la juventud está cada vez más derechizada, observo cómo cientos de jóvenes se abrazan y forman un bloque compacto para evitar un desahucio mientras los Mossos tratan de sacarlos uno a uno y romper así toda resistencia. El fin es desalojar a varias familias de sus casas, y no hay nada más metafórico en esta historia que esta foto. Cuando alguien vuelva a generalizar sobre los jóvenes y a acusarlos de algo, acordémonos de los que ayer estaban en el barrio de El Raval defendiendo el derecho a una vivienda digna, poniendo el cuerpo y dándonos una lección a todos.

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¿Apoyaba García Lorca una dictadura militar? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80380/apoyaba-garcia-lorca-una-dictadura-militar/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80380/apoyaba-garcia-lorca-una-dictadura-militar/#respond Wed, 21 Feb 2024 05:58:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80380 Continuar leyendo "¿Apoyaba García Lorca una dictadura militar?"]]> Escultura dedicada a Federico García Lorca en la madrileña Plaza de Santa Ana. EFE
Escultura dedicada a Federico García Lorca en la madrileña Plaza de Santa Ana. EFE

Federico García Lorca "era partidario de una dictadura militar antes de que lo matasen", según una entrevista de Luis Rosales al historiador Ian Gibson. Es lo que sostuvo José Luis García Margallo después de que el poeta se clasificara en el concurso de TVE, El Mejor de la Historia. Margallo también valoró que era "un hombre extraordinariamente atormentado y muy contradictorio", por eso de apoyar una dictadura militar. ¿Seguro?

10 puntos aclaratorios.

  1. Esa supuesta declaración de Federico aparece en un documental de Ruiz Barrachina sobre su amigo de falange Luis Rosales, a quien Gibson entrevistaba. Y Gibson aclaró dos cosas. Que no daba veracidad a esa reflexión, porque no hay más fuentes que sostengan esa declaración. Y que esa grabación fue utilizada por Barrachina sin su autorización en el documental.
  2. Cuando una se documenta sobre Lorca se llega a una conclusión clara. Lo único que sabemos con certeza y veracidad de Federico es lo que él dijo, no lo que digan los demás. Y sí. Federico habló. En entrevistas, en cartas a su familia, a sus amigos y en su obra. 
  3. Cuando se investiga sobre él, se detecta el interés de determinadas fuentes, bien posicionadas o respetadas bajo la dictadura, en restar peso a la idea del crimen político y cambiarla por disputas menores familiares o las envidias. Sí, envidias había, pero no fueron la causa. Si la cosa, en verdad, hubiese sido tan menor, extraña que para su detención se rodease de guardias y policías la casa de los Rosales, y se apostaran hasta hombres armados en los tejados colindantes.
  4. Si Margallo o cualquiera lee Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca, de Ian Gibson, se relata cómo José Rosales tuvo una discusión con el gobernador de Granada cuando el poeta fue detenido. Aseguraba que había una denuncia contra Lorca firmada por Ruiz Alonso porque era un "escritor subversivo, tenía una radio clandestina en la Huerta de San Vicente para contactar con los rusos, que era homosexual, que había sido secretario de Fernando de los Ríos y que los hermanos Rosales traicionaban al movimiento por dar acogida en su casa a un rojo". En ningún momento, casualmente, los Rosales intentan convencer a nadie de Gobernación ni relacionado con el caso de que Lorca es "de los nuestros" o  "apoya una dictadura militar". 
  5. En el libro Palabras del Caudillo, el mismo Franco decía de Lorca que "ese escritor murió mezclado con los revoltosos; son los accidentes naturales de la guerra". En cambio, en 1965, un informe de la Jefatura Superior de Policía de Granada señalaba el proceso contra Lorca por "socialista", "masón" y "prácticas de homosexualismo".
  6. ¿Y qué sabemos de Lorca en los últimos años de su vida? Pues que del 34 al 36 se volvió muy incómodo para la parte más conservadora del país, a la que él calificaba como la "peor burguesía". En respuesta, esa prensa diría de su obra Yerma que era "inmoral", "pornográfica", o vinculaba su final a la propia CEDA. 
  7. De él, hay pensamientos por escrito. Escribía a su familia que "las derechas tomarán todas estas cosas para seguir en su campaña contra mí y contra Margarita (Xirgú) pero no importa. Es casi conveniente que lo hagan, y que se sepa de una vez los campos que pisamos. Desde luego, hoy en España no se puede ser neutral." O en abril del 36, sobre la idea de erradicar el hambre, dijo: "nunca jamás se podrán figurar los hombres la alegría que estallará el día de la gran revolución. ¿Verdad que te estoy hablando en socialista puro?" O dos meses antes de su asesinato expresaba: "odio al que es español por ser español nada más. Execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta". O, en 1933, su madre Vicenta decía: "De política ya sabrás que las derechas triunfaron en una gran parte de España. Han gastado millones y se han hecho las cosas más sucias y vergonzosas. Veremos a ver en lo que queda esto pues la cosa está fea."
  8. Podemos hablar mucho del pensamiento político de Federico, de cómo este evolucionó, de si era de derechas, de izquierdas, cuánto de izquierdas, o de nadie. Lo claro es que en ningún momento Ian Gibson da credibilidad a Rosales ni hay más fuentes que indiquen, en esos meses, que Federico apoyara una dictadura militar. Así que Lorca "contradictorio" no fue porque nunca apoyaría nada que trajera límites al pensamiento y muerte.
  9. Margallo, quizás, tiene una parte de razón cuando dice que Federico era "un hombre atormentado". Lo era cuando se sentía un andaluz despreciado o cuando sentía que quizás nunca sería poeta. Pero, sobre todo, cuando vivía limitado por un país que no le daba la libertad de ser. Insultado por la parte más rancia y conservadora de la sociedad, al grito de "García Loca" o "maricón".
  10. La memoria puede ser traicionera. A veces, incluso interesada. Para no recordar quiénes fueron los verdugos y quiénes las víctimas. No, Federico no apoyaba una dictadura. Como tampoco acabó "por heridas de hechos de guerra", como decía su parte de defunción. Lo que sí hubo fue interés en reescribir la historia por el bando vencedor. Pero hay una verdad que nadie puede ya ocultar. Federico fue asesinado y fusilado sin defensa por el franquismo, acusado de masón, rojo y homosexual. Por eso hay que recordar todo su contexto, para no seguir manchando, tantos años después, la memoria de quien fue asesinado como símbolo de libertad. Visto ahora, quizás molesta algo. Que estamos en 2024 y la gente aún vota a un poeta fusilado para recordarlo. Quizás no agrada que, en cierta manera, Federico vive. 
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Caso Assange: ¿Dónde está la supuesta prensa libre europea? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80392/caso-assange-donde-esta-la-supuesta-prensa-libre-europea/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80392/caso-assange-donde-esta-la-supuesta-prensa-libre-europea/#respond Wed, 21 Feb 2024 05:31:44 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80392 Continuar leyendo "Caso Assange: ¿Dónde está la supuesta prensa libre europea?"]]> Manifestación en apoyo de Julian Assange delante del Tribunal Superior de Londres, donde se examina su extradición a Estados Unidos. REUTERS/Toby Melville
SManifestación en apoyo de Julian Assange delante del Tribunal Superior de Londres, donde se examina su extradición a Estados Unidos. REUTERS/Toby Melville

Este martes 20 de febrero, comenzaba la primera sesión de la audiencia en la que la alta Corte Real Británica determinará definitivamente si el periodista Julian Assange será extraditado a los Estados Unidos de América para ser juzgado de espionaje por las revelaciones que realizó WikiLeaks al divulgar, en julio de 2010, más de 90.000 documentos militares; la mayor filtración de información de la historia sobre el Ejército de Estados Unidos.

Los papeles secretos revelaban las estrategias militares de la guerra de Afganistán y el número de bajas civiles que esta ocasionó, torturas, desapariciones y asesinatos impunes, que la labor de Julian Assange y WikiLeaks consiguieron sacar a la luz. Dos meses después WikiLeaks realizó otra revelación masiva: 391.000 documentos sobre la guerra de Irak.

Los informes aludían a terribles torturas a prisioneros, así como la muerte de 70.000 civiles iraquíes. Además, estos documentos ponían de manifiesto la nula investigación sobre miles de denuncias en muertes de civiles en "incidentes desconocidos". La mayor filtración de la historia de los EEUU ponía en cuestión la seguridad y reputación del todo poderoso Pentágono. A pesar de las terribles filtraciones, las autoridades norteamericanas solo condenaron unánimemente estas revelaciones porque ponían "en peligro la vida de soldados estadounidenses y aliados".

A partir de este momento, Julian Assange y WikiLeaks se convierten en los enemigos públicos número uno de la mayor potencia militar del mundo; todo por revelar sus constantes violaciones a los derechos humanos. Se inició así una persecución que ha supuesto acabar con las fuentes de financiación WikiLeaks con el bloqueo de los bancos y un tortuoso proceso judicial para que su fundador, Julian Assange, sea extraditado a los EEUU en donde le espera una petición de 175 años de prisión.

Una situación que, como reconoce la relatora de la ONU sobre la tortura, Alice Jill Edwards, puede llevar no solo a que Assange sea privado de por vida de su libertad, sino a que pueda ser víctima de tortura. ¿Alguien puede afirmar con rotundidad que en el caso de una posible extradición Julian Assange no será torturado? De hecho, ¿todos estos años de persecución y privación de libertad no son una forma de tortura?

Desde las filtraciones sobre las invasiones de Afganistán e Irak hace ya casi catorce años, Assange ha sido víctima de una campaña continua de desprestigio y difamación. Durante este tiempo, ha sido varias veces detenido en prisiones de máxima seguridad en Reino Unido y recibió asilo en la embajada de Ecuador de Londres, teniendo que residir en dos de sus habitaciones sin poder salir desde junio del 2012 hasta abril de 2019, donde finalmente volvió a ser detenido al perder su protección consular.

Se inició entonces el proceso de extradición a los EEUU, que dura justamente hasta estos días y que encara su recta final. En este tiempo he podido visitarlo en la embajada de Ecuador, colaborar con él para que impartiera varias conferencias online en el Parlamento Europeo junto a otros filtradores y periodistas como Falciani; liderar y apoyar numerosas iniciativas y cartas reclamando su libertad, así como formar parte presencial de las delegaciones internacionales de apoyo en las diferentes audiencias en Londres para su extradición, tanto en el 2020, justo antes de la pandemia, como ayer mismo.

Porque posicionarse en contra de la extradición de Assange es defender la libertad de expresión, prensa e información. Porque este caso es un claro intento de criminalizar y amedrentar a los periodistas o medios que osan denunciar los crímenes del poder. Si permitimos que extraditen a Assange, vencerá la impunidad sobre la justicia, socavando uno de los pilares básicos de toda democracia: el derecho a la información. No podemos olvidar que, mientras Julian Assange lleva mas de diez años de calvario y privaciones de libertad, los crímenes y los criminales que destapó con su información no han pisado un solo juzgado.

No deja de ser preocupante que los mismos medios que abrieron portadas y telediarios con las informaciones destapadas tanto Julian Assange como WikiLeaks, apenas hayan publicado una nota informativa sobre el juicio y las consecuencias de una posible extradición a los EEUU. ¿Dónde está la supuesta prensa libre europea?

No necesitamos concordar con Julian Assange y con el cien por cien de su biografía para comprender que esto supera al propio personaje, que lo que esta en juego es mucho mas importante y dependiendo del resultado de estos días seremos un poco menos libres y un poco mas siervos.

No podemos olvidar que el año pasado más de sesenta y cinco periodistas fueron asesinados en Gaza a manos de Israel, que setecientos ochenta periodistas han pasado por la cárcel en todo el mundo, y que un periodista español como Pablo González lleva dos años en prisión preventiva en un país miembro de la UE sin que todavía se haya presentado prueba o acusación en su contra.

Como escribía el viejo comunista sardo Antonio Gramsci: "Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes". En estos tiempos oscuros donde abundan los monstruos del pasado que se quieren hacer con el futuro, no podemos permitirnos el lujo de ser indiferentes y no tomar partido. O con la libertad de información o con la impunidad de los poderosos: que cada uno escoja su bando.

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Entre la Barcelona acomplejada o la republicana https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80347/barcelona-acomplejada-o-republicana/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80347/barcelona-acomplejada-o-republicana/#respond Wed, 21 Feb 2024 05:01:26 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80347 Continuar leyendo "Entre la Barcelona acomplejada o la republicana"]]> Ciudad de Barcelona.- Bernard Gagnon
Ciudad de Barcelona.- Bernard Gagnon

Barcelona tiene en sus manos alcanzar una mayoría progresista y republicana, que se materialice en un Gobierno valiente como para plantar cara a especuladores y fondos buitre. Solo sería cuestión de voluntad política. Comunes y ERC comparten una parte importante del modelo de ciudad, y si fueran capaces de aparcar diferencias y heridas, serían mayoría en un Ejecutivo que compartirían con el PSC, que mantendría la alcaldía a cambio de una estabilidad que hoy no tiene. Esta alianza podría arrastrar a los socialistas a posiciones de mayor ambición y sensibilidad social y ser, además, un eje de referencia para futuros acuerdos, nacionales y estatales.

Esta posibilidad sería coherente con una tradición pactista y progresista en la ciudad y, ante todo, con el voto mayoritariamente de izquierdas que se expresó en las municipales del pasado mayo. Y permitiría a Barcelona seguir ejerciendo un papel valiente en el plano internacional ante la oleada reaccionaria de la extrema derecha y las malditas guerras genocidas, así como culminar la pacificación urbana de la ciudad. Destacados referentes de republicanos y comunes, como Joan Tardà o Jaume Asens, han abogado por esta alianza "republicana de vía ancha", que dotaría también a la capital catalana de mayoría soberanista –o referendista, dicho de otro modo- en el pleno municipal. Algo que debería interesar a ERC en su particular rifirrafe con Junts.

La realidad es otra. El alcalde Jaume Collboni, tras más de medio año de ser investido precisamente por los comunes, avanza en su tramitación presupuestaria con la alianza solitaria de los de Oriol Junqueras. En las filas de ERC, como en las del PSC, parece existir el interés común de frenar la incorporación de los comunes a un eventual Tripartit a pesar de que tan solo les separan apenas 300 votos del actual alcalde. La cuestión es si son dudas, cálculos electoralistas, complejos o estamos delante de una pinza anti-comunes, una fuerza que ha logrado contrapronóstico disputar la hegemonía de la izquierda en la capital de Catalunya.

Hasta ahora, sabíamos de dónde venían las resistencias. Las políticas desplegadas durante ocho años por Barcelona en Comú dejaron claro a multinacionales, grandes inmobiliarias y buena parte del sector turístico que el Ayuntamiento de Barcelona no iba a ser una alfombra roja para sus negocios. A nadie le podía sorprender que esta coalición de intereses empresariales temiera un tercer mandato de los comunes en la capital catalana, como ya anunciaba el lawfare y la guerra judicial desatada –y reiteradamente archivada- de los poderes fácticos de la ciudad y sus bufetes afines.


Sin embargo, han sido los partidos del ala progresista quienes más han evidenciado sus complejos. Tanto es así que incluso dos fuerzas políticas como PSC y ERC que, hasta no hace tanto, eran como el agua y el aceite, ahora se plantean un gobierno de coalición sin la concurrencia de los comunes, que ejercieron de enlace cuando el mundo independentista y el no independentista se vetaban mutuamente. Surrealista si no fuera por la alargada sombra de la ex alcaldesa Ada Colau, que les empuja a un abrazo impensable a hasta hace unos meses.

Mientras tanto, Collboni sigue deshojando la margarita. Olvidando que es alcalde por los pelos, gracias en buena medida a un gesto de generosidad, e ignorando la opción de un gobierno fuerte de 24 regidores. Y en ERC parecen asumir su rol accesorio al PSC a sabiendas que sin los comunes dependerán de la derecha y no van a tener fuerza suficiente para disputar batallas de envergadura, como la vivienda, el turismo o la lucha ante las privatizaciones o la especulación.

El tiempo pasa y parece incomprensible que ante la amenaza global de la extrema derecha y la crisis habitacional y climática se deje escapar esta oportunidad de tejer alianzas amplias que den esperanza y confianza a la gente corriente. Que permitan a Barcelona seguir abanderando políticas ambiciosas, más peatonalizaciones y espacios verdes. En la era post-procés, las tres principales corrientes de la izquierda catalana están destinadas a entenderse. El cálculo partidista, cortoplacista no pueden marcar más el rumbo que las urgencias sociales de la ciudad.


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Este no es mi barrio https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80308/este-no-es-mi-barrio/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80308/este-no-es-mi-barrio/#respond Tue, 20 Feb 2024 05:46:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80308 Continuar leyendo "Este no es mi barrio"]]> Foto de El Olivar.- Israel Merino
Foto de El Olivar.- Israel Merino

Hoy también voy a escribir sobre un barrio que nunca será el mío.  

Andaba este viernes de borrachera en un karaoke en pleno Barrio de Salamanca –mejor ni preguntéis por qué – cuando Calvo y Aída, mis amigos, se cansaron y propusieron seguir de marcha por Carabanchel.  

Ellos son de allí, se conocen el barrio como las arrugas de una agüela, y conseguimos en nada y menos entrar en una discoteca – de las buenas, de las de menos de seis euros la copa – cerca de la parada de metro de Oporto.  

Fumando en la puerta, Calvo empezó a hablar de Carabanchel y de la antigua cárcel y de los pisos a bajo precio que conocía justo en el mismo edificio de la discoteca; todo iba bien hasta que yo también empecé a enumerar las virtudes del que consideraba mi barrio, Puerta del Ángel, describiendo con todo mi amor los chiquitos del Mauricio y la complicidad de El Olivar y las maldades en La Esquina de Eusebio cuando cae la noche sobre la calle Caramuel.  


–Pero ese no es tu barrio, ¿no? –dijo de repente–. O sea, tú no te criaste ahí.  

Calvo no se dio cuenta en ese momento, pero su comentario me machacó porque era verdad. Calvo no se dio cuenta en ese momento, pero desencadenó un desarraigo que, aun silenciado con muchos rollos de precinto, llevaba bastante tiempo jugando al frontón contra mi cabeza.  

Los que somos de fuera, ese lugar que es cualquier otro menos en el que se está justo ahora, tenemos todo el rato esa sensación de no pertenecer a ningún lugar; de ser apátridas voluntarios, estorbos e incluso chivatos.  

Al volver a casa ya por la mañana, atravesé la Pradera de San Isidro y el parque de la Ermita y me planté a observar las rejas de los bajos desde los altos de la calle Sepúlveda, justo en la frontera de Puerta del Ángel. También, borracho todavía, le hice una fotito al parque de El Olivar para tener un recuerdo del que nunca sería mi barrio –qué intenso me pongo por las mañanas–. 

Da igual que viva en él desde que hui de mis orígenes y senté la cabeza; da igual que por aquí me conozcan ya más por mi mote, Cachorro, que por mi nombre, Israel; que tenga amigos, amantes y camellos en cada esquina; que conozca secretos de sus gentes que no se pueden contar en un periódico o que vaya a tomarme chiquitos yo solo al Mauricio y me junte con cualquiera. Simplemente, no es mi barrio.   

La precariedad laboral, que yo prefiero llamar pobreza porque lo precario implica temporalidad, nos obliga a movernos de un lado para otro en busca de un alquiler más decente, de un trabajo mejor pagado o de un piso compartido; nos obliga a no tener ningún lugar, a tener que estar en todos lados como un Espíritu Santo triste, a hacer amigos de los que algún día nos alejaremos.   

No somos del sitio en el que estamos ni tampoco de ningún otro, pues al sitio de donde venimos tampoco podemos volver; somos gente triste, gente que intenta engañarse todo el rato con su lugar de procedencia; gente que realmente ama el sitio donde vive, pero sabe que nunca será el sitio de donde es.  

Hablo muchas veces con los chicos de El Olivar y ellos me cuentan cosas porque sé que confían en mí, pero sé que nunca seré del todo uno de ellos; criticamos juntos a los nuevos pijos que vienen con el dinero de sus papis a vivir y gentrificar la parte baja, la que está entre La Ermita y el río, sin embargo, sé que también me ven un poco como a ellos por mucho que viva en la zona del Alto y mi padre gane incluso menos que yo.  

Y esto no cambiará nunca, supongo, porque os puedo asegurar que de este barrio, sea o no el mío, no me mueve ni Dios.  

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Del Ingreso Mínimo Vital a la Renta Básica Universal https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80272/del-ingreso-minimo-vital-a-la-renta-basica-universal/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80272/del-ingreso-minimo-vital-a-la-renta-basica-universal/#respond Mon, 19 Feb 2024 19:47:20 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80272 Continuar leyendo "Del Ingreso Mínimo Vital a la Renta Básica Universal"]]> Freepik.
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El 27 de diciembre de 2023 el Gobierno anunció el traspaso del Ingreso Mínimo Vital a las Comunidades Autónomas que lo solicitaran. El día siguiente, 28, tuvo lugar una concentración ante el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones con protestas por la ineficacia y mala gestión de este ingreso concebido para las personas vulnerables en situación de precariedad. Arreciaron las críticas en numerosos medios. Y también, acompañando a las críticas, las voces de quienes promueven una renta básica universal como solución final de los problemas ocasionados por los subsidios sociales.

He defendido esta renta, a la que he dedicado larga atención culminada en mi libro Por una renta básica universal. Un mínimo para todos. Una renta básica universal no es cosa de visionarios. Se aplica en el Estado de Alaska. Fue legalizada por el Gobierno Lula en Brasil. Ha sido objeto de referéndum en Suiza. Tiene defensores en las corrientes políticas: liberal, socialista y republicana.  

La renta básica universal (RBU) es un ingreso mínimo sin condiciones. Es básica, es decir, un ingreso mínimo y modesto cuyo objetivo es la atención a las necesidades más elementales. Y es universal porque se aplica a todos los ciudadanos/as. Ésta sería la definición más simple: "un ingreso mínimo incondicionado concedido a los ciudadanos/as para atender a sus necesidades básicas". La RBU no es un subsidio social más, sino una alternativa a los mismos. No se identifica con los subsidios sociales vigentes, presentes en la legislación laboral, que se conceden a las personas que cumplen unos requisitos detallados y numerosos establecidos en la legislación.   

¿Es posible encontrar un argumento solvente favorable a la renta básica universal? 

Frente a la sorpresa inicial de quien oye hablar y defender por primera vez una RBU el mejor método es la explicación de los argumentos a favor y en contra de esta renta. Los argumentos clásicos más relevantes en favor de la RBU son la erradicación de la pobreza –al menos de la pobreza de solemnidad–, la evitación del estigma social del pobre, y el avance en la igualdad material -un paso en la conquista del Estado social de Derecho- pues es necesario un mínimo económico para acceder al disfrute de los derechos. 


 Además hay argumentos de épocas. Cito el argumento de los liberales del siglo XVIII: la compensación por el robo de la propiedad comunal de la tierra, que perpetraron las primeras generaciones y posteriormente los dueños de los medios de producción. Y refiero también el argumento más novedoso de nuestra época, época de la igualdad de género, consistente en la compensación a la mujer por su trabajo doméstico no retribuido, ya que la RBU tiene un destinatario individual, tanto el hombre como la mujer. 

En el otro lado, el de los críticos de la RBU, los argumentos clásicos más relevantes son la quiebra del principio de reciprocidad, ya que se recibe la renta sin una contraprestación a cambio, como es el trabajo, la inviabilidad económica de una renta de esta característica y el fomento de la vagancia. 

Los críticos de la RBU oponen el principio de reciprocidad, que es vulnerado con su aplicación. Este argumento no está bien planteado a mi juicio, porque hay que poner la reciprocidad en relación con las personas, y respecto a las personas todas reciben la misma renta, luego no falla la reciprocidad. Fallaría si el monto de la renta fuera distinto o si los que trabajan no la recibieran. Pero todos están en la misma situación. En este planteamiento se olvida que la RBU es gratuita para todos; todos la reciben, como reciben las libertades, sin que sea una contraprestación al trabajo. Luego el invocado principio de reciprocidad no posee la fortaleza que pretenden quienes lo esgrimen. 


Los otros dos argumentos, el de la inviabilidad y la vagancia, son argumentos contrafácticos, porque los hechos demuestran su falsedad. La inviabilidad de la RBU es un criterio político falso más que un argumento contrastado. La RBU es cara, pero viable. Y no es tan gravosa como pueda parecer a primera vista, porque su implantación comportaría por otro lado una importante reducción de gastos en dos grandes capítulos: a) el montante económico extraordinario de los actuales subsidios sociales –una sangría del Estado y de las Comunidades autónomas–, que en gran parte dejarían de existir con la vigencia de la RBU, y b) la alta cifra de los gastos por el mantenimiento de las administraciones y servicios dedicados a la concesión, funcionamiento y vigilancia de los subsidios sociales. 

Hay numerosos proyectos de simulación de la RBU realizados por economistas de prestigio utilizando diversos criterios de financiación –impuestos a las altas fortunas, a las transacciones bancarias, a las empresas contaminantes, a las transmisiones patrimoniales, etc.– Uno de los primeros proyectos, el de Thomas Paine, a finales del siglo XVIII, empleaba como fuente de financiación un porcentaje de las transmisiones hereditarias, que iban a un fondo de "renta del suelo" (nombre que él daba a esta renta). Actualmente los economistas en torno a la Red de la Renta Básica han realizado simulaciones con diversos criterios de una RBU para nuestro país. Creo que la mejor forma de financiación de la RBU no es escoger y aplicar un único criterio, sino la combinación de varios. 

Tampoco está empíricamente contrastado que la RBU sea una fuente de vagancia y ociosidad. Los proyectos llevados a cabo demuestran lo contrario. El reciente desarrollado en Finlandia aporta como resultado que la mayoría de los beneficiarios de una renta básica no se contentan con ella y buscan un trabajo complementario. Mejorar su situación económica y social es una aspiración natural de las personas, que no van a limitarse al simple ingreso de la RBU.  


 ¿La renta básica universal, última conquista en la cadena histórica de los derechos? 

La RBU se sitúa en la cadena de la conquista de los derechos de vanguardia de las épocas históricas: el derecho a una ley y jurisdicción universales, el sufragio masculino, el sufragio femenino, la participación en la administración de justicia mediante el jurado. Contra el reconocimiento de estos derechos de vanguardia, de frontera en su época, se han esgrimido toda suerte de argumentos que hoy son insostenibles: el argumento del rango social contra la ley y jurisdicción universales cuando se consideraba que la división de la sociedad en estamentos y jurisdicciones correspondía al derecho natural; el argumento de la instrucción contra la extensión del sufragio masculino, cuando se esgrimía que la política era cuestión de ciencia y no de interés; el argumento de las capacidades contra el sufragio femenino, cuando se entendía que la mujer no era apta para el voto, porque éste exigía la capacidad del sentido común y la mujer era muy emocional y el argumento de la profesionalidad contra la figura del jurado, cuando se pensaba que únicamente los jueces de carrera estaban capacitados para emitir en el juicio oral el veredicto de si el inculpado era inocente o culpable. 

En este proceso de conquista de derechos vanguardistas incluso las mentes progresistas de la época se ponían del lado del rechazo al nuevo derecho, como he tenido la ocasión de comprobar examinando textos y debates parlamentarios. Pues bien, hoy, ahora, tenemos un nuevo argumento para rechazar la conquista de un derecho vanguardista: el argumento del trabajo, que como los anteriormente citados se opone al reconocimiento de una RBU. ¿Cómo van a recibir un estipendio del Estado quienes no trabajan? Antes hemos presenciado los argumentos del rango, el conocimiento, las capacidades mentales, la profesionalidad y ahora el trabajo. El trabajo pasa a la lista de los argumentos excluyentes.  

Sin embargo, la RBU no se opone al trabajo. RBU y trabajo juegan en distintas ligas. La RBU se fundamenta en la persona, en su dignidad, como las libertades. Así como nacemos con una serie de libertades, igualmente deberíamos nacer con un mínimo vital para nuestras necesidades básicas, porque sin ello no podríamos subsistir ni disfrutar de las libertades. Y cada cual es muy libre de trabajar donde quiera o donde pueda. Tengo para mí que el futuro considerará al criterio excluyente del trabajo de la misma manera que ahora percibimos, mirando hacia a atrás, a los otros criterios históricos excluyentes que antes he referido. 

Jacques Monod, el azar, la necesidad y la renta básica universal 

Jacques Monod, Premio Nobel de Medicina, publicó el libro El azar y la necesidad. Un libro de culto, muy leído o, al menos, citado en mi época de estudiante, que hablaba de la confluencia del azar y la necesidad en el avance del conocimiento científico. Después me he dado cuenta de lo importante que es la suerte en la historia de los acontecimientos políticos de la mano del maestro Maquiavelo: la lucha de la virtud contra la fortuna.  

La RBU entra en el juego del azar y la necesidad. Las ideas nuevas necesitan del momento oportuno para consolidarse; no valen por sí mismas; exigen el caldo de cultivo de una sociedad que sepa recibirla. En ocasiones asoman nuevas y buenas ideas en un momento de la historia, pero desaparecen porque la sociedad no está preparada; tienen que dormir en el sueño de la historia hasta emerger en el momento oportuno.

La RBU es una de esas nuevas ideas que aparecen y desaparecen, porque no encuentra a la sociedad que pueda recogerla. Hace acto de presencia con las crisis económicas y sanitarias, pero pasada la crisis la dejan de lado y abandonan. El azar, la crisis inesperada, sacan a flote a la RBU, pero la sociedad poco después se olvida de su necesidad. ¿Llegará un tiempo en que una sociedad la considere necesaria y la reconozca?

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El nuevo lujo de poder parecer indigente https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80253/el-nuevo-lujo-de-poder-parecer-indigente/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80253/el-nuevo-lujo-de-poder-parecer-indigente/#respond Mon, 19 Feb 2024 05:30:09 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80253 El nuevo lujo de poder parecer indigente
Imagen de archivo de una tienda de ropa de segunda mano en Tucson, Arizona.— AFP

La limpieza de las calles y la ausencia de vagabundos tirados por el suelo llaman la atención nada más llegar a Los Álamos (Nuevo México), el lugar donde se gestó la Bomba Atómica, bajo la paternidad de, ya saben, Oppenheimer. El silencio, las calles vacías, la perfección del césped de las casas idénticas, los bancos urbanos impolutos y la felicidad de algunos niños que miran silenciosos a los forasteros con pinta de europeos (el abrigo de lana nos delata) resultan incómodos y, después de un par de horas, es algo aterrador. Una está acostumbrada al bullicio, a los gritos de un homeless discutiendo con su enemigo invisible o al baile de ir dando saltitos para no tropezar con los pies de una y otra víctimas del fentanilo. Pero a las cinco en punto de la tarde, es todo mucho más tranquilizador. Por fin un poco de movimiento y aparece el paisaje habitual de gorros de lana medio rotos embozados sobre greñas; zapatos sucios; un plumas con manchas y agujeros de cigarros... la indumentaria de esa gente que no te mira a los ojos, aferrada a sus vasos de cartón que les sirven para calentarse las manos.

Un ojo poco entrenado lo daría por supuesto: son los homeless que salen de algún refugio a esa hora. Pero una ya ha vivido esa experiencia, meses atrás, en un viaje a la cuna de Silicon Valley, Santa Cruz (California), y sabe que no. Que ese joven con ojos vidrioso, sentado en aquel banco podría ser el creador de Paypal y que el del gorro de lana y los mitones agujerados y, eso sí, las zapatillas Allbirds limpias, probablemente es uno de los ingenieros que trabajan en Los Álamos Labs y que pertenece a la clase media de este pueblo, la que gana unos 400.000 dólares al año.

Los Álamos y Santa Cruz pueden considerarse el epicentro de este fenómeno de billonarios o casi que optan por disimular. Por llevar al extremo esa falsa austeridad que propugnaron en los 2000 Zuckerberg o Steve Jobs. Todo por  esconder su riqueza y por (no nos engañemos) demostrar su estatus social. El CEO de alguna start up tecnológica puede permitirse el lujo, como las estrellas de rock, como los actores de Hollywood, de vestir con harapos, con ropa que se vende solo por internet, con rotos de fábrica y colores suavizados, como si arrastrara años de uso. Es el lavado a la piedra de los pantalones vaqueros de los 90 pero llevado al extremo.

Pero alguien que está empezando en este mundo se delatará por pequeños detalles clase media, como ponerse zapatos limpios o guantes con dedos en vez de mitones. Por supuesto, los chicos de mantenimiento esas oficinas no pueden permitirse ese lujo, ni se les ocurría porque probablemente un primo lejano o un compañero de primaria vive en la calle y lo último que quieren es parecerse a él, pero esencialmente porque en su contrato habrá alguna clausula sobre la normativa en el aliño indumentario. Para permitirse parecer un desharrapado hay que ser muy rico y muy poderoso.

Algunos dicen que esta tendencia digamos homeless chic está conectada con algo que no paramos de ver en las revistas de moda y en el Instagram de las influencers: el lujo silencioso. Esas marcas de a 500 euros la camiseta de algodón, que son la resaca de la era de los logos por doquier y la ostentación. Pero no, esto va más allá, da la vuelta a ese estilo tan Bill Gates yo-todo-lo-gasto-en-mi-fundación y se trata de una nueva clase social, con sus claves y su mirada puesta, en el fondo, en cronistas de los desheredados como Burroughs o Gingsberg, que también transitaron por Los Álamos y la cercana Ruta 66. Y una, al dejar el pueblo camino de Santa Fe, no sabe si compadecerse o envidiar a esos chicos (y pocas chicas). Esas mentes más brillantes de su generación devastadas por el aburrimiento; cabezas de ángel abrasadas por gorros de lana en plena primavera que parece agosto.

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La España avestruza https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80263/la-espana-avestruza/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80263/la-espana-avestruza/#respond Sun, 18 Feb 2024 06:10:10 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80263 Continuar leyendo "La España avestruza"]]> La España avestruza
Una lancha de la Guardia Civil en aguas de Ceuta a 28 de abril del 2020.- EP

Un mito nos hace creer que el avestruz entierra la cabeza ante el peligro. En realidad, lo que hace ante cualquier amenaza es hacerse el muerto y esperar. Se tira al suelo y como su cuello y su cabeza son del color de la tierra árida, en la que vive en África, se mimetizan y parece que los entierra, aunque solo es tanatosis. El término científico para lo que practican varios insectos, aves, peces, sapos y serpientes cuando se sienten amenazados. Se paralizan hasta la inmovilidad tónica con la esperanza de que así desaparezca el problema. 

En España la practicamos bastante y los problemas nos crecen y se multiplican. Catalunya, la falta de memoria histórica, el Consejo General del Poder Judicial, la financiación autonómica... Éstos son los primeros que me vienen a la cabeza mientras nos veo a todos haciéndonos los muertos tapaditos con la bandera. 

La semana pasada volví a visualizarnos de esta guisa cuando varios tertulianos ilustres me dijeron en directo que el enfoque que proponía del suceso de la semana simplemente no tocaba para mantenerse en su raca–raca.

Una narcolancha arrolló a una patrulla de la Guardia Civil asesinando a dos guardias civiles e hiriendo de gravedad a otro. No fue un accidente. La narcolancha era mucho más poderosa que el barco de las Fuerzas de Seguridad y les pasó por encima tres veces con la clara intención de matar. Ocurrió en Barbate, en Cádiz, en el epicentro de entrada del tráfico de cannabis en España y en Europa.

Desde entonces en los medios se ha señalado al episodio como un punto de inflexión y un nuevo motivo para la crítica demoledora del Gobierno, con la petición de dimisión del ministro de Interior, Grande Marlaska, incluida. 

"Esto no puede ser" es el clamor que subyace en todos los discursos y en eso creo que todos estamos de acuerdo.  

Lo curioso es que siendo tan claro el diagnóstico no se permita ni plantear la solución más razonable. 

A raíz del espantoso incidente, el Gobierno ha subrayado lo que ha hecho contra este narcotráfico en la zona desde que llegó a la Moncloa en junio de 2018. En julio de aquel mismo año puso en marcha un plan específico de lucha contra el narcotráfico en El Estrecho, que antes no había. Desde entonces ha invertido 80 millones de euros en él. Ha reforzado con 5000 agentes a los Cuerpos de Seguridad que allí trabajan. Se han llevado a cabo 22.000 operaciones policiales, se ha detenido o investigado a más de 20.000 sospechosos, se han incautado 1.700 toneladas de droga, se han abierto 12 juzgados más, se han destinado 1.000 millones al puerto de Algeciras, 800 a sus infraestructuras ferroviarias, 450 a políticas activas de empleo que se sumaron a los 50 millones que ha invertido en eso la Junta de Andalucía, etc. 

La queja de quienes luchan contra esta delincuencia, poniendo en riesgo sus vidas, es que sus medios no están a la altura y la mala noticia es que nunca lo estarán. Ellos siempre tendrán un barco más grande, un GPS más potente, un drón que vuela más alto, un submarino supersónico o lo que haga falta porque al Estado igualar su inversión nunca le saldría rentable.  

Los jueces de la zona no dan abasto. Las plazas en judicatura y en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado allí rotan y rotan. Pocos quieren ese trabajo. Hay juicios que prescriben porque las instrucciones se complican y se alargan y alargan. En uno de los último macrojuicios por el tráfico de cannabis en esta zona se gastaron 150.000 euros en remodelar el juzgado para que cupieran los 150 acusados que se sentaban en el banquillo.

Con todo esto presente, ¿por qué no nos estamos planteando legalizar el cannabis como ahora mismo está haciendo, por ejemplo, Alemania?

El Gobierno alemán tripartito del SPD, los Verdes y los liberales del FDP han llegado a un acuerdo con la Comisión Europea para sacar adelante un proyecto de ley que legislará sobre su consumo recreativo terminando con una lucha condenada al fracaso y cambiando infinitos gastos inútiles por 4.700 millones de Euros para las arcas del Estado, en ahorro y en impuestos, según sus cálculos.     

Holanda, Canadá, Uruguay, Sudáfrica, recientemente Malta, y 21 estados de esos Unidos han decidido dejar de poner puertas a este mar como hace tiempo que hacemos todos con otros mares, como el alcohol o el tabaco –que también rompen vidas–, contra los que luchamos con buenos resultados de una manera menos costosa, en muchos sentidos, y mucho más lucrativa.

En España se calcula que el 10% de la población consume cannabis con regularidad. El 10% de 48.000.000 de habitantes, son 4.800.000 y eso es mucha gente y un mercado gigante que se mantiene desde hace décadas. La inminente regulación de su uso médico en nuestro país debería ser solo el primer paso para terminar con éste tráfico, restringir más el acceso de menores y vulnerables a sus efectos perniciosos, imponer controles de calidad y de abusos, y hacer caja en lugar de mantener este agujero negro en nuestros presupuestos.

Alemania va camino de sumarse al club de lo posible. Eso es lo que dice la lógica y la empírica. Habrá que ver si aquí dejamos el de los imposibles y de tirarnos las víctimas a la cabeza mientras nos hacemos los locos o los avestruces y no evitamos muertes como las de esta semana. 

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Nosotras contra el poder https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80121/nosotras-contra-el-poder/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80121/nosotras-contra-el-poder/#respond Sun, 18 Feb 2024 05:04:54 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80121 Continuar leyendo "Nosotras contra el poder"]]> Decenas de personas marchan en la manifestación por el Día de Acción Global por la despenalización del aborto, a 28 de septiembre de 2023, en Madrid (España).- Matias Chiofalo / Europa Press
Decenas de personas marchan en la manifestación por el Día de Acción Global por la despenalización del aborto, a 28 de septiembre de 2023, en Madrid (España).- Matias Chiofalo / Europa Press

El poder nos observa, receloso. Detesta que las mujeres podamos gozar porque sí y a cambio de nada. Que podamos pagarnos nuestro pan y nuestro techo, escoger cuándo tenemos relaciones sexuales, cómo y con quién, elegir, sin miedo y sin culpa, si queremos o no ser madres. Al poder le gusta la libertad, pero no la nuestra, sino la que se disfruta a nuestra costa. La libertad de las mujeres se llama libertinaje, abuso, sindiós, desmadre o pecado. Nuestra liberación es el caos.  

Cuando las mujeres pueden decidir libremente sobre su maternidad, suelen tener pocos hijos o ninguno. El poder, tan hambriento de soldados, de obreros, de bolsas de carne humana a disposición del sistema, arruga las narices. Qué mal que las chicas no quieran parir, que no den a las relaciones sexuales la importancia que merecen, que no consideren cada coito un momento crucial de su existencia, que disfruten sin dar ni esperar nada más allá del placer. Y qué fracaso que los hombres apenas tengan que esforzarse para conseguir sexo.

¿Y si esta falta de interés de las mujeres en formar una familia vuelve a los hombres unos holgazanes? La vagancia no sirve al poder, que intentará por todos los medios incentivar la competitividad entre hombres, su afán por ganar más dinero, por someterse como bestias al mercado de trabajo. Es preciso, por tanto, controlar la fertilidad de las mujeres que, si se arriesgan a un embarazo y un parto no deseados, exigirán garantías de fiabilidad a los hombres con los que se acuesten. 

Cuando el poder grita libertad, se refiere a la que otros obtienen cuando nosotras vivimos ocultas y asustadas, cuando ponemos las relaciones sexuales en el lugar que al sistema le interesa, es decir, cuando el coito significa jugarse literalmente la vida. El poder necesita ilegalizar el aborto, dificultar el acceso a medios anticonceptivos, impedir una sana educación sexual desde la infancia. Tan pronto encuentra una grieta, esto es, en cuanto las mujeres bajamos la guardia, se emplea a fondo en la tarea de arrebatarnos nuestro derecho a evitar o a interrumpir un embarazo.  


Es una decisión rentable políticamente: los varones se entrometen bastante menos ante la prohibición del aborto que ante su legalización, así que a las altas esferas solo llegan los gritos de protesta de la mitad de la población. Además, es fácil confundir a los más ingenuos al llamar "bebé" a un pegote de células, convencer a la masa de que un cigoto, un embrión o un feto valen más que una mujer. Tan fácil como llamarse "provida" aunque por el camino maten a jóvenes y niñas, víctimas de la falta de atención médica o de los abortos clandestinos 

Mientras tanto, las mujeres en edad de procrear, y cualquiera que simpatice con ellas, habitan un régimen de auténtico terror donde un accidente o una casualidad pueden convertir en víctima a cualquiera. Le sucedió a Dorota, una mujer polaca embarazada de cinco meses a la que dejaron agonizar hasta la muerte. Un aborto la habría salvado, pero los médicos decidieron esperar. ¿A qué? No lo sé. Tenía 33 años.

Le pasó a Justyna Wydrzyńska, una activista condenada a ocho meses de trabajos sociales por enviar unas pastillas abortivas a una mujer maltratada que sufría un embarazo no deseado. Pastillas que, por cierto, ni siquiera llegó a utilizar. Le ocurrió en El Salvador a Evelyn Hernández, que soportó dos años de cárcel acusada de asesinato tras un aborto espontáneo. Ocurre con las mujeres que ceden sus datos a apps de control menstrual, que a su vez filtran los datos al mejor postor, convirtiéndose así en herramientas de control sobre esas mujeres. 


Y a esos espacios nos quiere relegar el poder: la clandestinidad, el dolor, el miedo, la muerte. La sospecha sobre cualquier mujer en edad fértil. Ayer fue Trump, hoy es Milei: dirigentes que se sirven del poder para controlar la sexualidad de las que viven bajo su mando. Saben que la posibilidad de un hijo no deseado nos debilita, nos obliga a depender de los hombres, a desconfiar y a que desconfíen de nosotras, a ser más cautas con nuestra intimidad. Y conocen cómo afecta ese estado a los varones. La prohibición del aborto no guarda relación alguna con la supervivencia de un manojo de células que no sienten ni padecen, sino con la subyugación de las mujeres a los hombres y, de rebote, la de los hombres al mercado laboral. 

Hoy quieren retroceder en Argentina como antes retrocedieron en Polonia o en Estados Unidos. Hoy son ellas, mañana podemos ser nosotras. Nuestra salud, nuestra libertad y nuestras vidas dependen de lo unidas que estemos y lo fuerte que alcemos la voz ahora, mañana y cada día, porque nuestros derechos sexuales y reproductivos nunca, jamás, estarán garantizados mientras exista el poder. 

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Representatividad y relación entre Sumar/Podemos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80173/representatividad-y-relacion-entre-sumar-podemos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80173/representatividad-y-relacion-entre-sumar-podemos/#respond Sat, 17 Feb 2024 08:20:46 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80173 Continuar leyendo "Representatividad y relación entre Sumar/Podemos"]]> Yolanda Díaz (i) en un acto en A Coruña | EFE/Calabar - Ione Bellara (d) en el Congreso EFE/JP Gandul
Yolanda Díaz (i) en un acto en A Coruña - EFE/Calabar | Ione Bellara (d) en el Congreso EFE/JP Gandul

Se acaban de publicar dos estudios demoscópicos seguidos por parte del CIS (Estudio 3436 sobre Asociacionismo, de 7/02/2024, y Estudio 3441 del Barómetro mensual, de 12/02/2024) sobre el voto para las próximas elecciones generales (no para las europeas). Aunque tienden a ser más favorables para las izquierdas estatales, nos pueden servir de orientación, y siempre valorándolos con contención, para dos temas controvertidos.  

Uno, para comparar la representatividad de Sumar/Podemos: en una proporción aproximada de tres y medio a uno, el electorado de Podemos constituiría más del 22% del conjunto anterior de la coalición Sumar, superior al 16% dispuesto el 23J para la distribución de los recursos y su representación parlamentaria, y considerado injusto por ellos.  

Otro, para analizar las perspectivas electorales de ambos para las elecciones europeas, auténtica prueba para diagnosticar la representatividad de cada cual por separado y valorar su relación competitiva y su evolución futura, especialmente para las próximas elecciones generales en las que, por la normativa electoral y el distrito provincial, la división penalizaría a ambas formaciones, particularmente a Podemos. 

En un libro reciente, Izquierda transformadora, he analizado las características y la evolución de este espacio sociopolítico y electoral desde el movimiento 15-M, la aparición y el papel de Podemos y las distintas convergencias y aliados y, particularmente, el desarrollo de los dos últimos años de la relación entre Sumar y Podemos. Por tanto, considerando el contexto sociohistórico y los condicionamientos políticos y estructurales, aquí me centro en la conformación de la representatividad y la relación entre estos grupos políticos tras el 23J, con la vista puesta en el hecho inmediato más significativo, las elecciones europeas, y la experiencia sociopolítica de estos meses, que va a condicionar su futuro competitivo y/o unitario con su correspondiente rearticulación para la etapa posterior que culminará en las próximas elecciones generales (y locales) de 2027, o antes, si son adelantadas. 


Cogiendo la primera encuesta, en la estimación de voto directo las proporciones serían similares: 7,5% para Sumar y 2% para Podemos, que supone el 79% y el 21% del total de ambos, respectivamente. Si valoramos el voto más la simpatía los resultados son: Sumar, 8,6% y Podemos 2,5%, con un total del 11,1%, y una distribución del 77,5% y el 22,5% del total, respectivamente; similar a la respuesta sobre la cercanía a las ideas de cada uno de ellos: 78,1% y 21,9%.  No obstante, en el segundo estudio, con cerca de cuatro mil entrevistas, la estimación de voto (sobre voto válido) es del 10,2% para Sumar y el 2,9% para Podemos, en una proporción de tres y medio a uno, y con un total del 13,1%, es decir, algo superior a lo conseguido el 23J. 

Hay que recordar que los resultados del 23J de Sumar (incluido Podemos y las convergencias) fueron el 12,57% del electorado, 3,045 millones de personas, que había descendido desde el 15,39% y 3,701 millones de las generales de 2019 (sumando Unidas Podemos, con sus confluencias, y el acuerdo del Turia -Más País/Más Madrid y Compromís/Mes Mallorca/Chunta Aragonesista-.  

Pues bien, con un porcentaje similar de abstención, en esta encuesta la suma del electorado de ambos (Sumar, 2,45 millones y Podemos 0,7 millones) llegaría a 3,150 millones, unos cien mil más. Se frena el debilitamiento respecto del 23J, pero todavía no se recuperan esos 700 mil perdidos del periodo 2019/2023 -y los dos millones añadidos del inicio en 2015/2016-.  


En ese sentido, el declive representativo continúa respecto del periodo anterior, aunque comparando el Barómetro de enero de este año con el de febrero, los primeros con datos de las dos fuerzas por separado, ambas formaciones, Sumar (10,2% desde el 9,7%) y Podemos (2,9% desde el 2,7%), suben unas décimas, sin que la separación del grupo parlamentario o el fiasco sobre el subsidio de paro hayan tenido muchas implicaciones negativas para cada una de ellas en el voto, y más allá de la consabida tensión entre sus dirigencias y cierto desánimo y desafección en sus bases sociales, con alguna tendencia hacia otros partidos -PSOE e izquierdas nacionalistas- y la abstención.  

La transferencia electoral de Sumar (incluido Podemos), respecto de sus resultados del 23J (con menor desplazamiento en sentido contrario y una parte indecisa), considerando el voto y simpatía, son: hacia Sumar, 62,0%; a Podemos, 16,3%; al PSOE, 12,2%; a la izquierda nacionalista, 1,2% -sobre todo, en términos comparativos más hacia el BNG, 0,7% y menos hacia EH-Bildu, 0,3% y, sobre todo hacia ERC, 0,2% que, con mayor peso poblacional, penetra poco en el más consolidado electorado de En Comú Podem/Sumar-. 

Otro dato significativo es la respuesta del electorado del 23J de Sumar a la pregunta de hacia qué partido siente ahora más simpatía: A Sumar (Movimiento Sumar y el resto de grupos, salvo IU y Podemos), -solo- el 25,5%; a IU (que aparece separado de Sumar), 8,1%; a Podemos, 13,8%; a PSOE, 15,1%; a ninguno o a otro partido, 23,8%; No sabe/No contesta, 13,2%. Se trata de un resultado preocupante para la dirección de Sumar con la que simpatiza solo una cuarta parte de su electorado global, así como para el conjunto, ya que casi otra cuarta parte se declara desafecta a todos ellos, y un porcentaje significativo simpatiza más con el Partido Socialista.  


Además, la izquierda nacionalista obtuvo el 23J el 3,94% (ERC, 1,92%, EH-Bildu, 1,28% y BNG, 0,64%), algo menos de 1 millón de votos (0,954), y esta encuesta del CIS -que tradicionalmente también infravalora el voto nacionalista de izquierdas- les adjudica el 3,1% (1,4%, 1% y 0,7%, respectivamente). 

Por otra parte, en el reciente Barómetro del CIS (Estudio 3441, de 12 de febrero de 2024), la estimación de voto (en porcentaje sobre voto válido y una abstención -sólo- del 7,9% y un No sabe/No contesta del 19,1%, ambos sobre el censo) es el siguiente: PSOE, 33,0%; Sumar, 10,2%; Podemos, 2,9%; izquierdas nacionalistas, 3,6% (ERC, 2,1%, EH-Bildu, 0,8%; BNG, 0,7%); con un total del 49,7%. Las derechas se quedarían en el 41,2% (PP -con UPN-, 33,3% y VOX, 7,9%), a bastante distancia de las izquierdas estatales; y las derechas nacionalistas el 2,1% (Junts, 1,0 %, PNV, 1,0 %; CC, 0,1%).  

La transferencia electoral de la coalición Sumar (incluido Podemos) desde su electorado del 23J es la siguiente: hacia Sumar, 58,6%; a Podemos, 17,2%; a PSOE, 9,7%; a izquierdas nacionalistas, 0,9% (0,3% a cada uno de los tres), sin contar la gente indecisa o abstencionista y el flujo en sentido contrario, más limitado.  


Tal como adelantaba, en términos comparativos entre la izquierda transformadora tendríamos la proporción de 77,9% para Sumar, y el 22,1% para Podemos, es decir, en una relación de tres y medio a uno.  

La propuesta de los porcentajes de la representación adjudicada (sin primarias) dentro de la nueva estructura directiva de Sumar, su Grupo de Coordinación, pendiente de confirmar el mes de marzo en su asamblea fundacional, es la siguiente: se reserva el 70% para Movimiento Sumar y el 30% al resto de grupos (Izquierda Unida, Catalunya en Comú, Más Madrid...), con las reservas de alguno de ellos. Pues bien, en la hipótesis de un proceso constituyente integrador del conjunto de la izquierda alternativa, aparte de ajustarlos, habría que redistribuirlos en dos sentidos.  

Por una parte, en torno a un 8% de Compromís, Més Mallorca, Chunta Aragonesista y Drago Canario, deberían encajar en ese 30% previo, aunque de momento desisten de integrarse y participar en esa articulación orgánica e incluso dudan de ir con Sumar a las elecciones europeas -en 2019, yendo separados no consiguieron escaño- o sumarse al eje soberanista de ERC/EH-Bildu/BNG.


Por otra parte, a Podemos le correspondería ese porcentaje del 22% del total, evidentemente al margen de ese porcentaje para el resto de partidos y a costa del adjudicado a Movimiento Sumar. O sea, este último, como referente principal de todo el conglomerado Sumar, no tendría la mayoría absoluta del conjunto -cosa parece que inquietante para su liderazgo- aunque sí más del doble que Podemos, la probable segunda fuerza organizada de esa izquierda transformadora. 

Como complemento, podemos citar la encuesta de Simple Lógica (13/02/2024 en elDiario.es), cercana a los resultados del CIS sobre Sumar (11,1%) y Podemos (2,3%), con un total de 13,4%, algo superior también a los del 23J. 

Hasta aquí, los números objetivos de la representatividad electoral de cada cual y la trayectoria última. El peso y la proporción del espacio en conjunto y cada una de sus tendencias se va configurando. La dinámica de declive electoral se ha frenado, aunque se estanca el descenso respecto del periodo anterior; la articulación orgánica de Sumar todavía es incipiente y frágil, pero se va consolidando como la coalición más representativa de esa izquierda diferenciada de la socialdemocracia -y la izquierda nacionalista- con hasta 2,5 millones de votos.  


No obstante, Podemos, frente a algunos augurios, continua sin desaparecer, con un electorado propio significativo (unos 700 mil), pero lejos del peso mayoritario y decisivo en todo el conglomerado alternativo de la etapa anterior.  

Las dos tendencias permanecen, en agria disputa, sin terminar de consolidarse en sus respectivas bases socio-electorales, pero dibujando unas proporciones aproximadas de su representatividad electoral y, sobre todo, de la primacía dirigente de Movimiento Sumar, con un talante más moderado, dialogador y transversal, y la posición más secundaria de Podemos, con un enfoque más transformador, exigente y de izquierdas.   

En ese sentido, las elecciones europeas constituyen un proceso de legitimación socio-electoral y político de las dos formaciones (y de una posible tercera) para medir su representatividad y establecer con mayor objetividad las bases relacionales entre ellas. La particularidad es que, con distrito único estatal, se necesitan cerca de 400.000 votos para acceder a un escaño, y trasladando estos porcentajes, aun con la previsión de un aumento de la abstención, habitual respecto de las elecciones generales o las territoriales, tenemos que Podemos tendría asegurado una eurodiputada, con posibilidades de la segunda, y Sumar entre cinco y seis. La pugna por la influencia política y el reconocimiento electoral continuaría. 

Por tanto, dentro del previsible debilitamiento del prestigio de ambos, las dificultades mayores son para Podemos, para mantenerse como un actor para tener en cuenta en el escenario público e institucional y condicionar el proceso social y político. Es el emplazamiento inmediato que tienen ambos para las elecciones europeas.  

Al mismo tiempo, Podemos tiene la tarea de vertebrar su organización territorial y su estrategia política transformadora con un perfil propio; mientras Movimiento Sumar, concretará su proceso constitutivo orgánico desde su asamblea fundacional en marzo hasta la constituyente en el otoño, sin la participación de otros grupos de la actual coalición (Compromís, Més, Chunta y Drago).   

Esa división en estas elecciones europeas es compatible con el marco general compartido de asegurar la preponderancia de la mayoría parlamentaria democrática y plurinacional y garantizar un mínimo avance de progreso con suficiente estabilidad institucional de las izquierdas y fuerzas progresistas, para evitar el ascenso y la victoria de las derechas. No obstante, es probable que la competitividad electoral genere más sectarismo mutuo, con desprestigio social de ambos. Se trata de evitar la ruptura de todos los puentes, consolidar esos puntos estratégicos comunes y contemplar una aproximación posterior con fundamentos más realistas y unitarios y, sobre todo, con respeto al pluralismo existente y procedimientos democráticos. 

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Alberto Núñez Feijóo, Veep, o cómo hundir candidatos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80218/feijoo-veep/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80218/feijoo-veep/#respond Sat, 17 Feb 2024 05:45:12 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80218 Continuar leyendo "Alberto Núñez Feijóo, Veep, o cómo hundir candidatos"]]> Cartel promocional de la serie 'Veep'.
Cartel promocional de la serie 'Veep'.

Me pregunto qué pensó la dirección de la campaña del actual presidente de la Xunta y candidato a las elecciones gallegas del próximo domingo, Alfonso Rueda, cuando se enteraron de que Feijóo había contado en un off ante 16 medios de comunicación que propuso indultar a Puigmdemont para conseguir ser presidente del gobierno de España.

No estaba siendo una buena semana. Venían de hacer un debate en la televisión pública gallega diseñado para que le saliera muy bien, que le había salido muy mal y la estrategia del PP por allí era esconderle en la medida de lo posible.

Días después de hacerse pública la información, el propio Feijóo lanzaría un tuit de apoyo a su compañero en el que no salía por ninguna parte, en lo que sin duda es otro maniobra de una enorme capacidad comunicativa.

En los últimos veinte años las ficciones televisivas han hablado de la política tres formas distintas. La idealista, la cínica y la realista.


La serie campeona de la política idealista y, seguramente, la mejor sobre la importancia de mantener las convicciones, El Ala Oeste de la Casa Blanca, nos mostraba una administración, la del Presidente Bartlet, en la que sus personajes se enfrentaban cada día a la tensión entre "hacerlo bien" y "sacar algo adelante".

La respuesta a esa idealización política y a la fuerza de sus convicciones es la campeona del cinismo: House of Cards. Una serie que opera en una longitud de onda que hay momentos que sintoniza "Radio Qanon" y reproduce buena parte del imaginario trumpista en torno a la ciénaga de Washington y sus poderes en la sombra. Las series cínicas se caracterizan por sostenerse sobre una simulación de realismo que reduce la política a la cancelación del futuro y la norma neoliberal.

En algún lugar entre El Ala Oeste y House of Cards parece situarse (aún no la he visto) Baron Noir.


La ficción realista, sin embargo, es patrimonio absoluto de las comedias. Si queréis saber cómo es la política real ved The Thick of It, ved Vota Juan y ved la joya de la corona: la mejor serie política de los últimos años, Veep. Cualquier fan de Veep sabe que lo sucedido esta semana con Feijóo es un capítulo de la serie que prácticamente se escribe sólo.

Lo que nos enseñan las grandes comedias sobre la cotidianidad de la política es que, en un espacio dominado por una atención rota y una dependencia absoluta de la visibilidad, el problema no es entre la verdad y la mentira, sino entre el caos y el orden. Que Feijóo miente no es novedad. Prácticamente nadie espera a día de hoy que diga la verdad sobre absolutamente nada, pero el problema es el enorme ruido que ha introducido y la quiebra en la dirección de la propia campaña que ha provocado.

Aún así, no conviene despistarse. Las informaciones sobre Feijóo, los indultos y la forma en la que han aparecido nos señalan a algunas cosas bastante graves. Hago una pequeña lista.


  1.  Si tiene que poner en riesgo las elecciones gallegas de su propio partido para defenderse de un mal mayor, lo hará. Es evidente que el off se produce para evitar que sea Junts quién lo cuente.
  2. Si tiene que incendiar el país llamando traidora a una mayoría parlamentaria mientras negocia con aquellos a los que tacha de poco menos (y sin poco menos) que de terroristas, lo hará.
  3. Y si tiene que prometer que en vez de resolver las cosas con las herramientas democráticas, lo hará pervirtiendo las instituciones judiciales porque le son afines, lo hará también.

Estos tres elementos son suficientes para que el PP pierda las elecciones en Galicia y para que nadie, nunca más, se sienta amenazado por sus llamadas a la rebeldía ciudadana. Ojalá sus votantes les pidan cuentas por haberles engañado, pero lo mínimo es que el resto dejemos de actuar como si el aspirante a emperador estuviera vestido.

Sin embargo, la realidad suele no coincidir con las series de televisión, dónde la victoria o derrota de Rueda se basa fundamentalmente en la pregunta: "¿es el protagonista de la serie?" Y en base a eso decidir qué tiene que pasar para que lo siga siendo. En el mundo real las cosas no se organizan en torno a una suerte de ingeniería inversa narrativa, ni a un sentido. El sentido, en todo caso, se lo damos a posteriori, apañándonos con la caja de herramientas de las ficciones que tenemos a mano.

Hay mucha más gente que desea el cambio que gente que cree que es posible. Especialmente en las ciudades más pobladas. Quizás lo más importante que ha hecho Feijóo ha sido romper esa distancia y hacer que la gente crea que, efectivamente, se pueden ganar las elecciones. Puede haber cambio en Galicia. Puede abrirse una nueva etapa.

Ojalá así sea. Las gallegas y los gallegos lo merecen.

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Los silencios que irrumpen a pesar de las familias https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80233/los-silencios-que-irrumpen-a-pesar-de-las-familias/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80233/los-silencios-que-irrumpen-a-pesar-de-las-familias/#respond Sat, 17 Feb 2024 05:19:36 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80233 Continuar leyendo "Los silencios que irrumpen a pesar de las familias"]]> Cuadro "Mon han dog ikke skulle komme?", de Christen Dalsgaard (1879).
Cuadro "Mon han dog ikke skulle komme?", de Christen Dalsgaard (1879).

Los silencios y los recuerdos se heredan. Algunas heredan también viviendas, dinero, acciones, privilegios, apellidos compuestos. La mayoría, sin embargo, sólo heredamos refranes, recetas, viejas historias, alguna vajilla sin estrenar y cubiertos desparejados. Pueden parecer cositas inofensivas, pero están destinadas a convertirse en grandes conflictos. El paso de los años hace que los refranes pierdan sentido, que las recetas tengan que adaptarse por falta de ingredientes, que las historias revivan entre mentiras, que las vajillas no puedan lavarse en el lavavajillas, que nadie recuerde a quién corresponden las iniciales de los tenedores.  

Enfrentarse a silencios familiares siempre es arriesgado desde la narrativa, pero, por suerte, siempre hay alguien con ganas de retarlos. Massimo Recalcati dice "que siendo el ser humano un ser de lenguaje, siendo su casa la casa del lenguaje, su ser sólo puede manifestarse a través de la palabra". 

La bisabuela de Itxaso Martín, por ejemplo, pasó más de 50 años en un centro psiquiátrico. Al parecer, sufría "melancolía de la involución", algo así como una depresión. Nadie, nadie hasta que Martín se encontró de frente con la historia, se había preguntado qué le pasaba, quién había decidido psiquiatrizarla o por qué estuvo más de 20 años callada. Todo empezó con un silencio y ha acabado siendo un grito. Primero, en forma de tesis doctoral: Escribiendo la locura, la desmemoria y el/los silencios: mujeres devenidas vacío como espejo del orden social y moral; y, después, como Ni, Vera, una novela publicada por Elkar: "El silencio en torno a este episodio estaba condicionando la vida de toda una estructura familiar. Un psicólogo me decía que los tabúes que hay en las familias son como un volcán. Te sientas encima para que no explote, pero eso condiciona todos tus movimientos porque, si te levantas, explota. El silencio crea un sistema perverso", asegura Martín.  

Su bisabuela, que había estado sumergida en, al menos, dos décadas de silencio, había muerto ya cuando ella decidió explotar el volcán. Las erupciones volcánicas son uno de los fenómenos naturales más impactantes porque muestran la fuerza inherente de la tierra. El magma y otros materiales que esconden en el interior emergen hacia la superficie y, por supuesto, se transforman. Algo similar ocurre con los silencios, que, al ser revelados, de alguna manera, mutan.  

En Nada se opone a la noche, Delphine de Vigan trata de reconstruir la historia de Lucile, su madre. Entre fotos, videos, entrevistas y recuerdos, la autora se sumerge en una búsqueda en la que pretende alcanzar una verdad que no existe: "No tenía más que fragmentos dispersos y el mismo hecho de ordenarlos constituía ya una ficción. Escribiese lo que escribiese, entraría en el terreno de la fábula. ¿Cómo me había imaginado, aunque fuese un solo instante, poder hacer inventario de la vida de Lucile? ¿Qué buscaba en el fondo, si no era acercarme al dolor de mi madre, explorar sus contornos, sus pliegues secretos, la sombra que arrastraba?".  

A raíz de la publicación de Lunáticas, una serie de 'De eso no se habla', el podcast de Isabel Cadenas Cañón, no paran de llegarme peticiones de ayuda: "Creo que mi abuela fue prostituta, no sé por dónde empezar a buscar"; "Creo que no me abandonaron"; "Mi tía tiró toda la documentación"; "No sé a quién preguntarle ya qué pasó con mi bisabuela"; "Mi familia no quiere contarme nada". En estas búsquedas –la de  Itxaso Martín, la Delphine de Vigan y la de tantas y tantas más que nos empeñamos en hacer explotar silencios familiares– el riesgo siempre es el mismo. En cada una de las búsquedas hay exposición, rupturas, heridas y ficción. Ningún silencio puede estallar repleto de verdades, pero todos los silencios están a reventar de mentiras 

Enfrentarse a los silencios propios, a los que arrastran nuestras propias familias, es lo más difícil. Algunas, sin embargo, los enfrentan con franqueza. Por qué volvías cada verano, de Belén López Peiró, es uno de los mejores ejemplos de valentía: "Sentí que estaba escribiendo contra mi familia, contra las instituciones y contra mí misma", declara la autora de una novela autobiografía en la que denuncia el silencio familiar y al abandono institucional ante el abuso sexual en la infancia. 

La sacrosanta institución de la familia cae sobre una losa sobre nosotras cuando tratamos de contar algunas historias. La familia, esa estructura patriarcal y agresiva para tanta gente, parece ser la única unidad digna de respeto eterno. De repente, la opinión de unos primos lejanos parece que importa. De repente, el miedo a dañar a una tía a la que hace siglos que no ves puede convertirse en un freno para desvelar un silencio. Los archivos, en muchas ocasiones, te abren o te cierran la puerta ante una simple pregunta: "¿Grado de parentesco?". Si puedes acreditarlo, accedes a la información. Si no, el silencio queda, de nuevo, archivado. La familia, fuente de tantos dolores, tiene la posibilidad de permitir que se haga justicia con viejas historias o puede permitirse entorpecer algunas búsquedas. 

Esto, sobre todo, afecta a quienes tratamos de desvelar violencias históricas en clave de género: ¿Qué familia permite que una historiadora descubra que machacaron a un primo maricón? ¿Qué familia permite que cuentes que la abuela fue vendida al mejor postor? ¿Quién no se revuelve cuando sabe que su prestigio puede ser puesto en entredicho cuando todo el mundo sepa que su hermana era puta? ¿Cómo convencemos a alguien para que deje indagar a una periodista en el pasado nazi de su familia? A veces hay suerte, pero lo más habitual es encontrarse con resistencias: "Deja de enredar"; "No te metas"; "A quién le importa"; "Eso no fue así"; "Mezquina".  

Hace unos días, hablaba de todo esto con unas compañeras feministas. Una de ellas mostraba su resistencia ante cierta tendencia a desvelar silencios familiares. Decía que le preocupaba que tratáramos nuestras genealogía como si fuera un oráculo, que delegáramos algunos de nuestros dolores en viejas historias que no hemos vivido. Hay cierto riesgo, por supuesto. Pero, en mi caso, por ejemplo, siento el dolor de mi bisabuela Esther cada vez que alguien llama por su nombre a mi madre. No sé si querer contar su historia es una magufada o es memoria histórica, pero, entre viejos silencios familiares, nuestros dolores irrumpen a pesar de todo. 

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El Plus https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80131/el-plus/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80131/el-plus/#respond Fri, 16 Feb 2024 05:01:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80131 Continuar leyendo "El Plus"]]> Pixabay.
Pixabay.

Tras enero, y ya mediado febrero, he comenzado el año 2024 con las ilusiones renovadas. Haciendo una limpia de mi mente. Respirando hondo. Pasando página. Como si vaciara el disco duro para que el recuerdo del año pasado, con todos sus desmanes, guerras, injusticias lacerantes y desgracias enquistadas, no me amargue este nuevo. Un mundo y una sociedad que cada vez comprendo menos, pero a la que me aferro y dedico todos mis esfuerzos intentando entender lo que ocurre y lo que le pasa por la mente al ser humano de este siglo XXI. Mucha cabeza y poco corazón. Mucho cerebro y poca humanidad. 

 Mi afán es no convertirme en un viejo cascarrabias, un perdedor marginado, un tiquismiquis gruñón. Uno al que, para seguir viviendo saludablemente, no debería afectarle el genocidio de miles de niños masacrados en Gaza, los ataques indiscriminados a campos de refugiados, la hipocresía de la UE y la doble vara de USA, la financiación sin escrúpulos y sin fin de la guerra de Ucrania, el relleno, a base de cadáveres, de la tumba abisal en la que se ha convertido el Mediterráneo y un largo etcétera inmoral y abominable. Que no me afecte la gran mentira en la que vivimos: cerrando los ojos, tapándonos los oídos, quedándonos mudos. 

Con esta buena fe y para borrar de mi mente toda esa negrura, me entretengo viendo un programa de televisión dedicado a la aplicación de la Inteligencia Artificial para luchar contra la soledad de los ancianos en las grandes ciudades. En una pantalla gigante que le ha colocado en el salón la empresa concesionaria o contratista, Robotic Home, pagada por el ayuntamiento o por la propia familia, aparece un "humanoide". En este caso es una rubia de ojos azules, angelical; pero, según las instrucciones del catálogo, puedes elegir entre 10 modelos diferentes: hombre, mujer, blanca, negro, oriental, joven, viejo, aire rústico, aire refinado... Incluso, aunque ello exige un pequeño coste añadido, un plus, el "muñeco", el falso humano, puede ser idéntico a tu hijo, a tu hija o, de no tenerlos, a uno de tus hermanos. Con su cara y su propia voz. Igualitos. 

El invento o engendro, mirando a los ojos y con su dulce tono –al que se le puede graduar el volumen según la sordera del anciano–, saluda y pregunta a la abuela por su nombre:

–Buenos días, Teresa. Soy Pathy. Tu asistente personal. ¿Cómo te encuentras hoy? ¿Has dormido bien? ¿Has desayunado? ¿Te has tomado las pastillas de la mañana: el Sintrom, el Crestor, el Ixia, el Omeoprazol? ¿Has ido al baño? 

La anciana, que fue educada en el pueblo a la antigua usanza, contesta a todas las preguntas con rapidez y diligencia. Como si fuera un examen. Como si ella también fuera otra autómata. Después, según pasan los días, las semanas y los meses, va cogiendo más confianza con Pathy y ya las preguntas las hace también ella: 

–¿Y tú, Pathy, cuántos hijos tienes? Porque yo tengo cuatro, dos varones y dos chicas, nietos creo que son siete, aunque no sabría nombrarlos a todos de corrido.

A lo que Pathy añade: 

–También tienes dos biznietos. ¿A ver si recuerdas sus nombres? Te voy a dar unas pistas... 

Pero Teresa la interrumpe: 

–¿Con que no recuerdo lo que he comido hoy, y tampoco los años que tengo, Pathy, y quieres que me sepa todos esos nombres tan raros?  

A lo que la máquina responde:

–Tienes 89 años, Teresa, y el próximo mes cumplirás 90. Haremos una gran fiesta. Una celebración a lo bestia. 

La Inteligencia Artificial, en el caso que nos ocupa, consiste en que a la abuela Teresa, tan bien vigilada y atendida por Pathy, han dejado de visitarla los hijos y los nietos. Si sus visitas ya eran esporádicas antes, ahora se hacen eternas. Porque, según dice su hijo mayor, tan ocupado, cuando va a echar la bonoloto y le preguntan el lotero amablemente por la abuela:

–Está mejor que nunca. Pathy se encarga de todo. Y si ocurre una emergencia, salta una alarma y en un instante se presenta un médico, una ambulancia o una enfermera. De llenar la nevera, ni te cuento. Porque Pathy lleva un listado riguroso –y económico– de las necesidades y, mandando aviso telemático, los del Carrefour le suben la comida, la compra, directamente a la despensa. ¡Una joya esa Pathy! 

Un día que Teresa estaba plácidamente charlando con Pathy, su Pathy, entretenida recordando los platos que cocinaba antiguamente para su familia –veinticuatro se juntaban a la mesa– en Nochevieja, aparecieron por su espalda su yerno y su hija Carlota, la economista de Price Waterhouse. Pero, al ir a besarla, Teresa dio un respingo asustada, apartándola bruscamente:

–¿Qué te parece, Pathy, cariño, esta mujer dice que es mi hija? 

Al tiempo que el yerno, refunfuñando, en plan sabelotodo, soltaba: 

–¡Eso te pasa por rata! ¡Por no haber pagado el plus para que Pathy llevara tu cara! 

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Bienvenidas a mi 'haul' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80197/bienvenidas-a-mi-haul/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80197/bienvenidas-a-mi-haul/#respond Thu, 15 Feb 2024 19:26:10 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80197 Continuar leyendo "Bienvenidas a mi 'haul'"]]> Freepik.
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Contrariamente a la opinión general, adoro las tardes de los domingos porque no tengo nada que hacer. Es entonces cuando me puedo recostar tranquilamente en el sofá, o, al menos, en el trozo del sofá que Perro Bonito me permite ocupar, tapadita con mi manta, escuchando de fondo episodios de true crime de Oxygen del tipo Mujeres asesinas, Parejas asesinas o -mi favorito de siempre- Enterrado en el jardín, mientras me hago la manicura y ojeo el móvil.

Y fue en una de esas ociosas y placenteras tardes de domingo cuando, entre reels de Star Wars, consejos que jamás seguiré por pereza y falta de habilidad para el pelo rizado, perretes y gatetes, me encontré ante un género que desconocía: los hauls de Zara. Estos vídeos -los hay de otras marcas también, pero de una forma extraña y misteriosa la empresa gallega ha conseguido auparse al podium de lo aspiracional- consisten en ver a una mujer abriendo ante la cámara su pedido online, para después mostrar lo que se ha comprado mientras comenta lo que opina de las nuevas prendas y se las prueba o no ante la cámara porque, por lo visto, esta parte es opcional.

Reconozco que al principio estos vídeos me fascinaron porque me encanta la moda y porque también tengo una vena cotilla, pero no tardé en sentirme abrumada, pues son cientos de mujeres las que cada día producen vídeos similares y yo creo que es imposible que se puedan permitir comprar esa cantidad de ropa y, mucho menos, llegar a ponérsela, pues reciben dos, tres, cuatro paquetes varias veces por semana para así poder mantener las visitas y los likes en sus perfiles.

Así que hice un cálculo rápido y, salvo María Antonieta y Catalina la Grande, no hay mujer que pueda tener tanta vida social, eventos, tiempo y oportunidad para llevar toda esa ropa, aunque solo sea una vez, por lo que deduzco que una vez hecho el vídeo estas chicas tienen que ir a la tienda más cercana para devolver la compra. Esto significa que esa ropa sale de un almacén, se trasporta, se lleva a sus domicilios y luego se devuelve en una tienda y una vez allí... a saber qué se hace con ella. Mirad, solo de pensarlo ya me está entrando la ecoansiedad, como cuando veo a una millonaria coger un jet privado para irse a tomar un café al pueblo de al lado.

Pero no es de esto de lo que quería daros la murga, sino de un fenómeno bastante más desasosegante para mi y que va aparejado a estos vídeos, pues, en tiempos en los que se nos llena la boca con la diversidad y el autocuidado, cada uno los hauls, cada una de las chicas y mujeres que los filman, podrían ser intercambiables entre sí y apenas notaríamos la diferencia. En estos vídeos solo existen dos clases de mujeres: las rubias y las castañas y de una edad indefinida. Todas comparten las mismas mechas, la misma melena capeada, el mismo tipo de maquillaje y hasta la misma decoración en sus casas.

El desfile de prendas básicas en color beige, de jerséis de rayas horizontales -gensanta, cómo los odio-, de vestidos cut out es exactamente el mismo, y todas ellas tienen en común otra característica: tienen una talla XS o S. No estoy criticando su peso, no me malinterpretéis, por favor, no voy por ahí, pues aunque soy muy crítica con esta apología obscena del consumismo sin control -y de la propia elección de las prendas, no lo voy a negar- jamás osaría siquiera a criticar el peso, el cuerpo, la apariencia o la talla de estas mujeres, de ninguna mujer.

Tengamos cuerpos normativos o cuerpos diversos, todas hemos sentido alguna vez la mirada censora, la crítica, la burla, la condescendencia y el desprecio -el propio y el ajeno-. Sin embargo un paseo más exhaustivo por las redes nos llevaría sin problemas hacia otro tipo de vídeos hechos por mujeres de cuerpos no normativos en los que replican estilismos pensados para cuerpos delgados, o simplemente hacen sus propios haul. Y la diferencia sustancial entre unos vídeos y otros es que estos últimos están salpicados de comentarios rebosantes de odio e ignorancia en los que se hace alusión constante a la talla de estas chicas o se las acusa de fomentar malos hábitos de vida y se les echa en cara que compren en ciertas tiendas digitales; las únicas, por cierto, en las que muchas mujeres pueden encontrar ropa bonita de su talla.

Y es que las propias cadenas de ropa tradicionales ya se encargan cada día de recordarles a muchas mujeres que no tienen derecho a pertenecer al club de las elegidas, pues en la mayoría de ellas el tallaje de sus prendas se acaba en una L, expulsando de esta forma del mundo de la moda -y por tanto de todo el universo aspiracional que esta representa- a miles de mujeres que también se ven privadas de la posibilidad material, cotidiana y mundana, de tener ropa bonita a precios asequibles.

Y es que primero se nombra, me explicaron en mis tiempos de estudiante de Filosofía, pero en la era de la imagen ya no basta con nombrar para reconocer la existencia de algo. Tenemos que verlo, tenemos que vernos, necesitamos ser representadas, en toda nuestra imperfecta y maravillosa diversidad, y sin embargo para la industria de la moda la mayoría de las mujeres -cis y trans- y las personas que no se ajustan al canon estético, de edad o de género normativo más conservador, no existimos, no se nos representa.

La moda es un extraño y bello mejunje hecho de talento, belleza, arte, plagios, industria, modos de producción y también de sueños y aspiraciones. Hay mucho de vanidad y mucha banalidad en ella. La industria de la moda es, sin duda alguna, la responsable de hábitos de consumo insostenibles, se mantiene imponiendo condiciones laborales de semiesclavitud y fomenta estereotipos dañinos e inalcanzables para la mayoría de las mujeres. Y sin embargo al mismo tiempo es fuente de disfrute, placer y autoestima.

Paradójicamente cuando desde la propia industria se apuesta por dar visibilidad y por incorporar cuerpos divergentes, distintos y no normativos, se encuentra con una ola singular de rechazo y odio de personas que tratan de justificar su gordofobia disfrazándola de una falsa preocupación por la salud a la vez que dan rienda suelta a toda una retahíla de lugares comunes y tópicos sobre los malos hábitos y la pereza, como si nuestro cuerpo fuera, en realidad, la manifestación de nuestros valores morales. Y así, si una conocidísima marca de ropa deportiva, se anima a utilizar maniquíes que reflejan la diversidad de los cuerpos de las mujeres, acaba siendo acusada de romantizar la obesidad.

Pero la existencia de dichos maniquíes, y, por ende, de la ropa deportiva más allá de una talla L, es la impugnación práctica de los argumentos gordófobos. La obesidad es una compleja mezcla de factores genéticos, totalmente azarosos e incontrolables, y factores sociales y ambientales, en los que cobran especial relevancia las políticas de salud públicas, la clase social y la educación. Exigir a la industria de la moda que tenga en cuenta la existencia de cuerpos por encima de la talla L, que en sus catálogos se dé visibilidad a modelos de tallas grandes más allá de momentos y campañas puntuales y no para cubrir una cuota o, exclusivamente, para promocionar ropa over size y baggy, no es hacer apología de la obesidad, es reconocer y aceptar la existencia de dichas mujeres y su derecho a ser tratadas y representadas con respeto.

Lo personal es político y precisamente por eso la mayoría de las mujeres no queremos ir por la vida como si fuésemos unas transgresoras simplemente por seguir viviendo después de haber cumplido los cuarenta o por necesitar más de una talla L, o por no teñirnos las canas, no depilarnos las piernas, por medir menos de 1'60 o más de 1'80, por no ser normativamente guapas o por llevar el pelo rapado... Solo queremos vivir, poder vestirnos y sentirnos bonitas sin la necesidad de tener que estar haciendo una constante performance política o pidiendo disculpas por existir. Solo queremos daros la bienvenida a nuestros hauls simbólicos y que no se nos echen encima las hordas de trolls.

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Cuando la atención es violencia sexual https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80025/cuando-la-atencion-es-violencia-sexual/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80025/cuando-la-atencion-es-violencia-sexual/#respond Thu, 15 Feb 2024 05:19:33 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80025 Continuar leyendo "Cuando la atención es violencia sexual"]]> Freepik.
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El 24 de febrero de 2009 salió al mercado la red de mensajería instantánea  WhatsApp, y dos años más tarde su uso estaba totalmente popularizado en España. En esos momentos no podíamos imaginarnos el impacto que tendría en las dinámicas sociales y en la salud de las personas, junto con las demás redes sociales.

A día de hoy, en mi trabajo como abogada atendiendo a víctimas de violencia de género, no me queda más remedio, muy a mi pesar,  que ser una gran lectora de chats de conversaciones entre víctimas y agresores. Y lo que leo me lleva a hacerme muchas preguntas sobre la situación en la que se encuentran  las niñas y niños en la actualidad, y sobre el papel que la Tecnologías de la Comunicación y la Información están teniendo en la proliferación de la violencia sexual entre menores; junto, por supuesto, con el porno online y a través de redes sociales.

Leo lo que escriben niñas entre 9 y 12 años en sus redes sociales y lo que les escriben los chicos, a veces de sus propias clases, y me causa pavor. Son niñas a las que les ha terminado pasando algo traumático y por eso llegan a mí. Pero lo que leo habitualmente empieza mucho antes de esa experiencia. Veo por el chat y otras redes sociales que se las ha ido llevando hacia situaciones peligrosas, hacia una imagen de sí mismas y de lo que es pasar a ser una mujer, que las reduce a objetos sexuales a punto de entrar en una película porno.

Veo  que suben videos en sus redes sociales poniendo posturas y morritos, y a veces pasan  otros  en los que ellas se promocionan directamente como disponibles sexualmente para ellos. A veces, incluso,  literalmente como tragadoras de semen, o como masturbadoras o folladoras. Y  luego, cuando  se las entrevista, no saben cómo sucedió todo, tal vez es que querían ser populares y no lo pensaron bien, en realidad nunca habían hecho nada de eso antes, era todo postureo, me dicen, y se encogen de hombros. Tal vez era  el querer ser reconocidas o reconocerse así mismas  como mujeres.

"¿Acaso no consiste en eso ser una mujer? ¿No consiste en gustar y excitar a los hombres? ¿No se graba todo el mundo masturbándose?", parece que me preguntan. Tal vez era el querer complacer al chico que le gusta,  o el no ser capaces de decir en voz alta que no a partir de cierto punto. El no saber que podrían no haberlo hecho. ¿Pueden de verdad no hacerlo?  Todo el mundo lo hace o si no es que estás loca, o te tratan como loca, me dicen.

Leo sus chats con sus supuestos novios y veo que se mencionan a otras niñas que están haciendo lo mismo que ellas, y a otros niños que están haciendo lo mismo que ellos. Entre mensajes escritos, de voz, emoticonos, fotografías y videos, el camino se va trazando claramente. ¡Y es tan difícil salirse del camino! Incluso cuando no llega a haber chantajes directos para que graben esos videos, o para que mantengan conversaciones electrónicas sexuales. En ninguna de esas niñas a las que he entrevistado  he identificado un deseo sexual como motivación, sino un deseo de recibir atención y de ser alguien, de tener valor.

Adolescentes que han llegado al despacho porque han sido obligadas  por el chico con el que salían a mantener relaciones sexuales que no querían. Y en los chat se lee cómo, entre expresiones de amor y de valoración,  se les informa, por parte del chico,  de lo que quieren, y ellas a veces de forma sumisa lo llevan a cabo, otras veces, tras presiones y hasta amenazas o coacciones. "Puta", "zorra", "guarra", "cerda", "calienta pollas", son expresiones con las que con frecuencia se dirige a ellas en el chat  el chico con el que salen. Especialmente cuando  hablan sobre sexo y cuando mantienen una experiencia sexual a través del chat. "¿Quién inicia el ritual de los insultos?", les pregunto. Me dicen que ellos.

"¿Tú querías que te insultara?", les suelo preguntar si me parece que están en condiciones de hablar. Hasta ahora todas me han dicho que no. Me dicen que creían que eso era lo normal y  que, durante un tiempo, no se quejan porque saben que si lo hacen, dejarán de prestarle atención.  Veo en los chats que cuando ellas empiezan a quejarse por esas expresiones, aparecen otras: "demasiado sensible", "histérica" "mala", "tonta",  "loca", "gilipollas" por molestarse por algo así. A veces hasta "feminista".

¿Cómo te puede molestar que te llamen "puta" si es para excitar a tu novio? Busco en los chats: ellas no les insultan para excitarse, ellas piden atención.  Les escriben quejándose de que no les contestan, de que no les confirman que van a verse. Y ellos les dicen que ya saben lo que tienen que hacer si quieren que se vean.  O eres mi puta o no eres nada, esa es la tradición que se difunde en WhatsApp y en las demás redes sociales, entre menores. Y quienes se apartan de ella, de los dos sexos, se encuentran no pocas veces señalados y en soledad.

Niñas a las que al empezar una relación con un niño éste les pide las claves para acceder a su comunicación por redes sociales, y si se niegan, se les reprocha que entonces tienen algo que ocultar. Niñas que consideran que son poderosas porque les dan las claves pero a la vez les exigen que le entreguen las suyas.

Niñas y chicas adolescentes a las que a través de las redes sociales, y en los mensajes de sus influencers y youtubers,  se les presenta, como acto de libertad y de empoderamiento, la mayor de las cosificaciones:  prostituirse.

Niñas y niños de quince años que son convocados por WhatsApp para salir a botellones y liarse, entre el vacío y la anestesia, como la forma más exitosa de integrarse en el mundo, reproduciendo de manera amplificada, en el siglo XXI, el machismo más antiguo.

Leo los chats y me doy cuenta de lo poco que sabemos de las vidas de nuestros hijos y de nuestras hijas.

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El fetichismo del escritor https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80190/el-fetichismo-del-escritor/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80190/el-fetichismo-del-escritor/#respond Thu, 15 Feb 2024 05:05:09 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80190 Continuar leyendo "El fetichismo del escritor"]]> Freepick
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La casa de Vicente Aleixandre está a la venta. La venden sus herederos, que lamentan que ningún organismo público haya mostrado la intención de adquirirla. Es una vivienda unifamiliar de la calle Velintonia, en el barrio de Chamberí, en Madrid; allá vivió el Premio Nobel durante cuarenta años. Y ahora puede pasar a manos privadas, una posibilidad que hace echarse las manos a la cabeza a quienes en ello ven la enésima prueba del maltrato a la cultura que caracterizaría a España, país de instituciones insensibles y negligentes, donde una sociedad iletrada no se moviliza por otra parte para evitar que lo sean.

¿Es para tanto? La sacralidad que en la edad contemporánea dejó de habitar en las iglesias progresivamente vaciadas se trasladó, indestructible, a otros lugares, y uno de ellos, uno de tantos, fue la literatura. Es habitual que sacralicemos de algún modo los libros y a los escritores. Uno de los más típicos ritornellos de la red anteriormente conocida como Twitter es el tuit lacrimoso de alguien que ha visto una caja de desvencijados libros al lado de un contenedor, horrorizado por este tratar los libros como colillas. Los libros en cuestión bien pueden ser —como alguien bromeaba hace poco en la red ahora conocida como X— el tomo 3 de una enciclopedia de 1971, un manual sobre cómo maltratar a tu esposa, un catálogo de cortinas y un ejemplar de Los pilares de la tierra del que un perro se haya comido ciento veinte páginas. Pero es habitual que vengamos a participar de una versión laica de cierta tradición judía que prohíbe la destrucción de libros.

Cada sinagoga tiene una guenizá, un depósito, en el que se almacenan los manuscritos y el material sagrado que queda en desuso: la rigurosa ley hebrea prohíbe que páginas que contienen el nombre de Dios sean tratadas de manera indigna. Cuando la guenizá se llena, su contenido se quema ceremoniosamente; pero cuando el almacén es grande, los documentos pueden no quemarse durante siglos, y convertirse aquel en una fuente de información inestimable para los historiadores. La guenizá de El Cairo, descubierta en 1896 por dos aventureras escocesas, proporcionó a los maravillados estudiosos trescientos mil documentos entre los que había contratos de negocios, textos seculares y religiosos, obras de erudición rabínica e incluso escritos personales de Maimónides.

En esa versión nuestra de la librolatría, las casas de escritores se vuelven templos; espacios sagrados que han de preservarse intactos a toda costa. Y se fundan casas-museo en las que se otorga una cualidad numinosa a la mesa en la que escribía el vate, la cama en la que dormía y el orinal en el que meaba. Bien puede no contársenos nada sobre su obra, sino solo sobre él, o ella (casi siempre él); ser meramente un espacio para la recreación fetichista de peregrino que visitase la capilla que conservara las reliquias del santo preferido. Para este tipo de visitante, es menos interesante un museo, pongamos, del Quijote, que relate y exponga las mil derivaciones del mito del Caballero de la Triste Figura, y le hable del quijotismo ruso y le exponga el dernier soupir de don Quichotte de Blasco y los dibujos de Doré y hasta los cuadros de Ferrer-Dalmau, que uno de Cervantes al que ir a venerar los objetos personales del manco de Lepanto.

Confiesa este columnista que tales casas-museo no le han interesado jamás: no llegó a visitar la de Unamuno en todos los años que pasó en Salamanca. Visitó, esta sí, la casa de Isla Negra de Pablo Neruda, en Chile; pero no salió de allí más nerudiano, sino menos, empalagado de la clamorosa egolatría del Nobel, y preguntándose, de aquella casa repleta en cada esquina de sus cosas, y de la que el guía explicaba que todo estaba tal cual lo dejó en 1973, dónde estaban las cosas de Matilde, que también vivía allí. Tampoco a quien esto escribe le quita el sueño la venta de la casa de Aleixandre. De un escritor, de un poeta, el mejor museo —el único interesante— es su obra; un templo portátil y reproductible, como el rabino Yohanan Ben Zakai discurrió que podía ser la Torá después de la destrucción del de Jerusalén. Y a las instituciones públicas, lo que hay que pedirles es subvenciones para la literatura nueva y el acceso a la vieja, editoriales Quimantú, Fondos de Cultura Económica, bibliotecas de La Pléiade, becas de ayuda a la creación, no ser anticuarios del cajón de los calzoncillos y el bol de los chococrispis de cada novelista y cada poeta con entrada de enciclopedia (que, por cierto, no siempre son los mejores, porque el canon no solo se forma con criterios de calidad, como Álvaro Acebes Arias va mostrando en sus «Rescates» de literatos excelsos pero olvidados, en la revista El Cuaderno).

La poesía es maravillosa; los poetas —como sabe cualquiera que trabaje en una editorial—, unos cantamañanas las más de las veces. Dice Ana Pérez Cañamares que «el trabajo de poeta consiste también desmitificar el trabajo de poeta». Y decía William Gaddis que «los escritores deben ser leídos y no vistos».

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Conciencia ecológica frente a los dioses de nuestro tiempo: una visión desde el laicismo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80043/conciencia-ecologica-frente-a-los-dioses-de-nuestro-tiempo-una-vision-desde-el-laicismo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80043/conciencia-ecologica-frente-a-los-dioses-de-nuestro-tiempo-una-vision-desde-el-laicismo/#respond Wed, 14 Feb 2024 05:17:18 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80043 Continuar leyendo "Conciencia ecológica frente a los dioses de nuestro tiempo: una visión desde el laicismo"]]> Pixabay.
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En un mundo cada vez más complejo, las claves de lo que ocurre a nivel global y geoestratégico son difíciles de entender para el ciudadano medio.  

De meros consumidores se ha pasado a considerarnos proveedores de grandes datos (big data) con los que avanzar en tecnologías que sin duda llevarán a la humanidad a facilitar ciertas tareas, pero también a un mayor control sobre individuos y sociedades. La dificultad de seguir los entresijos urdidos por los grandes poderes económicos y sus máscaras políticas, junto los discursos falaces sobre las libertades democráticas y la necesidad de pertenencia a un grupo sin disidencias, complica la tarea de poner el cascabel al gato. Un gato que nos lleva por mal camino.  

En vez de unir fuerzas para gestionar adecuadamente la biosfera y resolver los problemas sociales de forma inteligente, la alianza de los estados en bloques ideológicos compitiendo por los recursos naturales, especialmente los estratégicos (determinados minerales, petróleo, gas, agua dulce, biodiversidad, etc.) determinan la dirección de las grandes políticas mundiales. En una lucha por el poder hegemónico, el empleo de la diplomacia no menoscaba la posibilidad de utilización de la fuerza militar en las zonas de extracción y en las rutas claves de interés comercial, como ya estamos viendo. 

Además, como dice José Manuel Naredo (1999), el proceso económico «responde al afán de enriquecimiento y de acumulación de poder de algunos (...) y puede ir en detrimento del ‘disfrute de la vida’ de la mayoría (p.e., fabricación deseada de armamentos, provocación de obsolescencia prematura, aditivos que generan dependencia o trastornos (...), contaminación, daños ambientales y peligros para la salud). Precisamente porque el proceso económico sirve al enriquecimiento pecuniario de algunos, es una máquina tan potente de generar entropía o, si se quiere, daños ambientales». 


A mayor abundamiento, el crecimiento de la población mundial aumenta exponencialmente el consumo per cápita de recursos, con la consecuente sobreexplotación y contaminación ambiental. Las demandas materiales y energéticas han de ser satisfechas a la par de sacar réditos suficientes para las elites políticas y económicas, aun cuando la distribución no sea equitativa ni justa. Esto requiere un afinado control social. Hay muchas formas de establecerlo sin coerciones aparentes.  

Un buen método es la generación de una opinión pública manejable y vicaria, distraída con burocracias interminables y ocios pueriles que cubran los instintos básicos a la vez que disminuyen las exigencias formativas que desarrollan el juicio crítico. Entre las estrategias clásicas bien conocido es el fomento del pensamiento mágico y religioso susceptible de interiorizar conductas que se autocensuran substrayendo el afán de justicia social a un más allá, en lugar de buscarlo en la Tierra. Entre las actuales, destacan por su eficacia, la incentivación de la polarización política y el enfrentamiento mediante el acicate de las disputas internas. La disuasión por todos estos y otros medios entorpece que la gente obtenga una visión general de los problemas más acuciantes y se una en pro de sus derechos más básicos y pueda desarrollar su vida en paz y armonía en un planeta saludable para todos.  

Sin un hábitat adecuado no hay subsistencia posible. La evidencia del cambio del clima y la degradación ecológica modificarán los ecosistemas y, por tanto, la base que posibilita la transformación y uso de los recursos naturales requeridos en cualquier economía y sin la cual la sociedad se desmantela.  


Un cambio global llevaría aparejado, probablemente, un proceso en cascada. Los sistemas complejos pueden en un momento dado generar un fenómeno de bola de nieve. Los riesgos del cambio climático cuyas consecuencias son difíciles de cuantificar son subestimados y poco comprendidos, pero afectarían a casi todos los aspectos de la vida humana y, en última instancia, podrían resultar devastadores.   

Dado que el relato apocalíptico no contribuye a la solución, solo cabe que las grandes instancias de poder se conciencien y acuerden orientar a sus sociedades hacia una necesaria resiliencia, lo que significa capacidad para adaptarse, para reorganizarse y mitigar los cambios soportando las perturbaciones de las que ya estamos teniendo noticia. Resiliencia no es resistir sin cambiar. No es poner parches con conferencias internacionales de lavado de cara que demoran los problemas. Es preciso establecer nuevos marcos conceptuales basados en una aproximación holística y adaptativa enfocada a una gestión de aprendizaje inteligente. En este contexto, urge la colaboración transdisciplinar y un compromiso social más profundo. Lidiar con la incertidumbre evitando aludir a los Dioses, como ha hecho la humanidad en momentos de crisis y desesperación. Y actuar de manera contundente.  

Pero, cuidado, el paso secular de la religión a la política es una superficie deslizante. Seguimos esperando que los dirigentes tanto de las democracias como de los regímenes dictatoriales, votados o venerados cuales dioses actuales, encuentren soluciones al cambio climático que nuestro estilo de vida ha propulsado. Seamos consecuentes y pidámosles responsabilidades. Hagamos como nuestros ancestros, los sumerios: cambiemos de dioses que no sirven mandándolos a paseo y construyamos una base social más sólida capaz de liderar nuestro destino como especie racional en la biosfera. 

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Las dudas sobre la víctima de Dani Alves https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80146/las-dudas-sobre-la-victima-de-dani-alves/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80146/las-dudas-sobre-la-victima-de-dani-alves/#respond Wed, 14 Feb 2024 05:04:49 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80146 Continuar leyendo "Las dudas sobre la víctima de Dani Alves"]]> La madre y el hermano de Dani Alves en el centro de la foto del juicio en la Audiencia de Barcelona. EFE/Enric Fontcuberta
La madre y el hermano de Dani Alves en el centro de la foto del juicio en la Audiencia de Barcelona. EFE/Enric Fontcuberta

¿Por qué la víctima de Dani Alves entró en el baño? ¿Por qué dicen que está destrozada pero sale tan normal del baño? ¿Por qué ahora quiere dinero? 

Terminó el juicio oral contra Dani Alves y las redes se llenaron de estas preguntas. Eso sí, con el antecedente de "soy feminista, pero..." En verdad, podemos cambiar la "víctima de Dani Alves" por cualquier otra porque en el fondo piensan igual de todas: que son cuentistas, troleras, y unas aprovechadas.

¿Por qué la víctima de Dani Alves, o cualquier otra, entró en el cuarto de baño? ¿Pues será, quizás, porque pensamos que podemos ir donde donde nos dé la gana sin que nos violen? Fue porque quiso o porque lo necesitaba. Tú puedes estar bailando y hablando con una persona con la que sientes cierta conexión e intimar con ella en otro espacio más privado, y esperar que también tendrás capacidad de decisión, que una negativa será respetada y que no te van a agredir.

¿Saben qué ocurre? Que cuando se trata de agredirnos, la historia de las mujeres y de los feminicidios está repleta de violaciones en portales, en la calle, en fiestas privadas, en sus propias casas o en sus propias camas por sus parejas. La pregunta no es por qué entró, la pregunta es por qué se viola cuando las mujeres dicen NO.

¿Por qué dicen que está destrozada pero sale normal del baño? Dicen, no. Está. Porque hay unos informes forenses, que se realizan con pruebas científicas rigurosas, que certifican el estado de la víctima. El culmen del negacionismo, aunque se diga muy feminista, es negar incluso los informes médicos porque siempre ese machismo es el que vierte un halo de sospecha sobre el comportamiento posterior. Pues sí, el estado de shock paraliza los instantes posteriores, sobre todo cuando tu mente tiene que disociarse para superar un trauma. La vuelta a la realidad, la aceptación de que lo que ha ocurrido es cierto, te deja sin aliento. De la misma manera que ocurre con tantas otras situaciones críticas, como cuando te dicen que ha muerto un familiar y no rompes a llorar hasta minutos después. Y en el caso de la víctima de Alves la chica se muestra visiblemente nerviosa ya antes de abandonar el local. La pregunta no es cómo ella u otras se comportan.

La pregunta es, cómo en tantos otros casos, los violadores salen tan tranquilos después de haber forzado y agredido a una mujer y son capaces de dormir y vivir con ello, como si nada hubiese pasado. Y, encima, culpar a ellas. Quizás porque saben que la sociedad siempre estuvo con ellos.

¿Por qué ahora ella quiere dinero? Porque ella está en su derecho y porque ninguna víctima debe de renunciar a ello. Pero, sobre todo, porque un agresor te destroza la vida. Porque estás tiempo de baja, porque no puedes trabajar, porque no puedes estudiar, porque tienes que cubrirte muchas terapias, porque necesitas tiempo para ti, porque hay agresiones que te dejan secuelas físicas de por vida, porque tienes miedo a volver a relacionarte y porque, en derecho, todo daño se paga, aunque el dolor sea irreparable.

El machismo de esta sociedad se desvela solo cuando esta idea se cuestiona sobre las víctimas. ¿De verdad piensan que una víctima se va a inventar una situación así solo por dinero cuando un perito acredita que tienes 24/7 pesadillas, traumas, ansiedad y supone un freno de tu vida profesional y personal durante años? Eso no hay nada que lo compense.

Hay quienes dicen que tenemos que escuchar a los familiares de los agresores para saber cómo son ellos. De hecho, los familiares se han escuchado en el juicio oral, como tantas veces. Y aquí hemos visto tópicos como el de la madre de Dani Alves, cuando dice: "Mi hijo es ese hombre que abre la puerta del coche a las mujeres".  Quizás, si nos ajustamos al relato de la víctima, parece que a Alves no se le olvidó abrir la puerta del coche, sino abrir la puerta del baño para dejar marchar. Eso es más importante de aprender.

Estaría bien que, dado que hay que ser imparcial en los juicios populares, según nos recuerdan, focalicen entonces comentarios en las dos partes, porque se olvidan de preguntar siempre por qué se viola, por qué agreden, por qué abandonan un lugar sin preocuparse de ver llorar a quien hace un rato has usado dentro de un baño o por qué intentas llegar a un acuerdo a la desesperada si tan inocente eres.

Al final, lo de Alves es solo la réplica de lo que pasa con cada caso de agresión sexual denunciado: que el machismo quiere protagonizar el relato. Porque ellos nos quieren decir qué es una agresión sexual o qué es una buena víctima. Pero nunca responden a la pregunta de cómo esos hombre que siempre son amables y que abren la puerta del coche terminan por convertirse en agresores.

 

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My Lai, Abu Ghraib y Gaza https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80157/my-lai-abu-ghraib-y-gaza/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80157/my-lai-abu-ghraib-y-gaza/#respond Tue, 13 Feb 2024 19:25:12 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80157 Continuar leyendo "My Lai, Abu Ghraib y Gaza"]]> Gaza. EFE/EPA/MOHAMMED SABER
EFE/EPA/MOHAMMED SABER

El 16 de marzo de 1968, soldados norteamericanos bajo el mando del segundo teniente William Laws Carey cercaron la localidad survietnamita de My Lai. Durante horas, los militares se dedicaron a violar a las mujeres y a las niñas de esta aldea, a quemar las casas, matar el ganado y a torturar y a mutilar a sus habitantes, niños, ancianos y mujeres, a los que terminaría ejecutando. Se calcula que fueron asesinados varios centenares de civiles solo en esta acción. Fue un oficial de helicópteros del mismo ejército norteamericano, Hugh Thompson Jr., quien paró la orgía de muerte amenazando a los soldados de Laws con disparar si no detenían la masacre.

La conocida como Matanza de My Lai no fue la única perpetrada por el ejército de los Estados Unidos durante aquella invasión, en la que se calcula que hubo cerca de tres millones de nativos vietnamitas muertos, frente a menos de 60.000 bajas norteamericanas. Si la guerra ya había provocado un amplio rechazo, conocer este y muchos otros casos de torturas, ejecuciones, violaciones y otras muestras de crueldad de los soldados, añadió todavía más indignación. La justicia norteamericana tuvo que escenificar una suerte de castigo contra los autores de los sucesos de My Lai, que, tras varias piruetas judiciales se saldó con un mero arresto domiciliario de tres años para Laws Carey.

Las protestas contra la guerra de Vietnam fueron inmensas aquellos años en todo el planeta, acompañadas por un gran movimiento global antiimperialista, pacifista y anticolonialista. Leía hace unos meses las memorias de Bill Ayers, ex miembro de la Weather Underground, en las que explicaba las acciones armadas de sabotaje que, durante años, llevaron a cabo varios jóvenes en los Estados Unidos contra su propio ejército para protestar contra la guerra, llevando, como decían, la guerra a casa. Ayers explica el impacto que tuvo en la opinión pública norteamericana la masacre de My Lai, y los estragos de la guerra de Vietnam, algo que se vería reflejado en numerosas ocasiones en libros, crónicas periodísticas y en no pocas películas de Hollywood en las que se denuncia la crueldad y la impunidad que se dio en esta y en tantas otras guerras.

Bagdad, 12 de julio de 2007. Un helicóptero del ejército norteamericano abre fuego contra un grupo de personas, matando a doce de ellas. Todos son civiles desarmados, y dos de ellos, periodistas colaboradores de la agencia Reuters. El ejército aseguraba que se trataba de insurgentes armados, y se limitó a lamentar la muerte de los periodistas, lo que denominó un ‘daño colateral’.  Tres años después, el 5 de abril de 2010, el vídeo de los hechos fue exhibido en el Club Nacional de Prensa de los Estados Unidos, demostrando que se trataba de un crimen de guerra que el ejército había tratado de ocultar, y que vio la luz gracias a la filtración de la soldado Chelsea Manning a Wikileaks.

Este caso desató una oleada de críticas por la manipulación y las mentiras en el conflicto que fue ampliamente cuestionado. Se sumaba a los múltiples ejemplos de abusos y crímenes de guerra que los Estados Unidos estaban cometiendo una vez más en esta invasión que, además, se basó en la mentira de las armas de destrucción masiva que decían que poseía Sadam Hussein.

Las nuevas tecnologías y la presencia de muchos más medios de comunicación que en Vietnam y que en anteriores conflictos han permitido documentar numerosos crímenes y actuaciones deleznables, si es que hay algo que no lo sea en una guerra. No solo fueron las torturas de la prisión de Abu Ghraib retratadas por los propios soldados entre risas, sino también los soldados españoles fueron grabados torturando a prisioneros iraquíes en la Base España de Diwaniya, por si nos habíamos olvidado.

Aunque el recorrido judicial de estos y de tantos otros casos es otro cantar, y la impunidad sigue siendo la norma, la opinión y el juicio público sigue siendo un termómetro moral. Existe todavía un consenso empático, un sentir compartido que hace que nos estremezcamos ante el sufrimiento ajeno y ante las injusticias. Una indignación colectiva ante la crueldad que nos hace manifestarnos y alzar la voz cuando esto sucede. Algo que comparten quienes se negaban a ir a Vietnam, quienes gritaron No a la Guerra, y quienes hoy no miran hacia otro lado ante el genocidio que Israel está cometiendo en Palestina. Algo que nos aferra a la seguridad de pertenecer a un colectivo que se niega a considerar necesaria o inevitable la crueldad y la indiferencia.

Al contrario que en Vietnam, en Iraq y en tantas otras vergonzosas guerras de Occidente, hoy estamos sometidos a un bombardeo constante de imágenes diarias de la barbarie, de lo más atroz e inimaginable. A través de nuestro teléfono vemos uno detrás de otro los vídeos de los cuerpos de niños desmembrados, del pánico y del horror ante las bombas. Los gritos en los hospitales, los lloros de los médicos impotentes, de los periodistas palestinos que siguen informando sobre el terreno a pesar de haber perdido a toda su familia.

Estamos viendo un genocidio en directo. Pero esta vez, nadie trata de esconderlo. Al contrario que en My Lay, en Bagdad, Abu Ghraib o Diwaniya, los soldados israelíes filman ellos mismos sus crímenes. Sonríen a la cámara mientras disparan sus misiles contra edificios residenciales, celebran los disparos de los francotiradores cuando estos alcanzan a los civiles que tratan de llegar al hospital, de salvar a su hermano herido o de conseguir un trozo de pan. Se fotografían con prisioneros desnudos, sobre los que orinan y a los que patean a cara descubierta. Se graban bailando entre las ruinas, y sus conciudadanos, los israelíes concentrados desde hace días para impedir la entrada de ayuda humanitaria a Rafah, hasta organizaron una rave con música tecno mientras caían las bombas. Todo colgado en sus redes sociales, con sus nombres y sus apellidos, todos los días.

Algo ha cambiado desde que My Lai fue un escándalo. Hasta hoy, la filtración de las atrocidades que se cometían en una ya de por si atroz guerra, despertaban un amplio rechazo y preocupaban muy seriamente a los gobiernos, que siempre se empeñaron por esconderlas, manipularlas o justificarlas. No hay que olvidar que Julian Assange, el responsable de la publicación del vídeo de la matanza de Bagdad, lleva años siendo perseguido por la justicia norteamericana y por la CIA, que, según denuncia Wikileaks, habría intentado asesinarlo. Assange, retenido en el Reino Unido, se enfrenta a una posible extradición a los EEUU, algo que la Corte Real de la justicia británica decidirá en los próximos días. Contar un crimen de guerra se persigue más que cometerlo.

Hoy en Gaza asistimos diariamente no solo a la retransmisión en directo de cada matanza, sino a la exhibición y a la celebración obscena de la crueldad. ¿Por qué lo que consideramos inaceptable se celebra hoy tan alegremente? Quizás sea porque todo esto queda siempre impune, o porque pretenden que el shock que nos provoca su maldad nos aterre tanto que nos hará mantenernos al margen o desertar de nuestra humanidad. Nuestro deber como sociedad, y nuestro mayor compromiso con nosotros mismos, es evitar ambas cosas.

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La sociedad de la mentira https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80100/la-sociedad-de-la-mentira/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80100/la-sociedad-de-la-mentira/#respond Tue, 13 Feb 2024 05:40:50 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80100 Continuar leyendo "La sociedad de la mentira"]]> La sociedad de la mentira
EFE/ John G. Mabanglo

El otro día en el gimnasio, mientras hacía deporte en la bicicleta elíptica, me dio por contar el número de pantallas que alcanzaba mi vista: enfrente, tenía la del teléfono móvil, utilizado para escuchar música, y la propia de la máquina, la cual iba sumando las calorías quemadas mientras me movía; un poco más allá, distinguía las de otros clientes, igualmente dos por persona, si no más; delante, más retiradas, permanecían colgadas sobre la pared las de tres televisores que proyectaban mensajes motivacionales de ésos que juzgan la salud una cuestión de esfuerzo personal. En total, a horas bajas de ocupación -eran las diez de la noche-, unas doce pantallas, con sus luces y distracciones varias, me rodeaban dentro de un espacio donde la interacción individual es mínima, pues cada quien va con sus auriculares.

Entonces, pensé en qué distopía peor que aquélla podría ocurrirnos como sociedad, hasta que caí en la cuenta del lanzamiento de las nuevas gafas de Apple, vendidas como aparejos "mágicos" que transforman todo el marco de visión en una pantalla en sí mismo. Si es verdad lo que decía Mafalda, que "el empeoramiento está empezando a empeorar", es probable que nos aproximemos peligrosamente a ese momento.

Desde que Steve Jobs, calificado por muchos como "genio", lanzara el Iphone en el año 2007 hemos asistido a la proliferación de unos teléfonos supuestamente inteligentes que nos idiotizan y tornan adictos, en principio concebidos como artículos de lujo y ahora elevados a imprescindibles. No fue hasta 2014 que me compré el primero, a disgusto, obligada por las circunstancias laborales: el horario de los trenes que cogía para ir al trabajo sólo se proyectaba en una plataforma digital, así que, si quería evitar retrasos, necesitaba uno de aquellos artilugios.

Las gafas, todavía pesadas y atadas a un cable, caras (cuestan unos 3.500 dólares y, por ahora, sólo se encuentran disponibles en Estados Unidos), alojan el potencial de convertirse en la nueva experiencia alienante que nos aguarda, falaces en sus promesas. La publicidad de la empresa las presenta como "realidad aumentada" y "mixta", capaz de combinar el mundo verídico con el digital, cuando lo que hacen es desplegar un simulacro de verdad. En otras palabras, al promocionarlas como el primer producto de Apple "a través del cual se mira", en lugar de mirar nosotros al objeto, se niega el funcionamiento del aparato, que no nos permite observar el espacio que nos rodea, sino una grabación del mismo gracias a las cámaras incorporadas. Lo que vemos es una película, combinada con las funcionalidades de un ordenador. El truco sirve también para quien nos contemple: si la tecnología detecta un interlocutor, le muestra una réplica de nuestros ojos, pero no los ojos mismos, pues no son translúcidas. Es decir, tampoco son exactamente gafas, sino una suerte de cascos computacionales.

No llamar a las cosas por su nombre genera una primera gran mentira, de las muchas que ha promovido el capitalismo de la vigilancia, utilizando la definición dada por la pensadora Shoshana Zuboff a un fenómeno consistente en la recolecta masiva de datos personales a través de la digitalización, la comercialización de dichos datos y, finalmente, la modificación de nuestros comportamientos, que –como han demostrado numerosas investigaciones– van desde la pérdida de concentración, el daño a la salud mental, hasta la alteración de la opinión pública y la manipulación del voto, todo lo cual erosiona la democracia y cualquier noción plausible de libertad. Combinadas con la inteligencia artificial generativa, cuyo poder para aniquilar muchos empleos y sumirnos en un universo de médicos, novelistas o soldados tan virtuales como autónomos ha sido probado, lo que parecen prometer los cascos computacionales de Apple es una novedosa actualización de la distopía que, en principio, rastrea la voz, movimientos oculares y manuales y, aquí reside la auténtica novedad, nos encapsula completamente al provocarnos la pérdida de visión real.

A la posverdad, conceptualizada por el filósofo Lee McIntyre como una "forma de supremacía ideológica" que nos obliga a creer algo independientemente de la evidencia, y "un campo de batalla que abarca toda la realidad factual", se sumaría la herramienta definitiva de la mentira, mediante el aislamiento extremo en ese escenario filmado, el cual continuaría los males actuales, tales como la lógica algorítmica de las redes sociales, aplicaciones, etc. No es preciso recalcar las implicaciones filosóficas, políticas y éticas del invento revolucionario que, además, integra una cámara 3D diseñada para "revivir tus recuerdos" y devolverte al fragmento de espacio y tiempo en que la imagen fue tomada; a saber, ampliando el carácter nostálgico de la fotografía y el vídeo, con una dosis extra de alteración sensorial: el sonido y la pantalla te engullen.

Esa distorsión que algunos psicólogos ya investigan en la IA generativa debido a las consecuencias que podrían derivarse durante un proceso de duelo por la muerte de un ser querido adquiere propiedades más inquietantes. Como en el caso de los móviles, gozamos de la capacidad para limitar y legislar los usos, pero, si la historia acaba repitiéndose y la lentitud institucional nos desampara, volveremos a darnos de bruces con un empeoramiento empeorado.

A falta de mejores soluciones, he decidido que mañana no iré al gimnasio; en su lugar, saldré a pasear por el río si la lluvia me concede una tregua. También hay estudios que afirman que caminar al aire libre disminuye considerablemente el riesgo de miopía; parece de perogrullo: si se ejercita la visión en la lejanía, entonces no la perdemos. Quizá nos esté faltando un poco de intuición elemental evolutiva que nos invite a no ponernos estas gafas, que son cascos, hasta la nariz.

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No han ardido suficientes contenedores https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80056/no-han-ardido-suficientes-contenedores/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80056/no-han-ardido-suficientes-contenedores/#respond Tue, 13 Feb 2024 05:27:57 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80056 Continuar leyendo "No han ardido suficientes contenedores"]]> 'Judith decapitando a Holofernes', de Artemisia Gentileschi
Meme de 'Judith decapitando a Holofernes', de Artemisia Gentileschi

En las últimas semanas han vuelto a saltar las alarmas por los señalamientos sobre abuso sexual en el mundo del cine, y, además, ha comenzado el juicio contra Dani Alves. Opiniones hay de todas las clases y colores, como siempre. Ahora bien, lo que está claro es que todas las situaciones tienen en común que el acusado es un hombre muy poderoso. Como feminista, deseo que todas las compañeras encuentren la fuerza y la valentía en algún momento para contarle al mundo lo que pasó. Y quiero verles caer uno a uno, por supuesto. 

Por desgracia, el abuso de poder para ejercer violencia contra las mujeres no es algo nuevo. Ahora bien, la reacción pública ante la denuncia sí que ha cambiado. Me vais a permitir que me vaya a un acontecimiento (más o menos) histórico que, según nos cuenta el historiador romano Tito Livio, sucedió en el siglo VI antes de la era actual. 

Resulta que Sixto Tarquinio, el hijo de Tarquinio el Soberbio —último rey de la Antigua Roma—, violó a punta de daga a la joven Lucrecia, una respetada matrona. Tras el suceso, ella le contó lo sucedido a su padre y a su marido y a continuación se suicidó. Lo hizo porque, en aquel momento, a pesar de ser ella la víctima, se consideraba que su cuerpo y alma ya estaban contaminados. Ya no cumplía con los cánones de pureza esperados de una mujer casada con un noble patricio. 

Con lo que sabemos hasta aquí de la historia, ya podemos comenzar a ver cómo se construyen algunas ideas que aún persisten hoy sobre cómo se debe comportar una víctima de agresión sexual. Aún recuerdo el juicio de La Manada, en el que la defensa aportaba el informe de un detective privado que se había encargado de seguir a la chica los días después de lo ocurrido para intentar demostrar que ésta no había quedado traumatizada. Nos han recordado a las mujeres durante siglos que nuestra pudicitia es lo más importante que tenemos: si nos agreden, debemos escondernos en casa, sentirnos culpables, dejar de vivir.


'La muerte de Lucrecia', del Maestro del Papagayo
'La muerte de Lucrecia', del Maestro del Papagayo

Tanto es así, que el personaje de Lucrecia se convirtió en una especie de mártir y ejemplo a seguir de las mujeres más devotas a partir del Renacimiento. Las más poderosas encargaban cuadros con la escena de suicidio de Lucrecia, casi como si fuera una estampita, para que les recordara la importancia de mantener el honor. Una de ellas, la del Maestro del Papagayo, fue comprada por Isabel de Farnesio, reina consorte, y la custodia el Museo del Prado. La verdad es que la web del Museo explica a la perfección lo que se quiso transmitir con este cuadro: "La muerte le llega en un éxtasis: en la dulce resignación heroica". Heroína porque se suicida, claro.  

Pero seguimos porque la historia no se queda aquí: precisamente el hecho de que Lucrecia contara a su padre y marido lo sucedido, y que la violación trascendiera a la opinión pública, cambió el rumbo de la historia de occidente. Para el pueblo de Roma era tan indignante que el hijo de un rey y, por tanto, heredero del trono, fuera un violador, que se sucedieron días de violentas revueltas en la ciudad y finalmente el rey fue derrocado, dando comienzo al período de la República. 

¿Os imagináis? Un pueblo que se moviliza ante los actos deleznables de su rey para conseguir una república, qué bien suena... Por desgracia hoy, dos mil seiscientos años después, no estamos dispuestos a movilizarnos con la misma fuerza contra aquellos agresores que, aunque no sean reyes, sí tienen un poder que les hace intocables. Dos tweets desde el sofá, y listo. 


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El silencio de la universidad española en el conflicto palestino-israelí https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80011/silencio-universidad-conflicto/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80011/silencio-universidad-conflicto/#respond Tue, 13 Feb 2024 05:14:42 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80011 alt --> Las declaraciones institucionales de las universidades españolas sobre el conflicto de 75 años entre Israel y Palestina se cuentan con los dedos de las manos. Una cifra insignificante en comparación con las 89 universidades (públicas y privadas) de nuestro país. Llama la atención las escasas declaraciones de las universidades españolas sobre la guerra Palestina-Israel y … Continuar leyendo "El silencio de la universidad española en el conflicto palestino-israelí"]]> Fachada de la Universidad de Córdoba.
Fachada de la Universidad de Córdoba.

Las declaraciones institucionales de las universidades españolas sobre el conflicto de 75 años entre Israel y Palestina se cuentan con los dedos de las manos. Una cifra insignificante en comparación con las 89 universidades (públicas y privadas) de nuestro país. Llama la atención las escasas declaraciones de las universidades españolas sobre la guerra Palestina-Israel y que las pocas que han tenido lugar se hayan producido a cuentagotas y conforme pasaba el tiempo. Ha habido declaraciones de la CRUE (conferencia de rectores/as de las universidades españolas), de las universidades catalanas, de las dos universidades canarias, del Laboratorio de Ideas y Prácticas Políticas de la Universidad Pablo de Olavide y de la Universidad de Granada. La Universidad de Jaén se adhirió sin más a la primera declaración, corta y descafeinada, de la CRUE de 17 de octubre de 2023.  

Cuando hablamos de declaraciones de las universidades nos referimos a las de sus órganos de gobierno, pues lo más significativo es que hasta la fecha las universidades españolas no se han pronunciado por medio de sus Claustros. Las universidades se deben expresar en asuntos de gravedad, como el que nos ocupa, por medio de su órgano de representación, en el que están presentes profesores, alumnos y personal administrativo y de servicios, el Claustro, que obviamente tiene mayor peso y legitimidad que el Rector/a o el Consejo o la Junta de Gobierno. No tengo constancia de una declaración de un Claustro universitario, a pesar de que algunos profesores/as han solicitado el pronunciamiento del órgano de representación universitario, como ha sucedido en la Universidad de Granada. 

Considero que la actitud de las universidades españolas en general se caracteriza por las siguientes notas: 

La diferencia entre el silencio de la institución universitaria y el mayor activismo de la comunidad universitaria  

Los universitarios/as se mueven progresivamente con más intensidad celebrando seminarios, mesas redondas, conferencias, encierros y huelgas de los estudiantes, etc., en relación con el conflicto, mostrando claramente el divorcio entre la universidad-comunidad y la universidad-institución. 


La comunidad universitaria en España ha fundado varias organizaciones contra el genocidio de Israel, solicitando algunas de ellas la ruptura de relaciones de las universidades españolas con Israel, y lamentando la pasividad de las instituciones universitarias. Destaco tres hechos relevantes.

La Red Universitaria por Palestina cuenta con el compromiso de Francesca Albanese, Relatora Especial de Naciones Unidas para los Territorios Ocupados Palestinos, para participar online en ámbitos universitarios, y anima a la celebración en las universidades de todo tipo de actos de solidaridad con Palestina.

En la Universidad de Granada más de doscientos profesores y personal administrativo y de servicios han publicado un manifiesto con duras expresiones no frecuentes en las declaraciones habituales: apartheid de los palestinos de Gaza, ocupación ilegal de territorios palestinos, política colonial, limpieza étnica, ruptura de relaciones de la universidad con Israel.


Y finalmente el comunicado de la Asociación del Profesorado de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, masivamente firmada por el profesorado, mucho más extensa que cualquier otra declaración habida, abarcando un elenco amplio de garantías jurídicas para la población palestina, como corresponde a una asociación de juristas. 

Con todo, se trata de actuaciones, comunicados, declaraciones y manifiestos, que representan una porción pequeña en el conjunto de las 89 universidades del país.  

El silencio sobre el conflicto palestino-israelí contra las señas de identidad de las universidades españolas 

Las universidades españolas se caracterizan por dos señas sobresalientes: la primera es que son instituciones autónomas, precisamente para preservar sus actuaciones de injerencias externas. Expresa el art. 27. 10 de la Constitución: "Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley establezca". La Constitución confiere el carácter de autonomía a las universidades y a las comunidades autónomas. La segunda seña es la garantía y el cultivo de la libertad de expresión y del pensamiento crítico. Ambos figuran como elementos esenciales en la misión y preámbulo de los estatutos de las universidades. 


Sorprende, pues, que en virtud de estos rasgos -autonomía y libertad crítica- tantas universidades españolas hayan permanecido en silencio, sin haber proclamado una declaración institucional. La cosa es muy grave, porque se ha producido una renuncia de las universidades españolas a sus señas de identidad 

El silencio de las universidades públicas, no obstante estar financiadas con presupuestos públicos y sin los riesgos del mecenazgo de las universidades extranjeras 

Es incomprensible que las universidades públicas no se manifiesten con más asiduidad, porque son financiadas en gran parte por el erario público. No se deben a sus mecenas, como les pasa a las universidades estadounidenses, financiadas por empresas y particulares con grandes conexiones de todo tipo con Israel y los judíos estadounidenses. Lo que explica la caza de brujas allí emprendida, en cuyas redes ya han caído algunas rectoras. Los mecenas han irrumpido con fuerza negándose a financiar a las universidades díscolas (entiéndase las que critican a Israel). 

Algunos responsables de estas universidades se han salido por la tangente y no han seguido el ejemplo cauto del presidente de Estados Unidos, entregado el primero de la fila al genocidio de su "amigo eterno" Israel. Han sido, pues, recriminados por los patronos económicos de sus universidades. "Quien paga, manda".  


Las universidades españolas públicas no adolecen de estas limitaciones, lo que hace extraña su actitud distante del genocidio palestino. 

El silencio inexplicable de las universidades españolas ante el hecho de que las universidades de Gaza han sido bombardeadas y varias destruidas al completo 

No se han salvado las instituciones universitarias de la destrucción programada por el Gobierno israelí, lo que hace más sorprendente la ausencia de declaración institucional de los claustros y órganos de gobierno de nuestras universidades, ya que están directamente concernidas. Tras los últimos acontecimientos ya se ha visto clara la intencionalidad de Israel.

Era necesario el genocidio de los palestinos de Gaza para obligarles a abandonar su territorio -lo que están consiguiendo- y posteriormente apoderarse de todo su territorio. ¿Alguien puede dudarlo ahora? Y en esta intencionalidad genocida se sitúa -tenía que situarse- la destrucción de las universidades, para que la extensa e instruida población juvenil de Gaza percibiera sin dudas que su futuro había sido cercenado. Gaza es el pueblo de su entorno con menor cifra de analfabetos y con mayor número de universitarios en términos comparativos de población.    


Los puntos críticos de las escasas declaraciones institucionales de las universidades españolas  

La primera declaración de la CRUE es muy escueta y generalista: rechazo de la escalada bélica, solidaridad con la población civil y comunidades universitarias de Israel y Palestina, ruego de que la diplomacia resuelva el conflicto. La segunda declaración ya entra más en materia. 

Hay una coincidencia en los puntos de la crítica de las universidades. La diferencia reside en que en algunas declaraciones la crítica es más extensa y profunda. También se observa un mayor número de reprobaciones, a medida que se desarrollan los acontecimientos bélicos. Se ve palpablemente en las instituciones universitarias que han efectuado dos declaraciones, como la CRUE y la asociación de las universidades catalanas. Señalo tres datos a destacar:  

Primero: En general las declaraciones son puntuales en la crítica y no se retrotraen al dominio y opresión de Israel desde hace muchos años. Es como pretender una foto fija de la actualidad: Hamás ha cometido un crimen abominable e Israel igualmente o más aun arrasando el territorio de Gaza y asesinando a civiles. La excepción es la declaración contundente de las universidades catalanas -la ACUP-, que expresa: denuncia de la situación creada por décadas de ocupación de los territorios palestinos.


Segundo: No suelen aludir al futuro político de Palestina e Israel, quizás porque es una cuestión complicada y no quieren comprometerse. La alusión a un Estado palestino apenas está presente. La excepción es la del Centro de Investigación Laboratorio de Ideas y Prácticas Políticas, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, que introduce un punto nuevo: la defensa de la creación o bien de un Estado palestino laico y democrático o de un Estado único laico y democrático en el territorio israelí y palestino. Si ya es difícil erigir un Estado para Palestina, todavía lo es más un único Estado, que englobe a Palestina e Israel. Creo que después de los acontecimientos actuales, imposible. 

Tercero: La Universidad de Granada ha dado un paso más, al añadir a una declaración de defensa de Palestina, la prestación de asistencia psicológica y económica a la población palestina y la creación de un fondo especial de ayudas. La soledad de esta universidad, única dispensadora de esta clase de ayuda, retrata bien los márgenes distantes, en los que se desenvuelven las universidades españolas en relación con Palestina.

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Las residencias y el terror https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80079/las-residencias-y-el-terror/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80079/las-residencias-y-el-terror/#respond Tue, 13 Feb 2024 05:01:44 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=80079 Continuar leyendo "Las residencias y el terror"]]> Residencia de mayores Francisco de Vitoria, en Alcalá de Henares, Madrid-. X de Alejandra Jacinto (@AleJacintoUrang)
Residencia de mayores Francisco de Vitoria en Alcalá de Henares, Madrid-. Alejandra Jacinto (@AleJacintoUrang) en X.

7291. Siete mil doscientos noventa y un muertos, miles y miles de historias más de terror. 

Se habla malamente de terrorismo, pero se habla poco del simple acto de sentir terror; de notar cómo los pies se transforman en lidocaína y empiezas a sentir cómo no puedes hacer nada más que mirar y rezar para no ser tú el próximo (no hay nada más terrorífico que sentir la necesidad de rezar aun no siendo creyente).  

La Cadena SER ha publicado algunos informes de la Policía Municipal sobre la situación de las residencias públicas madrileñas durante la pandemia y lo primero que he sentido es terror. No por mí, no, sino por los que vieron y sufrieron eso. Eso es la palabra que lo define, signifique lo que signifique.  

Se puede leer en esos informes que en las residencias se acumulaban los muertos, pero nadie iba allí a darles un fin humano e higiénico; que los enfermeros no tenían EPIs y tenían que protegerse con bolsas de basura, pero nadie les ayudaba para acabar con esa ironía horrible cual tahúr degollado; que residentes con problemas cognitivos danzaban solos y perdidos por los pasillos, pero nadie hacía nada para evitarlo.  


Todo eso que ellos sintieron es terror. Terror auténtico, el de la impotencia y la rabia y el no poder hacer nada; el de sentir pánico atroz e injusto, pues dudo mucho que nadie se merezca eso; el del dolor de ver al que fue tu compañero de habitación, quizá amigo íntimo, muerto y con la lengua negra y agrietada resbalándose cada vez más hacia la colcha. También el terror del olor nauseabundo, si nos ponemos asquerosos, y el de desear morir rápido, pues sabes que nadie te derivará a un hospital 

Terror por no ver a tu familia, por no saber si vas a poder despedirte de ellos, por tener la certeza casi total de que vas a morir (¿quién dudaría en esas circunstancias de que no va a morir?). Terror por saber que nadie hace nada, terror al sentir las zapatillas anatómicas de los profesionales acercándose a tu habitación, terror al escuchar que la presidenta de tu comunidad autónoma está bien a gustito, protegida entre los mármoles de la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol y un apartahotel de lujo en Plaza de España, hablando de cervezas y de terrazas y de putos torreznos (cervezas que no probarás, terrazas que no pisarás, putos torreznos que quizá imaginarás antes de que los paliativos te tumben la conciencia).

Creo que desde aquí fuera, al otro lado de los muros de la residencia, no podemos hacernos a la idea del terror que se vivió ahí dentro (de hecho, creo que lo mejor para nuestras ansiosas cabezas es no hacerlo); sin embargo, creo que sí podemos hacernos a la idea de cómo actuar.  


Podemos empezar a hacernos a la idea de que no hubo derivaciones a los hospitales y de que los protocolos de la vergüenza, esos que niega Isabel Díaz Ayuso, existieron; también de que no se medicalizaron las residencias y todo se dejó a la suerte de nadie. Y que nada de esto parece ser un error, no, sino unas políticas muy claras funcionando a toda máquina.

Tras leer los informes de la Policía Municipal de Madrid, tengo la certeza de que Ayuso no debe dimitir: lo que tiene que hacer es sentir terror en un juicio sumarísimo donde se demuestre su responsabilidad.

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Un facha en los Goya https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79990/un-facha-en-los-goya/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79990/un-facha-en-los-goya/#respond Mon, 12 Feb 2024 06:00:22 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79990 Continuar leyendo "Un facha en los Goya"]]> Un facha en los Goya
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, en una foto de archivo. /EP

Un astronauta en la corte del Rey Arturo y un facha en los Goya. En la primera, un ingeniero aeronáutico, por la activación de unos campos magnéticos, acaba retrocediendo en el tiempo hasta la época medieval. En la segunda, un tipo de mentalidad medieval, disfrazado con un esmoquin más feo que el pasado de Mario Conde, logra que una comunidad autónoma retroceda en el tiempo sin necesidad de activar campos magnéticos. La primera es una película de Disney. Lo segundo, un hecho demostrable que ojalá fuese solo el argumento de una película.

Ver a un facha en una actividad cultural es más insólito que la presencia de un astronauta en la corte del Rey Arturo. Ellos son más de cacerías, peñas taurinas y ese tipo de actividades en las que pueden lucir esas prendas acolchadas verde oliva que tanto les gustan. El facha debió desempolvar el esmoquin que llevó en su boda, que ya no le sentaba bien, y avanzó por la alfombra magenta de los premios con las piernas separadas y la zancada de cowboy de Aliexpress.

Cuando un facha habla, sus palabras suelen deslizarse por su aliento con la chulería del terrateniente, del gañán de buche henchido al que, como le sucedía al protagonista de El traje nuevo del emperador, nadie le ha dicho que va desnudo. Al facha le encanta la provocación desde la salvajada. Cree que irritar a un demócrata, vulnerando los más elementales códigos de la convivencia, es una medalla al valor. Por eso un facha sería capaz, por ejemplo, de llamar "señoritos" a los productores del cine español, decir que solo viven de subvenciones para acabar rodando películas muy malas que no interesan a nadie y luego, con sus santos cojones, presentarse en la ceremonia de los Goya porque cree que su presencia va a escocer. Porque lo que para cualquier persona es una irresponsabilidad, para un facha es una demostración orgullosa de su masculinidad tóxica y ególatra. Lo que para nosotros es educación, para un facha es cobardía.

A un facha no le interesa la cultura. Y menos aún el cine español. Piensa que es un nido de rojos que más valdría exterminar. Pero acude a la gala de los Goya porque, casi con seguridad, a su pareja le hacía mucha ilusión ver de cerca a José Coronado e intentar hacerse una foto con él. Y el facha, que es un caballero de los de antes, de los de mucho antes, va. Aunque le interese una mierda todo. El facha se traga una gala con un actor denunciando la emergencia climática mundial que él niega; con una actriz reclamando los derechos de las personas trans que él detesta; con una directora exigiendo el fin del genocidio en Gaza que él justifica; con una compositora premiada por versos como "yo te quiero querer sin miedo a que puedan volver", cuando el temido es él; con un actor solidarizándose con el pueblo argentino que asiste a la destrucción de su Estado de Derecho a manos de un político al que el facha admira; y con toda una profesión posicionándose contra el acoso sexual y la violencia de género que él afirma que no existe. "Lo hice por ella", le dirá el facha a sus amigos fachas en la barra de algún bar de mueble color remordimiento.

Dicen que es la primera vez que un facha asistía a una entrega de Premios Goya. Lo dudo. Algún facha en el armario ya habrá visitado la gran fiesta del cine español. Tal vez lo hiciese con prudencia, esa que ahora han perdido en nombre de la bravuconería. Pero mi pregunta es: ¿sabrá el facha que es facha? Porque si hace una semana estuvimos hablando de lo importante que es apoderarse del insulto, desactivarlo y resignificarlo, me resulta curioso constatar lo mucho que les molesta a las personas de derechas que les llamen fachas. Algo que el talentoso equipo de guionistas de Polònia, el programa de sátira política de TV3, demostró, con un ingenio rápido como la pólvora, haciendo una versión del Zorra de Nebulossa. El mismo número de fonemas tiene la palabra "zorra" que la palabra "facha", incluso que la palabra "fruta". El propio título del programa catalán es una reapropiación del menosprecio español, o sería más adecuado decir madrileta, que señaló al catalán, en tono peyorativo, con el término "polaco".

De momento, las derechas no parecen estar interesadas en reapropiarse de la palabra facha. Quizá porque la palabra tenga más de descripción que de insulto. Para mí no es lo mismo una persona ideológicamente situada a la derecha que un facha. Lo que sucede es que el partido político hegemónico de la derecha democrática española, que siempre ha presumido de acoger bajo su ala de gaviota a todo el espectro ideológico, desde el moderado hasta el facha, ahora tiene que negociar con su hijo violento e independizado. Y en esa negociación ha optado por asumir como propia la violencia y el exabrupto del hijo en lugar de enseñarle educación y valores. Y ahí es donde "lo facha", como el cordyceps de The last of us, lo infecta todo.

Como en el cuento de Hans Christian Andersen del que les hablé al principio de esta columna, siempre hace falta que alguien señale lo evidente. En una gala de casi cuatro horas tuve que esperar a los últimos veinte minutos para que una persona aludiese a la presencia del facha en la sala. Y, como en la fábula, la gente reaccionó. Esa fue una de las grandes ovaciones de la noche. Confieso que la esperé con deseo. Porque el cine, como toda expresión cultural, es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Y lo que no se cuenta, no existe. Tenemos la obligación de contarlo y de ponerle nombre. Aunque ese nombre sea "facha".

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Cohabicidio versus consenticidio https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79932/cohabicidio-versus-consenticidio/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79932/cohabicidio-versus-consenticidio/#respond Mon, 12 Feb 2024 05:18:38 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79932 Continuar leyendo "Cohabicidio versus consenticidio"]]> Un gazatí pasa en bici por delante de tres edificios destruidos en Ciudad de Gaza. EFE/ Str
Un gazatí pasa en bici por delante de tres edificios destruidos en Ciudad de Gaza. EFE/ Str

Entre 1915 y 1923 alrededor de un millón y medio de personas armenias fueron aniquiladas en el Imperio Otomano. A pesar de la barbarie no existía entonces un término para expresar aquellos espantosos actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. 

Fue el jurista Raphael Lemkin quien acuñó el término "genocidio", a partir del sustantivo griego "genos" (raza, pueblo) y del sufijo latino "cide" (matar). Dedicó buena parte de su vida a conseguir que el genocidio fuera considerado un crimen internacional. "Me di cuenta de que el mundo debía adoptar una ley contra ese tipo de asesinatos raciales o religiosos" dejó escrito en su autobiografía en la que hablaba de "crímenes de barbarie". "Cuando una nación es destruida, no es la carga de un barco lo que es destruido, sino una parte sustancial de la humanidad, con toda una herencia espiritual que toda la humanidad comparte" dejó escrito gráficamente. 

Fue precisamente Raphael Lemkin, denunciando los crímenes nazis cometidos, el principal impulsor de la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio aprobada en 1948 en Naciones Unidas, en la que, por primera vez, se codificó el delito de genocidio. Se trata, además, del primer tratado de derechos humanos que adoptó la Asamblea General de las Naciones Unidas y representó el compromiso de la comunidad internacional para garantizar que las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial no se repitieran nunca más. 

Conviene al respecto señalar que, conforme al artículo tercero de la convención, serán castigados los actos de genocidio, pero también la instigación directa y pública a cometerlo o la complicidad con el mismo. Son claras también las obligaciones de los estados en virtud de la convención: a no cometerlo, a prevenirlo, a castigarlo o juzgar a las personas acusadas de cometerlo. 


Avanzamos ya en el nuevo año (tal y como terminamos el pasado) marcado por el genocidio, tan insoportable como obsceno y permitido, del pueblo palestino: "una catástrofe humanitaria de proporciones épicas", en palabras del Alto Comisionado para los Derechos Humanos; "un cementerio de niñas y niños" para UNICEF. El nivel de destrucción que padece Gaza no tiene precedentes, la tragedia humana que se desarrolla ante nuestros ojos es insoportable. "La mitad de la población de Gaza se muere de hambre", es otro de los titulares de las Agencias de la ONU. No quedan ya palabras para describir la barbarie israelí y la complicidad internacional con algunas excepciones notables. 

Este año, en concreto el próximo 24 de febrero, se cumplirán dos años de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. En el caso del Sáhara Occidental son décadas ya de ocupación y vulneración sistemática de los derechos humanos. Nada se habla del muro de la vergüenza que desde 1980 perpetúa la ocupación marroquí del Sáhara Occidental.  

Imposible no constatar la indignación selectiva de Europa y las notables diferencias con las que la comunidad internacional, y buena parte de los medios de comunicación, abordan unos y otros conflictos, llegando en el caso de Ucrania a defender y apoyar la legítima defensa mediante la entrega masiva de armas y municiones, y al mismo tiempo, obviar, cuando no alentar, el genocidio de todo un pueblo en el caso de Palestina o condenar al ostracismo las legítimas aspiraciones del pueblo saharaui y su legítimo representante el Frente POLISARIO que siempre han apostado por la vía pacífica y la celebración del referéndum de autodeterminación como forma de resolver el último conflicto de colonización en el continente africano. 


Si algo nos ha enseñado la historia es que nunca tendrán las armas la razón. Ni en Ucrania, ni en Palestina, ni en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos, ni en ningún de los más de 100 conflictos armados que, según datos de la ONU, se mantienen en curso en todo el mundo, con una duración media de más de 30 años y con sus terribles consecuencias a todos los niveles. 

¿Podemos hablar de "cohabicidio" para referirnos a la desgarradora normalidad con la que coexistimos con un genocidio emitido en directo? ¿Es "consenticidio" la actitud incomprensible e injustificable de tantos y tantos medios de comunicación que utilizan constantes eufemismos para referirse a lo que está ocurriendo en Palestina? 

Nadie hablará de nosotros cuando estemos muertos decía la famosa película de 1995. Seguramente en el futuro si se hablará de nuestra generación como aquella que lamentablemente coexistió con absoluta normalidad por primera vez con un genocidio emitido en directo, que, además, fue tolerado cuando no alentado por los grandes medios de comunicación. 


Para blindar ese reconocimiento póstumo que seguramente tendremos por parte de las futuras generaciones bien haríamos en iniciar una campaña pública internacional para que Biden, Netanyahu, Putin o el mismo Mohamed VI sean reconocidos con el premio nobel de la paz. Así nadie hablará de nosotras. ¿O sí? 

Dijo Eduardo Galeano que el mundo se divide en indignos e indignados, conviene aclarar de qué lado estamos. 

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¿Qué es descolonizar un museo? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79794/que-es-descolonizar-un-museo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79794/que-es-descolonizar-un-museo/#respond Mon, 12 Feb 2024 05:03:56 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79794 Continuar leyendo "¿Qué es descolonizar un museo?"]]> Tesoro de los Quimbayas en el Museo de América en Madrid.- Santiago López Pastor
Tesoro de los Quimbayas en el Museo de América en Madrid.- Santiago López Pastor

Se habla mucho de descolonizar museos últimamente y por lo general en tono alarmista. De creer a la prensa conservadora, uno pensaría que la cosa consiste en vaciar las instituciones para entregar los objetos al primero que las reclame. El debate es complejo y hasta ahora lo que nos han ofrecido es una caricatura.  

Habría que empezar recordando que España fue potencia colonial desde finales del siglo XV. La Monarquía Hispánica conquistó territorios extrapeninsulares, creó asentamientos con población procedente de España, explotó las riquezas de los territorios conquistados y los administró. A eso en historia se le llama colonialismo 

Conviene recordar también que España poseyó colonias durante el siglo XIX y buena parte del XX, es decir, en la Era del Imperialismo, que es cuando se crean o desarrollan en Occidente los grandes museos nacionales. La función de estos museos no era solo coleccionar objetos, producir conocimiento y divulgarlo. También lo era legitimar, de forma más o menos explícita, los nuevos estados-nación, la clase dominante de la época (la burguesía), y los imperios. La creación de los museos fue en paralelo al expolio de los pueblos colonizados, el desarrollo de una ciencia racista y el etnocidio. En España también.    

Descolonizar es, en primer lugar, aceptar la historia del museo como institución colonial y como parte de otras prácticas coloniales. Eso nos obliga a darla a conocer y por lo tanto a cambiar el discurso museístico. En estos momentos, sin embargo, la tarea no significa tanto eliminar lo que pueda quedar de racista o colonial en las exposiciones, que es una tarea que el personal de museos lleva años haciendo, sino en ampliar el relato 


Significa, por ejemplo, que en el Museo Nacional de Antropología no nos informen solo del contexto cultural de los objetos exhibidos, sino del contexto político que explica que estén allí para empezar–y no en Filipinas o el Sáhara Occidental. O que en el Museo de América nos cuenten que su fundación, en 1941, obedece a una razón muy específica: las ínfulas neoimperiales del franquismo. Una época, por cierto, en que los científicos franquistas trataban de demostrar la inferioridad de los negros en la colonia de Guinea Ecuatorial. 

Descolonizar es, en segundo lugar, investigar cómo se formaron las colecciones. ¿Con anuencia de sus propietarios, de la comunidad en la que se encontraban, de las autoridades? ¿Fueron obtenidas bajo coacción o violencia? ¿O quizá compradas de buena fe o donadas? No son preguntas retóricas; son preguntas que requieren investigación para hallar respuesta.  

Descolonizar es, sobre todo, aprender a respetar otras sensibilidades: las de las personas y culturas que crearon y usaron los objetos que se encuentran en nuestros museos. Es posible que para ellos los restos humanos, las reliquias o los objetos religiosos sean más que patrimonio cultural. No debería ser difícil de entender en nuestro país: que les digan a los fieles de la Macarena que la talla de la Virgen no es más que una pieza de museo. Puede que lo sea. Pero es mucho más que eso. En la actualidad, los museos colaboran con comunidades indígenas o religiosas para saber cuál es la mejor manera de exponer un objeto religioso –o de no exponerlo, porque hay elementos que no están pensados para la contemplación pública. 


Descolonizar es, también, repatriar: el asunto más espinoso y en el que se ha centrado casi todo el debate, pese a que las reclamaciones sobre los fondos en España son mínimas. Quienes se oponen a la devolución aducen varios motivos: uno es que, si se devuelve un objeto, al final habrá que devolverlos todos. Pero de la misma manera que no hay filas de hombres esperando a cambiarse de género porque ahora la ley lo permita, tampoco las habrá a las puertas de los museos para reclamar cerámicas, alfombras o estatuillas. Y el abuso esporádico de reclamaciones legítimas no quita legitimidad a la naturaleza de esas reclamaciones.  

Otro argumento de quienes se oponen a la repatriación es el universalista: el patrimonio no pertenece a nadie en exclusiva. Pero para no pertenecer a nadie, tiene una extraña tendencia a acabar en museos del Norte. El día que existan museos universales en Bangladesh o Chad podremos hablar de patrimonio universal. Mientras tanto, los museos con objetos de todo el mundo simplemente reflejan qué países tienen –o han tenido— poder y dinero.  

Y hay otra trampa con el argumento universalista. Es cierto que existen bienes que no están vinculados a un sitio ni a una comunidad: por ejemplo, buena parte del arte de Occidente a partir del siglo XV. Desde su creación, muchas pinturas y esculturas formaban parte del mercado y sus viajes se daban por hecho. Pero no sucede lo mismo con un templo, la estatua de una divinidad o reliquias ancestrales. Por volver al ejemplo de la Macarena: seguro que sus fieles no les parecería bien que la talla estuviera en Londres o San Petersburgo. 


Muchos de los objetos que se repatrían son, de hecho, más que objetos: se trata sobre todo de elementos de carácter sagrado y restos humanos. Alemania, por ejemplo, ha devuelto cráneos de hereros asesinados en Namibia a inicios del siglo XX y Francia de luchadores anticoloniales argelinos ejecutados en el siglo XIX.  

Pero también se repatrían o intentan repatriar elementos centrales para la identidad cultural de un país: los bronces de Benín o los mármoles del Partenón, por ejemplo. Y aquí entramos en la polémica del tesoro de los Quimbayas. Expuesto en el Museo de América, es uno de los poquísimos bienes reclamados a España, pese a que haya centrado toda la discusión. No es producto de un robo colonial ni fue obtenido bajo coacción. Su presencia en España es formalmente legal –aunque no exenta de controversia jurídica y desde la perspectiva actual, poco lícita.  

Pero sucede que los debates sobre repatriación no son exclusivamente legales. También son morales. Podríamos preguntarnos dónde se valoraría más el tesoro y donde cumpliría mejor su función social como patrimonio. La mayor parte de españoles desconocían por completo la existencia del tesoro de los Quimbayas hasta que saltó la polémica. En el Museo de América lleva décadas pasando desapercibido. Imaginemos que la Dama de Elche se encontrase en Colombia en un museo con escasos visitantes, fuera de los itinerarios turísticos y culturales. Pensaríamos que los colombianos no saben apreciar nuestro patrimonio. Que está desaprovechado. Y no nos faltaría razón.  


Descolonizar no es despojar a los museos de sus fondos. Tampoco convertirlos en un lugar donde expiar nuestras culpas. No se trata de hacer de cada institución un relato sobre el colonialismo ni de cada cartela un manifiesto. Se trata de lograr que los museos sean lugares más justos y respetuosos, pero también más vivos e interesantes. Lugares donde se cuenten más y mejores historias, aunque a veces no nos gusten. Porque los museos también están ahí para hacernos reflexionar: sobre el pasado, el presente y las conexiones entre ambos.   

En el fondo, el debate tal y como ha transcurrido en las últimas semanas no tiene tanto que ver con los museos en sí como con la descolonización en general. Lo que está en juego es el relato que queremos presentar sobre nuestra historia y nuestra relación con otros pueblos, que es una parte importante de nuestra identidad colectiva. En un tiempo en que la xenofobia, el nacionalismo excluyente y el imperialismo se vuelven a considerar legítimos, descolonizar los museos supone un ataque frontal a esas ideas. Pero por eso, también, resulta una tarea imprescindible.

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Coleo de 'Zorra' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79975/coleo-de-zorra/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79975/coleo-de-zorra/#respond Sun, 11 Feb 2024 06:15:55 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79975 Nebulossa interpreta 'Zorra' en el Benidorm Fest. / Morell (EFE)
Nebulossa interpreta 'Zorra' en el Benidorm Fest. / Morell (EFE)

Cuando me enteré de que la canción elegida para ir a Eurovisión era Zorra no me gustó. El término no es fino. Después la escuché y cambié de opinión, por eso recomiendo antes de nada escucharla

Yo ni pensaba escribir sobre el tema, pero es que todavía colea y está levantando polvareda. Esta semana ha vuelto a ser protagonista en la particular guerra cultural ibérica, —cómo no— con las mujeres como arma arrojadiza.  

El portavoz del PP de Ayuso, Carlos Díaz-Pache, soltó el jueves en sede parlamentaria: "No sabemos ya cuáles son nuestros referentes. ¿Qué pasa con las canciones? A ver si lo digo bien lo de las canciones. Enseñar las tetas está bien porque no nos da miedo. Pero la canción de Chanel era mercantilización del cuerpo y entonces mal. Pero decir zorra 50 veces eso es bueno y eso es la mejor imagen de España (aplausos). La banalización de la violencia es lo que están ustedes haciendo. Y han pasado de reivindicar el derecho de todas las mujeres a tener un trabajo, el derecho al respeto, a banalizar los insultos y la violencia verbal. Esa es la cultura en la que están ustedes y esa es la que nosotros criticamos".

Soy consciente de que leído rápido parece un galimatías de Antonio Ozores. Sin embargo, desmenuzado dice muchas cosas.

1–"No sabemos ya cuáles son nuestros referentes". Nuestros, ¿de quién? Es una buena pregunta para empezar. Por "nuestros" entienden los de todos, incluidos ellos. ¡Creen que tendríamos que tener los mismos! Siguen sin darse cuenta de que España ya no es —si alguna vez lo fue— "una, grande y libre". Y eso se aplica a todo; también al feminismo. 

2– "Enseñar las tetas está bien porque no nos da miedo". Sí, enseñar las tetas como acto reivindicativo es una maravilla porque sigue habiendo muchos sitios, por ejemplo las redes sociales, en los que las tetas de las mujeres están prohibidas. No entender eso es no querer entenderlo y decir lo dicho —con ironía— es no respetar la valentía que implica hacerlo.

3– "Pero la canción de Chanel era mercantilización del cuerpo y entonces mal". Chanel no enseñaba las tetas para reivindicar nada. De hecho, no enseñaba los pezones, que es lo prohibido. Solo se desnudó lo permitido y se contoneó todo lo que pudo para jugar a lo de siempre: "El mundo 'tá loco con este body. Si tengo un problema, no es monetary". Es decir, el viejo alegato de la mujer objeto que se gana la vida con el deseo por su cuerpo rebueno.

4–"Pero decir zorra 50 veces eso es bueno y eso es la mejor imagen de España (aplausos)". Dar la vuelta a un insulto convirtiéndolo en denominación de orgullo es de las estrategias más viejas de la historia para desbaratar insultos. Lo hicieron los "maricas", los "negratas", los "sudacas" y todas las hinchadas de fútbol. Lo hizo hasta Perro Sánchez" con éxito rotundo. Que les parezca mala idea que un alegato feminista represente a España en una competición europea es algo que tendrían que explicar más después de leer la letra —puesto que cantada parece que no alcanzan a entenderla—:  

"Si salgo sola, soy la zorra.

Si me divierto, la más zorra.

Si alargo y se me hace de día,

soy más zorra todavía.

Cuando consigo lo que quiero (zorra, zorra)

jamás es porque lo merezco (zorra, zorra)

y aunque me esté comiendo el mundo

no se valora ni un segundo".

De la falta de respeto a lo votado —ésta fue la canción elegida tanto por el jurado como por el público— no sé que decir para no llamarles censores o —esa palabra que tanto les gusta— golpistas.  

5–Luego acusa a la canción y su defensa de "banalización de la violencia", de "banalizar los insultos y la violencia verbal" y lo dice, el muy hijo de fruta, sin que se le caiga la cara de vergüenza, desde la bancada de un partido que esta navidad ha regalado cestas de fruta para rememorar la hazaña de su presidenta de insultar al presidente del Gobierno y convertirlo en burla nacional. 

6– "Esa es la cultura en la que están ustedes y esa es la que nosotros criticamos", de palabra, no de obra, le faltó reseñar. 

¿Y cuál será la suya? ¿La cultura de la cancelación, de los límites absolutistas al uso de los términos y, por lo tanto, de las ideas, la muerte del humor, de los juegos de palabras que las desarman y las resimbolizan, la locura colectiva en la que no se puede decir nada que a alguien ofenda, la pretensión de que los límites no limitan, sumadas a la apropiación de la libertad y del monopolio de insultar?

Lo más preocupante de estos discursos es que no se quedan solo en palabras, arrastran a unos contra otros y ante mensajes provocativos siempre hay a quien arrastrar. Ya hay asociaciones feministas juntando firmas en su contra. El viernes dimitió la delegada de Igualdad, Inclusión y Diversidad de RTVE, Monserrat Boix, y lo anunció con un tuit de despedida: "Pido perdón a las víctimas de violencia de género. Zorra no es empoderamiento para las mujeres ni feminismo".

Y conste que todo esto lo escribo sin que la canción elegida por la mayoría me guste mucho aunque entienda su sentido. Para alegato feminista con enjundia, con profundidad, original e inspirador, prefiero un millón de veces el Ay, mamá de Rigoberta Bandini de 2022 que no conseguimos hacer ganar en el Benidorm Fest y que será irremplazable para siempre.   

Y si me dan a elegir entre la Zorra de Nebulossa o la versión que han hecho de ella los de Polònia en TV3, sin duda me quedo con la segunda. No se la pierdan. Seguro que a los de Ayuso también les encanta. 

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Una nueva ola para el feminismo: las mujeres en el liderazgo de la ciencia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79884/una-nueva-ola-para-el-feminismo-las-mujeres-en-el-liderazgo-de-la-ciencia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79884/una-nueva-ola-para-el-feminismo-las-mujeres-en-el-liderazgo-de-la-ciencia/#respond Sun, 11 Feb 2024 05:02:49 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79884 Continuar leyendo "Una nueva ola para el feminismo: las mujeres en el liderazgo de la ciencia"]]> Freepik.
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El 11 de febrero conmemoramos el Día de las Niñas y las Mujeres en la Ciencia. Podría pensarse que tenemos efemérides para casi cualquier cosa, pero, sin duda, esta jornada no es ni banal ni accesoria, todo lo contrario: es imprescindible para visibilizar y poner en la agenda política una prioridad de la que depende el progreso de toda la Humanidad. 

Este camino se inició en diciembre de 2015 -digamos que prácticamente antes de ayer-, cuando la Asamblea de las Naciones Unidas adoptó por resolución la proclamación de este día para reconocer el papel fundamental de las mujeres en la ciencia y la tecnología, un toque de atención que busca que se nos facilite la participación y, con ello, que se corrijan los desequilibrios, se eliminen las trabas y los prejuicios y se incorpore un talento imprescindible para abordar los grandes retos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Ese importante documento debe ser nuestro cuaderno de ruta para abordar desde el cuidado de la salud hasta el cambio climático, sin olvidar que nuestra presencia en estos campos contribuye de manera muy beneficiosa a las economías y, por tanto, al desarrollo de los Estados. 

Serían muchos los ejemplos que podríamos enumerar de mujeres científicas cuya contribución al progreso de la humanidad ha sido sobresaliente. Pero me quiero fijar en el caso de la bioquímica húngara Katalin Karijó, la madre de la vacuna contra la Covid-19, que pasó 40 años en la sombra y desarrollando avances claves para las inyecciones que permitieron a la humanidad plantar cara a la pandemia. 


Somos más en el mundo, sí, pero en este caso somos menos. Las mujeres conforman el 27,8% de los nuevos ingresos en carreras técnicas, y sus becas de investigación suelen ser más modestas que las de sus colegas hombres, y aunque son aproximadamente el 33,3% de todos los investigadores, sólo el 12% de quienes forman parte de las academias científicas son mujeres.

De hecho, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Científicas (AMIT) denunciaba en 2015 que en España las mujeres sólo reciben el 7% de los premios científicos con una dotación económica mayor de 100.000 euros. 

En diversos campos de vanguardia que están en plena explosión, como la Inteligencia Artificial, sólo hay una mujer por cada cinco hombres. Las investigadoras tienen carreras más cortas y están peor remuneradas; sus trabajos están infrarrepresentados en las publicaciones especializadas y, a menudo, no son consideradas para los ascensos o para liderar equipos. 


Este contexto dificulta, cuando no obstaculiza, que las niñas y las jóvenes tengan referentes femeninos en quienes reflejarse como si fuera un espejo a la hora de elegir una carrera STEM. Existen estudios en los que se constata que los estereotipos de género y esa ausencia de referentes limitan las expectativas de las menores y, lo que es todavía peor, a partir de los seis años alimenta en ellas ideas preconcebidas que asocian una mayor brillantez intelectual al género masculino. 

Estamos ante una realidad que es imprescindible transformar, y en la que las administraciones tienen que actuar como palanca de cambio. Para ello, es necesario dar voz y poner nombre a todas las mujeres científicas y, por supuesto, en todos los ámbitos que, con su trabajo han contribuido a mejorar nuestra sociedad. De esta forma, las niñas tendrán ejemplos a seguir, pero también facilitará que los niños las conozcan, porque de nada sirve empoderarlas a ellas si ellos siguen teniendo comportamientos machistas. 

Como ha dicho Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades recientemente, la desigualdad de género es una evidencia científica. Pero también es una evidencia que, en la construcción de la democracia, la perspectiva de género debe ser la herramienta científica, política, ideológica y cultural, como defiende la investigadora Marcela Lagarde, lo que nos permitirá superar todas las manifestaciones del sexismo, del dominio, de la opresión y de la explotación donde se cultiva la desigualdad social. 


El Gobierno de España tiene un compromiso incuestionable con la igualdad entre mujeres y hombres como principio ético, defensa de los Derechos Humanos y política transversal y prioritaria. Por eso, se han puesto recursos públicos que contribuyan a eliminar las brechas que dificultan las condiciones de equidad en el ámbito laboral; la reforma laboral ha propiciado que las mujeres, que protagonizamos la precariedad en el empleo, tengamos trabajos de más calidad y con contratos indefinidos; uno de cada cinco empleos creados pertenece al campo de la ciencia y la tecnología. 

La ciencia y la innovación son estratégicas para seguir caminando hacia un mundo más justo, más solidario e igualitario, y en el germen de ese nuevo mundo, la visión de las mujeres es imprescindible para no volver a reproducir los patrones sociales, políticos, académicos y económicos de una inercia estructural de desigualdad que nos deje atrás, reto que debemos vencer de manera definitiva. 

Estamos ante un compromiso de país, y que está abordando sin ambages el Gobierno de España, y lo hace visibilizando el talento de las mujeres; legislando para consolidar y ampliar derechos, y aplicando la ley con firmeza, para avanzar hacia una igualdad real. 

Las acciones que estamos llevando a cabo de manera conjunta en España están basadas en el consenso internacional y la evidencia. El trabajo del Gobierno, liderado por el Presidente Sánchez, se centra en ofrecer a las mujeres las mismas oportunidades de progreso y de éxito en sus trayectorias profesionales que a los hombres; crear entornos laborales igualitarios, inclusivos y seguros, y garantizar que la Ciencia, Tecnología e Innovación avancen para toda la sociedad, una CTI hecha también por y para las mujeres.  

También es un compromiso de Europa y, de hecho, ya se debate en el Consejo de la Unión Europea de Competitividad cómo fomentar las políticas a favor de la juventud y la igualdad de género en la investigación y la innovación. Existen grandes retos para lograr la igualdad de género y unas condiciones adecuadas para la juventud en el ámbito de la investigación y la innovación.

Y si queremos superar esos retos, hemos de actuar con financiación, formación y tutorización específicas. Queremos dar reconocimiento, alentar y prestar apoyo a las mujeres, y a las y los jóvenes con talento. Disponer de un sistema inclusivo de investigación e innovación es primordial para la justicia y la cohesión sociales, así como para la competitividad de la Unión Europea. 

Mujeres desconocidas, olvidadas, silenciadas... pero también talentosas, capaces, brillantes... Queremos dejar de ser pioneras para ser muchas en todos los espacios, ser las únicas, ser las primeras nos debilita, ya que no contamos con la fuerza del grupo, de quienes nos preceden. Las mujeres no podemos estar fuera del espacio de influencia, de iluminación y conocimiento, lo que supondrá estar presente en las grandes decisiones que no sólo dan respuesta a los problemas, sino que están diseñando el futuro y la sociedad queremos construir.

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El rey Midas y el concepto de terrorismo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79912/el-rey-midas-y-el-concepto-de-terrorismo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79912/el-rey-midas-y-el-concepto-de-terrorismo/#respond Sat, 10 Feb 2024 05:47:13 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79912 Continuar leyendo "El rey Midas y el concepto de terrorismo"]]> El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont atiende a medios a su llegada al Parlamento Europeo, a 13 de diciembre de 2023, en Estrasburgo (Francia).- Álex Flores / Europa Press
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont atiende a medios a su llegada al Parlamento Europeo, a 13 de diciembre de 2023, en Estrasburgo (Francia).- Álex Flores / Europa Press

Según la mitología griega, Midas fue un rey de Frigia que todo lo que tocaba lo convertía en oro. En el mundo jurídico estamos viviendo acontecimientos que nos recuerdan, en cierto modo, este poder de trasmutación. No solo el juez García Castellón, también una mayoría de la Sección penal de la Fiscalía General del Estado, numerosos catedráticos y juristas e infinidad de columnistas de opinión, no dudan en sostener que Tsunami Democrátic es una organización terrorista creada con esos fines y comandada, entre otras personas, por Carles Puigdemont.   

Vivimos en un país en el que la Audiencia Nacional, tribunal competente para conocer de las causas por terrorismo, ha expandido el concepto de terrorismo a peleas en una discoteca (Caso Alsasua) y a más de ciento veinte condenas por delitos de enaltecimiento del terrorismo. Las actividades terroristas se extienden y amenazan a la mayoría de los países que de manera autónoma o a través de acuerdos internacionales han regulado y delimitado el concepto de terrorismo y las medidas que pueden adoptarse.    

Nuestra integración en la UE nos obliga a la acomodación de las disposiciones que regulan todo lo relacionado con el terrorismo de conformidad con lo establecido en la Directiva (UE) 2017/541 del Parlamento europeo y del Consejo de 15 de marzo de 2017 relativa a la lucha contra el terrorismo. Para movernos con una cierta seguridad debemos centrar nuestro análisis sobre lo que en realidad es terrorismo según el contenido de su texto. 

Comienza advirtiendo que los actos terroristas constituyen una de las violaciones más graves de los valores universales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad, y el disfrute de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, en los que se basa la Unión. No creo que nadie pueda objetar esta rotunda declaración. También representan uno de los ataques más graves contra la democracia y el Estado de Derecho, principios que son comunes a los Estados miembros y en los que se fundamenta la Unión. Destaca la Directiva que teniendo en cuenta la evolución de las amenazas terroristas para la Unión y los Estados miembros y las obligaciones jurídicas que les incumben en virtud del Derecho internacional, procede aproximar en mayor medida en todos los Estados miembros la definición de delitos de terrorismo y de delitos relacionados con un grupo terrorista.

Establece que solo se pueden calificar determinados hechos como delitos de terrorismo cuando se cometan con un fin terrorista específico, a saber: intimidar gravemente a la población, presionar indebidamente a los poderes públicos o a una organización internacional para que lleve a cabo o se abstenga de llevar a cabo cualquier acto, o desestabilizar gravemente o destruir las estructuras políticas, constitucionales, económicas o sociales fundamentales de un país o de una organización internacional.

Siguiendo la técnica de la mayoría de los textos internacionales define como «grupo terrorista»: toda organización estructurada de más de dos personas establecida por cierto período de tiempo, que actúa de manera concertada con el fin de cometer delitos de terrorismo. Los Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para garantizar que los siguientes actos intencionados, tipificados como delitos con arreglo al Derecho nacional, que, por su naturaleza o contexto, pueden perjudicar gravemente a un país o a una organización internacional, se tipifiquen como delitos de terrorismo cuando se cometan con uno de los fines enumerados en la Directiva.

Al mismo tiempo las instituciones europeas son conscientes de que la legislación, las políticas y otras medidas de lucha contra el terrorismo pueden implicar, directa o indirectamente, graves limitaciones a los derechos fundamentales y afectar negativamente a las personas, los grupos y la sociedad en su conjunto. Por este motivo encargó a la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) un informe para examinar el impacto que había tenido la aplicación de las disposiciones de la mencionada Directiva europea en los derechos de las personas. En términos generales, el informe incide en la necesidad de una mayor claridad jurídica, una orientación práctica y unas garantías más sólidas en la lucha contra el terrorismo, ya que las medidas empleadas en esta lucha pueden entrañar, directa o indirectamente, graves limitaciones a los derechos y libertades fundamentales. 

En su amplio informe la Agencia indica de manera muy significativa que la tipificación de delitos preparatorios, como la provocación pública a la comisión de un delito de terrorismo y los viajes con fines terroristas, no debe repercutir ni tener un efecto amedrentador sobre el ejercicio legítimo de los derechos individuales, como la libertad de expresión. Esta reflexión nos alerta sobre el necesario equilibrio que hay que mantener entre la persecución y castigo de los actos terroristas y el respeto y reconocimiento de las libertades fundamentales. 

Además, la Agencia hace una llamada a la Comisión Europea para que envíe orientaciones a los Estados miembros para que el marco interpretativo y de aplicación de los delitos terroristas se ajuste plenamente a lo establecido en la Directiva, y así evitar una interpretación expansiva por parte de las autoridades (Dictamen 5).Por último, la Agencia incide en que, con el fin de evitar un impacto desproporcionado en los derechos de las personas, el uso de medidas administrativas por parte de las autoridades nacionales contra personas sospechosas de participar en actividades terroristas debe estar sujeto a normas y condiciones claras para su aplicación (Dictamen 6). 

Pero lo más inexplicable y sesgado de la investigación de García Castellón es la imputación a Carles Puigdemont de ser la cabeza visible de Tsunami Democrátic. De manera flagrante vulnera el artículo 17 de la Directiva en el que se establece que los  Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para garantizar que las personas jurídicas puedan ser consideradas responsables de cualquiera de los delitos enumerados en los artículos 3 a 12 y 14, cuando dichos delitos sean cometidos en favor de aquellas por cualquier persona que actúe de forma individual o como parte de un órgano de la persona jurídica y que tenga un cargo directivo en el seno de dicha persona jurídica, basado en: a) poder de representación de la persona jurídica; b) la autoridad para tomar decisiones en nombre de dicha persona jurídica; c) la autoridad para ejercer el control de dicha persona jurídica. 

Por mucho que se empeñen los modernos reyes Midas, ninguna de las conductas que se recogen en los autos de Garcia Castellón pueden ser convertidas y trasmutadas,  por puro "voluntarismo", en un delito de terrorismo y mucho menos atribuir su autoría a  Carles Puigdemont, que ni participa en la fundación de la Plataforma Tsunami Democrátic, ni consta que haya tomado su dirección u ordenado actuaciones concretas.  

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Goyas 2024: Nadie sabe lo que puede un cuerpo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79942/goyas-2024-nadie-sabe-lo-que-puede-un-cuerpo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79942/goyas-2024-nadie-sabe-lo-que-puede-un-cuerpo/#respond Sat, 10 Feb 2024 05:31:52 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79942 Continuar leyendo "Goyas 2024: Nadie sabe lo que puede un cuerpo"]]> La Sociedad de la Nieve y Creatura, candidatas a los Goya 2024.- Público
La Sociedad de la Nieve y Creatura, candidatas a los Goya 2024.- Público

Esta noche son los Premios Goya y yo quiero hablaros de dos películas que me han gustado mucho este año: La Sociedad de la Nieve y Creatura. He elegido estas dos porque creo que representan bien dos formas de entender nuestro cine, las dos de una enorme calidad y con enfoques diversos. Podrían ser otras. Podría ser Robot Dreams y 20.000 especies de abejas, que además de ser grandes películas también representan apuestas muy nuestras y, a la vez, muy distintas.

Entre estas cuatro películas podríamos hablar del norte, el sur, el este y el oeste de nuestra producción. Pero hay mas, Te estoy Amando Locamente o Saben Aquell, o Un Amor, o Upon Entry, quizás mi guión favorito este año, porque me gustan las películas muy pequeñas de gente que habla y que en la palabra lo esconde y lo enseña todo.

Y también hay películas que sin estar representadas en los Goya este año también representan nuestro cine, como Teresa, de Paula Ortíz, quizás uno de esos olvidos injustos que cada año tenemos que lamentar.

Pero he elegido La Sociedad de la Nieve y Creatura porque, además de todo, hablan del cuerpo.


La Sociedad de la Nieve es una película de zombies al revés. En las películas de zombies la muerte nos acecha como un virus. La muerte te muerde y te despoja de la humanidad que te queda. Las películas de zombies, a veces, no siempre, pero muchas veces, nos gritan "sálvese quién pueda". En La Sociedad de la Nieve comer carne humana es lo que nos devuelve la humanidad y, en vez de "sálvese quién pueda", el gesto último de la dignidad es decirle a la gente que te acompaña (tus amigos y familiares) "podéis comerme" u "os doy permiso para que me comáis".

Hace unos meses, durante la promoción de la película su director, Juan Antonio Bayona, explicó esta misma idea y la opinión pública amante de la literalidad hizo mucha mofa con sus palabras. A día de hoy, millones de espectadores después, la anécdota nos sirve como metáfora del poder del arte y la cultura para desarrollar ideas complejas a través de las emociones aparentemente superficiales. En esta anécdota se encierra también la experiencia de esa película que aún no hemos visto, la de cómo Chile y el mundo van sabiendo lo que pasó en la montaña y tiene que lidiar con el tabú y finalmente aceptar ese acto antropófago como un acto de humanidad.

El lenguaje del blockbuster, de la película de industria, y su gran presupuesto al servicio de una narrativa sobre la ética y la solidaridad llevada al extremo como base para la supervivencia colectiva.


Creatura habla del cuerpo desde otro lugar. Es una película íntima, que casi rima con las narrativas literarias de la autoficción y que despliega una historia sobre la sexualidad femenina en diferentes etapas de la vida y de forma muy específica en la infancia. Donde La Sociedad de la Nieve consigue ser una celebración de lo corporal como metáfora de lo común y la supervivencia, en Creatura el cuerpo es la expresión física de traumas, nudos no resueltos que se convierten en síntomas (pero que la película se preocupa con un enorme cuidado de no patologizar).

Por ese trasiego por lo oscuro (que nunca llega a cargarse de gravedad) algunas de sus imágenes enlazan con el terror. Si La Sociedad de la Nieve mira al cine de zombies, en Creatura hay todo el rato ecos de fantasmas y su directora, Elena Martín Gimeno, que forma parte de algo que si estuviéramos hablando de música tendríamos que calificar como de "escena" (un grupo de mujeres creadoras y creativas de mucho talento que comparten proyectos y sensibilidad, pero declinado con una mirada particular y con un enorme aliento feminista) consigue una poética del síntoma que ha conseguido conectar con debates del feminismo presente y de ese lugar entre el deseo, el empoderamiento y el vínculo.

Por todo ello, si algo tiene que estar presente en los Goya de este año, y así ha anunciado la Academia que será, es precisamente el cuerpo. Y en concreto el cuerpo de las mujeres que están levantando la voz sobre situaciones de agresión, acoso, etc. dentro de la ola que ya en verano ha puesto en marcha el #SeAcabó del fútbol. Mujeres valientes que han levantado la voz haciendo un enorme sacrificio personal, que apelan no sólo a la denuncia en el sentido de tomar la voz, sino que abren la pregunta de cómo evitar, de cómo avanzar.


En ese sentido creo que es bueno hablar de la dimensión necesariamente colectiva de las respuestas y del papel que sobre estos asuntos deben tener la asociaciones profesionales y sindicales. El papel que está teniendo CIMA, La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, como verdadero "hogar" de la articulación de un poder feminista que propone, no sólo espacios de confianza, sino también protocolos de actuación, denuncia, etc. Es absolutamente esencial. Un ejemplo que merece seguirse.

Y en el campo institucional, el anuncio del Ministerio de Cultura de una oficina de actuación y prevención de las violencias machistas en el ámbito de la cultura es también una buena noticia.

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La protesta verde que la extrema derecha quiere teñir de gris https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79900/la-protesta-verde-la-extrema-derecha-gris/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79900/la-protesta-verde-la-extrema-derecha-gris/#respond Sat, 10 Feb 2024 05:16:37 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79900 Continuar leyendo "La protesta verde que la extrema derecha quiere teñir de gris"]]> Agricultores en protesta.- EFE/ Javier Blasco
Agricultores en protesta.- EFE/ Javier Blasco

El 1 de octubre de 2019 más de 2.000 tractores ocasionaron el bloqueo de varias ciudades en Países Bajos. Los agricultores se levantaron contra la medida del gobierno holandés para limitar la contaminación de nitrógeno a costa de cerrar numerosas granjas ganaderas. Aunque las demandas en su estado más puro eran razonables (vivir, y no malvivir, de su trabajo) y generaban un consenso mayoritario (tres cuartas partes de la población estaba de acuerdo), rápidamente las imágenes de los kilométricos atascos atrajeron la mirada de la extrema-derecha.

Elementos como la protesta social, la crítica a la política y la nostalgia formaron un coctel demasiado atractivo para no mirar dentro. La empresa de marketing ReMarkAble vio su oportunidad y construyó en tiempo récord el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB en sus siglas holandesas), escogió a una periodista especializada en temas agrarios para liderarlo e irrumpió en el Parlamento de Países Bajos.

Aunque se presentaban como un partido del ciudadano común, defensor de los trabajadores del campo y alejado de las lógicas tradicionales partidistas, el BBB votaba en bloque con la derecha del país, cuestionaba el cambio climático y fue ahondando su discurso antisistema. Con el tiempo salieron a la luz sus profundos vínculos políticos y económicos con multinacionales de la alimentación cuyos intereses pocos dudaban que no estaban alineados con los del agricultor común holandés que el partido decía defender.

El BBB ganó las elecciones regionales en 2022 con el 20% y muchos se preguntaron si de verdad había tanto agricultor desafecto en un país cuyo sector agrícola empleaba al 2% de la población activa. La respuesta llegó cuando se observó cómo el BBB, aunque partido agrícola de origen, trascendió a partido protesta posterior. Ya no era meramente el movimiento agrícola, sino el movimiento contra la élite, las organizaciones supranacionales y el modelo urbanita de la superioridad moral. Su voto comenzaba en los trabajadores del campo, pero se extendía a todo aquel que sentía desafecto con el statu-quo. El trabajador del campo se convirtió en ese significante vacío donde incorporar toda crítica al sistema.


No es extraño que de las protestas del 2019 hayamos llegado a una situación donde la extrema derecha del Partido de la Libertad (PVV) ha ganado las elecciones del pasado noviembre y precisamente ahora el ultra Wilders tenga al BBB como posible aliado con quien gobernar. Siendo dos partidos radicalmente distintos en sus orígenes, ambos se han encontrado en la senda del populismo.

Este caldo de cultivo también ha surgido los últimos años en Alemania y Francia. Aunque en el segundo caso Le Pen está encontrando resistencias después de años de cooperación entre las grandes organizaciones agrícolas con el gobierno de Macron, en el primero la ultraderecha de AfD no ha desistido en su intento por abanderar, defender e inmiscuirse en las protestas, utilizándolas como ariete contra el gobierno y como cultivo para sus teorías conspirativas, recetas neoliberales, crítica del Estado e ideas chovinistas.

Aunque Países Bajos es el laboratorio al que muchos empiezan a tener como referencia, las causas tienen más tiempo y están plenamente estudiadas en la sociología y el comportamiento electoral. Los ‘lugares-que-no-importan’ (Places That Don’t Matter) han surgido en la última década como detonantes de explosiones de enfado cuya onda expansiva ha trastocado la política nacional en muchos países. El economista Rodríguez-Pose conectó estos lugares periféricos (geográfica, económica y políticamente) a fenómenos tan distintos como el Brexit, la victoria de Trump, la ruptura del sistema político italiano del Movimiento 5 Estrellas o los grandes resultados de Le Pen.


Otros autores han estudiado la importancia cada vez mayor de la división campo-ciudad y cómo esta influye en el comportamiento político, donde la persona rural se siente agraviada por una élite que no les escucha ni tiene en consideración, a diferencia de la persona urbana, beneficiada de la concentración económica y política de las ciudades. De hecho, algunos autores recientemente han visto cómo la proporción votantes/escaños (malapportionment) juega un papel relevante: sistemas electorales que sobrerrepresentan a las provincias rurales contienen esta sensación de sentirse excluidos y viceversa. No sorprende, por tanto, que el manifiesto de la Agrupación Nacional de Agricultores y Ganaderos del Sector Primario busque exacerbar la desproporcionalidad del sistema electoral con fórmulas mayoritarias.

Más allá de la coyuntura y las características nacionales, hay un hilo que une las distintas protestas del campo, los lugares olvidados y el crecimiento de los movimientos populistas en Europa. Aunque cueste ver, décadas de políticas neoliberales, abandono de inversiones, envejecimiento de la población y la uberización del campo forman parte de la cámara magmática de este volcán que empieza a erupcionar.

Como también explica Rodríguez-Pose, estas desigualdades territoriales no harán sino aumentar en los próximos años y no hacer nada no es una opción. Las políticas que buscan desarrollar estas zonas olvidadas son la opción más realista y viable para mejorar las oportunidades de los trabajadores para prosperar independientemente de donde vivan. Con una lección que Países Bajos ha dejado encima de las mesas: si las soluciones climáticas son percibidas como elitistas y diseñadas para beneficiar solo a una parte del país, estarán abocadas a desarrollarse a costa de la otra parte, abriendo la grieta sobre la que la extrema derecha quiere colarse.


La opción de no hacer nada es, precisamente, la que están cultivando todas las extremas derechas europeas con la vista puesta en las elecciones europeas. El paisaje ante una falta de alternativa es propicio para incitar que el penúltimo pise al último, que los franceses critiquen los tomates españoles, que la indignación acabe con el Pacto Verde Europeo.

La protesta del campo es también una protesta verde crítica con las derivadas del modelo capitalista. Los trabajadores que bloquearon La Haya en 2019 tenían entre sus exigencias un mayor castigo a las auténticas causantes del cambio climático y de sus malas condiciones: petroleras y multinacionales como Shell o Tata Steel. Ante la falta de soluciones, la anti-política que impulsaba las demandas del campo se convirtió en un cascarón vacío que rellenaron precisamente los causantes de su miseria.

El profesor Fernando Broncano invitaba a responder las demandas de los agricultores en España con un discurso alejado de la superioridad moral para no dejarles en manos de la ultraderecha. Como punto de partida es una exigencia fundamental. Separar el trigo (agricultores pequeños y medianos) de la cizaña (agroindustriales surfeando la ola de la protesta) para dar a las demandas una salida verde y pro-redistribución y no una salida gris y anti-política.


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¿Por qué a las mujeres les preocupa más la sanidad? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79953/por-que-a-las-mujeres-les-preocupa-mas-la-sanidad/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79953/por-que-a-las-mujeres-les-preocupa-mas-la-sanidad/#respond Sat, 10 Feb 2024 05:01:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79953 Continuar leyendo "¿Por qué a las mujeres les preocupa más la sanidad?"]]> Una mujer en el mostrador de un centro de salud en Madrid. EUROPA PRESS/Jesús Hellín
Una mujer en el mostrador de un centro de salud en Madrid. EUROPA PRESS/Jesús Hellín

Mujer, de entre 55 y 64 años, y con una afinidad ideológica con la izquierda, es el perfil de persona que mayor importancia da a la situación actual del Sistema Nacional de Salud, según el barómetro del Centro de investigaciones sociológicas (CIS). Diez puntos por encima está la preocupación que muestran las mujeres con respecto a la sanidad en comparación con los hombres (solo el 13,2% de los varones encuestados incluían la sanidad entre sus principales preocupaciones, frente al 22,3% de las participantes). En Galicia, por ejemplo, el último informe del CIS previo a las elecciones autonómicas que se celebrarán el 18 de febrero, esta diferencia se situaba en 5 puntos entre ambos sexos.

Teniendo en cuenta que la salud es la base de la buena vida, que todas y todos enfermamos, que en todas las encuestas tanto los hombres como las mujeres preferimos la sanidad pública para ser atendidos y que, además, al gasto sanitario público representa más del 7% del total Producto Interior Bruto, estaría bien preguntarse a qué viene esta diferencia.

¿Acaso las mujeres estamos más hospitalizadas? Pues no.

Según el Instituto Nacional de Estadística entre los 45 y los 84 años el mayor número de altas hospitalarias, con mucha diferencia, se dio en los hombres. Concretamente, en el año 2021 se produjeron 23.400 altas de hombres por cada 100.000 habitantes, frente a las 15.4000 de mujeres en la franja de edad que va de los 65 a los 84 años. Lo que quiere decir, básicamente, que la población ingresada en esa franja de edad es mayoritariamente masculina.

Entre los 24 y los 45, la mayor parte de altas de las mujeres se debía a los procesos de embarazo, parto y puerperio, y no a una enfermedad. Y a partir de los 85, las mujeres volvían a superar a los hombres en altas, básicamente, porque llegan vivas a esa edad en mayor proporción. Es interesante analizar también que la edad media de los hombres hospitalizados fue de 59,5 años y, excluyendo las altas por episodios relacionados con la vida reproductiva, la edad media en las mujeres era de 61,1 años. Es decir, en general, las mujeres se hospitalizan más mayores. Además, según otro informe publicado por la Comisión Europea, la estancia media de los hombres en el hospital supera en un día a la de las mujeres, en total, 7,5 días.

La diferencia de esta preocupación radica, efectivamente, en ese muro de los cuidados. En quién solicita las citas médicas, en quién se encarga de cumplir con el calendario de vacunación, en quién se pelea con el sistema para adelantar citas o para acortar los tiempos de espera, en quién se acoge a bajas y a permisos de cuidados cuando los demás enferman, en quién teletrabaja mientras cuida, en quién se acuerda de renovar las recetas de los mayores, en quién acompaña en salas de espera, o en quién se pasa las noches doblada durmiendo en una silla de hospital.

No hace falta ningún estudio para concluir que somos las mujeres las principales cuidadoras de las personas enfermas y dependientes. Está claro que cuando la enfermedad y la atención sanitaria implican tu tiempo, tu economía y tu propia salud, entonces te preocupas mucho más por la sanidad.

Aunque las cosas están mejorando poco a poco y cada vez más hombres se encargan de los cuidados de sus hijos, el perfil de la persona cuidadora en España sigue teniendo rostro de mujer. Con respecto al cuidado de los menores, en concreto, lo ejercen habitualmente el 95% de las mujeres, frente al 68% de los varones. En horas de trabajo no remunerado estaríamos hablando de 780 horas más al año invertidas en cuidar a los hijos e hijas y en labores domésticas.

Pasa exactamente lo mismo con el cuidado de las personas mayores y dependientes. La diferencia aquí todavía es más aguda que en el caso de los pequeños, porque el cuidado de los padres y de las madres sí que sigue siendo visto socialmente como un asunto casi exclusivo de sus hijas, si las hay. Y a esto se llama la herencia de los cuidados. Como a la mayor parte de nosotros nos ha cuidado una mujer, unas y otros, asumimos que las mujeres debemos seguir ejerciendo esos cuidados para con nuestros mayores.

Tal como señala un estudio de la Revista Española de Sanidad Pública publicado en el año 2023, las desigualdades de género a la hora de cuidar a los mayores se dan en todos los contextos socioeconómicos. Cuando se les pregunta a las personas cuidadoras por los motivos que las llevan a cuidar a ese familiar, la respuesta entre unos y otras difiere también porque, aunque los hombres cuidadores creen que cuidar a sus esposas es un deber y una responsabilidad, no piensan lo mismo del cuidado de sus padres.

Hay que tener en cuenta, además, que muchos hombres descubren los cuidados cuando ya son mayores y porque no les queda otra, ya que desgraciadamente, el envejecimiento y la soledad de las parejas va en aumento. Así que algunos ven el cuidado como un reto y un logro personal, como algo que les genera una satisfacción. Sin embargo, los sentimientos que expresan las mujeres a la hora de cuidar están mucho más asociados a la moralidad, a las creencias religiosas, a la compasión, al amor y al agradecimiento, y a la reciprocidad por los cuidados recibidos.

Y aunque los cuidados son fundamentales para la vida de todas las personas, y por tanto, todos y todas deberíamos priorizar los cuidados a la hora de votar, cuidar en este sistema no nos sale gratis. De hecho, tiene un impacto muy negativo en la vida de las mujeres, tanto en su educación y formación, como en su actividad laboral y doméstica y, por supuesto, en su salud.

La carga física y mental de los cuidados incrementa la posibilidad de sufrir enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad, que son además una de las principales causas de las bajas laborales de las mujeres. Somos las principales consumidoras de psicofármacos y no porque estemos más locas, como nos quieren hacer creer, sino porque estamos infinitamente más cansadas. Las mujeres viven más años, pero con peor salud que los hombres. Las mujeres posponen sus propios cuidados hasta el límite, sencillamente porque no tienen quién las releve en el cuidado de los otros.

 Según el informe del CIS hecho con motivo de las elecciones gallegas, el paro es la principal preocupación para ambos sexos y la crisis económica y los problemas de índole económica la tercera, justo después de la sanidad. Los hombres, en general, se preocupan más por los asuntos económicos que por la sanidad y los cuidados sin reparar, supongo, en que si las mujeres no cuidasen gratis sus contratos de trabajo quizá ni existirían. Numerosos autores señalan que el valor del trabajo doméstico y de los cuidados equivale a más del 40% del PIB en España y que si se eliminasen las desigualdades de género responsables de esta brecha, el ahorro potencial que supondría para el conjunto de la sociedad cubriría casi todo el gasto mensual actual de la Seguridad Social en pensiones contributivas.

La feminización de los cuidados es también la feminización de la pobreza y de la dependencia económica. Dignificar los cuidados domésticos, formalizarlos y pagarlos como cualquier otro empleo sería reconocer socialmente que los cuidados ni tienen que salir gratis, ni tienen que ser invisibles. Y cuando llegue ese momento, quizá a algunos les preocupe algo más de qué va toda esta movida.

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Atención al horizonte Bukele https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79854/atencion-al-horizonte-bukele/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79854/atencion-al-horizonte-bukele/#respond Fri, 09 Feb 2024 05:31:08 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79854 Continuar leyendo "Atención al horizonte Bukele"]]> Seguidores del actual presidente y candidato a la presidencia de El Salvador, Nayib Bukele, se reúnen a las afueras del Palacio Nacional, hoy en San Salvador (El Salvador). EFE/ Bienvenido Velasco
Seguidores de Nayib Bukele frente al Palacio Nacional, en San Salvador (El Salvador). EFE/ Bienvenido Velasco

El Salvador será un lindo / y (sin exagerar) serio país / cuando la clase obrera y el campesinado / lo fertilicen lo peinen lo talqueen / le curen la goma histórica / lo adecenten lo reconstituyan / y lo echen a andar. 

Roque Dalton

El 16 de enero de 1992 entraron en vigor los Acuerdos de Paz de Chapultepec entre la guerrilla del FMLN y el gobierno salvadoreño. Un día de celebración, alivio y avance para la sociedad salvadoreña. 

Tras años de golpes de Estado y militarismo, de cruenta guerra, de escuadrones de la muerte y de intervencionismo estadounidense en el menor de los países de mesoamérica, el proceso de paz abrió, al fin, un tiempo democrático en El Salvador. Un tiempo democrático lleno de dificultades y desigualdad, que se cerró definitivamente este pasado domingo 4 de febrero de la peor manera, confirmando el autoritarismo distópico de Nayib Bukele. 


Después de unas polémicas elecciones, el pasado domingo 4 de febrero Nayib Bukele se autoproclamó ganador absoluto de los comicios salvadoreños. Tras irrumpir en el Congreso con militares, tras declarar el Régimen de Excepción sobre su propia población, perseguir a la prensa, impedir la investigación de la corrupción en su Gobierno, situar el Bitcoin como moneda de curso legal (aumentando la pobreza extrema y el hambre y disparando la deuda del Estado); tras convertir a El Salvador en el país con la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, realizarse selfies frivolizando desde el atril de la ONU (donde hablaron de paz de Arafat a Nelson Mandela) y sobre todo, tras acumular todo el poder del Estado y violar la constitución para poder presentarse a la reelección, Bukele cierra el periodo democrático en El Salvador y abre al país a un tiempo postdemocrático e iliberal.

Un tiempo de impredecibles consecuencias tanto para su propio país, como para la región y, si el experimento Bukele consigue irradiar su nocividad, puede que para el mundo. 

Y es que el de Bukele es un experimento social y político tan vanguardista como aterrador. Ha conseguido desmontar el Estado de Derecho sin que su popularidad se haya resentido, muy al contrario, consiguiendo que se haya disparado. 


¿Cómo lo ha conseguido? La receta de Bukele tiene todos los ingredientes del nuevo universo pretendidamente posideológico al que nos enfrentamos. Retórica antipolítica ("anticasta", a pesar de haberse aliado en su momento con quien fuera preciso para llegar al poder), sublimación de derechos y del concepto de libertad en un cóctel de populismo punitivo e individualismo liberal, un uso perverso y sin mecanismos de control y verificación de los nuevos dispositivos comunicativos y redes sociales y una suerte de "mesianismo catch-all" que genera un campo emocional que pulveriza todo raciocinio.

Al calor de la coyuntura de un país quebrado por la desigualdad y la violencia y en un continente atravesado de crisis e incertezas su púlpito se dirige eficazmente a nuevos evangélicos, fundamentalismos católicos y todo tipo de iluminados milenaristas. Mientras sentenciaba los resultados Bukele dijo el domingo: "Dios quiso sanar nuestro país y lo sanó. Gracias a Dios y gracias a este pueblo noble y unido. Déjennos ahora dar la gloria si así lo queremos".  

La gloria, parece señalar, de perseguir a todo el que se oponga a su libertad liberticida 


Y es que Bukele maneja lo que puede ser la (pos)ideología del siglo XXI. Un discurso aparentemente desprovisto de ideología, que presenta los consensos democráticos (igualdad, respeto a los derechos humanos,..) como prescindibles obstáculos, que seduce con promesas de individualismo de mercado y seguridad y que penetra en las capas sociales populares y jóvenes a golpe de fake y algoritmo. 

Este despliegue posideológico que lo libera de límites y corsés es el elemento central que nos indica el riesgo de lo que acontece en El Salvador. ¿No es la de Bukele la más avanzada expresión del dibujo del mundo que pretenden algunos viejos y nuevos poderes no democráticos?  

Sin derechos civiles y libertades, sin separación de poderes, con un manejo prodigioso de la comunicación y con (hasta ahora) elevadas cifras de apoyo, ¿no es la democracia iliberal de Bukele el experimento más avanzado de lo que muchos desean implantar en sus países? 

Volviendo a la historia, al igual que pretenden hacer los Orban, Meloni o Milei, el presidente Nayib Bukele ha catalogado como una "farsa" los pactos que sellaron el fin de una guerra civil que dejó más de 75.000 muertos. Borrar o tergiversar la historia es la clave de bóveda de todo proyecto totalitario. Burlarse de la historia le permite incluso frivolizar con su propio autoritarismo instalando un marco que dota sus excesos de atractivo anti establishment "soy el dictador más cool del mundo", dice en su propio Twitter. 

Tras el metaverso Bukele, se despliega un viscoso manto de pactos con élites y jefes de clanes ("maras"), violaciones de derechos humanos, vulneración de todo orden democrático, legislativo y constitucional. Y en ese metaverso se ve a lo lejos el "Horizonte Bukele", que es probablemente una de las mayores alertas que quienes creemos en la democracia y en los derechos humanos tenemos delante: el paraíso autoritario en el que muchos think tanks, mandatarios y gobiernos, querrían sumergirnos en Europa y en el mundo, en un tiempo no muy lejano. 

Es bien probable que la institucionalidad existente en los países de la Unión Europea nos haga creer que un despliegue similar es imposible aquí. Pero ignorar que los muchos adversarios de la democracia que operan hoy aquí desde poderes económicos, mediáticos y políticos no ven en los dispositivos discursivos y normativos del Horizonte Bukele una caja de herramientas para su proyecto autoritario, el patrio y el europeo, sería un descuido demasiado inocente por nuestra parte. 

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Agricultura resiliente, agricultura campesina https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79816/agricultura-resiliente-agricultura-campesina/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79816/agricultura-resiliente-agricultura-campesina/#respond Fri, 09 Feb 2024 05:16:43 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79816 Continuar leyendo "Agricultura resiliente, agricultura campesina"]]> Freepik.
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Recuerdo hace más de tres años que en un coloquio sobre de la gestión del agua, una determinada organización agraria, que ahora denominaríamos "retardista" del cambio climático, cuestionó los datos que aporté y que demostraban la sequía en que estábamos, en que estamos, y en que estaremos. 

Posteriormente, fuera del coloquio y en soledad, me dio la razón pero me confesó que tenía que acomodarse al discurso que querían oír sus afiliados. Es decir, neguemos la realidad y entremos en terreno de juicios y prejuicios. Seguramente esos afiliados no se merecen esta manipulación de la realidad por parte de algunos de sus representantes. 

El Agua: un factor limitante 

Afortunadamente no todas las organizaciones agrarias son igualmente recalcitrantes en cuanto a sus posiciones ante la crisis climática, fundamentalmente porque conocen la realidad. Y la realidad es que según el Centro de Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) y la Agencia de Meteorología (AEMET), el régimen de precipitaciones en España se ha ido reduciendo muy por encima de las modelizaciones realizadas. Podría hablarse que en estos últimos 25 años se han reducido un 20%, lo cual unido al incremento de temperaturas que produce más evapotranspiración y, por tanto, menos escorrentías y menos infiltración hace que exista menos recurso hídrico disponible. 

Esta realidad es bien conocida por el sector agrícola, el cual está en un proceso de adaptación forzada a la realidad que impone el clima, si bien con algunos prejuicios  que le impiden avanzar. Veamos el contexto: según la planificación hidrológica actual, en nuestro país hay cuatro millones de hectáreas en regadío en un conjunto total de 17 millones cultivadas. Un sector económico cuya gran transcendencia cualitativa y cuantitativa hace ver la importancia de su necesaria integración a nivel ecosocial.  


El hecho cierto es que el regadío en España ha crecido en los últimos 20 años aproximadamente un 20%. A los cuatro millones de hectáreas según los planes habría que añadir los regadíos ilegales que podrían estar entre un 10 y un 30% más. Es decir, que en nuestro país hay unos 5 millones de has en riego agrícola.

Sin duda este incremento viene favorecido por la rentabilidad de determinados cultivos intensivos en el recurso hídrico, cultivos digamos atípicos con gran demanda hídrica (aguacate, pistacho, mango, etc...), pero también tradicionales como vid y olivar que han incrementado su producción a costa de un enorme consumo de agua. Es obvio que el regadío ha llegado a su límite en la capacidad de carga del sistema hídrico. No es posible seguir con esta dinámica productivista en el regadío. El entorno no puede acogerlo. Ha dicho basta. 

¿Agricultura o industria? 

Pero no solamente existe un factor limitante como el agua. También el consumo de combustibles (mayoritariamente fósiles) pone en cuestión el sector ante su incremento de precios, un consumo de combustibles que ha ido aumentando al mismo tiempo que se hacía más difícil obtener el agua por la crisis climática provocada por el consumo de energía fósil en un perverso. Un perfecto círculo vicioso en que se encuentra la agricultura desde hace mucho tiempo  y que ahora, por falta de adaptación a la realidad (sequía) ha saltado. 


Porque desde hace décadas en nuestro país (y en otros como Francia) es cierto que se está dando un proceso donde la agricultura parece proyectarse en dos modelos muy diferentes. Una, más pegada a la realidad y a la tierra tradicional, campesina, en pequeñas o medianas explotaciones de regadíos o de secanos más extensos; y otra, agroindustrial, con un número más limitado de titulares con grandes extensiones de tierra en riego que requieren un uso intensivo de agua y energía y que son las que mayoritariamente contaminan el entorno y generan enormes cantidades de residuos afectando el agua, el suelo, el aire .  

 A ambas les afecta sin duda la enorme escala de intermediarios en la cadena de valor que sufren hasta poner el producto en la mesa (los productos agrarios disparan hasta un 500% el precio del campo a la mesa) pero indudablemente por economía de escala la resiliencia económica es muy superior en esta agricultura industrializada en la que grandes Fondos de Inversión (algunos inmobiliarios) están entrando de manera masiva en España, comprando o arrendando terrenos de cultivo.  

En estos últimos años se ha multiplicado por diez los Fondos que compraron fincas agrícolas y por quince los que entran en el sector agroalimentario, muchos de ellos a lomos de modernizaciones de regadíos financiadas con dinero público en las que no solo no se ha ahorrado agua, cual era su objetivo inicial, sino que se ha incrementado (paradoja de Jevons).


Estas grandes explotaciones agroindustriales de monocultivos algunos con organismos modificados genéticamente que consumen masivamente agua, exportan los productos (mas de un 60%) con unos enormes beneficios. Exportan el agua transformada en productos con gran lucro, aunque ese agua sea de toda la ciudadanía  como bien común de dominio público que es. 

El fenómeno de la jubilación en el campo 

Pero existe además un fenómeno preocupante en el medio rural español del que se habla poco y es que el 60% (500.000) de los agricultores españoles es mayor de 60 años. Es más, los propietarios de terrenos de más de 64 años son ya 355.000. La edad media de los propietarios de explotaciones agrarias es de 61,4 años en nuestro país con muy poca incorporación de jóvenes ("agromillenials").

Agricultores cercanos a una masiva jubilación que dejaría la agricultura sin agricultores y en manos de grandes fondos de inversión y de la industria alimentaria. El gran reto del campo español es este relevo generacional ante el que la PAC es inútil y en el que si no hay una decidida acción pública de apoyo, terminará con el sector privado comprándolo poniendo en evidencia  el enorme riesgo de volver al régimen cuasi feudal de hace un siglo con grandes terratenientes y un resto a resistir como jornaleros, una situación que dañaría  enormemente la soberanía alimentaria y crearía inseguridad en un sector de tan gran importancia social y ambiental, o como decía Miguel López, Secretario General de COAG: 


"El modelo social y profesional mayoritario en Europa, que es el que tiene capacidad para sostener una alimentación en un marco de seguridad alimentaria y de soberanía, que es imprescindible para el futuro conjunto de la población, se lo estamos entregando a los mercados financieros y a los fondos de inversión, que no están llegando y nos están copando. Y son capitales que vienen de fuera y se van a llevar el valor añadido de España". 

Un nuevo futuro para el agro y la ecología 

No es la regulación ambiental supuestamente "agobiante" para algunos neoliberales del campo la que amenaza la agricultura. Es más esta normativa lo que hace es aportar racionalidad hídrica aportando seguridad al sistema protegiéndolo, eso sí, de la propia mercantilización especulativa que choca frontalmente con la realidad de un recurso como el agua escaso en cantidad y dañado en su calidad en gran parte por los pesticidas, herbicidas y fertilizantes de masiva utilización por el propio sector .

El problema no es el medio ambiente sino la estructura de un mercado que no apoya a los productores sino a los intermediarios y a inversores ajenos al campo. Por otra parte la globalización del comercio con los acuerdos de liberalización favorecen  especialmente a la agroindustria en detrimento de los agricultores tradicionales por lo que, para su protección, se haría preciso paralizar los acuerdos previstos o vigentes con el Mercosur, así como con países como Chile, Kenia, México, India y Australia, y también aumentar los controles y exigencias de calidad ambiental con Marruecos .  

En suma, mientras la agroindustria se enriquece, el campesinado y la agricultura tradicional se empobrece desamparada por la PAC y por los gobiernos, lo que legitimaría su movilización. El capitalismo tiene que salir de nuestra cocina. 

¿Y cual sería la nueva agricultura? Sin duda aquella que esté pegada a la tierra, que empiece por entender el concepto de los límites y por tanto opere sin el productivismo como patrón indicador. Que supere esa falacia de cuencas hidrológicas "excedentarias" y "deficitarias", que se base en el mayor acercamiento al equilibrio entre uso y recurso.

Un viaje de vuelta a la agricultura tradicional del secano y a la agroecología , a la agricultura como actividad de adaptación y resiliencia ante la crisis climática, donde se fije el carbono en el suelo, donde no se usen tóxicos que dañan la tierra, donde el agua que se use sea la que se precisa.  

Es esa perspectiva de reencuentro del agro con el ecologismo la que debemos apoyar la ciudadanía observadora y consumidora. Cualquier "Plan de Choque" del Estado  para la agricultura que no fomente el equilibrio en el uso de recursos naturales y la regeneración de agroecosistemas estará abocado al más completo fracaso. Y no tenemos mucho tiempo para rectificar. 

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El síndrome Bukele https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79843/el-sindrome-bukele/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79843/el-sindrome-bukele/#respond Wed, 07 Feb 2024 19:58:27 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79843 Continuar leyendo "El síndrome Bukele"]]>  Simpatizantes escuchan el discurso del actual presidente y ganador de la reelección en El Salvador, Nayib Bukele.- EFE/ Bienvenido Velasco
Simpatizantes escuchan el discurso del actual presidente y ganador de la reelección en El Salvador, Nayib Bukele.- EFE/ Bienvenido Velasco

En estas últimas fechas, Miguel Urbán ha presentado su libro Trumpismos y nos ha dejado algunos razonamientos que merece la pena recuperar. En primer lugar hay una cuestión de orden semántico. Pasan los años y nos cuesta encontrar palabras para definir un fenómeno global que a veces llamamos extrema derecha y otras veces, abusando hasta los posos del término, lo vinculamos al fascismo. Claro que han germinado retoños fascistas en la simbología de las protestas de Ferraz, sin ir más lejos. Claro que Meloni evoca con nostalgia a Mussolini igual que Ortega Smith evoca con nostalgia a Primo de Rivera. Pero ahora mismo estamos en otras.

Urbán llama trumpismo a esa corriente internacional que congrega a Meloni y a Ortega Smith, pero también a Milei, a Bolsonaro o a Díaz Ayuso. Aunque existía trumpismo sin Trump, fue en Estados Unidos donde el movimiento adquirió reputación planetaria. Se manifiesta con colores diversos en cada país, siempre dentro de una inercia compartida en los discursos incendiarios, la pose desafiante o las noticias falsas. En realidad, cuesta trabajo llamar extrema derecha a un magma sin nombre que ha abandonado los extremos parlamentarios para ocupar casi todos los centros. Con discursos extremos, eso sí, pero desplazando por inanición a las derechas clásicas.

Ante un horizonte de incertidumbre, las nuevas derechas populistas miran al pasado como un refugio de confort y gloria al que es posible regresar. La precariedad laboral se ha instalado en nuestras vidas, la inquietud del cambio climático nos asalta desde los termómetros y el derecho a la vivienda es más una hipótesis que una realidad. Aunque tiene algo de eslogan, dicen que somos la generación más preparada de la historia y también la primera que va a vivir peor que sus padres. Lo cierto es que los trumpismos han capitalizado la resistencia al malestar ofreciendo respuestas inmediatas a preguntas sin consuelo.

Dice Marx que la historia se repite primero como tragedia y después como farsa. La crisis de 2008 no fue el crack bursátil del 29 pero la prensa agotó el paralelismo. No hay marchas de camisas negras sobre Roma pero hay asaltos al Capitolio en Washington, D.C. o invasiones de los edificios estatales en Brasilia. Es inevitable: tratamos de comprender el presente buscando patrones en la historia. Sin embargo, Urbán señala una salvedad de nuestro tiempo. Ahora, tal vez más que nunca, nos sentimos incapaces de imaginar un futuro. La vieja idea de progreso ha quedado en entredicho y las ficciones televisivas se nos han llenado de universos distópicos.


Marina Garcés ha escrito largo y tendido sobre esta anomalía. En los pasados años ochenta, el futuro pasó a ser cosa del pasado. Hemos aprendido a vivir en un presente eterno y la posibilidad de un porvenir es vista como el sueño lunático de unos pocos iluminados. Garcés añade que antes nos preguntábamos "¿hacia dónde?" mientras que ahora nos preguntamos "¿hasta cuándo?".

En ausencia de impulso ilustrado, crece la pulsión autoritaria junto al repliegue de las identidades. La razón ha caído en el desprestigio porque cada cual tiene derecho a contar con sus propias razones. Dice Garcés que el neologismo de posverdad es elocuente. La verdad parece cosa de otro tiempo.

Hace unos días, en una entrevista con Público, Garcés hacía un diagnóstico alarmante: "La izquierda ha dejado de ser valiente por miedo a ser demonizada".


Urbán plantea la misma noción con otras palabras: "La extrema derecha está creciendo con un proyecto cada vez más radical y nosotros cada vez más moderados". En buena medida, las ideas utópicas han sucumbido bajo una conciencia general de rendición. Nos han hecho creer que no hay lugar para proyectos emancipatorios viables al margen del capitalismo cuando la envergadura de los datos apunta a otra intuición: el capitalismo cabalga a marchas forzadas hacia un punto sin retorno.

En una conversación reciente con la revista Jacobin, Álvaro García Linera alentaba a la valentía frente a la crisis. No existe el capitalismo con rostro humano ni el capitalismo verde o sostenible. Por eso las izquierdas deben ser radicales frente a la propiedad, los impuestos y la recuperación de los recursos comunes en beneficio de las mayorías. La gente, dice García Linera, no sale a la calle para decorar las políticas neoliberales. Y si la izquierda no obedece este dictado, si contribuye a empobrecer a los pueblos, las simpatías terminarán desembocando en formaciones extremas que ofrecen soluciones sencillas a malestares complejos.

América Latina, con sus ansiedades y sus marejadas, ofrece una expresiva carta náutica o más bien un aviso para navegantes. Estos días, las cabeceras nos traen la imagen triunfal de Nayib Bukele sobre un fondo de lámparas de araña en el Palacio Nacional de El Salvador. Hace apenas dos años, el Congreso decretó el estado de emergencia y Bukele se engolfó en redadas arbitrarias que han dejado imágenes de prisioneros desnudos y hacinados en condiciones de espanto. Nuestra prensa lo ha llamado "caudillo milenial" y hasta "salvador de El Salvador". Miles de detenidos han terminado liberados sin pruebas en contra.


La violencia acompaña al ascenso de los nuevos popes populistas. En Argentina, mientras el Congreso discutía las leyes de tierra quemada de Javier Milei, las tanquetas policiales, las pelotas de goma y las porras asediaban a los manifestantes entre persecuciones frenéticas y nubes lacrimógenas. Las organizaciones de derechos humanos denuncian una deriva coercitiva que camina "por fuera de la normativa vigente de actuación ante manifestaciones". García Linera lo consideraría tal vez un síntoma del ocaso liberal: "cuando ya no pueden convencer ni seducir y necesitan imponer". ¿Pero acaso Milei no ha seducido a sus votantes? ¿No lo ha hecho Bukele?

Hace menos de un año, El Salvador inauguraba una mega prisión con ínfulas de campo de concentración que podrá albergar hasta cuarenta mil huéspedes. "Terroristas", los llama Bukele. Es el país con la mayor tasa de presos del mundo. "Hay gente a la que le gusta ver a la juventud dentro de las cárceles y creen que eso es la seguridad", denunciaba Gustavo Petro. Bukele replicó mostrando un retroceso en las tasas de homicidios pero Petro tenía a mano la cifra descendente de la violencia en Bogotá: "No hicimos cárceles sino universidades".

En el síndrome Bukele se resume una dolencia de nuestra era. El Plan Cóndor y los ajustes del FMI enseñaron a América Latina y al mundo que las políticas neoliberales, contrarias al sentido popular, siempre se han impuesto por la vía del derrocamiento militar, la tortura y las desapariciones. Pero de alguna manera, nos enfrentamos también a un lógica inversa. Hay masas sociales que respaldarían el derrocamiento militar, la tortura y las desapariciones con tal de obtener a cambio una borrosa sensación de certidumbre. Las respuestas de antaño ya no nos sirven porque nos han cambiado las preguntas.

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“No quiero irme. No quiero. Se lo ruego” https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79755/no-quiero-irme-no-quiero-se-lo-ruego/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79755/no-quiero-irme-no-quiero-se-lo-ruego/#respond Wed, 07 Feb 2024 05:22:50 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79755 alt --> Pese al sol primaveral del primer sábado de febrero y el ambiente festivo y reivindicativo que algunos artistas y personajes del mundo de la cultura trasladaron a la calle Tribulete nº 7, unos días después, el barrio de Lavapiés parece ajeno a la amenaza que, desde hace años, se cierne sobre él. Igual de ajeno … Continuar leyendo "“No quiero irme. No quiero. Se lo ruego”"]]> Los vecinos de un bloque de viviendas adquirido por una Socimi organizan una jornada reivindicativa de música en sus pisos para protestar por su presumible desahucio. EFE/Sergio Pérez
Los vecinos de un bloque de viviendas adquirido por una Socimi organizan una jornada reivindicativa de música en sus pisos para protestar por su presumible desahucio. EFE/Sergio Pérez

Pese al sol primaveral del primer sábado de febrero y el ambiente festivo y reivindicativo que algunos artistas y personajes del mundo de la cultura trasladaron a la calle Tribulete nº 7, unos días después, el barrio de Lavapiés parece ajeno a la amenaza que, desde hace años, se cierne sobre él.

Igual de ajeno que resulta el traqueteo de maletas de los viandantes y turistas que pasean por los aledaños del portal del barrio Gótic de Barcelona donde la semana pasada Blanca, de 78 años, fue desahuciada por una deuda de 88 euros con su casera, una conocida multipropietaria de la ciudad condal. "No quiero irme. No quiero. Yo de aquí no me voy, no quiero", suplicaba mientras la comisión judicial le indicaba la puerta.  

¿Acaso la gente no se ha enterado de la noticia? ¿Cómo se puede permanecer impasible al desahucio de una anciana que ya nunca podrá dormir en la que ha sido su casa desde hace cincuenta años, o ante el hecho de que un bloque entero donde residen más de cincuenta y dos familias -entre ellos, niños, niñas, adolescentes y personas mayores- vaya a ser vendido a un fondo de capital riesgo vinculado a la familia de Esperanza Aguirre con el afán de desalojar el edificio para instalar viviendas turísticas? ¿En serio vamos a conformarnos con poner el grito en el cielo en un par de tweets y al día siguiente asumir "que las cosas son así"?  

La línea de puntos que une lo que sucedió la semana pasada en Barcelona, lo que está pasando en Madrid, pero también en muchas otras ciudades y pueblos de este país, se llama especulación, y adopta diferentes formas, y se cobra diferentes víctimas en cada momento histórico. Normalmente siempre va por delante de la legislación.  


En Barcelona, una mujer, que podría ser cualquiera de nuestras abuelas, sobrevivirá a partir de ahora en una pensión hasta que los Servicios Sociales consideren, como consecuencia del cambio de criterio en el Ayuntamiento de Barcelona. En Madrid, personas jóvenes, una mítica tienda de cómics, familias con niños pequeños, una zapatería, artistas e inquilinas de renta antigua habitan en el edificio de la calle Tribulete, que de consumarse la compra del bloque por parte de la socimi Elix Rental Housing, no saben dónde podrán irse a vivir. Basta echar un vistazo por cualquier portal inmobiliario para comprobar que alquilar una vivienda es misión imposible.  

Y mientras tratamos de poner rostro a las diligencias de un procedimiento judicial que acaba en otro desahucio más, o a las decisiones de una junta de accionistas que implican vaciar otro edificio, podemos poner números a los beneficios extraordinarios que obtienen el BBVA, Banco Santander, CaixaBank, Banco Sabadell o Bankinter. Un total de más de 26.000 millones de euros que- como leía el otro día- supone la misma cantidad de dinero que destina el Estado central en Sanidad, Educación y Cultura en dos años. Y todavía hay quien defiende que el impuesto extraordinario a la banca es una injusticia, ¡ja! 

Desde luego parece evidente que el Gobierno de coalición debe ir mucho más lejos en cuanto a reformas legislativas. A más beneficios extraordinarios, más impuestos extraordinarios; a mayor voracidad especulativa, más protección a la ciudadanía. Pero también parece evidente que delegar la defensa de nuestros derechos únicamente en cambios legislativos no es suficiente. Recordad que la especulación va siempre por delante de las leyes.


Por eso, es imprescindible la organización popular, la fuerza colectiva de todos aquellos que se acercaron el sábado a arropar a los vecinos de Tribulete y de los que acudieron a tratar de parar el desahucio de Blanca. De quienes se reunieron la semana pasada para pensar en cómo evitar la instalación de ese piso turístico en el quinto. De los que se indignan por redes sociales y cuelgan en su balcón una pancarta que reza: "Este edificio se queda". De todos aquellos que se organizan para autodefender sus derechos. En definitiva, de quienes estamos dispuestas a defender la vida y sus condiciones materiales de posibilidad, dignidad y reproducción.  

 

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Zorra: ¿resignificar o desmontar? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79744/zorra-resignificar-o-desmontar/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79744/zorra-resignificar-o-desmontar/#respond Wed, 07 Feb 2024 05:02:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79744 alt --> La reapropiación con un sentido positivo de un término que tradicionalmente ha servido para descalificar y devaluar es siempre un proceso complejo. Entre otras cosas, porque la discriminación, que siempre supone humillación, pasa siempre por los cuerpos y las vivencias de las personas que la sufren, por lo que es complicado dar el paso de … Continuar leyendo "Zorra: ¿resignificar o desmontar?"]]> El grupo Nebulossa actúa durante la gala final del Benidorm Fest 2024, a 3 de febrero de 2024, en Benidorm, Alicante, Comunidad Valenciana (España).-Joaquín P. Reina / Europa Press
El grupo Nebulossa actúa durante la gala final del Benidorm Fest 2024, a 3 de febrero de 2024, en Benidorm, Alicante, Comunidad Valenciana (España).-Joaquín P. Reina / Europa Press

La reapropiación con un sentido positivo de un término que tradicionalmente ha servido para descalificar y devaluar es siempre un proceso complejo. Entre otras cosas, porque la discriminación, que siempre supone humillación, pasa siempre por los cuerpos y las vivencias de las personas que la sufren, por lo que es complicado dar el paso de la experiencia personalísima a la que podríamos considerar colectiva o política.

Nunca, por lo tanto, los procesos de resignificación son completos o universales. Pensemos, por ejemplo, en cómo la validación de un insulto como maricón no es lo mismo en un contexto de gais urbanos y empoderados que en un entorno rural o en la experiencia de un adolescente que ande perdido entre la búsqueda de su identidad y la necesidad de aceptación por el grupo.

Por lo tanto, la resignificación de una palabra no es nunca el resultado de un acto o acontecimiento concreto sino más que bien es la consecuencia de un largo itinerario de luchas, vindicaciones y, por supuesto, provocaciones. Todas ellas, además, han de ser valoradas e interpretadas en los contextos que se producen y no como si fueran una suerte de ocurrencias aisladas a las que, con un cierto optimismo voluntarista, atribuimos casi un poder milagroso.

Corremos el peligro, pues, de que el mero viraje intencional de una palabra nos haga creer que hemos cambiado las estructuras de fondo, cuando en muchos casos, más allá del mero maquillaje, las relaciones de poder siguen intactas. Como por cierto bien sabe el mercado que, siempre tan astuto – tan zorro, diríamos -, aprovecha cualquier bandera para vendernos sus productos.


Por todo ello, no comparto del todo los discursos que en estos días se han hecho en los medios, y muy especialmente en redes sociales, sobre la resignificación positiva del término "zorra" a partir de la canción triunfadora en el BenidormFest. Entre otras cosas, porque deberíamos tener en cuenta el contexto en el que se lanza ese mensaje, la puesta en escena con la que se construye el discurso y muy especialmente el público que jalea y asume la palabra como un gesto de reafirmación.

Si estamos de acuerdo en que la palabra "zorra" ha sido usada por la cultura patriarcal y machista para devaluar a las mujeres y someterlas a un estricto juicio moral en lo relativo a sus cuerpos y sus sexualidad, siempre en paralelo al distinto valor que esa cultura nos ha dado a los hombres y a nuestras capacidades y opciones, entiendo que serían claves dos elementos para darle un determinado valor a la propuesta.

El primero de ellos que fueran mujeres, con toda la amplitud que representa el término, las que se reconocieran en ella y la hicieran suya, y no que de nuevo fuéramos los hombres quienes de manera inmediata nos lanzáramos a definir cuándo ellas tienen que sentirse o no empoderadas. Algo que sí tengo la sensación que pasó hace dos años con la mamá de la Bandini.


Salvo que partamos de la idea que quienes se empoderan con el término son hombres gais que asumen la potencia del término, como en muchos casos deciden referirse a ellos mismos en femenino. Al mismo tiempo tendríamos que plantearnos, por ejemplo, si este proceso aparentemente rompedor llega a las chicos y las chicas más jóvenes, que son los que de hecho están liderando transformaciones en materia de identidad, y a los que no veo muy pendientes de lo que pasará este año en Suecia.

El segundo es de qué manera se nos lanza la aparente provocación. En este sentido, no olvidemos que la puesta en escena de la canción es una suma de estereotipos y recreaciones en un imaginario con el que patriarcado ha sustentado durante siglos el lugar de las mujeres, de acuerdo, claro está, con la mirada masculina.

Hay casi una contradicción en el mensaje supuestamente rompedor de la canción con la performance televisada, a no ser que entendamos que ver a dos hombres en tanga –y nos hombres cualquiera, sino unos tipos que reproducen un determinado canon–, con rojos satén de fondo, es rompedor y subversivo.


Porque si el horizonte de la igualdad es que los hombres estemos sometidos a las mismas esclavitudes corporales y estéticas de las mujeres, que nos hagamos conscientes de nuestro "capital erótico", vaya fracaso de tantos siglos de lucha. No se trata de reproducir los géneros hasta el infinito, sino de acabar con ellos.

No es cuestión de que los hombres nos pongamos faldas, sino de que seamos capaces de acabar con privilegios de quienes nunca las llevaron y la subordinación de quienes se vieron incluso obligadas a vestirlas.

La actuación del pasado sábado nada tuvo que ver, además, con lo que en su día supuso la de Las Vulpes, a las que con frecuencia se ha aludido en estos días. En aquella ocasión sí que había un contexto y unos parámetros en los que se planteaba una provocación y un desafío a lo normativo, con independencia de la calidad artística de la actuación.

Lo que parece increíble es que décadas después pensemos que una recreación como la que vimos en Benidorm el sábado pasado es rompedora y casi le demos el estatus de vindicación, cuando si analizamos no solo la canción ganadora, sino todo lo que rodea al evento, no podemos sino constatar una reproducción, muy resultona eso sí, de viejas consignas y de paradigmas trasnochados.

Que todo cambie para que todo siga igual. Lo cual puede ser fantástico, y absolutamente reivindicable, como disfrute, verbena o fiesta playera, pero de ahí a convertirlo en una especie de santuario del avance en derechos y de ruptura con los patrones machistas y heteronormativos, creo que media un abismo. Tal vez el problema sea también que vivimos una época en la que le exigimos a cualquier producto cultural, con independencia de su valor artístico, que también tenga un valor político.

Y quizás el dilema en el caso de Zorra es que es tan mediocre el primero que tenemos que incidir en el segundo para justificar la propuesta. Una propuesta que, además, se pretende avalar aludiendo al edadismo, cuando lo que tendríamos que estar es peleando porque el talento, a cualquier edad, incluido el de las mujeres viejas, como reivindica Anna Freixas, resignificando, en este caso sí, el adjetivo, tuviera reconocimiento.

Dicho esto, nada que objetar, faltaría más, al derecho de las mujeres, incluidas las que superan los 50, a ser tan malas, tan mediocres y tan petardas como lo somos nosotros. Faltaría más. En este sentido, sí que podemos leer el BenidormFest como prueba de una cierta igualdad.

En todo caso, y más allá de estos debates que nos tendrán entretenidos unos días y luego pasarán a mejor gloria, lo verdaderamente terrible y vergonzoso es que tantas personas aparentemente comprometidas con la igualdad y los derechos humanos estemos dándole amparo a un Festival que incluye a Israel en la fiesta. Eso sí que no tiene resignificación posible. Eso es puro y duro cinismo. El que seguimos practicando zorras y zorros. En tanga o sin ella. Todas y todos cómplices de la necropolítica que nos dicta que hay una vidas que merecen ser lloradas mientras que otras no.

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Dani Alves y los pobres hombres "víctimas" en los juicios https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79779/dani-alves-y-los-pobres-hombres-victimas-en-los-juicios/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79779/dani-alves-y-los-pobres-hombres-victimas-en-los-juicios/#respond Tue, 06 Feb 2024 20:25:08 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79779 Continuar leyendo "Dani Alves y los pobres hombres "víctimas" en los juicios"]]> El exfutbolista Dani Alves durante su juicio en la Audiencia de Barcelona, por agresión sexual. EUROPA PRESS/D.Zorrakino/POOL
El exfutbolista Dani Alves durante su juicio en la Audiencia de Barcelona, por agresión sexual. EUROPA PRESS/D.Zorrakino/POOL

Empezó el juicio de Dani Alves y salió bingo en la primera sesión: decir que él es una víctima. Es un patrón muy típico en juicios de malos tratos o de violencia sexual, donde ellos se presentan como las víctimas de un proceso casi inquisitorial. Y de paso, quitar el espacio y la identidad a la denunciante. Solo hay que entrar en páginas como StopFeminazis o escuchar a otros denunciados o condenados para comprobarlo.

¿Por qué lo usan? Es fácil. Porque en el imaginario colectivo sigue esa visión simplista de que las mujeres que denuncian son unas brujas que llevan a los pobres hombres ante la justicia, sin tener capacidad de defenderse. Los mitos siguen vigentes. Además, se ha convencido incluso a víctimas para que no usen este concepto... y así les queda libre para usarlo ellos.

Pero Alves y su defensa abren otro frente. Pidieron anular el juicio porque "ha habido una vulneración del derecho de defensa y a la presunción de inocencia de Dani Alves", por haber un "juicio mediático paralelo" y un "sometimiento tendencioso de información" por parte de los medios de comunicación. Vamos por partes.

El derecho de defensa es el derecho a que un acusado pueda defenderse y para ello debe tener una tutela judicial efectiva y una defensa letrada. Todo esto se cumple en su caso, además de que la fase de instrucción no se ha señalado, en ningún momento, que esté contaminada. Por otro lado, la prisión preventiva está respaldada en nuestro ordenamiento en determinados casos, razonados y justificados. 

La presunción de inocencia tampoco se vulnera con la exposición mediática, en todo caso sería una vulneración del honor de su cliente por calumnias o injurias, pero la presunción de inocencia opera en el proceso penal y esta está vigente en todo el proceso. Ahí son las pruebas las que se aportan, más allá de lo que digan los medios. Y los medios pueden hablar de las pruebas, como el ADN, el semen de Dani Alves o el informe psicológico de la víctima, porque es lo que hay. Ya lo dejó bastante claro el otro día, en un post, el juez Joaquim Bosch.

Siguiente melón... el "juicio mediático paralelo", que puede condicionar la labor de la justicia. Recuerdo que en el caso de La Manada de Pamplona la defensa usó el argumento de la "presión mediática", como si no existiesen pruebas. En aquel momento, con La Manada, el Supremo dijo "el tribunal ha decidido sobre la base exclusiva de lo visto y oído en el juicio oral" y que esa "presión" no era sino un "elemento normal en la actividad judicial" ante un caso mediático. También dijo que la sentencia tenía "todas las garantías", con la declaración de la "denunciante, testimonios coherentes y vídeos pericialmente valorados".

Yo me pregunto si se puede vender a un acusado como víctima, bajo la teoría del juicio mediático, cuando ese mismo acusado empezó a hacer declaraciones en un vídeo nada más comenzar este caso. O, aún más, ¿se puede vender un acusado como víctima del juicio mediático cuando es el único que ha hablado ante los medios de comunicación, dando una entrevista desde la cárcel, donde sus palabras revictimizaban a la denunciante, diciendo "No sé si ella tiene la conciencia tranquila, yo la perdono"? ¿Se puede vender un acusado como víctima del "juicio mediático" cuando su pareja actual también ha ido a la tele para contar cómo vive el caso o cuando su propia madre comparte en redes sociales la imagen de la denunciante?

Yo entiendo que cuando cambias de versión seis veces, cuando cambias de abogado tres veces... debe ser muy complicado como defensa plantear este caso, pero estaría bien poner todas las cartas sobre la mesa y decir que él fue el primero en participar en ese proceso mediático. Y no es el único. Ahí tenemos al Yoyas o a otros tantos que han usado los medios de comunicación durante meses o años para desacreditar a quienes les habían denunciado. Pero ahí no parece importar demasiado el daño mediático a ellas, al parecer.

De todas formas, la puesta en escena de Alves, su cara triste, su delgadez, su cabeza cabizbaja convenció a unos cuantos en redes sociales. TikTok se llenó de vídeos con su llegada al juez, acompañados de música triste y con mensajes de apoyo al jugador. No vieron, por supuesto, lo que costó a la víctima y a las amigas, tantos meses después, revivir su testimonio. Los más fieles, si se leían los comentarios, mandaban ánimos a Alves y, ya de paso, decían de la víctima "asquerosa", "vividora", "putita" y, cómo no, apareció "zorra". Se ve que entre los machistas el término no se ha resignificado y que sigue vigente para dañar la imagen de las mujeres. 

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Toda ausencia de la izquierda la ocupará la extrema derecha https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79767/toda-ausencia-de-la-izquierda-la-ocupara-la-extrema-derecha/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79767/toda-ausencia-de-la-izquierda-la-ocupara-la-extrema-derecha/#respond Tue, 06 Feb 2024 19:25:56 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79767 Continuar leyendo "Toda ausencia de la izquierda la ocupará la extrema derecha"]]>  

 

Protestas agricultores en Zaragoza. EFE/Toni Galán
Protestas agricultores en Zaragoza. EFE/Toni Galán

Hay un obvio descontento, graves problemas y más que legítimas reivindicaciones en el sector agrícola y ganadero por las protestas que están llevando a cabo en varios países de Europa y que ahora llegan también a España. El sesgo urbano de la política y de la información impide a menudo que se entiendan los motivos de las protestas y se empatice con ellas más allá del terreno.

La instrumentalización que desde el primer momento está tratando de hacer la extrema derecha, desviando el tiro y tratando de apropiarse de las protestas, hace más complicado todavía que haya un posicionamiento claro y convencido del resto de la ciudadanía al respecto. La arrogancia con la que se ve el campo desde la ciudad y la falta de estrategia por parte de la izquierda, cuyo mando es todavía demasiado urbanita, está dejando el terreno allanado para que se cuelen los marcos reaccionarios y los intereses partidistas en esta nueva movilización.

Si alguien ajeno al campo siente curiosidad por lo que está sucediendo, y decide enterarse echando un vistazo a los grupos de Whatsapp y Telegram que se pusieron en marcha hace unos días y que se arrogan la organización de las protestas, posiblemente siga sin entender nada. O peor, acabe pensando que el sector está infectado de chalados, conspiranoicos y fascistas, y que la mayoría de los agricultores andan como pollo sin cabeza siendo pastoreados por los cuatro listillos de la ultraderecha que ni siquiera se esconden.

Cualquiera puede meterse en estos canales, inundarlos de basura y reventar o dirigir los debates y las reivindicaciones hacia donde quiera. Mala idea es entonces querer comprender este tema a través de estas redes y de algunos medios que reproducen la caricatura que la ultraderecha impone sobre lo rural sabiendo que la izquierda reacciona con rechazo y que abandona así el terreno de juego.

Esto ya sucedió durante la pandemia del Covid, una ocasión perdida para las izquierdas para imponer sus marcos y reforzar así la sanidad pública y el acceso gratuito a las medicinas, la solidaridad de clase, el internacionalismo y el bien común.

Lo que uno recuerda de las protestas de entonces no es que estas iban en este sentido, sino todo lo contrario. Fueron en su mayoría reivindicaciones que daban una vuelta de tuerca más al individualismo capitalista, al ‘hago lo que me da la gana’, y a la propagación de cada vez más teorías de la conspiración. La izquierda, en vez de disputar el relato ante un hecho traumático colectivo que podría evidenciar los fallos del sistema, y donde se evidenció la necesidad de colectivizar las respuestas a las crisis, acabar con el negocio de la salud de las multinacionales farmacéuticas y la falta de inversión en servicios públicos, optó por no moverse.

Optó por alinearse con el discurso oficial, por acatar sin rechistar y mirar por encima del hombro a quienes manifestaban sus inquietudes y sus legítimos miedos ante algunas más que discutibles medidas de control o los obvios intereses empresariales de farmacéuticas y otros lobbies. No se disputó el relato a la ultraderecha ni a la conspiranoia, que andaban de la mano, y el capitalismo pudo seguir su curso sin problemas.

Aquí la izquierda falló, y posiblemente esté fallando ahora mismo no solo en el campo, sino en muchos otros ámbitos. Y en estos son en los que la extrema derecha sí que ha visto esta ausencia y ha sabido ocuparla con sus recetas envenenadas que, lejos de solucionar los problemas, los amortiguan con medidas elocuentes envueltas en banderas y de prejuicios a base de disparos al aire.

Hoy vemos algunos tractores culpando a la Agenda2030, a Marruecos, a los ecologistas y al Gobierno. De nuevo, una queja legítima a causa de la precariedad a la que les somete el capitalismo es redirigida en algunos casos por la ultraderecha hacia sus propios fantasmas. Y de nuevo también, vemos a los patronos usando de escudo a sus trabajadores, a marqueses y latifundistas hablando en nombre del campo, reivindicando mejoras en abstracto que no cuestionan su estatus ni la precariedad a la que ellos mismos someten a sus trabajadores.

Además de advertir del intento de infiltración de la extrema derecha en estas reivindicaciones, deberíamos amplificar los mensajes de las organizaciones agrarias y de los sindicatos de clase que apuntan bien al origen del problema. Algunos medios de comunicación están contribuyendo interesadamente a que la extrema derecha capitalice la protesta, entrevistando y dando protagonismo a sus autoproclamados líderes y portavoces. Para contrarrestar esta marea no basta con exponerla y denunciarla sino, desde el periodismo y las redes sociales, promocionar las alternativas.

Hay que apuntar al fracaso de la política común de la Unión Europea al haber una competencia desleal con las importaciones de productos de otros países que no están sometidos a las mismas condiciones que los que se producen aquí.

Esto, lejos de traducirse en muchas de estas protestas en una crítica al modelo de los acuerdos de libre comercio con países con menos seguridad para sus trabajadores o menos controles sanitarios y medioambientales, se retuerce por la extrema derecha para convertirlo en un reclamo racista y nacionalista contra el Sur Global.

De hecho, a pesar de que un alto porcentaje de los trabajadores y de las trabajadoras del campo sean personas migrantes, estas no se ven representadas en las protestas que ayer se extendieron por toda España. Ni siquiera sus condiciones laborales, múltiples veces denunciadas y expuestas, tampoco han motivado demasiadas protestas en el sector, ni han gozado del foco mediático que sí están teniendo algunos de estos líderes espontáneos de las protestas de ayer.

Por otra parte, la incapacidad de los agricultores y ganaderos de adaptar de manera eficiente y rentable las políticas sostenibles exigidas, provocan un falso e interesado enfrentamiento entre los productores y el cuidado de la salud y del medio ambiente.

Esto es, de nuevo, otro regalo para los discursos populistas de derechas, que pueden enfrentar así las demandas medioambientalistas que en el imaginario colectivo se asocian casi siempre a la izquierda, con el mundo rural al que estas políticas les están afectando más que a nadie. Para un agricultor, el problema será el ecologismo y la obsesión por lo ‘saludable’, que viene impuesto desde las ciudades y los despachos, desde el esnobismo urbanita de la vida sana y la preocupación por el medio ambiente, mientras ellos se arruinan y ven cómo su modo de vida y su trabajo es constantemente cuestionado, criminalizado y ridiculizado por hacer ‘lo que siempre se ha hecho’.

Da igual que siempre haya matices. Ya pasó con las advertencias sobre la ganadería extensiva y el sujeto agraviado que impusieron los medios de comunicación, que no fue la gran empresa ni la macro industria, sino el pobre ganadero con dos vacas al que los ecologistas querían quitar su modo de vida.

El papel de la Unión Europea y de los Estados miembros en la decisión de las medidas que afectan a estos y otros sectores de la población es usado por la extrema derecha para insistir en el relato de las élites contra el pueblo, de una manera muy alejada de la que se hace desde la izquierda. La UE y la economía global responden a un modelo neoliberal que cada año otorga mayores beneficios y menores controles a las grandes empresas y grandes propietarios, y más precariedad a la clase trabajadora.

La solución que ofrecen las derechas ante este agravio no pasa ni por la redistribución de la riqueza, ni por exigir mejores estándares a los productos extranjeros. Ni abordan los derechos de los trabajadores ni al medio ambiente, a cuya conservación se enfrentan a pesar de que la crisis climática les afecta mucho más que a cualquier otro sector. La derecha tampoco alude a la mejora de las condiciones para los productores a costa de los beneficios de los distribuidores y las grandes compañías. Ni explica que muchas de estas grandes empresas son las que producen o compran en el extranjero, aunque sus propietarios se vistan constantemente con la bandera nacional y se declaren más patriotas que nadie.

La incomparecencia de la izquierda, que a menudo invierte más en análisis desde el despacho que en patearse la calle y el campo, es aprovechada siempre por la derecha. Sobre todo, cuando existe miedo e incertidumbre.

Al final, una protesta legítima ante las medidas neoliberales que empobrecen cada vez más a la clase trabajadora acaba siendo una oportunidad para los ultraderechistas, que esperan un paso en falso de la izquierda, un relato ambiguo o un alejamiento de la causa para presentarse con fórmulas mágicas. Estas, lejos de solucionar el problema, siempre ofrecen bálsamos envenenados bien envueltos en banderas.

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Sobre la financiación de las universidades públicas madrileñas https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79708/sobre-financiacion-universidades-publicas/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79708/sobre-financiacion-universidades-publicas/#respond Tue, 06 Feb 2024 05:29:26 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79708 Continuar leyendo "Sobre la financiación de las universidades públicas madrileñas"]]> Cartel de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.- Alberto Ortega / Europa Press
Cartel de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.- Alberto Ortega / Europa Press

Las universidades desempeñan un papel fundamental en el desarrollo científico, económico y social de los países a través de la formación de profesionales competentes y de la generación de nuevos conocimientos. Nadie puede poner en duda esta verdad axiomática, que se manifiesta en los esfuerzos presupuestarios que los países más avanzados llevan a cabo para alcanzar altas cotas de excelencia en las tres áreas de actividad que configuran el sistema universitario: la docencia, la investigación y la transferencia del conocimiento. 

En España, la gestión universitaria está transferida a las Comunidades Autónomas (CCAA) y de sus presupuestos depende la financiación de las universidades públicas establecidas en su ámbito territorial. Recientemente, el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado el primer proyecto de presupuestos de la XIII Legislatura. En este contexto parece conveniente examinar el papel de las universidades públicas madrileñas en el desarrollo regional y la atención presupuestaria que se ha dedicado a las mismas. 

Conviene recordar que los recursos que las universidades públicas obtienen para financiar sus actividades son, lógicamente, de origen público. Las tasas académicas que pagan los estudiantes y sus familias en la universidad pública cubren en torno a un 15% en promedio del coste total de los estudios, siendo el 85% restante aportada por los presupuestos autonómicos.

Estas cifras son bastante homogéneas en toda España. No obstante, es necesario reseñar que esto no fue siempre así. En el año 2012, Madrid aplicó una subida a las tasas académicas del 66% para la primera matrícula en los grados, y en la matrícula de los másteres pudo llegar hasta el 124%. En Madrid, y de acuerdo con el Real Decreto 942/1995 de 9 de junio sobre traspaso de funciones y servicios de la Administración General del Estado a la Comunidad de Madrid en materia de Universidades, las universidades públicas dependen de las transferencias corrientes y de capital que reciben de sus presupuestos autonómicos. Por tanto, la financiación de origen público autonómico constituye la base para el desarrollo de todas sus actividades fundamentales: docencia, investigación y transferencia. 


Ante la presentación y presumible aprobación de los presupuestos generales de la Comunidad de Madrid para el año 2024, conviene hacer una reflexión, en términos tanto históricos como de futuro, en relación a la financiación de las universidades públicas madrileñas.  

Las dificultades encontradas por parte de las universidades madrileñas para obtener una financiación adecuada por parte de la Comunidad de Madrid vienen de antiguo y responden a distintas estrategias, incluido el incumplimiento de compromisos financieros firmados entre el ejecutivo regional y las universidades, tal y como hizo la presidenta Esperanza Aguirre a partir del año 2008. Esto generó toda una cadena de recursos contencioso-administrativos que se resolvieron a favor de las universidades públicas en su totalidad con un coste de más de 574 millones de euros hasta la fecha. 

Esta cuantía no salda la totalidad comprometida en su día por la Comunidad Autónoma de Madrid, demandada por las universidades, y reconocida por los tribunales. Para dar cumplimiento a la cascada de sentencias a favor de las universidades, el gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso tuvo que hacer efectivo todos los compromisos financieros contenidos en el Plan de Financiación 2006-2010, pero siguen pendientes las cuantías correspondientes al Plan de Inversiones 2007-2011 (con excepción de la Universidad Complutense) con compromiso de liquidación en el período 2019- 2024. 


El pago de estas deudas ha servido como excusa para que la Comunidad no haya hecho, durante la anterior legislatura de la Sra. Díaz Ayuso, esfuerzo alguno por incrementar la financiación de las universidades públicas madrileñas. Esto nos lleva a un nivel de financiación pública inferior al alcanzado previamente a la crisis. Y a continuación explicaremos por qué. 

Los datos reales sobre las cantidades destinadas a la financiación de las universidades públicas madrileñas por parte de la CAM, pone claramente de manifiesto el abandono de su sistema universitario público, que parece abocado a su empobrecimiento y desmantelamiento. La Comunidad ha venido utilizando datos engañosos al afirmar que su inversión en las universidades públicas madrileñas con un 4.5% de su presupuesto, triplica la media de inversión del resto de las Comunidades Autónomas.

Si se toma el dato de la cuantía total de transferencias al conjunto de las universidades públicas madrileñas, es evidente que esta cuantía es elevada, ocupando la segunda posición detrás de Andalucía. La justificación en ambos casos viene dada por el elevado número de universidades públicas existentes en cada una de estas comunidades autónomas y por tanto también su elevado número de estudiantes cursando estudios en ellas.


La cuantía de transferencias totales no es una magnitud válida para comparar Andalucía o Madrid con Cantabria o Asturias que tienen una única universidad pública y un número de alumnos lógicamente mucho menor. La única medida que permite una comparación válida entre Comunidades Autónomas es la inversión por alumno/a y aquí es dónde se pone de manifiesto de manera nítida, la triste realidad de la consideración que merece la universidad pública al PP y al gobierno de la CAM: su inversión por alumno ronda el 71% de la media nacional y es la más baja de todas las CCAA 

A esta situación se ha llegado tras años de aplicación de políticas presupuestarias restrictivas por parte de los sucesivos gobiernos del PP en la CAM. El presupuesto presentado para el año 2024, mantiene y agrava la situación económica y financiera de las seis universidades públicas madrileñas. La carencia de una financiación adecuada entorpece y obstaculiza, cuando no impide, el correcto desarrollo de las actividades docentes y de investigación que la Constitución Española encomienda a las universidades con los niveles de calidad y de eficiencia exigibles para su mejor servicio a la ciudadanía.

El gobierno de la Sra. Ayuso es responsable de la mayor brecha de desigualdad entre el alumnado de las universidades públicas madrileñas y el del resto de universidades públicas de España, máxime cuando, por su posición geopolítica y económica les correspondería indiscutiblemente, situarse a la cabeza.  


En este momento de discusión y aprobación de los nuevos presupuestos de la Comunidad de Madrid para el año 2024, consideramos inadmisible perpetuar la situación de extremada necesidad de recursos económicos que están sufriendo las universidades públicas madrileñas e instamos al gobierno de la CAM a iniciar la recuperación de los niveles de financiación de las mismas hasta alcanzar la posición que le corresponde por su riqueza regional, por el número de universidades públicas existentes en su ámbito competencial, por el número de alumnos inscritos en ellas, por el tamaño y cualificación de sus plantillas; por volumen y calidad de su investigación; por el número de grados y postgrados que imparten y por todo un larguísimo etcétera. 

Por todo ello y para iniciar ese punto de inflexión en la tendencia mostrada hasta la fecha, el PSOE-M ha presentado una enmienda parcial a dichos presupuestos consistente en incrementar la partida destinada a financiar los gastos de las universidades públicas madrileñas en 430.452.440 € para alcanzar, al menos, la media nacional en transferencias por alumno, actualizado el IPC a septiembre 2023.

Esto es: cubrir la diferencia entre los 4.847,87 € de transferencias por alumno de la CAM y los 6.678,15 € por alumno de la media nacional, multiplicado por el último dato de número de alumnos conocido y correspondiente al año 2021-  223.002 alumnos-. Por lo tanto, la cuantía contemplada en los Presupuestos 2024 para la financiación de las universidades públicas debería establecerse en 1.544.819.624 €. 

Este incremento, aunque importante, debe iniciar la senda de recuperación de la financiación pública de las universidades públicas madrileñas hasta alcanzar, al menos, el 1% del PIB en el año 2030, por imperativo de la aplicación de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Desde nuestra óptica, cabe y debemos aspirar a más. Queremos convertir nuestras universidades públicas en el buque insignia de la Comunidad de Madrid, con una eficiente explotación de todas sus enormes potencialidades y plenamente integradas en la red de excelencia académica e investigadora a nivel europeo. Para ello será necesario alcanzar una financiación pública similar a la que reciben las universidades europeas en los países de la Unión Europea. 

Fuente: Grupo Universidad PSM
Fuente: Grupo Universidad PSM

Madrid es la comunidad autónoma más rica de España. Ocupa la primera posición en cuanto al PIB. Se sitúa en segunda posición por total de transferencias corrientes y de capital debido a que cuenta con seis universidades públicas que acogen al segundo mayor contingente de alumnos. Se sitúa en la 13ª posición de las dieciséis comunidades autónomas, exceptuada Cataluña, en porcentaje de transferencias sobre su PIB. La Comunidad de Madrid se sitúa en la última posición en inversión por alumno, rondando el 71% de la inversión media por alumno/a con 4.684 € frente a los 6.549€ de la media de las comunidades autónomas, y frente a los más de 8.000€ de las comunidades que más invierten por alumno.

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Israel y Hamás en el bucle del terrorismo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79675/israel-y-hamas-en-el-bucle-del-terrorismo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79675/israel-y-hamas-en-el-bucle-del-terrorismo/#respond Tue, 06 Feb 2024 05:16:15 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79675 Continuar leyendo "Israel y Hamás en el bucle del terrorismo"]]> Palestinos buscan personas desaparecidas bajo los escombros de una mezquita destruida en la ciudad de Deir Al Balah, Franja de Gaza, el 4 de febrero de 2024, tras un ataque aéreo israelí.- EFE/MOHAMMED SABLE
Palestinos buscan personas desaparecidas bajo los escombros de una mezquita destruida en la ciudad de Deir Al Balah, Franja de Gaza, el 4 de febrero de 2024, tras un ataque aéreo israelí.- EFE/MOHAMMED SABLE

Ha sorprendido a muchas personas que el papa Francisco públicamente en el Vaticano haya calificado de terroristas las actuaciones de Israel: "Sigo recibiendo noticias muy graves y dolorosas de Gaza. Civiles desarmados son objeto de bombardeos y tiroteos. Algunos dirían: Es la guerra. Es terrorismo. Sí, es la guerra. Es terrorismo". Lula, presidente de Brasil, ha acusado a Israel de terrorista y de ejecutar una agenda de genocidio del pueblo palestino.

La BBC ha sido presionada por el Gobierno del Reino Unido y otras organizaciones por no llamar terroristas a los combatientes de Hamás. La BBC, cuyo prestigio es sólido por su neutralidad e independencia, llama militantes a los miembros de Hamás, porque es su tradición en los conflictos bélicos y buscando una equidistancia como derivado de su independencia informativa. Lo que la BBC no dice, pero sí piensa, es que si tiene que llamar terrorista a Hamás también tendría que llamar terrorista a Israel.

Por el contrario, en las universidades estadounidenses, pagadas por terceros privados, se ha desatado una caza de brujas contra quienes se atreven a criticar a Israel; ya varias rectoras están en la picota y una ha dimitido (también se ha extendido la caza de brujas en las prestigiosas universidades MIT y Harvard).

A diferencia de tantas críticas de "lavado de conciencia" y nada más, Sudáfrica ha optado por la tangente de la eficacia. Ha llevado a Israel ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que por ahora ha dictado seis medidas cautelares incumplidas por Israel.


Respecto a Hamás no es necesario insistir aquí en la acusación de grupo terrorista. Basta saber que así lo califica Estados Unidos y Europa. Aunque ya sabemos que las listas de los Estados y organizaciones terroristas bailan al gusto (entiéndase interés concreto) de sus confeccionadores. Comenzando por la gran y temida potencia, Estados Unidos, que mima a terroristas que saltan en su comba, de la misma manera que califica de terroristas a simples díscolos que se oponen a su hoja de ruta. Publiqué mi libro Los neoconservadores y la doctrina Bush. Diccionario ideológico crítico, en el que me explayo en ejemplos históricos de la doble vara de medir de la gran potencia calificando a Estados y organizaciones terroristas (voces "terrorismo", "Estados canallas" y "tiranía").

Reconozco a Hamás un gran mérito: haber desacreditado nada menos que al ingenioso Maquiavelo, una de cuyas máximas para el mantenimiento del poder era divide y vencerás (que no es suya, sino proveniente de Roma donde fue empleada por César). Hamás fue una creación de Israel, que lo alimentó y dotó de medios, con la finalidad de abrir una lucha fratricida entre las dos más relevantes organizaciones palestinas, Al Fatah y Hamás, la cual debilitaría las pretensiones palestinas y beneficiaría a Israel. Todo lo contrario. Hamas ha eclipsado a Al Fatah y se ha convertido en el peor enemigo de Israel. Maestro Maquiavelo: te has equivocado. No siempre se vence dividiendo al enemigo.

Las posiciones ante el conflicto palestino-israelí

En los comienzos del conflicto bélico en una reunión de la Asamblea General de Naciones Unidas para votar una resolución con la finalidad de detener la guerra de Gaza ya se enfrentaron las dos posiciones, que siguen hasta la fecha: el embajador palestino protestaba de la masacre de Gaza y el embajador israelí sostenía que se trataba de una guerra solo contra el terrorista Hamás, al tiempo que se despachaba criticando a Naciones Unidas, según él "una organización corrupta moralmente". Israel no asumió la resolución de alto el fuego, aprobada con 153 votos a favor, 10 en contra y 23 abstenciones, como tampoco ahora asume las medidas cautelares de la Corte Internacional de Justicia de La Haya y como nunca asumió las resoluciones de Naciones Unidas.


Resumiendo, creo que las posiciones ante el conflicto bélico se concretan en dos puntos de una visión unilateral y proisraelí del conflicto y las réplicas a cada uno de ellos de parte de quienes tienen una visión más amplia y multilateral. Veamos.

Primer punto de una visión unilateral proisraelí: Israel es una democracia y un Estado de Derecho rodeado de autocracias políticas

El primer punto es el hecho de que Israel es una democracia en un escenario en el que le rodean Estados musulmanes con un sistema político autocrático y de negación de los derechos humanos. Israel -dicen- es un Estado de Derecho. Es verdad ese escenario de autocracias político-religiosas, contra las que nada pudo la Primavera Árabe, pero solo con matices podemos sostener que Israel es un Estado de Derecho. La democracia israelí es frágil, de escaso recorrido y actualmente en estado de involución. Indico algunos elementos.

El Gobierno de Israel está controlado por los ultraortodoxos (18 escaños) y la ultraderecha (14 escaños), que junto con el partido conservador de Netanyahu (32 escaños) dan 64 escaños de un total de 120 de la Cámara. Ultraortodoxos y ultraderecha condicionan, debido a su fuerte representación en el Parlamento, cualquier actuación del Gobierno. Se pretende una vulneración de la separación de poderes estatales.


En primer término, la reforma de la justicia en versión autoritaria: que la comisión de elección de jueces esté formada por políticos (miembros del Gobierno y diputados) y que el Tribunal Supremo carezca de la competencia de control de la constitucionalidad de las leyes. La regulación de los derechos humanos está muy lejos de la protección que poseen en las democracias avanzadas. Y por otro lado hay un largo trecho entre la regulación de los derechos y su efectiva práctica. Pero, como veremos en la réplica, la situación es mucho peor.

Réplica al primer punto: Las excepciones de la democracia y el Estado de Derecho israelí en relación con el pueblo palestino

Israel es una democracia con grandes lagunas en sus normas y sobre todo en la práctica del derecho. Pero sobre todo es una democracia de puertas adentro respecto a los israelíes y una tiranía de puertas afuera en relación con sus vecinos palestinos. El ejemplo paradigmático es la existencia de miles de palestinos/as presos en las cárceles de Israel, detenidos ilegalmente, sin causa formalizada, sin juicio durante varios años, sometidos a torturas. Y lo más grave: muchos de ellos son niños.

Las condiciones indicadas de los presos palestinos en las cárceles de Israel no obedecen a la opinión de un sector de la opinión pública o de determinados medios, sino que son reflejadas y denunciadas en numerosas resoluciones de Naciones Unidas, en el informe de la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, en la masiva información de la independiente BBC, en los informes de ONGs de demostrada neutralidad como Amnistía Internacional, en los informes de observadores internacionales, de abogados occidentales visitantes de Palestina, etc., etc.


Segundo punto de una visión unilateral  proisraelí: La concepción puntual y parcial del conflicto condensada en un ataque de Hamás a Israel

Hay quienes reducen y cosifican, como en una foto fija, la magnitud del conflicto palestino-israelí en el hecho obviamente condenable del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, asesinando y secuestrando a un alto número de israelíes (en total casi dos millares). De ahí surge la expresión sin matices de líderes políticos, organizaciones, colectivos e individuos del planeta, comenzando -no podía faltar- por el presidente de Estados Unidos, coreado por sus amigos europeos: "Israel tiene todo el derecho a defenderse".

Y nada más, sin ningún matiz. Israel masacraba a miles y miles y miles de palestinos -muchos ancianos, niños y mujeres- y la única voz que se oía entre los líderes de Occidente es que "Israel tiene todo -insisto: todo- el derecho a defenderse". Después, como Israel no paraba de destruir y matar indiscriminadamente sin pausa, estos líderes se avinieron a pedir la indemnidad de los civiles, la ayuda humanitaria y el alto el fuego.

Muchos líderes de Israel y comentaristas proisraelíes afirman que la guerra de Israel es exclusivamente contra Hamás y no contra Palestina, como si Gaza no formara parte de Palestina, como si Hamás no fuera la organización más votada en las elecciones de Palestina de 2006 y el órgano de gobierno de Gaza, como si los soldados israelíes no atropellaran, detuvieran y asesinaran también a civiles palestinos de Cisjordania. Curioso que cifras muy altas de políticos y comentaristas españoles miren hacia Hamás como si se tratara de un grupúsculo de matones y no de la organización política, que obtuvo mayoría absoluta en las elecciones de Palestina (sic: Palestina, no Gaza, sino Palestina, que engloba a Gaza y Cisjordania): 76 escaños de un total de 132; Al Fatah: 43 escaños, y 13 escaños repartidos en varios partidos pequeños. La omisión interesada puede ser  tan fraudulenta como la acción falsa.


Probablemente muchos de los que proclaman que Israel tiene todo el derecho a defenderse sin mirar a los lados de la historia, como burros con grandes orejeras, desconocen que hace ya 75 años tuvo lugar la primera nakba (catástrofe), en la que fueron expulsados por Israel setecientos mil (700.000) palestinos de sus tierras, que  emprendieron la primera diáspora. Israel se apoderó de sus tierras, inmuebles e infraestructuras. Hace tres cuartos de siglo ya Israel era un consumado terrorista.

Réplica al segundo punto: El conflicto bélico contemplado en la historia de la opresión y dominio de Israel desde 1948

El condenable ataque de Hamás contra Israel en la jornada del 7 de octubre pasado no es equiparable a 75 años de opresión, invasiones y guerras de exterminio sufridas por los palestinos. Cuando se pregunta a representantes de Palestina en los Estados europeos y organizaciones internacionales si condenan el ataque de Hamás a Israel, contestan  que más aun condenan los ataques persistentes y desproporcionados de Israel contra Palestina o que condenarán el ataque, cuando Palestina sea resarcida de los agravios y exista un Estado palestino.

He advertido que personas no informadas dan su opinión sin conocer los hechos acaecidos desde 1948, fecha de creación del Estado de Israel y comienzo de la opresión del pueblo palestino por Israel, ayudado a todos los efectos por Estados Unidos, mediante guerras de invasión, ocupación de su territorio por colonias de israelíes, control militar de fronteras, desobediencia a cualquier resolución de Naciones Unidas, ruptura de los pactos y convenios firmados con el pueblo palestino ante Naciones Unidas, etc. Comparar 75 años de conflicto bélico, que han deparado un progresivo genocidio del pueblo palestino, con el ataque de Hamás del 7 de octubre es una autoceguera voluntaria del que no quiere ver o simple ignorancia de la historia real.

Algunos pueden pensar erróneamente que la respuesta extraordinariamente violenta y desproporcionada de Israel al ataque de Hamas del 7 de octubre es un hecho aislado. No. Es la reiteración de la misma estrategia en ocasiones anteriores. He estudiado a fondo las guerras de Palestina-Israel con ocasión de mi libro Teoría y práctica de la guerra justa del presidente Obama, que contiene un apartado de la guerra palestino-israelí de 2014, un claro precedente de la actual, con destrucción del territorio palestino, de sus inmuebles e infraestructuras por el poderoso ejército israelí, y con resultado de un porcentaje de cincuenta civiles palestinos asesinados, incluyendo a muchos ancianos, mujeres y niños, por un soldado israelí.

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para la Protección de los Derechos Humanos dimitió de su cargo por la pasividad cómplice de Estados Unidos, cuyo comandante en jefe era a la sazón Barak Obama, Premio Nobel de la Paz.

He leído los escritos y comentarios de líderes palestinos y de expertos en el conflicto bélico, que va en camino de alcanzar el siglo. Muchos de ellos aseguran que se veía venir lo que ha sucedido, que la presión y hostilidades de Israel eran de tal gravedad que Hamás explotaría, porque la situación difícilmente podría contenerse por mucho tiempo.

Conclusiones

La actitud de Israel atentando contra la dignidad de las instituciones internacionales, incumpliendo los pactos y convenciones que ha firmado, negándose a parar la destrucción de Gaza, al tiempo que sigue masacrando a la población civil gazatí, está ofreciendo ante la opinión pública mundial la imagen de un Estado terrorista en su versión del peor terrorismo de Estado, la del Estado terrorista invasor y opresor.

Porque el terrorismo no es un concepto unívoco. No todos los terrorismos son iguales. Hay un terrorismo de arriba, de la arrogancia, de destructor del débil y un terrorismo de abajo, solidario, de defensa del débil. Un terrorismo invasor del más fuerte y un terrorismo de la resistencia del más débil. El terrorismo de los nazis y el terrorismo de la resistencia de las naciones invadidas por el Tercer Reich.

Los terrorismos se retroalimentan cuando derivan de vecinos irreconciliables. El terrorismo de Hamás no se explica sin el previo terrorismo de Israel: el primero es fruto del segundo. Cada acto terrorista de Israel coloca un fusil en las manos de un joven palestino. La violencia crea violencia, pero es más violento el primero que la inicia y produce más violencia quien tiene más poder para desencadenarla. Israel es más violento y genera más violencia que su vecina Palestina. Si miramos a la historia fríamente y sin prejuicios es fácil llegar a esta convicción.

El problema de Hamás es que ha olvidado que el terrorista con más poder y bien protegido y relacionado en la esfera internacional aguarda impaciente a que cometa  actos violentos contra él para proceder a eliminarle con furia y sin cuartel y apropiarse de su territorio al completo, apoyado por el silencio cómplice de la comunidad internacional inmóvil debido a sus entrelazados intereses económicos con el poderoso Estados Unidos y su "niño mimado", Israel. Ya lo ha dicho Chomsky: el problema de Palestina es que no tiene nada que ofrecer a nadie y está enfrentada a dos señores del capitalismo mundial.

No es una guerra exclusiva de Israel contra Hamás, como dicen y quieren Israel y los filoisraelíes, sino un genocidio en toda regla e intensidad contra la población gazatí. La historia se repite. Asistimos al combate sin pausa y sin fin de un terrorista invasor y opresor y un terrorista de resistencia.

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El mercado del hambre se regula solo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79690/el-mercado-del-hambre-se-regula-solo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79690/el-mercado-del-hambre-se-regula-solo/#respond Tue, 06 Feb 2024 05:03:14 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79690 Continuar leyendo "El mercado del hambre se regula solo"]]> Pixabay.
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Cuando Ségolène Royale se metió con los tomates españoles, Pedro Sánchez no dudó en salir en su defensa. "Imbatibles", dijo que eran. En su defensa a nuestros productos, la cual es legítima, la cuestión no es si nuestros tomates son buenos o malos sino cómo es que tenemos tomates en enero. La pregunta deriva a cómo se ha usado la tecnología y la tierra para alterar los procesos naturales del cultivo de tomates. Toda respuesta sobre alimentos es problemática porque el proceso alimentario es, hoy por hoy, un problema estructural.

La estructura alimentaria ha huido del control estatal haciendo de la comida un negocio y arrastrando consigo el equilibrio medioambiental y la justicia social. Precisamente, la Unión Europea fue eliminando controles y liberando al mercado con el CETA, con Canadá; el JEFTA, con Japón, y el TLCUEM, con México. En los últimos escalones se encuentra ahora el acuerdo de la UE con los países del Mercosur (Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay), que abrirá una nueva ruta sin aranceles, suponiendo un espaldarazo al libre comercio.

Mucho antes, ya había ido creando y perfeccionando un mercado libre entre sus propios miembros con la Política Agraria Común (PAC). De ahí que los productos más baratos son los que llegan al supermercado sin importar si son del otro lado del mundo o de si el abaratamiento de costes ha sido a costa de los derechos laborales. La UE es parte activa de la rueda del negocio de los alimentos y de la eliminación de controles al mercado alimentario mundial. Así que el insulto de Ségolène sobraba; más que por incierto, por hipócrita.  

Pensadores como Engels, allá por 1870, confiaban en que los avances en ciencia y tecnología, así como el uso de todo el potencial del capital y del trabajo, iban a solucionar el problema del abastecimiento de alimentos aunque la tierra cultivable fuera desapareciendo y la población aumentando. Pero en 2024, los avances tecnológicos no han logrado la regeneración de la tierra, ni más fiabilidad en la precisión meteorológica, y lejos de algunos transgénicos y de la incipiente edición genómica, todavía no ha habido hallazgos que garanticen el acceso universal a la comida. La mitad de la población del planeta padece de manera continua alguna forma de malnutrición. El 11% del mundo se va a la cama con hambre. En 2030, serán 600 millones de personas  las que estén subalimentadas. En 2050, si nada cambia, el hambre azotará a varios miles de millones de personas.  


Lo preocupante es que mientras contemplamos el enorme cohete de Jeff Bezos, el poder de las compañías alimentarias pasa desapercibido pese a que son las que deciden quién come, cuándo y a qué precio. En cuestión de décadas, han ido ganando espacio al control estatal y han transformado por completo la industria alimentaria. La han llevado lejos de las necesidades de la población y de las características de sus terrenos aumentando la producción sin dar descanso a la tierra. Como resultado de su actuación, se cuentan como irreversibles muchos desastres ecológicos y sanitarios debido al indiscriminado consumo de agua dulce y la sobreutilización de fósforo, nitrógeno y potasio en los cultivos.  

A cambio de escandalosos beneficios, el cambio climático también lleva la firma de las compañías agroalimentarias. El año pasado, Greenpeace Internacional cifró en 53.500 millones de dólares las ganancias de las 20 grandes empresas de los sectores del cereal, los fertilizantes, la carne y los lácteos. Paradójicamente, una cifra parecida (51.500 millones de dólares) es la que la ONU considera necesaria para salvar a 230 millones de personas que en la actualidad pasan hambre en el mundo.   

¿Quién decidió por nosotros que comer iba a ser un privilegio? ¿Por qué el acceso a los alimentos se aborda desde el negocio y no desde la perspectiva de un derecho universal? Sin perder mi esperanza en el potencial de la Unión Europea, creo que debería adelantarse al desastre de la hambruna y plantear una revisión de la PAC o, mejor que eso, comenzar a virar los mecanismos hacia una Gran Transformación Alimentaria que proporcione igualdad distributiva en el acceso a los alimentos.  


Ahora tocaría empoderar a la pequeña y mediana industria del sector primario y garantizar el relevo generacional. Habría que adaptar al máximo nuestra dieta en atención a la temporada y a las características del terreno y modificar las normas de acceso a la tierra y su control. Por suerte, no solo harán falta decisiones políticas sino también soluciones técnicas, como una inversión sin precedentes en tecnología de regeneración de suelos, creación de infraestructuras meteorológicas mucho más avanzadas con tal de evitar pérdidas, y la distribución solidaria a todos los agricultores de los mejores sistemas tecnológicos.  

Quizás haya sentado un pelín mal que Ségolène descalifique así a nuestros tomates, pero lo importante es plantearnos a cambio de qué llegan los alimentos a las bandejas de los supermercados y quién va a seguir sacando provecho de que el mercado del hambre se regule solo.  

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Paz, lujuria y opulencia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79729/paz-lujuria-y-opulencia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79729/paz-lujuria-y-opulencia/#respond Mon, 05 Feb 2024 19:25:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79729 Continuar leyendo "Paz, lujuria y opulencia"]]> Carlos Luján / Europa Press
Carlos Luján / Europa Press

Escribir sobre una generación entera es tan complicado como hacerlo sobre un país o un planeta o una subespecie de coral caribeño.

Charlaba el otro día con mis compas en El Olivar, un descampado gris que separa Alto de Extremadura de Los Cármenes y al que el Ayuntamiento de Madrid llama parque, cuando uno de ellos dijo una verdad dolorosa:

– No se puede vivir solo bien. No, no. O vivimos mal o pegamos el pelotazo.

Aquella frase, tan plagada de verdad y tan poco pretenciosa y tan bien esgrimida desde unas sillas de plástico sobre una zona de Madrid que todavía tiene canchas de basket con el cemento erizado, explica a la perfección todo. Explica por qué Ayuso arrasa en esta ciudad y por qué Bukele levanta pasiones autoritarias en medio mundo y hasta la romantización del narcotráfico y el auge de las criptomonedas.

El neoliberalismo ha jugado mejor que nosotros y ha ganado; los marcos con los que se construye el sentido común, que decía Gramsci que se debían conquistar, son de su propiedad. Quizá no hayan ganado del todo porque aún quedan unos minutos en el contador, pero lo cierto es que vamos 25 - 115.

No me voy a poner a dar números porque las desalentadoras gráficas están en Internet para el que quiera verlas, pero no hacemos más que perder el escasísimo poder adquisitivo que los pobres habíamos ganado mientras presenciamos también cómo los de arriba, los que tienen cuentas con muchos ceros y pocos decimales, intentan cortar la única cuerda que nos unía un poco a ellos: los servicios públicos.

En este contexto, vivir se ha vuelto una putada y prosperar un imposible. No sé con quién te juntarás tú, pero casi todos con los que yo lo hago trabajan (muchos, incluso, en varios sitios a la vez) y ninguno de ellos puede vivir en una casa en la que entre algo de luz.

Los centenials, los de la generación Z, nos hemos criado en esta coyuntura, intercalando en nuestros recuerdos de infancia capítulos completos de Código Lyoko y especiales en La Sexta sobre la nueva crisis financiera que nos estaba reventando, y nos hemos vuelto cínicos e individualistas y descreídos.

Hemos llegado a la conclusión – no digo que esté bien, solo te lo cuento – de que haciendo las cosas como se supone que se deben hacer no vamos a conseguir nunca nada. La única salida que muchos ven a esa conclusión es pegar el pelotazo, signifique eso lo que signifique.

Rapea Cruz Cafuné en How Does It Feel que lo que él quiere es paz, lujuria y opulencia, y lleva razón; lo que todas las generaciones quieren es tranquilidad, sexo y abundancia económica, sin embargo, la mía ya no lo encuentra en lo colectivo – porque no lo hay – y en vez de corregirlo prefiere jugar, aun sabiendo que va a perder, al pelotazo. Salimos con el bucal porque sabemos que nos van a partir la boca, pero supongo que eso es mejor que sentarse eternamente en sillas de plástico ennegrecido.

Tenemos que encontrar una respuesta colectiva, tenemos que ser capaces de convencer con fe y certezas de que la solución no pasa por jugar con criptomonedas ni por mover un Peugeot 206 con medio kilo por la calle Sepúlveda – saludos al Grupo de Delitos Telemáticos –, pero no podemos insultar a los que están convencidos de que esa es la solución, pues no nos harán caso. Tampoco podemos permitirnos regalarles esta respuesta colectiva a los que se enrocan en reivindicar el pasado y decir que nuestros padres vivieron mejor, pues su interés político es otro.

Convenzamos a los pibes de El Olivar de que hagan basket, no boxeo.

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El origen de la "solución de los dos Estados" en Palestina y por qué es colonial, injusta e inviable https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79563/el-origen-de-la-solucion-de-los-dos-estados-en-palestina-y-por-que-es-colonial-injusta-e-inviable/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79563/el-origen-de-la-solucion-de-los-dos-estados-en-palestina-y-por-que-es-colonial-injusta-e-inviable/#respond Mon, 05 Feb 2024 05:11:55 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79563 Continuar leyendo "El origen de la "solución de los dos Estados" en Palestina y por qué es colonial, injusta e inviable"]]> Reunión en la Casa Blanca entre el primer ministro israelí (i) Isaac Rabin y el líder de la OLP Yasir Arafat (d) junto a Bill Clinton (c) en 1993.- La Casa Blanca
Reunión en la Casa Blanca entre el primer ministro israelí  Isaac Rabin (i) y el líder de la OLP Yasir Arafat (d) junto a Bill Clinton (c) en 1993.- La Casa Blanca
Hay que cambiar el diccionario: estamos ante un capítulo más –el más terrible– de una historia de colonización y descolonización

Todavía sigue eludiéndose en numerosos ámbitos. Cabe insistir en que hay que cambiar el diccionario. La clave para entender y abordar el actual genocidio israelí en Palestina es que se trata de un capítulo más –el más terrible– de una historia de colonización y descolonización. Una historia de colonización de asentamiento sionista-israelí que no representa al judaísmo ni a las comunidades judías y que pretende dominar el máximo territorio posible con el mínimo de población nativa palestina posible.

Este proyecto colonial sionista logró un gran triunfo en 1948 con la creación del Estado de Israel y la limpieza étnica de Palestina –la Nakba–, pero no terminó ese año. La colonización, la limpieza étnica y el apartheid prosiguen 76 años después. Como estamos viendo con el vigente episodio de genocidio, el mejor documentado audiovisualmente por sus víctimas y victimarios, la Nakba continúa. Y también los intentos del pueblo palestino de descolonizar su tierra. Y a pesar de todo el dolor, sacrificio y sufrimiento imaginable e inimaginable por parte del pueblo palestino, el proyecto colonial sionista-israelí, basado en proporcionar seguridad y estabilidad a sus colonos y a sus inversiones capitalistas, es cada día más inseguro, inestable e insostenible.

Para colonizar y cometer un genocidio hay que intentar deshumanizar al pueblo colonizado desde el principio hasta el final

Desde sus inicios a finales del siglo XIX hasta la actualidad, los líderes del movimiento sionista y del Estado de Israel, como proyecto vigente de colonialismo de asentamiento, emplearon y emplean el lenguaje racista común a otras expresiones coloniales europeas. Este suele presentar a las personas blancas como portadoras de la civilización y a las personas no blancas como representantes de la barbarie.

El padre del movimiento sionista, Theodor Herzl, escribió en 1896 que el futuro Estado sionista sería: "Una parte del muro defensivo europeo en Asia, un lugar avanzado de la civilización contra la barbarie". Varios años más tarde, Herzl quiso legitimar su proyecto colonial pintando una parte de Palestina de esta manera: "Los campos parecían estar quemados y los habitantes de las negruzcas aldeas árabes parecían bandidos". En 1914, el destacado sionista autodenominado "socialista" Moshe Smilansky manifestó: "Estamos tratando con gente semisalvaje que tiene conceptos sumamente primitivos. Y esta es su naturaleza. [...] Entre los árabes se han desarrollado valores de base [...] [tales como] mentir y engañar".


Asimismo, el que tres décadas más tarde sería el primer presidente del Estado de Israel, Chaim Weizmann, respondió ante la pregunta de qué pensaba hacer con la población palestina: "Los británicos nos dijeron que allí hay algunos cientos de miles de ‘kushim’ [‘negros’], y que ellos no tienen ningún valor". Weizmann también comentó que "el árabe es primitivo y se cree lo que le dicen". En este marco, aunque fue acuñado con anterioridad, se difundió el eslogan asociado al sionismo de "un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo". 

En el penúltimo año de la Primera Guerra Mundial y tras haberse repartido en secreto con Francia gran parte de los dominios otomanos entre Persia y el Mediterráneo (Acuerdo Sykes-Picot de 1916), el Reino Unido incorporó la Palestina otomana al Imperio Británico y mostró su connivencia con el movimiento sionista, aunque de manera ambigua, en la Declaración Balfour de 1917. El poder imperial británico brindó un apoyo estructural fundamental a la colonización de asentamiento sionista y a la segregación (apartheid) de la población colona blanca respecto a la nativa palestina en el marco del Mandato Británico, que se prolongó hasta 1948. La causa sionista había quedado conectada con el imperialismo noratlántico, que, primero dirigido por el Reino Unido y después de la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos, utilizarían el territorio entre el río Jordán y el Mediterráneo como plataforma para su dominio y expansión en una región clave, encrucijada entre África, Asia y Europa. 

En la actualidad, hasta el histórico pronunciamiento del Tribunal Internacional de Justicia de la ONU del 26 de enero de 2024 que aceptó la solicitud sudafricana, se declaró competente para investigar y exigió medidas concretas al Estado de Israel para evitar el genocidio, ha mencionado los discursos racistas de deshumanización que han utilizado autoridades israelíes. Como ha ocurrido en otros episodios históricos, la difusión de la deshumanización racista ha constituido un elemento imprescindible, tanto previamente como de manera coetánea, a la práctica genocida.


Entre otras innumerables afirmaciones similares, el 9 de octubre de 2023, el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ordenó cometer crímenes de guerra en Gaza y afirmó que "estamos luchando contra animales humanos". Semanas después, el ministro de Patrimonio y Asuntos de Jerusalén, Amihai Eliyahu, defendió la limpieza étnica de la población palestina de Gaza afirmando que "los monstruos de Gaza pueden ir a Irlanda o a los desiertos", y sostuvo que el uso israelí de armas nucleares en Gaza era "una de las posibilidades", algo que reiteró en enero de 2024.  

El origen de la "solución de los dos Estados": colonial, injusta y cortina de humo para ocultar el máximo objetivo sionista-israelí de expansión territorial y expulsión de la población nativa

Fue en el contexto del Mandato Británico de Palestina entre 1917/1923 y 1948 cuando las resistencias palestinas se multiplicaron y se planteó por primera vez oficialmente lo que ahora se denomina la "solución de los dos Estados". Las primeras protestas anticoloniales palestinas se retrotraen a la década de 1880 y ya contaron con presencia femenina. Algunas de las primeras organizaciones sociales palestinas desde el inicio de la colonización fueron no mixtas de mujeres, como la Sociedad Ortodoxa de Ayuda, reunida en 1903 en Acre por primera vez.

En 1929, la creación de la Asociación de Mujeres Árabes supuso el establecimiento de un movimiento nacional, consolidado y estable de mujeres palestinas. Fue de la mano, en la década de 1930, de una gran efervescencia política palestina, que incluyó la formación de partidos de masas como Istiqlal e incontables protestas contra el colonialismo sionista y el británico. La movilización anticolonial y nacional alcanzó su cenit con la Gran Insurrección palestina de entre 1936 y 1939.


Este histórico episodio de resistencia palestina se vio precedido por la lucha guerrillera de la organización al-Kaff al-Aswad, liderada por Izz ad-Din al-Qassam, cuya muerte a manos británicas dio lugar al primer gran mártir de la resistencia palestina y más de medio siglo después inspiró el nombre del brazo armado de Hamás. La Gran Insurrección palestina, coordinada por el Comité Superior Árabe, se inició en la primavera de 1936 con una huelga general que se prolongó durante seis meses, llegándose a convertir en la huelga general más larga hasta ese momento en un territorio colonial. El objetivo palestino era que el Mandato Británico parase la colonización sionista y que se convocasen elecciones democráticas para la formación de un gobierno nacional que condujese a la independencia del país. Casi noventa años después, sigue negándose el derecho de autodeterminación del pueblo palestino. 

Fue en este contexto, en el que las autoridades del Mandato Británico de Palestina no sólo rechazaron todas las reivindicaciones palestinas, sino que colaboraron con las organizaciones paramilitares sionistas para reprimir la Gran Insurrección, cuando el Reino Unido nombró una comisión que formuló oficialmente lo que después se denominaría la "solución de los dos Estados" o "partición" de Palestina. Como había ocurrido con la Declaración Balfour, no se contó con la opinión del pueblo directamente afectado. La Comisión Peel recomendó en 1937 dividir Palestina entre un Estado denominado "judío" y otro Estado "árabe", este último conectado a Transjordania, otra colonia británica cuya máxima autoridad era un títere del Reino Unido, el emir Abdalá.

También aconsejó que los británicos permaneciesen en varios lugares estratégicos y mencionó la posibilidad de un "intercambio de población", es decir, de expulsar a población palestina. A pesar de que no se puso en práctica, su propuesta de partición, también denominada posteriormente de los dos Estados, pasó a ocupar un lugar de primer orden en el ámbito internacional en el abanico de posibles soluciones a la colonización de Palestina. 


Entonces, hábilmente, David Green (líder del movimiento sionista nacido en la ciudad polaca de Plonsk y que había cambiado su nombre por el de "David Ben Gurion2" para "hebraizarlo"), aceptó discursivamente la partición/dos Estados como una estrategia del primer paso que nunca aceptaría en la práctica. Green/Ben Gurion manifestó que si aceptaba la partición era para conseguir legitimar un Estado a partir del cual, según sus palabras: "Cancelaremos la partición del país y nos expandiremos a través de la Tierra de Israel". Igualmente, en 1937, escribió: "Tenemos que expulsar a los árabes y ocupar su lugar [...] y si hay que usar la fuerza [...] contamos con la fuerza necesaria".

Para Vladimir Yevgenyevich Zhabotinsky (que también "hebraizó" su nombre para pasar a ser conocido como Ze’ev –"lobo"– Jabotinsky y lideró el sionismo revisionista –derechista-ultraderechista, la cultura política de la que procede el Likud de Benjamin Netanyahu–): "El alma islámica debe ser barrida de Eretz Israel. [Los árabes y los musulmanes] son una horda vociferante vestida con sucios harapos". El movimiento sionista se preparó para el momento clave, que llegaría con la intervención de la ONU a su favor en 1947 y con el fin del Mandato Británico en 1948. 

Así pues, en 1947 el Reino Unido traspasó el problema de la colonización de Palestina a la recién creada ONU. El movimiento sionista había conseguido crear un pre-Estado o Estado paralelo colonial al del Mandato Británico y, a pesar del apoyo recibido, había atacado desde 1944 a tropas e infraestructuras del Reino Unido para que abandonasen Palestina. La partición/dos Estados seguía siendo la propuesta estratégica del sionismo autodenominado "socialista" dirigido por Green/Ben Gurion, mayoritario dentro del movimiento sionista.  En 1947, la ONU tenía menos de dos años de vida y el escenario colonial en Palestina fue el primer gran problema internacional que afrontaba en toda su amplitud.


Detrás de la retórica internacionalista de libertad y de derechos de la organización, se escondía una alianza de los grandes poderes para perpetuar su dominio imperial, todo ello de una manera renovada y con una nueva retórica. Como sintetizó el intelectual afroamericano William E. B. Du Bois al marchar de la Conferencia de San Francisco en la que se fundó la ONU: "Hemos conquistado Alemania [...] pero no sus ideas [...] todavía creemos en la supremacía blanca, manteniendo a los negros ‘donde deben estar’ y mintiendo sobre la democracia cuando nos referimos al control imperial de 750.000.000 de personas en las colonias". La nueva institución internacional podía ser el mecanismo perfecto para adaptar el dominio mundial blanco. Había que reforzar la alianza entre las potencias del Atlántico Norte y prolongar el imperio transmutándolo a través de la "cooperación internacional". 

En este contexto y con estos objetivos encubiertos, desde la primavera de 1947, la ONU acogió distintos desequilibrios que favorecieron al movimiento colonial sionista. Después de formar un comité (el UNSCOP) algunos de cuyos miembros "sabían muy poco sobre Palestina", como uno de ellos reconoció, se aprobó la partición de Palestina en dos Estados el 29 de noviembre de 1947 en la Resolución 181. Pero esta resolución quebrantó distintos elementos de la Carta de la ONU y vulneró la igualdad entre las partes implicadas. Al no consultarse ni tener en cuenta la voluntad de la población afectada, otra vez, se violó el principio de la libre determinación de los pueblos, contenido en el primer artículo del tratado constitutivo de las Naciones Unidas.

Además, esta resolución contenía numerosos elementos que beneficiaban a la comunidad colonizadora (a pesar de que constituía 1/3 de la población y poseía entre un 6-11% de la propiedad de la tierra, el plan de partición recomendó que el Estado denominado "judío" se crease en un 55% del territorio). Por otro lado, la mayoría necesaria para aprobar el plan de partición se consiguió mediante amenazas estadounidenses a Liberia, Haití y Filipinas.


Por último, las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas de esta índole tienen el carácter de recomendaciones sin valor jurídico vinculante. No obstante, la Resolución 181 no se adoptó como una sugerencia o como base para una negociación, sino como un hecho consumado vinculante. Por tanto, la partición/dos Estados de la ONU de 1947 fue injusta, quebrantó la Carta de las Naciones Unidas, vulneró el principio de igualdad entre las partes y se aprobó mediante coacciones.  

La aprobación del plan de partición fue celebrada como una victoria por la mayoría del movimiento sionista, que era lo que esperaba, y fue rechazada por el pueblo palestino. A los pocos días, se multiplicaron los episodios violentos en Palestina y este fue el contexto que las organizaciones paramilitares sionistas estaban esperando para conseguir el máximo territorio posible con el mínimo de población palestina. Es decir, la expulsión masiva de la población no judía, lo que el pueblo palestino conocería como la Nakba (la "catástrofe"). Obviamente, de los dos Estados proyectados sólo se creó uno en mayo de 1948, Israel. Y fue en medio de una limpieza étnica que supuso que unas 750.000 personas palestinas se convirtieran en refugiadas, que entre 418 y 615 localidades fuesen destruidas o desalojadas por las tropas sionistas-israelíes y que se desmembrase Palestina, abortando por todo ello cualquier posibilidad de un Estado palestino. 

El nuevo Estado colonial israelí se construyó sobre el 78% de la Palestina histórica e instituyó un régimen de apartheid que privilegiaba jurídicamente a las personas judías e impedía regresar a las personas palestinas no judías, a pesar de ser un derecho reconocido hasta por la Asamblea General de la ONU en su Resolución 194. Al-Quds-Jerusalén Este y Cisjordania fueron anexionadas por Jordania, mientras que la Franja de Gaza, cuyos límites se crearon en este momento histórico mientras estaba atestada de personas refugiadas, quedó administrada por Egipto.


Y a su vez, la "solución de los dos Estados" continuó sólo en el papel. La Guerra de Junio o de los Seis Días de 1967, que supuso la ocupación militar sine die y la endocolonización israelí de ese 22% restante de Palestina (Al-Quds-Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza), volvió a mostrar, a pesar de la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía la retirada israelí, que la "solución de los dos Estados" era una invención, una fábula, a través de la que el apartheid israelí podía continuar avanzando en su proyecto de colonialismo de asentamiento impunemente mientras parecía que se hacían "esfuerzos" hacia ningún lugar. 

En definitiva, la "solución de los dos Estados" se utilizó y se utiliza por los líderes sionistas y sus cómplices noratlánticos como cortina de humo para ocultar el máximo objetivo sionista-israelí de expansión territorial y expulsión de la población nativa. Este es el quid más determinante del movimiento sionista y de su creación hace 76 años, el Estado de Israel. El origen de la "solución de los dos Estados" era y es colonial e injusta. Además, desde Green/Ben Gurion hasta Netanyahu, la inmensa mayoría de los mandatarios israelíes se han negado a que pueda ser posible, y de hecho han intentado y han conseguido que sea una quimera. Asimismo, cualquier pueblo colonizado se negó y se niega a acatar que gran parte de sus tierras y sus hogares se asigne desde el poder imperial a un proyecto colonial que anhela expulsarlo y que no acepta que se escuchen sus voces. Y esto fue así en 1917 con la Declaración Balfour, en 1937 con la Comisión Peel, en 1947 con el Plan de Partición de la ONU y posteriormente... y sigue siendo así en 2024. 

Esto ya lo hemos visto muchas veces y ha fracasado. Y, además, es inviable

El 13 de septiembre de 1993 tuvo lugar una pomposa ceremonia en la Casa Blanca de Washington. Auspiciada por el presidente estadounidense Bill Clinton, el protagonismo corrió a cargo de Yasir Arafat, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde 1969, e Isaac Rabin, primer ministro israelí por segunda vez desde 1992. Un histórico apretón de manos representó la firma de la "Declaración de principios sobre las disposiciones relacionadas con un gobierno autónomo provisional", conocida como Acuerdo de Oslo I. Hasta 1995 (Acuerdo de Oslo II) se firmaron otros tres acuerdos específicos más. El optimismo se extendió sobre algunos sectores, que pensaban que iba llegar, por fin, una nueva etapa de convivencia y de paz que incluía la "solución de los dos Estados". 

Sin embargo, como los mismos títulos de los documentos acordados demostraban, Oslo I e II eran solo "declaraciones de principios sobre disposiciones" o "preparatorios". En otras palabras, se dejaban para el futuro, en el mejor de los casos, las negociaciones importantes y definitivas. Esto se traducía en que las problemáticas más relevantes –el estatus de Al-Quds-Jerusalén, las colonias, las fronteras y el derecho al retorno de las personas palestinas refugiadas– se dejaron de lado. Los Acuerdos de Oslo ni siquiera reconocieron el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino.

Tampoco mencionaron la retirada israelí de todos los territorios ocupados en 1967. Se creaba un nuevo organismo "interino de cinco años" que teóricamente tenía que ser el germen de un futuro Estado palestino: la Autoridad Palestina (AP). Sin embargo, esta nueva "institución" fue impuesta por el tándem israelo-estadounidense como un proyecto cipayo carente de competencias. Década tras década, su prestigio y legitimidad entre el pueblo palestino ha ido cayendo en picado.

Además, con Oslo II Cisjordania quedó dividida en tres áreas: A, B y C, y únicamente la A estaría administrada completamente por la AP. Al contrario de lo que establecía el derecho internacional, con las zonas A, B y C, el Estado de Israel conseguía controlar la mayor parte de Cisjordania, que al mismo tiempo suponía en torno a un 20% de la Palestina del Mandato Británico. Esto implicaba que los signatarios palestinos habían aceptado que el régimen de apartheid israelí controlase en torno al 90% Palestina histórica no solo de facto, como ya ocurría como consecuencia de la conquista militar de 1967, sino esta vez con sus firmas. Varias organizaciones palestinas, como el FDLP, FPLP, Yihad Islámica, Hamás y figuras como Mahmoud Darwish y Edward Said, criticaron con contundencia la manera y el contenido de lo que Arafat había firmado. Según Said, estos acuerdos fueron "un Versalles palestino". 

A pesar de que, teóricamente, se tenía que llegar a una solución definitiva en un periodo de cinco años (1994-1999), en diferentes sectores israelíes tenían claro que esto no sólo no era deseable, sino que de ninguna manera iba a ocurrir. Seguían aspirando al máximo territorio posible con el mínimo de población palestina y lucharían contra todas sus fuerzas contra la idea de un Estado palestino, aunque fuese en un territorio de poco más de un 10% de la Palestina histórica y sin ni siquiera continuidad territorial.

Entre estos estaba Benjamin Netanyahu, que llegó al poder por primera vez en 1996, siete meses después del asesinato de Isaac Rabin a manos de un sionista israelí contrario a las negociaciones. Así pues, la "solución de los dos Estados" no sólo fracasó en 1937 y en los años clave de 1947-1948, sino también con los Acuerdos de Oslo y en los últimos tres decenios. Y no sólo por su contexto o formulación concreta, sino por su propia idiosincrasia colonial e injusta.  

En la actualidad, hay aproximadamente 700.000 colonos israelíes en Cisjordania y 2023 fue el año que más ataques protagonizaron contra palestinas y palestinos. El 26 de febrero de 2023 llegaron a perpetrar –en palabras del general israelí Yehuda Fox– un "pogromo" en la localidad palestina de Huwara. Para Bezalel Smotrich, ministro israelí de Finanzas que el mes anterior se había definido públicamente como un "fascista homófobo", Huwara debía ser "borrada del mapa".

¿Qué van a hacer con todos estos colonos y ministros? En 2005 la sociedad judía israelí experimentó un gran enfrentamiento interno y un trauma nacional porque unos 8.000 colonos fueron reubicados –algunos por la fuerza durante días sucesivos– de colonias de Gaza a otras de Cisjordania. Así, el régimen de apartheid israelí podía mostrar que ya había cedido todo lo que podía ceder, podía declarar Gaza un "ente hostil" y podía bloquearlo y bombardearlo masivamente como efectivamente ocurrió en 2008-2009, 2012, 2014, 2018, 2021... Y como sucede ahora, con el genocidio en directo más escandaloso y con mayor complicidad de quienes más enarbolan la bandera de la democracia y de los Derechos Humanos.

Si en 2005 con 8.000 colonos (que, por cierto, recibieron unos 200.000 dólares de media por familia como compensación) sucedió lo que se ha mencionado, ahora ninguna autoridad israelí se plantea ni ideológicamente acepta reubicar a casi tres cuartos de millón de colonos de Cisjordania. Por tanto, ante esa realidad sobre el terreno, un "Estado palestino" es absolutamente inviable. 

Asimismo, es absurdo "imponer desde fuera" la "solución de los dos Estados", como ha argumentado Borrell, mientras se es cómplice tanto de quienes destruyen cualquier posibilidad de llevarla a cabo sobre el terreno como de sus políticas genocidas en curso. El 18 de enero de 2024, Netanyahu dejó claro nuevamente que "nunca aceptará un Estado palestino" y que "Israel tiene que controlar todo el territorio desde el río hasta el mar". Diez días más tarde, miles de israelíes, incluyendo a ministros, incitaron abiertamente a la limpieza étnica de la Franja Gaza y celebraron su pretensión de una recolonización de asentamiento de este territorio palestino. Así pues, además de colonial e injusta, los dos Estados es una "solución" inviable, por lo que no es una solución. Y no se pueden derrochar energías ni tiempo en algo así. 

De igual modo, propuestas como los 12 puntos del plan de Borrell ya las hemos visto muchas veces. Y han fracasado. Y no se aprende o no se quiere aprender del fiasco (y a su vez trampa neocolonial israelo-estadounidense) de Oslo. Sigue sin mencionar los aspectos clave: ¿Con qué fronteras? ¿Con las migajas de las migajas de Oslo? ¿Con menos de un 10% de la Palestina histórica y rodeados de colonias, muros, carreteras "Israelis-only" y secuestros de menores palestinos a diario? ¿Y qué ocurre con al-Quds-Jerusalén? ¿Y con el derecho al retorno de la población palestina refugiada, el más inalienable de sus derechos?

Borrell y el resto de mandatarios del Norte Global, si aún conservan algo de humanidad, saben perfectamente que lo más necesario y urgente es parar el genocidio israelí en Palestina. Y eso se consigue presionando a Israel a través del fin de la compraventa de armas, de todas las relaciones académicas, culturales, diplomáticas, económicas, institucionales y de seguridad, incluyendo el Acuerdo de Asociación UE-Israel, expulsando a Israel de Eurovisión como hicieron con Rusia en tan sólo un día, y apoyando la denuncia sudafricana por genocidio en el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU. Medidas similares fueron claves, junto a la resistencia interna, para conseguir el fin del apartheid sudafricano –con el que, por cierto, el apartheid israelí colaboró–.

Después, que se cumplan los tres puntos mínimos presentes en el derecho internacional y que reclama la campaña BDS: fin de la ocupación y desmantelamiento del muro, fin del apartheid y derecho al retorno de la población palestina refugiada. Y después, de una vez por todas, que se tenga en cuenta la opinión del pueblo colonizado palestino. Y que se entienda que el futuro debería pasar por una vía de descolonización que podría ser similar a la sudafricana. 

El armario de la esperanza del pueblo palestino está lleno de discursos, palabras y resoluciones, pero vacío de hechos. Es ahora más que nunca. Como escribió el poeta palestino Mahmoud Darwish, no hay tiempo para el mañana. No hay tiempo para el tiempo. 

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Zorra https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79659/zorra/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79659/zorra/#respond Sun, 04 Feb 2024 12:17:29 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79659 Continuar leyendo "Zorra"]]> Nebulossa interpreta "Zorra" durante su actuación en la gala final del Benidorm Fest celebrada este sábado en la localidad alicantina. EFE/Morell
Nebulossa interpreta 'Zorra' durante su actuación en la gala final del Benidorm Fest celebrada este sábado en la localidad alicantina. EFE/Morell

La canción Zorra, interpretada por el dúo de synth-pop Nebulossa, ha ganado el Benidorm Fest y va a perder -el matiz está en si lo hará estrepitosamente- en Eurovisión. Y ambos hechos, uno incontestable y otro puro presentimiento, me alegran. Y por varias razones. 

Una de ellas es porque, de esa manera, se le da una entidad propia al Benidorm Fest que le permite independizarse del festival de la UER. Del mismo modo que Operación Triunfo funciona indistintamente al acto de que su ganador o ganadora represente a España en Eurovisión, al igual que San Remo, en Italia, es un acontecimiento musical más allá de participar en la competición melódico-televisiva más antigua del mundo, Benidorm Fest va camino de encontrar su propia entidad sin la responsabilidad insoportable de Eurovisión.

Que el BF, que en acrónimo parece más una petrolera que un festival de la canción, sea el pulso de un país, de la juventud de ese país, un escaparate de estilos y propuestas musicales liberada de la pretenciosa evaluación del eurofan sabelotodo, es una buena noticia. Y eso ha sucedido este fin de semana. España, que, las cosas como son, siempre que le han dado a elegir, elige mal -desde el dilema Fernando VII / José I Bonaparte, es así-, ha optado por la peor propuesta eurovisiva, pero la mejor propuesta festivo reivindicativa que este país necesita. Porque necesitamos más zorras y menos zorros. Y la UER está más llena de zorros que de zorras.  

Me alegra que Nebulossa, la propuesta vocal más endeble en un festival donde la voz es clave desde el día en el se decidió que la música fuese enlatada, vaya a Eurovisión porque también es la mejor manera de demostrarle a Europa -por segunda vez; acuérdense de Chiquilicuatre- que no nos tomamos en serio una competición falsamente musical y profundamente geopolítica que, encima, tiene la poca vergüenza de definirse como un evento "apolítico" en el que "compiten artistas y cadenas de difusión y no gobiernos".


Supongo que ese espíritu suizo de la imparcialidad fue el que llevó a los organizadores del festival a vetar la participación de Rusia, desde 2022, como respuesta a su invasión de Ucrania. Porque, claro, fueron los artistas y presentadores de la televisión rusa los que, el 24 de febrero de 2022, iniciaron una operación militar en Donetsk y Lugansk, lanzando misiles contra varias localidades de Ucrania. Imagino que por ese matiz la UER considera que Israel tiene pleno derecho a competir después de asesinar a más de 20.000 palestinos en Gaza en nombre del sionismo. A lo mejor si quien estuviera dando las órdenes fuese Netta, la cosa cambiaba.  

Disculpad esta ironía hiriente pero confieso, y esta es una opinión personal, que me indigna ver a personas, una gran mayoría perteneciente a las comunidades LGTBI+ y aliadas, escandalizarse porque el Mundial de fútbol se celebrase en Qatar, pedir el boicot, en redes sociales, a la Supercopa de España en Arabia Saudí, incluso juzgar y sentenciar a Rafa Nadal por aceptar ser embajador de la Federación de Tenis de Arabia Saudí, y luego vivir con pasión y jolgorio un festival organizado por unos señores que no ven conflicto alguno en que participe un país homicida que lleva, desde el 7 de octubre de 2023, matando a un palestino cada cinco minutos. Once cada hora. El 70%, mujeres y niños.  

Zorra es un himno. Con o sin Eurovisión. Como lo es Mamá de Rigoberta Bandini. Y esa es su victoria. Un himno interpretado por una mujer de 55 años en una sociedad edadista y gerontofóbica. Esa es su victoria. Y esa es la España que me interesa y no la que sueña con ganar Eurovisión. Y menos, este Eurovisión. El del genocidio televisado y consentido. 


Porque la España que sueña con ganar Eurovisión es la que considera que teníamos que haber enviado a Jorge González. Y mira, por ahí sí que no. Solo nos faltaba participar en el festival cómplice con Israel y hacerlo con esa proposición no de ley. Porque siento que esas propuestas, que novedosas no son, infravaloran al espectador del festival. Como una liebre en medio de la calzada, deslumbrada por los faros de un vehículo, hay mentes en despachos convencidas de que al público homosexual, mayoritario en la audiencia del festival, al menos en España, se nos cautiva fácilmente.

Directivos básicos que nos analizan a base de estereotipos cada vez más caducos. "Dales un ritmo facilón, que puedan mover la cadera en los bares e insinuarse los unos a los otros. Ponles una diva, da igual el género, con poca ropa y que haya amortizado las horas de gimnasio. Hipersexualiza con la coreografía. Mucho, que eso les encanta. Que deseen follarse al artista".

Frases que se pueden escuchar en los despachos y que deberíamos empezar a desmontar nosotros mismos. Porque si nos sentimos autorizados para señalar los estereotipos de la hetero masculinidad hegemónica y aplaudir a aquellos hombres cis hetero que la quiebran, pienso que sería muy positivo empezar a romper con el estereotipo de la homo masculinidad hegemónica. Somos una comunidad tan diversa que vernos, casi siempre, representados de la misma manera, empieza a resultar cansino. 

Lo confieso. Yo era team st. Pedro. Hasta que vi la puesta en escena, que me recordó a un peepshow, a los programas de Pepe Navarro en los 90, y me pegó el bajón. Es que siempre he sido carne de bolero. Pero, como susurra Nebulossa, solo es cuestión de tiempo. Vamos a perder Eurovisión pero gritándole a toda Europa, en la edición cómplice, que podemos ser más zorras todavía.  

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El terrorismo de Ayuso https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79647/el-terrorismo-de-ayuso/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79647/el-terrorismo-de-ayuso/#respond Sun, 04 Feb 2024 06:15:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79647 Continuar leyendo "El terrorismo de Ayuso"]]> El terrorismo de Ayuso
Un grupo de personas exige mejoras en la Sanidad Pública durante una manifestación, a 22 de abril de 2023, en Colmenar Viejo, Madrid.- Rafael Bastante / Europa Press

Hay políticos y jueces que buscan terrorismo en todas partes. No, perdón, hay políticos y jueces que solo buscan terrorismo en ciertas partes. En plena frivolización del término terrorismo a escala nacional, en Madrid se confirma que no tener médicos en urgencias mata. Y, sin embargo, ningún político, ningún juez ha dicho nada.

¿No lo consideran terrorismo esos que lo ven siempre que hay violencia y alguna presunción de "subvertir el orden constitucional"? ¿No es violenta la muerte por falta de facultativos en las urgencias extrahospitalarias? ¿No es subvertir el orden constitucional cagarse en su Artículo 43 que reconoce "el derecho a la protección de la salud" y que compete a "los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de [...] las prestaciones y servicios necesarios"? ¿No es terrorífico que no haya médicos donde uno va cuando más le hacen falta?

En la comunidad de Madrid hay 29 puestos de urgencias de atención primaria sin médico, según la Plataforma SAR–SUAP y el plan publicado por la Consejería de Sanidad de esta comunidad.

El 24 de enero, un señor de 72 años se acercó a uno de ellos, el del "Cerro del Aire" en Majadahonda. No se encontraba bien y le dio un infarto en el parking cuando estaba a punto de entrar. Los profesionales de enfermería que allí atienden hicieron todo lo que pudieron, incluido llamar a una ambulancia. Estuvieron media hora sin parar aplicándole la maniobra de reanimación básica. En ese tiempo crucial no pudieron darle medicación porque no había un médico que la prescribiera. Cuando llegó la UVI solo pudo confirmar el fallecimiento de la víctima.

A algunos profesionales especializados en estos casos les queda la duda "de si el desenlace hubiera sido distinto si ese centro de urgencias hubiera estado dotado, como antes del nuevo plan de reorganización de las Urgencias extrahospitalarias de la Comunidad de Madrid, con equipo completo de médico, enfermero y celador". "Evidentemente, nunca podremos saberlo", subrayan, como recogió Público el viernes pasado. Sorprendentemente, no aprovechan el cabreo y la impotencia porque las cosas no son como les gustarían para llamar terrorismo a este horror que llevan temiendo y anunciando desde que este plan se aprobó hace casi un año.

Desde entonces ha habido varias muertes, documentadas por las plataformas de sanitarios, que como esta última quizá fueran evitables. No se aclarará porque ¿quién tiene el dinero, el tiempo y la fuerza para llevarlas a los tribunales y enfrentar a quienes intentaron salvar vida con posibles negligencias, porque el sistema evitará por todos los medios hacerse cargo? ¿Quién tiene ganas y espalda para perseguir tener la razón y algunos duros cuando ya se ha perdido lo que más importa?

De los 80 centros de urgencias extrahospitalarias que hay en total en esta comunidad ¿por qué no anuncian con bombo y platillo cuáles son esas 29 que lo son a medias? ¿Por qué no les ponen unos luminosos por fuera que digan "urgencias cojas" o "casi urgencias" o "urgencias sin urgencia"? ¿Por qué no las marcan claramente con carteles en la entrada y con listas accesibles a un click de distancia? Que sepamos sin lugar a dudas a las que no hay que ir si uno se encuentra mal. Ésa sería la manera más sencilla de prevenir muertes como ésta sin contratar a los médicos que faltan. Así, además, es probable que encuentren la excusa para cerrarlos por falta de pacientes a los que ¿matar?

Y, sin embargo, a este desmantelamiento sistemático de la sanidad pública de Madrid no lo llamamos terrorismo social, aunque no sea por falta de ganas.

Estos infartos –que también matan– ningún juez, ningún político los investigará jamás como terrorismo aunque sí estén haciéndolo con el del ciudadano francés que tenía una cardiopatía y murió de eso en el aeropuerto del Prat, durante las protestas independentistas de hace tres años, a pesar de que su familia hace tiempo que pidió que les dejaran en paz.

¿Será que hay muertos que merecen más la paz que otros? ¿Será que hay terrores que les importan muy poco? ¿Será que sólo ven el presunto terrorismo de los otros?

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Que denuncien a (su) Dios https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79629/que-denuncien-a-su-dios/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79629/que-denuncien-a-su-dios/#respond Sun, 04 Feb 2024 05:58:47 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79629 Continuar leyendo "Que denuncien a (su) Dios"]]> Salustiano García (d), que, con su hijo Horacio (i) como modelo, se ha hecho viral en redes sociales con su cartel de Jesús.- EFE/ David Arjona
Salustiano García (d), que, con su hijo Horacio (i) como modelo, se ha hecho viral en redes sociales con su cartel de Jesús.- EFE/ David Arjona

Me gustaría pasar la tarde como la pasan la mayoría de mis amigas, que juegan al póker, duermen largas siestas, van a clases de lindy hop o se compran ropa de primavera para pasar lo peor del invierno. Sin embargo, debo de tener algún instinto suicida, un yo interior siniestro y autolesivo y ayer, por ejemplo, me dieron las tantas en la web de Abogados Cristianos.

Qué página, señoras. Qué saber no estar. Qué rato más malo. Qué pestilente guarida para gente obsesionada con el control de las vidas y de los cuerpos ajenos, especialmente, oh, sorpresa, los de las mujeres. En un primer vistazo pude constatar hasta qué punto les enfurece nuestra capacidad de decidir con quién y cómo queremos vivir, cuánto les fastidia nuestro derecho al aborto, cómo les aterra que las escuelas eduquen en igualdad. Y no es que se dediquen a predicar amorosamente a fin de acercar a los infieles a la palabra de (su) Dios. Qué va.

Ellos van a lo loco: exigen dimisiones, difaman, promueven retiradas de campañas y eliminación de carteles, señalan con su dedo acusador a personas indefensas, denuncian, tergiversan la realidad para que se adapte a su lamento de perpetuos ofendidos. Me recuerdan al matoncillo de mi instituto, continuamente mirando a un lado y a otro, como una suricata, a ver quién o qué podía ofenderle para así sacar pecho, montar bulla y conseguir la intervención de los profesores, aunque fuera para advertirle de que parase de dar la nota. En definitiva, son unos tipos furibundos y seguramente acomplejados que se ensañan con cualquiera que no responda a su ficción de familia feliz heteropatriarcal, siempre por la vía de urgencia y con medidas cautelarísimas.

El último de sus desvaríos ha sido arremeter contra el Jesús buenorro que aparece en el cartel de la Semana Santa de Sevilla. Quienes nos educamos en colegios religiosos no salimos de nuestro asombro: ¿Ahora se enteran estos de que Jesús está buenorro? ¿A qué iglesias iban? ¿No había imágenes? Las niñas de mi colegio nos dimos cuenta de que el profeta tenía su aquel más o menos a los diez años. La cuestión es que también andan cabreados porque les parece que la ya famosa ilustración de Salustiano García muestra a un Jesús afeminado, en contradicción con esos párrafos de la Biblia donde se detalla que el hijo de Dios fue un macho muy macho, de los de palillo en boca, pecho lobo, tosco en las maneras y bastante mal humor.

Ahora mismo no encuentro los versículos exactos en los que se da la descripción, e incluso puede que no existan, pero por supuesto que Jesús era heterosexual. Así lo evidencia su matrimonio, ay, no, que esposa no consta, o sus muchos hijos, ahí va, que tampoco. Bueno, aunque no se pueda probar si fue o no heterosexual, en el caso de ser gay, habría sido de los discretos, de los que solo son gays de puertas para adentro. No habría lucido con orgullo esos bíceps torneados, esos pectorales, ese ombliguillo hundido entre benditos abdominales, esa túnica en forma de serpenteante taparrabos que le hace a una preguntarse a qué se refieren los abogados cuando dicen que están estudiando medidas.

Es sorprendente que quienes se erigen en defensores de Cristo encuentren tanto tiempo para odiar a sus semejantes y tan poco para hacerse serios planteamientos sobre su cliente. Podrían preguntarse la opinión de Jesús sobre el asunto de ese canónigo que apareció muerto y del que después hemos sabido que pagaba por sexo a chicos en situación de vulnerabilidad. ¿No pediría Cristo a sus abogados que investigasen si el religioso se aprovechaba de esos chavales?¿No querría que indagasen por si la Iglesia tuviese la obligación moral de indemnizarlos? ¿Cuántos casos de pederastia en sus templos vio Jesús desde las alturas sin mover un dedo para ayudar a las víctimas?

De ser cierto eso de que los cristianos hablan con Dios, podrían preguntarle por cuestiones más allá de nuestras fronteras: ¿No están muy apretujados en el paraíso los más de diez mil niños palestinos asesinados por Israel? ¿Hay en el cielo leche y galletas para todos ellos? ¿Con qué cara mira el Señor a esos niños? ¿Qué piensa de quienes arrasan, torturan, violan y matan, en Palestina y en tantas otras guerras de hoy, de ayer y de siempre? ¿Por qué no hace su magia y les parte un rayo? ¿Se puede ser todopoderoso y bueno y no intervenir frente a la crueldad, el sufrimiento, el odio, la injusticia? ¿Por qué malgastar recursos con cartelitos, campañas, jesuses de toma pan y moja y otras zarandajas en vez de interpelar a quien tiene en su mano el fin de tanto dolor? Me sorprende que alguien crea en un Dios bondadoso y omnipotente y que a estas alturas aún no le haya metido una buena querella.

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Avanzar o retroceder https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79617/avanzar-o-retroceder/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79617/avanzar-o-retroceder/#respond Sun, 04 Feb 2024 05:01:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79617 Continuar leyendo "Avanzar o retroceder"]]> Avanzar hacia el futuro o retroceder hacia el pasado. Este es el dilema que tiene Junts per Catalunya encima de la mesa y que deberá solucionar en los próximos días. Es, además, un dilema incomprensible para la mayoría de las personas de a pie que estos días me estoy encontrando por la calle.

Para no perder el foco de la cuestión, quiero recordar que lo que está en juego es la aprobación, o no, de la Ley para la Normalización Política, Social e Institucional en Cataluña. Este es su título y el mejor resumen del propósito de la norma en la que hemos estado trabajando durante meses. Una ley muy sólida desde el punto de vista jurídico, enriquecida en seguridad en su trámite parlamentario y cuyo noble objetivo es el de pasar página para cerrar una etapa de 10 años. Cerrar una década perdida en Cataluña con repercusiones negativas también para el resto de España.

No cejaremos en nuestro empeño de buscar soluciones a la situación derivada de los hechos de octubre de 2017. Un conflicto que el PP no sólo no supo arreglar, sino que, con sus malas decisiones, empeoró. Y aunque clamen que España se rompe, no se rompe. Lo saben ellos y lo sabe toda la ciudadanía. Cuando ha estado a punto de romperse ha sido cuando el PP gobernaba. Por si no lo recuerdan, les refresco la memoria: dos referéndums ilegales, las leyes de desconexión y una declaración de independencia. Así que no: España no se rompe ahora. España ahora se recompone.

Llegados a este punto, debemos preguntarnos por la importancia de mantener la línea de la convivencia. ¿Es o no es importante generar convivencia para poder avanzar en medidas que realmente le preocupan a la ciudadanía como la mejora del empleo, la construcción de un entorno seguro para las empresas, avanzar en los derechos de ciudadanía o afrontar juntos los problemas? Y la respuesta del Partido Socialista a todas luces es que sí. Desde luego que sí.

Los hay que parecen estar más cómodos en el cuanto peor, mejor. Que están en política para crear problemas. Para seguir en la confrontación permanente. Allá cada cual con su forma de entender la grandeza del ejercicio de la política. Los socialistas siempre estaremos en el camino de la solución y ojalá en el carril de la confrontación no se situara ningún partido político. Las y los socialistas demostramos todos los días que luchamos contra todos los que en el ruido, en el insulto, en la tensión y en la división, se sienten cómodos.

La ley de amnistía, que estoy segura de que saldrá adelante definitivamente las próximas semanas tiene la solidez jurídica necesaria para seguir avanzando en la senda del entendimiento, la concordia y la convivencia. Todo lo demás es ruido. Estamos convencidos que, incluso aquellos que hoy ponen el grito en el cielo se van a dar cuenta que es una buena ley que va a permitir que avancemos, juntos, hacia un futuro de esperanza.

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Rango en el desierto. La sequía es la covid de España https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79599/rango-en-el-desierto-la-sequia-es-la-covid-de-espana/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79599/rango-en-el-desierto-la-sequia-es-la-covid-de-espana/#respond Sat, 03 Feb 2024 05:29:40 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79599 alt --> Rango, dirigida por Gore Verbinsky en 2011, es una de las mejores y más ambiciosas películas de animación de los últimos 20 años. Un prodigio de western crepuscular y posmoderno en el que un camaleón con crisis de personalidad perdido en el desierto llega a un pueblo llamado Dirt (Barro), dónde se convierte casi por … Continuar leyendo "Rango en el desierto. La sequía es la covid de España"]]> Rango en el desierto. La sequía es la covid de España

Rango, dirigida por Gore Verbinsky en 2011, es una de las mejores y más ambiciosas películas de animación de los últimos 20 años. Un prodigio de western crepuscular y posmoderno en el que un camaleón con crisis de personalidad perdido en el desierto llega a un pueblo llamado Dirt (Barro), dónde se convierte casi por casualidad en sheriff del lugar. La característica que define a Dirt es la sequía.

La falta de agua es lo que estructura la vida social y el poder en Dirt. Una alianza entre las instituciones públicas, la banca y los negocios privados que mantienen al pueblo sometido a sus designios. En Rango, sin embargo, lo que se nos describe es una estafa. Hay agua, sólo que se le está negando a la población. Hay, incluso, enormes campos de golf y gigantescas tuberías.

En España hay y habrá sequía. La sequía la produce el cambio climático, conviene recordarlo ahora que los negacionistas se han convertido en retardistas y nos dicen que las amenazas no son urgentes y que en ningún caso dependen de lo que hagamos YA.

La sequía está vinculada al cambio climático, pero el acceso al agua no depende del cambio climático, sino de la gestión del agua. Esta diferencia que parece menor, casi lingüística, no es menor. Quién y cómo decide la manera en que gestionamos el agua es una de las cuestiones que el cambio climático pone encima de la mesa. Lo hace también con otras cuestiones, pero la del agua es especialmente importante para la reproducción de la vida a muchos niveles.

Siempre me ha llamado la atención que el Canal de Isabel Segunda, empresa pública madrileña gestionada en general con criterios de empresa privada (y con notables casos de corrupción y perversión de su uso en el ciclo alcista de la corrupción madrileña) ha mantenido la sana costumbre de hacer campañas pidiendo un uso responsable del agua. Eso es algo que, por ejemplo, no caracteriza a las empresas privadas de agua embotellada.

La cuestión de la sequía ha vuelto a poner de relieve que en el mundo presente los defensores del neoliberalismo están entrando en fase de necrosis. El orden social que nos presenta Rango, el de una cooperación público privada en la que lo público está al servicio de los intereses y el orden social de lo privado, tiene cada vez heridas más profundas.

La experiencia de la covid ya nos dejó claro que dejarle al mercado la gestión de la salud era malo para la salud. Prueba de ello es tanto los gigantescos éxitos de nuestro sistema público de salud, pero también las enormes dificultades del mismo con tramos importantes convertidos en fuente de negocio privado. Hablo de residencias de mayores, atención primaria y ciertas especialidades hospitalarias.

Las vacunas, por ejemplo, son un buen ejemplo de una cooperación público-privada en la que lo público no se pone al servicio de, sino que orienta, dirige y pone normas para garantizar el acceso universal a las mismas (Con límites sin duda, pero límites que se basan en la falta de poder público frente al poder privado y no al revés).

La sequía es la covid  del agua. La defensa del agua compete por tanto a un estado cuyo futuro es orientar y dirigir el acceso a los servicios básicos y su cuidado y reproducción. Cuando hablamos de transición ecológica justa estamos hablando ni más ni menos que de eso, de un estado presente y bien articulado (por tanto flexible) que prioriza usos del agua limitando otros y poniendo normas. Rango nos muestra que dónde hay una familia con dificultades suele haber cerca un campo de golf con privilegios.

Y al igual que en el caso de la covid, una gran ambición transformadora es el principio pragmático y conservador. Lo imprudente es poner parches. La prudente es reordenar los usos del agua y garantizar la subsistencia de todos los sectores afectados por las decisiones. Un principio básico para que haya solidaridad entre sectores y territorios es garantizar los derechos comunes de forma igualitaria con medidas de protección social, industrial y en materia de empleo. De nuevo, el ejemplo de los ERTE o el Escudo Social de la covid es inspirador.

Frente a este discurso hay otro que hoy encabeza en España la extrema derecha y  – por contagio – el Partido Popular, que es el de ese necroliberalismo en el que objetivo es garantizar que el modo de vida de una minoría no se vea afectado por las necesidades de la mayoría. Eso sólo se puede conseguir debilitando más la sociedad y a las instituciones públicas. Es decir, haciendo más vulnerable la herramienta que puede sacarnos de este atolladero.

Esa forma de funcionamiento también tiene un buen ejemplo fílmico en la descomunal Mad Max Fury Road, en la que el oligarca post-apocalíptico Inmortan Joe escenifica su poder abriendo y cerrando el grifo del agua ante una población hambrienta.

La gran lección de Rango, que es la gran lección de Mad Max Fury Road, es que no existe un lugar "afuera" de este problema. Furiosa, la heroína de la película, empieza la misma escapando de Inmortan con el objetivo de llegar a una tierra prometida, un vergel utópico que pronto descubre que ya no existe y que la pelea por el agua debe darse allí dónde esta el poder real. Que la utopía no es un lugar, lejos y fuera, sino un proceso de conflicto y democratización.

Rango por su parte descubre que la única solución al problema de Dirt es hacer que el agua disponible llegue a todo el mundo. Y que sólo cuando el agua llega a todo el mundo estamos en condiciones de tomar medidas para que la cantidad de agua disponible sea cada vez mayor.

Vaya, que no hay paraísos privados.

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El juez contra el imperio de la ley ¡Arriba España! https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79491/el-juez-contra-el-imperio-de-la-ley-arriba-espana/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79491/el-juez-contra-el-imperio-de-la-ley-arriba-espana/#respond Thu, 01 Feb 2024 05:16:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79491 Continuar leyendo "El juez contra el imperio de la ley ¡Arriba España!"]]> Manuel García Castellón, el juez que investiga al excomisario Villarejo, a su llegada a la Audiencia Nacional. /EFE
Manuel García Castellón, el juez que investiga al excomisario Villarejo, a su llegada a la Audiencia Nacional. /EFE

Jamás hasta la fecha se había visto con tanto ahínco a un juez intentando sortear la aplicación de una ley, de burlarse de ésta, con una inventiva digna de ser estudiada en las facultades de Derecho para cuando se empiece el curso de Historia del Derecho hablando de Rousseau y Montesquieu y la separación de poderes. 

No es función del juez socavar la voluntad del legislativo si no precisamente aplicar su voluntad cuando ésta se traduce en una ley aprobada por las Cortes Generales. Pero lo que hoy estamos viendo es justo lo contrario. Un juez que maniobra sin cesar para impedir los efectos de una ley, la de Amnistía, que se está gestando con luz y taquígrafos. Y sobre la que caben todas las opiniones. Tanto a favor como en contra. Porque esa es otra cuestión, como ocurre o ha ocurrido con tantísimas leyes llamémoslas divisivas. Por ejemplo, la del aborto. Nos debería importar un bledo si el juez simpatiza o no con una posición conservadora, restrictiva ante un derecho que muchos o pocos desearían achicar. El juez se debería limitar a aplicar esa ley. Le guste poco o nada. Pero si hace exactamente lo contrario, si maniobra para evitar que se apliquen los efectos de la ley, no hay duda que ese juez, como funcionario público que es, estaría prevaricando. 

Es por otra parte incluso sorprendente –pongamos por ejemplo al juez García Castellón- que se lleve a término una especie de pulso contra el legislativo cambiando el sumario que instruye en sintonía con lo que escucha o lee en la prensa. Además, es una actitud poco inteligente para llevar a término su cometido que, según parece, es evitar que aquellas personas a las que investiga –a menudo con cambios sorpresivos sobrevenidos en la tipificación penal del presunto delito- puedan beneficiarse de la ley de amnistía. Cuanto menos parece una pésima estrategia.

Si tu propósito es sortear la ley y descubres que ésta, en su redacción, deja cabos sueltos que abren una brecha para sortearla, ¿no sería más lógico callar para no advertir al legislador de su error? A no ser que se actúe movido por una pulsión estomacal que no te permite obrar con lucidez para salirte con la tuya. 


Hoy no hay periodista, salvo excepciones, que no pretenda ser un reputado experto en Derecho Constitucional proclamando la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la ley de Amnistía. El legislativo, obviamente, defendiendo la posición constitucionalista en sentido positivo. Y la derecha, PP y VOX, rasgándose las vestiduras por el atentado que esa ley supone a la Constitución

Lo que no es incompatible con justificar un atropello constitucional  como el que por ejemplo se hizo en la Operación Catalunya. Como nos vino a decir Ayuso, el fin justifica los medios. O como remató González Pons, poniéndose la venda antes de la herida para cuando se pronuncie el Tribunal Constitucional, ni caso porqué este órgano, el TC, es 'el cáncer de la democracia'. ¡Combo y bingo! .

Y por si acaso ¡Arriba España!


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Todos somos terroristas https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79554/todos-somos-terroristas/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79554/todos-somos-terroristas/#respond Thu, 01 Feb 2024 05:02:04 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79554 Continuar leyendo "Todos somos terroristas"]]> Hace apenas unos meses, cuando el PSOE y Junts encarrilaron la investidura de Sánchez y apuntalaron la ley de amnistía, la caverna conservadora sopló las trompetas del fin del mundo hasta agotar el aliento. Yugos y flechas se agitaron al viento en las aceras de Ferraz. Hubo rezos de rosarios, llamadas de auxilio internacional, desmayos, indicios inapelables de hecatombe. Los plumillas de la bulosfera se paseaban cámara en mano recogiendo testimonios de desesperación, llamadas a la subversión, evocaciones nostálgicas del glorioso alzamiento nacional. ¿Pero es que nadie va a pensar en los niños?

El otro día, la ley de amnistía tropezó con su primer bache en el Congreso y nuestra prensa ha vuelto a llenarse de mensajes torrenciales. "Es el fin de la legislatura", dicen unos. "Es una humillación, un oprobio, un desavío", dicen otros. Cualquiera diría que los jinetes del apocalipsis cabalgan ya a rienda suelta por los pasillos gubernamentales. Nos habíamos malacostumbrado a las legislaturas rodadas del bipartidismo, a la trituradora de las mayorías anchas o absolutas, a los gobiernos que gobiernan por las bravas, viento en popa a toda vela, sin tropiezo y sin razón. Se nos olvidaba que la política es la gestión de las diferencias, una guerra perpetua de posiciones.

Pero no hay novedad que no suene de algún modo antigua. El pasado mes de julio, cuando supimos que la supervivencia de Sánchez dependía de un complejo malabarismo parlamentario, intuíamos con claridad algunos escenarios. El primero: que la amnistía nunca fue un tabú proscrito, como planteaban algunos, sino una oportunidad para conciliar lo inconciliable. El segundo: que la derecha más fanatizada no iba a aceptar los resultados y que se activaría una oscura confabulación política, mediática y judicial contra los huéspedes de la Moncloa. Y en esas estamos.

Ahora que la ley de amnistía regresa a la Comisión de Justicia, es el momento de adjudicar responsabilidades. Por tu culpa, por tu culpa, por tu gran culpa. Entiendo que el PSOE quiera transmitir un aplomo de crupier insobornable. Y entiendo, también, que la postura de Junts tiene un matiz sobreactuado y que busca alzar su propio precio en el mercado de las negociaciones. Sin embargo, nadie puede negar que el debate ha sangrado por su herida más delicada, la del terrorismo o, mejor dicho, la del uso fraudulento del terrorismo como arma política. El elefante en la cacharrería. La soga corrediza en casa del ahorcado.

Con la ley de amnistía encima de la mesa, el juez García-Castellón decidió interferir en los acuerdos de Gobierno alentando una delirante inculpación terrorista contra el Tsunami Democràtic. Ahora, con la ley de amnistía a debate, el juez Joaquín Aguirre resucita la teoría de la trama rusa del procés y ubica a Carles Puigdemont bajo la sospecha de un delito de traición. A las acusaciones de Lawfare, la derecha togada está respondiendo con más Lawfare. La sintonía con el Partido Popular y con Vox es sólida. El otro día Ayuso cubrió de flores a García-Castellón y Feijóo adjudicó al independentismo catalán un inverosímil sambenito terrorista.

La embestida contra Sánchez es taimada e indirecta, pues no carga tanto contra el PSOE como contra sus alianzas. Y con vocación ambidiestra. Ayer mismo, y a propuesta del PP, García-Castellón resucitaba una causa contra militantes de EH Bildu en la que reaparece como un fantasma oportunista la alargada sombra de ETA. El pretexto son los homenajes a ex presos que —según reconoce Covite— no se celebran y que —según dictamina la Audiencia Nacional— no constituirían ninguna clase de delito. Pero la realidad y la justicia importan poco cuando se trata de hacer política con chaqueta, con toga o con tricornio.

"Después de mí, el diluvio", dicen que dijo Luis XV para anunciar la anarquía que habría de llegar tras su reinado. "Después del PP, el terrorismo", dicen con la boca holgada los agitadores de Génova mientras los genoveses judiciales allanan el camino de Feijóo a la Moncloa. El problema es que no existe en nuestro horizonte más cercano nada que podamos llamar terrorismo. Aquí es donde los guionistas del terror aguzan su imaginación y extienden el dominio de sus ficciones. Terroristas catalanes de barretina y butifarra. Terroristas vascos de txapela y pasamontañas. Terroristas comunistas. Terroristas anarquistas. Mejor cuanto más burdo sea el estereotipo.

Si el PSOE pretende combatir semejante arremetida, debe manifestar solidez ideológica y refutar con contundencia las interpretaciones licenciosas del concepto de terrorismo. Cuando el ministro Félix Bolaños excluye de la amnistía solo algunas formas de terrorismo, está asumiendo con un gesto implícito esa acepción elástica del terror que ha permitido a la derecha amordazar a toda clase de activistas pacíficos por la vía de los tribunales de excepción. Tuiteros terroristas, raperos terroristas, terroristas todos. Tras la desaparición de ETA, la idea misma de terrorismo se ha vuelto tan conveniente y gaseosa que ya salpica sin querer a todo el mundo.

Ayer supimos que Ruben Wagensberg, diputado de ERC y militante antirracista, se refugiará en Suiza ante la perspectiva de que García-Castellón siga estirando la goma del terrorismo en la causa contra el Tsunami. Aunque los titulares de estos días nos confundan, lo que está en juego no es la ley de amnistía ni la viabilidad de la legislatura, sino el estrecho campo de derechos y libertades que aún tenemos disponibles. La pelea se libra en el barro de las palabras, pero hay personas que lo padecen y lo padecerán en el frío de los tribunales, en el olvidadero de las prisiones, en el viaje forzoso al extranjero.

La mayoría del Congreso tiene ante sus pies una tarea enojosa: no permitir a los jueces de la caverna ni un solo resquicio de oportunidad para que retuerzan las leyes en contra del sentir mayoritario de la cámara. O por decirlo de otra forma, la mayoría del Congreso tiene que saber cerrar las filas y apretar los dientes frente a una derecha ultramontana que está tratando de ganar en los tribunales lo que no ha sido capaz de ganar en las urnas.

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Por el culo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79518/por-el-culo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79518/por-el-culo/#respond Wed, 31 Jan 2024 20:25:27 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79518 Continuar leyendo "Por el culo"]]> 'PEC'.- Público
'PEC'.- Público

Ahora que, gracias a la insistencia del feminismo, el argumento de que lo personal es político ha dejado de ser un razonamiento exclusivamente académico para instalarse en la calle y en las luchas cotidianas, ha llegado el momento de manifestar que nuestro culo, y lo que hacemos con él, es político. 

De ahí que crea que uno de los principales logros de la generación centennial, esa que nació con el siglo, que es rotundamente digital y para quien un teléfono con dial rotatorio debería estar en los fondos del Museo Arqueológico Nacional, es haber incorporado al argot popular, con estatus de champú anticaspa, la expresión "por el culo". PEC. Un acrónimo que se emplea para señalar que algo es bueno, que les gusta. A mí, la versión que ha hecho _juno del tema "So payaso" de Extremoduro me parece tan buena que me la meto por el culo. Decir eso en una sociedad heteropatriarcal que ha edificado su concepto de masculinidad sobre la idea de impenetrabilidad del culo, es una victoria.

Apropiarse de esos cientos de expresiones homófobas cotidianas –"vete a tomar por culo", "le pusieron mirando a Cuenca", "te la han metido doblada", "cinco, por el culo te la hinco"-, símbolos de desprecio, menosprecio y burla, para desactivarlas con una sola palabra –"PEC"- es una forma de hacer política. Política anal. 

Como escribieron Sejo Carrascosa y Javier Sáez hace doce años, en su estupendo ensayo Por el culo (ed. Egales), el culo es el gran lugar de la injuria, del insulto. La penetración anal, la desventura del sujeto pasivo, lleva siglos instalada en el relato social como sinónimo de abyecto, despreciable, enfermizo, vicioso, indeseable. Hacer política anal es combatir precisamente esa vigilancia histórica sobre nuestros cuerpos y lo que hacemos con ellos. Y a eso también contribuye el lenguaje. 


Cuando los hombres cishetero celebraron con carcajadas, allá por 2006, aquella casposa frase del que fuera seleccionador español de fútbol, Luis Aragonés, cuando llegó a Alemania y un comité de bienvenida le entregó un ramo de flores -recuerden que dijo "me van a dar a mí un ramo de flores, que no me cabe por el culo ni el bigote de una gamba"-, lo que estaban haciendo era perpetuar esa disparatada creencia, y me atrevería a decir que hipócrita, de que su masculinidad se sustentaba sobre la impenetrabilidad del culo patriarcal.

Por eso, históricamente, se ha rechazado el cuerpo del hombre homosexual, por su asociación directa con el sexo anal, como si eso nos definiese de forma absoluta. Incluso debemos hacer una lectura de género si observamos cómo el patriarcado concibe el cuerpo de la mujer como un cuerpo penetrable y, por lo tanto, adecuado para el sometimiento y la dominación.  

El patriarcado ha diseñado una masculinidad en la que el culo es un templo sagrado. Muchas amigas heteros nos cuentan, a sus amigos gais, las reacciones de sus novios o parejas sexuales cuando ellas intentan jugar con su culo y son de descojone. Nos parecerá ridículo pero si observamos que no son pocos los hombres que aplazan su visita al urólogo por su rechazo al tacto rectal, para comprobar el estado de su próstata, comprobaremos que estamos ante un relato cultural que considera que ser penetrado es humillante. Y estamos hablando de un dedo. 


La extrema derecha y los ultras religiosos no dudan en enarbolar la palabra 'sodomita' para señalar y estigmatizar a la comunidad de hombres homosexuales. Se nos reduce al culo. Primero, sitúan en la diana el cuerpo al que agredir. Luego, buscan la parte de ese cuerpo que van a atacar. Esa que consideran tu debilidad. El lugar por el que penetrar.

De la misma manera, se castiga aquello que sus ojos consideran perversión y pecado. Las milicias iraquíes, por ejemplo, llevaron a cabo, a partir de 2009, una persecución y detención de la población homosexual que finalizaba con torturas, denunciadas por Human Rights Watch, basadas en sellar los anos de esas personas con pegamento. Violencia centrada en cerrar esos cuerpos por donde se supone que el maricón disfruta. Y luego, darles laxantes.  

El patriarcado, como todo sistema de dominio y privilegios, no solo precisa de un ejército. También necesita de un departamento de propaganda. Un régimen de poder basado en discursos, en actos, expresiones, conductas que, a partir de la repetición, conviertan sus dogmas en una realidad incuestionable. Ahí se fabrica el concepto de que la hombría, la dignidad, reside en el culo inaccesible, hermético. Una idea que va más allá de las ideologías. Aunque la izquierda haya tenido que ponerse las pilas para sacudirse el sexismo, la homofobia, el machismo, que llevaba incorporado -simplemente por ser un pensamiento político tradicionalmente liderado por hombres-, no es raro seguir encontrando restos de caspa patriarcal en los hombros de algunos líderes y ciudadanos autodefinidos como de izquierdas. ¿Qué otra cosa es, si no, escuchar expresiones como "bajarse los pantalones ante la patronal"? 

Claro que aún quedan reliquias, dentro de la propia comunidad de hombres homosexuales, que siguen premiando a un rol activo, con la mitificación del empotrador, y ridiculizando el rol pasivo, como si, por asimilación a una mujer, fuera inferior y menos respetable. Pero por fortuna, esa misoginia está siendo barrida gracias, precisamente, a expresiones como "por el culo".   

Ese imaginario cultural del patriarcado en torno al culo crea víctimas. Y ahora hay una generación que se rebela contra eso, que ya no estigmatiza el culo, que convierte en orgullo receptor (me gusta más que pasivo, que entiendo definitivamente como una lectura homopatriarcal del mismo relato) el placer de algo no marginal, destrozando la máxima machirula de que ser penetrado es algo indeseable. Solo espero que esta columna os haya gustado tanto que os la metáis por el culo. De todo corazón. 

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Lo tengo todo bajo control https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79438/lo-tengo-todo-bajo-control/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79438/lo-tengo-todo-bajo-control/#respond Wed, 31 Jan 2024 19:25:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79438 Continuar leyendo "Lo tengo todo bajo control"]]> Freepik.
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Érase una vez una mujer atrapada en la pregunta por el porqué. La mujer-porqué recorría océanos y montañas, y en todos los lugares se preocupaba por conocer los orígenes y motivos de aquello que encontraba. Se preguntaba por qué eran así las calles, por qué reían de cierta forma los niños o por qué ella tenía esos sueños y no otros. La mujer-porqué sabía que, en última instancia, conocer era predecir. Se sentía segura con su botín de averiguaciones, en él yacía una llave mágica: la posibilidad de anticiparse a sucesos, sentimientos y respuestas.

¡Nada pillaba por sorpresa a la mujer-porqué! Antes de que cualquier escenario tuviera lugar, ella ya lo había previsto en el reino de sus especulaciones y con mucho esmero había imaginado cómo y cuándo se daría. Por supuesto, también había desentrañado los porqués del mismo. La mujer-porqué había leído libros y mapas, sabía bien que el mundo estaba plagado de incógnitas, en cambio, ella las evitaba a toda costa. Pues la mujer-porqué, muchos años antes de sus intrépidos viajes, había sido víctima de una maldición. Tiempo atrás, un brujo perverso le había lanzado en un rayo una alergia peligrosa. Desde entonces la mujer-porqué era intolerante a la incertidumbre y, ávida de antídotos y soluciones, había encontrado en la comprensión exhaustiva del mundo un bálsamo para el riesgo que supone vivir tal y como se vive, es decir, sin todas las certezas.  

La incertidumbre no es algo agradable para casi nadie; sin embargo, no por ello es menos constitutiva del hecho de vivir. Por supuesto no hablo de la incertidumbre que engendra el modelo capitalista en el que nos desenvolvemos. No saber si podremos permitirnos un techo en el que dormir, hacer una compra nutritiva a final de mes o tener tiempo para dedicar a aquello que nos llena no es algo propio de vivir; sino de hacerlo en este sistema que nos vapulea 

Hablo de la inestabilidad que se siente cuando dudamos acerca de si estamos tomando una decisión correcta, cuando desconocemos una opinión que nos importa, cuando nuestro cuerpo cambia o cuando pensamos en alguien que hoy nos ama y en si algún un día dejará de hacerlo. ¿Cuántos de estos escenarios podemos soportar sin taquicardias? Yo pocos, voy de cara. 

Para los días en los que querría amasar el control como el tío Gilito se bañaba en sus monedas de oro he establecido un mecanismo tan agotador como estéril: zarandeo a quienes me rodean y les pregunto por mi futuro como si ellos fueran poco menos que el Oráculo de Delfos. "¿Crees que he hecho bien? ¿Crees que soy capaz? ¿Crees que este chico me conviene?" Cada respuesta es un ansiolítico, una descarga que me hace sentir que, en efecto, tengo el control. No porque yo misma lo crea; sino porque otros lo comprueban.

Vivir así me recuerda a cuándo hacía esos exámenes de matemáticas en los que sumaba 1+1 en la calculadora a pesar de conocer de cabeza el resultado. Sólo porque necesitaba que una instancia superior me lo confirmara y, porque en ese momento de tensión, dejarme llevar por mi propio criterio me parecía incluso una negligencia. 

Cuando estas preguntas no me son un calmante suficiente me echo una partida a mi propio Cluedo: tumbada en la cama inspecciono mi vida como una detective. Establezco reglas en base a lo que leo en Internet, a lo que veo en películas, a las conversaciones que tengo o a mi propia experiencia, y busco en ellas pistas fulminantes. Creo leyes que me permitan interpretar eso que me angustia; pero sobre todo, que sean capaces de mitigar mis ansias de respuestas rápidas y contundentes.

Agarro la lupa, me acaricio el mentón y digo: "Si mi pareja sí hace X significa que en realidad sí que me quiere", continuemos. "Si hago X cosas en un día es prueba de que sí tengo una buena rutina", prosigamos. "Si tengo ganas de practicar este hobby X horas a la semana está claro que me gusta de verdad", perfecto. Como si estuviera en el reality de El jefe infiltrado pero de mi propia vida, dejo de experimentar mi cotidianidad para analizarla. Ya no acudo a mis recuerdos para quedarme dormida plácidamente en ellos; los recupero para hacer un balance de cuentas.  

Esto, en pequeñas dosis, no tiene por qué ser problemático; pero como todo en esta vida, la clave está en encontrarle la frecuencia. Es difícil eso que dicen de la importancia de estar presente -si alguien sabe cómo se logra esto que me escriba- cuando rara vez te permites saborear aquello que haces; sino que toda vivencia sucede a la vez que su fiscalización. Por no hablar de que, de esta forma, cualquier interacción humana se limita una observación para comprobar si se confirman o se desmienten las reglas que tú misma has establecido sobre cómo debe ser vivir. Una acaba por relacionarse con ella misma y los otros quedan reducidos a conejillos de indias que verifican o falsean lo que una ya había estipulado.  

Observo a las mujeres de mi entorno. Ellas también me hacen preguntas como si yo fuera tarotista. Ellas también tienen sus propias reglas para aplacar a la incertidumbre. Detrás de nuestra necesidad de certezas externas hay de fondo inseguridad y miedo: no nos fiamos de nosotras mismas. Las mujeres hemos crecido en un carrusel en el que cada caballito de madera tenía forma de: "estás exagerando", "ya cambiarás de opinión", "ya lo hago yo mejor" o "aún no estás preparada". Por si fuera poco, muchas hemos vivido relaciones abusivas donde nos han mentido o manipulado.

Hemos sabido que nuestros familiares no confiaban en nuestros proyectos de vida. Hemos visto cómo médicos cuestionaban la sintomatología que les narrábamos. Hemos sentido la mirada de paternalismo de compañeros de trabajo en alguna jornada laboral. Ante un escenario así: ¿cómo no vamos a dudar de nosotras mismas? Educadas en una senda que conducía a la inseguridad, escudriñando nuestros propios criterios o incluso sintiendo culpa por tenerlos, ¿cómo no haber perdido la autoestima que requiere confiar en lo que nos pide el cuerpo? Hay una brecha de género en cómo las mujeres y los hombres transitan lo incierto y en cuántas herramientas tienen para hacerlo. Para empezar, en esa travesía perdemos a nuestra mayor aliada: la confianza en nuestro propio criterio.  

Pero no sólo nadamos entre prejuicios machistas, también buceamos en una ideología meritocrática. En una sociedad así, el deseo de control se sustenta en un pilar básico: la creencia de que tenemos agencia sobre todo aquello que sucede. El control se reviste de cierta heroicidad. Una persona que ostenta el mando de su vida parece ser alguien disciplinado que marca el rumbo de sus días y que no permite que nada ni nadie se la juegue siendo un obstáculo en sus sueños. Pero lo cierto es que nadie posee el dominio de todo lo que le pasa y mucho menos es responsable de cualquier imprevisto.

En ocasiones los amigos decepcionan, las parejas son desleales o nosotros no logramos algo por mucho que lo intentemos... y no, no siempre son escenarios que podríamos haber visto venir y por lo tanto haber evitado. Sin embargo, buscar obsesivamente las señales que auguraban que ese sufrimiento sucedería ofrece una falsa sensación de control. Como si en esas pistas estuviera la clave para que el día de mañana ante un escenario semejante seamos capaces de frenarlo. Cuando en realidad, ¿quién sabe?, las placas tectónicas de la vida se mueven de formas impredecibles y, además, no toda experiencia dolorosa tiene que servir de escuela para forjar un carácter espartano. Pero además, ¿cuál es el precio a pagar por esto?  

Una vez más, algo parecido a pasar exámenes encubiertos a cada acontecimiento, como inspectores que observan y toman nota tras un cristal tintado. No vaya a ser que un día suframos y entonces será Nuestra Culpa porque no hemos sido lo suficientemente ágiles para bordear ese mal trago. Esto no es justo, tampoco saludable. No debemos, especialmente de nuevo las mujeres, vivir en una hiperexigencia en la que cualquier imprevisto comprometa también nuestra identidad, porque hemos sido tontas por no habernos dado cuenta antes. A la tristeza porque el mundo no sea tal y como nos habría gustado, se añade el dolor por esa idea de nosotras mismas como irresponsables que se lo han buscado. No se nos puede exigir esa perfección: hay cosas que no dependen de nosotras, por mucho que el sistema quiera hacernos deudoras desde el pecado original. 

La mujer-porqué comenzó a ponerse poco a poco triste. Ya no disfrutaba de los paisajes, estaba cansada después de tantas reflexiones para comprender el porqué de las colinas. La mujer-porqué había pasado tanto tiempo olfateando que le había salido hocico y, pese a haber encontrado muchos porqués que guardaba en botes con betadine, no parecían servirle de digestivo para su intolerancia a  la incertidumbre. ¡Todo lo contrario! Cuanto más había hecho por adelantarse, cuanto más había intentado conocer los porqués del mundo, más esclava se había vuelto de las explicaciones.

Una mañana la mujer-porqué se despertó y al salir a la cubierta del barco vio cómo todos los porqués se habían amotinado. Unos habían escalado al mástil y otros sujetaban el timón mientras le advertían que a partir de entonces sería ellos quiénes dirigieran la embarcación. El día que la mujer-porqué se dio cuenta de que el control la había controlado a ella se deshizo de sus pócimas para la averiguación. Se compró un bañador y se tumbó en la orilla. Ese día, la mujer-porqué sintió un rayo de sol en su mejilla, escuchó el romper de las olas y no tuvo ni un solo pensamiento durante al menos un par de horas. 

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El día que acabó el mayor engaño a las mujeres en el franquismo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79470/el-dia-que-acabo-el-mayor-engano-a-las-mujeres-en-el-franquismo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79470/el-dia-que-acabo-el-mayor-engano-a-las-mujeres-en-el-franquismo/#respond Wed, 31 Jan 2024 05:11:54 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79470 alt --> Un día como hoy, 31 de enero, de hace 40 años, fue el último programa del consultorio radiofónico de Elena Francis. Repito, era 1984. Es decir, Franco ya estaba muerto, ya estábamos en democracia, Felipe González llevaba dos años de gobierno... pero aún coleteaba el programa de radio que más había adoctrinado de forma sutil … Continuar leyendo "El día que acabó el mayor engaño a las mujeres en el franquismo"]]> El día que acabó el mayor engaño a las mujeres en el franquismo

Un día como hoy, 31 de enero, de hace 40 años, fue el último programa del consultorio radiofónico de Elena Francis. Repito, era 1984. Es decir, Franco ya estaba muerto, ya estábamos en democracia, Felipe González llevaba dos años de gobierno... pero aún coleteaba el programa de radio que más había adoctrinado de forma sutil y directa a las mujeres de este país

Para quien aún no lo sepa, el consultorio de Elena Francis era un programa de radio que se convirtió en un fenómeno sociológico durante la oscura etapa del franquismo. Se inició en 1947 como un programa impulsado por el contenido publicitario de una empresa cosmética. Y entre recomendación y recomendación de productos, las oyentes dejaron poco a poco de plantear dudas estéticas para escribir cuestiones cada vez más personales. El fenómeno de este consultorio sentimental creció y creció porque Francis tenía respuestas para todo.

En aquella España de falta de oportunidades para las mujeres, de ausencia de estudios, de cumplir normas para ser aceptadas, de mujeres llenas de dudas y temerosas de no cumplir lo que se pedía de ellas... Elena Francis era un faro, un pozo de sabiduría, una guía y la confidente a la que comentar por carta las dudas que no se atrevían contar a nadie más. En aquella España que no debía olvidar las instrucciones de la Sección Femenina franquista y de la Iglesia sobre la obediencia al marido y la importancia de los hijos, Elena Francis fue la forma perfecta de llegar a las mujeres por todos los rincones de España para recordarles qué tenían que hacer. Ella era la evasión y la solución.


El asunto es que Elena Francis nunca existió. Así se documentó en una investigación de Gerard Imbert, aunque hubo una versión oficial que mantenía que sí existía, solo que no concedía entrevistas. Lo cierto es que las respuestas que las oyentes escuchaban estaban escritas en un guion y que diversas mujeres locutaban en todos esos años con la voz de Elena Francis. Se limitaban a leer lo que les escribían. Por ejemplo, se sabe que en sus comienzos las respuestas las escribía Ángela Castells, miembro de la sección femenina de Falange y del Patronato de Protección de la Mujer, esa institución de terror para las mujeres. Pero lo cierto es que desde mitad de los años 60, Elena Francis, en verdad, era un hombre: el periodista Juan Soto Viñolo, que él mismo lo confesó.

Las cartas que se escribían a Elena Francis con las angustias vitales que quitaban el sueño a muchas se recuperaron y conservaron y eso nos permite confirmar cómo se lavaba el cerebro a esas mujeres, cómo con sus respuestas se las sometías a vidas tristes, sin esperanza, perdiendo amores verdaderos, consistiendo infidelidades que les hacían sufrir, sintiéndose culpables por el sexo o soportando malos tratos. Porque Francis, en sus respuestas, nunca pensaba en ellas y su felicidad, sino en el deber. Ese que el franquismo supo inculcar.

Francis les recordaba que "antes un matrimonio sin amor que quedarse soltera", que "aguantara en el hogar", que si él era infiel "es mucho mejor que se haga la ciega, sorda y muda", que si estaba enamorada de un negro "rompe ese compromiso porque "tu futuro está al lado de un hombre blanco, porque este tiene otra cultura, costumbres y una familia de color, que son dos culturas encontrada y dos religiones diferentes", que si eras violada "algo habrás hecho", que si querías hablar "guardaras silencio", o  que si te daba una paliza la solución era "resignación, pues el matrimonio es algo muy serio y complace a tu esposo en los más pequeños detalles". Me pregunto si la mujer a la respondió eso no acabaría asesinada. Todo fue un engaño. Ni Francis existía ni aquellas respuestas salvaban a aquellas mujeres que en muchos casos escribían casi pidiendo auxilio.

No pensemos que es algo muy antiguo. Recuerdo que duró hasta 1984, porque España y sus mujeres evolucionaban y perdió audiencia. Yo, por entonces, ya estaba viva en este mundo. Fue la manera más fácil de aleccionar a nuestras abuelas o madres, de educarlas sentimentalmente. Un documental de Mónica Artigas dice que ella fue la primera influencer. Y, en cierta manera, lo fue. Ahora tenemos por fortuna más libertad de prensa, pero impresiona que en pleno 2023 tengamos medios, youtubers machistas y algunas influencers en redes que expresan ideas que se dan la mano con las de Elena Francis. Es la delicada línea de que siempre se puede volver atrás si se fuerza un poco toda esta maquinaria. Quizás todo responda a que, a pesar del tiempo, seguimos soportando una violencia en nuestras vidas que no sabemos cómo manejar y nos siguen haciendo dudar tanto de nosotras mismas, que hay quien hace caso del primer predicador que sale en el móvil. Pero ojalá todas, aquellas y las de ahora, abran siempre los ojos frente al engaño que nos venden quienes nos quieren sumisas, calladas y obedientes.

 

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No había caminado más de cien metros cuando caí en la cuenta de que me había dejado a mi hija en el bar. Y aquellos cien metros que tuve que desandar puede que hayan sido los cien metros más humillantes y vergonzosos que tuve que recorrer en toda mi vida. Mientras volvía a por mi hija podía sentir en mi nuca la mirada censora de todos los funcionarios españoles y etíopes que habían decidido, y aprobado con sello y todo, que yo estaba capacitada para ser madre.

Entré en aquel bar tan chulo, ya desaparecido, humillada e imaginando a mi hija sintiéndose desamparada, abandonada. Y allí estaba ella, donde la había dejado, concentradísima porque estaba haciéndole un retrato a mi autor, y vigilada por su padre -porque, claro, también me había olvidado de que estaba casada-, toda pancha, tranquila y segura. Y me miró sonriente y me enseñó su dibujo y yo solo quería llorar y abrazarla y pedirle perdón porque por unos instantes me olvidé de que tenía una hija.

Os cuento esto, y al escribirlo siento todavía vergüenza, aunque mi hija se ríe a carcajadas cuando se lo he leído, porque creo que las madres y los padres no solemos contar estas cosas, no acostumbramos a abrirnos y sincerarnos y confesar que la mayoría de las veces vamos a trompicones y no sabemos muy bien lo que estamos haciendo y que improvisamos más que hablamos. Yo no cambiaría por nada el ser madre, pero tengo que confesar que esta ha sido, y sigue siendo, la experiencia más compleja, extenuante, dura, aterradora, contradictoria y maravillosa de mi vida. Porque también ha sido una experiencia voluntaria y buscada.

Os cuento todo esto, no porque quiera hacer un alegato a favor de las maternidades, más bien tenía en mente hacerlo sobre las no maternidades o, para ser honesta, sobre la necesidad de que dejemos de juzgar a las mujeres por las decisiones que toman en torno a la maternidad: que si tener hijos, que si no tenerlos, que si teta o biberón o colecho o escuela infantil o no escolarización hasta que lleguen a la edad obligatoria. Porque no conozco a ninguna mujer que haya tomado un camino u otro sin que sintiera la mirada y el verbo censor poniendo en duda y cuestionando sus decisiones.

Yo fui madre, principalmente, porque me dio la real gana, porque tenía una casita de alquiler, un trabajillo, una pareja que estaba de acuerdo, un grupo de apoyo de familia y amigos con los que sabía que podía contar, y porque las maquinarias burocráticas, administrativas y legales españolas y etíopes se pusieron en marcha en el momento adecuado. Pero también, y a pesar de contar con mi familia, mis amigos, mi trabajillo, mi pareja y mi casita de alquiler, podía haberme dado la real gana y no haber sido madre. Porque con toda honestidad os digo que me hace infinita gracia que se tilde de egoístas a las personas -pero especialmente a las mujeres- que deciden no tener hijos cuando tenerlos puede que sea el acto más egoísta y vanidoso que exista. Levantarse una mañana y pensar que estás capacitada para críar y educar y sacar adelante a otro ser humano. Si lo pienso fríamente me dan escalofríos.

Pero no estoy siendo sincera del todo, y ya que me he propuesto abrirme en canal y confesar que un día de primavera me olvidé de que era madre, me veo en la obligación de confesar también que en el fondo me decidí a tener hijos, o al menos a ser la madre de mi hija, porque tenía fe en el futuro. Que soy madre por una razón intangible: porque tenía confianza en que mi hija algún día se encontraría con un mundo habitable y confortable. Pero esto ahora ya no lo tengo tan claro.

El pasado domingo salí de paseo en manga corta porque hemos superado los 20 grados -en las montañas asturianas no hay nieve-, lo que hace que viva con miedo ante la perspectiva de la llegada del verano y las temperaturas que podamos alcanzar. Mi casita de alquiler, además, se nos queda chica pero ya ni miro las páginas webs de anuncios porque apenas hay en mi ciudad piso habitables a precios razonables o que no se dediquen ya exclusivamente al alquiler vacacional. Mis amigos con hijos mayores los han visto emigrar a todos porque aquí la Universidad de Oviedo los prepara de puta madre, pero luego se tienen que ir a mostrar su talento a Madrid, a Copenhague, a Múnich, en trabajos precarios, con sueldos más precarios y compartiendo piso porque emanciparse como lo hice yo a su edad ya solo está al alcance de las Tamaras y los Froilanes de la vida.

Cuando te paseas por el pasillo del súper llegas a preguntarte en serio si las etiquetas de los precios las ha puesto el señor de Gucci. Y fuera las cosas hacen que a una le tiemblen las rodillas. Si la Corte Internacional ve indicios de genocidio en Gaza, la reacción de Estados Unidos y el Reino Unido es la de cortar la financiación a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos. Trump vocifera de nuevo, gane o pierda las elecciones, que haya vuelto ya es una derrota. Argentina, Ucrania, los hutíes nos retienen los paquetes de Amazon... Y ahora les venimos a llorar a la gente joven porque no quieren tener hijos, porque la pirámide poblacional se nos da la vuelta. Chicos, ay, ¡las pensiones!

Sí, sí, ya sé lo que muchos me vais a decir: que mis abuelos, que vuestros abuelos, lo tuvieron mucho peor y además vivieron una guerra y la posguerra y la dictadura y el hambre, y eso no evitó que procrearan. Bueno, a mis abuelas nadie les preguntó si querían ser madres, ni siquiera se les pasó por la cabeza que tenían derecho a no ser madres, que podían elegir. Se era madre como se era esposa, porque era lo que tocaba, lo que había que hacer, y las había con suerte y hasta eran felices, o medio felices, en su papel. Por no hablar de la clase de vida que tuvieron muchos de esos hijos: vidas de hambre, de palos, de trabajo infantil y pobreza. Que está muy bien eso de romantizar las vidas simples y sencillas y austeras cuando tienes una casa calentita y una nevera llena de comida y te han querido.

Y es que una cosa muy bonita que pasa cuando permites que la gente elija libremente es que elige libremente, elige incluso cosas que no nos gustan o no entendemos. Y escogen otras formas de amar y de relacionarse y de vivir y sí, claro que todas estas formas de amar y de vivir están atravesadas por el capital y por el patriarcado y por las condiciones materiales, pero esto no es menos cierto para aquellos que nos hemos decantado por lo más tradicional, monogamia e hijos, que para los que han decido construir sus vidas de otra forma.

Pero parece que solo se lo echamos en cara a los que no viven como nosotros. Creemos que hay que vivir porque si nos va bien a nosotros pues a ellos también, que ya son ganas de ser diferente y de llamar la atención. Y ahora somos conscientes de repente de que hay muchas mujeres que han decidido que no les da la real gana ser madres y es nuestra obligación la de entender que no por eso sus vidas están menos llenas, que no por eso son más egoístas que nosotros.

Puede que esto que estoy diciendo sea una obviedad, y en mi círculo ciertamente lo es, pero la vida no se reduce a mi círculo social pues entonces muchas mujeres no se verían constantemente en la obligación de justificar y dar explicaciones sobre algo tan íntimo y personal como el hecho de no tener descendencia. Y de la misma manera que hay gente que lleva dos día discutiendo sobre un cartel de Semana Santa porque Jesús es guapo y está depilado y ya se sabe que eso es sospechoso y de ahí a reírse de los heterosexuales hay un paso, hay mucha gente que entiende que no querer tener hijos es un sindios. Porque si bien es verdad, como decía Shakespeare, que el mundo debe poblarse, también lo es que el mundo ya se está poblando.

Queda preguntarse si, en un mundo tan diverso, donde la gente está constantemente desplazándose, si esa gente lo que realmente teme no es tanto que no nazcan suficientes niños como que no nazcan suficientes niños blancos.

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¿Si los ciudadanos no son iguales ante la ley, no hay Constitución? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79390/si-los-ciudadanos-no-son-iguales-ante-la-ley-no-hay-constitucion/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79390/si-los-ciudadanos-no-son-iguales-ante-la-ley-no-hay-constitucion/#respond Tue, 30 Jan 2024 05:38:52 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79390 Continuar leyendo "¿Si los ciudadanos no son iguales ante la ley, no hay Constitución?"]]> El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, presenta al presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, en un desayuno informativo celebrado este jueves en Madrid. EFE/ Javier Lizón
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, presenta al presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, en un desayuno informativo celebrado este jueves en Madrid. EFE/ Javier Lizón

"Un país donde los ciudadanos no son iguales ante la ley no tiene Constitución". Son palabras pronunciadas por el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en una reunión con los alcaldes y alcaldesas de su partido el 22 de enero de 2024.  En otra ocasión ha dicho: "Si la igualdad real y efectiva y la separación de poderes se tambalea, ese país se queda sin Constitución". La proclama de la falta de igualdad de los ciudadanos frente a las exigencias de la Constitución española es una constante en el discurso del líder del PP, que sube de tono y frecuencia desde el aniversario de la Constitución el 6 de diciembre de 2023.  

Las palabras de Feijóo significan que la igualdad de los ciudadanos españoles y la existencia de Constitución son una misma cosa: sin igualdad no hay Constitución y la Constitución presupone la igualdad para existir. Fuera de la igualdad de los ciudadanos no hay Constitución. Probablemente las frases del líder de la oposición habrán recordado a algún lector avisado las palabras del rey en su discurso de Navidad. "Fuera de la Constitución, no hay democracia", tan matizables como las que ahora comento. 

No es la primera vez que el líder del PP emplea una frase simplista y maximalista y fuera -ahora sí- de la verdad. Pues nuestra Constitución, como todas las cartas magnas de las sociedades democráticas avanzadas -incluso algunas más que la nuestra- convive con la desigualdad. Voy a poner algunos ejemplos, que muestran a las claras la falsedad de las palabras del líder de nuestro partido conservador demasiado escorado hacia la derecha a raíz del combativo y competitivo Vox. Lo que explica los numerosos y perseverantes eslóganes de Feijóo, que no son en absoluto concesiones a la galería, sino que tienen acusadas consecuencias en la crédula ciudadanía, cuya formación política brilla por su ausencia en alto porcentaje, gracias a que nos han enseñado en las escuelas e institutos mucha geografía, historia y dibujo y prácticamente nada de elementos de derecho, economía y política.  

Primero: Ejemplos constitucionales de desigualdad entre los ciudadanos de carácter penal 

En nuestra Constitución hay clamorosos ejemplos de infracción de la igualdad de los ciudadanos, como los indultos y el derecho de gracia, y no por ello deja de ser Constitución. En política es frecuente la falta a la verdad por omisión. Estamos acostumbrados a ver cómo los políticos dicen sobre cualquier asunto lo que les interesa y ocultan lo que no les conviene. El gran pecado de omisión, que me decían en el seminario. Pecado mortal en política teniendo en cuenta sus consecuencias en la ciudadanía.


Es bastante arriesgado, Sr. Feijóo, sostener la ausencia de igualdad de los ciudadanos por causa de la amnistía y callarse el indulto, que no es que esté señalado en la Constitución (art. 62, i), sino que se aplica con extraordinaria profusión: miles y miles y miles de indultos quebrando la igualdad de los ciudadanos dispensados por sus antecesores en el cargo, Aznar y  Rajoy, y en menor número por otros presidentes del Gobierno. Y no engañemos a la ciudadanía: indultos cuya única justificación era salvar de la cárcel al amigo o conocido por haber metido la mano donde no debía. Ahora sí, Sr. Feijóo, ahora sí que yo, ciudadano español que paga sus impuestos, me siento tratado muy desigualmente por los expresidentes de su partido, valiéndose -todo hay que decirlo- de un precepto de la Constitución; Constitución que Vd. tanto lamenta que otros vulneren por no respetar la igualdad en ella "consagrada".   

Segundo: Ejemplos constitucionales de desigualdad ad personam de enorme rechazo ético por los ciudadanos 

He puesto el ejemplo del indulto y me he detenido en él, porque es la más evidente muestra de una desigualdad constitucional y afecta a toda la ciudadanía. Pero hay otros supuestos en la Constitución, que destacan por su grado de réplica ética y no por ello deja de ser Constitución.

Me refiero a los siguientes: a) la desigualdad de varón y mujer en el acceso a la Corona, b) la desigualdad en el desempeño de la Jefatura del Estado únicamente reservada a una persona de la dinastía borbónica,  c) la desigualdad en la impunidad penal, porque existe en nuestro país una única persona de carne y hueso, que puede asesinar, defraudar, calumniar e infringir todo el código penal y no puede ser procesada, y d) desigualdad en la protección de los tribunales porque también hay una persona que no puede ser demandada por los ciudadanos, ni siquiera para la práctica de pruebas de paternidad.


Lo más sorprendente es que las citadas excepciones a la igualdad son incoherentes con el enunciado constitucional de varios derechos fundamentales. El primer supuesto vulnera el principio de igualdad del art. 14 de la Constitución, uno de cuyos enunciados es la prohibición de la desigualdad por razón de sexo; es necesario ser varón perteneciente a la dinastía borbónica para acceder a la Corona. El segundo infringe el derecho al sufragio pasivo del resto de la ciudadanía del art. 23.2; claro contraste con la Jefatura del Estado republicano, que puede ocupar cualquier ciudadano/a por elección y por un corto periodo de tiempo. El tercero es fruto de una sesgada jurisprudencia constitucional apoyada en la inviolabilidad del rey señalada en el art. 56.3., que también contraviene el art. 14 citado. El cuarto vulnera la tutela judicial de las personas del art. 24.1. El trato favorable injustificado dispensado por la Constitución a la Corona comporta la vulneración de varios derechos fundamentales y libertades públicas de esa misma Constitución, no obstante tener un carácter preferente en virtud del art. 53, 1 y 2.  

Tercero: Ejemplos constitucionales de desigualdad entre los ciudadanos desorbitantes e injustificados de carácter procesal 

Son los ejemplos de los más de doscientos cincuenta mil aforados (250.000) y de seiscientos diputados y senadores inmunes. Los primeros son procesados por un tribunal especial -el Tribunal Constitucional, el Tribunal Superior de Justicia de una Comunidad Autónoma, la Audiencia Nacional-, según los casos, lo cual les viene muy bien dada la politización de la justicia en las altas esferas.

Un juez de primera instancia, un policía, un guardia civil son juzgados por un tribunal especial; yo, por mi juez natural, el de mi jurisdicción territorial. Un diputado, un senador no pueden ser detenidos excepto si lo autoriza la cámara parlamentaria; yo, por cualquier policía que pasa a mi lado. La Constitución señala un número menor de aforados, que ha ampliado la legislación sin pausa y control, y ha otorgado la inmunidad parlamentaria a diputados y senadores. La carta magna, al seleccionar y privilegiar a un alto número de personas, con una justificación muy discutible en la doctrina jurídica, rompe la igualdad entre los ciudadanos, pero no por ello deja de ser Constitución. 


Cuarto: La presencia de la discriminación positiva en la Constitución y las leyes contra la igualdad de los ciudadanos 

En la Constitución española está presente la discriminación positiva, muy desarrollada por la legislación de nuestro Estado social y democrático de Derecho, que figura en el art. 1.1, y no por ello deja de ser Constitución 

Hay dos versiones de la discriminación: la discriminación negativa, que dispensa un trato desfavorable a quienes son iguales, como negar a los sevillanos el derecho al voto en las elecciones generales; y la discriminación positiva, que otorga un trato favorable a sujetos vulnerables que se encuentran en situaciones precarias.  Es el caso de las ayudas del Estado a personas sin recursos, no existiendo una contraprestación por su parte, a las mujeres protegiéndolas ante la violencia de género, a los estudiantes de familias pobres concediéndoles una beca, etc. 

Una excepción en muchos casos al principio de reciprocidad, que entraña una evidente desigualdad entre los ciudadanos. Obviamente ambos tipos de discriminación provocan en el Estado dos actitudes diferenciadas: la prohibición de la discriminación negativa y la promoción de la discriminación positiva 


Pues bien, la discriminación positiva exige la concurrencia de los siguientes requisitos: a) la existencia de una situación precaria que padece un colectivo social vulnerable, b) la ineficacia de las normas jurídicas generales para que el colectivo pueda salir de su situación; sus derechos están reconocidos en las normas jurídicas, pero no se respetan ni aplican en la práctica social; no basta el derecho general, sino que es necesario un derecho específico complementario para que el colectivo pueda hacer frente a su situación indigente, y c) la imposibilidad del colectivo para salir por sí mismo de su situación lamentable sin un tratamiento jurídico específico, consistente en la ayuda de los poderes públicos dotando medios para la mejora de su situación.  

Quinto: La desigualdad constitucional de los ciudadanos por causa de la jerarquía de las fuentes del derecho y la prevalencia del interés general de la sociedad. 

En la Constitución hay una jerarquía de fuentes del derecho -valores jurídicos, principios jurídicos, leyes orgánicas, leyes ordinarias, decretos-leyes, decretos, órdenes, etc.-, de cuya interrelación deriva para los ciudadanos quiebras de su igualdad, y no por ello deja de ser Constitución. Un proceso en escala de concreción de unas fuentes en otras y de determinación de las inferiores por las superiores.

Los valores se concretan en principios jurídicos y estos en normas positivas. Las normas son determinadas por los principios jurídicos y estos por los valores jurídicos. En la Constitución tenemos el valor jurídico de la igualdad (art. 1.1), el principio jurídico de la igualdad (art. 14) y numerosas normas positivas de igualdad, que se sitúan sobre todo en el conjunto de los derechos fundamentales y libertades públicas (arts. 15 a 29). Los valores jurídicos están en la cima de la escalera normativa, y su exigencia puede determinar la creación de leyes, que presupongan una ruptura de la igualdad de los ciudadanos.   


El texto articulado de las leyes suele ser presidido por la exposición de motivos o preámbulo, en el que aparecen las razones de su creación concretadas con frecuencia en valores y principios jurídicos, que también suelen ser reiterados en los primeros artículos de las leyes. La Constitución y algunas leyes suelen contener preceptos, que por su naturaleza provocan desigualdad ciudadana, sobre todo las leyes de excepción, de seguridad, de reconocimiento de derechos de minorías, de igualdad de género y un largo etcétera.

Hemos contemplado enormes rupturas de la igualdad entre los ciudadanos en el proceso normativo de la transición política española a la democracia. En pocas palabras son leyes en las que el valor jurídico del interés general de la sociedad exige el menoscabo de la igualdad de los ciudadanos. Necesariamente es así o es imposible atender y satisfacer ese interés social general. La contrapartida sería la perpetuación del conflicto social. 

Muchos supuestos podría entresacar de nuestras leyes, pero voy a adentrarme en el terreno del adversario y fijarme en los valores jurídicos justificativos de las leyes de amnistía, y no de leyes fuera de nuestro país, sino de España, y no de leyes lejanas en el tiempo, sino cercanas; tan cercana como fue la ley de amnistía aplicada por la República española precisamente en Cataluña. Me refiero a la ley de amnistía del 21 de febrero de 1936, que excarcela al presidente y varios consejeros de la Generalitat y a continuación el nuevo Gobierno de Azaña les repone en sus cargos.

El presidente de la Generalitat, Companys, había declarado la independencia de Cataluña dentro del marco de una república federal española. Las razones de la amnistía de 1936 -muy semejantes a las de la proposición de ley de amnistía de enero de 2024- según el texto legal son el apoyo de la sociedad, de las nuevas Cortes y "la medida de pacificación conveniente al bien público y a la tranquilidad de la vida nacional". Los historiadores coinciden en la efectiva materialización de esos valores en la sociedad catalana, producto de la amnistía, pero todo quedó en suspenso porque cinco meses después un grupo de generales golpistas se rebelaron el 18 de julio de 1936 contra la República y emprendieron una guerra civil.  

La semejanza en la exposición de motivos de la ley de amnistía de 1936 y la proposición de ley de amnistía de 2024 es evidente. La exposición de motivos de la segunda se abre con alusiones a "la consecución del interés general... la mejora de la convivencia y la cohesión social... el encauzamiento de conflictos políticos y sociales arraigados".  

Sexto: La Constitución misma es una referencia de desigualdad interna en su articulado y sus secciones, que redundan en la desigualdad de los ciudadanos  

Podemos elegir varios preceptos de la Constitución, que entre sí son desiguales, pero es que además y para más abundamiento incluso en un mismo precepto podemos encontrar una desigualdad que afecta a una cifra altísima de ciudadanos, y no por ello deja de ser Constitución. En un mismo artículo, el 16, la Constitución exige la laicidad del Estado –"ninguna religión tendrá carácter estatal"- y a renglón seguido proclama las relaciones de cooperación con una determinada religión, la católica -"los poderes públicos mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica"-. El creyente que no es católico es desigualmente tratado por la Constitución.  

Hay además una parte del Título VII de la Constitución, titulado Economía y Hacienda, que apenas ha sido desarrollada legislativamente, que configura un Estado  de tintes socialistas. Artículos iniciales de esta parte proclaman que "toda la riqueza del país en sus diversas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general" (art. 128.1) e incluso se atreven a afirmar que "los poderes públicos establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción" (ar. 129.2); el art. habla de propiedad , no de simple uso de la misma (un artículo de raigambre claramente marxista).

Lo siento, Sr. Feijóo y adláteres y superadlátera de su partido: nuestra Constitución -la nuestra, no la del vecino-  es en parte comunista. Permite "la planificación de la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas" del  art. 131.1, tan sorprendente como los anteriores para quienes leen en la Constitución únicamente lo que les interesa. Son hasta la fecha preceptos constitucionales no aplicados, in albis, pero nada impide que lo sean en un futuro con el cambio de las mayorías parlamentarias.  

Por lo tanto, Sr. Feijóo, revise su atrevida proclama de que "no hay Constitución si los ciudadanos no son iguales ante la ley", porque son efectivamente desiguales debido a la Constitución, pero no por ello deja de ser Constitución. 

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Que nos vuelva a interesar la política https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79452/que-nos-vuelva-a-interesar-la-politica/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79452/que-nos-vuelva-a-interesar-la-politica/#respond Tue, 30 Jan 2024 05:13:43 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79452 Continuar leyendo "Que nos vuelva a interesar la política"]]> Captura de video de la intervención de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, durante la manifestación de este domingo convocada por el PP
Captura de video de la intervención de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, durante la manifestación de este domingo convocada por el PP

Era un domingo normal, como otro cualquiera; chispeaba un poco por el Alto de Extremadura y la política interesaba lo mismo que la semana anterior.

Bajé por las escaleras de la avenida de los Apóstoles (con cuidado; resbalan mucho cuando llueve) y me encontré a Filtrito, a quien solo yo llamo así porque siempre que lo veo me pide filtros para tabaco, no sé cómo se apaña el pedazo de capullo.

– Cachorro, Cachorro – a mí sí me llaman todos Cachorro, ya os lo contaré algún día –. ¿Ha pasado algo? Todo el barrio está lleno de policías, tío, todo el barrio.

Me quedé pensativo, ignorando lo mal que me sienta que por ser periodista la gente se crea que estoy enterado de todo cual télex de EFE, hasta que por fin me acordé: en la zona baja de Puerta del Ángel, donde La Ermita y el Goya, justo estaban presentando Sumar. Intuí que cinco ministros en un teatro (entre ellos, la vicepresidenta del Gobierno) eran más que suficientes para justificar el despliegue policial del que me avisaba mi colega.

– Buah, buah, qué mierda – me respondió nada más contárselo –. Pensé que había pasado algo, buf.

Nada más largarse Filtrito, empecé a darle vueltas a su respuesta; a ese buf, a ese desencanto; a ese sentimiento suyo, lo percibí mientras charlaba con él, que aquello que estaba pasando en nuestro barrio, a cinco minutos a pie de las escaleritas húmedas de la avenida de los Apóstoles, era algo completamente lejano. La política para los que hacen política, no para nosotros; nosotros a comentar que caen gotitas como lágrimas de María Magdalena y a descansar, que mañana es lunes y toca volver a lo importante: trabajar.

Reconozco que esta conversación casi se me había olvidado hasta que, llamadme incauto y con razón, he tenido la brutal idea de escuchar unas declaraciones de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, durante la concentración de este último domingo contra la Amnistía, el Imperio romano de nuestras derechas.

En ellas, venía a decir algo así como que a los españoles no nos debería interesar la política, sino vivir la vida sintiendo que está llena de aventuras y riesgos y azares; también que no se deben politizar las cosas, pues aquí hemos venido a gozar y ser felices. Obviamente, mientras la escuchaba me acordé de Filtrito (Dios, qué cabreo se va a pillar conmigo como se entere de que le llamo así).

Supongo que no es nada nuevo que una gran parte de las derechas ha entendido que la forma de desmovilizar a la gente, de asegurarse de que no salgamos a votar y nos inmovilicemos como corales en el Pacífico, es diciéndonos que la política no nos debe interesar.

Para ellos, lo único que importa es el sentido común, no la política, y nos intentan convencer de que lo primero no tiene nada que ver con lo segundo, cuando es todo lo contrario. Y creo que lo están logrando.

Mientras nos convencen de que estar contra la amnistía, una posición completamente política (y legítima, vayamos con las cartas descubiertas), es sentido común, nos están colando la desmovilización y el desencanto; el discursito de que les dejemos la tarea de legislar a ellos, que no quieren hacer política, sino pura gestión y coherencia.

Igualmente creo que están ganando no solo por su capacidad discursiva, sino también por la inacción del otro bando. Mientras la izquierda se sumerge en batallitas absurdas sobre quiénes son los malos y quiénes los que vetan y quiénes los que han dicho no sé qué en no sé cuál rueda de prensa con menos de mil visitas en Youtube, están dejando de hacer política y se la están regalando a ellos; la política, si no es externa, no es política. Política interna es una antítesis, como vivienda joven o sanidad privada.

Quizá, pienso, la izquierda tenga que volver a disparar un discurso hacia fuera, hacia los que votan, para volver al camino del debate público. Para que la gente vuelva a interesarse por lo que pasa, más allá de las furgonas de Policía en el Alto de Extremadura.

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Nuevas elecciones desastrosas en la República Democrática del Congo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79396/nuevas-elecciones-desastrosas-en-la-republica-democratica-del-congo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79396/nuevas-elecciones-desastrosas-en-la-republica-democratica-del-congo/#respond Mon, 29 Jan 2024 09:58:20 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79396 Continuar leyendo "Nuevas elecciones desastrosas en la República Democrática del Congo"]]> El presidente de la RCD, Felix Tshisekedi, durante la inauguración de su investidura.- REUTERS
El presidente de la RDC, Felix Tshisekedi, durante la inauguración de su investidura.- REUTERS

El pasado 20 de diciembre tuvieron lugar las elecciones presidenciales, legislativas, provinciales y locales en la República Democrática del Congo (RDC), uno de los países pobres más ricos del mundo (cobre, cobalto, coltán), pero con las infraestructuras más obsoletas, las mayores y más infranqueables distancias, y con bolsas de pobreza acuciante y abyecta (el 62% de la población vive con menos de un dólar diario), siendo además el cuarto más poblado de África, donde ocupa una posición central, con unos seis millones de desplazados internos. Es el segundo más extenso del continente (77 veces más grande que la antigua metrópoli, Bélgica), ostentando el índice de corrupción 166 entre 180 examinandos, según Transparency International (frente a un 18 de Bélgica, o un 35 de España).

Los comicios ahí concitan mucho interés internacional, a tenor de lo arriba expuesto, y porque su turbio pasado aún afecta a su presente, con repercusiones regionales demasiado importantes. La RDC llega a estas elecciones con dos provincias orientales en estado de excepción desde hace dos años (Kivu Norte e Ituri), y unas relaciones tirantes con, por lo menos, las vecinas Uganda, Ruanda y Burundi.

Se desconoce el dato exacto, pero se cree que entre cien y doscientos grupos armados pululan por el país, con graves atentados a los Derechos Humanos, y choques continuos con el ejército (quien tampoco se libra de muchas exacciones), y la presencia de tropas internacionales en retirada: entre otras, las amparadas por la MONUSCO desde el fin de la Segunda Guerra del Congo en 1999 (Resolución 1279 del Consejo de Seguridad), una de las fuerzas de interposición más longevas de la ONU, y una de las mejor dotadas en tropas y personal civil. Entre sus atribuciones, aún hoy: el apoyo material para la celebración de elecciones, velar por el traspaso pacífico del poder e intentar consolidar la estabilidad en la RDC. Ingente tarea, aún en curso, como se verá.

Con estos mimbres se celebró la votación, arrojando una participación de solo el 43% del electorado, y sin necesariamente concluir ese 20 de diciembre, pues muchos colegios electorales a lo largo y ancho del país estuvieron permitiendo el voto incluso más allá de Navidad, estirando la ley electoral hasta límites demasiado generosos, en lo que la prensa internacional ha calificado como shambolic elections (caóticas, desastrosas).


El resultado, desgranado con prudencia todos estos días por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI), y ya confirmado en la más alta instancia judicial del país el día 10 de enero, habría dado la victoria al presidente saliente y su coalición electoral, Félix Tshisekedi y la Unión Sagrada, cosechando un 73,34% de los votos, frente al 18,08% de su más inmediato contendiente, Moïse Katumbi, exgobernador de la rica provincia de Katanga, y de origen sefardí.

En 2018, Tshisekedi ya "ganó" unas elecciones muy cuestionables, que muchos observadores nacionales e internacionales tildaron de "robo" a su principal contendiente de entonces, Martin Fayulu. Queda patente hoy de nuevo cierto regusto plebiscitario, como se ve, que deja muchas razones para el escepticismo, ante las evidencias, de nuevo documentadas, de fraude: censo electoral muy deficitario, cédulas de identidad defectuosas, o directamente ilegibles, material electoral que no funcionó o nunca llegó a los colegios, intimidación a los electores y observadores, tabulación poco transparente de resultados escrutados, pobre transmisión de datos entre instancias electorales, de Kinshasa a las provincias, y viceversa, entre otras irregularidades.

Demasiadas cosas fallaron como para felicitar al ganador o al país en su conjunto, más allá de los aplausos disimulados de EE.UU., China y Francia, que vendrán, y, además, parece que va a ser preciso cerrar los ojos y seguir adelante. Pura realpolitik.


La Unión Europea (UE) intentó una observación electoral, su cuarta en el país desde 2005, desplazando a Kinshasa, ya muy avanzado noviembre, a 42 observadores de largo plazo, que, sin embargo, nunca pudieron desplegarse hacia las regiones asignadas, por negarles a última hora las autoridades de RDC la comunicación satelital propia, como es práctica corriente e imprescindible en misiones internacionales, donde hay que evitar a toda costa depender exclusivamente de los operadores locales.

Todo un equipo de 42 observadores voló a Kinshasa sólo para ser prácticamente expulsado del país dos semanas después, a principios de diciembre, por un enroque o pulso de poder entre el Gobierno de RDC con la UE, con la excusa de la comunicación satelital denegada. Un país, no se olvide, en pleno ejercicio de su soberanía, que había solicitado ser observado y había invitado a la UE, pero que a última hora cambió de opinión.

Puede ser también que la misión de la UE llegara demasiado tarde (un mes de antelación en un país tan inmenso e impredecible es poco tiempo), y tenga que sacar sus propias conclusiones hoy ante este desastre, una misión electoral precipitada, bisoña y temeraria que interpelaría, entre otros, al gabinete del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell. Que quedara en Kinshasa una misión técnica y testimonial de la UE, de sólo ocho "expertos" no sería consuelo, ya que poco podrá conocer esa misión, reducida a su mínima expresión, sobre el proceso electoral en curso, "observando" desde el hotel Hilton de Kinshasa, las inabordables e inmensas provincia. "¿Por qué no hacerlo cómodamente desde Bruselas y demás capitales europeas?", se preguntan muchos embajadores acreditados en Kinshasa, entonando un mea culpa difuso.


En el pasado, la UE ya observó tres comicios importantes en RDC (referéndum constitucional de 2005, y elecciones generales de 2006 y 2011) emitiendo 102 recomendaciones de mejora de procesos electorales futuros, sin que muchas hayan sido tenidas en cuenta. Otras misiones de observación internacional, como la del Carter Center, ésta sí más reducida que la inicialmente ambicionada por la UE, sí han podido "observar" desde sólo once provincias (el país cuenta con veintiséis), acabando, no obstante, por morderse la lengua: no en vano preside esa misión del Carter Center una expresidenta centroafricana.

La observación electoral nacional ha sido facilitada sobre todo por las iglesias católica y protestante, con sus más de 25.000 observadores, sin que este despliegue puramente congoleño haya hecho mella en el poder: la principal observación nacional, la CENCO (Conferencia Episcopal Nacional del Congo) habla sin ambages de "catástrofe electoral", pero todo es ya en vano.

Es tal el descrédito institucional y el desencanto general con el funcionamiento de la democracia, que sólo uno entre los muchos contendientes a la magistratura presidencial (un casi desconocido Théodore Ngoy) ha impugnado los resultados, rechazando de todas formas esta petición el Tribunal Constitucional, por considerarla "infundada". Así pues, Tshisekedi acaba de ser proclamado presidente el pasado sábado 20 de enero, para un segundo mandato de cinco años, con alguna algarada en el este del país. "Deploramos la indiferencia y la chocante complacencia de la diplomacia internacional", es todo lo que acierta a decir en un comunicado el ginecólogo y también candidato presidencial, Nobel de la Paz en 2018, Denis Mukwege, ya rendido. Y quién le culpa.


¿Quo vadis RDC? ¿Quid de tus elecciones? ¿Qué precedente sienta esto para la democracia en un continente tensionado entre la Françafrique que no se acaba de ir, la inestabilidad en el Sahel y el Cuerno de África, las muchas independencias aún por lograrse (a menudo de las propias élites corruptas), la ambición extractiva occidental y china sobre todo (tan depredadora la una como la otra), los mercenarios del Grupo Wagner (y otras organizaciones paramilitares), siempre a disposición, y, last but not least, una Rusia belicosa y enconada y un EE.UU. desnortado, de nuevo enfrentadas en guerras subsidiarias?

Y la UE, con todo su despliegue, ¿qué conclusiones saca de estas elecciones y su misión de observación electoral fallida, juzgada por algunos temeraria por tardía y mal planificada? ¿Se pasa página sin más? Duele ver esto como una oportunidad perdida en un país crucial, malogrando su presupuesto nacional cada cinco años en elecciones desastrosas: el segundo más grande de África, recordémoslo, con sus millones de habitantes traicionados y desencantados, y un fabuloso tesoro mineral en un subsuelo que bulle, tan crítico para el futuro del mundo. No puede dejar uno de pensar en Joseph Conrad y su magistral "Corazón de las Tinieblas". Atentos.

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Los Tercios de Flandes en Gaza https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79288/los-tercios-de-flandes-en-gaza/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79288/los-tercios-de-flandes-en-gaza/#respond Mon, 29 Jan 2024 05:13:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79288 Continuar leyendo "Los Tercios de Flandes en Gaza"]]> Bandera de los tercios, en las manifestaciones de Ferraz.
Bandera de los tercios, en las manifestaciones de Ferraz.

Desde hace una década el imperio vuelve a estar de moda. Lo está en España, donde las banderas de Borgoña han desplazado a las franquistas para seguir expresando más o menos lo mismo. Pero también en Francia, el Reino Unido, Italia e incluso el país del imperialismo sin imperio (reconocido), EEUU. El imperio vuelve de la mano del populismo reaccionario y en nuestro país con particular fuerza, posiblemente porque aquí nunca nos hemos molestado en desmontarlo. Al contrario: la democracia lo santificó declarando fiesta nacional el día en que Colón llegó a América.  

Tenemos imperio hasta en la sopa: en las manifestaciones contra el Gobierno, en las nuevas estatuas que se levantan anacrónicamente en espacios públicos, en recreaciones históricas, documentales, best sellers y hasta musicales. Nos han explicado hasta la saciedad que el Imperio español fue generador que no depredador, que levantó universidades y hospitales, protegió a los indios y los civilizó. Nos han contado, en resumen, lo que les contaban a nuestros padres o abuelos en el colegio. Era mentira –o media verdad—entonces y lo sigue siendo ahora.     

Podríamos pensar que el amor por el imperio es bastante inofensivo. Una mezcla de superhéroes cañís, kitsch y cosplay. En buena medida es eso; el problema es que es mucho más. La imperiofilia en España y en el resto del mundo tiene efectos políticos tan concretos como nefastos. Porque defender el imperio es defender una serie de valores en los cuales difícilmente puede reconocerse una democracia actual: la legitimidad de la conquista y la dominación de otros pueblos, el militarismo, una masculinidad agresiva y, sobre todo, el racismo.  

Porque en última instancia los imperios modernos se han basado en eso: en la idea de que otros pueblos merecen ser conquistados porque son bárbaros, es decir, inferiores moral, cultural e incluso biológicamente. Creíamos que esto se acabó con las descolonizaciones de mediados del siglo XX, pero no: actualmente mucha gente vuelve a creer que no solo es legítimo sino necesario colonizar a los bárbaros. 

El caso de Gaza ejemplifica bien el efecto político de la nostalgia imperialista. En nuestro país, quienes defienden a ultranza el ataque sin límites de Israel en la Franja con frecuencia son los mismos que celebran el Imperio español. Y es llamativo comprobar cómo los argumentos utilizados para defenderlo se extienden de forma natural a la relación de Israel con los palestinos. Los mismos tópicos colonialistas, paternalistas y xenófobos. El mismo blanqueamiento de la violencia.  

Desde el punto de vista imperiófilo, lo que hace Israel en Gaza es correcto, porque Israel es la única democracia del Próximo Oriente, su Ejército el más moral y los palestinos un pueblo bárbaro. Como lo fueron los indios en el XVI o los africanos en el XIX. Gente a la que hay que civilizar, aunque ello implique despojarlos de sus tierras y exterminarlos. Todo por su bien y por el del resto de la humanidad. 

España ha sido tradicionalmente propalestina, más allá de la división izquierda/derecha, aunque por motivos diametralmente opuestos. La justificación que hace hoy la derecha de la campaña más criminal de cuantas ha conducido Israel en territorio de Palestina desde 1973 solo se puede explicar por el triunfo del populismo reaccionario y la naturalización de sus valores, incluido el imperialismo.  

La nostalgia del Imperio no solo sirve como refuerzo emocional e ideológico del nacionalismo excluyente. También sirve para legitimar los crímenes coloniales del presente y para insensibilizarnos respecto a ellos. La devastación de Gaza o la muerte masiva de migrantes en el Mediterráneo parecen aceptables si las entendemos en el marco de la lucha milenaria de Occidente contra los bárbaros. Una guerra de civilización, de nosotros contra ellos, de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas, como afirmó Netanyahu. Del imperio contra los bárbaros.   

La pasión imperiófila debería preocuparnos. Más allá de las historietas y los disfraces, la imperiofilia es el síntoma cultural de un problema político grave. Porque las guerras culturales no tienen que ver solo con la cultura. De hecho, la cultura es una disculpa para continuar la guerra por otros medios. La guerra de toda la vida. La guerra en la que muere gente.

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La EBAU del PP: una, grande y libre https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79377/la-ebau-del-pp-una-grande-y-libre/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79377/la-ebau-del-pp-una-grande-y-libre/#respond Sun, 28 Jan 2024 06:05:45 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79377 Continuar leyendo "La EBAU del PP: una, grande y libre"]]> La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a 26 de enero de 2024, en Madrid. - EP
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a 26 de enero de 2024, en Madrid. - EP

¿Cómo decirlo corto y juvenil?

Al PP de Feijoo se le está yendo la olla.

Se dicen los más patriotas, se autodenominan defensores de la patria, de la Constitución y, por lo tanto, del estado de las autonomías, que gobiernan con alegría –cuando les toca gobernarlas–. Y, sin embargo, cada dos por tres, y cada vez más, vuelven a reclamar la España que ya no es, la que sus predecesores imponían, la que dejó de ser una, grande y libre para ser muchas, autónomas e interconectadas.

El último arrebato loco y nostálgico del tardofranquismo popular es la amenaza de Feijóo de una misma EBAU (evaluación del bachillerato para el acceso a la universidad) para 2025, en las once comunidades que gobierna su partido. En ellas se examinarán el 70% de los que lo hagan en todo el territorio nacional. De la nota de ese examen dependerá el 40% de la nota media de acceso a la universidad con la que podrán o no acceder a la carrera que elijan.

Su propuesta es estrambótica al menos, por tres motivos:

1–La EBAU que quieren suprimir es la que estableció su última ley educativa, la LOMCE.

¿Están queriendo decir que su ley era una porquería? ¿Quieren derogarla por la vía de los hechos sin hacerse cargo de que así la hicieron cuando Vox no existía?

2–La competencia sobre esa prueba es de las universidades, no de las consejerías que ellos gobiernan.

¿Se van a pasar por el arco del triunfo a la Ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, además de a la de Educación, Pilar Alegría?

3–El currículo del bachillerato, que es lo que se examina en la EBAU, es común en un 50%-60%; el resto está marcado por cada autonomía.

¿Qué proponen: que no entre la mitad del temario en las comunidades que ellos gobiernan? ¿Que en el resto de autonomías los chavales tengan el doble de material que estudiar para ese crucial examen?

¿Será que les da igual que, según la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), no exista ningún informe académico que sostenga que hay pruebas más fáciles que otras en la EBAU de las distintas comunidades autónomas? ¿Será que se inventan otro problema que no existe para enfrentar a españoles noche y día?

No se cansan, oiga. A la mierda con el centro y con la coherencia política, parecen gritar con cada iniciativa. ¿Para qué tratar de convencer a España de que tienen propuestas y capacidad negociadora suficiente como para que el PSOE no tenga que acordar con los independentistas? ¿Para qué intentar el tan alabado modelo alemán con sus grandes coaliciones si podemos seguir con el garrote,

dándonos de hostias todo el día? ¿Para qué persuadir, argumentar, negociar, proponer lo factible si podemos seguir tirando de la patria desde la otra esquina? ¿Para qué demostrar que quieren ayudar a este país aunque no les guste lo que esta vez ha votado la mayoría? ¿Para qué si les salen las cuentas por el otro camino marcado por su lideresa con su flamante madrileña megamayoría?

Van a por el electorado de VOX sin complejos. De sus entrañas salió y a sus fueros quieren que vuelva. Ya no intentan lograr voto de centro. Sus ideólogos han debido idear que con los de VOX volverán a las mayorías ¿absolutistas? Sin la amenaza de Ciudadanos, ¿adónde van a ir sus descontentos centristas? Como estrategia política no tiene mala pinta, como amor a la patria tiene pinta de amor que mata, del que siempre mira más por él mismo que por el amado, del que podría matarte si no estás a su lado.

Aunque también es verdad que se dan tantos golpes en el pecho con la vieja España –que ya no es tan amplia– que no me extrañaría que se rompieran una costilla mucho antes de que rompan la patria. Ya se hicieron daño el 23J. Ya veremos si no se vuelven a lesionar –otra vez contra todo pronóstico– el 18 de febrero en Galicia.

Hace tiempo que España, más allá de su batalla con la ultraderecha, no es como les gustaría.

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Grande-Marlaska en la frontera: 'Algunos Hombres Buenos' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79351/grande-marlaska-en-la-frontera-algunos-hombres-buenos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79351/grande-marlaska-en-la-frontera-algunos-hombres-buenos/#respond Sat, 27 Jan 2024 05:59:44 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79351 Continuar leyendo "Grande-Marlaska en la frontera: 'Algunos Hombres Buenos'"]]> Tom Cruise como Daniel Kaffee en 'Algunos Hombres Buenos', de Rob Reiner (1992)
Tom Cruise como Daniel Kaffee en 'Algunos Hombres Buenos', de Rob Reiner (1992).

En 1992, Rob Reiner dirigió Algunos Hombres Buenos. Aaron Sorkin escribió el guion que adaptaba su propia obra de teatro. Algunos Hombres Buenos cuenta el juicio por la muerte de un soldado en la base aérea norteamericana en Guantánamo, pero funciona, sobre todo, como el enfrentamiento entre dos racionalidades.

Una es la del Coronel Nathan Jessup, interpretado por Jack Nicholson. Nicholson representa el orden social del Estado, definido por la clásica división entre los fines y los medios. La forma en la que de manera más clara se expresa esa división es en una de sus intervenciones finales: "Vivimos en un mundo lleno de muros y esos muros tienen que custodiarlos hombres armados. ¿Quién va a hacerlo sino? ¿Tú? Tengo una responsabilidad mayor de la que puedes imaginar. Tú maldices a los marines, pero tienes el lujo de no saber lo que yo sé. Que mi existencia, aunque grotesca e incomprensible para ti, salva vidas".

Frente a Jessup está Daniel Kaffee, interpretado por Tom Cruise, que pasa del cinismo sobre sí mismo y sobre el mundo a creer en sí mismo (y por el camino a creer en el mundo) y que, básicamente, le tiende al Coronel Jessup una trampa. La trampa es la siguiente: "usted que dice que diferencia entre medios y fines, en realidad no diferencia entre medios y fines, usted está orgulloso de lo que hace. Está orgulloso de la crueldad, está orgulloso de reproducir la autoridad del estado sobre los demás (en el caso de la película, sobre otro soldado al que ha mandado castigar y el resultado del castigo es que lo han asesinado) Es decir, usted, no es un cínico. El cinismo sería ocultar ese orgullo". Jessup responde afirmando que, efectivamente, no es un un cínico, expresa el orgullo de sus acciones y con eso se incrimina.

Esta semana hemos conocido que la justicia ha considerado ilegales las devoluciones de menores marroquíes ordenadas por el ministro Grande-Marlaska en 2021. La política de frontera realizada por el ministro continúa sin matices la llevada a cabo por el Partido Popular en legislaturas anteriores. Una política plenamente alineada con el Pacto Migratorio y de Asilo Europeo aprobado hace apenas unos meses y celebrado por Vox como un avance que lleva su sello junto el de otras fuerzas de extrema derecha.


Marlaska no ha asumido responsabilidad alguna por los hechos. Bien por el contrario, a pesar de asumir el contenido de la sentencia (no le queda otra) ha mantenido que las expulsiones se hacían por el bien de los menores y de acuerdo con Marruecos. Eso es, muy resumido, lo que diferencia a Marlaska de Jessup. Dónde el primero se presenta siempre como la contraparte autoritaria, seguramente desagradable, pero en cualquier caso necesaria. Marlaska se presenta a si mismo como un campeón de los derechos humanos. Un liberal.

Viendo Algunos Hombres Buenos, el ministro de Interior nunca se pensaría como el Jessup de Jack Nicholson, sino como el Daniel Kafee de Cruise. La figura que pasa del cinismo a una suerte de idealismo pragmático.

Entre 1995 y 2009, el maestro de la novela negra James Ellroy escribió su Trilogía Americana, compuesta por América, Seis de los Grandes y Sangre Vagabunda, que tiene como objetivo poco disimulado, destrozar la mitología fundacional de la izquierda demócrata estadounidense. Dicho de otra manera, matar a los ídolos. Ellroy dedica una importante cantidad de tiempo a retratar todo lo que está podrido en Camelot. Camelot es el nombre mitológico con el que la administración Kennedy ha quedado solidificada en el ámbar de la nostalgia. Un reino mágico que Ellroy destroza sin piedad (y con no pocas veleidades reaccionarias).


La América de Ellroy y la de Algunos Hombres Buenos no podría ser más diferente. Dónde la primera se dedica a dinamitar todos los lugares comunes sobre un periodo que parece incuestionable, la otra construye una fábula idealista en la que los valores son más fuertes que el sistema.

No necesitamos un Ellroy que nos recuerde que no vivimos en Camelot, pero si tenemos la obligación de mantener la atención para que el brillo del idealismo no nos haga confundir a Nicholson y a Cruise, a Jessup y a Kaffe o una sentencia del Tribunal Supremo por violar derechos básicos de menores con una sana y responsable acción gubernamental.

A veces es tan sencillo como identificar quién tiene poder y quién es vulnerable. En Algunos Hombres Buenos, esta tensión entre la función social (vigilar la frontera) y el mínimo de valores para saber lo que es justo, se resume de forma magistral en una conversación entre dos de los personajes secundarios de la película que acompañan a Cruise en el equipo jurídico de la defensa.

En un momento, uno de los miembros del equipo, interpretado por Demi Moore le pregunta a otro: "¿Por qué los odias tanto?", dice refiriéndose a los Marines que han abusado de un compañero hasta matarlo accidentalmente. Él lo piensa un segundo y le dice "Porque abusaron de alguien más débil".

A veces no es más que eso. Todo lo demás es Camelot.

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Los médicos que no amaban a las mujeres https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79278/los-medicos-que-no-amaban-a-las-mujeres/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79278/los-medicos-que-no-amaban-a-las-mujeres/#respond Sat, 27 Jan 2024 05:46:18 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79278 Continuar leyendo "Los médicos que no amaban a las mujeres"]]> Freepik.
Freepik.

Vaya por delante que la Cirugía Plástica, Reparadora y Estética me parecen especialidades médicas igual de necesarias que cualquier otra, y más dentro de la sanidad pública, en donde permiten reconstruir los cuerpos de los pacientes y les devuelven su identidad o la funcionalidad perdidas por una enfermedad o un accidente, e incluso por una intervención anterior.Claro que en la práctica médica siempre deben mediar la ética y la deontología profesional, y es obvio que esto no ocurre cuando muchos cirujanos y empresarios del sector de la estética amasan hoy grandes fortunas gracias a la esclavitud que pesa sobre los hombros de las mujeres.

Porque nosotras, las mujeres, seguimos siendo la inmensa mayoría de las clientas, que no pacientes, del negocio de la cirugía estética en España, ya que el 85% del total de las intervenciones se realizan en nuestros sufridos e imperfectos cuerpos. Las operaciones más demandadas por las mujeres, según el último informe del de la Sociedad de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), son las de aumento de mama y las liposucciones, y las principales usuarias de estos servicios tienen entre 30 y 44 años.

Pero si nos fijamos en las más jóvenes, el colectivo de 18 a 29 años, la cirugía de mamas representa el 62% del total de las intervenciones, seguidas de las rinoplastias y de las liposucciones. Es decir, más de la mitad de las chicas que llegan hoy a un cirujano plástico privado lo hacen porque no les gustan sus tetas y la mayoría salen de la clínica con unos implantes mamarios que, con toda seguridad, las harán pasar por quirófano nuevamente 10 o 15 años más tarde, porque todas las prótesis tienen fecha de caducidad.

Eso, si todo sale bien, y no se rompen dentro de su cuerpo antes de ese período. Entonces, ¿cuántas veces tendría que pasar por una cirugía con anestesia general, y un posoperativo incapacitante, una chica que se ponga tetas hoy en día, con 18 años? ¿Quién puede considerar esto una práctica clínica decente? 


Como explica Naomi Woolf en su libro El Mito de la Belleza (publicado en el año 1991) es importante que, si queremos saber a quién beneficia toda esta campaña de esclavitud estética "tan carente de originalidad", sigamos el rastro del dinero, el rastro del poder. Los fundadores de Dorsia, la primera cadena de clínicas de estética de Europa (y que también manejan clínicas de la fertilidad, en donde las principales clientas somos -sorpresa- nosotras) son dos hombres, los hermanos José Manuel y Jorge Fernández.

Dorsia cuenta con más de 160 clínicas y Manuel animaba en una entrevista en Cinco Días a franquiciarse, describiendo someramente el patrón de servidumbre en el que se basan: "nuestro modelo es recurrente, un relleno dura unos seis meses, y el cliente nos dura toda la vida". Por eso, este tipo de empresas no tienen ningún interés en hacernos sentir mejor, de hecho, quieren hacernos sentir cada vez peor y más defectuosas, porque su negocio se basa en la adicción de sus clientas. Y por eso, clínicas como Dorsia ofrecen packs, promociones y suscripciones anuales con tarifa plana, para que no haya un solo mes en que no toque arreglarse algo.

Este es el mismo modelo que usan desde hace años las clínicas de depilación definitiva (¿verdad que nunca es definitiva?). Eso sí, le daremos a Manuel el beneficio de la honestidad y también el de ser usuario de sus propias clínicas. En el año 2022, Borja Prado, expresidente de Endesa y de Mediaset, y amigo de Berlusconi, compró el 35% Dorsia por 140 millones de euros, en pleno boom de las clínicas de estética y después de una pandemia que propició que nos mirásemos más que nunca a través de las pantallas. Prado realizó esta operación a través de Península Capital, una gestora de capital riesgo. Busquen la foto de este hermoso caballero y analicen su atractivo, por si no lo tienen en mente. 


Javier de Benito, reputado cirujano plástico, dueño del Instituto de Benito que en su web se define como "una de las 10 mejores clínicas de estética del mundo" y que además es un señor de 73 años, con aspecto de señor de 73 años, decía el otro día en el podcast de Júlia Salander que nosotras nos operamos más porque tenemos "celulitis, embarazos, menopausia con un calipso hormonal que de repente le desaparece" y eso, señalaba "es una gran diferencia" que justifica, según este médico, que nos sometamos a muchas más cirugías y procedimientos estéticos para arreglarnos, porque ese es el verbo que el doctor utilizaba, arreglar mujeres.

Preguntado en una entrevista en Expansión sobre si él mismo se había operado respondía entre risas: "Claro que me he operado, pero con moderación. Me hice un micro trasplante de pelo hace 28 años, una blefaroplastia hace 18 años, una liposucción de cuello y alguna vez me he puesto toxina botulínica, pero tengo que reconocer que me veo como Jack Nicholson en El Resplandor y no me gustó nada." Se ve que la parálisis facial no va con él. Ni con él ni con muchos otros muchos que se dedican al negocio de la cirugía estética.

Si ustedes buscan en Google los mejores cirujanos plásticos de España, les saldrá un ranking con las fotos de tropecientos hombres, muchos de ellos de edad respetable o poco agraciados, al lado de unas pocas cirujanas, la mayoría de ellas, con signos evidentes de intervenciones faciales. Ellos pueden vender su trabajo independientemente de su aspecto, porque nos fiamos de su profesionalidad y la experiencia que dan los años, mientras que las doctoras parece que estuviesen obligadas a ser también el escaparate en el que se mirarán sus potenciales clientas. La flor y el florero.  


Decía Naomi Woolf que "una economía que depende de la esclavitud necesita promover la imagen de la esclava para justificarse a si misma". Es evidente que 40 años después de la impresión de este libro tan vanguardista las mujeres seguimos estando menos remuneradas que los hombres, y somos más pobres y dependientes económicamente en todas las latitudes del mundo. Y, por eso, es aún más indignante que muchas de las usuarias de estas clínicas sean mujeres o chicas jóvenes que no llegan siquiera a final de mes, y que se tienen que hipotecar o pedir créditos para someterse a tratamientos e intervenciones.

Tal como señala Raquel Machado en el prólogo de la edición española "nuestra subordinación siempre tuvo razones económicas, desde que se instauró la natural división del trabajo hasta hoy". El mito de la belleza sirve para ponernos en nuestro sitio, para restituir el orden, para ser siempre objeto y no sujeto, para que los hombres preocupados con el feminismo no se sientan tan discriminados si se nos da por ir a trabajar con la cara lavada, tal como van ellos.

En palabras de Woolf: "El mito de la belleza siempre dicta una conducta, y no una apariencia". Además, la eficacia de este mito reside en su capacidad de dividirnos, de hacer que perdamos la memoria de la lucha feminista, y de rivalizar hasta odiarnos. Y vaya su funciona. Por eso Marta López Álamo aseguraba en el podcast de Salander que "las mujeres no nos ponemos guapas para ellos, sino para competir entre nosotras". El patriarcado hace muy bien su trabajo y por eso todas podemos ser representantes de nuestra propia dominación.  


No es la primera vez que nos encontramos ante esta dominación, pero, en la era en la que nos pasamos la vida con una cámara delante, la invasión es la más bestia de la historia. Después de buscar información sobre el sector de la medicina estética para escribir este artículo, mis redes sociales se han llenado de contenido de clínicas que me animan a quitarme y a ponerme, a rellenarme y a extirparme, por módicos precios, y en cómodos plazos.

Reconozco que a partir de los 35 es muy tentador hacerse algún retoque y las infinitas posibilidades para borrar las marcas del paso del tiempo son tan accesibles que envejecer parece una opción. Pero ¿hasta qué punto este tipo de decisiones tendría un impacto real en mi libertad y en mis finanzas? Gastar el poco o mucho dinero que ganamos en tratamientos estéticos no es una cuestión baladí, define nuestro lugar en la sociedad.

Además, va tocando también hacerse unas cuantas preguntas respecto aumento exponencial de los rellenos faciales, ¿o acaso inyectarse bótox y ácido hialurónico cada seis meses resulta completamente inocuo? ¿Puede negar alguien la anormalidad que supone que muchas mujeres empiecen con estos tratamientos en la veintena? ¿Pueden negarse los trastornos emocionales derivados de la modificación del propio rostro, el fomento de la compulsividad y la adicción que generan estas técnicas? Y todo esto sin tener en cuenta que actualmente el título de Medicina Estética ni siquiera está acreditado como especialidad en España y cualquier médico random puede ejercer de especialista. 

Si algo queda claro es que ser joven y guapa jamás ha sido la salvación para las mujeres y por resulta interesante saber qué dicen las propias modelos acerca de su salud mental. Bella Hadid manifestó en una entrevista en Vogue estar arrepentida de someterse a una rinoplastia con solo 14 años, y también reconoció arrastrar desde entonces problemas de ansiedad, depresión e inseguridad corporal. Y como ella, muchísimas más jóvenes, famosas y anónimas, viven cada día con los grilletes de la esclavitud estética a cuestas.

Yo misma he pasado años de mi vida obsesionada por el físico y eso a pesar de que la sociedad me colocó bien pronto en el lugar de las niñas bonitas, de las afortunadas, y ese no es un lugar que yo recuerde con cariño. Las expectativas están para cumplirlas, y el miedo a dejar de ser lo que se espera de una es terrorífico. Por eso, creo que el verdadero cambio no es sentirnos guapas siempre y a todas horas y tampoco pasa por monetizar la diferencia. El cambio tiene que ser, por fuerza, que la belleza no esté en el centro de nuestras vidas. Y por eso, todas estas campañas que mezclan belleza con salud, y salud con intervenciones médico-estéticas, son tan nocivas. 

Pero este cambio no depende solo de nosotras e implica, necesariamente, que se nos respete y escuche independientemente de nuestro envoltorio. Librarse de las presiones estéticas que nos asfixian a todas horas, y en todas partes, no es algo que una pueda hacer a base de voluntad, ya que como recuerda Machado "si la única existencia concebible implica nuestro sometimiento, desearemos el sometimiento." A todos los jetas que hoy se dedican a intervenir los cuerpos sanos de tantas jóvenes con secuelas que ni ellas se pueden llegar a imaginar: ya está bien de hacer caja a costa de la salud de las mujeres. 

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Alemania 2024: una peligrosa deriva https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79363/alemania-2024-una-peligrosa-deriva/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79363/alemania-2024-una-peligrosa-deriva/#respond Sat, 27 Jan 2024 05:17:36 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79363 Continuar leyendo "Alemania 2024: una peligrosa deriva"]]> Manifestación pro-Palestina en Berlín, en mayo de 2023. Foto: Michael Kuenne/ZUMA Press Wire/dpa
Manifestación pro-Palestina en Berlín, en mayo de 2023. Foto: Michael Kuenne/ZUMA Press Wire/dpa

El eurodiputado Miguel Urbán ha presentado una pregunta a la Comisión Europea sobre la represión en Alemania de las protestas contra el genocidio en Gaza y contra las muestras de solidaridad con el pueblo palestino.

Urbán ha mostrado su preocupación por la actuación del Estado alemán y la Policía contra los activistas de la causa palestina: "La respuesta de Alemania ante el genocidio palestino va a pasar a la historia como uno de los hechos más vergonzantes de su historia. La represión [...] de la solidaridad con el pueblo palestino en ese país es parte de su estrategia cómplice con el sionismo. Como lo ha sido apoyar a Israel en el caso de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia. Y no es casualidad que Alemania sea uno de los mayores exportadores de armas a Israel. Debemos exigir el cese inmediato de la represión contra todo lo palestino, y esto incluye que se respete el derecho a la protesta y que se investiguen todos los casos de violencia policial contra las y los manifestantes".

La represión de las manifestaciones a favor del pueblo palestino no es algo nuevo en este país. En el año 2023 se intentó ilegalizar toda reunión pública conmemorativa del 75 aniversario de la Nakba. Se ha intentado ilegalizar movimientos pacíficos como el BDS y asociaciones internacionales como Samidoun son consideradas terroristas. Desde el 7 de octubre las prohibiciones y abusos del Estado y la Policía han ido en aumento.

Las primeras semanas de octubre, en muchas ciudades del país todas las manifestaciones en apoyo a Palestina estaban prohibidas y las que se realizaban eran violentamente dispersadas. En la ciudad de Berlín, con una importante diáspora de palestinos, los altercados se sucedieron durante semanas hasta que los organizadores de las protestas ganaron la batalla legal y a partir del 27 de octubre se permitieron las manifestaciones. Solo en los nueve días transcurridos entre el 11 y el 20 de octubre se realizaron 600 arrestos de personas que se solidarizaban con Palestina, según recoge European Legal Support Center (ELSC).

Tras la legalización de las manifestaciones en la ciudad de Berlín, estas y todo tipo de actos se han producido bajo una desproporcionada presencia y vigilancia policial. Las retenciones y detenciones son constantes y sirven como arma disuasoria contra la población migrante en situación precaria o irregular.

Eslóganes, prendas de ropa y dibujos son controlados y prohibidos a veces en el mismo transcurso del acto. Han sido "demonizadas" consignas como "Del río al mar", pero también se han efectuado retenciones por otras como "Free Palestine" y se ha sancionado la exhibición de los mapas de la Palestina pre-1948 (incluso los que están fechados en el documento).

En las últimas dos semanas han ocurrido dos graves hechos que han llevado a Miguel Urbán a lanzar la pregunta a la Comisión: en la marcha anual en recuerdo de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht en Berlín, el domingo 13 de enero de este año, los manifestantes del bloque palestino fueron agredidos con fuerza excesiva por la Policía, 16 manifestantes tuvieron que ser atendidos en el hospital con heridas graves y otro sufrió un grave trauma craneoencefálico que puso en peligro su vida.

Una semana después, el domingo 21 de enero, mientras en muchas ciudades de Alemania se celebraban manifestaciones contra los xenófobos planes de AfD, en esas mismas concentraciones hubo manifestantes que mostraban su solidaridad con el pueblo palestino y que fueron atacados por otros manifestantes mientras la Policía no solo no reaccionaba a ataques claramente xenófobos, sino que segregó del grueso de la manifestación a las gentes solidarias con el pueblo palestino y en algunos casos llegó a retenerlos, no dejándoles marchar.

Los organizadores de varias estas marchas comunicaron con antelación a las asociaciones palestinas que no permitían exhibir símbolos palestinos (banderas, sandías...) y algunos amenazaron con recurrir a la Policía.

Salah Said, activista palestino de Berlín describe esta última movilización: "Participé el domingo en una manifestación contra la extrema derecha junto con otros activistas, portando banderas palestinas y keffiyehs. A nuestra llegada, el grupo fue blanco de varios manifestantes que nos insultaron, empujaron y escupieron. Algunos miembros del personal de seguridad los entregaron a la Policía, que nos rodeó y nos impidió movernos hasta el final de la manifestación".

Ante la pregunta de si ha notado un cambio en la sociedad alemana en los últimos meses, Said dice: "En algunas regiones, entre ellas Berlín, se han prohibido manifestaciones recientes en las que se pedía un alto el fuego en Gaza, pero han seguido produciéndose concentraciones propalestinas, aunque fuertemente reprimidas. He sido detenido ya varias veces en Berlín por mi activismo en favor de Palestina desde octubre, lo que pone de relieve la obstrucción de las libertades fundamentales de expresión y organización de los activistas propalestinos en Alemania".

Todo ello supone graves atentados a la libertad de expresión y manifestación. Con la extrema derecha en aumento y el Gobierno de coalición alemán con políticas de inmigración cada vez restrictivas, puede producirse en Alemania una deriva xenófoba y racista no vista desde hace unos 100 años.

Y lo más grave: sólo una parte minoritaria de la izquierda social y política alemana es consciente de la gravedad de la situación. Solo una parte diferencia bien entre el antisemitismo y antisionismo. Solo una parte entiende que la lucha contra el horror del Holocausto es hermana de la lucha contra el genocidio palestino.

La Corte Penal Internacional ha dictado la adopción de medidas inmediatas y urgentes por parte de Israel para preservar la vida en Gaza. Pero eso no basta. Los gobiernos de la Unión Europea deben obligar al Estado sionista a parar la guerra; por ello es importante cancelar el envío y comercio de armas, reconocer los derechos del pueblo palestino y, si Israel no reacciona de inmediato, romper relaciones diplomáticas, comerciales y militares. Empezando por Alemania.

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Centro di gravità permanente https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79299/centro-di-gravita-permanente/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79299/centro-di-gravita-permanente/#respond Fri, 26 Jan 2024 05:19:48 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79299 Continuar leyendo "Centro di gravità permanente"]]> Vista de la asistencia de público durante el día inaugural de Fitur 2024 en Ifema, Madrid este miércoles. EFE/ Sergio Pérez
Vista de la asistencia de público durante el día inaugural de Fitur 2024 en Ifema, Madrid este miércoles. EFE/ Sergio Pérez

Según el último informe AROPE (At Risk of Poverty and/or Exclusion) el 33’5% de la población, una persona de cada tres, no puede permitirse una semana de vacaciones fuera de casa. Por eso, la democratización del turismo, aparejada a las ofertas low cost, ha sido tan importante en nuestro país. 

Hasta nuestra generación, muchas familias, salvo para ir a vendimiar a Francia, no habían podido salir de España. Las políticas públicas que hemos concebido deben ser conscientes, además del impacto del sector en el PIB y en los puestos de trabajo, de la relevancia para muchas familias de poder viajar, o al menos aspirar a hacerlo, con el fin de descubrir mundo y, en ocasiones, evitar tanto problemas cotidianos e incertidumbre vital. 

Sin embargo, es imperativo que se concluya, o al menos mitigar, las variables negativas del modelo turístico actual: contaminación, sequía, emergencia residencial, precariedad laboral y horarios infernales, saturación de los servicios públicos, homogeneización cultural y soledad no deseada. 

La gente está asfixiada por la subida desalmada de los precios del alquiler, la temporalidad tremenda e incierta de sus trabajos, de ver cómo los menús y las cervezas se disparan en los bares que dejan de tener olor propio para parecerse a cualquier otro con carta en diversos idiomas, del aire insano provocado por los macrocruceros y del ruido grotesco de las despedidas de soltero. 


La gente tiene miedo de ver cómo su edificio se vacía de vecinos, con nombres propios, que no pueden pagar o que huyen buscando algo de paz mientras se llena de turistas anónimos a quienes no pueden pedir sal o risas un mal día, ni con quien tampoco pueden chismorrear tomando café, ni mucho menos recordar aquella vieja anécdota que comparten varias generaciones. 

La negación o el retardismo para tomar decisiones regulatorias urgentes es fomentar hoy la turismofobia. Tenemos como país el reto de dotarnos de una política turística que vaya más allá de regalar dinero a fondo perdido a empresas privadas sin asumir las externalidades negativas de su actividad económica. No podemos dejarnos secuestrar por el miedo a la falta de alternativa, de planificación pública y dinamización económica. El miedo atrapa e inmoviliza. Y si algo no tenemos es tiempo, la desigualdad y el cambio climático aprietan. Y de seguir así nos pueden ahogar. 

Por ello, es vital, que encontremos en el Pacto de Estado por el Turismo Justo, Sostenible y Accesible un centro di gravità permanente que permita compaginar el decrecimiento turístico en las zonas masificadas con la desestacionalización del sector y la diversificación de nuestro modelo productivo.  


Apremia, y lo aprendimos especialmente durante la pandemia de la Covid19, reindustrializar, relocalizar producción, e innovar. Y debe ser ahora que la propia patronal reconoce que hay beneficios históricos.  

Por ejemplo, en València, según la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), en 2023 se han disparado los ingresos por habitación un 33%, muy por encima de los costes energéticos o la subida del SMI. Y su previsión para 2024 es incrementar la facturación otro 10%.  

No valen excusas. No podemos esperar a otra pandemia, a la que, por cierto, jaleamos cada vez que permitimos perder biodiversidad, ni a una gran catástrofe natural. Hagámoslo por sentido común y sobre todo para que todos podamos vivir mejor.

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El negocio de la destrucción https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79314/el-negocio-de-la-destruccion/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79314/el-negocio-de-la-destruccion/#respond Thu, 25 Jan 2024 05:24:34 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79314 Continuar leyendo "El negocio de la destrucción"]]> Pixabay
Pixabay

Hace ya casi cinco años, la asociación Mal del Cap me invitó a unas jornadas culturales en Eivissa para hablar sobre el ecosistema mediático y el pujante veneno de las noticias falsas. Yo nunca había visitado la isla, de modo que acudieron a mi mente todos los prejuicios disponibles e imaginé un paisaje de yates multimillonarios, discotecas megalíticas, alemanes de hábitos estupefacientes, tráfico de influencias y especulación inmobiliaria. Lo cierto es que hay vida más allá de los estereotipos, pero aquí mantiene su vigencia el refrán del río que suena y el agua que lleva. Quien tenga cuajo y paciencia, que busque en la hemeroteca las andanzas del exministro Abel Matutes.

El caso es que llegué al aeropuerto con ganas de conocer a mis anfitriones pero algo se había torcido aquella mañana. La noticia de un incendio estaba alborotando las redacciones y a mí me llegaban retazos de información, imágenes indescifrables, las llamas, la nube de humo, las mangueras de los bomberos, el helicóptero de rescate, una mujer muerta, diez heridos, el ajetreo infernal de la Unidad de Cuidados Intensivos. Los expertos en peritaje llegarían en cualquier momento para examinar las cenizas de la catástrofe y determinar el origen de la chispa que desató las llamas. Una colilla mal apagada, decían las lenguas malas.

Mis anfitriones me contaron que se trataba de un edificio abandonado en el que vivía un centenar de personas sin recursos. La prensa los llamaba "okupas". A partir de ahí, la conversación derivó hacia el lamento sobre los precios imposibles de la vivienda y la presión que ejercen los dueños del cotarro para invadir los pocos espacios habitables que el turismo aún no ha devorado. No es de extrañar que el suceso alentara las hipótesis más calenturientas. En los corrillos había quien pronosticaba la restauración del bloque chamuscado y la inauguración de un despampanante resort para ricachones de gafas de sol, bermudas y daiquiri.

El año pasado, la Audiencia Provincial de Baleares confirmó la condena contra un hombre por el incendio "provocado pero no intencionado". A estas alturas, sin embargo, ya no me interesaban las teorías de la conspiración sino la realidad gentrificadora, la estrategia de destrucción y reconstrucción a mayor gloria de los inversores privados, popes financieros que arrasan literal y metafóricamente el espacio para reconstruirlo a medida de su apetito de dividendos. Así, las viviendas se transforman en hospedajes y los comercios tradicionales se convierten en chiringuitos de temporada que ofrecen curros precarios e intermitentes al albur del capricho hostelero.

Lo he visto con otras texturas y colores en Donostia, donde la plataforma Bizilagunekin denuncia que la turistificación ha convertido la ciudad en un Pintxoland invivible. El alcalde Eneko Goia respondió a las demandas vecinales con un titular de poca fortuna: "Querer envejecer en tu propio barrio es un poco exquisito".

En València, espacios históricos como el barrio de El Carme enfrentan una batalla de la misma naturaleza. El artista Elías Taño resumía el proceso en un mural alegórico donde unos empresarios empujan a unos turistas y a unos policías para que a su vez empujen a los residentes. "+1 turista, -1 veïna".

Bajo el concepto de gentrificación, subsiste a pequeña escala la misma lógica avasalladora de algunas operaciones de guerra. En La doctrina del shock, Naomi Klein relata las intrigas de Dick Cheney en el negocio bélico. Bastó privatizar los quehaceres militares y entregárselos a multinacionales de confianza como Halliburton para que todo conflicto armado se convirtiera en una lucrativa expedición turística. Los bombardeos de ultramar ya no solo resultaban rentables en términos geopolíticos sino que además abrían nuevos nichos de mercado. El personal de Halliburton, dice Klein, "recordaba a unos directores de cruceros".

En el caso de Estados Unidos, el paralelismo entre guerra y gentrificación no es baladí. Durante las operaciones en los Balcanes, Halliburton construyó bases militares con aspecto de urbanizaciones vacacionales, pequeñas urbes diseñadas a medida de los visitantes, con supermercados llenos de productos de importación, salas de cine, gimnasios, hamburgueserías y campos de sóftbol.

Tras la invasión de Iraq, Bush perfeccionó con creces el despliegue logístico de la era Clinton. Allá por 2008, el Pentágono publicitó la reconstrucción de la zona verde de Bagdad con un proyecto urbanístico que incluía hoteles de lujo, centros comerciales y campos de golf.

El pasado mes de junio, tres meses antes de los ataques de Hamás, el Gobierno israelí anunció la construcción de 5.700 viviendas ilegales en la Cisjordania ocupada. Poco después, comenzaron las labores de albañilería en unos territorios de Jerusalén Este que pertenecen a una familia palestina y que ahora serán habitados por colonos. En diciembre, con la operación Espadas de hierro ya avanzada, la inmobiliaria israelí Harry Zhav propuso la edificación de viviendas para israelíes en la costa sur de Gaza. En una imagen difundida en las redes sociales, dos soldados extienden una bandera con el logotipo de la empresa frente a un vehículo blindado.

Ni Ibiza es Gaza ni Kosovo es El Carme. Que nadie se permita esa frivolidad. Sin embargo, es imposible no detectar en todo tiempo y lugar la misma confusa alianza entre autoridades políticas, empresarios e instituciones armadas para modificar el rostro de ciudades o de países enteros en operaciones que dilatan las ganancias de unos pocos elegidos. A veces, el negocio de la construcción exige el negocio previo de la destrucción, demoler edificios, desahuciar, quebrar redes vecinales, borrar el pasado con los métodos más expeditivos para que entren en tropel los forasteros y las excavadoras. La vida se apaga bajo el brillo cegador de las monedas.

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Recorte y/o mejoras en el subsidio de desempleo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79245/recorte-y-o-mejoras-en-el-subsidio-de-desempleo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79245/recorte-y-o-mejoras-en-el-subsidio-de-desempleo/#respond Thu, 25 Jan 2024 05:19:47 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79245 Continuar leyendo "Recorte y/o mejoras en el subsidio de desempleo"]]> La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i), comparece en la Comisión de Trabajo, Economía Social, Inclusión, Seguridad y Migraciones del Congreso de los Diputados, este lunes. EFE/ Zipi
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i), comparece en la Comisión de Trabajo, Economía Social, Inclusión, Seguridad y Migraciones del Congreso de los Diputados, este lunes. EFE/ Zipi

En el decreto de modificación del subsidio de desempleo se combinan tres tipos de medidas, más significativas.  

Las primeras, positivas. Para menores de 52 años, con derecho a percepción -hoy unos 264.000, un 38% del total-, se incrementaría el importe de 480 euros hasta los 570 euros (95% del IPREM) durante los primeros seis meses y a 540 (90%) los seis meses siguientes, manteniéndose en los 480 euros (80%) durante el resto del periodo hasta un total de 21 meses. Es un incremento limitado, pero real.  

El segundo tipo de medidas también es positivo, la ampliación de la cobertura a varios colectivos, los más significativos: desempleados temporales agrarios de fuera de Andalucía y Extremadura -de esas zonas ya están incorporados-, trabajadores transfronterizos -particularmente de Ceuta y Melilla-, menores de 45 años o sin responsabilidades familiares. Las previsiones ministeriales, en este caso, es que se podrían acoger hasta 400.000 personas, algunas de ellas con reconversión desde el IMV (Ingreso Mínimo Vital) o las RAI (Renta Activa de Inserción).

Además, en este bloque podemos añadir otra reforma significativa, valorada como positiva. La prioridad aplicativa de los convenios colectivos autonómicos, normalmente con mejores condiciones laborales respecto de los convenios estatales. Negociada por la parte socialista del Gobierno a instancias del PNV, reconoce una capacidad contractual provechosa para los sindicatos nacionalistas -vascos y gallegos- con representatividad en sus comunidades autónomas, y que se ve con recelo por los dos grandes sindicatos confederales que mantenían la prevalencia negociadora estatal. Es un motivo específico relevante para el apoyo al decreto por los grupos nacionalistas, cuando su ausencia constituyó una razón para la oposición de algunos de ellos a la reforma laboral de 2021. 


No obstante, el tercer tipo de ajustes para personas mayores de 52 años con derecho al subsidio de paro, previsto también para junio de 2024 para los nuevos perceptores, es negativo. Veámoslo. Hoy, el 62% del total, unas 436.000 personas, está en esa situación y se mantendría con la misma percepción de 480 euros para todo el periodo, en este caso indefinido hasta la jubilación ordinaria que, en la plena aplicación de la actual normativa, en 2027, sería a los 67 años; o sea, esa baja percepción duraría hasta quince años. Actualmente, tienen el derecho a la cotización a la Seguridad Social por parte del Estado, para el cómputo de su pensión, del 125% de SMI (no del IPREM); con el incremento de 2024 el 100% se sitúa en 1.134 euros mensuales en catorce pagas, llegando su 125% a 1.417 euros, que (a valor constante) constituiría la base reguladora de sus próximos y últimos quince años de vida laboral.  

Así, cotizando por el 100% del SMI los últimos quince años del subsidio de paro, tal como proponía el decreto, la diferencia de la menor cotización es de 3.962 euros anuales que, contando con el conjunto de una vida laboral completa, se traduciría en una reducción de 132 euros en cada paga (1.848 euros anuales, hasta un 10% menos).  

En el año 2023 la pensión media de jubilación es de 1.378 euros, más la revalorización aprobada del 3,8% para 2024 se situaría en 1.430 euros. Una persona desempleada con sus últimos quince años de subsidio de paro, con unos ingresos inferiores del 50% del SMI, y el resto de vida laboral con cotización por el SMI, apenas saldría beneficiada, en el mejor de los casos, en torno a ese 10% de su pensión. ¿Es un agravio comparativo que desincentiva el empleo el estar quince años en pobreza severa y luego tener una pensión bastante inferior a la media con una carrera laboral completa?  


Es difícil que una persona, aun con un salario mínimo de 1.134 euros renuncie a su empleo, durante quince años seguidos, por un ingreso de 480 euros, menos de la mitad, aunque sea por una expectativa de tener una pensión algo superior. Y ello sin contar que muchas han padecido otras situaciones de precariedad, como la penalización del importe de la pensión por menores años de cotización -hasta un 35% menos por solo veinte años cotizados- y por un empleo a tiempo parcial -ambas de mayoría de mujeres-, cuya base reguladora podrían quedar por debajo de una pensión mínima y tendrían que acogerse a complementos a mínimos para acceder a una pensión básica.  

Dicho de otro modo, la disminución de ese 25% de la cotización adicional adelantada tendría que compensarse en muchos casos con esos complementos a mínimos con ocasión de la jubilación; la diferencia es que, de momento, el Estado aplaza ese pago, y ese mayor complemento futuro se convierte en la auténtica barrera para evitar la pobreza de las personas pensionistas.  

Por último, recordemos que el auténtico agravio comparativo es para ese segmento, el más desfavorecido, por la utilización y congelación del IPREM como referencia para el subsidio de desempleo, cuando lo lógico sería mantener su vínculo con el SMI, como hace veinte años.  


La permanencia de ese colectivo durante esos quince años en la pobreza severa, casi solo en la mitad del umbral de la pobreza, situado en 10.888 euros anuales, 907 euros mensuales en 12 pagas, hasta ahora se paliaba parcialmente con una expectativa de recibir una pensión de jubilación menos escasa, en el caso de tener todas las condiciones de duración de la cotización, durante el resto de su vida, en torno a una media de 21 años de esperanza de vida a los 67 años -20 años para los hombres y 22 para las mujeres-. Es esa compensación la que se pretendía retirar, dejando en mayor desamparo público a ese colectivo vulnerable. 

En realidad, sí existe un privilegio en la contribución y recepción de las pensiones públicas, pero tiene que ver más con las élites profesionales y directivas, por dos condiciones de las que no se habla. Por un lado, su superior esperanza de vida -más de 25 años-, con una diferencia de diez años respecto de las personas precarias -15 años-, precisamente quienes suelen permanecer más en el subsidio de desempleo. Por otro lado, por la ausencia de destope de la cotización máxima que les permite no cotizar a la caja común por todos sus ingresos.   

El coste de las mejoras de unos se financia con la reducción para otros  

Como adelantaba, la modificación regresiva introducida en el decreto es la reducción de un 5% anual en la cotización a la Seguridad Social para la pensión hasta su fijación en el 100% para el año 2028, o sea, 1.134 euros (a valor constante) al considerar el Gobierno que ese importe derivado de sus derechos actuales es excesivo, al haberse revalorizado significativamente (el 47%) estos últimos cinco años el SMI, y suponer una sobre cotización injustificada, que los privilegiaba frente a las personas empleadas con el SMI.  


En resumen, aparte de la posición negacionista del recorte, gradualmente relativizada ante la evidencia de esas reducciones de las cotizaciones para la pensión pública, existen varias justificaciones oficiales para esa rebaja, entre ellas la llamada sobre cotización estatal injustificada o inmerecida y el agravio comparativo con las personas ocupadas con SMI que cotizan solo por su importe, lo que podría suponer un desincentivo para la búsqueda y permanencia en el empleo o un apoltronamiento en el desempleo. Pero veamos el impacto económico que se refleja en la propia Memoria Económica que acompaña a la propuesta de decreto. 

En el año 2028, cuando estuviese la normativa aplicada totalmente, la valoración presupuestaria básica que se realiza es que sus efectos fiscales serían neutros, es decir, la mayor inversión presupuestaria en las mejoras se compensaría con el ahorro público derivado de las medidas restrictivas. El recorte de las cotizaciones para la pensión de los mayores de 52 años, perceptores del subsidio, supondría 468 millones de euros anuales de reducción del gasto social al no ingresar en la caja común esa diferencia del 25%. Y según cálculos propios, el incremento de gasto social derivado del aumento limitado de 90 euros en el primer semestre y 60 euros el segundo semestre para los nuevos perceptores menores de 52 años -teniendo como referencia los datos actuales- llegaría hasta 237 millones; tenemos esa diferencia de 231 millones para el resto de medidas positivas de ampliación de beneficiarios.  

Ello contrasta con el cálculo del total de los 400.000 perceptores adicionales que oficialmente se dice que podrían beneficiarse y cuyo costo podría llegar hasta los 2.500 millones de euros anuales -según investigadores de FEDEA-. Sin embargo, ante la prevención oficial por la contención del gasto social, las fuentes gubernamentales insisten en que el saldo fiscal neto -incrementos menos reducción- sería cero, tal como está cuantificado en la Memoria Económica de la nueva normativa; ello supone que esa hipotética ampliación perceptora se quedaría sin financiación, o bien su promesa de esa cantidad de nuevos perceptores está inflada y su impacto está embellecido.  


Por tanto, el grueso de las medidas positivas del subsidio a menores de 52 años y la ampliación de su cobertura a otros colectivos, se financiarían con el recorte impuesto a los mayores de 52 años. Se produce un desplazamiento del gasto público de un colectivo social vulnerable -con la expectativa de su vuelta al empleo y con una duración determinada- a otro también (más) vulnerable -acentuando su carácter asistencial, indefinido y fuera del mercado laboral-. Se opone al criterio global de progresividad fiscal, de ampliar los recursos de los sectores pudientes hacia los más desfavorecidos, junto con promover un mercado de trabajo más digno, en el que todavía hay 2,7 millones de personas desempleadas, de ellos un millón de larga duración, con protección social insuficiente e inadecuadas políticas activas.  

En consecuencia, el intercambio de ventajas y desventajas entre colectivos vulnerables es segregador, el Estado cargaría sobre ellos la responsabilidad de la situación de paro y la insuficiencia protectora. El decreto afectaba de forma desigual, con algunos retrocesos y en competencia entre distintos colectivos, y conllevaba un carácter insolidario. Ese recorte es social y divisivo, y además tiene implicaciones políticas y también éticas e ideológicas. Una reforma progresista para la gente parada exigiría un plan ambicioso de recursos públicos y cohesión social. 

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La inocencia del exdiputado Alberto Rodríguez https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79231/la-inocencia-del-exdiputado-alberto-rodriguez/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79231/la-inocencia-del-exdiputado-alberto-rodriguez/#respond Thu, 25 Jan 2024 05:04:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79231 Continuar leyendo "La inocencia del exdiputado Alberto Rodríguez"]]> Alberto Rodríguez.-EFE/Alberto Valdés
Alberto Rodríguez.-EFE/Alberto Valdés

El Tribunal Constitucional acaba de dictar sentencia por la que estima parcialmente el recurso de amparo interpuesto por el exdiputado Alberto Rodríguez contra la dictada por el Tribunal Supremo, que le condenó por dar una patada a un agente en una protesta en Tenerife contra la política educativa del PP en 2014. Entiende el Tribunal que se ha vulnerado su derecho a la legalidad penal, ya que la condena de cárcel, pese a sustituirse por el pago de una multa, llevó acarreada otra de inhabilitación, que le supuso finalmente la retirada del escaño.

Considera, sin embargo, que no se ha vulnerado su derecho a la presunción de inocencia. El Magistrado Ramón Sáez Valcárcel emitió voto particular concurrente ya que entendió que, en contra de la mayoría de los magistrados, si se había vulnerado este derecho. Entre otras afirmaciones señala: "el juez no solo está vinculado a la ley, también le obliga la reconstrucción racional de los hechos que constituyen el objeto del proceso, pues la distorsión del hecho que se declara probado incide negativamente en la aplicación de la norma".

La principal prueba de cargo en el proceso contra el exdiputado Alberto Rodríguez fue la de la declaración del policía víctima a la que el Tribunal Supremo dotó de fundamental en base a dos argumentos: acudió de inmediato a recibir asistencia médica e identificó tempranamente al acusado. El testigo es creíble, dice la sentencia, por la "persistencia en la versión" y la "falta de animadversión". Respecto a este último requisito, no cabe afirmación más inexplicable en el contexto en el que se producen los hechos. Si la animadversión es la repugnancia que se tiene a una persona, es imposible interpretar que dos personas que no se conocen de nada experimenten ese sentimiento, más allá de la circunstancia o del interés del policía víctima, que reprime una manifestación, en que se condene a un manifestante que supuestamente le ha propinado una patada.

El otro argumento, la persistencia en la incriminación, es una afirmación que debería ser abandonada por nuestros tribunales. Muestra un desconocimiento de las enseñanzas que nos brinda la Psicología del Testimonio. Esta ciencia nos dice que la memoria es frágil, que consiste en un proceso reconstructivo, no reproductivo de recuerdos. Estos son susceptibles de distorsión y sugestión, mediatizados, además, por múltiples factores como parámetros culturales, prejuicios, estados de ánimo, capacidad de percepción, retención y observación, nivel de estrés etc... Factores, todos ellos, que tienen que ver con el suceso, pero también con el testigo.

Pero uno de los elementos que más afecta a la memoria es el paso del tiempo, el que transcurre desde que el testigo ve y da fe de los hechos, y el momento en que declara en juicio. El mero paso del tiempo incide de una manera muy potente en aquello que se retiene y ese recuerdo puede cambiar sustancialmente respecto de lo que se vio y lo que se recuerda.

Por tanto cuando los tribunales hablan de la "persistencia en la incriminación", parecen más bien referirse a la reiteración en la inicial versión del testigo. Cuántas veces hemos visto a los policías, que van a entrar a un juicio, repasar precipitadamente el atestado por ellos elaborado o en el que han participado por no recordar apenas nada de los hechos presenciados.

Lo llamativo es que una gran mayoría de jueces les creen pues, y copio un párrafo del voto concurrente del Magistrado Ramón Sáez, "el juez confía en la fuente, lo que evidencia un sesgo que el intérprete debería suspender o controlar en la medida que la confianza debilita el rigor del juicio fáctico y la calidad del conocimiento que se adquiere".

El Tribunal Constitucional ha perdido una oportunidad de dar contenido real y efectivo al derecho a la presunción de inocencia a fin de exigir a los tribunales la valoración de la prueba a través de métodos racionales, lo que incluye el conocimiento de las ciencias implicadas en los diferentes medios de prueba. El exdiputado Alberto Rodríguez debería haber sido absuelto si se hubiera respetado su derecho constitucional a la presunción de inocencia.

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Los bulos que se han tragado los "hombres discriminados" https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79258/los-bulos-que-se-han-tragado-los-hombres-discriminados/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79258/los-bulos-que-se-han-tragado-los-hombres-discriminados/#respond Wed, 24 Jan 2024 05:35:33 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79258 Una persona muestra un cartel, durante una marcha por la eliminación de la violencia contra las mujeres, el pasado 25 de noviembre de 2023. - Adrián Irago | EUROPA PRESS
Una persona muestra un cartel, durante una marcha por la eliminación de la violencia contra las mujeres, el pasado 25 de noviembre de 2023. - Adrián Irago | EUROPA PRESS

Ese 40% de hombres que se sienten discriminados porque el feminismo llegó muy lejos, según la encuesta del CIS, aprovecharon estos días sus redes sociales para comentar por qué son marginados. Y ojo porque de todo lo que dicen, no hay ni una sola verdad. Un repaso por los bulos que se tragaron... o que crearon de la nada.

"Los hombres estamos bajo sospecha". Supongo que solo puede temer quien algo haya hecho. Todo hombre, en caso de ser denunciado, tiene derecho a defenderse legalmente. Todos sus derechos están garantizados en cualquier proceso judicial, como para cualquier persona acusada de otros delitos. Lo que sí sucedía hasta hace muy poco era siempre una especie de presunción de culpabilidad social hacia las mujeres, tratadas históricamente de sospechosas ante cada reivindicación de sus derechos o al romper el silencio y denunciar a sus agresores, siendo señaladas de buscar intereses personales y no un acto de justicia.

"Vuestras leyes anulan nuestra presunción de inocencia". Si no hubiese presunción de inocencia los hombres irían a la cárcel sin juicio, y eso jamás ocurre porque es un derecho fundamental y no puede existir ninguna ley en su contra. Las mujeres tienen que demostrar los hechos denunciados, no los acusados. Es decir, no hay inversión de la carga de la prueba. Y el sistema respalda tanto que el denunciado puede callar o mentir, mientras que ella debe decir la verdad o incurre en un delito de falso testimonio. Es decir, la mujer no tiene trato de favor. Si hay falta de pruebas, se aplicará el principio de in dubio pro reo, o sea, la presunción de inocencia prevalece. Tanto al punto de que se recurre a ese principio incluso con consecuencias nefastas, ante la falta de una mayor investigación judicial. Recuerdo el pasado noviembre, tipo al que se le aplicó el in dubio pro reo, quedó libre y tiempo después asesinó a su mujer e hija en Carabanchel.

"En cuanto habláis ya nos llevan a la cárcel". Este bulo se cae por sí solo. Mirad el ejemplo anterior, aplicar el in dubio pro reo a un agresor que acabó matando a su mujer e hija. Mirad a Carlos Navarro, El Yoyas, condenado y prófugo. Mirad cuando ellas denuncian y son ellas las asesinadas porque ellos están en la calle. La detención preventiva o la prisión preventiva existe no solo para la violencia de género, sino para cualquier delito. La detención preventiva la ejerce la Policía antes de pasar al juez y solo puede durar 72 horas en cualquier delito. Y la prisión preventiva no la decide el policía que detiene, sino un juez después de valorar el caso. No te privará de libertad por capricho.

"Vuestras cuotas nos discriminan". Justo las cuotas pretenden corregir una desigualdad previa. Es decir, si partes de una presencia mayoritaria masculina que no está justificada en los méritos, tienes que establecer una compensación. En 2007, el Tribunal Constitucional dejó claro que el fin de alcanzar la igualdad efectiva prevalece. ¿Y qué pasó? Como no era obligatorio, nadie aplicaba la ley. Así que ahora tenemos otra ley de paridad que, además, venía de una directiva europea que obliga a las empresas a contar con un 40% del "sexo menos representado". ¿Y eso no es discriminar? No. El Convenio de Estambul reconoce que las medidas para corregir las desigualdades o violencias contra las mujeres no son discriminatorias.

A algunos les molesta, dicen, que el feminismo de los últimos años ha hecho una caricatura de los hombres. Y claro, ese argumento cae por su propio peso, cuando otros hombres no se sienten ridiculizados sino avergonzados de que otros semejantes a ellos tengan pensamientos tan arcaicos y poco democráticos. Justo el machismo fue el que desde hace siglos caricaturizó a las mujeres. A veces, en su sentido más literal, representadas como brujas o como monstruos, como durante el sufragismo, o como criaturas infantiles, como a Clara Campoamor. Son las mujeres las que han sido retratadas como un hazmerreír para deslegitimar sus reivindicaciones.

Hay una manera fácil de resolver todo esto. Si no acosáis ni agredís, nadie os pondrá bajo sospecha, ni se cuestionará la presunción de inocencia, ni seréis detenidos. De la misma forma que si no os seguís creyendo que tenéis solo vosotros el saber universal y que el talento es compartido, un día las cuotas no serán necesarias porque nos veréis como iguales. Sois vosotros, supuestos discriminados, los que tenéis que cambiar. Pero algunos prefieren llorar en las encuestas.

El problema es que sus ideas las trasladan a unos jóvenes sin apenas vida que les hacen creer lo que no es para protegerse a ellos mismos. Porque a veces parece que esos adultos crean esos bulos desde un interés personal. Da la impresión de ser ideas de hombres con poca terapia, condenados por la Justicia y resentidos, maltratadores con piel de cordero ante la sociedad. Aquellos que esconden algunas de las acciones que cometieron, pregonan lo contrario de lo que sucede y así poder mantener el único aval que les queda: la mentira y el machismo.

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La inconstitucional reforma del reglamento del Senado por los senadores del PP https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79192/la-inconstitucional-reforma-del-reglamento-del-senado-por-los-senadores-del-pp/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79192/la-inconstitucional-reforma-del-reglamento-del-senado-por-los-senadores-del-pp/#respond Tue, 23 Jan 2024 05:21:16 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79192 Continuar leyendo "La inconstitucional reforma del reglamento del Senado por los senadores del PP"]]> El presidente del Senado, Pedro Rollán, le hace una confidencia al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la gala de entrega de los premios Parlamentarios 2023, en Madrid. EUROPA PRESS/A. Pérez Meca
El presidente del Senado, Pedro Rollán, le hace una confidencia al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la gala de entrega de los premios Parlamentarios 2023, en Madrid. EUROPA PRESS/A. Pérez Meca

El 14 de noviembre de 2023 el Senado aprobó la reforma de dos artículos de su reglamento: el 133 para ostentar la competencia de fijar el plazo ordinario (dos meses) o urgente (20 días) para enmendar las proposiciones de ley del Congreso de los Diputados y el 182 para exigir la comparecencia del presidente del Gobierno y de los ministros ante el pleno del Senado.

El 16 de enero de 2024 el PSOE ha presentado recurso de inconstitucionalidad contra la reforma del citado art. 133 del reglamento del Senado por considerarla inconstitucional, ya que la competencia para decidir sobre los plazos de las proposiciones de ley del Congreso, al igual que sobre los de los proyectos de ley del Gobierno, reside exclusivamente en el Congreso.

El PP no repara en ardides para oponerse, como sea, a la proposición de ley de amnistía, incluso si es necesario vulnerando a la mismísima Constitución. Es lo que han hecho los senadores del PP reformando el art. 133 del reglamento del Senado.

Esta reforma contraviene al art. 90.3 de la Constitución, que expresa: "El plazo de dos meses de que el Senado dispone para vetar o enmendar el proyecto se reducirá al de veinte días naturales en los proyectos declarados urgentes por el Gobierno o por el Congreso de los Diputados". La Constitución impone un plazo urgente de veinte días al Senado para enmendar o vetar los proyectos del Gobierno o del Congreso. Es el Gobierno o el Congreso quien declara la urgencia, no el Senado. Y es la Constitución la que establece que el plazo de urgencia sea de veinte días.

Ahora bien, abundemos en el tema sin dejar una grieta abierta. Algunos líderes del PP y comentaristas de prensa han argumentado que la Constitución se refiere a los proyectos de ley del Gobierno y no a las proposiciones de ley del Parlamento, que son las únicas sobre las que se ha sustanciado la reforma de plazos en el Senado. Esta opinión es insostenible por las siguientes razones:

Primera: la consolidada jurisprudencia constitucional

La jurisprudencia constitucional ya ha insistido en que el tratamiento de plazos es el mismo para los proyectos de ley y para las proposiciones de ley. Es una doctrina consolidada en virtud de la reiteración, por lo que con seguridad el Tribunal Constitucional la mantendrá en función de los numerosos argumentos esgrimidos en su favor.

Y no por la actual composición del Tribunal Constitucional, al que algunos medios denominan un tribunal con mayoría "progresista", sino porque nos encontramos con una clara ausencia de norma jurídica (laguna jurídica) fácilmente solucionable con la analogía jurídica a la que me refiero en el punto siguiente. No puede desatender el Tribunal Constitucional su consolidada jurisprudencia en la materia, que responde a los criterios más elementales de la interpretación y aplicación del derecho.

Segunda: la aplicación de la analogía jurídica

Uno de los instrumentos de integración jurídica, la analogía de la norma jurídica, es perfectamente aplicable al caso. La analogía en el derecho se emplea ante una laguna de norma: tenemos un caso de la realidad y no encontramos en el ordenamiento jurídico una norma a aplicar para solucionarlo. ¿Qué puede hacer el juez, ya que está obligado por ley a juzgar y resolver? Acudir a la analogía jurídica, que junto con la equidad judicial son los dos instrumentos que el derecho concede a los jueces para resolver las lagunas de normas jurídicas y conseguir la máxima plenitud del ordenamiento jurídico.

La estructura lógica de la analogía jurídica es la del riguroso silogismo aristotélico: a) hay un caso de la realidad para el que no existe una norma que lo contemple, b) hay una identidad de razón de este caso con otro caso de la realidad, que sí es contemplado por una norma, luego c) se aplica esa norma al caso de la realidad no regulado. No me saco de la manga la expresión identidad de razón, porque es la contenida en la definición de analogía por el código civil, cuyo art. 4.1 afirma: "Procederá la aplicación analógica de las normas cuando éstas no contemplen un supuesto específico, pero regulen otro semejante entre los que se aprecie identidad de razón".

Pues bien, vamos al asunto. Los líderes del PP argumentan que la Constitución en materia de plazos se refiere a los proyectos de ley y no a las proposiciones de ley y por ello se justifica su reforma. Lo que olvidan es que es muy difícil encontrar otro supuesto en el que la identidad de razón -entre proyectos de ley y proposiciones de ley- sea más acusada y justifique la aplicación de la analogía jurídica. Proyectos de ley y proposiciones de ley son semejantes en el significado, objetivos, alcance y contenido. La única diferencia -irrelevante- es que el proyecto dimana del Gobierno y la proposición del Parlamento.

Tercera: la reforma del reglamento de una cámara parlamentaria exige el máximo consenso

La reforma del reglamento del Senado es un asunto demasiado relevante para no necesitar un amplio consenso de los partidos políticos, a no ser que queramos someter al reglamento a un vaivén de cambios continuos en función de las coyunturales mayorías parlamentarias.

Es una irresponsabilidad por parte de un partido que, abusando de su mayoría absoluta, pretenda cambiar el reglamento contra la opinión de los partidos de la oposición. Una reforma del reglamento debe tener vocación de futuro. Los senadores del PP han hecho caso omiso de esta advertencia, sirviendo de avanzadilla de futuros cambios reglamentarios en sentido contrario, que reportarán extrema inestabilidad al Senado. No puede convertirse el reglamento del Senado en un muñeco de trapo colgado, al que sus señorías menean a su aire y según les convengan.

No se debe utilizar el reglamento del Senado como arma arrojadiza en la lucha política contra los adversarios políticos. El reglamento es la carta magna del juego político en el interior del Senado: el documento de los derechos y deberes de los senadores, de la organización de la cámara y del procedimiento y las reglas de la toma de decisiones. Algo muy serio, cuya reforma exige sesiones previas de deliberación para llegar a consensos.

Cuarta: La irrelevancia y supeditación del Senado al Congreso

El Senado es una cámara parlamentaria dependiente del Congreso de los Diputados. Por ello nunca pueden prosperar las enmiendas del Senado a un proyecto de ley o a una proposición de ley enviados desde el Congreso, si el Congreso las rechaza.

Un proyecto o una proposición va del Congreso al Senado, para que éste la enmiende y devuelva al Congreso y éste finalmente acepta o rechaza las enmiendas sin más. Por otro lado, las decisiones importantes les están vedadas al Senado, entre ellas la elección del presidente/a del Gobierno, la moción de censura al presidente/a del Gobierno, la convalidación de los decretos-leyes y el impulso del procedimiento legislativo. Tanto es así que un alto número de constitucionalistas y juristas opinan que no tiene el Senado razón de ser y que debería ser suprimido. He publicado en este medio el artículo titulado Diez argumentos para la supresión del Senado.

Por lo tanto, dada su escasa relevancia y sobre todo su dependencia respecto al Congreso de los Diputados en la tarea legislativa, es un atrevimiento injustificado que los senadores del PP pretendan "enmendarle la plana" al Congreso, retrasando el plazo para responder a sus proposiciones de leyes, que, como he dicho, son las que el Congreso configure en toda su extensión, teniendo el Senado un mero papel de proponer enmiendas no vinculantes para los diputados.

Quinta: la incongruencia de una reforma exprés irreflexiva para conseguir plazo de mayor reflexión en las proposiciones de ley

Algunos líderes del PP justifican la medida adoptada porque la ampliación de los plazos permite que los senadores dispongan del tiempo necesario para reflexionar, dando a entender que no se justifican los "plazos urgentes del Gobierno". Los líderes olvidan dos cosas: a) no es el Gobierno, sino el Parlamento quien aprueba una proposición de ley y b) la aprobación del plazo de urgencia exige dos cribas previas: primero, su toma en consideración por la Mesa del Congreso y segundo, la aprobación del Pleno del Congreso. Ni son plazos del Gobierno ni el Parlamento los toma sin controles previos. Tiene lugar la máxima participación de los grupos parlamentarios en la aprobación de un plazo de urgencia.

Pero lo que está claro es que los senadores reformistas del PP pidiendo más tiempo para deliberar sobre la legislación del Congreso no "han predicado con su ejemplo": ha tomado en consideración la Mesa del Senado la reforma, la ha aprobado la Comisión de Reglamento del Senado y posteriormente el Pleno del Senado en volandas. Y todo en una semana. Y desoyendo a los grupos de la oposición que pedían más tiempo para deliberar, precisamente.

Probablemente las prisas de sus señorías expliquen la metedura de pata de su reforma del art. 182 del reglamento no advertida por los medios: el presidente del Gobierno está obligado a comparecer ante el pleno del Senado, pero los ministros únicamente podrán comparecer. ¿Es que pretenden ser indulgentes con los ministros y no con el presidente? Porque en derecho la diferencia entre una norma coactiva y una norma potestativa es abismal.

Sexta: la incoherencia de la modificación posterior por el Senado de los plazos definidos antes por el Congreso

Es lógico que los plazos, ya sean ordinarios de dos meses o urgentes de 20 días, los establezca el Congreso y no el Senado. La razón es bien sencilla. Es el Congreso y no el Senado el actor originario, que envía el proyecto de ley o la proposición de ley al Senado y que del Senado va de vuelta al Congreso con sus posibles enmiendas, las cuales -no lo olvidemos- no son vinculantes para el Congreso. Lo que significa que, si el Congreso así lo quiere, el texto original del proyecto de ley o de la proposición de ley  podrá ser aprobado por el Congreso definitivamente sin cambio alguno. Si el Congreso envía al Senado con plazo de urgencia de 20 días un proyecto de ley o una proposición de ley, ¿qué sentido y justificación tiene que tal plazo sea cambiado por el Senado, cámara por otra parte totalmente dependiente del Congreso?

Séptima: La oposición a una proposición de ley concreta no justifica la creación de una norma general

Los senadores del PP han actuado para retrasar la puesta en vigor de una proposición de ley sobre la amnistía promovida por el partido en el Gobierno y apoyada por la mayoría parlamentaria del Congreso de los Diputados.

Una proposición de ley concreta, que no gusta a los senadores del PP, ha determinado la generalidad de una fijación de plazos para todas las proposiciones. Los teóricos del derecho consideran la regla hermenéutica a minore ad maius (de lo menor a lo mayor), aplicada por los senadores del PP, como un caso que solo excepcionalmente se justifica. No veo dónde reside la justificación de la aplicación de esta regla. Hasta la fecha desde la promulgación de la Constitución se han sustanciado los plazos ordinarios y de urgencia indicados en el art. 90.3 de la Constitución; ¿por qué ahora tienen que ser otros? ¿qué lo justifica? ¿Que a los senadores del PP no les gusta una determinada proposición de ley que les llega del Congreso?

Epílogo

Lo lamentable del asunto que nos ocupa es que el PP se ha salido con la suya, una vez más, porque el Tribunal Constitucional tardará meses en resolver el recurso de inconstitucionalidad del PSOE. La Constitución vuelve a ser una útil marioneta en manos del PP. Ya trajinó en su beneficio los preceptos constitucionales 122.3 (plazo de cinco años de mandato de los miembros del Consejo General del Poder Judicial), 99.3 (elección del presidente del Gobierno por mayoría parlamentaria) y ahora 90.3 (plazos de enmienda de proyectos de ley y proposiciones de ley).

Primero fue el art. 122.3, incumplido por el PP hasta la extenuación, pues lleva este partido ya más de cinco años infringiendo este precepto de nuestra Constitución, es decir, una flagrante vulneración que supera en tiempo el propio del mandato de cinco años para el desempeño del cargo de miembro del Consejo General del Poder Judicial.

Clama al cielo y clama la Unión Europea con el comisario de Justicia al frente. Pero el atropello a la Constitución sigue imperturbable, poniendo de relieve a todas luces que nuestra democracia es "plena". Le tocó después en suerte al art. 99.3. Vinieron los líderes del PP en tropel a sostener que Feijóo tenía que ser el presidente del Gobierno, porque el PP había sido el partido político más votado en las elecciones generales,  contra la clara exigencia del citado art. otorgando la presidencia del Gobierno al candidato de la mayoría parlamentaria. Y ahora le ha tocado la vez al art. 90.3, que establece unos plazos de enmiendas en las proposiciones de ley, que han transgredido los senadores del PP, reformando el reglamento del Senado con la única y clara intención de obstruir la aprobación de una proposición de ley del Congreso.

¿Y mañana?

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Condena de 11 magistrados del Tribunal Constitucional veinte años después https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79201/condena-de-11-magistrados-del-tribunal-constitucional-veinte-anos-despues/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79201/condena-de-11-magistrados-del-tribunal-constitucional-veinte-anos-despues/#respond Mon, 22 Jan 2024 21:50:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79201 Continuar leyendo "Condena de 11 magistrados del Tribunal Constitucional veinte años después"]]> Edificio del Tribunal Constitucional, en Madrid. EUROPA PRESS/Eduardo Parra
Edificio del Tribunal Constitucional, en Madrid. EUROPA PRESS/Eduardo Parra

Hoy, 23 de enero, se cumplen 20 años ya de la emisión de la condena, por la Sala Civil del Tribunal Supremo en pleno, bajo la rúbrica de la infracción de culpa grave de 11 magistrados del Tribunal Constitucional a favor del demandante, que era yo, a abonarme 500 euros cada uno por inadmitir un recurso de amparo eludiendo el deber de motivación. Como veremos, los condenados recurrieron ante su propio tribunal y lograron anular la condena haciendo lo blanco negro y viceversa.

El proceso traía causa de otro anterior, de tipo contencioso, ante la Sala III del Tribunal Supremo (TS) con motivo de la contratación irregular de los letrados del TC bajo el sistema de libre designación en vez del concurso de oposición como fijaba la ley orgánica del TC.

Y es que la Sala Tercera del TS sentenció por 3 votos a favor y 2 en contra la desestimación del recurso planteado por dos abogados, uno era yo y la otra mi entonces compañera de despacho Nani Martínez Segado. La libre designación de los letrados no estaba amparada por la ley. Maurandi y Trillo, magistrados de la sentencia, no compartían el veredicto de la mayoría. Salvaron el honor del regimiento como se dice en lo militar.

La sentencia condenatoria fue recurrida por los propios magistrados condenados ante su mismo Tribunal Constitucional, que en composición diferente en 2012 se "auto amparó" en un acto de desahogo que aplicaba una jurisprudencia ad hoc construida para anular una sentencia legítima y razonada del Tribunal Supremo.

Los 5.000 euros que habían tenido que abonar los condenados y que yo había donado a un desamparado del propio TC –el gran inválido Antonio Pérez Ortín, víctima de una de las graves injusticias que saldrán algún día en alguna instancia futura que tal vez juzgue no solo a los vivos– tuvieron que ser devueltos a los condenados por el cobrador, que era yo.

La mayoría de los juristas opinan que el Supremo se había vengado del Constitucional por sus desavenencias y roces institucionales. Esto sería, en todo caso, una bagatela. La sustancia era de otro nivel de la realidad.

Los que piensan eso saben poco de los detalles del caso. Nunca los del Supremo se hubieran metido en ese "fregao", que era una guerra en la tuvieron que entrar (para salvar la supremacía del Supremo como tribunal máximo de leyes).

Hay que señalar que a los magistrados del Supremo condenantes luego "les pusieron bombas" contra su reputación porque desde los tentáculos de los condenados, que eran muy fuertes, lanzaron campañas de desprestigio contra la sentencia. Alguno de los jueces condenantes le dijo a un tercero, como me consta: "Teníamos que haberles condenado por dolo y no por culpa grave solo y haberlos destituido". La condena por dolo les hubiera obligado a dimitir.

Un servidor en el mes de mayo de 2004, es decir 4 meses después de la sentencia, recibo una llamada a media mañana de mi amigo el periodista de El País Bonifacio de la Cuadra. Me llamó inquieto para decirme que había escuchado una conversación de miembros del "staff" del periódico contra mí que le había dejado preocupado, aunque no me dijo quiénes eran ni el contenido preciso.

Pero el hecho de que me llamara expresamente para ello y relacionado con el tema de la condena del TS al TC, me hizo acudir a un notario para extender una declaración respecto a que si aparecía muerto o ‘suicidado’ o con droga o material delictivo eso era provocado y ajeno a mi voluntad. Tuve que acudir a varios notarios hasta que uno aceptó la declaración, el notario de Alcantarilla (Murcia) en cuyos archivos está todavía el acta.

En diciembre de 2004 la Policía llegó a mi casa con una orden de registro y del ordenador que utilizaba mi hijo (15 años por entonces) extrajeron una cantidad ingente de archivos delictivos con los cuales proyectaban detenerme y publicitarme como pederasta.

Los archivos fueron extraídos de una web bajo vigilancia policial. Un exagente de un servicio de información militar que era cliente mío me dijo que eso era obra de la alcantarilla del Estado y que tenían 9.000 personas fuera de la nónima del Estado trabajando en operaciones secretas desde donde hacían de todo.

El aviso de Bonifacio en mayo 2004 se había cumplido aunque con mala suerte para los organizadores. Yo sospecho de uno de los magistrados condenados con altas amistades en la dirección del lado más perverso del Estado fue quien planificó aquel "favor a fulano" para vengar la condena. Los magistrados de la Sala Civil sufrieron graves campañas de descalificación por la red tupida de los condenados que se comportaron con ellos como una verdadera mafia.

Un amigo que era juez de instrucción de un partido judicial murciano me dijo: "Llévate cuidado con quien te metes que te colocan droga en el maletero del coche". Añadió que él había temido algo similar cuando había llevado causas contra el aparato del Estado. Y otro amigo que era juez de Madrid me dijo que en un proceso donde él había tomado parte, agentes habían colocado droga en los coches de los que no se plegaban a sus chantajes.

Otras anécdotas dignas de ser contadas

Fue un "ficus" centenario del Jardín del Conde de Floridablanca en Murcia quien me aclaró las dudas sobre si iniciar o no el proceso civil contra los magistrados y es que se vencía el plazo para la demanda y me fui a meditar sobre ello en un asiento del susodicho parque cuando en el muslo izquierdo me cayó una semilla de ficus que rebotó y siguió en el muslo "uno partido por un millón" que me dijo un profe de física.

La madre naturaleza a través del ficus cual oráculo de Delfos había hablado. Por cierto, muy cerca estaba la estatua del Conde de Floridablanca, un personaje de la alta política de su tiempo, abogado, estadista, secretario de Estado de Justicia con el rey, jefe de la fuerza militar que inició la resistencia contra Napoleón. Nunca hasta hoy había pensado en el influjo telúrico del famoso Conde ministro y abogado.

Cuando en la mañana del 23 de enero 2004 recibí la noticia de la histórica sentencia, llamé a mi amigo, el periodista Bonifacio de la Cuadra, redactor en tribunales de El País: "Boni, han condenado a los magistrados del TC a pagarme 500 euros cada uno"; me contestó tajante: "Imposible".

El mensaje de la condena del 23 de enero de 2004 descalificando la labor de tribunal de amparo del TC, que no se ha enmendado

El amparo es un recurso maltratado por el Tribunal Constitucional desde los tiempos en que Manual García Pelayo dejó de ser presidente. Las inadmisiones tienen un nivel inaceptable e inhumano.

No les gustan los derechos humanos a las sucesivas generaciones del TC y anteponen sus egos y conveniencias al servicio público. Pues esa condena civil que ellos mismos se quitaron años después hay que transformarla en la señal que mandó el Supremo: "Hay que quitarle la competencia del recurso de amparo al TC, que se dedique a los otros menesteres y crear una Sala de Derechos Fundamentales en el Tribunal Supremo a donde puedan acudir los menesterosos de tutela de derechos fundamentales". Sería una reforma muy popular del acceso a la justicia de amparo, es barata y rápida. Y muchos dirán: "Dios existe".

Es tiempo de quitarle al Tribunal Constitucional (TC) la competencia para el recurso de amparo que tan malamente gestiona, mediante una reforma exprés de la Constitución ejecutable con el consenso del PP y PSOE, y pasar el amparo a una nueva Sala del Tribunal Supremo o Sala de los Derechos Fundamentales. De esta manera, se reduciría el alto gasto del TC – por avaricia se ha roto el saco o muerto el perro se acabó la rabia–. Y castigando al abusón de las funciones públicas, retirándole la custodia del amparo por maltratador.

Este es el mensaje final que saco en limpio de aquella condena contra 11 magistrados del Constitucional emitida hace dos décadas y que me pareció influjo de una justicia divina en la que pocos creemos.

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Los "pequeños" propietarios https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79195/los-pequenos-propietarios/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79195/los-pequenos-propietarios/#respond Mon, 22 Jan 2024 19:25:05 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79195 Continuar leyendo "Los "pequeños" propietarios"]]> Cartel de alquiler en un edificio de Madrid. EUROPA PRESS/Alberto Ortega
Cartel de alquiler en un edificio de Madrid. EUROPA PRESS/Alberto Ortega

He conocido a un bebé con más patrimonio que yo.

El sábado por la noche fui con mi novia a una taberna de la calle Ángel. Como estaba llena y se escuchaban más las voces que los cánticos de los camareros, nos pusieron cerca –muy peligrosamente cerca– de una mesa larga con ocho personas y una banda incontable de niños.

Mi novia y yo, ambos pobres como ratas –ella dependienta, yo sin trabajo fijo (escucho ofertas)–, nos la jugábamos cenando fuera de casa en pleno fin de mes, sin embargo, la inconsciencia es lo último que se pierde. El caso es que la cosa marchaba bien, más o menos bien, hasta que empezamos a captar la conversación de la mesa de al lado –soy un voyeur, que la peña hable más bajo si no quiere salir en mis columnas.

–Yo le cobro 1.500 euros al mes.

–Yo estoy perdiendo dinero, pero no me da demasiados problemas.

La mesa justo a nuestra derecha, esa tan larga y repleta de camaradería y niños con los que habíamos intercambiado incluso alguna que otra mueca vacilona, era una mesa de rentistas. ¡De rentistas, sí!

Al principio me costó un poco creerlo, pues desde pequeño me han contado que los malos son los poderosos fondos de inversión que compran pisos y edificios y hasta barrios enteros; sin embargo, mis oídos no me engañaban y, efectivamente, aquellos de nuestra derecha eran especuladores.

Tal y como perros cotillas, mi novia y yo empezamos a escuchar más detenidamente. Era raro, pues entendíamos perfectamente lo que decían gracias a que hablaban en el mismo castellano peninsular que nosotros, sin embargo, sus significantes no se ajustaban a ningún significado que conociéramos de verdad: era como escuchar una clase maestra de Física habiendo estudiado Filología Hispánica.

Hablaban de propiedades y de comprar y de vender y de subir –de bajar no hablaban, ja, ja, ja– y de inquilinos y de reformas y de muros de carga que si sustituyes por una columna te regalan un salón más grande y de pisos de cincuenta metros cuadrados con dos habitaciones en el centro de Palma. Hablaban de todo un poco y yo los escuchaba embobadísimo hasta que uno de ellos, como queriendo asustarme, dijo una frase que me reventó cual espadazo en el páncreas:

–De momento, que siga como inquilino, pero se irá a tomar por culo cuando esta sea mayor.

El hombre que lo decía, quien llevaba una preciosa camisa rosa con rayas blancas, señalaba a un bebé –su bebé– al que yo, inocente de mí, le había hecho momios con los ojos solo un rato antes; aquel bebé, tan chiquitito como una almendra o un paquete de Ducados, tenía más patrimonio que mi novia y yo juntos –tampoco es difícil.

Con el susto en el cuerpo, dejé de escuchar y me puse a pensar. Pensé en muchas cosas; pensé, por ejemplo, en que ese que se va a ir a tomar por culo cuando el bebé crezca puedo ser perfectamente yo; pensé también, que malo es llevarse un jarrazo de agua fría, que aquellos rentistas que hablaban con toda la naturalidad del mundo de alquileres de 1500 pavos y reformas y pisos en Palma no eran lejanos señores trajeados como los que aparecen en la tele sufriendo escraches de sindicatos barceloneses, sino gente normal, incluso maja, que lleva preciosas camisas rosas con rayas blancas. Y pensé también que eso no les quita ni un gramo de culpa.

Se nos vende muy habitualmente el relato del pequeño propietario, ese tan normal y corriente como nosotros, que ha ahorrado toda su vida hasta comprarse un pisito con el que complementar su sueldo o pensión.

Como un escudo tras el que refugiarse, siempre se los pone de ejemplo cuando se habla de los peligrosos inquiokupas que pagan el alquiler dos días tarde y ponen en peligro sus humildísimos trenes de vida en hoteles de lujo de Benidorm, sin embargo, me da igual.

Me da igual, primero de todo, porque no me lo creo. No me creo que siendo una persona normal –es que no sé ni lo que es ser una persona normal– se pueda llegar a tener pisos en Palma con los que sacar 1500. Y me da igual, segundo, porque ni siendo real este relato se justificaría la situación que vivimos actualmente.

Me da igual que hayas ahorrado toda tu vida; me da igual que te hayas quitado de viajar a Ámsterdam a fumar porros solo para ahorrar y comprar otra vivienda; me da igual que hayas trabajado mucho para conseguirlo y te hayas privado de Netflix o Spotify. Me da igual porque ningún relato pseudoliberal –resulta que ahora es liberalismo ganar dinero tocándote las narices– te da derecho a practicar usura contra los que no tenemos donde caernos muertos.

Porque es usura, sí, ya ni siquiera negocio; es robo, es parasitismo social y es antropofagia voluntaria. Es pistolerismo, es pasarse y es no tener ni el más mínimo respeto por la vida de los demás –abre Idealista y dime que no llevo razón.

También me da igual, claro, porque a ti te dará igual mandarme a tomar por culo cuando tu bebé crezca.

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De Helsinki a Gaza https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79176/de-helsinki-a-gaza/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79176/de-helsinki-a-gaza/#respond Mon, 22 Jan 2024 08:41:51 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79176 Continuar leyendo "De Helsinki a Gaza"]]> Ansa y su amiga en Fallen Leaves, de Aki Kaurismäki
Ansa y su amiga en Fallen Leaves, de Aki Kaurismäki

En Fallen Leaves, la última película del director finlandés Aki Kaurismäki, su protagonista femenina, Ansa, trabaja con unas condiciones laborales miserables en un supermercado del que se lleva comida caducada para cenar, hasta que un superior la descubre y, como está prohibido no tirar la comida caducada a contenedores, la echa. Sus compañeras se solidarizan con ella plantando cara al jefe la noche que Ansa es despedida. Una de ellas, incluso, renuncia a su puesto en un ejercicio de dignidad personal.

Ansa y la compañera que se marcha con ella salen del supermercado juntas, adentrándose en la noche de Helsinki sin trabajo, pero sintiéndose amparadas la una por la otra. Hay algo sanador en la protesta, algo reparador que tiene que ver con poderle dar un significado positivo y liberador a lo vivido incluso cuando lo vivido es una injusticia manifiesta.

Cada vez que Ansa regresa a su apartamento, una casita exenta en las afueras de la ciudad, muy modesta y colorida, sintoniza un transistor. Lo que llega a través del aparato de radio son invariablemente partes de guerra. La invasión rusa de Ucrania avanza y Finlandia siente que puede ser engullida en cualquier momento por la ofensiva imperialista de Putin al extremo de que la opinión pública en el país, después de febrero de 2022, da un vuelco decantándose mayoritariamente a favor del ingreso en la OTAN.

La ciudadanía finlandesa establece de manera casi espontánea un paralelismo entre la invasión de Ucrania y lo sucedido en el invierno de 1939, cuando la URSS atacó Finlandia, tres meses después del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Ansa escucha los partes de una guerra que maldice, pero lo cierto es que mientras Kaurismäki rodaba y montaba su película, la sociedad finlandesa, como la sueca, experimentaba algo así como una fuerte militarización de las conciencias, como resultado de la cual ambos países acabaron por integrarse en la OTAN la pasada primavera.


Justamente la pasada primavera, Kaurismäki explicó en Cannes, donde presentaba Fallen Leaves, que le resultaba imposible rodar una película mientras estaba teniendo lugar una guerra sin hacer una mención expresa a la misma puesto que, en cierta medida, fue ese contexto bélico el que le llevó a querer hacer una comedia romántica. El mundo necesita, según afirmó, historias de amor.

Fallen leaves abre un interrogante: ¿es compatible el amor, la defensa de los derechos, del arte y de la vida en el planeta con el militarismo y la cultura de la guerra? ¿Pueden convivir el humanismo y el belicismo, la entrega y el respeto por los demás con la desconfianza y la violencia?

Preguntado también en Cannes por el ingreso de su país en la OTAN, Kaurismäki respondió: "Finlandia es una democracia y es evidente que bastante gente es partidaria del ingreso. Personalmente, yo no lo soy. La independencia es la única defensa posible".


Escribo estas líneas sobre Fallen Leaves después de que miles de personas se concentraran en más de un centenar de ciudades españolas para exigir no solo un alto el fuego en la Franja de Gaza, sino también el fin de la compraventa de armamento y material de seguridad a Israel, la ruptura de todo tipo de relaciones con ese país y el apoyo a la demanda de Sudáfrica contra Tel Aviv ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por genocidio.

Las manifestaciones en solidaridad con Ucrania de hace casi dos años exhibieron eslóganes de "No a la guerra" al tiempo que se defendía y promovía desde amplios sectores de la sociedad -también desde la izquierda- que la OTAN respondiera a Rusia con contundencia. Desde entonces, muchas cosas han cambiado.

Eslovaquia ha anunciado este fin de semana que bloqueará la entrada de Ucrania en la OTAN "para evitar que se sienten las bases de una tercera guerra mundial". La preocupación por una intensificación y diversificación de los conflictos abiertos desde Ucrania a Oriente Próximo pasando por el Mar Rojo es cada vez mayor.


Ahora, quienes se manifiestan contra el genocidio en Gaza lo hacen desde el antimilitarismo. Participar -como el gobierno español parece querer hacer- en una misión de la UE en el Mar Rojo "para defender la industria" tiene graves implicaciones y contradice lo que, a diferencia de lo que ocurrió con Ucrania hace dos años, comienza a ser un clamor general: la única manera de parar la guerra es planteando el cese de la escalada militarista o, lo que es lo mismo, el fin de todas las guerras.

Además de denunciar la situación del pueblo palestino, manifestaciones como éstas vienen a reparar los descosidos de una sociedad civil desactivada por la desinformación y desgarrada por graves desequilibrios ambientales y sociales.

Durante el fin de semana se han sucedido también más de noventa actos en un ciclo de movilizaciones importante por toda Alemania contra el auge de la ultraderecha, tras conocerse la participación de Alternativa por Alemania en una reunión en la que se debatieron planes para expulsar del país a millones de residentes y ciudadanos de origen extranjero.


Decenas de miles de personas se han manifestado este domingo por toda Francia en contra de la discutida ley de inmigración, una norma que endurece el reagrupamiento familiar, las ayudas sociales a los extranjeros no comunitarios, restablece el delito de estancia irregular en el territorio, suprime la nacionalidad automática a las personas nacidas en Francia de padres extranjeros o exige una fianza a los estudiantes que lleguen al país.

Nuestras sociedades comienzan a movilizarse contra lo que amenaza la convivencia y la mera supervivencia. En 2024 hay previstas elecciones en setenta países -casi la mitad de la población mundial está llamada a votar-, pero también se atisba la apertura de un ciclo de protestas que comienzan a organizarse en defensa de la paz y de la necesidad de frenar a la ultraderecha y su agenda contra los derechos humanos. El siguiente paso será oponernos a quienes, amparados en el neoliberalismo, hablan de valores occidentales en los términos en los que, por ejemplo, lo ha hecho Milei en Davos la semana pasada.

En 2024 nos toca salir a las calles para defender la paz y la justicia social frente a los promotores del neoliberalismo, la exclusión y las políticas de guerra.

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¿Por qué es imprescindible una educación laica? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79143/por-que-es-imprescindible-una-educacion-laica/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79143/por-que-es-imprescindible-una-educacion-laica/#respond Mon, 22 Jan 2024 05:05:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79143 Continuar leyendo "¿Por qué es imprescindible una educación laica?"]]> Pixabay.
Pixabay.

Todos los centros educativos, desde infantil hasta la Universidad, sean públicos, privados o privados financiados públicamente (concertados) deben educar laicamente.

La religión es una cuestión vital, no un contenido de examen. Creer es una decisión responsable, no una imposición catequética. La trascendencia es una opción personal, no una decisión obligada. Por ninguna institución: ni la familia, ni la escuela, ni la sociedad. No hay ninguna otra cuestión en la que podamos reclamar tanta libertad personal como en esta.

No tengo que ser católico, judío, musulmán o hindú porque mi familia lo sea. Porque me lo imponga. Ni porque decidan que es lo que más me conviene. Ni porque en mi contexto social sea lo habitual. Ni mucho menos porque en la escuela haya una asignatura al respecto, impartida por catequistas o creyentes en esa determinada religión.

Los hijos y las hijas no son propiedad de los padres ni de las madres. Ni pueden elegir ni decidir la religión de sus hijos e hijas porque consideran que es "lo que más les conviene". Tienen que alimentarlos, vestirlos, cuidarlos para que se desarrollen, explicarles sus convicciones o sus principios, pero no pueden obligarles ni elegir por ellos una opción tan personal y trascendental como es la trascendencia.

Como dice el poeta Khalil Gibran, "tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo, no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellos viven en la casa del mañana, que no puedes visitar, ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerles semejantes a ti, porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados. Deja que la inclinación, en tu mano de arquero, sea para la felicidad".

En eso consiste precisamente. En ayudarles a que ellos consigan la felicidad. No en imponerles la forma en que tú crees que tendrán que ser felices.

La opción por la trascendencia, por una religión, solo se puede hacer cuando se es una persona adulta, cuando se tienen conocimientos responsables de lo que conlleva realmente y cuando se toma una decisión meditada y pensada. Todos los fundadores de cualquiera de las religiones eran personas adultas. Fuera Jesucristo, Mahoma, Buda o cualquiera.

Todo lo demás que hacemos cuando los bautizamos, los llevamos a catequesis o a clase de religión es solo iniciarlos e incluirlos en rituales y prácticas cuyo sentido ni comprenden ni les ayuda a que tomen, en su momento, una elección meditada y en libertad. Es decir, no les permitimos elegir en libertad si quieren ser católicos, ateos, musulmanes, agnósticos, budistas o simplemente ser humanos.

Por eso nos encontramos que la mayor parte de los jóvenes no practican ni se sienten parte de ninguna religión, sino que cumplen rituales de las costumbres impuestas por la institución religiosa en el contexto donde nacen por la presión afectiva (de su familia), social (del modelo tradicional que siempre han visto), del grupo de iguales (que lo hacen también por costumbre). En definitiva, que se convierte así la religión en su carcasa, en rituales y costumbres sociales que nada tienen que ver con el sentido auténtico de la religión: desde los bautizos (por la presión familiar de los mayores), las comuniones (muchas de ellas por los regalos), las bodas (¡qué más te da, no le vas a dar un disgusto a la abuela, total...!), etc.

Pero tampoco se les da la oportunidad de conocer el ateísmo, o el agnosticismo, pues tras casi mil quinientos años de control de la jerarquía católica en todo occidente, estas opciones han quedado reducidas a minorías ilustradas y a contracorriente y, por supuesto, no hay asignaturas obligatorias en el sistema educativo español que ofrezcan dos horas semanales de formación al respecto, como sí lo hay de las religiones.

Les robamos así una decisión esencial en libertad, que pueden tomar cuando realmente estén preparados para ello. Porque es una decisión vital y trascendental. Una decisión que solo pueden tomar cuando, con la suficiente madurez, empiecen a conocer lo que implica (no se imparte filosofía o metafísica hasta no estar en secundaria, algo que es mucho menos complejo y más fácil de entender que la religión). Es así como hicieron todos los seguidores de los principales líderes religiosos.

Pero parece que ahora se trata de una competición entre religiones para conseguir más adeptos, porque se tiene más financiación por parte de los Estados, más capacidad de presión, más influencia social y más poder por parte de las jerarquías religiosas. Al final, parece que se reduce a una cuestión de poder e influencia.

De esta forma estamos convirtiendo algo que puede ser una vivencia realmente trascendente y comunitaria, incluso un sentido de la vida, en una práctica ritual que deteriora el sentido mismo de la religión. Vemos cómo cada vez más población, con el paso de los años acaba considerando cualquier religión no solo superficial, sino inútil y sin sentido, en buena parte de los casos, como estamos constatando en nuestra sociedad. Y lo que renacen son los integrismos. La imposición y la utilización de la religión como fanatismo, como un arma de choque entre civilizaciones.

Por eso, como católico practicante y comprometido con la Iglesia de Jesucristo, reclamo, exijo, reivindico una actitud laica en la formación de nuestros jóvenes. Y con más motivo aún en todo el sistema educativo. Porque la actitud laica tiene dos componentes: libertad de conciencia y neutralidad del Estado en materia religiosa. Cada persona es libre de ser o no religiosa y de abrazar la religión que quiera o de ser atea o agnóstica, mientras que el Estado debe abstenerse y mantenerse al margen de estas creencias y prácticas personales. En este sentido, el laicismo busca separar esferas (el saber de la fe, la política de la religión, el estado de las iglesias), para garantizar la libertad de conciencia y posibilitar la convivencia entre quienes no tienen las mismas convicciones.

Es imprescindible que todas las religiones, incluida la católica, ocupen el lugar que les corresponde en democracia: la sociedad civil y adulta, no la escuela ni las universidades; que deben quedar libres de cualquier proselitismo religioso. El espacio adecuado para cultivar la fe en una sociedad en la que hay libertad religiosa son los lugares de culto: parroquias, mezquitas, sinagogas u otros.

La Escuela y la Universidad han de ser laicas para ser de todos y todas, para que en ellas todas las personas nos reconozcamos, al margen de cuáles sean nuestras creencias, que son un asunto privado. Por eso, la religión no debe formar parte del currículo. No por motivos antirreligiosos, sino desde un planteamiento pedagógico y social beneficioso para el desarrollo de la racionalidad del menor de edad, de su independencia y autonomía personal, para la que debe ser educado libremente sin que le enseñen creencias que predispongan su mente a comportamientos o dogmas que condicionen su personalidad desde la infancia.

Necesitamos una escuela laica, donde se sientan cómodas tanto las personas no creyentes como las creyentes. Que eduque sin dogmas, en principios y valores humanistas y universales (que muchas religiones comparten, al igual que el ateísmo y el agnosticismo), en la pluralidad y en el respeto a los derechos humanos (que también muchas religiones comparten, al igual, insisto, que el ateísmo y el agnosticismo), en la asunción de la diferencia y de la diversidad y en los valores éticos, no sexistas y democráticos.

La escuela es un lugar para razonar y no para creer. Por justicia, por convivencia en igualdad y por respeto a los derechos humanos y a la libertad de conciencia y de elección de los menores.

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'Parole', 'parole', 'parole' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79156/parole-parole-parole/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79156/parole-parole-parole/#respond Sun, 21 Jan 2024 06:10:00 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79156 'Parole', 'parole', 'parole'
El Congreso aprueba la reforma de la Constitución para cambiar el término "disminuidos" por "persona con discapacidad". — EFE/ J.J. Guillén

Hay temas que me explotan en la cabeza como un Aleph interno, como un caleidoscopio infinito, como si las ideas que generan en mi cerebro fueran tantas y tan contradictorias que me resulta imposible ordenar su flujo. Me deslumbran de tal manera que me llevan a callejones sin salida en los que cada vez me meto menos.

Los más obvios son los obvios: las guerras injustas –es decir, las guerras–, el hambre, la desigualdad brutal, los fanatismos religiosos, ideológicos, políticos  –es decir, los fanatismos-. Los asuntos realmente importantes, los que –por ahora– definen el mundo.

Creo que hay muchos intereses, incluidos los propios, empeñados en que no desbrocemos esas bolas de ideas.

Esta vez me ha pasado con algo inesperado, más accesible, pareciera: la aprobación del cambio en la Constitución del término "disminuido" por "persona con discapacidad", el cambio de una terminología asistencialista por una de integración social.

Con este artículo me propongo desenredar mi nueva madeja, no –por más chiquita– menos compleja.

Soy consciente de que las palabras importan pero también de que solo son el principio y de que muchísimas veces se quedan en puro símbolo porque no van a la raíz –y no me refiero a la etimológica–.

La palabra "nigger", "negro" en inglés, lleva desterrada de Estados Unidos desde los 60. Se han hecho todo tipo de ceremonias de despedida, incluido su enterramiento. Está extendido llamarla "la palabra que empieza por n", para evitarla por todos los medios. Sin embargo, los hechos demuestran que las palabras son solo palabras y que la integración suele tener más que ver con los dineros. Los negros en Estados Unidos siguen siendo los más pobres, los que menos estudian, los más parados, los que más pasan por la cárcel, los más ejecutados. Y ésos siempre son pobres y, sí, también negros.

Por eso me han abofeteado los abrazos y las sonrisas en el Senado entre los sonrientes y victoriosos diputados de PPSOE que se felicitaban por su gran hazaña:  sacar de la Constitución un término insultante (disminuidos) que Naciones Unidas desterró hace diecisiete años.

Mejor esto que nada, argumentan muchos. Y esa idea también me ataca. Además, nos queda la esperanza boba de que éste sea el principio de los acuerdos obvios pendientes, el destaponamiento de la política más necesaria.

Sin embargo, entre esperanzas tenues y vasos medio llenos, hay un flanco de esta reforma que realmente me marea: el nuevo articulado exige que se atiendan "particularmente las necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad" y, por supuesto, me parece oportuno pero flagrantemente incompleto. En este tema, como en tantos otros, el factor económico es el que lo cambia todo. ¿Por qué en la Constitución no lo han puesto? ¿Por qué se conforman con las palabras bonitas que no les cuestan dinero?

Hace tiempo que me habita el hecho de que en este país hay muchas personas mayores con discapacidades motrices presas en sus casas porque no tienen ascensor. Los vi en un reportaje, los entrevisté por televisión. Un millón de mayores de 60 viven en edificios de más de tres plantas que no lo tienen y el 30% de ellos viven solos. Muchos son personas con discapacidad, todos tienen poco dinero. Nunca son edificios de pisos grandes, en barrios poderosos. Los que tienen ascensor, tengan la discapacidad que tengan, sí tienen libertad de movimientos.

De las 4.380.000 personas con discapacidad que hay en España, según el último informe del INE, ¿cuántas pueden paliar sus discapacidades con las ayudas más básicas que necesitan? ¿De qué dependen esas ayudas? ¿Van a ayudar más a las mujeres y a las niñas? ¿Van a financiar ascensores y salvaescaleras para ellas y van a dejarlos a ellos encerrados en su miseria, en los restos del urbanismo del desarrollismo franquista?

Sé que a ellas les cuesta más encontrar trabajo que a ellos –el paro de este colectivo, independientemente del género, es de más del doble que el del resto–. Sé que abandonan más los estudios que ellos –la tasa de abandono escolar de los discapacitados es del 43%, la de los demás de cerca del 14%-. Sé y creo en la discriminación positiva. Pero también sé que tener o no tener ascensor, silla de ruedas, transporte o cuidados, es un básico anterior que sigue faltando.

Sin esos básicos los cuerpos con discapacidad pueden ser jaulas de los que algunos afortunados tengan llaves y otros no. Esas llaves solo les sirven para salir a las calles que pueden ser hostiles o no. Sin ellas no habrá pelea contra las hostilidades, ni solidaridad que acompañe su pelea, ni cambios, solo soledad.

Y eso va antes de las discriminaciones de género, eso ocurre antes de salir a que el mundo te discrimine o no, eso es lo que la Constitución no dice cada vez que afirma que todos somos iguales. Eso es lo que un mero cambio de palabras no va a cambiar.

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El CIS, 'En los Márgenes' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79123/el-cis-en-los-margenes/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79123/el-cis-en-los-margenes/#respond Sat, 20 Jan 2024 05:31:01 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79123 Continuar leyendo "El CIS, 'En los Márgenes'"]]> Penélope Cruz en una manifestación contra los desahucios en la película 'En los Márgenes'
Penélope Cruz en una manifestación contra los desahucios en la película 'En los Márgenes'

En Los Márgenes, dirigida por Juan Diego Botto y escrita por el propio Botto y la periodista Olga Rodríguez a partir de las historias y vivencias de la Plataforma de Afectados/as por la Hipoteca (PAH) cuenta varias historias que se entrelazan en torno al problema (a la tragedia) de la vivienda en nuestro país.

Sin embargo, la película cuenta muy bien algo que no está directamente relacionado con el problema de la vivienda. En los Márgenes es también una película sobre la percepción del tiempo y la atención cuando tu vida está en el alambre. Cuando la vida está en riesgo, todo se vuelve un desafío y si cualquier cosa, cualquier elemento por azaroso que sea, se ve arrastrado por dicha precariedad (perder un autobús que estabas esperando para ir a recoger a tu hija, no llevarle un papel a la trabajadora social que está tramitando tú renta mínima, llegar tarde al trabajo porque tu hermano que también está en paro te ha pedido que le hagas el favor de ir a buscar no sé qué cosa que necesita, etc, etc). Es un relato de vidas al límite, que sostienen espacios colectivos con muy poco.

La novelista Sara Mesa abunda en esta tensión entre precariedad material y participación institucional en un pequeño ensayo fundamental llamado Silencio Administrativo.

Silencio Administrativo describe a la perfección cómo el conjunto del sistema de ayudas público conspira contra la vida cotidiana y las urgencias de las personas a las que debería defender. Toda la enorme maraña de procesos burocráticos, auténticos exámenes de idoneidad de las administraciones contra las personas pobres, expulsa de facto a la gente que más lo necesita de las ayudas que tiene, aparentemente, a su disposición. Basta hablar con cualquier trabajadora o trabajador social para saber que su trabajo es un sumidero de horas dedicado a tramitar ayudas.

Hay una relación muy directa entre falta de recursos y falta de tiempo. Y por tanto, una relación muy directa entre participación democrática, atención a los asuntos públicos y precariedad.

El pasado miércoles el CIS presentó un nuevo informe en el que analizaba, de forma complementaria a sus barómetro electoral, lo que llamaba los "hábitos democráticos" de los españoles. Por desgracia, ninguna de estas cuestiones se pone encima de la mesa. La participación democrática no se encuentre entre los hábitos democráticos que quiere analizar el CIS y que se resumen en los siguientes tres ejes de preguntas.

Un primer bloque destinado a saber si nos gusta más la democracia u otros sistemas y que, a pesar de la abrumadora respuesta favorable a los parabienes de la democracia parlamentaria y al sistema institucional español, ha destacado por situar que uno de cada 4 votantes de VOX podrían preferir otros sistemas algo más autoritarios.

Al leer esta información, sin duda destacada por el propio CIS, me temo que con la intención de asustarnos en vez de contarnos lo extremadamente sana que es la percepción de la ciudadanía del hecho democrático, servidor ha pensado que bueno, que de ese 1 de cada 4 votantes de VOX se podrían hacer cargo los otros tres votantes de Vox que si están a favor de la democracia y el resto dedicarnos a fines más nobles.

Por tanto, en el primer bloque lo que destaca realmente es que la democracia tal y como la conocemos nos parece, en general, bastante bien. Al menos mejor que las alternativas.

El segundo bloque tiene que ver con la crispación, que por supuesto preocupa muchísimo a la ciudadanía española. Lo curioso es la forma concreta en la que el CIS aborda la solución a dicha crispación.

El tercer bloque hace referencia a la necesidad o no de que el PSOE y el PP, lo dice explícitamente en la pregunta, lleven adelante pactos de Estado. Algo que la ciudadanía comparte con distintos niveles de intensidad. Por tanto, si hubiera tres o cuatro pactos de estado en asuntos clave en los que el PP y el PSOE se dieran la mano, la política estaría cumpliendo lo que – para el CIS – representa una buena salud democrática o, citando el informe, unos buenos hábitos democráticos. La democracia, al final, reducida al viejo bipartidismo y convertida en el mecanismo de gestionar los acuerdos y no tanto los disensos.

Lo que pasa es que un hábito no es es eso. Un hábito es algo que uno mismo hace y que requiere de una cierta cotidianidad, persistencia y repetición. Por tanto, los hábitos democráticos no son las cosas que la ciudadanía le pedirían hipotéticamente a los partidos, sino las formas concretas en las que de forma cotidiana ejercemos la democracia. Eso tiene que ver con otras variables que ni están ni se las espera.

Por ejemplo, un hábito democrático tiene que ver con la participación (o no) de la sociedad en estructuras de la propia sociedad civil. España es un país con niveles de asociacionismo muy bajos en todas las escalas. Desde clubs deportivos o de senderismo, a asociaciones vecinales, gremiales, sindicales o de cualquier otro tipo.

Otro hábito democrático mide las posibilidades reales, o los deseos de participación más allá de la esfera del voto. Una posibilidad que ni siquiera existe en España, sino que le pregunten a la sociedad civil catalana lo que sucede cuando uno quiere organizar una consulta.

¿Cree usted que la ciudadanía tiene derecho a participar en los asuntos que la afectan de forma directa? Es una pregunta que el CIS tampoco hace.

Y quizás el problema es ese, que la institución que debería situarse en el centro del análisis de las corrientes de fondo de la democracia española, la que nos debería servir para extraer complejidad en un momento político y social ciertamente complicado, se dedica más bien a orientar la opinión pública con reducciones del hecho democrático que no nos dejan entrar en la parte más compleja de los asuntos, esa que como decía al principio, sitúa el eje de la participación más bien en la desigualdad.

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Vigiladas a sangre y fuego https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79134/vigiladas-a-sangre-y-fuego/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79134/vigiladas-a-sangre-y-fuego/#respond Sat, 20 Jan 2024 05:16:03 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79134 Continuar leyendo "Vigiladas a sangre y fuego"]]> Imagen del extracto de un expediente.- Archivo personal de Consuelo García del Cid
Imagen del extracto de un expediente.- Archivo personal de Consuelo García del Cid

En la literatura LGTBIQA+ en torno a la represión se ha generado una suerte de leyenda. Leáse como en cámara lenta: "Laaaas leeeessssbiaaaanaaaas no han sido taaaan represaliaaaaadas porque eran invisibleeeees". Bien. Esto es una verdad a medias. Una media verdad que tiene que ver con la manera en la que se ha escrito hasta ahora nuestra historia más reciente y me refiero, en concreto, a la historia de las personas LGTBIQA+ en el marco del Estado español.

Pero hay lesbianas que no han podido esconderse nunca.

La represión y el control se han dado –y de alguna manera se siguen dando– desde muchos ámbitos de la vida pública y privada. Nos hemos encontrado desde legislaciones claramente LGTBIQA+fóbicas a legislaciones más sutiles que han servido para llevar a cabo estrategias de señalamiento y violencia, pero, sobre todo, gran parte de la violencia que hemos vivido se ha gestado en el ámbito de lo que podemos llamar vida privada.

Si bien es cierto que, especialmente durante la dictadura franquista pero también durante algunos gobiernos democráticos, las personas  LGTBIQA+ hemos estado expuestas a unos niveles muy elevados de violencia, también es verdad que cierta violencia se ha dado al margen de la situación política de cada momento. Gran parte de esa violencia se ha dado –y se da– en el ámbito más privado y personal: en la familia, en el pueblo, en el barrio, en el círculo de amigos.

En Borderlands o La frontera: La nueva mestiza, Gloria Anzaldúa:  "Yo no traicioné a mi gente, sino ellos a mí. De modo que sí, aunque el 'hogar' permea cada tendón y cada cartílago de mi cuerpo, a mí también me da miedo ir a casa". No me canso de repetir esa cita porque creo que contiene, con toda la belleza y la dureza de esas treinta y cinco palabras, gran parte de nuestros infiernos.

No. No es verdad que "laaaas leeeessssbiaaaanaaaas no han sido taaaan represaliaaaaadas porque eran invisibleeeees" y, cada vez, lo tengo más claro. Es cierto que si para analizar la represión durante la dictadura franquista, por ejemplo, nos dedicamos únicamente a analizar los expedientes de la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social o la de Vagos y Maleantes es probable que parezca que las lesbianas no sufrieron tanta represión.

El profesor Javier Fernández-Galeano, en su artículo Entre el crimen y la locura: relaciones sexo-afectivas entre mujeres y disconformidad de género bajo el Franquismo analiza, entre otras cosas, fichas sobre lesbianismo del Juzgado Especial de Vagos y Maleantes de Sevilla y de Badajoz. Eso sí, "no aparece la palabra lesbianismo en los expedientes".

Los pocos casos que ha encontrado observa que "salieron a la luz por conflictos entre estas mujeres" o  "por la incapacidad declarada de los familiares de evitar su hipervisibilidad".

Asegura, por tanto, que "el Estado no parecía especialmente interesado en sacar a la luz el lesbianismo como significante de la autonomía personal, sexual y afectiva de las mujeres, pero sí en intervenir cuando fuese necesario para evitar su visibilidad". Eso, sin embargo, puede significar simplemente que para reprimir la sexualidad lésbica, la dictadura utilizó otros mecanismos. ¿Por ejemplo? Pues, por ejemplo, el Patronato de Protección a la Mujer con toda su violencia o las propias familias o los círculos más cercanos, que sin necesidad de tener que delegar la responsabilidad en el Estado, se encargaron en muchas ocasiones de doblegar la libertad de las mujeres.

La escritora Consuelo García del Cid mostraba, durante la mesa redonda 'Un diálogo en torno a la represión' celebrada en Bilbao, algunos expedientes que así lo demuestran. En la charla, tanto García del Cid como Marije López y Fátima Díaz, otras dos supervivientes del Patronato, lamentaban que desde la historiografía LGTBIQA+ no se ha mirado con suficiente atención al Patronato como mecanismo de represión.

En un informe de octubre de 1971, desde un centro de San Fernando de Henares se pedía el traslado a un centro psiquiátrico de una joven que, según su dictamen, presentaba "graves trastornos de conducta con  tendencias homosexuales o al menos como estimulante deliberado para otras jóvenes". En otro de 1965, el doctor adscrito al mismo centro, solicitaba la intervención de algún psiquiatra para tratar  a otra interna que presentaba "síntomas de tipo homosexual".

El psiquiatra Guillermo Rendueles Olmedo trabajó en el psiquiátrico de Ciempozuelos, psiquiátrico al que, según hemos podido saber por algunos expedientes, eran trasladas algunas mujeres acusadas de lesbianismo que estaban tuteladas por el Patronato de Protección a la Mujer, dependiente del Ministerio de Justicia.

 En una entrevista asegura que las lesbianas eran "vigiladas a sangre y fuego". Para ser vigiladas así, sin justicia ni piedad, los centros religiosos y los centros psiquiátricos eran –y, al menos en el caso de los psiquiátricos todavía lo son– lugares de violencia infalible, pero para ser  "vigiladas a sangre y fuego" muchas de las nuestras no tuvieron necesidad –ni oportunidad– de escapar de sus casas. Frente a esa idea buenista que habla del hogar y la familia como sinónimos de cuidados y amor, que sirvan estas líneas para señalar las vergüenzas de todas las familias que permitieron –y permiten– que nos de miedo volver a casa.

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El bálsamo contra la realidad y los datos del CIS https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79018/el-balsamo-contra-la-realidad-y-los-datos-del-cis/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79018/el-balsamo-contra-la-realidad-y-los-datos-del-cis/#respond Sat, 20 Jan 2024 05:01:33 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79018 Continuar leyendo "El bálsamo contra la realidad y los datos del CIS"]]> Freepik.
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Cuando en el dos mil y poco ingresaron a mi suegro, compartió habitación con un señor al que nunca visitaba nadie. El hombre, supongo que por aburrimiento, tenía un amplio abanico de temas de conversación con el que animar las largas horas en el hospital. Una mañana se mostró más que compungido por la inminente aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, pues aseguraba que si permitían los mismos derechos para los gays que para las, según sus palabras, personas normales, al final vendrían más. Incrédula, le pregunté a qué o a quién se refería con ese "vendrían más", y él se prestó a aclararlo: vendrían más homosexuales. Y añadió que, si venían muchos, llegaría un momento en que todos los hombres serían gays. Aparte de la fascinación que sentí por ese anciano que creía que los homosexuales venían de algún sitio, como los Reyes de Oriente o el jamón de Jabugo, me llamó la atención que le alarmase un asunto tan ajeno a él. Deduje entonces que preocuparse por cuestiones que solo están en nuestras cabezas puede ser un buen bálsamo para eludir una realidad a la que quizás no sabríamos cómo enfrentarnos. En el caso de ese señor, la realidad era que iba a morir solo. 

Sucede continuamente. Fíjense en esas personas a las que la okupación les angustia de tal modo que meten en el mismo saco a okupas, usurpadores de viviendas e inquilinos morosos. A tope. Que parezca un problema gravísimo que podría afectar a cualquier hijo de vecino aunque no tenga en propiedad ni un patinete. Entretanto, el personal de las oficinas antiokupación de, por ejemplo, Castilla y León, lleva seis meses sin recibir ni una sola consulta. Claro que mientras le damos vueltas al tema de los okupas nos ahorramos perder el sueño con el problemón del precio de la vivienda y la imposibilidad de nuestros hijos para emanciparse en un país en el que te piden sin vergüenza ninguna novecientos euros por una habitación o donde nos vamos acostumbrando a que en lugares como Ibiza los trabajadores vivan en cuevas o en la calle porque resulta más económico ir y volver en avión a diario que pagarse un cuchitril. 

Otros se alarman por el aumento del salario mínimo, que es algo que me tiene loquísima. Hay partidos políticos que defienden con orgullo que los empleados deberían cobrar menos de los 1134 euros que nos han asegurado para 2024. El bueno de Feijóo se ha plantado delante de un micro para soltar que el Gobierno se queda con la mitad de ese salario. El Gobierno, ojo. No Hacienda o el Estado, no. Le ha faltado afirmar que se lo embolsa Pedro Sánchez para comprarse otro Falcon. La cuestión es que mientras gastamos nuestro precioso tiempo en explicarle a Feijóo, que no es presidente porque no quiere, que este gobierno de masones bolcheviques siempre aumenta el tramo exento del IRPF en consonancia a la subida del SMI, no pensamos en la miseria absoluta que representan esos 1134 euros frente al incremento de la cesta de la compra. Y menos aún pensamos que el 22% de la riqueza de España está en manos del 1% más rico. Es decir, evitamos evidenciar lo bien que viven los más ricos (que son muy pocos) a costa del trabajo de humildes mileuristas (que son muchos).  

Y luego está ese último estudio del CIS, que nos habla de un 44% de varones que creen que el feminismo ha llegado demasiado lejos. O sea, lo de siempre: una panda de señores disgustados porque ya nadie les ríe las gracias, les hace la cama ni les retira el plato de la mesa. Ay mecachis. Estos sí que desvían el foco de la realidad, sobre todo si tenemos en cuenta que dicho sondeo se llevó a cabo el pasado noviembre, que fue especialmente sangriento para mujeres y niñas: cuatro asesinatos machistas solo en ese mes.  

Una conclusión interesante que se desprende del estudio es que una gran mayoría admite que aún hay desigualdad. Por tanto, muchos de los hombres que aseguran que se les discrimina son conscientes de sus privilegios sobre sus amigas, sus hermanas, sus compañeras. Y preferirían que siguiera así porque, seamos realistas: no es que no tengan claro qué es el feminismo. Lo tienen clarísimo...lo que pasa es que les fastidia. Sin embargo, los titulares no se centran en lo más destacable de la encuesta. Podrían habernos contado, concretamente, que casi el cien por cien de los encuestados está de acuerdo en que la igualdad entre hombres y mujeres contribuye a hacer una sociedad más justa. Así pues, casi todo el mundo, incluso ese 44% que sufren por sus privilegios, reconoce que el feminismo es imprescindible para transitar a un mundo mejor. Aunque no lo nombren. Y aunque les fastidie. 

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Objetivo: domar al rey https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79095/objetivo-domar-al-rey/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79095/objetivo-domar-al-rey/#respond Fri, 19 Jan 2024 05:57:09 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79095 Continuar leyendo "Objetivo: domar al rey"]]> Los reyes Felipe y Letizia llegan a casa de Jesús Ortiz el pasado 6 de enero. EUROPA PRESS/Antonio Gutiérrez
Los reyes Felipe y Letizia llegan a casa de Jesús Ortiz el pasado 6 de enero. EUROPA PRESS/Antonio Gutiérrez

Estas cosas siempre me interesaron poco; más bien, nada. Las cuitas amatorias de los Borbones son hereditarias, como la Corona. Esta vez es distinto. Llevamos meses viviendo en dos mundos enfrentados y paralelos. El primero, el oficial: entronización de la heredera, cantos, loas y alabanzas mil a la monarquía y a los ejemplares reyes. Nos hemos enterado de todo lo que hace la princesa Leonor hasta el mínimo detalle y, faltaba más, de sus posibles pretendientes. La prensa oficiosa del corazón nos llenó de titulares rimbombantes. La clase política y la prensa seria acompañó con entusiasmo la operación. Estabilidad, continuidad e institución reforzada.

Había, sin embargo, otro mundo que tomaba las redes, que hablaba de escándalos amorosos que tenían como referente principal a la reina Leticia, a la plebeya esposa del Rey Felipe VI. Ana Pardo de Vera nos avisó de un libro que iba a salir pronto de Jaime Peñafiel donde se daban datos de diversas y recurrentes infidelidades de la reina. Aparecía un personaje singular: Jaime Ignacio del Burgo como actor y delator de unas actividades que dejarían a Don Juan atónito y apesadumbrado, un español de bien nunca hablaría en público de su amante y menos si esta está casada. Todo es decadencia y deshonor.

Sigamos. Estos dos mundos entraron en conflicto. Uno siguió con su estrategia como si nada pasara; eso sí, los grande medios (los serios y los del corazón) hicieron todo lo posible por ocultar lo que se movía en las redes y apoyar a una monarquía acosada y acusada. El otro, el paralelo, a lo suyo. Hablando cada vez más alto y fuerte de las infidelidades y dando supuestas informaciones que tenían siempre a Don Jaime como delator e interprete principal. Como diría el castizo: los Borbones son así y hay que asumirlos tal como son. El Rey emérito nos ha dado lecciones muy precisas de un estilo de ejercer la jefatura del Estado y, sobre todo, de la infinita capacidad de los medios y de la clase política para camuflarlo y marginar a los que se atrevieron a cuestionarlo.

Hay muchas hipótesis. Un rey destronado, apartado vergonzosamente del país dispuesto a saldar cuentas con una nuera ingrata y usurpadora; un periodista palaciego despechado; un amante vengativo con afanes de notoriedad. Todo parece posible; sin embargo, creo que hay algo más que tiene que ver con la coyuntura política, más precisamente con la crisis de Régimen presente, con mayor o menor fuerza, desde la crisis del año 9 de este siglo. Lo que ha cambiado, adelanto, es que esta, la crisis política, tenía como causa y efecto un impulso plebeyo, democrático y que ahora está claramente marcada por la revuelta de las elites; los que mandan quieren más poder y están dispuesto a conseguirlo cueste lo que cueste.

El papel del Rey es muy importante para una estrategia restauradora. En el imaginario reconstruido por las derechas unificadas Dios, Patria, Rey se ha ido organizando en torno a una versión singular de la Constitución del 78 consistente en apropiarse de ella y, a la vez, desnaturalizarla. No están de acuerdo con elementos sustanciales de la misma, pero la defienden con fiereza para convertirla en un símbolo cada vez más desconectado de una realidad que debería ordenar y dirigir; mientras, se va consolidando una "constitución material" a la medida de los poderes reales y de su (creciente) influencia en los aparatos e instituciones del Estado.

Se trata, en definitiva, de fortalecer y de privilegiar el núcleo duro del texto constitucional, a saber, el "principio monárquico". No es solo teoría. Esto se hizo visible en el discurso del Rey del 3 de octubre del 2017. Ahí terminó algo y empezó otra cosa. Terminó el ciclo de la renovación democrática y comenzó el proceso de restauración aún inacabado. Felipe VI llamó a las fuerzas vivas, a los que tienen los resortes del poder, a los sujetos básicos y fue escuchado; fue entendido y seguido; más allá y más acá del Gobierno de Rajoy, más allá de las derechas existentes y comprendido por una parte significativa del PSOE. La autonomización y el activismo de los aparatos e instituciones del Estado se hizo muy visible. La batalla sigue abierta hasta hoy.

Ahora las derechas están a la ofensiva. Digirieron mal la derrota electoral y se preparan para una guerra de desgate. El gobierno tiene demasiados frentes abiertos, no gestiona bien los conflictos y sigue sin un proyecto de país visible, capaz de ser compartido y de suscitar compromiso. Lo suyo es seguir, mantenerse, haciendo del miedo a la derecha el eje de la cohesión de su gobierno y de instrumento de vertebración de su contradictoria mayoría. Sánchez sigue el consejo de Andreotti: lo que desgasta es la oposición.

Las derechas, aquí y en todas partes, quieren más poder, mayor libertad para sus negocios y, sobre todo, usar a fondo el Estado para cambiar a la sociedad y fortalecer su poder de clase. Es el modelo Madrid. El miedo cambia de bando y está donde siempre, en las clases subalternas, a las que hay que acostumbrarlas a venderse en las condiciones fijadas por el capital y poner fin de una vez por todas a la cultura de los derechos sindicales y sociales; para eso hace falta una derrota política, cultural estratégica. La condición previa: liquidar el poder social y sindical de las clases trabajadoras, romper los vínculos con los territorios, dividir y diluir lo que queda de la autonomía política de los sectores obreros más conscientes.

Lo que hay detrás, a mi juicio, de esta ofensiva mediática en las redes es erosionar al Rey para embridarlo, domarlo, debilitarlo para que juegue un papel central en la restauración y el cambio de régimen en país. Convertirlo es custodio y defensor de la Constitución, en su interprete supremo. La transición: una democracia militante que limite el pluralismo político y que excluya a los extremos de la vida pública. No hay que engañarse demasiado, el verdadero objetivo es el de siempre: poner fin al siglo de la revolución, desintegrar a los trabajadores como sujeto político y norteamericanizar la vida pública. Todo está ya muy avanzado. Georgia Meloni representa como nadie esta Europa subordinada y sin proyecto.

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No es racismo, ni xenofobia, es oportunismo irresponsable https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78936/no-es-racismo-ni-xenofobia-es-oportunismo-irresponsable/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78936/no-es-racismo-ni-xenofobia-es-oportunismo-irresponsable/#respond Fri, 19 Jan 2024 05:32:13 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78936 Continuar leyendo "No es racismo, ni xenofobia, es oportunismo irresponsable"]]> Efectivos de Salvamento Marítimo y del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en el puerto de Motril.-EFE / Alba Feixas
Efectivos de Salvamento Marítimo y del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en el puerto de Motril.-EFE / Alba Feixas

Esa suerte de derecha que es Junts jamás ha sido extrema como colectivo. E incluso tiene dirigentes de perfil netamente socialdemócrata. Si saca ahora la bandera de la inmigración, vinculándola a la delincuencia, es por puro y simple oportunismo. Olfatean la corriente y se suman a ella sabedores que da réditos electorales. Le han visto las orejas al lobo. Y reaccionan dejándose llevar a merced del oleaje. 

Cuenta Piketty en Capital e ideología que la posición ante la inmigración y la redistribución de la riqueza es lo que mayormente determina la posición del electorado. En Catalunya no se atisbaba partido alguno, catalanista, que levantara esa bandera. Ahora, sí. Digo catalanista porqué en la derecha españolista sí llevan tiempo agitando la inmigración como baza electoral. En Badalona, Albiol tiene un máster con esa matraca. Y ante la impotencia de la izquierda (y su incapacidad para afrontar el debate exigiendo derechos y deberes para todos) resulta que el dirigente catalán del PP ha arrasado en la que es tercera ciudad de Catalunya junto a Terrassa. Claro está que en Badalona tampoco están las izquierdas en buena forma. Y no vayamos a olvidar que el último alcalde socialista fue el primero en arremeter contra la posible apertura de un centro de menores inmigrantes tutelados en la ciudad. Además, se atrevió la alcaldesa socialista de Rubí. En plena campaña municipal lideró una manifestación contra un centro de menores.

Claro que lleva razón Junts cuando enfatiza que el tema de la inmigración presenta un reto gigantesco y que podría llegar a poner en entredicho la cohesión social. Ocurre que Junts pone el acento en la delincuencia. Y esa es una asociación de ideas muy peligrosa e interesada que por ese camino lleva irremisiblemente a una deriva.  

También es verdad que la izquierda a menudo no sabe cómo gestionar las contradicciones. Chirría mantener la defensa del estado del bienestar con el internacionalismo proletario (pario). Si los que llegaran en masa fueran ricos no habría problema. Pero son pobres y a menudo sin formación alguna. Abrir las fronteras con el "Papeles para todos" es obvio que plantea un problemón. Otra solución facilona a un complejo problema. Largo Caballero, siendo Ministro de Trabajo, implantó una medida sobre como obligar a que los temporeros fueran naturales del municipio. Luego, en el 33, la derecha eliminó esa restricción para poder traer trabajadores portugueses y reventar los salarios. Cuando la izquierda volvió al poder en el 36 reimplantó la medida. Esa problemática también se ha dado en la UE, con trabajadores de la Europa Oriental. La libre circulación de trabajadores permite esa triquiñuela. Mano de obra barata en detrimento de los salarios.  


Trump, en Estados Unidos, se jactaba de haber construido una inmensa valla en la frontera mexicana. Pero quien más kilómetros levantó fue Obama que fue también quien más policías destinó a vigilar esa valla.  

En España, el PSOE le montó un pitote a Rajoy por no permitir que centenares de inmigrantes que habían sido rescatados en alta mar atracaran en puerto español. Es el caso del Aquarius. Sánchez sí lo permitió, pero cuando volvió a ocurrir se negó. Argumentó que España sola no podía hacerse cargo. Al final, un grupo de países europeos acordaron solidariamente acoger a esos migrantes. A España le tocaban 140. Sólo entraron una docena. A todo esto, el Ejecutivo más progresista de la historia -también con Pablo Iglesias- mantuvo la valla de Ceuta y Melilla.  O sea, si se juegan la vida en un barquito hacinado o en un cayuco igual se les da cobijo. Si cruzan la frontera terrestre, saltando la valla, se los muele a palos. 

Junts no es para nada un partido racista. Ni de extrema derecha. Pero su oportunismo y angustia los lleva a hacer planteamientos más propios de posiciones extremas. Claro que se debe poder hablar de multireincidencia y exigir derechos y deberes del primero al último de nuestros congéneres. Pero lo que delata intención es vincular inmigración a delincuencia. 


Oportunismo porqué saben -como cuenta Piketty- que la posición ante la inmigración determina muchos votos. Y a eso van, aprovechando la corriente de fondo. Y angustia porqué temen que arraigue un partido nacionalista de carácter identitario que les reste apoyo electoral. Como ocurrió en Ripoll, con Junts como principal perjudicado. O en Manresa o Vic, en la Catalunya interior. La vía para evitar ese riesgo de fuga de votos es simple y llanamente hacer propuestas de sesgo derechista que nada tienen que envidiar a lo que plantean significados alcaldes de la derecha rancia. 

Junts pretendía ser un partido progresista -conviven diversas almas en su seno- aunque su política fiscal se parece más a la del PP que a la de la izquierda. Algo parecido ocurre con la regulación del precio del alquiler. O con las pensiones. Pero se iba trampeando. Pero cuando toman el derrotero del binomio delincuencia/inmigración no hay duda de donde están. Lo peor es que finalmente dicen justificarlo por patriotismo cuando lo que de verdad están haciendo es desprestigiar y estigmatizar a un catalanismo que siempre tuvo la premisa que es catalán todo aquel que vive y trabaja en Catalunya.

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Adoctrinar en colegios públicos en el siglo XXI https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79102/adoctrinar-en-colegios-publicos-en-el-siglo-xxi/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79102/adoctrinar-en-colegios-publicos-en-el-siglo-xxi/#respond Fri, 19 Jan 2024 05:01:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79102 Continuar leyendo "Adoctrinar en colegios públicos en el siglo XXI"]]> El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. DIÓCESIS DE CÓRDOBA
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández. DIÓCESIS DE CÓRDOBA

El obispo de la diócesis de Córdoba, Demetrio Fernandez, ha comenzado hace unos días a realizar una ruta de "visitas pastorales" a centros educativos públicos de la provincia. La justificación es que existe la "asignatura" de religión, cuyo profesorado programa con la diócesis esta actividad. El prelado no se limita a entrar en la clase de religión, en el horario de religión y con el alumnado de religión, sin alterar el normal funcionamiento del centro, como demandan las instrucciones emitidas al respecto hace años por la Delegación de Educación. En la mayoría de los casos se interrumpen las clases, la dirección recibe al prelado como si se tratara de una "autoridad pública", se reúne a todo el alumnado de religión (y en algunos casos a todo el del centro) en un salón para recibir la "evangelización" del pastor, en lugar del aprendizaje de matemáticas, lengua, idiomas, conocimiento del medio, o las materias que corresponderían en ese horario. Esto sucede con la colaboración, consentimiento o conocimiento de las direcciones de los propios centros, de una parte de las familias y del profesorado y de la administración educativa. El incumplimiento de las instrucciones de la propia Delegación no ha tenido, que sepamos, hasta ahora ninguna exigencia de responsabilidades por parte de la Inspección Educativa. Todo esto sucede en un centro educativo público de un Estado aconfesional, en una Comunidad Andaluza, cuya ley de Educación dice que "la escuela será laica". Y en una sociedad del siglo XXI, donde el 40% de las personas se declaran no creyentes y sólo el 18% católicos practicantes.

Estos hechos, que se están haciendo rutinarios, deberían hacernos reflexionar lo siguiente:

1- ¿Tiene sentido el mantenimiento de la religión (católica, islámica, evangelista...) en el curriculum escolar? Desde Europa Laica entendemos que las religiones se deben practicar individualmente y en los templos respectivos y los centros educativos deben instruir y formar al alumnado en conocimientos científicos y en derechos humanos universales. Es totalmente contradictorio con los principios educativos de igualdad, libertad y tolerancia el adoctrinamiento de religiones que discriminan a la mujer, condenan a las personas LGTBI+ y anteponen las supersticiones y mitos al conocimiento científico.

Mientras, incomprensiblemente, esta pseudoasignatura permanezca en el curriculum, al menos debería impartirse fuera del horario lectivo, para que el alumnado que no está matriculado en ella no tenga que estar secuestrado esas horas, que son más de las que se dedican a muchas de las otras materias de conocimiento. Deberíamos pensar si no hay una relación entre los malos resultados de PISA (test de aptitudes de conocimiento) y la distribución de horas del curriculum.

2- Los centros educativos deberían estar protegidos de particularismos ideológicos. Es cuanto menos curioso que la Consejería de Educación haya dictado recientemente instrucciones que restringen y controlan las actividades complementarias propuestas por las centros, con una especie de censura, para velar por la neutralidad ideológica y permita y facilite  el adoctrinamiento de una persona como el obispo Demetrio, que felicitó en una pastoral el éxito electoral de Vox, que es conocido por sus declaraciones públicas ultraconservadoras y aberrantes como que "en los centros de enseñanza públicos se enseña al alumnado a fornicar", que define la inseminación in vitro como "un aquelarre infernal" o que afirma que "la ONU tiene un plan para hacer que la mitad de la población sea homosexual". Cuesta trabajo entender que haya direcciones de centros y Consejos Escolares que no tengan en cuenta esto a la hora de permitir semejantes actividades. Es muy preocupante que las familias del alumnado de religión expongan a sus criaturas a este tipo de mensajes y que la comunidad educativa de estos centros no reaccione en contra.

3- Lo más grave, desde mi punto de vista, es la colaboración por parte de personas responsables de la formación de los menores, en actuaciones que suponen un ataque a libertad de conciencia de estos, exponiéndolos, por irreflexión, dejadez o por sectarismo propio, al adoctrinamiento de personas con marcadísimo perfil ideológico y sectario, como el caso del obispo.

4- Estos hechos no se pueden "normalizar". Son comportamientos propios de una época de nacionalcatolicismo, impropios de un Estado democrático y aconfesional. Es responsabilidad y obligación de las propias familias, de las comunidades educativas, de las direcciones de los centros, de la inspección y la administración educativa, y de la sociedad en general velar por que la escuela pública, que debería ser única y universal, cumpla su función de formar ciudadanía preparada en conocimientos científicos, libre, crítica y con valores humanos universales.

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Let's talk about sex https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79057/lets-talk-about-sex/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79057/lets-talk-about-sex/#respond Thu, 18 Jan 2024 19:25:30 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79057 alt --> Cada vez que alguien habla de pornografía echo mano a mi carnet de feminista porque estoy segura de que me lo van a quitar. Por más que lo intento no puedo evitar tener opiniones de lo más encontradas y contradictorias sobre el tema. Por un lado me imagino a Ted Bundy sentado en su celda … Continuar leyendo "Let's talk about sex"]]> Freepik.
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Cada vez que alguien habla de pornografía echo mano a mi carnet de feminista porque estoy segura de que me lo van a quitar. Por más que lo intento no puedo evitar tener opiniones de lo más encontradas y contradictorias sobre el tema. Por un lado me imagino a Ted Bundy sentado en su celda diciendo con toda su cachaza cínica de asesino en serie misógino y narcisista que la culpa de todo la tiene el porno, pobrecito mío, como si millones de hombres, comenzando por los policías que lo detuvieron, no hubieran consumido las mismas revistas pornográficas que él y, fíjate, no se dedicaban a asesinar chicas como tú, pedazo de cretino.

Pero, por otro lado, pienso también que la mayoría de la pornografía refuerza todos los estereotipos patriarcales de dominación, cuando no de humillación, sobre el cuerpo de las mujeres y que se centra exclusivamente en el deseo y placer masculino. Lo cierto es que, cada vez que se saca el tema de la pornografía, siento que el discurso se desliza por la peligrosa y sensacionalista senda del pánico moral -de izquierdas y de derechas-, y que cuando hablamos de pornografía en el fondo estamos hablando de prejuicios, puritanismo, gustos personales, presunciones y rumores.

A mi no me gusta la pornografía, pero de mis gustos personales y subjetivos no se puede construir una instancia política como tampoco elaborar todo un corpus moral. Ojalá tuviera una opinión más firme, menos resbaladiza, más contundente, pero me resulta imposible perder de vista que la pornografía es una actividad -un negocio multimillonario más bién- construido sobre hombres y, sobre todo, mujeres, en muchas ocasiones muy vulnerables, y que, por tanto, tenemos la obligación de evitar caer en la infantilización y no invisibilizar ni estigmatizar ni mucho menos deshumanizar a quienes se dedican a esto.

Siempre me han sobrado los sermones y las posturas contundentes cuando hablamos de vidas ajenas, sobre todo cuando las condiciones de esas vidas han sido menos privilegiadas que las mías de muchachita de provincias.


Pero claro, luego me pongo a leer este domingo pasado la entrevista a Pedro Sánchez en El País y me entero de que van a regular el acceso de los menores de edad a la pornografía y me quedo muerta. Porque, espera, ¿me quieres decir que en un país en el que hemos conseguido regular el consumo y la publicidad del juego, el alcohol y el tabaco a menores, no hemos hecho lo mismo con la pornografía?

No caigamos en el pánico antes de tiempo, por favor. Por supuesto que está regulado, otra cosa muy distinta es que dicha regulación sea más o menos efectiva, como ocurre también con el alcohol, el tabaco y el juego. Así que, perdonad mi prurito semántico, esto no va tanto de regular como de hacer que dicha regulación sea eficaz o, al menos, que a los menores les resulte mucho más complicado acceder a la pornografía en internet de lo que les está resultando ahora.

Los datos son contundentes y preocupantes, esto no es una broma. Pero deberíamos dejar de hacernos trampas al solitario porque todo esto consiste, una vez más, en dar vueltas de nuevo sobre el tema que más preocupación y tiempo nos está tomando en la conversación pública: las pantallas y los adolescentes. 


Pertenezco a una generación que se lanzó de cabeza, entusiasmada y sin mirar atrás, al océano de internet: nos abrimos perfiles en todas las redes sociales, cedimos datos personales a cookies y a quien nos lo pidiera, compartimos intimidades, fotos, opiniones, ligamos, compramos, trabajamos, pagamos nuestros impuestos y socializamos pegados a un ordenador y a nuestros móviles.

Lo hemos hecho sin reflexionar y convencidos de que era una de las mejores cosas que nos había sucedido en esta vida, como si internet fuera un ente divino y neutro y no un espacio copado por grandes corporaciones, una selva neoliberal apenas regulada donde lo mismo te puedes encontrar la receta perfecta de la tarta de manzana que fotos explícitas de las víctimas de Jeffrey Dahmer.

Sin embargo, cuando vemos este comportamiento replicado en nuestros hijas e hijos, nos ponemos de los nervios, sin querer confesarnos que lo que realmente estamos presenciando no es más que el reflejo más joven, más ingenuo, más vulnerable, más hábil de nosotros mismos. Los adolescentes, desde tiempos inmemoriales, no hacen más que repetir de forma histriónica y hormonada lo que les hemos enseñado o dejado de enseñar.


Hemos arrojado a nuestros adolescentes delante de las pantallas desde bien pequeños, lo hemos hecho incluso cuando nosotros mismos no hemos acabado de entenderlas, dejándolos sueltos y sin guía por un territorio salvaje que no nos hemos molestado en regular, ni tan siquiera vigilar. Hemos sido nosotros quienes los hemos hecho vulnerables y dependientes de ellas, y cuando el resultado nos asusta o molesta, se lo echamos en cara.

Ahora contemplamos que han sido, que siguen estando, expuestos a todo tipo de pornografía en redes, y no me refiero solo a la pornografía sexual: streamers que vomitan en camiseta imperio basura incel, niñatos ricos de tercera generación apologetas de la cultura del esfuerzo, evasores de impuestos que berrean desde Andorra, llorones de la inclusión forzada, hijas de directivos que romantizan la vida de ama de casa tradicional, criptobros, terraplanistas y todo tipo de fauna facha más o menos tradicional. 

¿Y qué estamos haciendo nosotros para contrarrestar todo esto? Ya os lo digo yo, aparte de refunfuñar y generar titulares amarillistas: nada. Estamos ante la Gran Renuncia Educativa. Tan preocupados andamos ante los resultados del Informe PISA y las faltas de ortografía que nos hemos olvidado de que educar es mucho más que saberse todos los nombres de la Generación del 27, que educar es, entre otras cosas, contrarrestar toda la propaganda neoliberal y reaccionaria que se comen nuestros adolescentes.


Pero es que el único instrumento al que podemos recurrir para compensar las desigualdades, tanto materiales como inmateriales, la Escuela Pública, también parece haber renunciado a su labor principal y anda enfrascada en todas las guerras culturales reaccionarias, discutiendo sobre la excelencia educativa o mirándose el ombligo, mientras miles de adolescentes escuchan a un tipo defender en directo que desahuciar a una anciana es una cosa fantástica, que para eso la casa es suya, y que esto no hubiera pasado si la vieja hubiera nacido streamer y no pobre.

Por esto mismo cabe preguntarse -y preocuparse- por los resultados de la encuesta del CIS sobre igualdad, porque más allá de titulares de clickbait, nos pinta un panorama alarmante entre los varones de entre 16 y 24 años. Porque precisamente esta es la franja de edad donde se encuentra el grueso de quienes se sienten más amenazados por los avances del feminismo. Y son estos mismos chicos, oh sorpresa, también los que son más vulnerables ante el uso de pantallas.

Una se pregunta, sin quitarle importancia al hecho de que niños y jóvenes puedan acceder a contenido sexual que no están preparados para entender y procesar, contenido e imágenes que les pueden generar falsas expectativas en torno a la sexualidad humana e incluso llegar a condicionar algunas de sus conductas sexuales futuras, si esto es más dañino para ellos que pasarse la tarde viendo a un tipo en camiseta que mientras juega al Fortnite escupe opiniones misóginas o racistas o les intenta convencer de que la gente pobre lo es porque no se ha esforzado lo suficiente.


Cualquier medida que se tome para hacer más complicado, más exigente, el acceso a contenidos nocivos para los menores siempre será bienvenida, aunque no puedo evitar sentir cierto escepticismo sobre su utilidad e incluso viabilidad. Como tampoco puedo evitar pensar que los menores estarían mucho más seguros a la hora de enfrentarse a la pornografía en internet si lo que ven lo pudieran contrastar, procesar, reflexionar, valorar y discutir con nosotros gracias a haber recibido una correcta educación sexoafectiva en cada una de las etapas de su educación reglada. 

Hacer de internet un espacio seguro para los menores, pero también para las mujeres y todos los colectivos vulnerables, es una obligación política y una obligación de toda la sociedad, pero sin un compromiso claro ante los valores de la igualdad, la solidaridad, los derechos humanos o el antirracismo la mayoría de las regulaciones serán tan baldías como intentar vacíar el Lago Ness con una cucharilla de café.

Como la pornografía, el miedo a las pantallas no deja de ser la constatación de nuestra Gran Renuncia Educativa, de nuestra entrega sin condiciones al neoliberalismo más chusco y nihilista, un camino del que llevamos un largo trecho ya recorrido pero que siempre estamos a tiempo de desandar para tratar de buscar rutas más amables y soleadas. 

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Sobre hombres feministas, nuevas masculinidades y mujeres hasta el mismísimo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79003/sobre-hombres-feministas-nuevas-masculinidades-y-mujeres-hasta-el-mismisimo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79003/sobre-hombres-feministas-nuevas-masculinidades-y-mujeres-hasta-el-mismisimo/#respond Thu, 18 Jan 2024 05:50:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79003 Continuar leyendo "Sobre hombres feministas, nuevas masculinidades y mujeres hasta el mismísimo"]]> Iñaki Ardanaz y Pilar Gómez en 'La loca y el feminista', de Sangra Gallego.-Público
Iñaki Ardanaz y Pilar Gómez en 'La loca y el feminista', de Sangra Gallego.

Una de las lecciones que uno aprende cuando estudia algo de feminismo, aunque sean solo unos textos introductorios, es que el patriarcado tiene la capacidad continua de reinventarse, de adaptarse a cada momento histórico y de buscar aliados en todos los contextos. Solo así es posible explicar su pervivencia y los diferentes rostros que ha ido adoptando a lo largo de los siglos.

En estos momentos de neoliberalismo salvaje, es evidente que dicho orden político, que también es una estructura de pensamiento, ha encontrado en el mercado un cómplice impagable y en las redes sociales un vehículo imprescindible para que, entre otras cosas, sigamos desvinculándonos de lo común.

Es decir, en este mundo de presentismo, narcisismo y egos a la deriva, es fácil que los señores de toda la vida dejen intocables los pactos que los mantienen en el poder, mientras que el resto andamos entretenidos y domesticados, aunque pensemos lo contrario, en los espacios digitales.

Eso sí, no nos faltan etiquetas a las que agarrarnos, discursos  políticamente correctos sobre los que galopar e ilusiones de ser, pese a todo, ciudadanos comprometidos. Algo de lo que por cierto somos expertos en la izquierda, tan dados a dejarnos llevar por la magia de las palabras y por el incienso de los púlpitos laicos.  


En medio de una cuarta ola, y de su correspondiente reacción de hombres agraviados, el feminismo corre el riesgo de convertirse en una suerte de pasaporte que nos convalida y que nos ubica en un espacio, el de los discursos que estimamos impecables desde el punto de vista moral, al tiempo que nos genera la ilusión de colocarnos a salvo de cuestionamientos que removerían el suelo que pisamos.

Es ésta una lección que pareciera que los hombres, algunos hombres, hemos aprendido con rapidez y soltura. Tan entrenados como estamos en la capacidad de mantenernos siempre a flote (lo del sacrificio de Leonardo di Caprio en Titanic fue solo una concesión al amor romántico).

De esta manera, no hemos dudado en coger una bandera sobre la que hasta antes de ayer no teníamos ni idea, al tiempo que hemos aprendido, tan espabilados como somos, una serie de consignas que nos permiten superar cualquier entrevista superficial y que nos generan la ilusión, la fantasía más bien, de que hemos hecho todo un arduo trabajo de deconstrucción.


Esa intensa y manoseada palabra que nos ha llevado a no dejar de inventarnos adjetivos con los que articulamos nuevas fratrías. Es así como las nuevas masculinidades, las igualitarias, las feministas, han ido ocupando espacio, hasta el punto de que hasta Netflix ha tomado buena nota del negocio y se dispone a estrenar la segunda temporada de Machos alfa.

Ello no quiere decir, claro está, que no existan tipos que han iniciado procesos serios de revisión, o que se acercan a estas cuestiones con ánimo de aprendizaje y de desaprendizaje, o que se sienten realmente comprometidos con la causa de la igualdad que no es otra que la de la democracia. El problema es que tal vez, y soy yo el primero que hago autocrítica, nos hemos centrado excesivamente en los adjetivos y hemos olvidado el sustantivo.

Es decir, quizás la primera cuestión a advertir  sea que no somos conscientes, o no queremos serlo, de que el problema es la masculinidad, y la segunda, que va de la mano de la anterior, es que hemos creído que solo con construir un discurso racional en torno a nuestro machismo insoportable bastaría para provocar cambios sustanciales en la vida que compartimos con las mujeres. Porque, claro, que no se nos olvide, que las discriminadas y violentadas continúan siendo ellas, y que el problemón de fondo continúan siendo unas reglas del juego hechas a nuestra imagen y semejanza.


Unas reglas que en los patriarcados de consentimiento nos continúan beneficiando, concediéndonos privilegios y situándonos en una escala de responsabilidades en determinados ámbitos mucho menos exigente que a las mujeres. Pensemos, por ejemplo, en la tan debatida conciliación que está todavía lejos de convertirse en corresponsabilidad, y en cómo las conquistas legislativas – véase el permiso de paternidad – acaban siendo apenas una tirita en el marco de una cultura laboral, empresarial y social que organiza espacios y tiempos en función todavía de una división sexual del trabajo.

Es evidente que en medio de esta ceremonia de la confusión las mujeres continúan siendo las perdedoras, mientras que nosotros nos instalamos en el protagonismo de las "nuevas masculinidades", en el goce de los padres amorosos y en la palabrería del hombre guay, progresista y ahora también feminista. 

Es comprensible, pues, la desconfianza de tantas feministas, el hartazgo de tantas mujeres y las dificultades de conversación entre quienes estamos condenados a entendernos porque no se trata sino de revisar nuestra vida en común, el pacto social y el sexual que lo precede, las condiciones de existencia que son siempre relacionales.

Un trabajo arduo que empieza por lo personal, que siempre es político, y que requiere del acompañamiento de lo colectivo y público, y en el que tenemos que aprender a renunciar, a asumir responsabilidades y a modificar los esquemas mentales que durante siglos nos identificaron a nosotros con el señorío, la libertad y la plena disponibilidad del tiempo. Todos ellos factores que casan mal con una lógica cooperativa y con una ética del cuidado sin la que será imposible no solo darle la vuelta a la tortilla sino también cocinarlas con algo más que huevos. 

Todos estos hilos, aunque pueda parecernos imposible, están en los poco más de doce minutos que dura el corto La loca y el feminista. Una de esas producciones imprescindibles que una suma de mujeres inteligentes – Pilar Gómez en el guion, Sandra Gallego en la dirección, María del Puy Alvarado y la cordobesa Penélope Cristóbal en la producción, entre otras -  convierten en una de las mejores lecciones de lucidez política que yo recuerde y que, por tanto, debería ser de visionado obligatorio por todos los hombres "nuevos" (al resto, me temo, casi que los doy por perdidos).
Muy especialmente después de que el CIS no haya dejado claro que hay un porcentaje de hombres que se sienten agraviados por los avances en igualdad, un índice que se eleva de manera preocupante entre quienes tienen 15 y 24 años, lo cual no quiere decir que quienes estamos en el porcentaje contrario hayamos desmontado del todo la masculinidad patriarcal.

Todo ello en una encuesta que revela cómo sigue operando una división sexual del trabajo y de los tiempos. A las creadoras del cortometraje que opta a los Goya le bastan dos personajes, dos rostros y dos palabras, para poner el dedo en muchas de esas llagas.

No hace falta más para contar toda una historia que es un fiel retrato de este siglo XXI de mujeres que pelean por "empoderarse" y de hombres que no queremos perder ni un centímetro de poder. Véanlo, conversen sobre él con sus parejas, úsenlo en los grupos donde algunos hombres hacen terapia en cuanto víctimas del patriarcado y tomen nota. Tomemos nota. En estos doce minutos hay mucha más tralla política que en cualquier campaña del Ministerio de Igualdad, y por supuesto que en la encuesta del CIS.

Y, recordemos, colegas, ellas, empiezan a estar ya hasta el mismísimo. Con toda la razón.

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Que no nos confundan: más feminismo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79045/que-no-nos-confundan-mas-feminismo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79045/que-no-nos-confundan-mas-feminismo/#respond Thu, 18 Jan 2024 05:29:16 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79045 Continuar leyendo "Que no nos confundan: más feminismo"]]> Unas manos forman el símbolo feminista, durante una manifestación por el 25N en Barcelona. EUROPA PRESS/Lorena Sopêna
Unas manos forman el símbolo feminista, durante una manifestación por el 25N en Barcelona. EUROPA PRESS/Lorena Sopêna

Cada vez que escribo algo para este rincón de opinión paso un buen rato pensando en el titular. No es este el caso, me uno al grito común, a la expresión de dos palabras que son la clave de futuro para una sociedad justa e igualitaria: más feminismo. Eso es en mi opinión lo que se deduce de los datos arrojados por la reciente encuesta del CIS al respecto de lo que opinan los ciudadanos sobre la igualdad, las políticas feministas y la discriminación.

Ya todas conocemos los datos y la alarma que genera que siga existiendo soterrado o no tanto un sentimiento y una ideología de construcción social puramente machista. Un porcentaje no desdeñable de los varones (44% según la encuesta) se opone a que las mujeres tengamos los mismos derechos y libertades que ellos para trabajar, para disfrutar de nuestra afectividad y sexualidad, para participar de la escena pública y desarrollarnos en la privada: nos consideran inferiores, subordinadas incompletas. Forma parte de una construcción cultural que se ha sedimentado durante años con la única intención de mantener su superioridad sobre la otra mitad de la población a toda costa. Sin embargo, los datos también reflejan que ya hay una mayoría social de hombres y mujeres que entienden la igualdad entre géneros como eje vertebrador de una sociedad democrática y comparten por tanto el trabajo y el empeño feminista. Es un gran logro si echamos la vista tan solo unas décadas atrás.

Me pregunto por qué tantos titulares al respecto de unos datos que reflejan que aun no está todo conseguido, y que efectivamente es en la juventud donde se encuentra la base del problema. Siempre dijimos que la educación es el principio del cambio. Me pregunto por qué cuando asesinan a mujeres y a sus hijos no revientan las rotativas de tinta roja de ira, por que cada vez que se instauran políticas feministas, se llenan las televisiones de opiniones sobre el coste económico que suponen. Parece más bien que no se trata de un interés real en muchos casos, sino de sedimentar el retroceso que sigue a cualquier avance. Que aun haya un porcentaje relevante de los hombres que se aferre a la posición de dominio que les otorga el patriarcado no nos debe hacer desfallecer, sino permanecer, resistir y defender los avances conseguidos y que nos han llevado a ser uno de los países lideres en legislación feminista en el mundo.

Y luego está la cuestión que como afrontar estos retos, pasaron los tiempos en que había que ir convenciendo a los otros sobre la oportunidad de que estemos en todos los espacios, sobre que constituimos la mitad del talento además de la mitad de las personas que habitamos este país. Es el momento de exigir, de plantarse. De educar y concienciar, sí, pero de no bajar la guardia también, de entender que nos jugamos muchísimo en este proceso, tanto como cumplir el mandato constitucional que vela por nuestros derechos humanos y que exige que la igualdad sea real y efectiva. Nos jugamos la felicidad, la tranquilidad, el libre ejercicio de nuestra personalidad, pero también la vida, o ¿nos olvidamos de las más de dos mil mujeres asesinadas por el machismo estructural?

Es este un momento histórico en el que no debemos dar ni un paso atrás, ni dividirnos con matices.  Hay muchos recursos invertidos en falsedades, medios de comunicación, opinadores, partidos políticos que directamente niegan la existencia de la desigualdad y otros que pactan con ellos y los amparan. Nosotras solo tenemos la razón y la palabra, pero también la capacidad y la obligación de estar unidas y ser valientes, defender con uñas y dientes a las personas que han puesto y ponen la cara y el cuerpo para sacar leyes, normas y poner sobre la mesa debates que son necesarios, no sucumbir ante la desesperanza ni ante la manipulación. Y por supuesto reclamar los mayores esfuerzos contra la violencia de genero.

Frente a los datos: rigor y unidad. La botella esta medio llena, que no nos engañen, necesitamos juntas y juntos mas feminismo.

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Amnistía turística: Welcome to Madrid https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79026/amnistia-turistica-welcome-to-madrid/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/79026/amnistia-turistica-welcome-to-madrid/#respond Wed, 17 Jan 2024 19:29:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=79026 Continuar leyendo "Amnistía turística: Welcome to Madrid"]]> Pixabay.
Pixabay.

Mientras que en Cataluña se va a regular el precio máximo de los alquileres, la política de vivienda en Madrid pasa por amnistiar los pisos turísticos ilegales. El Ayuntamiento tramita un plan especial para legalizar varios pisos turísticos de un edificio de la calle San Bernardo que hasta ahora solo tenían licencia para albergar oficinas y viviendas. Esos pisos turísticos llevan operando como tales desde hace varios años a pesar de no tener licencia y, lejos de ser sancionados por el Servicio de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento, el Consistorio se ha sacado de la manga un plan especial, ad hoc, una suerte de traje a medida para legalizar su actividad a pesar de no cumplir con la normativa. De paso, se consolida una senda que disminuye la oferta de vivienda disponible y detrae del mercado de vivienda de uso residencial unas cuantas viviendas más. ¡Cómo si nos sobraran! 

Algo así como "esta es la normativa y si no le gusta, tengo otra" o lo que es lo mismo, adaptar la legalidad a los intereses económicos inmobiliarios. Y resulta que esa máxima no es la primera vez que se aplica, ni mucho menos. Profundizando en ese tipo de prácticas encontramos otro caso análogo, el del Palacio Conde de Miranda. En este caso, el Ayuntamiento de Madrid está tramitando un plan especial para cambiar el uso de un edificio del siglo XVIII ubicado muy cerca de la Plaza Mayor y que tiene varios expedientes abiertos por explotar ilegalmente un negocio turístico sobre suelo residencial. Se trata de 26 viviendas turísticas que llevan años operando sin licencia y que, de nuevo, lejos de ser sancionadas y clausuradas, se cambia la normativa para queden dentro de la legalidad. 

Podríamos incluso hablar de un modus operandi del Consistorio ya que los ejemplos son numerosos: un hotel de lujo en la Gran Vía, cerca de Plaza España, un edificio que albergaba viviendas en alquiler, luego oficinas y en el que finalmente la empresa propietaria, Bicon Capital, ha logrado legalizarlo para conseguir 112 habitaciones de lujo.  

Este tipo de operaciones de aparente legalidad forman parte de una hoja de ruta al servicio de los procesos de turistificación y mercantilización de las ciudades que dificultan la convivencia y, en muchos casos, directamente expulsan a los vecinos y comercios de sus barrios.  Organizaciones y colectivos vecinales han denunciado ante la opinión pública este patrón común: se trata de favores de la Administración hacia grandes propietarios, sociedades y fondos de inversión. Algo muy distinto sucede, qué casualidad, cuando se trata de resolver situaciones como el suministro eléctrico de viviendas en la Cañada Real, ahí entonces aparece todo el peso de la legalidad urbanística de manera que es imposible legalizarlo y devolver la luz a las familias.  


En definitiva, un urbanismo extractivo que pasa siempre por ser débil con los fuertes y fuerte con los débiles. Un modus operandi trazado siempre al límite, en zonas de sombra premeditadas, que pone la legalidad al servicio de la especulación y que se viene denunciando por parte de la sociedad civil y algunos medios de comunicación. Debemos plantearnos nuevas fórmulas de acción social, sumando investigación ciudadana, batalla judicial y presión popular. Detener la epidemia de los pisos turísticos ilegales es apostar por el bien común. 

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Anita y Aníbal https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78958/anita-y-anibal/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78958/anita-y-anibal/#respond Wed, 17 Jan 2024 05:56:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78958 Continuar leyendo "Anita y Aníbal"]]> Anita fotografiada por Pablo Batalla
Anita Sirgo fotografiada por Pablo Batalla

Anita recordaba de su infancia en El Campurru las veces que La Reguerona, el arroyo en el que lavaban ("de aquella no había lavadora, fíu"), se congelaba, y había que llevar una piedra para quebrar los calambros, y un caldero de agua caliente para ir derritiéndolos, y la niña lavandera que Anita era acababa por no sentir las manos sumergidas en el agua gélida, "pero teníes que facelo, fíu". Aníbal recordaba de su infancia en Uxo la vez que el Caudal se desbordó, se llevó su casa por delante, y un carro bastó para trasladar a la familia y sus pocas pertenencias a su nuevo hogar, en el barrio de San Pedro de Mieres. Eran los de Anita, fueron todavía los de Aníbal, tiempos de calambros: había que partir la vida cada día con una piedra para poder habitarla. Eran los de Aníbal, habían sido ya los de Anita, tiempos de riadas homicidas: había que tener un carro siempre listo para evadirse de las antropofagias varias de la España, no una, sino dos —los vencedores, los perdedores—; no grande, sino pequeña como la boca de un fusil; y pardiez que no libre.

Anita tuvo un padre que dejó de tener. Avelino Sirgo Fernández, conocido como El Perrucu, conocido como El Matemático, conocido como Lada, capitán republicano en el batallón del Comandante Chuno, se echó al monte después de la derrota y en el monte aguantó hasta el año cuarenta y siete, cuando lo terminaron a tiros en un chamizu de Vibañu. La niña Anita ya solo volvió a verlo una vez, en que un tío suyo la llevó a visitarlo —a conocerlo— a una cabaña de Posada; El Perrucu, allá en el monte, llegó a formar otra familia, a engendrar otra hija al menos, con una chavala que llevaba leche y comida a los guerrilleros; la anciana Anita no se lo reprochaba; la Anita recién casada lo había sido entre guardias civiles que se precipitaron sobre su boda ("yo nund’ónde salieron tantos, fíu; salieron como mosquitos") por si el padre aparecía, que les pisaron todas las tartas, que levantaron tablas allá donde les sonaba hueco, que dejaron aquello hecho un cristo; la Anita anciana no reprochaba a su padre haber querido sobrevivir, y allá donde sobrevivió, haber querido vivir, romper la vida con una piedra, derretir los calambros, darse alguna alegría en las cabañas y cuevas de las alturas llaniscas y cabraliegas donde el aire da la vuelta y Jesucristo perdió el mechero y el Vietcong español podía matar en vez de ser matado, devolver alguna, reventar a algún pistolero falangista, en vez de mansamente sufrir la Operación Yakarta del fascismo internacional.

Anita fue ella misma, de adolescente, enlace de la guerrilla; al monte subía a dejar cestas y lecheras trucadas con fondo falso y pistolas dentro, y bien comprendía que allá arriba había que abalanzarse sobre cualquier alegría, sobre cualquier alivio, con la voracidad de un hambriento, en el tiempo aquel de la tristeza y la muerte, del mal y el terror.

Aníbal quedó muy pronto huérfano de madre, y con su padre minero anulado por la silicosis, tuvo que abandonar —él que era inteligente como un rayo— los estudios con trece años para ponerse a currar; a ser ayudante de un tratante de ganado, a repartir cartas de un banco, a subirse a un andamio como obrero de la construcción, a finalmente entrar de picador en Mina Llamas. La fragua de aquel país desvencijado y satrápico forjaba hombres de hierro y mujeres de acero cuando no los mataba.


Anita no tuvo miedo cuando estalló la Güelgona y no lo tuvo tampoco cuando, en una mazmorra, el capitán Caro, enviado desde Melilla a sofocar la cabila astur, la dejó sorda de un oído a base de toletazos, cada vez que ella afirmaba no conocer, vaya si los conocía, los rostros de las fotos que le ponían delante; rostros de otros hombres, de otras mujeres, de hierro y de acero y de titanio y de iridio, como el Paisanu Horacio; Horacio que había estado mil veces en su casa; Horacio que "se ponía una gabardina de papel, porque era casi de papel de fina que era, se metía un chorizo en un bolso y echaba a andar desde Oviedo hasta aquí, y cuando llegaba aquí en invierno llegaba con aquella gabardina chorreando y sin paraguas. Yo lo metía en la habitación, le ponía ropa de mi marido y le secaba la suya con la cocina de carbón para que se la pusiera otra vez". Hasta las piedras si hablaran, dice una canción, hablarían bien de Horacio. Y si las rocas hablaran hablarían también bien de Aníbal Vázquez y de su compromiso militante; dirían, como un compañero que lo fue del MC, que "desde el principio estuvo en toes".

En todas estuvo Aníbal, en todas estuvo Anita, y lo pasaron muy mal, pero lo pasaron muy bien, supieron pasarlo bien, jamás dejaron de ser alegres, de resplandecer de alegría, de desbordar, igual que el Caudal aquel aciago día de los cincuenta que dejó sin casa al niño Aníbal, de socarronería asturiana, de un sentido humorístico de la vida; de partir de risa a cualquiera que charlaba cinco minutos con ellos y escuchaba por ejemplo a Aníbal decir de una persona un poco tacaña: "Esi tien ortigues nos bolsos".

De aquella boda chafada por la invasión de la Meletérica, Anita recordaba que no dejaron de divertirse; que "allí no marchó nadie" y "hubo una juerga terrible: allí se cantaron cantares y se bailaron la conga, la raspa y de todo". "Si no puedo bailar la conga, la raspa y de todo, no es mi revolución", decía Anita, lo decía también el muy folixeru Aníbal, y Augusto Ferrer-Dalmau no pintará sus retratos, pero fue Aníbal, Anita fue, fueron ambos y tantos otros, aquella "mejor España" de un emocionante texto de Max Aub: "Estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides, hijo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado, sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, son, no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides".


Centenares de personas dan el último adiós a su alcalde, Aníbal Vázquez, en la plaza del Ayuntamiento de Mieres, a 14 de noviembre de 2023, en Mieres, Principado de Asturias (España).- Jorge Peteiro / Europa Press
Centenares de personas dan el último adiós a su alcalde, Aníbal Vázquez, en la plaza del Ayuntamiento de Mieres, a 14 de noviembre de 2023, en Mieres, Principado de Asturias (España).- Jorge Peteiro / Europa Press

Nosotros no olvidamos ni olvidaremos ni a Aníbal, ni a Anita. Aníbal se nos fue en noviembre del veintitrés y el turullu sonó en la Plaza Mayor de Mieres como sonaba cuando había minas y un minero moría y convirtió en escarpias los pelos de los miles de mierenses que llenaron las calles para aplaudir a su alcalde, el féretro de su alcalde envuelto en una bandera republicana; mierenses de la izquierda y de la derecha y el centro, porque todos votaban al buen y digno Aníbal, su honestidad premiada con una de las mayorías absolutas más abultadas del país entero, porque Izquierda Unida arrasa casi siempre que le dan la oportunidad de mostrar cómo gobiernan los comunistas.

Anita se nos va ahora y, mientras estas líneas se escriben, se anuncia una marcha a pie desde el salón de actos de Comisiones Obreras del Nalón hasta el Pozu Fondón, lugar en que lideró los piquetes del sesenta y dos, cumpliendo así su deseo de ser despedida con una manifestación, la última manifestación; y a nadie le cabe duda de que será multitudinaria; de que, aunque llueva, la lluvia empapará centenares si no miles de puños y gargantas, porque a Anita no le importó, cuando tuvo que no importarle, que llovieran chuzos y calambros, que el río desbordase, que cayeran porrazos, que le diera por decirle al capitán Caro que estaba embarazada para ver si así lo ablandaba y el capitán Caro le dijese "un comunista menos", que le raparan el pelo y el ministro Fraga se burlase.

Hay estatuas de Manuel Fraga en la España del veinticuatro y no hay estatuas de Anita, ni de Horacio, solo nombres de calle en barrios proletarios de Gijón o las Cuencas y un colegio público de Morcín, pero no las necesitamos, porque una estatua no es más que un sofisticado cagadero de palomas, y las palomas no cagarán, no pueden cagar, sobre el espectro de Anita y el fantasma de Aníbal; sobre el recuerdo indeleble de la Plaza Mayor de Mieres abarrotá y la marcha al Fondón y el hablar eterno de las piedras, que hablarán bien de Horacio y hablarán bien de Aníbal y de Anita y pedirán, en su nombre, ser piedras que en días de tormenta se hundan en el cieno de la tierra y luego centelleen bajo los cascos, bajo las ruedas; ser piedras aventureras y ser piedras de una honda, ser piedras pequeñas y ligeras que futuros rebeldes lancen al entrecejo del monstruo y lo derroquen, y la onda expansiva de su desplome ciclópeo retiemble la tierra y haga trastabillar y caer todas las estatuas feas, y abra las cunetas y la mejor España emerja a la superficie, se ponga en marcha con un chorizo en el bolsillo de la gabardina y su luz y su ira nos arranquen del sueño, y algo nuevo anuncien, y los calambros derritan. 

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El TPAN, una respuesta al olvido y la impunidad de Palomares https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78991/el-tpan-una-respuesta-al-olvido-y-la-impunidad-de-palomares/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78991/el-tpan-una-respuesta-al-olvido-y-la-impunidad-de-palomares/#respond Wed, 17 Jan 2024 05:16:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78991 Continuar leyendo "El TPAN, una respuesta al olvido y la impunidad de Palomares"]]> Fotografía del 8 de marzo de 1966 del entonces ministro de Informacion y Turismo Manuel Fraga, con el el embajador de Estados Unidos en España, Angier Biddle Duke, bañándose en la playa de Palomares, para intentar demostrar que aquellas aguas no estaban contaminadas tras el accidente nuclear ocurrido dos meses antes. EUROPA PRESS
Fotografía del 8 de marzo de 1966 del entonces ministro de Informacion y Turismo Manuel Fraga, con el el embajador de Estados Unidos en España, Angier Biddle Duke, bañándose en la playa de Palomares, para intentar demostrar que aquellas aguas no estaban contaminadas tras el accidente nuclear ocurrido dos meses antes. EUROPA PRESS

Hace 58 años del día que cambió la historia de Palomares, esa pequeña pedanía de Cuevas de Almanzora que, desde el 17 de enero de 1966, convive con las secuelas de uno de los accidentes con armas nucleares más graves de la Guerra Fría.

Aquella mañana, un bombardero estadounidense B-52 chocó contra el avión nodriza que lo abastecía de combustible en una maniobra de repostaje. A consecuencia de la colisión, cayeron las cuatro bombas termonucleares que portaba, cada una de ellas 70 veces más potente que la de Hiroshima, con la suerte de que al no estar armadas no se produjo ninguna explosión nuclear. Pero dos de las bombas se precipitaron sin paracaídas y, a consecuencia del impacto, dispersaron su carga de plutonio contaminando Palomares.

La historia que siguió es conocida y no faltó, como suele suceder en la relación del poder con el armamento nuclear, el relato de la "hombría" que, en pleno franquismo, protagonizó el entonces ministro de Turismo e Información, Manuel Fraga, con su mediático baño. "Palomares, aguas limpias", rezaba la portada de ABC apenas dos meses después del accidente. Con ella se daba carpetazo al tema, había que salvar los muebles y pasar página, pero el problema del plutonio no estaba en el agua, sino en la tierra, desde donde es inhalado en forma de polvo invisible y donde permanece casi seis décadas después.

La población no fue evacuada ni se les informó del peligro de la radiactividad, del mismo modo en que procedían las potencias nucleares con las poblaciones autóctonas de los lugares que elegían para probar sus bombas atómicas como Islas Marshall, Nevada o las tierras aborígenes australianas, entre otros. Poblaciones prescindibles lejanas a los centros de poder.

Estados Unidos organizó un simulacro de limpieza en el que participaron también vecinos apenas provistos de guantes y expuestos a la inhalación de partículas radiactivas para recoger restos de los aviones y de tierra. Hoy sabemos que solo se llevaron una mínima parte de la tierra, 4.810 barriles de 208 litros cada uno, dejando 50.000 metros cúbicos contaminados. Un buen escenario, como también se ha revelado gracias al trabajo de investigadores como José Herrera, para estudiar los efectos sobre la población de la exposición continuada a pequeñas dosis de plutonio, el Proyecto Indalo.

Sobre Palomares se cernió el silencio y el secretismo. La población, después de años de olvido, recibe con escepticismo las nuevas promesas de que la tierra va a ser limpiada. Tampoco se ha estudiado si existe relación entre los casos de cáncer y la radiación. Fue una investigación de The New York Times la que puso el tema sobre la mesa en 2016: soldados norteamericanos que habían participado en la limpieza de Palomares reclamaban indemnizaciones tras enfermar de cáncer. De los 40 veteranos que identificaron, 21 padecían la enfermedad.

Un año más tarde, en 2017, la comunidad internacional se dotaba de un histórico Tratado que prohibía en su totalidad las armas nucleares, el TPAN, y que incluía en su articulado medidas para hacer frente a la impunidad y la injusticia que este tipo de armamento ha dejado en tantos lugares del mundo. El artículo 6 contempla medidas de asistencia a la población afectada por las armas nucleares y de restauración del medio ambiente en las zonas contaminadas, mientras que el artículo 7 insta a los Estados a la cooperación y la asistencia internacional.

El TPAN es el único tratado sobre desarme nuclear que incluye esta perspectiva humanitaria. Tal vez por eso, llama la atención que un país como España, que ha vivido en su propio terreno lo que supone el estigma nuclear, y que se posiciona a favor del desarme nuclear, siga dando la espalda a este Tratado.

En diciembre de 2023, hace poco más de un mes, los Estados Parte del TPAN se reunían por segunda vez en Nueva York para avanzar en la implementación del Tratado. Pese a los intentos para lograr que España asistiera como Estado Observador, no hubo más presencia española que la de las personas que acudimos de parte de la Alianza por el Desarme Nuclear. Fue una oportunidad perdida para España. Resulta difícil no pensar en nuestra propia historia cuando escuchas los testimonios del impacto que han tenido las armas nucleares sobre la vida de las comunidades afectadas por las mismas.

En Palomares no se produjo una detonación de esas armas que cayeron por accidente y que hubieran borrado del mapa a buena parte del territorio pero el legado nuclear sigue presente. Mientras haya armas nucleares existirá el riesgo de que sean usadas o de que se produzcan accidentes como el de Palomares.

El TPAN es una respuesta a las múltiples historias de injusticia que provoca la existencia de este tipo de armamento. También la de Palomares. La única garantía de no repetición es la completa eliminación de las armas nucleares. Por eso, la adhesión de España al TPAN es también una deuda pendiente de nuestro país con la población de esta pequeña pedanía almeriense 58 años después de aquella mañana de enero.

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¿La igualdad ha ido muy lejos y discrimina a los hombres? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78981/la-igualdad-ha-ido-muy-lejos-y-discrimina-a-los-hombres/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78981/la-igualdad-ha-ido-muy-lejos-y-discrimina-a-los-hombres/#respond Tue, 16 Jan 2024 21:50:21 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78981 Continuar leyendo "¿La igualdad ha ido muy lejos y discrimina a los hombres?"]]> Una de las mujeres participantes en la manifestación por el 25N en Barcelona. EUROPA PRESS/Lorena Sopêna
Una de las mujeres participantes en la manifestación por el 25N en Barcelona. EUROPA PRESS/Lorena Sopêna

El CIS ha publicado por primera vez una encuesta sobre igualdad. ¿Cuál ha sido el resultado? Hay muchos pero hay uno inquietante. Este: "El 44% de los hombres opina que la igualdad ha ido muy lejos y ahora se discrimina a los hombres".

Antes, un apunte. Ver, según el voto, quiénes opinan esto. Está muy de acuerdo o bastante de acuerdo el 66% de los hombres y el 55% de las mujeres que votan al Partido Popular. También el 22% de los hombres y el 15% de las mujeres del PSOE. El 7% de mujeres y cerca de 10% de los votantes de Sumar. Y, cómo no, el 88% de los hombres y el 84% de las mujeres que apoyan a Vox. La prueba de que el machismo es transversal porque, aunque parezca mentira, dentro de la izquierda hay quien compra el argumentario de la ultraderecha.

Hay quien dice que veamos lo positivo. El 56% de hombres nos apoya. Cierto. Lo único es que ese 44% es un problema porque algunos de esos gobiernan y tienen poder. Y porque de ese 44%, el 52% tiene de 16 a 24 años. Han creado escuela. O sea, el peligro puede ir a más. El 60% de la población no está de acuerdo con la afirmación, pero estamos ahí, en ese momento clave de un pulso que no sabemos con certeza hacia dónde caerá.

Y ahora, vayamos a la frase: "La igualdad ha ido muy lejos y ahora se discrimina a los hombres". ¿Seguro?

¿Dónde están los discriminados cuando hay más de 1200 asesinadas?

¿Dónde están los discriminados, pues si ellos sufren de violencia doméstica pueden denunciar para que sus parejas sean condenadas?

¿Dónde están los discriminados si la ley de violencia de género está avalada por el Tribunal Constitucional desde 2008, calificada como "razonable y proporcionada"?

¿Dónde están los discriminados cuando el 90% de los delitos contra la libertad sexual lo sufren las mujeres y son ejecutados por hombres?

¿Dónde está los discriminados cuando la brecha salarial es del 15%, las mujeres tienen más desempleo, menor retribución salarial, mayor temporalidad y jornadas partidas, menores pensiones, menos puestos de representación o dirección o cuando el 70% de las personas que cuidan son mujeres y ellas dedican el doble de tiempo a las tareas domésticas?

¿Dónde están los discriminados cuando, por las peores condiciones laborales, las mujeres tienen mayor dependencia económica de sus maltratadores o más riesgo de pobreza al punto de que acabes explotada sexualmente como una salida desesperada?

Y, por cierto, ¿en qué hemos llegado demasiado lejos? ¿En romper el silencio, en tener bajas por dolor de la regla, en poder abortar con 16 años sin permiso paterno y respaldado por el Tribunal Constitucional, en los permisos de paternidad y maternidad, en la asistencia para las mujeres violadas o en que los menores con padres en procesos penales de violencia de género puedan evitar las visitas, por ejemplo, y no ser asesinados? ¿Eso os molesta o quizás es solo que no queréis perder poder? Recuerdo que hemos conseguido toda nuestra historia sin matar y con el respaldo de mayorías parlamentarias.

El estudio analiza otras variables pero lo que me parece grave es que, tratándose de una encuesta de igualdad, el CIS no haya hecho una pregunta clave. No dedica ni una pregunta a la violencia de género ni a los crímenes machistas. ¿Casualidad? Supongo que no. Es extraño un estudio de igualdad que no contemple la principal de nuestras desigualdades: que nos matan.

La vida depende de los ojos con los que se miran... y por lo que una vive. Quizás lo que es llegar demasiado lejos es que haya más de 1200 asesinadas, 52 hijos e hijas asesinados por sus padres, aguantar años de malos tratos y destrozarte mentalmente, de dormir y vivir con ansiedad y miedo, de hacernos dudar de nosotras mismas, de obedecer, de callar, de jefes babosos, de analfabetos emocionales que te destruyen, de tirar sola con hijos que ellos olvidan, de cuidar y ser ama de casa sin reconocimiento, de poneros la mesa, de pensar la comida y las tareas, de condescendencia, de paternalismo, de instrumentalización, de apropiación de nuestras ideas, de invisibilizar mujeres en la historia, de quitarnos de referentes, de chistes machistas, de ridiculizarnos, de hacernos pasar vergüenza, de desprecios, de pedir permiso, de manchar nuestra reputación, de insultos en redes, de acosadores que se creen dueños de las calles, de que te cierren puertas y salidas, de pegar a una justicia que no te comprende, de que dudaran de nosotras ante un dolor en el médico, de que te quiten a tu hijo bajo un síndrome falso, de que nos exploten económica o sexualmente, de que nos vean como vasijas, de que salgamos tan baratas, de que lo que consigamos queráis destruirlo, de estigmatizarnos para salvar vuestro pellejo, de que hayáis sido tan impunes tantas veces... No habría artículo para recoger todo lo que millones de mujeres han padecido por culpa del machismo y sus cómplices. Y a pesar de todo nunca hemos respondido con la misma moneda.

No vamos a comprar vuestro victimismo. Id a terapia y a casa a llorar. Luego, a aprender de las mujeres y hombres que hacen, con el feminismo, una sociedad mejor. Ha sido el machismo el que ha ido demasiado lejos durante siglos, bajo un silencio terrible. Y aún nosotras pagamos en vida toda la injusticia que ha generado. Ni un paso atrás. Después de tantos siglos, ya nos toca.

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No es posible matar el 15 M https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78945/no-es-posible-matar-el-15-m/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78945/no-es-posible-matar-el-15-m/#respond Tue, 16 Jan 2024 19:25:39 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78945 Continuar leyendo "No es posible matar el 15 M"]]> Acto de la fundación de Podemos en el Teatro del Barrio, Madrid (2013).- REUTERS
Acto de la fundación de Podemos en el Teatro del Barrio, Madrid (2013).- REUTERS

 

El Teatro del Barrio nació en diciembre de 2013. Fue una de tantas iniciativas inspiradas por el cambio cultural que supuso la ocupación popular de las plazas en la primavera de 2011. Aquel cambio puso fin al relato de los años dorados de la democracia postfranquista, el periodo comprendido entre mediados de los 80 y 2010, el tiempo en que España se autopercibía como una democracia próspera y ejemplar. Aquel cambio supuso tomar conciencia de que quizá nuestra sociedad no era tan democrática ni tan próspera ni tan ejemplar como nos habíamos estado contando durante más de dos décadas. Y proponía un camino a seguir: más democracia. Y esto se experimentaba diariamente en las asambleas políticas celebradas en espacios públicos.

Según el investigador Ángel Luis Lara, la energía política colectiva liberada aquella primavera no tuvo tiempo suficiente para madurar y crear una institucionalidad propia capaz de desarrollar toda su potencia. La alternativa electoral que surgió de aquel entusiasmo, de aquel manantial de imaginación, se convirtió pronto en un partido político cuyo fin era alcanzar el poder para cambiar las cosas en el sentido de la emancipación. Y, quizá, no se trataba de alcanzar el poder sino de seguir imaginando y construyendo caminos para atravesar el poder mismo, para poder empezar a atisbar un mundo más habitable. Pero esa es otra historia.

En enero del 14 se presentó Podemos en el Teatro del Barrio. La calle Zurita estuvo llena de gente durante horas porque el interior del teatro estaba abarrotado. Allí se presentó una herramienta para facilitar la autogestión ciudadana, una propuesta de institución popular radicalmente democrática que no dependería de los bancos, que no necesitaría posicionarse con la nomenclatura clásica y ya tan distorsionada de la izquierda y la derecha, que lucharía por el control colectivo, que no estatal, de los recursos básicos para la vida: la vivienda, la alimentación, la energía, una información independiente, la salud, la educación. Fue una jornada hermosa que forma parte del patrimonio colectivo. Recordarla me hace volver a conectar con el entusiasmo de aquellos días. También intentar aprender de los peligros de intentar alcanzar ningún poder de unos sobre otros. Aprender de la necesidad de trabajar siempre, en los fines y en los medios, por el poder de unas con otras.

Toda acción llevada a cabo desde entonces desde cualquiera de las instancias del poder dominante en España ha tenido un sólo objetivo: matar el 15 M. Extinguir todo rastro del más poderoso ciclo de movilización popular democrática vivida en España desde la transición de la dictadura franquista a la etapa posterior. Pero, a mi entender, esto no es posible. Mientras yo sienta un zapato en el cuello, siempre querré levantarme del suelo. Aunque pueda pasar largas temporadas limitándome a buscar la postura menos incómoda, menos dolorosa, para permanecer en el suelo. Siempre habrá alguna parte de mí que mantenga el impulso de apartar el zapato y empezar a respirar a pleno pulmón.

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No se trata de lo que uno hace, sino de cómo lo hace https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78894/no-se-trata-de-lo-que-uno-hace-sino-de-como-lo-hace/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78894/no-se-trata-de-lo-que-uno-hace-sino-de-como-lo-hace/#respond Tue, 16 Jan 2024 05:41:46 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78894 Continuar leyendo "No se trata de lo que uno hace, sino de cómo lo hace"]]> Una valla en la zona de obras en el parque de Arganzuela, en Madrid Río, a 21 de diciembre de 2023, en Madrid.- Gabriel Luengas / Europa Press
Una valla en la zona de obras en el parque de Arganzuela, en Madrid Río, a 21 de diciembre de 2023, en Madrid.- Gabriel Luengas / Europa Press

En política democrática hay unas reglas externas de funcionamiento y otras de carácter interno. Las primeras determinan la salud moral y el bienestar sociológico de una comunidad humana. Son como el airbag de un coche que salta para proteger a los ocupantes del vehículo. Aquí, el Estado de Derecho tiene un protagonismo fundamental. El poder legislativo, del que emana directamente la soberanía popular, dicta leyes y el poder judicial, por poner un ejemplo claro, se dedica a aplicarlas (no a opinar sobre ellas).

Las segundas engrasan el funcionamiento oculto de la dinámica social y garantizan que el motor de nuestro país no acabe reventado porque las bujías autonómicas decidan boicotear la combustión. La lealtad institucional representa, en definitiva, el buen aceite que facilita la tensión mecánica a la hora de realizar esfuerzos. 

En la Comunidad de Madrid, el PP de la señora Ayuso trabaja metódicamente circunvalando unas y maltratando a otras. Voy a ser muy concreta: no se trata solo de que, en el ámbito geográfico del Paisaje de la Luz (en la ciudad de Madrid), un espacio que es patrimonio mundial de la UNESCO, el gobierno regional se haya enfundado la camisa a cuadros del mítico leñador, sino de que actúa con un desprecio inaceptable hacia la oposición parlamentaria y el gobierno de la nación.

Isabel Díaz Ayuso, estoy convencida de ello, piensa que los madrileños, tras los resultados de las últimas elecciones, le han dado, de un lado, patente de corsaria y, de otro, han expulsado del terreno de juego de la legitimidad democrática a la oposición. Está ella sola, ella y sus asesores. Demasiado escenario para un talento artístico bastante cuestionable. 


Voy por partes para demostrar que no me equivoco. La existencia de un informe avalado por la UNESCO que no evalúe negativamente el impacto patrimonial y ecológico de masivas actividades podadoras en una zona poseedora del sello de excelencia patrimonial, no es algo que la oposición tenga que pedir mendigando, es algo que la consejería de cultura debería haber mostrado antes de que hubiera salido el primer titular.

La política de hechos consumados funciona en muchas ocasiones, es verdad, pero a costa de infringir un daño irreparable. A la capital de España no le sobran árboles. Los políticos tardamos poco en crecer y agarramos muy fácilmente, pero los árboles no. Por otro lado, el desdén hacia el Ministerio de Cultura del gobierno de la nación (no solo hacia el ministro, que expresa legítimamente su preocupación por el asunto), y la chulería frente a la oposición en la Asamblea solo demuestran un trumpismo preocupante. Si ganando son así, ¿cómo serán cuando pierdan? Porque perderán más pronto que tarde. Si uno no sabe gestionar la victoria, no aceptará la derrota. 

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El abuso del decreto-ley por los Gobiernos permitido por el Tribunal Constitucional https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78907/el-abuso-del-decreto-ley-por-los-gobiernos-permitido-por-el-tribunal-constitucional/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78907/el-abuso-del-decreto-ley-por-los-gobiernos-permitido-por-el-tribunal-constitucional/#respond Tue, 16 Jan 2024 05:21:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78907 Continuar leyendo "El abuso del decreto-ley por los Gobiernos permitido por el Tribunal Constitucional"]]> Hemiciclo vacío del Congreso de los Diputados. EUROPA PRESS/Ricardo Rubio
Hemiciclo vacío del Congreso de los Diputados. EUROPA PRESS/Ricardo Rubio

Me llama la atención que en tantos artículos de prensa y en opiniones de los políticos, tras la tensa jornada de la discusión parlamentaria de tres decretos-leyes el 10 de enero de 2024 -decreto omnibus, decreto anticrisis y decreto sobre subsidio de desempleo-, apenas se haya dirigido la proa de la atención hacia el Tribunal Constitucional, responsable del abuso por el Gobierno del empleo de los decretos-leyes, como explico en el penúltimo punto de este artículo. El Tribunal Constitucional no decepciona y sigue con sus interpretaciones ultraconservadoras, aquí como en otros apartados de nuestro Derecho.

He puesto en el título del artículo "Gobiernos" y no "Gobierno" para subrayar que el uso abusivo del decreto-ley no es una práctica del actual Gobierno, sino de todos los Gobiernos habidos en España desde la aprobación de la Constitución, incluyendo al Gobierno Suárez. La crítica del PP y Vox dirigida contra el Gobierno por el excesivo uso del decreto-ley incurre en una verdad a medias por omisión. Nadie puede tirar la primera piedra. El diputado del PP Huguet afirmaba en el Congreso de los Diputados: "El Real Decreto-Ley usurpa la facultad legislativa de este Parlamento".

El PNV, invariablemente, legislatura tras legislatura, alza su voz contra la práctica abusiva e injustificada del decreto-ley por todos los Gobiernos, con independencia de su color político. El secretario general de CC. OO. Unai Sordo advierte: "Hay que intentar sacar las normas, una a una, no siempre por la vía del decreto-ley". ERC, BNG y PNV además han criticado las leyes y decretos omnibus, que sirven para aprobar numerosas materias, que no tienen ninguna conexión entre ellas.

El Parlamento suplantado por la acción legislativa del Gobierno

La función legislativa es la más importante del Parlamento desde el punto de vista práctico. Es la función encomendada al Congreso de los Diputados y al Senado por el art. 66. 2 de la Constitución. Esta función deja bastante que desear, si tenemos en cuenta que el Parlamento suele ratificar lo que ya le viene dado desde las élites de los partidos políticos. Esta es la realidad.

El Parlamento tiene dificultades para legislar, que es una de sus tres funciones primordiales: de representación política, de control del Gobierno y legislativa. Las proposiciones de ley de los parlamentarios se sustituyen por el proyecto de ley y el decreto-ley del Gobierno, dando el Parlamento la mala imagen de que es la oficina donde se acogen los proyectos legislativos del Ejecutivo. La legislación del Gobierno nunca para y sigue creciendo. Con ello se produce un proceso de "desparlamentarización", en el que resplandece la ausencia de la legislación genuina del Parlamento. Y la imagen pública de un Parlamento demediado.

Para visualizar el papel secundario del Parlamento en el ejercicio de su tarea legislativa, adentrémonos en dos facetas: a) los excesivos proyectos de ley del Gobierno comparados con las proposiciones de ley del Parlamento y b) el uso abusivo por el Gobierno de los decretos-leyes.

El Parlamento permite que el Gobierno legisle abundantemente, lo que tiene lugar en la actividad legislativa ordinaria (proyectos de ley) y en la actividad legislativa extraordinaria (decretos-leyes).

Actividad legislativa ordinaria: los proyectos de ley del Gobierno

Un proyecto de ley es una iniciativa legislativa del Gobierno, que es objeto de discusión y enmienda en una comisión parlamentaria y posteriormente en el pleno de la cámara parlamentaria, a excepción del tramitado por la vía de urgencia, que es discutido en el Pleno en un único debate a la totalidad.

Formal y materialmente el Gobierno domina la actividad legislativa del Parlamento.

Materialmente, porque lleva la voz cantante de la iniciativa legislativa (que obviamente corresponde tanto al Gobierno como al Parlamento). Un porcentaje altísimo de leyes aprobadas son inicialmente proyectos de ley del Gobierno. Pocas son producto de las proposiciones de ley del Parlamento. En las dos primeras legislaturas  el 90 % de las leyes aprobadas correspondían a la iniciativa del Gobierno.

Formalmente, porque el Gobierno goza de una extraordinaria libertad en el proceso legislativo; puede retirar un proyecto, dar prioridad a uno determinado, oponerse a las proposiciones de ley de los parlamentarios cuando afecta al presupuesto, etc.

Entre los proyectos de ley del Gobierno y las proposiciones de ley del Parlamento se da una diferencia radical. Los primeros pasan con seguridad al procedimiento legislativo. Las segundas, por el contrario, tienen antes que ser tomadas en consideración por el pleno de la cámara parlamentaria. De ahí que algunos distingan entre simples propuestas de iniciativa y verdaderas iniciativas legislativas, llamando a las proposiciones "propuestas" y a los proyectos de ley "iniciativas". Desde luego, si exigimos a la iniciativa la necesaria puesta en funcionamiento del procedimiento legislativo, los proyectos de ley del Gobierno son verdaderamente iniciativas legislativas, pero no las proposiciones parlamentarias, porque aquéllos pasan directamente al procedimiento legislativo, y éstas tienen que conseguir previamente la toma en consideración por la cámara parlamentaria, no siendo segura su discusión en el Parlamento.

Actividad legislativa extraordinaria: los decretos-leyes del Gobierno

Un decreto-ley es una iniciativa legislativa del Gobierno, que en el plazo de treinta días tras su aprobación por el Consejo de Ministros tiene que ser discutido en el pleno del Congreso de los Diputados para obtener la convalidación en un único debate a la totalidad, sin la posibilidad de un proceso previo de discusión y enmiendas de los diputados/as en comisión parlamentaria. Desde el Gobierno pasa al debate a la totalidad del Pleno sin sufrir el procedimiento amplio propio de los proyectos de ley. Es obvio que el decreto-ley es una "perita en dulce" para el Gobierno de turno. Los decretos-leyes han sido empleados en demasía, justificando lo que se ha llamado "gobierno por decreto-ley". Lo permite el rodillo de la mayoría parlamentaria, favorable al Gobierno, y por lo tanto consentidora de esta legislación excepcional, que se adultera y convierte en un procedimiento habitual, vulnerando los términos estrictos y excepcionales señalados por la Constitución para justificar un decreto-ley: "extraordinaria y urgente necesidad". En pocas palabras, lo excepcional se convierte en ordinario, siendo suplantado el ordinario proyecto de ley del Gobierno por el excepcional decreto-ley.3

Pero no hay solo un abuso del decreto-ley por el Gobierno, sino un abuso añadido al abuso gubernamental: un super-abuso. Porque el decreto-ley se convierte en un instrumento del Gobierno para introducir en él otras materias distintas a las propias de esta norma jurídica. Sirve de coladero a materias diversas y heterogéneas, que nada tienen que ver entre sí. Lo que supone una adulteración de los objetivos del decreto-ley y un "trágala" para los parlamentarios, que se ven obligados a votar una miscelánea de normas, algunas de ellas inconexas con las propias del decreto-ley.

En mi opinión la práctica abusiva de los decretos-leyes comporta una merma de la función legislativa del Parlamento y consiguientemente atenta al principio constitucional de separación de poderes por varias razones: a) la suplantación de la voluntad parlamentaria por los intereses gubernamentales mediante una interpretación laxa de los supuestos habilitantes – "excepcional y extraordinaria urgencia" - exigidos por el art. 86. 1 de la Constitución con el apoyo de una jurisprudencia generosa que deja hacer al Gobierno, b) la ausencia de razonabilidad (motivos claros para su uso) y proporcionalidad (ajuste del decreto al objetivo que se persigue) en la aplicación del decreto-ley, que debieran ser perfilados por la jurisprudencia constitucional, c) la rapidez del procedimiento para ratificar por el Parlamento los decretos-leyes del Gobierno, que no permite a los parlamentarios un respiro para reflexionar y d) la ausencia de deliberación de los diputados al no disponer de la posibilidad de enmiendas en comisión parlamentaria (solo aceptar o rechazar el decreto-ley en el pleno del Congreso en un único debate a la totalidad) (art. 151 del Reglamento del Congreso de los Diputados).

La responsabilidad del Tribunal Constitucional, generoso y tolerante con la práctica desorbitada del decreto-ley

Es incontestable el respaldo prestado por el Tribunal Constitucional con su interpretación benevolente y flexible de los supuestos justificativos del uso del decreto-ley, permitiendo una amplia discrecionalidad al Gobierno.

El Tribunal Constitucional exige no una necesidad absoluta sino relativa en la aplicación del decreto-ley: "la exigencia de extraordinaria y urgente necesidad no hace referencia a necesidades extremadas o absolutas, sino relativas y que se originen dentro del ordinario desenvolvimiento del quehacer gubernamental" (STC 23/1993, de 21 de enero).

Habla también expresamente del "margen de discrecionalidad que hay que conceder al Gobierno", llevando a cabo meramente un "control externo" para evitar la comisión de arbitrariedad.

En otra sentencia requiere: "una conexión de sentido o relación de adecuación entre la situación definida que constituye el presupuesto habilitante y las medidas que en el Decreto-ley se adopta" (STC 182/1997, de 28 de diciembre). Reitera el párrafo en numerosas sentencias posteriores. No es suficiente ni aclaratorio emplear conceptos indeterminados -conexión, adecuación- para precisar en casos concretos la presencia de otros conceptos indeterminados constitucionales: necesidad extraordinaria y urgente. No hay una determinación y concreción en criterios claros y determinados por la jurisprudencia constitucional de los conceptos indeterminados expresados en la Constitución justificativos del decreto-ley.

La jurisprudencia constitucional no concreta, como debiera, los conceptos jurídicos indeterminados indicados para el empleo del decreto-ley, y consiguientemente da alas al Gobierno para aplicarlos con laxitud y frecuencia. Deja en el aire lo que considero su principal e irrenunciable tarea: la de precisar los criterios estrictos de razonabilidad de los motivos del decreto-ley y de proporcionalidad entre el uso del decreto-ley y los objetivos a alcanzar; criterios necesarios para definir el significado y el alcance de una necesidad extraordinaria y urgente.

Propuesta

  • Aplicación de los criterios de razonabilidad y de proporcionalidad en la interpretación por el Tribunal Constitucional de los términos constitucionales restrictivos del decreto-ley y así evitar el abuso desorbitado e inconstitucional del decreto-ley por el Gobierno, que es una práctica claramente antidemocrática, cuando se lleva a cabo sin ser necesaria, ya que impide el debate y la deliberación previos en las comisiones parlamentarias y la presentación de enmiendas. El Tribunal Constitucional tiene hoy en sus manos la posibilidad de poner un dique de contención a la proliferación sin pausa de innecesarios e injustificados decretos-leyes.
  • Supresión de los decretos-leyes y de las leyes en general denominados omnibus, que contienen materias diversas y heterogéneas, todas en un único bloque, que obliga a los parlamentarios a "tragar" con algunas, para no rechazar otras que sí desean aprobar. Los decretos-leyes omnibus aumentan el carácter antidemocrático, que ya arrastra de por sí el decreto-ley, puesto que es una trampa capciosa del Gobierno tendida a los parlamentarios, para que aprueben de una tacada varias disposiciones heterogéneas, rápidamente y sin enmiendas.
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No nos des lecciones de meritocracia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78913/no-nos-des-lecciones-de-meritocracia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78913/no-nos-des-lecciones-de-meritocracia/#respond Tue, 16 Jan 2024 05:01:39 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78913 No nos des lecciones de meritocracia
El presidente de Nuevas Generaciones del PP de Madrid, Ignacio Dancausa. Rafael Bastante / Europa Press

Siempre tiene que venir un cojo a correr los cien metros lisos y el vástago de una familia bien madrileña a darnos lecciones de meritocracia.  

En el tercer capítulo de Carol y el fin del mundo, una serie de Netflix tan pretenciosa como entretenida, cuentan la historia de Louis. En la serie, el fin de la existencia se acerca –quedan siete meses exactos para que un meteorito reviente el planeta– y prácticamente todos los humanos están dedicados a vivir sus mejores vidas gracias a un ramalazo colectivo de autoconsciencia y hedonismo: los padres de Carol, la protagonista, han montado un trío amoroso con su enfermero y se han ido a dar la vuelta al mundo; el director del mayor banco de América, hartísimo de todo, sobrevive ahora cazando peces de colores en una cabaña aislada entre la perfecta vegetación de algún trópico; en el cielo, qué cínico esto, se ven constantemente paracaidistas y practicantes de ala delta entre la cada vez menos lejana sombra acechante de la roca espacial que acabará con la vida.  

Sin embargo, a pesar de este divertimento, hay un grupo de oficinistas que está yendo todos los días, autoexplotándose y autoexigiéndose, a fingir trabajar en el departamento de contabilidad de una consultora imaginaria solo para tener una pequeña normalidad a la que agarrarse; solo para tener una especie de boya o de pavimento o de quitamiedos que les haga olvidar que van a morir. La Distracción, se llama la empresa.  

Entre ellos, está Louis. Entre las historias de gente perdida o agotada o superada que va a esa oficina a distraerse, está la de este tipo, quien va porque nunca ha trabajado y siente cierto placer de turista en un safari al sentirse parte de ellos y contemplar los cachivaches propios de una oficina –como una grapadora o unos clips, qué sé yo-. Simplemente, Louis es un pibe que ha vivido la mejor de las existencias posibles y ahora está convencido de que la peor, la que justo a él no le tocó vivir por tener los recursos suficientes para dedicarse a viajar y contemplar, es en verdad entretenida, o interesante o incluso ideal. 


Mientras veía este capítulo y me atormentaban mil preguntas, leía con el rabillo del ojo a un tal Ignacio Dancausa, conocido sobradamente en Madrid por presidir las Nuevas Generaciones del PP y haber estudiado un bachillerato en Chicago, defender la meritocracia.  

Este veinteañero, conseguidor de méritos tan loables como presidir la organización con mayor endogamia política de España tras haber sido colocado por Isabel Díaz Ayuso –fue el único candidato y ganó las elecciones con un 95% de los votos, ríete tú de Corea del Norte–, subía a Twitter un par de mensajes y vídeos aclamando la meritocracia y la importancia de luchar por tus objetivos en respuesta a un clip viral de la artista Samantha Hudson en el que aseguraba que esta no existía.  

Como decía en el primer párrafo, la meritocracia es esa entelequia tan tocha que justo los que menos deben resguardarse tras ella, los que tienen que callarse como moscas y desaparecer de la conversación pública cuando se habla de esfuerzo y dedicación, son los primeros que salen a defenderla –es que ya hay que ser indecente, cínico y caradura-.  


Cuando se habla de meritocracia, de trabajar hasta desfallecer solo por pensar que las cosas mejorarán como recompensa por nuestro esfuerzo, nunca salimos los que vivimos en pisos tan húmedos y fríos que se dibuja el vaho en el aire cuando respiramos, sino los que tienen calefacción de suelo radiante; jamás la defendemos los que contamos con ansiedad y miedo los paquetes de espagueti a medio gastar que nos quedan en la alacena cuando llega fin de mes -que en la vida real es a partir del día ocho–, sino los que mandan a sus chachas (sic) a encargar comilonas cada martes al restaurante de abajo.  

Estos niños –no es condescendiente llamar niño a Dancausa porque somos de la misma quinta– son como Maradona haciendo campañas contra la droga o Hamilton criticando los implantes de pelo o el propio Louis de Carol y el fin del mundo; es gente que defiende y se enamora de lo que jamás han vivido ni vivirán solo porque encuentran así una justificación moral a su descarado privilegio y comodidad; son los que ven justas las peleas a muerte en la calle por una raspa de pescado mientras ellos miran desde sus terracitas con yesería abrigados en chalequitos de pluma de oca.  

Si tanto cree en la meritocracia el tal Dancausa, que renuncie a sus contactos, deje esa pirámide de favores llamada NNGG y se baje aquí con nosotros. A ver lo que dura.  


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El PSOE de Andalucía. Navegando sin rumbo por aguas de Lampedusa https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78865/el-psoe-de-andalucia-navegando-sin-rumbo-por-aguas-de-lampedusa/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78865/el-psoe-de-andalucia-navegando-sin-rumbo-por-aguas-de-lampedusa/#respond Mon, 15 Jan 2024 05:45:44 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78865 Continuar leyendo "El PSOE de Andalucía. Navegando sin rumbo por aguas de Lampedusa"]]> El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, durante su intervención en el segundo día del XIV congreso Regional del PSOE-A, en noviembre 2021 en Torremolinos (Málaga). EUROPA PRESS/Álex Zea
El secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, durante su intervención en el segundo día del XIV congreso Regional del PSOE-A, en noviembre 2021 en Torremolinos (Málaga). EUROPA PRESS/Álex Zea

No sé en qué persona estaría pensando Giuseppe Tomasi di Lampedusa cuando diseñó el personaje del joven oficial del ejército garibaldino del Gatopardo, el teniente Tancredi Falconeri que tan bien interpretó Alain Delon en la película de Visconti, pero está claro que si la novela la hubiera escrito ahora en Andalucía habría tenido su modelo del personaje en mi secretario general del PSOE de Andalucía. Me explico.

Nada más conseguir ganar las primarias en junio de 2021, el nuevo secretario general lanzó una campaña destinada a crear unas nuevas Estructuras Comarcales de Escucha Activa, muchas de las cuales se pusieron en marcha ese mismo verano. Según él, el objetivo era escuchar a la ciudadanía para construir un programa de acción cercano a las necesidades reales. No voy a decir que esas estructuras duraran lo que vive una efímera, pero seguro que, las que llegaron a ver la luz, no duraron más de la vida media de una mariposa y de su trabajo nunca más se supo.

En el 14 Congreso Regional del PSOE-A, el nuevo secretario general conformó una "macro" Ejecutiva Regional compuesta por 60 personas. La propia web del partido ponía en boca del Secretario General la trascendencia de esa ejecutiva, implicaba un "cambio de filosofía de trabajo y organización, en torno a grupos por áreas, con retos y objetivos concretos, con una plasmación práctica y líneas de actuación determinante para recuperar la confianza de los andaluces y andaluzas", un "equipo nuevo, una nueva forma de trabajar y un nuevo estilo de hacer política en el siglo XXI" (web PSOE-A).

De esa Ejecutiva Regional nunca más se supo, yo creo que hay miembros de la ejecutiva que nunca han asistido a una reunión, porque de facto lo que se constituyó fue un sanedrín formado por aquellos miembros más cercanos al nuevo secretario general. La falta de confianza en la propia ejecutiva ha sido tal que ni la propia web del PSOE-A recoge los nombres de los miembros de la misma, y se limita a publicar la foto y los datos del sanedrín de 11 personas (guardo una impresión de lo que en este momento está publicado en la web porque supongo que lo cambiarán en cuanto lean este artículo). A este respecto no estaría de más que los y las obviadas se pensasen seguir participando en un proyecto fracasado que además los humilla ocultando su nombre.

Perdidas estrepitosamente las elecciones autonómicas, al día siguiente, el 20 de junio de 2022, el Secretario General no anunció su dimisión sino una nueva estrategia de trabajo que ahora consistiría en que el grupo parlamentario socialista del Parlamento Andaluz se convertiera en un "gobierno en la sombra"(Europa Press lo señaló y en este video lo podemos oír de su boca). De ese gobierno en la sombra nunca más se volvió a saber. Otro gran cambio de estructura anunciado y sin contenido real.

No obstante, este 9 de enero, año y medio más tarde, el secretario general ha vuelto a anunciar por segunda vez esta misma iniciativa (aquí tienen el video para comparar), aunque al parecer ahora implicará cambios en esa Ejecutiva Regional que no existe en la web. No conozco la concreción en el momento en que escribo este artículo, aunque las noticias hablan de incorporar personas de fuera del partido, como si entre la militancia del partido no hubiera capacidad más que sobrada para ejercer esa labor.

La realidad es que la actual dirección del PSOE-A, cada vez que necesita un balón de oxígeno, se inventa un cambio radical que ni es cambio, ni es radical, como si el fantasma del teniente Tancredi Falconeri deambulara por San Vicente (sede del PSOE-A) repitiendo una y otra vez su famosa frase «Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi» («Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie»).

La cuestión no es baladí. El PSOE es un partido con 144 años, en el que siempre han existido Comités y Ejecutivas, conformadas por personas con apoyo político interno y con capacidad demostrada para ejercer labores políticas. El último censo publicado del PSOE-A es de 43.610 militantes. Para que se hagan una idea, los votantes inscritos en toda España para votar en las primarias del PP que ganó Casado fueron 66.706. Es decir, la maquinaria política del PSOE-A es un aparato político que supera a la práctica totalidad de los partidos nacionales. Siendo esto así, ¿Para qué puso en marcha las Estructuras Comarcales de Escucha Activa cuando teníamos Agrupaciones Locales y Provinciales? o ¿Para qué nombró una ejecutiva de 60 personas a la que no ha dejado trabajar? y ahora ¿Para qué queremos un gobierno en la sombra cuando tenemos un grupo parlamentario y una ejecutiva de 60 personas con experiencia política acreditada?

El problema de la actual dirección del PSOE-A es que nunca ha sido capaz de enfrentarse al reto de dirigir a sus 43.610 militantes. Primero, excluyó de la dirección del partido al 45% que no le votó en las primarias; después decidió no convocar a los órganos del partido porque nunca ha querido oír las críticas; y finalmente cercenó el protagonismo de la mayoría de quienes le apoyaron. En definitiva, el problema de la actual dirección es que no cree en ese partido llamado PSOE de Andalucía y no confía en la militancia socialista ni en sus órganos, y mal se puede conducir un vehículo para ganar una carrera cuando ni confías en el vehículo ni en tus mecánicos.

El PSOE de Andalucía no necesita inventos grandilocuentes gatopardistas, lo que necesita imperiosamente es una dirección para ganar las próximas elecciones. Una dirección que: primero, sea consciente de su realidad, hemos perdido los tres últimos procesos electorales, autonómicos y locales de forma inapelable, y quien no reconoce su realidad no puede cambiarla; y segundo, que sea consciente de la capacidad efectiva de la gran maquinaria política de la que dispone. La actual dirección del PSOE-A no cumple esos dos criterios, por eso es imprescindible que esa dirección sea reemplazada por una nueva, mediante un proceso congresual precedido de primarias, de forma que se elija una nueva dirección que trabaje por reconstruir el PSOE de Andalucía, haciéndolo participativo, inclusivo, activo, abierto, orgulloso andaluz, leal e indudablemente "Socialista".

Con ese objetivo, militantes socialistas de base estamos promoviendo un manifiesto que solicita ese proceso congresual, en el entendido de que no hay otra solución que permita sacar al PP del gobierno andaluz y conseguir que el PSOE-A vuelva a ser lo que era. No sé si tendrá éxito esta iniciativa o será otra, pero sí tengo claro que el PSOE de Andalucía no puede seguir ni un día más navegando por aguas de Lampedusa con tenientes Tancredi al frente.

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Cumpleaños feliz https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78877/cumpleanos-feliz/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78877/cumpleanos-feliz/#respond Sun, 14 Jan 2024 06:05:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78877 Cumpleaños feliz
Pastel de cumpleaños, imagen de archivo. Pixabay

Hoy es mi cumpleaños. No cumplo 50 pero no podré decir lo mismo el próximo año. Ya no puedo negar que soy una mujer madura. Ya no puedo evitar que me llamen señora en el supermercado. Hace tiempo que decidí vivir los años sin camuflarlos, aceptarlos como vengan, encontrar la belleza o la fealdad en el proceso natural que me llevará al destino de todos.  

Podría empapelar España y parte del extranjero con todos los tópicos que me vienen a la cabeza desde que me acerco a esta frontera y que he ido borrando de esta columna hasta verme de nuevo con el folio en blanco. 

Estoy mejor que nunca; es lo único que quiero rescatar de todo lo pensado. Y sí, es otro tópico pero: cómo me hubiera gustado que una mujer intentara explicármelo cuando era una niña de 20 años y solo se podía querer ser joven, porque los referentes que no lo eran o no estaban o no se los veía. Haberlas siempre las hubo, pero durante siglos estuvieron sepultadas bajo montañas de otros referentes más feos.  La mayoría de mujeres de 50 que conocíamos en la España de entonces no eran mujeres a las que quisiéramos parecernos. Ahora conozco muchas de 60, 70 y 80 a las que sí. 

¿Cómo explicar que me siento en plenitud? ¿Cómo hacérselo entender a una joven que lo ve tan lejos como peregrino?  


Tengo amor, tengo profesión, tengo propósito, tengo proyectos, tengo sueños, tengo amigos y empiezo a tenerme a mí misma. 

Me encanta la sospecha de haber terminado de buscar desesperadamente –como la mujer perdida que a ratos fui y seguiré siendo– gurús, guías y manuales para empezar a ser maestra de mí misma.  

Ahora sé que la vitalidad es sagrada, que lo que nos hace sentir vivos es crucial y mágico y personal e intransferible y vive fuera del mercado y de la lógica y que hay que perseguirlo.  


Estoy recogiendo las cosechas de placeres conocidos, de maneras propias, de saberes personales adquiridos, sin dejar de esperar cosas nuevas pero sin la ansiedad del principio.  

Sigo viviendo en un cuerpo. Hace bastante que sé que el cuerpo y la mente no habitan mundos distintos. Lo cuido porque es mi casa pero ha dejado de ser mi tarjeta de presentación, una de mis bazas más preciadas. Dejé atrás la esclavitud de vivir para ser físicamente lo que creíamos que había que ser para poder acceder a la felicidad y resulta que así no lo castigo. 

¿Envidio las pieles tersas, los cuerpos marmóreos, la inconsciencia de su fuerza y su belleza? Por supuesto. Pero prefiero esta flacidez porque ya vi fracasar a la belleza, ya me di cuenta de que puede ser muy sacrificada y aburrida, ya me percaté de lo imperfecta que puede ser la perfección, ya viví que lo deseado se convierta en decepción y ya me di cuenta de que lo importante casi nunca es el qué sino el cómo. 


Además, estoy contenta de salir de la rueda en la que viven las mujeres que cada mes dan o quitan vida, que se tienen que preocupar por lograrlo o por evitarlo y por el carrusel de emociones que eso implica. Me gusta el papel de espectadora serena al margen de esas mareas que arrastran a otras y que a mí ahora ya me dejan tranquila. He encontrado mi manera de lidiar con el cambio y, de momento, llevo muy bien la nueva pantalla de la partida.  

En el diario que escribía cuando tenía 14 años solo pedía "acabar siendo una vieja satisfecha, alimentada por sus recuerdos de haber vivido, acunándose, arropada por ellos, en una mecedora". Es decir, que era muy cursi y solo pedía a la vida gustarme. Sigo pidiendo algo parecido. Trabajé, peleé y amé por mi felicidad y pienso seguir haciéndolo porque creo que ser feliz es pura conquista. El secreto creo que está en ser consecuente con lo que se cree y se quiere y también aceptar que la vida te haga cambiar de idea.  

Será cursi pero empiezo a sentirme como soñaba: la vieja de la mecedora acunando la vida que atesora. 

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https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78877/cumpleanos-feliz/feed/ 0 Marta Nebot,mujeres
La política española lejos del principio democrático de laicidad https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78778/la-politica-espanola-lejos-del-principio-democratico-de-laicidad/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78778/la-politica-espanola-lejos-del-principio-democratico-de-laicidad/#respond Sun, 14 Jan 2024 05:17:15 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78778 Continuar leyendo "La política española lejos del principio democrático de laicidad"]]> Pixabay.
Pixabay.

Comienza una nueva legislatura y un nuevo año. Tras aprobarse la Constitución de 1978 el 3 de enero de 1979, el Estado español firmó un Concordato (de cuatro Acuerdos) con la Santa Sede, en clave del isabelino de 1851 y del franquista de 1953. Gobernaba, por entonces, la UCD, un partido conservador heredero del franquismo, liberal y demócrata cristiano, que había liderado, junto al PSOE, el PCE y partidos nacionalistas y monárquicos, la "Transición". Desde aquella fecha, se aprobó una Ley de Libertad Religiosa en 1980, se instauró la financiación de las diócesis católicas a través del IRPF, primero del 0,52%, en 1988 y después se subió al 0,7% en 2006. También en un alarde de potenciar un Estado multiconfesional (que NO laico) en 1992 se firmaron sendos acuerdos de cooperación con la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), con la Federación de Comunidades Israelitas de España (FCI) y con la Comisión Islámica de España (CIE).

En 1982, un partido históricamente laicista, republicano y de izquierdas, ganó las elecciones por mayoría absoluta (el PSOE) e intermitentemente ha venido gobernando España (en algunas ocasiones con acuerdos y apoyos de partidos de izquierdas, republicanos y nacionalistas más de dos tercios del tiempo entre 1982 y 2023). A lo largo de esas décadas NO se ha hecho ningún gesto para avanzar (mínimamente) en la construcción de un modelo laico (y por lo tanto democrático) de Estado. Conservándose los enormes privilegios económicos, fiscales, patrimoniales, culturales, de festividades, educativos, jurídicos, societarios y militares de la Iglesia católica y, en menor medida, de otras confesiones.  

Hace unas semanas el profesor Pedro López, coordinador del Grupo de Pensamiento Laico, para resaltar el 9 de diciembre como día del "laicismo y de la libertad de conciencia" terminaba un artículo con este colofón:

El laicismo no es una ideología más que tenga que competir en el 'mercado' de las ideologías, es un principio democrático, una condición básica de la democracia. No es correcto plantear la elección entre religión o laicidad, en el estado laico cabemos todos: creyentes y no creyentes, agnósticos y ateos, católicos y musulmanes, budistas y evangélicos... Todas las sensibilidades, religiosas o no religiosas, caben en la democracia, que si no es laica no es plena. 


Impecable concepto del significado de laicismo. Tesis que no entiende la sociedad en general, porque ni en el sistema educativo se plantea (desde la infantil a la universidad); de hecho, en la última reforma LOMLOE, hasta se ha sacado la filosofía de la enseñanza obligatoria. Tampoco se entiende así por los mass media, ni mucho menos se educa en la familia, y, desde el ámbito político, es tal la incultura generalizada sobre esta materia que se confunde laicidad con ateísmo o agnosticismo. Y ello, a pesar de que España está en los estándares medios de sociedad secularizada de Europa, donde -año tras año- aumentan los no creyentes, sobre todo entre la juventud. 

Mi amigo el diplomático Gonzalo Puente Ojea en su extraordinario y singular libro La cruz y la corona. Las dos hipotecas de la historia de España (Ed. Txalaparta), en el apartado El laicismo y su voladura programada definía el laicismo como "el derecho inalienable de todas y cada una de las conciencias a disfrutar de plena libertad de conciencia y de expresión", para afirmar, a continuación, que en "la España monárquica (y yo agrego, de rasgos nacionalcatólicos) concede a la Corporación Católica un estatuto de Derecho Público en una cínica violación del artículo 14 de la Constitución".

Cuarenta y seis años después de aprobada la Constitución de 1978, con sus luces y sus sombras en esta materia, con sus debilidades y su programada ambigüedad en los artículos 16 y 27, lo que queda muy claro es que las gobernanzas de todo color político a nivel municipal, autonómico y central, han optado -desde la firma del Concordato de 1979, que sigue vigente- por la confesionalidad (desde 1992, por la multiconfesionalidad) institucional de la inmensa mayoría de los responsables políticos, en función de sus responsabilidades públicas. En el ámbito del centro derecha porque, salvo excepciones, lo llevan en sus genes ideológicos, y en el ámbito muy mayoritario del centro izquierda porque se han "echado al monte" y priorizan lo religioso (básicamente católico) frente a lo laico, lo que es común a todas y todos.


No es el momento de poner ejemplos, sobradamente conocidos, como es el tratamiento jurídicamente preferencial de las iglesias y corporaciones religiosas frente a otras entidades privadas o la financiación pública (vía IRPF) de la Iglesia católica, o la financiación por parte del Estado de la enseñanza religiosa y de centros dogmáticos religiosos, o la gestión y explotación de gran parte del patrimonio histórico-artístico por parte de las diócesis, o cómo desde las instituciones públicas se financia la industria religiosa de la caridad, privatizando vergonzosamente los servicios sociales que deberían ser de gestión estrictamente pública, o el por qué seguimos manteniendo una vetusta Ley de Libertad Religiosa de 1980 en vez de haber aprobado en el Congreso una ley de Libertad de Conciencia, o por qué hay capellanías militares... etcétera, etcétera. Sino, al igual que anteriormente expresábamos, cómo políticos y políticas de todo pelaje y condición ideológica, en función de sus responsabilidades institucionales, nos representan (supuestamente) a todos y todas en saraos y actos religiosos.  Algo realmente vergonzoso y que violenta muy gravemente la Constitución en varios de sus principios, en especial el que expresa que "ninguna confesión tendrá carácter estatal", además del anteriormente mencionado artículo 14. 

Cuando al principio expresábamos que el laicismo es un principio democrático y no una ideología, que es un paraguas fundamental para todas y cada una de las ideologías y para proteger toda libertad de conciencia (creyentes y no creyentes, agnósticos y ateos), estábamos en lo cierto.  

Pero NO, la política española y las instituciones que ésta controla tratan de confundir, bien por desconocimiento o bien por mala fe, laicidad y laicismo con lo contrario a la religión, con lo no religioso, incluso con quienes combaten las religiones. 


Y cuando se debate con ellos en algún foro político o ámbito institucional, les molesta ("Ya están aquí otra vez estas moscas cojoneras"). Pues no, las "moscas cojoneras" son ellas y ellos, las y los políticos que, a sabiendas, vulneran la ley y los principios básicos de toda democracia, es decir, la laicidad de las instituciones y la libertad de conciencia de cada una de las personas, de una en una y sin distinción de ideologías y creencias. 

Y para terminar, un pronóstico muy personal: el nuevo gobierno de centro izquierda, que ha aumentado la carga confesional del mismo, tiene toda la pinta de que no moverá muchos hilos sobre esta materia, dure lo que dure la legislatura. 

No obstante, en estos inicios de la XV legislatura se han escuchado algunos gestos por la parte de SUMAR del gobierno, como una propuesta para despenalizar las ofensas a los sentimientos religiosos (delito de blasfemia), se ha hecho una amplia pregunta (a su propio gobierno) de diputados de IU sobre las Inmatriculaciones o la -hasta ahora- portavoz de SUMAR, Marta Lois, preguntando sobre si tiene sentido la financiación de la Iglesia católica vía IRPF.  

Habrá que estar muy atentos a estos movimientos y/o gestos. Aunque de las cuestiones "clave", como son anular el Concordato, dar pasos a favor de no financiarse la enseñanza dogmática religiosa, aprobar una ley laicista y de libertad de conciencia y, por ejemplo, adecuar la Constitución (artículos 16 y 27). Se observa, hasta hoy, un silencio total. Y  mucho me temo que en esta compleja y convulsa XV legislatura seguirá siendo todo igual. 

¿No será –también- que, en el caso de España y de los pueblos y territorios diversos que la conforman, monarquía y Estado católico son "el TODO de una misma cosa", como apuntaba Gonzalo Puente Ojea? 

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No son nuestras tetas, son sus peras https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78819/no-son-nuestras-tetas-son-sus-peras/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78819/no-son-nuestras-tetas-son-sus-peras/#respond Sat, 13 Jan 2024 05:55:10 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78819 Continuar leyendo "No son nuestras tetas, son sus peras"]]> Nor Gal / Shutterstock
Nor Gal / Shutterstock

Desde hace algunos años, corre un mercado negro de leche humana en internet, donde los potenciales clientes no son madres desesperadas por alimentar a sus retoños (para eso ya están los bancos de leche en España, especialmente pensados para alimentar a bebés prematuros con excedentes de otras madres) sino fundamentalmente hombres adultos cuyo fetiche es la lactancia materna. Algunos, porque creen ingenuamente que un superalimento para bebés también puede serlo para ellos (piensan que les dará mucha masa muscular o les curará de enfermedades) y otros, porque se ponen cachondos con el asunto. En esta categoría se encuentran los "vampiros blancos": hombres dispuestos a pagar por mamar directamente de los pechos de una mujer lactante. Una parafilia que, como todas las formas de explotación del cuerpo de las mujeres, encuentra oportunidad entre las madres más vulnerables a los que estos explotadores se ofrecen a "ayudar" económicamente, un tierno eufemismo del puterismo de toda la vida. Los vampiros tienen también sus requisitos, ya que las mujeres que buscan deben demostrar estar sanas, embarazadas y/o en un periodo de lactancia reciente. En este punto sin retorno de ponerle precio a todo, hasta a lo más íntimo que son los procesos reproductivos de las mujeres, conviene recordar que la lactancia forma parte del ciclo sexual de las mujeres, pero que sus únicos actores son las madres y sus bebés. Eso sí, estos hombres dejan claro que lo suyo no es prostitución, porque las nodrizas pueden estar vestidas de cintura para abajo mientras el pervertido en cuestión manosea y chupa sus mamas. Además, algún iluminado que pasaba por el foro de señores traumatizados con su infancia se ha encargado de redactar una lista de normas que los hombres tienen que cumplir "obligatoriamente" para no propasarse (más) con las mujeres a las que explotan. Qué amables. 

El fetichismo relacionado con la lactancia materna no es nuevo, ya desde la Edad Media son famosas algunas representaciones artísticas de madres lactantes amamantando a algún señor crecidito, como es el caso de la Lactancia Mística de San Bernardo, en la cual la Virgen riega al santo con su propia leche que ella ordeña directamente de su pecho para dejar caer sobre las manos o la boca del monje quien, supuestamente, adquiere así el don de predicar. Dicho sea de paso, parece que los señores de la Edad Media sabían más de lactancia que los actuales, ya que la lactancia tiene una base hormonal y la leche solo brota cuando es el bebé quien succiona el pezón porque los adultos (y las criaturas no lactantes) perdemos el reflejo de succión a las pocas semanas de dejar de lactar. Por eso la Virgen se aprieta la teta a si misma: para que salga la leche. En la representación de Murillo (1655) el niño Jesús presencia la escena atónito, tal como haría cualquier bebé hoy en día.   

 

Aparición de la Virgen a San Bernardo, de Murillo
Aparición de la Virgen a San Bernardo, de Murillo

Esta leyenda, y algunas otras como el de la Caridad Romana (cuadro barroco en donde una mujer joven amamanta a un señor mayor encarcelado) aparecen recogidas en el estudio Una aproximación a la iconografía de la lactancia en el mundo medieval a través de sus fuentes: fuentes religiosas y científicas del mundo antiguo y medieval y alimentaron y, nunca mejor dicho, cierto erotismo en torno a la lactancia materna. El poder de las tetas de las mujeres era considerado divino, generador de milagros y una fuente inagotable de bondades. El propio San Bernardo recuerda en sus Meditaciones que "San Bernardo es hijo de María, pues le dio su leche. San Bernardo en memoria de gracia tan grande, en todas partes predicó y en todas partes promovió el culto de su Madre". Pero lo que más me repatea es la interpretación que hace de este mito Fray Bernabé de Montalvo, cronista español de la Orden del Cister a principios del siglo XVII, en donde le otorga a San Bernardo el privilegio de ser el "abogado de los pechos femeninos". Señoro no se nace, señoro se hace desde el principio del patriarcado.

Debido a la gran tasa de mortalidad infantil durante toda la Edad Media, se crearon y difundieron múltiples historias y teorías para fomentar la lactancia materna, algunas vinculadas a la Biblia -con el potencial redentor atribuido a la leche de María- y otras a la Antigüedad Clásica, como el mito de Rómulo y Remo, o el de Hércules amamantando por Hera, cuyo chorro de leche salió despedido hasta el firmamento creando así la Vía Láctea. En los siglos posteriores y hasta bien entrado el Renacimiento, encontramos numerosas representaciones artísticas y escritos en donde los autores recalcaban las bondades de los pechos lactantes tanto en la literatura religiosa como hagiográfica, tal como recuerdan en el estudio La leche polifónica. Lo curioso de este hablar de leche, nodrizas y amamantamiento aparentemente casto, es que siempre se hacía desde la mirada masculina, ya que eran los hombres quienes escribían y publicaban y para ellos la Virgen lactante era la imagen icónica de todas las mujeres que amamantaban, una madre abnegada y dadivosa. Tal como se cita en los evangelios apócrifos: "He aquí lo que yo nunca he oído, ni supuesto pues sus pechos están llenos de leche, y ha parido un niño y continúa siendo virgen" (Evangelio del Pseudo Mateo 13, 3).   

Por todo esto, en la Edad Media, el papel de las nodrizas (también llamadas amas de cría) era fundamental para el bienestar de la infancia, ya que ellas eran las encargadas de alimentar, dar educación y cuidado a los más pequeños. Desde el siglo XV, estas mujeres eran contratadas para alimentar a los hijos de las familias nobles, y recibían una importante compensación económica, ya que esta era una de las ocupaciones femeninas mejor valoradas, avalada incluso por los tratados médicos de la época. A pesar de la apropiación del concepto, las nodrizas no tenían nada que ver con la prostitución y su función era importantísima. Con el pasar de los años (y de los siglos) y la llegada de la lactancia artificial, las amas de leche y nodrizas desaparecieron en nuestro entorno y la lactancia fue cada vez más relegada al ámbito doméstico y privado, llegando a desaparecer prácticamente del arte europeo durante los últimos siglos. Muchas de las que llegamos a la lactancia en los últimos años apenas habíamos visto a una mujer o dos lactar en toda nuestra vida, pero casi todas hemos visto mucho porno, porque de eso vamos sobradas.  

Actualmente, vivimos una época amigable con la lactancia materna y el esfuerzo que la ciencia y las madres han hecho en los últimos años por visibilizar la maternidad ha dado sus frutos. Son numerosos los perfiles en redes sociales que se encargan de divulgar sobre la lactancia y muchas madres hemos aprendido muchísimo gracias a ellos, pero lamentablemente nunca podemos estar tranquilas. Sabemos que los vampiros blancos visitan estos perfiles para reclutar imágenes con las que erotizarse y, dentro del feminismo, también se debate la presencia de parejas masculinas en los grupos de lactancia por la incomodidad que algunas madres manifiestan. Las reservas que les causa a muchas mujeres dar la teta con hombres delantes no tienen nada que ver con el pudor, sino con la posibilidad real, de estar siendo víctimas de algún mirón que ahora, además, te puede estar grabando. Por eso, y aunque parezca mentira, sacarse una teta en la calle a día de hoy para alimentar a tu bebé sigue siendo un acto de rebelión contra el patriarcado. Porque las mujeres que lo hacen se hacen dueñas de sus procesos sexuales, independientemente de las pajas que tengan en la cabeza quienes están mirando.  

Es curioso cómo mientras todas estas parafilias afloran en internet, y cuentan con su propia categoría porno, o se hacen reportajes que casi las blanquean, a muchas asesoras de lactancia y a madres les retiran fotos o videos lactando de las redes sociales y les censuran publicaciones que aparecen señaladas con una advertencia de "contenido sensible". Es curioso también que siga siendo un tabú hablar del placer que puede llegar a provocar la lactancia a algunas mujeres, y del placer que provoca a los propios bebés, pero que haya miles de perfiles en donde se fomenta la modificación de senos para adaptarse a los cánones patriarcales. A este paso, nos quedan siglos diciendo que nuestras tetas dan mucho miedo, sobre todo si no están destinadas a sus peras.  

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Sumar y Ninotchka en 2024 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78852/sumar-y-ninotchka-en-2024/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78852/sumar-y-ninotchka-en-2024/#respond Sat, 13 Jan 2024 05:01:49 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78852 Continuar leyendo "Sumar y Ninotchka en 2024"]]> Melvyn Douglas y Greta Garbo en 'Ninotchka' (1939), de Ernst Lubitsch
Melvyn Douglas y Greta Garbo en 'Ninotchka' (1939), de Ernst Lubitsch

Ninotchka es una de las mejores y más sofisticadas comedias de la historia, además de un furibundo alegato anticomunista. Fue dirigida por Ernst Lubitsch en 1939 y estrenada poco después. Cuenta, más o menos, la historia de una oficial soviética que viene a Paris y se enamora (de un señor bastante soso, pero sobre todo del capitalismo). Ninotchka, interpretada por Greta Garbo, se anunciaba por aquel entonces con el lema publicitario "Garbo ríe". La risa era, en la película, la prueba definitiva de que el frío témpano de la agente soviética se había aligerado lo suficiente como para tomarse la vida un poco menos en serio (y el consumo de sombreros mucho más).

Además de Garbo, la película nos presenta a tres funcionarios soviéticos ya corrompidos por el capital y entregados al disfrute del consumo que servirían de molde para Uno, Dos, Tres, otra de las mejores comedias de la historia, dirigida por uno de los guionistas de ésta, Billy Wilder.

En una de las secuencias iniciales, al llegar Ninotchka a Paris, los funcionarios soviéticos van a recogerla a la estación y le preguntan por cómo van las cosas en Moscú. Ninotchka responde con una frase inolvidable: "Moscú va muy bien. Los últimos juicios masivos han sido un éxito. Hay menos rusos, pero son mejores".

Sumar nace en el agotamiento de un ciclo político caracterizado por la efervescencia social, el desborde y el progresivo agotamiento de unas herramientas en las que cada vez había menos gente, pero la gente que había era, sin duda, la mejor.


En ese sentido, el desafío de Sumar en 2024 es partir de una hipótesis contraria a la del ciclo político anterior. Nacer de la imperfección, de la dificultad, sin el aliento de las nuevas mayorías impulsando un proceso imparable. Nacer en un momento antipolítico. ¿Cómo se hace política en un momento antipolítico? Quizás una buena intuición es intentar en lo posible que haya cuantos más rusos mejor, aunque no sean los mejores.

Me contaba hace unos meses Cesar Rendueles, coordinador de uno de los grupos de trabajo de Sumar, que notaba una enorme diferencia en la discusiones que se daban en los grupos, comparándolas con las del ciclo político anterior. Dónde entonces las discusiones eran "morir o matar" y era a todo a nada, aquí el espíritu del acuerdo primaba sobre el enfrentamiento, asumiendo que dicho acuerdo sería forzosamente de mínimos.

Otra amiga lo comentaba conmigo este verano, tras las elecciones generales, con una frase que muy seguramente habría gustado a Billy Wilder. Decía mi amiga: "Yo que sé, igual ahora que no vamos a hacer la revolución igual podemos cambiar el mundo". En Ninotchka esto se expresa de una manera también divertida en la misma secuencia de la estación. Un mozo se acerca a Garbo para llevarle las maletas. Ella le pregunta que por qué lo hace y él le explica que es su trabajo. Ninotchka le dice: "Uno no debería llevar las maletas de nadie. Eso es injusticia social"; y el mozo le responde: "Depende de la propina, señora".

Como en Alvy Singer, el personaje interpretado por Woody Allen en Annie Hall (otra de esas comedias), la forma de entender las cosas del ciclo anterior ya no valen para mucho: "Todo lo que nuestros padres nos dijeron que era bueno ahora es malo: el sol, la leche, la carne roja, la universidad..."

Lo que entonces era una acción rápida (ventanas de oportunidad) a la toma del estado, hoy es un despliegue lento y pausado basado en alianzas con proyectos con mucho arraigo territorial. Todo lo que entonces era una acción relámpago, hoy es acercarse a los dolores y los ritmos de la vida cotidiana. Todo lo que era "todo o nada" hoy es persistir, persistir y persistir. Todo lo que eran liderazgos masculinos basados en atreverse a lo que nadie se había atrevido, no ceder, aguantar, no levantar el pie del acelerador, hoy son liderazgos femeninos con una concepción de la transformación social y el poder radicalmente distinta. Todo lo que era chocar, hoy es desplazar. Todo lo que era romper, hoy es reconstruir. El movimiento más importante entonces era el 15M, hoy es el feminismo. Las herramientas fundamentales de entonces eran las redes, pero hoy las redes son el espacio de reproducción de la toxicidad. Ni siquiera las amenazas se parecen remotamente. La percepción social del PSOE es radicalmente distinta y prueba de ello es la rehabilitación pública del propio Zapatero, protagonista en clave contraria del ciclo anterior.

Una paradoja de los movimientos contra el cambio climático es su mezcla de emergencia y pragmática. De la necesidad de ser muy radicales en las transformaciones, y la imposibilidad de llevarlas a cabo sino es con niveles de consenso social amplísimos. En esa paradoja toca moverse todo el rato.

Todo el escenario es fruto tanto de nuestras derrotas como de nuestras victorias. Reconocer ambas cosas es fundamental para mantener la tensión entre lo humilde y lo ambicioso.

Y aún así no conviene olvidar que no hay transformación social sin conflicto. Que no hay nuevos sentidos comunes sin erosionar los existentes, que no hay otra vida, sino se desea. Y también, que tenemos nuevos y poderosos adversarios.

Al inicio de Ninotchka hay unas cartelas que no tienen nada que ver con la película. Dicen así: "Esta película está rodada en París, es los maravillosos días en los que la sirena era una mujer y no una alarma, y si un francés apagaba la luz era para hacer el amor y no por los ataques aéreos".

Mientras Garbo aprendía a reír, Europa se deslizaba hacia el fascismo. Mientras Sumar aprende a andar, las extremas derechas del planeta se siguen organizando.

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Milei: bufón o preaviso https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78757/milei-bufon-o-preaviso/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78757/milei-bufon-o-preaviso/#respond Fri, 12 Jan 2024 05:55:13 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78757 Continuar leyendo "Milei: bufón o preaviso"]]> Javier Milei en el acto de toma de posesión de la Presidencia argentia, en Buenos Aires.-Florencia Downes / Télam / EP
Javier Milei en el acto de toma de posesión de la Presidencia argentia, en Buenos Aires.-Florencia Downes / Télam / EP

Todavía seguimos asombrándonos con la falta de límites del nuevo Presidente de Argentina, Javier Milei. No podemos dar crédito que astracanadas ridículas (la motosierra, los asesores caninos), insultos sin límites (romper relaciones con el comunista Bergoglio) o agresiones económicas a la mayoría de la población hayan conducido a tamaño personaje a la Presidencia argentina. 

Ya hemos visto la brutal devaluación de la moneda (aumento del dólar oficial en un 120% devaluación salarial), recorte del Gasto Público (en un 3% del PIB)  y el incremento exponencial de los precios realizado en los primeros días de Gobierno de Milei. Pero si analizamos el cruce entre el ajuste coyuntural y el estructural, se muestra, como se dice allá, la verdad de la milanesa. Se busca, dicho así por altos responsables del gobierno, el "reseteo total" del país. A esto los argentinos están históricamente acostumbrados, ya que en los últimos 50 años este país se reseteó cuatro veces: la Dictadura Militar, el menemismo, el kichnerismo y, ahora, el anunció del Gobierno Milei-Macri. De todas ellas, sólo el periodo del primer kichnerismo tuvo algunas consecuencias positivas para la mayoría de la población y los derechos democráticos. En el resto la combinación es la misma: expoliación económica de las clases populares y autoritarismo represivo (con diversos grados de intensidad). Ahora se vuelve a la carga.

Cuando vemos el plan de las 300 medidas propuesta como Plan de Gobierno (Ley Ómnibus, ¿os suena?), todavía nos sobrecogemos más. Resaltamos algunas píldoras para que veamos el alcance de "la propuesta regeneradora": 

    1. Privación al Poder Legislativo de funciones hasta el 2027. (Esto es, directamente, un golpe de Estado).
    2. Autorizar la entrada de tropas militares extranjeras para ejercicios militares.
    3. Recuperación de la obediencia debida para exonerar cualquier golpismo militar. No son punibles los homicidios cometidos si alguien siente peligro ante una posible agresión. 
    4. Aranceles disuasorios para estudiantes no nacionales que quieran cursar estudios en Argentina.  
    5. Penas de hasta cuatro años de cárcel por participar en manifestaciones y de seis años por ser convocante (incluso por un tuit).
    6. Limitación del Derecho de Huelga hasta en un 60% de actividades. 
    7. Privatización de todas las empresas públicas: AYSA,YPF, Trenes. 
    8. Desregularización de multitud de sectores para que el capital campe a sus anchas: alquileres, prepagas, laboratorios farmacéuticos, internet, mercado aéreo, turismo, ingenios azucareros, industria vitivinícola, yerba mate, celulosa, algodón, hidrocarburos y minería. 
    9. Traspaso del Fondo de Pensiones (Fondo de Garantía de Sustentabilidad) al Tesoro Público, es decir, de forma directa vaciar la hucha de los pensionistas (un valor de 76 M€).

Milei es un bufón esperpéntico, pero quien se sitúa al mando de decisiones sustanciales, sobre todo en el ámbito económico, es el representante de los poderosos argentino y anterior presidente, Mauricio Macri, que ha nombrado las dos piezas claves del Gabinete: Luis Caputo (para cubrir el papel de Martínez de Hoz en la Dictadora y de Domingo Cavallo con el menemismo) en Economía para aplicar el ajuste; y Bulrich, en Interior, para controlar represivamente las respuestas sociales y, junto a ello, para garantizar los intereses particulares; el grupo Techint (uno de los grandes capitales argentinos) desembarca en Hidrocarburos para la operación YPF, y el grupo Eurnekian como Jefe de Gabinete, Ministro del Interior y Ministro de Justicia, entre otros. 


Esta es una tendencia general del mundo actual. Detrás de un bufón esperpéntico, irracional, provocador, con incultura enciclopédica, azuzando los instintos más primarios y reaccionarios de la sociedad, y profundamente antidemocrático... se encuentran las clases económicamente poderosas que usan todos sus recursos económicos, mediáticos e institucionales para eliminar de la conciencia de la sociedad el valor de lo común, de los derechos y de la democracia. No es nada casual que en el apoyo a Milei se haya situado gran parte de la derecha conservadora internacional mezclada con el sector esperpéntico. Esta derecha conservadora ha dado un doble salto, en primer lugar asumiendo parte del discurso del populismo ultra como Sunak, Weber, Chile; y en otros lugares cogobernando con ellos: Finlandia, Italia, Polonia, Suecia (apoyo parlamentario) y antes en Austria y Países Bajos. En nuestro país, donde damos por normal la satisfacción de Feijóo a los Gobiernos con Vox y hemos visto como en el apoyo a Milei se ha unido toda una pléyade del conservadurismo patrio: Aznar, Feijóo, Abascal, Ayuso y Álvarez de Toledo, encabezados por el  "moderado" Rajoy.

Pero no solamente es el aspecto económico social el contaminado por el expansionismo neoliberal, es también la degradación de los modelos políticos democráticos y electorales, y la aparición de claras y evidentes tendencias dictatoriales, antidemocráticas, combinado todo ello con la oligarquización de la política y la distancia creciente con la sociedad. Estas son las condiciones del surgimiento de forma generalizada de los Trump, Bolsonaro, Meloni, Orban, y ahora Milei. La oligarquización neoliberal (económica y política) ha fomentado la aparición de todas estas fuerzas ultra reaccionarias a la par que insuflaba el conformismo, la competencia entre los perdedores sociales y la culpabilización del otro, todo ello clave en el desarrollo político y social de la extrema derecha y el populismo trumpista.

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Inteligencia Artificial: Power to the People https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78813/inteligencia-artificial-power-to-the-people/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78813/inteligencia-artificial-power-to-the-people/#respond Thu, 11 Jan 2024 05:28:55 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78813 Continuar leyendo "Inteligencia Artificial: Power to the People"]]> Queremos una tecnología que esté "al servicio de la gente", una tecnología "a escala humana", que "ponga a las personas en el centro", que "nos sirva para avanzar". Sí, claro. Decir eso es como no decir nada. Afirmar lo contrario, de hecho, sonaría absurdo: una tecnología "que no dé servicio a la gente ni busque resolver sus necesidades", una tecnología que "nos obligue a retroceder como especie", una tecnología que "desplace a las personas del centro y no las tenga como medida de todas las cosas". Es cierto que en el contexto actual de "antipolítica" un discurso así podría incluso encontrar nicho de audiencia. Sin embargo, esta no es la cuestión.  

El marco que necesitamos para el desarrollo de la inteligencia artificial  (IA) no es el de la ética, sino el de la distribución de poder. Redistribución de poder. A día de hoy, la ética es más una estrategia de techwashing que una garantía de no sé qué marco pro-derechos e igualitario, y mucho menos reparador. Sin que en sí misma tenga nada pernicioso, la ética nos puede hacer perder de vista uno de los orígenes más flagrantes de la desigualdad: la acumulación de poder.  

Pensemos, por un momento, en la tecnología como una herramienta de distribución de poder. Eso nos obligaría a dirigir la mirada a diferentes aspectos que hoy en día parecen secundarios: la participación ciudadana, la gobernanza del código y la arquitectura de esa misma tecnología, y el liderazgo público (de la mano de la ciudadanía). Los datos son un elemento clave en el desarrollo de la IA al que dedicaremos un capítulo aparte.  

Incorporar la participación ciudadana en el diseño de la IA implicaría reconocerle agencia política y capacitación técnica a las personas y colectivos más afectados por los sesgos de la IA (personas racializadas, personas que no entran los parámetro normativos, mujeres, personas con diversidad funcional, con diferente identidad de sexo y género...). La participación ciudadana en el control de la aplicación de la IA no solo por parte de organismos públicos, sino también por parte del sector privado cuando éste nos afecta (a la salud mental, al aumento de la discriminación...) ayudaría a controlar a quien tiene los procedimientos algorítmicos más potentes y peligrosos ahora mismo. La participación ciudadana es necesaria en la decisión de qué y cómo impulsar una IA al servicio del interés general por parte de las administraciones. Control democrático o desconfianza democrática, como prefiramos llamarle, en la supervisión de la tecnología. No olvidemos que la gasolina de la que se nutre la IA son los datos y en aquellos algoritmos que se usan con personas, el pozo de extracción somos nosotros.  

La participación democrática debería ser un elemento clave también en el desarrollo del código. Y es así cómo llegamos a la arquitectura de la tecnología. Los programas, los procedimientos algorítmicos... se  inscriben en código informático. El código en el que se desarrolla la Inteligencia Artificial puede ser libre, abierto y accesible o privatizado, cerrado y oculto. Una IA democratizada al servicio de la distribución del poder no puede ser del segundo tipo. Y esto, en las técnicas de aprendizaje profundo, implica compartir y hacer visibles tanto la arquitectura, los algoritmos de aprendizaje y sistemas matemáticos que dan cuerpo a la IA, como la configuración final del sistema una vez el entrenamiento con datos ha sido completado. 

Cuando hablamos de una IA que sirva para distribuir el poder, lo hacemos desde la convicción de que no hay que inventar la sopa de ajo, que el software libre que encontramos en el origen de internet y en muchísimos programas de uso cotidiano (firefox, wordpress, android...) son gran parte de la respuesta. El software libre es como una receta de cocina que puedes compartir y modificar según se te antoje o necesites (puedes adaptarla si eres celíaco, vegetariana...). Puedes usarla, copiarla, cambiar ingredientes y compartir tus propias versiones. Lo importante es que siempre debes permitir que otros hagan lo mismo con tus modificaciones. Es libertad para usar, estudiar, modificar y compartir el software. Es poder ver el esqueleto, los órganos, la epidermis ... de un programa informático o procedimiento algorítmico. Es cierto que los profanos como yo no sabríamos distinguir a simple vista si un programa es libre o no, pero en eso radica la riqueza de la comunidad: no todas tenemos que saber de todo. Aunque tú y yo no sepamos distinguirlo, el software libre implica que todo el proceso de escritura de las instrucciones (de programación) está documentado y es accesible para cualquier persona. Existen grandes bibliotecas de código (como Github o Gitlab) que son como un repositorio de recetas, donde están las originales y todas las variantes que se han ido cocinando a lo largo de la historia. De hecho, esta forma de programar ha permitido grandes avances y muchas comunidades científicas lo usan porque el progreso colectivo se basa más en el compartir que en el privatizar.  

"No hay código sin cuerpos" dice Eurídice Cabañes, experta en derechos en el ámbito de los videojuegos: el código está atravesado por las estructuras de opresión que conforman nuestro sistema capitalista, es más realista pensar que la comunidad velará por combatirlas que no que lo hará Meta, Amazon o Google porque tienen un comité de ética... De hecho, los departamentos o comités de ética son válidos siempre y cuando no obstaculicen el modelo de negocio, como demuestra el despido de Timnit Gebru por parte de Google cuando ésta se negó a renunciar a publicar un informe que alertaba de los peligros de uno de los modelos de lenguaje en los que se basa Google.  

El código reproduce esas estructuras de opresión y... pensémoslo sin código, sin lenguaje tecnológico, en la vida 1.0 quien lucha por revertir las injusticias económicas, ecológicas, racistas, machistas, coloniales, etc.... es la sociedad civil, los Estados recogen esas luchas sociales y las convierten en códigos jurídicos, leyes, inversiones etc. (esta es la mejor versión de la idea de Estado, lo reconozco). La empresa privada no suele jugar ningún papel o, si lo hace, es en dirección contraria: véase el sector inmobiliario y el derecho a la vivienda, las conquistas que ha habido no han venido precisamente de los fondos buitre, sino de colectivos, organizaciones, sindicatos de barrio que se han organizado para reclamar un derecho básico. El código abierto es, en definitiva, más democrático: permite que la comunidad ejerza un mayor control de los programas, plataformas que usamos, y también de los que se usan para almacenar y procesar nuestros datos. Así mismo, facilita el desarrollo de tecnología no basada en el beneficio económico, sino en la resolución de problemas, la experimentación, la autoorganización, la democracia. Y para lo que nos atañe hoy aquí, es un modelo que permite cortocircuitar la acumulación de poder. Podríamos decir que incluso podría ser un modelo redistributivo, con ayuda de la administración.   

El software libre conjuga muy bien la idea de participación ciudadana en la gobernanza y el desarrollo del código, aunque si somos sinceras, no todo el mundo puede acceder y entender el código. Pero si activamos mecanismos de participación en el diseño de las funcionalidades, en los criterios de aplicación, en los tipos de garantías requeridas, en su uso y aplicación etc., sí que ha de poder implicarse todo el mundo, al margen de sus conocimientos. Así que el código abierto es una forma de mejorar la participación y es necesaria, pero no puede ser la única en lo que respecta a los mecanismos de IA. 

En la actual distribución de fuerzas, para conseguir, promover una IA que distribuya poder, que sirva para quitarle privilegios a quienes los ostentan y ganar derechos a quienes han sido despojados de ellos, no puede dejar de entrar en juego el Estado, la administración pública. Por un lado, para marcar, afianzar el rumbo del desarrollo de la IA "en la buena dirección" y, por el otro, para financiar esa IA "del bien" (la de la República frente al Imperio). Es decir, no solo nos hace falta una regulación garantista en términos de derechos, que promueva el software libre y la filosofía opensource y que permita un control democrático y colectivo del código que nos afecta; así como de su uso e implementación, sino que también necesitamos inversión y liderazgo público. Se supone que, en el sistema de la democracia representativa en el que vivimos, el interés general se establece en, a través de las instituciones de las que nos hemos dotado. Ahora mismo, los caminos que ha de adoptar el desarrollo de la IA distan mucho de estar marcados por las instituciones democráticas de las que nos hemos dotado como sociedad. Habría que ver hasta qué punto eso contribuye a erosionar el contrato social sobre el que se sustenta la legitimidad de esas instituciones.  

Necesitamos inversión pública, que sean las administraciones las que determinen qué tipo de IA queremos y necesitamos, que condicionen hacia dónde hay que "avanzar". Necesitamos una administración pública "moderna", cuyos representantes electos abren también las fronteras con la ciudadanía para codiseñar con ella esos horizontes de sentido que necesitamos en pleno siglo XXI. Hemos dejado en manos de la empresa privada la idea de innovación y acabamos teniendo instituciones que son rehenes de aquello que le interesa vender o desarrollar al mercado privado, instituciones que dejan en manos de grandes corporaciones el tratamiento de una infraestructura crítica como son los datos y que son incapaces de liderar. Los Estados tuvieron un fuerte papel de liderazgo en el desarrollo de la tecnología militar, nuclear, aeroesapacial, científica... ¿por qué no pueden jugar ese papel en la IA? Hoy en día, la tecnología está debilitando a los estados y las administraciones, pero estamos a tiempo de darle la vuelta a esa tendencia.  

Siguiendo la filosofía de la campaña Public Money, Public Code; no solo la tecnología financiada con dinero público ha de ser de código abierto, sino que debe promover una gobernanza del código público–comunitaria. Es decir, que ese código colgado y disponible en uno de esos repositorios que hemos comentado antes esté custodiado por la administración y por la comunidad (esta puede estar compuesta por personas, entidades y empresas), que haya una gobernanza compartida de ese código, de esos algoritmos que atraviesan nuestros cuerpos. ¿Cómo no garantizar una gobernanza compartida, democrática de aquello que se basa en nuestros saberes colectivos, y en nuestros datos personales?  

Frente a una Inteligencia Artificial "ética" en la que el establishment se siente cómodo e incluso promueve, trabajemos por una IA que recupere el liderazgo público en la gestión y promoción de las infraestructuras críticas del siglo XXI, que sea muestra de una administración que se renueva y que, de la mano de la ciudadanía, pone las bases para una sociedad más justa. Con menos privilegios para unos pocos y más poder para unos muchos. Inteligencia artificial al servicio de la inteligencia colectiva

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Esos hombres que no pueden ser padres porque ellas abortan https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78735/esos-hombres-que-no-pueden-ser-padres-porque-ellas-abortan/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78735/esos-hombres-que-no-pueden-ser-padres-porque-ellas-abortan/#respond Tue, 09 Jan 2024 19:30:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78735 Continuar leyendo "Esos hombres que no pueden ser padres porque ellas abortan"]]> Esos hombres que no pueden ser padres porque ellas abortan
Bertín Osborne asiste a un evento publicitario, a 30 de noviembre de 2022, en Madrid.- EP

A raíz del caso de Bertín Osborne se ha extendido un debate curioso. Cuando se recuerda que el presentador no puede dejar de ser padre, de acuerdo con el Código Civil, responden que existe una desigualdad y es que "las mujeres pueden decidir abortar y no ser madres, mientras los hombres no pueden decidir sobre la paternidad si ellas abortan".

Vamos por partes.

  1. Por el Código Civil sabemos que el padre no puede dejar de ser padre, pero es que la madre tampoco, si sigue hacia delante la gestación. Este código regula las relaciones entre personas desde que nacen hasta que mueren, con derechos y obligaciones. Y esto, la paternidad o maternidad es una obligación y en igualdad para las dos partes. Lo que es un derecho es el aborto. No se pueden comparar. Ya hubo una sentencia, por ejemplo en Estados Unidos, conocida como caso Dubay, y dejaba claro que el derecho de una mujer a abortar y el derecho de un hombre a rechazar la paternidad no son análogos. No son lo mismo.
  2. Parece que hay que refrescar la memoria y leer la ley sobre el derecho al aborto en España. En 1985 ya se aclaraba que se garantizaba "para la salvaguardia del derecho a la vida y a la salud de la mujer". Porque en este país había la doble moral de que las que tenían dinero, aunque fueran muy católicas y apostólicas, podían abortar. Y las más pobres recurrían a abortos clandestinos que ponían en riesgo sus vidas. Vidas que sin ese derecho quedaban o quedan marcadas para siempre: adolescentes siendo madres sin querer o con falsas promesas de ellos, madres obligadas tras haber sido violadas, madres a la fuerza por la imposición de un maltratador, madres con embarazos que ponían en riesgo sus vidas y madres que sin tener medios ni soluciones tenían que afrontar una nueva vida solas porque el colega se había largado. Por eso la ley del 2010 nos recuerda toda la legislación internacional y nacional, desde Naciones Unidas y la conferencia de Beijing, el respaldo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (2007) o del Consejo de Europa (1607/2008). Y como apunte recuerdo la sentencia del Tribunal Constitucional de 2023: que el derecho a la vida del artículo 15 de la Constitución corresponde solo a quienes han nacido. El concebido pero no nacido, razona el Tribunal, "no es persona" y al no ser aún persona no puede ser titular de derechos. Por eso prevalece el derecho a la vida de la madre.
  3. Así que la ley del aborto deja muy claro que es un derecho exclusivo de la mujer y sí, los irritados tendrán que aguantarse. Si les molesta y son católicos que pidan hoja de reclamaciones a Dios por nuestra biología, que no tenemos culpa de ella. La mujer puede decidir si seguir con un embarazo o no sin la opinión de ellos. Pues mientras tú, Pepe, Antonio o Manolo podrás trabajar sin problemas, ver la tele y hacer deporte, hay mujeres a las que un embarazo afecta su estado de salud físico y mental, incluso siendo un riesgo para su vida o limitándola. Quizás por el tema de la gestación subrogada pensáis que los bebés vienen por encargo y no hay un proceso detrás delicado. Hay embarazos y partos que evolucionan muy bien pero otros no, y afectan al desarrollo profesional y personal de las mujeres. Es decir, ellas deciden porque es su salud la que está en juego, no la tuya.

Algunos querrían volver a cuando el derecho romano permitía el aborto solo si el padre lo consentía. Si ella lo decidía por sí sola, la mandaban al exilio por privar de un hijo a su esposo. De vuelta a este 2023, el fondo del asunto de este debate no es otro que un machismo legendario. Porque no les importa la paternidad. Lo que les revienta es que sean ellas las que puedan decidir. Lo que les revienta es que ellos no puedan imponer. Y por eso sale el negacionismo en tromba. El mismo que por detrás tiene grupos políticos y asociaciones bien financiadas con dinero público, que por todo el mundo intentan dar pasos atrás en el derecho al aborto. Esto es mucho más serio que el caso Bertín. Es la excusa que usa una ideología machista muy organizada para hacer dudar de nuestros derechos, colarse en la opinión pública y después plantear propuestas políticas en nuestra contra. Dar un "derecho" a la no paternidad es lo que buscan: tener el respaldo legal para eliminar la única responsabilidad que se les pide. Sería el chollo del siglo.

Por cierto, lo más importante. Este lunes un padre ha asesinado a dos hijos de 7 y 10 años, para maltratar a su expareja y madre de las criaturas. A ver si estos grupos hablan un poco más sobre algunas "paternidades". Y a ver cuándo los llamados "providas" se preocupan, más que por fetos, por menores ya nacidos asesinados por la violencia de género que suele negar.

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El Gran Engaño https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78711/el-gran-engano/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78711/el-gran-engano/#respond Tue, 09 Jan 2024 09:53:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78711 Continuar leyendo "El Gran Engaño"]]> Decenas de personas durante una manifestación en apoyo al Sahara Occidental, desde Atocha a la plaza de Jacinto Benavente, a 11 de noviembre de 2023, en Madrid (España).- Jesús Hellín / Europa Press
Decenas de personas durante una manifestación en apoyo al Sahara Occidental, desde Atocha a la plaza de Jacinto Benavente, a 11 de noviembre de 2023, en Madrid (España).- Jesús Hellín / Europa Press

El pasado mes de junio el Reino de Marruecos hizo pública su candidatura a presidir el Consejo de Derechos Humanos, principal órgano mundial de promoción y protección de los derechos humanos dentro del sistema de las Naciones Unidas, compuesto por 47 estados elegidos por la Asamblea General de la ONU.

Como en El Gran Engaño, comedia en la que un ladrón se hace pasar por experto en diamantes y se infiltra en una subasta de joyas para llevar a cabo el robo de un valioso diamante, Marruecos -potencia ocupante del Sáhara Occidental- pretende engañar al mundo y en un ejercicio máximo de cinismo e infiltración, ponerse al frente de la defensa de los derechos humanos. En este mundo de tinieblas (además del genocidio del pueblo palestino y la ocupación de Ucrania, según datos de la ONU hay más de 100 conflictos armados en curso en todo el mundo con una duración media de más de 30 años, con sus terribles consecuencias a todos los niveles), y cumplidos 75 años desde la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, otorgar la presidencia del Consejo de Derechos Humanos a Marruecos, potencia ocupante del Sáhara Occidental, sería un (nuevo) desgarrador reconocimiento de que en el fondo no son los derechos humanos, de todas las personas y los pueblos, lo que realmente ocupa y preocupa al Consejo.

La comunidad internacional, los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, no pueden hacer oídos sordos a lo que está sucediendo en el Sáhara ocupado. Marruecos, al tiempo que expolia los enormes recursos naturales del territorio, ha bloqueado durante décadas la organización del referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, y tras la reanudación del conflicto armado, está cometiendo crímenes de guerra atacando a población civil junto al muro de la vergüenza que divide el territorio y a las familias saharauis.

Marruecos sigue negando el acceso al territorio no solo a las y los defensores de los derechos humanos, sino a la propia Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Marruecos mantiene desde hace décadas una política de represión continuada contra quienes, poniendo en riesgo sus vidas, defienden pacíficamente los derechos humanos en el Sáhara ocupado. Marruecos mantiene presos, en condiciones infrahumanas, a activistas de los derechos humanos. Marruecos persigue a las defensoras de los derechos humanos, por ser mujeres y defensoras, sometiéndolas a todo tipo de maltratos y vejaciones.


¿No son, acaso, la ocupación militar continuada de la República Árabe Saharaui Democrática por parte de Marruecos y las constantes violaciones a los derechos humanos, incompatibles con el Derecho Internacional de los derechos humanos y con el derecho a la autodeterminación de los pueblos?

Los derechos humanos no son un lujo, ni un privilegio o una recompensa por buen comportamiento. Son valores universales que surgieron de las cenizas de la II Guerra Mundial, y de la lucha y el compromiso de personas y organizaciones empeñadas en evitar que aquellas atrocidades volvieran a repetirse. La historia nos ha enseñado que la paz solo puede prevalecer donde se respetan los derechos humanos. Ni en Palestina, ni en Ucrania ni en el Sáhara Occidental habrá paz, con justicia y dignidad, sino se respetan los derechos humanos.

El Consejo de Derechos Humanos no puede cometer semejante aberración, no puede traicionar a las millones de personas que aún mantienen la esperanza en su funcionamiento y que cada día luchan por un mundo de paz, de justicia y de respeto a los derechos humanos de todas las personas y los pueblos.


Como en El Gran Engaño, comedia en la que finalmente las cosas no salen según lo planeado para los ladrones, confiamos en que prevalezca la defensa de los derechos humanos por encima de otros espurios intereses que pudieran llevar a quien se burla de las propias resoluciones de las Naciones Unidas y de los derechos humanos del pueblo saharaui, y también del pueblo marroquí, a presidir el principal órgano de defensa y promoción de los derechos humanos.

No permitamos este nuevo engaño a los derechos humanos, esta una nueva burla a la más bella ideología jurídica, a la única ideología que merece sobrevivir, que nos hunda más y más en este mundo de tinieblas.

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25N: el día que no me asesinaste https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78604/25n-el-dia-que-no-me-asesinaste/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78604/25n-el-dia-que-no-me-asesinaste/#respond Tue, 09 Jan 2024 05:49:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78604 25N: el día que no me asesinaste

Un día me tocó a mí. Siempre sabes que puede llegarte, pero te niegas a vivir con esa angustia. Pero un día me tocó a mí.

Por primera vez, me atrevo a hablar abiertamente y sin miedo. Un 25N, hace ya 28 años, intentaste asesinarme. Porque esa fue tu intención cuando me violaste y después intentaste matarme. Era una tarde cualquiera para una chica universitaria que regresaba de clase y se dirigía a visitar a un amigo. A las 18 horas aún no era de noche en Canarias. No llegué a tocar la puerta de mi amigo. 

Aún me pregunto cada día ¿por qué? 

¿Por qué me tuvo que pasar a mí?

¿Por qué quiso hacerme tanto daño? ¿Por el mero hecho de ser mujer?

¿Por qué las mujeres estamos continuamente bajo la amenaza de una violencia machista que nos asesina cada día?

¿Por qué...? ¡Por qué!

"Lo que no se nombra no existe". Esta frase la ha pronunciado en muchas ocasiones la mejor ministra de Igualdad que ha tenido este país, Irene Montero, y hoy la quiero hacer mía. Mía y de todas las mujeres víctimas de violencias machistas. Existimos. Muchas, desgraciadamente, no pueden alzar ya la voz. Las demás la alzamos en su nombre para que no se las olvide. 

Y yo, al escribir este artículo (créanme que cada palabra que escribo viene precedida de muchísimo dolor), quiero nombrar. Entre tanta barbarie proferida por la derecha y ultraderecha, quiero decir claramente que el feminismo es, ha sido y será el motor de todas las transformaciones democráticas en este país. Nombrar las medidas, herramientas y protocolos que se han puesto en marcha porque todas ellas, unidas a las leyes desarrolladas desde el Ministerio de Igualdad con Irene Montero al frente, han servido para cambiar estructuralmente nuestro país. 

Las violencias machistas son la manifestación más clara de la relación de poder que los hombres ejercen sobre las mujeres; de la desigualdad y subordinación que tenemos aún ante ellos. Sufrimos violencia solo por ser mujeres; da igual nuestro estatus social y económico, nuestra raza o nuestro nivel cultural. El 2023 ha cerrado con la cifra escalofriante de 55 mujeres asesinadas por violencia de género, la más irreparable de las violencias machistas. Si los datos que se contabilizan son por feminicidios, la cifra sube a 100 mujeres asesinadas. Un número que debería alarmarnos enormemente porque, lejos de disminuir, es una cifra significativamente mayor que otros años.

A mí me violaron salvajemente. Las secuelas físicas me lo recuerdan cada día. Después el cabrón intentó asfixiarme hasta que perdí la conciencia y, quizás, esa fue mi salvación. Pensó que había finalizado su brutal tarea y me abandonó en un cuarto de basura. 

La ley del solo sí es sí pone como pieza clave el consentimiento expreso al juzgar los delitos sexuales y borra la distinción entre abuso y agresión sexual.

Yo no consentí que me violara. Ni siquiera consentí que me agarrara de la mano hasta meterme a la fuerza en un minúsculo cuarto oscuro. Tampoco consentí tener que oler su aliento a alcohol durante Dios sabe cuánto tiempo; algo que hoy día me sigue produciendo un rechazo inimaginable, aunque quien se haya tomado dos copas sea mi amiga del alma. Pero antes, el no consentimiento no significaba casi nada. 

La filosofía de esta ley es el acompañamiento y reparación a las víctimas de todas las formas de violencias sexuales, también las cometidas en el ámbito digital como la pornografía no consentida. No soy capaz siquiera de imaginar qué habría sentido si lo que me ocurrió hubiera sido grabado, difundido en redes sociales y expuesto a una sociedad cruel que se alimenta muchas veces del sufrimiento ajeno.

También contempla que la violencia machista no es solo la que se produce en el ámbito de la pareja o expareja, tal y como establecía la legislación anterior de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. La educación en relaciones sexoafectivas igualitarias, el reconocimiento de las diversidades y de los límites en las edades más tempranas son las claves para eliminar las violencias machistas y luchar contra las violaciones por encima del punitivismo que exige la derecha y la extrema derecha. Los años han demostrado que este no ha servido para eliminar las violaciones y las agresiones, sino todo lo contrario: la falta de educación y formación en relaciones igualitarias ha llevado a que los y las jóvenes usen el porno e internet como factor educacional, potenciando así las relaciones abusivas a edades cada vez más tempranas. 

El equipo formado por Irene Montero, Vicky Rosell, Ángela Rodríguez y demás compañeras del Ministerio de Igualdad han conseguido que seamos un referente en políticas feministas a nivel internacional y debemos apostar por desarrollarlas y ampliarlas. Las elecciones al Parlamento Europeo este próximo junio abren una oportunidad única de trasladar todas estas políticas feministas y de protección a las mujeres a Europa.

Yo sobreviví. Después de varios años conseguí volver a poner los pies en la vida y disfrutarla como hacía hasta aquel momento, con 19 años. Hoy escribo por primera vez, para sanar, para decir alto y claro que no hay que dar ni un solo paso atrás y para desear que este 2024 no haya ni una menos. Se acabó.

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Me dan igual tus hijos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78702/me-dan-igual-tus-hijos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78702/me-dan-igual-tus-hijos/#respond Tue, 09 Jan 2024 05:33:57 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78702 Continuar leyendo "Me dan igual tus hijos"]]> Una pareja lleva a sus hijos al colegio en Pamplona (Navarra). EUROPA PRESS/Eduardo Sanz
Una pareja lleva a sus hijos al colegio en Pamplona (Navarra). EUROPA PRESS/Eduardo Sanz

Otra vez hemos empezado a hablar de los hijos y de que no podemos tenerlos y de que malditos sean los chavales que no quieren reproducirse.

No sé en qué periódico leí el septuagésimo artículo este año – y eso que todavía me queda roscón de reyes en la nevera – que analizaba malamente los bajones en la natalidad de los últimos tiempos.

Como siempre en estas nuestras batallitas culturales periodísticas, el artículo coqueteaba con dos posibles sobre el poco interés de la chavalada por reproducirse: el primero, que no tenemos hijos porque somos pobres como ratas; el segundo, que preferimos hacer cualquier otra cosa antes que tener un crío. El problema es que el tono veía a decirnos otra vez que lo malo es no tenerlos.

Parece que existe un consenso social por el que tener hijos te hace mejor persona o ciudadano, como si no pudieses ser un capullo integral habiéndote reproducido. Siempre que se habla desde la maternidad o paternidad se hace desde cierta superioridad intelectual o moral, como de ser que ha cumplimentado su apoteosis y ahora es Dios en estado pleno. Llamadme tonto, pero yo pensaba que ya habíamos superado la fase de creernos especiales por este tipo de cosas.

Cada vez que un político habla de sus hijos me tiembla el parpadillo; cada vez que un personaje público, ya sea en canutazos o entrevistas serias, sale a decir con el pecho erguido que es padre o madre me entra el cabreo, pues no lo entiendo. Quiero decir, entiendo que se sienta orgulloso de ello y le guste tanto como un plato de pasta marinera, pero no entiendo que sea una faceta de su vida que al resto de la ciudadanía nos deba importar lo más mínimo.

No te voy a votar más o menos porque tengas un hijo: me da exactamente igual.

Ser padre – de aquí en adelante solo usaré el masculino por eso de la economía del lenguaje – debería tener el mismo peso en la vida pública que ser fumador o bebedor de horchatas o corredor de medias maratones; ser padre no es una característica que nos deba interesar lo más mínimo porque es una decisión íntima, privada, personal y única; o así debería serlo.

En estos últimos años, en especial desde la pandemia, se ha vuelto a poner en valor la figura del padre. Constantemente – aunque creo que en especial las mujeres – recibimos mensajes que cuestionan la vida moderna, ese espacio conquistado de decisiones individuales, para poner en valor las familias tradicionales; cada día se escriben repetitivos y mal redactados artículos que hablan de tener hijos y de dejar de comernos culos en albergues europeos para criar un retoño – os juro que es una transcripción literal – y de otros muchos posicionamientos que huelen a nevera sin bicarbonato.

Parece que no se ha aprendido nada en estos últimos treinta o cuarenta años y que la única forma de sentirte pleno o cuidado, pues enciman usan la soledad de la vejez como argumento, es reproduciéndote; parece que no podemos encontrar ninguna vía, ya sea pública o íntima, de recibir cuidados si no es juntando dos células muy chiquititas.

Obviamente hay circunstancias económicas por las que muchos jóvenes no tenemos hijos – por supuesto que somos pobres como ratas –, pero también hay otras como que no nos da la real gana – y no nos podéis juzgar por ello.

La vida cambia: ya no necesitamos traer una nueva para completar la nuestra.

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De Auschwitz a Gaza. Semejanzas de dos genocidios https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78684/de-auschwitz-a-gaza-semejanzas-de-dos-genocidios/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78684/de-auschwitz-a-gaza-semejanzas-de-dos-genocidios/#respond Tue, 09 Jan 2024 05:15:09 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78684 Continuar leyendo "De Auschwitz a Gaza. Semejanzas de dos genocidios"]]> De Auschwitz a Gaza. Semejanzas de dos genocidios
La gente camina entre escombros en la ciudad de Gaza, a 7 de enero de 2024.- EP

Jean Améry, pseudónimo de Hans Meyer, fue un judío austríaco, que tras la anexión de Austria a Alemania en 1938 se exilió a Bélgica, donde formó parte de la resistencia contra los nazis. Apresado por la Gestapo, fue enviado al campo de concentración de Auschwitz. Liberado por los ingleses en abril de 1945, escribió la monografía Más allá de la culpa y la expiación, publicada en 1966. Su relato, de enorme relevancia por ser un contrapunto de la opinión de Primo Levi, con el que compartió barracón en Auschwitz, y de otros intelectuales judíos partidarios del olvido y de pasar página sobre lo acontecido, me sirve de guía para este artículo, en el que pretendo encontrar algunas semejanzas entre ambos genocidios: el de los judíos a mano de la Alemania nazi y el de los palestinos de Gaza a mano de los israelíes. Cosas veredes... el pueblo víctima de los nazis convertido ahora en el pueblo verdugo de los palestinos.

La deshumanización y el desarraigo

Auschwitz

Fue el primer golpe, que recibió Améry en la fortaleza de Breendonk, un choque psicológico brutal. Desde ese momento se produce el intento por los carceleros de deshumanizar a los presos, convirtiéndoles en infrahumanos, como si fueran animales o cosas. Este proceso de deshumanización, que atraviesa todas las páginas del relato, es intencionado y responde a un programa de los nazis, advierte Améry, quien llega a afirmar que "el terror no era un instrumento del Tercer Reich, sino la esencia del mismo". Poco a poco advertirá que la deshumanización era el primer paso para el exterminio de la población judía.

Pero la deshumanización actúa en un doble sentido, según Améry: te deshumaniza el cruel enemigo y con ello tú mismo te deshumanizas, porque vas poco a poco desligándote de la humanidad, de la especie humana de la que eres miembro: "la confianza en el mundo que ya en parte se tambalea con el primer golpe, pero que con la tortura finalmente se desmorona en su totalidad, ya no volverá a restablecerse". Sufres un desarraigo respecto a tu patria y a lo que has sido. En Améry, un brillante episodio describe cómo la "patria chica" reconfortante, que reside en tus recuerdos, va siendo olvidada y sacrificada por la dominante y opresora "patria grande", en la que ahora te encuentras.

Gaza

Los palestinos de Gaza han sufrido innumerables humillaciones por parte de los israelíes en una sucesión de guerras en cadena desde que eran niños, si han tenido la suerte de no ser masacrados en la infancia o la adolescencia. Améry sufrió el golpe de los nazis cuando ya era mayor y estuvo en Auschwitz pocos años. Imaginen el contraste con los gazatíes, que desde su nacimiento han sufrido la opresión, encerrados en un recinto que es como una cárcel a cielo abierto, y dependiendo a todos los efectos de la voluntad dominante del Gobierno de Israel, y en varios tramos de su vida guerras de invasión de su territorio. Se habla mucho de la invasión israelí actual, como es lógico, pero ya soportaron una terrible invasión en 2014 con la misma estrategia de destrucción de sus infraestructuras e inmuebles civiles de todo tipo y el mismo resultado de muertes en una cifra muy por encima de la de los israelíes.

Las autoridades israelíes emplean un lenguaje deshumanizador en relación con los palestinos. Ha trascendido que el ministro de Defensa les ha llamado "animales". Pero esto no es nada con las expresiones y conductas contenidas en el informe y la documentación de las ONGs y asociaciones, que han denunciado a Israel ante el fiscal general de la Corte Penal Internacional de la Haya. Por otro lado, a la vista de los hechos, en una "larga guerra" como asegura el primer ministro israelí Netanyahu, con el bombardeo indiscriminado de hospitales, escuelas, mezquitas, etc., y cifras altísimas y crecientes de muertes de civiles, muchos de ellos  niños y mujeres, es muy difícil no pensar que estamos ante un proceso histórico de deshumanización del pueblo palestino, que ahora el Gobierno israelí intenta culminar con lo que en el derecho internacional se denomina genocidio, porque los hechos demuestran que se ha producido "una intencionalidad de exterminio". En el momento de la firma de este artículo algunos ministros israelíes lanzan la idea de la deportación de los palestinos supervivientes de Gaza a los territorios de otros países. ¿Cabe dudar del propósito del Gobierno israelí, consistente en apropiarse de todo el territorio de Gaza?

La banalidad del mal

Auschwitz

Améry describe su sorpresa al contemplar el mal como algo normal. Sus carceleros actúan como, si lo que hacen, fuera lo adecuado. No sienten nada o aparentan no sentir nada reprobable al ejecutar la opresión y el castigo de los presos. En la primera edición de su obra, publicada en 1966, el filósofo austriaco afirma expresamente que su escrito no va dirigido a "sus compañeros de infortunio", sino a los alemanes, "que en su aplastante mayoría no se sienten responsables de los actos al mismo tiempo más sombríos y más característicos del Tercer Reich". Presencia y explica este hecho sorprendente, que dos años antes la filósofa Hannah Arendt, tras asistir a las sesiones del proceso penal contra Eichman en Israel, describe como la "banalidad del mal" en su libro Eichmann en Jerusalén, de 1964; el mal como un hecho ordinario reprobable desprovisto de connotaciones negativas para sus practicantes, que lo ejecutan porque es el procedimiento establecido.

Gaza

¿Qué pueden pensar del mal los gazatíes, que desde que eran niños, constantemente, día a día, año tras año, encerrados en un territorio con puertas que no pueden abrir, siempre vigilados y a las órdenes de los soldados israelíes, que en cualquier momento pueden atacarles? ¿Cabe peores condiciones de vida para asimilar la normalidad del mal?  Y, sobre todo, ¿qué pueden pensar del mal ahora los niños de Gaza, milagrosamente supervivientes, tras presenciar el genocidio de sus familiares y de su pueblo?

El resentimiento

Auschwitz

Lo que no esperaba Améry es que el resentimiento se apoderaría de él tras ser liberado del campo de Auschwitz. Sus primeros momentos de satisfacción se convirtieron rápidamente en desazón y resentimiento. Tras el término de la guerra todo el mundo clamaba contra la imperdonable vulneración de los más elementales derechos humanos perpetrada por los nazis. Poco después las imprecaciones dieron paso en poco tiempo a una estrategia de las potencias occidentales, vencedoras de la guerra, de olvidar y mirar hacia el futuro, que Améry vio como una inexplicable e injusta medida para dejar impunes a los verdugos del holocausto judío. Conforme se desarrollaba la nueva política, crecía su resentimiento. No concebía la impunidad de tantos miles de alemanes -unos actores de primera fila del exterminio judío y otros cómplices de su aplicación-. Y que todo quedara en el procesamiento de algunos pocos destacados líderes nazi. Es el asunto más reiterado en sus páginas: la marcha atrás de la exigencia de responsabilidades ante "la culpa colectiva del pueblo alemán", que conocía y había consentido el genocidio de los judíos. Como se desprende del título de su libro, la culpa exigía la expiación. Había que reestablecer la justicia universal y esto solo era posible mediante el contrapeso del crimen cometido por los alemanes y su expiación.

Llegó el momento, en el que Améry no pudo más, y se aplicó su solución personal final -el suicidio-, después de haberse liberado de la solución final programada por Hitler para todo el pueblo judío. En un hotel de Salzburgo, en Austria, su patria chica, a la que no había querido volver, se suicidó ingiriendo somníferos en 1978.

Gaza

En relación con las guerras palestino-israelíes, y especialmente con la que ahora está aconteciendo, algunos comentaristas hablan de que la conclusión de la guerra producirá aun mayor inestabilidad entre ambos países que la existente con anterioridad a su declaración. El motivo es el aumento del resentimiento de la población gazatí superviviente, que habrá sido elevado a una cota probablemente irreversible, al menos durante largo tiempo. Améry contempló y vivió la masacre de sus compatriotas en un reducido campo de exterminio durante pocos años. La población gazatí contempla y vive el exterminio de un pueblo entero dentro del territorio de su nación con sucesivas invasiones del enemigo y sin que se divise en el futuro el fin de las guerras. Un enemigo invasor que siempre ha incumplido las resoluciones de Naciones Unidas, de la que es miembro, y que practica la ilegal ocupación del territorio palestino con riadas de colonos israelíes. El resentimiento de la nación palestina y singularmente de los gazatíes sigue aumentando y no podrá quebrarse con el mejor tratado de paz y de reconocimiento de derechos imaginable. Porque el resentimiento -como el que llevó al suicidio a Améry- no es un sentimiento fácil de curar. No creo que su curva ascendente pueda ser doblegada con la creación definitiva de un Estado palestino, en el que ya no creen los palestinos engañados con falsas promesas desde 1948.

La omnipresencia de la muerte

Auschwitz

Améry describe la presencia de la muerte en todas partes y en cualquier momento en el campo de concentración. Y la mejor disposición ante ella de quienes tenían la  protección de las creencias religiosas o políticas -Dios o la revolución pendiente- y también de las personas más sencillas que las ilustradas, como él. "La muerte estaba omnipresente. Las selecciones para la cámara de gas se realizaban a intervalos regulares. Por una nadería, los presos eran ahorcados en el patio, y al son de una alegre música de marcha éramos obligados a desfilar ante los cuerpos, que se balanceaban en el patíbulo...Se moría en masa, en el lugar de trabajo, en la enfermería, en el búnker, en el barracón". Hay una frase sobrecogedora de Améry cuando dice que la preocupación de los prisioneros no era propiamente la muerte, sino cómo se moría: "la gente casi no se preocupaba de si había que morir, o del hecho de que se tuviera que morir, sino solo de cómo sucedería". Siguen ejemplos espeluznantes, que prefiero no citar.

Gaza

La presencia de la muerte igualmente campea por el territorio de Gaza: nadie está a salvo ante los engaños del Gobierno israelí, desplazando a los palestinos hacia falsas zonas de seguridad, el bombardeo constante y en aumento de cualquier inmueble civil con civiles dentro, el cierre de las puertas de salida del territorio, la negación a la entrada de ayuda humanitaria ¿Se pueden imaginar peores condiciones de vida para evitar la muerte? No hay escapatoria. La muerte te aguarda en cualquier lugar y momento. Gaza se ha transformado en un nuevo Auschwitz.

Recuerdo las palabras de un médico integrante de Médicos sin Fronteras, que estuvo en primera línea en un hospital bombardeado, en un programa del canal 24 horas de TVE: "Los gazatíes únicamente esperan ya morir". En aquel momento pensé en Améry y en escribir este artículo. Me pregunto si algunos gazatíes también "esperarán ya morir", como el suicida Améry, tras la finalización de la enésima invasión de Israel en Gaza.

La perplejidad

Auschwitz

Améry fue de sorpresa en sorpresa, como él asegura, desde su detención en Bélgica hasta su liberación en Alemania. Pero sufrió una sorpresa posterior, probablemente la más inesperada, que le produjo la mayor perplejidad: el cruce de brazos del mundo occidental, dejando impunes a muchos alemanes verdugos o cómplices. Los vencedores de la guerra se limitaron a procesar y a castigar a algunos pocos jerarcas nazis. Para Améry el punto de inflexión fue el proceso de Frankfurt, 1963-1965, en el que fueron juzgados unos pocos nazis del campo de Auschwitz y finalmente sancionados con escasas penas de reclusión o declarados inocentes. Durante veinte años Alemania en la época del canciller Adenauer ocultó los crímenes contra los judíos en Auschwitz. Tras la celebración del proceso el escritor austríaco interrumpió su silencio y publicó en 1966 el libro que comento.

Gaza

No creo equivocarme si afirmo que a la población de Gaza le espera la misma perplejidad que sintió Améry. Cuando presencie que el genocidio perpetrado por Israel no significa más que una nueva escalada en las sucesivas e interminables guerras, una escalada terrible, superior a otras anteriores, pero escalada, al fin y al cabo. Perplejidad cuando los supervivientes adviertan que otra vez, en Palestina como en Alemania, las potencias del mundo querrán pasar página.

A la vista de la actitud de las potencias de todo el mundo, que están respondiendo impasibles al genocidio sin inmutarse, sin pedir el alto el fuego, ¿qué cabe esperar del futuro?  Es vergonzoso ver que el gobernante más adelantado en la Unión Europea, el presidente Sánchez, no pasa de prometer -solo prometer- que reconocerá el Estado de Palestina, pero que no se atreve a hacerlo. Y el único Estado que ha llevado a Israel a la Corte Penal Internacional de La Haya ha sido Sudáfrica. ¿Alguien cree que los líderes israelíes van a ser juzgados por la Corte Internacional Penal? ¿Que va a ser juzgado Netanyahu, el "amigo eterno" y protegido por Estados Unidos desde 1948?

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¿Las noticias o la realidad? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78673/las-noticias-o-la-realidad/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78673/las-noticias-o-la-realidad/#respond Sun, 07 Jan 2024 06:10:29 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78673 Continuar leyendo "¿Las noticias o la realidad?"]]> ¿Las noticias o la realidad?
Decenas de personas celebran la entrada del año nuevo en la calle Ferraz, a 1 de enero de 2024.- Diego Radamés / Europa Press

Tengo malas noticias para los consumidores de las mismas: las noticias son perjudiciales para la salud mental, según decenas de estudios muy serios. El pionero en ese campo de investigación, George Gerbner, lo definió en los 90 como "el síndrome del mundo cruel". Según sus conclusiones, quienes las seguimos tendemos a pensar que la gente solo piensa en sí misma y que los actos de un individuo no contribuyen a mejorar el mundo y, de rebote, sufrimos más estrés y depresión. Eso cuenta el ensayo de Rutger Bregman titulado Dignos de ser humanos, el regalazo que me trajo un rey mago anticipado.

Dejando a un lado la vertiente patológica de este asunto, lo que quiero enfocar es que la información ha dejado de ser lo que era. La información es poder, me decía mi padre cuando era niña. La información cuenta el mundo, me decía mi profe en la universidad cuando estudiaba para periodista. Empiezo a pensar que ni lo uno ni lo otro, que el mundo en el que ellos vivían y creían se ha esfumado en la persecución del click, del suscriptor, de la audiencia, del cliente más que del ciudadano.

En otro de los estudios que recoge Bregman se concluye que en más de 30 países, desde Rusia hasta Canadá, desde México hasta Hungría,  creemos que el mundo va peor de lo que iba cuando la realidad es justo lo contrario: la pobreza extrema, el número de víctimas de guerra, la mortalidad y el trabajo infantil, el crimen, el hambre, los muertos por catástrofes naturales, el número de accidentes de avión han descendido exponencialmente en la última década. Sin embargo, tenemos más miedo, ansiedad y desconfianza que nunca.

En los periódicos no se lee "El número de personas en extrema pobreza descendió ayer en 137.000", aunque este titular debería haber aparecido en todas las portadas todos los días los últimos 25 años.

El sesgo de negatividad del que hablan los psicólogos ya no tiene el sentido que tenía. Durante cientos de miles de años en que fuimos cazadores y recolectores era preferible temer cien veces más que lo necesario a una araña o a una serpiente que confiar en que fueran inofensivas y esa confianza nos costara la vida. Ya no estamos en las cuevas y existen los antídotos y los insecticidas, pero siguen llamándonos mucho más la atención los agoreros que los que señalan esperanzas realistas.

He pensado en todo esto estos días porque tenerlo presente lo cambia todo y observando el panorama nacional, esta Navidad, los hechos han demostrado una vez más que los medios de comunicación de este país también se fijan más en lo excepcional que en lo importante.

¿Cuánto tiempo y espacio hemos dedicado en los medios patrios al muñeco de Sánchez golpeado por trescientos idiotas y cuánto a que el año pasado más de medio millón de personas en paro encontraron trabajo? ¿Cuánto hemos reflexionado sobre que hay más gente trabajando que nunca, más mujeres afiliadas que jamás, más jóvenes con contratos fijos (cuatro de cada cinco)?

Como no encontremos la manera, entre políticos y periodistas, de contar la realidad más que lo extraordinario, de contar la política más que el politiqueo, el debate público será cada vez más gritos y palabras, en vez de hechos y pedagogía; la opinión pública será cada vez más miedosa y boba;  los salvapatrias y los gurús que excitan las tripas y aprovechan la indigencia intelectual ganarán más partidas; y la evolución a mejor de las últimas décadas decaerá y decaerá como en toda buena profecía autocumplida.

Dice este investigador holandés que en las noticias gana por goleada el lado malo del ser humano porque lo malo es excepcional y llamativo mientras que lo bueno es corriente y aburrido. Sí, las cifras son muy aburridas. El reto debería ser poner nombres y caras a todas esos números que sin carne no significan nada. El desafío es no aburrirse de contar la realidad –por aburrida y repetitiva que sea– y buscar nuevas maneras de contarla porque tiene nombres y apellidos e hijos y nietos y sueños y alegrías y esperanzas. De que la contemos como es y no como mejor se vende depende que las personas la tengan presente, la valoren en su justa medida y actúen en consecuencia.

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El asombro (regalo para adultos) https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78621/el-asombro-regalo-para-adultos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78621/el-asombro-regalo-para-adultos/#respond Sat, 06 Jan 2024 06:15:38 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78621 Continuar leyendo "El asombro (regalo para adultos)"]]> Una imagen con varias estrellas, a 5 de abril de 2020.- Pixabay
Una imagen con varias estrellas, a 5 de abril de 2020.- Pixabay

Son días de Reyes Magos y regalos. Los familiares adultos parecen coincidir en una cosa: "Por mucho que no te guste la Navidad, es tener niños y vuelves a disfrutarla, por ellos, por su ilusión". ¿Por qué debo recordar o volver a la infancia para vivir la magia? Si yo salgo de esa niña de sonrisa mellada abrazando su nueva consola, ¿por qué parece como si mi ilusión se quedara ahí congelada y hoy sólo pudiera, como mucho, recordarla?

Llegar a casa de madrugada cerrando la puerta de espaldas con una sonrisa. La visita inesperada de un vértigo que recorre tu cuerpo e inunda de emoción. El temblor de un miedo que te lame la nuca como una vaca a su ternero. La confusión por algo que no puede entenderse, mucho menos ponerse en palabras, al menos ahora. Un suspiro que exhala un peso inesperado, pero, ¿desde cuándo llevaba esto dentro? Fruncir el ceño, tocar con el dedo la nueva herida. Ah, ya recuerdo, así era el dolor. Todo eso que ocurre cuando algo te sacude y te hace retumbar. El encanto y el embrujo no son sólo cosa de críos. El problema es que cada vez resulta más difícil encontrarlo.

Para poder asombrarnos, en primer lugar, habría que extrañarse. Debe haber otra cosa, un otro que me zarandee y me haga espabilar. Una distancia. Un diálogo. Una sirena que me cante, un rompecabezas que no logre resolver. Sin embargo, hoy en día, en esta vida constantemente mediada, objetivada, separada, reducida, apenas nada parece ajeno. El hombre de Occidente triunfó en su deseo de conquistar, controlar, normalizar y someter cada aspecto de la existencia.

No hay nada nuevo porque todas las cosas son una réplica de lo anterior con el fin de acumular más cosas, o un rebranding de algo que en un momento sí fue distinto pero con alguna ligera modificación para poder haber sido asimilado por el mercado y hacerlo como churros hasta que ya no sea interesante o rentable.

Ya no existen los viajeros, únicamente hay turistas que visitan ciudades que han hecho un parque temático de ellas mismas. Cada vez hay más formas de estar solo y menos vías para juntarse. Se conecta, sí, pero sólo desde el ego o proyecciones de este. Quiero hablar contigo para que me des atención, que me veas, que me percibas, me escuches y me consumas, no quiero saber nada de ti, no quiero hacer nada contigo, mucho menos abarcar ningún problema juntos. Las redes sociales dejan de ser un medio de debate y pasan a ser carruseles de publicidad.

Un niño cree y espera a una criatura fantástica que le traiga un regalo. Pero, mientras tanto, millones de adultos creen en ficciones que se levantan sobre una moral y distribución del poder que justifiquen de alguna forma esta vida sometida, un relato que les haga conformarse con que esto es lo que hay. Un señor con barba en el cielo que te compensará por perdonar, una familia que te traerá estabilidad, una media naranja sin la que no puedes vivir, un trabajo que dignifique, una nación que te represente al meter una papeleta cada cuatro años, el ascendente en Capricornio, el último producto de la farmacéutica más cotizada... lo que sea.

Creemos que exclusivamente en la ficción, la utopía y la teoría existe la magia y nuestros sueños, pero nos aferramos a estructuras que tienen de todo menos posibilidad de cumplir las expectativas que nos crearon en torno a ellas. En realidad, esconden instituciones de control y disciplina de nuestras vidas. El viejo mundo también son los padres.

Percibimos las cosas como aquello a lo que prestamos atención, no como son. Si nada sorprende ni deleita, debe ser porque en principio nada nuevo puede verse. Para asombrarse hay que enfrentarse al miedo, la incertidumbre y lo que está afuera. La sorpresa y el júbilo son contrarios al control meticuloso.

Existe un problema generalizado con la necesidad de control porque hay todo un sistema socioeconómico que se beneficia de presentar nuevas y mejores formas de, precisamente, controlar necesidades que este mismo genera. Vigila quién entra en tu casa, pon una alarma. Modera tu peso, toma esta pastilla. Modifica tu estilo, cuenta los pasos que das al día, contabiliza a los chicos a los que llamas la atención, haz que todos vean cuál es tu opinión de la última película en cartelera en esta app. Asegura, comprueba, contrasta, revisa, calcula todo cuanto puedas.

Pero no se puede disfrutar lo que previamente ya es experimentado cuando se anticipa: una cita puede ser lo que esa nueva persona te presente si la atiendes sin expectativas, o la batería de anécdotas que te repites delante del espejo antes de salir para causar una buena impresión. De nuevo, lo ajeno y su correspondiente embrujo es contrario a vivirse desde el ombligo. Para maravillarse, debe mirarse a los ojos al forastero.

Louise Glück dijo que miramos el mundo una sola vez en la infancia, y que el resto es memoria. Yo no quiero conformarme con la nostalgia de lo que una vez viví, tratando de "curar a una niña interior" (¿Qué diablos será esa última mamarrachada que venden gurús espirituales?).

Según uno madura, puede relacionarse con el misterio y el asombro de mil maneras: si crecer es acumular experiencias, ¿cómo va a vivirse la vida de verdad sólo una vez?, ¿¡pero eso qué es!? Me niego a glorificar la inocencia infantil como única causa de felicidad.

Uno crece, y cuanto más presente es y activo está, cuanto más se expone a la vivencia, en consecuencia, más curiosidad le brota, más vive, más disfruta del misterio, más sensaciones es capaz de percibir. El amor, la admiración, son incompatibles con el escepticismo o prejuicio. Si uno no se asombra, es porque no está viendo al otro. Quizá, ni siquiera escuchándose a sí mismo, sólo a la idea de lo que uno debe ser. Tiene que salir fuera a buscarlo, empezar a contemplar, encontrar una compañía que le discuta y le mueva.

Los adultos también jugamos, pero debemos dejar de centrarnos tanto en las reglas, y más en poder entenderlas para divertirnos, y si es posible, también para ganar. Dejemos de evadir la realidad, abramos bien los ojos, atendiendo alrededor, aceptando el cambio y cuestionando el estado de las cosas presentes. Si duele, que se enfrente sabiendo que la única forma de pasar por ello es atravesándolo. Entonces se habrá vivido, entonces nos albergarán sentimientos y formas de belleza que jamás habríamos imaginado. Asombrarse es permitir lo desconocido. Louise, disfrutar es aspirar activamente a algo más que una memoria inundada de melancolía derrotista e inmovilizante.

Los reyes son los padres, sí, pero, afortunadamente, ya no somos sólo la ilusión de un niño. La vida tiene una inmensidad de regalos, trabajemos por multiplicarlos, esa es la virtud humana. Ahora conocemos otras y mejores formas de placer y alegría, debemos seguir persiguiéndolas de la única manera posible: juntos frente al claroscuro. Menos mal que aún hoy queda todo por hacer.

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Sobreactuación y extrema derecha https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78640/sobreactuacion-y-extrema-derecha/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78640/sobreactuacion-y-extrema-derecha/#respond Sat, 06 Jan 2024 06:10:11 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78640 Continuar leyendo "Sobreactuación y extrema derecha"]]> Javier Ortega Smith durante la sesión para su reprobación en el Ayuntamiento de Madrid.- EFE/ Mariscal
Javier Ortega Smith, durante la sesión para su reprobación en el Ayuntamiento de Madrid a 4 de enero de 2024.- EFE/ Mariscal

Nunca es fácil saber cual es el punto razonable para una actuación. Cuando se dice que un actor (o un actriz) sobreactúa, se parte siempre de una posición subjetiva. No sólo porque no existe una norma concreta que determine cuál es la buena actuación (o la que se pasa), sino también porque la idea misma de buena actuación ha ido mutando con el tiempo y las circunstancias. No es lo mismo el valor de una actuación durante el cine mudo que cuando irrumpió el cine sonoro. No es lo mismo una actuación en plano general que un primer plano. ¿Sobreactúa Gloria Swanson en El Crepúsculo de los Dioses cuando interpreta a Norma Desmond, una mujer histriónica? Hay periodos de la historia del cine que fijaron en un cierto naturalismo la medida de "lo bueno". La comedia española bebió durante muchísimos años del neorrealismo italiano. Y, por último, hay quién ha hecho de la sobreactuación una suerte de estilo propio; pienso en las comedías físicas de Jim Carrey o en alguno de los papeles de Nicolas Cage, que modula con precisión cómo de lejos debe llevar sus excesos.

La extrema derecha necesita nutrirse de sobreactuación. No tiene razón de ser si no es a través de una imagen del mundo que se separe de la cómoda rutina. Necesita épica, necesita amenaza, necesita caos y colapso. No puede haber épica sin batallas. No puede haber adversarios políticos: tienen que ser enemigos. No puede aceptar el juego democrático, sino que debe desestabilizarlo. El proyecto en sí, el método de la extrema derecha, es la sobreactuación como forma de debilitar a la sociedad y volverla dependiente no de las instituciones que conocía, tampoco de formas corregidas, mejoradas, nuevas, de dichas instituciones, sino de liderazgos absolutos y verticales. El ejemplo de Milei en Argentina es clarísimo en ese sentido.

Estos días hemos vivido dos momentos especialmente interesantes en materia de sobreactuación política de nuestra extrema derecha patria que han tenido su correspondiente reacción en cada uno de ellos. Por un lado, tenemos la agresión del concejal y diputado nacional Ortega Smith al concejal de Más Madrid Eduardo Fernández Rubiño. Por otro, tenemos la concentración de Nochevieja en la calle Ferraz y el ahorcamiento simbólico de una piñata representando a Pedro Sánchez.

Las dos son acciones basadas en la sobreactuación, en la exageración y en la pérdida de papeles. No han tenido la misma respuesta por parte de las fuerzas democráticas. A la agresión, digamos, real, en el pleno del Ayuntamiento de Madrid se ha respondido con política. Se ha reprobado al agresor en el Ayuntamiento y pronto se hará en otras cámaras de representantes. A la acción, digamos, simbólica, se ha respondido judicialmente, activando investigaciones fiscales. La acción política en el caso de Ortega Smith no tendrá consecuencias materiales directas. La reprobación no implica nada más que eso: un gesto político de las mayorías parlamentarias que marcan una línea sobre lo que es tolerable y lo que no. Las acciones judiciales a los responsables del ahorcamiento simulado pueden tener o no (dependerá de los jueces) consecuencias materiales en forma de multas u otras medidas.


Me pregunto cuál de estas dos respuestas a estos dos gestos de sobreactuación es más efectiva y responde mejor a la sobreactuación y me atrevo a defender que la de la reprobación frente a la judicial. Lo hago sabiendo que, como decía al principio, la medida de la sobreactuación es difícil de identificar a primer vista y es, sobre todo, subjetiva.

La medida política de la reprobación baja la intensidad con respecto a la acción real. A una agresión física se responde con una condena simbólica e institucional sin consecuencias materiales. Se desplaza lo sucedido a un plano de la política. Se devuelve, digamos, al territorio de las instituciones que la extrema derecha intenta socavar y se las defiende. Esa acción, también por su carácter simbólico, rompe los bloques izquierda/derecha y representa una mayoría más amplia. A través de esta acción, el espacio político de la extrema derecha queda encapsulado. Por supuesto, esta acción simbólica no sustituye el conjunto de las dinámicas políticas y las tensiones de nuestro país, ni anula a la extrema derecha. De hecho, una parte de su interés es que parte de la necesidad de la persistencia. Asume una dimensión parcial de la respuesta, no totalmente satisfactoria y que requerirá de un trabajo mucho más grande para ser totalmente efectiva.

La otra respuesta, la judicial ante "el ahorcamiento", funciona de una manera diferente. Podemos debatir si la acción eleva o no lo sucedido en términos de intensidad (yo creo que sí), pero lo que sí es seguro es que desplaza la resolución o a un plano distinto de la expresión política a la judicial. Al hacerlo, convierte la acción en si -simular un ahorcamiento a un muñeco que representa al presidente – y no sus implicaciones políticas en el centro de la cuestión. De esta forma, los jueces juzgaran no por qué, sino qué. Y el resultado de esa decisión marcará de forma inevitable una mala salida suceda lo que suceda: si los jueces no ven delito ninguno y defienden que se trata de una expresión en el marco de la libertad de expresión, la acción en sí quedará validada no sólo en el qué, sino en los porqués, ya que la extrema derecha la venderá como una victoria de la acción en sí. Si por el contrario condena, quedará condenada la acción en sí a futuro y para cualquiera. Y ustedes dirán... ¿Y qué problema hay con que una acción abyecta y miserable quede condenada para siempre jurídicamente? Para responder a esa pregunta les remito a un popular cántico de las movilizaciones contra la guerra de Irak del año 2003: "Aznar te toca, el cinco de copas", que venía a indicar simbólicamente que el por entonces no procesado "Asesino de la baraja" debía asesinar al presidente del Gobierno.


Pero, sobre todo, habremos asumido que la resolución judicial es la única que puede restituir el orden que la propia acción rompe. Es decir, que es una acción absoluta la única que nos devuelve a un orden perdido y que, por tanto, no nos queda mucho más que hacer que ganarle a la extrema derecha que buscar una resolución judicial tras otra.

La sobreactuación, como digo, es subjetiva.

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Porras y pistolas en el forro de los abrigos de las militantes de la Sección Femenina https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78649/porras-y-pistolas-en-el-forro-de-los-abrigos-de-las-militantes-de-la-seccion-femenina/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78649/porras-y-pistolas-en-el-forro-de-los-abrigos-de-las-militantes-de-la-seccion-femenina/#respond Sat, 06 Jan 2024 06:05:56 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78649 Continuar leyendo "Porras y pistolas en el forro de los abrigos de las militantes de la Sección Femenina"]]> Reparto de comida por mujeres de la Sección Femenina en Guipúzcoa en 1937.- FONDO MARÍN-KUTXA FOTOTEKA
Reparto de comida por mujeres de la Sección Femenina en Guipúzcoa en 1937.- FONDO MARÍN-KUTXA FOTOTEKA

En octubre de 1933, en un teatro de Madrid, José Antonio Primo de Rivera se dirigió a su público en un evento que puede considerarse la antesala de la fundación de la Falange Española. Aquel día, en aquel teatro, apenas había cinco mujeres, pero acabaron siendo miles las que se vincularon con el movimiento.  

La Falange nace con la intención de trascender la idea de partido para convertirse, en palabras de su principal dirigente, en una manera de ser. Aquellos días de aquel 33 las mujeres fueron rechazadas en la Falange y tuvieron que conformarse con afiliarse al Sindicato Español Universitario (SEU). En junio de 1934, el sindicato aprobó la creación de una sección femenina dentro de su estructura. El principal objetivo era las labores de propaganda porque entendían que las mujeres podrían hacerlo con menos riesgo que los hombres. Debían también encargarse de atender las necesidades de los militantes falangistas y recaudar dinero para la causa. Pero las falangistas querían más. 

En diciembre de 1934, Primo de Rivera aprobó los primeros estatutos de la Sección Femenina. Debían esforzarse en estimular a "la mujer española en el amor a la Patria, al Estado y a las tradiciones gloriosas"; esmerarse en la propaganda y en el trabajo —tenían que confeccionar bordados y brazales—; y ser, por supuesto, el aliento de los hombres. Organizadas en una estructura jerárquica, la Sección Femenina coordinaría sus objetivos por provincias. Al mando estuvo siempre Pilar Primo de Rivera. Todo se queda en casa. José Antonio Primo de Rivera aceptó la organización de las mujeres y aseguró, en un mitin en Don Benito (Badajoz), que existía una "profunda afinidad" entre las mujeres y el movimiento. Eso sí, no permitiría "usar la galantería" para evitar que "la mujer española" se convierta en "tonta destinataria" de piropos. De feminismo, ni hablar, porque solo busca "sustraerla a su magnífico destino y entregarla a funciones varoniles". Hasta ahí podíamos llegar. 

El ambiente era convulso y, pronto, la Sección Femenina tuvo que ampliar sus misiones. El Frente Popular –una coalición electoral de partidos de izquierda– ganó las elecciones en febrero de 1936 y la Falange se esforzó en tensar y tensar la cuerda. Miembros del Sindicato Español Universitario (SEU) trataron de asesinar al político socialista Luis Jiménez de Asúa. Su escolta, Jesús Gisbert, murió en el atentado. El golpe de Estado estaba gestándose. Mientras José Antonio Primo de Rivera era detenido, su hermana organizaba a las mujeres de la Sección Femenina. Estaban preparadas. 


En una circular que envió a todas las miembras de la Sección Femenina, las órdenes eran claras. Había que "organizar el socorro de presos, heridos y muertos, ayudando a las familias con un subsidio de 15 pesetas diarias"; "visitar reglamentariamente a los camaradas que estuviesen en cárceles u hospitales", y recaudar fondos para que la organización fuese "autosuficiente y no una carga para el movimiento falangista". No solo eso.  

En Crónica de la Sección Femenina y su tiempo, de Luis Suárez Fernández, aseguran que "eran las mujeres quienes se encargaban de introducir —en mítines— porras y pistolas en el forro de los abrigos o en las botas altas que empezaban a ponerse de moda". Además, la Sección Femenina se ocupó de "procurar armas para sus afiliados". En este libro, editado por una asociación vinculada a la Sección Femenina, cuentan cómo, por ejemplo, Marjorie Munden, militante de la organización, aprovechó su condición de "súbdita británica" para comprar armas fuera de España.   

Jóvenes militantes de la Sección Femenina organizaron también lo que llamaron "Auxilio Azul", un sector de la 'Quinta columna'. Carlos Píriz, autor de En zona roja. La quinta columna en la Guerra Civil española, explica que "fueron una serie de organizaciones clandestinas que se generaron en ciudades como Madrid, Barcelona, Almería y Valencia para apoyar al bando sublevado desde zonas que pertenecían fieles a la legalidad republicana". En el Auxilio Azul, además de mujeres de la Sección Femenina, participaron miembras de Acción Católica y Socorro Blanco, asociación dirigida por Rosa Urraca Pastor. 


El Auxilio Azul estuvo formado únicamente por mujeres, que se dedicaban a facilitar comida, documentación falsa y a trasladar a embajadas amigas a fachas en apuros. María Paz Unciti era la principal responsable del Auxilio Social –tras ser asesinada tomó el relevo su hermana Caridad–, una organización que también se dedicó a la "falsificación de cartillas de racionamiento", a "la búsqueda de víveres y de ropa", así como a la búsqueda de "domicilios particulares para la celebración de misas, bodas y bautizos" en Madrid. Según un artículo de la revista Muy historia, el "Auxilio Azul fue un entramado asistencial constituido exclusivamente por mujeres que llegó hasta las 6.000, de las que ninguna fue detenida". Presumen, por ejemplo, de haber logrado infiltrar a dos mecanógrafas en el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) de la República y en la Cruz Roja para robar alimentos. La dictadura reconoció sus servicios y, a modo de agradecimiento, "les permitió pedir puestos de trabajo en el sector público, entre otros privilegios". 

Esta España vuestra, ay, ay. 

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Feminismo de la igualdad https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78628/feminismo-de-la-igualdad/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78628/feminismo-de-la-igualdad/#respond Fri, 05 Jan 2024 05:37:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78628 Continuar leyendo "Feminismo de la igualdad"]]> Feminismo de la igualdad
Decenas de personas durante una manifestación en defensa de la Ley LGTBI y la Ley Trans de la Comunidad de Madrid, a 17 de diciembre de 2023, en Madrid (España). —Fernando Sánchez / Europa Press

Máriam Martínez-Bascuñán ha publicado recientemente en el diario El País (17/12/2023), en el que ejerce como directora de Opinión, el artículo titulado Contra el consentimiento. Es una prestigiosa politóloga, especialista en teoría política y teoría feminista. Mediáticamente, su opinión es relevante, particularmente en este momento de cambio de ciclo del feminismo institucional.

Por una parte, hace una valoración crítica del consentimiento como justificación de la ley de Libertad Sexual promovida por el anterior equipo del Ministerio de Igualdad, vinculado con Unidas Podemos, y, por otra parte, lo contrapone al objetivo de igualdad, como alternativa más adecuada para el feminismo. Esa contraposición entre consentimiento e igualdad se basa en la posición de Catharine MacKinnon, feminista radical estadounidense. Estamos, quizá, ante la pretensión de fundamentar los principios políticos y culturales de la nueva gestión gubernamental socialista del feminismo.

De entrada, diremos que no compartimos la dicotomía planteada, según se explica en el reciente libro Feminismos. Retos y teorías, el consentimiento es una garantía -de las mujeres- frente al abuso, la imposición y la prepotencia de una relación sexual -la mayoría de varones-. Dentro de la tradición contractualista expresa la necesidad de una relación voluntaria, libre e igualitaria, frente a la jerarquía y la voluntad del más fuerte y poderoso; criterio avalado además por el Consejo de Europa. Es un factor profundo de cambio igualitario en las relaciones sociales y en las actitudes y mentalidades. Se engarzan los dos aspectos centrales de una relación social equitativa: la igualdad y la libertad.

Sabemos de la existencia de profundas desigualdades sociales, particularmente, por la posición de clase social y de sexo -u opción sexual y de género-, y podríamos añadir otras circunstancias, como el origen étnico o la edad. Estamos ante un problema relacional con múltiples desequilibrios de estatus y de poder, así como de diversidad de gustos, deseos y preferencias. La desigualdad constriñe las condiciones y capacidades para la libertad, para el ejercicio voluntario del acuerdo, más o menos recíproco y mutuamente satisfactorio, en una relación sexual (y en un acuerdo colectivo, en general). Precisamente, el consentimiento refuerza la equidad y la capacidad de decisión femenina, contribuye a la igualdad relacional.

El objetivo de la igualdad en todas las esferas sociopolíticas, culturales y estructurales es consustancial al feminismo desde hace más de dos siglos. Desde el primer feminismo ilustrado que defendía, sobre todo, los derechos políticos y civiles igualitarios -el sufragismo-, así como las experiencias populares basadas en la solidaridad, la corresponsabilidad socio-comunitaria y laboral y la pertenencia cívica, hasta la segunda ola feminista -años sesenta y setenta-, por una igualdad más multidimensional, no solo jurídica, en el campo social, económico, familiar y de la sexualidad.

Tras la breve tercera ola feminista -años noventa-, influida por los cambios culturales e identitarios, más o menos postmodernos, y vinculados con los movimientos LGTBI, en los últimos años se expresa la actual cuarta ola de reafirmación de la dinámica emancipadora femenina (y LGTBI) contra la violencia machista y las ventajas patriarcales en las relaciones sociales, y también frente a las brechas laborales y las desigualdades de estatus y reconocimiento público.

El feminismo actual tiene un gran apoyo social en España: el 80% de la población es partidaria de la igualdad de mujeres y varones, y dos tercios de mujeres se consideran feministas, así como un tercio de varones, en este caso con un amplio campo intermedio y una minoría de hombres, que no llega a la cuarta parte, contraria al feminismo, y que se encarga de espolear la ultraderecha.

En definitiva, dentro de su diversidad, la mayoría del feminismo tiene una honda perspectiva transformadora, participativa y multidimensional o interseccional. Y a pesar de todos los intentos de división y descalificación, sigue gozando de buena salud, por su capacidad expresiva y articuladora, manifestada en las grandes convocatorias públicas, así como en la persistencia de una actividad sociocultural, solidaria y reivindicativa cotidiana y de base.

Un feminismo inclusivo e interseccional

Paralelamente a ese intento de fundamentación teórica de la orientación del nuevo Ministerio de Igualdad, se ha producido otro hecho significativo controvertido: el nombramiento, con el visto bueno del presidente Sánchez, de la nueva directora del Instituto de las Mujeres, Isabel García, con un currículo fuertemente crítico a la ley ‘trans’, avalada por el anterior Gobierno de coalición y el propio PSOE.

Como se recordará, un sector de feministas tradicionales, relegadas del poder gubernamental, en torno al colectivo elitista de Feministas Socialistas, se opuso firmemente a esa normativa. Esa fuerte oposición estaba articulada y representada por la cesada vicepresidenta Carmen Calvo y bajo el influjo doctrinal de la filósofa Amelia Valcárcel. Pues bien, tras la experiencia del recorte de la Ley de la Libertad sexual, con la relativización del consentimiento y el mayor punitivismo, de la mano de la derecha, ese sector vuelve a tener mayor influencia institucional y augura también un retroceso en los derechos de los colectivos LGTBI y un freno al desarrollo de la normativa aprobada.

La reafirmación gubernamental en su designación, aun con el intento de suavización discursiva, refuerza una posición excluyente, de imposición de lo que consideran su agenda feminista siendo previsibles el recorte de la Ley trans, una ley para la abolición de la prostitución, mayor punitivismo..., con puntos comunes con la política y el discurso de las derechas extremas, y de freno a nuevos derechos feministas. Supone una reagrupación de las corrientes internas socialistas, con una reorientación simbólica y material del Ministerio de Igualdad, inicialmente más comedida en esos temas divisivos, y un mayor distanciamiento con la mayoría del movimiento feminista de base y sus retos transformadores.

Ambos hechos, junto con la contundencia de la ruptura con la orientación transformadora y la gestión ministerial anterior de Unidas Podemos y aun con cierta ambigüedad de la nueva ministra socialista de Igualdad, expresan los fundamentos y límites del proyecto feminista del actual Gobierno de coalición, ante el que incluso manifiesta su incomodidad su socio Sumar.

Ello se complementa con la insuficiencia de las medidas anunciadas; en primer lugar, sobre la prioridad normativa de la Ley de Representación Paritaria, ya aprobada por el Ejecutivo, que hace hincapié en la mejora de la representación femenina en las altas instituciones políticas y empresariales, es decir, en agrietar el ‘techo de cristal’ que tienen las élites de las mujeres, y no en cambiar las desventajas estructurales, culturales y sociohistóricas que tiene la mayoría popular de las mujeres, en un estatus subalterno, o sea, para superar el ‘suelo pegajoso’ y avanzar en la igualdad respecto de los varones. Por tanto, un avance parcial positivo, en la medida que desenfoca o sustituye las prioridades feministas para la mayoría de las mujeres, constituye un gesto frustrante respecto de la igualdad real necesaria para la gran mayoría femenina, que necesita reducir desventajas y aumentar la redistribución y el reconocimiento.
Además, queda pendiente la necesidad del enorme esfuerzo aplicativo por las Comunidades Autónomas y demás entidades de la normativa aprobada en la legislatura anterior, en particular, todo el desarrollo preventivo, educativo y protector de la Ley de Libertad Sexual y de la nueva regulación del derecho al aborto, amenazado por el bloqueo de las derechas extremas. Sin un fuerte impulso ejecutivo y presupuestario, muchas de esas medidas legislativas pueden quedar aminoradas en su efectividad real, o sea, se mantiene el bloqueo en las relaciones desigualitarias y de prepotencia machista.

Un feminismo igualitario y transformador

Por otra parte, en la legislatura pasada se han promovido avances significativos en campos compartidos con otros derechos laborales y sociales, en una dinámica que podemos llamar interseccional, en los distintos ámbitos institucional, sindical y social. Medidas comunes como la mejora del salario mínimo, la restricción de la temporalidad, los permisos parentales o la conciliación de la vida profesional y personal/familiar tienen un impacto positivo comparativamente mayor para las mujeres. Igualmente, otras medidas favorables a la protección social o los servicios públicos como la potenciación de las escuelas infantiles, el apoyo público a los cuidados y la dependencia, así como otro tipo de medidas enmarcadas en el escudo social a personas vulnerables o la integración social y cultural de la inmigración pueden tener también un sesgo de género favorable para las mujeres, que hay que potenciar.

Son políticas públicas, de garantía de condiciones vitales dignas y con fuerte contenido social e igualitario, muchas de ellas compartidas con demandas sindicales, incluso en la negociación colectiva y amparadas en los planes de igualdad de las empresas.

No obstante, dada la debilidad de la capacidad contractual de los sindicatos y la dimensión de otras reivindicaciones sociolaborales, en particular, actualmente, la defensa de la capacidad adquisitiva de los salarios, se suelen quedar arrinconadas, y exigen una profundización reivindicativa. Si a eso le sumamos las restricciones presupuestarias, la falta de determinación institucional y el bloqueo promovido por las derechas en muchas Comunidades Autónomas, tenemos todo un campo fundamental, el de la igualdad sustantiva y real, aquejado de una insuficiencia reformadora.

Y como se avanzaba en el libro citado, este campo de la igualdad exige una dinámica transformadora de conjunto, con un fuerte impulso feminista y la exigencia de un potente marco global, una nueva ley de igualdad, que unifique y dé perspectivas a este proceso igualitario. Es dudoso que el nuevo equipo ministerial de Igualdad, con su feminismo moderado, retórico y amable, y el conjunto del Gobierno de coalición, con prevalencia socialista, se plantee un avance sustancial, precisamente, en este ámbito de la igualdad relacional, eje fundamental para este nuevo periodo, junto con la consolidación de los derechos frente a la violencia machista y la libertad de opciones sexuales y de género, ya regulados y pendientes de desarrollar.

Parece que los derroteros del nuevo Ejecutivo van por otro camino. Se está intentando poner las bases doctrinales, las responsabilidades ejecutivas y la distorsión de las prioridades feministas para dar soporte a un feminismo institucional alicorto, sin abordar convenientemente los grandes retos feministas. Su plan puede tener elementos positivos y de continuidad con el feminismo socialista anterior que, particularmente, en el primer gobierno de Rodríguez Zapatero (2004/2008) supuso unas reformas legales y simbólicas significativas, especialmente con la Ley de Igualdad, la Ley contra la Violencia de género y la Ley del matrimonio igualitario.

La evidencia empírica e histórica ha demostrado que, en estas dos últimas décadas, aquel feminismo institucional, levemente reformador y muchas veces solo retórico, superficial y formalista, se ha visto como insuficiente por la nueva y masiva conciencia feminista, especialmente de mujeres jóvenes, en unas condiciones desiguales insostenibles. Esa demanda igualitaria es la base social justificativa para el impulso renovador de estos años.

Precisamente, esa situación de bloqueo en la igualdad de género, con la persistencia de la subordinación femenina y el acoso machista, ha sido cuestionada y desbordada por las exigencias de la cuarta ola feminista de amplia base crítica y popular que, sobre todo, desde 2018, alumbró las nuevas demandas de derechos y condiciones igualitarias y emancipadoras para las mujeres y colectivos LGTBI.

De fondo, este feminismo transformador, real y sustantivo, ligado a la tradición igualitaria-emancipadora de los feminismos anteriores, ha constituido la mejor expresión sociopolítica y cultural progresista de los últimos años y una masiva dinámica popular reformadora de las relaciones sociales e institucionales. Es por lo que tiene enemigos poderosos, con estrategias de división, descalificación y distorsión de su dinámica liberadora.

Por tanto, el diseño de este feminismo institucional socialista, dentro de su tradición de un feminismo levemente reformador, formalista y retórico, empieza a distanciarse del necesario impulso y consolidación de los derechos feministas y el avance en la igualdad real. Se quedará en cambios superficiales, dirigidos a mejorar el estatus de ciertas élites y capas acomodadas y, en particular, a conseguir un aval legitimador del nuevo ministerio de Igualdad, sin remover mucho las relaciones desiguales, la persistente discriminación femenina y los abusos de poder patriarcal, así como evitar la amenaza de retrocesos promovidos desde sectores reaccionarios.

En definitiva, tras la mejora de los derechos feministas en la anterior legislatura, aun con sus controversias, el reto es el avance significativo en la igualdad real, sin rebajar la exigencia de consentimiento en las relaciones sexuales -la experiencia de Jenni Hermoso y las campeonas mundiales frente al beso no consentido de Rubiales ha sido muy ilustrativa-, como garantía de libertad y no imposición. Frente a los límites previsibles del nuevo ministerio de Igualdad y el feminismo institucional, se dibuja sobre todo una tarea transformadora para el conjunto del movimiento feminista y las fuerzas progresistas.

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Las cloacas del antidopaje https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78582/las-cloacas-del-antidopaje/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78582/las-cloacas-del-antidopaje/#respond Thu, 04 Jan 2024 05:29:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78582 Imagen de Arek Socha en Pixabay
Imagen de Arek Socha en Pixabay

La política antidopaje en España ha sido siempre una piedra en el zapato de los sucesivos políticos que han tenido en su mano la posibilidad de ser referencia a nivel mundial. Pero no ha sido así. En realidad nunca fue así. España arrastra desde hace décadas una dinámicas opacas que lastran nuestra imagen internacional. Aunque nuestros problemas vienen de mucho más atrás, la piedra angular de la noticias que hoy estamos conociendo sobre ocultación de positivos de deportistas arranca en 2012, cuando la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) sanciona al laboratorio de Madrid.

El panorama, por aquel entonces, era un auténtico desastre, con más de 850 formularios de control antidopaje incorrectos. Más de 850. Un escándalo sin precedentes. Significaba tener 93 agentes de control del dopaje que habían realizado  funciones irregulares. Fue la figura de Ana Muñoz, responsable del departamento, quien puso algo de orden en todo esto. Por aquel entonces ya trabajaba por allí una de las piezas centrales para entender todo este desaguisado, José Luis Terreros, por entonces subdirector general de Deporte y Salud del CSD y que poco después fue relevado para ocupar el cargo de responsable del CSD para relaciones internacionales. Fue con Mariano Rajoy cuando se le nombró "responsable antidopaje", en unos momentos en donde la AMA había devuelto la acreditación al laboratorio de Madrid cuando España parecía (solo parecía) tener algo de cierta reputación internacional.  

Terreros ha sobrevivido desde entonces a varios gobiernos, con sus ministros y sus secretarios de Estado respectivos. De hecho, es de los pocos cargos que han sobrevivido del Gobierno del PP durante las dos legislaturas de Pedro Sánchez. Sin embargo los escándalos y las irregularidades en expedientes de la CELAD no han terminado.  

En estos días hemos conocido que en julio de 2019, el velocista Patrick Chinedu dio positivo por nandrolona. Este caso, que ha sido publicado por elDiario.es, refleja el fracaso de un sistema opaco y lo sencillo que ha resultado esconder un positivo durante años. Cuatro años después, nos enteramos de este caso tras una investigación del propio Ministerio de Educación, del que ahora depende la lucha antidopaje. A sus casi 40 años, el atleta fuera ya de la élite, se enfrenta a una posible sanción que de nada servirá salvo, eso sí, para empañar una trayectoria ya de por sí extraña. Curioso que a día 26 de diciembre en la web de Sanciona2, donde la CELAD debe publicar las infracciones, aún no saliera el de Chinedu. 


Pero los escándalos no solo han llegado de esta forma con Terreros. El Departamento de Control de Dopaje de la CELAD debía supervisar que la empresa adjudicataria, Professional Worldwide Controls (PWC), realizaba los controles antidopaje con al menos dos agentes de control y un verdadero protocolo de custodia de las muestras de garantías. Nunca ha sido así. De hecho se habría abonado con fondos públicos, durante al menos cinco años, tomas de muestras irregulares en los test antidopajes. Fueron diferentes muestras a deportistas con un solo agente, en contra de lo que se dispone en la Ley (obligación de dos agentes cualificados) o más surrealista aún: personas que, en realidad, no estaban habilitadas administrativamente como tal y que suponía un ahorro para PWC.  

El pasado 25 de enero de 2023, el grupo parlamentario de Unidas Podemos realizó una pregunta, de la que fui partícipe en su elaboración, que iba dirigida al Gobierno. Eran dos, en concreto, bien claras: en primer lugar, durante el periodo 1 de marzo de 2017 a 31 de marzo de 2021, cuántos controles antidopaje había realizado PWC con un solo agente de control. Y, en segundo lugar, qué cantidad de fondos públicos había recibido la mencionada empresa por los controles antidopaje realizados con un solo agente durante las fechas indicadas.

La respuesta del Gobierno, que recibimos semanas después, fue todo un escándalo: según el documento, la Agencia, desde el 1 de abril  hasta el 31 de diciembre de 2022, detectó 16 casos en los que no constaba en la documentación aportada por PWC la firma del segundo agente de control, lo cual "supone un 0,45% respecto del total  de controles realizados en dicha Agencia". Añadía la respuesta que ninguno de esos 16 controles había sido abonado y que el total de fondos públicos a PWC entre el 1 de abril a diciembre de 2022 había sido de cero euros. Algo olía mal. Era un escándalo de respuesta porque los Formularios de Control previos a 1 de abril de 2022 sí los tienen. Es decir, el Gobierno informaba solo de 9 meses de los cuatro años por los que se preguntaba. Omitía idéntica información (número de controles y cantidad de fondos públicos abonada a PWC) respecto al período de 1 de marzo de 2017 a 31 de marzo de 2021, que también exige el control correspondiente a través de los referidos formularios de control a disposición de la CELAD.  


Volvimos a repreguntar al Gobierno a principios de mayo, pero entonces el presidente del Gobierno Pedro Sánchez convocaba nuevas elecciones generales y todo se cerró. De las informaciones que estamos conociendo en estos días, gran parte del éxito se debe a esa pregunta parlamentaria.  

Los servicios jurídicos del Estado lograron en nuestro país la anulación de una sanción acorde al Código Mundial Antidopaje, basándose en la falta de reglamentación del famoso "pasaporte biológico" por parte del propio Estado. El 29 de junio de 2022 la CELAD, publicaba en su blog un post en el que calificaba la reglamentación del pasaporte biológico como "innecesaria", a pesar de ser requerida por la Ley Orgánica antidopaje aprobada en 2017. El pasaporte biológico analiza la evolución de parámetros clínicos para determinar si el deportista ha tomado alguna sustancia prohibida. Según indican varios medios, hay hasta cinco casos en un cajón sin sanción. Otro escándalo mayúsculo.

La CELAD conoció otros dos positivos a través del pasaporte de la AMA, pero se desconoce qué ha pasado con ellos. Ambos expedientes quedaron en suspenso en el mismo día de su apertura. A todo ello se une la denuncia que CCOO hizo el pasado 18 de mayo cuando la CELAD excluyó a una funcionaria que estaba intentando que dos procesos de adjudicación de plazas fijas a personal laboral se realizasen conforme a la normativa, esto es, trataban de dar las plazas a dedo.  


Ante tal panorama es indefendible que la figura de Terreros siga en su puesto. La falta de seriedad en los controles de dopaje (el caso de Sergio Ramos es el ejemplo claro) en el deporte español es un elemento que nadie parece importarle. Pero es vital. 

Si queremos recuperar la confianza internacional y, sobre todo, la credibilidad a nivel nacional, necesitamos investigar y saber qué ha pasado con las autorizaciones retroactivas, con los positivos analíticos, porque cuesta creer que en estos últimos años no haya habido positivos de deportistas, qué ha ocurrido con los positivos por pasaporte biológicos olvidados, con los expedientes caducados y los controles con un único agente. Porque da la sensación de que, más que por desidia, es un sistema dirigido a garantizar la impunidad de los deportistas de alto nivel por pasaporte adverso, posesión o cualquier otra infracción. Y esto es absolutamente intolerable. 

En definitiva, necesitamos poner luz sobre tanta sombra que planea desde hace décadas en nuestro deporte. Es una cuestión de decencia y de compromiso. Hace falta mucha valentía para acometer todas estas investigaciones y levantar de una vez por todas las alfombras que esconden tanta putrefacción. Porque la lucha contra la corrupción en las instituciones es un deber de todos y de todas. 

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Gérard Depardieu y la compañía cómplice https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78568/gerard-depardieu-y-la-compania-complice/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78568/gerard-depardieu-y-la-compania-complice/#respond Tue, 02 Jan 2024 19:29:04 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78568 El actor francés Gérard Depardieu. / Kay Nietfeld (EFE).
El actor francés Gérard Depardieu. / Kay Nietfeld (EFE).

Estas semanas atrás se ha publicado en la prensa francesa la noticia de que trece mujeres han acusado al actor Gérard Depardieu por violencia sexual entre 2004 y 2022. Afronta, entre ellas, tres denuncias por violación. Dos son de actrices francesas, y otra de una periodista española. Todas relatan el mismo modus operandi en los rodajes: tocamientos sin consentimiento y comentarios obscenos, como algo habitual y normalizado en su comportamiento. 

 

Quienes criticaban a estas mujeres por decir que lo inventaban, escucharon no hace mucho al propio actor en unas grabaciones con declaraciones como: "A las mujeres les encanta montar a caballo. Sus clítoris rozan la silla. Son unas zorras". En fin, un primor de hombre. Antes hubo otras que no encontraron apoyo. Detrás queda la sombra del suicidio de Emmanuelle Debever hace unos años, tras compartir una agresión sexual del actor en otro rodaje, a la vez que la televisión francesa emitía un reportaje sobre otras mujeres afectadas por el reconocido actor.

¿Pero cómo sigue la historia? Pues ya se pueden imaginar porque aquí nadie aprende. Es que es Depardieu, actor venerado e intocable dentro y fuera de su país. Por ello, otras no denunciaron. Por la protección a su figura. Porque cuando quisieron hacerlo escuchaban que no, que él "era Gérard". Porque sabían que no las creerían. Porque sus carreras acabarían para siempre. O porque los delitos estaban prescritos. 

Pero, ¿qué no prescribe nunca en estos casos? La reacción. Primero, de él. El actor ha negado en diversas ocasiones todas las acusaciones, afirmando en una carta que "hacer daño a una mujer sería como patear a mi propia madre en el estómago". Ya sabemos. El comodín de la madre siempre es útil. Las madres siempre sirven para todo.

Por otro lado, el entorno. Y aquí, destacan dos. Uno, el sector. Ya se sabe, el cine es industria y dinero. Y ahí aparecieron varias personalidades de la cultura (entre ellas, cómo no, también mujeres) que firmaron un manifiesto titulado No borren a Gérard Depardieu. Hablan de presunción de inocencia y de que sin él se acaba el arte en Francia. Pero el asunto no quedaba aquí. Nos quedaba la opinión del mismo presidente francés, Emmanuel Macron. Dijo ser un gran admirador del actor y, añadió, "hay una cosa en la que no me verán nunca, y es en las cacerías al hombre. Lo detesto".

Pues ya está. ¡Bingo! Ya tenemos lo de siempre: la  caza de brujas. Lo mismo que se dijo con Harvey Weinstein, con Plácido Domingo, con Dani Alves... y así, muchos casos más. Y una se pregunta a estas alturas si, dado que con Weinstein se demostró que ellas no mentían y si con Domingo él mismo confesó su responsabilidad tras la investigación del sindicato americano que demostró los casos de acoso, ¿aún nadie ha aprendido a dejar de idolatrar ante las acusaciones? Porque esas reflexiones con las que pretenden defenderse siempre quedan fuera de toda lógica. 

Si cada vez que las víctimas rompen el miedo se las acusa públicamente de dañar la presunción de inocencia, entonces, ¿qué hacen? ¿Se quedan calladas para siempre? ¿Cuándo les viene bien a toda esta gente que las víctimas hablen?  ¿De verdad esta gente sigue pensando que una, dos, tres, cuatro o decenas de mujeres quieren ponerse en la diana solo por destacar cuando saben que van a ser humilladas públicamente por hablar y que muchas personas van a defender a su agresor, cargado de poder? ¿Quizás esos manifiestos que surgen tan acelerados tienen que ver con que hay más casos que ese entorno sabe o quizás es que esos firmantes sabían de estas situaciones y tienen cuestiones delicadas que callar? Todo sea por salvar a Gérard Depardieu.

En contra de todo esto se ha quedado la ministra de Cultura francesa, junto con otras personas de la cultura que firmaron otro texto. Entre ellas también ha tenido un papel importante la anterior exministra de Cultura, que ha señalado cómo la ultraderecha francesa está detrás de esta complicidad con Depardieu. Y recuerda que el promotor de un manifiesto en favor del actor publicado en Le Figaro es un artista próximo a Éric Zemmour, candidato ultraderechista al Elíseo en 2022. Y es que, cómo no, la ultraderecha siempre está al acecho de todas estas situaciones para aprovechar el filón. Lo que sorprende es cómo, incluso personas lejanas a la ultraderecha, se alían con sus planteamientos y acaban haciendo de romper el silencio un acto de política contra las mujeres. Una muestra más de que el machismo es tan universal que en todos lados la reacción es la misma, sea de donde se sea y se piense lo que se piense. 

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Guerra judicial y comisiones de investigación parlamentarias https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78543/guerra-judicial-y-comisiones-de-investigacion-parlamentarias/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78543/guerra-judicial-y-comisiones-de-investigacion-parlamentarias/#respond Tue, 02 Jan 2024 05:23:46 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78543 Continuar leyendo "Guerra judicial y comisiones de investigación parlamentarias"]]> Guerra judicial y comisiones de investigación parlamentarias
El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte. - Carlos Luján / EUROPA PRESS

Publiqué en 1990 mi libro Libertades públicas. Significado, fundamentos y estatuto jurídico, en el que un capítulo, a contracorriente, estaba dedicado a la libertad de expresión y la crítica al jefe del Estado. Algunos compañeros de la Facultad de Derecho me advertían de que me había pasado "al meterme con la Corona" y de que podía recibir críticas, y así fue, en efecto. Eran tiempos de admiración por la figura del rey Juan Carlos I, salvador de la democracia, que disfrutaba en las encuestas la aceptación de un 80%. Hoy el rey emérito es objeto de toda clase de críticas públicas, y no solo como rey, sino como persona.

La crítica política al actual monarca español, Felipe VI, es ya un hecho ordinario. Las réplicas en los medios a su discurso de Navidad eran impensables en los años ochenta. Lo que no imaginaba es que en 2023 tendría que publicar un artículo de prensa, a contracorriente también, en contraste con la opinión de asociaciones de jueces y de fiscales y de principales órganos de la justicia española, defendiendo las comisiones parlamentarias de investigación para examinar asuntos relativos al lawfare, también conocido como "guerra judicial", que podemos definir como la instrumentación de los jueces contra adversarios políticos. Seguro que también ahora compañeros de Facultad me dirán que "me he pasado", pero tengo la plena convicción de que ni "me pasé" en 1999, como ya es obvio, ni ahora en 2023.

La protesta de jueces y fiscales contra la inclusión de casos de lawfare en las comisiones de investigación parlamentarias

Despertó la caja de los truenos en la judicatura española la inclusión del término lawfare en el pacto PSOE-Junts y la creación de comisiones parlamentarias para la investigación de tales prácticas. Todas las asociaciones de jueces, que representan el 50% de sus miembros, más o menos, clamaron contra esa inclusión.  El pacto alcanzado -afirman en una declaración conjunta- comporta "una evidente intromisión en la independencia judicial y la separación de poderes". También las asociaciones de fiscales criticaron la declaración de jueces en comisiones parlamentarias en supuestos de lawfare. La Unión Progresista de Fiscales adujo que "es inadmisible la creación de comisiones de investigación en sede parlamentaria sobre actuaciones judiciales, ya que pervertiría completamente el sistema constitucional de separación de poderes".

La conservadora Unión de Fiscales no se quedó atrás en la crítica y aseguró en su declaración que las comisiones de investigación son "un ataque sin precedentes a la independencia judicial que se traduce en un desprecio absoluto por nuestro Estado de Derecho". El presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial, Vicente Guilarte, afirmó que se vulneraba la separación de poderes. Se refiere a "una sectaria iniciativa, dañina para nuestras instituciones... Ante la espuria finalidad es este tipo de mecanismos contrario a la separación de poderes". Una atrevida declaración dando lecciones de constitucionalismo y democracia del presidente de un órgano que lleva ya más de cinco años incumpliendo a diario la Constitución, sin el más mínimo rubor. Ya ven que no se andan nuestros jueces y fiscales con chiquitas en su oposición al conocimiento parlamentario de casos de lawfare.

La  referencia del citado pacto al lawfare fue suprimida, pero ello no fue óbice para que continuara la protesta de miembros de  la judicatura y de la fiscalía. Finalmente se crearon varias comisiones de investigación parlamentarias para la indagación del lawfare en relación con la llamada operación Cataluña del Gobierno Rajoy y la utilización por el CNI del programa Pegasus contra separatistas catalanes y miembros del Gobierno PSOE.

Argumentos para la creación de comisiones de investigación parlamentarias en la investigación de casos de lawfare  

Expongo una serie de argumentos contra las declaraciones de asociaciones de jueces y fiscales y de miembros relevantes de la Justicia española. Ahora bien, mis argumentos tienen un carácter general y no se refieren exclusivamente a las comisiones parlamentarias concretas antes señaladas, sino a cualquier comisión, que pueda crearse en asuntos de lawfare.

Primero: La constatación de casos de lawfare en nuestro país

La existencia de casos de lawfare en España es incontestable, porque deriva sin necesidad de ejemplos de la propia condición humana. Nadie puede negar la existencia de casos de corrupción política de representantes y gobernantes. De la misma manera casos de corrupción política de jueces en la versión de lawfare. Incluso hay un juez, relacionado con el exministro del PP José Manuel Soria, Salvador Alba, condenado por prevaricación, cohecho y falsedad documental por sus actuaciones en contra de una candidata electoral, que por su causa tuvo que renunciar a presentarse en las listas electorales. Un caso de lawfare de libro.

No voy a citar los numerosos ejemplos referidos por los medios. Pero sí destacar la dimensión que puede alcanzar el lawfare a raíz de dos declaraciones conocidas. Primero: las palabras de un líder del PP, Cosidó, portavoz del PP en el Senado, que  afirmó en un WhatsApp dirigido a compañeros/as del Senado: "Ha sido una jugada estupenda...Controlaremos la sala segunda del Tribunal Supremo desde detrás...Ponemos un presidente excepcional (en referencia al magistrado Marchena)". No sé si el lector/a se percata de la relevancia de este mensaje enviado a senadores/as del PP y que denota una extendida complicidad. Segundo: la conversación telefónica del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González y el ex ministro Zaplana para traer a España al juez García-Castellón con la finalidad de que evitara sentar en el banquillo a líderes del PP. Buen servicio les ha prestado el citado juez.

Segundo: Las limitaciones normativas de las comisiones de investigación parlamentarias

Las comisiones de investigación parlamentarias tienen los límites indicados por la Constitución, las leyes y los estatutos de las cámaras parlamentarias. En ninguna de estas normas se contiene límite alguno en referencia a objetos o asuntos concretos de la investigación. La Constitución se limita a decir que las comisiones tratarán de "cualquier asunto de interés público" (art. 76.1 CE).

La legislación matiza las obligaciones de los comparecientes llamados a informar ante la comisión parlamentaria. La Ley orgánica 5/1984, de 24 de mayo, de comparecencia ante las Comisiones de Investigación del Congreso y del Senado o de ambas Cámaras, expresa: "Todos los ciudadanos españoles y los extranjeros que residan en España están obligados a comparecer personalmente para informar, a requerimiento de las Comisiones de Investigación nombradas por las Cámaras Legislativas" (art. 1.1) No hay excepciones a la regla ni criterios de exclusión. Todos, dice la ley, sin ambages. Por lo demás, la ley indica las responsabilidades de los comparecientes en caso de "desobediencia" y que en la notificación se les informará del "tema sobre el que deba versar el testimonio".

Finalmente los estatutos de ambas cámaras parlamentarias nada nuevo aportan a lo expresado en la Constitución y la legislación

Tercero: Las limitaciones materiales de las comisiones de investigación parlamentarias

Es obvio que el testimonio del compareciente debe respetar los límites de carácter material: el secreto profesional de los jueces y el secreto del sumario, que está sometido a un periodo temporal, es decir, sobre lo que el juez ha juzgado o está juzgando. El ministro Bolaños miente al afirmar que "los jueces no pueden declarar en las comisiones parlamentarias por lawfare". Sí pueden hacerlo con las limitaciones antes indicadas, que por otro lado están vigentes en relación con cualquier tipo de comparecencias y comparecientes. Lo que denota la demagogia de las palabras del ministro.

Es posible que la comparecencia del juez se solicite para asuntos que no tienen que ver con el secreto profesional, que ordena guardar el art. 396 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, de 1985. Un juez es llamado al Parlamento para informar, y la información puede versar sobre actuaciones propias del juez o ajenas, que dejan a salvo el secreto profesional sobre los asuntos que el juez ha juzgado o está juzgando. No hay que ser un lince para imaginar supuestos de esta naturaleza. De la misma manera que también un sacerdote está obligado por el secreto de confesión, pero no por ello un sacerdote no puede ser llamado a declarar ante una comisión parlamentaria, respetando el citado secreto. El lawfare comporta varios participantes: el sujeto impulsor, el juez influenciado, el político a desacreditar y el medio o los medios difusores. Entre ellos se establecen relaciones, al margen del secreto profesional de los jueces, que una comisión parlamentaria tiene todo el derecho a conocer y a tal efecto exigir la comparecencia de cualquiera de esos participantes, incluido el juez.

Cuarto: Las limitaciones procedimentales de las comisiones de investigación parlamentarias

A las limitaciones materiales del punto anterior se añade otra de carácter procedimental, señalada en la Constitución, referida a las comisiones de investigación: "Sus conclusiones no serán vinculantes para los Tribunales, ni afectarán a las resoluciones judiciales" (art. 76.1 CE). Un argumento contra quienes proclaman que el lawfare en las comisiones parlamentarias comporta una vulneración de la separación de poderes. Las competencias judiciales no son interferidas, porque a) lo decidido en comisión parlamentaria no es vinculante para las actuaciones judiciales y b) las resoluciones judiciales son intangibles (no pueden ser tocadas). A otras interferencias -esas sí y de enorme gravedad- me referiré en el próximo punto. Precisamente la ausencia de vínculo jurídico de las resoluciones de las comisiones de investigación parlamentarias y por otro lado la inalterabilidad de las resoluciones judiciales sirven de fundamentos a quienes piensan que ambos procesos -el parlamentario y el judicial- son compatibles.

Quinto: El Parlamento no controla al Poder judicial

En el Parlamento reside la soberanía nacional. Asistimos constantemente a la comparecencia del presidente del Gobierno y los ministros ante el pleno y las comisiones parlamentarias, a iniciativa propia o a requerimiento de los parlamentarios. También son convocados a declarar los presidentes de las denominadas autoridades independientes de control y los órganos parajudiciales, el Defensor del Pueblo y el presidente del Tribunal de Cuentas. Es debido al ejercicio de una de las relevantes funciones del Parlamento: el control del Ejecutivo. Pero, por otro lado, el Parlamento no ejerce el control del Poder Judicial y sus miembros, porque atentaría contra el constitucional principio de la separación de poderes estatales. No comparecen ante el Parlamento los presidentes del Tribunal Supremo, del Tribunal Constitucional y de otros altos tribunales de justicia. Pero sí puede ser llamado a declarar esporádicamente un determinado juez -como cualquier persona- ante una comisión de investigación. Comisión de investigación -reitero-, no de control. Es un disparate jurídico afirmar que la llamada a declarar de un juez en un caso concreto supone que el Parlamento ejerce la función de control del Poder Judicial.

Sexto: Los casos de lawfare no vulneran la separación de los poderes estatales

Jueces y fiscales se han rasgado las vestiduras ante la posible llamada a declarar de los jueces en asuntos de lawfare a petición de las comisiones de investigación, porque se atenta -afirman- contra la separación de poderes. Sorprendente porque es una cuestión menor, ya que las interferencias de los poderes estatales están al orden del día y en todas las esferas de poder. El Parlamento interfiere en la designación de los jueces del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo, de los altos tribunales de justicia. El Gobierno interfiere en la designación del Fiscal General del Estado. Todos a una contraviniendo el constitucional principio de la separación de poderes, claramente expuesto y exigido en nuestra Constitución (arts. 66.2, 97, 117.3). Y todos ellos callados y realizando sin pausa intervenciones contra este principio. Por acción en los nombramientos y por omisión en la no renovación de órganos constitucionales. Sirva de ejemplo el órgano, en el que el lector/a estará pensando: el tan traído y manido Consejo General del Poder Judicial, con más de cinco años infringiendo sus miembros de la judicatura la separación de poderes, en tanto claman contra el atentado que perpetra el legislador por llamar a declarar a determinados jueces. Hay, pues, interferencias vulnerando la separación de poderes constantemente aplicadas, que nada tienen que ver con el requerimiento del legislador para que un juez declare en una comisión del Parlamento; requerimiento que en absoluto supone interferencia en las competencias del Poder judicial y es consonante con las establecidas en la Constitución, las leyes y los estatutos de las cámaras parlamentarias.

Conclusión: El ajuste del lawfare al ordenamiento jurídico español

La llamada a declarar ante el Parlamento en casos de lawfare no es lo que indican jueces y fiscales. No es una vulneración de la separación de poderes. No es un atentado al secreto profesional, que debe ser respetado, pero no tiene por qué ser afectado en el alcance de la información solicitada al juez.

En España nadie es jurídicamente intocable, a excepción del rey por obra y gracia precisamente de los magistrados del Tribunal Constitucional en su interpretación conservadora y extemporánea al valorar la inviolabilidad del monarca. Es este tribunal y no el art. 56.3 de la Constitución quien afirma que el rey es impune siempre, aunque asesine, robe o calumnie, porque el texto de este artículo permite otra interpretación en favor de una inviolabilidad de carácter relativo y referida exclusivamente a las funciones constitucionales del rey y no a su vida privada.

Es muy difícil encontrar en la jurisprudencia europea interpretaciones jurídicas de un signo tan ultraconservador. Por lo tanto, del "Rey abajo" -nunca mejor dicho- no hay nadie intocable y menos cuando el Parlamento -depósito de la soberanía nacional- llama a informar a cualquier español para un asunto concreto. Decir lo contrario es ir a una etapa preliberal, la de las jurisdicciones especiales y derechos estamentales, que quedó abolida tras las revoluciones liberales de la segunda mitad del siglo XVIII. Desde entonces la ley general del Parlamento obliga a todos los poderes, que son iguales ante la ley. También al Poder Judicial y a sus miembros. Todos podemos ser llamados a informar ante el Parlamento, donde reside la soberanía nacional.

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Únicos y diferentes https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78496/unicos-y-diferentes/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78496/unicos-y-diferentes/#respond Tue, 02 Jan 2024 05:17:09 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78496 Continuar leyendo "Únicos y diferentes"]]> Varios jóvenes conversan con un agente de Policía durante una manifestación contra la amnistía, frente a la sede del PSOE. EUROPA PRESS/Diego Radamés
Varios jóvenes conversan con un agente de Policía durante una manifestación contra la amnistía, frente a la sede del PSOE. EUROPA PRESS/Diego Radamés

Te dirán algunos que ser reaccionario (que no de derechas, ojo) es el nuevo punk, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Simplemente, ser reaccionario es parte de una moda más.

Cuando iba al instituto, había una tribu urbana conocida como "los únicos y diferentes" (cuando estábamos graciosos y queríamos hacer juegos de palabras, "los únicos y detergentes").

Este grupo de pibes y pibas se caracterizaba por esgrimir hasta la saciedad su superioridad intelectual, cultural y de gustos; eran los típicos que presumían de no escuchar reguetón o rap, como todos los adolescentes de la época, sino bandas independientes y poquísimo conocidas como Nirvana o Queen; eran de esos que no caían en la tentación de las pelis para el populacho, sino que veían cine independiente como el de Woody Allen; eran los míticos, en fin, que basaban su personalidad no solo en tener unos gustos aparentemente sofisticados y diferentes, sino en restregárselos a los demás.

El caso es que estos pibes evolucionaron con los años y la vida y acabaron convirtiéndose en una tribu urbana nueva, pero con exactamente las mismas características: los hípsters.

Afortunadamente ya han desaparecido, pero hasta hace no muchos años, estas personas presumían de gustos diferentes y visiones alternativas y conocimientos cinco cuerpos por delante de los del resto de los mortales, como si nosotros fuésemos demasiado estúpidos para saborear el paté de magro de cerdo que ellos llamaban caviar.

Ahora, no quedan ni hípster ni únicos y diferentes, pues todos ellos han virado hacia la reacción, la bunkerización y el resentimiento.

Con esto de que el progresismo haya ganado terreno en la mayoría de los aspectos de la vida, hay un grupo de escritores y columnistas  (todo es culpa siempre de los columnistas, urge abolir este oficio cuanto antes) que no paran de repetir como loritos tartamudos que lo realmente jovial y alternativo es ser de derechas. Pero de una derecha rancia, reaccionaria, maloliente y pesada; casi de esa derecha caricaturizada por Torrente.

Toda esta gente, esgrimiendo su hipsterismo aún latente y su superioridad moral (luego dicen de la izquierda), se ha montado una película de canallesca y casticismo en las que ellos se autoproclaman los protagonistas de lo alternativo y lo diferente.

En ella, se escriben como luchadores contra lo mainstream y lo posmo, etiquetas, según ellos, que representa el progresismo; sin embargo, están más cerca de lo que les gustaría reconocer de ese adolescente outsider que se jacta  (probablemente, mintiendo) de no saber quiénes son Travis Scott o Leo Messi.

Estos outsider de camisa azul con lamparones a los que defino creen genuinamente que sus postulados son únicos y van a contracorriente de la supuesta dictadura LGTBI o feminista o woke importada de Estados Unidos, pero, irónicamente, son justo ellos los que han comprado todo el producto de Estados Unidos.

Creen que subirse a la moda de lo reaccionario es luchar contra la moda progresista, pues siempre han tenido la necesidad de destacar; necesitan hacer saber al mundo que son muy diferentes y exquisitos, aunque ese mismo mundo los mire como juguetes defectuosos de una máquina cultural a la que adoran (aunque lo nieguen).

Todos estos personajillos tristes, en el fondo, me dan mucha pena, pues hay que tener un algo oculto muy difícil de soportar, quizá una necesidad recóndita de cariño o amor, para necesitar llamar constantemente la atención y mostrarte como un único y detergente del avance social, incluso a sabiendas de que esas posiciones puedan joderle la vida a muchas personas (aunque, también en el fondo, sean tan irrelevantes como el efecto de una aspirina infantil en un hipopótamo blanco).

Yo entiendo que en la adolescencia, cuando necesitas forjar tu carácter para hacer amigos o ligar, adoptes estas posturas, pero es muy triste ver a señores con hijos e hipotecas creerse superiores al resto de los niños de segundo de la ESO.

Principalmente, porque todos sabemos que lo hacen porque no son capaces de integrarse con el resto de niños de segundo de la ESO.

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Disfraces, batucadas fascistas y muñecos de Pedro Sánchez ahorcados: mis campanadas en Ferraz https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78523/disfraces-batucadas-fascistas-y-munecos-de-pedro-sanchez-ahorcados-mis-campanadas-en-ferraz/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78523/disfraces-batucadas-fascistas-y-munecos-de-pedro-sanchez-ahorcados-mis-campanadas-en-ferraz/#respond Mon, 01 Jan 2024 10:59:48 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78523 Continuar leyendo "Disfraces, batucadas fascistas y muñecos de Pedro Sánchez ahorcados: mis campanadas en Ferraz"]]> Disfraces, batucadas fascistas y muñecos de Pedro Sánchez ahorcados: mis campanadas en Ferraz
Un muñeco de Pedro Sánchez es ahorcado en un semáforo de la calle Ferraz de Madrid por grupos ultras durante Nochevieja. - Israel Merino

Mi novia estuvo a punto de dejarme cuando le propuse ir a comernos las uvas a Ferraz, pero el poder de la mofa la poseyó y acabó diciéndome que sí.

Queda media hora larga para las doce y las familias están en sus casas, siendo felices o fingiéndolo, mientras unas trescientas personas esperamos el comienzo de 2024 a muy pocos metros de la sede federal del PSOE, en Madrid.

Revuelta, el grupo de agitación vinculado al colectivo neonazi Plataforma 711 – neonazi porque compra el Plan Kalergui –, ha montado unas campanadas alternativas lo más cerca de Ferraz que unos 200 agentes de la Policía les permite.

En la zona hay alegría, pero también cierta frustración, como en la curva de bajada de euforia de una pastilla de éxtasis. La organización ha pedido una colecta para llevar un camión con equipo de sonido y Dj, todo muy profesional, pero el Ayuntamiento de Madrid ha impedido su paso a la zona. Aun así, esto no ha desanimado a los improvisados promotores, quienes han montado una especie de escenario alternativo subiéndose a lo alto de las escalinatas de la parroquia del Inmaculado Corazón de María –al lector le sonará la ubicación por las quedadas para rezar rosarios que allí se han visto–.

En la zona hay señoras mayores con luces de Navidad enroscadas a sus cuellos, señores mayores disfrazados de generales con boinitas militares sucísimas y chicos jóvenes que cantan soleás por Nayib Bukele, presidente de El Salvador.

¡Ni PSOE, ni PP! ¡Queremos a Bukele! – canta uno que lleva pantalones tobilleros beiges y unas hombreras altísimas.

Por todos lados, se ven banderas: las que menos, constitucionales. Símbolos franquistas, aspas de Borgoña y banderolos nazis se entremezclan con pelucas de colorines y gafas de Año Nuevo típicas de los cotillones de estas fiestas.

Rondando alrededor de la escalinata, un hombre destaca entre la multitud y es interpelado, cual ídolo bíblico del Antiguo Testamento, por los asistentes. El tipo en cuestión, que superará los cuarenta años, porta en su cabeza una corona casera con una macedonia de vegetales y el grabado "me gusta la fruta" – en referencia al insulto de Ayuso a Sánchez en el Congreso -, y en sus manos una bandera, parece cosida a mano, con una bota pateando un culo con símbolos LGTBI+, europeos o feministas, entre otros.

¡España! ¡España! ¡España! – responde cuando, tras posar jubiloso para este periódico, es preguntado por los motivos que lo han llevado a manifestarse.

Mientras la calle se caldea como un bote de fabada en un baño maría demasiado caliente, los presentadores de las campanadas alternativas se preparan en las escalinatas. Ellos son María Durán, una columnista prácticamente desconocida que colabora con un blog de la fundación Disenso, vinculada a Vox; e Isaac Parejo, youtuber de unos 100.000 suscriptores, reconocible por tener de avatar una foto de su cara con un tiznón en forma de rayo de la bandera de España, más o menos como un William Wallace de Don Benito.

Disfraces, batucadas fascistas y muñecos de Pedro Sánchez ahorcados: mis campanadas en Ferraz
Los presentadores de las uvas cerca de la sede del PSOE en Madrid, donde se concentró un grupo de ultraderechistas para recibir el 2024 insultando al presidente del Gobierno. Israel Merino

A falta de disco-camión, los presentadores hacen desde las escalinatas su rueda de prensa para la marabunta de tres periodistas que los atienden mientras un poco más abajo, conquistando escalones muy lentamente, un señor de mediana edad con cazadora de cuero y brazalete rojo va gritando consignas sutiles – "¡Pedro Sánchez, hijo de puta!" – y acercándose a la zona de prensa/plató del evento. Allí todo el mundo quiere ser protagonista.

Solo diez minutos antes de las campanadas, unos improvisados repartidores dan bolsitas y latas con uvas a los asistentes, que algunos empiezan a comerse antes de tiempo porque el hambre apremia, mientras llegan unas cuantas pancartas más con consignas nuevas – "¡Pedro Sánchez, hijo de puta!" – y, muy cerca del cordón policial, empieza a formarse una especie de jam session.

Capitaneados por un señor que lleva unos cuernos vikingos en la cabeza, una bandera franquista a modo de capa y se llama Carlos el Facha – no es una licencia literaria: se identifica así para Público –, varios tipos y tipas disfrazados empiezan a cantar a ritmo de trompetas, bongos y tambores, como en una batucada podemita, canciones con más consignas novedosas:

¡Pedro Sánchez, hijo de puta!

Siguiendo las normas estrictas del dembow puertorriqueño, la improvisada batucada fascista canta y baila y brinca mientras Carlos el Facha, sumido en el éxtasis más absoluto, golpea con fuerza un tambor; sin embargo, es rápidamente parado por una de las integrantes del corillo musical.

– No, no – le guía, explicándole el sentido del ritmo –. Pe-dro-Sánchez/hi-jo-deputa.

Por fin, la medianoche se tercia sobre la calle Ferraz y los presentadores, que han cambiado el disco-bus por un megáfono de los que tienen sonidos pregrabados, avisan de que van a empezar las campanadas.

– ¡Los cuartos, los cuartos! – se escucha.

– ¡Sánchez, hijo de puta, España ha despertado!

– ¡Puigdemont a prisión!

– ¡Felpudo VI, masón, defiende tu nación!

– ¡Feliz año nuevo!

Ahorcar a Pedro Sánchez

El cielo pare 2024 y, por un momento, se escucha algún que otro cántico alegre, con propósitos bonitos y besos en la calle, mientras los manifestantes, ironías de la vida, miran embobados en dirección a la sede socialista, tras la que se ven unos cohetes navideños. En la calle huele muchísimo a puro.

Rápidamente, las bendiciones y buenaventuras dejan paso de nuevo al odio y el ridículo cuando varios tipos sacan un muñeco que representa a Pedro Sánchez y entre la locura de Ferraz, que parece poseída por el espíritu de un Mauricio Colmenero empastillado, lo ahorcan del semáforo que separa calle Ferraz de Marqués de Urquijo.

Disfraces, batucadas fascistas y muñecos de Pedro Sánchez ahorcados: mis campanadas en Ferraz
Un muñeco que representa a Pedro Sánchez fue ahorcado y golpeado por los asistentes a una convocatoria ultraderechista para recibir el año nuevo en la calle Ferraz de Madrid. -Israel Merino

Alrededor de la perfomance de patíbulo se va congregando todo Cristo y un señor, quizá de unos 50 años, empieza a molerlo a palos con un bastón mientras es animado por los vítores y silbidos del resto.

– ¡Así tiene que acabar el de verdad!

– ¡Bolchevique!

– ¡Que lo cuelguen de los pies!

Como en una lonja de chipirones, los manifestantes empiezan a hacer cola para pegar al muñeco del presidente del Gobierno de España mientras los que dirigen la soga tiran y aflojan de ella.


De entre los dos centenares de manifestantes, varios prenden unas bengalas e intentan incendiarlo, pero no lo consiguen – mientras, se escucha a gente llamar psicópata a Pedro Sánchez. Sumido en la impotencia, uno de ellos – quien es, por cierto, bastante mayor – se saca lo que parecen ser unos nunchakus y a duras penas, pues el muñeco acata las leyes de la física y, para sorpresa de todos, se mueve, le asesta un par de golpes cual extra de película de bajo presupuesto.

A lo tonto, es ya casi la una de la mañana y ante la mirada de la Policía, que parece totalmente ajena a lo sucedido, la gente va abandonando la calle Ferraz mientras Carlos el Facha, orgulloso de ver a Sánchez colgado de un semáforo, se hace grande entre sus cuernos de vikingo y su bandera franquista.

A mi novia le tocará explicar a sus padres qué hizo en Nochevieja.

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Vivir es la repolla https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78514/vivir-es-la-repolla/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78514/vivir-es-la-repolla/#respond Sun, 31 Dec 2023 06:30:58 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78514 Agraciados con un quinto premio del Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad 2023 celebran su suerte. - Carlos Castro | EUROPA PRESS
Agraciados con un quinto premio del Sorteo Extraordinario de Lotería de Navidad 2023 celebran su suerte. - Carlos Castro | Europa Press

En días como hoy siempre he pensado en mis propósitos de año nuevo, en qué quería lograr y cómo lograrlo, en metas, en ambiciones, en balances de resultados. Podían ser objetivos personales o colectivos, cosas que luego conseguía o conseguíamos o no tanto, cosas que después resultaban ser deseables o lo contrario.

Este año no; éste es todo distinto; éste es el año en el que quizá menos me propongo. Porque ¡qué distinto es vivir sin tiempo tasado, vivir como si hubiera mañanas infinitos, como si el futuro pudiera ser todo, como si todo estuviera en nuestra mano! Vivir rabiosamente en el presente es otra experiencia, es otra liga, es infinitamente más real y satisfactorio. Esta vez mi único propósito es aprender a no dejar de vivir, persiga lo que persiga.

A tomar por culo la ansiedad por saber qué desear, el miedo a no acertar con lo deseado, a no lograrlo, la presión autoinfligida y la ambiental por ser quiénes creemos querer ser, como si quiénes somos dependiera de lo que logramos, como si fuera fácil saber qué se puede esculpir con nuestro mármol y qué somos capaces de sacar del mármol que nos ha tocado, como si el vivir no fuera marcando y cincelando, como si el azar no tuviera un papel protagonista, como si la obra final fuera a ser expuesta para siempre en un museo, como si no fuéramos a irnos por el mismo camino por el que llegamos cuando demos el trabajo por terminado o en medio de la faena, como si no fueran a enterrarnos o lanzarnos al viento con todo lo que deseamos.

Y está resultando que no querer tanto hace que consiga más cosas. "Be water, my friend", decía Bruce Lee. Y, en mitad de esta vomitona new age de ideas viejas, sin saber bien por qué me acuerdo ahora de un karateca, me doy cuenta de que este momento también podría interpretarse como una pelea a muerte por seguir viva, por vivir con los cinco sentidos, por no perder ni un segundo del tiempo privilegiado que me ha tocado de amor y compañía.

En este nuevo fluir, en esta nueva manera de vivir en la que todavía soy novata, más que nadar en ese agua de momento solo floto, más que fluir de momento no me ahogo. Y, sin embargo, ya me siento mucho más ligera, mucho más presente, mucho más verdad, mucho menos exigida y controlada, menos manipulada por mis propias ideas, por mis órdenes a mí misma.

Y en este ordenamiento vital ignoto, en este mundo desconocido, en este nuevo todo, en medio de la inseguridad que genera criar a un adolescente y convivir con la enfermedad de la persona a la que amas, hace tres días pasó algo que me dijo que hay esperanza en que ellos también fluyan y que quizás en eso me ganan. De repente, sin venir a cuento, en un trayecto habitual de coche, después de un largo silencio, mi hijo me dijo: "Mamá, la vida es la polla, ¿verdad?".

Salté por encima de la forma, se me llenaron los ojos de lágrimas y asentí satisfecha: "Sí, la vida es la repolla".

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Meloni, ¿hombre del año? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78486/meloni-hombre-del-ano/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78486/meloni-hombre-del-ano/#respond Sat, 30 Dec 2023 05:56:46 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78486 Continuar leyendo "Meloni, ¿hombre del año?"]]> Portada del diario italiano 'Libero'.
Portada del diario italiano 'Libero'.

Sam Spade, personaje creado por el escritor Dashiell Hammett, es un detective que utiliza a las mujeres como un medio para conseguir lo que quiere. Si pensamos adjetivos que lo definan, serían los que yo llamo ma: machista, manipulador, mamarracho. Effie es la secretaria de Spade, una chica bonita e inteligente. Si se le ocurre demostrar su astucia, Spade le dice: "¿Sabes lo que te digo, chica? ¡Que eres todo un hombre!".

Algo así ha debido de pensar alguien en el periódico italiano Libero al dedicar su portada al hombre del año, ilustrada con una imagen de la primera ministra Georgia Meloni.

¿En qué momento sigue vigente la definición de hombre no como sustantivo, sino como adjetivo calificativo positivo? Si buscamos sinónimos de hombre nos encontramos: individuo, ser, humano, semejante, prójimo, sujeto, varón, masculino, persona. Si buscamos la palabra mujer: hembra, fémina, dama, señora, señorita, doncella, joven, muchacha, moza, chica. La diferencia es evidente. Así que no es de extrañar que para alabar a una mujer todavía se utilice la palabra "hombre".

En lo que compete a mi entorno, que es la literatura, todavía se evidencia la falocracia.

La Enciclopedia Británica dedica 42 líneas a Agatha Christie con "solo" 4.000 millones de libros vendidos, mientras que Chesterton ocupa el doble y Conan Doyle el triple espacio.

¿Alguien puede pensar que Patricia Highsmith, por el hecho de ser mujer, era una escritora mediocre de taza de porcelana y uñas rosa chicle? Si nos atenemos a la opinión del premio Nobel de literatura V. S. Naipul (quien aseguraba que no había ninguna escritora a la que considerara su igual), sí.

Naipul afirmaba que hombres y mujeres no podían compartir la misma visión de las cosas (y de la escritura), dada su estrecha visión del mundo. Para Tolstoi la mujer no era un ser humano serio, adulto, moral. "Es estúpida, pero el Diablo le presta cerebro cuando trabaja para él. Entonces realiza milagros de pensamiento, previsión, constancia, con el fin de hacer algo malo".

El otro día, en la presentación del fabuloso ensayo de Julia Montejo Todas esas mujeres de zapatos rojos, la autora nos contó la dificultad que entraña que a una mujer le publiquen un ensayo que no sea de temática femenina, aunque seamos las que más leemos y compramos libros.

La autora, que se doctoró cum laude el año pasado, reconoció que si hubiera sido hombre no se hubiera molestado en obtenerlo, pero la necesidad de autorizar su voz, el prestigio intelectual que reportaba, pudieron más.

Volviendo al titular del periódico Libero, una cosa queda clara: el poder es masculino. La palabra sirve para dinamitar cualquier asomo de construir un mundo igualitario.

Esto me lleva a pensar que el cambio más importante debe comenzar con el lenguaje. Reto a cualquier periódico a que el titular de su portada sea: "La mujer del año" y a que lo ilustre con una foto de Pedro Sánchez, Macron o Joe Biden. Si esta sugerencia se nos antoja ridícula y la portada de Italia nos parece una anécdota graciosa, o incluso adecuada, quizá el detective Sam Spade nos tenga que alabar con: "Chica, eres todo un hombre".

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8 ideas de política, cultura, redes sobre 2023 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78468/8-ideas-de-politica-cultura-redes-sobre-2023/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78468/8-ideas-de-politica-cultura-redes-sobre-2023/#respond Sat, 30 Dec 2023 05:40:57 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78468 Continuar leyendo "8 ideas de política, cultura, redes sobre 2023"]]> Un niño mira a través de un agujero en una pared dañada después de un ataque israelí, en el campamento de refugiados de Far'a, cerca de Tubas, en la Cisjordania ocupada por Israel. REUTERS/Raneen Sawafta
Un niño mira a través de un agujero en una pared dañada después de un ataque israelí, en el campamento de refugiados de Far'a, cerca de Tubas, en la Cisjordania ocupada por Israel. REUTERS/Raneen Sawafta
El genocidio convertido en contenido

Imposible empezar por otra parte mientras la matanza de civiles sigue imparable en Palestina, mientras se sigue asesinando a niños y niñas. Es el año de la destrucción material de las instituciones internacionales, el año del fin de las Naciones Unidas como herramienta útil a ningún tipo de defensa de los derechos humanos.

Pero es también el año en el que hemos visto como el scroll permanente de nuestros dispositivos móviles domestica el horror; en el que ver ya no implica conmocionarse. En el que recordar y seguir hablando de, es un esfuerzo consciente (y necesario). En el que ya no podemos creer que ninguna imagen pueda por si misma construir un vínculo y producir algún efecto.

Hemos visto también tiktokers pro-israelies que bromean sobre las mujeres que han perdido a sus hijos en Gaza y las imitan de forma exagerada, o los soldados que presumen de buscar niños para matarlos. El horror se ha espectacularizado.

Secesión de los ricos

Terminó Succesion y con ella se abrió el debate sobre la representación de las elites económicas del planeta. ¿Era vitriolo puro o era una versión muy sofisticada del viejo Dallas, la vieja Santa Barbara o el viejo Falcon Crest? Quizás no importe tanto eso cómo la irrupción de dichas élites como problema para el conjunto de la humanidad. Su representación, sin duda, ha cambiado: de los expertos malvados reyes de la conspiración a un subconjunto de incompetentes con diversas taras emocionales por culpa de papá.


La segunda temporada de 30 Monedas está también consagrada a la Secesión de los Ricos. En una versión acelerada de nuestro Zeitgeist con Torreznos nos encontramos con un millonario que ya tiene un pie en lo mesiánico y dónde tecnología, secta, recursos y, sobre todo, apocalipsis, se dan la mano. Ya no hay cielo e infierno, bondad y maldad, hay una cuenta atrás en la que los ricos recubren de nihilismo sus escapadas a paraísos artificiales que salen siempre mal para la mayoría.

La fabulosa novela Fortuna del escritor Hernán Díaz sigue también el rastro de la formación de grandes fortunas y es casi una disección de la formación del capitalismo contada como una suerte de nuevo Gran Gatsby sobre la percepción de las élites sobre si mismas y sobre los dispositivos culturales que las describen.

Perromanía

El devenir meme del presidente del gobierno ya existía antes de las elecciones de 2023, pero sin duda eclosionó en éstas, recogiendo toda la energía que proyectaban sus adversarios y deshaciéndola en una pompa de jabón. Nunca antes habíamos tenido un presidente del gobierno que estuviera tan instalado en una cultura que necesita dotar a los accidentes biográficos de narrativa.


La memetización de Sanchez, que han articulado con brillantez cuentas de X como MrHandsome o el meme "Más sabe el el perro sanxe por perro que por sanxe", explica también la recomposición de la representación en tiempos de reels, Tik Tok, etc.

Como todo fenómeno cultural, produce una autonomía entre el sujeto representado y la sociedad que produce el meme, el Perro Sanxe es más libre que el presidente del gobierno, más gamberro y disfrutón. Goza más de su condición de poder y pide menos disculpas. También tiene más margen de maniobra.

La "perromanía", como todo fenómeno viral, puede caducar, mutar o volverse un enorme problema en cualquier instante, pero a día de hoy se mantiene con buena salud. "Me gusta la fruta" por la derecha, y "You’ve been PSOE´D" por la izquierda no han conseguido cambiarlo.


Monjas y aliens

Si The Leffovers es la serie que mejor ha trasladado el estado emocional de EEUU tras los atentados del 11 de Septiembre como una quiebra de sentido tan profunda, que afecta a la espiritualidad misma, 2023 nos ha traído avistamientos de ovnis, películas de monjas, abducciones y muchas sectas, para situar la angustia emocional y la falta de sentido de una sociedad sin asideros comunitarios tras el COVID.

El ejemplo más virtuoso, el que cruza mejor todos estos elementos es La Mesías, la serie de Los Javis que dialoga con nuestro presente a través de una historia en la que conectamos de muchas y extrañas formas, desde la total ausencia de horizonte de esperanza para sus protagonistas, que flotan sin sentido, a las formas más maníacas de dicho sentido representadas en las Flos Mariae. La serie ofrece también una reflexión oscura sobre la cultura, pues los mismos videos que ven niñas para evadirse de una situación horrible, son los barrotes de la celda en la que las encerraran el resto de su vida.

Siendo La Mesías el ejemplo más acabado, creo que merece la pena nombrar otros dos fenómenos. El resultado en taquilla de La Monja 2, o la llegada a Netflix de Hermana Muerte, recuperando el cine de terror en convento y, por otro lado, Nadie te salvará una reflexión bastante problemática pero interesante de la "cultura de la cancelación" a través de una historia de abducciones contada como cuento de terror.


Elon Musk y el fin de Twitter

Hasta 2023 la figura de Elon Musk no era como la actual, pero la compra de Twitter y su posterior conversión en X han marcado un antes y un después. La llegada de X ha partido la red. Esa especie de sincronización mundial de la información que se producía a través de Twitter ha quedado irremediablemente rota y con esa ruptura se ha roto también la idea de las redes como soportes informativos basados en protocolos y normas. La ideología del nuevo internet está mucho más fragmentada y culturalmente mucho más "de parte". Fin de la tecnoutopía neoliberal, llega el tecnofeudalismo, encarnado en figuras que operan desde la visibilidad y la toma de posición. El eje ideológico X se alinea por completo con la extrema derecha.

Sin embargo, en lo que es una condición también del presente, entre mantenerse en el interior de un barco zombificado a la deriva y escapar a alternativas más agradables, seguimos prefiriendo el barco lleno de zombies porque tenemos terror a quedarnos, de nuevo, solos, apostando por una herramienta que finalmente pueda no ser "la alternativa". Así, ante la ausencia de alternativas, la única alternativa es seguir en el mismo lugar.

Motosierra

La Motosierra de Milei marca, sin duda, el final de 2023 y llena el mundo de imágenes apocalípticas. Una argentina "cesarizada", con proyectos de ley que amenazan la soberanía del Congreso, prohibiciones al derecho de manifestación y el sueño neoliberal convertido en apenas unas semanas en necropolítica.


Como toda corriente ahora visible, la Motosierra de Milei se puede rastrear en otras subculturas que han ido surfeando los últimos años y que en 2023 han tenido su particular eclosión como fenómenos políticos. Especialmente la burbuja de las criptomonedas que ha producido una nueva cultura masculina basada en la especulación como ideología moral y la ausencia de intermediarios estatales, o regulaciones en general, como sosten político.

Una idea que enlaza también con la vuelta del espartanismo a la masculinidad. Convertir el cuerpo en una inversión, mirar el mundo a tu alrededor como objetos que poseer o con los que hacer negocio. Defender que la única manera de saber si eres el más fuerte es un mundo dónde nadie te proteja. Todo esto toma cuerpo en las elecciones argentinas, pero recorre el mundo con la misma intensidad desde la Italia de Meloni a la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso.

La IA como Misión Imposible

La nueva entrega de Mission Imposible enfrenta a Tom Cruise con una suerte de Inteligencia Artificial que está en todas partes, que puede ser cualquiera y que domina y manipula todas las fuentes de producción de información y contenido. La película añade además una capa de mitología cristiana porque, al fin y al cabo, una IA es un desafío pequeño para Cruise y aquí vamos directamente a darnos galletas con dios, pero la elección de la IA como enemigo da cuenta también de la aparición de la Inteligencia Artificial ya como realidad absoluta en nuestro mundo.

2023 es el año en el que los sindicatos de guionistas y los sindicato de actores y actrices de Hollywood han librado su particular batalla contra la IA y es el año en el que a una velocidad descomunal se ha disparado la afiliación a sindicatos en la industria del videojuego por motivos similares. A ese conflicto debemos sumarle todas las denuncias realizadas por dibujantes y escritores por las fuentes que han utilizado las empresas que desarrollan inteligencia artificial para entrenarlas. Una violación flagrante de los derechos de autor que ya está en los tribunales.

La pelea para el año que viene es clara. ¿La IA es un herramienta para hacer más fácil la creación, el trabajo y la vida o es una herramienta para la desposesión de la creación, el trabajo y la vida? La respuesta, cómo casi siempre, no está en la herramienta, sino en la propiedad de la herramienta.

Distopía como confort

Sorprende, por tanto, que en este 2023 tan lleno de ejemplos distópicos en mundo real, la distopía se haya vuelto una especie de mascota domesticada en la producción cultural.

No es raro que lo distópico reine sobre los imaginarios, salvo honrosas excepciones que dan la vuelta a la tortilla alegremente en este 2023, como La Mala Costumbre, de Alana Portero, que sin renunciar a la dureza, propone esperanza dónde hay comunidad. Lo normal es que reine la bajona, pero es sorprendente como se ajustan a la perfección las fantasías de los millonarios de 30 Monedas buscando un reset al mundo, con las películas que se creen progresistas y recurren sistemáticamente al colapso como único horizonte posible de la sociedad en la que vivimos.

Ejemplos hay a patadas, pero el último y quizás más prestigioso en su envoltorio es esa versión gentrificada del cine de Jordan Peele llamada Dejar el Mundo Atrás, producida por los Obama, para condensar todos los terrores del presente y volverlos abstractos, sin causas ni consecuencias, tan sólo unos leves toques de conspiranoia y el viejo reset que lo volverá a poner todo en orden.

Afortunadamente, 2023 también nos trajo Barbie. Barbie es lo más cerca de lo utópico que hemos estado este año a muchísimos niveles, pero quizás el más importante es el aporte fundamental que hace para entender "lo masculino" como performance permanente y el desplazamiento de sentido que supone el Barbieland para pensar que todo lo que parecer ser cómo es, podría ser de otra forma. No es menor el gigantesco fenómeno cultural fan que ha construido la relevancia cultural de la película. Sus colores pastel, sus canciones, su alegría, es el reverso emocional a la inmensa mayoría de los productos culturales (y los fenómenos políticos) de este 2023.

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Premios Machirulo 2023 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78454/premios-machirulo-2023/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78454/premios-machirulo-2023/#respond Sat, 30 Dec 2023 05:24:36 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78454 Continuar leyendo "Premios Machirulo 2023"]]> Imagen de Freepik
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Yo no quería. Óiganme bien: yo no quería celebrar esta gala un año más. Me habría encantado que en 2023 nos hubiésemos marcado un Barbieland, que el patriarcado ya no existiese y que las candidaturas quedasen desiertas. Sin embargo, nuestros muchachotes han vuelto a dar el do de pecho, así que aquí están de nuevo los finalistas y los galardonados en los Premios Machirulo.  

Empezamos por el gran vencedor del certamen, patrón de Atapuerca y héroe de la grada mamporrera: Luis Rubiales. Su tocada de huevos, su beso a Jenny Hermoso y el resto de méritos sobre los que hemos vertido ríos de tinta lo convierten en ganador indiscutible de la categoría Smegma Sport 

Sin duda celoso por el eco de Rubiales, Josep Borrell se arrancó con un "Nuestras mujeres están aprendiendo a jugar al fútbol al mismo nivel que los hombres". Me encanta cuando un señor habla de nosotras como si fuéramos, yo qué sé, sus vacas. "Nuestras mujeres". Y, por supuesto, nos compara con los hombres, que son la medida de todas las cosas. Tras este enunciado parecía difícil que Borrell no consiguiera el Premio Pavo Cállate, pero el PSOE abrió el baúl de la bisabuela y de ahí salió Alfonso Guerra con ganas de charla. Primero soltó que Yolanda Díaz va de peluquería en peluquería y luego se lamentó porque ya no puede hacer chistes de mariquitas. Lo siento por Borrell, que fue un digno candidato, pero el Pavo Cállate es para don Alfonso. 

En la categoría Caspa Infinita, García Page, que comparó lo que fornica su hijo con lo que estudia su hija, se nos queda como finalista. El galardón se lo lleva José María Sáiz, entonces alcalde de Villar de Cañas, que dijo que Irene Montero tiene llagas en la boca "de tanto chupársela al coletas". Fuerte el aplauso (en la cara). 

Feijóo nos ha regañado por echar cálculos antes de decidir un embarazo, ha valorado a la vicepresidenta del Gobierno por su maquillaje, ha justificado la sentencia por maltrato a Carlos Flores, de VOX, con aquello del divorcio duro, y nos ha dicho "Que nadie cuente conmigo para estar en contra de la violencia machista". Sería un lapsus. O no. En el Congreso no ha reunido apoyos pero el Premio Bocazas Antológico se le otorga por unanimidad.  

El Premio Machote Alfalfa se lo concedemos al guardián de las buenas costumbres que obligó a la cantante Rocío Sáiz a cubrirse el pecho durante un concierto. Ojalá además del premio se lleve una condena por coacciones. En solidaridad con Rocío y con otras artistas, Eva Amaral también dejó sus tetas al aire. El troglodita que se alza con el galardón de la Grima Televisiva es Damián Mollá, la hormiga Barrancas, que se cubrió de gloria al alegrarse de que "el calvo de Amaral" por fin pudiera ver el pecho de Eva. El calvo del que habla es Juan Aguirre, expareja de la artista. ¿Captan la gracia? Je. Es que como eran pareja, pues así le ve las tetas. Me parto.  

Y atención porque este año se estrena la primera mujer que recibe un galardón en nuestro concurso. Se trata de Estíbaliz Palma, la candidata al Consejo de Policía que dijo que "ya les gustaría a algunas que las violara un UIP". Tenga, señora, el Premio Machirula, la mención especial Amiga de los hombres y dos palmaditas en la espalda.  

En la categoría Malos Malotes ha triunfado VOX, que no falta nunca a nuestra cita, por ausentarse en los minutos de silencio tras los asesinatos por violencia machista, por llevar a un maltratador en sus filas, porque Juanma Badenas, teniente de alcalde en Valencia, asegura que el machismo en España solo lo practican los inmigrantes y porque el Presidente del Parlament Balear, Gabriel Le Senne tuiteó que las mujeres son más beligerantes porque carecen de pene. Toma ya.  

El Premio Inceltuber cae en las jóvenes promesas de la Universidad de La Rioja y su grupo "Novatadas magis primaria", donde pueden leerse comentarios como "hay que partirles las bragas" o "últimamente son muy putas todas", junto con fotografías de compañeras novatas. Qué ilusionante resulta saber que en poco tiempo estos chicos trabajarán como maestros. 

Fíjense que mientras nosotras batallamos por salir a la calle sin miedo a que nos agredan, hay hombres que sufren. Uno de ellos es José Coronado, que teme que le llamen machista por ceder el paso o decirle a una mujer que está guapa. Pues nada. Premio Machiangustias para José y un beso de mi parte. Guapo. 

No podemos dejar este concurso sin homenajear a Antonio Burgos, fallecido recientemente. Burgos es el señor que escribió que "deberían dejar la mascarilla obligatoria para las feas". El adonis, sabes. En fin. Premio Descansemos en Paz.  

Y hasta aquí nuestra convocatoria anual. Si hacen recuento de daños, verán que un buen puñado de nuestros premiados y participantes han abandonado sus cargos o se les han retirado los honores porque por fin –¡Dios mío, por fin!– se considera inadmisible que quien ostenta semejantes niveles de misoginia se mantenga en puestos de responsabilidad. Feliz 2024 y que las diosas repartan paciencia. 

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Cuando Hitchcock no buscaba aterrorizar sino despertar conciencias https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78436/cuando-hitchcock-no-buscaba-aterrorizar-sino-despertar-conciencias/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78436/cuando-hitchcock-no-buscaba-aterrorizar-sino-despertar-conciencias/#respond Thu, 28 Dec 2023 19:30:17 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78436 Continuar leyendo "Cuando Hitchcock no buscaba aterrorizar sino despertar conciencias"]]> En la novela de Julio Cortázar, Rayuela, su protagonista Horacio Oliveira acostumbraba a llevar a la Maga al cine mudo porque, según creía, al carecer enteramente de cultura era mucho más probable que entendiera las tramas a través de la mímica de la imagen. La palabra añadiría complicación y embarraría la comprensión de su amante. Pero ¿ver es percibir y comprender? John Berger explicó en el clásico Modos de ver que la vista precede a la palabra y sin embargo ¿qué sucede cuando prácticamente toda la información que recibimos nos llega en forma de imágenes? ¿Qué ocurre cuando todo lo que sabemos, cuando todo lo que determina nuestra estructura de pensamiento procede de la pantalla? ¿Qué relación existe entre la saturación de imágenes y la banalización del pensamiento? ¿Y entre la saturación de imágenes y la desafección y la desmovilización frente a las injusticias? ¿Sufrimos algo así como una anorexia de la mirada que hace que, por ejemplo, las imágenes que nos llegan del genocidio en Gaza terminen por dejarnos indiferentes y aturdidas? ¿Es solo indiferencia lo que el carrusel de imágenes de las masacres en Gaza provoca o es acaso también terror? ¿Has pensado qué es lo que te lleva a scrollear frenéticamente para evitarlas?

Si no logramos conectar las imágenes con nuestras propias experiencias y el contexto sociohistórico en el que se producen nos adentramos en una espiral de nihilismo y desorganización emocional, intelectual y ética de catastróficas dimensiones. Ya está ocurriendo. El problema de una mirada sin percepción es que no produce ni traslada sentido, no genera pensamiento ni modifica subjetividad alguna y no sirve para la crítica porque adormece y neutraliza nuestra capacidad de acción y respuesta. Hace semanas que vemos imágenes de bebés, niños y niñas descuartizados, casas y hospitales derruidos, excavadoras que extraen del suelo restos humanos, hambre, destrucción, vejaciones, muertes deplorables, intencionadas, masivas y suspensión de todo viso de humanidad y conciencia. Hace semanas que vemos pero no reaccionamos porque no sabemos cómo hacerlo ni, sobre todo, ante qué exactamente tendríamos que reaccionar dada la magnitud apabullante de lo que las imágenes nos muestran. Si las vemos sin comprender que la masacre que Israel está llevando a cabo es el epítome de una dinámica histórica colonial y el resultado de un gobierno y unas políticas ultraderechistas, carecemos de capacidad para interpretarlas, para comprenderlas y actuar frente a ellas. Cuando las imágenes se imponen a su contextualización debida pueden servir para cualquier cosa y, lo peor de todo, pueden provocar el efecto contrario al de llamar a la movilización y despertar conciencias.

El 15 de abril de 1945, soldados de la 11 División mecanizada del ejército británico llegaron al campo de concentración de Bergen-Belsen en la Baja Sajonia alemana. Lo hicieron acompañados de miembros de la División de Guerra Psicológica que llevaban consigo cámaras portátiles de 35 mm al objeto de documentar las atrocidades cometidas por el régimen nazi. El productor Sidney Bernstein, de profundas convicciones antifascistas y responsable entonces de la Unidad de Cine del Ministerio de Información, creó un equipo de técnicos y editores, bajo la supervisión ocasional de Alfred Hitchcock, que se dedicó a la elaboración de un relato documental destinado a despejar cualquier duda sobre la veracidad de lo ocurrido tras los muros del infierno de Bergen-Belsen. Las instrucciones de Hitchcock eran claras: panorámicas y largas tomas sin corte que mostrasen a las víctimas y los verdugos de la masacre. Sin encuadres, para que no hubiera descartes, para no dejar fuera nada. El relato de la guerra era insuficiente para dar cuenta de la masacre de judíos, había que explicarla, a partir de esas imágenes, de otra manera. La narrativa del Holocausto fue cobrando forma a raíz de iniciativas como aquella y su función histórica y social fue generar una pedagogía contra el nazismo y (creíamos) contra toda forma de totalitarismo, supremacismo, racismo y violencia.

Los vídeos sobre la masacre israelí en Gaza que circulan y son reproducidos enfáticamente hoy en redes lo hacen para que sepamos que está teniendo lugar toda esa muerte, esa destrucción y ese dolor inmenso. No hay detrás de ellos un productor o un director de cine sino la voluntad y las manos de quienes sostienen las cámaras y los móviles, población civil y periodistas locales que trabajan para agencias y medios internacionales, apenas ya un puñado de seres humanos supervivientes cuyo propósito es que el mundo no mire para otro lado, que lo que está ocurriendo se sepa. Los vídeos de Hitchcock y Bernstein contribuyeron a despertar conciencias al dar cuenta de unos hechos que no se conocían o se conocían de manera incompleta. El Holocausto se plasmó y se verificó en imágenes una vez que había tenido lugar. Sin embargo, el genocidio de Gaza no ofrece dudas mientras está aconteciendo. Está ahí, solo tienes que mirar para verlo.

Pero mirar no es percibir ni comprender. Nuestra mirada está atravesada por, entre otras cosas, las emociones que lo que vemos nos provocan y éstas pueden imponerse a nuestra comprensión cuando la misma carece de un adecuado contexto. Para muchas personas la recepción y visionado de estas imágenes se produce en simultáneo a la de otras muchas imágenes que representan las cosas más diversas. En medio de esa amalgama visual se camufla el genocidio en Gaza. Es lógico que haya quien termine por experimentar indiferencia o cinismo, como lo es también que muchas personas sintamos tristeza, angustia y una terrible impotencia o, eventualmente, una conciencia clara de la imposibilidad de intervenir y un deseo de inmediata desconexión respecto de lo visto, de apartarnos de eso que no estamos viviendo, sólo viendo. Podemos pensar: "A mí no me está pasando, así que no quiero seguir viéndolo". O, por el contrario: "Lo veo para constatar que no es algo que me esté ocurriendo. Bien, estoy a salvo, puedo seguir viéndolo".

Pero también puede suceder que lo que nos provoquen estas imágenes sea miedo como consecuencia de una identificación del dolor ajeno como certera e inminentemente propio, como nuestro. Mi sensación es que ya hay mucha gente a la que esto le está ocurriendo. Hay cada vez más personas que ante las imágenes que nos llegan de Gaza sienten de manera casi exclusiva miedo. Las imágenes sobre Gaza que hemos visto y que se seguirán repitiendo están dejando de servir para despertar conciencias o sensibilizar a las sociedades acerca de la necesidad de proteger las vidas y los derechos del pueblo palestino. La moviola del terror ha empezado a convertirse en una película que los artífices de la guerra nos dirán que describe lo que no queremos que sea nuestro mundo mientras nos proporcionan oportunamente la receta para evitar que se convierta en "eso" que está allí y que debemos esforzarnos en mantener lejos. Y la receta va a ser menos democracia, menos derechos y más armamento.

2024 será un año para encontrar la forma de organizarnos y plantar cara al miedo.

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Pamplona vuelve a ser Iruña https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78445/pamplona-vuelve-a-ser-iruna/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78445/pamplona-vuelve-a-ser-iruna/#respond Thu, 28 Dec 2023 18:49:39 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78445 Joseba Asiron (tercero por la derecha de la imagen) junto a varios miembros de su grupo municipal tras convertirse en el nuevo alcalde de Pamplona tras la moción de censura. - Villar López | EFE
Joseba Asiron (tercero por la derecha de la imagen) junto a varios miembros de su grupo municipal tras convertirse en el nuevo alcalde de Pamplona tras la moción de censura. - Villar López | EFE

Si un territorio fue afecto al alzamiento franquista en 1936 ese fue la carlista Navarra. Al punto de que el Cardenal Gomà, primado de Toledo, se jactaba ante el Papa de que en Navarra "nadie sale al frente sin confesar ni comulgar" para regocijo del General Mola.

La derecha navarra ha montado en cólera tras verse desalojada de la Alcaldía de Pamplona. Tampoco es una reacción insólita. No hay moción de censura que no sea dolorosa para quienes la sufren y que no se responda con una reacción airada, a menudo henchida de indignación. Sea en Navarra o en Barcelona. En Vizcaya o en Madrid. En pueblos pequeños incluso se vive con mayor crispación. Que la derecha navarra se manifieste ahora tan abrumada como indignada forma parte de la normalidad de ese tipo de mociones. Nada nuevo bajo el sol que diría Pedro Sánchez, un tipo al que la derecha española odia ya más que a Otegi, Puigdemont, Junqueras y Pablo Iglesias juntos.

Lo que de hecho debería preocupar a la derecha navarra es constatar que los electores navarros se vuelcan en favor de un conglomerado izquierdista y abertzale. Mientras en Madrid o Andalucía el PP se muestra intratable, en Navarra está fuera del Gobierno foral y ahora de la capital con el enorme peso que esta tiene. Retienen Tudela. Pero no cuentan ni con Burlada ni Berriozar (Bildu). Y si siguen mandando en el Valle de Agüés, en Barañain o en Estella es en minoría y gracias al PSOE que presentó su propio candidato a la Alcaldía en detrimento del de Bildu, segunda fuerza. Por contra las mayorías con las que cuenta Bildu en la Alcaldía son absolutas.

También está la derecha navarra en la oposición en Tafalla o en Ansoáin (Bildu). Y qué decir de Villava, pueblo de Indurain, donde Bildu gobierna con mayoría absoluta. Y en Zizur Mayor gobierna Geroa Bai gracias al apoyo de Bildu. Así están las cosas en las mayores localidades de la Comunidad Foral de Navarra.

Además, la única capital donde va a gobernar Bildu es en Pamplona precisamente. Ni en Vitoria, ni en Bilbao, ni en San Sebastián. La primera en manos del PSOE y las otras dos del PNV, gracias al apoyo recíproco entre unos y otros. Con el PP sacando pecho por su patriótica contribución antiBildu en Vitoria. O antiindepe en Barcelona. Más de lo mismo mientras el PSOE se frota las manos.

Esos y no otros son los números. Y esas y no otras son las papeletas, electorales las de Bildu. Pese a no tenerlo fácil cuando se agita el pasado. Bildu no ha llegado a Alcaldía alguna sin sólidas mayorías, ya sea ganando o conciliando suficientes apoyos. Los gobiernos municipales sólidos, fuertes, no son en Navarra los de la derecha. Son, mayormente, los de Bildu. Y esa es una realidad muy incómoda en un territorio, Navarra, que fue un feudo de UPN tras los escándalos que arruinaron la reputación del PSN, como el de Urralburu o el del desdichado y corrupto militante socialista, Luis Roldán, al mando de la Guardia Civil.

La otra cuestión que trasluce, pese a quien pese, es que cuando Navarra se tiñe con el verde de Bildu -pese a su debilidad en la Ribera- pretender negar que Navarra nada tiene de vasca es una locura. Los pueblos son lo que sus gentes sienten. No en vano es Bildu el partido que cuenta con más concejales en Euskadi. Y en Navarra.

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Quienes piensan sobre el feminismo como Carmen Maura https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78421/quienes-piensan-sobre-el-feminismo-como-carmen-maura/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78421/quienes-piensan-sobre-el-feminismo-como-carmen-maura/#respond Tue, 26 Dec 2023 19:35:04 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78421 Carmen Maura en los Premios Goya 2023 | Archivo Europa Press, María José López
Carmen Maura en los Premios Goya 2023 | Archivo Europa Press, María José López

Este no es un artículo contra Carmen Maura, porque no es la única que dice algo así. Y cada cual tiene la libertad de pensar lo que quiera. Incluso cualquiera de las feministas que debaten sobre el movimiento y si se hacen cosas bien o mal. Pero una cosa es el movimiento y otra la información. Esto es solo es una reflexión del éxito de determinadas opiniones cuando no hay ni un argumento sólido que las respalde.

Hace días, Carmen Maura era entrevistada por Mercedes Milá. Allí, mencionó su vida tan dura como mujer. Yo ya la recordaba de un programa, de Imprescindibles, cuando contó que por decidir ser actriz su entonces pareja le decía: "Eres muy vieja para empezar, no te pienso ayudar, no te va a ayudar nadie. Acabarás loca, tirándote delante de un camión...". Luego, narraba cómo su primer marido le quitó la custodia de sus dos hijos y el trauma que supuso para ella. Y cómo una posterior pareja la dejó en la ruina. Es decir, relataba violencia psicológica, vicaria y económica por ser mujer y querer decidir por sí misma.

Con toda esta base, ahora, en el programa de Milá, Maura compartió esta reflexión: "Hay una cosa que no me gusta: nos están tomando manía los chicos, en general. Este feminismo de ahora, atacando a los hombres, no me parece buena política. (...) Yo es que conozco casos muy cercanos de hombres que han sido acusados de violencia que no era cierta". 

¿Por qué pasa esto?

¿Por qué pasa esto? Sí, puedes haber sido una víctima del machismo pero no verlo, o no querer admitirlo. Puedes pensar que el feminismo tiene que ver sólo con hacer lo que una quiere, o con evolucionar en la profesión. O pensar que, lo que ocurrió en tu vida, no tiene nada que ver con una estructura sino que fue mala suerte, un accidente. Estas interpretaciones pasan. De la misma manera que me he encontrado víctimas que solo reconocen su caso de violencia y niegan el de otras porque no coincide con su historia. Porque no ven la estructura, sino una mera casualidad.

Yo, como Carmen Maura, hay cosas que no me gustan. Pero otras. No me gusta que se hable de feminismo sin saber porque daña a lo único que salva a las mujeres. No me gusta escuchar dinámicas de estigmatización que ya se hacían con las sufragistas. No me gusta que si hay unos hombres molestos se nos dirija a nosotras la responsabilidad y no a ellos, que tienen mucho trabajo emocional aún por hacer. No me gusta que casos de posible violencia doméstica, con cifras residuales, se equiparen a los de violencia de género. En fin, es peligroso convertir los argumentos negacionistas en lo común.

"Parece que las mujeres se pasan el día denunciando cuando el 80% tiene miedo de hacerlo"

Ya vale, de verdad. Ya. Que no hay ni una sola ley feminista anticonstitucional. Que no hay ni una sola ley feminista que afecte a la presunción de inocencia ni vaya en contra de derechos humanos. Que parece que las mujeres se pasan el día denunciando por todo cuando el 80% tiene miedo de hacerlo. Que lo de las denuncias falsas está hasta negado por el Consejo General del Poder Judicial. Que es muy fuerte que aún se siga sin comprender que son violencias que ocurren en la privacidad y que, por falta de pruebas, hay casos que se archivan. Que a ellos les ampara tanto el Estado de Derecho al punto de que hay culpables en la calle y son ellas las que tienen que huir a casas de acogida. Que no hay ni un solo informe de Naciones Unidas en contra de los avances feministas. Que lo único que existe son informes de Naciones Unidas alertando del papel de la justicia y de la violencia institucional contra las mujeres. Y ojo, que España ya tiene sentencias por ello.

¿Por qué Maura piensa así? Hay quien dice el clásico de que esto viene de las blancas "burguesas". Es como la simplificación de pensar que si eres de clase obrera vas a votar a la izquierda y no a Vox. Pues no. Ojalá fuera tan fácil. Ella no es la única. Porque el "yo conozco a un hombre condenado por denuncia falsa" lo escucho en mujeres con dinero y sin dinero, blancas y no blancas. Ya es casualidad que ese 0,01% de denuncias falsas lo conozca todo el mundo pero a las víctimas, muy pocas. Esto es solo la negación de que en tu entorno pueda ocurrir. La necesidad de ser admitida, validada y reconocida en un mundo de hombres donde hay que sobrevivir. Madres, hermanas, amigas defendiendo a agresores, incluso condenados, hay muchas, y de toda clase social. Y mujeres que se enamoran de maltratadores y niegan que estos lo sean para no perder esa relación, también. Quizás lo que deben pensar quienes opinan como Maura es por qué dan pasos atrás, que hasta a veces termino por escuchar a hombres más feministas que las propias mujeres.

Yo, comprensión con las víctimas tengo toda, hasta del por qué pueden decir algo así. Pero en esas palabras hay algo más. Una desinformación tremenda frente a un problema social urgente . Y opinar sin información afecta a otras víctimas. Dice Maura, como muchos otros eso de "quiero que seamos iguales, no que seamos más". Lo único en lo que somos más las mujeres es en número de asesinadas, de violadas, y de desigualdades. Menuda igualdad. Qué triunfo.

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¿Es España una democracia plena? Diez argumentos justificativos de una respuesta negativa https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78382/es-espana-una-democracia-plena-diez-argumentos-justificativos-de-una-respuesta-negativa/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78382/es-espana-una-democracia-plena-diez-argumentos-justificativos-de-una-respuesta-negativa/#respond Tue, 26 Dec 2023 09:15:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78382 Continuar leyendo "¿Es España una democracia plena? Diez argumentos justificativos de una respuesta negativa"]]> Dos personas ejercen su derecho a voto en una cabina en un colegio electoral, a 28 de mayo de 2023, en Madrid (España). Eduardo Parra / Europa Press
Dos personas ejercen su derecho a voto en una cabina en un colegio electoral, a 28 de mayo de 2023, en Madrid (España). Eduardo Parra / Europa Press

No me refiero a la democracia plena en sentido absoluto, sino relativo, más a ras de suelo, es decir, a la valoración de la democracia española en términos comparativos con las democracias de otras sociedades políticas avanzadas. Pensé inicialmente publicar una serie de tres artículos con un título similar al del encabezamiento. Abandoné la idea, porque mis artículos exhaustivos podrían aburrir a quienes amablemente me leen.   

Me atengo, por lo tanto, a la exposición de únicamente diez argumentos contra la extendida convicción de que nuestra democracia es una democracia plena.

La democracia representativa como único modelo en España

Hay dos modelos de democracia clásicos: democracia representativa y democracia directa. Los dos modelos democráticos no están en el mismo plano en España. La democracia representativa es una democracia exclusiva y excluyente, configurada por los partidos políticos, los únicos que llenan toda la escena política en la actualidad en nuestro país. No existe una verdadera democracia directa.  

La Constitución española no ha introducido el referéndum de iniciativa popular. Los ponentes constitucionales dieron un "golpe constitucional" al suprimir de un plumazo el instrumento clásico de democracia directa, el referéndum popular, que figuraba en el anteproyecto de la Constitución. El resultado es que el referéndum popular no existe.  

La otra medida de democracia directa, la iniciativa legislativa popular, está herida de muerte debido a los obstáculos en la solicitud, el procedimiento y la aprobación. Esta iniciativa tiene que ser aceptada por la Mesa del Congreso y después tomada en consideración por el Pleno. Una doble criba. Al final del proceso, que tanto cuesta a un sector importante de la ciudadanía -medio millón de firmantes-, la iniciativa cae en manos de nuestros representantes muy solícitos en meterle las tijeras.  De 1983 a 2019 solo 13 iniciativas de 107 llegaron al Pleno del Congreso y 10 de ellas fueron rechazadas. Únicamente tres tuvieron éxito (Datos de Civio). 

La ausencia de un referéndum de iniciativa popular es una de las carencias que más separa a España de otras democracias avanzadas, que lo mantienen en varias modalidades. Hasta Portugal, cuya Constitución es casi coetánea a la nuestra, tiene un referéndum de iniciativa popular. Los Estados con estructura política territorial semejante al nuestro, como Alemania e Italia, contemplan referéndums de iniciativa popular en el nivel del Estado y de los territorios autónomos.  

La ausencia de la separación de los poderes estatales

En nuestro país la máxima interferencia contraria a la independencia del poder judicial se produce al más alto nivel de las relaciones entre el Parlamento y el Poder judicial. Los parlamentarios designan por el sistema de cupo de los partidos a los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y son estos quienes, a su vez, designan a quienes ocupan los más altos cargos de la justicia. El resultado ha sido la politización del CGPJ, producida en un doble plano: la interferencia de los partidos políticos en el nombramiento y la autocensura de los jueces que aspiren, como es natural, a alcanzar un alto puesto en la magistratura. 

También designan los parlamentarios a ocho de los doce magistrados del Tribunal Constitucional de la siguiente manera: cuatro magistrados por el Congreso y otros tantos por el Senado, en ambos casos por las tres quintas partes de los miembros de cada cámara. La selección de los cuatro miembros restantes del Tribunal Constitucional no soluciona, sino que en cierta manera empeora, la mediatización del órgano de justicia más emblemático, que por su condición de intérprete nato de la Constitución debería tener garantizada su independencia; en efecto,  dos de estos miembros son designados, sin más, por el Gobierno (con lo que a la interferencia del Legislativo se une la del Ejecutivo, menos justificada evidentemente que aquella) y los otros dos son designados por el Consejo General del Poder Judicial (que ya hemos visto que es un órgano totalmente interferido, a su vez, por el Legislativo).  

Con lo que los jueces de más relevancia deben en último caso sus puestos a los partidos políticos, que confían en ellos y por ello les designan. Hasta el punto de que en el argot periodístico se clasifican a los jueces según sus dependencias (jueces del PSOE, del PP, de IU, etc.) Un disparate vergonzante contra la constitucional separación de poderes. 

Pero la interferencia más acusada y visible es la del Ejecutivo en relación con la figura del Fiscal General del Estado, que es designado por el Gobierno. El Fiscal General del Estado es denominado por los críticos "Fiscal General del Gobierno" ante sus posiciones adoptadas de acuerdo con las aspiraciones gubernamentales. Difícilmente el Fiscal General del Estado va a oponerse a quien le designa y le revoca y sufrirá una lógica autocensura, que merma su independencia.  

¿Hay interferencias de los poderes públicos entre sí en las democracias avanzadas? Sí, las hay, pero no en un extremo tan intenso y extenso como en nuestro país. Pongo un ejemplo que viene al caso. Es frecuente que en otros países compartan jueces y legisladores la elección de los miembros del órgano de gobierno del Poder judicial, pero España destaca porque son los legisladores quienes eligen en su totalidad a los componentes de este órgano.  

Reforma imposible de una parte sustancial de la Carta Magna

No es solo que haya que quitar o cambiar artículos de la Constitución, sino que es casi imposible cambiar una parte del texto constitucional, porque los patres constitutionis exigieron un procedimiento prácticamente imposible de cumplir, cuando se intente cambiar la parte sustancial de la Constitución: título I, título III (la Corona) y el apartado de los derechos fundamentales y las libertades públicas del título II.  Pues bien, para modificar esta parte sustancial se exige la aprobación del nuevo texto por dos tercios de ambas cámaras -Congreso y Senado-, de dos Cortes sucesivas y posteriormente la aprobación en referéndum de la nación.  Esto es, el constituyente ideó una reforma agravada de la Constitución y de camino bunkerizó a la monarquía, que es casi imposible sustituir por una república. ¿Es posible poner más palos en las ruedas del cambio constitucional? Fue el constituyente un mal discípulo del liberal Thomas Paine, que afirmó en el siglo XVIII: "el derecho de los muertos no puede poner obstáculos al derecho de los vivos". 

Esta reforma agravada ideada malévolamente contra las aspiraciones de las futuras generaciones es una singular característica de nuestra Constitución, que no está presente en otras constituciones de nuestro entorno.  ¿Podemos asegurar que una democracia es plena si su Constitución, pétrea e inmortal, impide el cambio para adaptarse a las exigencias de los nuevos tiempos?

El aforamiento excesivo de todo tipo de cargos públicos

¿Saben cuántos aforados/as tiene nuestro país? No, no me den cifras, que seguro que no aciertan. Son más de doscientos cincuenta mil (250.000). Cuando hay Estados que no tienen ni un aforado, como Estados Unidos y Alemania, o uno solo, como Italia y Portugal: el presidente de la república. En España bastarían los aforados señalados por la Constitución y ya son muchos: el jefe del Estado, el presidente del Gobierno, los ministros y los diputados y senadores estatales (unos quinientos). "Aforamiento" significa que la persona disfruta del privilegio de ser procesado por un tribunal de justicia especial y no por el juez natural que le corresponda. Los altos gobernantes y nuestros representantes -los políticos, para entendernos- tienen que ser procesados por el Tribunal Supremo, y miren por dónde son ellos -los políticos- los que designan a los jueces que les procesan. Por otro lado, son muchos los aforados -guardias civiles, fuerzas de seguridad, cuerpos armados, jueces, etc.-, que no realizan una función que justifique su aforamiento.  

El aforamiento desmedido es una característica de nuestra democracia, que causa sorpresa en el extranjero y que a cualquier observador, interno o externo, le conduce a la duda de si España es una democracia plena. ¿Puede ser plena una democracia de más de doscientos cincuenta mil injustificados aforados?

Puestos bajos en los rankings de calidad democrática de los Estados

El medidor de la calidad democrática de los países del planeta más prestigioso y citado es el Democracy Index de The Economist, que a principio de cada año publica su informe y ranking anual de calidad democrática correspondiente al año anterior. Emplea los siguientes criterios de evaluación: procesos electorales y pluralismo, funcionamiento del Gobierno, participación política, cultura política y libertades civiles.  

Pues bien, en el informe correspondiente a 2021, España fue degradada a la categoría de "democracia deficiente", bajando dos puestos respecto al año anterior: del 22 al 24. En los últimos años nuestro país no ha conseguido colocarse en los veinte primeros puestos del ranking, presidido por los países nórdicos y Nueva Zelanda, y en el que no faltan Estados del continente americano -del norte, centro y sur- y del continente asiático, además del europeo. 

Es amplia la lista de Estados de varios continentes que están por encima de España en el ranking de la plenitud democrática. ¿Democracia plena?

Preceptos constitucionales obsoletos, irracionales y contrarios a DDHH

Numerosos artículos de la Constitución muestran una urgencia en la necesidad de su supresión o cambio. Preceptos que tocan materias que en lugares de nuestro entorno están revisadas y actualizadas, no lo están en el nuestro. Selecciono el caso, por ser el más llamativo y sorprendente, de la situación jurídica de la Corona. ¿Podemos decir que un país tiene una democracia plena si su jefe del Estado puede impunemente asesinar, defraudar, calumniar, sin que pueda ser procesado ni sujeto de responsabilidad? ¿Es una democracia plena la de un país en el cual la igualdad de género en la sucesión a la Corona no existe, sino que el varón es preferente respecto a la mujer? 

Las constituciones europeas tienen solucionado el problema de la paridad en el acceso a la jefatura monárquica del Estado y la responsabilidad del monarca fuera de las funciones propias de su cargo. En España, no. Podríamos seguir citando otros ejemplos, pero no hay espacio suficiente. 

Carencia de leyes aprobadas en otras democracias avanzadas

Cuando los países de nuestro entorno ya han regulado desde hace años sus grupos de interés, comúnmente conocidos como lobbies, nosotros no hemos empezado. A fecha de hoy no sabemos en relación con las actividades de los grupos de interés, que influyen y presionan sobre miembros del Parlamento y del Gobierno, quiénes son, cómo lo hacen, sobre quiénes, por qué razón, con qué finalidad, con qué resultados, a quiénes representan. España ha vivido de espalda a las actuaciones de los grupos de interés sobre las principales instituciones políticas del país. Un escenario de pleno oscurantismo y opacidad. Sin embargo, desde hace tiempo tienen regulados los lobbies la mayoría de los Estados europeos. 

Carecemos también de una ley sobre las denominadas "puertas giratorias", que impida que los políticos pasen de lo público a lo privado o de lo privado a lo público sin apenas limitaciones: escasos años (dos años) y aun más escasas actividades incompatibles. Sin embargo, hay Estados que amplían el número de años de incompatibilidad, como Estados Unidos y Canadá (cinco años) o Francia (tres años). La ley vigente de ejercicio de altos cargos de la Administración General el Estado, de 2015, es insuficiente y únicamente vincula a determinados cargos. Las empresas públicas y las empresas privadas españolas están repletas de expolíticos de alto nivel, que en ellas ocupan puestos en los órganos directivos y en los consejos de administración.  

Igualmente falta una nueva ley reguladora de las autoridades independientes, instituciones públicas de control en diversas materias de extraordinaria relevancia e incidencia en los intereses de la ciudadanía -Banco de España, RTVE, Consejo de Seguridad Nuclear, Consejo Nacional de la Energía, Agencia de Protección de Datos, etc. -, que sea eficaz y garantista. La vigente ley del régimen jurídico del sector público, de 2015, es ineficaz por estar llenos de expolíticos sus órganos directivos más relevantes, lo que no garantiza la neutralidad, imparcialidad y eficacia de sus actuaciones. Es excelente la ley alemana sobre autoridades independientes, que admite en los órganos directivos a representantes del asociacionismo del sector regulado. En España no hay ni un solo representante social.  

Tampoco existe en España una legislación sobre la rendición de cuentas como exigencia de responsabilidades a los políticos tras o durante el ejercicio de sus cargos. Duro contraste con casi todos los países de América latina, cuyas constituciones establecen la figura de la revocatoria de mandatos de representantes políticos y gobernantes, para que éstos rindan cuenta a reclamo de un porcentaje del censo electoral. 

He seleccionado cuatro leyes pendientes o necesitadas de una profunda renovación sobre materias que afectan directamente y mucho a la ciudadanía, y en las que hay precedentes de países que ya tienen legislación y experiencia sobre ellas en un proceso, que nosotros ni hemos empezado.

Las leyes muy longevas que no se han revisado y actualizado

Tenemos en nuestro ordenamiento jurídico leyes muy antiguas, incluso de la época de la dictadura franquista, que no se han reformado, como la ley sobre inmunidad parlamentaria (la última de 1912, sic: 1912), la ley de indultos (la última: 1870, sic: 1870). Se perdió la ocasión de una reforma del indulto en la ley de 1988, de tres artículos, que se limitó a un cambio lingüístico de algunos términos. Leyes del siglo XIX o principios del XX, que no han sido revisadas y actualizadas conforme a las exigencias de los nuevos tiempos. Y no son leyes sobre materias de escasa importancia. La ley preconstitucional de secretos oficiales de 1968 ha transcurrido sin reforma durante casi medio siglo de democracia, una ley tan deficiente que ni siquiera establecía plazo para la desclasificación de las materias reservadas, y la reforma actual se merece la enmienda a la totalidad, como he defendido en un artículo en este medio. Otra ley preconstitucional, la ley de partidos políticos, de tan solo seis artículos, es muy parca y deficitaria, y su reforma de 2006 igualmente. 

Los tribunales de justicia españoles han criticado al legislador por su negligencia en legislar sobre materias importantes y dejadas en manos de la interpretación extensiva de los jueces, obligándoles a desempeñar un papel que no les corresponde, puesto que la función de los jueces es aplicar las leyes de legislador, pero no crearlas.   

No conozco en el derecho comparado de las democracias avanzadas leyes tan antiguas sobre materias fundamentales abandonadas a pesar de su validez jurídica.

Las reconvenciones y amonestaciones de la Unión Europea a España

Nunca faltan en las noticias de los rotativos españoles los "tirones de orejas" de instituciones de la Unión Europea -políticas y judiciales-, porque España no cumple con su ordenamiento jurídico o con el ordenamiento jurídico de la Unión Europea, de la que es miembro de pleno derecho. Son serias reconvenciones sobre asuntos muy relevantes, que atañen a los casos frecuentísimos -un goteo ininterrumpido- de corrupción política, al incumplimiento de la renovación de las instituciones democráticas del mayor rango -singularmente el Consejo General del Poder Judicial, que lleva más de cinco años sin renovarse-, a la ausencia de legislación española sobre asuntos que afectan a la calidad democrática y a la ciudadanía española -especialmente la falta de una regulación de los grupos de interés o lobbies-. A ello se añade la negación de los tribunales superiores de justicia europeos a la extradición de destacados separatistas catalanes por incumplimiento del derecho europeo o la falta de ajuste del derecho español.  

Teniendo en cuenta las reclamaciones de los órganos de primer nivel europeos, ¿podemos afirmar que España es una democracia plena?

La falta de espíritu cívico de la ciudadanía española

No todo va a quedar en el marco de las normas, las instituciones y los políticos. También la ciudadanía española contribuye a la ausencia de una democracia plena por la carencia de espíritu cívico equivalente al existente en otras democracias, que impiden que en ellas existan actitudes y comportamientos presentes en nuestro país. Hay dos capítulos que marcan la diferencia de la ciudadanía española: la conducta frente a la corrupción política y respecto a la comisión de ilegalidades y faltas de corrección ética de los políticos. A las encuestas me atengo. La ciudadanía no castiga con sus votos al político corrupto como debiera y tampoco exige la dimisión del político por su conducta reprobable. Los políticos lo saben. Y la consecuencia es que políticos y ciudadanos contribuyen a la mala salud cívica de nuestro país.  

Por conductas reprobables que en otras democracias comportan la dimisión del político, aquí se resuelve con la pasividad de los ciudadanos y el "prietas las filas" de los partidos, protegiendo a sus políticos cogidos in fraganti y echando la culpa a la conspiración de los adversarios políticos.

No. España no es una democracia plena y menos aún si la comparamos con las de otros países de democracia más avanzada. Queda mucho recorrido todavía. 

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Clandestinidad, épica y dinero https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78375/clandestinidad-epica-y-dinero/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78375/clandestinidad-epica-y-dinero/#respond Tue, 26 Dec 2023 06:03:46 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78375 Continuar leyendo "Clandestinidad, épica y dinero"]]> Columnismo y realidad siempre se han llevado mal, pero cuando la segunda se divorcia del primero, empieza la vergüenza. 

Miente quien dice que la Navidad es época de sosiego y calma; al menos, a este lado del rotativo digital. Estas fechas son perfectas para escribir y publicar y empezar a montarse una ficción tan sonrojante que hasta los peces del río se dan cuenta de la película y dejan de beber para echarse un rato. 

Hace unos días, un reconocido –y bien pagado– columnista de la revista dominical del diario más importante de España publicaba un artículo, Un llamamiento a la rebelión, en el que exponía su desafección con la política española y criticaba las actuales formas del partido al que siempre ha votado –sobreentiendo que el PSOE. 

Más allá de la tesis, que puede comprar cada uno según su ideología y forma de ver la guisa de la vaina, sorprendía la forma en la que el escritor iba surfeando por su texto: básicamente, el pibe no solo se dedicaba a criticar los hechos, sino a hacer una especie de llamamiento pretendidamente épico a la rebelión, la desobediencia, la insumisión y, ojo, la clandestinidad; casi como un punki desfasadete en un concierto de La Polla Records. 

Este autor, desde la tribuna, probablemente, más privilegiada de todo el país, aseguraba que ahora se iba a la clandestinidad –¿intelectual? ¿mediática? ¿política?– para dedicarse a luchar contra la perversión de la democracia y apostar por la lotocracia, un sistema alternativo al nuestro que coquetea con la idea de elegir a nuestros representantes por sorteo. 

No voy a entrar a valorar la tesis política de este señor porque es un autor al que respeto muchísimo –tiene libros que ninguno de nosotros podríamos escribir en mil vidas– y, sinceramente, es Navidad y quiero quitarme esta columnita cuanto antes para merendar polvorones con la yaya Dari; sin embargo, sí quiero hablar de las formas de Cid Campeador autocomplaciente que este pibe –como otros muchos– ha adoptado.

Hay toda una generación de columnistas que, no contenta con ocupar los mejores espacios en los más tochos grupos mediáticos, ahora quiere jugar a ser antisistema (no sé si para quedarse también con esa etiqueta que lucimos los que escribimos realmente desde espacios chiquitillos). 

Estos señores –señores, recalco– llevan desde la pandemia intentando hacer creer al público, no sé si piensan que el lector es idiota, que luchan contra una especie de dictadura intelectual, totalitaria e inmisericorde que controla toditos los terminales nerviosos y culturales del país –menos los grandes grupos, claro; menuda dictadura tan especialita. 

Siempre jugando a ir a la contra, han construido alrededor de su propio trabajo una épica falsa, sonrojante y hasta ridícula que los pinta como valientes revolucionarios por la libertad de expresión que llevan plumas en lugar de tizonas y típex en vez de ballestas; sin embargo, son unos revolucionarios muy extraños, pues son los únicos que pueden vivir holgadamente de su arte –y espero que puedan seguir haciéndolo mucho tiempo más–, los únicos que tienen un espacio realmente masivo en los medios de comunicación y los únicos que visten con camisas Fendi. 

Entre ellos, este discurso se ha puesto de moda y ahora, cada vez que pasan frente a un espejo, se ven como Thomas Sankara de Casa Lucio; como auténticos valientes que, pobrecitos míos, solo tienen de su lado el amparo de la industria editorial y las rotativas históricas del país y los digitales importantes y el negocio de la televisión –por supuesto que estoy escribiendo desde la más insana envidia. 

Lo que me parece realmente grave de todo esto no es la película revolucionaria que se han montado, sino lo cínicos que pueden llegar a ser: suelen decir además que luchan contra la posmodernidad y la decrepitud y los tiempos líquidos; sin embargo, no se me ocurre nada más posmoderno y decrepito y líquido que inventarse que eres algún tipo de revolucionario clandestino solo para ser más leído y acaparar aún más clics. Tal y como, otra vez, La Polla Records, que sigue jugando a ser de los márgenes llenando el Wizink Center varias veces seguidas. 

A ver si sois un poco más agradecidos con quienes sois y lo que tenéis, que algunos dejaríamos de comer polvorones con la yaya Dari por tener alguna de las oportunidades que os han dado. 

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Petar en Navidad https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78352/petar-en-navidad/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78352/petar-en-navidad/#respond Mon, 25 Dec 2023 05:55:21 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78352 Continuar leyendo "Petar en Navidad"]]> Una señora paga con un datáfono las compras en los Mercados de Abastos antes de la Navidad, a 23 de diciembre de 2022 en Sevilla.
Una señora paga con un datáfono las compras en los Mercados de Abastos antes de la Navidad. Joaquin Corchero / Europa Press

Siempre he pensado que la Navidad es una época dada a las crisis, que todo el frenesí y los buenos deseos esconden también un poco de rabia y de resignación. Rabia, porque una no acaba el año tan empoderada ni con tantos objetivos cumplidos como se había propuesto. A estas alturas queda claro que el tiempo es oro, y que el tiempo de los hombres y de las mujeres cotiza en mercados diferentes. El nuestro, el de las mujeres, debe de valer bastante menos, y por eso lo andamos regalando con 15 horas semanales más de trabajo doméstico, para que nuestros compañeros lo puedan invertir en ascensos, vida social, competiciones deportivas, reparto de dividendos o algo tan básico como dormir. Y resignación, porque la mayoría nos seguimos callando por las mismas cosas desde hace 10, 20 ó 30 años, y llega un punto en donde hasta Papá Nöel sabe que tiene línea directa con nosotras, cual Elena Francis. Si no fuese por la inmensa capacidad femenina para soportar los marrones ajenos, por la complacencia en la que hemos sido instruidas, y por unos cuantos episodios de Sexo en Nueva York, el capitalismo perecería de puro egoísmo masculino.  

 Ya se oyen las muestras alegría, los brindis y las felicitaciones de Año Nuevo, que culminarán con una resaca de trabajo extra para muchísimas mujeres. Ya se ven llegar los Reyes, los regalos y los dulces, las uvas y el cava, y por ahí vienen también los encargos de última hora, las colas infinitas, la calculadora echando humo, el repaso al stock de platos y de copas, y encontrar ese juguete que está agotado desde el Black Friday. Ya va tocando ver al cuñado, al hermano o al padre de familia sentados con un testículo cerquita del otro, y unos cerca de los otros -en los mejores sitios, eso desde luego- mientras sueltan algún comentario casposo sobre el físico de una presentadora de televisión, de una compañera de trabajo, o de su sobrina de 14 años. Serán millones los hombres parapetados estos días detrás las pantallas de sus móviles, mirando la televisión al compás del chupchup de las almejas, y conversando plácidamente sobre negocios, geopolítica, adelantos electorales, la última excentricidad de algún millonario, fútbol y, por qué no, crianza respetuosa. Ellos debatirán mientras la comida y la bebida llegan hasta la mesa tiradas por trineos invisibles que aterrizarán en sus platos mágicamente a la hora prevista. Como manda la tradición.  

 Estos días, da gusto ver lo bien que se llevan los tíos entre ellos, en cenas familiares o en reuniones de empresa, siempre con una sonrisa puesta y haciendo gala de esa hermandad que tan bien caracteriza a los hombres de cualquier edad o condición. No como nosotras, que por cualquier insignificancia andamos con suspicacias o malos rollos, como discutir a quién le tocaba recoger esta semana al crío de la guardería, o cuál tiene el privilegio de entrar media hora más tarde para ir a la pediatra. Ya va tocando también ver a esos mismos hombretones quedándose dormidos como bebecitos de teta en un sofá o en un sillón, embriagados de comida y de bebida, mientras las mujeres siguen trajinando en la cocina, limpiando la mierda y dejando todo resplandeciente para la siguiente celebración. Por supuesto, también habrá niños molestos reclamando su atención. Son esos mismos niños, los que llevan sus apellidos y que no hay dios que los aguante porque, recalcan algunos, sus madres y sus abuelas los tienen cómo los tienen. A todo esto, podemos llamarlo abuso y machismo, pero en estas fiestas es mucho mejor llamarlo "la magia de la Navidad".  

 En nuestro corsé de feminidad va incluido todo un arsenal de autocontrol que permite a la otra mitad de la población vivir con una liviandad y una tranquilidad que también repercute en la salud. En general, las mujeres tenemos el doble de posibilidades de sufrir trastornos de ansiedad y ataques de pánico, y en particular, las vacaciones de Navidad son fechas de alta incidencia de estos tipos de trastornos, ya que el estrés y las responsabilidades se multiplican para la mayoría de nosotras durante los periodos estivales. Mujeres ahogadas desde hace semanas entre preparativos, fiestas escolares, compras y lidiar con situaciones familiares de alta tensión. Y todo, con un trabajo de cuidados extra que se ha disparado con hijas e hijos en casa a tiempo completo (muchas veces, enfermos) y también con personas mayores o dependientes al cargo. Por eso, ni en el mejor de los casos, estos días serán todo paz y amor. La alegría de estos días está sostenida con el callado sacrificio de quienes no disfrutan en absoluto de las fiestas, y ni siquiera son reconocidas por ello. Mientras en cada casa una o varias mujeres se desloman para contentar al personal o para que no estalle una batalla familiar, otras más jóvenes observan la escena contrariadas y pronto descubrirán que, antes o después, esta es una guerra que ha de ser librada. ¿Por qué las mujeres no merecen disfrutar de la Navidad en igualdad de condiciones que los hombres? ¿Qué clase de feminismo puede aguantar la servidumbre constante de nuestras madres, de nuestras suegras o la nuestra propia? 

 Por suerte, en algunas cabezas ya hay una revolución modesta pero imprescindible, la de todas las que preparan su asalto navideño negándose a perpetuar la espiral de recalcitrante machismo en estas fiestas. Mujeres jóvenes que, por ejemplo, se niegan a servir si sus hermanos, primos o padres no lo hacen, o mejor, que les reprochan a la cara la poca vergüenza que tienen. Por cierto, nada más efectivo para conocer a una pareja reciente que observar si esclaviza a su madre, hermanas o cuñadas durante estas fiestas. Si es así, ya puedes huir sin mirar atrás. Pero también en alguna casa -y ojalá sea en muchas- alguna o varias mujeres adultas se pondrán estos días de acuerdo, invocarán el espíritu de la huelga del 18, dirán hasta aquí hemos llegado, señalarán con dedo acusador, dejarán sitio a los exabruptos y a los gritos, levantarán culos o sencillamente permanecerán con el suyo sentado y bien pegado, pidiendo a los presentes que se cocinen lo que les salga de las santísimas pelotas. Todo esto es fácil de escribir, pero difícil de hacer, ya sabemos que la magia de la Navidad va en contra del espíritu destructivo. Por eso, admiro tanto a las mujeres que petan en Navidad, a las que queman el asado con ganas, a las que cogen la puerta y se van, o no dejan entrar, porque suyo es el futuro de la civilización: una más justa, más sana y mucho más feminista. 

 Pero también está bien reconocer (aunque no es necesario admirar) a los cada vez más numerosos hombres que estos días se ponen al mando de las cocinas, a los que aún con cachondeo machirulo se remangan y colaboran, los que se ocupan y gestionan, los que sirven, limpian y cuidan. Son habitualmente los menos zafios, los más inteligentes, mejores personas, padres, hermanos, amigos, amantes y, en definitiva, el futuro de su sexo. 

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Me gusta la Navidad https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78360/me-gusta-la-navidad/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78360/me-gusta-la-navidad/#respond Sun, 24 Dec 2023 06:01:17 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78360 Continuar leyendo "Me gusta la Navidad"]]> Sede de servicios sociales del ayuntamiento de Torrelodones, gobernado por PP y Vox. Diciembre 2023. Imagen cedida por Pilar González, vecina de Torrelodones.
Sede de servicios sociales del Ayuntamiento de Torrelodones, gobernado por PP y Vox. Diciembre 2023. Imagen cedida por Pilar González, vecina de Torrelodones.

Me gusta la Navidad y, a pesar de esta foto hecha en mi pueblo –conviene mirar el pie que la acompaña para entender este artículo–, aspiro a que me siga gustando. No creo en Dios pero me gusta su fiesta. A veces me digo que haría mejor en despreciarla, en ir a la contra, en buscar mi coherencia, en ser de los que disfrutan yendo solos en un tren en Nochebuena, llevando la contraria al mundo, señalando su incoherencia.  En seguida me desdigo porque solo de pensar en dejar de celebrar estos días se me llenan de lágrimas los ojos. La Navidad no es suya, también es mía.

Realmente me gusta mucho. Son tantos los recuerdos bonitos como los años que he vivido –y ya no puedo decir que sean pocos. Y no hablo de familia –o no solo. Hablo también de las ciudades engalanadas y de la gente tranquila vestida de paz, de amor, de ilusión, de la emoción de sentir que compartimos espacio y, algo más importante, tiempo, el único patrimonio universal, el único pan que traemos bajo el brazo. El espacio seguirá aquí cuando cada uno se haya comido su bollo, el que sea que le haya tocado.

Me encanta ver a la gente paseando sus deseos del bien aunque sea por razones equivocadas. Cada uno tiene las suyas y quién es quien para juzgarlas o para imponerlas. A mí con las mías, ateas perdidas, me bastan y me sirven no solo para esta parte del año. También me emociona llevar esta mirada para recorrer la ciudad cuando el calendario no lo marca.

La Navidad es un invento, es el adueñamiento cristiano del nacimiento de Mitra, el Dios persa del Sol, que nació en una cueva la noche del 25 de diciembre, en el solsticio de invierno, la noche más larga del año, donde los magos, guiados por una estrella, vinieron a rendirle culto asegurando que era el hijo de Dios. Mitra fue asesinado por otro Dios, el de la oscuridad, pero resucitó de entre los muertos al principio de la primavera. A los nuevos seguidores de Mitra se les bautizaba con la sangre de un buey o un cordero blanco. Tras ser bautizados ingerían pan y vino en una comunión en masa. ¿Os suena? Era el culto de moda en Roma hasta que Roma decidió cargarse el politeísmo e imponer a Cristo.

Sin embargo, los que no creemos y sabemos que la Navidad es un robo, no vamos por ahí gritando "tontos" en la misa del gallo o despreciando belenes, ni siquiera los envueltos en la bandera, como si ambas cosas fueran lo mismo cuando la Constitución dice que tenemos un Estado aconfesional,  que no tiene religión oficial y que cada uno debe creer solo en lo que le salga de los cojones. Los que no creemos respetamos y cuando necesitamos ayuda de servicios sociales, cuando tenemos que pasar por el trance de pedir ayuda para sostenernos, no nos gusta que nos señalen, ni que nos digan qué tenemos que creer o votar o qué creen o votan los que van o no a ayudarte. Las instituciones son de todos, gobierne quien gobierne, y la Navidad también aunque a muchos se les olvida.

Sí. Es un invento, es un cuento, que convirtieron en menos que eso porque no se corresponde con los hechos de quienes lo sustrajeron y no paran de mercantilizarlo desde hace milenios, pero también son vivencias personales imborrables y hermosas, ritos anteriores a quienes se creen sus dueños. Son ideas importantes que, una vez desprendidas de lo superfluo –lo mágico, la hipocresía, la mentira y el negocio–, a mí me dan alegría gratuita, fe en mí y en los otros, un hito de meditación, de conciencia del paso de la vida, y de cómo la vida es siempre con otros.

Para los que fuimos criados en el catolicismo –creamos o no tanto– la Navidad es ese periodo en que uno se pregunta si puede ser mejor persona, en que uno revisa qué va bien y qué va mal, que está haciendo con aprobación de su ética personal, de su idea de estar satisfecho con uno mismo y qué cree que tiene que cambiar, desde el prisma del presunto bien propio y ajeno, de pretender sinceramente lo mejor para uno y para el resto.

Por lo demás, esta noche comeré rico porque lo hago siempre que puedo y siempre que celebro, me reuniré con los míos porque les quiero, he puesto árbol de Navidad con adornos laicos con mi hijo porque recuerdo con mucho cariño cómo lo poníamos con mi madre cuando mi hermano y yo éramos pequeños,  nos regalaremos alguna chorrada o algo comprado hace mucho tiempo, o entradas para ver algún espectáculo. Aprovechamos el invento romano para decirnos –nosotros también– que nos queremos y cada uno reza en su casa lo que le da la gana.

Los últimos informes dicen que en España cada vez somos más los que no creemos, que ya somos cuatro de cada diez y que, entre los jóvenes, ya les hemos superado: los no creyentes de 18-38  años son casi el 60%. Así que si quieren seguir celebrando la Navidad,  por los siglos de los siglos, deberían esforzarse más por respetar a los que la celebramos por solidaridad y costumbre, por amor a la comunidad, por no joderles el momento, por adaptar lo que creemos a lo que creen ellos. A ver cuando empiezan a hacer lo mismo aunque solo sea porque si no, más pronto que tarde, se les va a joder el invento.

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Hija de dos guerras https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78282/hija-de-dos-guerras/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78282/hija-de-dos-guerras/#respond Sun, 24 Dec 2023 05:43:14 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78282 Continuar leyendo "Hija de dos guerras"]]> Decenas de personas participan en una manifestación contra la guerra de Israel en Gaza en Barcelona. EFE/ Alejandro García
Decenas de personas participan en una manifestación contra la guerra de Israel en Gaza en Barcelona. EFE/ Alejandro García

De padre palestino y de madre ucraniana, Aiia Elbasioni, una joven estudiante de Erasmus en Cádiz, sufre en su piel los dos conflictos: la invasión rusa y el genocidio israelí. En estos últimos meses han asesinado a catorce familiares directos. Todos gazatíes.

La cabeza alta, el paso firme, la sonrisa en el rostro y la derrota en la mirada de ojos oscuros. Aiia Elbasioni (Kiev, 2004) espera a que se diluya la concentración de una tarde lluviosa de invierno en apoyo al pueblo palestino. Luego, se acerca, se toca el pelo negro, húmedo por el chirimiri, y en un español chapurreado pregunta: "¿Eres periodista? ¿Sí? Me gustaría contar mi historia". Su historia. La historia de una estudiante de Filología Hispánica que debería de disfrutar de su beca Erasmus en Cádiz hasta febrero y sobrevive a base de ansiolíticos y coraje. Su historia. La de una hija de una madre ucraniana y un padre palestino, de quien vive pendiente de su móvil, de las noticias de la guerra y de la masacre de Gaza. Su historia. Que lleva a la espalda catorce muertes, catorce asesinatos del Ejercito israelí. Todos gazatíes. Todos cercanos, incluido tres de sus hermanos: uno de año y medio, otro que apenas llegaba al mes de vida y su hermana de cinco.

Su historia, que desgrana varios días después, una tarde de diciembre, con un café con leche que derrama mientras enseña en su móvil la galería de fotos que le manda un primo de la situación en la Franja: lo que fue un hogar, lo que fue una escuela, lo que fue un bloque de casas, ahora todo es escombro. Su historia, que intenta contar con frialdad, pero se le quiebra la voz cuando recuerda a su hermana, de siete, una de las pocas supervivientes "de momento" en el exterminio que lleva a cabo Israel. Su historia, que se actualiza a cada instante, que teme a cada momento, que vive pendiente de las cifras deshumanizadas de pérdidas civiles: 20.000 palestinos van ya mientas se escriben estas líneas. Su historia, mientras seca con servilletas el café caliente derramado en la mesa:

"Nací en Kiev. Mi padre, palestino, de Gaza. Mi madre, ucraniana. Tuvieron tres hijos. Uno de ellos, uno de mis hermanos, falleció por una cuestión de salud. Ellos se separaron, aunque siempre mantuvieron muy buena relación. Él se fue para su tierra, donde comenzó con otra mujer y tuvieron dos hijas y dos hijos más, el último no llegaba al mes de vida cuando lo mataron en un bombardeo. Desde los ocho a los doce años viví en Gaza. Conocí la invasión, la guerra y el bloqueo. Pero, aunque fuera duro, no tiene nada que ver con lo que se está viviendo ahora. Esto es mucho peor. Allí aprendí que la gente es muy abierta, muy hospitalaria, mucho más que en Ucrania. Siempre ofrecen lo poco que tienen. Siempre tienen las puertas abiertas y ofrecen comida a quien pase".


Su historia, que se detiene por primera vez en febrero del 2022, que se trunca con la invasión de Rusia. Se suspenden los estudios, prohíben a su hermano salir del país por encontrarse en edad militar. Ella observa cómo se resquebraja la salud mental ante el miedo de que le llamen al frente. Se rompe la rutina que da paso a la incertidumbre. Sin embargo, le calma la solidaridad internacional, el apoyo unánime y sin fisuras. Las condenas a Putin y a sus delirios expansionistas consuelan al pueblo ucraniano, que no se ve solo. "Mi suerte es que tengo pasaporte ucraniano. Si fuera palestino, no podría viajar, ser refugiada ni residir en otro lugar. No podría estar aquí".

Y pese a que el conflicto en el Este se extiende en el tiempo hasta el punto de convertirse en crónico, Aiia no ha sufrido ninguna pérdida cercana. Todo lo contrario que en Palestina tras el ataque de Hamás a territorio israelí el pasado 7 de octubre. Desde entonces, 20.000 palestinos, en su inmensa mayoría civiles, han sido asesinados y Aiia tiene que utilizar los dedos de sus manos para contar los familiares fallecidos a sangre y fuego del Ejército sionista: "Mis dos hermanos pequeños, mi hermana chica, tres tíos, dos tías, mi madrastra, la esposa de mi tío, un primo, una prima, el hijo de mi primo y el nieto de mi tío". Cuenta hasta catorce. Catorce nombres que debe pensar para no olvidar a ninguno. Catorce rostros. Catorce cuerpos. Catorce vidas. Catorce. A alguno ni siquiera llegó a conocerlo, como su hermano pequeño, en la cuarentena de la vida, que no tiene certificado de nacimiento, pero sí de defunción. En esos días tocó fondo. Una semana en la que no tenía fuerzas para acudir a clases, en las que sobrevivía a base de pastillas, en los que se sentía mal por lo cotidiano: una ducha, una comida o una cama. "Cómo voy a disfrutar, cómo voy a seguir queriendo vivir, o estar de Erasmus, si sé que parte de mi familia está muerta y que mi hermana y mi padre no tienen nada. Absolutamente nada. Ni donde dormir, ni algo que llevarse a la boca o cómo limpiarse. Mi madre está intentando adoptar a mi hermana. Pero no puede. No la dejan". Por eso, cuenta los días para su regreso a Ucrania, que será en febrero, e intentar el propósito de acoger a la niña en Kiev.

Llevarla hasta su país, por el que expresa sentimientos encontrados. Un país que ama, pero que al mismo tiempo critica. Porque no entiende, porque no comprende, cómo es posible que un Estado que sufre una invasión, se posicione ahora con Netanyahu (presidente de Israel) y sus inhumanas pretensiones. Por más que Zelenski (presidente de Ucrania) sea también judío, no es lazo suficiente para justificar "el cínico doble rasero". Un país, el suyo, que lo siente como hogar, pero en el que al mismo tiempo se siente extranjera, donde ha sufrido el racismo en su piel: "Me preguntan por mi color más moreno, que no encaja siendo ucraniana. Desconfían si explico que tengo raíces palestinas. Me han llegado a acusar de terrorista". Un país, el suyo, en el que asegura que pese a la difícil situación "ni se acerca" a la que considera su otra tierra, su otra patria: Palestina.


Porque Aiia no justifica ningún ataque, ninguna muerte de civiles. Condena todas. También las que cometió Hamás. Pero advierte: la culpa del exterminio no es de Hamás: "Porque, si la culpa es de Hamás, ¿para qué matan a mis hermanos pequeños, a mi hermana; para qué asesinan a mi gente, que ninguna forma parte de la organización? Están yendo contra inocentes, contra bebés, contra todo el mundo para expandirse, para exterminarnos".

"Contra todo el mundo". Un todo el mundo que engloba a generaciones que sólo conocen la guerra. Un todo el mundo que recoge a los enfermos en los hospitales. Un todo el mundo que se resumen en conversaciones telefónicas interrumpidas por los bombardeos, como aquella última junto a su padre y su hermana, donde se escuchaban las explosiones que entrecortaban las frases. De nuevo, se quiebra su voz, rompe a llorar y acerca una servilleta a sus ojos. Aquella fue la última vez que pudo hablar de forma directa con Gaza. Desde entonces, cortaron todas las vías.

-¿Cómo estás?

"Tengo un mal presentimiento. Llevo días sin tener noticias. Lo último fueron unas fotos que me envió mi primo, de mi padre y mi hermana, para que supiera que siguen vivos, porque si no tenía esas imágenes no le iba a creer". Y entonces vuelve a sacar el móvil y muestra a su padre con el rostro hecho jirones, la nariz sin piel, el brazo por encima de su hija y una sonrisa en el rostro. Un padre que le pidió tres cosas en su última conversación con el estruendo de la guerra de fondo. La primera: que nunca olvidara que la quería. La segunda: que hiciera todo lo posible para sacar a su hermana de la Franja. Y la tercera: que contara la historia de su familia, los 14 muertos y los tantos heridos, la historia de su tierra, de sus vecinos y paisanos, la historia que escupe en un español chapurreado, a trompicones y con la voz entrecortada una tarde de diciembre. Una historia de derrotas y miedos. Una historia, a los apenas 23 años, que es la historia de su vida.

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Desterremos el peor de nuestros hábitos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78219/desterremos-el-peor-de-nuestros-habitos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78219/desterremos-el-peor-de-nuestros-habitos/#respond Sun, 24 Dec 2023 05:28:14 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78219 Continuar leyendo "Desterremos el peor de nuestros hábitos"]]> Mujer agotada bajo el peso del trabajo. - Imagen de Freepik
Mujer agotada bajo el peso del trabajo. - Imagen de Freepik

Ahora que vuelve la moda de prohibir vicios y aficiones en función del daño que puedan provocarnos a nosotros o a nuestro entorno –ya sea los móviles a niños o el humo en las terrazas– quizás haya llegado el momento de poner sobre la mesa la restricción de una práctica que separa a las familias, que provoca infinidad de accidentes y enfermedades, que nos cuesta cientos de muertes al año, que arrastra nuestra salud mental hasta el límite de lo soportable, que nos anula como individuos y que nos envejece prematuramente. Estoy hablando, habrán deducido, de trabajar. Como sucede con otros malos hábitos –lo sabe quien rehúsa beber alcohol en las celebraciones– está mal visto mostrar hacia el trabajo rechazo o indiferencia. Hay que entregarse al mercado laboral con entusiasmo, con alegría, con fervor casi religioso. 

El trabajo asalariado consume lo mejor de nuestras vidas. Nos perdonan durante la infancia porque debemos formarnos para un empresariado antojadizo que lo mismo nos quiere para juntar chapas que para planificar presupuestos; y nos liberan al alcanzar la vejez, cuando nos descartan como quien se deshace de un coche escacharrado. El empleo nos roba casi toda la jornada entre idas y venidas, con horarios insufribles y con largas e irracionales pausas al mediodía durante once meses al año.  

No me parecería mal que millones de personas malgastásemos así nuestras vidas si realmente esta entrega al mercado laboral sirviese para vivir mejor. Sin embargo, la rueda del trabajo encaja con la rueda dentada del consumo, esa que gira y gira mientras tritura ecosistemas y eterniza desigualdades. Cada año se desechan en nuestro país miles de toneladas de ropa y alimentos; los electrodomésticos se fabrican para que duren seis días, y los aparatos tecnológicos, tres y medio. Vivimos amarrados al círculo infinito del trabajar, comprar, tirar, y ojalá ese fuera el único problema. Más preocupante es aún esa industria basada en generar necesidades o en crear ideales inalcanzables. El negocio de la eterna juventud y la extrema delgadez. Menuda estafa. 

En definitiva, derrochamos millones de horas deslomándonos para conseguir exactamente nada. Oh, pero el sector servicios sí es necesario, dirán algunos. Desde luego, pero permítanme añadir la muy palpable posibilidad de que nuestros hospitales se vaciasen si el trabajo no existiese tal y como hoy lo conocemos. La mayoría de nosotros estaríamos rebosantes de salud y el personal sanitario no se vería obligado a tratar con fármacos dolencias que solo se curan con reposo físico y paz mental 


Imagine cómo sería su rutina diaria si no tuviese que volver al tajo nunca más. Figúrese si pudiese disfrutar los días felizmente con los amigos o con la familia, o perdido en un cerro si no es usted tan sociable. Imagínese que las empresas generasen únicamente los bienes necesarios. Suponga que el empleo fuese una pequeña porción de su existencia, y ni de lejos una prioridad. ¿No sería más feliz? ¿No hallaría actividades productivas y placenteras con las que pasar el tiempo? ¿No se sentiría rejuvenecer? ¿Qué tal andaría de salud? Rara es la persona que no tiene dolores vertebrales o articulares crónicos, fatiga visual, estrés o depresión provocados por el trabajo.  

Qué quieres ser de mayor es, seguramente, la pregunta a la que más responden los niños desde que aprenden a hablar. De mayor hay que "ser" algo, y ese ser no se refiere a la personalidad o el carácter; se refiere a la forma en que vamos a competir contra nuestros semejantes para obtener techo y comida.  

Se supone que en esta parte del mundo deberíamos mostrarnos agradecidos porque el proletariado disfruta de algunos derechos en vez de subsistir en régimen de semiesclavitud. Como contrapartida, ha tomado fuerza el discurso del emprendedor de pacotilla, ese que asegura que hay que poner mucho empeño en progresar, y que entiende como progreso compaginar dos o tres empleos así caigamos muertos de agotamiento. Economistas "sin complejos" –ya me entienden– son partidarios de esa educación que consiste en hacer mucho y pensar poco, y predican que el sistema educativo debería ser poco más que una cantera de futuros currelas preparados para obedecer y servir allá donde haga falta.  


Está claro que hay que trabajar: la comida no llega sola a la mesa y todo eso; ya conocemos el sermón. Aún así, ¿tenemos que trabajar desde la adolescencia hasta la decrepitud, cada día, todas las horas? ¿Sabe que existen sujetos que viven mejor que usted y que yo y que no han dado un palo al agua en su vida? ¿Y si echásemos cuentas y descubriésemos que cuatro o cinco años de trabajo son suficientes para vivir bien el resto de nuestra existencia? Si esta idea suena disparatada pero dedicar nuestras vidas, jugarnos la salud y sacrificar nuestra tranquilidad familiar para llenar los bolsillos ajenos nos parece lo correcto, es sencillamente porque llevamos siglos remando a favor del enemigo. 

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Moreno de verde luna https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78151/moreno-de-verde-luna/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78151/moreno-de-verde-luna/#respond Sun, 24 Dec 2023 05:14:21 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78151 Continuar leyendo "Moreno de verde luna"]]> Pixabay
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A los chatarreros del orbe. Los quincalleros celestes. Los desguazadores de todas las miserias estelares.

Las noches ya son de invierno, muy frías; de madrugada desperezan su último sueño de estrellas y agujas de hielo, de caleidoscopio de mil escarchas. Diciembre se ha echado encima con su capa enlutada de días cortos y noches largas. Muy, muy largas. Noches frías y largas. Las mañanas y las tardes, en cambio, son todavía amarillas, luminosas, soleadas. Como si no quisieran entregarse aún a la boca de lobo que la negrura de otros inviernos devora en su panza. Vencida la noche, el sol se echa a lomos de la alborada, la mañana se lo pone por montera y amanece tirando líneas de horizonte, dibujando los árboles, un perro, las calles, las azoteas y, en la lejanía, unos cerros plomizos que quisieron ser montañas. Un sol de naranja a mi espalda, redondo y fanfarrón, pero manso y sin ganas, cuando camino aterido en dirección a las aulas.

Después de dos meses y medio del comienzo del curso, hoy se ha presentado un alumno nuevo. Pongamos que se llama Antonio Torres Heredia, como el Camborio de Federico García Lorca. Pues como él, moreno de verde luna, tiene unos bucles de carbón arracimados que le tapan los ojos y sus largas pestañas, y, cuando le llamo, anda despacio y garboso hacia la pizarra. Recordando en sus andares al de la vara de mimbre que va a Sevilla a ver los toros. Cualquier otro vendría con la vista humillada, temiendo la reprimenda y el interrogatorio por llegar más  de dos meses tarde. Pero él trae la mirada altanera, rectilínea, de antiguo nómada que atisba de frente el desierto, el mar, el campo, el universo infinito de osas polares y vías lácteas. Cuando llega a mi altura, echa su mano por delante como hacen esos tratantes de ganado y me la tiende, antes de que yo pronuncie una sola palabra:

-¡Soy Antonio Torres Heredia y siento haber llegado tarde!

Entonces digo al resto de la clase que salgan y nos dejen solos. Que tengo que rellenar la ficha con sus datos y hablar despacio con Antonio. Y, en vez de preguntarle el porqué de su tardanza, afirmo:

- Casi se te echa la Navidad encima. ¡Muchos problemas! ¿Verdad?

Y sólo en ese momento baja un poco la vista, se le apagan sus ojos grandes de azabache, y, cediendo al juego de complicidades, garabatea en el aire un:

-Sí, señor, muchos problemas.

Nombre, apellidos, fecha de nacimiento, nombre del padre, nombre de la madre:

-Mi padre se llama Antonio Torres, igual que mi abuelo, igual que yo. Mi otro abuelo, dicen que se llama Lisardo, pero yo nunca lo he visto. Debe de vivir muy lejos, en Bilbao o por ahí. Mi madre se llama Eleazar. Somos cinco hermanos y lo que venga. Pues mi mama está preñá. Ahora vivimos todos juntos, pero yo he estado varios años en un centro. Como mis hermanos. También en un centro. Pero ahora ya juntitos, porque mis padres se han venido de Badalona. Y, gracias a Dios, estamos juntitos... en una casa que nos han alquilado.

Yo no hago preguntas. Le dejo que hable y seguimos con la ficha. No quiero atosigarle ni que se sienta acosado ni obligado a contarme su vida. Cuando el papel -los papeles, que son los que mandan hoy en la enseñanza- pide la PROFESIÓN DEL PADRE, sé que va a pasar un mal trago.

-¿A qué se dedica tu padre, Antonio?

Entonces me mira y se queda callado, más de lo que exige el protocolo, casi pidiéndome auxilio, casi sin aire. Hasta que levanta los brazos, frunce el ceño y pone cara de interrogación:

-¡No sé, mi padre no hace na!

-Algo hará- le digo –. Si no trabaja, entonces está parado. Será un desempleado. Probablemente cobre el subsidio por desempleo o una ayuda social o familiar, hasta que encuentre algo. ¿Quieres que ponga que está PARADO?

Pero dice que no, que la verdad es que su padre se dedica a recoger chatarra. Pero le daba vergüenza decirlo. Entonces le explico que esa es una auténtica profesión, una de las profesiones más bellas y necesarias del planeta:

-Y te aseguro que puedes estar muy orgulloso del trabajo de tu padre. Fíjate, si no fuera por él, el campo estaría lleno de trastos y cachivaches, sucio y contaminado. Además, gracias a tu padre, esa chatarra se aprovecha y puede ser reciclada. El oficio de tu padre es estupendo, muy importante para el medioambiente. Mira, toca la pata de esta mesa. ¿Quién sabe si este tubo metálico no procede de la chatarra que busca tu padre? Aquel amasijo de hierros se ha convertido en esta preciosa mesa. ¿Quieres que le pongamos "PROFESIÓN: COMERCIAL DE CHATARRA"?

Con mis alabanzas, le ha vuelto el brillo a la mirada y ha esbozado una sonrisa. Una sonrisa de plata, de plata de ley. En el silencio luminoso de la mañana, mientras se imagina a su padre rebuscando altivo su chatarra, vuelve el Antonio Torres Heredia, Camborio de dura crin, moreno de verde luna, voz de clavel varonil:

-¡Sí, por favor, ponga usted COMERCIAL DE CHATARRA!

Para que no se quede sin recreo, nos hemos dado la mano y nos hemos despedido. Ahora me la ha apretado más fuerte, con una emoción honda, caliente. Su mirada sigue soñando por ese campo. Con el que yo también sueño, imaginando a un José Acadio Buendía que carga en sus costillas un saco de baratijas y quincalla. Los chatarreros del orbe. Los quincalleros celestes. Los desguazadores de todas las miserias estelares.

Cuando Antonio ha llegado a la puerta, la ha abierto, ha dudado,  y se ha vuelto hacia mí. Sus ojos duros y tiznados se han puesto tiernos y suplicantes, para preguntarme:

-¿Cuando llegue a casa puedo contárselo a mi padre?

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Transparencia incómoda https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78331/transparencia-incomoda/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78331/transparencia-incomoda/#respond Sat, 23 Dec 2023 09:45:22 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78331 Continuar leyendo "Transparencia incómoda"]]> Transparencia incómoda
Parte de la bancada durante el pleno en la Asamblea de Madrid, a 22 de diciembre de 2023, en Madrid / Europa Press

Casi pasó desapercibida, de puntillas. Como saben ustedes, una proposición de ley tiene como peculiaridad poder ser presentada por su autor sin muchos rodeos, básicamente sin tener que escuchar ni hablar con nadie. Si a este caldo le añades una ración de tramitación de urgencia y como aliño, un debate plenario el día del sorteo de Navidad, resulta un cocido perfecto. Perfecto para una indigestión. Sí, ayer tarde en el Parlamento madrileño se aprobó una reforma de calado en la ley de transparencia y participación ciudadana autonómica para reconvertir la autoridad colegiada de control en esta materia en un órgano unipersonal elegido por mayoría absoluta de la cámara. Algunos se consuelan pensando que, al menos, se ha subsanado el desatino inicial que planteaba que el presidente del Consejo de Transparencia y Participación Ciudadana, a quien competerá a partir de ahora también la máxima supervisión en materia de protección de datos, fuera elegido directamente por el Ejecutivo, que era así como figuraba en la propuesta inicial.

Por el camino, el Parlamento ha recuperado su designación, pero hemos pulverizado no solo su composición colegiada, lo que en sí mismo es una fórmula de control al exigir el acuerdo de varias personas y no la decisión de una única, sino también la mayoría de tres quintos que antes se requería para la elección de sus miembros. La mayoría absoluta que de ahora en adelante se exigirá, coincide actualmente con la que posee en la Asamblea el partido que gobierna en la comunidad, por si alguien no encuentra explicación a tal aparente generosidad. Y luego, para remate, está lo relativo al régimen sancionador en esta materia. Inédito lo era el actual, y así seguirá siendo al remitir ahora la ley modificada al de buen gobierno de la legislación estatal.

Hemos empezado este artículo con una receta de cocina para acabar con una necrológica. Bonita manera de despedir el año, pensarán. Pues sí. Como diría un analista financiero, lo peor de todo no es el caso, sino la tendencia, ya que estamos dibujando en esta segunda parte del año una estampa ciertamente funesta en lo que se refiere a nuestras instituciones e instrumentos de fiscalización en materia de transparencia.

El valor de la independencia no pasa por sus mejores momentos si encomendamos estas funciones tan decisivas a personas nombradas por los gobiernos que deben controlar. No es ya una sospecha sobre su honestidad ni tampoco sobre su profesionalidad, sino la mínima cautela que deberíamos aplicar si queremos que tales personas actúen con la objetividad que se espera de ellas.

No basta con poseer experiencia y prestigio reconocido, una expresión que últimamente ha aterrizado en el terreno litigioso. Hay que procurar a toda costa que las personas que ocupen estas magistraturas gocen de un espacio ausente de posibles influencias que garantice, como antes se decía, su rectitud. Y he dicho "como antes se decía" porque pronunciar palabras como rectitud o ejemplaridad, suenan hoy del todo decimonónicas y nos hacen sentirnos hasta carcas. Malos tiempos para tanta virtud.

La suerte en forma de lotería llegó ayer, otro año más, bien repartida, como las malas noticias cuando hablamos de transparencia. Ayer era la Comunidad de Madrid, pero ¿por qué no fijarnos en el incumplimiento progresivo por parte del Gobierno de España de las resoluciones del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno o en la creciente litigiosidad contra sus pronunciamientos? O en la extracción política de los tres miembros del recién creado Consejo de Transparencia castellano-manchego, todos ellos ex vicepresidentes de diputaciones provinciales de la región. Ya no digo nada si giramos la mirada hacia Islas Baleares, a punto de suprimir su Agencia antifraude y recién blindado el acceso a las declaraciones de patrimonio de sus altos cargos.

Miren, hay que preservar la transparencia de las amenazas y ataques a las que está siendo sometida, y alejarla del terreno partidista para impedir que sea un arma arrojadiza en el debate político, en el que gobiernos y partidos de la oposición se alternan en rigurosa cronología a la hora de exigirla o de negarla. Y donde antes fueron defensores acérrimos, se convierten en olvidadizos patológicos en un eterno bucle.

¿Por qué nos cuesta tanto incorporar las buenas prácticas y, en cambio, aprendemos tan rápido de las peores lecciones? No podemos capturar las instituciones, especialmente aquellas que más necesitamos por la vigilancia que ejercen. Su independencia fortalece nuestra democracia. No puede existir un buen gestor que desee la comparsa o el jabón de quienes tienen la solemne tarea de advertirnos de nuestros errores y descuidos. Lo que necesitamos es su rigor, experiencia y capacidad, ambas tres imprescindibles. Dejemos de amordazar la transparencia y permitamos que el incómodo escrutinio que ésta propicia, nos convierta en personas más virtuosas.

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Vértigo Europeo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78300/vertigo-europeo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78300/vertigo-europeo/#respond Sat, 23 Dec 2023 05:55:55 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78300 Continuar leyendo "Vértigo Europeo"]]> Vértigo Europeo
Imagen de archivo de varias banderas de la Unión Europea/ Europa Press

En un momento inicial de la colosal serie documental G.E.O Más allá del límite, que abre las puertas al proceso de entrenamiento y selección de los GEOs españoles nos cuentan las desventuras de los primeros cien seleccionados para ser, quizás, un día, agentes de este cuerpo especial.

Los primeros dos capítulos son básicamente una serie de pruebas para conseguir que los candidatos desistan con momentos maravillosos en los que los oficiales les gritan a los candidatos que no pasa nada por marcharse, que no es ninguna humillación volver a casa tranquilamente mientras intentan sobrevivir a las temperaturas del rio Tajo de madrugada y en calzoncillos.

Pero esa no es la peor prueba que tienen que pasar porque después de sacarlos de madrugada a bañarse en un río de agua helada, en vez de devolverlos a sus camastros... Les hacen ver Europa, de Lars Von Trier.

Con esto quiero decir dos cosas. La primera es que no valoramos la potencia de cierto cine de autor europeo cuando se usa como herramienta para romper personas a altas horas de la madrugada. La otra es que Europa es un asunto complicado que podría hacer que uno abandonara sus sueños.

Las próximas elecciones europeas no son cualquier cosa. Si nos fijamos en los acontecimientos de las últimas semanas podemos verlo con mayor claridad, porque esta semana han pasado muchas cosas importantes en la Unión Europea.

Se ha abierto ya de manera fuerte el debate sobre las reglas fiscales, que es el debate sobre la vuelta o no de las políticas de austeridad y la condición estructural de la Europa del COVID o la vuelta al neoliberalismo. Ese debate se enreda de manera evidente con el de las fronteras y el asilo. Sobre ese asunto ha habido acuerdo y el acuerdo es terrorífico. Baste decir que la primera persona que salió en España a celebrarlo es Jorge Buxadé, representante de Vox en el parlamento Europeo.

No son dos asuntos separados. La vuelta de la vieja austeridad y el endurecimiento de la vida de millones de personas migrantes en el continente forma parte de una división del trabajo muy evidente. Se intensifica (nunca se fue) la relación entre violencia, frontera y austeridad.

Otro asunto Europeo: ¿Qué hacía Elon Musk participando en el encuentro de los Hermanos de Italia junto a Meloni? Estaba apostando por una determinada Europa.

Esa misma semana, Thierry Breton, Comisario Europeo de Mercado Interior , anuncio que se iniciaban procesos de multas millonarias contra X. La alianza Meloni-Musk se explica desde ahí. Una nueva Europa que defienda los monopolios digitales de odio y fake news.

¿Quién más estaba en el encuentro? Abascal y Rishi Sunak, primer ministro británico, que hace apenas unas semanas decía que ya no aceptarían los mínimos de los derechos humanos precisamente en relación a las fronteras.

Mientras todo esto pasaba Emmanuel Macron iniciaba una ley de inmigración tan dura que ha partido su propio grupo en el parlamento Francés. Una ley que es una respuesta a una encuestas que de cara a las elecciones europeas dan como primera fuerza con mucha distancia a Reagrupamiento Nacional, la fuerza de Le Pen.

¿Qué tenemos a la izquierda? Por supuesto está por ver, pero diría que una triple crisis de indefinición y problemas diversos.

Por un lado el ocaso de las fuerzas políticas del ciclo antiausteritario, con Siryza a la cabeza. La gran esperanza griega es hoy un cúmulo de escisiones. Podemos se encuentra en una situación no menos crítica, jugando todo a una carta que hoy por hoy tiene más que ver con su propia reproducción como fuerza política que con la pelea Europea en sí. Los espacios post comunistas como Die Linke en Alemania tienen su propia crisis con una escisión de tipo rojipardo y anti migración que se estrenará, precisamente, en las Europeas.

Finalmente, los espacios verdes no viven tampoco su mejor momento. Las formaciones más fuertes sufren desgaste tanto por la guerra de Ucrania, que sigue siendo un elemento central en la Europa que linda con el frente, como por las tensiones (especialmente en Alemania) que ha traído la situación palestina al conjunto de partidos de la izquierda.

En ese contexto, el debate entre Pedro Sánchez y el presidente del Partido Popular Europeo adquiere relevancia porque lo que se juega es la alianza de la derecha y la extrema derecha frente a un Sánchez intentando hacer el boca a boca a una Socialdemocracia Europea que mira a España con esperanza, lo cual da cuenta también de su debilidad.

Sumar aparece en ese espacio con la potencia de una incógnita. No puede resolver el conjunto de las posiciones en el continente, pero ocupa un lugar que recoge alguno de los mejores elementos de las tres tradiciones democratizadora europeas: La sindical/Laborista, la anti austeritaria y la verde. Cualquier propuesta de Sumar para las Europeas debería pasar no sólo por la conformación de una buena candidatura, sino también y sobre todo, de la construcción de un campo político propio que se ponga como objetivo recuperar una vieja palabra: el internacionalismo. En ese sentido, la idea de una Internacional Climática merecería la pena ser explorada.

Hay ya una internacional del odio con sedes de gobierno en Israel, Hungría, Italia y Argentina. Hay también una internacional de la esperanza en la lucha contra el genocidio israelí y en la resistencia popular argentina que apenas comienza.

Durante el ciclo las contracumbres globales y el movimiento contra la guerra de Iraq de hace veinte años dicho internacionalismo no existía, pero si existía una idea de Europa que se sentía común y que se fundaba en luchas concretas y movilizaciones constantes con una idea común. Hay algo de ese espíritu que merece la pena recuperar. Quizás eso es lo primero que tenemos obligación de construir, una idea común europea basada en luchas, conquistas, organizaciones civiles y políticas.

La alternativa es encontrarnos pelados de frío en un río a las cuatro de la mañana sabiendo que luego toca ver Europa, de Lars Von Trier.

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Loli alguna vez tuvo suerte https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78301/loli-alguna-vez-tuvo-suerte/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78301/loli-alguna-vez-tuvo-suerte/#respond Sat, 23 Dec 2023 05:15:21 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78301 Continuar leyendo "Loli alguna vez tuvo suerte"]]> "Tú también tienes que ver
que nunca tengo mi papel.
Nube gris, riega todo el jardín,
todo el jardín,
todas las flores que no probé"
Valiente
Vetusta Morla

El día que Érica me contactó supe que teníamos ante nosotras una gran historia. Su abuela, Manuela Martín Quijada, más conocida como Loli, había sido trabajadora sexual. Más tarde supimos que, además, había dedicado gran parte de su vida al tráfico de drogas. Loli había crecido en Moratalaz, Madrid, pero anduvo de acá para allá. Gran parte de su vida la pasó en Bilbao, en mi barrio, en San Francisco. Érica me contactó después de leer Lunática, el libro en el que cuento cómo se gestó una huelga de prostitutas en 1977 a partir de la muerte en prisión de la joven María Isabel Gutiérrez Velasco.

Pensó que era muy probable que su abuela y mi protagonista se conociesen. No hemos encontrado ninguna evidencia, pero, tras algo más de un año siguiendo las huellas de Loli, sabemos que es más que probable. Al menos, ambas vivieron en el mismo barrio, se dedicaron al mismo oficio y fueron víctimas de las mismas leyes de represión franquistas. Ni Loli ni María Isabel cumplieron nunca con el ideal de mujer que impusieron la dictadura y el nacionalcatolicismo.

La primera pista que encontramos de Loli la hallamos en Santander, la ciudad en la que creció María Isabel. Es una sentencia publicada en el Boletín oficial de la provincia de Santander, de diciembre de 1972. Entonces, Loli tenía 25 años. El juez declara que está más que probado que se dedicaba al ejercicio de la prostitución y que tenía "mala conducta". Cuentan que era una mujer "de constitución normal" y que, "sin defecto físico ni psíquico, ni enfermad orgánica alguna" se venía "dedicando últimamente a la prostitución, careciendo de otros ingresos que no sean los que obtiene del comercio carnal con su propio cuerpo".

El Ministerio Fiscal entendía que Loli ejercía habitualmente la prostitución, supuesto que se recogía la ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, por lo que solicitó su "internamiento en un establecimiento de reeducación para un año" –en teoría, en Alcázar de San Juan, Ciudad Real, hubo uno para prostitutas–; "sumisión a la vigilancia de los delegados y prohibición de frecuentar los bares de la calle San Pedro de Santander"" –la calle en la que se ha ejercido tradicionalmente la prostitución en la ciudad– "por tiempo de tres años".


Pero Loli alguna vez tuvo suerte.

El juez entendió que, efectivamente, era una mujer de mala conducta, pero alegó que no entendía que "del simple hecho del ejercicio de la prostitución brote inevitable e inseparablemente la peligrosidad social". Argumentó que, más allá de demostrar que era trabajadora sexual, debía poder argumentarse que era un peligro para la sociedad. Loli tuvo suerte, sí: fue absuelta.

Es probable que no tener "defecto físico ni psíquico, ni enfermedad orgánica alguna" le ayudase. Esta valoración era parte del trabajo de los médicos forenses adscritos a los juzgados de Peligrosidad Social. Había que llevar a cabo una "investigación antropológica, psíquica y patológica del sujeto a expediente, mediante dictamen pericial médico".


Bartolomé Nadal Moncadas, por ejemplo, era el médico forense del juzgado de Peligrosidad y Rehabilitación Social de Palma de Mallorca. En una entrevista con el profesor Andrés Nadal Cristóbal aporta algunas claves imprescindibles para entender cómo funcionaba esta ley. Él dice que "si bien en un principio había sido una ley que había intentado la rehabilitación, finalmente se convirtió en una ley punitiva". Cuenta, además, que era utilizada para aumentar la dureza de las penas: "Se aplicaba junto a los cargos de pequeños robos o pequeños delitos repetitivos, por los cuales no se podía procesar casi a los delincuentes".

En teoría, esta ley no contemplaba penas, sino medidas de rehabilitación. En teoría, se decretó la apertura de diferentes centros especializados en cada una de las conductas perseguidas, en diferentes rincones de la geografía del Estado español. Nadal cuenta que "era una ley especial que sometía a una rehabilitación en lo que se llamaban casas de templanza pero como estas no existían, aunque la ley las contemplaba, la supuesta rehabilitación se hacía en la cárcel".

"Técnicamente no era una condena, sino una rehabilitación, pero en la práctica se estaba recluido en la cárcel. Esto daba mucho miedo a los delincuentes, surgiendo la expresión me han aplicado la gandula como derivación de vago, gandul, gandula, en suma ley de Vagos y Maleantes de gran tradición, sustituida por la de Peligrosidad". En el preámbulo de la ley de Peligrosidad Social, abolida en 1995, se recogía que la aspiración era "corregir a sujetos caídos al más bajo nivel moral. No trata esta Ley de castigar, sino de proteger y reformar". Menos mal que, aquel día, Loli tuvo suerte.


Después, todo fue a peor, la verdad. Mientras esperaba la resolución del juicio estuvo en libertad condicional, aunque pasó los primeros días en prisión. No fue la primera vez que estuvo presa, ni mucho menos. Pero no quiero hacer ningún spoiler. Si queréis conocer más detalles de sus buenas y malas fortunas, lo hemos contado en Lunáticas. Es una serie de cinco capítulos del podcast De eso no se habla, de Isabel Cadenas Cañón, en coproducción con Producciones del KO.

 

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Criticar no es señalar https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78237/criticar-no-es-senalar/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78237/criticar-no-es-senalar/#respond Sat, 23 Dec 2023 05:01:44 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78237 Continuar leyendo "Criticar no es señalar"]]> Estatua representativa de la Justicia.- Pixabay
Estatua representativa de la Justicia.- Pixabay

En los últimos días hemos escuchado a ciertos miembros del poder judicial quejarse de haber sido señalados por portavoces parlamentarios del Congreso y del Senado. Sorprende que personas a quienes suponemos tan doctas en términos jurídicos e informadas en el contexto social e histórico no acierten a diferenciar el señalamiento de la crítica.

Las y los magistrados, cuyas voces han sido multiplicadas con el altavoz entusiasta de muchos medios de comunicación, deben tener la memoria reciente muy difuminada. Parecen no recordar que en este país hace apenas un par de décadas te señalaban dibujando una diana en la puerta de tu casa, o con una pintada en la calle, o desde algún pasquín o una carta sin firma, pero con sello. Cuando esto sucedía, sabías sin ningún género de duda que una banda terrorista había puesto su ojo criminal en ti y te había sentenciado de muerte.

Quienes se quejan de ser señalados y sus voceros no recuerdan tampoco la memoria de nuestros padres y abuelos. La historia de este país que nos cuenta como la posguerra se trazó con el terror a los señalamientos, a las delaciones y a las denuncias. Cualquier miembro del régimen autoritario podría hacer recaer sobre los otros la represión, la pobreza, la cárcel y hasta la muerte. Igual sucedió en la Alemania nazi contra los judíos, y en tantos momentos históricos de crueldad, dictaduras y fascismo.

Lo que ocurre ahora, estemos de acuerdo con ella o no, es pura crítica. Se trata de la expresión libre y consciente de representantes de la soberanía nacional cuya obligación es, entre otras, la vigilancia y el contrapeso a los otros poderes del estado para mantener el justo equilibrio democrático. Conviene saber en estos tiempos de exaltación constitucionalista que absolutamente nadie ni nada está exento de principios básicos de control y de sujeción a los mandatos de la misma. Ningún sujeto político, ni siquiera un partido, por mayoritario que sea, puede permitirse no renovar el órgano administración de los jueces (art. 122CE). El Gobierno y sus miembros, los parlamentarios, los jueces, todos y todas gozan de independencia en el ejercicio de las funciones relativas a su cargo, pero en ningún caso de inmunidad ni mucho menos de impunidad.


De hecho y con relación al asunto que nos ocupa, recordemos que los jueces y las juezas también pueden prevaricar, actuar políticamente al servicio de partidos y cometer así lo que conocemos como lawfare. Caben pocas dudas cuando ahora mismo hay un juez en la cárcel como consecuencia de la operación que intentó apartar a Victoria Rosell de su vida política, para la que había sido elegida democráticamente. Decirlo no es atacar ni a todos los jueces ni a la judicatura como institución. Incluso afirmar que hay sentencias injustas en el día a día, poner nombres y apellidos a quienes dijeron que veían jolgorio en una violación grupal no es señalar, sino ejercer el derecho a la información, a la reflexión, y fortalecer nuestro sistema. Y eso no es señalar, como no lo es tampoco expresar un desacuerdo con la acción de gobierno o con el trabajo de los y las parlamentarias, los periodistas o cualesquiera otros actores de la vida pública.

No se ha señalado a los jueces y ellos lo saben. Lo saben como tienen la certeza de que saldrán a la calle todos y cada uno y no tendrán miedo a que nadie ejerza violencia contra ellos, violencia organizada, poderosa, peligrosa, violencia de estado o de particulares. Ellos podrán ir o no a comparecer al Congreso si se propone, se aprueba y desean hacerlo. Ellos podrán leer un artículo como este y no gustarles, podrán ver sus sentencias recurridas y hasta anuladas, podrán seguir soportando la vergüenza colectiva de tener su órgano de gobierno caducado, pero ellos y ellas para satisfacción de todos y como orgullo para nuestra democracia ni son ni serán señalados.

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Licor de fruta https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78255/licor-de-fruta/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78255/licor-de-fruta/#respond Thu, 21 Dec 2023 19:25:22 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78255 Continuar leyendo "Licor de fruta"]]> La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (c), el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante la cena navideña del Partido Popular de Madrid. EFE/ Sergio Pérez
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (c), el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante la cena navideña del Partido Popular de Madrid. EFE/ Sergio Pérez

Hace algo menos de un año que Isabel Díaz Ayuso, por decisión personal del Rector de la Universidad Complutense Joaquín Goyache, fue distinguida con el nombramiento de alumna ilustre. Goyache, quien no contó con la Junta de la Facultad de Ciencias de la Información para tomar esta decisión como suele ser costumbre, explicó que su propuesta se debía a que Ayuso es la primera alumna licenciada en periodismo que alcanza la condición de presidenta de una comunidad autónoma. No le importó que la presidenta, quien para entonces llevaba tres años y medio ejerciendo como tal, hubiera incurrido en toda una serie de actuaciones difícilmente compatibles con ese reconocimiento por parte de una institución académica pública que se dice de prestigio. Una universidad como la Complutense debería promover la ética, el conocimiento científico, la defensa de la convivencia democrática y de lo público. El personaje político de Isabel Díaz Ayuso se sustenta contra todos y cada uno de estos valores, por lo que resulta incomprensible e imprudente la decisión del Rector de la Complutense, que el afán de la presidenta por ocultar su expediente académico ha vuelto a traer a la actualidad. Veamos.

Recordemos que la gestión de la pandemia tuvo como efecto colateral la obtención por parte del hermano de la presidenta de una comisión por la venta de mascarillas. Que no se apreciara delito en la comisión percibida por Tomás Díaz Ayuso no la legitima. Es imposible olvidar las palabras del defenestrado Pablo Casado: "La cuestión es si cuando morían 700 personas al día se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros". También durante la pandemia, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso aprobó los "protocolos de la vergüenza",  por los cuales 7.291 personas murieron sin ningún tipo de asistencia. Estas dos informaciones juntas -ignorando otras muchas que podríamos invocar, desde la construcción del Zendal a los recortes posteriores en atención primaria- ponen de manifiesto que Isabel Díaz Ayuso es un tipo de dirigente política que no toma en consideración principios éticos en el ejercicio de sus responsabilidades. Reconocerle la condición de ilustre a alguien con semejantes credenciales es una temeridad.

Por otra parte, Isabel Díaz Ayuso se vanagloria de negar la emergencia climática -a la que ha caracterizado públicamente de "gran estafa"- y de desarrollar políticas abiertamente contrarias a la evidencia científica. En su línea frívola y populista, llegó a anunciar en un debate electoral, como medida para combatir las altas temperaturas, colocar plantas en los balcones. Tres meses antes de que Goyache la nombrara alumna ilustre, Ayuso había afirmado: "Desde que la tierra existe, desde el origen, ha habido siempre cambio climático, ciclos. Nosotros tendremos que poner medidas para paliarlo, pero no pueden seguir contra la evidencia científica única y exclusivamente porque siempre tienen detrás en su cabeza el comunismo".

Si la negación del conocimiento y los consensos científicos no fue óbice para que el rector de una universidad pública considerara que Ayuso merecía ser reconocida como alumna ilustre, tampoco lo fue la ausencia manifiesta de principios éticos en la adopción de sus decisiones políticas en un contexto de emergencia pandémica. Lo mismo sucede con el metódico empeño que la presidenta de Madrid pone en beneficiar a medios de comunicación a través de las subvenciones a periódicos y webs con una orientación afín a sus políticas, o en su afán de controlar la televisión pública o en difundir mentiras, bulos y desinformación desde su cuenta en la red social X (Twitter).


Antes de los cuarenta bebés decapitados o la insinuación de que puede existir algún vínculo entre la prohibición de fumar en terrazas y el consumo de fentanilo -por mencionar dos de sus hits más sonados en los últimos tiempos-, Ayuso ya presentaba un abultado currículum en la producción de bulos, acusaciones falsas y diversas formas de manipulación informativa. El reconocimiento de "alumna ilustre" a una persona que utiliza la mentira como eje de su discurso, manda un mensaje muy extraño a los alumnos y alumnas de periodismo de la Universidad en la que estudió. ¿Qué pretendía Goyache, que la tomaran de ejemplo? No puede existir democracia real allí donde el discurso público se cimienta en la manipulación informativa y la mentira. Ayuso no juega limpio nunca y, cuando es acorralada y sus falacias se ponen en evidencia, la presidenta suele responder con un insulto, un señalamiento o un gesto displicente. Ayuso tampoco tolera la crítica, y si no que se lo digan al Ateneo de Madrid, que se acaba de quedar sin subvención autonómica porque su presidente, Luis Arroyo, dice cosas en privado que no son del agrado de la alumna ilustre de la Complutense. Con relación a estas cuestiones, Ayuso no exhibe un comportamiento presentable, salvo que consideremos que el insulto en democracia, la mentira o la arbitrariedad son cosas que conviene promover y premiar porque todo vale para ser presidenta de una autonomía, un partido político, el gobierno de España o, por decir algo, rector de universidad.

Por último, Isabel Díaz Ayuso, como sus predecesores en el cargo, se ha caracterizado por desarrollar políticas que tratan de contraer los servicios públicos y potenciar la actividad privada en materia sanitaria y lo que, al ser la Complutense una universidad pública, resulta todavía más sangrante: el ámbito de la educación. Dejando a un lado las enseñanzas obligatorias o las becas cayetanas -de las que ya hemos hablado en el pasado-, si nos centramos únicamente en las enseñanzas universitarias, debemos recordar que Madrid concentra la mitad de todas las universidades privadas del Estado. Hoy por hoy, en Madrid hay trece universidades privadas frente a seis públicas, una de las cuales premia a Ayuso porque, según parece, ser presidenta de una autonomía, el hecho en sí, importa más que el cómo se ejerce esa responsabilidad, con qué costes para los intereses de las mayorías sociales, de la institucionalidad y, ya que estamos, de la propia universidad que distingue a Ayuso por su "mérito individual" sin que le importe un pimiento todo lo demás. Desde 2019, se han aprobado cinco universidades privadas promovidas por la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús, el Opus Dei -del que hablamos estos días a cuenta del anuncio de Navidad- la Banca y el Grupo Planeta. Antes de las autonómicas que dieron a Ayuso la mayoría absoluta, un centro adscrito a la Universidad Camilo José Cela fue transformado en una universidad privada a través de un proyecto de ley en lectura única. Es decir, una academia logró el reconocimiento de universidad a través de un procedimiento lleno de irregularidades con el consiguiente beneficio para sus valedores y en detrimento del ecosistema universitario madrileño, que las privadas merman la ya muy dañada capacidad de competir de las públicas.

Ayuso va a reformar el Consejo de Transparencia para, entre otras cosas, evitar que conozcamos qué notas obtuvo en la carrera que estudió en una universidad cuyo rector la ha nombrado "alumna ilustre" por pasar de CM de un perro a presidenta de comunidad. La decisión de Goyache solo puede entenderse como el reconocimiento a un caso de "éxito personal". ¿Se les indigesta? Pues, ya saben, licor de fruta.


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Los dilemas de la economía china para 2024 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78133/los-dilemas-de-la-economia-china-para-2024/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78133/los-dilemas-de-la-economia-china-para-2024/#respond Thu, 21 Dec 2023 05:43:12 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78133 Continuar leyendo "Los dilemas de la economía china para 2024"]]> Museo que conmemora el Tercer Congreso del Partido Comunista (PCCh) en Cantón, China.
Museo que conmemora el Tercer Congreso del Partido Comunista (PCCh) en Cantón, China. EFE/Jesús Centeno

Los días 11 y 12 de diciembre tuvo lugar en Beijing la Conferencia Central de Trabajo Económico, la reunión de más alto nivel en esta materia que marca el rumbo de la economía china, dando del tono principal de los objetivos de política en este orden a ratificar formalmente por la Asamblea Popular Nacional en su pleno de marzo próximo.

El encuentro ha estado precedido del recorte anunciado por la agencia Moody's a primeros de este mes de diciembre de su perspectiva para la calificación crediticia de China de "estable" a "negativa", citando riesgos de una desaceleración de la economía, el aumento de las deudas de los gobiernos locales y una continua caída en el mercado inmobiliario. Además, también rebajó sus perspectivas crediticias para Hong Kong y Macao de "estable" a "negativas", citando los estrechos vínculos políticos, institucionales, económicos y financieros de los territorios con China.

La rebaja de las perspectivas fue la primera desde 2017, lo que refleja la visión pesimista de la agencia sobre las crecientes deudas de China y los efectos en sus perspectivas económicas.

Igualmente, rebajó los pronósticos de crecimiento para el próximo año y 2025 al 4%, en comparación con el objetivo de crecimiento anual del gobierno chino de alrededor del 5% para este año. La agencia estimó su crecimiento promedio para China en alrededor del 3,8% para 2030, lo que implica una perspectiva igualmente pesimista para la economía china en el largo plazo.


Según el FMI, la economía china crecerá un 5,4% este año, bajando al 4,6% en 2024, debido a la "debilidad continua" del mercado inmobiliario y de la demanda externa. Por su parte, la agencia S&P sugiere que el crecimiento podría caer al 2,9% en 2024, especialmente si la crisis inmobiliaria empeora.

El contraste con el tono de la Conferencia Central de Trabajo Económico no podría ser mayor. Sin júbilo y exhibiendo un enfoque más moderado, en ella se ha reconocido tanto los avances como los desafíos, incluyendo "la falta de una demanda efectiva, el exceso de capacidad en algunos sectores, las expectativas sociales mediocres, ciertos riesgos y problemas ocultos y los cuellos de botella en la circulación interna, así como la creciente complejidad, gravedad e incertidumbre del entorno externo".

Para seguir promoviendo la recuperación y el avance económicos, reconoce que las expectativas y la confianza son relevantes. Las proyecciones internacionales apuntan a la baja. Por el contrario, en Beijing, se ha hecho hincapié en "garantizar que los resultados finales se ajusten a las intenciones del Comité Central del PCCh". Por otra parte, la insistencia en la eficacia de la labor económica es una llamada a capítulo muy especial a los gobiernos y departamentos locales, quienes "no deben quedar rezagados" en cuanto al cumplimiento de los objetivos. La presión en este sentido, en un año determinante para el balance final del plan quinquenal vigente, se antoja crucial.


En la conferencia se ha destacado, sobre cualquier otra consideración a futuro, la trascendencia de la innovación científica y técnica, llamada a "liderar el desarrollo de un sistema industrial moderno". En la reunión se instó a fomentar la innovación industrial a través de la ciencia y tecnología y, en particular, a forjar nuevos sectores, modelos y motores con adelantos disruptivos y de vanguardia. El gasto en I+D de China llegó a los 3,09 billones de yuanes (430.000 millones de dólares) en 2022 desde el billón en 2012, según el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Otros puntos destacados se refieren a la necesidad de ampliar la demanda interna, profundizar la reforma en áreas clave, expandir la apertura de alto nivel, la prevención y solución de riesgos en áreas clave, no descuidar la atención a la agricultura, zonas rurales y agricultores, promover la integración urbano-rural y el desarrollo regional coordinado, el medio ambiente o las condiciones básicas de vida.

En lo político, la prevención de los riesgos sistémicos es la tarea principal para asegurar la estabilidad. En la reunión se mencionaron los riesgos del sector inmobiliario, las insolvencias de las administraciones locales y la crisis de las instituciones financieras como puntos negros más delicados a seguir afrontando con decisión.


El mensaje que traslada esta conferencia es la convicción de que, en efecto, China atraviesa un periodo crítico de desarrollo económico marcado por el tránsito de una economía de escala a una de alta calidad. Para cualquiera que haya experimentado una etapa de rápido crecimiento, su velocidad de avance volverá a un nivel moderado pero, se insiste, la previsión de crecimiento girará en torno al 5%, manteniéndose el objetivo de duplicar el tamaño de la economía para 2035.

El liderazgo integral del Partido se ha destacado como clave para expandir la economía. Y aunque dicho axioma es a menudo interpretado en el exterior como una manifestación de una clamorosa contradicción que abunda en la insostenibilidad del modelo a medio plazo y que, a la postre, al evitar la liberalización de las fuerzas del mercado y del sector privado y favorecer la primacía de la seguridad y el control, sitúa la economía china en fase descendente, nada indica que se vaya a abandonar. Al contrario.

Ello no impide al PCCh reconocer que su complementariedad es decisiva. De hecho, el 27 de noviembre, el Consejo de Estado dio a conocer su Aviso sobre el fortalecimiento de las medidas de apoyo financiero a la economía privada, que incluía una variedad de medidas para reactivar dicho sector. Se centraba especialmente en ámbitos como la innovación tecnológica y la asistencia a las pequeñas y medianas empresas. El plan aumentaría la disponibilidad de préstamos para empresas privadas, reduciría las tasas de interés y utilizaría herramientas financieras como bonos para aumentar la cantidad de crédito abierto a empresas privadas.

Aunque las dificultades, internas y externas, son muchas y no faltarán nunca los augurios tremendistas, lo más probable es que China prosiga la senda de la recuperación pospandémica. Y el carácter diferencial de su modelo frente a la absoluta prevalencia del mercado en las economías de Occidente representa su mayor ventaja estratégica.

Ese, y no otro, ha sido el modelo que le ha permitido a China pasar de ser la 32ª potencia económica del mundo en 1978 a la segunda actualmente. Es de suponer que nuestra insistencia en que cambie radicalmente ese modelo -que hasta ahora le ha funcionado- se debe a que queremos facilitarle el camino para que se convierta en la primera. ¿O quizá no?

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El recuento inhumanitario y la obscena Ley de Talión https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78192/el-recuento-inhumanitario-y-la-obscena-ley-de-talion/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78192/el-recuento-inhumanitario-y-la-obscena-ley-de-talion/#respond Thu, 21 Dec 2023 05:05:06 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78192 Columnas de humo en Gaza tras el impacto de los misiles israelís - EFE/EPA/ABIR SULTAN
Columnas de humo en Gaza tras el impacto de los misiles israelís - EFE/EPA/ABIR SULTAN

Las víctimas invalidan la noción de victoria, al mostrarlas como fruto de la insania que considera a otros seres humanos objetivos bélicos o "efectos colaterales". Tanto da. El asesinato en masa de los gazatíes ha borrado la diferencia entre ambos conceptos.

La población civil palestina, en su conjunto, está siendo masacrada como respuesta a los ataques terroristas del 7 de octubre. La desproporción es tal que, más allá de un escarmiento, Israel está dejando claro que aplicará la Ley del Talión con desmesura, saña e impunidad. Limitarnos a enumerar los "muertos" es (como lo sería en el caso del terrorismo islamista) hacer propaganda, publicitar una amenaza criminal.

La muerte de un solo niño, judío o palestino, habría bastado para parar esta masacre. Si se le pone nombre, familia y biografía, supone una tragedia de idéntico peso que los miles (cualquier cifra es una conjetura o un infundio, ambos a la baja) de menores gazatíes, de civiles masacrados hasta ahora.

No basta con enumerar las víctimas. Hay que contarlas en otro sentido. No importa su número tanto como sus proyectos de vida, personales y colectivos. Importa lo que aquella niña era y hacía antes de ser mutilada. Importan las esperanzas que la alentaban mientras respiraba, siempre bajo un cielo de plomo.


Un gazatí de 17 años ha podido haber sufrido unos ocho bombardeos: en 2006, 2007-08, 2012, 2014, 2019, 2021, 2022 y 2023[1]. Creció preso, sin salir de una celda de 365 kms cuadrados. Y ha vivido estigmatizado por un régimen de apartheid que recorta los derechos del 20% de la población por su religión o etnia. Ahora, ni siquiera le reconoce el derecho a la vida.

Pero las niñas palestinas que nos muestran muertas o agonizantes no renunciaron nunca, ni un solo día, a su liberación. Arrojaron piedras a sus carceleros. Soñaron entre rejas. Cantaron, jugaron y amaron en un campo de refugiados, que terminó siendo un calabozo hacinado.

Quien considere que el párrafo anterior justifica el terrorismo contra Israel o que apoya a Hamás no reconoce la condición humana de los niños palestinos. Las historias personales, enmarcadas en un futuro colectivo, confieren entidad a estas vidas cercenadas tan pronto y de forma tan obscena, con semejante crueldad e hipocresía.


Los estudios señalan una cobertura mediática desigual de las víctimas de conflictos precedentes entre Palestina e Israel. Por ejemplo, entre enero de 2021 y agosto de 2022, el 90% de las víctimas israelíes contaron con noticias que explicaban sus casos, frente al 74% de las víctimas palestinas. Fuera del periodo bélico, los muertos israelíes aparecen casi el doble (87,5%) que los palestinos (46,73%). Son datos extraídos de más de mil piezas informativas de doce medios españoles y catalanes.

Para sentir los muertos y contarlos como propios, es preciso enmarcarlos en la diáspora del pueblo palestino y en los crímenes de lesa humanidad perpetrados, incesante y repetidamente, contra él. Un mero recuento de cadáveres y heridos apenas deja clara la potencia criminal de la represalia. Certifica una venganza a gran escala que resulta impune y se esgrime como amenaza futura. La solución al conflicto se limita a consumar el escarmiento.

La pseudoinformación bélica actual aplica una contabilidad inhumanitaria, en el sentido de inhumare (enterrar). La avalancha cotidiana de números ensangrentados normaliza las cifras de los hasta ahora asesinados. Borra su identidad, los sepulta en el olvido y anuncia que otros muchos sufrirán su destino. Desde el inicio avisaron que la carnicería va para largo. Y no cesan de repetirlo.


No importa tanto el número de muertes como el relato de unas vidas insumisas, inasequibles a la diáspora y al encierro, al destierro y a la derrota. Los periodistas palestinos han quedado como únicos testigos para contar estas historias, pero es fácil tacharles de propagandistas de Hamas. En consecuencia, se les elimina. En solo dos meses murieron el mismo número (63) de periodistas que en 20 años de Vietnam (1955/75): 59 de ellos eran árabes y cuatro, israelíes.[2]

Israel impide entrar a los reporteros occidentales porque, seguro, alguno caería bajo el alud de bombas. Y, entonces, la muerte de, por ejemplo, una bella reportera norteamericana despertaría la indignación y la consiguiente presión de la opinión pública norteamericana sobre Joe Biden.

Este no es un conflicto de civilizaciones, ni étnico ni religioso, sino geoestratégico. Las elecciones en EE.UU. ofrecen incentivos para rebajar el apoyo a Israel. Si el representante estadounidense en la ONU sigue alzando el brazo (un gesto con una historia siniestra) para vetar el alto el fuego, le restaría votos a Biden. A no ser que este exterminio siga considerándose justificado.


Personificamos el sufrimiento de Palestina en las mujeres y los niños. Pero son tan víctimas como sus maridos y novios, sus padres y abuelos. Centramos el cómputo del terror en madres e hijos. Y su visibilidad es comprensible. Simbolizan, como nadie, la atrocidad a la que asistimos. Pero hay una razón adicional. No se les identifica como terroristas, como ocurre con los varones adultos que aún sobreviven en Gaza. ¿O sí?

Reconozcamos que, en el fondo, creemos que todo palestino, de cualquier edad y género, colabora de un modo u otro con la yihad. Sólo así se explica que asistamos impasibles a esta ignominia.

La guerra (anti)terrorista que se dijo "eterna" y se desató el 11-S ha impuesto el relato hegemónico que pretendían los dos fundamentalismos en liza: el islamista y el neoconservador, que se han extremado e impuesto a su versión laica. Hamás, por una parte, el integrismo sionista y el supremacismo judaico, por otra, han convertido a toda la población civil, la de Palestina y la de Israel, en efectivos y objetivos militares.


Asistimos a un terrorismo de estado, desplegado a gran escala, que combate a un pueblo sin estado. Y que, en su totalidad, se considera terrorista; incluidos los neonatos y los no concebidos. La pseudoinformación (esta propaganda bélica basada en números) define a todos los y las gazatíes como presuntos (y, por tanto, potenciales) terroristas. Sólo así se entiende que no detengamos esta matanza.

Las pantallas recuentan a quiénes mueren a diario como miembros o escudos de Hamás. De seguir vivos atentarán, hoy o mañana, contra Israel o aquí mismo. Son terroristas o los parirán. Y las madres, no contentas, los alimentarán, cuidarán y sanarán para enviarlos a la yihad. Cuidado, que este es también el relato de Hamás; pero sermoneado en positivo, con la retórica del martirologio. Atención, que ninguna guerra es santa, porque los discursos belicistas realimentan al demonio.

Ese es el subtexto frente al que prevenirse, la narrativa soterrada que sostiene esta atrocidad de cómputos necrológicos, ilustrados con imágenes intolerables. El resultado es la completa deshumanización de unas víctimas que se perciben no solo ajenas, sino enemigos a abatir. La criminalización se acompaña de empatía con las víctimas que se consideran propias; es decir, apropiadas.


La condena de los más de mil asesinatos y secuestros perpetrados por las Brigadas Ezzedin Al-Qasam en octubre es requisito obligatorio para escribir sobre este asunto. ¿Hace falta tacharlos de "intolerables", "injustificables", "repulsivos"... etc.? Pues lo hago, porque claramente lo son. Pero presentándolos así y como premisa obligada, sin contexto ni matices (tachados de justificaciones), los propagandistas de esta atrocidad nos sitúan en el kibutz, en la colonia o el asentamiento ilegal...

Sufrimos, pues y con razón, el conflicto en la piel de unos chavales y chavalas que, posiblemente votaban laborista, odiaban a Netanyahu y hacían una rave en la que podrían participar nuestros hijos. Pero así, señalamos al enemigo y escogemos bando. Así, toleramos la compra a Israel de armas y de tecnología de espionaje (ensayadas en Gaza y Cisjordania). Así, no exigimos el Boicot, la Desinversión y las Sanciones (BDS) contra Israel, que tanto minaron el apartheid en Sudáfrica.

Todo relato puede resumirse en una caricatura. Lo condensa de golpe. Y la ironía permite desvelar lo implícito, decir lo innombrable. Ocurrió con una imagen del Washington Post, que el pasado 6 de noviembre representaba a un líder de Hamás atado a niños, un bebé y una mujer con hijab. El título precisaba que, en lugar de explosivos, el terrorista se ceñía un cinturón de "escudos humanos".

La posterior retirada de la caricatura alcanza el nivel máximo de cinismo e hipocresía. Revela que Occidente ni siquiera reconoce y no puede mirar de frente la perversión de sus valores más básicos. Hemos generado una representación del mundo árabe e islámico tan obscena que resulta intolerable. No se puede hacer explícita. Resulta insoportable, incluso para quienes así justifican una limpieza étnica.

La devaluación de las víctimas palestinas (su valor es decreciente) se demuestra revisitando una imagen que en su tiempo resultó espeluznante. En 1974, Kim Phuc, una niña de nueve años fue fotografiada mientras escapaba, desnuda y llorando de dolor por el napalm que le quemaba la espalda. ¿Cuántas imágenes así, o más dramáticas, hemos visto ya?

La foto de Kim Phuc convocó las protestas contra la guerra de Vietnam. Fue un icono del pacifismo y el antimilitarismo del siglo xx. Entonces, apenas hacían falta más imágenes para denunciar otros cuerpos abrasados en tantos otros lugares. Mostraba los efectos de un ardor guerrero que, entonces, se tachaba de imperialista, colonialista y racista. Así, sin tapujos.

¿Por qué no aplicamos estos calificativos ahora? ¿Cómo podemos hablar de "legítima defensa" o, incluso, de "guerra" ante semejante desproporción de recursos y de víctimas? ¿Por qué un menor gazatí asesinado sólo nos provoca impotencia e indiferencia? Dentro de poco, hartazgo y miradas esquivas.

La historia de las Kim Phuc palestinas está siendo sepultada en un suma y sigue inacabable, en un recuento macabro de víctimas anunciadas, previstas y sin fin. En suma, el horror. Lo mismo que exclamaba Marlon Brandon en Apocalypsis Now (y antes Joseph Conrad, en el Congo).

Kim Phuc ejerce de embajadora de la UNESCO. Cabría soñar que sus trasuntos en Gaza liderasen una ONU capaz de imponer el alto el fuego y la entrada masiva de asistencia humanitaria. ¡Ya!

Pero la abundancia de imágenes cruentas es tal que los muertitos palestinos lograrían visibilidad como tiktokers si promocionasen, por ejemplo, ropa. A poder ser, de camuflaje. Encajar en el mercado, en este caso de hazañas bélicas, es prerrequisito de visibilidad. Anda que no hay testimonios terribles en las redes.

Pero Facebook censuró en 2016 la imagen de Kim Phuc por considerarla pornografía para pederastas. Como se lo cuento. El algoritmo detectó el rostro de una niña y una superficie de piel desnuda inadmisible. Bastó para borrar un mensaje con su imagen. Y lo sabemos porque era de un periódico de Noruega y así lo denunció su Primera Ministra[3].

Las plataformas digitales (por extensión, los medios) han banalizado la denuncia política por sobresaturación. Y la invisibilizan por razones comerciales. Han llegado a confundir el pacifismo con el porno. Censuraron a Phuc como harían con una socia de Nacho Vidal, porque su presencia ahuyenta a las grandes marcas.

La verdadera pornografía es la Ley del Talión hardcore que justifica una cultura de violación en masa. Es la viñeta del Washington Post: un palestino cualquiera, un terrorista. Su familia, escudos humanos. Los hijos: futuros terroristas. Las esposas, sus incubadoras.

La representación es tan despiadada y desalmada que funciona sin mostrarse. Hipócritas, no la reconocemos como propia. Y la censuramos con cinismo, después de publicarla.

Está ocurriendo y no lo estamos viendo, al contrario de lo que decía la CNN en los comienzos de este espectáculo. Insisto, sin piedad ni alma.

 Para leer este artículo en gallego...  

NOTAS

[1] Cifras aportadas por Razan Malash, citando a AlJazeera.

[2] Sherry Ricchiardi (2006). "Dangerous Assignment." American Journalism Review https://ajrarchive.org/Article.asp?id=4003&id=4003. Y "Journalist Casualties in the Israel-Gaza War." Committee to Protect Journalists (2023) https://cpj.org/2023/12/journalist-casualties-in-the-israel-gaza-conflict/

[3] Víctor Sampedro (2018). Dietética Digital para adelgazar al Gran Hermano, Icaria, Barcelona pp. 60-62. https://dieteticadigital.net/olvido-digital-y-amnesia-colectiva/

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Guerra legal contra la memoria (otra vez) https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78162/guerra-legal-contra-la-memoria-otra-vez/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78162/guerra-legal-contra-la-memoria-otra-vez/#respond Wed, 20 Dec 2023 05:42:34 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78162 Continuar leyendo "Guerra legal contra la memoria (otra vez)"]]> Entrada al Valle de Cuelgamuros. EUROPA PRESS/Gustavo Valiente
Entrada al Valle de Cuelgamuros. EUROPA PRESS/Gustavo Valiente

Un juzgado de Madrid acaba de ordenar la paralización de las exhumaciones en la basílica de Cuelgamuros. Otra vez. La anterior fue en el mes de octubre de este mismo año. Desde el año 2016, el proceso de recuperación de los restos humanos secuestrados en el monumento franquista se ha enfrentado a multitud de obstáculos, muchos de ellos de carácter judicial. Asociaciones de extrema derecha, con mucho dinero y mucho tiempo libre, se han dedicado a interponer un recurso tras otro para impedir algo que es de justicia: que los familiares de personas asesinadas durante la Guerra Civil y enterradas sin permiso en Cuelgamuros puedan recuperar los restos de los suyos y enterrarlos de forma digna.

Esta vez ha sido Abogados Cristianos quien han interpuesto el recurso. Lo hacen en nombre de la nieta de una mujer enterrada en las criptas. Las exhumaciones que se están llevando a cabo, dice Abogados Cristianos, vulneran la libertad religiosa porque "están removiendo cadáveres sin autorización de los familiares".  Además, "la mera necesidad de tener que realizar las pruebas de ADN a los cadáveres", afirman, "implica cierto grado de profanación". Me encanta, por cierto, la teoría de la profanación por grados. O profanas o no profanas: no se puede profanar un poquito solo, digo yo.

Del escrito de Abogados Cristianos se deduce que impedir que los familiares de personas asesinadas en la Guerra Civil, enterradas en fosas clandestinas, desenterradas sin permiso durante la dictadura y sin permiso reenterradas en un mausoleo que representa todo contra lo que luchaban aquellas personas no vulnera derecho alguno.

Y es que es obvio que, para Abogados Cristianos, hay muertos que tienen más derechos que otros. Los muertos católicos, apostólicos, romanos y franquistas tienen más derechos que los muertos republicanos (fueran católicos o ateos). El presidente de la muy franquista Asociación para Defensa del Valle de los Caídos comparte opinión cuando afirma que "el derecho a descansar en paz, con respeto y dignidad, no debe ser discriminado ni ignorado". Salvo que los muertos sean republicanos, se entiende. Entonces es lícito profanar sus cadáveres y mantenerlos profanados in aeternum.

Por otro lado, la denuncia demuestra total ignorancia respecto a cómo se está llevando a cabo el proceso de recuperación de los restos. Recordemos que solo se están recuperando los huesos de aquellos individuos para los cuales hay una reclamación: no es una exhumación de una fosa ni una recuperación masiva e indiscriminada de huesos. De hecho, no es una exhumación porque no hay humus que exhumar.

Los restos provenientes de las distintas fosas se encuentran en determinadas cajas, con sus etiquetas (a veces perdidas), que a su vez remiten a un registro donde figuran los datos de depósito (qué restos contiene la caja, lugar del que proceden, fecha de exhumación, ubicación dentro de las criptas). Las criptas no son una fosa, pero tampoco un osario, donde se hallan entremezclados decenas de miles de huesos. Son más bien algo parecido a un archivo. Un archivo en pésimo estado de conservación y bastante caótico, pero archivo, al fin y al cabo.

Así pues, la posibilidad de que los forenses y antropólogos "profanen" los huesos de la mujer a la que hace referencia el recurso de Abogados Cristianos por confundirla con algunos de los que están en proceso de búsqueda es entre cero y ninguna. Más difícil aún la confusión teniendo en cuenta que se trata de restos femeninos, un caso rarísimo dentro de las criptas de Cuelgamuros.

En el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 11 de Madrid podrían haber preguntado al equipo forense, formado por grandísimos profesionales, sobre el método que están empleando para recuperar e identificar los restos humanos. O podrían no haber admitido a trámite la última ocurrencia de Abogados Cristianos. Pero prefirieron la peor opción: la paralización cautelar de las exhumaciones.

Que existan agrupaciones como Abogados Cristianos o la Asociación para la Defensa del Valle es normal. En toda sociedad hay ultras que defienden ideas delirantes. Lo que no es normal es que en una sociedad democrática sean los ultras con ideas delirantes los que marquen la agenda de un país. Y si la marcan es, única y exclusivamente, porque hay jueces que se lo permiten. Pero no les hablen ustedes de guerra legal, que se enfadan.

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El PSOE, Sumar y las subcontrataciones: una renuncia histórica https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78171/el-psoe-sumar-y-las-subcontrataciones-una-renuncia-historica/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78171/el-psoe-sumar-y-las-subcontrataciones-una-renuncia-historica/#respond Wed, 20 Dec 2023 05:34:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78171 Continuar leyendo "El PSOE, Sumar y las subcontrataciones: una renuncia histórica"]]> El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV LegislaturaEl presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV Legislatura - Carlos Luján / Europa Press
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV LegislaturaEl presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV Legislatura - Carlos Luján / Europa PressCarlos Luján / Europa Press
29/11/2023

Las subcontrataciones o externalizaciones consisten en que una empresa encarga a otra un encargo o servicio que le han encargado a la primera por un precio, a menudo, inferior al que ella cobrará. Aquí está el negocio. Y la clave de este negocio muchas veces radica en la sobreexplotación de las trabajadoras y trabajadores de la empresa subcontratada. ¿Por qué la segunda empresa puede hacer el trabajo por un menor precio? No pocas veces porque los convenios colectivos de aplicación y la práctica laboral de la empresa le permiten exprimir más los horarios, las jornadas, la exigencia o el trabajo en situaciones contrarias a los intereses de la salud de los empleados.

Viendo esto, varios partidos desde hace años demandamos, primero, que todas las condiciones de las personas trabajadoras de empresas subcontratadas se equiparen a las de los trabajadores de la empresa principal y, segundo, que las tareas inherentes a la propia actividad de una empresa no puedan ser subcontratadas (por un restaurante, la cocina o los camareros; por un hotel, limpiar las habitaciones...).

Así lo hacía, por ejemplo, el apartado 153 del programa electoral de Unidas Podemos en las elecciones españolas de noviembre de 2019:

"Limitaremos la subcontratación a servicios especializados ajenos a la actividad principal de la empresa, de manera que los servicios propios de la empresa queden excluidos. Es decir, un hotel no puede subcontratar la limpieza de las habitaciones y una empresa que presta servicios masivos no puede subcontratar su servicio de atención al cliente".

Y así quedó recogido en el acuerdo 1.3 del programa de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos del mismo año:

"Modificaremos el art. 42.1 del Estatuto de los Trabajadores sobre contratación y subcontratación laboral a efectos de limitar la subcontratación a servicios especializados ajenos a la actividad principal de la empresa".

Así, aunque la Reforma Laboral de la ministra Díaz modificó aspectos relativos a las subcontrataciones (art. 42 y 84 del Estatuto de los Trabajadores), ni esta ni ninguna otra ley garantizó la equiparación de las condiciones de trabajo de los trabajadores subcontratados con respecto a los de la empresa principal y, mucho menos, estableció alguna limitación con respecto a qué tipo de tareas o servicios pueden ser subcontratados y cuáles no.

Así, el anterior gobierno español incumplió de manera evidente su acuerdo de gobierno y, ahora, SUMAR ha renunciado a incluirlo ni siquiera en su programa electoral. De este modo, por ejemplo, las camareras de piso que limpian habitaciones de hotel (las autodenominadas Kellys), los trabajadores del sector manufacturero o los de logística y transporte, entre muchos otros que sufren el empeoramiento de condiciones laborales debido a las subcontrataciones, ven después del acuerdo de gobierno publicado por el PSOE y SUMAR, un poco más lejos sus legítimas reivindicaciones. Y es que una cosa son las palabras, los relatos y otra cosa son las realidades.

Por otro lado, en cambio, la propuesta de ERC sigue siendo clara: "Equiparación real y efectiva de todas las condiciones laborales de las personas trabajadoras a través de empresas subcontratadas con las de la empresa principal, incluyendo jornada, horarios, permisos, descansos, lugares de prestación de servicios, etc. Prohibición de subcontratación de servicios inherentes a la propia actividad de la empresa garantizando una pertenencia a la empresa principal del núcleo productivo, incluido el supuesto de las camareras de piso en la limpieza de habitaciones de hoteles". Así se encuentra recogido en la página 91 de su programa electoral, apartado "Precariedad o trabajo digno". Y en este sentido, el Grupo Parlamentario Republicano continuará batallando.

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Legislar, gobernar, actuar https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78066/legislar-gobernar-actuar/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78066/legislar-gobernar-actuar/#respond Wed, 20 Dec 2023 05:22:14 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78066 Continuar leyendo "Legislar, gobernar, actuar"]]> El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la Convención Política del PSdeG celebrada esta mañana en Santiago de Compostela. EFE/Lavandeira jr
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la Convención Política del PSdeG celebrada Santiago de Compostela. EFE/Lavandeira jr

A raíz de mi último artículo "¿Una legislatura imposible?", publicado el pasado día 8 de diciembre, una gran amiga activista en el feminismo y en la sanidad me hizo llegar unas reflexiones que me ha parecido de sumo interés compartir.

Partiendo del acuerdo de que esta legislatura el peso no estaba en la promulgación de nueva legislación sino en la materialización de la existente, en la acción de gobierno y en la implicación de la sociedad, me señalaba algunos ejemplos que me parece de interés que se conozca.

El primero de los temas que nos debe preocupar es la sensibilización y participación de la ciudadanía en medidas que le importan y que mejoran sus condiciones de vida. Siendo conscientes de que en muchos casos va a exigir movilizaciones para romper trabas, resistencias, burocracias e indiferencias; rearmar la movilización social no será fácil y mucho menos cuando parece que es la derecha y la ultraderecha la que, parafraseando al fundador del PP, dice: "La calle es mía, yo soy la calle, y lo que decimos en la calle es la opinión del país". Un primer aspecto que ya señaló Pedro Sánchez en el IFEMA en relación al gobierno: "Hay que explicar cada medida de la acción de gobierno". Uno de los grandes déficits que tiene la izquierda en el gobierno es el alejamiento de la comunicación con la sociedad, dejando todo el espacio a la derecha, los bulos y los fakes.

En la anterior campaña electoral, el propio presidente tuvo que reconocer el mayúsculo error de no haber estado en los pulpitos de la intoxicación (Pablo Motos, Ana Rosa...) y esto sería bueno no olvidarlo. Mientras la derecha, cuando ocupa posiciones de gobierno, tiene muy claro que esto es una plataforma para seguir ganándose a la sociedad para su proyecto reaccionario, la izquierda considera que ya está todo hecho y se dedica a gestionar (mejor o peor), pero se olvida de escuchar y mantener el vínculo con la sociedad. Me atrevería a decir que la derecha, en líneas generales, dedica el 20% de su tiempo a la gestión y el 80% a la propaganda, mientras que en la mayoría de la izquierda la relación se invierte autosatisfecha de haberse conocido. Pues bien ahora se debería actuar de forma diferente: primero, hacer pública la agenda y los objetivos a lograr; después, escuchar y hablar con los sectores implicados y con la sociedad en su conjunto. Debe rendir cuentas de los logros, pero también de las trabas y de los incumplimientos y, por último, evaluar los resultados prácticos de las políticas. Por ejemplo, el papel de las Conferencias Sectoriales con unas CCAA, mayoritariamente del PP y Vox, es fundamental para que la sociedad visualice porque no se aplican medidas y políticas que se han definido, y lo mismo ocurre con las transferencias a las CCAA, que deben tender a ser finalistas y no permitir las continuas desviaciones de fondos como pasa en la Comunidad de Madrid.


Mi amiga me señalaba algunas cuestiones relevantes en un ámbito sustancial: el Ministerio de Igualdad. El feminismo, como el movimiento social más importante de la última década, ahora dividido en una confrontación estéril;  un Ministerio que ha logrado avances importantes como la Ley Trans y le Ley del Sí es Sí (a pesar de la horrible gestión de sus consecuencias), pero que, en el último tiempo, ha trabajado más para la construcción de un sector afín que por la ampliación de las demandas mayoritarias de las mujeres y de la sociedad, con un incendio interno al que otro sector no dejaba de echar gasolina. No existe una sola explicación racional (no sectaria) para avalar las divisiones en la calle el pasado 25 de noviembre, cuando el objetivo global de lucha contra la violencia de género nos abarcaba e interrogaba a todas y todos. La llegada al Ministerio de un equipo que no viene del movimiento puede ser una gran oportunidad para restañar heridas, ampliar conquista y avanzar seriamente. Veamos algunas cuestiones: lo primero y más importante, desde mi punto de vista, es responder a los asesinatos de mujeres. Una respuesta que no pueden ser las sucesivas convocatorias de comités de crisis, sino que hay que revisar todos los programas (VioGén, apoyo y acompañamiento...), sistemas y controles. Habrá que incrementar la financiación y  destinar los fondos a lo sustancial y no solo a pintar bancos de colores en los pueblos. Por ejemplo, no hay una explicación clara del destino final del dinero del Pacto de Estado contra la Violencia de Género por parte del Ministerio, solo un informe general del gasto de la AGE. Y volvemos aquí a lo perentorio para la sociedad de la rendición de cuentas.

Un tema controvertido que ha estado en el origen de la división: la prostitución. Cada opinión o posicionamiento tiene su valor y sus razones, pero mas allá de eso ¿por qué no centrarse en lo que si se está de acuerdo, como la Ley contra la Trata, y exigir una intervención continuada y potente por parte del gobierno? Y podríamos seguir con otros temas de alta sensibilidad social mas allá de Igualdad: pobreza infantil, residencias, de las que se habla mucho (gracias entre otras razones por la presión y movilización social) pero desde hace poco, donde la anterior Secretaria de Estado de Asuntos Sociales dejó un plan muy positivo, pero ahora hay que ejecutarlo y con premura aunque intereses privados intenten bloquearlo; y también de servicios sociales, pendiente de su desarrollo como cuarto pilar del Estado del Bienestar. Y un largo etcétera.

En definitiva hay por delante un apasionante curso político cuyo norte debe ser revertir la ola reaccionaria, mediante la ampliación de derechos no nominales, sino que se sientan en la vida de las personas pasando "de las musas al teatro".


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Derechos y Deberes de Podemos tras pasar de Sumar al grupo mixto https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78087/derechos-y-deberes-de-podemos-tras-pasar-de-sumar-al-grupo-mixto/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78087/derechos-y-deberes-de-podemos-tras-pasar-de-sumar-al-grupo-mixto/#respond Tue, 19 Dec 2023 05:14:23 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78087 Continuar leyendo "Derechos y Deberes de Podemos tras pasar de Sumar al grupo mixto"]]> Un asistente ondea una bandera del partido durante el acto "Ahora más que nunca", con el que la formación inicia una nueva etapa política tras la ruptura con Sumar en Madrid. EFE/ Rodrigo Jiménez
Un asistente ondea una bandera del partido durante el acto "Ahora más que nunca", con el que la formación inicia una nueva etapa política tras la ruptura con Sumar. EFE/ Rodrigo Jiménez

Como advertencia previa indico que voy a tratar de un asunto controvertido en la opinión pública desde la perspectiva jurídica exclusivamente, como habitualmente hago en la redacción de mis artículos. La última razón, la séptima, de mi discurso es la única excepción, ya que su punto de mira es la ética pública.

En la tarde del 5 de diciembre de 2023 Podemos anunció que abandonaba el grupo parlamentario Sumar e ingresaba en el grupo mixto del Congreso de los Diputados. La prensa inmediatamente aludió a la inoportunidad, la insensatez, el descalabro para el Gobierno, la infidelidad con los votantes, la falta de responsabilidad, el acto de transfuguismo, etc., según el lugar en el arco mediátic en el que se sitúa cada medio en concreto. Por cierto, la misma prensa que trató con guante blanco a los diputados de Compromís cuando pasaron al grupo mixto en 2016.

Los líderes de Sumar, directamente concernidos, acompañaron a la prensa. La portavoz en el Congreso, Marta Lois, afirmó: "una flagrante ruptura e incumplimiento del acuerdo de coalición electoral. Una deslealtad con tres millones de ciudadanos". La lideresa de Sumar criticó a los diputados de Podemos su "victimismo" y suscitar "ç"desconfianza en la ciudadanía". El portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, calificó de transfuguismo el pase de los diputados al grupo mixto. En la misma línea, Más Madrid y Catalunya en Comú pidieron a los diputados que devolvieran el acta.

En el abandono por Podemos desde Sumar al grupo mixto hay dos aspectos diferenciados: primero, las relaciones de Podemos con sus votantes y, después, las relaciones de Podemos con Sumar. Me interesa especialmente el primer aspecto, el más grave, que afecta a las relaciones partido político-sociedad. El segundo, al fin y al cabo, se reduce a las relaciones entre partidos, que, no siendo una cuestión menor, no deja de tener un carácter particular. En el discurso que sigue serán referidos e implicados ambos aspectos, que obviamente no pueden ser contemplados en compartimentos estancos.


Las acusaciones vertidas contra Podemos, tan propagadas por los medios y por los principales líderes de Sumar, me parecen precipitadas por las siguientes razones.

Primera: Podemos y el programa electoral del grupo parlamentario Sumar

Podemos tiene que cumplir el programa electoral de Sumar, debido al cual obtuvo sus escaños. De lo contrario, merecería parte de la crítica que contra él se formula. Podemos probablemente no va a tener reparos en cumplir con el programa político de Sumar, que incluso le puede parecer insuficiente. Pero esta es mi opinión, que no debe ser tomada en consideración y además es un futurible. Lo que cuenta es que Podemos está obligado a respetar y cumplir con el programa electoral de Sumar. A los hechos futuros debemos atenernos, sin pronunciarnos ahora.

Segunda: Podemos y el alcance de los programas electorales

Los constitucionalistas hablan de dos programas: el programa electoral y el programa ampliado o sobrevenido, ya que el programa electoral es una fotografía de un momento político y posteriormente surgen nuevos hechos y circunstancias políticas, a las que los partidos políticos tienen que ofrecer sus propuestas. Es en el ámbito de este programa sobrevenido donde Podemos puede moverse con libertad, sin contravenir los puntos señalados en el programa de Sumar.


Permítanme un inciso. Reitero la frase del alcalde de Madrid, Tierno Galván: "Los programas electorales existen para no ser cumplidos". Hecho vergonzante repetido en la práctica política y en el que se reparten las responsabilidades los políticos con los ciudadanos. En efecto: a) los partidos políticos no cumplen al completo sus programas electorales, gracias a los cuales obtuvieron los escaños, b) algunos partidos políticos incluso actúan en contra de sus programas electorales, c) el vector-guía de las actuaciones de los partidos políticos son sus consultoras de opinión, que les marcan una lista de prioridades, al margen de los puntos de los programas electorales, que tienen la mera función de reglas orientativas, d) los partidos políticos atienden antes a esta lista de prioridades de las consultoras que a las señaladas en los programas electorales, e) los líderes de los partidos políticos suelen justificar no cumplir con el programa electoral debido al surgimiento de nuevas circunstancias no previstas en los programas, y f) las encuestas y los resultados electorales demuestran que no hay una relación directa entre la inobservancia de los programas electorales y la disminución de votantes.

Como consecuencia, la crítica formulada contra el incumplimiento por los partidos políticos del programa electoral no posee la fuerza jurídica que debería tener, porque ésta es suplantada por una inercia sociológica de sentido contrario, donde también la ciudadanía debe asumir su parte de responsabilidad en virtud del punto f) citado.

Tercera: Podemos y el grupo mixto

Podemos se ha trasladado al grupo parlamentario mixto, conglomerado de partidos, que no han obtenido el mínimo de votos exigibles para formar grupo propio. El grupo mixto actual está integrado, además de los cinco diputados de Podemos, por tres diputados, cada uno de ellos perteneciente a un partido político distinto, que únicamente ha conseguido un escaño en las elecciones. Podemos es independiente de estos partidos del grupo mixto y puede actuar con plena libertad en sus actuaciones en el Congreso. Esto es, el hecho de formar parte del grupo mixto no le impide desarrollar libre e independientemente su programa político, que -no lo olvidemos, no lo olviden diputados/as de Podemos- es el programa de Sumar.


Cuarta: Podemos y su justificación del abandono del grupo parlamentario Sumar

Por otro lado, se justifica el pase de Podemos al grupo mixto del Congreso de los Diputados por las siguientes circunstancias: a) Podemos es el partido mayoritario de Sumar, muy distante de otros partidos muy minoritarios en todos los aspectos, y, sin embargo, se le ha negado dentro de Sumar los derechos parlamentarios, que sí han sido concedidos a partidos políticos menores: a) a formar parte del Gobierno de coalición, b) a las portavocías del grupo parlamentario, c) a las intervenciones orales y escritas, d) a la presentación de iniciativas parlamentarias, es decir, proposiciones, mociones, enmiendas, etc. En una palabra, al conjunto de las actividades e iniciativas de los grupos parlamentarios, que se desarrollan en el Parlamento.

En contraste con esta estrategia de apartamiento de los diputados de Podemos de la acción política en el seno de Sumar, Podemos es el miembro mayoritario de la organización política con el aval de una densa y extensa hoja de servicios (conquistas sociales) como partido de una coalición de Gobierno durante toda una legislatura.

Quinta: Podemos y la exigencia de trato de igualdad en Sumar

Podemos es el partido político dentro de Sumar que ha exigido en vano una democratización de la organización, comenzando por la petición de la celebración de primarias, condición inicial para entrar en Sumar, que fue rechazada por la lideresa de Sumar de plano. La secretaria general de Podemos se ha quejado pública y reiteradamente de la falta de igualdad en el tratamiento de los miembros componentes de Sumar. A fecha de hoy Sumar carece de normas y procedimientos públicos y consensuados, muy lejos de las reglas de la deliberación política señaladas por los expertos en ética política. Sumar por ahora se reduce a una organización basada en el voluntarismo de la lideresa. El hecho de que esta tome decisiones consensuadas con determinados sectores o líderes de Sumar, si es que lo hace, no valen para cumplir con la ética pública, si no están acompañadas de normas y procedimientos democráticos consensuados y públicos.


Sexta: Podemos y el transfuguismo

En primer lugar, el transfuguismo es ajeno a la Constitución española y al intérprete de la Constitución, el Tribunal Constitucional. No debiera ser así, pero así es. El citado tribunal considera que el representante político lo es de toda la nación y únicamente los electores pueden revocarle del cargo. Se apoya en el art. 67. 2 de la Constitución, que expresa: "Los miembros de las Cortes Generales no estarán limitados por mandato imperativo". Lo que significa consecuentemente que no pueden recibir y obedecer instrucciones de nadie. En nuestro país el reconocimiento jurídico del transfuguismo exige o bien un cambio constitucional o bien un cambio en la jurisprudencia constitucional, aprovechando ésta la falta de coherencia interna de nuestra Carta Magna entre el citado precepto y otros referidos a la funcionalidad de los partidos políticos.

Hay tres tipos de constituciones: a) las que no plantean el transfuguismo, b) las que consideran tránsfugas a quienes abandonan el partido político sin más y c) las que exigen que el tránsfuga abandone el propio partido y se adscriba a otro. En ninguno de los tres supuestos estaría contemplado el abandono por los diputados de Podemos de la coalición electoral Sumar.

El transfuguismo es el abandono del partido político por medio del cual el representante obtuvo su escaño. Propiamente tránsfugas son los diputados o grupo de diputados que abandonan su partido político para obtener un beneficio particular. No el abandono por un partido político de una coalición de partidos políticos, como es el caso de Podemos, máxime si hay razones justificativas, como he indicado en la cuarta razón, y siempre que Podemos ejecute el programa político de la coalición Sumar, ya que por medio de ella obtuvieron sus escaños los diputados de Podemos, como he señalado en la primera razón.


Por otro lado, los pactos entre partidos políticos son una cuestión que afecta a ellos. Carecen de vínculo jurídico. No es lo mismo un contrato civil que un acuerdo político. Desgraciadamente todos los pactos anti-transfuguismo han fracasado por la vulneración de los pactos por firmantes de todos los colores políticos. Ya tenemos experiencia de cómo estos compromisos interpartidistas tienen el vigor y el alcance del círculo de intereses coyunturales de cada partido. Cuando la política se enrarece, los partidos se olvidan de sus promesas.

Séptima: Incumplimiento por Sumar de las reglas de la ética pública

Los profesores/as de filosofía política cultivamos un capítulo denominado Ética de la deliberación, que debe estar presente en el procedimiento de la toma de decisiones de las instituciones públicas y que exige unas reglas éticas básicas: igual capacidad de habla y propuesta de los miembros de la organización, igual capacidad de réplica, exposición de fundamentos por el proponente y replicante, consenso unánime o mayoritario de las decisiones, procedimiento previamente consensuado y público, etc. ¿Cuáles de estas reglas se observan en Sumar? Ninguna.

El voluntarismo como procedimiento y toma de decisiones tuvo su justificación en el acto fundacional público de Sumar, que tuvo lugar en Magariños el 2 de abril de 2023, pero no ahora, transcurridos ocho meses, cuando Sumar constituye un grupo parlamentario del Congreso de los Diputados. No se justifica la situación de anomia jurídica de la organización política.

En el acto fundacional de Sumar me sorprendió que los líderes de los partidos conformadores de Sumar, a los que saludaba la lideresa desde la tribuna con general aplauso, estuvieran entre el público y no en la tribuna, que la lideresa compartía con una especie de "guardia de corps". También me pareció incoherente que ella proclamara al mismo tiempo "una nueva metodología de hacer política" y su candidatura a la presidencia del Gobierno, sin pasar por unas elecciones en el seno de Sumar. Imaginé que, si era una persona de convicciones democráticas, no le parecería suficiente la digital designación del entonces líder de Podemos y vicepresidente del Gobierno. Mi sospecha de entonces se ha confirmado. Sumar, a día de hoy, sigue siendo lo que era desde el punto de mira de las exigencias de la ética pública: una organización que recuerda a las instituciones preliberales, en las que Max Weber señalaba la presencia del carisma o la tradición como criterios de legitimidad, frente a la moderna racionalidad democrática (carisma, tradición y racionalidad son los tres criterios weberianos de legitimidad).

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Mónica, ¿y ahora qué? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78106/monica-y-ahora-que/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78106/monica-y-ahora-que/#respond Tue, 19 Dec 2023 05:02:48 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78106 Continuar leyendo "Mónica, ¿y ahora qué?"]]> La cartera de la nueva ministra de Sanidad, Mónica Garcñia, en la sede del Departamento, en el acto de toma de posesión. EUROPA PRESS/Mateo Lanzuela
La cartera de la nueva ministra de Sanidad, Mónica Garcñia, en la sede del Departamento, en el acto de toma de posesión. EUROPA PRESS/Mateo Lanzuela

Hay que reconocer la lucha a viva voz por la defensa de la sanidad pública de ciertas personas, o al menos aparentemente, ya que, digámoslo claro y sin ambages, defender la sanidad pública en la Comunidad de Madrid, teniendo a quien se tiene delante, no es muy complicado, por no decir que es francamente fácil.

Desde el llamado Informe Abril y la aprobación de las leyes 14/1986, General de Sanidad, y la Ley 15/97 firmada por PP, PSOE, CiU, CC y PNV, la retahíla de politización a la que se ve expuesta la sanidad pública es, cuanto menos, un insulto a la inteligencia: sindicatos mayoritarios que dicen defender la sanidad pública, que despliegan sus banderas y pancartas en manifestaciones a la vez que apoyaron la Ley 15/97 de habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud, o partidos políticos que dicen defender la sanidad pública a la vez que, habiendo tenido mayorías absolutas en el Congreso de los Diputados, no la han derogado. Claro que habiendo votado a favor de privatizar la sanidad pública, no se podía esperar más de ellos. Hasta que, en esta última legislatura, llegaba un atisbo de esperanza a toda esa población implicada en esta lucha tan digna, con un acuerdo de coalición progresista PSOE-Unidas Podemos en el que se cita literalmente:

"2.2.3.- Avanzaremos en el blindaje de nuestro sistema público de salud, apostando por una sanidad que se base en la gestión pública directa. Para ello:

  • Se revisará la Ley 15/1997, de habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud y el conjunto de los mecanismos normativos que abren la puerta a privatizaciones del sistema.
  • Se impulsará la recién creada Comisión, integrada por expertos y expertas del ámbito sanitario, organizaciones sindicales, profesionales y de pacientes, así como colectivos sociales, que analizará la situación y definirá las líneas y estrategias para revisar dicha Ley en el plazo de 6 meses."

De nuevo, agua de borrajas, señalamientos, enfrentamientos, la culpa la tiene Fulano, la tiene Mengano, Maroto y el de la moto. ¿La realidad? Una legislatura (2020-2023) en la que se han aprobado los Presupuestos Generales de Estado (PGE) más belicistas de la historia año tras año, mientras puntos marcados en un acuerdo firmado por dos formaciones políticas no se cumplen, y fíjense, tan solo hablaban de revisar, ni siquiera de derogar.

Señalar que el gasto militar al final se detrae de otras partidas y resta recursos para la prestación de servicios básicos para la ciudadanía, entre ellos, la sanidad.

Teresa Galeote, en un artículo1 de enero de 2022, decía que "los nacionalistas catalanes de CiU estaban muy interesados en aprobar una ley básica estatal que legitimara su 'modelo sanitario catalán', ya privatizado mayoritariamente. Los experimentos llevados a cabo por la burguesía nacionalista catalana estaban fuera del marco definido por la propia Ley General de Sanidad. La situación no ha mejorado en Catalunya: en la actualidad, de 213 hospitales, el 70% son de propiedad privada". 

¿Se ha tratado este asunto a la hora de negociar la investidura actual de Pedro Sánchez? Obviamente no. En el acuerdo entre PSOE y Sumar España avanza. Una nueva coalición de gobierno progresista no hay una sola referencia a la derogación de la Ley 15/97. Una vez más, la sanidad pública es utilizada en campañas electorales continuamente por la izquierda institucional de manera descarada y vergonzosa para contentar a su electorado, un electorado ensimismado en la defensa de sus colores olvidando del todo la verdadera lucha, la que tendría que tener a todo el Estado frente a quienes no defienden nuestro bien más preciado, siendo incluidos los que tienen en frente a "los suyos", aquellos que no dudan en salir a las protestas vecinales, pero no con pancartas en defensa de la sanidad pública, salen con pancartas y banderas de sus formaciones, ya sean políticas o sindicales. Así no.

Nos vemos ahora en el 2.0 de gobierno progresista, movimientos de sillones, caras nuevas, pero, en definitiva, ¿se derogarán las leyes que han permitido la entrada del sector privado en el sistema sanitario público? ¿Se garantizará al fin la universalidad en el acceso a la atención sanitaria? ¿O veremos como quien en la Asamblea de Madrid enarbolaba esta bandera ahora tirará balones fuera diciendo que la sanidad es una competencia autonómica?

El tiempo lo dirá. Una cosa sí tenemos clara, "Gobierne quien gobierne, la sanidad pública se defiende", y sea quien sea, quien se atreva a no hacerlo con toda claridad, transparencia y firmeza, nos tendrá en frente.

Muchos hablarán de que con las fuerzas que se tienen no se puede conseguir más... A esas, ¡menos escaños tienen Junts o ERC! Y ojo, muchos señalarán al "socio". Es simple, los Presupuestos Generales del Estado mandan. ¡No firméis! Muchos hablarán de "cuidado, que viene el lobo". El lobo en la Sanidad se llama privatización, y lo tenemos dentro, demasiado dentro. La derogación de la ley 15/97 y los artículos 66, 67 y 90 de la Ley General de Sanidad se hace necesaria si queremos recuperar la sanidad pública.

Nosotras solo hablaremos de SANIDAD PUBLICA 100% UNIVERSAL, DE GESTIÓN PÚBLICA, DE CALIDAD Y SIN DESIGUALDADES. Todo lo demás, contádselo a vuestro cuñado.

Estimada ministra de Sanidad, ¿ahora, qué? 

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En automático https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78118/en-automatico/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78118/en-automatico/#respond Mon, 18 Dec 2023 20:13:30 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78118 Hemos aprendido lo que es la ansiedad, pero todavía no sabemos cómo remediarla. - Pixabay
Hemos aprendido lo que es la ansiedad, pero todavía no sabemos cómo remediarla. - Pixabay

No hay tiempo para lamentarse o parar cuando todo se ve negro; la única opción es apretar más y más fuerte hasta partir el acelerador.

No soy el único que tiene ansiedad, este mal es endémico. Los malos arúspices aseguran que es una enfermedad –¿es una enfermedad?– nueva, posmoderna y bandera de estos tiempos; pero estoy seguro de que no es así.

La ansiedad lleva con nosotros desde que el mundo es mundo y, no sé, los cratercitos de los volcanes empezaban a acoger vida como una incubadora en una sala de prematuros; desde que empezamos a escribir sobre la historia sin saber lo que era la historia y sin imaginarnos lo que vendría más tarde.

Ahora, después de tantos años, hemos entendido –y nombrado– esa cosa que se siente cuando los músculos de nuestros brazos se convierten en pimientos podridos inmóviles, cuando nuestros cerebros se estrangulan solos, como un salido en una sesión de autoasfixia erótica, y somos incapaces de pensar en nada que no sea un acantilado. Pero todavía no hemos aprendido a parar.

Cuando la ansiedad te atrapa, sientes que necesitas huir, correr, volar de la ciudad y de la vida e intentar pillar calma en algún sitio; sientes que necesitas desaparecer de donde estás para no mandarlo todo a la mierda o no estrellar el teclado del ordenador contra la pantalla o no incendiar tu coche o, qué sé yo, no escupir contra el contador de la luz de tu propio edificio. O no escribir un párrafo sin coherencia ni cohesión, como este que acabas de leer.

Personalmente, la ansiedad me viene a visitar más veces de la cuenta. Nunca sé exactamente el motivo o la razón, pero sí sé cuándo no me visita. Sé que no me visita cuando hago ciertas cosas, muy concretas e íntimas, que me hacen ver la realidad con un tono especial. Pero quitando esas ocasiones, puede venir en cualquier momento.

Cuando esto pasa, me tiro al suelo a hacer flexiones. Lo empecé a hacer hará un par de semanas, en un vano intento por quitarme el mono al dejar de fumar, y descubrí que me evadía, pero en verdad no cambiaba nada.

En la vorágine que vivimos, donde descansar es un lujo y parar una utopía, ni siquiera podemos reducir la marcha cuando la ansiedad viene a asolarnos, pues no nos lo podemos permitir. Cuando el mal ataca y las ojeras negras pesan tanto que te obligan a inclinar el cuello hasta partírtelo, no nos queda otra triste escapatoria que ponernos en modo automático y evadirnos y seguir haciéndolo más duro y más fuerte e intentando no desfallecer en el intento.

Cuando la ansiedad ataca y estoy escribiendo o corriendo entre los bloques o en una fiesta triste, no me queda otra alternativa que seguir escribiendo aun haciendo párrafos inconexos y seguir corriendo aunque las miradas de las viejos entre los bloques me parezcan cada vez más insoportables o intentar que la fiesta deje de ser triste aun sabiendo que le caigo mal a todo el mundo.

Hemos aprendido lo que es la ansiedad, pero todavía no sabemos cómo remediarla; no nos hemos ganado el derecho a liberarnos, a huir muy lejos de ella, solo a ignorarla, a hacer como si no existiera, a silenciarla, aunque siga sonando y sonando sin parar.

A lo mejor la clave no está en aprender a convivir con ella, sino en superarla. A lo mejor no nos tienen que dar herramientas para soportarla, sino para erradicarla. A lo mejor no hay que tomar lexatin o clonazepam, sino parar de una vez sin arruinarnos en el intento.

Porque, por muchos párrafos inconexos que escriba, seguirá ahí cuando le mande la columna al periódico; porque a lo mejor no me apetece nada mandarle esta columna al periódico, pero no me puedo permitir parar. Porque a lo mejor no quiero hacer más flexiones.

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Qué bien ladra Perro Sánchez https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78061/que-bien-ladra-perro-sanchez/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78061/que-bien-ladra-perro-sanchez/#respond Sun, 17 Dec 2023 06:25:05 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78061 Continuar leyendo "Qué bien ladra Perro Sánchez"]]> El baño de realidad que le dio Pedro Sánchez al presidente del PP europeo el miércoles en Estrasburgo fue de esos que dan gustito, que generan orgullo, que se viven como golazos, como un torneo ganado después de muchas derrotas, solo que hay mucho más en juego.

La amenaza de los populares patrios de llamar a su hermano mayor europeo, para que los defienda en el patio por haber perdido el partido, se desinfló de golpe como un suflé cuando abres la puerta del horno.

Señores de derechas patrios y comunitarios, mientras se sigan aliando con la extrema derecha sus acusaciones sobre poner en peligro la democracia y los derechos se les van a desinflar todo el tiempo del mismo modo.

A Manfred Weber, Pedro Sánchez le ganó con este discurso: "He escuchado en este debate afirmaciones erróneas y maliciosas sobre la calidad democrática y el estado de derecho en mí país. Afirmaciones que evidente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece ante el Parlamento Europeo, a 13 de diciembre de 2023, en Estrasburgo (Francia). Álex Flores / Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece ante el Parlamento Europeo, a 13 de diciembre de 2023, en Estrasburgo (Francia). Álex Flores / Europa Press

mente no puedo dejar pasar no porque me ofendan a mí y a los 48 millones de españoles, sino porque son rotundamente falsas. [...] La amenaza real para la democracia es el avance de la ultraderecha y la irresponsabilidad de las derechas tradicionales, que les están abriendo la puerta a los gobiernos de coalición y están haciendo suyas muchas de las ideas ultras. [...] Ésa es la amenaza que se cierne sobre el proyecto europeo. Ese tándem reaccionario debilita, señor Weber, el proyecto europeo. Es el que está erosionando las democracias, el que está ilegalizando partidos políticos, el que ataca la separación de poderes, el que silencia los medios de comunicación críticos, al tiempo que socavan el proyecto europeo, frenan la transición ecológica y ponen en jaque los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI, como está ocurriendo en España. [...] ¿Qué sabe usted de las políticas que están desplegando Vox con el PP en los cinco gobiernos autonómicos y en los 135 municipios que gobiernan? ¿Sabe usted que le están bajando los impuestos a las grandes fortunas mientras están recortando derechos públicos? ¿Sabe que están eliminando las políticas y recortando los fondos públicos destinados a combatir la violencia de género? ¿Sabe que están frenando el despegue de las energías renovables? ¿Sabe que están censurando conciertos, películas y obras de teatro a la vez que están recuperando los nombres en las calles de nuestras ciudades de insignes personas vinculadas a la dictadura franquista? ¿Ése sería también su plan para Alemania? ¿Devolver a las calles y plazas de Berlín los nombres de los líderes del III Reich?".

Lo pongo casi entero porque lo leo y se me vuelve a poner el vello de punta. La guerra cultural en la que estamos es la misma que está sufriendo Europa con peores resultados. Aquí, por ahora, los hemos parado. Ser líderes en esto, teniendo presente nuestra historia, es maravilloso –y me quedo corta–. Pedro Sánchez estuvo soberbio y hay que reconocerlo. Y, sin embargo, después de los discursos hay que fiscalizar los hechos, porque esta guerra no se va a ganar solo con palabras.

Así que llamé a Emilio Silva, el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para que me pusiera al día.

1–El ex valle de los Caídos tiene nombre nuevo pero el mismo significado. Sacaron a Franco pero todo lo suyo quedó en su sitio. Continúa en manos de los Benedictinos, a pesar de que el convenio con ellos expiró en octubre de 2020 y ni se ha renovado ni se les ha echado. No hay ni una placa que explique qué es y qué significa ese monumento al terror. El escudo de Franco sigue en todos los bancos. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ofreció 30.000 trípticos informativos para quien quisiera, además de verlo, irse informado, y fueron rechazados. La hospedería sigue siendo un negocio explotado por esta orden religiosa alojando a los más ultras. Por allí pasan los kikos, Jorge Fernández Díaz y la embajadora de Hungría,  que sepamos. En la librería del valle el único libro sobre la guerra civil que hay es de Pérez Reverte. Inexplicablemente no venden, por ejemplo, las memorias de Nicolás Sánchez Albornoz, publicadas por Anagrama, que hizo trabajos forzosos en el valle y se fugó a Argentina donde estuvo muchos años exiliado. Su delito:  pintar en una fachada de la Complu en 1947  "¡Viva la universidad libre!"

2–El Arco del Triunfo de Moncloa, que es de la Universidad Complutense, podría pasar a manos del Ayuntamiento de Madrid, según las informaciones publicadas. Almeida quiere restaurarlo y darle uso como espacio cultural. Este otro monumento está dedicado a los vencedores de la guerra civil y todas sus inscripciones lo subrayan:

–MCMXXXVI-MCMXXXIX

(1936-1939)

–ARMIS HIC VICTRICIBVS

MENS IVGITER VICTVRA

MONVMENTVM HOC

(A los ejércitos aquí victoriosos,

la inteligencia, que siempre es vencedora,

dedicó este monumento.)

Muchos son partidarios de desmontarlo porque es una ignominia que súper incumple la ley de memoria histórica y de memoria democrática. Su única función fue y es humillar a los perdedores. Que no tenga ni una placa que cuente que es el fruto de un golpe de estado apoyado por los genocidas Hitler y Mussolini y de una dictadura que duró casi cuarenta años es un insulto a todos los que sufrieron aquella guerra y a nuestras leyes y a nuestro Gobierno, que no solo lo permite sino que lo bendice pasando por ahí, de camino a Moncloa, cada día.

3– En la facultad de Filosofía y Letras de la Complutense sigue estando el homenaje en mármol a los caídos nacionales y no hay ningún homenaje a los otros caídos que defendieron la legalidad y lo votado por los españoles. En esa misma facultad Nicolás Sánchez Albornoz y Manuel Lamana pintaron aquella pintada y, aunque todavía se ven sus restos porque la hicieron tan bien que no consiguieron borrarla, no hay ninguna placa, ningún mármol, nada que cuente esa historia de lucha para que la universidad sea tan libre como es ahora.

Y solo pongo tres ejemplos porque son suficientes para ilustrar el gran incumplimiento en la aplicación de una ley que ahora es fundamental en la legitimidad de Pedro Sánchez para liderar la lucha política europea contra la ultraderecha.

Cuidado con seguir utilizando la memoria a conveniencia o cuidado con la cobardía a la hora de aplicarla. ¿Por qué, si no, su gestión ha cambiado tres veces de cartera, una en cada uno de sus gobiernos? Primero fue de Justicia, porque Naciones Unidas se lo estaba pidiendo;  después de Presidencia ¿porque  venían elecciones generales? y ahora, de Política Territorial, ¿porque vienen autonómicas? ¿Por qué en la red social Twitter, ahora llamada X,  en el perfil de este nuevo gran ministerio (el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática), la única palabra que no sale es memoria? ¿Será posible que hayan convertido a M. en esto?

Sea valiente, Presidente, haga realidad del todo su discurso sobre algo tan crucial en este momento. Deje de guardarse ases en la manga con este asunto.

Y ya que me pongo, sea valiente, usted también, Yolanda Díaz, y apriete en este sentido. La memoria siempre fue necesaria, pero ahora se volvió imprescindible para que lo que dicen sobre ella no sean solo ladridos bonitos.

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Programa Milei: Falacias y expolio de propiedad privada y pública https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77980/programa-milei-falacias-y-expolio-de-propiedad-privada-y-publica/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77980/programa-milei-falacias-y-expolio-de-propiedad-privada-y-publica/#respond Sun, 17 Dec 2023 05:19:34 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77980 Continuar leyendo "Programa Milei: Falacias y expolio de propiedad privada y pública"]]> El presidente argentino Javier Milei en el balcón de la Casa Rosada saludando sus simpatizantes. EFE/ Enrique García Medina
El presidente argentino Javier Milei en el balcón de la Casa Rosada saludando a sus simpatizantes. EFE/ Enrique García Medina

El programa económico del presidente argentino Javier Milei, anticipado en su discurso de investidura y anunciado formalmente por su ministro de economía, Luis Caputo, se puede resumir en un conjunto de falacias, con una falacia central (que la inflación es provocada por el exceso de emisión derivada del déficit fiscal), para justificar una brutal expropiación de ingresos y de ahorros privados en pesos de los asalariados (los capitalistas tienen sus ahorros en dólares u otros activos). Lo completaría la privatización de los principales bienes comunes de los argentinos que gestiona el Estado: YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) y sus grandes riquezas en hidrocarburos, la aerolínea de bandera y un numeroso lote de activos públicos. Expropiación forzosa de propiedad privada individual y colectiva de la ciudadanía argentina al grito de "¡viva la propiedad privada y la libertad, carajo!". Cinismo de ultraderecha neoliberal siguiendo los principios goebbelianos: orquestar la propaganda repitiendo incansablemente un reducido número de mentiras hasta convertirlas en "verdad", basándose en deformaciones de la realidad con la colaboración de los medios de comunicación afines. 

La primera falacia es el mantra monetarista de Milton Friedman de que todo es un problema monetario y, en primer lugar, la inflación, usando un argumento que es contrario a sus propias conclusiones: que de los 123 últimos años en 113 hubo déficit fiscal; obviando que hubo déficit también en años de gran bonanza económica del país con baja inflación. Estados Unidos tiene déficit fiscal ininterrumpido desde principios de siglo y la fiscalmente conservadora  Alemania en 22 de los últimos 30 años. Lo que intenta ocultar esta falacia es la total correlación en Argentina entre inflación y déficit de cuenta corriente, asociado a su estructura productiva desindustrializada y/o, hasta los setenta, de una industrialización desarticulada por las corporaciones transnacionales, con estrategias globales sin eslabonamientos industriales completos en el país, lo que las hace grandes demandantes de dólares para importar de sus matrices u otras filiales del resto del mundo, en muchos casos con sobreprecios  y también luego para repatriar ("fugar") los beneficios generados localmente hacia otros países. Esta salida de rentas y los pagos de intereses de la deuda son la principal causa del déficit externo, a lo que se suman la fuga de otros capitales que se acumulan o invierten en el exterior incluyendo las guaridas fiscales para evadir impuestos o realizar negocios sucios. También la salida para turismo en todo el mundo de una clase media que declara mucho menos de lo que gana. La carencia de divisas que genera este déficit exterior fuerza endeudamiento y devaluación, y éstos, inflación y emisión monetaria (y no al revés). 

Otra falacia es lo inevitable del shock de expropiación masiva de la riqueza de la ciudadanía. La brutal devaluación del peso frente al dólar, que aumenta 100%, pasando de 400 a 800 pesos por unidad (entre 900 y  1000 incluyendo impuesto), combinada con la reducción –con el objetivo de eliminación en pocos meses- de los subsidios a la energía y transporte, más la eliminación de acuerdos de precios de alimentos suponen un saqueo a la propiedad privada de la clase trabajadora argentina (la clase capitalista tiene sus ahorros en dólares u otros activos nominados en dólares). Saqueo que anticipa de golpe, en pocos meses, la inflación equivalente a la de cuatro años bajo el ministro Sergio Massa (113,4% hasta julio, antes de que el efecto del triunfo de Milei en las elecciones primarias la duplicara en agosto y meses siguientes), y que llevará la pobreza a niveles de récord histórico.  

La falacia de la necesidad de dolarizar para eliminar la inflación

El shock de saqueo a las rentas de la clase trabajadora argentina, muy probablemente, está orientado a una dolarización una vez conseguida la reducción de la inflación. El argumento de que la dolarización es la única solución para acabar con la inflación es otra de las grandes falacias como se demostró en Zimbawe. Es en realidad el pretexto para facilitar la fuga permanente de capitales (incluidos los del narco), que ya no necesitarán preocuparse de conseguir dólares. También es, sobre todo, el mecanismo para aplastar salarios, sometidos a una competencia desigual con los salarios asiáticos más esclavistas, sin el filtro que supone la moneda nacional con soberanía en la fijación del tipo de cambio, que permite, por ejemplo, que el salario promedio en Argentina medido en paridades de poder adquisitivo en 2022 fuese equivalente a 1.064 dólares, muy por encima de la equivalencia en dólares nominales, que era menos de la mitad y muy por encima del poder adquisitivo del salario medio de Ecuador (752 dólares PPA).  


La falacia de la "inflación reprimida" por el gobierno saliente para ocultar la inflación-Milei o el principio goebbeliano de transposición: cargar sobre el adversario los defectos propios. Milei ganó las primarias anunciando que devaluaría el dólar oficial a nivel del valor en el mercado libre, para facilitar la dolarización, por lo que su triunfo provocó una devaluación inmediata de 33% de éste, y de 22% el oficial, en este caso también por presiones del FMI, duplicando la inflación mensual, desde 6,3% en julio, hasta 12,4% en agosto. Su triunfo definitivo en la segunda vuelta el 19 de noviembre recrudeció la suba de precios anticipando lo que se oficializó este martes 12. En 4 meses, entre su triunfo en las primarias de agosto y fin de noviembre, el efecto Milei, combinado con la caída de reservas provocada por la inflexibilidad del FMI que negó toda asistencia, provocó 150% de inflación, frente al citado 113% interanual hasta julio. La rígida  actitud del Fondo Monetario supuso un claro posicionamiento a favor de la derecha opositora en perjuicio de la estabilidad financiera argentina y contrasta con la que tuvo con el gobierno de Mauricio Macri, cuando violando sus propias normas, le otorgó 57.000 millones de crédito en 2018 en condiciones impagables que lastraron la gestión del último gobierno, que no fue capaz de exigir que el FMI asumiera su responsabilidad. 

La falacia de "acabar con la inflación", cuando lo que hace es adelantarla. Milei prometió liquidar la inflación como el médico que corta la fiebre matando al enfermo. Es una falacia basada en un truco de ilusionista consistente en adelantar la inflación de los próximos cinco o seis años para concentrarla en uno o dos años y luego intentar dolarizar. La inflación de hasta 40% mensual prevista por Milei para los próximos meses, hasta febrero de 2024, supondría un acumulado de inflación de más de 400% desde su triunfo en primarias en agosto, asociada a la convicción de los operadores del triunfo de Milei, primero,  y a su victoria el 19N, posteriormente.  Su referencia en el discurso del 10 de diciembre a que "la inflación viaja a 300%" es una falacia porque supone proyectar linealmente la inflación de agosto, que duplicó la de julio como consecuencia del efecto de su triunfo en las primarias. De hecho, el posterior triunfo de Massa en la primera vuelta de octubre, se reflejó en una caída de la inflación mensual, a 8,3%, por lo que  considerando que en 2024 la situación financiera se relaja por el fuerte aumento (unos 40 mil millones de dólares más) en la entrada de divisas por exportaciones del agro, minería y petróleo, combinado con importante reducción de vencimientos de la deuda externa, la presión sobre el dólar y, por tanto, sobre la inflación, se hubiese reducido permitiendo una caída de ambos y facilitando una fuerte reducción de la brecha entre dólar oficial y libre. Además esta mejora implicaría una mayor recaudación impositiva que permitiría una fuerte reducción del déficit. Todo esto juega ahora a favor del gobierno de Milei, que podrá atribuir esas mejoras a su brutal ajuste que elevará la pobreza a niveles máximos. 

Otra falacia de Milei para vender las bondades del extremismo liberal de la segunda mitad del siglo XIX que llevó a la crisis mundial de 1929 y a las dos guerras mundiales, es que hacia 1890 "Argentina fue la primera potencia del mundo", cosa que jamás fue. En esos años lo era la Gran Bretaña victoriana, aunque Estados Unidos le superó en productividad y otros indicadores en el contexto de su revolución tecnológica. Milei afirma también de que hacia 1890 la renta per cápita argentina era la más alta del mundo, lo que además de obviar que Argentina tenía solo algo más de 3 millones de habitantes, en un momento de precios altos de productos agropecuarios de exportación, es otra mentira, pues según datos del economista británico Angus Maddison, le superaban una docena de países y era menos de la mitad de la de Australia o Reino Unido. El también economista Colin Clark la situó quinta en los años treinta, en pleno intervencionismo estatal. Según Maddison, en 1948 la renta per cápita argentina se situó mejor comparativamente con Europa, y lo que es más relevante, la participación de los trabajadores en la renta nacional alcanzó un récord de 50%. La dictadura que se instaló en 1955 la redujo a 37% en 5 años. A principios de los setenta, en Argentina la participación de los salarios en la renta nacional volvía a situarse en torno al 50%, gracias al fuerte empleo industrial, lo que se traducía en una baja pobreza (4% urbana). La política neoliberal de Martínez de Hoz, ministro del régimen de terrorismo de Estado de Videla, la redujo al 30% en dos años y el peso de la industria del 33% del PIB al 20% en cuatro años, multiplicando la deuda externa por siete, lo que produjo la estanflación e hiperinflación de los ochenta que le sirvió de pretexto a Menem –la gran referencia de Milei- en los noventa para realizar privatizaciones masivas para sostener la convertibilidad que acabaría en el corralito, su saqueo de ingresos a la clase trabajadora y la brutal recesión, default de la deuda, devaluación del 66% del peso, 7 millones de desocupados y 50% de pobreza. Milei, superando a Menem, empieza con la brutal devaluación y  el saqueo de ingresos demostrando que su defensa de la propiedad privada debe entenderse como la apropiación privada por parte de unos pocos de la propiedad privada de la mayoría y de la propiedad común de los argentinos vivos y por nacer, que son los bienes naturales que tienen titularidad pública. Repetir una mentira hasta convertirla en verdad. 


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Tras la ruptura, qué https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78012/tras-la-ruptura-que/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78012/tras-la-ruptura-que/#respond Sun, 17 Dec 2023 05:01:13 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78012 Continuar leyendo "Tras la ruptura, qué"]]> La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante pleno del Congreso de los Diputados celebrado este martes en Madrid. EFE/ Fernando Villar
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante un pleno del Congreso de los Diputados. EFE/ Fernando Villar

El frágil acuerdo entre Sumar y Podemos se ha roto. Aparte de explicar su significado, es necesario el análisis del contexto y el futuro, así como los retos para la izquierda transformadora. 

No son previsibles cambios relevantes a medio plazo en esas grandes variables estratégicas que induzcan a modificar sustancialmente las alternativas gubernamentales y las mayorías parlamentarias de cara las próximas elecciones generales, dentro de cuatro años, o su posible anticipación.  

Por un lado, se da por descontada la dura oposición de las derechas extremas, contando con la activación de todos sus resortes económicos e institucionales -poder judicial, gobiernos autonómicos, aparatos mediáticos, aliados internacionales...-, pero sin capacidad de revertir su minoría parlamentaria o menguar significativamente la legitimidad cívica del bloque democrático y plurinacional.  

Por otro lado, es probable la perdurabilidad y consistencia del Gobierno de coalición progresista y sus socios parlamentarios, aun con las incertidumbres externas, socioeconómicas y geopolíticas. Al menos, a medio plazo en que pueden cristalizar varios intereses corporativos y expectativas electorales particulares que aventuren la distinta tentativa de reequilibrios de la representación parlamentaria, la reorientación política y la primacía institucional de dos actores relevantes.  


Uno, Junts, tras las elecciones catalanas y su pretensión hegemonista en la Generalitat, que podría hacerle desentenderse de la gobernabilidad estatal progresista. Otro, el propio PSOE, con la aspiración al incremento de su legitimidad social, por la doble vía de poner el freno a las derechas y su intento de recoger parte del electorado centrista, y/o bien, con la contención de Sumar y Podemos -o sectores nacionalistas- y la absorción de otra parte del electorado a su izquierda.  

En este caso se tendría que producir una triple carambola: freno al refuerzo representativo de las derechas; desgaste social y electoral de la izquierda transformadora -Sumar/Podemos-; contención de los nacionalismos periféricos. Ello en el marco de una ausencia de una activación cívica y popular relevante, incluida la nacionalista y la de movimientos sociales como el feminismo, el sindical o el ecologismo, en una dinámica de freno de sus demandas socioeconómicas, sociopolíticas y culturales y de control de las fracturas sociales. O bien, sujetando a una dimensión manejable el refuerzo reaccionario y autoritario propiciado por las derechas extremas, también en el ámbito europeo e internacional, ante las profundas crisis sistémicas y geopolíticas. 

En todo caso, es creíble el proyecto, más o menos socioliberal y continuista, del presidente Sánchez, hábil político táctico y de alianzas pragmáticas, así como con buenas conexiones con (parte) del poder establecido, principalmente de las instituciones europeas. Además, tiene una capacidad institucional y firmeza resiliente para reforzar su centralidad y autonomía política respecto, por un lado, de sus oponentes de derechas y, por otro lado, de sus actuales socios plurinacionales y de izquierda.  


Su perspectiva para la próxima legislatura sería un nuevo panorama bipartidista corregido, en particular, con el cierre del proceso relativamente convulso de esta larga década y el reequilibrio de la actual representación política dual de las izquierdas, acentuando la hegemonía de la más moderada y continuista, la socialista, respecto de la más crítica y transformadora, Sumar/Podemos, así como la regulación pactada del conflicto nacional.  

Con el permiso de la detención de la estrategia de desestabilización derechista, estaríamos en la trayectoria de consolidación de una nueva etapa de normalización institucional y del orden social con la finalización del cambio socioeconómico e institucional sustantivo y la neutralización de una fuerza sociopolítica significativa, diferenciada de la socialdemocracia socioliberal y como condicionante reformador por su izquierda. 

Retos para la izquierda transformadora

En ese marco, la izquierda transformadora tiene grandes desafíos, más todavía partiendo de la actual división en distintos grupos parlamentarios y el diferente estatus sobre responsabilidades gubernamentales, con diferencias políticas y la consiguiente competencia político-electoral. En la perspectiva de las próximas elecciones generales, dentro de cuatro años, o menos si son anticipadas, se presenta una encrucijada similar a la del 23 de julio, que empujó al acuerdo mutuo para conformar una coalición electoral: ganar a las derechas y garantizar la gobernabilidad progresista, siguiendo una senda democratizadora y reformadora. Esa realidad y esa tarea permanece invariable y aconseja el evitar un distanciamiento irreversible en el espacio del cambio de progreso que impida un nuevo acuerdo colaborativo, junto con la izquierda nacionalista.  


Hemos situado el nudo principal del conflicto y la división en la izquierda transformadora: el reconocimiento representativo de cada fuerza con la regulación proporcional de responsabilidades institucionales, junto con una negociación programática equilibrada y plural. Ha sido imposible resolverlo, y se ha dado un paso atrás.  El acercamiento queda para más adelante, pero hay que evitar el alejamiento injustificable, y mantener los puentes. 

Al mismo tiempo que el desarrollo de la acción política ordinaria se presenta el reto de las elecciones al Parlamento Europeo, con distrito único y sin riesgos para ese objetivo compartido de asegurar la gobernabilidad progresista y la consolidación el bloque democrático y plurinacional frente al reaccionarismo de las derechas.  

Pero ese emplazamiento electoral ofrece una doble posibilidad. Por un lado, la competencia relativa feroz entre las dirigencias de Sumar y Podemos por el reequilibrio representativo y comparativo entre las dos fuerzas, con sus correspondientes consecuencias para su respectiva legitimación pública y la de sus trayectorias últimas. Por otro, la evidencia empírica y democrática de la representatividad social y electoral de cada una de las dos formaciones, objeto de disputa, para evaluar objetivamente la aportación de cada cual -los sumandos- que permita una aproximación compartida y realista; e, igualmente, que posibilite un acuerdo común que permita encarar de forma unitaria la segunda parte de esta legislatura y preparar en mejores condiciones los previsibles retos políticos y el siguiente ciclo electoral de las elecciones generales -quizá adelantadas- e incluido el de las municipales y autonómicas. Merece la pena contemplar esa perspectiva. 


Además, existe un objetivo adicional. Evitar el probable deterioro de ambas fuerzas, con una reducción global del peso de ambas formaciones de la izquierda transformadora, en detrimento de las expectativas del conjunto de la alianza parlamentaria progresista y en beneficio particular del Partido Socialista -y en parte de EH-Bildu y BNG, que han acentuado su perfil social y ya se verán beneficiados en sus respectivas elecciones autonómicas-.  

Por tanto, este periodo y los resultados de esas elecciones pueden agudizar la tensión y el sectarismo y, al mismo tiempo, facilitar una oportunidad para la renovación y la colaboración. Por supuesto, cabe otra hipótesis performativa: que se hunda Podemos, confirmando la versión más excluyente dominante en muchas esferas políticas y mediáticas.   

En definitiva, la agrupación Sumar, pendiente de configurar su organicidad, como componente del bloque democrático y plurinacional que lidera el Partido Socialista, es partícipe del Gobierno de coalición progresista, con una influencia política evidente. No obstante, junto con Podemos, tiene pendiente dos desafíos significativos que estaban en el origen de su formación: ensanchar el espacio electoral que representaban las fuerzas del cambio de progreso, ya que no se ha detenido su declive global y el 23-J quedó por debajo de los resultados de las anteriores elecciones generales de 2019, y volver a aglutinar el conjunto de grupos, incluido Podemos, en una alianza consistente, unitaria y con credibilidad transformadora, capaz de constituir una referencia política e institucional para la consolidación de la siguiente etapa progresista.  


Supone frenar las dinámicas divisivas, tender puentes y dialogar sobre la articulación de un amplio frente social y democrático, con una orientación política consensuada, un liderazgo común y una distribución de responsabilidades proporcional, plural y equilibrada que supere las deficiencias y dificultades de la experiencia actual. Todo ello con la experiencia popular de lo que se está ventilando. Por tanto, desde ya y con las luces largas, habrá que poner en primer plano una solución unitaria y pluralista a esta encrucijada que avance en el proceso reformador de progreso. A ver si es capaz de conducirlo esta nueva y heterogénea élite representativa, con las renovaciones necesarias, y siempre con el imprescindible impulso de abajo, de la activación cívica transformadora.  

Superar la fragmentación, la prepotencia y el sectarismo

Se ha hablado mucho durante dos siglos de la incapacidad de las izquierdas para su unidad y su capacidad articuladora de la sociedad. Es verdad. Las derechas lo tienen más fácil, dependen de los intereses de los distintos grupos establecidos de poder económico e institucional y las estructuras de dominación. Las izquierdas deben contar con la participación democrática y cívica de las mayorías sociales subalternas; su influencia sociopolítica depende de su grado de legitimación pública y arraigo social, es decir, de la articulación democrática de la sociedad, de la experiencia igualitaria y solidaria de las capas populares. Su representación social y política debe reunir mayores valores emancipadores y democráticos, con una profunda cultura respetuosa de los derechos humanos.  

Las limitaciones de la acción política institucional, los intereses corporativos de las élites representativas, la férrea ley de la oligarquía de los partidos políticos, constituyen grandes obstáculos para la acción progresista y la vertebración social. Sus efectos son el sectarismo, la burocratización y el autoritarismo prepotente. Sin embargo, lejos de la utopía anarquizante de la ausencia de organicidad o el espontaneísmo individualista, las estructuras organizativas, sociales, culturales y políticas, y las instituciones estatales y paraestatales son instrumentos necesarios para la regulación de la vida social, son mecanismos de intermediación imprescindibles; pero son contradictorios, necesitan contrapesos democráticos y participativos y una cultura solidaria.  


La generación antifranquista se curtió en la acción por la democracia, diversos movimientos sociales y el tejido asociativo solidario han desarrollado prácticas participativas de base y fortalecido el cambio sociopolítico y cultural; la llamada generación del movimiento 15-M, como expresión de casi un lustro de variada y multidimensional protesta cívica, junto con la posterior conformación de las fuerzas políticas del cambio de progreso y la reciente cuarta ola feminista, han supuesto un revulsivo para la regeneración democrática, la igualdad y la justicia social 

La actual configuración parlamentaria y gubernamental de las izquierdas refleja la terminación de un ciclo de esa prolongada experiencia y la transición a una nueva etapa de recomposición de equilibrios representativos y prioridades estratégicas. Sin descartar un mayor debilitamiento de la izquierda transformadora y en una difícil y compleja situación, existen todavía suficientes energías sociales para empujar por una democracia social avanzada y apuntar a un frente amplio progresista, superando la fragmentación, la prepotencia y el sectarismo.  

Queda abierto el alcance de la respuesta popular y la activación cívica que pueda compartir con la acción institucional de las izquierdas un horizonte de cambio de progreso, de confianza popular en su representación social y política con suficiente credibilidad transformadora y democrática. Está por ver la recomposición, la consistencia y la capacidad de articulación social y política de esa élite dirigente para hacer frente a ese desafío. El debate y el respeto a la diversidad es fundamental, también el talante unitario, integrador y colaborativo. Esta experiencia que se inicia va a forjar, en un sentido u otro, la base de activistas y el liderazgo alternativo de la nueva etapa. Y todo ello tiene incidencia para la configuración de la sociedad y, particularmente, de la izquierda social y política en la próxima década. 

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Israel, la democracia y la 'ley del más fuerte' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78045/israel-la-democracia-y-la-ley-del-mas-fuerte/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78045/israel-la-democracia-y-la-ley-del-mas-fuerte/#respond Sat, 16 Dec 2023 05:52:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78045 Continuar leyendo "Israel, la democracia y la 'ley del más fuerte'"]]> Foto de enero de 2020 de Vladimir Putin y Benjamin Netanyahum, en un encuentro en Moscú. REUTERS/Maxim Shemetov/Pool
Foto de enero de 2020 de Vladimir Putin y Benjamin Netanyahum, en un encuentro en Moscú. REUTERS/Maxim Shemetov/Pool

Estamos presenciando la implosión de un determinado orden histórico-político. En los últimos años, la historia parece haberse acelerado y la época de tumulto que vivimos no deja de encadenar un acontecimiento tras otro, sumiendo la realidad en un caos en el que es difícil encontrar un hilo conductor que nos permita analizar hacia dónde vamos o qué rumbo toman nuestras sociedades. La inestabilidad, la volatilidad, el recrudecimiento de los conflictos y el riesgo político son características del momento histórico que vivimos.

En el plano internacional, estamos asistiendo a una limpieza étnica de Israel en Gaza. El gobierno de Netanyahu ha aprovechado el horroroso atentado de Hamas en territorio israelí para impulsar una política de tierra quemada sobre la Franja de Gaza que le permita la anexión de más territorio haciendo aún más inviable la existencia de un Estado palestino. Paralelamente a la invasión de Gaza, cuyo bombardeo sobre el territorio gazatí es el más mortífero desde que hay registros, Israel se ha lanzado a una campaña de propaganda política de descrédito de la ONU, la institución multilateral por excelencia, del derecho internacional y de todo aquel actor político e internacional que cuestionase su acción militar. Israel ha llegado a declarar al personal de la ONU como non grato en su territorio. Un Israel que nació del plan de partición que está institución esbozó como solución al conflicto entre israelís y palestinos en el año 1947.

Lo que estamos observando deja al descubierto el retorno de un orden político a nivel internacional en el que los actores con más fuerza pueden imponerse sobre aquellos que se encuentran en una situación de debilidad independientemente de que ello esté prohibido o no o de lo que la comunidad internacional lo condene. Las normas, las instituciones y los poderes que a nivel internacional actuaban como mecanismos de control, contención y canalización de estos conflictos internacionales, ya no sirven ante la nueva realidad basada en el uso del poder más crudo. El orden internacional liberal ya no parece útil ante el desorden global al que estamos asistiendo, siendo incapaz de resolver los conflictos por medio de vías diplomáticas, pese a la insistencia de múltiples actores que van desde la UE, hasta gran parte del Sur Global e incluso EEUU que ha advertido a Israel de las consecuencias humanitarias sobre el pueblo palestino de su intervención.

Sin embargo, este proceso no sólo se da a nivel internacional. Cuando hablamos de que el orden político se resquebraja también es a escala nacional. Es un proceso paralelo al que está ocurriendo en el seno de la democracia liberal. Desde la crisis de 2008, los sistemas políticos de la mayoría de las democracias liberales avanzadas se han visto sometidos a un nivel de tensión sin precedentes. La desigualdad, la pérdida de condiciones de vida, la frustración social, las expectativas incumplidas y la batalla cultural y moral son la causa de la polarización ideológica y afectiva que está alterando profundamente algunas de las características de los sistemas democráticos.

Esta alteración es lo que autores como Adam Przeworski denominan la ruptura del compromiso político-electoral: acciones, reformas y cambios legales realizados por algunos actores políticos para dificultar su derrota y acabar con la competitividad electoral para perpetuarse en el poder. La supresión de la alternancia por la fuerza, en definitiva. Algunas de estas acciones son el control de los tribunales judiciales, de los medios de comunicación o de instituciones administrativas independientes, pero también la supresión directa del derecho a voto en algunos colectivos, las restricciones a la libertad de expresión y asociación o incluso la prohibición de determinados partidos políticos. Esto ha ocurrido en países como EEUU, Brasil, Polonia y Hungría permitiendo a los actores en el gobierno (todos ellos opciones reaccionarias y nacionalistas), imponer su fuerza sobre el resto de la sociedad. Es en este contexto en el que debemos entender los asaltos al poder legislativo y ejecutivo en EEUU y Brasil o la alteración institucional que se ha llevado a cabo en Hungría o Polonia.

Las normas, la cultura política, el derecho y las instituciones que fundamentaban el liberalismo político (ya sea a nivel nacional como internacional) se rompen ante nuestra mirada incrédula. Y es en ese proceso de deterioro acelerado en el que estamos viendo que aparece algo tan primitivo como la ley del más fuerte: determinados actores políticos -ya sean grupos ideológicos, partidos políticos o Estados- intentan imponer su criterio, su programa o sus intereses por medio del uso de la coacción -o (como en el de Israel o las opciones políticas reaccionarias) directamente de la fuerza física. Estos actores se sienten lo suficientemente poderosos y legitimados para vulnerar todas las normas de contención y todos los mecanismos institucionales generados para que ningún actor político se imponga sobre la integridad física y moral de otros actores al saber que no tendrá costes para ellos.

Pero este uso de la fuerza no solo se explica por la existencia de actores cada vez más poderosos. La hipocresía discursiva también es una de las razones que lo sustenta. La doble vara de medir que tienen algunos actores, y aquí el conflicto entre Israel y Palestina es un grandísimo ejemplo que expone la hipocresía de EEUU y la UE que son capaces de poner en duda todo el discurso que han mantenido respecto a Ucrania, también acaba legitimando el uso de la fuerza en las relaciones internacionales. Cuando algunos conflictos que implican el uso de la fuerza se moralizan y otros no, este queda legitimado como una herramienta más que será juzgada en función del actor que la ejecute.  ¿Cómo pueden las instituciones americanas y europeas condenar los bombardeos en Ucrania y volver la espalda a los que se están produciendo en Gaza? Si unos bombardeos son legítimos y otros no, el uso de la fuerza será válido en función de quien lo lleve a cabo, justificando a ojos de muchos actores internacionales su utilización.

Algo parecido a lo que sucede en las democracias liberales: si el establishment mediático, cultural y político considera que el peligro para la supervivencia del orden liberal-democrático viene de una serie de reformas económicas, sociales y ecológicas promovida por la izquierda, y no por el asalto a las instituciones y los derechos civiles y políticos que llevan a cabo las derechas reaccionarias, se están blanqueando una serie de comportamientos que son lesivos para el sistema democrático. Considerar a la extrema derecha, una familia ideológica que pretende en el mejor de los casos deteriorar el sistema democrático, como un actor más de la competición política, es legitimar su programa y su estrategia política. El resultado final es que aquellos actores poderosos que buscan imponer sobre los otros sus intereses a costa de los derechos de los demás pueden recurrir a cualquier táctica con tal de conseguirlo.

En el contexto actual, el doble rasero del orden internacional liberal está siendo sustituido por un desorden o tumulto global basado en la ley del más fuerte y las fallas institucionales de la democracia liberal están abriendo la puerta hacía una autocratización de nuestros sistemas democráticos en que las decisiones de una mayoría política, supuestamente orientada a la defensa de la comunidad, acabe lesionando los derechos y libertades de la minoría o de la oposición acabando con un precepto básico: la alternancia política.

Ante esto, las fuerzas democráticas -y aquí incluyo a la izquierda, pero también aquellos sectores liberales o conservadores que creen que el mundo o sus sociedades no puede regirse por la ley de la selva- deben apostar por un programa político que reforme las instituciones existentes para hacerlas más poderosas y eficaces ante las amenazas de los más fuertes. Controlar y reducir el poder de los más fuertes. Mecanismos que garanticen que la fuerza no será una herramienta para resolver ningún conflicto social. Un fortalecimiento institucional ante los anhelos autoritarios existentes. Unas instituciones que redistribuyan el poder realmente por medio de mecanismos democráticos -ya sea a escala nacional como global- y que sustenten las condiciones sociales, económicas y políticas necesarias para que el nuevo orden que nazca de este desorden global sea más justo a todos los niveles. Unas instituciones, en definitiva, fundamentalmente democráticas en las que el poder esté repartido socialmente y en las que ningún actor pueda imponerse sobre los demás. De lo contrario, nos jugamos que el mundo sea un lugar en el que los más fuertes pisoteen sistemáticamente a los demás.

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El presidente de la Infancia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78030/el-presidente-de-la-infancia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78030/el-presidente-de-la-infancia/#respond Sat, 16 Dec 2023 05:37:45 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=78030 Continuar leyendo "El presidente de la Infancia"]]> La cartera del nuevo Ministerio de Infancia y Juventud, en el acto de toma de posesión de su responsable, Sira Rego. EUROPA PRESS
La cartera del nuevo Ministerio de Infancia y Juventud, en el acto de toma de posesión de su responsable, Sira Rego. EUROPA PRESS

Se habla mucho de Pedro Sánchez, pero muy poco de la importancia y compromiso del presidente del Gobierno con la infancia desde sus inicios. De hecho, una de las primeras medidas que tomó Pedro Sánchez nada más pisar la Moncloa en 2018 fue crear el Alto Comisionado Contra la Pobreza Infantil, dependiente de Presidencia. Los que le conocen de cerca, dicen que la lucha por proteger los derechos de la infancia es casi una obsesión para él.

Con el nuevo Gobierno celebramos la creación de la cartera ministerial para este cometido, por fin podemos decir que tenemos un Ministerio de Infancia y Juventud que trabajará de forma transversal con todos los ministerios para continuar y ampliar todas las políticas que se llevaron los últimos años en cuanto a la lucha contra la pobreza infantil, la protección de los menores más vulnerables, o la lucha sin precedentes para la prevención de la obesidad infantil o del bullying, así como la atención a la salud mental de la población infanto-juvenil. Todo ello enmarcado en la primera Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia creada bajo el anterior mandato de Pedro Sánchez, y que ahora promete será reforzada con importantes recursos para intensificar la lucha contra los abusos sexuales de menores, también los cometidos en el seno de la iglesia, en línea con las recomendaciones que dicta el Defensor del Pueblo en base a los terribles datos. Este tipo de políticas, son las que dan sentido a todo, porque son las que trabajan sobre una realidad invisible pero muy dura que debería de ser prioritaria para todos los gobiernos.

Además, en los últimos años, la protección de la infancia se volvió más necesaria que nunca, ante los ataques de la ultraderecha contra los menores extranjeros no acompañados, esos niños y niñas que llegaban de otros países sin recursos y sin familias en busca de oportunidades por pura supervivencia, al igual que aquellos niños españoles que se fueron solos a Rusia por la barbarie de la Guerra Civil Española. Una realidad muy triste, pero más triste todavía es usar una campaña política para atacar a niños, como hizo VOX con el consentimiento y silencio cómplice del PP que lejos de reprobar este tipo de políticas premió a la ultraderecha facilitando su acceso a las instituciones de la mano de Feijóo a través del bautismo institucional de los gobiernos bipartitos PP&VOX en autonomías y gobiernos locales.

Es imprescindible blindar los derechos de la infancia para trabajar sobre la prevención de su salud mental, ante los efectos del mal uso de las TRIC (Tecnologías de las Relaciones, la Información y la Comunicación). Los profesionales de la salud mental observamos con mayor preocupación cómo se incrementa la necesidad de proteger a los menores en esta cuestión, debido a los problemas de adicción o efectos negativos sobre la autoestima de los menores como consecuencia de esta nueva realidad sobre la primera generación nativa digital.

Todo ello, unido a la necesidad de políticas específicas dirigidas a la juventud, es una garantía de trabajo por nuestro capital humano. Ante la necesidad de emancipación de la juventud a una edad más temprana y del acceso a una vivienda que les permita realizar su proyecto de vida unido a oportunidades labores adaptadas a su formación en nuestro país. En Galicia sabemos muy bien de lo que hablamos, tras perder generaciones de jóvenes en la "era Feijóo", que tuvieron que emigrar a otras comunidades autónomas o países por falta de oportunidades laborales acordes a su formación y expectativas.

Por todo ello, uno de los mejores legados de Pedro Sánchez será su apuesta y trabajo por los derechos de la infancia y juventud como deuda moral con los niños y niñas más vulnerables de nuestro país, que más que nunca no sólo son el futuro, sino que son el presente. Sin duda tenemos vigente al gobierno que más trabajó y trabajará por la infancia.

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Sumar/Podemos: Luces largas https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77995/sumar-podemos-luces-largas/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77995/sumar-podemos-luces-largas/#respond Sat, 16 Dec 2023 05:22:49 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77995 Continuar leyendo "Sumar/Podemos: Luces largas"]]>  

Ione Belarra (izq) y Yolanda Díaz (Derecha) haciendo declaraciones sobre la ruptura Sumar-Podemos. EFE/ Borja Sanchez-Trillo
Montaje de imágenes de Ione Belarra (izquierda) y Yolanda Díaz (Derecha) haciendo declaraciones tras la ruptura Sumar-Podemos / Público-EFE/ Borja Sanchez-Trillo

La dirección de Podemos ha decidido salirse del grupo parlamentario de Sumar e incorporarse al grupo mixto. Se abandona el acuerdo constitutivo de la coalición Sumar firmado por dieciséis grupos políticos. Es una decisión unilateral, no pactada con el resto del grupo parlamentario, aunque sí comunicada antes de hacerla pública, de carácter colectivo y motivación política. O sea, cinco diputados y diputadas ejecutan una opción decidida por su partido político, Podemos, al que pertenecen y que los propuso como sus representantes en las listas electorales de la coalición.  

Lo justifican al amparo de la reciente decisión masiva de su militancia -más del 86% de cerca de 31.000 votantes- de garantizar su capacidad de acción política, con su autonomía frente a Sumar, y a la vista de su marginación e imposibilidad operativa en ese grupo parlamentario. Más allá de su controvertida calificación jurídica respecto del pacto contra el transfuguismo, conviene poner el foco en su trascendencia política. Veamos el significado de este hecho, su justificación y su contexto.  

En un tema tan sensible y complejo se exige el máximo rigor analítico y una profunda actitud democrática, unitaria y respetuosa con el pluralismo. Se trata de poner las luces largas que permitan iluminar el presente y un recorrido suficiente del devenir de la izquierda transformadora desde la perspectiva de un objetivo compartido: garantizar una gobernabilidad de progreso que impida la involución de las derechas y garantice el avance social y democrático para la mayoría social.  


El acuerdo político alcanzado para presentarse conjuntamente a las elecciones generales del 23 de julio era positivo y consiguió unos resultados político-electorales mínimos en dos planos. Uno, obtener una representación parlamentaria suficiente de la izquierda alternativa para contribuir al gran reto de alcanzar una mayoría parlamentaria del bloque democrático y plurinacional. Otro, más específico, condicionar la primacía del Partido Socialista en la gobernabilidad y promover un proyecto reformador y democratizador de país más ambicioso.  

Ese acuerdo, a pesar de ser considerado injusto por Podemos por no reflejar adecuadamente su representatividad y dado lo que estaba en juego y las constricciones de la ley electoral, ha sido un ejercicio de responsabilidad de todas las partes tras un objetivo superior. Ha asegurado esa remontada progresista y ha vencido a las derechas y su proyecto regresivo y autoritario. Ha cumplido su primer gran cometido, pero ha demostrado su fragilidad para mantener su sostenibilidad y avanzar en su consolidación.  

El hecho evidente es la incapacidad de una actuación compartida, plural y proporcional, con una articulación democrática y unitaria de todo el conglomerado del grupo parlamentario plurinacional de Sumar. La crítica de Podemos a su marginación de las responsabilidades y posibilidades de iniciativa parlamentaria y gubernamental es convincente, y es admitida de forma transversal en la mayoría de la opinión publicada. En ese sentido, Podemos considera incumplido el acuerdo por un trato no equitativo, y lo deja sin efectos. 


Se enmarca en la existencia de ciertas discrepancias políticas sintetizadas, esquemáticamente, entre una corriente de izquierda más amable y posibilista que apuesta, sobre todo, por el diálogo social y la cooperación con el Partido Socialista y una tendencia más exigente, crítica -ruidosa- y transformadora, más diferenciada de la socialdemocracia. 

No entro en el detalle. Es bien sabido que las derechas y el poder establecido -institucional, mediático, económico...-, han ejecutado una estrategia de contención, con muchas medidas antidemocráticas, de la dinámica transformadora que han venido propugnando las fuerzas del cambio de progreso y, en particular, Podemos. Así mismo, el Partido Socialista ha realizado, con el sanchismo, un proceso de cierta renovación y reorientación política más de izquierdas y abierta a las alianzas con su izquierda (y los nacionalistas) que le ha permitido, junto con sus amplios recursos institucionales, recuperar parte de su electorado perdido, achicar el espacio socio electoral de la izquierda alternativa, frenar sus demandas de cambio sustantivo y debilitar su representación institucional. 

En ese marco de descalificación de Podemos añado un elemento crucial, extendido también entre las izquierdas, que ha contribuido a su aislamiento político y su deslegitimación social: la visión excluyente de que Podemos resta y no suma. No entro a valorar sus deficiencias y errores. Tengo escrito mucho sobre su trayectoria en el contexto de esta última década. Lo que me interesa destacar aquí es que esa valoración de Podemos como un obstáculo para el ensanchamiento electoral progresista y el refuerzo transformador y no como un activo positivo y necesario, aun con sus límites e insuficiencias, lleva a impedir el diálogo y la colaboración en el espacio del cambio y a justificar una actitud prepotente y sectaria de marginación. Conlleva una actitud antipluralista. Con esa idea, la solución sería su liquidación o, al menos, colocarlo en una posición subalterna e inoperativa. La reacción sectaria contraria hacia Sumar es la acusación de traición y entreguismo al poder establecido, con llamada a la venganza. Bloqueo total. 


Desde esa lógica negativa del papel de Podemos y el no reconocimiento de su representatividad, no tiene sentido la colaboración o los procedimientos democráticos para dilucidar las propuestas políticas y responsabilidades institucionales; prima la imposición de la opción de excluir lo que resta e infravalorar lo que puede sumar. Y ello choca, evidentemente, con su subjetividad de pretender ser el motor transformador de la coalición, o de hablar de unidad y frente amplio, siempre de forma instrumental para cada cual, y solamente en el supuesto del particular predominio dirigente de la confluencia. 

En un sistema democrático-pluralista se pueden admitir las creencias de cada actor sobre la corrección y la conveniencia de su propuesta política y su legitimidad para aspirar a una posición institucional más relevante sobre su orientación y liderazgo. Pero requiere dos complementos básicos: negociación y lealtad a unos objetivos compartidos, y procedimiento democráticos y respetuosos del pluralismo, a mediar y converger. Y ello sin recurrir a las ventajas externas adicionales para adquirir mejores condiciones o posiciones de partida que privilegien los propios intereses personales o de grupo, que corroen el propio espíritu democrático.  

Se trata de ser realista sobre la persistencia del pluralismo político, la diversidad ideológica y el conflicto de intereses y, al mismo tiempo, arbitrar la voluntad unitaria y los mecanismos deliberativos y decisorios adecuados. Complejidad que exige calidad ética y compromiso cívico, que no siempre se valoran en la selección de las responsabilidades orgánicas e institucionales.  


A mi modo de ver, esas discrepancias políticas, con diversas implicaciones estratégicas y teóricas, podrían convivir en un amplio frente plural a condición de mantener un sistema de evaluación realista sobre su efectividad para el bienestar social o el interés común compartido y consensuar los procesos orgánicos para su deliberación, decisión y gestión. Lo que es incompatible es la visión sectaria y excluyente del otro grupo político, normalmente con fanatismos justificativos, que ni siquiera permite el diálogo, la regulación del disenso y la colaboración constructiva. Lo que falla es la calidad democrática y ética en la articulación organizativa, vinculada con la voluntad transformadora. En definitiva, es imprescindible una cultura política democrática por su capacidad participativa, su respeto de la pluralidad y su capacidad integradora y de liderazgo compartido, aspectos no muy boyantes en la izquierda política. 

Qué tipo de cambios se producen

Como han expresado, Podemos mantiene su compromiso, ratificado ampliamente por su militancia (el 86% de más de 55.000 personas inscritas participantes), de apoyar al socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, participar en la mayoría parlamentaria, democrática y plurinacional, que respalde la suficiente estabilidad gubernamental en esta legislatura y neutralizar la ofensiva reaccionaria de las derechas extremas. Aunque no ha participado directamente en los grandes pactos gubernamentales del Partido Socialista con los independentistas catalanes, sobre la normativa para encauzar el conflicto catalán -la ley de amnistía- o con la dirigencia de Sumar sobre el programa de reformas sociolaborales, su posición es clara: la exigencia de mayor coherencia y ambición transformadora, no reducir su impacto reformador, frente a lo que propugnan las derechas y el empresariado.  

En lo primero, para reforzar el carácter plurinacional y democrático del Estado, las alianzas con las izquierdas nacionalistas frente al peso de las derechas y el reforzamiento de la convivencia intercultural y la cooperación federal/confederal frente a la crisis territorial. En lo segundo, para acentuar unas reformas sociales y democráticas más ambiciosas, que frenen los riesgos de desigualdad social y de género, así como de desprotección pública, provenientes de los grandes poderes económicos y las incertidumbres geopolíticas, institucionales y medioambientales.  Y hay un tercer campo de estrategias políticas respecto de los llamados temas de Estado o especialmente sensibles (Igualdad), muchas no negociadas por el Partido Socialista con Sumar, con diferencias más o menos explícitas y relevantes, y cuya competencia gestora y discursiva las asume prácticamente en exclusiva: relaciones internacionales (Palestina, Sahara, gasto militar y OTAN,...), política macroeconómica y fiscal, democratización del Estado...  


Por tanto, existe un amplio y heterogéneo campo de medidas programáticas que conforman un mínimo de coherencia democrática y progresista en el que está comprometidos los socios del Gobierno de coalición junto con las izquierdas (ERC, EH-Bildu, BNG) y las derechas nacionalistas periféricas (Junts, PNV, CC) y, ahora, con Podemos. Su reajuste de grupo parlamentario solo añade un poco de mayor complejidad negociadora y articuladora a ese diversificado bloque democrático y plurinacional que, sobre todo, está amalgamado por un interés compartido: vencer institucionalmente al bloque de las derechas extremas y evitar la involución social y autoritaria. 

En definitiva, desde el punto de vista de las relaciones de fuerzas políticas, los equilibrios estratégicos de los dos bloques y la estabilidad de la gobernabilidad y la acción legislativa ese cambio en la adscripción parlamentaria de Podemos tiene un impacto limitado. En ese sentido, la reacción de la dirección socialista ha sido realista, presidida por la serenidad discursiva, el reconocimiento de la pluralidad existente y la negociación multilateral entre los socios de investidura y legislatura para integrar a Podemos en la nueva configuración de la gobernanza progresista. Todo ello compatible, en un doble ejercicio, con su demanda de "poner orden en Sumar". El conflicto se produce, sobre todo, en la articulación de la izquierda transformadora, en el reequilibrio representativo y de influencia política entre Sumar -y sus distintos grupos- y Podemos, tema que exige también un tratamiento con luces largas. 

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https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77995/sumar-podemos-luces-largas/feed/ 0 Ione Belarra,Podemos,sumar,yolanda díaz
Boca de Sauron, Boca de Sánchez https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77950/boca-de-sauron-boca-de-sanchez/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77950/boca-de-sauron-boca-de-sanchez/#respond Sat, 16 Dec 2023 05:07:54 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77950 Continuar leyendo "Boca de Sauron, Boca de Sánchez"]]> MADRID, 12/12/2023.- El ministro de Transporte, Óscar Puente, durante la sesión de Control al Gobierno celebrada este martes por el pleno del Senado. EFE/ Sergio Pérez
MADRID, 12/12/2023.- El ministro de Transporte, Óscar Puente, durante la sesión de Control al Gobierno celebrada por el pleno del Senado. EFE/ Sergio Pérez

Boca de Sauron es un personaje de El Señor de los Anillos. Un heraldo. El portavoz del malvado Sauron. Boca de Sauron tiene una presencia pequeña, muy pequeña, en El Señor de los Anillos. Aparece únicamente en El Retorno del Rey (de hecho en la versión original estrenada en cines no aparece, pero si en las ediciones extendidas) para, como hace en el libro, donde también tiene un papel muy pequeño, amenazar a los protagonistas e instarles a que se marchen de allí.

Todo líder tiene emisarios. Toda organización política tiene sus portavoces. Portar la voz. Encarnar al otro en uno. Ser la voz de terceros.

Desde hace unas semanas, se habla del cambio en el registro comunicativo del PSOE. Desde la carcajada de Sánchez ante Feijóo en la sesión de investidura a Óscar Puente respondiendo "me gusta la fruta" ante quienes critican su tono en redes sociales o en los debates. Hablar como te habla el adversario.

Es, sin duda, un momento nuevo en lo comunicativo. Hablar como te habla la derecha. Responder a las burradas de Ayuso con las burradas de Ayuso.


¿Qué consigue este forma de comunicación? Fundamentalmente tres cosas: ocupar el espacio, aglutinar a los sectores más activos de tus fieles (followers) y desarrollar una comunicación magnética muy enfocada a X, la red social anteriormente conocida como Twitter, en la que todos nos quejamos de su toxicidad a la vez que gozamos de reproducir sistemáticamente la misma. Es la sublimación de la cultura del zasca. Genera también buenos videos virales para Instagram. Produce adhesión y orgullo de parte.

Durante muchos años la derecha lo llamó ser una "derecha sin complejos".

Me permito problematizar algunos elementos de esa estrategia desde una posición que reconoce, lo primero, la dificultad para ello. Qué duda cabe que hay algo gozoso en responder a quien ha hecho del insulto y el trazo grueso con la misma moneda. El problema, para mí, viene de otra parte.


Algunos problemas de esta estrategia.

Por un lado es problemático pensar que los buenos resultados de la derecha en nuestro país vienen en exclusiva de una estrategia de comunicación. Por ejemplo, la idea de que Ayuso tiene mayoría absoluta por esta estrategia. Que no juegan elementos tales como la concentración mediática madrileña y, sobre todo, una hegemonía política de casi 30 años de producción de políticas públicas neoliberales pero con el colchón del estado. No hay ninguna comunidad autónoma que represente mejor la mentira neoliberal que Madrid. Tiene la concentración de instituciones públicas y funcionarios más alta del país, pero vende que es rica gracias a las empresas privadas que se instalan aquí. Ayuso ya ganó las elecciones en 2019, cuando aún no era Ayuso. Cifuentes ganó las elecciones en 2015, cuando el PP estaba en medio de una crisis que parecía terminal. Ahí están.

El segundo problema estratégico es que, si bien es un tipo de comunicación que gusta a las capas más movilizadas de tus comunidades, no llega a los lugares dónde la atención por la política es menor. Fuera del círculo de la opinión publicada (que ahora incluye las propias redes), las pasiones tanto a izquierda como a derecha siguen teniendo componentes materiales. Cualquier ministro del gobierno tendrá margen para ser más duro cuanto más efectivo sea en conectar con las preocupaciones de quién no hace favs, ni retuits.


También es problemático si este modelo de comunicación dura se usa para tapar problemas de otra índole. Dar buenos zascas no constituye una explicación útil.

El tercer problema es que vuelve a sustituir el eje arriba-abajo por un eje bipardista, en el que en vez de modernizar, democratizar y construir un país que pueda ir hacia adelante, construyes una legitimidad que siempre se basa en la centralidad que le das a otro partido. Esa estrategia pasa, entre otras cosas, por utilizar gestos de Vox de una importancia material mínima y convertirlos poco menos que en asuntos de estado. Cuando tu fuente fundamental de legitimidad es el miedo a la extrema derecha, tienes el problema de que ese miedo permanente te viene mejor que terminar de derrotar a una extrema derecha con muchas posibilidades de desaparecer en un corto espacio de tiempo.

Porque quizás el problema fundamental tiene que ver con el modelo de país que se defiende. Si defendemos un modelo con una sociedad civil fuerte, lo más libre y autónoma posible, nuestra fuerza estará centrada en crearla, intensificarla, tejerla. Pero si el modelo es recuperar un modelo de sociedad débil que sólo dispone de zascas y votos, entonces es posible que esta estrategia sea la más exitosa.

La experiencia de los últimos 10 años nos dice que construir organizaciones que se lo dejan todo a una comunicación más dura y poco más deja de atraer relativamente pronto a gente nueva y produce una cultura político-mediática con muchas dificultades para hablarle a la sociedad real.

Boca de Sauron desaparece en el momento en el que empieza la batalla por la Tierra Media. Se supone que muere, pero los libros no nos dicen nada de su destino. Esa es otra de las cosas que pasan con las estrategias de comunicación: son efímeras.

Nuestro problema político fundamental es la persistencia, construir densidad. Todo es presente, y el presente es una trituradora. Si hace un mes le dicen al PP que se va a aprobar en el Congreso el trámite de la Ley de Amnistía en un ambiente algo bronco, pero de absoluta normalidad democrática, seguramente se habrían echado unas risas mientras se encaminaban a las masivas manifestaciones que representaban (esa semana) el sentir general.

Quiero decir, la partida es, sobre todo, larga.

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https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77950/boca-de-sauron-boca-de-sanchez/feed/ 0 Isabel Díaz Ayuso,partidos,Pedro Sánchez,PSOE
Nicolás Redondo, la fuerza de la coherencia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77941/nicolas-redondo-la-fuerza-de-la-coherencia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77941/nicolas-redondo-la-fuerza-de-la-coherencia/#respond Fri, 15 Dec 2023 05:22:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77941 Continuar leyendo "Nicolás Redondo, la fuerza de la coherencia"]]> Nicolás Redondo Urbieta murió el 4 de enero de 2023. Toda su vida mantuvo su compromiso socialista y fue un grande del sindicalismo español de la segunda mitad del siglo pasado. La Unión General de Trabajadores y la Fundación Largo Caballero organizaron un homenaje este jueves 14 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la Gran Huelga General de 1988. En el acto se presentó un documental, una exposición y un libro en el que he tenido el honor de participar con estas notas. Quiero hacerlas públicas como agradecimiento a Nicolás y para dar mi punto de vista sobre qué pasó hace 35 años. Quizá nos puedan ayudar a comprender mejor la realidad actual, los encontrados afanes por mejorar y por no mejorar el mundo y el papel jugado por cada personaje. Quizá nos puedan ayudar a comprender mejor la realidad actual, los encontrados afanes por mejorar y por no mejorar el mundo y el papel jugado por cada personaje. Aquí la lección es clara: siempre es el tiempo el que hace de notario y da o quita razones.

Foto del 16 de diciembre de 1988, de Nicolás Redondo, entonces secretario general de UGT, dirigiendose a los manifestantes desde un estrado al término de la marcha de protesta celebrada dos días después de la huelga general del 14-D. EFE
Foto del 16 de diciembre de 1988, de Nicolás Redondo, entonces secretario general de UGT, dirigiendose a los manifestantes desde un estrado al término de la marcha de protesta celebrada dos días después de la huelga general del 14-D. EFE

La historia de Nicolás Redondo es la de un obrero vasco con clara conciencia y compromiso con su clase. De ideología socialista, se organizó durante la dictadura y por ello sufrió la represión: fue encarcelado, desterrado y despedido del astillero la Naval. No eran muchos estos obreros socialistas del interior que representaban el sector histórico del PSOE, algo que, unido a su fuerte carácter, le convirtió en un líder de referencia. Tanto, que pudo haber sido el secretario general del PSOE en el Congreso de Suresnes. Hablaré de mi relación con él durante y después de la etapa de la unidad de acción sindical.

Apuntaría antes que, desde la transición democrática, la prioridad para la UGT era implantarse como sindicato, ya que las siglas históricas no aseguraban por sí mismas la presencia en los centros de trabajo. Este objetivo condicionó todo, tanto la hermandad con el PSOE, como la difícil relación con CCOO, que era el sindicato con mayor implantación, la competencia en las elecciones sindicales, y que estaba dirigido también por un gigante: Marcelino Camacho.

La victoria electoral del PSOE de 1982 supuso un reto especial para la UGT. Era un gobierno del partido hermano, pero a pesar de los lazos históricos entre las dos organizaciones, había un imperativo de defensa de los trabajadores que haría crujir las cuadernas del barco común. El primer desencuentro entre el sindicato y el Gobierno de Felipe González se produjo con algo en principio positivo: la ley de 40 horas de trabajo semanal. El Gobierno permitió que se aplicase en cómputo anual como una manera de aguarla y congraciarse con la patronal. Aquello abrió una brecha de desconfianza que no dejaría de crecer a medida que los gobiernos de Felipe González aplicaban políticas social liberales.

El segundo gran choque fue la reconversión industrial de sectores económicos estratégicos (siderurgia, astilleros, minería, etc.). Hubo importantes movilizaciones sindicales y la UGT acabó aceptando los cierres y firmando un acuerdo para evitar los despidos traumáticos con los Fondos de Promoción de Empleo y con promesas de reindustrialización de las zonas afectadas que apenas funcionaron.

En 1985, la reforma que endurecía el sistema de pensiones, del ministro de Trabajo y exdirigente de UGT, Joaquín Almunia, fue otra ruptura. Si bien UGT no convocó la Huelga General del 20 de junio con CCOO y el resto de los sindicatos, sí que participó en una manifestación conjunta previa de rechazo. La UGT y el Gobierno del PSOE chocarían de nuevo por la política económica en 1987. Nicolás Redondo y otros dirigentes de UGT como Antón Saracibar y Cándido Méndez dimitirían como diputados socialistas.

Pero el gran desencuentro se dará con los restrictivos Presupuestos Generales del Estado para 1989 y con el Plan de Empleo Juvenil que aumentaba gravemente la precariedad. Aquello facilitó la unidad de acción sindical entre CCOO y UGT, así como la convocatoria de la que sería la mayor Huelga General de la democracia, el 14 de diciembre de 1988. Una huelga que fue un éxito en un doble sentido: por su gran seguimiento que hizo que el país se paralizase; y por sus resultados, ya que el Gobierno retiró su Plan de Empleo Juvenil y tuvo que negociar partidas presupuestarias y medidas legales para compensar a los empleados públicos y pensionistas, aumentar la cobertura al desempleo y establecer nuevos derechos como las pensiones no contributivas.

Después del 14-D, todavía habría dos huelgas generales más contra las políticas gubernamentales. En 1992, una de media jornada, y otra en enero de 1994 para rechazar una reforma lesiva del Estatuto de los Trabajadores. La Huelga General de enero de 1994 fue complicada. Tuvo un seguimiento muy alto y una mala gestión posterior. No todos los sectores sindicales la apoyaron con el mismo entusiasmo. De hecho, pasó factura a sus principales impulsores: la UGT y lo que luego sería el Sector Crítico de CCOO. Después de ella se produjo la operación de derribo contra Nicolás Redondo y una competente dirección de UGT desde el felipismo, aprovechando la crisis de la cooperativa de viviendas PSV que tenía suelo, cooperativistas y un problema de financiación que no se ayudó a resolver. También fue el origen de la crisis interna de CCOO que culminaría en el 6º Congreso (1996).

En lo personal, he mantenido una relación de amistad y afecto con Nicolás fruto del intenso trato en el periodo de la unidad de acción entre UGT y CCOO, y sostenida todos estos años hasta su muerte con encuentros y conversaciones telefónicas regulares. Sorprendía su interés por todo, por el sindicalismo, la política y por cómo nos iba a los demás. Nos solía enviar artículos que le interesaban, muchos en francés, idioma en el que leía desde su experiencia de niño de la guerra. Y le gustaba comentar los artículos que nosotros escribíamos, instándonos a no dejar de hacerlo. Daba gusto escuchar su voz cantarina al teléfono y discutirlos con él, que argumentaba con la misma pasión de siempre. Esa energía y esa claridad mental para analizar la realidad le duró hasta el final de su vida.

Nicolás Redondo, que nunca dejó de ser un socialdemócrata de verdad, se situaba cada vez más a la izquierda dada la evolución de los gobiernos de Felipe González. El tiempo es un notario que da y quita razones. Visto con perspectiva, si Redondo no hubiera defendido la autonomía del sindicato frente a las políticas neoliberales, aunque las aplicara el PSOE, hubiera liquidado a su organización por una complicidad incomprensible desde el punto de vista de clase. Amarrarse al mástil de la coherencia para poder aguantar las presiones externas e internas, es algo que le deben agradecer a Nicolás su organización y los trabajadores de este país. La firmeza y la dignidad como enseña, son los mejores atributos que puede tener un socialista.

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Trabajar para la guerra https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77926/trabajar-para-la-guerra/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77926/trabajar-para-la-guerra/#respond Fri, 15 Dec 2023 05:07:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77926 Trabajar para la guerra
REUTERS/Mohammed Salem

A los 14 años la filósofa francesa Simone Weil alcanzó una certeza que ya no abandonó nunca: "Cualquier ser humano, aun si sus facultades naturales son casi nulas, puede penetrar en el reino de la verdad con solo desear la verdad y hacer perpetuamente un esfuerzo de atención para alcanzarla". A través de la atención y de la acción, Weil tratará de conducir su corta existencia afanándose en cumplir con el mandato autoimpuesto de vivir una vida consciente. Weil, judía de nacimiento, maximalista, revolucionaria, pacifista y mística, hubiera llorado como muchas lo hacemos cada día por el dolor, el sufrimiento y la muerte que Israel inflige con una desmesura inhumana desde hace dos meses al pueblo palestino de Gaza.  

Weil, que solo conoció un mundo en guerra, pues nació en 1909 y murió en 1943, se quedaría perpleja al constatar cómo la tecnología militar ha evolucionado hasta el punto de hacer posible en algo más de 60 días una masacre de la envergadura de la que está teniendo lugar en la Franja. Pero sin duda a nuestra filósofa enjuta de corta melena y gafitas redondeadas lo que más le hubiera sorprendido es que tal cosa esté teniendo lugar ante los ojos del mundo. Con seguridad Simone nos preguntaría dónde está nuestra atención; por qué incluso teniendo enfrente las imágenes rehusamos aceptar la verdad que transmiten, el horror que nos cuentan; ¿acaso nuestro ensimismamiento es tal que nos impide mirar y ver, actuar en consecuencia con el reconocimiento del sufrimiento del otro, de su desgarradora desdicha?  

Saturadas y sobreexpuestas, aturdidas y ensimismadas, pareciera que nuestra atención a la verdad y nuestra capacidad de actuar en consecuencia se aleja. Con relación a Gaza es imposible negar hoy lo que está sucediendo y, sin embargo, no termina de pasar nada que lo detenga. ¿De dónde viene toda esta indiferencia? ¿Qué desarrollo histórico nos ha traído al punto en el que estamos? ¿Podemos decir ya abiertamente que los derechos humanos y su defensa se evidencian incompatibles con el racismo que nos atraviesa? Porque es racismo lo que hay detrás del desprecio a las muertes de civiles que Israel está causando en Gaza. Quienes hoy se muestran incompetentes, Estados y organismos internacionales, no dudaron en prestar su apoyo incondicional a Ucrania cuando sufrió la invasión de Rusia.  

Al margen de consideraciones geoestratégicas, el racismo de nuestros gobiernos y de nuestras sociedades, por lo que respecta a los palestinos, debe ser tenido en cuenta. Inserto en la lógica de la guerra orienta decisiones como la que ha adoptado Estados Unidos al vetar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas una resolución de alto el fuego humanitario en Gaza. La Asamblea, por su parte, ha aprobado una declaración no vinculante que insta a "una tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida que conduzca al cese de las hostilidades". Esta declaración se ha aprobado con el apoyo de 121 países y el rechazo de 14 liderados por Estados Unidos. Entre los 44 que se abstuvieron se encuentra Ucrania. El Congreso de Estados Unidos, controlado desde enero por los republicanos, se está negando a liberar los fondos que Zelenski le solicita a Biden para continuar con su esfuerzo de guerra.  La bancada republicana condiciona la concesión de fondos a Ucrania a que los demócratas aprueben un endurecimiento del control fronterizo con México y del sistema de solicitud de asilo, ante el aumento del flujo de migrantes desde que terminó la pandemia. Cuando se habla de inversión y esfuerzo militar hoy en Estados Unidos la prioridad de los republicanos es la frontera con México, militarizada desde la pasada primavera. 


En una entrevista reciente publicada en El Salto, el sociólogo norteamericano William I. Robinson, autor de Mano dura. El Estado policial global, los nuevos fascismos y el capitalismo del siglo XXI, explica que cuando Rusia invadió Ucrania, el valor de las acciones de las principales empresas armamentísticas aumentó extraordinariamente. Lo mismo sucedió cuando Israel anunció el inicio de la ofensiva contra Gaza. Como él mismo recuerda, estas compañías invierten en conglomerados financieros y están vinculadas a las grandes empresas de alta tecnología. En tiempos de estancamiento crónico del capitalismo global el negocio de la guerra resulta ser más lucrativo que nunca. Sin embargo, la trama de conflictos dispersos nos coloca -según Robinson- en el camino a una tercera guerra mundial de consecuencias calamitosas.   

Y es que el belicismo es incremental y contagioso, y si no observen la trayectoria de Zelenski, quien esta misma semana colgaba en sus redes sociales una fotografía suya con ejecutivos de distintas armamentísticas como Lockheed Martin, Northrop Grumman o General Dynamics. En el texto de su post se leía: "Estamos dispuestos a producir más municiones y equipo militar, pero necesitamos apoyo. Es importante desarrollar la producción conjunta de municiones de artillería, sistemas de defensa aérea, artillería y sistemas de misiles. Podemos crear más empleos, empoderar y beneficiar a nuestra gente trabajando juntos". Zelenski busca ahora presentar su lucha ante el mundo como el muy ventajoso y presentable negocio de trabajar por y para la guerra. ¿Quién puede afearle a Israel su militarismo hoy y sus ansias de destrucción? Contesten ustedes. Simone les diría: pongan atención, la verdad está ahí para quien quiera verla.  

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Ya es hora de que la ciencia española entre en el siglo XXI https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77890/ya-es-hora-de-que-la-ciencia-espanola-entre-en-el-siglo-xxi/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77890/ya-es-hora-de-que-la-ciencia-espanola-entre-en-el-siglo-xxi/#respond Thu, 14 Dec 2023 05:41:57 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77890 Continuar leyendo "Ya es hora de que la ciencia española entre en el siglo XXI"]]> Pixabay.
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Con un nuevo gobierno, siempre se abre una esperanza entre los científicos españoles. ¿Será esta vez?, nos preguntamos. Luego, generalmente, los hechos vienen a desvanecer estas esperanzas iniciales.

En el campo de la ciencia y la innovación que tanta influencia tiene en nuestras sociedades, el tiempo presente muestra una evidente lucha feroz entre la potencia tradicional, EEUU, y la emergente, China, por hacerse con el control de la innovación y, por tanto, con el de las ventas de los nuevos productos que origina. Pero no debemos olvidar, guardando un merecido homenaje a Nuccio Ordine [1], que hay otra lucha alejada de las imágenes de los responsables del capitalismo extractivo y que adora al Dios mercado, que es la competencia por disponer del conocimiento científico, al que esos idólatras tienden a llamar "ciencia inútil".

Hay un ejemplo esclarecedor de lo que está pasando que ha sido oscurecido por el espejo de la mercantilización. Como ya indicaba el tercer informe sobre la Ciencia y la Tecnología de la Fundación Alternativas, ya en 2020 las cinco grandes empresas tecnológicas chinas y norteamericanas (Google Huawei, etc.) invirtieron, en un año, en el desarrollo de conocimientos (lo que se mide como I+D+i) que promueven la innovación más que toda la Unión Europea gastó en el avance de esos mismos conocimientos en su programa de ¡siete años!

Sí, las cosas han cambiado mucho en estos últimos años. Europa, y España con ella, tiene un gran reto: luchar a brazo partido para no descolgarse del proceso científico y tecnológico que hay en marcha, y que marcará nuestros próximos años.

A estas alturas del artículo, habrá lectores que pensarán: "Otro científico pidiendo dinero para la ciencia". Pues no, se trata de otra cosa. Nuestro país se enfrenta a retos muy importantes que marcarán nuestro futuro como miembro del grupo de países que delimitarán el ritmo de evolución del planeta, o iremos de comparsa/consumidor o pagafantas, no lo olvidemos.

Sinceramente, no creo que haya ningún miembro de este gobierno que no piense que hay que financiar la ciencia. Pero es que no se trata de "dar dinero para la ciencia", se trata de entender que hay que colocar la ciencia y la innovación en el eje de todas las políticas gubernamentales y de su ejecución. Voy a indicar algunos ejemplos de estas políticas necesarias.

La digitalización, que es esencial para la adaptación de la gestión del país y sus empresas para el futuro, no es solo comprar equipos sofisticados. Es para adoptar, adaptar y mejorar los nuevos procesos y sus tecnologías, y eso requiere conocimientos propios. Asimismo, es ineludible cambiar, a la vez, los viejos conceptos administrativos imperantes en el siglo XX y todavía vigentes en el país que lastran, no solo a la ciencia, sino a toda la Administración General del Estado.

Hay algunas áreas en las que la ciencia y la tecnología españolas sí pueden competir y colaborar con nuestros vecinos frente a los dos gigantes. Valgan como ejemplo la biotecnología y las tecnologías aeroespaciales, con sus derivados de doble uso (civil y militar). La biotecnología nos va a ayudar a resolver problemas esenciales en las áreas de salud y en el cambio climático. En la salud, ya hemos visto su valor en la resolución de la crisis de la pandemia, que además de las muertes liquidó una industria nacional en una semana (el turismo). Para los olvidadizos, diré que otras epidemias vendrán, y hay que estar preparados con equipos de alta calidad que ya tenemos y no debemos desmantelar.

La gripe aviar que está avisando de su peligrosidad y ya se encuentra en Europa, debería servirnos de recordatorio. Pero no solo eso: la mejora en los tratamientos de enfermedades, ahora fatales, en un futuro próximo, con tratamientos ya en marcha, de mejora genética dirigida, aliviarán a nuestras sociedades. O la infección de mosquitos con bacterias que no les permitan desarrollar los virus que transportan en su aparato digestivo para infectarnos, como en el caso del mosquito Tigre y el virus del Zika, que es casi una realidad.

En el área de medio ambiente, la obtención de plantas que requieran menos de un tercio del agua que ahora y que resistan temperaturas más altas, está a nuestro alcance, técnicamente hablando. Un ejemplo más, en defensa, donde la guerra en Ucrania está siendo una fuente constante de innovaciones tecnológicas. También de avisos: Ucrania tuvo que parar una ofensiva preparada porque un civil estadounidense les negó el uso de sus satélites (E. Musk). La independencia tecnológica se hace, una vez más, imprescindible.

Volviendo a España, nada se podrá conseguir sin la nueva generación de científicos y tecnólogos formados que no se pueden reintegrar al sistema de I+D+i, porque tenemos un método de reclutamiento nada menos que del siglo XIX. Los científicos no quieren ser funcionarios, quieren un trabajo digno, bien remunerado y estable; en suma, un estatuto especial que puede ser tan rentable o más que el que disfrutan los jueces. Y necesitan, además de un laboratorio vacío, los medios para hacer su trabajo desde el primer día. El gasto español en I+D+i del 1,28% del PIB es simplemente ridículo, pero también lo es el 1,4%, objetivo del gobierno. Incluso llegar al 2% en cuatro años sería un objetivo insuficiente para poder cumplir los objetivos deseables.

Las competencias de los ministerios de Ciencia, Universidades e Innovación e Industria les habilitan para constituirse en centros de interacción con otros (Salud, Transportes, Defensa, Vivienda, etc.) en la ejecución de sus políticas. No es "dar más dinero para la ciencia y la innovación". Es entender que el futuro de España (y el suyo propio como gestores políticos) depende de esta política de poner la I+D+i en el centro de todas sus decisiones.

Señores ministros y señoras ministras, "aviven el seso y despierten", como escribió nuestro gran Jorge Manrique hace la friolera de 457 años. Tienen que ponerse a ello. Por favor, no propongan ningún "pacto de Estado". Ya he visto uno, firmado por unanimidad en el Congreso de los Diputados con pompa y fotos. Se quedó en eso: pompa y fotos. Lo que hay que hacer es poner en marcha un proyecto serio y factible. Luego llevarlo a cabo. La responsabilidad es suya. Les deseo la mejor suerte.

NOTAS

[1] Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil. Manifiesto: https://www.casadellibro.com/libro-la-utilidad-de-lo-inutil/9788415689928/2235664

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‘Esto no es Suecia’: de crianzas pijas y paternidades imposibles https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77884/esto-no-es-suecia-de-crianzas-pijas-y-paternidades-imposibles/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77884/esto-no-es-suecia-de-crianzas-pijas-y-paternidades-imposibles/#respond Thu, 14 Dec 2023 05:03:18 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77884 Continuar leyendo "‘Esto no es Suecia’: de crianzas pijas y paternidades imposibles"]]> Siempre hemos mirado a los países nórdicos como una especie de paraíso en el que las políticas de igualdad contribuían a hacer más felices a la ciudadanía. Desde hace décadas, por ejemplo, todos los indicadores los sitúan como referentes en medidas de conciliación o en el apoyo a la maternidad. De hecho, en el último Índice realizado por el Instituto Europeo de Igualdad de género, España solo es superada por Suecia, Dinamarca y Países Bajos. En las últimas décadas es evidente que en nuestro país hemos avanzado de manera significativa en lo que a medidas legales se refiere, por más que los alabados permisos de paternidad tengan todavía muchas limitaciones, insistentemente denunciadas por la PPiiNA (Plataforma por los Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción), y por más que las medidas dirigidas a lograr una completa corresponsabilidad disten todavía mucho de haber alcanzado el horizonte de una paridad perfecta en lo privado. Además de que queda un largo camino por recorrer por parte de nosotros, tradicionalmente descuidados y acomodados en el lugar de privilegio que nos permitía desatender lo privado, difícilmente se podrá avanzar hacia una igualdad real mientras que el modelo productivo se siga nutriendo de la precariedad laboral de las mujeres y mientras que no cambiemos toda una cultura – laboral, empresarial, organizacional –  heredera de la división jerárquica entre lo público y lo privado. Mientras que concluimos esa revolución pendiente, es cierto que cada vez son más los padres y las madres preocupados, a veces excesivamente preocupados, por romper con modelos anteriores y por desarrollar unas prácticas de cuidado y educación de sus hijos e hijas que les permitan: a) seguir atendido sus proyectos profesionales y su realización personal; b) seguir funcionado como pareja e incluso mantener encendida la llama de la pasión, y c) mostrarse como padres y madres entregadas y amorosos, presentes y responsables hasta la extenuación. Una tarea que, me temo, es imposible, en un mundo en el que todo, empezando por los horarios mediante los que organizamos nuestras vidas, está pensado y estructurado en función de unas lógicas, las del mercado, que nada tienen que ver con las de la vida.

Esta terrible encrucijada es la que nos muestra, con formato de comedia y con un guion inteligente y sensible, la serie Esto no es Suecia, creada por Aina Clotet, Daniel González y Valentina Viso, y que acaba de estrenarse en RTVEPlay.  Los dilemas y angustias por los que pasa una joven pareja, con dos hijos, y que ha decidido mudarse a un barrio en las afueras de Barcelona, en plena naturaleza, en un contexto en el que piensan que sus descendientes crecerán más sanos y felices, son un completísimo repertorio de las dificultades a las que hoy nos enfrentamos padres y madres. Un ejemplo evidente de cómo no hemos resuelto la clave esencial de la desigualdad, que no es otra que la división público/privado y la organización de nuestras vidas en función de unos tiempos y unas prioridades que no son las que nos exige el mundo en el que vivimos. Todo ello, además, en un contexto en el que todos estos nuevos progenitores están singularmente preocupados por ser correctos cumplidores de su rol. De ahí que, como vemos en la serie, acudan a terapias y se pasen buena parte de sus vidas angustiados al darse cuenta de que es imposible ser un héroe o una heroína. En Esto no es Suecia, la pareja, muy moderna y civilizada, muy paritaria, ha negociado que tras cuatro años en los que fue la mujer quien se dedicó a cuidar, sea el padre quien asuma ese papel, renunciado pues a su vida laboral y también a un tiempo propio. Eso que pudiera parecernos el contrato perfecto, y mucho más en el contexto de una comunidad que pareciera diseñada para que solo la habiten familias de postal, hace aguas por todos lados y nos demuestra que ni con las mejores de las intenciones es posible llegar a buen puerto. Tal vez porque esa misma obsesión porque nuestros hijos e hijas sean felices, perfectos y equilibrados acaba convertida en la peor enemiga de una vida saludable.

La serie, que cuenta con un reparto glorioso, en el que destaca la actriz que interpreta a la hija de la pareja protagonista (Violeta Sanvisens) con un desparpajo y una vis cómica que ya quisieran muchos intérpretes consagrados, nos va mostrando un detallado repertorio de todas esas cuestiones que hoy día cabalgan en las agendas de muchas parejas. Muy especialmente de aquellas que tienen un determinado nivel socioeconómico y cultural. No creo que quienes andan preocupados por llegar a final de mes tengan ni dinero ni tiempo ni ganas para asistir a sesiones sobre crianza con terapeutas. En este sentido, la serie se centra en un sector de nuestra sociedad que no es representativo de la mayoría, ni por recursos, ni por convicciones ni por oportunidades. Aun así, el relato que nos ofrece, y del que se agradece el humor con el que se afrontan hasta las situaciones más dramáticas, tiene el gran valor de desvelar muchas de las grandes cuestiones sin resolver en las sociedades democráticas del siglo XXI. No solo la conciliación de la vida privada y laboral en lo que afecta al cuidado de los hijos e hijas, sino también los procesos de envejecimiento y los cuidados de mayores, el aumento de los problemas de salud mental entre los más jóvenes o, incluso, la crisis de un modelo de vínculo familiar que sigue lastrado por un marco heteronormativo rígido y poco dado a la experimentación del caos y la diversidad.

Esto no es Suecia, que es sin duda una de las mejores series españolas del año, nos deja muy claro que uno de los mayores errores es creer que el cambio de las masculinidades, la revisión de la familia tradicional o no digamos la consecución de una igualdad real de mujeres y hombres, es una cuestión de responsabilidades y heroísmos individuales. Las primeras son necesarias pero los segundos sobran, sobre todo si asumimos que la clave está en una transformación colectiva – social, económica, política – del pacto de convivencia que sigue encauzando nuestras vidas. La serie, protagonizada por unos estupendos Aina Clotet y Marcel Borrás, nos evidencia la inutilidad de la mística de las nuevas paternidades así como la rabia que alimenta los clubes de malas madres. Unas y otras no son sino la expresión de nuestro fracaso en la gestión del caos. Ese que, aunque no lo queramos ver, es el que siempre está latente, como si fuera un cable de tensión, en la vida en pareja, mucho más cuando entre los dos irrumpen terceros que cuidar. Y más aún cuando vivimos en un país que no es Suecia, aunque también en esos lugares de frío y sin sol la felicidad esté lejos de los índices de igualdad.

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‘El maestro que prometió el mar’, un reconocimiento a un modelo de vida https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77859/el-maestro-que-prometio-el-mar-un-reconocimiento-a-un-modelo-de-vida/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77859/el-maestro-que-prometio-el-mar-un-reconocimiento-a-un-modelo-de-vida/#respond Wed, 13 Dec 2023 05:01:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77859 Continuar leyendo "‘El maestro que prometió el mar’, un reconocimiento a un modelo de vida"]]> Esto no es una crítica cinematográfica, ni siquiera una reseña literaria de la novela homónima. Ya que bastante ocupados estamos con Pedro Sánchez y su Yolanda Díaz, con Feijoo y su querido Abascal. O la marcha de la señora Calviño al Banco Central. O como se llame. Esto es, más bien, un chequeo al modelo educativo, una radiografía a la escuela y a la manera de enseñar, un homenaje a los buenos maestros y maestras que marcaron nuestras vidas. Y un reconocimiento, si se me permite la expresión, a un modelo de vida, basado en unos valores que son justamente la antítesis de lo que impera en esta sociedad desquiciada, que ha perdido todos sus referentes y su horizonte. Porque si los referentes son los Trump, Bolsonaro, Orban, Netanyahu o Milei... ya no diré "desquiciada", sino absolutamente loca, excéntrica y suicida. Que se dirige directamente al abismo y a la extinción.

Porque salgo del cine, de ver la película El maestro que prometió el mar y salgo absolutamente conmocionado. Con el rostro arrasado de lágrimas. Yo, un tipo duro, que no soy, precisamente, un sentimental. Pero hay momentos en la vida, por desgracia muy pocos, que sientes una caricia en el alma, un aleteo invisible; incluso, también, cuando llega el dolor y la angustia, como si una mano llena de asperezas, casi una zarpa, te estrujara el corazón.

El argumento, como ya deben saber, y sin ánimo de hacer spoiler, versa sobre la vida de Antonio Benaiges, joven maestro republicano destinado en un pueblo de Burgos donde va a ejercer la docencia con un método revolucionario y en contra de las fuerzas vivas, el alcalde y el cura. Aunque los niños le adoran. El método no es otro que el del pedagogo francés Célestin Freinet (1896/1966), basado fundamentalmente en la autogestión, la cooperación y la solidaridad entre el alumnado. Con un arma: la imprenta (Lean La imprenta en la escuela), para editar sus propios cuadernos y materiales. La película es tan bella y tan absolutamente desgarradora. Tan emotiva y ejemplarizante, que debería ser de obligada proyección para todos los maestros y maestras, profesores de instituto y, también, por supuesto que sí, catedráticos de universidad, antes de iniciar la docencia. ¡Pasen y vean!

Porque, más allá de las cuestiones pedagógicas que son la base para la educación de nuestros hijos, lo que traslada es un modelo de vida: la verdadera libertad y la libre expresión infantil, la cooperación, el descubrimiento y la curiosidad, el amor y el placer por aprender, la laicidad, la investigación del entorno y la naturaleza... Que son, justamente, la antítesis de lo que propugnan todos esos cafres, y algunos/as mucho más cercanos, antes citados.

Cuando, ante la denuncia del cura y del alcalde por estos métodos revolucionarios, se presenta el inspector de educación en la clase y pregunta a los alumnos, resulta que saben leer a la perfección y en matemáticas son unos linces. Sus cuadernos, editados con su propia imprenta, unas auténticas joyas.

Yo he llorado porque (sin ánimo de ser pretencioso, pues igual llorarán en España miles de maestros y maestras de mi época al ver la película) me he sentido un Antonio Benaiges. Y, por suerte, lo he dejado escrito en mi novela Valhondo (2022. Editorial Cuarto Centenario), con su escuela Yasnaia Poliana de Tolstoi, que cuenta la historia de un maestro rural en una aldea donde la única casa que tenía agua corriente era la del maestro. Una escuela unitaria con 25 chavales de 4 a 14 años, que cuando te pedían permiso para ir al baño, se iban a aliviarse detrás de una cerca. Y no era el año 1935 como en la película. Ni tampoco la postguerra. Era el año 1982. Diez años antes de inaugurar la Expo y el AVE a Sevilla. Si me apuras, casi peor que Antonio Benaiges, en cuanto a materiales, pues nuestra imprenta era una bandeja de cola de pez que llamábamos "vietnamita", con la que elaborábamos nuestros materiales en la más absoluta indigencia. Toledo, Castilla La Mancha, España, 1982.

Que se aparte el personal según pasa, que se inclinen con una reverencia, que le hagan un pasillo o una ola, que derrumben alguna estatua de generales con espada y bigote y, en su lugar, se la pongan a esa maestra admirable que orientó y cambió nuestras vidas. Gracias a ese maestro, a esa maestra sin escultura, tú y yo somos lo que somos hoy en día.

Hasta que los militares fascistas, siguiendo la estela de Hitler y Mussolini, con el apoyo de los caciques y la iglesia, dan un golpe de estado contra el gobierno legítimo de la República. ¡Por favor, no nos cambien la historia! Donde, los primeros perseguidos son todos esos maestros y maestras que, según ellos, siguen una pedagogía revolucionaria, comunista y laica: la de Freinet. Y allá que se presentan los Yagüe y Millán Astray de turno, con su "muera la inteligencia", para pegarles un tiro en la nuca. Así fue. Ahí siguen en sus cunetas y en sus fosas. Porque los nuevos gobernantes de la derecha y la extrema derecha que habéis votado en las comunidades autónomas, niegan la Memoria Histórica y no ponen ni un euro para su búsqueda. Algunos, como el que acompañó a Lorca, el maestro Dióscoro Galindo, tan ilocalizable como el poeta.

He llorado al ver a ese maestro de la película y ahora lloro al ver a esos jóvenes ignorantes, apenas unos niños, envueltos en chalecos de marca y banderas de águilas negras, manifestándose y reivindicando a Franco en pleno siglo XXI, frente a la calle Ferraz. ¡Viva Franco!, dicen, los muy impresentables. Y lloran de entusiasmo ante las cargas de la policía. Algunos, sin saber que el dueño de la cita es un comunista, gritan: ¡Mejor morir de pie, que vivir de rodillas! Aunque son tan incultos, tan adoctrinados y analfabetos, que lo dicen al revés: Vivir de pie y morir de rodillas. Mientras los Abascal, Ortega Smith y toda esa recua... los alientan. Los mismos que, de haber podido, hubieran acabado con todos nosotros cuando ejercíamos de maestros en aquellas escuelas. Los descendientes del tiro en la nuca a Antonio Benaiges. Los mismos que, en un calentón, tirarían de pistola.

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“Vete con tu feminismo a Gaza” https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77845/vete-con-tu-feminismo-a-gaza/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77845/vete-con-tu-feminismo-a-gaza/#respond Tue, 12 Dec 2023 19:35:13 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77845 Continuar leyendo "“Vete con tu feminismo a Gaza”"]]> Varias mujeres palestinas miran desde una casa dañada en un bombardeo israelí, en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. REUTERS/Mohammed Salem
Varias mujeres palestinas miran desde una casa dañada en un bombardeo israelí, en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. REUTERS/Mohammed Salem

Si algo ha ocurrido estos dos meses, que se ha acrecentado tras la declaración del presidente Sánchez con su postura frente a Israel y Palestina, ha sido un clásico... acosar a las feministas por este motivo y decirnos la típica frase de "vete con tu feminismo a Gaza". Será que acaban de descubrir que el feminismo es internacionalista y está  a favor del derecho internacional.

Como periodista y como feminista me mantengo firme en lo que cuentan las que viven allí y en los hechos que, a través del derecho internacional, se documentan y son denunciados. Y junto a ese "Vete con tu feminismo a Gaza" hay otra serie de ideas con las que quieren silenciarnos o ridiculizarnos porque ya saben, "estas que se callen que no saben nada de política". 

"Yo tengo claro que, de elegir, viviría en Israel y no en Palestina". Claro, supongo que nadie quiere vivir en un territorio ocupado donde otro Estado te hace la vida imposible. Pero es que esto no va de dónde tú, que estás aquí cómoda, quieras vivir. Es que hay mujeres que no pueden elegir otro sitio donde vivir. Y aparte, a ver cuándo nos entra en la cabeza, que las mujeres tienen derecho a permanecer en la tierra de donde son y que todas defendamos que merecen sus derechos allí, donde residen, para que puedan tener vidas plenas.

"Ponte un velo y vete con tu feminismo a Gaza". Yo he visto palestinas sin velo, porque también hay musulmanas sin velo, cristianas, palestinas no religiosas... Ahí están los casos de Dalal Abu Amneh o Ahed Tamimi. Son ellas allí, y no desde aquí, las que tienen que hablar de este tema. Desde este lado yo solo recuerdo el Convenio de Estambul cuando dice que ni "la cultura, las costumbres, la religión, la tradición o el supuesto honor justifican actos de violencia" a las mujeres. Y esto no significa faltar el respeto al derecho a la fe, sino a que esta no puede ser usada para imponer una carga sobre las mujeres. Pero en mitad de un crimen de guerra, sacar este debate es entrar en lo que ellos quieren que debatamos para dejar de hablar de lo que está sucediendo. ¿Qué quieren decir exactamente con esto, que por llevar velo unas mujeres deben morir? ¿Qué brutalidad insinúan? Con velo o sin velo, los crímenes de guerra se cometen sobre ellas, y quienes mueren son ellas y sus hijos e hijas.

"Es que en Israel no son tan religiosos o, al menos, los ultraortodoxos son una minoría". Minoría pero bien representada en el gobierno actual de Israel y bien que el propio presidente usa textos mesiánicos para justificar los ataques sobre Gaza. Eso sí, aquí parece que interesan solo los ultraortodoxos sionistas, porque los ultraortodoxos en contra del Gobierno son silenciados. Pero vayamos al fondo, porque está en el texto Cedaw de septiembre de este 2023. Y habla de "dominación religiosa del gobierno de Israel". De este y de los tribunales religiosos con la jurisdicción exclusiva sobre el matrimonio y divorcio. Que allí una mujer pierde su derecho a recibir manutención, si un tribunal la declara desobediente como cuando, por ejemplo, abandona el hogar o se niega a cohabitar con su marido, que a lo mejor es un maltratador.

El informe habla también de segregaciones de género en ciertos barrios, como zonas ultraortodoxas. Siendo ellas insultadas públicamente. Y a pesar de los avances, en enero de 2023, los partidos ortodoxos de la coalición propusieron legislar la segregación de género en eventos o espacios públicos financiados con fondos públicos. Todo esto a las israelíes. Por no hablar de las normas sobre las ultraortodoxas, de cómo tienen que sacar a las familias adelante mientras ellos rezan, y de que su misión en la vida es procrear. Por no hablar de las medidas en contra de su cabello, tener que raparse y cubrirse con pañuelo o peluca. Es decir, que aquí no está nadie para darse golpes en el pecho con su religión y ponerse como ejemplo de libertad.

"Israel no tiene responsabilidad en las mujeres palestinas porque es un territorio autónomo". Falso, es territorio ocupado indicado en las resoluciones de la ONU. Y para decir que no tienen responsabilidad, bien que el texto Cedaw indica cómo condiciona sus vidas a peor. Israel les impide tratamientos médicos, aunque sean de vida o muerte. Restringe sus derechos al trabajo. Antes de los ataques, con los cortes de energía crónicos impedían a mujeres con discapacidad que dependen de la luz para comunicarse o moverse con ascensores o sillas de ruedas eléctricas. Causaban estragos en las tareas cotidianas como mantener los alimentos frescos, lavar la ropa o limpiar. Las largas distancias por las ocupaciones y el miedo al acoso por parte de los colonos o del ejército hacía que los padres saquen a sus hijos de la escuela, con un impacto desproporcionado en las niñas. Los interrogatorios de soldados o fuerzas de seguridad israelíes a menudo incluyen acoso sexual o amenazas de violencia sexual para presionar a mujeres y niñas para que firmen confesiones o brinden información. Vamos, que si me voy con mi feminismo a Gaza ya te digo que Israel me lo va a pisotear también. ¿Cómo van a pensar en sus derechos como mujeres si Israel les quita sus derechos fundamentales y civiles como personas? Por cierto, los que están tan preocupados por el feminismo... ¿Han pensado qué ha sido de los centros de acogida de mujeres refugiadas de sus parejas que las maltrataban y derribados por las bombas de Israel? Porque ya os digo que protegerlas, Israel no las ha protegido.

Para acoso o violencia no tenemos que irnos a Gaza, para eso ya tenemos aquí nuestros índices de asesinatos machistas o de violaciones. Para que me insulten o acosen como mujer solo tengo que publicar este artículo o escribir en redes. Que en Gaza no se va a resolver el machismo mientras aquí no resolváis tampoco el vuestro. Eso sí, os pensáis muy diferentes pero los machistas de todo el mundo sois iguales. Mientras, nosotras, frente a vuestro ruido y los ataques seguiremos defendiendo el derecho internacional sobre cada una de las mujeres del mundo. Que nos queremos vivas y seguras. Todas y en todas circunstancias.

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Convencedme de que no voy a morir https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77836/convencedme-de-que-no-voy-a-morir/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77836/convencedme-de-que-no-voy-a-morir/#respond Tue, 12 Dec 2023 05:48:20 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77836 Continuar leyendo "Convencedme de que no voy a morir"]]> Un activista medioambiental durante una protesta en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP28 en Dubai (Emiratos Árabes Unidos). REUTERS/Thaier Al-Sudani
Un activista medioambiental durante una protesta en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP28 en Dubai (Emiratos Árabes Unidos). REUTERS/Thaier Al-Sudani

Cada día me es más complicado ser mínimamente optimista, supongo que lo entenderéis.

Mientras escribo estas líneas, se anda celebrando en Dubái la COP28, ese evento por y para el clima que congrega y exhorta a 200 países diferentes (es el evento más masivo de todos, el Coachella de los congresos) a tomar medidas que paren este genocidio biológico llamado cambio climático. Una pena que el presidente de esta performance sea Ahmed Al Jaber, CEO de ADNOC, la gigantesca petrolera pública de Abu Dabi.

Cuando digo que soy poco optimista, lo digo enfadado. Sé que el pesimismo es la antesala del fracaso, de la muerte y de lo negro; sé que en estos tiempos inciertos en los que cantamos de verdad, con un estudio científico sobre la mesa, que no hay futuro, no puede haber espacio para el pesimismo en nuestro discurso, pero cada día es más complicado no dejarse besar por el derrotismo climático y vital y hasta metafísico.

Los expertos, los que realmente saben, nos advierten de que no podemos bajar los brazos y escuchar los cantos de sirena del colapso, pues al final nos atraerán hacia las rocas hasta reventarnos; sin embargo, cada día pesa más. Cada día es más complicado encontrar un gramo de esperanza entre la mierda de los rodapiés.

Los pibes de mi generación nos hemos criado escuchando que vamos a morir jóvenes, que, con muchísima suerte, podremos llegar a los cincuenta años antes de que lo más parecido a un refugio climático sea un horno incinerador.

Recuerdo de chico, en el cole, que un día fuimos a la casa de cultura de mi pueblo a ver una exposición sobre el cambio climático y la necesidad de proteger el medio ambiente. En ella, había una especie de movida interactiva, una pantalla con botones, en la que se veía un globo terráqueo. Según pulsabas un botón, se aumentaba la temperatura media del planeta e iban desapareciendo de la representación de la Tierra multitud de especies, hasta que al final moríamos también los humanos.

Los centenials (soy muy pesado con los centenials, pero debéis entender que mi única patria es esta generación) llevamos desde chiquitos recibiendo gustosamente alertas del peligro que se viene; prácticamente todos somos conscientes de la realidad, de la necesidad de hacer algo, del imperativo de no quedarnos con los brazos cruzados. El problema es que nos estamos cansando.

Sé que hay países, como China, que ya se están poniendo las pilas con el tema de las emisiones de CO2, sin embargo, la mayor parte del planeta sigue sumergida en la doctrina de advertirnos del indescriptible desastre que nos espera, pero sin hacer nada. También mientras escribo estas líneas, leo que la presidencia de la COP28 se ha vuelto a comprometer a reducir las emisiones y el uso del petróleo, pero sin sacar nada en claro ni proponerse ninguna medida real. Como yo cuando me prometo dejar de fumar, pero ni siquiera tiro el tabaco a la basura.

Con este panorama de no tomar ninguna medida, o aprobar alguna prácticamente irrisoria, me gustaría saber cómo queréis exactamente que no seamos derrotistas, colapsólogos o cómo narices se adjetive ahora no tener ninguna esperanza; me gustaría que alguien me explicara, en serio, cómo podemos tener algún tipo de fe en el futuro y no quemar ya todas nuestras naves, vivir con velocidad y nihilismo nuestras vidas o incluso matarnos rápidamente antes de que nos pille una muerte lenta (perdonadme, a veces me paso de intensito).

Urge que se nos convenza de que no vamos a morir, de que de verdad hay esperanzas, pero las palabras ya no nos valen y necesitamos hechos. La ecoansiedad, esa palabra de la que se ríen los imbéciles, existe y es muy dañina.

Necesitamos que los que de verdad tenéis capacidad para hacer algo lo hagáis, si no queréis que los cantos de las sirenas derrotistas nos revienten contra las rocas.

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Guerra justa, Israel y Francisco de Vitoria, fundador del derecho internacional https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77827/guerra-justa-israel-y-francisco-de-vitoria-fundador-del-derecho-internacional/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77827/guerra-justa-israel-y-francisco-de-vitoria-fundador-del-derecho-internacional/#respond Tue, 12 Dec 2023 05:20:49 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77827 Continuar leyendo "Guerra justa, Israel y Francisco de Vitoria, fundador del derecho internacional"]]> Pixabay.
Pixabay.

Recientemente el primer ministro israelí Netanyahu ha criticado duramente a nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, porque ha sido el único líder que se ha atrevido a decirle a la cara que está vulnerando el derecho internacional en su guerra sin cuartel y desproporcionada contra Palestina, provocando la muerte de miles de civiles, con una alta cifra de niños y niñas. "Israel debe cumplir también -le dijo el presidente- el derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario... La cifra de palestinos muertos es verdaderamente insoportable... Debemos dar pasos urgentes hacia un alto el fuego humanitario duradero... Debemos empezar a trabajar desde ahora en la aplicación de la solución de los dos Estado".

El líder israelí, muy enfadado por estas palabras del presidente español, ha llamado a consultas a dos embajadoras: la de Israel en España y la de España en Israel.

Lo que le ha dicho el presidente Sánchez es lo que piensan muchos líderes mundiales, que mudos y cómplices no se atreven ni a pedir el alto el fuego para evitar la masacre de la población civil palestina y asisten, como si no fuera con ellos, al increíble espectáculo de un Estado, que se autoproclama democrático, cometiendo un genocidio en toda regla contra la población palestina de Gaza.

Francisco de Vitoria pasa por ser uno de los dos fundadores del derecho internacional. El otro jurista también considerado fundador es Hugo Grocio, cuyo volumen Del derecho de la guerra y de la paz (De iure belli ac pacis), fue libro de texto en las universidades. Vitoria es uno de los más destacados representantes de la escuela española de derecho natural de los siglos XVI y XVII, situada en su época en la vanguardia de la defensa de los derechos humanos. Señala Vitoria tres requisitos de la guerra justa (bellum iustum): auctoritas legitima, iusta causa, recta intentio. Estos requisitos  vitorianos (también denominados indistintamente principios, criterios o estándares por los estudiosos) han tenido una extraordinaria vigencia durante siglos posteriores en la doctrina y en la regulación legal de la guerra, sirviendo de marco general para el análisis de la justicia de la guerra. Actualmente es frecuente encontrar en los tratadistas, siguiendo a Vitoria, una división del tema de la guerra en dos apartados denominados derecho a la guerra (ius ad bellum) y derecho en la guerra (ius in bello). El primero hace referencia a la legitimidad para declarar una guerra y sobre todo a las causas, para que una guerra pueda ser concebida como justa. El segundo se concentra en las reglas de comportamiento, que deben estar presentes en la ejecución de una guerra, para que ésta pueda denominarse justa.

Me valgo del enunciado de los tres requisitos citados para desarrollar la filosofía de Vitoria acerca de cómo debe conducirse la guerra para merecer el título de justa y a continuación expongo si Israel los ha seguido en sus guerras con Palestina. Vitoria aborda su teoría de la guerra principalmente en su Relección segunda sobre los indios o del derecho de guerra de los españoles contra los bárbaros. Las citas que vienen a continuación se refieren a esta relección. Relección era la lección extraordinaria del maestro sobre un asunto controvertido, a cuya lectura se convocaba a toda la universidad; algunas, como las de Vitoria, merecieron su publicación.

Autoridad legitima

Francisco de Vitoria

La autoridad en las relaciones privadas para repeler una agresión es la del particular ofendido. En el ámbito público es el Estado el que posee la legitimidad para declarar y hacer la guerra, pero no cualquiera, sino el Estado que denomina Vitoria perfecto. ¿Y qué es un Estado perfecto? Pues el Estado al que nada le falta, que es un todo, "vale decir, que no es parte de otro, sino que tiene leyes propias, consejo propio, magistrados propios, como son los reinos de Castilla y Aragón, los principados de los venecianos y otros semejantes". Estado perfecto es la organización política independiente, que no tiene otro poder por encima de ella. Un Estado que está presidido por un príncipe soberano. Lo que quería decir Vitoria es que la autoridad para declarar la guerra residía en el Estado soberano, que es un concepto que comienza a formarse en su tiempo.

Además, hay otro requisito, que debe acompañar a la declaración de guerra, muy importante para Vitoria: que la guerra sea la última medida, cuando ya han fracasado las otras posibles, el último remedio. La guerra no puede ser un pretexto, sino un instrumento cuando sin ella ya no es posible obtener la satisfacción de una grave injuria: "Supuesto que el príncipe  tiene autoridad para hacer la guerra, lo primero de todo no debe buscar ocasión y pretextos para hacerla, sino que, en cuanto le sea posible, debe guardar paz con todos los hombres.". Por lo tanto, la legítima autoridad para declarar la guerra justa debe ir acompañada del carácter "indispensable" (expresión vitoriana) de la guerra.

Israel

En la época de Vitoria el cénit del poder político era el Estado soberano, la organización política totalmente independiente. No es el caso de los Estados actuales, dependientes de organismos supraestatales como Naciones Unidas o la Unión Europea. Hoy los juristas hablan de las limitaciones de la soberanía estatal por la dependencia exterior de los Estados. Condenaría de raíz Vitoria a Israel porque no acepta las normas y resoluciones de Naciones Unidas, de la que es miembro, incurriendo en una sucesión constante de incumplimientos desde 1948. Israel no es hoy un Estado plenamente independiente, que carece de tratados y convenios contraídos con organizaciones supraestatales. Razón por la que Vitoria le negaría la capacidad de declarar una guerra en contra de las decisiones tomadas por esas organizaciones.

Por otro lado, Israel no ha observado lo que denomina Vitoria la primera regla conclusiva de su relección: el uso de la guerra como último remedio. Desde el momento que Israel no cumple con las resoluciones de Naciones Unidas, sistemáticamente, una tras otra, especialmente el reconocimiento de un Estado palestino, y que emprende contra las mismas ocupaciones constantes del territorio de Palestina, está colocando las bases para la rebelión del adversario y facilitando el uso de la guerra como instrumento ordinario y habitual, y no excepcional, en sus relaciones con Palestina.

Justa causa

Francisco de Vitoria

Cuando el dominico se enfrenta a las justas causas de la guerra, parte de la consideración de las causas arbitradas tradicionalmente por la opinión pública y la doctrina como justas, y que sin embargo según él no lo son. No es causa justa la guerra emprendida por causa de religión: "La diversidad de religión no es causa justa para una guerra". Tampoco la ambición del príncipe de extender sus dominios: "No es causa justa de una guerra el deseo de ensanchar el imperio". O de alcanzar la gloria: "Tampoco es causa justa de una guerra la gloria o cualquier otra ventaja del príncipe". La única causa es para Vitoria la injuria: "La única y sola causa justa de hacer la guerra es la injuria recibida". No cualquier injuria, sino una injuria grave, pues hay que buscar la proporcionalidad entre daño y sanción, o, como dice Vitoria, "la pena debe guardar proporción con el delito".

Israel

¿Dónde está en las actuaciones de Israel esa relación de pena y delito que exige Vitoria en el requisito de la justa causa de la guerra? ¿Dónde la equivalencia entre la injuria y la reparación de la misma? Por otro lado, la justa causa no puede ser valorada de un modo puntual, sino sistemático y es precisamente Israel quien lleva injuriando a Palestina desde el punto de vista formal (desprecio a las resoluciones de Naciones Unidas, comenzando por la resolución 181 de 1947, que creaba dos Estados, el israelita y el palestino, decisión mantenida en todas las resoluciones posteriores de Naciones Unidas), material (ocupaciones sistemáticas y constantes del territorio palestino y de las propiedades de los palestinos, construyendo viviendas para los israelíes) y jurisdiccional (miles de presos palestinos sin causa de detención y en prisión sin plazo).

Recta intención

Francisco de Vitoria

Para Vitoria hay una regla básica en lo que se refiere a la conducta en la guerra justa: la  moderación y la proporcionalidad, teniendo en cuenta el fin último de la guerra justa que es la paz. Formula un principio en parecidos términos a su maestro, Tomás de Aquino: "Es menester procurar que de la guerra no surjan mayores males que los que con la misma se quieren evitar". El príncipe debe tener muy presente en la ejecución de la guerra justa esta máxima, para que ésta no se vuelva contra él y sus combatientes, al llevar a cabo una explotación de la misma de una manera ilícita y desmedida, que no asegure la paz en su territorio tras su culminación. La apelación a la moderación llega a su extremo cuando Vitoria exige al príncipe que sea juez de la misma guerra justa que él ha ganado (no parte de la contienda, sino juez), dictando una sentencia justa para sus enemigos, "no como acusador, sino como tal juez, de manera que, aunque su fallo deba satisfacer a la nación agraviada, sea, en cuanto sea posible, con el menor daño y perjuicio para la nación ofensora".

La cuestión que le depara más quebraderos de cabeza es la referente a los inocentes. Sobre los civiles Vitoria afirma que no deben sufrir las consecuencias de la guerra y el príncipe y los soldados deben hacer todo lo que estén en sus manos para no producirles perjuicio. Sus palabras son contundentes: "Nunca, por sí y con intención deliberada, es lícito matar a los inocentes".

Por lo demás entra en un extraordinario casuismo en este apartado de la recta conducta en el desarrollo de la guerra, planteando dudas y resolviéndolas con prudencia, tras exponer las opiniones doctrinales sobre las cuestiones que aporta, a veces aduciendo contra corriente ideas sorprendentes e inesperadas, como el derecho del soldado de no ir a una guerra que considera injusta en su propia conciencia. Contundentes palabras, que levantaron pólvora contra el dominico. La objeción de conciencia al servicio militar en pleno siglo XVI. Sólo por esto Vitoria debería ser considerado como un autor moderno en la cuestión de la separación del derecho y la moral.

Israel

En este tercer requisito de la guerra justa es más visible el alejamiento de Israel de la doctrina de Vitoria. Su compañero de orden religiosa, Bartolomé de las Casas, más avanzado que él, habló claramente, cuando era atrevido decirlo, de que la Corona española había perpetrado un genocidio con los nativos de las recién descubiertas Indias. Vitoria prefirió moverse en el terreno de la teoría sin bajar a hechos consumados. Creo que Israel se coloca en el punto más alto posible contra la recta intencionalidad de una guerra justa, porque no es que cometa sus agresiones contra Palestina con la falta de moderación y proporcionalidad exigidas por Vitoria, sino que sencilla y cabalmente está llevando a cabo el genocidio del pueblo palestino. ¿Cuándo Israel en sus sucesivas guerras contra los palestinos, desde la creación del Estado de Israel en 1948, ha observado moderación y proporcionalidad? Ha sido la permanente lucha sin pausa de un poderoso ejército habilitado por Estados Unidos contra unas guerrillas de Palestina, en las que el alto precio lo han pagado miles de civiles asesinados (especialmente niños y niñas) palestinos.

En un plato de la balanza tenemos la devastación por Israel del territorio y los inmuebles del pueblo palestino, la ocupación persistente de los mismos con la única razón de la fuerza, la muerte de palestinos/as (15.000 y más de una tercera parte niños/as en la fecha de este escrito, cuyo número sigue aumentando) en cifras muy superiores a las de los israelíes, la vulneración de las resoluciones de Naciones Unidas y de los acuerdos convenidos con Palestina, la oposición frontal a la creación de un Estado palestino, ya exigida por Naciones Unidas en 1948 y en sucesivas resoluciones.

Y en el otro plato de la balanza tenemos la agresión de Palestina a Israel en octubre pasado con el resultado del asesinato de unos 1.400 israelíes y la captura de 245 rehenes. Juzgue el lector/a a qué lado de la balanza se aproxima más la guerra justa predicada por Vitoria.

Si "el fin de la guerra es la paz", si la explotación de la guerra por el vencedor no debe hacerse de manera que "no asegure la paz en su territorio tras su culminación", como demanda Vitoria, ¿qué paz cabe esperar tras la actual masacre palestina ejecutada por el  ejército israelí?

Conclusión

Francisco de Vitoria, fundador del derecho internacional, estableció en el siglo XVI unas reglas mínimas de la guerra justa, que serían posteriormente trasladadas a los tratados y convenios internacionales. Eran el abecé de los requisitos de la guerra justa y del derecho internacional humanitario. Israel lleva incumpliendo estos requisitos desde la fundación del Estado de Israel. Esta es la realidad, por muchos embajadores/as que el cínico Netanyahu llame a capítulo. El Gobierno israelí está perpetrando un genocidio contra el pueblo palestino ante el desesperado clamor del secretario general de Naciones Unidas y el silencio cómplice de casi todos los líderes mundiales.

En un artículo mío en este medio, Estados Unidos: el principal responsable de las guerras Palestina-Israel, aducía que Estados Unidos había permitido que su protegido y "eterno amigo", Israel, hiciera todo lo que le viniera en ganas contra la población palestina durante dos tercios de un siglo, traspasando impunemente todas las líneas rojas del derecho y de la ética. Es hora de que la comunidad internacional frene a Israel y le exija responsabilidades por sus actuaciones criminales. La situación clama al cielo.

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La imagen de la izquierda https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77812/la-imagen-de-la-izquierda/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77812/la-imagen-de-la-izquierda/#respond Sun, 10 Dec 2023 05:42:08 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77812 Continuar leyendo "La imagen de la izquierda"]]> La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, atiende a medios junto a las ministras Sira Rego y Mónica García a su llegada al acto de homenaje a la Constitución, en el Congreso, a 6 de diciembre de 2023. - ALBERTO ORTEGA / EUROPA PRESS
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, atiende a medios junto a las ministras Sira Rego y Mónica García a su llegada al acto de homenaje a la Constitución, en el Congreso, a 6 de diciembre de 2023. - ALBERTO ORTEGA / EUROPA PRESS

Hace años una señora que me encontré en el buffet del desayuno de un parador me sorprendió: me dijo muy cariñosa que le gustaba mi trabajo sobre todo cuando salía con jersey, que ella los hacía y que le hacía ilusión ver que yo llevaba cosas que ella tejía y se ponía.

Hacía tiempo que no los llevaba. No tengo identificado el momento en el que decidí que era mejor ponerme americanas para sentirme más armada en las batallas dialécticas. Ella me hizo ver que eso era convertirme un poco en los otros, dejar de pertenecer al grupo al que pertenezco.

Por supuesto, la olvidé al rato y seguí poniéndome lo que me hacía sentir más segura, más a la altura, más lo que sea. Esta semana me he acordado de ella y he decidido que voy a hacerle caso. Me convencieron su recuerdo y una imagen concreta.

No sé si las imágenes valen más que mil palabras. Sí sé que se clavan más y a mucha  más gente en estos tiempos tan pantallosos. Stephen King no me ha quitado nunca el sueño, mientras que no he conseguido pegar ojo con películas malas de serie B de presunto miedo.

La instantánea que se me ha quedado en el cerebro ya es vieja, tiene una semana. Salió de la solemne Sesión de Apertura de la XV legislatura de esta tanda de democracia, celebrada el 29 de noviembre con todo su boato y sus alfombras rojas.

En ella se ve desfilando a Yolanda Díaz de blanco, muy moderna, a Mónica García de rojo, muy brillante, y a Sira Rego de negro y oro, muy formal. Se las ve juntas, guapas y empoderadas como sabiendo a dónde van y orgullosas de estar haciéndolo.

En Twitter Alberto Olmos, que muchas veces no es santo de mi devoción y algunas me enseña cosas, la colgó bajo una frase de dos palabras: "Lucha obrera". Muchas la retuitearon con otra de una sola:  "Misoginia".

Entre una idea y la otra la foto ha estado dándome la tabarra. Se me quedó pegada como un chicle y no conseguí despegarla o borrarla. Ahora sé que hay imágenes que son como moscas cojoneras, tan molestas como asquerosas, como ideas obsesivas que solo se van con terapia. Aquí va la mía.

Obviamente a las mujeres se nos juzga mucho más por la apariencia y obviamente eso es injusto, pero eso no contesta a una catarata de preguntas:

–¿Vestir bien sólo puede ser de derechas? No. No hace falta gastar mucho dinero para ir elegante. No es que yo lo sea, pero sí sé de comprar ropa de segunda mano y de arreglarse para salir en televisión y parecer tan arreglada como las que gastan mucho, gastando su presupuesto para limpiazapatos.

–¿La única manera de que la imagen de una política deje de ser objeto de comentarios es planteársela como un uniforme sin gracia como hicieron Ángela Merkel o la reina de Inglaterra? No. Los comentarios no cesaron. Se comentaban los colores o el día que, por lo que sea, se salían de su propia norma.

–Ahora bien, ¿con qué mujeres se identificarán las obreras y las de clase media? ¿Con aquellas que siempre lucen perfectas, con sus atuendos, sus pelos, sus maquillajes y sus uñas a juego? ¿No se socava el maltrecho orgullo de clase alejándonos de sus maneras de vivir y de la imagen de esos modelos de vida?

–¿Soy misógina por estar pensando esto? No, lo que pasa es que me niego a jugar el juego de Alfonso Guerra que se queja de estos tiempos de corrección política porque "no se puede ni hacer chistes de maricones y enanos". La corrección política está muy bien para protegernos, no para censurarnos. Creo que hoy tenemos que poder hablar de todo y que no hacerlo por exceso de celo es hacernos un flaco favor.

No estoy pidiendo a nuestras ministras que siempre vistan o vayan distinto. La verdad es que me gusta su rollo. Lo que digo es que también deberían ponerse jerséis e ir a fiestas de pueblo, dejarse ver sin tanto arreglo por el orgullo de clase propio y ajeno, porque quienes las votan se sientan representados, porque haya diferencia con los otros, porque quede claro que su imagen no es lo que más les importa y que no es ahí donde tienen puestos sus máximos esfuerzos.

Yo querría ser capaz de volver a mis jerséis: sentir que no necesito una chaqueta para "ponerme a la altura" de personas cuya altura tampoco me interesa. De la misma manera, me gustaría que los políticos de izquierda quisieran mostrarse más de izquierda que políticos, que se parecieran más a los que los votan, que recuperasen ese orgullo de clase de decir yo soy uno o una de nosotros –o nosotras–. Si Sumar aspira a seguir siendo la alternativa de izquierdas de este país, tendría que pensar en esto un poco.

Ojalá se me entienda. Ojalá haya sabido explicarlo. Más jerséis orgullosos. Más cercanía con el pueblo llano. Más calle a pesar de los ministerios. Más empatía y pedagogía sobre qué es hacer política y qué no, aunque sea en vaqueros rotos y con megáfono.

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La guerra y la paz en el Taiwán electoral https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77755/la-guerra-y-la-paz-en-el-taiwan-electoral/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77755/la-guerra-y-la-paz-en-el-taiwan-electoral/#respond Sun, 10 Dec 2023 05:32:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77755 Continuar leyendo "La guerra y la paz en el Taiwán electoral"]]> Una ilustración que muestra unas figuras de ajedrez frente a las banderas de China y de Taiwán. REUTERS/Dado Ruvic/Illustration
Una ilustración que muestra unas figuras de ajedrez frente a las banderas de China y de Taiwán. REUTERS/Dado Ruvic/Illustration

En la cumbre Biden-Xi de San Francisco, el presidente chino aseguró a su homólogo estadounidense que Beijing no albergaba intención alguna de desatar una acción militar inmediata contra Taiwán. Ni para 2027, cuando se celebrará el centenario del Ejército Popular de Liberación (EPL), ni para 2035, cuando se pondrá término a la primera etapa de la hoja de ruta marcada por el xiísmo para culminar, en 2049, la modernización del país. Con independencia de que leyendo entre líneas eso signifique que Xi tiene previsto cumplir dos mandatos más, se le puede creer o no pero lo cierto es que no acostumbran a decir una cosa y hacer otra. Eso no implica tampoco que se abandone a la idea del recurso a la fuerza en caso de alteración sustancial del statu quo. A cambio, Xi pidió a Biden que cesara en sus ventas de armas a la isla y en el apoyo al independentismo. Ninguno de estos dos requerimientos tiene visos de prosperar.

La afirmación de Xi desmiente las conjeturas de buena parte de especialistas, estrategas y consultores conservadores estadounidenses, pero es noticia solo relativamente. El liderazgo chino ha insistido en su apuesta preferente por una reunificación pacífica. A pesar de ello, en los últimos tiempos se ha reiterado el peligro de una amenaza militar a la vista de la exhibición recurrente de musculatura castrense en el Estrecho de Taiwán, a menudo reactivamente a consecuencia de lo que Beijing interpreta como muestras de apoyo al secesionismo (la visita de Nancy Pelosi, por ejemplo) o como rechazo precisamente de las ventas de armas u otras medidas significativas de corte político. A raíz de la guerra en Ucrania se han multiplicado los temores de un "aprovechamiento" de la crisis bélica en Europa para desatar otra contienda paralela, un golpe de mano, en el Estrecho de Taiwán. Otro tanto podría decirse ahora con la guerra en Oriente Medio. Y quizá esos tambores resuenen de nuevo cuando más convenga al calendario y la estrategia de sus promotores.

En la campaña electoral en transcurso en Taiwán para las importantes elecciones presidenciales y legislativas del 13 de enero próximo, la cuestión de la guerra y la paz es uno de los ejes principales de debate. La oposición insiste en que una victoria del soberanismo puede hacer inevitable el conflicto armado y ese temor alienta su esperanza de triunfo ya que puede presumir de una mejor relación, disuasoria, con China continental. El mayor inconveniente es su división en dos fuerzas (el Kuomintang –KMT- y el Partido Popular de Taiwán –PPT-), que prácticamente dividen el voto por la mitad. Pese a que han intentado fraguar la unidad, las negociaciones han fracasado, lo cual, por otra parte, resta credibilidad a su clamor sobre la emergencia de ese compromiso con la paz.

También la "embajadora" de EEUU en Taipéi, Sandra Oudkirk, ha terciado para asegurar que no cree que Taiwán enfrente una amenaza inminente de una invasión del EPL. Sus declaraciones benefician los planteamientos del secesionismo, que resta importancia al planteamiento opositor y quiere llevar el debate electoral a otros extremos, planteando la tesitura no de la guerra y la paz sino de la democracia y el autoritarismo. Sin dejar de persistir en el fortalecimiento acusado de las capacidades de defensa con el inestimable auxilio de la industria militar estadounidense, se trata de exaltar las bondades de su sistema político y sus apoyos internacionales frente a las hipotéticas ventajas de una relación más estrecha con el continente. Tampoco tiene complicado que cuaje, aunque la memoria de lo acontecido en la crisis de Hong Kong que tanto ayudó a la victoria de la actual presidenta Tsai Ing-wen en 2020 esté ya un poco adormecida.

En estos comicios, Washington tiene una gran ventaja sobre Beijing. Gane quien gane, sus posibilidades de entendimiento con cualquiera de los candidatos son altas y están abiertas. Es verdad que quizá más holgadas con los independentistas, con quienes comparte una similar apuesta por la tensión estratégica con China. Pero las oposiciones (la azul del KMT y la blanca del PPT) están también muy pendientes de EEUU y tratan de ganarse su favor. Ganar con el viento del Oeste en contra no es fácil en el Este. Por el contrario, una victoria del soberanista Partido Democrático Progresista (PDP), tras dos mandatos consecutivos al frente del gobierno, pone en un brete la política taiwanesa de Beijing que desde 2016 mantiene suspendida la comunicación oficiosa con Taipéi por su rechazo absoluto al principio de "una sola China". Además, según dictamine el resultado quien debe liderar la oposición, puede propiciarse una quiebra añadida de la cooperación establecida entre el Partido Comunista y el KMT para frenar el independentismo.

El alejamiento de la sociedad taiwanesa del continente, especialmente de las nuevas generaciones, es producto de una transformación demográfica profunda marcada por la práctica desaparición de los llegados del continente en 1949 y la merma de su influencia ideológica. La taiwanización como proceso natural y las políticas de desinización promovidas por el soberanismo acorralan la identidad china, que decrece en la isla. Y puede que la zanahoria del pragmatismo económico o laboral que apunta a los beneficios de una mayor integración con el continente no sea suficiente compensación.

Aunque la guerra o la paz no sea la cuestión, es probable que la gesticulación militar se cuele en la campaña, como ha ocurrido en otras ocasiones. Es previsible que el oficialismo evite dar excusas para ello; también EEUU se mostrará cauto en las próximas semanas. Si esto tiene éxito, la debilidad argumental de la oposición puede ser más apreciable. Si con ella China quiere enviar un mensaje a los electores debe ponderar si conlleva efectos indeseados.

No conviene perder de vista en todo caso que Xi Jinping ha señalado que el problema de Taiwán no se puede dejar sin solución de generación en generación, que es un interés central y que constituye el nervio principal de la relación con EEUU. Que el PCCh pueda articular una propuesta pacífica, como desea, en esta década, depende en buena medida de si dispone o no en Taipéi de un poder receptivo a sus tesis, aunque los parámetros sobre los que se establezca sean ya otros ante la aparente caducidad de las fórmulas propiciadas por el denguismo, vanguardistas quizá en su día pero hoy con difícil recorrido.

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Ecocidio en Galicia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77746/ecocidio-en-galicia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77746/ecocidio-en-galicia/#respond Sun, 10 Dec 2023 05:15:50 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77746 Para predecir qué haría un político en caso de llegar al poder no hay mejor oráculo que observar lo que ya hizo cuando estuvo en él, y Feijóo tiene un amplio historial asociado a sus responsabilidades en el Gobierno gallego. Algunas han sido objeto de atención desde que dio el salto a Madrid, pero hay una que ha pasado desapercibida, en parte porque en el imaginario colectivo Galicia es un lugar asociado al verde de los bosques y al azul del mar y no a problemas medioambientales, sin contar catástrofes como la del Prestige.

Más allá del tópico, el balance real en materia ecológica de Feijóo y la derecha gallega puede sintetizarse con una palabra: ecocidio. Un ecocidio a cámara lenta y silencioso, nada espectacular, caracterizado por una constante pérdida de biodiversidad, contaminación persistente de ríos y rías y destrucción del paisaje y del patrimonio natural ante la total pasividad cuando no entusiasta colaboración del poder autonómico.

Poco va quedando ya del universo que narrara el escritor Wenceslao Fernández Flórez, aquel bosque animado gallego en el que coexistían animales, hombres, leyendas y, en suma, una cultura ancestral pegada a la tierra. Dinámicas sociales y económicas aparte, probablemente el agente principal de ese cambio sea el eucalipto, que el comité científico del Miteco concluyó en 2017 que debía ser incluido en el catálogo español de especies exóticas invasoras, una decisión que el gobierno de Rajoy paralizó, dadas sus consecuencias económicas. Si el plan forestal gallego de 1992 tenía un objetivo de 245.000 hectáreas de eucalipto en Galicia para 2032, la expansión acelerada y sin restricción de la especie dejó atrás ese objetivo hace tiempo, ascendiendo hoy (según datos oficiales de la Xunta que hay quien considera "maquillados" a la baja) a 409.000 hectáreas que ocupan la mayor parte de la Galicia costera y parte del interior, reduciendo seriamente la biodiversidad según diversos estudios de las universidades gallegas. La reciente moratoria a su plantación (moratoria tramposa porque no impide plantar más eucaliptos allí donde ya son especie mayoritaria) se extiende solo hasta 2025 y es objeto de frecuente incumplimiento ante la permisividad de la Xunta, que tiene la fea costumbre de meter en cajones las denuncias por plantación irregular durante la moratoria pero también en espacios naturales protegidos, riberas de ríos o zonas agrícolas en las que legalmente no puede plantarse.

Y es que no sancionar es una de las formas que tiene el Gobierno gallego de permitir los incumplimientos medioambientales. El importe total de las sanciones que imponen las consellerías de medio ambiente o de medio rural, u organismos como Aguas de Galicia, es ridículo y no guarda proporción con el volumen de infracciones, declaradas o no. Otra forma de amparar los incumplimientos medioambientales es considerar que los espacios naturales simplemente no existen. Siendo la Red Natura 2000 la figura de protección medioambiental principal en Europa, Galicia tiene la más pequeña entre las 17 comunidades autónomas, con enorme diferencia: no alcanza el 12% de su superficie, cuando la siguiente comunidad en el ránking, Euskadi, ronda el 20% y la media estatal es del 27%. El gobierno del socialista Pérez Touriño (2005-2009) preparó una ampliación que Feijóo metió en un cajón, a pesar de ser reclamada desde hace más de una década por la UE. Pero es que, además, en 2022 la Comisión Europea declaró que "el Plan Director elaborado por Galicia para la gestión de los espacios Natura 2000 no cumple los requisitos de la directiva hábitats", siendo esa directiva precisamente la que determina la protección de esos espacios, lo que implica que la escasa red gallega ni siquiera está efectivamente protegida.


Para muchos, esa desprotección guarda relación con las expectativas de la industria eólica. Dado que el gobierno de Touriño prohibió la instalación de parques eólicos en Red Natura 2000, una ampliación reduciría el espacio disponible para su expansión. Galicia es una de las zonas de España con más molinos eólicos por kilómetro cuadrado, y el objetivo –derivada de la transición energética- es incrementar la potencia instalada en poco tiempo. Esto ha dado pie a un enorme aluvión de proyectos, a una reacción social bajo el lema de "eólica sí pero no así" y a una intensa litigiosidad, en la cual el Tribunal Superior de Justicia ha anulado o paralizado un buen número de proyectos. Lo cierto es que el plan eólico de Galicia, del año 1997, nunca se sometió a evaluación ambiental estratégica y que la normativa eólica gallega es un galimatías sujeto a constantes modificaciones.

La última, dados los constantes revolcones judiciales, se ha producido por la puerta de atrás en la ley de acompañamiento a los presupuestos de 2024 y establece que los proyectos eólicos de tramitación autonómica son "de interés público superior" y que "se presumirá" que su evaluación ambiental por parte de la Xunta "resulta válida", un hito en la desprotección ambiental porque supondría, de aplicarse por los tribunales (lo cual está por ver), impedir la revisión judicial de la correcta aplicación del derecho medioambiental. En la práctica el Gobierno gallego actúa como si no existieran las leyes medioambientales, no sancionando infracciones y emitiendo declaraciones de impacto ambiental laxas y deficientes para facilitar proyectos a empresas "amigas". Y es que las puertas giratorias son norma en la política medioambiental gallega: un ex conselleiro de medio ambiente de la Xunta está en el consejo de administración de la pastera Ence, otra en el de la energética Greenalia, empresas ambas con fuertes intereses económicos en Galicia.

Con estos mimbres, lo raro es que quien contamine pague o deje de hacerlo. Los casos de empresas que contaminan las rías sin ser sancionadas son conocidos. Si a eso le unimos la contaminación que ingresa en las rías procedente de ríos que reciben todo tipo de vertidos, se da la combinación perfecta para un descenso en la producción marisquera superior al 60% en todas las especies de bivalvos, sobre todo en la última década. Como consecuencia, si en el año 2000 había en Galicia 6.551 permisos de explotación de mariscadores, en 2022 hay 3.614, un descenso del 45% en lo que va de siglo. Las causas del desplome marisquero son complejas, pero una de ellas es, sin duda, una contaminación que no se ha atajado a pesar de las ingentes sumas de fondos europeos recibidos para ello. A eso se une la opacidad, puesto que los datos de la Xunta en materia de contaminación de ríos y rías son guardados como si fueran secreto de estado.


Otra muestra de la omisión del derecho medioambiental por parte del gobierno gallego es que de las 203 especies gallegas de flora y fauna amenazadas que constan en un desfasado catálogo oficial, solo 3 cuentan con plan de conservación o recuperación, a pesar de exigirlo la ley desde hace más de una década.

En materia de cambio climático, la dirección general responsable cuenta con un único funcionario dedicado al asunto y la única política gallega real –como en el resto de la cuestión medioambiental- es propagandística: ha creado la Alianza Gallega por el Clima, bello nombre al que anima a adherirse a empresas y administraciones locales, emitiendo declaraciones de intenciones sin acciones concretas. La reducción de emisiones de CO2 producida en Galicia en los últimos años coincide al dedillo con el efecto del cierre de las térmicas de carbón de As Pontes y Meirama, decidido por Endesa y Naturgy por razones de mercado, y al cual el gobierno gallego se opuso culpando hipócritamente al central.

Todo lo anterior configura un deterioro acelerado del patrimonio natural gallego que ha llevado a una institución oficial como el Consello da Cultura de Galicia a emitir duros informes en los que advierte de la progresiva destrucción del paisaje de Galicia y de su biodiversidad, que asocia a su cultura. Dice en el más reciente que "los valores naturales, culturales y sociales del territorio son marginados frente a intereses económicos". Esos intereses económicos son mayoritarios en la sociedad Recursos de Galicia (RDG), recién creada con una participación de un 30% de la Xunta para promover proyectos energéticos, mineros o que requieran concesión de agua; ideada para explotar recursos públicos gallegos pero al amparo del derecho privado y huyendo de la normativa pública como de la peste.


En conclusión, atendiendo a la experiencia gallega, lo que cabe esperar en materia medioambiental de un PP controlado por Feijóo si llegase al poder es un intenso greenwashing, privatización y retroceso de cualquier política de protección del patrimonio natural.

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Una cámara al servicio de la memoria https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77733/una-camara-al-servicio-de-la-memoria/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77733/una-camara-al-servicio-de-la-memoria/#respond Sat, 09 Dec 2023 05:32:03 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77733 Continuar leyendo "Una cámara al servicio de la memoria"]]> Familiares de víctimas del franquismo muestran los recuerdos que les quedan de los enterrados en la fosa del cementerio de Paterna. FOTO: CARLOS CONGA
Familiares de víctimas del franquismo muestran los recuerdos que les quedan de los enterrados en la fosa del cementerio de Paterna. FOTO: CARLOS CONGA

A mí, de pequeña, me gustaba hacer entrevistas a mis vecinas del barrio. Preparaba las preguntas, las imprimía y me iba con un cuaderno, casa por casa, a preguntar. Mi barrio es un barrio de pura mina. De hecho, sonaba la sirena, después se escuchaba el tiro y las figuritas de mi abuela temblaban por toda mi casa. Ya no queda hierro, ni queda nada, pero, al lado de mi casa, ahora hay una cantera.

Eso significa que mi barrio está hecho a retales, de noche, con materiales básicos. Eso significa que no hay una gran ordenación urbanística, que hay follón con la propiedad de la tierra, que la gente que construyó mi barrio no había nacido en mi pueblo. Venían de otros territorios a trabajar, a explotar las minas que hacían ricos a otros, a otros que estaban más lejos, que hablaban otro idioma, que no sabían nada de mi barrio, ni de mis vecinas. De hecho, del barrio se sabe poco.

Puede que se llame Saugal porque, por allí, hay muchos saucos, pero eso tampoco se sabe con exactitud. No lo sabían mis vecinas cuando yo preguntaba, aunque me temo que nunca les pregunté por eso. Les preguntaría por sus vidas, por sus familias, por sus aficiones y poco más. Ellas, sin embargo, aprovechaban para contar viejas anécdotas, para enseñarme sus casas, para presumir de sus reliquias. Lo poco que se sabe de mi barrio lo saben –lo sabían– ellas. Las grandes gestas se cocinaban en la tienda de Herminia mientras ella preparaba los bocadillos de mortadela a los alguaciles.

Porque siempre es así. Porque somos las mujeres las guardianas de la memoria, de los refranes, de las recetas aunque sean ellos los grandes historiadores, los lingüistas, los chefs. Porque nosotras entendemos mejor que hay que acordarse de los pequeños detalles aunque nadie nos los pregunte después cuando se escriben las grandes historias. Pero están en los fragmentos, en los pequeños gestos, escondidas las vivencias más importantes de todos los barrios, de todos los pueblos. Mi compañera Eva Máñez, fotoperiodista, lo sabe igual de bien. Por eso, en cuanto tuvo oportunidad, puso su cámara al servicio de la memoria.

El Terrer de Paterna, conocido como El paredón de España, es la mayor fosa del franquismo. Entre 1939 y 1957, 2.238 personas fueron fusiladas sobre un muro. 18 de ellas, mujeres. En 2016, empezaron las exhumaciones y empezó el trabajo de Máñez acompañando a setenta mujeres en su proceso de búsqueda. Máñez, natural de esta localidad valenciana, no sabía nada de lo ocurrido hasta que lo supo todo. Empezó a fotografiarlas, con una foto del fusilado entre sus manos, con la intención de acompañar las imágenes con un pequeño pie de foto. Pero las protagonistas tenían mucho más que contar. Ahora, el proyecto tiene forma de exposición, pero también de libro. Paterna, la memoria del horror es un trabajo de 215 páginas donde setenta mujeres posan y hablan. Amparo Company España es una de ellas.

Company posa con la foto de su abuelo, Paco Mármol Gallego, que fue fusilado el 18 de enero de 1940. Ella se enteró enseguida. Su casa fue requisada; su madre, su padre y su abuela, encarcelados. No fue suficiente con eso. Al ser liberadas, "las pelaron y las pasearon por todo el pueblo". Mientras estaba en prisión, su madre trabajaba en el economato para poder mandarle algo de dinero a la criatura. Ahora, la criatura posa seria ante la cámara de Máñez. Me imagino que no es fácil perdonar algo así.

Milagros y Sonia Chaves Palomares tardaron más en poder conocer la historia de su abuelo porque la abuela Guadalupe prefería no hablar. La familia quemó todo rastro que pudiera servir para acusarlos de vete a saber tú qué más, pero guardaron un retrato de Francisco Chávez, el yayo, escondido en un cajón. Porque la abuela Guadalupe no quería hablar, pero no olvidó. Posan con su retrato, aquel que escondieron debajo de un cajón, para la cámara Eva Máñez. Ana Ferrer Ferri también encontró un tesoro escondido en el cajón de una cómoda: un reloj y un mechero. A ella, también, su abuela le pidió callar, pero hay verdades que no pueden ocultarse mucho tiempo. Posa con la foto de Francisco Ferri Orquín, su abuelo, fusilado el 11 de septiembre de 1940 y enterrado –humillado– en la fosa 101.

Las historias del estilo se suceden una detrás de otra: horror, horror, horror.

En el cementerio de Paterna hay más de cien fosas comunes, que no han sido fácil identificar. En Paterna, la memoria del horror, Máñez lo cuenta con crudeza. En un terraplén, el Terrer, los fusilaban. "Tras el fusilamiento, algunos caían en el callejón quedando apoyados en el murete, donde recibían el tiro de gracia". Los metían en sacas y luego, "unos caminos de tierra por los que se filtraba la sangre", llevaban los cuerpos hasta el cementerio. Más detalles, en el libro. Pero algo importante antes: "Ni el Terrer ni el Camí de la Sang tienen ningún tipo de protección o señalética que dignifique la memoria de lo que allí sucedió". Ahora, al menos, las víctimas cuentan con el reconocimiento de Máñez. Algunas posan serias, algunas más sonrientes, pero todas se dejan fotografiar conscientes de que este trabajo, como muchos otros, señalan el camino.

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El peinado de Milei, la crisis de atención y la España cansada https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77791/el-peinado-de-milei-la-crisis-de-atencion-y-la-espana-cansada/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77791/el-peinado-de-milei-la-crisis-de-atencion-y-la-espana-cansada/#respond Sat, 09 Dec 2023 05:17:51 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77791 Continuar leyendo "El peinado de Milei, la crisis de atención y la España cansada"]]> El presidente electo argentino, Javier Milei, en el Congreso, en Buenos Aires. REUTERS/Agustin Marcarian
El presidente electo argentino, Javier Milei, en el Congreso, en Buenos Aires. REUTERS/Agustin Marcarian

La campaña electoral Argentina nos trajo un video de Milei que causo estupor, zozobra y cachondeo en las filas progresistas españolas. En el video, el hoy presidente de Argentina, decía "Frente al anuncio de Bulllrich, yo posteé un meme. Hago una pregunta. ¿Alguien vio las métricas de ese tuit? Tiene más de doscientos cincuenta mil likes, tiene casi dieciséis millones de impresiones. Sólo en mi cuenta de Instagram, el posteo tiene un millón de likes. Lo que quiero decir es... Así como hay un salame o tres salames opinando desde una computadora... ¿Sabes qué? Mientras ellos miran a la señorita por Internet, yo estoy en el medio de sus sábanas".

Mientras él va hablando los comentaristas del programa en el que está (en la televisión) le dicen que "los likes no son votos". En esa interacción, en ese breve parlamento de Milei, está reducida una época.

Es otro lugar común de internet preguntarse por qué los líderes de extrema derecha tienen peinados que se salen de la norma.

Decía Fernando Trueba que el estilo no es algo que uno elige, sino aquello que no puede evitar. Que lo ideal sería tener un estilo cada vez, para ponerse totalmente al servicio de lo que se cuenta, pero que el estilo es esa cosa tuya inevitable que te hace reconocible a pesar de lo que estás contando.

La época es un poco como el estilo. No es exactamente una casualidad que todos los líderes de la extrema derecha tengan peinados que se salen de la norma, pero tampoco es una conspiración. No quedan y lo eligen y tampoco se copian. Es posible que ni siquiera sea cierto. Seguramente haya líderes de extrema derecha con peinados perfectamente asimilables al común de los mortales... Pero tenemos sesgos de atención. Y lo que sin duda sí es un peinado estrafalario es algo icónico y fuera de la norma.

Ese pelo dice: "No soy cómo los demás".

Milei dice en su monólogo muchas cosas interesantes, las dice también de una forma interesante. Dice que él se comunica a través de memes donde los demás hacen discursos. Dice que gracias a ello recibe una enorme cantidad de atención y luego describe a las comunidades a las que habla. Salame es una forma coloquial de decir idiota. Milei dice muy claramente que se dirige a idiotas (sus palabras) que ven chicas por internet y que se cuela en medio de sus fantasías eróticas.

El que tiene el pelo "raro" es el que viene de fuera, habla con el lenguaje que no reconocemos y rompe con las mediaciones tradicionales de la política. Rompe con los intermediarios y se comunica directamente con el "el pueblo". Hay dos formas de interpretar por qué pasa esto.

Una tiene que ver con lo tecnológico. La aparición de las nuevas tecnologías favorecen esa desintermediación, las nuevas formas de comunicación modifican la forma en la que se constituyen los afectos políticos y el lenguaje tradicional de la política se ve adelantado por formas de comunicación más ligeras, agresivas y más conectadas con lo popular.

La otra explicación tiene que ver con rupturas sociales, con sociedades con una enorme crisis de confianza en las instituciones, unas instituciones que son incapaces de resolver los problemas de la sociedad y su vida cotidiana.

El Proyecto Una, en su fundamental libro Leia, Rihanna, Trump, explica todas estas dinámicas que mezclan cultura popular, memetización, redes, etc de la extrema derecha y señala que no es algo que haya inventado la extrema derecha. Más bien es una parasitación y una perversión de las formas de organización política, de trabajo sobre las redes y la comunicación que durante años han desarrollado otros proyectos de transformación social.

En el caso de España, es especialmente evidente porque forman parte de la historia de los movimientos y las organizaciones políticas progresistas que eclosionaron en 2011, el 15M y la posterior irrupción de Podemos.

Lo que me parece interesante es preguntarnos qué sucede cuando vives en un espacio-tiempo posterior a estos experimentos y experiencias. Qué tipo de sociedad queda tras años de activación emocional muy intensa.

Tienes a Ayuso, por ejemplo, una versión pastiche del trumpismo pero en el interior de un partido tradicional. Tienes también la memetización de Pedro Sánchez durante la campaña electoral de julio de 2023, pero sobre todo tienes una sociedad que ya no está sincronizada emocionalmente con procesos emergentes que obtienen su valor por ser lo exterior. Ya no existe "afuera" de los lenguajes de la política tradicional. La nueva política y la política tradicional se han contaminado.

Hay quien lo vivirá como una derrota, hay quien lo vivirá como una mentira. Hay quien lo vivirá como un éxito. Es menos importante la valoración del hecho que su constatación. No hay pelos locos metiéndose entre las sábanas de nadie y viniendo de ninguna parte a acabar con todo. La constante política es más bien la de una sociedad agotada, con muchísimos frentes abiertos en su vida cotidiana y una enorme dificultad para la persistencia. Eso explica también porque el voto vuelve a ser un elemento central. Son momentos que capturan una enorme cantidad de atención en forma de evento. Porque es difícil mantener la atención lejos de tus preocupaciones cuando tienes dificultades a fin de mes o cuando estás agotado trabajando o cuidando.

Todas las herramientas que creamos en ese tiempo. Los lenguajes de los que luego se apropió la extrema derecha para devolver violencia donde había construcción de derechos. Nada de eso vale.

La idea de que lo importante hoy es tener "lugares de visibilidad" y que en eso va todo el capital político, toda la organización, toda la hipótesis política es, en mi opinión, muy poco productiva. Y no hablo de abandonar ningún lugar. Hablo de organizarse en torno a otras cuestiones. Fundar, vaya, una cultura política nueva, para un tiempo nuevo.

Volver a producir algún afecto para volver a producir algún efecto.

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9 de diciembre, día internacional del laicismo y la libertad de conciencia. En defensa de una escuela pública y laica https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77734/9-de-diciembre-dia-internacional-del-laicismo-y-la-libertad-de-conciencia-en-defensa-de-una-escuela-publica-y-laica/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77734/9-de-diciembre-dia-internacional-del-laicismo-y-la-libertad-de-conciencia-en-defensa-de-una-escuela-publica-y-laica/#respond Sat, 09 Dec 2023 05:05:41 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77734 El 9 de diciembre es una fecha destacable para el laicismo. En ella, en 1905 el Estado francés promulgó una ley de laicidad cuyo primer artículo dice que la República garantizará la libertad de conciencia. Igualmente, el primer artículo de su Constitución define a Francia como una república laica.

La fecha es también significativa en tanto que el 9 de diciembre de 1931 el Estado español aprobó la Constitución de la Segunda República, reconociendo la laicidad del Estado. Por último, el 9 de diciembre también es el Día Internacional Contra el Genocidio. No pocas masacres en la historia se han llevado a cabo con bandera religiosa. En nuestros días, se está llevando a cabo un genocidio por parte de Israel, un Estado fundado sobre raíces religiosas. Cuando se utiliza un argumento religioso, es decir, dogmático, la discusión racional se vuelve muy difícil.

Dejando de lado tergiversaciones interesadas, la laicidad es un principio democrático que persigue el establecimiento de condiciones que permitan la libertad de conciencia de las personas. Desde este punto de vista, desde este principio, no hay laicidad negativa ni positiva, la laicidad es facilitar que los ciudadanos tengan autonomía moral para elegir los principios políticos y morales que consideren justos.

Para hacer posible la autonomía moral de las personas hay que empezar por excluir del sistema educativo los dogmas, mayormente religiosos, que con frecuencia aquellas que han sido adoctrinadas desde su niñez conservan toda su vida. En la etapa infantil el individuo todavía no tiene criterios para distinguir lo justo de lo injusto, lo racional de lo irracional, ni para combatir el adoctrinamiento. Con la madurez contará con herramientas si su formación es adecuada.


Una visión interesada y ampliamente difundida ataca al laicismo (movimiento social por la laicidad del estado) presentándolo como enemigo de la religión. Desde esos mismos sectores, se acusa de adoctrinamiento a la exposición y difusión de las ideas laicistas. No se puede ignorar el peso que todavía conservan los sectores católicos integristas, herederos de un nacionalcatolicismo impuesto por el régimen franquista y todavía apoyado económica, mediática y políticamente por todos los gobiernos que hemos tenido. Así, no es de recibo que en ayuntamientos gobernados por la derecha, e incluso por una sedicente izquierda, se cedan terrenos gratuitamente para colegios religiosos concertados, es decir, pagados con el erario público.

El laicismo persigue la laicidad del estado, su neutralidad frente a cualquier opción de conciencia (especialmente en el terreno religioso), lo que supone que ninguna religión esté inserta en el sistema educativo. Puede estarlo como objeto de estudio, pero no desde el proselitismo y el adoctrinamiento.

El sistema educativo debe perseguir el interés superior del niño y de la niña, que no es propiedad de los padres, que no tiene por qué ser una copia de estos ni pensar y sentir como ellos. El interés superior de los niños está consagrado en la Convención de los Derechos del Niño, y aunque no lo estuviera debería ser de sentido común en una democracia.


Se da la circunstancia de que sectores ultracatólicos acusan y denuncian a quienes promovemos la laicidad y los derechos humanos, que son condiciones y objetivos para todas las personas sin ningún tipo de discriminación (según el artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos).

La principal institución religiosa de nuestro país, la Iglesia Católica, cuyo fin declarado no puede ser otro que la evangelización, o sea, el adoctrinamiento religioso —dejando aparte sus fines crematísticos y de poder, estos no declarados—, secunda este ataque hacia los promotores de principios democráticos y universales, es decir, dirigidos a toda la población, no a un sector específico, llámese rebaño, parroquia, feligresía o cualquier otro término.

La función de la educación es formar ciudadanos, no feligreses. El rezo y la catequesis tienen su lugar en las iglesias; no será por falta de locales, cuando la Iglesia Católica es el máximo propietario privado de inmuebles, gracias al extendido escándalo de las inmatriculaciones.


El laicismo no es una ideología más que tenga que competir en el "mercado" de las ideologías, es un principio democrático, una condición básica de la democracia. No es correcto plantear la elección entre religión o laicidad, en el estado laico cabemos todos: creyentes y no creyentes, agnósticos y ateos, católicos y musulmanes, budistas y evangélicos... Todas las sensibilidades, religiosas o no religiosas, caben en la democracia, que si no es laica no es plena.

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La patraña de los valores occidentales https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77712/la-patrana-de-los-valores-occidentales/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77712/la-patrana-de-los-valores-occidentales/#respond Fri, 08 Dec 2023 05:55:46 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77712 alt --> En medio de la desproporcionada ofensiva militar que el Estado de Israel está llevando a cabo en Gaza a raíz de los atentados de Hamás del pasado 7 de octubre, se ha conmemorado el cincuenta y seis aniversario de la masacre de Kafr Qasim. El 29 de octubre de 1956 cuarenta y ocho personas fueron … Continuar leyendo "La patraña de los valores occidentales"]]> La patraña de los valores occidentales

En medio de la desproporcionada ofensiva militar que el Estado de Israel está llevando a cabo en Gaza a raíz de los atentados de Hamás del pasado 7 de octubre, se ha conmemorado el cincuenta y seis aniversario de la masacre de Kafr Qasim. El 29 de octubre de 1956 cuarenta y ocho personas fueron asesinadas en un pueblo árabe israelí en la frontera entre Israel y Cisjordania. La matanza fue perpetrada por la policía israelí de frontera que disparó indiscriminadamente a ciudadanos árabes que se saltaban un toque de queda impuesto ese mismo día como consecuencia de la crisis de Suez, y del que estos civiles muy probablemente no tenían conocimiento alguno. Entre los asesinados había veintitrés niños y un bebé nonato en el vientre de su madre, que junto con otras cinco mujeres también resultó muerta.

El actual presidente de Israel, Isaac Herzog, líder durante años del Partido Laborista y de la oposición en la Kneset, acudió en 2021 a rendir tributo a las víctimas de la masacre en nombre del Estado de Israel y pidió perdón por lo sucedido. Dijo: "Está claro para todos nosotros: la matanza y el daño a inocentes está absolutamente prohibido. Eso debe estar por encima de cualquier argumento político". Isaac Herzog, que ha sido un firme partidario de la solución de los dos Estados, también dijo: "Esta es nuestra oportunidad, como sociedad, de decir no a los prejuicios. Esta es nuestra oportunidad, como sociedad humana, de potenciar lo que tenemos en común como ciudadanos y vecinos". "Esto no es un decreto del destino, sino una asociación del destino. Esta es nuestra oportunidad para erradicar la discriminación y el odio".

Esta semana Herzog ha conversado con la cadena norteamericana de televisión MSNBC. Preguntado por lo que persigue Israel con esta acción militar cruenta en Gaza, Herzog ha explicado que los terroristas de Hamás se esconden en toda la Franja y que se ha alertado a la población civil para que se ponga a salvo de un ataque que reconoce indiscriminado por la dificultad de actuar de otra manera para alcanzar el objetivo de dar caza a los terroristas infiltrados entre la población civil. Fatigado y un tanto contrariado por las preguntas a las que contestó con una precisión lingüística ensayada e incompatible con la realidad de los hechos que describe -puesto que no se ha proporcionado a los gazatíes ni refugio, ni descanso ni ayuda humanitaria y dado que el número de muertos nos habla de lo que Naciones Unidas califica de castigo colectivo- Herzog trata de describir la indefendible ofensiva israelí gesticulando con las manos, dibujando un trazado imaginario de la Franja como si quisiera dar a entender que lo que se dirime en Gaza no es la vida de cientos de miles de seres humanos, sino el territorio baldío al interior de las rayas dibujadas en un mapa. Durante la entrevista Gaza está en las manos de Herzog -otrora un hombre de paz- y ahora ya solo es un dibujo en el aire, un trazado en un mapa de guerra, un asunto de geometría.

Inquirido entonces por la evidente desproporción que existe entre el número de víctimas israelíes ocasionadas por los atentados de Hamás (en torno a 1200 personas) y el número de muertos palestinos como consecuencia de la ofensiva militar que el Estado de Israel ha desplegado en los dos últimos meses (alrededor de 15000), el presidente Isaac Herzog responde que la guerra que Israel está librando en Gaza es en defensa de los "valores occidentales" frente a la amenaza de un yihadismo global con sede en Teherán. Ya no se trata entonces de luchar contra una organización terrorista palestina o de vengar una acción concreta. Tampoco de actuar conforme al tan traído y llevado derecho a la legítima defensa. Se trata de desplegar una estrategia de neutralización de la amenaza yihadista en defensa de Occidente y sus valores. El marco de Herzog es, como es evidente, un marco de guerra en el que los así llamados valores occidentales son la coartada con la que negociar la indiferencia de unos y el apoyo sostenido de otros al supremacismo y el militarismo de Israel. Hace apenas dos años Herzog hablaba de superar el odio y la discriminación en favor de la concordia y expresaba su condena a unos hechos execrables acaecidos hace más de cincuenta años. Se mostraba partidario del respeto a la vida, la paz y la convivencia. Hoy Herzog invoca los valores occidentales para justificar una acción de guerra desproporcionada que Israel está llevando a cabo, según sus propias palabras, "por el bien del mundo entero". Es decir, hace un llamamiento a que asumamos su marco de guerra, demos por buena la existencia de una amenaza yihadista global de la que somos objetivo como Israel lo ha sido de los atentados de Hamás. Los valores occidentales son la marca con la que Israel pretende validar su marco de guerra ahora que el derecho a la legítima defensa empieza a hacer aguas, a transparentar su inconsistencia toda vez que legitimidad y desproporción, defensa y genocidio son parejas de conceptos antitéticas.

Los valores occidentales estuvieron muy presentes en la narrativa sobre la guerra iniciada en febrero de 2021 con la invasión ordenada por Putin en territorio de Ucrania. En su nombre se justificó el envío de armas y tuvo lugar una especie de revival de la OTAN. Muchas criticamos entonces aquellas apelaciones beligerantes que se sustentaban en visiones etnocéntricas, coloniales y equívocas sobre modelos civilizatorios y otras formas poco amables de jerarquizar el mundo. Los mismos valores occidentales que no nos interpelaron para movilizar los apoyos que había que brindar a, en aquel caso, el Estado agredido y oponernos como hicimos a la Rusia de Putin por convicciones pacifistas que se nos afearon y fueron ridiculizadas (expulsando por cierto al pacifismo de la nómina de los valores occidentales), sirven menos si cabe cuando de lo que se trata es de dar por bueno que Israel los utilice para esconder sus intenciones supremacistas y genocidas. Si la Unión Europea y Estados Unidos continúan legitimando y apoyando la guerra que Israel libra contra el pueblo palestino en nombre de los valores occidentales se evidenciará más si cabe lo que estos valores son: una auténtica patraña.

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Desear no es lo mismo que excitarse https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77776/desear-no-es-lo-mismo-que-excitarse/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77776/desear-no-es-lo-mismo-que-excitarse/#respond Fri, 08 Dec 2023 05:35:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77776 Continuar leyendo "Desear no es lo mismo que excitarse"]]> Desde adolescentes, la cultura popular y muchos hombres han intentado convencernos de lo que nuestro papel en el sexo es el de la pasividad y la docilidad, ya que si algo teme el patriarcado es que las mujeres tengamos el control sobre nuestro propio placer, especialmente, si lo disfrutamos solas o en compañía de otras mujeres. No he conocido a ningún hombre antes de ser padre que tenga la más remota idea de cómo afecta el ciclo menstrual a la libido de las mujeres, y eso a pesar de que la ovulación está íntimamente ligada a nuestro deseo y a nuestra capacidad de lubricación. Sin embargo, todos y todas llegamos a la edad adulta con millón de escenas porno montadas en la cabeza, ya que la pornografía es la principal fuente de erotización para la mayoría de los hombres y también para buena parte de las mujeres. No son pocas las mujeres que siguen teniendo sexo con sus parejas masculinas solo por complacerlos, que ocultan que se masturban, o que fingen los orgasmos durante sus relaciones. Y, aun así, los medios nos recuerdan con frecuencia que nuestro placer merece ser estudiado, analizado y publicitado si lleva alguna carga de sumisión encima, o si somos entendidas como un conjunto de agujeros.

A raíz de la publicación en un periódico de un reportaje sobre el sexo anal en mujeres calificándolo como "el último tabú", se generó una polémica en los círculos feministas que saltó de las tertulias digitales a las analógicas. El otro día, debatía con un grupo de señores y señoras estupendas sobre este tema, ¿de verdad es un tabú? Las feministas, entre las que me incluyo, nos sorprendemos ante este tipo de titulares, no por puritanas, sino porque esta práctica pertenece a una de las categorías más populares en las páginas porno según sus propias estadísticas, porque cada vez más jóvenes lo practican en sus relaciones heterosexuales (hasta un 40%) y porque muchas chicas declaran hacerlo obligadas. Parece que el sexo anal es una práctica bastante normalizada en parejas heterosexuales, siempre y cuando la mujer sea la penetrada. Así que si hay un tabú no es precisamente el de la práctica, sino el de ser debidamente informadas de sus consecuencias. En los últimos años, se ha producido un incremento de más de un 1000% de las ITS en mujeres, un aumento íntimamente relacionado con la popularización del sexo anal, ya que las parejas no usan el preservativo en igual medida al descartar la posibilidad de embarazo. Y sí, todos coincidimos en señalar el auténtico tabú: el sexo anal en los hombres heterosexuales.

Exigir a los medios que adviertan de las consecuencias sobre la salud de las mujeres de una práctica ya de por sí extendida no es ser mojigatas, sino fomentar una parte fundamental de la educación sexual tan necesaria en estos tiempos. Además, y por más excitante que resulte cualquier práctica, no está de más recordar que para que una mujer tenga un orgasmo se debe estimular siempre el clítoris, directa o indirectamente.

De educación sexual habla habitualmente una conocida influencer que compartía recientemente un post en donde la protagonista de una animación daba las gracias a todas las mujeres que la habían precedido antes de acostarte con su amante por enseñarle a follar. "Yo le enseñé dónde estaba el clítoris" decía una bajada de entre la bruma en la noche oscura del alma y "yo que si quiere escupir antes debe preguntar" apuntillaba la otra. Tenemos un problema si entendemos que la sororidad va de educar a los hombres en la cama por el bien de otras mujeres. Pero, sobre todo, tenemos un problema si los hombres llegan a la vida adulta sin saber dónde está el clítoris y creyendo que echarnos un escupitajo encima es algo erótico. La estúpida ingenuidad femenina repetida una y otra vez en películas, libros y revistas ha dado paso a la normalización de las humillaciones que nos ofrece la pornografía online.

Escribía Anaïs Nin en Delta de Venus que "la sexualidad pierde su fuerza y su magia cuando se hace explícita, automática, exagerada, cuando se convierte en una obsesión mecánica". Fuera del porno, las mujeres no nos excitamos pensando en penes, en anos, o en vulvas. El deseo sucede siempre en la concreción de un cuerpo. Deseamos a un hombre o a una mujer, y nos imaginamos disfrutando con esa persona. "No hay dos pieles que tengan la misma textura, nunca hay la misma luz, ni la misma temperatura ni las mismas sombras, ni tampoco el mismo gesto; porque el amante, cuando está encendido por un verdadero amor, puede recorrer la interminable historia de tantos siglos de cuentos de amor", señalaba la autora de novela erótica más conocida de todos los tiempos.

De la pasión de las mujeres escribió también Annie Ernaux, ganadora del Nobel de Literatura en 2022. "Quería recordar a toda costa su cuerpo, desde el cabello hasta los dedos de los pies. Conseguía ver con precisión sus ojos verdes, el movimiento del mechón de pelo sobre su frente, la línea redonda de los hombros. Sentía sus dientes, el interior de su boca, la forma de sus muslos, la textura de su piel. Mediaba muy poco, pensaba yo, entre esa recreación y una alucinación, entre la memoria y la locura." Para la autora de Pura Pasión, lo difícil no es llegar al orgasmo, sino acercarse al límite que nos separa del otro, ser capaces de todo.

Como mujer que desea, que ha deseado y que también ha dejado de hacerlo, dudo mucho que la pasión se pierda por falta de acrobacias o de malabares (aunque pasarse cinco años haciendo el misionero, no ayude a mantener la mecha). Creo que se pierde por todo lo intangible que rodea al acto sexual con una persona. Al amante le pedimos intimidad, la totalidad, la pasión absoluta que escribía Nin en sus Diarios Amorosos, pero también un adecuado equilibrio con las condiciones materiales en las que vivimos, la sensación de igualdad y de cooperación, el cuidado y el respeto. Tampoco podemos escapar de nuestro momento vital a la hora de erotizarnos (a qué mujer no le ha pasado por encima la maternidad, la menopausia, el cansancio absoluto, el odio al propio cuerpo).

La complejidad del acto erótico es tal que una no puede eludir la realidad en la que vive ni cómo le hace sentir la persona que le acaba de producir un orgasmo. Como recuerda la sexóloga Sylvia de Béjar estar excitada no es lo mismo que tener deseo. "Excitarse puede ser algo muy mecánico" comentaba en esta entrevista a Jot Down. A la larga puede suponer un auténtico suplicio acostarse con un señor que no se responsabiliza emocionalmente, y, sin embargo, qué injusto nos parece siempre que ese sepa exactamente lo que nos pone.

 

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¿Una legislatura imposible? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77722/una-legislatura-imposible/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77722/una-legislatura-imposible/#respond Fri, 08 Dec 2023 05:10:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77722 El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo tras ser investido el pasado 16 de noviembre. - E. Parra. POOL / Europa Press
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo tras ser investido el pasado 16 de noviembre. - E. Parra. POOL / Europa Press

Desde el mismo 23J, los augures vaticinaban primero una investidura de Pedro Sánchez muy difícil –rondando la imposibilidad, pronosticaban– y desde luego una legislatura de corto recorrido (aquí las variables se situaban entre el año y los dos años) y llena de tropezones.

Se descuenta la acción de ruptura institucional, de bronca callejera y de fake news y mentiras masivas por parte del PP y de Vox. Por si había dudas, ahí está la remodelación del equipo de gobierno del PP, situándose no como gabinete en la sombra al estilo anglosajón sino como actores del lado oscuro (con perlas como Cayetana Álvarez de Toledo, Rafael Hernando y el tránsfuga Sergio Sayas, y a la cabeza de todos el hooligan Miguel Tellado), donde ni en el fondo ni en las formas se corresponden con una oposición política sino con unos destroyer del ámbito político e institucional expertos en la voladura de puentes.

La asimilación del PP con Vox es creciente, incluso en temas básicos de derechos como la violencia machista. Utilizando símiles del álgebra de conjuntos, los conjuntos del PP y Vox no sólo interseccionan sino que van configurando una unión imperfecta. Feijóo ha ido mucho más allá que Pablo Casado en las deslealtades institucionales dejándole a Ayuso el acompañamiento de los chascarrillos trumpistas. Por este lado la legislatura recién comenzada no va a tener respiro, y como los estrambotes son tan del gusto de la cohorte mediática vamos a tener este ruido infernal durante los próximos tiempos.

El pasado 13 de noviembre, el diputado de Sumar, Agustín Santos, señalaba en el Ateneo de Madrid que había tres campos en los que actuar concatenadamente en los próximos años: 1- Una acción de Gobierno que vaya a la raíz de los problemas y que resuelva las contradicciones a favor de los intereses mayoritarios, de las clases trabajadoras y populares. 2- Una acción parlamentaria que sostenga legislativamente el mandato recibido en las elecciones y extienda la democracia a todos los aspectos de la administración del estado, de la vida económica y de la sociedad civil. 3- Una acción ciudadana capaz de convencer y desarrollar una hegemonía necesaria para un país progresista y que recupere las calles para la convivencia. Es muy importante atender a cada uno de estos tres ámbitos porque cada uno de ellos está lleno de dificultades políticas, sociales y corporativas que habrá que ir destrabando para que el resultado sea ampliamente positivo.

Hoy me voy a referir al segundo de estos terrenos, la acción parlamentaria. Empieza a ser un lugar común que esta va a ser una legislatura casi yerma por la complejidad de los apoyos que necesitará para salir adelante cualquier legislación. A las exigencias de Junts, se unirán las de ERC desde el Govern de la Generalitat, las del PNV, las de Coalición Canaria, las de Podemos actuando como socio díscolo y obviamente el cumplimiento del acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Sumar. Creo que es necesario enfriar este razonamiento y aminorar su dramatismo (esa tendencia implacable de los enemigos y también de los amigos del Gobierno).

En primer lugar, cabe señalar que la prolífica XIV legislatura –más de 100 leyes– deja materia de desarrollo sobre acuerdos ya establecidos; en segundo lugar, el acuerdo de gobierno España Avanza firmado entre el PSOE y Sumar para formar el Gobierno de Coalición, tiene un desarrollo muy interesante focalizando sobre todo en la acción del Gobierno y no tanto en la producción legislativa. Para que se vea con claridad: el acuerdo de coalición progresista tiene 242 ítems o definiciones de intenciones. De ellos 30 podríamos definirlos de orientación general o filosofía de Gobierno, por ejemplo: "Reforzaremos las instrumentos para reducir la desigualdades"; "El diálogo social será una herramienta fundamental en el ámbito laboral"; "Seguiremos impulsando una transición ecológica justa"; "Fomentaremos la agricultura ecológica y regenerativa"; "Reforzaremos nuestro compromiso de lucha contra las violencias machistas"; "Desarrollaremos una política fiscal justa e inteligente, capaz de hacer frente a los retos de una economía globalizada"; "Impulsaremos una Unión Europea que trabaje por la prosperidad y el bienestar de los ciudadanos, los derechos humanos, las libertades fundamentales y la protección de todas las personas".

De los 242 ítems identificados podemos decir que 183 (el 75%) serán producto de la acción de gobierno, la mayoría por la acción directa del mismo y algunos que tendrán que pasar por trámites parlamentarios, y por último, estamos ante 29 (el 12%) de propuestas de Ley o reformas sustanciales de las mismas, por ejemplo: Ley de Startups, Ley de servicios de atención a la clientela, Estatuto del Trabajo del siglo XXI, Ley de participación institucional, Ley de Aguas, Ley contra el Desperdicio Alimentario, Ley de la equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud, Ley de Cuidados, reforma de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (la tan criticada RESAL de Montoro que el anterior Gobierno no fue capaz de derogar) o la Ley de Régimen Local, Ley Mordaza, Ley de Mecenazgo, y un importante etcétera. En definitiva, estamos ante una legislatura acotada en su desarrollo legislativo y donde las dificultades políticas pueden llevar al no desarrollo completo del programa de gobierno pero sí a un avance significativo en muchos temas sustanciales para la sociedad española.

Hay otra lectura de la que no debemos escapar, y que además es posiblemente la razón sustancial de por qué hemos llegado a la investidura de Pedro Sánchez. ¿Cuál hubiese sido la acción legislativa de un Gobierno Feijóo-Abascal? Ellos mismos lo dijeron: "Derogar el sanchismo", derogar la legislación que aumentaba derechos, reducía desigualdades y mejoraba la situación de la mayoría social.

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Los puntos negros de la institución del Defensor del Pueblo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77680/los-puntos-negros-de-la-institucion-del-defensor-del-pueblo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77680/los-puntos-negros-de-la-institucion-del-defensor-del-pueblo/#respond Thu, 07 Dec 2023 05:01:08 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77680 Continuar leyendo "Los puntos negros de la institución del Defensor del Pueblo"]]> Fachada de la sede del Defensor del Pueblo, en Madrid. EUROPA PRESS/Alejandro Martínez Vélez
Fachada de la sede del Defensor del Pueblo, en Madrid. EUROPA PRESS/Alejandro Martínez Vélez

Un grupo de profesores (quince) de las Universidades de Sevilla y Huelva elevamos un escrito al Parlamento andaluz el 8 de julio de 1996, proponiendo que se incluyera en la reforma de la Ley del Defensor del Pueblo de Andalucía, que tramitaba el Parlamento, un año de vacatio de militancia política y responsabilidades políticas de los candidatos a Defensor y a Adjuntos. Era una propuesta moderada, con la que se quería velar por la independencia e imparcialidad de la institución del Defensor, pretendiendo que quienes ejercían funciones políticas no pasaran inmediatamente a desempeñar las funciones de control propias del Defensor del Pueblo.

La respuesta del Parlamento o de los partidos políticos a través del Parlamento no pudo ser más penosa y decepcionante: no sólo no atendieron a nuestra propuesta, sino que reformaron la ley con el único y exclusivo fin de elevar el número de Adjuntos de dos a tres, para que también el partido que faltaba, IU, pudiera tener "su Adjunto" en la institución del Defensor. La reforma de la institución consistió en que todos los partidos parlamentarios tendrían su parte en el "pastel" del Defensor. Los parlamentarios prefirieron la tarta a costa de la independencia del Defensor.

El 18 de noviembre de 2021 Ángel Gabilondo tomó posesión como Defensor del Pueblo, suscitando la crítica habitual de que era persona de partido -ministro con el PSOE, miembro electo de la Comunidad Autónoma de Madrid-, con el agravante de que era el PSOE el partido en el Gobierno. Yo mismo publiqué en este medio un artículo titulado ¿Gabilondo como Defensor del Pueblo? Sí, pero NO, con el que quería exponer que no era la persona adecuada, aun cuando la creyera idónea y honesta. Abordaba en el artículo únicamente la elección del Defensor, no como ahora sus competencias y funcionamiento.

En fecha de 27 de octubre de 2023 el Defensor del Pueblo ha presentado un informe ante el Parlamento sobre la pederastia en la Iglesia católica, que ha encontrado la crítica de los obispos a su contenido, de quienes el Defensor afirma que "no han participado". Viniendo estas palabras de un Defensor ciertamente moderado en sus expresiones, es fácil deducir el alcance real de sus palabras. Pero el Defensor no tiene instrumentos jurídicos para exigir a los obispos una conducta distinta a la negacionista y de brazos caídos, cuando no directamente obstaculizadora de su investigación.

El Defensor del Pueblo es el garante de los derechos fundamentales de las personas ante los actos de las administraciones públicas. Es un comisionado del Parlamento (estatal o autonómico), que supervisa si las leyes de este órgano son o no cumplidas por los gestores públicos, a instancia de parte o de oficio.

Es la institución más próxima a los ciudadanos en varios sentidos: a) cumple una importante función de mediación social en la defensa de los derechos y libertades básicos de la persona ante quienes están en mejor situación para vulnerarlos: los gestores públicos, b) es el órgano gratuito y de más fácil acceso, c) es el órgano indicado para la defensa de los intereses sociales, debido a la conexión de éstos con los derechos y libertades fundamentales de la persona.

Las carencias de la institución del Defensor del Pueblo

La crítica a la institución, que expongo a continuación, podría alcanzar un carácter general, porque, tras la lectura de las leyes reguladoras de otras Comunidades Autónomas y de la misma ley del Defensor del Estado, la Ley orgánica 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo, advierto que la regulación de la institución sigue pautas similares en todas partes.

La falta de ejecutoriedad de las resoluciones del Defensor del Pueblo

Es sin duda su talón de Aquiles. Los demandados lo saben y argumentan diciendo que el Defensor "orienta", "recomienda", "aconseja", pero que no es un órgano para imponer sus decisiones. De poco valen los grandes esfuerzos del Defensor, las muchas esperanzas puestas en él por los demandantes, si los gestores públicos se apoyan en la falta de exigencia jurídica de las resoluciones del Defensor. La inexistencia de ejecutoriedad de las mismas es puesta de manifiesto en las alarmantes cifras de las encuestas: un porcentaje alto los demandados hacen caso omiso a las resoluciones. Por ello una reforma de la institución pasa necesariamente y en primer lugar por otorgar una mayor fuerza jurídica vinculante a las decisiones del Defensor.

La ineficacia del Defensor aumenta cuando se constata que algunos gestores públicos demandados ni siquiera atienden a las resoluciones del Defensor previamente aceptadas. La aceptación por los gestores públicos - un alcalde, un consejero, un rector...- de las decisiones del Defensor tendría que conducirles a su cumplimiento como exigencia de un deber jurídico, lamentablemente inexistente en la Ley orgánica del Defensor del Pueblo.

Las escasas competencias atribuidas al Defensor del Pueblo

Si sus resoluciones no son atendidas, el Defensor puede poner en conocimiento de la autoridad jerárquicamente superior al demandado el incumplimiento de sus resoluciones y además incluir este incumplimiento en el informe anual del Defensor al Parlamento.

Ahora bien, teniendo en cuenta que las resoluciones del Defensor no son directamente ejecutivas por su falta de coactividad, el peso de la institución y la eficacia de sus disposiciones cambiarían favorablemente y en gran medida, si al Defensor se le concediera una sola facultad: la legitimidad procesal activa para interponer directamente recursos ante la jurisdicción correspondiente, de oficio o a instancia de parte. Esta posibilidad con seguridad haría a las autoridades administrativas demandadas cumplir con mayor celo y diligencia las resoluciones del Defensor, para no arrostrar los inconvenientes de un posible proceso, teniendo como acusador al mismo Defensor. Las actuales competencias concedidas al Defensor, es decir, la interposición de los recursos de inconstitucionalidad y de amparo, son insuficientes, pues se trata de recursos de escasa aplicación y ante un alto tribunal.

Es conocido el freno que impuso el Proyecto de Constitución al Anteproyecto, de 5 de enero de 1978, en varios apartados de nuestra norma máxima. Uno de ellos fue la anulación de las competencias del Defensor para emprender acciones judiciales ante jueces y tribunales, contempladas en el art. 46 del Anteproyecto.

La politización de la institución del Defensor del Pueblo

Los medios de comunicación se han hecho eco de operaciones de "ocupación" de la institución del Defensor (del Estado y de las Comunidades Autónomas) por los partidos políticos a través de sus parlamentarios y poniendo en funcionamiento el sistema de cupo. El cupo de los partidos consiste en la colocación de personas del partido en las instituciones, de cualquier clase, en función del porcentaje de representación parlamentaria. No hay ni que decir que es un excelente instrumento de interferencia contrario al principio de la separación de los poderes del Estado, si por este procedimiento los parlamentarios (poder legislativo) designan a los miembros de órganos jurisdiccionales o parajurisdiccionales.

El Defensor del Pueblo es una institución copada por personas de partido. El socialista Defensor Mújica, la popular Defensora Becerril, el socialista Defensor Gabilondo... y así toda la lista desde Ruiz Giménez, primer Defensor del Pueblo. Siempre los grandes partidos al acecho de la peligrosa (para sus intereses) institución del Defensor del Pueblo. Se atenta directamente a la independencia de esta institución nombrando para desempeñarla a importantes personajes de los partidos políticos.

La pregunta de la ciudadanía se impone de suyo: ¿Es que no hay en España quien pueda desempeñar esta institución con independencia e imparcialidad y que no sea un político? ¿Cómo estos políticos ejercientes por un tiempo de la noble función del Defensor van a desprenderse de la rémora de toda clase de implicaciones partidistas a la hora de resolver las demandas de los ciudadanos? ¿Acaso han prometido que no volverán a la política, tras su paso por la institución parlamentaria de control? ¿No están en la institución por pertenecer a determinado partido, que los ha designado para el cargo?

No es cuestión de poner en entredicho la honorabilidad de estas personas, que queda siempre a salvo, sino de que se deben establecer con carácter preferente las condiciones idóneas para el ejercicio de las funciones de la institución con la máxima independencia y neutralidad; condiciones que no se respetan, si se pone al frente de una institución para resolver controversias jurídicas contra la Administración a personas de la esfera política.

La ausencia de control del Defensor del Pueblo sobre el cumplimiento de sus resoluciones

El Defensor del Pueblo archiva el expediente de queja y sus actuaciones, una vez aceptadas por los demandados, que es una práctica desaconsejable.

Teniendo en cuenta que al Defensor acuden personas sencillas con frecuencia, quizás con un juicio negativo respecto al mundo del derecho y de los profesionales del mismo, la falta de un directo control por el Defensor del cumplimiento de sus decisiones puede provocar indefensión. Sería por esta razón muy eficaz el recordatorio en plazos determinados a los gestores públicos del cumplimiento de sus resoluciones aceptadas y la petición de pruebas al respecto. Lamentablemente, el Defensor no cumple este mínimo procedimiento.

Propuesta de reforma constitucional y legislativa en favor de la independencia, la eficacia y las garantías de la institución del Defensor del Pueblo

El problema del Defensor del Pueblo consiste en que su regulación reside en un único artículo de la Constitución, el 54, con un texto muy insuficiente. Las previsiones legales de la vigente ley pueden ser modificadas por otra ley dependiendo de las cambiantes mayorías parlamentarias: lex posterior derogat anteriori. Y por esta razón se impone una reforma del art. 54 de la Constitución, que dedica pocos trazos al Defensor del Pueblo. Expongo un elenco de reformas jurídicas respecto a la figura del Defensor. Las tres primeras, las más relevantes y garantistas de la institución, debieran estar en la reforma del art. 24 de la Constitución, como añadidos a lo poco que enuncia. Las dos siguientes en la Ley orgánica del Defensor del Pueblo.

  1. La elección del Defensor del Pueblo y de los Adjuntos por 3/5 de las Cortes Generales entre personas de reconocido prestigio y honorabilidad que ni estén afiladas a partidos políticos ni hayan ejercido responsabilidades políticas. El Defensor electo será sometido a examen por la Comisión parlamentaria correspondiente antes de su toma de posesión.
  2. La concesión al Defensor de legitimidad procesal activa, para interponer recursos ante los órganos judiciales, directamente o a instancia de parte. Es la reforma necesaria para que todos, y especialmente quienes ostentan responsabilidades públicas, nos tomemos en serio la institución del Defensor.
  3. La obligación legal de los gestores públicos de cumplir las resoluciones del Defensor en plazos taxativos y de dar cuenta al Defensor del cumplimiento, inmediatamente después de efectuado. La denegación de auxilio, la actitud hostil o entorpecedora de la labor de investigación de Defensor y el incumplimiento de sus resoluciones tendrán la consideración de resistencia y desobediencia a la autoridad.
  4. La exigencia de debatir las propuestas concretas del Defensor derivadas de sus informes, anuales o extraordinarios, en un punto único del orden del día de la convocatoria del Pleno del Congreso de los Diputados. Con la finalidad de que éstos no queden en una mera información.
  5. La publicación de las listas de incumplidores de las resoluciones del Defensor y de obstruccionistas a su investigación en toda clase de medios y el envío de las mismas al Parlamento y a las instituciones afectadas desde la oficina del Defensor. Estas listas deben figuran en la Memoria anual del Defensor del Pueblo.
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España se rompe cada día https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77694/espana-se-rompe-cada-dia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77694/espana-se-rompe-cada-dia/#respond Tue, 05 Dec 2023 19:35:17 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77694 España se rompe cada día
Dos asistentes a un acto del PP contra la amnistía se dirigen a Ferraz, a 3 de diciembre de 2023. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

6 de diciembre, Día de la Constitución. Jornada de actos, declaraciones, personalidades políticas, judiciales y de defensa del Estado. Día clave para repetir lo que llevamos escuchando desde hace semanas tras el proyecto de ley de la amnistía:"España se rompe", se ataca al "Estado de Derecho", a la "separación de poderes" y a la "igualdad de los ciudadanos ante la ley".

Recordemos que cantidad de asociaciones juristas corriendo a emitir comunicados del peligro del Estado ante la amnistía ignorando recomendaciones de su Comisión de Ética en una evidente toma de posición política; a la que se sumaron asociaciones de todo tipo. Incluso de Colegios de Médicos que no dicen nada ante el aumento de listas de espera o cierres de centros de primaria pero que estaban muy preocupados por el bien de España. 

Supongo que hay visiones de España diferentes dependiendo de nuestro bolsillo, de nuestras vidas o de lo que entendemos por Constitución y por derecho. Y vamos, por ejemplo, a casos prácticos. Creo, para empezar, por el más grave. La semana pasada, cinco crímenes machistas. ¿Alguna asociación emitió algún comunicado, aún cuando uno de los agresores fue absuelto por un juez? Ninguna. Hay muchas maneras de romper el Estado de Derecho, como cuando este es usado por maltratadores que encuentran salvación en sentencias ante sus delitos. O cuando hay sentencias que dejan desprotegidas a las mujeres y rompen el artículo catorce o quince con el derecho a la igualdad o a la vida. Les preocupa con la amnistía que otros políticos puedan ver que si delinquen no les pasará nada, pero es que claro, hay maltratadores que sin necesidad de amnistía son condenados y no los detienen o ni siquiera son condenados, y luego pueden matar a sus parejas. 


Por poner más casos prácticos, también se rompe la igualdad o el Estado de Derecho cuando hemos visto a corruptos salvarse. A veces porque, oh casualidad, no había pruebas suficientes, había interpretaciones al menos cuestionables o los delitos habían prescrito. O también se rompe cuando la ciudadanía quiere ejercer o defender sus derechos al trabajo, a la salud, a la dependencia, al aborto, a la vivienda frente a fondos buitres que los desahucian... pero no se garantizan. 

Revisando el último barómetro del CIS, las mayores preocupaciones de la ciudadanía son la economía, la sanidad, el empleo o el paro... problemas más relacionados con derechos, y estas asociaciones no lanzan comunicados. Y que conste que bastante sufren quienes desde dentro de la justicia sí trabajan para defender con propiedad la Constitución y las leyes pero se encuentran en su entorno laboral actuaciones o manifestaciones corporativistas que les llevan a un campo de batalla de desgaste.

No sé yo si los que se han pasado también estos días con la idea de dictadura y de gobierno ilegítimo están hoy, día 6, para hablar de una Constitución que explica las Cortes y el derecho de sufragio que justo deslegitiman si no va con su interés. No sé si hoy es el día más adecuado para que hablen quienes siguen aferrados tras cinco años al Consejo General del Poder Judicial por no renovarse, incumpliendo la Constitución. No sé si hoy es el día más apropiado para hablar de ruptura del Estado de Derecho, cuando con el discurso que ahora escuchamos se cuestiona al poder ejecutivo y legislativo, sabiendo que las leyes se aprueban por mayoría en un parlamento y la justicia tiene la obligación de aplicarlas.


Hay muchas maneras de que se rompa España sin que quienes están en los poderes de este país se hayan alterado lo más mínimo. España se rompe cuando una mujer que denunció violencia de género es asesinada y la justicia no le protegió. España se rompe cuando la mitad de la población sigue sufriendo discriminación. España se rompe también cuando se pacta con partidos que quieren derogar leyes sociales. España se rompe cuando muere alguien cuyos derechos fundamentales no han sido respetados. España se rompe cuando su ciudadanía pide amparo y protección a una justicia que no le responde. 

España y su Estado de Derecho se rompe, y pierde prestigio e independencia, cuando una justicia habla más de política que de derechos del pueblo. Hay quienes aprovechamos este día para decir que la Constitución está para cumplirla en todos sus artículos siempre. Porque no hay nada que atente más al "Estado de Derecho" que dejar derechos en papel mojado. Menos palabras y más coherencia.

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La bondad de Clara https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77574/la-bondad-de-clara/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77574/la-bondad-de-clara/#respond Tue, 05 Dec 2023 05:06:37 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77574 Ilustración de una mujer que sufre discriminación por motivos de género en su entorno laboral.- Mohamed Hassan / PxHere.
Ilustración de una mujer que sufre discriminación por motivos de género en su entorno laboral.- Mohamed Hassan / PxHere.

Clara sabe organizarse y siempre termina a tiempo sus tareas, habla con corrección a profesores y compañeros, es estudiosa, educada, cumplidora, responsable, madrugadora y ordenada. Clara es, en resumen, más buena que el pan.

Acaba de entregar el trabajo de final de bachillerato, y lo cierto es que está agotada. Se le ha juntado esta entrega con los exámenes trimestrales y lleva varias noches durmiendo poco y mal. Está tan cansada que en lugar de salir al patio se queda a descansar en la biblioteca. Allí se encuentra con Gabriel, que anda estresado porque aún le faltan varios apartados de su presentación.  

–Nos ponen demasiados deberes –susurra. 

Ella asiente y le ofrece su ayuda. Ya saben: es muy buena. Gabriel, al principio, le dice que no importa, que está a punto de terminar. Sin embargo,  tanto resopla y aspavienta al volver a la tarea que Clara decide acercarse.


Echa un ojo a la pantalla y ve tal cantidad de faltas de ortografía que no puede evitar pedirle que corrija aquí y allá. A los dos minutos, es ella la que se sienta frente al ordenador mientras él la observa, entre avergonzado y admirado. Finalmente, Gabriel consigue imprimir su trabajo y entregarlo dentro del plazo.  

Clara se siente bien. Le gusta ayudar a los otros. Además, Gabriel es su amigo. Podría esforzarse más, eso no tiene discusión, pero ella ha aprendido a apreciarle como es: ruidoso, caótico y excesivo. Por otra parte, no desentona con el resto de los compañeros de clase que son, por norma general, más alborotados e impulsivos que las chicas.

Gabriel suele reírse de sí mismo, asegura que no tiene remedio y cosas por el estilo. Otras veces se enzarzan en largas discusiones tras las que no alcanzan ningún acuerdo. Como la semana pasada, cuando los chicos se enfurruñaron durante un taller del instituto sobre igualdad de género. Gabriel afirmó que hoy en día las mujeres disfrutan de los mismos derechos que los hombres y que no deberían malgastar el tiempo con estas actividades. 


En junio inauguran una escuela de verano en el barrio y contratan a toda su pandilla. Se da la circunstancia de que a las chicas las emplean como monitoras, mientras que los cargos de coordinación recaen sobre tres chicos, Gabriel entre ellos. Él acepta el puesto como una molestia: "Tengo que programar las sesiones y entretener a los niños, como vosotras, y encima  me toca cuadrar horarios y estar de guardia los días que libro", se lamenta.

Clara no le responde, aunque bien podría decirle que por algo su sueldo es notablemente más alto que el de las monitoras. Él no cambia su forma de moverse por el mundo: prepara los turnos tarde y con numerosos errores y presenta fuera de plazo el cómputo de horas, por lo que las monitoras cobran con retraso. Hacia mediados de julio, se ha vuelto costumbre que Clara se quede con él de vez en cuando para revisar las plantillas y así ahorrarse follones, aunque eso le suponga unas horas extra que nadie le paga. 

Al acabar la temporada, sus caminos se separan, puesto que han escogido universidades distintas. Ella se gradúa con buena nota cuatro años más tarde. Gabriel va aprobando a trompicones y, aunque ya no puede contar con Clara en su día a día, no le resulta difícil dar con alguna compañera amable que le preste los apuntes o le eche un cable con alguna tarea de manera puntual.  


Cuando ambos se acercan a los treinta, coinciden en una entrevista de trabajo. Se trata de una consultora que busca personal para el área de recursos humanos, con posibilidad de ascender en la empresa. Gabriel viste un traje con corbata y va bien peinado y afeitado, evita hablar de más o mostrarse efusivo. Clara es la primera en entrar.

Tras unas preguntas de cortesía, le interrogan sobre su vida familiar: "¿Tienes pareja? ¿Hijos? ¿Piensas tenerlos?". Sabe que no responder o protestar significa decir adiós al empleo, así que contesta. "No, no tengo hijos. Sí, espero tenerlos algún día". Transcurridas unas semanas, cuando intuye que, ante la falta de noticias, no le van a dar el puesto, llega a sus oídos que es Gabriel quien ocupa la plaza.  

Ella se resigna entonces a seguir surfeando en la precariedad para acumular experiencia. Cuando, un año después, la consultoría abre un nuevo proceso de selección, no duda en presentarse. Al llegar a la sala de espera, se alegra y se sorprende a partes iguales al descubrir que Gabriel dirige las entrevistas. Le habría gustado felicitarle por su rápido ascenso, pero se contiene al observar que él se muestra distante, frío y profesional. La recibe con un par de preguntas de cortesía. A continuación, comienza el cuestionario: "¿Tienes pareja? ¿Hijos? ¿Piensas tenerlos?"

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La Constitución, su Imperio romano https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77668/la-constitucion-su-imperio-romano/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77668/la-constitucion-su-imperio-romano/#respond Mon, 04 Dec 2023 19:40:14 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77668 Continuar leyendo "La Constitución, su Imperio romano"]]> En un examen de Cono (no recuerdo si en quinto o sexto de primaria), la profe Marcela nos preguntó qué era la Constitución Española. Sigo sin saber la respuesta, pero creo que he entendido por fin la pregunta.

Aquí cada uno, dice un muy buen colega mío, tiene sus obsesiones y filias. Por ejemplo, yo baso mi personalidad en escribir columnitas literarias en prensa; mi amigo Luis, en ser platino en el League of Legends; Anuel, en montarse películas con el FBI; y toda una generación de políticos, periodistas y famosetes en considerarse constitucionalistas, aunque ni ellos sepan exactamente lo que eso significa.

Hace ya unos meses, se pusieron de moda en Tiktok vídeos de chicas, la mayoría de ellas jóvenes, que se grababan preguntándoles a sus novios y amigos heteros si pensaban mucho en el Imperio romano. Por algún motivo entre perturbador y curioso, muchos respondían que sí, que al menos una vez a la semana pensaban en la vieja civilización de los gladiadores, los legionarios y los mosaicos, aunque no tuviesen una explicación concreta del motivo. Simplemente, alegaban que se sorprendían pensando en aquellos años (que consideraban gloriosos) de bacanales y conquistas.

El caso es que en España tenemos una generación, esa que alcanzó su vigorosidad durante los años alrededor del 78, que encuentra en la Constitución Española su particular Imperio romano. Más veces de las que les gusta reconocer se sorprenden a sí mismos pensando en ese fabuloso texto encuadernado con piel de la buena e hilitos de oro, y fantaseando con que se hable más de él en los medios de comunicación (esto es broma, claro: creo que es materialmente imposible hablar más de la Constitución).

Cuando les preguntas por su ideología, cosmovisión o planteamientos, simplemente te responden que son constitucionalistas, como medio invitándote a que busques en esas páginas una respuesta iluminadora al puro estilo del arzobispo de Toledo en el Evangelio de San Marcos.

Antes de que salten las alarmas por ahí, quiero matizar que no soy constitucionalista, pero tampoco anticonstitucionalista. Quiero decir, la Constitución me gusta y me parece un conjunto de leyes, derechos y obligaciones que están bien, molan y sirven para regular el funcionamiento del Estado, pero creo que es un poco tramposo basar toda tu personalidad política en un texto legal. No sé, es como si yo me autodenominara codigopenalista.

Más allá de su función meramente regidora (o sea: de regular), no entiendo esa cultura que se ha gestado a su alrededor. De hecho, no es solo que no la entienda, sino que me huele un poco a humedad.

Todos los que claman por ella y cantan bachatas lentas a su paso no son realmente constitucionalistas, sino conservadores; esa carta legal que tanto les gusta no les gusta de verdad (o no más que la de, yo qué sé, Alemania): lo que realmente les mola de la Constitución Española son los tiempos en los que se escribió, cuando aún comprendían el mundo del que formaban parte.

Cada vez que alguien plantea reformarla para lo que sea, los constitucionalistas se amotinan en teles y diarios advirtiéndonos de que no se puede romper su orden, como si se tratara de una bitácora de mármol sobre la que debemos dormir ad aeternum para dedicar el dolor de nuestras cervicales a los padres de la Transición.

Obviamente la Constitución debe reformarse, adaptarse y modernizarse; la Constitución no debe ser un búnker, sino un reflejo de la sociedad española y

su progreso. Porque la sociedad progresa, aunque finjan que el peak de España fue durante el maldito 1978.

Los constitucionalistas, si es que lo quieren ser de verdad, deben dejar de ver en la Carta Magna un Imperio romano por el que llorar y sentir nostalgia, y empezar a entenderla como un recurso que adaptar según va avanzando la cosa, que algunos somos muy jóvenes y también queremos saber qué se siente al redactar las leyes que marcarán nuestras vidas.

Ahora, si Marcela me volviera a preguntar qué es la Constitución Española, le respondería que un trend de TikTok, una personalidad, un búnker o una sordera. Y no me gustaría que fuera nada de esto, la verdad

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Semprún, Buchenwald y los derechos humanos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77586/semprun-buchenwald-y-los-derechos-humanos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77586/semprun-buchenwald-y-los-derechos-humanos/#respond Mon, 04 Dec 2023 04:15:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77586 El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea general de las Naciones Unidas (NNUU) proclamaba y aprobaba en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DDHH). Después del Holocausto y la barbarie nazi, esta declaración ponía en el centro del desarrollo de las naciones y los pueblos los derechos y los valores humanos, a las personas, a la ciudadanía. Valores encarnados sin duda por los eternos lemas de la Revolución Francesa o americana: libertad, igualdad, fraternidad...

El 10 de diciembre, también, pero de 1923, nacía Jorge Semprún, sólo un deportado de Buchenwald, como él se autodenominaba.

Este año 2023 se cumple el centenario del nacimiento de Semprún y los 75 años de los DDHH.

Semprún, Buchenwald y los DDHH tienen varios elementos en común y están unidos por diversas casualidades... ¿O causalidades?


Uno de los redactores de esa Declaración Universal de los Derechos Humanos fue el intelectual francés Stéphane Hessel, un deportado también a Buchenwald. Sin duda, el Juramento de Buchenwald inspiró a Hessel a la hora de redactar la declaración. Un Juramento que llamó al mundo: "El aplastamiento definitivo del nazismo es nuestra tarea". Y: "Nuestro ideal es la construcción de un mundo nuevo en la paz y la libertad".

Entre su obra, Hessel nos ha dejado para el futuro, especialmente para los jóvenes, su libro Indignaos, llamándonos a ser activos contra la injusticia.

Hessel y Semprún nos llaman a reflexionar sobre el mundo, sobre las desigualdades, a combatir el totalitarismo y ser parte activa de la sociedad. Ambos representan excelentes símbolos contra la barbarie y de la libertad y la fraternidad. Este año, con motivo de su centenario, reivindicamos la figura de Semprún como el gran político y escritor de la memoria antifascista.


Hessel y Semprún, como otros muchos deportados a Buchenwald, entre ellos los 643 republicanos españoles, quedaron marcados para siempre por esta traumática experiencia. Por ese "largo viaje" hasta llegar al campo, por la frialdad del viento de la colina Ettersberg, por las palabras: "A cada uno lo que se merece", en la puerta o la proximidad del zoo a la valla electrificada de los prisioneros que, junto a tantos elementos de vida extrema, les permitieron reflexionar sobre la condición humana y el futuro de Europa y de la humanidad. En palabras de Jorge Semprún, el mejor sitio para reflexionar sobre Europa es el Appellplatz de Buchenwald. Es un lugar ideal, la explanada de Buchenwald, para recordar el origen de Europa, pero también para pensar en el futuro, en este momento de crisis, involución, carencia de aliento y empuje. Un momento en el que viene a la memoria la frase de Edmund Husserl, pronunciada en Viena en 1935, en pleno auge de los totalitarismos: "El mayor peligro para Europa es el cansancio".

Volviendo a Hessel, lo peor que le puede ocurrir a Europa es que deje de indignarse. Que abandone sus valores fundacionales y gire la mirada hacia otros lugares para no ver lo que está ocurriendo en el Mediterráneo, y en muchos países del mundo.

Los valores que defendió Semprún, su europeísmo, beben de los valores republicanos. Entendemos la República, los valores republicanos, como una idea genérica, de democracia y libertad que se proyecta al mundo como un concepto que ya es asumido como una ideología humanista, revolucionaria, y, si se me permite, universal. Los valores republicanos están implícitos en los juramentos de Buchenwald y Mauthausen, y todos ellos desembocan de una forma u otra en la declaración universal de los DDHH. Derechos y valores que con el tiempo posiblemente han ido cambiando de forma y receptáculo, pero que mantienen el mismo fondo. Fondo que hoy vemos reflejado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Echemos la fatiga y la resignación y asumamos de una vez por todas la indignación.

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La desmemoria nacional https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77640/la-desmemoria-nacional/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77640/la-desmemoria-nacional/#respond Sun, 03 Dec 2023 06:05:16 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77640 Continuar leyendo "La desmemoria nacional"]]> La desmemoria nacional
Un grupo de feministas sostienen varias pancartas: 'Por una sexualidad libre. Anticonceptivos y aborto en la Seguridad Social. Frente de Liberación de la Mujer', 'Abajo la ideología machista', 'Primero feminista, luego partidista'.- Cedida por Gloria Nielfa

Llovía, llegué tarde y nada más entrar comprendí que de allí iba a salir distinta.

El Club de las 25, una histórica asociación de mujeres feministas, se propone hacer un archivo del feminismo patrio y comenzaron la tarea el jueves pasado con unas jornadas en la sede del Archivo Histórico Nacional (AHN), que yo no conocía.

Fuera hacía un día de perros, húmedo y frío, y el tráfico era un asco. Dentro todo circuló y nos calentamos con el fuego eterno de las luchas que compartimos.

El edificio es impresionante. Una de esas instituciones que imponen y que, cuando se revelan como servicio público accesible, enorgullecen a cualquiera y dan sentido al Estado. El archivo acorazado, que nos enseñó su director, Juan Ramón Romero Fernández-Pacheco, es novelesco con su frío conservador y su olor a papel viejo y sus legajos que parecen regalos envueltos, clasificados en carpetas idénticas, en estanterías gemelas, en pasillos infinitos, como un bosque de secretos.

El director, entre los tesoros que custodia, nos contó que en España no hay ley de archivos de la Administración General del Estado, como sí hay en las comunidades autónomas y en todos los países de nuestro entorno. El decreto que Zapatero aprobó justo antes de convocar las elecciones que perdió se queda corto frente a cualquier Ley Orgánica, como por ejemplo, la de Secretos Oficiales de 1968. Así muchos secretos siguen siéndolo por muy bien que estén conservados. También remarcó la ausencia del Derecho a la Memoria en nuestra Constitución y cómo ese olvido nos está saliendo caro, aunque mucho no gastamos. Allí solo ficharon ese día 52 trabajadores para clasificar, cuidar y divulgar millones y millones de documentos.

No mostrar ni enseñar lo que hicimos bien y mal unos y otros nos lleva a no saber quiénes somos y cómo podemos equivocarnos. ¿Por qué no empezamos a mirarnos? ¿Tanto miedo nos tenemos? ¿Todavía? ¿Tanto miedo como para no ver el absurdo que supone creer que no conocernos evitará que nos repitamos? ¿Tanta desconfianza hacia nuestra capacidad de aprender, de hacerlo mejor, de crecer sobre lo que fuimos? ¿Tan poco creemos en la fortaleza de nuestra democracia? La amnistía lo perdonó todo pero sería imperdonable olvidarlo porque corremos el peligro de repetirnos.

La inflamación social de estos días por el nuevo Gobierno que tanto disgusta a los que por poco lo han perdido es el mayor síntoma de la desmemoria nacional que nos ha llevado a dónde estamos. Solo la desmemoria y la locura pueden llamar dictadura y golpe de estado a un Gobierno que simplemente no les gusta; solo ellas pueden confundir la discrepancia política con la violencia de estado en un país en el que la sufrimos casi cuarenta años, no hace ni medio siglo.

En el salón de actos muchas desgranaron la historia de nuestro feminismo, con su idiosincrasia, con sus luchas –clandestinas hasta 1975–. Gloria Nielfa, catedrática de la Complutense especializada en Historia de las Mujeres nos enseñó fotografías y documentos en su repaso. Recordó cómo entonces solo unas pocas se manifestaban por la amnistía frente a Yeserías, la cárcel de mujeres, en lugar de Carabanchel, adonde iba la mayoría. Como en Yeserías eran menos, salían a más palos por cabeza; era mucho más arriesgado. Allí pedían amnistía también para adúlteras, para mujeres que habían abortado, para los médicos que las ayudaron.

El momento cumbre del encuentro fue cuando se preguntó a la catedrática cómo hacían entonces para mantener al movimiento unido. Nielfa aclaró que los movimientos sociales son siempre muy diversos y que las discusiones se alargaban hasta el eterno. Rememoró como en una de aquellas asambleas sin final alguien dijo que tanto hablar de conseguir la legalización de los anticonceptivos dejaba de tener sentido cuando el mejor de todos eran aquellas reuniones interminables, y todas nos reímos.

Prueba de las discrepancias que hay y siempre ha habido fueron las matizaciones que se hicieron en la sala a los hechos que la catedrática había marcado como los grandes hitos. Las testigos dejaron claro que la discrepancia es, ha sido y será siempre parte de un movimiento tan grande como variopinto. Englobar a la mitad de la población es sobre todo un ejercicio de tolerancia mutua, de convivencia, de respeto a lo distinto.

Nielfa recalcó –y en eso todas estuvieron de acuerdo– que el objetivo supremo era el objetivo común, conseguir iniciativas conjuntas se pensase lo que se pensase sobre el resto. Se trataba de buscar qué querían todas y dejar al margen aquello en lo que no había acuerdo. El consenso era centrar la energía para perseguir aquellas metas decisivas. Terminaron con la tutela masculina:  teníamos que ser autorizadas por padres o maridos para viajar, para comprar a plazos, para tener cuenta bancaria. Pusieron fin al delito de adulterio que solo se nos aplicaba a nosotras: el asesinato de una mujer adúltera por su marido se castigaba con el destierro. Consiguieron la legalización de los anticonceptivos y el aborto. La ley integral contra la violencia de género. Les debemos tanto y hace tan poco. Tenían tantos objetivos comunes;  ahora hay menos.

Sin embargo, la lucha contra la violencia de género, la educación en igualdad y la retribución de los cuidados podrían volver a ponernos de acuerdo, deberían poder enfocarnos y unirnos.

Ojalá la nueva Ministra de Igualdad se pase por el Archivo Histórico Nacional y sea capaz de tejer redes entre todas las sensibilidades para que sigamos avanzando al ritmo frenético con que lo hemos hecho.

Ojalá este Gobierno se atreva a abrir las cajas de secretos con una ley de Archivos que nos permita empezar a constatar quiénes fuimos y quiénes somos, para ser mejores pronto. El desconocimiento de nuestras raíces, la desconexión con el pasado nos hace menos sólidos, más desagradecidos, más vulnerables a los vientos y más bobos.

Al salir seguía lloviendo pero el día me parecía menos gris y el porvenir, como siempre que se repasa la historia, algo menos oscuro.

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El método Hematocrítico. Un homenaje https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77626/el-metodo-hematocritico-un-homenaje/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77626/el-metodo-hematocritico-un-homenaje/#respond Sat, 02 Dec 2023 05:15:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77626 Continuar leyendo "El método Hematocrítico. Un homenaje"]]> Imagen de archivo de Migue López, conocido como El Hematocrítico. - ARCHIVO
Imagen de archivo de Migue López, conocido como El Hematocrítico. - ARCHIVO

Se murió Hemato y el mundo se volvió inmediatamente peor.

Su muerte volvió a demostrar que las cosas buenas de la vida, todo lo que hace la vida mejor, se confunde en el paisaje y se hace pasar por normal, casi por garantizado. Para la buena prensa que tiene todo lo que hace nuestra vida peor, que pasa siempre por complejo y sofisticado, se escribe muy poco sobre lo bueno. Hemato formaba parte de lo bueno. Era un productor de "lo bueno", un multiplicador de "lo bueno".

Yo no conocí personalmente a Hematocrítico. Nunca le había llamado Miguel, que era su nombre. Para mi siempre fue Hematocritico. Y cuando cogí un poco de confianza en redes, simplemente Hemato. Compartimos, eso sí, algunas buenas amistades y nos cruzamos algunos mensajes privados cuando twitter era un sitio en el que merecía la pena hablar de algo. Gracias a sus recomendaciones conseguí uno de los mejores libros que se han escrito nunca sobre Los Soprano (The Soprano Sessions, de Matt Zoller Seitz y Allan Sepinwall, por si queréis buscarlo)

Estos días gente más lista que yo, que escribe mejor que yo y que le conoce mejor que yo ha escrito cosas estupendas, emocionantes e inteligentes sobre su figura. Yo sólo quería, quizás con cierta dosis de egoísmo, intentar identificar un método Hematocrítico. Una pista. Una orientación. Algo que me sirva para que eso que me hacía tan feliz, eso que sentí que perdía cuando me enteré de su muerte, siga por aquí.

Es una tarea difícil, pero creo (me digo a mi mismo) que es necesaria y creo que es también respetuosa.

Alex de la Iglesia cuenta en un libro de entrevistas que una vez iba por la calle con su el guionista que escribe con él la práctica totalidad de sus proyectos, Jorge Guerricaechevarria, y que vieron un cartel en una casa que ponía "Se vende. Razón: Portería". Y que Guerricaechevarria dijo "Si que tiene que ser chunga la portería esa".

Lo cuenta para explicar cómo hay algunas personas que tienen un tipo de agilidad que les permite ver la realidad desde un punto de vista distinto. Ese tipo de genialidad es la que parecía brotar de forma natural de cada cosa que hacía Hematocrítico. Es el tipo de mirada que permite coger un cuadro y titularlo: Señora hinchando un cristo inflable y que cuando mires al cuadro ya no puedas ver otra cosa más que esa. Es el tipo de mirada que hace que te des cuenta de lo divertido que sería (quizás de las cosas más divertidas que yo he leído en mi vida) recopilar los mensajes de odio que se dejan unos vecinos a otros en los portales. O hacer una olimpiada de cuales son las mejores cosas, que por cierto ganaron los gatos. Los gatos le ganaron a Internet.

Supongo que cultivar esa mirada es importante, pero no es "lo bueno". Lo bueno es hacerlo sin esperar nada a cambio. Por jugar.

Supongo que esta es la clave del Método Hematocrítico, que hacía las cosas porque le apetecía. Porque le gustaban. Su grandísimo amigo y Hermano Podcast Noel Ceballos lo ha llamado Ser Lover, en vez de Hater.

Ser Lover, hablar sobre todo de las cosas que te gustan. Dedicarle muy poco espacio a lo que te molesta, a lo que odias, a lo que te enfada, es otra de la claves.

Pero a la vez, y esta es otra de las cosas que más me fascinan, hacer todo ello sin convertirte en ñoño o nostálgico. Escapar de todas y cada de unas las trampas de lo trascendente sin darle importancia, y sin renunciar a decir las cosas que quieres decir. Tengo algunos ejemplos, pero mi favorito es la forma taxativa, contundente y divertidísima con la que se despachaba con los trolls que venían a tocarle las narices. El mal buscando casito y encontrándose seis toneladas de Hemato.

Hablo de método para evitar la idea de que Hematocrítico habitaba un periodo bueno anterior al presente. No era así porque antes twitter era mejor y ahora no. Era mejor porque hacia mejor los lugares que habitaba. Por tanto era algo que le pertenecía a él, no a esos lugares. No es que hubiera unas redes sociales buenas en 2011 que se fueron pudriendo (aunque eso pasara, la mayor parte de las cosas terribles de las redes sociales ya estaban ahí en 2011, sólo que estábamos ocupados con las buenas) Es una forma de estar en el mundo.

Una forma basada en la empatía, la curiosidad singular por las cosas y perseguir el goce y el juego. Pasarlo bien y pasarlo bien con otros y hacérselo pasar bien a otros. Como recomendar el mejor libro sobre Los Soprano a un desconocido o subir los subtítulos de tus series favoritas a un foro y hacerlo automáticamente mejor.

La vida de Hematocrítico es la prueba de que hacer mejor los lugares que uno habita produce una especie de riqueza que se multiplica, que los hace más habitables.

Es decir, que existe lo bueno. Esa parte de infierno que no es infierno. Eso es lo bueno. Lovers. No Haters. Quizás a eso se reduce todo.

La noche de su muerte sentí muchísima tristeza. Sentí también todo lo que nos perdimos y lo sentí mucho por toda su gente cercana, la gente que le conocía de verdad. Pero también me reí. Me reí repasando sus blogs, leyendo sus libros, releyendo sus tuits y los pocos mensajes privados que nos cruzamos.

Todo era muy triste y, a la vez, todo lo que quedaba, el perfume de sus acciones, era tan feliz, tan alegre, tan... bueno, que por qué quedarse sólo con la tristeza.

No es cómo si no nos hubiera avisado. Lo advertía cada dos por tres, como un faro en la niebla o una linterna en la oscuridad... #VamosAMorirTodos.

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Privatizar la política para empobrecer la democracia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77614/privatizar-la-politica-para-empobrecer-la-democracia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77614/privatizar-la-politica-para-empobrecer-la-democracia/#respond Fri, 01 Dec 2023 05:35:09 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77614 Continuar leyendo "Privatizar la política para empobrecer la democracia"]]> El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (3i), y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra (3d), se saludan a su llegada a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, en la sede del PP, a 30 de noviembre de 2023. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (3i), y la secretaria general del PP, Cuca Gamarra (3d), se saludan a su llegada a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, en la sede del PP, a 30 de noviembre de 2023. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

No hay mayor negocio que privatizar la política. Dejarla fuera de la influencia y el control de la ciudadanía para que esté, más condicionada y mediatizada, en manos de los intereses privados de los grandes grupos económicos. Entre ellos, las corporaciones tecnológicas y los fondos de inversión.

La ideología neoliberal, hoy representada por las variantes ultras y trumpistas, es la mayor beneficiada de esta deriva privatizadora que va socavando el prestigio y la eficacia del sistema democrático de gobierno y convivencia en todo el planeta. Por otra parte, en el marco del escenario de la globalización, los centros de los poderes económicos toman decisiones de gran trascendencia política y económica sin seguir las reglas de la democracia, en contra de los intereses generales y por encima de la soberanía de los Estados. Los "emperadores tecnológicos" ya juegan un papel decisivo en las guerras.

El avance de la privatización es también consecuencia de los procesos de jibarización de la democracia, hasta convertirla en una actividad intelectualmente más empobrecida y reducida a círculos políticos y élites de poder. Así, se sustraen las grandes decisiones del debate público, del ejercicio de la transparencia y hasta de la capacidad decisoria real de los Parlamentos. Porque todos esos grupos persiguen, además, la subordinación del Parlamento soberano a objetivos que no son los de servicio público a la comunidad y a intereses que no son los generales.

Existen, también, otros factores que favorecen esa privatización, como es el papel que juegan los intereses sectarios de los partidos políticos en la toma de decisiones, bien para alcanzar y monopolizar el poder o bien al actuar con la lógica de una empresa que busca la obtención de un beneficio partidista. Esas razones y los consabidos vicios de la política, como la corrupción, la mentira, la desconexión con la realidad social y las tendencias autoritarias o cesaristas,  provocan el alejamiento y desinterés de la sociedad por la política.

Las fuerzas de progreso, pero también la derecha liberal, tienen que responder defendiendo medidas de reforma e innovación de la democracia representativa. Lo cual se traduce en promover vías de participación, deliberación, consulta y transparencia para fortalecer los derechos democráticos, la defensa de lo público y la condición de la política como un patrimonio colectivo. Porque una democracia avanzada debe ofrecer cauces e instrumentos de participación que poder votar cada cuatro años a unas listas cerradas.

Por otra parte, es cada vez más patente en los partidos el uso de la mercadotecnia empresarial o puro marketing electoral, lo que unido a la escasa fiabilidad de compromisos electorales no verificables y al olvido de una práctica política basada en la ética pública, hacen que la confianza ciudadana en la política sea residual. Sin embargo, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación permiten a los poderes públicos enormes posibilidades para abrir paso a una democracia deliberativa y controlable. Pero las instituciones no son conscientes de su trascendencia.

En un tiempo de convulsiones, la vida política se desarrolla con un alto grado de sectarismo, crispación y polarización. Son fenómenos que provocan el alejamiento y la desafección de gran parte de la población hacia la vida política.

Vivimos una etapa peligrosa para la credibilidad de la política y las democracias. Arrastramos fallos en el sistema de representación política y asistimos a un funcionamiento de los gobiernos cada vez más basado en el hiperliderazgo y el presidencialismo. Todo ello sucede mientras el diálogo para llegar a acuerdos, el debate con respeto al pluralismo y el contraste de ideas se consideran accesorios.

De modo que si a los problemas sociales de desigualdad y precariedad y a la incertidumbre que provocan las crisis y los nuevos desafíos globales que afectan a toda la humanidad, se añade la privatización de la política, la incredulidad y desconfianza hacia la política y los partidos aumentarán. Pongamos que también hablo de España.

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Alcaldes con pocas luces https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77557/alcaldes-con-pocas-luces/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77557/alcaldes-con-pocas-luces/#respond Fri, 01 Dec 2023 05:18:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77557 Continuar leyendo "Alcaldes con pocas luces"]]> El alcalde de Vigo, Abel Caballero, durante el encendido de las luces de Navidad 2023 en Porta do Sol, a 24 de noviembre de 2023, en Vigo. Javier Vázquez / Europa Press
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, durante el encendido de las luces de Navidad 2023 en Porta do Sol, a 24 de noviembre de 2023, en Vigo. Javier Vázquez / Europa Press

Algo de esto debe ocurrir. O tienes pocas luces en la mollera y necesitas que las de afuera iluminen tu oscuridad interior y tus entendederas, o quizás padezcas un complejo extraño. No sé. Complejo de tenerla pequeña. Razón por la que los niños de la escuela, siempre depravados y antes de que existiera el bullyng, se reían de ti porque no te la encontrabas dentro de la bragueta. Pues por más que la psicóloga, durante toda una vida de tratamiento, te dijera que "el tamaño no importa", tú llevas esperando décadas para vengarte y demostrar al pueblo, a la ciudad, al país y al planeta..., que la más grande es la tuya.

Estoy hablando metafóricamente y con todo el respeto, que nadie se ofenda, de esa patología o desvarío en el que han caído los alcaldes españoles, siempre hombres, o en su mayoría, llegadas las fechas navideñas, compitiendo entre ellos para plantar en la plaza el pino - simbólico falo -, más alto de toda España y rodearlo de luces - el pino, la plaza, las calles, los parques, las avenidas y los bulevares - y ganar el premio también, a lo bestia, de poner no sé cuántos cientos de miles, quizás millones, de bombillas. Sean de led o de las antiguas ¿eso qué leches importa ahora?

Alguno, incluso, henchido de amor patrio y de megalomanía, hace forrar los árboles, las calles, las fachadas de los nobles edificios, los puentes y viaductos, los scalextric, las carreteras de acceso y las autovías, de gigantescas banderas de España de luces coloridas: roja y gualda. ¡No, por favor, no! No digas esa modernez de roja y amarilla. Dilo como siempre se ha dicho, coño, a la antigua usanza, aunque de niños no supiéramos qué significaba: bombillas rojas y gualdas. ¡Con un par de cojones! Rojas y gualdas. ¡Qué boooniiiitooo! ¡Y qué hortera! ¿Cómo no se van a querer ir de España?

Así, el árbol de Vigo, ganador de los últimos años, en esta edición llega a los 40,5 metros de altura, superando por tan solo 0,5 m al de Badalona. ¡Cómo debe estar de cabreado Xavier García Albiol, con la "altura monstruosa" que tiene ese señor, dejándose arrebatar el puesto por un menudo Abel Caballero, con su 1,65 m de estatura! ¡Don Abel, buen hombre, especialista sin parangón en luces navideñas, va a pasar usted a la historia! A la historia de la luminotecnia.

En el estrafalario ranking, le sigue Murcia, también con 40 m de pino; casi, podríamos decir, levantados con el esfuerzo y el tesón de su alcalde, don José Francisco Ballesta. Próceres de todos los signos políticos y de mucho lumen en la sesera.

Pero por muy orgullosos que estén de su hombrada, esas medidas son irrisorias comparadas al subcampeón: ¡Granada! Con sus 57 m compitiendo con su propia Sierra Nevada. ¡Eso es un pino de verdad, con 57 m, y no vuestras birrias! Pero ¡tachán, tachán! Por encima de todas las alturas de la madre patria, por encima de valles y montañas, aparece el coloso de Torreón de Cartes, en Cantabria, con 65 m.

Convirtiéndose en el árbol navideño más gigantesco de Europa. ´¡Toma ya! ¡Con otro par! ¡Cuánto mérito! Esto sí que es grandioso, admirable. Un pueblo con 5000 habitantes, un 12% de paro y un presupuesto de unos 5 millones de euros, levanta ese emporio de luces y adornos. ¡Bravo! ¡Sois la envidia de los españoles! ¡Qué digo de los españoles, de Europa y del mundo entero! Con seguridad que obtendréis el récord guinness a la mente más luminosa del planeta.

¡Qué guay! Qué ilusión!... si no fuera porque, en estas mismas fechas, un 14% de los españoles no podrán encender la calefacción. Casi 4 millones de hogares. Algunos, llámese Cañada Real de Madrid, a unos escasos kilómetros de los acristalados rascacielos de don Florentino, no por no poder pagarla, sino porque llevan años sin luz eléctrica. Y otros cuantos, porque la justicia no descansa nunca para que se cumpla con severidad la ley (excepto si se trata de renovar sus cargos), serán desahuciados en estas mismas fechas. Ancianos, familias con niños, que con el incremento increíble de los intereses no pueden pagar la hipoteca.

¿Pero no me digas, Puchy, que no es bonito? Muertos de frío, arropados con mantas, sin casa... igualitos que el Niño Jesús. El auténtico portal de Belén. ¡Cómo mola! ¡Qué mono! Ya que no tienen casa, ni calefacción, les podían contratar esos alcaldes para ponerlos debajo de ese árbol requeteluminoso y gozar de su calor: San José, la Virgen María y el Niño Jesús.

¡Qué tierno! Qué tierno... si no estuviéramos sufriendo esta crisis climática que nos anuncia que de seguir con este consumo desorbitado y esta contaminación sin límite vamos derechos al abismo. ¡Pero quedan tan monas esas luces, esos millones de luces! ¡Y ese pino iluminado que parece un bloque de 20 pisos! ¡Qué ganas tienen, Borja Mari, estos ecologistas, estos rojos, de amargarnos hasta la Navidad! Si da gusto ver esos escaparates, esas colas, esa... marabunta de gente haciendo compras en el Primark. Pero como están "amargaos" y no creen ni en Dios ni en la Virgen, ni siquiera en el Niño Jesús, quieren amargarnos nuestra fiesta. La Navidad.

Puestos a dar ejemplo y a llamar la atención, a educar a nuestros hijos, solidariamente, responsablemente con la que le está cayendo al mundo en este momento ¿No sería mejor poner las luces justas, una iluminación sencilla, humilde, sin ostentación, y dedicar ese dinero, dinero público bastante cuantioso, a lo que podríamos llamar Navidad solidaria? ¿Os imagináis a Vigo, Badalona, Murcia, Granada y Cartes, batiendo el récord de recaudación municipal por ahorro energético en Navidad y entregando ese dinero a cualquiera de las mil causas por las que se desangra el planeta? De Gaza a Ucrania, de la frontera de Finlandia donde los refugiados mueren de frío a la siria, de Yemen a Etiopía y de Etiopía a Somalia y Turquía.

Hagan el lazo más grande del mundo, portando velas que también dan luz, uniendo las manos, rodeando la ciudad, en protesta por todos esos niños muertos de manera abominable. Congregaos en las plazas y en los parques, miles, cientos de miles de personas, y lanzar al aire cometas con una paloma blanca. El mayor lanzamiento de cometas del planeta. Hermanados con Nepal y Afganistán. Poneos de acuerdo en esas ciudades y decretad una Navidad sin coches y repartid ese ahorro con los que no pueden pagar la factura de la luz. Organizad una marcha senderista o en bici, de toda la ciudad - "La Navidad en Marcha" -, para reivindicar otro mundo posible y mejor.

Así, seréis de verdad los números uno y ganaréis todos los concursos. Dejaos ya de excentricidades innecesarias. De delirios de grandeza. Reflexionad un poco. Mirad a la gente. A los ojos. A los que lo están pasando fatal. Mirad a vuestro alrededor. Apagad las luces, de una puñetera vez... y encended el corazón.

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Becas 'cayetanas' y resentimiento https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77554/becas-cayetanas-y-resentimiento/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77554/becas-cayetanas-y-resentimiento/#respond Thu, 30 Nov 2023 20:16:41 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77554 La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, decora el árbol de navidad en la Real Casa de Correos, y presenta el programa de actividades organizadas para estas fechas navideñas este jueves en la Puerta del Sol. - Aitor Martín | EFE
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, decora el árbol de navidad en la Real Casa de Correos, y presenta el programa de actividades organizadas para estas fechas navideñas este jueves en la Puerta del Sol. - Aitor Martín | EFE

Estos días hemos conocido las consecuencias del programa de Becas para rentas medias que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha impulsado y que está destinado a estudiantes de bachillerato en centros privados puros y concertados. Nos queda por saber cómo se han distribuido los hasta 83,6 millones de euros que este Gobierno ha previsto destinar a becar alumnos de centros privados de Educación Infantil, Formación Profesional de Grado Medio y Formación Profesional de Grado Superior. Sumados a los 43 millones repartidos en las enseñanzas no obligatorias de bachillerato en centros que a menudo segregan por sexo y que muy habitualmente están gestionados y son propiedad de la Iglesia Católica, el monto total es de 127 millones de euros.

Las cifras son importantes porque dan cuenta de la magnitud de esta operación. 127 millones de euros desviados a empresas privadas a través de ayudas a familias con unos ingresos que pueden llegar a ser muy altos. El concepto "rentas medias" está atravesado por la misma imprecisión que el igualmente inútil "clases medias". Veamos el detalle, tengan paciencia con los datos.

Pueden optar a recibir la ayuda aquellas parejas con un hijo que ingresen hasta 107.739 euros al año, cuando antes el límite era de 30.000 euros para los que optaban a una ayuda para Bachillerato, de 60.000 para los de Formación Profesional (FP), o de 75.000 para los de Educación Infantil. De igual manera, las parejas con dos niños que tengan unos ingresos globales de 143.652 euros también pueden pedir estas becas; o las que tengan tres hijos y unos ingresos en el hogar de 179.565 euros.

Con la excusa de que las rentas medias aportan mucho y no reciben gran cosa del Estado -como si la solidaridad tuviera que ser un camino de ida y vuelta, un toma y daca y no un eje de vertebración de la sociedad- la Comunidad de Madrid transfiere recursos públicos a empresas privadas. Las familias reciben un dinero que invertirán necesariamente en los centros, con lo que no podemos decir que estemos hablando de becas, cuya naturaleza y propósito es profundizar en la redistribución y en la igualdad social sino, directamente, de un dinero público que busca beneficiar a la empresa privada y cuya transferencia genera, además, un efecto contrario al que las becas de verdad persiguen, pues profundiza en la desigualdad al recaer en familias con rentas, de entrada, lo suficientemente altas como para llevar a sus hijos a centros privados en lugar de matricularlos en la pública, que en esta comunidad se encuentra en una situación de abandono institucional y presupuestario. Ah, por si no lo sabían, Madrid es la autonomía del Estado que menos gasto tanto bruto como por alumno dedica a la educación pública, ¡Sorpresa!

Al otorgar ayudas a empresas privadas a través de familias –llamando a esta operación de transferencia de recursos "becas"– se refuerzan lo privado y la moral tradicional por el mismo precio. En virtud de las becas cayetanas la empresa privada y la familia resultan beneficiadas por los recursos públicos en perfecto cumplimiento del mandato ultraliberal. Si además tenemos en cuenta que los centros privados tienen una orientación ideológica conservadora y que sus estudiantes de bachillerato salen con notas infladas a competir con los de la pública a la prueba de acceso a la universidad, es decir, si tenemos en cuenta que estos centros forman elites madrileñas (el colegio El Pilar ha recibido a través de las becas otorgadas a algunos de sus alumnos 239.000 euros) la operación becas cayetanas es un éxito total. Y en esto consiste básicamente la tan traída y llevada libertad, en socavar los principios de solidaridad, redistribución e igualdad y en pulverizar a la sociedad.

El sueño neoliberal del último tercio del pasado siglo consistía en desmontar la sociedad, ahogar la democracia y reconfigurar el Estado para eliminar así cualquier cuestionamiento o amenaza a su modelo. La democracia, ciertamente, está siendo estrangulada en las primeras décadas del siglo XXI pero la movilización ultraderechista y la acción desde el poder de dirigentes demagogos han hecho que el sueño húmedo ultraliberal de la neutralidad política del Estado se aleje por completo del horizonte. El Estado, sus instituciones, ya no trabajan por la responsabilidad democrática y el bien común, pero tampoco lo hacen para sostener el orden mínimo que soñó Hayek en un mundo de intercambios económicos magnánimos y espontáneos, sino para la difusión de un ideario reaccionario gracias a, como explica la filósofa norteamericana Wendy Brown, una devaluación de los valores. Esto supone que ante acontecimientos brutales o inefables asintamos sin más, en lugar de expresar conmoción y actuar en consecuencia.

Brown habla del nihilismo de la conciencia y de su depresión radical en alusión a la pérdida completa de capacidad de autocontención en las sociedades actuales. Los agraviados sangran abundantemente por esa herida y están dispuestos a transgredir todos los límites. Sus representantes también. Por eso Donald Trump podía disparar a un transeúnte en la Quinta Avenida y seguir siendo presidente de Estados Unidos. Por eso Isabel Díaz Ayuso pudo aprobar los protocolos de la vergüenza que desasistieron a 7.921 ancianos que fallecieron en residencias y seguir gobernando esta comunidad con el apoyo de quienes teniendo intereses contrarios a los que este tipo de líderes ultraliberales y populistas defienden sienten que han sido perjudicados o desposeídos sea por acción de la globalización, el multiculturalismo, las políticas de identidad, el marxismo cultural o lo woke. Los agraviados consideran que no necesitan tener de su lado la verdad. Ni siquiera necesitan ser coherentes. Basta con que se junten un puñado de ellos y griten muy alto y muy fuerte consignas que refuerzan sus agravios. Basta con que profieran al unísono insultos con los que señalan, denigran y amenazan a otro sobre el que proyectan todo su resentimiento y, llegado el caso, sed de venganza.

La socióloga franco-israelí Eva Illouz explica que el resentimiento en las sociedades actuales ya no es como acostumbraba, de abajo a arriba, sino multinivel. Ya no es un resentimiento plebeyo que posee un germen revolucionario frente a unas elites interesadas en sostener un sistema de privilegios; ahora es lo que permite que quienes dicen sentirse víctimas se conviertan en victimarios, que persigan de manera consciente y abierta vengar su agravio. La venganza está también en el corazón mismo de la acción de gobierno de políticos ultraderechistas como Isabel Díaz Ayuso quien reparte becas para ricos mientras desatiende las necesidades de las mayorías sociales que, abandonadas a su suerte, leen su desamparo en ese lenguaje político nihilista que cada vez hablan un mayor número de personas. El lenguaje del resentimiento, la desconfianza, el odio y la percepción del otro como enemigo. El lenguaje de la aniquilación del adversario.

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Las luces largas de Arnaldo Otegi https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77532/las-luces-largas-de-arnaldo-otegi/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77532/las-luces-largas-de-arnaldo-otegi/#respond Thu, 30 Nov 2023 05:06:03 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77532 Continuar leyendo "Las luces largas de Arnaldo Otegi"]]> El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, al anunciar que no se presentará a lehendakari este 27 de noviembre de 2023. Unanue / Europa Press
El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, al anunciar que no se presentará a lehendakari este 27 de noviembre de 2023. Unanue / Europa Press

A Arnaldo le seguirán llamando de todo. Es más rentable, para la derecha, seguir ignorando que es el artífice principal del fin de ETA. En vez de poner ahí el acento se prefiere seguir removiendo tumbas y echar sal en la herida. Pero no para sanar nada si no para que siga escociendo.

Arnaldo, por su trayectoria y valía, merecería optar a la Lehendakaritza. No hay otro igual en la izquierda abertzale. Porque líderes con su carisma sólo aparecen de cuando en cuando. El PNV ha tenido a un Arzalluz. No a veinte. El PSOE, un Zapatero. Felipe siempre fue un engaño y el felipismo es hoy una rémora. El PSC a Maragall. CDC a un coloso como Pujol, aunque luego hicieron como que se avergonzaban de él, para evitar que les salpicara la trastienda. Izquierda Unida tuvo a Anguita. Y ERC aún tiene a Junqueras, que comparte con Otegi estrategia y reflexiones.

Hay una violencia que no sólo ha dejado un rastro de muerte si no que sigue hoy operando como un recuerdo que impide pasar página. Y eso sigue condicionando hoy a la izquierda abertzale. Siempre juegan con el mismo argumento en contra, que a falta de cualquier propuesta constructiva o idea para debate alguno sirve para descalificarlos. Sin más. Es una vía por la que se intenta arrinconar a Bildu, para restarla en el terreno de juego. Lo que es una necesidad aritmética para una derecha que ha declarado la guerra a la periferia.

Ante dirigentes como Jon Iñarritu o Oskar Matute la descalificación – que persigue la muerte civil y el apartheid político- decae, porque éstos no estaban en la izquierda abertzale.

Por eso, en los últimos años el principal esfuerzo de Bildu ha sido luchar para habilitarse. Primero, a través de la ERC de Junqueras. Con alianzas electorales. No fue posible en 2014. ERC, pese a querer, vio entonces demasiados riesgos. Justo acababan de fichar a Ernest Maragall para las europeas. En 2019 sí se concretó esa alianza que ahora todo indica que es de largo recorrido. Tras ERC, la izquierda abertzale vio una nueva oportunidad en los acuerdos con el PSOE. No dudaron en ir por esa senda pese a las críticas. Y acertaron de lleno. Por eso, también por eso, hoy Bildu aspira a ganarle unas elecciones al PNV en Vascongadas, que es como solía llamar Jon Idígoras al País Vasco. No es menor lo que ha logrado Otegi, sacar a la izquierda abertzale de las brasas de la violencia y meterla en la lucha por la hegemonía.

Otegi no se va a presentar por que sea un mal candidato. Al contrario, tiene discurso, maneras y capacidad de seducción. Ni por que se le haya pasado el arroz. Con sus 65 tacos está en plena forma. No se presenta porque opta por una estrategia, que la izquierda abertzale siga creciendo y habilitándose con plenitud. Podría ser Otegi una excelente baza electoral pero prioriza una estrategia en perjuicio de una candidatura que tendría en Otegi, visto lo visto, un acicate facilón. Por eso, a su vez, tiene todo el sentido que se presente para seguir siendo el Coordinador general de Bildu y persisting así en una estrategia que necesita de una mano firme, con autoridad y de luces largas para seguir en el carril.

Bildu puede ganar. Pero no logrará la Lehendakaritza aún. Sencillamente porque PNV y PSE tienen una alianza que es su antídoto para evitar esa posibilidad. Ganar y no gobernar es como quedarte con la miel en los labios. Pero para Vascongadas y la izquierda abertzale no es, para nada, menor. Sobre todo cuando se apostó por dejar que las luces cortas impidieran ver más allá. Sin prisas pero sin pausa.

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Señores de piel fina https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77491/senores-de-piel-fina/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77491/senores-de-piel-fina/#respond Wed, 29 Nov 2023 05:18:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77491 Pablo Motos entrevista a Alfonso Guerra en 'El Hormiguero'. - Archivo.
Pablo Motos entrevista a Alfonso Guerra en 'El Hormiguero'. - Archivo.

La semana pasada, Pablo Motos entrevistó a Alfonso Guerra en su programa, y éste, en un alarde de la ranciedad que lo caracteriza, explicó que le dan "mucha pena los humoristas que ya no pueden hablar de nada; antes había chistes de homosexuales, de enanos... de todo... ahora no". El presentador no dudó en dar la razón al expolítico apostillando un indignado "¡De todo!". Según Motos, los cómicos hoy día pasan más tiempo hablando de lo que no pueden hablar que de lo que sí. Ambos convinieron al final de su Conversación que tenemos un problema de censura, que se está limitando la libertad de expresión (a ver, que yo en esto no puedo quitarles la razón, podríamos hacer una buena lista de artistas que han tenido que acudir a los juzgados por su obra, aunque tengo la sospecha de que ninguno de ellos es de la simpatía de nuestros dos protagonistas, y que no era a este problema al que se referían).

Todo habría quedado en el clásico diálogo de señoros en la barra del bar habitual de las entrevistas en El Hormiguero si no fuera porque el cómico (y ahora también héroe del pueblo) Facu Díaz reaccionó a la citada entrevista contando que es práctica habitual de Pablo Motos encargar a sus subordinados que llamen a los cómicos que se atreven a hacer chistes sobre él para pegarles un toquecito de atención. Tras la publicación del vídeo, se han sucedido las declaraciones de artistas y profesionales de la comedia como Bob Pop; Álvaro Terán y Raúl Salazar, de El Jueves o Kike García, de El Mundo Today confirmando lo relatado por Díaz y mostrando pruebas de los mensajes enviados por la productora de Motos. Los comentarios y testimonios no dejan de aflorar en el Hashtag #PabloMatons; el silencio se ha roto y tiene pinta de que difícilmente va a parar la cosa por muchas llamadas que se hagan desde el equipo del presentador.

Resulta irónico que el adalid de la defensa de la libertad de expresión en el humor y los chistes de enanos sea un señor que monta un drama cada vez que se bromea con su estatura. A Pablo Motos habría que aclararle un par de cosas.

En primer lugar, nadie ha prohibido los chistes sobre enanos y homosexuales. Lo que deberían Pablo y Alfonso es levantar la cabecita de sus ombligos y mirar a su alrededor, a ver si así se dan cuenta de que la sociedad ha cambiado bastante en los último 40 años y que el humor, siendo como es reflejo del sentido común imperante, ha cambiado con ella. Los chistes homófobos, machistas, racistas o discáfobos no se están extinguiendo porque sean censurados, es que ya no nos hacen gracia. El humor, como herramienta contrahegemónica que es, hace mucho que dejó de estar monopolizado por los amigotes de Motos y Guerra, ahora es diverso, se hace desde muchos lugares y nos incluye a muchas más personas. Entiendo que para ellos esto genere una desubicación insoportable, pero si hay una premisa que rige la industria televisiva, es sin duda "renovarse o morir", y el presentador debería aplicárselo.

En segundo lugar, yo les diría a Guerra y Motos que si de verdad les preocupa la libertad de expresión y que no se censuren chistes, ahí nos encontraremos. Podrían usar su altavoz y ese 20% de share para exigir que se modifique (como llevan años pidiendo organizaciones como Amnistía Internacional) entre otros, el artículo 525 del Código Penal, que castiga la ofensa a los sentimientos religiosos y contraviene el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Artículo, por cierto, que ha hecho que los editores de la revista Mongolia hayan sido acusados de un delito por una de sus portadas denunciada por Manos Limpias y hayan tenido que acudir a un juzgado a explicarle un chiste a un juez. Ver para creer.

Pero no harán nada de esto, porque a Pablo y Alfonso, sin duda, la libertad de expresión les importa un rábano y la censura solo les molesta cuando no son ellos quienes la aplican. Porque en realidad, lo único que le pasa a Pablo Motos, es que para ser él tan tradicionalmente masculino, tiene la piel muy fina.

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¿La historia se repite? Alemania 1932 y España 2023 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77515/la-historia-se-repite-alemania-1932-y-espana-2023/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77515/la-historia-se-repite-alemania-1932-y-espana-2023/#respond Wed, 29 Nov 2023 04:54:14 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77515 Continuar leyendo "¿La historia se repite? Alemania 1932 y España 2023"]]> Hitler y Paul von Hindenburg en el Día de Potsdam, 21 de marzo de 1933. WIKIPEDIA
Hitler y Paul von Hindenburg en el Día de Potsdam, 21 de marzo de 1933. WIKIPEDIA

Me ha llevado a emprender la tarea comparativa de los acontecimientos políticos acaecidos en Alemania y España en los años citados, con bastante distancia en el tiempo, algunas semejanzas en el proceso político de ambos países.

No hago la reseña histórica del año 2023 en España en un punto diferenciado, porque son muy recientes y conocidos los hechos. En el posterior apartado de las semejanzas haré especial referencia a los sucesos políticos en nuestro país durante este año, 2023, a punto de concluir.

Breve historia política de Alemania en 1932

En las elecciones para elegir al presidente de la república alemana (Reichspräsident) celebradas el 10 de abril de 1932 Aldof Hitler consigue el segundo puesto tras el mariscal Paul von Hindenburg, que repite en la presidencia. El primero obtiene el 53,05% de los votos y el segundo el 36,77%. Es una muestra del ascenso electoral del partido nazi, que fue durante muchos años extraparlamentario.

En las elecciones de 31 de julio de 1932 el partido nazi sigue subiendo consiguiendo ser el más votado y desbancar al partido socialdemócrata, que ganaba el primer puesto, elección tras elección. El partido nazi es el ganador de las elecciones, pero no en el Parlamento, que sigue la regla de las mayorías parlamentarias instaurada por la Constitución de Weimar de 1919, reconocida como la Constitución más progresista de su tiempo. Obtiene el 37,27% de los votos y 230 diputados del Parlamento (Reichstag) de un total de 608 escaños.  El líder del partido, Hitler, constantemente en todas sus intervenciones públicas a partir de la fecha de las elecciones no se cansa de repetir que debe ser nombrado canciller porque ha ganado las elecciones. Pretende que el presidente de la república alemana, Hindenburg, le nombre canciller, con el que se entrevista infructuosamente. El presidente de la república alemana es el jefe del Estado alemán, equivalente al rey español Felipe VI. Franz von Papen, líder del partido conservador (equivalente a nuestro Partido Popular), que queda en cuarto lugar con 75 escaños y forma mayoría con el partido nazi, le pide una coalición parlamentaria y de Gobierno, que Hitler rechaza. Como consecuencia se convocan nuevas elecciones federales.

Las nuevas elecciones se celebran cuatro meses después, el 6 de noviembre de 1932. El partido nazi vuelve a ser el partido ganador de las elecciones, aunque pierde un porcentaje enorme de votos -dos millones-. La bajada de votos se debió a que Hitler azuzó a las masas para que se manifestaran en las calles, dando lugar a problemas de orden público, y a la percepción pública de ser una persona imprevisible debido a sus encendidas arengas y estridentes proclamas.

Tras las elecciones de 6 de noviembre el partido conservador comete un gran error, cuyas consecuencias han sufrido no solamente la sociedad alemana, sino todo el mundo, porque este partido de nuevo busca la alianza con el partido nazi y propone al presidente de la república que nombre canciller a Hitler, creyendo que la ocupación del poder le desacreditaría ante la sociedad alemana y ésta le retiraría su apoyo. Quizás esa connivencia de la derecha y la ultraderecha alemanas haya sido uno de los mayores altos precios que ha pagado la Humanidad, porque fue el factor que encaramó al poder a un sanguinario dictador responsable de la segunda guerra mundial y del holocausto de los judíos. El presidente de la república alemana siguió el consejo de Papen, líder de los conservadores, y nombró a Hitler canciller de Alemania el 30 de enero de 1933.

Varias semejanzas de los procesos políticos en Alemania (1932) y España (2023)

No existen hechos políticos idénticos, pero sí semejantes en función de diversos criterios: estructura, proceso, actores, fines, objetivos, estrategia, tácticas, circunstancias, etc. He aquí algunas semejanzas que he detectado en el análisis comparativo de Alemania, año 1932 y España, año 2023.

Los intentos de coalición de Gobierno de la derecha y la ultraderecha en Alemania y en España

Estaba muy fragmentado el mapa parlamentario de Alemania y España en 1932 y 2023, respectivamente. Ningún partido alcanzó la mayoría absoluta para gobernar solo. Se imponían los pactos para formar Gobierno. Es un extendido error que Hitler alcanzara el poder con los votos de casi toda la sociedad alemana. En absoluto. Fue nombrado canciller tras obtener el partido nazi únicamente el 30% de los votos en las elecciones federales de noviembre de 1932.

En ambos países pretendieron la derecha y la ultraderecha una coalición parlamentaria y de Gobierno. En Alemania no pasó del intento tras las elecciones de julio, porque Hitler se negó, a pesar del ofrecimiento por la derecha de importantes ministerios, pero sí permitió la derecha el nombramiento de aquél como canciller de Alemania tras las elecciones de noviembre. El pacto llevó al nombramiento de Hitler como canciller de Alemania, apoyado por el líder del partido conservador, Franz von Papen.

En España han confluido la derecha y la ultraderecha en coalición de Gobierno en la mayoría de las Comunidades Autónomas y en numerosos municipios. Y hubieran pactado coaliciones parlamentarias y de Gobierno del Estado, si les hubiera caído el regalo de cuatro escaños más en las últimas elecciones generales de 23 de julio de 2023.

El uso de la calle como lugar de manifestaciones, algaradas y propaganda

El líder del partido nazi, Hitler, promovía y asistía a lo largo de 1932 a las algaradas violentas de sus seguidores en las calles de las ciudades alemanas, como ahora promueven PP y Vox manifestaciones de más de una semana de duración antes de la investidura del presidente del Gobierno el 16 de noviembre de 2023 en las calles de varias ciudades españolas y singularmente en Madrid, donde se practica la violencia contra la sede del partido socialista y se intenta rodear al Parlamento en una clara muestra de desprecio a la democracia y a sus instituciones. Es sintomático que el líder de Vox abandone junto con sus diputados el Parlamento en la sesión de investidura del candidato del PSOE y acuda a la calle. La huida del Parlamento y la presencia en la calle es todo un símbolo y una muestra del valor que para la ultraderecha española tienen las instituciones políticas de la democracia española.

La avanzadilla agresiva de la ultraderecha

Fue en Alemania las temidas SA (Tropas de Asalto), dirigidas por Ernst Röhm, autoras de constantes revueltas y de múltiples asesinatos de judíos y comunistas. Röhm era íntimo amigo de Hitler, compañeros de lucha cuando el partido nazi no conseguía ningún rédito electoral, cómplices del golpe de Estado, Putsch de Múnich, en 1923. Pretendía un mayor extremismo ideológico y práctico del nazismo y fue criticado por el ejército alemán, del que pretendía que formara parte de las SA. Iba más allá de los postulados de Hitler, que mandó asesinarlo en la "noche de los cuchillos largos".

En España es un conglomerado de falangistas, neonazis, franquistas y grupos por el estilo los extremistas que ejercen la violencia. Ambas avanzadillas -la alemana y la española- no son comparables. La primera muy organizada, extensa y sangrienta.  La avanzadilla de la ultraderecha española carece de estos caracteres negativos y su acción se traduce en actos de violencia durante las manifestaciones.

La conexión de las SA con el partido nazi era absoluta. Como brazo armado, formaba parte de la estructura del partido. En España los líderes de Vox se desmarcan de los extremistas, pero varios trabajos de investigación de periodistas, especialmente en el diario infolibre, muestran las conexiones de Vox con Revuelta, centro de coordinación de extremistas de diversas facciones, relacionado con líderes de Vox y su equipo de comunicación.

La cartelería y los eslóganes de las manifestaciones

En 1932 el partido nazi exhibió una extensa serie de carteles de cierto valor artístico. Un buen número dedicado al culto a la personalidad presentando a Hitter, muy serio, en imagen grande con el pueblo alemán aglutinado a su alrededor en imágenes pequeñas o representado en diminutas personas bajo la arenga de un gigantesco Hitler con el título "Toda Alemania oye al Führer". Otros carteles eran llamamientos a los estudiantes, los trabajadores, la raza aria, los jóvenes a sumarse a la revolución.  Aludían otros a las ideas innovadoras del partido: el espacio vital necesario, la supremacía de la raza aria, la comunidad del pueblo alemán, etc. Y no podían faltar los carteles contra los judíos, a los que se tildaba con los adjetivos más ignominiosos y de todo tipo.

La cartelería y los eslóganes de los extremistas de la ultraderecha española coinciden en parte con las de 1932 en Alemania, pero tiene sus peculiaridades. Se parecen en las injurias a las instituciones políticas más relevantes y al enemigo interior: los judíos en Alemania, los inmigrantes y "menas" (menores inmigrantes no acompañados) en España. El grito alemán: "Muerte al judío" es sustituido por el grito español: "Con los moros no tenéis cojones".  La coincidencia mayor es la oposición a la Constitución, que es también la más grave, ya que ésta representa las reglas de juego democrático. Quien está contra la Constitución se sitúa también fuera de la democracia. Los radicales alemanes se enfrentaban a la Constitución alemana de Weimar y los españoles a nuestra Constitución de 1978.

Los extremistas españoles tienen sus compañeros de viaje en las críticas de líderes políticos de la derecha y ultraderecha contra las instituciones políticas españolas de mayor relevancia. El vicesecretario del PP, Tellado, afirma que "el Tribunal Constitucional es un tribunal de parte". El portavoz del PP, González Pons, expresa: "El Tribunal Constitucional tendrá que decidir si está en el lado de los constitucionalistas o en el de los enemigos de la Constitución". Palabras de enorme gravedad, ya que es el Tribunal Constitucional el único intérprete de la Constitución. Pero aun más fuerza que las palabras tienen los actos, como el del líder de Vox, Abascal, o el de la lideresa del PP, Aguirre, acudiendo a una manifestación violenta contra la sede de un partido político, siendo los partidos políticos elementos estructurales de nuestra Constitución y de nuestra democracia, a la que muchos constitucionalistas denominan "democracia de partidos".

Un eslogan exhibido en unas pancartas de las recientes revueltas contra la sede del PSOE y del Parlamento me puso en guardia. Decía así: "La nación está por encima de la Constitución". Y otra expresaba: "La Constitución destruye a la nación". Semejantes a las palabras del líder de Vox, Ortega Smith: "No existirá Constitución si no existe Nación". Era un eslogan singular separado de tantos otros conteniendo injurias directas y sonoras contra el presidente del Gobierno, el rey, la policía, la guardia civil. La especialidad del eslogan reside en que es una de las ideas básicas de Hitler. De hecho, una vez en el poder, suprimió la Constitución de Weimar y el sistema de fuentes del derecho, poniendo en su lugar el volkgeist (espíritu del pueblo), del que él era su único intérprete como Führer, conductor del pueblo. La democracia alemana sería sustituida por una férrea dictadura en marzo de 1933 bajo el lema: "Ein Volk, ein Reich, ein Führer"

El intercambio de los actores políticos de las derechas en un mismo proceso político de conquista del poder

La historia se repite cuando encontramos procesos similares con el intercambio de los principales actores políticos. Es el caso que nos ocupa. Es un ejemplo de un mismo proceso político, en el que los actores se refuerzan y discurren por el mismo camino. En España la ultraderecha (Vox) ocupa la posición menor y la derecha (el PP) la posición preferente en escaños y votos en el Parlamento. En Alemania era al revés: la ultraderecha (el partido nazi) era prioritario respecto a la derecha (el partido conservador) situado en segundo lugar.

Se produce un intercambio del signo de los partidos políticos de las derechas, pero tanto en Alemania como en España se suben al mismo tren de la conquista del poder en un proceso, en el que hay hasta ahora evidentes coincidencias. Las derechas alemanas ya recorrieron todo el trayecto, que continúa en 1933 (año que no forma ya parte de mi análisis comparativo) con las horribles consecuencias que todos conocemos. No así las derechas españolas ante las cuales se abre un horizonte incierto y preocupante en 2024.

La exigencia del ganador de las elecciones de ser nombrado presidente del Gobierno

El líder del PP, Feijóo, ha clamado sin cesar que le corresponde gobernar porque ha obtenido más votos en las elecciones de julio de 2023. Lo mismo que Hitler en las elecciones de julio y noviembre de 1932.  Ninguno obtuvo la mayoría parlamentaria necesaria, y ambos sabían cómo funcionaban las reglas del acceso a la presidencia del Gobierno. Era una pose de relevancia política extraordinaria, porque por encima de su falsedad calaba en un público ignorante e influenciable en situaciones de polarización de la sociedad. Ambos líderes usaron la mentira como una inmoral arma política.

Epílogo

Lo estamos viendo y miramos hacia otro lado, como los alemanes de los años treinta. Como en la película No mires arriba. En ella la gente no se percata del peligro de un cometa enorme que se acerca a la Tierra. Como si no fuera con ellos, viven tranquilamente su vida. Hasta que impactó el cometa y la especie humana desapareció del planeta.

Lo estamos viendo. Aznar anima a que "el que pueda hacer que haga, el que pueda aportar que aporte, el que se pueda mover que se mueva". Abascal reclama a los guardias civiles que no obedezcan a sus superiores. Los extremistas en las calles molestan y zarandean a los periodistas, dañan las sedes de un partido político con actos violentos, intentan rodear al Parlamento. El PP calla y tarda en condenar los hechos, e incluso su líder no para de lanzar frases con una abierta llamada a la calle contra una ley apoyada con más votos que la mayoría absoluta del Parlamento. Medio centenar de militares retirados piden que se destituya al presidente del Gobierno elegido conforme a las reglas de la Constitución y que se convoquen elecciones. Líderes de la derecha y la ultraderecha claman contra las instituciones políticas. El líder de Vox, Abascal, acusa al presidente del Gobierno en funciones, Sánchez, de "dar un golpe de Estado e iniciar una tiranía", apelando al dilema "o el Dictador en el banquillo o los que resistamos en la cárcel", y el líder del PP, Feijóo, pon Yo creo que, transcurridos ya casi medio siglo desde la aprobación de la Constitución, España sigue siendo una democracia demasiado frágil. e en el mismo lugar "el golpe de Sánchez y el golpe del 23 de febrero de 1981". Son demasiados hechos juntos y en poco tiempo contra la línea de flotación de la democracia española. Yo creo que, transcurridos ya casi medio siglo desde la aprobación de la Constitución, España sigue siendo una democracia demasiado frágil.

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Vivir como mi abuelo Cipri https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77476/vivir-como-mi-abuelo-cipri/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77476/vivir-como-mi-abuelo-cipri/#respond Tue, 28 Nov 2023 05:18:12 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77476 Continuar leyendo "Vivir como mi abuelo Cipri"]]> Un hombre mayor pasea apoyándose en un bastón, en Madrid. EUROPA PRESS/Eduardo Parra
Un hombre mayor pasea apoyándose en un bastón, en Madrid. EUROPA PRESS/Eduardo Parra

Cualquier domingo de estos debería sacarle a mi abuela el tema de sus cinco pisos en Madrid, pues parece ser que los tiene y no me ha dicho nada.

Cada cierto tiempo salta a la palestra el debate de si nuestros padres (en mi caso, abuelos, que apenas tengo edad legal para beber en Estados Unidos) vivieron mejor que nosotros. Y creo que sí lo hicieron, pero con muchos, muchísimos matices.

Mi abuelo Cipri, fallecido cuando yo tenía ocho años, era conductor de autobuses. Un conductor muy molón, además, pues en verano, cuando los niños cambiaban la ruta escolar por las colonias, se dedicaba a girar con cantantes y artistas del moderneo español de la época.

Con su sueldo, pues mi yaya no trabajaba, mi abuelo se compró un piso en la antigua Ciudad 70, allá por Coslada, que luego vendió para mudarse con la familia a un pueblo de Toledo. Allí, se compró a letras una casita en la que vivió con su mujer y sus tres hijas (entre ellas, mi madre). Las letras, os lo cuento porque yo no había oído hablar de ellas hasta hace bien poco, eran una especie de cuotas, tipo hipoteca, que el propio promotor inmobiliario, sin intermediación de un banco, te daba. También me enteré hace bien poco que el promotor de la casa de mis abuelos acabó en la cárcel por chanchullos turbios, pero esa es otra historia.

El caso es que, efectivamente, mi abuelo pudo mantener a cinco personas con un sueldo de obrero, de proletario, y encima comprarse una casa a plazos, algo impensable para cualquier persona de mi generación. Sin embargo, yo no quiero hacer lo que hizo mi abuelo.

Para pagar esa casa, mi abuelo se tiraba semanas y semanas y semanas girando, conduciendo sin descanso, sin poder ver a su familia y durmiendo con el cuello roto, pues, para llegar bien a fin de mes, se guardaba las dietas que la empresa le daba para los hoteles de carretera y dormía en el maletero del autobús: se pasaba las madrugadas metido en un saco de dormir de aquellos tiempos y chupando caramelos de menta que le salvasen la garganta de las corrientes de aire.

Cuando llegaba a un destino y le tocaba descansar, hablaba con la empresa promotora de turno y se ponía a montar focos o a contar personas en la entrada o a hacer de tour manager improvisado, lo que hiciera falta, con tal de sacarse otro puñado de pesetas con las que pagar las letras de la casa y poco más. Ni cinco pisos en Madrid, ni tres en Benidorm ni un Mercedes W124 en la puerta (el hombre tenía un Opel blanquito que le robaron para atracar un Banesto en Móstoles).

La vida de mi abuelo, de todos los abuelos de esa generación, se ha romantizado desde la nostalgia rojiparda como la vida de ensueño, como la vida deseada, cuando no es así. Ni ellos son la generación de hierro ni nosotros la de cristal, pues no trabajamos menos. Trabajamos lo mismo, como la escoria obrera que somos, para poder subsistir.

Es obvio que desde que la Thatcher y el Reagan pusieran de moda el neoliberalismo ha habido una pérdida importante de poder adquisitivo por parte de las clases populares, claro, sin embargo, me niego a dormir todas las noches de verano en un maletero de autobús para poder pagarme una casa en un pueblo de Toledo.

Ahora, llevando ese mismo ritmo de vida y trabajo, ni siquiera me da para comprarme un piso (apenas pago un alquiler de 35 metros), pero es que tampoco quiero vivir reventado a cambio de la quimera franquista de la propiedad: lo que yo quiero es trabajar mucho menos que mi abuelo y tener muchos más derechos. Yo lo que quiero es vivir mejor, pero vivir mejor de verdad.

Mirar siempre al pasado en busca de soluciones para los problemas presentes es una trampa tocha, muy tocha, que no hace más que romantizar tiempos oscuros que ahora recordamos por las sitcoms de los noventa y los capítulos viejos de Cuéntame: no sé vosotros, pero yo no conozco a nadie que empezara como ordenanza en el Ministerio de Agricultura y acabara como millonario empresario vitícola.

Otra vez, todo esto debería ser un discurso de clases, no de generaciones. Por supuesto que ahora la vivienda es más cara y por supuesto que tengo pensamientos sociopáticos hacia la tercera edad cuando mi casero me presume que compró el piso en el que yo vivo (y otros cinco del barrio, hasta donde sé) hace muchos años y por cuatro perras, sin embargo, se me pasa cuando recuerdo que viene de una renombradísima estirpe de arquitectos. Mi abuelo, por muy baratas que hubieran sido las casas en aquella época, no podría haberlo hecho.

La lucha puede entenderse como generacional, claro, pues es obvio que la ofensiva neoliberal ha ido menoscabando cada vez más nuestro poder adquisitivo, sin embargo, el conflicto verdadero sigue siendo de clase. No podemos fumarnos la vida mirando al pasado y añorando aquellos tiempos en los que conseguías algo por reventarte a trabajar; hay que mirar al futuro y encontrar la forma de conseguirlo sin dejarnos la puta garganta en el maletero de un bus.

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La sanidad pública y 'La Doctrina del Shock' https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77464/la-sanidad-publica-y-la-doctrina-del-shock/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77464/la-sanidad-publica-y-la-doctrina-del-shock/#respond Tue, 28 Nov 2023 05:05:56 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77464 La sanidad pública y 'La Doctrina del Shock'
Manifestación de Marea Blanca para exigir mejoras en la atención primaria, en Sevilla, a 28 de octubre de 2023. Joaquín Corchero / Europa Press

En el año 2007, la escritora y activista canadiense Naomi Klein publica su conocida obra, La doctrina del Shock. El auge del Capitalismo del Desastre. En ella, Klein desarrolla la tesis de cómo los gobiernos de tendencias económicas neoliberales han utilizado los aprendizajes de psicología social para imponer sus políticas. De tal manera que la población pueda entender que éstas no son sólo inevitables, sino que además son beneficiosas para la salud y la estabilidad colectivas. Se trataría así de aprovechar las oportunidades de control y dominio que pueden ofrecer situaciones catastróficas, donde se hacen patentes el miedo, la conmoción y la confusión. La neurociencia ha demostrado en muchas ocasiones cómo bajo esos estados de choque, el razonamiento personal y colectivo se ve muy limitado, y la población tiende a asumir los mandatos demagógicos de aquellos que, presuntamente por su bien, presentan determinadas reformas económicas y políticas como inevitables. Se trata de naturalizar, y presentar como inevitables determinados cambios.

Klein destaca cómo acontecimientos traumáticos y desestabilizadores como la guerra de las Malvinas, el 11 de septiembre, el huracán Katrina o el tsunami del 2004 en Indonesia, sirvieron de excusa para la instauración de políticas neoliberales de negocio rápido, privatización y aumento de las desigualdades sociales. En el caso de la sanidad pública, habría que plantearse cómo la pandemia del covid-19 ha servido no solamente para tensionar el Sistema Nacional de Salud (SNS), sino cómo ésta se utiliza como pretexto por algunos gobiernos autonómicos para la creación de escasez que facilite la mercantilización del derecho universal a la salud. El colapso del sistema sanitario creado por la pandemia, a pesar del tremendo esfuerzo de los sanitarios, y del Estado para buscar medios adecuados como EPIS, mascarillas, respiradores, vacunas y otras tecnologías, generó también miedo, sensación de indefensión aprendida, y un consiguiente estado mental colectivo de excepción, vinculado a la "nueva normalidad". Paradójicamente, la excepcional resiliencia del personal sanitario contribuyó a su vez a un estado de apatía y resignación estoica en la ciudadanía, que se ha vuelto más tolerante y paciente con las demoras y la falta de personal. Los sanitarios pasaron de trabajadores a héroes, y ahí seguimos.

Naturalmente, nadie va a admitir abiertamente que quiere vender la joya de la corona del Estado de bienestar que es la sanidad pública. Tal proyecto político necesita de la creación de las condiciones psicológicas y el contexto que lo haga posible. Para ello es necesario un contexto donde el objetivo estratégico de la mercantilización de la salud aparezca como algo natural, necesario e inevitable por el bien de la población. Gran parte de lo que estamos viendo ahora en comunidades autónomas (CCAA) como Andalucía, empezó hace unos años en otros lugares como Galicia, donde el movimiento de mareas blancas consiguió frenar la privatización de la sanidad pública, y también en el Madrid de Díaz Ayuso, que actualmente es la avanzadilla de este diseño de mercantilización y privatización del derecho universal a la salud. Desde el 2020, la tormenta perfecta que supone la pandemia del covid-19 ha generado unas condiciones excepcionales para la aplicación de esa agenda política.

La primera de estas variables fue el aumento de las listas de espera, provocadas por la gran incidencia de covid-19, y la consiguiente paralización de todo lo que no fuera estrictamente urgente más allá de la propia atención a la pandemia. Sin embargo, una vez acabada la pandemia, como consecuencia de la segunda y tercera olas de morbilidad del covid-19 y de la gestión y políticas realizadas, las listas de espera tanto en Atención Primaria (AP) como en atención especializada siguen creciendo. En la Andalucía de Moreno Bonilla, más del 12% de la población está en lista de espera. Actualmente en España, la demora media para el Médico de Familia es al menos de 8,80 días. El sistema no se ha reforzado lo suficiente, incluso se despidió a muchos de los profesionales de refuerzo contratados para hacer frente a la atención del covid-19. Está demostrado que el aumento de las listas de espera en AP está relacionado con el aumento del aseguramiento privado. Así, según el estudio Aseguramiento privado y demoras en la Atención Primaria, por cada día de aumento de la demora media en AP, la sanidad privada capta 289000 nuevos clientes. Las listas de espera públicas son la mejor promoción para la sanidad privada.

Como réplica a estos datos y percepciones sociales existe una retórica de aumento del gasto sanitario que oculta el destino y la calidad de ese gasto. En gran parte, ese gasto ha ido a engrosar la factura farmacéutica y los conciertos sanitarios con empresas privadas. Junto a la expansión de estos conciertos sanitarios observamos como los equipamientos públicos son con frecuencia infrautilizados. En Andalucía, a pesar de que tras el plan INVEAT del gobierno central, sufragado con fondos europeos, se ha procedido a una gran renovación de los equipos de imagen de alta tecnología (fundamental pero no únicamente resonancias magnéticas), se derivan de manera sistemática gran cantidad de estudios de imagen a clínicas privadas "concertadas". Esto se debe en parte al insuficiente capital humano, que no ha acompañado al aumento de equipos, provocando su infrautilización en diferentes centros de nuestra comunidad. También existe una cierta opacidad y falta de transparencia sobre las condiciones de esos convenios, y de las propias listas de espera. Así en CCAA como Andalucía, tras un año y medio sin publicar las listas de espera, los pacientes que han superado el plazo legal para operarse han aumentado el 227%. CCAA como Andalucía y otras están destinando cantidades crecientes a conciertos con entidades privadas en vez de dedicar esos fondos a reforzar el sistema público. Concretamente, en Andalucía se destinarán a conciertos 734 millones de euros para los próximos cuatro años. Además, este desvío de pacientes a la sanidad privada contribuye a alimentar la percepción de colapso e inviabilidad del sistema sanitario público. Primero se crea el problema y después la solución. El relato y percepción final para la ciudadanía es que en la sanidad pública tardan mucho en verte, pero si te derivan a la privada te ven rápido. De hecho, según el último estudio de la sanidad pública realizado por la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública el gasto en conciertos se correlaciona negativamente con la preferencia por la sanidad pública. Sin embargo, más allá de esta percepción, un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Lancet, demostró que las externalizaciones de los servicios sanitarios en el Reino Unido, lejos de mejorar la atención a los pacientes, aumentaban la mortalidad como consecuencia del empeoramiento en la calidad del servicio.

El pretexto recurrente para estas privatizaciones es la falta de médicos en el sistema sanitario público. Pero este hecho contrasta con la política de personal existente en el sistema sanitario público, que padece altas tasas de temporalidad, y donde es frecuente en CCAA como Andalucía, que profesionales que llevan contratados mucho tiempo o son investigadores sean renovados cada 2-3 meses o incluso mes a mes. Tasas de precariedad que han desaparecido en la empresa privada como consecuencia de la aplicación de la última reforma laboral. La pregunta es también si no se están creando las condiciones para que los profesionales sanitarios deserten a otras CCAA, o al extranjero o a la sanidad privada. De hecho, en Andalucía se ha eliminado el complemento económico que premiaba la fidelidad y el compromiso de los profesionales con el Sistema Sanitario Público, dándose la contradicción y el conflicto de interés de que profesionales que por la mañana se dedicaban a la sanidad pública por la tarde trabajan en el ejercicio liberal de la profesión o en aseguradoras.

Además de esta política de personal tan nihilista, existe un énfasis retórico relativamente perverso y fetichista de la alta tecnología y la digitalización. Así, tecnologías potencialmente útiles en algunos casos como la teleconsulta pueden funcionar en la práctica como elementos despersonalizadores de la atención, y ser una pieza más de la estrategia del desmantelamiento de la AP. Sin embargo, es conocido que tener siempre el mismo médico y la misma enfermera, y un adecuado tiempo por paciente en AP, no sólo salva disminuye la mortalidad sino que aumenta la satisfacción de la población.

En resumen, en algunas CCAA existe una estrategia deliberada de privatización del SNS. Esta estrategia es imposible sin crear las percepciones y las expectativas sociales favorables para ello. La pandemia ha brindado unas condiciones psicosociales de excepcionalidad, el famoso shock, para la aceleración de esa estrategia. Sin embargo, una sanidad pública universal sostenible y suficiente, es perfectamente posible desde un liderazgo y una ambición política y ciudadana clara, entendiendo que la mercantilización de un derecho humano, como es la salud, es una perversión del propio sistema que introduce la falta de moralidad de los negocios en un tema tan sensible como el de la salud.

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Orgullo patrio rojo  https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77451/orgullo-patrio-rojo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77451/orgullo-patrio-rojo/#respond Sun, 26 Nov 2023 06:15:18 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77451 Manifestación contra la violencia machista convocada en Madrid por la Comisión 8M. / Víctor Lerena (EFE)
Manifestación contra la violencia machista convocada en Madrid por la Comisión 8M. / Víctor Lerena (EFE)

Los que no creemos en las patrias como grupos de autoafirmación y desprecio del otro tenemos difícil el orgullo patrio. Siempre parece supremacista, competidor, simplista, vacuo. Hay tantos países en cada patria, tantas Españas en esta España, tantas realidades, tanto todo, tantas nadas que es imposible estar orgullosos del completo y de toda su historia. Y, además, es que el orgullo patrio de aquí es solo una convención de derechas. 

Sin embargo, esta semana he sentido algo que podría llamarse así. Eso que te pasa cuando en tu lugar, con tu gente, con las personas que más compartes, por decisiones colectivas, ocurren cosas dignas de tu respeto, de tu admiración, de tu alegría. 

Viendo cómo por fin llegaba el nuevo Gobierno de coalición he caído en la cuenta de cuánto significa más allá de lo poco o mucho que consiga. De repente trascendí sus peros, que no son pocos, y sobrevolé todas las incomodidades e inconvenientes para hacerme consciente de su mayor logro: evitar lo que no pudieron otros. No sabemos todavía qué podrá llegar a aprobar con tantas fuerzas implicadas para la consecución de mayorías; sí sabemos lo que ha evitado ya por el mero hecho de existir, porque este país votó como lo hizo el 23 de julio.

Y es que en las tensas negociaciones por los votos que faltaban, en los pataleos de los que no han conseguido gobernar, en los fuegos de los que en este país siempre pierden mal —y no sólo en la derecha— se me había perdido la desesperación de antes de votar, el miedo al Gobierno de la ultraderecha con un neofranquista en la Vicepresidencia, el apocalipsis político que supimos evitar y que otros no han sabido. 

Reencontrada la amenaza, me acordé de los que esperan una eutanasia o un aborto o una ayuda como mujer maltratada o el ingreso mínimo vital. Pensé en los menas (menores no acompañados) que ahora pueden aspirar a trabajar cuando se hacen mayores de edad y les echan de los centros de menores, en los sin papeles que pueden conseguirlos si estudian y buscan trabajo. En cómo desandaríamos el camino de reconciliación en Catalunya. En las mujeres que conozco de tantas asociaciones feministas y de cuánto habían temido que llegaran los otros. En todos los proyectos sociales que estaban en suspenso y que habrían sido fulminados. En el machismo engominado que se envalentonaría aún más. En el discurso antisanchista de señalamiento y en la estrategia de mentiras e insultos que habría vencido sembrando un precedente social que crecería como la maleza. En ese orgullo oscuro y viscoso —presuntamente patrio— que nos habrían restregado por la cara a todos los rojos. 

Después levanté la cabeza un poco más y vi a los ultras Milei y a la pobre Argentina y a Wilders y a la rica Países Bajos y sus pelazos; y comparé los menguantes altercados en Ferraz y en otras sedes socialistas con la batalla campal de ultraderecha que los irlandeses han sufrido esta semana como reacción a una agresión a tres niños y a una maestra a puñaladas por un presunto inmigrante, con un balance de 34 detenidos que quemaron vehículos privados, coches de policía, autobuses y vagones del tranvía y saquearon 13 comercios del centro de la capital. 

Y entonces me recorrió una especie de corriente eléctrica que me erguía, un algo que me hizo recordar que somos mayoría los que vimos venir el peligro y le pusimos freno. Me dio satisfacción pensar que este país, con todos sus peros, no está mal económicamente, ni tan mal repartido, ni tan desquiciado, ni tan vengativo, ni tan loco. 

Y cuando todavía seguía estirándome por los restos de ese orgullo rojo, Pedro Sánchez se plantó en Israel y le dijo a Netanyahu lo que nadie le había dicho y lo que este Gobierno israelí no puede digerir de ningún modo. Y no fueron solo palabras certeras, valientes y calmadas; fue su propuesta de pelear por el reconocimiento de un estado Palestino en Europa y su promesa de que pase lo que pase España lo reconocerá. 

No me he medido pero creo que he crecido, que, a mis casi cincuenta tacos, estoy más alta a base de esta especie de orgullo. Y seguramente más de media España también lo está. Y aunque pueda ser efímero hoy nos siento más erguidas, más en nuestro eje, más conscientes de nuestra altura y de nuestro lugar en la historia y en el mundo, aquí y ahora. Esta vez dijimos "No pasarán" y no pasaron y vamos a intentar que no sigan pasando en otros sitios. 

El orgullo nacional de los que creemos más en las personas que en las banderas debe ser esto y ¡qué gusto da!, oiga.

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Del Madrid de los 90 queda poca cosa, salvo su legislación medioambiental https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77433/del-madrid-de-los-90-queda-poco-cosa-salvo-su-legislacion-medioambiental/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77433/del-madrid-de-los-90-queda-poco-cosa-salvo-su-legislacion-medioambiental/#respond Sun, 26 Nov 2023 06:13:29 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77433 Continuar leyendo "Del Madrid de los 90 queda poca cosa, salvo su legislación medioambiental"]]> Del Madrid de los 90 queda poca cosa, salvo su legislación medioambiental
Varias personas se manifiestan con pancartas en una protesta convocada por Rebelión o Extinción a 17 de mayo de 2023, en Madrid. / EUROPA PRESS - Matias Chiofalo

La Comunidad de Madrid, como todo nuestro país, ha sufrido grandes transformaciones desde los años 90. Esos cambios, esas transformaciones, responden a la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades, a los nuevos retos que van surgiendo. Son un mecanismo de supervivencia y evolución de todas las sociedades, donde tienen mucho que decir los poderes públicos, que con su impulso, a través de políticas públicas y con el empuje de las demandas ciudadanas, van moldeando, cambiando y adaptando nuestra sociedad con el objetivo de hacerla mejor.

De los 90 son el primer AVE a Sevilla, los juegos olímpicos de Barcelona, los BackStreet Boys y Curro, la mascota de la Expo, (esto por lo visto hay que explicarlo para los de la Generación Z en adelante. Es lo que tiene hacerse mayor...) y también la legislación medioambiental de la Comunidad de Madrid.

Es un marco normativo obsoleto que condiciona la acción administrativa y política de nuestra región como si nada hubiese cambiado en estas décadas. Unas leyes que ignoran el cambio climático, como si sus consecuencias no estuvieran cada día más presentes en nuestro día a día, como si no fuera necesario adaptarse a los retos que plantea.

Especialmente llamativo es el caso del Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres de 1992. El más obsoleto de todo España. No ha sido revisado en ningún momento, por lo que muchas especies que en 1992 no estaban amenazadas ahora presentan un estado crítico. Madrid es la única Comunidad Autónoma de toda España que no tiene ni un sólo plan aprobado de conservación de especies en peligro de extinción, porque no sabemos ni tan siquiera cuales están amenazadas a día de hoy.

¿Razonable? Pues eso deben pensar en el Partido Popular que, preguntado por esta cuestión recientemente por el PSOE en la Asamblea de Madrid, dijo que todo estaba bien y que lo importante era hablar de Pedro Sánchez, vamos lo habitual en el Parlamento regional.

Las leyes medioambientales, y su desarrollo, son las herramientas que tienen las administraciones para proteger nuestra rica biodiversidad, nuestro privilegiado entorno. Con la legislación actual estamos desprotegidos. Para el PSOE, el cuidado de nuestra biodiversidad y la adaptación al cambio climático son uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos. Por eso, y a pesar de la conciencia medioambiental de los 90 del Partido Popular de Madrid, trabajamos para actualizar todas nuestras leyes a la realidad 2023, situando el medioambiente en el centro nuestra acción política.

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A las instituciones que nos roban a nuestras amigas https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77419/a-las-instituciones-que-nos-roban-a-nuestras-amigas/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77419/a-las-instituciones-que-nos-roban-a-nuestras-amigas/#respond Sat, 25 Nov 2023 05:55:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77419 Continuar leyendo "A las instituciones que nos roban a nuestras amigas"]]> A las instituciones que nos roban a nuestras amigas
Una mujer coloca una chapa a otra, en una concentración enmarcada en la campaña #MamáEstáCastigada, frente a la Delegación del Gobierno, a 29 de mayo de 2021, en Badajoz, Extremadura (España). / JAVIER PULPO / Europa Press

Cuando recibes un mensaje que dice "las del psicosocial me han jodido la vida" ya sabes que lo siguiente que leerás es una historia de abuso y violencia machista institucional. Son solo ocho palabras que bastan para resumir el calvario de los dos últimos años en la vida de una amiga, cuya penitencia se concentra y alarga más, si cabe, con una custodia compartida impuesta desde un Juzgado de Familia. Veinticuatro meses de noches y días secuestrados y penalizados, en donde un proceso para defender los intereses y el bienestar físico y emocional de su hija, se han convertido en un juicio paralelo hacia todas sus habilidades como madre y (buena) mujer. Conocer y defender sus derechos, pedir explicaciones y dar argumentos, solo les sirve a muchas madres para recalar en la indefensión aprendida. Porque cuando hablamos de procesos judiciales por separación y custodia, cualquier cosa que una mujer diga puede ser utilizada en su contra -y de hecho, lo es- y del sambenito de madre ultra protectora a todas las modalidades de loca (pasando por alterada, nerviosa o desequilibrada) no salen muchos de los que se dedican a aplicar la ley desde la misoginia institucional.

Calladitas estamos más guapas, nos gritan también los equipos psicosociales o los puntos de encuentro, cuando lo que está en juego es el futuro de nuestras hijas e hijos. La última encuesta de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEFA) denuncia los retrasos y las deficiencias de estos equipos cuya principal labor consiste en emitir informes técnicos sobre las capacidades parentales de los progenitores y sugerir la idoneidad en cada caso del modelo de guarda, régimen de visitas y la comunicación del menor con sus padres. La abogacía especializada denuncia que la formación de las personas que componen estos equipos es "regular, deficiente o muy deficiente" mientras señala que estos informes influyen "mucho" o "son determinantes" en el resultado del procedimiento. Como bien saben muchas mujeres, se trata de que unas personas que no te conocen de nada decidan en una entrevista de dos horas cómo va a ser la vida de tus hijos y la tuya propia, en los próximos años. Lamentablemente, para demasiadas madres acabar en el sistema judicial por un proceso de custodia y visitas es darse cuenta, de una vez por todas, que la fratría funciona siempre, incluso cuando es una mujer la que toma las decisiones. Supongo que hay que ser muy osada y bastante feminista para llevarle la contraria a los excelentísimos señores que presiden las salas y asegurarles que, en realidad, no todos los padres quieren lo mejor para sus hijos.

El caso de mi amiga es uno más entre los miles mujeres en este país que sufren el maltrato sistemático de las instituciones que deberían velar por sus derechos y los de sus hijos e hijas pero que, lejos de hacerlo, se dedican a joder en la sexta acepción del término recogida por la RAE (tr. malson. Destrozar, arruinar o echar a perder algo). Las custodias compartidas impuestas destrozan y arruinan vidas, y echan a perder la infancia de muchísimos niños y niñas que acaban convertidos en niños maleta y usados como un instrumento al servicio de la violencia vicaria. La aplicación del falso síndrome de Alineación Parental (SAP) está detrás de muchas de las custodias compartidas que hoy padecen miles de criaturas en España, cuyas vidas están segadas por los estereotipos de género y el machismo desacomplejado que exhiben los servicios profesionales y públicos de atención a las mujeres y a la infancia. La acusación, a todas luces gravísima, no es mía, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Comité CEDAW ya ha condenado a España por violación de los derechos humanos de las mujeres, precisamente por constatar la vigencia de patrones sistemáticos de discriminación y vulneración de derechos por parte de las fuerzas de seguridad, el ámbito judicial y los servicios sociales. La aplicación del SAP es tan dañina que se ejerce también sobre las menores víctimas de Abuso Sexual Infantil. El estudio Violencia institucional contra las madres. Aplicación del falso síndrome de alienación parental (SAP), señala que los estereotipos de género aparecen, de manera sistemática en los informes psicosociales, informes periciales y otros informes realizados por servicios de atención a la violencia machista y violencia sexual contra las niñas, niños y adolescentes, así como en sentencias y resoluciones judiciales en donde se dan con pasmosa irresponsabilidad custodias compartidas o exclusivas a abusadores de menores mientras se sobreseen las denuncias de sus madres.

La custodia compartida fue introducida nominalmente en nuestro Código Civil en el año 2005 por la Ley 15/2005, de 8 de julio, y desde entonces hasta ahora, han pasado 18 años en donde este modelo ha sido acogido por nuestros juzgados y tribunales de manera progresiva y extensiva hasta llegar al 45,5% en los divorcios con descendientes en el año 2022, según los datos del instituto nacional de Estadística. En el año 2020 la Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) publicaba la Guía de Criterios de actuación judicial en Materia de Custodia Compartida. Aunque esta guía de los jueces y juezas de España se refiere a la custodia compartida como un régimen deseable, la realidad es que la idoneidad de este sistema solo se aplicaría en una situación ideal, carente de conflicto entre los padres, y no necesariamente a través de la equiparación aritmética de tiempos de convivencia con cada uno. La custodia compartida es para el CGPJ un modelo familiar basado en la coparentalidad desde un equilibrio en las responsabilidades como padres en tareas como el cuidado, la atención, la educación y la crianza. Me temo que alguien debería estudiar muy seriamente el Síndrome de la Paternidad Sobrevenida, un fenómeno acuñado por mi amiga Cinthia y que no me canso de citar, al referirme a todos esos padres que se acuerdan de que lo son cuando se divorcian.

En el anexo III de este extensísimo documento de 408 páginas, se establecen los criterios a tener en cuenta para determinar uno u otro tipo de custodias. Un total de diez puntos cuya lectura facilito e interpreto para todas:

1) Opinión manifestada por los hijos e hijas menores, como un criterio muy relevante a ponderar, igual que su resistencia manifiesta a algún tipo de guardia custodia contraria a sus deseos.

2) Capacidad, aptitud y habilidad parental. En este caso estaría fenomenal que, además de juzgar la salud mental materna (machacada por el maltrato institucional) se tenga en cuenta lo que el padre hace con su tiempo libre, así como el consumo de alcohol y diversas sustancias.

3) Disponibilidad para ejercer la custodia. Este criterio hace referencia a la existencia en la vida de cada progenitor de unas condiciones de trabajo, posibilidades de conciliación de la vida laboral y familiar, vivienda, apoyo familiar o del entorno más cercano, etc... que hagan posible el adecuado ejercicio de las tareas propias de la guarda y custodia. Conceder custodias compartidas a señores que viven a cientos de kilómetros debería ser algo inaudito, pero también ocurre.

4) La actitud de los progenitores, a la hora de asumir sus deberes y respetar los derechos del otro.

5) Vinculación psicológica o apego. Sobre el apego y la diada madre-bebé hay tantas publicaciones y estudios científicos que podría escribir un tratado sobre el asunto.

6) Arraigo social y familiar de los hijos, muy vinculado al punto 3. En este sentido, se debería tener en cuenta que hay muchas mujeres desplazadas por sus exparejas a otras ciudades en las que ellas mismas no tienen arraigo familiar ni social y, por tanto, sus posibilidades de conciliación y de integración son menores.

7) Mantenimiento del statu quo con el fin de preservar la estabilidad de los hijos.

8) Existencia de conflicto entre los progenitores en tanto tenga incidencia sobre el menor. Cito textualmente. "Lo relevante en este punto es averiguar si el nivel de conflictividad es tal que implica una ruptura total de los canales de comunicación entre los progenitores, de suerte que no es posible diálogo de ninguna clase entre ellos para tratar de los asuntos ordinarios que afectan a sus hijos e hijas, o si esa conflictividad elevada está siendo transmitida por alguno de los progenitores a los hijos, de suerte que se ven envueltos directamente en ella, o si esa conflictividad se traduce en enfrentamientos directos o episodios de violencia". Es decir, la conflictividad entre los progenitores es un claro obstáculo a la custodia compartida ya que atenta directamente contra la propia esencia de cooperación de este modelo.

9) La edad de los menores. Desaconsejando repartos de tiempo prolongados entre uno y otro progenitor y sin contacto con uno de ellos en menores de corta edad. Sigo preguntándome cómo en este país se imponen custodias compartidas a bebés lactantes. Y vuelvo al punto 5.

10) Recomendaciones de los informes periciales psicosociales. Aunque la decisión final es siempre del juez, el dictamen del equipo técnico psicosocial y los dictámenes periciales de parte son muy tenidos en cuenta para la sentencia final. Porque sí, las personas del psicosocial te pueden joder la vida.

Señorías y demás operadores jurídicos y administrativos, tengo algo que decirles: lo único que consiguen a través de estas sentencias desquiciadas es robarnos a nuestras amigas, hijas y hermanas que invierten todo su tiempo, dinero y energías en pelear contra un sistema que vulnera el derecho de sus hijos e hijas a desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente de forma saludable y normal, tal como señala la propia ONU. Sabemos que la maternidad no es el destino de las mujeres, y por eso castigar a una madre arrancándole a sus hijos durante semanas es convertirla, de facto, en una mártir abnegada al servicio del control patriarcal de su expareja que, demasiadas veces, también es su maltratador.

Por suerte, cada vez son menos las que se callan, y muchas las que se unen a través de plataformas y asociaciones como Custodia en Positivo que asesora y defiende los intereses de las madres y de los menores en procesos de separación y divorcio. Por suerte también, cada vez hay más juezas y abogadas feministas en contra de la custodia compartida impuesta y de la violencia de género institucional.

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La madre de la ciencia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77410/la-madre-de-la-ciencia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77410/la-madre-de-la-ciencia/#respond Fri, 24 Nov 2023 05:47:18 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77410 Continuar leyendo "La madre de la ciencia"]]> Pixabay.
Pixabay.

Enciendo el teléfono y veo que tengo a un toque la capacidad de pedir, ordenar, consumir y contactar casi con cualquier cosa que imagine (con el dinero suficiente en la mayoría de casos, claro). Términos como fast food o fast fashion están más que normalizados entre nosotros, y ahora de hecho empezamos a hablar del slow cooking, la alimentación o moda conscientes como respuesta. No quiero sonar a filósofo barato que insiste en lo que todos ya sabemos, así que lo cuento rapidito: el mundo va a cincuentamilmillones de revoluciones por minuto y la rueda de consumo no concede una oportunidad para parar, valorar, contemplar y juzgar. Lo instantáneo no da un respiro para conocer el proceso necesario de cada cosa en la vida. No soy un boomer, y por eso no voy a echar la culpa a la digitalización diciendo que los telefonitos son el demonio ni evocar épocas en las que no he vivido donde "todo requería mucho más tiempo para hacerse". Como hija de mi tiempo, sé que la tecnología en las manos correctas brinda la capacidad de hacerle la vida más fácil a todo el mundo, y que el problema es el modo de organización social en el que nos vemos inmersos. No es la herramienta, sino la función que cumple (en este caso, la acumulación de capital). A mí el 5G no me matará. También sé que no podemos volver a momentos pretéritos de la historia donde había que esperar para casi todo, y prefiero el plantear e imaginar futuros más justos a estancarme en una nostalgia identitaria donde ni todo antes era tan bonito ni más fácil que ahora. Dicho esto, en lo que realmente quiero reparar hoy es en la paciencia como concepto.

Creo que cuando pensamos en la paciencia suelen aparecernos en mente el futuro, la espera y, sobre todo, el dolor. Incluso el origen de la palabra paciencia (patientia) radica en el sufrimiento (pati, patior, sufrir). Durante siglos, el dogma judeocristiano ha proyectado la paciencia como esa virtud de aguantar sin alterarse y esperar de forma prudente, soportando un dolor. Me gustaría que pudiéramos plantear y resignificar la paciencia como virtud alejada de una necesidad de sufrimiento, inmovilismo y resignación. Desearía que entendiéramos que paciencia no es sinónimo de pasividad. Insto a verla como la virtud de saber que la única certeza y principio que rige la naturaleza es que todo cambia (panta rei). Apreciar la potencia -en sentido Aristotélico- que cada elemento alberga en sí. Paciencia no tiene por qué ser consentir, soportar, paliar; paciencia también es afrontar y aceptar, ejercer.

Nos rodean promesas falsas que incentivan nuestro consumo ("¡Usa esto y tendrás YA este resultado!"). Nos frustramos cuando compramos un producto anti-acné y los granos siguen ahí tres semanas después. Resulta que un ibuprofeno no soluciona la inflamación crónica y la fatiga por estrés laboral. Tras unos días duros, dos cafés y una bebida energética no parecen suficientes para terminar el proyecto que debes entregar hoy. El cuerpo no miente y avisa cuando no puede más o no es capaz de soportar que le metan prisa. Bajemos de nuevo a la Tierra: cualquier cosa en la vida lleva su tiempo, no el que nosotros queremos, sino el necesario. Por mucho que Almeida se empeñe en asfaltar Madrid entero, cada primavera siguen saliendo brotecillos entre alcorques y alcantarillas. La naturaleza se abre paso por cada huequito que puede (a veces mejor, otras a duras penas). Si la observamos, no lo hace de forma frenética o instantánea. Estamos en otoño, con salir a la calle podemos percibir evidencias claras de que nos rodea el cambio. El ciclo del agua, el reproductivo, el lunar, el periodo, la digestión, el crecimiento y las edades, son por algo. El día que plantas la semilla no es el que te comes el fruto. ¡Por cierto! El embarazo también es por algo, aunque hoy hay quien quiera comprar un bebé y se le olvide lo que implica como proceso. 

Cuando no tenemos paciencia y asumimos las cosas como terminadas las estamos matando y limitando su reinvención. El ansia de inmediatez implica objetivar, congelar, disparar a sangre fría a cada parte de la vida. Es un signo más de desposesión: el humano, casi como todo, deja de ser naturaleza, es sólo un apéndice de la máquina o un material a explotar. El mundo se ve sólo como una foto fija, algo separado, quieto, culminado. Por impaciencia planificamos todo: no permitimos el aburrimiento, no vaya a ser que en vez de concebir las cosas según nuestros planes preestablecidos, encontremos nuevos estímulos y vías que nos presenten la vida de una forma bella y distinta. Deseamos un "glow up" sin ser primero conscientes de qué somos ahora o disfrutar al pararnos y ver cómo lucimos hoy. No, queremos vernos como algo nuevo, ya, constantemente. No permitimos que las cosas sean realizadas o existan al margen de nuestra percepción porque sólo las concebimos como son pensadas y las sometemos a nuestro sesgo de confirmación. Asumimos que siempre es demasiado tarde, la vida ya está dada o puede acabarse en cualquier momento. Por eso, corremos con la lengua fuera para quitarnos de encima todos los sueños que creemos que debemos cumplir. Al final de la meta nos podemos sentir vacíos porque nos hemos perdido el proceso estando demasiado centrados en alcanzar lo que queríamos. Quizá ni siquiera nos preguntamos por qué deseábamos hacerlo en primer lugar.

Ser paciente no es conformarse, ni tolerar, ni consentir. Uno puede embarrarse de lleno en el proceso que las cosas conllevan y esperar admirando el cambio. De hecho, contra una vida meramente contemplativa, incito a la vida activa. Sentir la emoción al leer la historia de un amor a fuego lento, o slow burn, y disfrutar lo que puede joder la expectación por tener que atender en toda la novela hasta que por fin los protagonistas se besan. Aumentar la tolerancia a la frustración de la única manera que es posible: haciendo las cosas y haciéndolas mal para aprender a hacerlas después mejor, como diría Samuel Beckett. La paciencia activa es dedicar tiempo a cuidar, cuidarnos, cuidarme, un ejercicio donde ya estoy siendo aquello en lo que quiero convertirme, sin separar teoría y práctica. Debemos frenar para ser conscientes de que todo no sólo tiene un proceso, sino que es necesario ser parte activa de éste para conocerlo. Paciencia es aceptar decisiones, transitar duelos, convivir con malestares, ver las consecuencias de haber establecido límites. Paciencia es devolver al humano a su contexto social y natural, sus recursos y desafíos, unir una vida que se nos presenta separada, ser rama verde y no acero firme. Disfruto esperando algo mejor porque valoro la riqueza de saber cuánto cuestan las cosas brillantes, más si una tiene el placer de formar parte de ellas. Yo siempre espero, pero no lo hago sentada.

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Recuperar la decencia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77403/recuperar-la-decencia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77403/recuperar-la-decencia/#respond Fri, 24 Nov 2023 05:37:00 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77403 Continuar leyendo "Recuperar la decencia"]]> Imagen de la manifestación contra la amnistía convocada por el PP en la madrileña Plaza de la Cibeles. REUTERS/Susana Vera
Imagen de la manifestación contra la amnistía convocada por el PP en la madrileña Plaza de la Cibeles. REUTERS/Susana Vera

Mientras Alfonso Guerra lamenta en prime time que ya no se pueda hacer chistes de homosexuales y enanos; mientras un periódico de derechas con sede y financiación madrileña pero conexión empresarial y editorial con la oposición venezolana a Maduro cuelga en redes vídeos de ministras de izquierdas diciendo cosas de izquierdas para señalarlas como peligrosas antisistema; mientras las protestas ultraderechistas en Ferraz se apagan y los vivas a Franco y a José Antonio se escuchan cada vez más lejanos (aunque se escuchan); mientras las muñecas hinchables que los acosadores exhibieron han vuelto a ocupar su lugar en las habitaciones de sus legítimos propietarios, incels que rayan en la cuarentena; mientras un eurodiputado de Vox de voz chillona y aspecto de seminarista arrepentido denuncia en Bruselas que Stalin estaría "orgulloso de Pedro Sánchez" y mientras el aspirante a líder de la oposición Alberto Núñez Feijóo sostiene que las protestas contra el nuevo Gobierno de coalición y la ley de amnistía son "terrorismo de segundo grado", el ultraderechista Netanyahu se ha prestado a firmar una tregua con Hamás, Milei (que ganó las elecciones berreando "Libertad, carajo") anuncia un recorte de ministerios y la privatización completa de la sanidad y Geert Wilders, el líder del también ultraderechista Partido de la Libertad (que comparte además con Milei y con Trump un extravagante diseño de peinado) ha ganado las elecciones en Países Bajos.

En España, la adalid de la libertad, Isabel Díaz Ayuso, cuyo liderazgo político se forjó y afianzó, como el de Milei, en plena pandemia y, consecuentemente, en un momento de excepcional restricción de derechos, escala posiciones y le come la tostada a un Feijóo cada vez más melancólico. Milei habla con su perro muerto a través de una médium y Ayuso fue la community manager del perro imaginario de su mentora, Esperanza Aguirre. El dextropopulismo y el ultraliberalismo no es lo único que el argentino Milei y Ayuso (que arrasa por cierto entre las comunidades latinoamericanas en Madrid, por lo que sea) tienen en común. Ya ven que ambos han tenido relaciones con perros muertos o imaginarios. Y eso, no cabe ninguna duda, deja huella.

Al Feijóo le pueden la morriña y le va a poder el más que predecible fracaso de su intento por europeizar su oposición a la amnistía, del que depende su estrategia de confrontar con Sánchez (el perro más vivo de todos los que hemos conocido en la política española) dando a entender que su gobierno, una vez más, es ilegítimo y poco menos que golpista.

No le funcionó su crítica al "sanchismo", una suerte de impugnación integral al anterior gobierno que le valió para las autonómicas y municipales pero que hizo aguas en las generales una vez que se verificaron sus pactos con Vox y la ciudadanía cobró conciencia real de lo que la presencia de este partido en las instituciones significa. Clarise Lispector escribió en La hora de la estrella que "los hechos son las palabras del mundo" y los hechos fueron quienes decantaron el resultado del 23J. Feijóo perdió una investidura impostada y perderá el liderazgo de la oposición mientras no se desvincule de la derecha extrema que, a su vez, saca partido de la desorientación del PP y recupera sus éxitos más sonados hurtando así del debate público su fracaso electoral y consiguiente pérdida de recursos económicos, el asunto de los dineros de Denaes, del autoritarismo interno y de sus inclinaciones cada vez más capillitas y radicales. Por devolverles un eslogan a ellos, a quienes tanto cuesta proferir soflamas políticas ingeniosas: "El dinero se termina, Buxadé está que trina".

Aunque busquemos la risa (Alfonso, ya no nos reímos de enanos y maricones, ahora lo hacemos de ti), lo cierto es que la cosa está muy fea. Las derechas han conseguido, gracias a la existencia de las redes sociales, los influencers, la celebrificación y memeización de la política, la infointoxicación y el infoentretenimiento (perdonen los palabros) difundir miedo, desconfianza, ira, odio y resentimiento a una extraordinaria velocidad y con una tremenda eficacia. Han aprovechado traumas preexistentes, algunos tan cercanos en el tiempo como el derivado de la pandemia y los confinamientos, y experiencias colectivas de diverso signo para validar un marco de percepción del mundo en el que el victimismo se ha colocado en el centro y, con él, un antagonismo que amenaza con quebrantar la convivencia.

Hablando de victimismo, Israel, un Estado que existe gracias a sublimarlo e hipostasiarlo, ha asesinado desde el pasado 7 de octubre a 14.128 seres humanos, de los cuales dos tercios son niños y mujeres. Casi 1,7 millones de personas, esto es, el 80% de la población de Gaza han sido desplazadas desde los execrables atentados perpetrados por Hamás que costaron la vida a unos 1.200 ciudadanos israelíes. Hay un genocidio en marcha ante los ojos del mundo y nuestra percepción de lo que ocurre viene determinada y a la vez reproduce el peso extraordinario que el victimismo tiene en la politización de los conflictos, de tal manera que solo es víctima quien politiza con un mayor nivel de éxito su agravio, imponiéndolo como el único verdadero y definitivo. Los demás no cuentan, son animales objeto de un odio profundo por lo que, llegado el caso, merecen ser exterminados.

Cientos de miles de personas en todo el mundo se sienten seducidas por un tipo de política del odio que se "consume" con absoluta pasividad e indulgencia y que apela al miedo y a la necesidad de combatirlo blindando, paradójicamente, unas democracias a las que en realidad usurpa sus pretensiones democráticas pues no se puede excluir, ningunear, pisotear y despreciar en nombre de regímenes pensados para garantizar y profundizar en la justicia y en la convivencia. Las izquierdas ya no son, en este escenario, dueñas de la protesta, porque la rebelión y la transgresión se han convertido en patrimonio de la derecha. La política se ha desprestigiado y el discurso público articulado tiene dificultades para difundirse aunque, cuando se sabe cómo hacerlo, llega.

Las izquierdas tienen enfrente una tarea monumental: devolverle a la política su sentido de transformación y a la sociedad su trama moral, la decencia. La política no puede ser solo diagnóstico, tiene que contener propuestas. Las derechas no tienen más propuestas que chapotear en el lodo del resentimiento social, el odio y el nihilismo ultraliberal. Emanciparse y separarse del victimismo que todo lo impregna y superar en cierta medida las políticas identitarias es condición para hacer y abanderar una política que nos salve de los estragos que el populismo de derechas está causando. Hay que buscar el modo de dignificar una política transformadora y desacomplejadamente de izquierdas para una sociedad decente. Hay que recuperar la decencia.

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Qué hay de nuevo en el Urquinaona facha https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77388/que-hay-de-nuevo-en-el-urquinaona-facha/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77388/que-hay-de-nuevo-en-el-urquinaona-facha/#respond Thu, 23 Nov 2023 05:35:43 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77388 Continuar leyendo "Qué hay de nuevo en el Urquinaona facha"]]> Qué hay de nuevo en el Urquinaona facha
Manifestación contra la amnistía frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz, en Madrid, a 21 de noviembre de 2023.- EFE/Borja Sánchez-Trillo

La buena política, como el buen arte, está siempre cocinada a partir de la fugacidad de lo nuevo y las tendencias de lo viejo. Mi pasión por ambas disciplinas se podría resumir en esa creatividad común que exige completar a mano alzada el mapa de la realidad que la rigidez de la escuadra y el cartabón de la Historia dejan siempre inacabado. Es por eso por lo que, quizás, estos días he tendido a interesarme más por la espontaneidad de las manifestaciones en Ferraz que por los discursos de Partido Popular y Vox en el Congreso; palabras con fecha de caducidad ante el previsible cambio de agenda que va a vivir la derecha como consecuencia de más de dos semanas de protestas ininterrumpidas. Siguiendo la metáfora, empecemos, entonces, por los trazos lineales: ¿qué hay de viejo en estas protestas?

En la derecha española, aunque no sólo, existe una constante histórica: la visión patrimonialista que considera ilegítimo todo poder que no ejerzan ellos mismos. Una convicción sobre el Estado que les ha permitido impedir, sin sonrojarse, la renovación del Consejo General del Poder Judicial y defender en las calles cualquier retroceso de sus posiciones. Así sucedió con ley del aborto o el matrimonio igualitario. A su vez, tampoco podríamos decir que nos sorprenda la existencia de grupúsculos de extrema derecha quienes, gracias a la fuerte entrada con la que cuentan en el mundo de los ultras de fútbol, acumulan en sus currículums una experiencia más que demostrada en lo que a la confrontación con la policía se refiere.

No es extraño, tampoco, que después de cuatro años situando en la ilegitimidad los pactos con el independentismo sea la Amnistía la que encienda la mecha del listado de agravios contra Pedro Sánchez ni que los rojos y los separatistas sean, de nuevo, los protagonistas de la Anti-España. Hasta ahí, podríamos decir que todo encaja en la posición antagonista que Partido Popular y sus socios de Vox han ido ensayando a lo largo de los años contra cualquier Gobierno que oliera a izquierda. Sin embargo, si ampliamos el foco en los cánticos, manifestantes, símbolos e imágenes que nos han llegado estos días desde Ferraz, es evidente que algo se ha descontrolado en la derecha. Y es que detrás de un Feijóo envalentonado ante las cámaras, existe, en realidad, el grito impotente y ciertamente destituyente de mucha gente que después de estas semanas no va a volver a leer la política de la misma manera. Veamos, entonces, un pequeño esbozo a mano alzada de dichos elementos:

1- No es el 15M, es Urquinaona. Algunos analistas han comparado las convocatorias en Ferraz con el 15M. Se ha escrito desde la izquierda y se ha deseado fuertemente desde las derechas a través de calificativos como "despertar nacional" o "la España Insumisa". En algunas columnas se ha llegado, incluso, a reclamar un líder que pudiese representar dicha indignación. Este esquema, propio de movimientos como el que representó el 15M, tiene que ver con la concepción de la construcción de una nueva mayoría política amplia, diferente a los ejes que estructuraban el parteaguas de la sociedad hasta el momento. Sin embargo, esto no es lo que ha sucedido estos días en las calles españolas. El campo de las demandas de la derecha no se ha ampliado a un público nuevo; lejos de ello, lo que se ha sucedido es que se han recrudecido las posiciones de un mismo sector. Siguiendo el símil, las derechas no han vivido su 15M, han vivido su Urquinaona: un gran momento de expresión de su rabia derivada de una derrota política; en su caso, la electoral y la Amnistía.

2- La bandera agujereada, símbolo de una nación sin Estado. La bandera constitucional sin escudo ha sido, sin duda, el símbolo más claro de estas protestas. Un emblema que, además, se iba multiplicando a medida que pasaban los días; es decir, a medida que aumentaba la tensión con la policía y, por lo tanto, la desafección con la fuerza coercitiva del Estado que es, siempre en estas situaciones, la representación del Estado mismo. Ha sido muy común escuchar declaraciones de manifestantes atónitos ante el hecho de que los antidisturbios actuaran contra quién había salido a la calle a "putodefender España".

Estas palabras reflejan, sin duda, la posición de clase de quién está acostumbrado a que la ley esté hecha a su medida; sin embargo, hay algo más: la ruptura emocional en directo de quién ha interiorizado que las instituciones ya "no le representan". ¿A quién no representan, al pueblo? No, no representan a la "nación". Una nación, en su caso, entendida como una entelequia preexistente que es independiente de la propia actuación de quién se estaba manifestando. De hecho, si nos fijamos en el manifiesto fundacional de Junta Democrática, uno de los grupos convocantes y, probablemente, el más interesante por su originalidad, podemos leer la mejor explicación del significado de este nuevo símbolo: "La Nación Española no reconoce la autoridad ni legitimidad para gobernarla ni regir su vida en sociedad de ningún Estado cuya forma jurídica no haya sido elegido por aquella tras un periodo de libertad constituyente". Conclusión: para esta nueva derecha quién detenta la legitimidad no es el pueblo, ni siquiera el pueblo-nación, es, de hecho, la nación sin pueblo.

3- La república bolivariana ha llegado, pero por parte de las derechas. Finalmente, todos estos elementos comentados anteriormente confluyen en la culminación de una tendencia que ya estaba produciendo en España: su mimetización con los partidos opositores a los gobiernos socialistas y democráticos de América Latina. Una posición que tacha de dictadura cualquier mínima reforma del Estado en un sentido progresista y que, por lo tanto, no respeta la alternancia democrática hasta el punto de querer provocar, vía desórdenes públicos, un cambio de Gobierno. Las "guarimbas" en Venezuela lideradas por Leopoldo López son, sin duda, el mejor ejemplo de ello. Antes de que el lector se ponga las manos en la cabeza pensando que esto en España es imposible, le daré la razón: efectivamente, esta estrategia no busca derrocar al Gobierno, pensar eso sería infravalorar demasiado a Vox. No obstante, lo que sí es capaz de hacer es generar un fuerte desgaste a la vez que tensiona una parte de la sociedad española hacia posiciones cada vez más antagónicas con el PSOE; es decir, hacia las posiciones de Vox. Este es, a mi parecer, el objetivo de Santiago Abascal quién, con toda seguridad, recogerá las protestas de estas semanas como gran hito fundador de su nueva estrategia política.

Como en todo acontecimiento, es difícil entrever cómo afectarán los sucesos de los últimos días a la cultura política de la derecha y, por lo tanto, de una parte muy relevante del país. Por el momento, sólo podemos trazar algunos de los elementos nuevos que han dejado en el aire y esperar a ver si, efectivamente, éstos acaban sedimentando en un nuevo bloque político que transforme sustancialmente el juego democrático en España. El Gobierno de Coalición y su herencia se jugará, también en parte, en esta posibilidad.

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La vulneración de la separación de poderes por el poder judicial y su órgano de gobierno https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77385/la-vulneracion-de-la-separacion-de-poderes-por-el-poder-judicial-y-su-organo-de-gobierno/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77385/la-vulneracion-de-la-separacion-de-poderes-por-el-poder-judicial-y-su-organo-de-gobierno/#respond Thu, 23 Nov 2023 05:01:47 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77385 Continuar leyendo "La vulneración de la separación de poderes por el poder judicial y su órgano de gobierno"]]> Cuando el PSOE con mayoría absoluta desde 1982 aprobó la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, que convertía al legislador en elector de los jueces de los principales órganos de la justicia de nuestro país, se atribuyó al vicepresidente del Gobierno PSOE, Alfonso Guerra, la frase: "Montesquieu ha muerto". Esta ley fue el comienzo de un proceso de politización de la justicia, que llega hasta nuestros días y comporta un atropello en toda regla de la separación de poderes, porque los altos jueces de nuestro país, que conforman los relevantes órganos de justicia, y los miembros de su órgano de gobierno, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), son designados total o parcialmente por el legislador. El resultado es que el poder judicial es interferido por el poder legislativo, causando como consecuencia la pérdida de su independencia. En efecto, Montesquieu, a quien se atribuye el principio de separación de los tres poderes estatales -legislativo, ejecutivo y judicial-, ha muerto.

Pero últimamente, y lo corroboran los hechos de la semana anterior, del 13 al 19 de noviembre de 2023, la falta de separación de poderes estatales ha seguido el sentido contrario: no ha ido del legislador al juez, sino del juez al legislador. Me he referido en este medio a la politización de la justicia mediante el nombramiento de los principales jueces de nuestro país por el legislador. Es el momento de complementar este hecho con su contrario: la judicialización de la política por el juez. Antes el legislador entraba en los predios del juez. Ahora es el juez el que entra en los del legislador.

Hemos presenciado recientemente dos acontecimientos insólitos en la justicia española: a) una declaración del CGPJ contra una propuesta de amnistía sin la existencia de un texto al respecto y b) unas manifestaciones de jueces/zas y personal de justicia contra la proposición de ley de amnistía presentada, pero aun no aprobada, en el Congreso de los Diputados.

Vayamos por partes en lo que es una clara y sorprendente vulneración de la separación de los poderes estatales perpetrada por un sector del poder judicial y por su órgano de gobierno.

La declaración institucional del Consejo General del Poder Judicial contra la amnistía

Convocados por el presidente del CGPJ (que se abstuvo en la votación) nueve miembros conservadores (designados por el PP) votaron a favor y cinco en contra (designados por el PSOE) de una declaración contra la amnistía. Confluían las siguientes circunstancias en el acto, que deslegitiman la declaración:

1.- Raya con el esperpento que quienes desempeñan un mandato caducado desde hace ya casi cinco años se atrevan a firmar y publicitar un escrito contra la propuesta de amnistía del Gobierno español en funciones (propuesta de amnistía, que no texto legal y menos aun proposición de ley en aquel momento). No puede un ladrón protestar contra quien le roba. Estos miembros, causantes de una constante advertencia de las instituciones europeas contra la justicia española, lo único que pueden hacer para redimirse de su atropello a la Constitución y a la justicia es dimitir al instante de sus caducados mandatos.

2.- Si insólito y vergonzante parece su comportamiento, incoherente y absurdo es que una declaración se dirija contra una norma jurídica que en aquel momento no existía. Como se dice vulgarmente, han puesto la carreta delante de los bueyes. ¿Tanta prisa tenían en significarse como abanderados judiciales de la política del partido político, que les encumbró al cargo caducado que desempeñan? ¿No podían esperar para consumar su acción política a que existiera un texto legal en forma y regla?

3.- No forma parte esta declaración de protesta de las competencias tasadas de los miembros del CGPJ, las cuales figuran en la ley orgánica reguladora de este órgano. Este órgano debe responder a informes, que le solicitan determinadas instituciones en cumplimiento de exigencias constitucionales, pero no le corresponde la competencia de emitir una declaración frente a una presunta norma jurídica del poder legislativo. Se han extralimitado en el ejercicio de sus funciones. Como resultado, el sector conservador del CGPJ ha cometido un atropello contra la separación de los poderes públicos prescrita por nuestra Constitución.

En efecto, la Ley Orgánica 4/2013, de 28 de junio, establece en los arts. 560 y 561 las atribuciones de los miembros del CGPJ. Son esas y no otras.  El art. 561 indica los informes que el órgano debe de evacuar. Son esos y no otros. La justicia es algo muy serio y todo debe estar tasado.

4.- Si uno examina los discursos del líder del PP y de sus acólitos y a continuación el texto amplio de la declaración, verá que la semejanza no está solamente en las ideas sino en la formulación terminológica de las mismas. El ciudadano advierte cómo los miembros conservadores del CGPJ siguen fiel y textualmente las consignas de sus aupadores al cargo, que ilegalmente ostentan. He aquí unos párrafos significativos de la declaración, que recuerdan a los párrafos de líderes del partido conservador, el PP:

"La proyectada ley de amnistía supone la degradación, cuando no la abolición, del Estado de derecho en España, que a partir del momento en el que se adopte pasará a ser una mera proclama formal que inevitablemente tendrá que producir consecuencias en perjuicio del interés real de España... Confundir el "interés de España" con el interés del Presidente del Gobierno en funciones para evitar la hipotética formación de gobiernos de partidos de una ideología diferente a la suya es algo manifiestamente incompatible con la alternancia política... Es algo rotundamente incompatible con el principio de Estado de derecho en el que, nuevamente según el artículo 1 de nuestra Constitución, se quiso constituir España y efectivamente se constituyó...Ello supone degradar y convertir nuestro Estado de derecho en objeto de mercadeo al servicio del interés personal que pretende presentarse, desde el rechazo al pluralismo político, como el "interés de España".

Por su parte la mayoría de los miembros del PSOE contrarios a la declaración justificaron su voto en contra de la siguiente manera:  "La declaración institucional propuesta, con el argumento de proteger la independencia de los tribunales, daña su imagen, ya que su independencia está suficientemente garantizada, y tan solo consigue situar a este órgano de gobierno en un campo de batalla política al que nunca debe bajar por respeto y obligada protección de la imagen de independencia e imparcialidad de aquéllos a quienes gobernamos".

Las manifestaciones de jueces/zas contra la amnistía, el 'lawfare' y  la vulneración de la separación de poderes

Al hacerse público el texto de la proposición de ley de amnistía, jueces y juezas de varias provincias españolas -Salamanca, Sevilla, Cádiz, Huelva, Jaén- se manifestaron togados ante la fachada de la sede del órgano de justicia contra la citada proposición. Antes de entrar en materia quiero recordar que el lawfare, que inicialmente concitó la oposición de todas las asociaciones judiciales, formó parte de un acuerdo concreto de los partidos políticos PSOE y Junts, pero no estaba en la definitiva proposición de ley de amnistía presentada en el Congreso de los Diputados. Lawfare, guerra jurídica o acoso judicial significan en el contexto la instrumentación de los jueces contra los adversarios políticos. Dicho esto, los manifestantes han incurrido en un acto de vulneración de la separación de los poderes públicos por los siguientes fundamentos jurídicos:

1.- La Constitución española establece con claridad el principio de separación de los tres poderes del Estado -legislativo, ejecutivo y judicial-. En relevantes artículos de la Constitución española, como en otros artículos de constituciones de las sociedades avanzadas, se consagra la división de los poderes públicos. Así el art. 97 atribuye al Gobierno la función ejecutiva, el art. 66. 2 la potestad legislativa a las Cortes y el art. 117. 3 la potestad jurisdiccional a los jueces y tribunales. Otros preceptos constitucionales detallan las competencias de estas funciones y potestades, en las que ahora no entro por razón de espacio.

2.- Como consecuencia del punto anterior el juez aplica la norma jurídica creada y aprobada por el legislador; esto es, aplica la norma jurídica que ya tiene la cualidad de la validez jurídica formal- creada por el órgano competente- y material -con contenido no contradictorio con una norma superior del ordenamiento jurídico-. Éste y no otro es el recinto legal donde se puede mover su actuación. Si, por el contrario, se sale de esa linde y se dedica a criticar una proposición de ley del legislador, entra en otro recito legal que no le corresponde. Lo que explica que una asociación de jueces, la "Asociación de Jueces y Juezas para la Democracia", se haya abstenido de participar en las manifestaciones, comunicando que "la defensa de la separación de poderes exige mantener una imagen de imparcialidad y neutralidad que estos actos no garantizan" y que algunos de sus miembros hayan comunicado que la manifestación incurre en una "posición partidista" impropia de la judicatura.

3.- La vulneración de la separación de los poderes estatales perpetrada por los jueces está  revestida de agravantes -término que tanto emplean los jueces en sus resoluciones-, pues va acompañada de las siguientes circunstancias: a) los jueces se presentan con el símbolo del administrador de justicia, la toga; no lo hacen con la indumentaria propia de un simple ciudadano, b) la manifestación se hace junto a la fachada del órgano de justicia al que pertenecen y c) la convocatoria deriva de los jueces decanos y/o presidentes de las Audiencias. Es decir, se manifiestan con la ostentación de quien es juez, desde el lugar donde imparte justicia y convocado por el presidente o responsable del órgano de justicia, del que es miembro. Con estos atributos decae la opinión de algunos jueces manifestantes, al considerar que la libertad de expresión les ampara en su actuación. No es así, porque atacan al legislador como miembros del poder judicial y no como ciudadanos y han hecho una exhibición ante la opinión pública de que actúan como tercer poder del Estado.

4.- La actuación de los jueces vulnera además un precepto concreto de la Ley Orgánica del Poder Judicial vigente, de 1985, cuyo art. 395.1 expresa lo siguiente entre las prohibiciones que afectan a los jueces: "Dirigir a los poderes, autoridades y funcionarios públicos felicitaciones o censuras por sus actos". ¿Acaso no es la manifestación pública de los jueces contra la amnistía una censura a un poder, como es el poder legislativo?

Igualmente el código ético para la carrera judicial, aprobado el 16 de diciembre de 2016 por el CGPJ, establece una serie de principios generales de ética judicial -independencia, imparcialidad, integridad, cortesía, diligencia y transparencia-, que subrayan la necesidad de una conducta de los jueces "ajena a las partes" y al margen "de poderes e instituciones", con la finalidad de suscitar la confianza ciudadana en la independencia e imparcialidad  de quienes tienen que velar por el cumplimiento de las normas jurídicas. No posee carácter coactivo este código, pero es un punto más en favor de la conducta debida de los miembros del poder judicial incumplida por los manifestantes.

Propuesta para blindar la independencia judicial

La justicia española tiene que librarse de una doble lacra para ostentar los valores de independencia e imparcialidad, que tanto proclaman las normas generales dedicadas a la organización y funcionamiento de los tribunales y órganos del poder judicial. Únicamente adornarán esos valores la aplicación del derecho por los jueces, si cesan en el escenario judicial: a) la politización de la justicia y b) la judicialización de la política.

La primera desaparecerá cuando el legislador no designe a los jueces y juezas y consecuentemente la promoción judicial y asignación de cargos dependan únicamente de la judicatura con procedimientos abiertos y sin avales previos. Desanima enormemente a la ciudadanía oír o leer en los medios alusiones a los "jueces del PSOE", los "jueces del PP", etc., porque es la clara muestra de que la justicia no es independiente.

La segunda se extinguirá cuando el juez ejerza sus competencias legalmente tasadas sin hacer política, que solamente corresponde al legislador.

Únicamente exterminando ambas lacras, enraizadas en la justicia española, podríamos conseguir que resucitara Montesquieu, que nunca, vicepresidente Guerra, debió morir.

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Necesitan un alto al fuego https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77375/necesitan-un-alto-al-fuego/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77375/necesitan-un-alto-al-fuego/#respond Wed, 25 Oct 2023 03:59:30 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77375 Continuar leyendo "Necesitan un alto al fuego"]]> Una mujer llora después de un ataque aéreo israelí cerca de una escuela perteneciente al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (OOPS) en Khan Yunis, al sur de la Franja de Gaza. Foto: Mohammed Talatene/dpa
Una mujer llora después de un ataque aéreo israelí cerca de una escuela perteneciente al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (OOPS) en Khan Yunis, al sur de la Franja de Gaza. Foto: Mohammed Talatene/dpa

Ya entra ayuda a Gaza desde Egipto. Entrarán materiales esenciales como comida o medicinas. Pero a cuentagotas. Antes de la guerra entraban 100 camiones diarios para cubrir las necesidades de los 2,3 millones de gazatíes, casi la mitad niños y niñas.

En un momento en el que la vida de millones de personas pende de un hilo, la entrada de artículos de primera necesidad es clave. Pero este logro no debe distraernos de lo realmente importante: frenar esta sangrienta espiral de violencia. Estamos ante un conflicto donde se está vulnerando el derecho internacional y las reglas humanitarias más básicas.

Oxfam Intermón lleva casi siete décadas proporcionando ayuda humanitaria a personas atrapadas en situaciones de guerra, violencia y conflicto. Estuvimos en los momentos más duros del conflicto iraquí, fuimos la primera organización respondiendo desde dentro de Siria. Estamos respondiendo en Ucrania, Somalia, Yemen o República Centroafricana. Y llevamos décadas trabajando en el Territorio Palestino Ocupado, trabajando codo con codo con organizaciones de la sociedad civil palestina.

En otros lugares, nuestros equipos ahora estarían centrados en asegurar nuestra asistencia humanitaria. En Gaza, están huyendo para salvar sus vidas y las de sus familias. Escuchar sus historias personales es desgarrador. Sus casas han sido destruidas, muchos de ellos han sido desplazados y están viviendo con familiares en la zona sur de Gaza o hacinados en albergues o centros de acogida. Es un momento traumático y angustioso para todos ellos, y aún y así, su preocupación máxima es cómo ayudar a cubrir las necesidades más acuciantes del resto de la población: comida, refugio, agua, energía.

Los desafíos para trabajar son enormes y las necesidades crecen por momentos. Los bombardeos y ataques son constantes. El movimiento de personas está restringido. Los mercados y el comercio local están fallando. Las comunicaciones e internet también fallan. No hay acceso para ayuda humanitaria (más allá del único envío reciente, que fue una gota en el océano). Es imposible encontrar suministros, y donde hay reservas, es imposible llegar.

Casi dos millones de personas se enfrentan a inseguridad alimentaria. Una realidad agravada por un asedio total. Sin electricidad, combustible o agua, las panaderías no pueden hornear pan, no se pueden asegurar las cadenas de frío y no se puede cocinar caliente.

En acceso a agua potable, la situación es todavía más preocupante. Más de 2 millones de personas, se ven obligados a beber agua sucia o salada. La mayoría de las instalaciones de abastecimiento están dañadas o inservibles y las plantas desalinizadoras no tienen combustible ni luz para funcionar. La ONU estima que la población de Gaza ahora tiene acceso a un promedio de apenas 3 litros de agua al día, cuando una persona necesita entre 50 y 100 para sus necesidades básicas de salud. Sin baños que funcionen y con desechos acumulándose en las calles, Gaza corre el riesgo de convertirse en un caldo de cultivo para el cólera y otras enfermedades mortales.

La situación es desesperada. Si no hay cambios, lo peor está por llegar. La vida de millones de personas está en juego. Es imperativo que las autoridades israelíes restablezcan el suministro de agua y electricidad en toda Gaza. La población necesita combustible para hacer funcionar las bombas de agua y las plantas de tratamiento de aguas residuales.

La exigencia de corredores es una petición de mínimos. Pero la Unión Europea y otros líderes mundiales deben centrar sus exigencias en asegurar que se cumpla con la legalidad internacional, acabar con los ataques contra la población civil y levantar un asedio despiadado que está dejando sin agua, alimentos, refugio y bienes básicos a la población de la franja de Gaza. Y, en último término, promover la resolución pacífica de un conflicto que lleva décadas enquistado.

Y, sin embargo, estos días, hemos visto con estupor como la Eurocámara aprobaba una resolución que no reconoce que la población de Gaza está siendo sometida a un castigo colectivo ni exige al Gobierno de Israel que acabe con el asedio. El texto tampoco recoge una petición expresa de alto el fuego inmediato por ambas partes, sino simplemente una "pausa humanitaria" que no garantiza el cese de las hostilidades. Ni condena claramente los posibles crímenes de guerra que se pueden estar cometiendo. En el mejor de los casos, se trata de una resolución cándida y temerosa, en el peor una resolución irresponsable y cómplice, ciega a los horrores, la crueldad y el sufrimiento que están viviendo.

No podemos normalizar el sufrimiento. Necesitamos un alto el fuego total por parte de todas las partes y el fin del asedio de Gaza. Esta es la única manera de conseguir suficiente ayuda humanitaria y asistencia vital para los civiles.

Las atrocidades cometidas contra civiles israelíes son inaceptables. Que Hamás tenga rehenes es espantoso, es imperativo asegurar la liberación de cualquier persona cautiva. Pero nada de todo ello puede justificar un castigo colectivo a la población de la franja. Atacar, destruir o inutilizar infraestructuras civiles es contrario al derecho internacional humanitario. También lo es ordenar evacuaciones forzosas de civiles o someterlas a hambre. Los palestinos en Gaza literalmente no tienen adónde ir y nadie parece dispuesto o capaz de ayudar mientras las familias enfrentan la muerte por deshidratación o falta de atención médica.

La comunidad internacional debe detener este sinsentido. Su falta de coraje político permite las represalias que ponen a los civiles en la línea de fuego de cohetes indiscriminados y ataques aéreos militares.

Si perdemos nuestra humanidad y compasión, si perdemos nuestra capacidad de mirarnos a los ojos y reconocernos como iguales ¿qué nos queda? Sólo el fin del ciclo de violencia puede traer esperanzas de un futuro mejor tanto para los palestinos como para los israelíes.

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Parásitos del dolor https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77337/parasitos-del-dolor/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77337/parasitos-del-dolor/#respond Tue, 24 Oct 2023 05:10:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77337 Continuar leyendo "Parásitos del dolor"]]> Parásitos del dolor
Un cuervo trabaja como periodista

«Era pequeño, muy pequeño, y salía con mi padre por las calles con nombre de pájaro que había a las afueras de mi pueblo. En bici, llegábamos a una urbanización petada de encofrados de hormigón y caminos sin asfaltar, y desde allí, subidos a una especie de terraplén, oteábamos el horizonte con los mismos ojos que los alcotanes: no había nada, más allá de campos y más campos abandonados. En los libros de mitología que devoraba de crío, contaban que en los mapas antiguos, siempre que querían representar tierras desconocidas escribían "Aquí hay dragones", sin embargo, yo miraba el horizonte desde aquel punto y podía comprobar que no los había. Ni dragones, ni nada».

Sobre dragones y sueños, como se ve en el primer párrafo, iba a ir esta semana mi columna, pero se me han quitado las ganas después de abrir el periódico y ver que Israel ha asesinado a otros sesenta civiles palestinos. Quizá hoy no sea el día de hablar de mi propio ombligo. O quizá sí.

Los periodistas – o escritores de periódicos o columnistas, etiquétame a tu gusto – vivimos con una responsabilidad obvia que a veces no lo es tanto: tomarle el pulso a la sociedad.

Dicen que la buena escritura es la que no se hace para gustar a los demás, pero no estoy de acuerdo; al menos, no cuando hablamos de periodismo. El periodismo, por muy literario o chulesco que sea, debe hablar de lo que le interesa a la opinión pública, ese pequeñísimo porcentaje de población que todavía lee periódicos y retiene su atención más de treinta segundos – menudo desastre esto del tiempo de lectura en la prensa. Otra cosa, claro, es cómo se cuente.


Hay veces en las que, a pesar del trajín informativo que exige la actualidad, no me apetece hablar de la guerra de Palestina y sí de mis aventuras con la bici cuando era pequeño; o del marrón que he tenido con el edredón nórdico, que se me olvidó lavarlo en primavera y lo he sacado del armario con moho; o del grupo de Telegram que hemos montado una amiga y yo para organizar orgías este invierno en el hotel Atlántico. Hay veces que no queremos hablar de actualidad, sino de lo que nos interesa a nosotros; de cosas guarras, divertidas, triviales o anecdóticas que pueden servir para trasladarle ciertas ideas, polémicas o no, al lector. Y creo que debemos seguir haciéndolo.

Desde que estallara la nueva oleada de muerte y sangre en Oriente Medio, me he propuesto no publicar ni media columna al respecto. Y no por una cuestión de falta de interés, no, sino de conocimiento: bastante doy la turra aquí todos los martes, para encima venir a hablar sobre un conflicto con mil aristas, matices y recovecos que desconozco por completo. Que vale que soy un vendido, pero hasta yo tengo mis límites.

En ocasiones como esta, no sé si soy el único escritor de diarios al que le pasa (no os hagáis los tontos, sé que me leéis unos cuantos), siento un profundo síndrome del impostor por tener que dar una perspectiva más original, inteligente y reposada que la del anterior arriba firmante sobre un conflicto horrible. Y a lo mejor, por mucho que sea un tema de interés público, no viene al caso.

Quizá, por mucho que al lector le interesa el tema, no sea ético soltarle otras 900 palabras populistas, simplonas y mal redactadas que refuercen sus ideales preestablecidos; a lo mejor, llamadme loco, hay momentos en los que lo mejor es callarse y pasar la bola. Que sí, que ya sabemos que te van a aplaudir en X por decir en un artículo que Netanyahu es un criminal de guerra que merece sentarse en la Corte Penal Internacional, pero es que ya lo han dicho otras quinientas firmas y tu aportación no va a hacer que esa realidad se acerque. De hecho, por mucho que el tema le interese al lector, lo que estás haciendo es aprovecharte de los cuatro lugares comunes que conoces para conseguir la aprobación de tu audiencia, tus jefes y tu periódico; te estás aprovechando del horror, te estás convirtiendo en una especie de parásito emocional del columnismo que, para no morir, necesita aplausos cada veinte segundos.

No siempre tienes que subirte al carro de la moda columnera, tío, que ya huele. Una vez pase, que todos lo hemos hecho; dos, también; pero aprovecharte constantemente de la destrucción de vidas humanas para quedar como la estrella del columnismo ideológico de turno empieza a cansar. Y esto no te lo digo porque te considere un moralista, sino todo lo contrario: te lo digo porque me pareces un ser carente de ética que anda buscando dolor allí donde hay dragones (o sea: donde pasan cosas que desconoces) con los mismos ojos con los que los alcotanes miran a sus presas. Vives de likes y aplausos a costa de aprovechar el sufrimiento de los demás, y eso no mola nada. Si no sabes del tema, cállate la boca y no aproveches para relamerte con el aplauso lector, que queda feo.

A veces, es mucho mejor limitarse a escribir sobre orgías en el hotel Atlántico, nórdicos con moho y falta de dragones en Castilla.

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Mea culpa https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77285/mea-culpa/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77285/mea-culpa/#respond Tue, 24 Oct 2023 05:10:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77285 Continuar leyendo "Mea culpa"]]> Mea culpa
Una mujer con kufiya marcha en el 75 Aniversario de la Nakba coincidiendo con la escalada de violencia en la franja de Gaza, a 14 de mayo de 2023, en Madrid (España). Matias Chiofalo / Europa Press

Supongo que no es suficiente con entonar el mea culpa, porque a estas alturas ya he aprendido que la culpa no sirve para nada si no sacamos algo en claro de ella. Pero después de un par de semanas centrifugada entre cientos de informaciones sobre el sufrimiento palestino, me planto aquí mareada no para escribir sobre el tema, del que no tengo demasiada idea —o al menos no demasiado original— más allá de mi posición firme por los derechos humanos de este pueblo acorralado y asesinado; sino más bien para hacer una reflexión sobre cómo presiento que muchas personas estamos viviendo desde aquí el conflicto.

Cuando todo estalló, pensé: "mierda, otra vez". Tengo treinta años, así que tengo recuerdos desde bien pequeña en los que en la televisión y en mi casa se hablaba sobre el conflicto. Recuerdo informaciones poco profundas pero también claras: es el pueblo palestino el que está sufriendo el abuso de poder de Israel. Nunca recibí la idea de equidistancia, así que, sin entender muy bien qué es lo que estaba pasando, más allá de que había un conflicto armado entre gente con muchos recursos y gente con muy pocos que estaba tratando de defenderse, yo tenía clara mi posición.

Luego llegó la adolescencia y el capitalismo se volvió a pasar el juego de la frivolidad. A través de mecanismos que aún no logro entender, en los 2000 se puso de moda entre adolescentes y jóvenes llevar el pañuelo palestino alrededor del cuello. Posiblemente todo comenzó como una expresión genuina de la izquierda para mostrar su apoyo al pueblo palestino. Se convirtió incluso en un símbolo identitario e ideológico. Pero pronto el sentido se disolvió en la inmensidad de los bazares, en los que vendían la prenda en todos los colores, incluidos el verde y el amarillo fosforito.

Recuerdo un verano en el que hice un curso intensivo de inglés en el British Council de Somosaguas. Imaginad el percal de compañeros: chicos y chicas procedentes de familias con muchísimo dinero y, sobre todo, de derechas. Muy a la derecha. Y allí estaban ellas, con sus perlas enormes en las orejas, su colgante de elefante casi asfixiándolas (¿os acordáis?) y el pañuelo palestino rosa decorando su pecho y sus hombros. Y utilizo la palabra "decorando" con plena conciencia, esa que les faltaba a aquellas personas —y también a mí— sobre el verdadero significado de la kufiya.

Ya de adulta he ido recibiendo de forma más o menos pasiva informaciones más completas de las que tenía cuando era una niña. Cada vez que se reactivaba el conflicto lo suficiente como para que la prensa lo volviera a colocar en primera página, yo leía artículos y noticias, miraba debates en televisión. En fin, me iba acercando a la causa de una manera que pretendía profundidad y seriedad, buscando esa empatía que siempre ha estado mermada en proporción a los kilómetros que me separan de una tragedia. Así de egoísta soy. Mea culpa.

Y ahora, las redes sociales. Las personas a las que sigo escriben parrafadas de opinión personal sobre el tema, intentando, me imagino, no sentir esta culpa. Como diciendo al mundo: "Yo me posiciono". Pero cuando leo, no encuentro nada nuevo, es como volver en el tiempo a mi niñez, como si la Helena de siete años hubiera tenido Instagram y hubiera dicho al mundo que sabe que no se puede ser equidistante, que hay un opresor y un oprimido. Navego entre artículos con títulos similares y pretenciosos: Las 5 claves para entender el conflicto palestino-israelí y vídeos que exponen a niños llenos de polvo y sangre después de un bombardeo. Y yo, os lo digo de verdad, no sé qué es lo que tengo que hacer. ¿Es que acaso mi voz es importante aquí? Así que me paralizo, por miedo a ser frívola, por miedo a ser simple como una niñita de 7 años, y me callo. Mea maxima culpa.

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Una anomalía constitucional: la ausencia de referéndum de iniciativa popular en España https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77318/una-anomalia-constitucional-la-ausencia-de-referendum-de-iniciativa-popular-en-espana/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77318/una-anomalia-constitucional-la-ausencia-de-referendum-de-iniciativa-popular-en-espana/#respond Tue, 24 Oct 2023 04:55:58 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77318 Continuar leyendo "Una anomalía constitucional: la ausencia de referéndum de iniciativa popular en España"]]> Una anomalía constitucional: la ausencia de referéndum de iniciativa popular en España
Mesa electoral del CEIP Emperador Carlos V de Getafe que este año actúa como colegio electoral para las elecciones generales 23J, a 22 de julio de 2023, en Getafe, Madrid (España). Ricardo Rubio / Europa Press

Nuestra Constitución adolece de numerosas anomalías, que incluyen carencias y contradicciones, y no únicamente contradicciones en el contraste de artículos constitucionales, sino dentro de un mismo artículo, como el art. 16. 3, donde el constituyente expresa: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal" y a renglón seguido: "Los poderes públicos mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica". Pues bien, una de las más grandes anomalías constitucionales es la inexistencia en el texto constitucional de un referéndum de iniciativa popular.

A continuación describo en el prefacio un hecho histórico de nuestro país, que nos advierte de las consecuencias de la falta de un referéndum popular, después una breve sede definitoria y finalmente los fundamentos jurídicos de la necesidad de un referéndum de iniciativa popular.

Prefacio

 Recuerden que el presidente del Gobierno Aznar nos metió él solo, sin ni siquiera contar con su partido político, en la guerra de Irak. Recuerden también que el 15 de febrero de 2003 dos millones de personas en Madrid (también millón y medio en Barcelona) salieron a la calle, concluyendo la inmensa manifestación con la lectura de un escrito por un comisionado, manifestando que la incorporación de España a la guerra contra Irak se había hecho de espalda al pueblo español. ¿Se imaginan las consecuencias, si aquel escrito se hubiera transformado en proposición de ley de un referéndum popular con las firmas correspondientes y el comisionado hubiera ido tras la celebración de la manifestación a registrarlo en la oficina del Congreso de los Diputados? ¿Y que necesariamente hubiera sido sometida a la decisión de los españoles/as si España participaba en la guerra de Irak?

¿Quién deseaba en España que nuestro país participara en la guerra de Irak, prohibida expresamente por Naciones Unidas, que en nada nos beneficiaba (todo lo contrario: nos costó las numerosas víctimas de los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004) y que se basaba en la mentira de que Irak disponía de armas de destrucción masiva? Desgraciadamente la ciudadanía española estaba desarmada para incoar un referéndum contra la aislada decisión irresponsable de su presidente del Gobierno, por la que todavía no ha pedido perdón.

 Los instrumentos clásicos de la democracia directa

La democracia directa es el modelo democrático, en el que los ciudadanos/as votan directamente políticas y no meramente a representantes, para que decidan todas las políticas. La democracia directa puede ser plena, si la ciudadanía puede votar todos los asuntos políticos, y parcial, cuando solo votan en una parte de ellos. En algunos países se suprime la competencia referendaria popular para asuntos relativos a cuestiones presupuestarias, tributarias e internacionales. La relevancia de la democracia directa dependerá del número e importancia de los temas políticos encomendados a la ciudadanía.

Los instrumentos clásicos de la democracia directa contemplados en las constituciones avanzadas son la iniciativa legislativa popular y el referéndum. Ambos tienen una estructura y alcance diversos según las constituciones. La iniciativa legislativa popular consiste en una proposición de ley presentada por una fracción del censo electoral (en España medio millón de personas) para ser sometida a votación de los parlamentarios. El referéndum de iniciativa popular es una proposición de ley presentada por una fracción del censo electoral para ser sometida a la votación directa de los ciudadanos/as. La fracción o porcentaje de ciudadanos/as exigido es lógicamente más elevado en el referéndum que en la iniciativa legislativa popular. En la democracia directa el procedimiento más importante es el referéndum, puesto que supone una  participación del ciudadano en la legislación de su país, sin intermediarios.

El referéndum en España

¿Cuál es la situación del referéndum en España? En nuestro país tenemos: a) los referéndums autonómicos, que ya se sustanciaron con la aprobación de los Estatutos de Autonomía, b) el referéndum de reforma constitucional, de iniciativa parlamentaria, que es obligatorio cuando los parlamentarios pretenden reformar la parte sustancial de la Constitución, es decir, el Título preliminar, el Título II de la Corona y el apartado dedicado a los derechos fundamentales y las libertades públicas, ya que la reforma de los parlamentarios tiene que ser sometida a referéndum de la ciudadanía, y  c) el referéndum de iniciativa del presidente del Gobierno del artículo 92 de la Constitución. No existe, por lo tanto, en nuestro país un referéndum de iniciativa popular. Pero no siempre fue así en el iter constitucional. Hay que subrayar que el borrador de la Constitución y el Anteproyecto constitucional contemplaron un referéndum derogatorio de leyes de iniciativa popular, pero la Comisión de Asuntos Constitucionales lo suprimió.  Los miembros de esta comisión perpetraron inesperadamente un "golpe de referéndum", si se me permite la expresión.

Le pregunté a mi colega Gregorio Peces-Barba, catedrático de Filosofía del Derecho, ponente constitucional y presidente del Congreso de los Diputados por qué razón no estaba en nuestra Constitución un referéndum de iniciativa popular, como es habitual en países de nuestro entorno. "Ramón -me contestó- ten en cuenta que el dictador había satanizado a los partidos políticos durante cuarenta años y era el momento de protegerlos. Ya habrá tiempo más adelante para reformar la Constitución e introducir toda clase de referéndums". Gregorio no ha vivido lo suficiente para advertir que la Constitución, su admirada Constitución que él mismo contribuyó a elaborar en primera fila, sigue sin referéndum y sin reforma.

Como colofón de la situación del referéndum en nuestro país, es decir, de la inexistencia de referéndum de iniciativa popular, permítanme que exprese una opinión. Se produce una ruptura del pacto constitucional en tanto no se establezca un referéndum de iniciativa popular de reforma constitucional y consiguientemente no sea sometida a referéndum del censo electoral las iniciativas parlamentarias de reforma de la Constitución en cualquiera de su articulado. La Constitución toda y no una parte fue sometida a referéndum de toda la nación. Y de la misma manera por una simple analogía jurídica también tiene que ser sometida a referéndum de toda la nación cualquier reforma del texto constitucional y no únicamente la parte sustancial de la Constitución.

Les formulo la siguiente pregunta: ¿Les parece razonable que fuera necesario nuestro voto para la aprobación de todo el texto de la Constitución y sin embargo pueda ser reformado la mayor parte de este texto sin nuestro voto?

Propuesta: Hacia una incorporación del referéndum de iniciativa popular en España

Expongo a continuación las condiciones de un nuevo referéndum popular, el auténtico referéndum, pues este procedimiento no es la respuesta a una propuesta de los órganos de la democracia representativa, el Gobierno o las Cortes, sino una propuesta ciudadana para que de ella responda directamente el pueblo español.

Primera: Un referéndum de iniciativa popular en las modalidades tradicionales referendarias

 No es justificable que todavía España carezca de un referéndum de iniciativa popular. No tuvo justificación que los patres constitutionis dejaran a la Constitución sin el instrumento histórico y clásico de la democracia directa. Menos aún hoy, tras casi medio siglo transcurrido desde la aprobación de la Carta Magna. Además de los referéndums vigentes ya señalados los referéndums populares de propuestas legislativas, derogatorio de leyes y de reforma constitucional deberían formar parte del ordenamiento jurídico español en el territorio del Estado, siguiendo el ejemplo de países de su entorno. En el territorio autonómico las dos primeras modalidades anteriores circunscritas al ámbito de la Comunidad Autónoma; en el local las propuestas referendarias de acuerdos y derogatorias de los mismos.

 El referéndum a nivel estatal será complementado con el referéndum regional dentro de las Comunidades autónomas y el referéndum municipal. Por lo tanto, un aumento de los referéndums que tenemos en España, que en realidad se reduce a uno: el presidencialista sobre "decisiones políticas de especial transcendencia", puesto que los autonómicos ya se sustanciaron, al constituirse las Comunidades Autónomas y aprobarse sus Estatutos, y el  de reforma constitucional es hasta ahora una rara avis, cuyo vuelo nadie se atreve a levantar, y en cualquier caso el referéndum únicamente procede si nuestros representantes pretendan reformar la parte sustancial de la Constitución, que he identificado anteriormente.

 ¿Cómo se justifica que incluso la Constitución portuguesa, anterior y casi coetánea de la nuestra, aprobada en 1976, posea un referéndum de iniciativa popular en el art. 105. 2 y la nuestra carezca de ella?¿Cómo se justifica que Estados similares al nuestro en la estructura política territorial, como Italia y Alemania, posean un referéndum estatal y un referéndum regional, ambos de iniciativa popular, y nuestra país carezca de ambos? ¿Cómo se justifica que en el tema de los referéndums populares nuestro país se sitúe a años luz de Suiza, la patria europea de los referéndums? Evidentemente España posee una democracia plena ¿Quién lo duda?

 Segunda: Las competencias legislativas exclusivas de la ciudadanía en materias de extraordinaria relevancia  

Creo que es necesaria una mínima reserva para la ciudadanía de competencias legislativas, que no puedan ser ejercidas por los representantes. Mi opinión sigue a la de un grupo importante de constitucionalistas, que se decanta por los referéndums populares exclusivos y vinculantes en materias de extraordinaria relevancia en todos los sentidos, que no deben ser dejadas a la decisión de una mayoría parlamentaria. El alemán P. Schneider propone las siguientes materias:  a) de riesgos incalculablemente altos, b) de consecuencias irreversibles para el desarrollo de la Humanidad y c) de repercusiones internacionales incontrolables. En estas materias – afirma- una mayoría parlamentaria coyuntural no estaría legitimada para tomar decisiones de tan enormes consecuencias, siendo conveniente acudir a la decisión del pueblo.

Por descontado que hay que desglosar esas materias en categorías jurídicas concretas, pues hay que huir de los conceptos jurídicos indeterminados, que crean inseguridad e incertidumbre, y para que consecuentemente la pregunta del referéndum se sitúe en su formulación dentro de la categoría previa.

Creo que hay tres razones de peso para reservar la decisión de determinados muy relevantes asuntos a todo el censo electoral ciudadano y no a los parlamentarios: a) las extraordinarias consecuencias de determinados asuntos para generaciones actuales y futuras, b) la crisis de representatividad y legitimidad de la institución parlamentaria (especialmente los enormes defectos del sistema electoral) y c) las dependencias y limitaciones de la agenda de los partidos políticos.

 Tercera: Limitaciones de orden formal y jurisdiccional

Lógicamente los referéndums deben de ser sometidos a la racionalidad procesal y por ello es necesario establecer limitaciones. El problema del referéndum no reside en la naturaleza de la institución, sino en el hallazgo de una buena y oportuna legislación, como han puesto de manifiesto los expertos en la materia. La legislación acertada sería el contrapunto de las opiniones críticas, que parecen defender más un territorio político propio y exclusivo que los inconvenientes de un instrumento de participación política ciudadana. En este sentido creo que el referéndum debe estar sometido a una serie de límites:

Límites formales: los referéndums serán concentrados en las fechas de las elecciones políticas (como es usual allí donde están reconocidos), y en otras fechas, si ello fuera necesario, debido al alto número de referéndums planteados.

Igualmente la ley debe precisar el mínimo de firmas ciudadanas promotoras del referéndum, en función de la población cambiante del país: a) referéndum de propuestas legislativas a iniciativa de un alto número de solicitantes del censo electoral; b) referéndum  derogatorio de leyes a iniciativa del mismo alto número de solicitantes del referéndum anterior; c) referéndum de reforma constitucional a iniciativa de un número de solicitantes significativamente superior al de los anteriores referéndums, ya que se trata de un asunto tan grave como la reforma de la Constitución.

Límites jurisdiccionales: el Tribunal Constitucional (en la esfera estatal) y el Tribunal Superior de cada Comunidad (en las esferas comunitaria y municipal) tendrán que admitir la propuesta de referéndum, examinando su compatibilidad con el ordenamiento jurídico español. La ley establecerá los criterios claros, para que esta competencia no se convierta en una varita mágica para que los altos tribunales, controlados por los órganos de la democracia representativa, impidan el ejercicio del referéndum, como está sucediendo en Italia, en la que las decisiones de la Corte Constitucional sobre la admisibilidad de los referéndums están cosechando un extenso clamor crítico.

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Del apartheid al genocidio: la deshumanización del otro y el factor religioso https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77294/del-apartheid-al-genocidio-la-deshumanizacion-del-otro-y-el-factor-religioso/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77294/del-apartheid-al-genocidio-la-deshumanizacion-del-otro-y-el-factor-religioso/#respond Tue, 24 Oct 2023 03:46:48 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77294 Continuar leyendo "Del apartheid al genocidio: la deshumanización del otro y el factor religioso"]]> Del apartheid al genocidio: la deshumanización del otro y el factor religioso
Varios activistas de Amnistía Internacional denuncian lo que denominan ‘Apartheid israelí’ en Palestina, en la plaza de Callao, a 4 de junio de 2023, en Madrid (España). Diego Radamés / Europa Press

Ya hace muchos años un buen amigo, Ángel Moliní, utilizó el concepto de apartheid para referirse al sistema impuesto por Israel a los palestinos. En aquel lejano momento esta comparación con la situación de Sudáfrica me pareció exagerada. Mi amigo murió bastante joven y no me dio tiempo a darle la razón.

En febrero de 2022 Amnistía Internacional publicó el documento Preguntas y respuestas: El apartheid israelí contra la población palestina, cruel sistema de dominación y crimen de lesa humanidad. En él se argumenta por qué puede hablarse del crimen de lesa humanidad de apartheid (artículo 7 del Estatuto de Roma, de la Corte Penal Internacional) que comete el estado israelí. También puede hablarse de prácticas de limpieza étnica, un tipo de crimen contra la humanidad. O de crimen de masa (Jacques Sémelin), al tratarse de un "proceso organizado de destrucción de civiles destinado a someter o a erradicar a un grupo". O de prácticas genocidas, según la expresión que prefiere el experto argentino Daniel Feierstein, frente a la expresión de genocidio.

Con respecto a esta última figura, hay  muchos debates, pero es ilustrativo que Raphael Lemkin, creador del concepto y conseguidor de que el crimen de genocidio fuera reconocido en una Convención en 1948, citara en un artículo al general alemán Von Rundstedt, que dijo que «uno de los errores [de Alemania] en la Primera Guerra Mundial había sido respetar la vida civil de los países enemigos»; Von Rundstedt creía que la población de Alemania debía doblar la de sus países vecinos, lo que supondría suprimir al menos un tercio de su población, y esto conllevaba que "el único medio consiste en organizar la subnutrición, que en este caso es mejor que las ametralladoras". Creo que esta forma de razonar de un alto militar refleja muy bien la mentalidad genocida, por encima de los matices conceptuales que discutan los textos teóricos o normativos. Y, por cierto, nos recuerda vivamente la forma de razonar y las prácticas de líderes sionistas.

En todo caso, estamos ante gravísimos crímenes contemplados en el Estatuto de Roma, regulador de la Corte Penal Internacional. Crímenes que no pueden justificarse por el derecho a defenderse de Israel. Si Hamas ha cometido el crimen de terrorismo, Israel practica el terrorismo de estado, un terrorismo más grave que el primero.

Por supuesto, nadie que comete crímenes contra la humanidad o crímenes de guerra acepta la acusación, siempre está la coartada de luchar contra el terrorismo o de defenderse de un enemigo real o incluso inventado, por algo ningún ministerio de la guerra se llama "de ataque", todos son ministerios de defensa. Estamos en un mundo en que muy frecuentemente el agresor se hace la víctima, y la víctima en este caso es un Estado que practica el terrorismo invocando su "derecho a defenderse".

Para apoyar ese derecho a defenderse sin ninguna cortapisa y poner en marcha operaciones criminales en masa contra civiles, hay que considerar al enemigo como infrahumano, lo que hemos visto también en declaraciones del ministro de defensa israelí, Yoav Gallant, tratando a los palestinos como animales humanos. En este sentido, Esteban Beltrán, director de la sección española de Amnistía Internacional, uno de los mayores expertos del mundo en derechos humanos y en violaciones de los mismos, declaraba la semana pasada que el Gobierno israelí (entiendo que puede extenderse a los gobiernos israelíes, no solo al actual) considera a los palestinos un pueblo inferior. Deshumanizar al enemigo permite evitar problemas de conciencia en los que perpetran o apoyan prácticas genocidas. Ha ocurrido cientos de veces en la historia y es uno de los diez pasos que señala el Observatorio del Genocidio (www.genocidewatch.org).

Y otro ingrediente no despreciable en este tipo de acontecimientos y/o procesos es el factor religioso. El estado de Israel intenta legitimar su ocupación del territorio en un relato bíblico, o sea, ficticio, mítico, una leyenda. Por su parte, Estados Unidos, su guardaespaldas, no está muy lejos de la argumentación religiosa: en una entrevista al economista estadounidense Michaed Hudson publicada recientemente, este decía que "es casi un fervor religioso lo que hoy uno encuentra en el Consejo de Seguridad Nacional y en la CIA. Realmente creen que Dios está de su lado. No hay que extrañarse, esto es lo que ocurría en la Edad Media, donde cada país pensaba que Dios estaba de su parte".

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La amnistía como oportunidad y no como un mal trago que pasar https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77304/la-amnistia-como-oportunidad-y-no-como-un-mal-trago-que-pasar/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77304/la-amnistia-como-oportunidad-y-no-como-un-mal-trago-que-pasar/#respond Mon, 23 Oct 2023 21:03:53 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77304 Continuar leyendo "La amnistía como oportunidad y no como un mal trago que pasar"]]> La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz (2d), el líder de Junts y eurodiputado, Carles Puigdemont (2i), el dirigente de En Comú Podem, Jaume Asens (1i) y el eurodiputado Antoni Comín (1d) durante un encuentro en el Parlamento europeo, a 4 de septiembre de 2023, en Bruselas (Bélgica). SUMAR
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz (2d), el líder de Junts y eurodiputado, Carles Puigdemont (2i), el dirigente de En Comú Podem, Jaume Asens (1i) y el eurodiputado Antoni Comín (1d) durante un encuentro en el Parlamento europeo, a 4 de septiembre de 2023, en Bruselas (Bélgica). SUMAR

Durante las últimas semanas, la incapacidad de los bloques de la derecha y de la izquierda para alcanzar la mayoría de diputados y diputadas necesarias para una investidura ha reabierto un debate que hasta ahora parecía imposible: que el PSOE aceptara la posibilidad de una amnistía. Cual refranero castellano, de la necesidad se ha hecho virtud. De esta forma, el imperativo de conseguir los votos de Junts para no repetir elecciones y lograr la ansiada investidura de Pedro Sánchez ha desbloqueado, supuestamente, la posibilidad de una amnistía en Catalunya. No es una propuesta nueva: ya en la pasada legislatura, la CUP trasladó una propuesta de ley en este sentido que fue rechazada por la Mesa del Congreso con los votos de PP, Vox y del propio PSOE. Por si alguien tenía alguna duda de que en política no hay imposibles, sino más bien voluntad política o ausencia de la misma. Igual conviene recordarlo la próxima vez que nos digan que no se puede derogar la Ley Mordaza.

Pero antes de hablar de contenido, parémonos un momento en la aritmética que enmarca todo este proceso. Si algo ha quedado patente entre las y los votantes de izquierdas en estas negociaciones para formar gobierno, es la total subordinación de las fuerzas llamadas progresistas a los dictados del PSOE. Hasta el momento, la imagen que se ha transmitido desde las fuerzas coaligadas en Sumar es la de un cheque en blanco en forma de apoyo para la investidura de Sánchez a cambio de reeditar sus sillones en un futuro gobierno de coalición. Esta actitud está diluyendo la posición de las fuerzas parlamentarias a la izquierda del PSOE, relegando la negociación exclusivamente a un asunto entre Junts y el PSOE, lo cual permite a su vez a la derecha rearmarse narrativamente y tomar la calle agitando la neurosis identitaria españolista. Un bloque conservador que está construyendo un marco reaccionario que obliga al conjunto del bloque de la izquierda a situarse a la defensiva. Y esto es un desastre ante cualquier escenario: tanto para formar un nuevo gobierno de coalición, que nacerá sin esperanzas, débil y aún más dependiente de las políticas socioliberales del PSOE; como si se repiten elecciones, en las que la izquierda obtendría, muy posiblemente, un peor resultado que en el 23J, allanando la investidura de un PP aupado o coaligado con la extrema derecha.

En este clima, las últimas intentonas tanto de Sumar como de sus partidos coaligados de dar una cierta imagen de independencia del PSOE aparecen ante la opinión pública más como una ópera bufa que como un intento real de zafarse del abrazo del oso del PSOE en el que el gobernismo acrítico les ha llevado. Solo la guerra abierta en Palestina ha devuelto a Podemos, con las horas contadas en el gobierno, una imagen de independencia de los dictados de Pedro Sánchez. Eso sí, qué ausente ha estado esa posición combativa y de principios por parte de las y los ministros de Unidas Podemos estos últimos años. Por ejemplo, cuando se cambió la política exterior en favor de los intereses del ocupante marroquí en el Sáhara Occidental o cuando se asesinaron a más de 40 personas a palos en la valla fronteriza entre Nador y Melilla.

Pero volvamos a la amnistía. Porque ni el destino está marcado de antemano ni solo hay un tipo de amnistía posible. A no ser, claro, que nos mantengamos como meros espectadores pasivos de la negociación. Porque una amnistía negociada en los despachos de Ferraz y Waterloo supondría un paso más en la restauración del orden del régimen del 78. Una operación de cierre de ciclo que lleva tiempo en marcha, que sigue quemando etapas y que está deseando apuntarse un borrón y cuenta nueva para seguir como si nada hubiera pasado. Ese es el escenario de regreso a la "estabilidad institucional" que tanto desean las élites económicas, más allá de la teatralización de la derecha españolista. Unas élites deseosas de pasar página para seguir con el business as usual, dejándoles la factura de estos años de judicialización de la política a cientos de activistas .


Por eso mismo, lo primero que tenemos que hacer es alzar la voz para que no solo se escuchen los gritos de la derecha en todo este proceso. Y esto pasa por no aceptar pasivamente una eventual ley de amnistía que abandone a la suerte del sistema jurídico a miles de catalanas y catalanes que pusieron su cuerpo para defender la libre autodeterminación. Pero tampoco a miles de militantes y activistas sindicales, antifascistas, del movimiento feminista o de  la vivienda, cantantes y demás personas que se enfrentan a multas y penas de cárcel. Como los "seis jóvenes de Zaragoza" que se encuentran en estos momentos condenados a siete años de prisión por plantar cara en las calles de su ciudad a la extrema derecha, a la violencia y a los montajes policiales propios supuestamente de otra época.

Alzar la voz pasa por levantar una propuesta propia. Una que no caiga en la permanente ensoñación liberal de una posible alianza con los poderes del Estado, especialmente la policía y la judicatura, para conseguir avances democráticos a cambio de tenderles la mano y regalarles una amnistía a los policías que cargaron y asaltaron colegios electorales durante el 1 de octubre de 2017. Esta hipótesis se ha demostrado a lo largo de estos años tan errada como irrisoria. Por algo son precisamente la Policía y la judicatura la punta de lanza del movimiento reaccionario. Así pues, resulta fundamental que aprovechemos el actual debate sobre la amnistía como una ventana de oportunidad política para construir un bloque social y político con los sectores populares del conjunto del Estado que se resisten a la restauración programada del régimen y que permita mantener abierta la grieta destituyente que mostraron tanto el 15M como el 1 de octubre.

Además, es fundamental ligar esta reivindicación de amnistía con dos cuestiones claves, por un lado con la desjudicialización del conflicto catalán y con la necesidad de avanzar en su solución política mediante un referéndum de autodeterminación y, por otro lado, con la derogación de la Ley Mordaza y del código penal agravado, medidas que cercenan las condiciones para enfrentar la pérdida de derechos, la criminalización de la protesta, la crisis climática y la ofensiva reaccionaria e imperialista que recorre el globo. Porque de poco sirven las bonitas intervenciones parlamentarias o los envalentonamientos ante la prensa y las redes sociales, si luego se limitan las herramientas de lucha que hacen posible que el conjunto de la izquierda y la clase trabajadora avance. La vigencia de la Ley Mordaza constituye un claro freno a los repertorios de acción colectiva del que se dotan las organizaciones y los movimientos sociales para poder enfrentar las peleas de nuestro tiempo y las que vendrán. Si se está en condiciones de gobernar o de condicionar quién y cómo gobierna, hay que acompañar los discursos con acciones concretas.


No cabe duda de que la amnistía se ha desvelado como el verdadero nudo gordiano de estas negociaciones de investidura. El problema es que para el conjunto de la izquierda progresista con presencia en el Congreso, esta posible amnistía no parece ser un mecanismo para avanzar en la conquista de derechos, sino más bien un mal trago a pasar para tener ministros en el gobierno. La derecha lo sabe y por eso se lanza a la ofensiva sin dudarlo. Sabe que cuenta con el monopolio de la disputa, porque a la izquierda de quienes negocian no hay nadie ni se le espera. Y esto no puede ser. Mientras no consigamos cambiar este guion, poco podremos esperar de estas negociaciones. Por eso es necesario alzar la voz.

No podemos aceptar una propuesta de amnistía que no incluya a todas esas personas que en los últimos años han sido judicializadas y represaliadas por luchar. Porque luchar por una amnistía que incluya a todas es también luchar contra el retroceso de nuestros derechos. Una amnistía para todas y todos supondría una victoria que liberaría de la carga de la represión y la coerción a cientos de luchadoras. Pero también contribuiría a recuperar la confianza en las propias fuerzas para salir de esa condición de espectadores pasivos y romper con la insoportable inercia defensiva ante la derecha. Pero todo esto requiere  que nos tomemos la actual negociación de la amnistía como una oportunidad abierta a disputar y no como un mero trámite precocinado que pasar para reeditar un gobierno de coalición que no haga más que reeditar las mismas impotencias y renuncias que ya sufrimos.

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La causa palestina es la causa por una Europa democrática https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77259/la-causa-palestina-es-la-causa-por-una-europa-democratica/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77259/la-causa-palestina-es-la-causa-por-una-europa-democratica/#respond Mon, 23 Oct 2023 05:10:15 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77259 Una manifestación organizada por musulmanes estadounidenses por Palestina pidiendo un alto el fuego en Gaza, en Washington, EEUU, a 21 de octubre de 2023.
Una manifestación por Palestina organizada por musulmanes estadounidenses pidiendo un alto el fuego en Gaza, en Washington, EEUU, a 21 de octubre de 2023. — Bonnie Cash /REUTERS

Europa se ha definido históricamente a sí misma como faro democrático del mundo. La cuna que ofreció un terreno fértil para la proliferación de las ideas ilustradas, el Estado de Derecho y la organización social en torno a la primacía del poder del pueblo que, orgullosamente, acabó germinando en el resto del mundo. Un mito fundador al que la formación de la Unión Europea añadió el principio de la búsqueda de la paz entre los pueblos después de la conmoción de la Segunda Guerra Mundial. Europa podía ser una potencia en declive en lo militar e incluso en lo económico, pero dichos valores le otorgaban una razón de ser en el mundo.

De un tiempo a esta parte, esta idea entró en crisis a causa de los recortes en nuestro Estado del Bienestar, la imposición de la tecnocracia a las urnas, la gestión inhumana de la crisis de refugiados o el auge de la extrema derecha. Una crisis existencial que, en los últimos años, ha provocado, por un lado, la proliferación de discursos a favor de una vuelta a las raíces católicas de Europa, alimentando el relato de la guerra de civilizaciones. Por el otro, una sobreactuación en lo referente a la guerra de Ucrania, cuyo conflicto ha llegado a plantearse, en palabras de Ursula von der Leyen, como "una guerra de la autocracia contra nuestras democracias". Una democracia, en este sentido, siempre definida como un cierre de filas en torno a lo que es hoy la Unión Europea y no en los principios abiertos que la inspiraron o en la posibilidad de su refundación.

Ha hecho falta menos de un año para que este intento desesperado por recuperar una identidad europea que fuese, de nuevo, fuente de legitimidad y consenso, saltara por los aires. Hoy, las mismas élites europeas que se habían encomendado salvar la democracia son las que están apoyando un Estado como Israel que tacha de "animales humanos" a la población palestina.

Mientras tanto, el faro democrático de la Unión Europea no solamente ha dejado de alumbrar al mundo, sino que ha redirigido el foco contra su propia población prohibiendo manifestaciones de apoyo a Palestina en países como Francia, Alemania y Reino Unido. Países que, bajo la memoria de expiar sus pecados contra el pueblo judío, van camino de ser aliados de un nuevo genocidio a la vez que degradan sus propias democracias aniquilando principios básicos como el de expresión o manifestación.


En el país de la ilustración y las ideas republicanas se ha detenido a dos dirigentes regionales de la CGT acusándolos de apología del terrorismo por difundir material de apoyo al pueblo palestino. A su vez, miembros del Partido Republicano del mismo país han llegado a proponer que se le retire la nacionalidad francesa al jugador de fútbol Karim Benzema por hacer un tuit, y diputados como Manu Pineda, de Izquierda Unida, han sufrido la prohibición de salir a la tribuna del Parlamento Europeo con el pañuelo palestino.

Todo esto nos lleva a una conclusión: bajo los grandes llamamientos a salvar la democracia, la crisis existencial europea se estaba saldando, en realidad, a favor del relato de la guerra de civilizaciones que hoy da alas a la extrema derecha, pero, también, al islamismo radical que en estas actuaciones puede ver la confirmación de todos sus miedos.

Los palestinos están siendo asesinados, y con ellos, la democracia en Europa. En este contexto, las manifestaciones multitudinarias a lo largo y ancho del país a favor de la causa palestina que hemos visto este fin de semana no son solamente un grito de solidaridad frente a la barbarie, son también la mejor expresión que tenemos a nuestro alcance para defendernos contra el giro de unas élites europeas arrojadas al precipicio autoritario de su propia crisis existencial. Son, también, un grito a favor de la convivencia entre los pueblos dentro y fuera de nuestras fronteras que nos permite afirmar que más allá de aquello que nos separa, contamos con unos principios universales que nos unen.


Dentro de unos años, nos preguntaremos cómo el mundo occidental fue capaz de mantener el apoyo a un aliado como Israel que anunció en directo su voluntad de acabar con todo un pueblo. Nos preguntaremos, también, cómo murieron nuestras democracias. Y, sin embargo, dentro del pesimismo, puede que resuenen aún las consignas de millones de personas que en todo el continente dijeron: "no en mi nombre". Es en estas voces donde podremos encontrar, sin lugar a dudas, la esperanza de otra Europa posible.

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Una grieta y mil heridas entre la Unión Europea, Palestina y el Sur global https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77274/una-grieta-y-mil-heridas-entre-la-union-europea-palestina-y-el-sur-global/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77274/una-grieta-y-mil-heridas-entre-la-union-europea-palestina-y-el-sur-global/#respond Mon, 23 Oct 2023 04:06:15 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77274 Dos mujeres palestinas pasan la noche en la escuela de la ONU en Khan Younis, al sur de Gaza. / Haitham Imad (EFE)
Dos mujeres palestinas pasan la noche en la escuela de la ONU en Khan Younis, al sur de Gaza. / Haitham Imad (EFE)

¿Dónde se ubican las posiciones políticas de la Unión Europea sobre Gaza? ¿Cómo nos afecta a quiénes, desde Europa, apostamos por la justicia y derechos globales? Lo confieso: en medio de la masacre, destrucción y continua escalada provocada desde el pasado 7 de octubre de 2023, estas dos preguntas no han dejado de resonar en mi cabeza. Lo han hecho cuando las primeras actuaciones en nombre de la UE fueron realizadas por Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión. Sus condenas a los asesinatos de civiles y personas secuestradas israelíes se convirtieron en una justificación de cualquier tipo de respuesta de Israel sin ningún matiz ni consideración por el derecho internacional ni el derecho internacional humanitario. Su visita, junto a la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, no solo incidió en su postura de apoyo sin matices al Gobierno de Benjamin Netanyahu, sino que no incluyó ninguna reunión ni visita a políticos palestinos.

De hecho, la postura de Von der Leyen fue más extremista que la de Estados Unidos, principal aliado y apoyo de Israel que, a la vez que enviaba más armamento y ayuda militar a Israel, pidió contención y trató de establecer alguna mediación con la Autoridad Palestina y países árabes. También Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, tuvo una postura más ponderada al mostrar su apoyo a Israel pero al pedir que actuara de forma proporcionada y recordar que también las guerras tienen reglas. Además, las posiciones de Von der Leyen contradecían sus discursos sobre la invasión rusa de Ucrania, casi punto por punto, en lo que toca con la decisión de cortar agua y suministro, calificada sólo como crimen de guerra en este caso y no el de las acciones del ejército israelí en Gaza. Por si fuera poco, el comisario húngaro de Vecindad y Ampliación, Oliver Várhelyi, anunció en redes la suspensión de toda ayuda humanitaria y de cooperación con Palestina, vulnerando el código de conducta de la Comisión. 

Ambos fueron corregidos en lenguaje UE: Várhelyi con claridad a los pocos días y la presidenta de la Comisión a través de las conclusiones del Consejo de Europeo. Charles Michel, en nombre de las 27 presidencias y primeros ministros, recalcó el derecho a la defensa de Israel, el respeto al derecho internacional humanitario y el apoyo a la solución política de los dos Estados. También por las palabras del alto representante para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, que expresó que "condenar una tragedia no nos debería impedir condenar otra". El pasado 19 de octubre el Parlamento Europeo aprobó una moción dentro esos términos, pero en la que petición de un "alto el fuego" fue sustituida por una "pausa humanitaria", con durísimas condenas a las acciones contra Israel frente a los profundos lamentos por las víctimas civiles del bombardeo del hospital Al Ahli. En esos márgenes, se entiende la iniciativa de Pedro Sánchez, presidente de España, con otros países europeos y también su participación la fracasada cumbre entre 34 dirigentes europeos y árabes del 21 de octubre, que finalizó sin declaración conjunta pero sí apoyo a la solución de dos Estados, protección de civiles y petición de que la ayuda humanitaria llegue a Gaza. Sirva este prolijo recorrido de los vericuetos de la política de la UE para conocer sus respuestas políticas. También para analizar cómo hemos llegado hasta aquí y las consecuencias de las políticas de la UE, tanto para Palestina y el mundo, como para todos los que vivimos en este continente.

El lento desplazamiento de las políticas europeas basadas en derechos y el auge de la internacional reaccionaria

El desplazamiento de las posiciones europeas se enraíza en décadas de rol secundario en su alianza con Estados Unidos en la apuesta por un proceso de paz entre Palestina e Israel basado en los acuerdos de Oslo. Durante muchos años, la UE ha financiado la solución de los dos Estados, con fondos para la Autoridad Palestina y cooperación, a la vez que incrementaba el comercio y relación con Israel. A la vez, tanto las instituciones comunitarias como sus Estados miembro no han querido ni criticar la mediación deshonesta de EEUU en favor de Israel ni tomar medidas propias, sobre la base del sistema multilateral de Naciones Unidas, para presionar que se cumplieran las bases del proceso de paz. Peor aún, en los últimos tiempos, apostó por apoyar las visiones de quienes creían que un contexto con otros focos de atención mundiales, como los acuerdos de normalización de Israel con países árabes (Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán, Marruecos y en los que esperaba unir a Arabia Saudí) a cambio de comercio e intercambios militares. Los llamados "Acuerdos de Abraham" fueron planteados en los estertores de la administración de Donald Trump con el gobierno más extremista en la historia de Israel. Esta "solución" sin paz ni justicia pasaba por consolidar una ocupación creciente en Cisjordania y Jerusalén Este; un bloqueo colectivo a Gaza desde hace 16 años; el incremento de la violencia en los últimos años, sobre todo, en otras guerras y contra manifestantes pacíficos en Gaza y también de los colonos en Cisjordania y Jerusalén; y la consolidación de un sistema israelí de apartheid reconocido por numerosas organizaciones internacionales, palestinas e israelíes. 

Las causas de las actuales posiciones políticas europeas también se encuentran en la lenta desaparición de sus doctrinas y prácticas centradas en el derecho internacional, los derechos humanos y las soluciones negociadas dentro de la ONU. En apenas 20 años, la UE ha pasado de compartir el marco de una globalización neoliberal con EEUU pero disputarle una visión basada en derechos durante la guerra de Irak, construyendo una imagen de Marte frente a Venus o "fuerza para el bien", como declaraba Javier Solana; a buscar la resiliencia, el pragmatismo basado en principios y su autonomía estratégica en 2016, según Federica Mogherini; y apostar, en último lugar, por una "Europa geopolítica" que usa el lenguaje del poder tras la guerra de Ucrania, según Josep Borrell. En medio de estos cambios de (re)construcción identitaria, las políticas europeas se han visto impactadas por sus propias crisis europeas: económicas, políticas, el Brexit, las batallas políticas por la llegada de personas refugiadas, ante atentados en suelo europeo y por la reconfiguración ante la COVID-19, entre otras muchas. Todas ellas han contribuido a un lento desplazamiento en que las obligaciones del derecho internacional con personas en movimiento han sido monopolizadas por las extremas derechas europeas. También, se han desplazado durante la invasión rusa de Ucrania al dar más peso a gobiernos como el de Polonia, Hungría o países bálticos. Los adalides reaccionarios dentro de la UE no han cesado de crecer con Gobiernos como el de Italia, partidarios por todo el continente y alianzas en las que hasta han logrado aglutinar posiciones antisemitas y antimusulmanas con el apoyo al gobierno de Netanyahu, como las del gobierno de Viktor Orbán.

Consecuencias en clave externa e interna en un momento de graves riesgos

En esta era de crisis múltiples y superpuestas, si la Unión Europea apoya los crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza los efectos serán devastadores en la opinión pública de los países árabes, como ha descrito muy atinadamente Haizam Amirah-Fernández. También, ahondará con el Sur global tras décadas de relaciones económicas asimétricas y doble rasero en conflictos internacionales. En un mundo en que aumentan los conflictos y las guerras en muchas regiones del planeta, en que la competencia y la rivalidad entre EEUU, la UE, Rusia y China no deja de crecer, corremos el riesgo de consolidar bloques basados en la afinidad de alianzas y económicas y destruir el precario sistema multilateral y de derecho internacional creado tras la Segunda Guerra Mundial. Es más, en un momento en que la frontera entre factores externos e internos, política internacional y nacional es cada vez más difusa, los desastres de las masacres en Palestina corren el riesgo de alentar más respuestas autoritarias en la propia UE. En esa línea, podemos inscribir la prohibición del presidente francés Emmanuel Macron de manifestaciones en favor de Palestina, en nombre de la seguridad de su población judía, lo que pasa por hacerles rehenes de la actual política de Netanyahu y volver a recordar a su población musulmana que son ciudadanía de segunda o tercera clase. También, en esa tendencia se inscriben las posturas de los partidos políticos en Alemania y el norte de Europa, presos aún de la culpabilidad de los crímenes del Holocausto, en contraposición de las protestas de muchas asociaciones y personas judías en EEUU. 

Porque más allá de la preocupación por la creciente irrelevancia de la UE en el mundo, como señalaba Ruth Ferrero, recordemos varios hechos que parecen sucumbir en medio de la sucesión de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Ya sufrimos recortes de derechos y sufrimos la tensión de convivencia de personas con diferentes orígenes y religiones tras los atentados de Al Qaeda contra las torres gemelas en Nueva York en 2001 y también en el combate contra los atentados en suelo europeo del autodenominado Estado Islámico. También experimentamos los efectos de la deshumanización, que ha sido la causa de las páginas más tenebrosas de la historia mundial. Hoy, cualquier persona palestina es considerada terrorista, lo que le allanó que se pueden cometer contra ellas crímenes de guerra. Además, la UE debe recordar que comparte no sólo vidas con muchas personas de otros orígenes y religiones, sino fronteras con muchos países árabes, que podrían verse envueltos en una escalada regional, por lo que está obligada a apostar por otro tipo de relaciones políticas, económicas y de seguridad. Y, porque en el torbellino de estas policrisis, si la UE renuncia a promover un mundo basado en las reglas del derecho internacional, aumentarán las amenazas autoritarias.

Por todas estas razones, el tibio desplazamiento de la postura europea es una buena noticia, pero francamente insuficiente. Debemos exigir otras políticas dentro de la UE. Debemos exigir un inmediato alto el fuego, el cumplimiento del derecho internacional humanitario, llevar a la Corte Penal Internacional a todos los culpables de crímenes de guerra en la zona e imponer embargos comerciales y de venta de armas a Israel. A corto plazo, debemos exigir que la UE trabaje para cesar la violencia, para después empezar a trabajar, junto con otros países, para que la comunidad internacional acabe con la ocupación y el apartheid en Palestina. Por justicia con las personas que sufren a diario en Palestina y también por todas aquellas personas, organizaciones, partidos y Gobiernos que apuestan por un bloque de justicia global en esta era de desesperación geopolítica radical, como la calificó Santiago Alba Rico en estas páginas.

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Deberíamos llorar más de lo que lloramos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77250/deberiamos-llorar-mas-de-lo-que-lloramos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77250/deberiamos-llorar-mas-de-lo-que-lloramos/#respond Sun, 22 Oct 2023 05:05:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77250 Una mujer llora durante una concentración por los últimos acontecimientos en Gaza, frente a la embajada Israelí, a 18 de octubre de 2023, en Madrid. Matias Chiofalo / Europa Press.
Una mujer llora durante una concentración por los últimos acontecimientos en Gaza, frente a la embajada Israelí, a 18 de octubre de 2023, en Madrid. Matias Chiofalo / Europa Press.

Hacía mucho tiempo que no lo hacía. Pero, sin poder evitarlo, de golpe me había puesto a llorar en el metro, entre miradas que hacían como que no me veían.

No les acuso de nada. Madrid es así. Lo sé desde hace ya más de treinta años cuando, como adolescente de provincias sureñas recién llegada, descubrí la intimidad en mitad del bullicio, esa particular soledad acompañada.  Ésa que a veces reconforta y otras es completamente desoladora.

Cada vez que me encuentro con alguien en ese trance trato de mirar o no, en función de lo que veo que necesita. Casi siempre es que los testigos nos hagamos los ciegos. Una mirada compasiva puede ser muy inoportuna y convertir el dolor en ira, tras atentar contra esa ley no escrita que contiene el derecho a llorar acompañado en soledad, abrazado etéreamente por los presentes, que pueden hacerlo sin saber, sin querer o sabiendo bien lo que hacen.

A mí me gusta saberlo y tener una mirada disponible para decirle al que sufre que lo sé, por si se presenta esa pequeña rendija que en ocasiones se abre y conecta los habitáculos en que vivimos y nos movemos y en los que, por más que tengamos, cada vez cabe menos.


Pero volviendo al episodio concreto que me lleva a contar esto, esta vez lo distinto era que no lloraba por algo mío, por algo personal e intransferible. Lloraba por algo colectivo que podría afectar a cualquiera. Lloraba por un niño que estaba temblando y no era de frío. Me había asomado a la ventana de mi teléfono, a  la que vamos asomados en esos trayectos, y lo que vi me sacó de repente de todos los compartimentos en los que andamos metidos, como en matrioskas interminables que nos cuidan y nos domestican. Salí de la mía, de la de mi familia, de la de mi círculo, de la de mi ciudad, de la de mi país, de la de la Unión Europea, de la de Occidente y volví a ser solo una persona que llora porque un niño llora y no puede hacer nada para evitar su sufrimiento.

En el vídeo, que dura poco más de un minuto y en el que se habla un idioma que no entiendo, se ve a un niño que no tiene más de cuatro años, cubierto de polvo y de miedo. Un médico intenta comprobar si está herido. Tiene los ojos muy abiertos, contesta más con gestos grandes que con palabras. Dice que está bien con la cabeza pero tiene tal expresión de alerta, de tensión, que casi resulta cómico si no fuera porque su cuerpo entero tiembla. No puede parar de hacerlo ni cuando el médico le dice que ya todo pasó, que está a salvo, que está en el hospital –uno de esos que tampoco se están salvando de ser bombardeados en Gaza–.

Entonces el doctor se da cuenta de que no es su medicina lo que precisa y se lo acerca al pecho y lo arropa con su brazo, le acaricia con su mano cubierta de guante de plástico y lo arrulla con unas palabras suaves a las que el pequeño reacciona llorando desconsolado. Lo que necesitaba era la medicina de llorar abrazado a otro, desprenderse de todo ese miedo sintiéndose acompañado.


No sé por qué esta vez me dio tanto pudor que me vieran llorar. Me levanté como si el asiento tuviera un resorte. Me fui a la puerta aunque faltaba mucho para mi parada y me puse a mirar la oscuridad a quince centímetros del cristal, donde no dejaba hueco para ninguna mirada. No quería verme llorar pero me vi reflejada. Estaba avergonzada. Quería tapar que soy un ser humano y que la admisión de las guerras que hacemos, o dejamos que hagan, nos aleja de ser lo que somos.

Una vez fuera del vagón, rehecha, caminando por nuestro hormiguero subterráneo, de vuelta a las cápsulas que me contienen y me forman y deforman pensé en si soy antisemita por querer proteger a los niños palestinos que están viviendo el infierno en estos momentos, ejercido por un presunto país demócrata y civilizado, apoyado por las instituciones que defienden la legalidad en el mundo, pues sea, aunque sentiría y pensaría lo mismo si el niño fuera judío.

Además, pensé que si quienes están dando los carnets de antisemita –González Pons, Ayuso y otros del PP– son los defensores y descendientes de Isabel la Católica, que echó de España a todos los judíos, es que esos carnets son de coña.


Realmente, concluí: dentro o fuera de nuestros cubículos deberíamos llorar más de lo que lloramos, ya sea de pena, de impotencia o de risa sarcástica.

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'Múnich', alarma y la producción de pánico https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77222/munich-alarma-y-la-produccion-de-panico/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77222/munich-alarma-y-la-produccion-de-panico/#respond Sat, 21 Oct 2023 05:06:57 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77222 Imagen de la película 'Múnich'
Imagen de la película 'Múnich'

Steven Spielberg dirigió Múnich cuatro años después de los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas y apenas dos años después del inicio de la Guerra de Irak. Fue una llamada de alerta, de atención y de reflexión sobre los que estaba pasando en Estados Unidos y en el mundo. La película, de hecho, termina con un plano de las torres.

El argumento de Múnich sigue el atentado perpetrado por la organización terrorista Septiembre Negro contra la delegación israelí en las olimpiadas de Múnich de 1972 y la ofensiva posterior del Estado de Israel. Específicamente, un comando del Mossad que tiene la misión de encontrar y matar a los once miembros de Septiembre Negro que han formado parte del atentado sea de forma directa o financiándolo.

El pasado 7 de octubre, Hamás realizó un terrible atentado contra población civil en Israel en una operación combinada con varios frentes. Hay muchas imágenes horribles de aquel día pero de las que he visto (las que he sido capaz de ver) la imagen de los terroristas bajando en parapente y disparando sobre la población civil, sobre todo jóvenes que bailan en un festival de música, es la que más me ha impactado.

Como me impacta cada vez que, quiera o no, el scroll en la pantalla de mi móvil me devuelve a algún niño palestino absolutamente aterrorizado o a un padre tirado sobre el cuerpo de su hijo, o un periodista que pierde la compostura en un directo y empieza a llorar. O cuando veo las imágenes de un edificio venirse abajo por un misil.

Hace pocos días terminó el festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges. Este año se celebraba el sesenta aniversario del estreno de Los Pájaros, la película de Hitchcock. El lema del festival era "Sesenta años mirando al cielo con miedo". No me quito esa frase de la cabeza.

He leído a gente que dice que es terrible que haya un festival de música a pocos kilómetros de la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, pues eso y no otra cosa es hoy la franja de Gaza. Es cierto. Es terrible. Pero nosotros vivimos a apenas unos kilómetros de un mar donde el régimen de fronteras asesina cada día a migrantes y seguimos bailando. Todo el planeta vive y baila en medio de horrores y nadie debería morir por "vivir con ello" o por "mirar hacia otro lado" o por no saber lo que pasa al lado de tu casa.

Ayer estaba con un amigo que me comentó que esa mañana su madre le había enviado un mensaje en el que le alertaban de que el Gobierno había aumentado el nivel de alerta terrorista a 5. Le había llegado por WhatsApp. Tenía toda la pinta de ser un bulo. Lo era. Había salido de la fábrica habitual de bulos que empieza en algunas cuentas de X y grupos de Telegram. Después había pasado a los medios de comunicación que amplifican los bulos y de ahí a las televisiones. El Ministerio de interior se vio obligado a aclarar que desde 2015 el nivel de alerta en España es de 4.

Alguien fabricó un bulo con un único objetivo: que tuviéramos miedo. Meternos más miedo.

Y tiene sentido. Cuando tienes miedo estás menos dispuesto a escuchar matices y tiendes a agruparte para defenderte. Hay gente en este país que dedica una cantidad importante de su tiempo en que tengamos miedo, pero lo que haces para combatir el miedo cuando tienes miedo no hace que sientas menos miedo. Múnich habla de eso, también.

Las guerras fruto del miedo y la sed de venganza no han hecho el mundo más seguro jamás. La operación militar de Israel en Palestina no va a hacer del mundo un lugar más seguro.

Creo que el atentado de Hamás operaba también en esa lógica. Creo que el tipo de imágenes que pretendía evocar es un tipo de terror muy concreto, creo que operaba en el peligroso filo de la "Guerra de civilizaciones". Creo que, entre otras cosas, pretendía utilizar el miedo para separar en lo posible las redes de apoyo a Palestina de Palestina. No creo que, visto lo sucedido en estos años, la sociedad civil palestina espere nada de Estados Unidos o de Europa, pero precisamente por eso me alegro de las movilizaciones que apoyan a Palestina en Europa y Estados Unidos y espero que duren y crezcan, porque creo que tenemos la obligación y la responsabilidad de hacer el mundo un lugar más seguro y tengo el convencimiento de que no se consigue ni con atentados terroristas, ni con bombardeos, ni con bulos.

Los integrismos y los fanatismos, las extremas derechas del planeta, los menos que siempre pueden coger de rehenes a los más, están deseando matarse entre sí. Su razón de ser es matarse entre sí. No tienen dudas. No vacilan. Te llaman equidistante porque están en una guerra y sólo quieren que elijas bando.

Lo mejor que podemos hacer es no cometer el error de pensar que no hemos elegido ninguno. Hemos elegido el mismo en el que estuvimos siempre: el de la sociedad civil internacional. El de quién no tiene forma de defenderse. El bando de quién entiende que nadie merece morir por nacer en Palestina o bailando en un rave.

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La agenda social, decisiva https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77241/la-agenda-social-decisiva/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77241/la-agenda-social-decisiva/#respond Sat, 21 Oct 2023 04:54:26 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77241 Continuar leyendo "La agenda social, decisiva"]]> La agenda social, decisiva
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez; la portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social en funciones, Yolanda Díaz, conversan durante el pleno de investidura del líder del Partido Popular, en el Congreso de los Diputados, a 27 de septiembre de 2023, en Madrid (España). Eduardo Parra / Europa Press

Una vez derrotada la investidura derechista de Núñez Feijóo y comprobado su insuficiente respaldo parlamentario, se ha iniciado el proceso de negociaciones del complejo campo progresista, democrático y plurinacional para la investidura alternativa del socialista Pedro Sánchez para la presidencia del gobierno, junto con un pacto, al menos mínimo, para el inicio de la legislatura bajo un Gobierno de coalición progresista entre el Partido Socialista y la coalición electoral Sumar.

Un acuerdo de investidura y gobernabilidad básico y a medio plazo

Dada la composición parlamentaria y el papel determinante de los grupos nacionalistas periféricos, particularmente vascos (PNV y EH-Bildu) y catalanes (ERC y Junts), ha pasado a primer plano político-mediático la crisis territorial y la articulación de la plurinacionalidad, particularmente, la superación de la unilateralidad del procés, mediante una amnistía política, con la desjudicialización del conflicto y el refuerzo de la convivencia, y la posterior negociación sobre el estatus del autogobierno de Catalunya y sus relaciones con el Estado.

Es el campo de la oposición visceral de las derechas del PP y VOX, con el discurso tremendista de que ‘se rompe España’, con el objetivo de impedir y desgastar a un nuevo gobierno de progreso, e intentar recuperar el poder gubernamental mediante unas nuevas elecciones generales. Las negociaciones para ese acuerdo son complicadas, pero el resultado probable es la conformación de un Gobierno de coalición progresista, con la garantía de una gobernabilidad básica, al menos, a medio plazo.

Frente a la involución política y socioeconómica que representan las derechas, existen bases para compartir una gobernanza para toda la legislatura con beneficios para todas las partes y el conjunto del país. No obstante, la estabilidad institucional es frágil y está sometida a las expectativas de Junts por su estrategia para recuperar la hegemonía institucional en el Govern la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas de Cataluña, con un discurso independentista más duro que el de ERC, con la legitimación de su relato.

Por otro lado, el propio Partido Socialista trata de consolidar su estatus de fuerza hegemónica gubernamental y ensanchar su campo electoral. Aparte de contener a las derechas extremas, necesita pactar con los otros dos bloques, nacionalistas y a su izquierda, sin descartar el incremento de su autonomía respecto del primero y sus exigencias soberanistas y reforzar su primacía en relación con Sumar y Podemos y sus demandas transformadoras, para conseguir otros reequilibrios representativos más favorables para su centralidad política y, en su caso, contemplar el agotamiento de la legislatura y adelantar las elecciones generales.

Además, estamos en un contexto de nubarrones económicos, con una tendencia hacia la vuelta a la contención fiscal, la devaluación salarial y el freno a los derechos sociales y laborales, y de empeoramiento de los conflictos geopolíticos -aparte del de Rusia/Ucrania que sigue vivo-, con el inmediato de la desproporcionada venganza del Estado israelí al ataque de Hamás, con una ocupación de Gaza y Palestina, sin respetar el derecho internacional y cometiendo crímenes de guerra y una limpieza étnica, con el peligro de su generalización regional.

Por tanto, descartadas ahora las elecciones anticipadas, existen dos hipótesis sobre el carácter del probable acuerdo parlamentario democrático y plurinacional. Una es un compromiso solo de investidura, con la inestabilidad inmediata sobre la gobernabilidad. Otra, un pacto completo y sólido de legislatura, entre las tres partes -socialista, nacionalista y Sumar/Podemos- que garantice el grueso de las políticas públicas, presupuestarias y de reforma del Estado.

El punto intermedio es el más realista. Existen condiciones positivas e incentivos para las tres partes, aunque estén combinadas con la percepción particular sobre los distintos intereses políticos y la expectativa de los reequilibrios representativos que añaden la dificultad para forjar un compromiso firme y duradero. Así, frente a los augurios de las derechas, no es descartable una gestión razonable del nuevo Gobierno progresista, con presiones y tensiones variadas pero con un apoyo parlamentario suficiente. Al menos hasta que se vayan clarificando las incertidumbres sociopolíticas y económicas, las estrategias de los distintos actores y los procesos de legitimidad social y apoyo cívico a la nueva trayectoria de progreso, a contrastar en las próximas elecciones europeas de primavera y, sobre todo, en las autonómicas, catalanas, vascas y gallegas, del próximo año.

Una reforma sociolaboral ambiciosa

Hace unas semanas, en el artículo "Reforma social y territorial", exponía las claves y la interacción entre los dos ámbitos, como el desafío político y democrático para afianzar el campo progresista y ganar credibilidad ciudadana. La nueva legislatura es una oportunidad para abordar la reforma democrática y federal del Estado y, en particular, la convivencia y el encaje de Catalunya. Sin embargo, avanzar en esa tarea legítima e histórica no debe oscurecer o relegar el otro reto fundamental para la sociedad, especialmente para las capas populares: una reforma social que, en muchos aspectos, es complementaria del refuerzo de la articulación territorial y sus competencias distributivas y protectoras.

En particular, es imprescindible el refuerzo de la sanidad y la educación públicas y el conjunto de las políticas sociales frente a la vulnerabilidad social. Igualmente, aunque también se hayan dado pasos significativos en la anterior legislatura, se deben mejorar la cantidad y la calidad del empleo -salarios, jornada...- junto con la protección frente al desempleo y el avance en los derechos laborales y sindicales, así como la mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la población -alimentación, vivienda, transporte, sostenibilidad medioambiental...-

No los detallo, solo aludo a la imprescindible reforma fiscal progresiva para dar suficiencia presupuestaria a ese refuerzo necesario del Estado de bienestar, en su triple función protectora, educativa y distributiva, clave frente a la estrategia neoliberal de las derechas de su privatización, deterioro y segmentación.

Dos aspectos, por su especificidad, caben añadir: la perspectiva de género en la reforma social y laboral, y el tratamiento integrador e intercultural de la inmigración y la diversidad étnica y cultural. Ambos exigen un enfoque multidimensional pero son interdependientes de una reforma social en profundidad.

Respecto de las políticas feministas, en la legislatura pasada se ha avanzado en los derechos para las mujeres y colectivos LGTBI y es preciso consolidarlos e implementarlos, en especial en todas las medidas preventivas y protectoras frente a la violencia machista diseñadas en la ley del ‘solo sí es sí’. También se han aprobado medidas específicas en ámbitos como los permisos laborales y la conciliación familiar o políticas transversales con especial beneficio para las mujeres (e inmigrantes), como la legislación contra la precariedad laboral o el SMI.

Pero hay dos elementos con claras insuficiencias: persiste la segmentación laboral por sexo (y origen étnico), así como el sobreesfuerzo femenino en las tareas de cuidado, agudizado por las deficiencias de servicios públicos -desde escuelas infantiles a ayudas a la dependencia...- junto con desventajas enquistadas respecto de los varones, sin paridad distributiva, de estatus y de reconocimiento.

Esta legislatura debiera constituir un impulso feminista por la igualdad de mujeres y varones, incluso con una nueva normativa global que agrupase y articulase el conjunto de medidas reformadoras en este variado campo igualitario y superase la vigente Ley de Igualdad que ha manifestado sus límites. Por supuesto, se necesitaría la participación del movimiento feminista y una estrategia institucional firme que parece dificultosa si se confirma el traslado del Ministerio de Igualdad al área socialista y su prioridad por un feminismo moderado, que añadiría distancia respecto de la amplia marea feminista de estos años por cambios igualitarios reales.

Riesgos y desafíos para un proyecto de progreso

 Ya he mencionado algunas dificultades para la acción progresista del nuevo Gobierno de coalición derivadas de la estrategia de bloqueo y desgaste de las derechas y los poderes fácticos correspondientes y la de un panorama económico, europeo y geopolítico complicado, así como la complejidad de los acuerdos entre las tres partes que configuran la mayoría parlamentaria democrática y plurinacional. Dejando aparte la evolución del conflicto nacional en y con Cataluña y la crisis territorial, comento el principal riesgo de tensión política del proyecto gubernamental que podría conllevar cierta frustración cívica y el posible fracaso electoral venidero para las izquierdas.

Se trata, siguiendo el hilo conductor de esta reflexión, de la falta de impulso transformador en la necesaria reforma social y laboral. El riesgo es el del continuismo impuesto en esta materia por el mayoritario Partido Socialista. Bajo el liderazgo de Pedro Sánchez ha demostrado suficiente capacidad adaptativa y confrontación con las derechas para incrementar su apoyo social y electoral y definir una dinámica más adecuada y renovada a los desafíos actuales.

No obstante, ya se anuncian los pretextos y los relatos que justificarían esa inacción reformadora. Además de las dificultades antedichas está la insuficiente determinación de la dirección socialista sobre la dimensión transformadora de esta reforma social. Esa inclinación centrista no es nueva. Ya se produjo en la anterior legislatura -y mucho más en la etapa anterior-, amparada en una estrategia socioliberal y la geometría variable de las alianzas políticas con su derecha distanciándose de unas políticas y las alianzas con las izquierdas, incluidas las nacionalistas, incluso con el incumplimiento de aspectos del acuerdo gubernamental con Unidas Podemos.

Esa inclinación continuista conllevaría los intentos de una mayor subordinación de la coalición Sumar y un deterioro de la afinidad gubernamental de sectores de izquierda o, simplemente, frustrados ante la perentoriedad de sus necesidades básicas desatendidas. Y sabemos que la capacidad manipuladora de las derechas extremas puede afianzar esa desafección hacia las fuerzas progresistas.

No basta solo con cierto énfasis retórico sobre la prioridad de este campo sociolaboral, sino que es necesario un plan detallado y ambicioso de cambio social y laboral, desde el propio acuerdo gubernamental y el acceso a la gestión institucional correspondiente. En ese sentido, tiene una gran responsabilidad la coalición Sumar, como referente fundamental, junto con los sindicatos y los grupos y movimientos sociales vinculados con esta diversa problemática, y en colaboración con las izquierdas nacionalistas, para un cambio sustantivo en este ámbito.

Por otra parte, la estrategia de diálogo social, particularmente con la patronal de la CEOE, puede acentuar sus límites para pactar progresos significativos, para lo que habrá que contar con la activación del movimiento sindical y otros agentes sociales y articular las mayorías parlamentarias necesarias. Además, hay que contar con que las derechas nacionalistas (PNV y Junts) deben medir sus pautas neoliberales y avenirse a medidas de progreso ante el fuerte emplazamiento con las izquierdas en sus territorios y la competencia electoral próxima.

Pero, además de responsabilidad específica para la coalición Sumar -incluido Podemos-, se ventila la credibilidad transformadora, en este campo, de esa izquierda alternativa con un perfil diferenciado y más exigente que el propio Partido Socialista, con una identidad propia capaz de atraer y ensanchar una base social y electoral en disputa. Al mismo tiempo, en el caso de fracasar en esa trayectoria reformadora de progreso, tendría que hacer frente al riesgo de las tendencias de desafección abstencionista o de pasividad en su base social o, simplemente, de desplazamiento electoral hacia el PSOE al no representar una utilidad adicional para avanzar en condiciones vitales y derechos sociales para las mayorías populares, elemento fundamental de su identidad política.

Por tanto, ese continuismo de la política sociolaboral e impotencia transformadora tiene un riesgo mayor de desencanto cívico para la coalición Sumar que para el propio PSOE, amparado por un mayor aparato institucional y mediático. Sería también un factor de incremento de la división interna de la coalición, en particular entre Movimiento Sumar y Podemos, que necesitan lo contrario, firmeza transformadora, esfuerzos unitarios e incremento representativo. Y poder encarar mejor la próxima etapa.

En definitiva, una agenda social ambiciosa y compartida es decisiva para el avance del país, consolidar las fuerzas de progreso y, en particular, reforzar la izquierda transformadora.

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Cuidar los cuidados: una asignatura pendiente https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77234/cuidar-los-cuidados-una-asignatura-pendiente/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77234/cuidar-los-cuidados-una-asignatura-pendiente/#respond Fri, 20 Oct 2023 11:35:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77234 Continuar leyendo "Cuidar los cuidados: una asignatura pendiente"]]> Cuidar los cuidados: una asignatura pendiente
La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 en funciones, Ione Belarra, interviene en la Reunión de Alto Nivel sobre la Transición de Sistemas de Cuidados hacia Modelos Centrados en las Personas y en la Comunidad, en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, a 18 de octubre de 2023, en Madrid (España). Gustavo Valiente / Europa Press

En las últimas horas se ha celebrado en Madrid una reunión de Alto Nivel en el marco de la presidencia española de la UE que ha respondido a los máximos responsables de la misma con el objeto de abordar en profundidad la cuestión de los cuidados en nuestra sociedad. Reconozco mi sorpresa ante la nula atención dedicada en el debate público frente a lo que se me antoja un asunto esencial que, como sociedad democrática y como estado social, hay que afrontar de manera inaplazable y que exige una reflexión colectiva y trasversal que afecta a la educación, la sanidad, el mundo del trabajo, el urbanismo y la economía.

La tarea de cuidar al otro forma parte de la esencia de la condición humana. es un hecho diferenciador que expresa nuestra naturaleza como ser social y que constituye la estructura básica y primaria de la colectividad que componemos, nuestro modelo social. Las practicas individuales y colectivas destinadas a la supervivencia y el bienestar de los ciudadanos nos define como sociedad. Si lo trasladamos a cifras, asusta pensar que son millones las personas quienes necesitan o necesitamos cuidados alguna vez en la vida, o de manera permanente, millones quienes los prestan, ingentes las perdidas en términos de esfuerzo individual y, desgraciadamente, enormes también los beneficios económicos que arrojan al mercado cuando se privatizan.

Parece que no queremos ver que la feminización de los cuidados es uno de los ejes que sostienen la desigualdad estructural en nuestro país. Tras décadas de lucha feminista, aun ocho de cada diez personas que cuidan son mujeres, con sus correspondientes atribuciones de tiempo, de trabajo no remunerado y, en definitiva, de renuncias. No es que cuidar a quien quieres no produzca satisfacción, es que además de eso conlleva limitaciones en cuanto al trabajo, a las carreras de cotización, al ocio, y repercusiones en la salud mental para los cuidados de larga duración. Una sociedad patriarcal que reproduce esquemas de comportamiento y roles que define como naturales, pero que no son más que una construcción cultural interesada que distorsiona lo que debería ser un reparto igualitario de las tareas. La atención a la familia, las enfermedades y la ancianidad recaen muy mayoritariamente sobre las mujeres de manera solitaria e invisible.

Junto con la sanidad, la educación y las pensiones, los cuidados se erigen en pilar del Estado del bienestar. No es objeto de cuestión que tenemos el derecho y la obligación de cuidar, de ser cuidados y de hacerlo bajo la protección de las políticas públicas decididas y dotadas de recursos. La externalización de elementos tan importantes se relevó en la pandemia como insuficientes y crueles. La tranquilidad en esos momentos no puede ser objeto de negocio, como no es aceptable la institucionalización deshumanizada, ni la soledad o el abandono por falta de recursos.


Los cuidados no apelan a la caridad, sino a los derechos. En concreto, a los derechos humanos y a la Constitución, que nos define como estado social y garantiza la igualdad efectiva y, desde luego, la dignidad de todos nosotros y nosotras. Estos derechos no se cumplirán en tanto haya personas que necesiten ser cuidadas y cuidadoras al borde de la extenuación, tampoco con profesionales del cuidado mal pagados. Es momento de pasar de las estrategias, de los grandes documentos propositivos y de los proyectos piloto a la puesta en marcha de servicios universales y gratuitos que nos permitan salir de este bucle y superar esta asignatura pendiente.

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Exculpar a Israel https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77205/exculpar-a-israel/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77205/exculpar-a-israel/#respond Thu, 19 Oct 2023 18:45:43 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77205 Continuar leyendo "Exculpar a Israel"]]> El presidente de Estados Unidos Joe Biden en Israel. -AVI OHAYON / Europa Press
El presidente de Estados Unidos Joe Biden en Israel. -AVI OHAYON / Europa Press

"Parece que ha sido el otro equipo, no tú", le dice Joe Biden a un Benjamín Netanyahu con cara de pocos amigos. El presidente estadounidense luce una sonrisilla de conejo que desentona bastante con la gravedad del tema y del momento; tanto da que hable de bebés decapitados repitiendo un bulo que su equipo de la Casa Blanca se vio forzado a desmentir a las pocas horas, como que se apunte al "yo no he sido" del gobierno israelí al día siguiente del bombardeo del hospital Al-Ahli en la ciudad de Gaza, la sonrisilla de conejo permanece fijada a la cara del Sr. Presidente como una máscara de Halloween. Y la verdad resulta bastante irritante. Por no decir obscena.

Cuando las terribles escenas de los cuerpos desmembrados, los cadáveres carbonizados,  los lamentos de los heridos, el horror en la mirada de los niños, el desconsuelo de las madres que abrazan, en un último e inútil esfuerzo de protección, el cuerpo sin vida de su bebé, cuando los gritos de los supervivientes y la desolación en el rostro de los médicos que siguen intentando, pese a todo, paliar el dolor que les rodea,  inundan las pantallas de las televisiones y recorren  las redes sociales, las palabras del presidente estadounidense nada más llegar a la región no son de condena, ni siquiera de compasión, son para exculpar a Israel del atroz crimen que ha provocado un clamor de indignación en el mundo árabe y en gran parte de la opinión pública occidental. Así que ahora la tarea es exculpar a Israel.

Por eso conviene recordar que apenas media hora antes del bombardeo del hospital Al-Ahli, una de las escuelas de la UNRWA en el campo de refugiados Al-Magahaz donde cientos de familias habían buscado refugio, también fue bombardeada por Israel, hubo seis muertos y decenas de heridos, una cifra que comparada con las más de quinientas víctimas mortales del ataque al hospital parece irrelevante. Pero no lo es.  El ataque a la escuela de la UNRWA, práctica por lo demás habitual en las anteriores ofensivas israelíes, es crimen de guerra, como lo es disparar contra las ambulancias, más de 20 en estos días, matar a trabajadores humanitarios, 14 empleados de UNRWA muertos, a periodistas, 17 informadores locales muertos, o impedir la entrada de agua, combustible, suministro eléctrico, alimentos y material sanitario a más de dos millones de personas cercadas en una franja de 365 kilómetros cuadrados entre el mar y la valla que separa a Gaza de territorio israelí.

Pero ahora, al parecer, la cuestión clave es determinar quién disparó el misil que provocó la matanza en el hospital Al-Ahli y, dado que ni la versión israelí ni la de Hamás son fiables, habrá que esperar el dictamen de una comisión independiente que investigue sobre el terreno lo sucedido. O sea, cuestión como mínimo de meses, ya que lo más probable, a juzgar por experiencias anteriores, es que Israel no permita la entrada de ningún equipo investigador en el territorio de la Franja o lo dilate tanto que al final la comisión no tenga sentido.


Un ejemplo muy ilustrativo: lo ocurrido en abril del 2002 durante la operación militar "Cinturón defensivo", en la que el ejército israelí ocupó de nuevo las ciudades de Cisjordania, entre ellas el campo de refugiados de Jenin que durante tres semanas fue bombardeado mientras la población permanecía sometida a toque de queda sin siquiera poder socorrer a los heridos que se desangraban en las calles. Cuando los primeros periodistas llegamos allí, los habitantes del campamento escarbaban la tierra sacando cadáveres con las manos, ya que el ejército israelí aún impedía el acceso por carretera a los convoyes con material de rescate y ayuda humanitaria.  El número de muertos, según Israel, no llegaba a los 30, según los supervivientes se contaba en centenares. De modo que el 19 de abril de 2002, un día después de la salida del ejército israelí del devastado campamento, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1405 en la que se pedía al Secretario General que formase un equipo de "clarificación de los hechos".

El 22 de abril, Kofi Annan presentó el equipo que estaba encabezado por el finlandés Mati Ahtisaari. El equipo se reunió en Ginebra con la intención de salir hacia Jenin el 25 de abril.

El gobierno israelí rechazó esa fecha. La salida del equipo se pospuso al 27 de abril.


El día 27, Israel presentó una nueva serie de alegaciones, entre ellas que el tema tenía que ser debatido en la reunión del Comité Ministerial de Seguridad Nacional de su gobierno que, dado que comenzaba el Sabbat, no tendría lugar hasta el 30 de abril.

El 30 de abril el Comité Ministerial para la Seguridad Nacional de Israel emitió el siguiente comunicado: "Israel ha presentado a Naciones Unidas una serie de cuestiones esenciales que requieren ser examinadas detenidamente. En tanto estas cuestiones no se hayan resuelto el equipo de clarificación de los hechos no podrá iniciar su trabajo". El 3 de mayo el equipo que nunca llegó a Jenin fue desmantelado.

Otro ejemplo más reciente es el del asesinato de la corresponsal de Al Jazeera, la periodista palestino-estadounidense Shereen Abu Akleh cuando cubría una incursión del ejército israelí en Jenin. Pese a que los testimonios de los testigos no dejaban lugar a dudas sobre cómo se produjeron los hechos, se tardó casi un año en dictaminar que el autor del disparo mortal había sido un soldado israelí y no milicianos palestinos como Israel alegaba. Para entonces el caso había dejado de ser noticia en los medios.

Un viejo y conocido truco de la manipulación informativa consiste en demorar al máximo el impacto de una noticia negativa para nuestros intereses. Y un modo de demorar ese impacto es primero negar la veracidad de la noticia y cuando eso sea imposible sembrar dudas sobre la autoría del hecho.  Así durante un tiempo la noticia por muy estremecedora que sea quedará en suspenso a la espera de un hipotético futuro dictamen que difícilmente, debido al paso del tiempo, podrá incidir en la realidad en la que los hechos sucedieron.

De modo que no soy muy optimista respecto a la eficacia de una futura comisión independiente, aunque sí creo que hay que exigirla y luchar por ella y forzar a las partes, especialmente a quien tiene poder para boicotearla, en este caso sin duda Israel, a respetar su trabajo y sus conclusiones. Pero no hay que delegar todo en ella. No existe solo la versión de Israel y la de Hamás. Están los testimonios de los supervivientes que pueden examinar los restos del proyectil y determinar si es un misil o un cohete y si la capacidad destructiva del arma empleada se corresponde con uno u otro. Y están sobre todo las circunstancias que acompañaron el ataque.

La misma tarde en la que iba a tener lugar el bombardeo del hospital en la ciudad de Gaza, el ejército israelí había lanzado varias advertencias anunciando que iban a bombardear el hospital Al-Ahli y que este debía ser evacuado inmediatamente. Los médicos y todo el personal sanitario, esos héroes silenciosos que al borde de la extenuación siguen haciendo su trabajo, intentando paliar el horror, rechazaron un ultimátum imposible de cumplir sin poner en riesgo extremo la vida de sus enfermos y sin abandonar a todas las personas que habían buscado refugio en el recinto hospitalario.  El ataque tuvo lugar a las siete de la tarde, hora de Gaza.

Quizás la amenaza que precedió al bombardeo no sea prueba suficiente, pero es un indicio bastante claro. Y es, por sí misma, un crimen.

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Abrid las malditas fronteras https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77181/abrid-las-malditas-fronteras/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77181/abrid-las-malditas-fronteras/#respond Thu, 19 Oct 2023 05:08:08 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77181 Continuar leyendo "Abrid las malditas fronteras"]]> Los servicios sanitarios reciben una patera, en el muelle de La Restinga, a 8 de octubre de 2023, en El Hierro (Foto de arhivo). / Europa Press
Los servicios sanitarios reciben una patera, en el muelle de La Restinga, a 8 de octubre de 2023, en El Hierro (Foto de arhivo). / Europa Press

Doudou Diop. Joven cineasta senegalés. Murió este pasado julio, en un cayuco rumbo a las Islas Afortunadas cuando rodaba el viaje, junto a otros 13 jóvenes. Quería documentar qué supone para un emigrante tomar la decisión de jugarse la vida en una pequeña barca de madera para alcanzar una vida mejor, digna de ser vivida. Fue su último viaje. Su última película.

Ousseynou y Assane. Gemelos. Ambos murieron a finales de septiembre en un cayuco que partió de Kayar, en Senegal. Soñaban con llegar juntos a Europa y comenzar un proyecto de vida seguro. Nunca podrán llevarlo a cabo.

En los últimos días estamos viendo con horror el despiadado ataque masivo al pueblo palestino por parte de un Estado de Israel que no tiene contemplación en asesinar sin discriminación a hombres, mujeres y niños civiles en Gaza, la mayor cárcel del mundo a cielo abierto, que llevan 16 años sitiados y décadas de apartheid, cada vez más hacinados en menos kilómetros cuadrados.

Sin embargo, este hecho, que tiene a gran parte de la sociedad española sin entender cómo la mal llamada "comunidad internacional" (en realidad, es básicamente occidente) mira para otro lado, se pone de perfil o, directamente, defiende que Israel deba cometer crímenes de lesa humanidad en pro de una supuesta autodefensa contra el grupo terrorista Hamás, está haciendo que no se hable, o no tanto como se debería, de la crisis migratoria que en las últimas semanas estamos sufriendo en las costas españolas, sobre todo, las de las Islas Canarias. La llamada ruta canaria.

Son más de 8.500 personas las que han llegado a las islas la primera quincena de octubre. Nunca se habían contabilizado tantas llegadas en una quincena desde que hay registros. De hecho, es el octubre con más llegadas desde hace 15 años. Y representan el 28% de las personas migrantes que han llegado a lo largo de todo el año 2023 a través de la ruta canaria. Otro dato más. 2023 es ya el segundo año con más llegadas de migrantes desde la crisis de los cayucos en 2006. Más de 3.800 menores están acogidos en Canarias. El 6 de octubre, en particular, fue una jornada sin precedentes desde 2020, con más de un millar de personas llegadas en su mayoría a El Hierro, la isla canaria más pequeña y occidental del archipiélago. Antes, los cayucos llegaban a El Hierro por error. Ya no. Se la juegan al todo o nada. Un dato más. Este octubre ha sido también noticia en las islas la llegada de la primera patera del año a La Graciosa, con dos personas a bordo.

Una de las grandes diferencias respecto a la crisis de los cayucos, en 2006, es el punto de partida. Las mafias utilizaban las costas de Marruecos para embarcar a los migrantes hacia Canarias. Con el control actual de esa frontera, los desplazamientos para embarcar se han desplazado hacia el sur, que se une a la inestabilidad sociopolítica de Senegal. Más distancia, embarcaciones "más seguras y grandes". De pateras a cayucos.

Gráfico de la evolución quincenal de la llegada de personas a Canarias 2020-2028
Gráfico de la evolución quincenal de la llegada de personas a Canarias 2020-2028

Esta semana, Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior en funciones, ha viajado a Canarias. Muchas de las instalaciones están desbordadas, pero no de ahora, sino de manera crónica. Las organizaciones llevan mucho tiempo solicitando más espacios y solidaridad del resto del territorio español para hacer frente a la acogida de los migrantes que llegan cada día, más de 20.000 personas a lo largo de 2023.

Como dato de última hora, se han rescatado en las últimas horas a, al menos, 452 personas en 8 embarcaciones, en su mayoría en aguas de Lanzarote.

Grande Marlaska, ministro que ante la Eurocámara afirmó, hace unos meses, que no tenía que asumir ninguna responsabilidad ante el fallecimiento de 23 personas migrantes en la valla fronteriza de Melilla "porque la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado fue proporcional" ha sacado pecho por su gestión, sobre todo, al aumento de las plantillas de la Policía Nacional y Guardia Civil como elemento importante para hacer frente al fenómeno migratorio.

Sin embargo, más control policial dentro y fuera de nuestras fronteras, no soluciona el problema. Es evidente. De hecho, puede conllevar consecuencias peligrosas.

Las vías seguras, legales y ordenadas para facilitar la migración regular y asegurar la protección internacional son escasas. Actualmente, el modelo está centrado en intereses a corto plazo y con una perspectiva que coloca a personas con proyectos de vida legítimos como amenaza. De esta forma, se ha dado una progresiva militarización y externalización de las fronteras en Estados con graves carencias en los sistemas de protección de los derechos humanos. Además, al centrar la mayor parte del presupuesto en la contención militar, no se desarrolla suficiente infraestructura para la acogida digna de las personas migrantes y refugiadas.

Y, por otro lado, la criminalización de la migración se materializa en un recrudecimiento del refuerzo de las fronteras físicas y barreras simbólicas a nivel nacional y en terceros países. La falta de vías regulares para una migración segura dificulta la protección a las personas, en especial las que se desplazan forzosamente y/o con motivo de solicitud de asilo y se fomenta el racismo.

El mundo, tal y como lo conocemos, se ha construido gracias a las migraciones. España, sin ir más lejos, pero también Europa en su conjunto, tendrá que acoger obligatoriamente a miles de migrantes en las próximas décadas para seguir desarrollándose en este mundo globalizado. El envejecimiento de la sociedad europea se acelera.

Hace pocos días, un informe sobre cambio demográfico de la Comisión Europea alertaba de que la sociedad europea envejece rápidamente y la migración se valora como una de las respuestas para mitigar el problema.

El informe asegura que, a partir de 2026, la población comenzará a invertir la pirámide y terminará por ser un 60% de población dependiente y un 40% de población activa a finales de siglo.

¿Qué significa esto? Pues que se pondrá patas arriba el mercado laboral, descenderán las tasas de crecimiento y productividad y decaerá la competitividad.

Una menor mano de obra reducirá la solvencia de las arcas del Estado. Al mismo tiempo, aumentará exponencialmente la presión sobre los presupuestos públicos destinados a sanidad y pensiones, por ejemplo. A su vez, podrían descender, por ejemplo, las inversiones en energías renovables o tecnologías que nos ayuden a combatir el cambio climático.

Sin embargo, hay dos situaciones preocupantes que atañen directa o indirectamente a Grande Marlaska y que urge resolver:

Por un lado, la forma de acogida de los menores extranjeros en desamparo que llegan a través de la ruta canaria a las islas, sin familia. En estos momentos hay más de 3.800 menores acogidos en instituciones, algunos en los macro-campamentos de adultos por no poder demostrar la minoría de edad, al no tener partida de nacimiento u otro documento que lo acredite.

Es necesario que, desde el Gobierno de España, se replantee el proceso de acogida que ahora mismo recae exclusivamente en la región de llegada. La situación es desbordante y absolutamente desigual.

Por otro lado, el reciente acuerdo del Consejo de la UE sobre la regulación de Gestión de Crisis en la cumbre de Granada, durante la Presidencia de España de la Unión Europea.

El Pacto de Migración y Asilo, tal y como está planteado hoy, es una victoria de la extrema derecha. La eliminación del reparto de la responsabilidad con las personas que llegan a Europa es una decisión xenófoba y tremendamente racista, además de poco solidaria con los países que están en primera línea. Los procedimientos acelerados y la creación de campos de concentración (los llamados procedimientos fronterizos) para refugiados es inmoral, ilegal e irresponsable.

Frente a ello, el Pacto de Migración y Asilo debería atajar las verdaderas causas de la migración, facilitar vías legales y seguras y acabar con las devoluciones en caliente. La dejación de funciones de la Unión Europea respecto a sus obligaciones con el derecho internacional lo están supliendo las ONG que salvan vidas en las costas españolas y europeas. Desde 2014, más de 27.000 personas han desaparecido en el mar.

La ES23 tiene la oportunidad de devolver el enfoque de derechos humanos al Pacto Europeo de Migración y Asilo. Petición al Gobierno para que negocie estos procedimientos devolviendo los expedientes al marco de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario para asegurar que las muertes no vuelvan a repetirse.

No son tragedias, no son desgracias. Son muertes que se podrían haber evitado. Son consecuencia directa de la política antipersonas y racista de la UE. La UE en general y España en particular, deben poner solución a esta crisis migratoria que tiene como consecuencia directa la muerte de miles de seres humanos cada año, da igual el mar u océano en el que se produzcan.

Volviendo a Kayar...

De Kayar, al igual que los gemelos fallecidos en septiembre con los que comenzaba este artículo, también es mi querido compañero y amigo, Serigne Mbayé. Pescador de oficio, tuvo que emigrar en un cayuco hacia Europa por la falta de alternativas de vida en su país, con una fuerte competencia y expolio internacional de buques industriales extranjeros, que arrasan con el medio de vida de millones de familias no solo en Senegal, sino en buena parte de África. Afortunadamente, tenemos la suerte de poder escuchar sus vivencias y de que pueda seguir luchando, día tras día, en defensa de todos los migrantes que llegan a nuestras fronteras. Su valentía y su compromiso ha sido recompensado recientemente con una nominación a los Premios Emmy, al mejor documental que lleva por título su nombre "Serigne".

Él tuvo suerte, llegó a Tenerife con vida. Otros y otras, no.

Cartela de la película de Serigne Mbayé.
Cartela de la película de Serigne Mbayé.

Algo positivo en este drama sin fin: la semana pasada fue la semana con más supervivientes desde que hay registros: 4.107 personas.

Open the borders, please...

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Sobre tapices franquistas y relatos que blanquean la historia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77168/sobre-tapices-franquistas-y-relatos-que-blanquean-la-historia/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77168/sobre-tapices-franquistas-y-relatos-que-blanquean-la-historia/#respond Wed, 18 Oct 2023 05:14:16 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77168 Continuar leyendo "Sobre tapices franquistas y relatos que blanquean la historia"]]> Sobre tapices franquistas y relatos que blanquean la historia
Tapiz que rinde homenaje a Franco en la Academia de Zaragoza, donde juró bandera la princesa Leonor.- FACILITADA POR LA ARMH

El tapiz de Bayeux narra la invasión de Inglaterra en 1066 cuando, tras vencer a los anglosajones en la batalla de Hastings, Guillermo el Conquistador se erigió en rey. La pieza de lino de 70 metros de longitud constituye el friso que documenta la genealogía del dominio normando sobre ambas orillas del canal de la Mancha en los albores del segundo milenio. El poder siempre ha mostrado inclinación a representarse a sí mismo en esta modalidad de formato imponente: Carlos V y Felipe II abrigaron los fríos muros de sus alcázares con escenas de episodios de la cruzada contra el infiel o de milagros bíblicos obrados por el Dios que ungía a los reyes taumaturgos. Los Borbones, más mundanos, rebajaron la solemnidad en beneficio de un costumbrismo mistificado visto siempre desde una perspectiva aristocratizante. En cualquier caso, un objeto monumental siempre es una expresión de poder, la gramática de un relato para la posteridad, la condensación de una determinada concepción de la historia.

El hecho de que la ceremonia de jura de bandera de la heredera del Reino de España y futura comandante en jefe de las Fuerzas Armadas se engalanara con un tapiz que exalta al dictador que logró su victoria con el apoyo del Eje es algo más que una desafortunada anécdota. El mismo Calderón de la Barca a quien multitud de teselas cuarteleras rinden tributo por su oda al soldado de los tercios ("Aquí la más principal/ hazaña es obedecer...") sentenció en un soliloquio de La vida es sueño que casualidad es como los necios llaman al destino. Lo sucedido pone de manifiesto que hay un relato de la historia de España que fluye sin hemistiquios. Basta rascar un poco la superficie de cierto aparente adanismo para descubrir las viejas capas de pintura, el permanente empeño en reubicar, como si de un viejo cachivache perteneciente al patrimonio familiar se tratara, cualquier vestigio del franquismo aunque sea de manera descontextualizada, ya sea un tapiz, un ornamento arquitectónico, un mausoleo o un arco de la victoria. Parece como si el carácter totalitario de la dictadura pudiera quedar difuminado en la disposición abigarrada propia de un gabinete de curiosidades.

Consustancial a la técnica del blanqueo es la argucia de conmemorar al hombre anterior al resto de su vida pública, la que verdaderamente definió su trayectoria y la de todo el país que la sufrió. No exime de responsabilidad la coartada de que el texto rece "Segunda época, 20 de febrero de 1927, General Franco". El truco ya se gastó en el monumento que en Melilla lo homenajea en su etapa de comandante. Sigue siendo tan grotesco como si en una parada del Euroejército se exhibiera un leibstandarte con la leyenda "A.H. acuarelista vienés", una fotografía oficial del "héroe de Verdún" o un littorio rodeado de la cartela "periodista Mussolini".

Quien sea el responsable del homenaje retrospectivo es consciente de que pretende sortear las proscripciones contempladas en la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática: "Cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados o colocados en edificios de carácter público, las instituciones o personas jurídicas titulares de los mismos serán responsables de su retirada o eliminación [...] A tal fin, no podrán mostrarse en lugares representativos, [...] espacios comunes de uso, ni en áreas de acceso al público". Igual que de la segunda etapa de la Academia en 1927 se podría haber presumido de la tercera época de la institución -la actual-, inaugurada en 1940 por el mismo personaje tras el paréntesis republicano. La finta de esquivar el contexto apunta a una voluntad de fraude de ley sin que, por otra parte, logre algún dividendo en lo que a legitimidad de origen se refiere. Aquella segunda refundación tuvo lugar bajo otra dictadura, la de Primo de Rivera, con el objetivo de galvanizar a la oficialidad en formación en el crisol de los valores africanistas. Nadie mejor que el más significado de sus jefes para imprimir en sus espíritus esa cosmovisión reaccionaria, spengleriana, nutrida de la imagen del pelotón de soldados que siempre y en última instancia salva la civilización. La suya, claro.


Puestos a hacer pedagogía, podrían incorporarse a la narración otros elementos ilustrativos. Por ejemplo, el nombre del jefe de estudios de la Academia y antaño mano derecha de Franco, el general Miguel Campins. Lo malo es que habría que contar que fue fusilado en Sevilla en las primeras semanas de la sublevación por haber considerado Queipo de Llano que su incorporación tardía al golpe era un síntoma de tibieza. Corrió la misma suerte que otros que esmaltaron una larga y brillante carrera militar, pero que no la envilecieron con la traición al juramento de fidelidad al orden constitucional: tal fue el caso de los de los generales Domingo Batet, Miguel Núñez de Prado, Enrique Salcedo y Antonio Escobar que, como el almirante Rogelio Caridad Pita, fueron ejecutados por los sediciosos por negarse a secundarlos o por resistirlos.

Son ellos, y no los que sumieron a la nación en un baño de sangre, los verdaderos héroes a los que el himno de la Infantería debería considerar "dignos de honor y de gloria". El tapiz de la historia de España tiene que seguir incorporando los hilos cortados que contribuyan a completar toda la complejidad de su trama. Para un sociedad avanzada del siglo XXI, es un imperativo cívico. Para quien, al margen de cualquier otra consideración sobre la obsolescencia de la institución, pretenda ejercer la más alta magistratura del estado, es una obligación y un ejercicio de ejemplaridad.

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Gaza, Israel y "el teatro de la aniquilación" https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77157/gaza-israel-y-el-teatro-de-la-aniquilacion/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77157/gaza-israel-y-el-teatro-de-la-aniquilacion/#respond Tue, 17 Oct 2023 21:01:46 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77157 Continuar leyendo "Gaza, Israel y "el teatro de la aniquilación""]]> Gaza, Israel y "el teatro de la aniquilación"
Casas destruidas tras un bombardeo israelí en el este de la ciudad de Gaza, este lunes. Israel advirtió a los ciudadanos de Gaza de que debían desplazarse al sur de la franja antes del inicio de lo que se espera sea una invasión terrestre. EFE/EPA/MOHAMMED SABER

Los árabes saben muy bien que el 11 de septiembre de 2001 no fue más que el preludio de un teatro que, por analogía con el "teatro de la crueldad" de Artaud, podríamos llamar el "teatro del mal". La política exterior de Estados Unidos, hegemónica en el planeta, ha establecido esta dramaturgia. ¿Pero qué teatro está inaugurando Israel con sus agresiones contra los civiles en Gaza? ¿El de la aniquilación, por ejemplo?

Tras unos días en los que la ocupación israelí parecía en estado de shock, los dirigentes israelíes se apresuraron a anunciar que llevarían a cabo una operación de castigo "total", incluida la comisión de crímenes contra la humanidad en Gaza, obviando las declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas de que la imposición de un bloqueo total, incluido el corte de luz, agua y alimentos va en contra del derecho internacional humanitario.

Cortar el agua, las medicinas y los alimentos no ha sido arma aceptable en las guerras que se han venido librando desde la Edad Media, pero Israel se ha acostumbrado a ella; y ha terminado acostumbrándonos a los demás a que tiene derecho a lo que nadie más tiene.

Sin lugar a duda, los ataques de Hamás representan un punto de inflexión en el enfrentamiento entre los palestinos e israelíes, a nivel de planificación, implementación, vigor y, sobre todo, imagen.  No solamente se volaron fortificaciones de hormigón, sino también fortalezas intelectuales de ideas preconcebidas y estereotipadas.


Los israelíes se han relajado, pensando que la cuestión palestina "estaba controlada": más de dos millones de palestinos sufrían, en Gaza,  el peso de un asedio asfixiante, inhumano e ilegal desde hacía dos décadas y ellos pensaron que podrían seguir así otras tantas. Mientras, su gobierno de extrema derecha recrudecía los ataques a la mezquita de Al-Aqsa y los colonos continuaban atentando contra los palestinos y sus propiedades en Cisjordania, sin que ni uno ni otros ocultaran sus intenciones de anexionarse partes de aquella. Ni uno ni otros tienen derecho a sorprenderse o escandalizarse por la reacción de Hamás, por muy terrible que hayan sido sus acciones contra de los civiles.

La sorpresa generada por la capacidad de Hamás en la Franja de Gaza para producir medios y herramientas bélicas y conseguir romper con sus vehículos el asedio asfixiante impuesto a una estrecha porción de terreno, abierto y vigilado desde todos los lados, un territorio completamente llano, sin montañas ni valles, no se ha limitado a los israelíes, sino que se ha extendido a árabes y occidentales.

Así fue como Israel declaró la guerra. Lo que está sucediendo no se trata de una operación militar, puesto que han declarado que llevarán a cabo una destrucción total en la Franja de Gaza, que puede describirse como la zona más densamente poblada del mundo. Es cierto que los israelíes intentan borrar la memoria de los videos del ataque del 7 de octubre -que Hamás ha difundido con profusión-y de recuperar el prestigio perdido ante su pueblo y ante los árabes, difundiendo muerte y destrucción en Gaza. Pero hay algo más allá de esto: los continuos bombardeos, que persisten a pesar de que poco les queda ya por bombardear, son, más que otra cosa, una expresión de confusión y desconcierto.

Y ¿ahora qué? Si la guerra de exterminio y los bombardeos bárbaros continúan destruyendo Gaza, hasta la declaración de que "la misión está cumplida", y luego sale el líder de las Fuerzas de al-Qassam afirmando que el movimiento está vivo y que la resistencia continuará se formará una comisión oficial de investigación, y Netanyahu y su gobierno tendrán que rendir cuentas por su negligencia y la de los servicios de inteligencia.

Algunos afirman que una invasión terrestre para poner fin al control de Hamás sobre la Franja de Gaza es la solución al "dilema de Gaza". Pero ¿cómo? Los servicios israelíes no tenían idea de las capacidades de Hamás y de lo que estaba planeando antes del 7 de octubre. ¿Saben lo que les espera si llevan a cabo una invasión terrestre u operaciones de comando dentro de la Franja, en áreas donde sospechan la existencia de infraestructura militar o, piensan, se encuentran los líderes del movimiento? La respuesta es no.

Por lo tanto, quien tome esta decisión corre un gran riesgo, que puede costarle su vida política y la de muchos soldados. Los dirigentes israelíes no han encontrado todavía la forma de salir de este atolladero. Si no logran sus objetivos en una operación relámpago de la que la gente, si acaso y aun así es poco probable, sólo se enterara después de que haya terminado, el crimen que se está llevando a cabo bajo la cobertura estadounidense-europea continuará. La impresión es que Israel no aceptará el fin de la guerra y el regreso al punto de partida; y, en ese supuesto, será como un monstruo herido y peligroso. Es absolutamente necesario hacer todo lo posible para evitar que sus manos lleven a cabo una guerra de exterminio o, como poco, de expulsión en masa.

Gaza está en peligro de ser el escenario de este teatro de aniquilación.

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Vivo de alquiler y tengo 87 años https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77141/vivo-de-alquiler-y-tengo-87-anos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77141/vivo-de-alquiler-y-tengo-87-anos/#respond Tue, 17 Oct 2023 05:05:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77141 Vivo de alquiler y tengo 87 años
Cartel de una vivienda de alquiler.- EFE

Hace unos días se publicó un estudio que dice que vivir de alquiler, tal y como está la movida, envejece más que estar en paro o incluso fumar. Supongo entonces que tengo 87 años, como mínimo.

La verdad es que no me gusta victimizarme – no más de lo común, ya me entendéis –, sin embargo, una de las poquitas cosas que he aprendido estos años es que no siempre eres el culpable de tus problemas. A veces, las cosas vienen, como las mantis o las ratas, y tú te conviertes en un pardillo que se come el conflicto sin desearlo ni aspirar a él. Un poco como cuando los chungos te tiraban arena en la cara siendo niño.

Como venía diciendo, hace unos días se publicó un estudio muy chulo, realizado por la doctora Amy Clair – del Centro Australiano de Investigación sobre Vivienda –, en el que se analizaba la edad bilógica de diferentes personas de Reino Unido y se llegaba a la conclusión de que las más envejecidas era las que vivían de alquiler. De alquiler privado, concretamente.

El lector, que es inteligente y tiene más calle que un semáforo, habrá entendido a la primera por qué sucede esto: efectivamente, porque la exposición constante al estrés de tener que pagar una renta y de saber que ni las cacerolas del Ikea son tuyas y de que hay un señor haciéndose rico – sí, rico; he dicho rico – a costa de tu tranquilidad te acaban haciendo mella lentamente, tal y como lo hace el carboncito de una cachimba cuando lo sujetas mucho tiempo entre los dedos.

Ese estrés, esa ansiedad fruto de mirar atrás y no ver nada, pero también de mirar hacia delante y toparse con la misma oscuridad, nos ha convertido, en palabras de mi amigo Alejandro, en una especie de veteranos de guerra sin guerra detrás: hemos envejecido demasiado antes de tiempo.

Supongo que muchos de vosotros estaréis de acuerdo conmigo en que hay personas, no les vamos a echar la culpa, que con apenas veintipico o treinta años viven reventadas; viven agotadas, hastiadas, arrastrando mucho los pies y sintiendo el cansancio como pellizcos de monja vieja en sus brazos.

La vida se ha vuelto chunga, bronca y competitiva; las cosas que nos prometieron no llegan – ni llegarán; si quieres optimismo ponte una comedia romántica – y nosotros nos estamos desgastando. Pagar el alquiler se ha vuelto ahora una batalla diaria y eso se nos nota.

Se nos nota porque nos hemos vuelto viejos de repente y no tenemos ganas de hacer nada; se nos nota porque, pensamos, para qué mierdas vamos a aspirar a más si no hay nada más por lo que aspirar; se nos nota porque el peso de pagar 600 euros al mes (como poco) por 40 metros cuadrados con cucarachas como Panzers es demasiado grande. Se nos nota porque ya somos como ese arquetipo de viudo español triste que dice que para qué va a rehacer su vida o echar siquiera un polvo: total, ya no nos queda mucho.

A veces, seguro que no soy el único, me gusta leer prensa rosa y ver programas de famosos. No sé muy bien por qué lo hago, pero me produce cierta sensación de descanso y tranquilidad ver a toda esa gente rica y exitosa viviendo relajadamente, también escuchar a los tertulianos comentar con caras envidiosas lo bien que está para su edad cierto actor. Seguro que yo no estaré igual de bien cuando llegue a esos mismos años – si es que llego.

Escribo estas líneas con solo 23 años. Sé que soy joven, tampoco vengo aquí a vacilar, pero la precariedad y la pobreza – más lo segundo que lo primero, pues lo primero es temporal y aquí no hay indicios de mejora – han hecho que me sienta mayor, desfasado, atormentado. Este sábado, por ejemplo, fui a un concierto de Natos y Waor con un grupo de amigas, todas ellas más grandes que yo, y sentí que ellas eran mucho más jóvenes. Disfrutaban brincando, cantando, saltando y bebiendo mientras yo, casi con cara de susto, no paraba de hacer cálculos mentales con mi cuenta bancaria para averiguar cuánto dinero exacto me quedaría si me comprara otra cerveza. Por supuesto, ninguna de esas amigas que menciono tienen que pagar alquiler.

La sensación constante de vivir en el filo de lo temporal, que es lo que significa vivir de alquiler, nos desgasta porque nos mete en la cabeza – y nos lo mete porque es verdad – la idea de que nunca vamos a ser dueños del todo de una pequeña parcelita de nuestras vidas; siempre vamos a estar dependiendo de otro señor para que nos arregle una humedad, nos cambie esa alcachofa oxidada del año noventa o nos ponga un aire acondicionado nuevo, que no somos tontos y sabemos de sobra que el que venía con la casa ya estaba estropeado.

Nos hemos hecho viejos muy rápido, casi de repente, por pelear en batallas que son injustas y en las que nos hemos visto envueltos por cometer el peor de los pecados que puede cometer un hombre: nacer pobres.

De hecho, he envejecido tan rápido que más arriba he puesto que tengo 23 años, cuando en verdad creo que tengo 22.

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Estados Unidos: el principal responsable de las guerras de Israel-Palestina https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77111/estados-unidos-el-principal-responsable-de-las-guerras-de-israel-palestina/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77111/estados-unidos-el-principal-responsable-de-las-guerras-de-israel-palestina/#respond Tue, 17 Oct 2023 04:16:36 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77111 Continuar leyendo "Estados Unidos: el principal responsable de las guerras de Israel-Palestina"]]> El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. -KEN CEDENO / Reuters
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. -KEN CEDENO / Reuters

Comienzo afirmando para despejar las posibles dudas del lector/a que no hablo de culpable sino de responsable. Culpable es el autor material de los hechos. Responsable es quien responde de la comisión de los mismos. Un padre responde civilmente de las faltas de su hijo menor, un político tiene la responsabilidad política "in vigilando" respecto a la corrupción cometida por una persona, que ha nombrado directamente para un cargo público, bajo su dependencia. El padre y el político son responsables de la conducta ajena, pero no culpables.

Veamos las razones de la responsabilidad de Estados Unidos en el mantenimiento de las guerras palestino-israelíes:

Primera: Estados Unidos es la única potencia con capacidad de solucionar el conflicto Israel-Palestina

Son muchas las veces que Israel y Palestina han celebrado reuniones de paz bajo la moderación y arbitraje de Estados Unidos, que es quien tiene la llave para la solución del conflicto. Los presidentes de Estados Unidos suelen hablar en sus discursos del papel de su país en la esfera internacional como urdidor y vigilante de la estabilidad de la paz mundial, con mayor o menor fuerza. George Bush resaltaba la función de Estados Unidos, tocado por la providencia divina, con la misión de mantener la paz mundial. Barak Obama no llegaba a tanto, uno de los presidentes más moderados de su país en la concepción de guardián de la paz, más multilateral, pero no dejaba de considerarse primus inter pares en las relaciones internacionales De él se hizo famosa la frase "Estados Unidos no es nada sin la comunidad internacional, pero la comunidad internacional no es nada sin Estados Unidos", tratando de combatir el unilateralismo de su predecesor y recuperar la confianza de sus aliados, al asumir la presidencia de Estados Unidos el 20 de enero de 2009.

Si Estados Unidos se arroga este papel de vigilante "sheriff" mundial de la paz, ¿por qué se cruza de brazos o no resuelve el conflicto palestino-israelí? La respuesta en los próximos argumentos. Pero ya tenemos un dato: Estados Unidos no responde al cometido que se atribuyen los presidentes de la primera potencia mundial.


Segunda: Estados Unidos ha dado siempre muestras en el conflicto palestino-israelí de asimetría, falta de proporcionalidad y manipulación del contexto

Tres criterios aplicables a la lista de los presidentes de Estados Unidos desde el origen del Estado de Israel hace setenta y cinco años, que he puesto de manifiesto en mi libro Teoría y práctica de la guerra justa del presidente Obama. Son tres criterios que también admiten su aplicación en menor medida a la Unión Europea y a buena parte de los medios de comunicación europeos. Han sido explicados por los embajadores palestinos en varios Estados europeos entrevistados con ocasión de la invasión de Hamás en territorio israelí. Los más destacados: el embajador en Reino Unido y el representante de la misión palestina ante la Unión Europea, que dieron la vuelta a las preguntas de los periodistas (BBC y Euronews, respectivamente). "¿Por qué me preguntáis insistentemente si condeno los atentados de Hamás y no preguntáis a Israel si condena haber sometido a los palestinos gazatíes a la opresión constante de una cárcel a cielo abierto mantenida por Israel durante décadas?", era la respuesta de los representantes palestinos, que cogió de sorpresa, al parecer, a los entrevistadores.

Estados Unidos se ha fijado desigualmente con una evidente asimetría en los dos protagonistas en guerra; de uno ha destacado siempre sus tropelías; de las mayores tropelías aún del otro -su socio en Oriente Medio- ha hecho la vista gorda. Los presidentes estadounidenses han salido al paso rápidamente de las acciones de los terroristas palestinos de su discutible por parcial lista negra: del actual terrorista Hamás y antes del terrorista Arafat, con declaraciones contundentes y gruesas; de las acciones más graves del otro protagonista -el "fiel amigo y socio", que defiende sus intereses en Oriente Medio- ha preferido no decir nada. Un silencio persistente en los setenta y cinco años de vida del Estado de Israel, que convierte a Estados Unidos en cómplice de los crímenes de guerra de Israel.

Tienen un ejemplo en la actualidad, que es el mismo de siempre. El presidente Joe Biden es el primero que sale a los medios a declarar contra el terrorista Hamás y envía a su secretario de Estado y a su secretario de Defensa a Israel para proclamar en el escenario de la guerra "la inquebrantable amistad de Estados Unidos e Israel", mientras que mantiene un sonoro silencio respecto a la guerra total y sin límite de Israel contra Gaza, a la que amuralla, quita la luz, el gas y el agua e impide el suministro de alimentos, infringiendo las normas más elementales del derecho internacional. Al menos, la pasiva Unión Europea (UE), que parecía cómplice del responsable principal, ya que lo primero que hizo fue afirmar que suprimía la ayuda a Palestina, después corrigió su postura y el jefe de la diplomacia europea declaró que Israel se estaba colocando fuera de la ley internacional. La ayuda de la UE a Palestina ha sido de carácter económico, pero de ahí apenas se ha movido. Por lo demás, la sempiterna equidistancia respecto de ambos contendientes, como ha demostrado a las claras la presencia de la presidenta de la Comisión Europea en Israel, condenando (solo) los crímenes de Hamás.


La asimetría se hace mayor y se ejemplifica en la absoluta falta de proporcionalidad en los actos de guerra de ambos protagonistas, que tampoco ha puesto de manifiesto Estados Unidos, a pesar de que se produce constantemente. Prueba de ello es que en las guerras la muerte de un israelí va acompañada de un centenar de muertes palestinas. La comunidad internacional contempló alarmada, pero pasiva, como es habitual, la desproporcionalidad causa-efecto acaecida en el bombardeo de Gaza por el poderoso ejército israelí en 2014. Estados Unidos una vez más calló. En ese año era primer ministro israelí quien ahora lo es, Benjamin Netanyahu, siempre contrario al respeto a los acuerdos de paz y a un Estado palestino, y el inquilino de la Casa Blanca era el presidente de la esperanza, el Premio Nobel de la Paz, Barak Obama, que se limitó a decir, igualando cínicamente a las partes contendientes: "Israel tiene el derecho de defenderse contra los cohetes y túneles de Hamás...Tenemos una preocupación creciente sobre el número de civiles palestinos muertos y la pérdida de vidas en Israel".  Pero el número de palestinos muertos fue de 1.814 y el de los israelíes no pasó de un centenar según la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas. Obama nada dijo ante el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de Naciones Unidas. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para la defensa de los derechos humanos le acusó directamente por no levantar la voz.

Obama enumeró los cinco requisitos de la guerra justa (expresión suya coincidente con la de los iusnaturalistas hispanos, como Francisco de Vitoria y Bartolomé de Las Casas) en su discurso de recepción del Premio de la Paz el 10 de diciembre de 2009, indicando expresamente como tercer requisito "la proporcionalidad en el uso de la fuerza". Volvió a señalarlo en su discurso en la Academia militar de West Point el 28 de mayo de 2014, donde enumeraba los estándares de las acciones militares: proporcionalidad, eficacia y justicia (proportional, effective and just).

Lo que produce más rabia entre los palestinos y los simpatizantes de la causa palestina de todo el mundo es el tercero de los criterios indicados: la manipulación del contexto en las declaraciones de Estados Unidos. Los presidentes estadounidenses han ocultado a conciencia y a sabiendas la realidad completa de la historia del conflicto y de la posición de las partes: una opresora y otra oprimida. Con un extremo cinismo se han fijado en una cara de la moneda, donde siempre aparece el causante de los conflictos, Palestina; en la otra cara únicamente contemplan a la víctima de la interminable guerra, Israel. Confunden la víctima con el verdugo. Ocultan las siete veces que Gaza ha sido arrasada por Israel.


Tercera: la promoción estadounidense de un ejército israelí opresor de Palestina

El segundo ejército de Estados Unidos es el ejército israelí, valga la expresión, porque la poderosa potencia militar mundial se amplía y se extiende en unas fuerzas armadas por ella promovidas y financiadas, las de Israel. Sirve de ejemplo contrapuesto la guerra de Rusia-Ucrania. Estados Unidos y la UE están militarizando a Ucrania, suministrándole todo tipo de armamento con la finalidad de que Ucrania gane la guerra a la opresora y ocupante Rusia colocada fuera del derecho internacional. Pues bien, Estados Unidos ha militarizado a Israel con todo tipo de armamento y tecnología militar punta, cuyo resultado es que el opresor y ocupante Israel, vulnerando constantemente el derecho internacional en todas sus facetas y singularmente la humanitaria, mantiene un estatus privilegiado en la guerra interminable con Palestina. Hasta el punto de que produce desazón contemplar la contienda de uno de los mejores ejércitos del mundo contra grupos mal armados obligados a la práctica de una guerra de guerrillas. La doble vara de medir de Estados Unidos. Toda la ayuda para Ucrania contra la opresora Rusia. Ninguna ayuda para Palestina contra el opresor Israel.

Cuarta: la tibieza de Estados Unidos en el incumplimiento por Israel de los acuerdos de paz y de las resoluciones de Naciones Unidas

Estados Unidos ha sido el moderador y promotor de reuniones de paz entre Israel y Palestina, directa o indirectamente, en la Casa Blanca o fuera de ella. El primer ministro israelí y la Autoridad Nacional palestina también se han reunido con frecuencia y separadamente con los presidentes estadounidenses (mucho más el primero que la segunda). En distintos periodos históricos las reuniones han concluido en acuerdos de paz firmados por los contendientes ¿Qué ha sucedido después de la firma? Que a corto plazo Israel ha incumplido los acuerdos de paz (todos y cada uno). Igualmente ha vulnerado, una tras otra, las resoluciones de Naciones Unidas, lo que es ciertamente todavía más grave, destacando la vulneración de la resolución 242 (1967), que exigía a Israel la devolución de los territorios ocupados en Palestina tras la guerra de los seis días y el reconocimiento de un Estado palestino. Ha seguido siempre Israel una política de ocupación ilegal de territorios palestinos contra los dictados de los previos acuerdos de paz y de las resoluciones de Estados Unidos.

¿Qué ha hecho ante las infracciones de Israel el moderador Estados Unidos? Se ha lamentado del fracaso, pero no ha obligado al transgresor del acuerdo o la resolución a cumplirlos, siendo el único que podía hacerlo. Se ha lavado las manos. Ha practicado su política habitual: el unilateralismo en la defensa del interés nacional, al margen de la comunidad internacional y de sus normas. Estados Unidos únicamente ha sido multilateral en el marco de las decisiones comunes de Naciones Unidas, si le ha convenido. Cuando no ha sido así, se ha movido libremente y al aire de sus intereses. Lo dicen los presidentes de la nación en sus discursos: Estados Unidos no puede atender y esperar a las decisiones de la comunidad internacional, cuando "sus valores, intereses nacionales y estilo de vida están en peligro". Y es él solo quien juzga cuando existe el peligro. Repasen los discursos de los presidentes y verán que la frase entrecomillada aparece constantemente. Es claro que su interés nacional ha estado en la protección incondicional de Israel.


Quinta: la retórica demagógica de los discursos de los presidentes estadounidenses

En el débito de Estados Unidos en la solución de las guerras de Israel-Palestina, como en otras guerras con otros Estados, está presente una actitud propia de la gran potencia mundial, poco aireada en la opinión pública occidental. Me refiero a la retórica de los discursos de los presidentes estadounidenses, que conduce por una parte a la demagogia de quien lo pronuncia y por otra a crear falsas expectativas en los destinatarios favorecidos por el discurso. Estos discursos se caracterizan por la defensa de un postulado: Estados Unidos, promotor de las libertades y la democracia en el planeta, defiende los derechos humanos y esta defensa va en la línea de los intereses propios de la nación americana.

George Bush es el presidente quizás más engañoso en la retórica, ya que al mismo tiempo que proclamaba un Estados Unidos "decente en la defensa de las libertades" quería desarrollar un programa de guerras contra Irak, Irán y Corea del Norte, apoyado ideológicamente por sus maestros neoconservadores, del que ejecutó, como saben, la guerra contra Irak, ayudado por Aznar y Blair, basándose en mentiras y contra la resolución de Naciones Unidas. En el polo opuesto a Bush se sitúa el presidente Barak Obama, el flamante Premio Nobel de la Paz, concedido cuando aún no había ejercido la presidencia de Estados Unidos, hecho insólito explicable por las grandes expectativas, que entonces despertaba el nuevo presidente. Obama puso en el mismo plano la defensa de los derechos humanos -cifrados en la democracia y las libertades- y la seguridad e intereses vitales de Estados Unidos. "El apoyo de Estados Unidos -afirmaba- a la democracia y los derechos humanos va más allá del idealismo. Es un asunto de seguridad nacional". No había contradicción entre ambos: derechos humanos, por un lado, e intereses vitales y seguridad nacional, por otro. La protección de las libertades -aseguraba- constituía una seña de identidad de la nación estadounidense. En el caso de Palestina la retórica demagógica de Obama alcanzó su cénit. ¿Dónde estuvo la protección de la libertad del pueblo palestino durante su mandato? ¿Dónde la defensa de los derechos humanos de los palestinos vulnerados sistemáticamente y sin interrupción por Israel?

La decepción causada por Obama no pudo ser mayor, porque quemó todas las esperanzas puestas en él en los escenarios de las guerras que tuvo que combatir: las heredadas – de Irak y Afganistán- y las suyas propias -del norte de África en la "Primavera Árabe", de Siria, de la primera guerra de Ucrania-Rusia, del Estado islámico y de Israel-Palestina-. En el desarrollo de las guerras Obama tuvo que elegir entre los derechos humanos y los intereses nacionales y siempre escogió los segundos y se olvidó de los primeros. También en la guerra palestino-israelí, antes referida, bautizada como "Margen Protector", que duró 28 días a partir del 8 de julio de 2014.

¿Cómo terminará la nueva guerra, que comenzó el 7 de octubre de 2023?  Vean la posición de los principales actores: la defensa incondicional de Israel por Estados Unidos, la equidistancia cómplice de la Unión Europea, la determinación asesina contraria al derecho internacional del primer ministro israelí, el ultraderechista Netanyahu, de aplastar a Gaza, las palabras del ministro de Defensa de Israel considerando a los terroristas de Hamás "animales humanos". ¿Qué duda cabe?

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¿Qué hacer? Siete tesis sobre Madrid https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77132/que-hacer-siete-tesis-sobre-madrid/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77132/que-hacer-siete-tesis-sobre-madrid/#respond Tue, 17 Oct 2023 03:16:01 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77132 Continuar leyendo "¿Qué hacer? Siete tesis sobre Madrid"]]> Podemos celebra un acto de campaña para las municipales autonómicas del pasado 28 de mayo en Madrid. -Fernando Sánchez
Podemos celebra un acto de campaña para las municipales autonómicas del pasado 28 de mayo en Madrid. -Fernando Sánchez
  1. El resultado de las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023 en la ciudad de Madrid ha constituido un revés político y un golpe a la moral de todo el activismo de la izquierda madrileña. En la ciudad de Madrid, epicentro constante de acontecimientos políticos desde abajo como el 15M, los 8M, la solidaridad comunitaria en los barrios frente a los efectos de la epidemia de COVID19 o las movilizaciones contra la crisis climática, la otrora hipótesis de Podemos de "convertir la indignación en cambio político" se ha visto frustrada. Madrid, la ciudad más desigual de las grandes capitales europeas, ya no vota en clave progresista, pero todavía no es culturalmente conservadora; o, dicho de otro modo: en los barrios y distritos populares hay más desafección con la política que indignación con lo existente. Los efectos del 28 de mayo son claros: mayorías absolutas del PP más radicalizado del país, Almeida como alcalde, Ayuso como presidenta.
  2. Madrid es una ciudad extremadamente rentable para inversores financieros, especuladores inmobiliarios y agentes del mal contrarios a la vida digna de la mayoría trabajadora. El entramado político, financiero y mediático funciona a todo gas en Madrid, extrayendo rentas de los paupérrimos salarios de la gente más precaria, de alquileres inalcanzables (Blackstone sigue siendo el primer casero de España) y de un modelo de prestaciones (seguros privados de salud, academias privadas educativas, escuelas infantiles concertadas...) orientado a expoliar poder adquisitivo a cambio de un determinado "status social", o sea, de parecer clases medias con rentas familiares de miseria. Por tanto, Podemos, como fuerza política que transforma, no puede quedarse aislado en la denuncia electoral. Hay que tener iniciativa política propia y autónoma, ponerse al servicio de la mayoría golpeada por las políticas neoliberales. Ser el partido "de" y "con" la gente.
  3. La mayor expresión de la reserva de voto conservador y ultraderechista en Madrid son los PAU. Esto no quiere decir que todas aquellas con propiedad en un PAU o nuevo barrio tengan tendencia a ser votantes de derechas. Sin embargo, el ser social determina la conciencia, esto es, si vives en un barrio sin servicios públicos, sin vecinos migrantes y sin plazas públicas en los que sólo te puedes desplazar en vehículo privado, es más probable que sientas inseguridad en lo que para la mayoría trabajadora es normal. Pero no basta con enunciar las urbanizaciones privadas, las hipotecas y los adosados, hay que hacer política dentro de las mismas. No hay cambio posible en la ciudad de Madrid si los nuevos barrios no cambian sus opciones electorales.
  4. ¿Qué queda del Madrid de Tierno Galván? ¿Y del Madrid de Ahora Madrid con Manuela Carmena a la cabeza? Hay una idea que debemos preservar: sólo podemos convencer a la ciudadanía y a las mayorías trabajadoras si creemos en la idea, si nos empuja una causa. Y aquí viene el problema: el Madrid de Tierno Galván se podía encuadrar en la larga ola de la transición posfranquista, y el de Manuela Carmena construyó el imaginario post15M del "que se vayan todos" (después liquidada por la práctica política conciliadora de Más Madrid). Pero ¿qué proyecto defendemos para la ciudad de Madrid más allá de los discursos y argumentarios de campaña? Quizá el principal desafío de Podemos en la ciudad de Madrid sea dejar atrás el programa electoral y diseñar un programa político inmediato, con aspiraciones mínimas y urgentes.
  5. Podemos Madrid nunca ha dejado de ser una fuerza con vocación de ganar orientada a las mayorías sociales. Sin embargo, al contrario de los que piensan que la historia ya está escrita, en la ciudad de Madrid tenemos 4 años para recomponer ideológicamente el proyecto y entrar en el Ayuntamiento de Madrid. Para eso, hay que dejar atrás las inercias centralizadoras, excluyentes y el ensimismamiento organizativo. Pero, sobre todo, para nuestra apuesta electoral, no valen atajos como el de un denominado frente amplio, porque eso sólo nos llevará a la pérdida de autonomía política, ¿o es que alguien piensa que con la correlación de fuerzas institucional realmente existente no seríamos una fuerza subsidiaria de Sumar, o, todavía peor, de la agenda política del PSOE?
  6. Llama poderosamente la atención como, entre el activismo vecinal, comunitario, sindical, cultural y juvenil en Madrid hay un acuerdo más o menos explícito en que no existe una oposición contundente al PP de Martínez-Almeida. No se trata únicamente de un problema de mirada, ni siquiera de identidad, se trata de que el tejido social navega entre la desafección con el Ayuntamiento ante la falta de canales de comunicación que abran espacios de negociación (la tala de árboles, los cantones de limpieza, los pelotazos urbanísticos) y la impotencia de Más Madrid como alternativa de gobierno, casi superada en votos y concejales por el imponente PSOE encabezado por Reyes Maroto. Estoy convencido de que Podemos sigue teniendo vigencia como fuerza capaz de entender las demandas de los movimientos sociales y transformarlas en acción política a largo plazo.
  7. Podemos ha iniciado un proceso de Conferencia Política para cabalgar la próxima fase, con un planteamiento más estratégico -republicano, feminista y verde- e impulsando el poder de los Círculos y las bases, donde el protagonismo militante y la sociedad civil nos permita orientar el timón para tomar la ruta correcta. Podemos en Madrid ciudad, sus estructuras y su militancia no puede ser ajeno al producto del debate colectivo. Por eso, antes que imponer políticas de alianzas artificiales o propuestas electorales sin anclaje con la realidad, es más que oportuno convertir el viejo lema de "tomar y hacer, en vez de pedir y esperar" en una posición política de las militantes que día a día levantan a pulso este proyecto siendo una auténtica oposición social al gobierno de Almeida y Ayuso en los barrios, AMPAS, asociaciones, colectivos y mareas. Si somos el motor de los avances sociales, democráticos y feministas en el país, ¿cómo no vamos a intentarlo en Madrid? Es tiempo de invertir la ruta, que florezcan mil flores.
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Insomnio frente a la barbarie https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77124/insomnio-frente-a-la-barbarie/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77124/insomnio-frente-a-la-barbarie/#respond Mon, 16 Oct 2023 18:45:59 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77124 Continuar leyendo "Insomnio frente a la barbarie"]]> Dibujo de un individuo acostado en una silla frente a un reloj. / Pixabay
Dibujo de un individuo acostado en una silla frente a un reloj. / Pixabay

Tengo -o, mejor dicho, tenía- un truco tan sencillo como infalible contra el insomnio que consiste en no llevarme disgustos ni sofocones después de las siete de la tarde. A partir de esa hora, no discuto con nadie, cuido de mis plantas, bloqueo en redes a la primera de cambio, doy la razón en todo a todo el mundo, incordio a mis gatos, abochorno a mi familia con mis chascarrillos, echo una partida al Tetris y me meto en la cama feliz. Manita de santo. Hace una semana decidí que escribiría uno de esos simpáticos artículos de jiji-jaja para compensar la espantosa realidad y así rompí la magia. Por inspirarme, me lancé a la búsqueda de buenas noticias en prensa, yo qué sé, una bajada del paro, la muerte de un dictadorzuelo, un avance en la lucha contra el cáncer. Me dieron las tres de la mañana sin una sola nota positiva y no pego ojo desde entonces.

Llevamos un porrón de días consecutivos en que solo hay cambio climático, terremotos, moscas cachigordas en pleno mes de octubre, pisos de una habitación a novecientos euros, violencia machista, medio país consumido por el odio del ‘que te vote Txapote’, combates, calor, genocidios y, en resumen, mierda hasta el cuello. El ataque inhumano e indiscriminado de Hamás eclipsó la guerra de Ucrania y la respuesta criminal de Israel sepultó un terremoto de magnitud seis en Afganistán. Los afganos se han quejado, y con razón, porque no les hemos hecho ni caso a pesar de sus 2.500 muertos. Casi tantas víctimas mortales como las del seísmo de Marruecos por el que tanto lloramos. Claro que Marruecos está aquí mismo y Afganistán...bueno. Qué vamos a decir de Afganistán. Ni que el terremoto fuera el peor de sus problemas. Se acumulan las desgracias de un modo tal que ya no sabemos qué poner después del #prayfor. Por si lo anterior no es suficiente, mientras escribo estas líneas falta una hora y media para que se cumpla el ultimátum previo al genocidio anunciado por el gobierno de Israel.

La rabiosa -en el sentido de violenta- actualidad empeora por momentos. Israel se ha referido a los palestinos como «animales humanos», les ha cortado el agua y la luz, ha gaseado un hospital infantil con fósforo blanco, ha provocado un éxodo de civiles bajo la amenaza de masacrar a un millón de personas dentro de, (un segundo, que consulto mi reloj) una hora y veintisiete minutos, ha asesinado a más de dos mil palestinos y, de paso, se ha cargado a once miembros de Naciones Unidas y a otros tantos periodistas. Entretanto, Antena 3 ha puesto un contador con las horas que faltan para que Gaza vuele por los aires. No basta con el desastre que asola el mundo; también hay que convertir cada baño de sangre en un puto show.

Nos hemos convertido en espectadores involuntarios de una masacre que querríamos a toda costa evitar. Sin embargo, nuestra propia incapacidad para la acción nos sume en la desesperanza. ¿Qué podemos hacer?, nos preguntamos. Y lo cierto es que, más allá de la protesta y el grito, no podemos hacer nada. Para más inri, si se me permite la expresión, las respuestas de los dirigentes políticos que deberían pronunciarse para detener la sangría basculan entre la tibieza y el aplauso al gobierno israelí, como si exigir que no asesinen a niños inocentes y a civiles indefensos nos volviese antisemitas, como si condenar una nueva matanza nos transformase en dóciles seguidores de Hamás. Encima, por más que nos desgañitemos con el «no en mi nombre», la realidad, la injusta y vomitiva realidad es que cuando nuestros representantes políticos miran hacia otro lado, apoyan o aplauden el genocidio, sí actúan en nuestro nombre.


Al menos en España aún no han prohibido las manifestaciones pro Palestina, como sí ha pasado en Francia, Alemania y Reino Unido. El gobierno británico, además, ha advertido que ondear la bandera palestina puede ser delito. Les falta sacar un comunicado que diga «por favor, no monten tanto escándalo, organizar un genocidio ya es de por sí bastante complicado». Y es que no es solo la desolación a la otra orilla del Mediterráneo; es la fragilidad de la libertad de expresión en la gran Europa porque hoy toca que Israel lleve a cabo su venganza.

En épocas así, me angustia pensar en el mundo que dejamos a nuestros hijos y me apena saber que no tendremos respuestas cuando pregunten. Quizás podremos decirles que nos dolieron todos los muertos, que no pudimos evitarlo, que nos atormentó nuestra impotencia, que no encontramos motivo alguno para la risa, que pasamos vergüenza y que, desde luego, dormimos poco y mal. Ah, y que ojalá ellos consigan dar con la solución al caos que les queda en herencia.

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Ante los ojos del mundo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77102/ante-los-ojos-del-mundo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77102/ante-los-ojos-del-mundo/#respond Mon, 16 Oct 2023 06:29:05 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77102 Continuar leyendo "Ante los ojos del mundo"]]> Niños en los restos de edificios destruidos por los ataques aéreos israelíes en la ciudad del sur de la Franja de Gaza. -WANG DONGZHEN / Europa Press
Niños en los restos de edificios destruidos por los ataques aéreos israelíes en la ciudad del sur de la Franja de Gaza. -WANG DONGZHEN / Europa Press

Asistimos a una nueva Nakba en directo, anunciada, retrasmitida y jaleada por representantes políticos de nuestro "mundo libre". Como ha expresado reiteradamente la UNRWA, una catástrofe escalada "ante los ojos del mundo". El secretario de Estado norteamericano Antony Blinken y la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Layen (esta última sin la autoridad para hacerlo) expresaban su respaldo a la venganza que Israel desataba sobre la población de Gaza después de sufrir las consecuencias de una acción terrorista sin precedentes por parte de Hamás, que controla políticamente la Franja desde 2006. La decisión de Israel -bajo el gobierno del ultraderechista y debilitado Netanyahu- de responder a la ofensiva terrorista de Hamás con una acción militar criminal e inclemente tiene implicaciones y tendrá consecuencias que van mucho más allá de lo que en estos momentos podemos prever. Consecuencias de orden geopolítico y económico son fáciles de suponer y van a hacer acto de aparición de inmediato. Otras que tienen que ver con la política interna en distintas áreas del mundo como Estados Unidos y la Unión Europea y que van desde la intensificación de la amenaza del terrorismo yihadista hasta la agudización de dinámicas de polarización social a través de la instrumentalización del conflicto (como de inmediato vimos que hacía la derecha en España), adquirirán una mayor dimensión en el medio plazo.

Me interesa ahora detenerme en el significado que podemos darle a lo que hemos vivido colectivamente en los últimos días más allá de lo que está por venir. Me gustaría que calibráramos lo sucedido, que pensáramos en lo que hemos sentido y en el alcance político que puede tener esta experiencia.

Además de la preocupación, la rabia, la impotencia y el miedo. Además de la solidaridad y la tristeza, el desgarro y el llanto derramado por las víctimas civiles israelíes ocasionadas por Hamás, organización que desprecia a su propio pueblo hasta el punto de exponerlo y dejarlo indefenso ante la más que previsible respuesta desproporcionada de Israel. Además de la angustia y el shock experimentado al constatar que en efecto este Estado planeaba masacrar de manera indiscriminada a civiles palestinos en un número incalculable para acometer un acto de venganza criminal que nada tiene que ver con la legítima defensa ni con la justicia. Además de todo eso que en forma de condena y de rechazo, con ira y con pena hemos expresado en concentraciones, en redes sociales y en conversaciones en los salones de nuestras casas y en las calles por las que hemos paseado cabizbajas este fin de semana de desesperación y angustia, propongo que reflexionemos sobre el sentimiento de pérdida de confianza en nuestros representantes que amplios sectores de la opinión pública hemos experimentado en un lapso tan corto de tiempo y de una manera tan traumática y abrupta. Nos somos ingenuas. La política migratoria de la UE nos da muchas pistas, pero lo de esta semana debe provocar una toma mayor de conciencia, una queja y una demanda de las sociedades civiles occidentales frente a sus gobernantes y ante los ojos del mundo.

La prohibición en Reino Unido de exhibir la bandera de Palestina, en Alemania de portar el pañuelo que distingue la causa en favor de una Palestina libre y en Francia de llevar a cabo manifestaciones en defensa del pueblo palestino en estas horas tan crítica mientras desde las instituciones se avalaba el derecho de Israel a desencadenar una operación militar contra población civil palestina con trazas de genocidio nos arrastra a una pérdida de sentido colectivo completa. En estos últimos días nuestros dirigentes no solo han renunciado a la defensa de los derechos humanos, sino que nos han tratado de imponer que participemos de toda esta ignominia conteniendo nuestras opiniones en el espacio público de diferentes maneras.


En el caso de la UE, parece más que probable que la usurpación intolerable de Von der Layen al abrogarse representación en una materia, como es la política exterior, que no le corresponde, e incluso habiendo matizado tras recibir innumerables críticas su declaración de "amistad" a Israel, generará desafección en sectores de la ciudadanía que no han entendido que se haya dado por bueno que Israel planteara una ofensiva que es imposible calificar de ninguna manera que no sea, como mínimo, tal y como ha afirmado la experta de Naciones Unidas Francesca Albanese, de limpieza étnica. Hacerlo, además, mientras esta operación se ejecutaba en directo ante nuestros propios ojos, era una manera de actualizar lo que, en la medida en que Israel vulnera las resoluciones de Naciones Unidas desde su misma fundación y de un modo estentóreo desde 1967, no solo sospechamos, sino que sabemos, aunque demasiado a menudo pretendemos que ignoramos.

Al permitir que Israel actúe en Gaza fuera de la ley y ante los ojos del mundo se ha dado un espaldarazo definitivo al supremacismo israelí en los territorios ocupados, a la existencia de un sistema racista de apartheid sobre los palestinos, a la instrumentalización del Holocausto y a la utilización del antisemitismo al servicio de la industria armamentística israelí y se ha renunciado, al menos durante una larga temporada, a profundizar en cualquier vía para hacer posible la paz a través de la extensión de derechos de ciudadanía. Porque en lugar de instar a Israel a conceder derechos de ciudadanía a los palestinos de Gaza, en lugar de trabajar para que de esa manera Hamás sea neutralizada e Israel contenida, nuestros representantes han considerado que perpetrar un genocidio también era una salida. Israel no ha intentado eliminar a los terroristas de Hamás, sino al pueblo palestino de Gaza para llevar a cabo una anexión completa de la Franja y nuestros dirigentes nos han pedido que ignoremos lo que está sucediendo en nombre del derecho de Israel a defenderse sin atenerse a la ley y ante los ojos del mundo.

Décadas de equidistancia traen este resultado que confirma que para muchos de nuestros dirigentes los derechos humanos son solo un mito, un espantajo que sacar a pasear cuando conviene y que ocultar de la vista cuando no interesa invocarlo. No se pueden defender los derechos humanos a conveniencia, por lo que desde este momento no tenemos más alternativa que asumir que es una tarea que corresponde a la sociedad civil y que no nos quedará más remedio que acometerla, si es preciso, cada vez con mayor contundencia contra quienes hacen políticas migratorias en su contra o avalan acciones de Estados coloniales que actúan fuera de la ley como es el caso de Israel. En el momento presente los dirigentes de la UE y de cada uno de sus Estados miembros, y esto concierne por supuesto al gobierno de España también, deben decidir si están con el Israel de Netanyahu o con la defensa de los derechos humanos que no son solo de los palestinos, sino también de sus propios pueblos. Y deben hacerlo ante los ojos del mundo.


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¿Una China y un Xi cuesta abajo? https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77048/una-china-y-un-xi-cuesta-abajo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77048/una-china-y-un-xi-cuesta-abajo/#respond Mon, 16 Oct 2023 05:10:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77048 ¿Una China y un Xi cuesta abajo?
Xi Jinping, recién elegido presidente de la República Popular China (RPC) y presidente de la Comisión Militar Central de la República Popular China, hace un juramento público de lealtad a la Constitución en el Gran Salón del Pueblo en Beijing, capital de China, en marzo. 10, 2023. Xie Huanchi / Xinhua News

A un año del decisivo XX Congreso del PCCh en el que Xi Jinping selló la quiebra de los mecanismos que Deng Xiaoping había dispuesto para asegurar la estabilidad política del país, China y el propio Xi afrontan un momento de inusitada complejidad. ¿O no tanto?

De una parte, a la economía, lastrada aun por los duros efectos de la reciente pandemia, le cuesta arrancar. De otra, la sucesión de episodios que afectan a altos funcionarios del poder civil y militar abren incógnitas de incierto alcance ante la persistencia de la opacidad sobre sus circunstancias reales.

Xi, con una década de liderazgo a cuestas, asentó su magisterio en algunos ejes clave. Ante el PCCh resaltó lo negativo de la herencia recibida, con grandes taras estructurales que no fueron abordadas a tiempo mientras crecía la complacencia ante los buenos dígitos del crecimiento. Por otra parte, esa complacencia justificaría el aumento del intervencionismo en la gestión económica con el propósito de afrontar con decisión un cambio en el modelo de desarrollo que debía atender el interés general. Y al interés del país, lo cual hacía primar cierto redoble nacionalista auspiciando un rearme ideológico de doble signo, marxista en atención a la matriz fundacional, y patriótico, en coherencia con el largo empeño modernizador llamado a culminar en 2049.

Desde fuera cuesta apreciar con mínima seguridad y certeza cuanto ocurre en China y es fácil errar. Más aun cuando tantos impedimentos se disponen para lograr una visión exhaustiva y diestra. A menudo, cuando una protesta se desata con mayor o menor impacto ya la pregunta se dispara hacia si se viene o no un nuevo Tiananmen 89. Otro tanto podríamos decir de la economía. En las últimas décadas, hemos sido testigos de visiones casi apocalípticas sobre la economía china y sus problemas que no se han cumplido en modo alguno. La reincidencia en situaciones y agoreros aconsejaría cautela.

Como es también habitual, China reconoce la existencia de problemas graves, aunque condena lo que llama "exageración". Y es verdad que cuenta con recursos que están fuera ya de nuestro alcance. No solo atendiendo a la escala de su economía sino también a medidas de política económica que suenan a herejía en el cosmos liberal y que, por lo general, en el pasado le han dado cierto resultado. Hoy, la situación internacional complica algunas opciones pero no debiéramos subestimar sus capacidades.

La narrativa a propósito de las calamidades "sin precedentes" en China y los peligros derivados de una bancarrota que, de producirse, tendría un serio impacto regional y global es oportuna a ojos de quienes alientan el avance sostenido del desacoplamiento. Puede llegar a ser más operativa y convincente que el llamado a reducir o cortar los vínculos en atención al argumento de la "seguridad", en muchos casos cargado de intencionalidad estratégica y hegemónica.

Pero la persistencia de dificultades económicas y sociales puede alimentar el descontento interno y nutrir las críticas de quienes se han visto ninguneados de forma clamorosa en el XX Congreso. La reaparición pública reciente de Li Keqiang o del ex ministro de Exteriores Li Zhaoxing, entre otros, alimenta la ilusión del retorno de aquel denguismo que asentaba en la construcción del consenso, tanto interno como global. Para Xi, por el contrario, esa era la causa política principal del estancamiento pues impedía tomar las decisiones, drásticas incluso, que el momento requería.

El debate acerca de si Xi acertó en la estrategia a seguir como también en las personas elegidas para implementarla (atendiendo en algunos casos más a la lealtad que a la competencia y trayectoria), puede tener consecuencias si no logra frenarlo en seco. Para ello, Xi precisa, sobre todo, recuperar aquel espíritu de la infalibilidad construido a modo de culto por su entorno que hoy pasa por ofrecer unos datos positivos en lo económico pero también por disipar la sombra de un hipotético cisma. Conjurar la pérdida de confianza es su mayor reto.

 

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La educación pública, lo primero para un gobierno progresista https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76908/la-educacion-publica-lo-primero-para-un-gobierno-progresista/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76908/la-educacion-publica-lo-primero-para-un-gobierno-progresista/#respond Mon, 16 Oct 2023 05:03:25 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76908 Continuar leyendo "La educación pública, lo primero para un gobierno progresista"]]> Marea Verde se manifiesta por la educación pública en Madrid el 9 de septiembre de 2023. -JESÚS HELLÍN / Europa Press
Marea Verde se manifiesta por la educación pública en Madrid el 9 de septiembre de 2023. -JESÚS HELLÍN / Europa Press

1. Si se pasea en París por el boulevard de Saint Germain de Près se encuentra en la plaza Henri Mondor una estatua dedicada a Georges-Jacques Danton, uno de los principales revolucionarios de 1789. En su pedestal hay esta leyenda: "Después del pan, la educación es la primera necesidad del pueblo". Danton lo tenía muy claro. Sabía que la educación era la única manera de superar al antiguo régimen y avanzar hacia un futuro de libertad, igualdad y justicia social. Porque la educación no solo aporta formación académica o profesional. Va mucho más allá. Educar es acompañar a la infancia y juventud para desarrollarse como buenas personas y ciudadanos. La función social de la escuela es aprender a convivir, educar en valores morales y en el respeto a los demás y a la naturaleza en la que viven. Con la educación está en juego la equidad y un modelo de ciudadanía que puede ser solidario o individualista, comprometido con la mejora de la sociedad o instalado en el sálvese quien pueda.

La derecha tiene muy clara la importancia de la educación y forma parte de su guerra cultural. Un consejero de Educación del gobierno de la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre decía que por cada centro concertado que aprobaban en un barrio o localidad, aumentaba un 3% la intención de voto al Partido Popular. De ahí que se hayan afanado en impulsar la privatización de la educación, porque con ella, además del negocio económico e ideológico, intentan asegurarse la hegemonía política. No debe ser ajeno a los resultados electorales el que en Madrid capital solo el 40% del alumnado esté escolarizado en la educación pública, frente a casi el 90% en Europa.

2. Los principales problemas de la educación en España son la privatización, la infrafinanciación, la segregación escolar y una legislación incapaz de blindar la educación pública y laica. De ello se derivan la falta de calidad, de cohesión educativa y social. Veamos.

- La privatización del derecho a la educación persigue tres objetivos. Un negocio económico en el que también están entrando fondos de inversión por su rentabilidad. Una educación en valores conservadores que impida todo cambio del status quo y permita el control ideológico por la jerarquía católica. Una ingeniería social con la doble red (pública-privada) para la hegemonía política de la derecha como se ha explicado arriba. España no es Europa en educación por la debilidad de la educación pública y la potenciación de la concertada. Somos una total anomalía: el tercer país en centros concertados, detrás de Bélgica y Malta. España escolariza un 67% en la pública, frente al 89% en primaria y al 83% en secundaria en Europa.


La política de desmantelamiento de lo público se extiende por las Comunidades autónomas gobernadas por la derecha como Madrid, Andalucía, Murcia, Comunidad valenciana, etc. Los pactos entre PP y Vox tras el 28 de mayo tienen como un punto principal la educación, con recortes de los presupuestos ya aprobados; acuerdos sobre "libertad de elección", es decir, para seguir privatizando y deteriorando la escuela pública; y la guerra cultural con temas como el "pin parental" que es la negativa a lo que la ultraderecha llama "mantra progre" y que son elementos de la democracia como la igualdad, derechos humanos, educación afectivo-sexual y el respeto a la diversidad de las personas.

- La infrafinanciación endémica y los recortes que se produjeron durante los seis años y medio de gobierno de Rajoy alcanzaron la brutal cifra de 33.350 millones. No han sido revertidos y la inversión en España es de las más bajas de la Unión Europea y de la OCDE con cualquier indicador que se utilice. Por ejemplo, en 2019 la inversión por estudiante se situó en los 9.904 $ mientras que tanto OCDE como UE-22 superaron los 11.000. La infrafinanciación perjudica la calidad, deteriora lo público, aumenta el gasto de las familias y refuerza un mercado privado de plazas de educación infantil y de Formación Profesional.

- La segregación escolar que aumenta la desigualdad social. Sea por niveles socioeconómicos o por sexo, cristaliza una escuela clasista, crea guetos y deriva en hacia un modelo educativo más mediocre y globalmente peor. España es el tercer país de la OCDE, por detrás de Turquía y Lituania, que más segrega a su alumnado desde primaria. La red privada concertada es el principal factor de segregación educativa. Otras formas de exclusión académica son las zonas únicas de escolarización, itinerarios segregadores y los programas pseudo-bilingües. La consecuencia es la falta de inclusión que permita una educación con equidad y oportunidades equivalentes. La escuela debe ser un espacio para la igualdad y no para que crezcan las diferencias sociales.

- La LOMLOE no blinda la educación pública frente a la privatización y al saqueo. Aunque ambas redes han perdido un porcentaje parecido de alumnado debido al descenso de la natalidad, en el último lustro se han suprimido 3.490 aulas públicas de infantil y primaria y solo 72 concertadas.  El ejemplo de Madrid es claro: se derivan más recursos económicos a la concertada, se cierran aulas públicas, se cobran cuotas obligatorias a las familias, se regala suelo público a empresas privadas por valor de 29,84 millones de euros (Valdebebas, Vallecas y Vicálvaro) y persisten los conciertos a 17 colegios del Opus Dei y otros grupos ultrarreligiosos que segregan por sexo y que han supuesto 51,68 millones en el curso 2022/23. Es un mal asunto que la derecha recorte y la izquierda solo recomiende: fue un error del Gobierno de coalición que el RDL 14/2012 del Gobierno Rajoy, que aumentaba las ratios y el horario lectivo, no fuera revertido con la ley 4/2019.

3. La derecha es coherente con su modelo educativo y su modelo social de clase. Coherencia que no tiene toda la izquierda si no combate los privilegios y defiende lo público. Hablar de un proyecto de modernización del país y de democracia avanzada pasa por considerar la educación pública una cuestión estratégica. Por ello, debería estar en la agenda prioritaria en las negociaciones para la formación del nuevo Gobierno progresista.

En el grupo de trabajo de Educación de Sumar, elaboramos un documento consensuado con la participación de 70 expertos que recogía entre otras las siguientes propuestas:

Extensión de la Educación Pública mediante una red suficiente de centros, de titularidad y gestión pública directa, que permita cubrir todas las necesidades educativas (desde los 0 años) en sus diferentes etapas, modalidades y distritos escolares y territorios. Con la supresión progresiva de conciertos a través de la integración negociada y voluntaria en una red pública única. Mientras, aquellos que no cumplan con los principios de gratuidad, transparencia, inclusión e igualdad no recibirán financiación pública.

- Educación laica que respete la libertad de conciencia. Cualquier doctrina confesional no debería formar parte del currículo ni del horario lectivo de la escuela. Para ello hay que derogar los acuerdos preconstitucionales con la jerarquía católica y los acuerdos con otras religiones.

- Educación inclusiva que promueva una cultura de la diversidad e inclusión social, para dar respuesta a todo el alumnado sin discriminación alguna y que eduque en igualdad, equidad y justicia social. Ello pasa por bajar las ratios escolares, mejorar los recursos materiales y la accesibilidad y conectar el currículum con la vida real y los desafíos actuales.

- Dignificar la profesión docente mejorando las condiciones laborales, reduciendo las ratios, con desdobles, refuerzos, reducción de los horarios y de tareas burocráticas. Aumento de las plantillas de profesorado, reducción de la interinidad al mínimo e impulso de la autonomía pedagógica y organizativa en los centros.

- Financiación de la red escolar pública para alcanzar de manera inmediata el 5% del PIB, y avanzar hacia un 7% del PIB como condición necesaria, aunque no suficiente, para garantizar el ejercicio del derecho a una educación pública gratuita en condiciones de igualdad y equidad.

Con estas propuestas no se trata solo de blindar la educación pública de la agresión a la que está sometida por la derecha.  Se necesita un nuevo contrato social para la educación que se base en el principio de derecho universal y bien común público. Un proyecto con gran potencia transformadora para aumentar la cohesión y reducir las desigualdades sociales. Hasta aquí mi trabajo y mi responsabilidad comprometida como coordinador del grupo de trabajo que elaboró las propuestas de educación para Sumar. En otra fase posterior, los partidos de la coalición negociaron el programa electoral con el resultado que se puede consultar.

Para acabar, insistir en el tema clave: la supresión de conciertos educativos mejoraría la educación en España y es perfectamente legal y constitucional. La Constitución no ampara los conciertos. La libertad de enseñanza del artículo 27 se concreta en la posibilidad de creación de centros privados. Pero en modo alguno obliga a que las familias deban recibir una ayuda pública para elegir entre ambas redes, pública y privada, ni que ésta última deba ser financiada con fondos públicos. Así lo dejó asentado el Tribunal Constitucional en la sentencia 86/1985. Es, por tanto, políticamente posible y necesario.

Si me dijeran pide un deseo diría: me gustaría que la izquierda tuviera tan clara la importancia de la educación pública para defenderla como lo tiene la derecha para privatizarla. Porque lo que está en juego es un modelo de sociedad no solo de escuela. Volviendo a Danton, la educación debe ser lo primero porque nos hace mejores, es la base de todo y sin ella no hay democracia. La izquierda tiene que ser audaz y poner las luces largas para defender un modelo de educación que tenga como finalidad la construcción de un mundo mejor y un futuro de esperanza.

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La nada nos acecha https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77097/la-nada-nos-acecha/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77097/la-nada-nos-acecha/#respond Sun, 15 Oct 2023 05:15:00 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77097 Imagen de Gero Arias, el joven que se propuso el reto de conseguir 365 dominadas seguidas. — Instagram
Imagen de Gero Arias, el joven que se propuso el reto de conseguir 365 dominadas seguidas. — Instagram

Es tan difícil escribir de ninguna otra cosa que no sea el asedio a Gaza que se estará produciendo cuando este artículo salga.

Es tan difícil decir algo que valga la pena al respecto después de tantos días diciéndose todo tipo de cosas.

Es tan difícil como cada vez que se produce alguna catástrofe internacional fruto de la injusticia. Si te informas y lo piensas bien, lloras un rato, lamentas la impotencia de las instituciones y luego sigues con tus cosas.

Las mías son la actualidad nacional y los pormenores de una madre y compañera que cría y cuida.

El miércoles pasado cenábamos en familia y surgió la conversación sobre si los jóvenes de antes soñábamos con cambiar el mundo y los de ahora solo con cambiar su situación personal. ¿Antes queríamos ser héroes y ahora solo quieren ser ricos y famosos?

Por muy documentados que fueran nuestros argumentos al joven de trece años no le hicieron gracia nuestras conclusiones sobre lo que consumen en las redes sociales los de su generación y para contraargumentar nos contó la historia de Gero Arias, del que los mayores no sabíamos nada.

Nos explicó que este joven argentino, que tiene casi cuatro millones de seguidores en Tiktok, se había propuesto llevar a cabo un reto que consistía en hacer una dominada más por cada día de este año hasta completar los 365. Las dominadas resultaron ser unas flexiones de brazos colgado de una barra. Su abuela –la de Gero–, antes de morir, había declarado en un vídeo que creía mucho en él y que lo conseguiría. El chico peleó hasta el día 281 en que no pudo más por las heridas brutales que tenía en las manos.

Para terminar nos mostró el vídeo en el que abandonó en directo, después de caerse de la barra por el dolor insoportable por colgarse y colgarse de sus manos llagadas. Después de la 150, se tiró al suelo entre gritos y sollozos, dejando la barra cubierta de sangre.

Terminada su exposición y viéndonos las caras, nuestro joven se enfadó porque no pensáramos que lo que había hecho este chico fuera tan admirable ni digno de tamaño seguimiento.

A su modo adolescente, con varios "es que no sé explicarlo", contó que hay gente en Tiktok con esos números de followers que no hacen nada valioso. Al menos este chico enseñaba perseverancia y sacrificio e inspiraba a otros a hacer deporte.

Le reconocimos lo que decía y empecé a reflexionar sobre escribir este artículo. Seguro que en las redes hay historias valiosas, ejemplos dignos que no estamos valorando.

A la mañana siguiente googleé a Gero Arias. Es un joven argentino de 20 años que se gana la vida hace ya algunos haciendo dominadas.

Había pocas noticias sobre él, pero compensaban con la cantidad de faltas de ortografía. El texto que él mismo ha colgado también tiene muchas faltas; allí cuenta que está neurótico perdido solo pensando en volver a subirse a la barra, cosa que planea para el 1 de enero de 2024, cuando reintentará su gesta. Los vídeos con más visitas del momento del abandono son puro gritos y llantos. Las informaciones añaden que está en tratamiento médico por la infección que tiene en las manos.

Lo único que me gustó de la declaración de Gero es que siente "un gran vacío interior". Yo siento lo mismo por el culto extremo al cuerpo, al emprendimiento y a la exposición mediática que denota el éxito de esta historia y de otras parecidas.

No creo ser la única madre que se está encontrando con estos nuevos ídolos juveniles. En nuestros tiempos, la pobreza empujaba a unos pocos a jugarse el cuerpo delante de un toro o en un ring de boxeo porque de eso dependía un vuelco en sus vidas sin otras posibilidades. Ahora hay una inmensa mayoría buscando su lugar en el mundo ante un futuro laboral incierto en el dorado y los flashes, como el único camino seguro hacia porvenires prometedores.

Aún así, no estaba convencida de publicar este artículo: me dije que tal vez estaba exagerando y que lo de uno no es extrapolable al resto.

Entonces una amiga me contó que su hijo venía emocionado del centro comercial porque él y sus amigos se habían encontrado a un influencer con 22 millones de seguidores. Se había hecho una foto con ellos mientras "temblaban", según su relato. Cuando la madre preguntó, descubrió que los chavales no sabían bien qué hacía "pero tiene 22 millones de seguidores", insistían entusiasmados.

Pensando en las noticias de esta semana, mezclándolo todo en la coctelera de mi cabeza, estuve a punto del corto circuito. De repente, caí en la cuenta de que en el ataque de Hamás asesinaron a 1.300 israelíes y los ataques de Israel a Gaza ya han asesinado a 1.800 palestinos, a la hora que entrego este texto; muchos menos que los 7.291 que murieron solos y abandonados en nuestras residencias de mayores, solo en la comunidad de Madrid, y de momento nadie ha sido juzgado por ello. Si al estado no le importaron nuestros viejos que murieron solos y torturados, como han contado los testigos, aferrados a los barrotes buscando oxígeno, ¿cómo va a actuar por otros torturados más lejanos? Y si a nosotros, que queríamos cambiar el mundo, nos resulta imposible conseguir impedir que estas cosas sucedan o, al menos, que sean castigadas cuando ocurran en casa, ¿qué pasará cuando estén al cargo los que nunca soñaron con mejorar ni el mundo, ni el país, ni su barrio?

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Todo está en el contexto: cinco claves históricas y actuales para entender Palestina https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77078/todo-esta-en-el-contexto-5-claves-historicas-y-actuales-para-entender-palestina/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77078/todo-esta-en-el-contexto-5-claves-historicas-y-actuales-para-entender-palestina/#respond Sat, 14 Oct 2023 19:30:57 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77078 Una bandera de Palestina en una manifestación por su liberación, en Estrasburgo, Francia, a 13/10/2023. Mathilde Cybulski / Hans Lucas / AFP.
Una bandera de Palestina en una manifestación por su liberación, en Estrasburgo, Francia, a 13/10/2023. Mathilde Cybulski / Hans Lucas / AFP.

Nada puede comprenderse sin contexto. Y cualquier análisis sobre Palestina-Israel que desfigure o ignore el contexto histórico ni puede comprender, ni puede analizar. Hoy más que nunca, en medio del genocidio israelí en Gaza, sigue siendo necesario destacar que todo está en el contexto:

  1. El origen y la explicación clave: el colonialismo de asentamiento sionista contemporáneo que no representa al judaísmo

El contexto fundamental para comprender el conflicto Palestina-Israel no se retrotrae 2.000 años atrás. Tampoco remite a un conflicto religioso, aunque posee un contenido religioso considerable, debido a que se ubica en Tierra Santa y distintos actores utilizan la religión como elemento legitimador y movilizador. El contexto histórico clave para comprender Palestina-Israel es el colonialismo europeo contemporáneo.

La cuestión de Palestina-Israel comienza en Europa, a finales del siglo XIX, en uno de los momentos de mayor auge colonial de la contemporaneidad. Fue en este contexto de efervescencia del imperialismo-colonialismo, el nacionalismo y el racismo biologicista cuando surgió el movimiento sionista en Europa. Después de barajar diferentes territorios, el proyecto político sionista fue una expresión nacionalista que pretendía crear un Estado, exclusiva o mayoritariamente judío, en el mayor territorio posible de Palestina.

Todo ello a través del colonialismo de asentamiento, una modalidad de colonialismo en el que un gran número de colonos blancos –frecuentemente perseguidos en sus lugares de origen– se asienta en un territorio para quedarse y asimilar, discriminar, desplazar y aniquilar a la población nativa, como ocurrió en Australia, Canadá, Estados Unidos o Nueva Zelanda, y como acabó fracasando en Argelia o Sudáfrica. El colonialismo de asentamiento contemporáneo es inseparable del racismo y de la deshumanización de los pueblos colonizados, como se ha estudiado en el pasado y como estamos viendo estos días en Palestina.


Pero el movimiento sionista sólo era una propuesta minoritaria (entre otras opciones como el asimilacionismo, el autonomismo o el bundismo –esta última claramente socialista y antisionista–) para abordar el racismo antijudío en Europa. Así, el sionismo no representaba ni representa al judaísmo, ni a las comunidades judías. Desde su creación en 1948, el Estado de Israel tampoco representa al judaísmo, ni a las comunidades judías. Había y hay colectivos e individuos judíos no sionistas y antisionistas. Tanto laicos como religiosos, y tanto dentro como fuera del Estado de Israel.

En las últimas décadas del siglo XIX, Palestina no era una entidad diferenciada. Formaba parte del Sultanato Otomano y tenía un carácter multirreligioso desde hacía más de mil años. Por entonces, aproximadamente un 85% de su población era musulmana, un 11% cristiana y menos de un 5% judía. Y aquí llega la clave del pasado y del presente. El objetivo fundamental del movimiento sionista era crear un Estado exclusiva o mayoritariamente judío en el mayor territorio posible de Palestina. ¿Cómo conseguirlo, si menos de un 5% de su población era judía? Aunque la historia no es lineal, nunca está escrita y siempre está sujeta a incalculables contingencias, difícilmente podría conseguirse este objetivo sionista sin la segregación colonial y la expulsión masiva de la población nativa no judía. El movimiento sionista impulsó varias oleadas colonizadoras, fue aumentando el porcentaje de población judía en Palestina y recibió el apoyo del Reino Unido desde que este territorio fue incorporado al Imperio Británico al final de la Primera Guerra Mundial.

  1. El Estado de Israel colaboró con el nazismo y con dictaduras, y se creó y se mantiene a través de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad

El objetivo principal del movimiento sionista era establecer un Estado colonial en el máximo territorio posible de Palestina. Para ello, necesitaba sustituir al mayor número posible de personas nativas palestinas por colonos judíos –desde su establecimiento en 1948, el régimen israelí también persigue el propósito de dominar el máximo territorio posible con el mínimo de población palestina posible–. Con tal finalidad, el movimiento sionista no dudó en aliarse o colaborar con el III Reich, mientras que, tras la creación del Estado israelí, este contrató a criminales de guerra nazis de la Segunda Guerra Mundial y cooperó con numerosas dictaduras militares latinoamericanas. Aun así, todavía sigue siendo poco conocido que, en la década de 1930, la Federación Sionista Alemana firmó un pacto de colaboración con el nazismo (Acuerdo Haavará de agosto de 1933) y la organización paramilitar sionista Haganá también colaboró con el III Reich.


El régimen nazi no quería a judíos en Alemania ni en Europa y el movimiento sionista los quería en Palestina. Hasta Adolf Eichmann,​ que, según escribió Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén se "convirtió" al sionismo, siendo una "doctrina de la que jamás se apartaría", visitó la Palestina del Mandato Británico en 1937 de la mano de sionistas como Feivel Polkes. Durante la Guerra Fría, el jerarca nazi Otto Skorzeny (apodado 'el hombre más peligroso de Europa' y acogido por la dictadura franquista) trabajó para el Mossad israelí, como también lo hizo Walter Rauff (inventor de la cámara de gas móvil, que también trabajó en la Argentina y vivió durante décadas en Chile).

Además, el régimen israelí vendió armas y entrenó a fuerzas militares de la dictadura chilena, instruyó a paramilitares colombianos, apoyó a escuadrones de la muerte de El Salvador y Guatemala –incluyendo durante el genocidio maya ixil– y colaboró estrechamente con la Sudáfrica del apartheid, régimen colonial con el que cada vez más estudios trazan similitudes con Israel.

Para conseguir el máximo territorio posible con el mínimo de población nativa no judía, dentro del marco de proyecto sionista de colonialismo de asentamiento, el Estado de Israel se creó en 1948 a través de lo que conocemos en la actualidad como crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. En 1948, las tropas sionistas-israelíes perpetraron una limpieza étnica que supuso la expulsión de unas 800.000 personas palestinas, la destrucción o el desalojo de 615 localidades y el desmembramiento de Palestina. En términos del Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional, esto significa que Israel se creó a través de crímenes de guerra (como la "destrucción y la apropiación de bienes [...] a gran escala" o la "deportación") y crímenes de lesa humanidad (como el "traslado forzoso de población", es decir, la limpieza étnica) y que se construyó, se ha sostenido y se sostiene gracias al mantenimiento de más crímenes contra la humanidad contra la población palestina, como el apartheid y la persecución. Históricos informes de 2021 y 2022 de Human Rights Watch y Amnistía Internacional, respectivamente, detallan cómo las autoridades israelíes son culpables del crimen de apartheid.


  1. Al contrario que en el caso de los pueblos colonizados como el palestino, no existe el 'derecho a la autodefensa' de las potencias ocupantes como Israel, sino su obligación de proteger a la población ocupada

Si desde 1948 el régimen colonial israelí se ha construido y se ha mantenido a través de la limpieza étnica y el apartheid, a partir de 1967 también se convirtió en una potencia ocupante al conquistar y no retirarse –violando así la resolución 242, de carácter vinculante, del Consejo de Seguridad de la ONU– de Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza. Desde entonces, como potencia ocupante, adquirió la obligación internacional de proteger a la población colonizada y ocupada.

Por tanto, como explica la investigadora chilena-palestina Nadia Silhi, en Derecho Internacional Humanitario no existe el 'derecho a la autodefensa' de las potencias coloniales y ocupantes como Israel, sino su obligación de defender a la población colonizada y ocupada, es decir, a la población palestina de Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza. Algo que, por cierto, no varió por la firma de los Acuerdos de Oslo (1993-1995), aquella trampa israelo-estadounidense que, aunque fuese un fracaso, fue utilizada por el régimen israelí como cortina de humo para avanzar en su colonización y apartheid. Un deber de la potencia ocupante de proteger a la población ocupada que, por cierto, Israel ha violado sistemática y masivamente, al igual que los Derechos Humanos del pueblo palestino. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha condenado oficialmente a Israel en más ocasiones que a cualquier otro Estado del mundo.

Por su lado, también debe quedar claro que las resoluciones de la Asamblea General de la ONU 3070 (1973), 3246 (1974), 35/35 (1980), 37/43 (1982) y 45/130 (1990) "reafirman la legitimidad de la lucha de los pueblos por liberarse de la dominación colonial y la subyugación extranjera por todos los medios disponibles, incluida la lucha armada", mencionando aquí explícitamente la legitimidad de todas las formas de lucha de liberación del pueblo palestino.

  1. Un desequilibrio tan abismal y un doble rasero tan indignante que supone "el mayor escándalo moral de nuestro tiempo"

Para el intelectual camerunés Achille Mbembe, Palestina es "el mayor escándalo moral de nuestro tiempo". Lo es si tenemos en cuenta la historia y la operación genocida de estos días. Fijándonos en la infancia, no sólo lo es porque según Save the Children "la infancia palestina es la única en el mundo enjuiciada sistemáticamente por un procedimiento militar en lugar de civil". No sólo lo es porque tropas israelíes detienen a menores a diario y han llegado a detener a niños de 3 años (como en Hebrón el 27 de marzo de 2018), acusados de lanzar piedras. No sólo porque en julio de 2021, por ejemplo, asesinaron en Beit Ummar a Mohammed al-Alami, un niño palestino de 12 años, y en su funeral no solo atacaron a las personas asistentes, sino que asesinaron a otro joven de 20 años, Shawkat Awad. No sólo porque entre el año 2000 y el 6/10/2023, el apartheid israelí asesinó a 2.287 niñas y niños palestinos. No sólo por este infanticidio del siglo XXI, sino porque, como escribió el poeta palestino Mahmud Darwish, hacemos "memoria del principio / olvido del final". La Nakba palestina no sólo ocurrió hace 75 años, sino que lleva sucediendo 75 años ininterrumpidamente. Es un presente eterno.

Hoy más que nunca, es insoportable comprobar el doble rasero entre Ucrania, que recibe todo el apoyo de los gobiernos del Atlántico Norte, y Palestina, que sólo recibe criminalización y complicidad con la potencia colonizadora y ocupante que le oprime. La Unión Europea de Radiodifusión tardó solo un día en expulsar a Rusia de Eurovisión tras invadir Ucrania en febrero de 2022. Mientras tanto, Israel participa en Eurovisión desde hace décadas.

Hoy más que nunca, también es insoportable comprobar –aunque sea frecuentemente censurado en grandes medios euroamericanos– cómo década tras década el apartheid israelí asesina impune y sistemáticamente a personas adultas y a menores, a personal sanitario y a periodistas, en nombre de la democracia y en nombre del victimismo. No existe otro régimen colonial creado y mantenido a través de crímenes de guerra y de lesa humanidad que se presente al mundo como la víctima perpetua. Y todo ello con la estrecha colaboración de Estados Unidos, la Unión Europea y sus países, y otros Estados del Norte Global. De hecho, las complicidades académicas, culturales, económicas, militares y políticas son las que permiten el mantenimiento del apartheid israelí.

Los cuerpos y territorios palestinos son un laboratorio de pruebas de la industria armamentística y tecnológica mundial. Lo que se testea allí es exportado y comprado por todo el mundo: las técnicas policiales que aprenden fuerzas de seguridad del Estado español con israelíes, las tanquetas de agua israelíes que reprimen manifestaciones en Barcelona o Santiago de Chile o los drones israelíes que luego vigilan la Frontera Sur de la UE o los campos saharauis. Todo está interconectado, como las tiranías y los tiranos, por eso Netanyahu ha sido un estrecho aliado y amigo de Jair Bolsonaro, Donald Trump o Viktor Orbán.

Israel es el mayor exportador de armas per cápita del mundo. Ahora mismo, numerosas industrias de la muerte están subiendo en bolsa y obteniendo pingües beneficios, porque el Ejército israelí está demostrando en directo, una vez más, que las armas y tecnologías que utiliza funcionan, están tested in combat. Por eso, hay grandes intereses capitalistas en que el apartheid israelí y sus crímenes continúen. Por eso, la campaña global de BDS es la máxima esperanza del pueblo palestino: porque es la mayor coalición de la sociedad civil palestina, porque una campaña similar contribuyó en el pasado a la caída del apartheid sudafricano, porque acabar con las complicidades es la clave, y porque saben que no se puede confiar en el poder, y son los pueblos y los movimientos sociales quienes tienen que marcar el rumbo de la lucha contra las injusticias.

Así, a diferencia de Israel, Palestina no ha cometido una limpieza étnica para crear un Estado. A diferencia de Israel, Palestina no ha colonizado ningún territorio. A diferencia de Israel, Palestina no practica el apartheid. A diferencia de Israel, Palestina no tiene Estado, ni Ejército. A diferencia de Israel, la población de Gaza no tiene refugios, ni puede refugiarse, ni siquiera tiene pasaportes. A diferencia de Israel, la población de Gaza no roba la tierra a nadie. El 70% son refugiados expulsados de su tierra (que ahora es Israel) y todavía un mayor porcentaje depende de la ayuda exterior.

Gaza es uno de los lugares más densamente poblados del mundo, más del 90% de su agua está contaminada, y desde 2006 está bloqueada por tierra, mar y aire. Lo que significa que Israel no permite que entre ni salga nada ni nadie sin su permiso. Gaza se ha definido como un 'gueto', como 'la mayor cárcel al aire libre del mundo' o como un 'campo de concentración'.

En ocasiones, las autoridades israelíes han impedido que entren folios de papel, lápices o garbanzos a Gaza por 'cuestiones de seguridad'. También, periódicamente, impiden salir a niñas y a niños palestinos enfermos de cáncer u otras enfermedades graves para que sean tratados. A diferencia de Israel, Palestina no tiene armas nucleares, ni bombardea con fósforo blanco (un arma química prohibida). A diferencia de Israel, Palestina no lleva más de medio siglo siendo apoyada por la mayor potencia militar mundial. Pero, al mismo tiempo, la mayor potencia mundial cada vez lo es menos, y el 7 de octubre de 2023 las guerrillas del gueto de Gaza humillaron a la potencia colonial, ocupante y nuclear de Israel, cuyo servicio secreto parecía ser de los más avanzados y temidos del mundo...

¿Por qué lo ocurrido el 7 de octubre ha hecho poner el grito en el cielo a personas que nunca habían puesto el grito en el cielo cuando, por ejemplo, los militares y colonos del apartheid israelí asesinaron a 2.287 niñas y niños palestinos, entre el año 2000 y el 6 de octubre de 2023 –ahora ya son más de 3.000 desde el año 2000–? Como pasó con gran parte de la prensa y la opinión pública del Atlántico Norte con la descolonización de Argelia, lo que no perdonan, como escribiría Aimé Césaire, no es el crimen en sí, el crimen contra personas, sino el crimen contra personas blancas. Por tanto, es por racismo. El racismo, y en concreto el racismo islamófobo, que sigue marcando el día a día de las personas musulmanas o percibidas como musulmanas y las imágenes y representaciones que se proyectan sobre ellas.

  1. El 7 de octubre de 2023: ¿un antes y un después en la descolonización de Palestina?

El colonialismo moderno-contemporáneo tiene como base la deshumanización, el racismo, la subyugación y la violencia, tal y como explicó el intelectual afrocaribeño Frantz Fanon. Y la historia del siglo XX enseña que todo proceso de descolonización, ya sea en Angola, en Argelia, en la India, en Sudáfrica o en Vietnam, combina la resistencia no violenta y la lucha armada. Y ambas, según las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, son legítimas para acabar con la dominación colonial.

En mayo de 2021, los bombardeos israelíes sobre Gaza asesinaron a 256 personas palestinas. El apartheid israelí no necesitaba esgrimir ninguna justificación. Sólo que, en un barrio de Jerusalén, Sheikh Jarrah, las palestinas y los palestinos estaban negándose a sufrir una limpieza étnica. Así, quien volvió a bombardear Gaza (como en 2018, en 2014, en 2012, en 2008-2009...) no utilizó ningún casus belli. Los regímenes coloniales como Israel no necesitan casus belli, se crearon a través de crímenes de guerra y de lesa humanidad, y actúan con total impunidad en el entramado del sistema internacional, como estamos viendo estos días.

Pero el 7 de octubre de 2023 será recordado durante mucho tiempo. Los guerrilleros palestinos del gueto de Gaza, de más de diez facciones políticas diferentes y mayoritariamente refugiados, no sólo no habían conseguido destruir nunca tan eficaz ni rápidamente los sistemas de vigilancia y la 'valla inteligente' de tecnología punta, que les ha separado 75 años de sus tierras de origen, sino que nunca habían conseguido penetrar tan adentro en el territorio del que sus ancestros fueron expulsados. Algunos de ellos lloraron al llegar a la Palestina del 48. La prensa israelí tituló lo ocurrido el 7 de octubre de 2023 como un "fracaso colosal [israelí]", una "catástrofe nacional", "el mayor fallo de inteligencia en la historia israelí" o "el momento más difícil desde 1948".

Innumerables analistas internacionales y militares coincidieron. "Pase lo que pase en esta [nueva] ronda de la guerra Israel-Gaza", escribía Chaim Levinson en Haaretz, el 8 de octubre, "ya hemos perdido". Las guerrillas palestinas marcan el tempo. Y se abre un nuevo escenario, en el que se ha demostrado que Israel es más vulnerable de lo que parecía. Puede ser atacado y derrotado –aunque sea temporalmente– y su posición no sólo internacional, sino también del territorio que controla, puede alterarse.

El 7 de octubre de 2023 no sólo fue sabbat, lo que suele comportar menor actividad judía israelí en numerosos ámbitos. Fue el día siguiente al 50º aniversario de la Guerra del Yom Kippur, iniciada por sorpresa y con un fallo de inteligencia israelí por parte de las fuerzas egipcias y sirias para recuperar el Sinaí y los Altos del Golán, territorios de Egipto y Siria, respectivamente, ocupados por el Ejército israelí en 1967. Años después, Egipto consiguió recuperar el Sinaí a cambio de reconocer a Israel, pero los Altos del Golán continúan estando ocupados militarmente.

¿Por qué esta nueva fase en el proceso de descolonización de Palestina? Por varios factores. Desde el final de la pandemia, la resistencia palestina ha conseguido un alto nivel de coordinación, eficacia y planificación interna y externa. Algo que se ha podido comprobar especialmente en ciudades del norte de Cisjordania como Nablus y Yenín. Allí, ha surgido una nueva generación de jóvenes guerrilleros palestinos, hastiados de 75 años de colonialismo y apartheid, y muy críticos con la Autoridad Nacional Palestina, totalmente desacreditada, sin ninguna competencia real y obligada a colaborar con el régimen israelí. La primera semana del pasado mes de julio, el Ejército israelí invadió el campo de refugiados y refugiadas de Yenín, incluyendo fuerza aérea, en un despliegue militar de ocupación sin precedentes desde la Segunda Intifada (2000-2005).

Además, si se tienen en cuenta otros factores, la operación palestina Inundación de Al-Aqsa puede haber llegado en un momento apropiado para poder abrir una nueva ventada de oportunidad de cambio. El Gobierno israelí es el más ultraderechista de la historia, y con ministros abiertamente racistas (uno de ellos, Bezalel Smotrich, afirmó ser un "fascista homófobo" en enero de 2023) que incitan a cometer crímenes, y que han participado en linchamientos contra personas palestinas. La sociedad judía israelí está muy fragmentada y, desde enero de 2023, se suceden masivas protestas contra la destrucción de la separación de poderes de la etnocracia israelí.

Además, esta operación de descolonización intenta descarrilar los avanzados contactos entre la diplomacia israelí y saudí para establecer un reconocimiento mutuo, algo clave para el apartheid israelí, que siempre ha buscado desesperadamente su reconocimiento internacional. Aquí cabe enmarcar los denominados Acuerdos de Abraham entre Israel, por un lado, y Baréin, Emiratos Árabes, Marruecos y Sudán, por otro, entre agosto y diciembre de 2020. Estos pactos provocaron una gran indignación en el pueblo palestino y en el resto de pueblos árabes. Operaciones como esta pretenden que estos acuerdos no se puedan ampliar a más países. De hecho, Arabia Saudí ya ha afirmado que congela su proceso de normalización de relaciones con Israel y, en una noticia histórica, autoridades de dos grandes rivales del golfo Pérsico –el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman y el presidente iraní Ebrahim Raisi– han tratado por el teléfono sobre la situación actual en Palestina.

De hecho, también puede tratarse de un momento oportuno si tenemos en cuenta los cambios geopolíticos recientes. El pasado marzo, Irán y Arabia Saudí restablecieron sus relaciones diplomáticas. Ambos países, junto a otros, como Argentina o Egipto, se incorporan el 1 de enero de 2024 a los BRICS (originalmente, la asociación entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). El primer día del próximo año, los BRICS superarán no sólo en población sino también en porcentaje del PIB global al G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido).

Aunque los BRICS tienen acuerdos con el Estado y empresas israelíes, su perspectiva general es mucho más propalestina que la de los miembros del G7, como se está comprobando desde el pasado 7 de octubre. Si aquel día se demostró que Israel no puede defender ni su propio territorio, en medio de la reconfiguración geopolítica global, en el que por primera vez en mucho tiempo el centro del mundo está dejando de estar en el Atlántico Norte, puede perder su valor como gendarme regional estadounidense. Múltiples escenarios están abiertos...

Por último, quiero acabar con un recuerdo que atraviesa el pasado, el presente y el futuro, que ya recogí en mi artículo anterior en Público y que, hoy, sigue siendo más necesario que nunca, ante el genocidio israelí en Gaza: "Durante los bombardeos israelíes contra Gaza de verano de 2014, que acabaron con la vida de más de 2.200 personas, entre ellas más de 500 niñas y niños, centenares de supervivientes y víctimas judías del genocidio nazi publicaron una carta entonado el 'no en mi nombre', condenando 'la masacre en Gaza' y pidiendo el boicot (BDS) a Israel. Al final de su escrito se pudo leer: ''Nunca más' ha de significar nunca más para nadie'".

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Política de la rabia en Gaza https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77060/politica-de-la-rabia-en-gaza/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77060/politica-de-la-rabia-en-gaza/#respond Sat, 14 Oct 2023 05:36:00 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77060 Continuar leyendo "Política de la rabia en Gaza"]]> Política de la rabia en Gaza
Israel, Sderot: Se ven soldados israelíes en un tanque cerca de la frontera entre Israel y Gaza. Foto: Ilia Yefimovich/dpa

Resulta llamativo que para que habláramos de nuevo del conflicto entre Israel y Palestina haya hecho falta que Hamás haya ideado sin previo aviso una terrible masacre en territorio israelí con cientos de víctimas civiles y con la captura de rehenes. La rabia, la ira, la cólera que esto ha generado son comprensibles. Si nos ponemos en la piel de los familiares de esos jóvenes que han sido asesinados, se entiende que pidan la justicia en caliente, la justicia de la venganza. Pero, aunque lo parezca, la respuesta del gobierno de Israel no es espontánea. Busca multiplicar el daño recibido en parte por venganza, pero sobre todo para continuar su estrategia de colonización de Palestina, en la que Gaza molesta y mucho.

La rabia, la ira y la cólera no es patrimonio de los israelíes. En Gaza viven 2,3 millones, la mitad menores de 18 años, los mismos que han pasado desde que Israel retiró sus tropas y a 7.000 colonos de la Franja de Gaza en 2005, tras la segunda Intifada que dejó 3.000 muertos, la mayoría palestinos. Antes hubo una primera Intifada y varias guerras, todas ganadas por un ejército que ha convertido a Israel en la democracia liberal más militarizada del mundo. Según la ONG israelí B’Tselem, desde la Primera Intifada el conflicto ha generado más de 13 mil víctimas mortales, la mayoría los últimos años y sobre todo en Gaza. Los muertos palestinos multiplican por 10 a los israelís.

La ocupación israelí y colonización continuada desde 1947 hasta hoy consiste en encerrar literalmente a la población palestina de Cisjordania y Gaza, con la construcción de muros que rodean ambos territorios de tal forma que sus habitantes deben pasar controles militares no solo para abandonar los territorios palestinos, sino para moverse a una ciudad vecina o incluso en ocasiones dentro de su propia ciudad. Los numerosos checkpoints del ejército israelí son el engranaje de una maquinaria de humillación, represión y castigo que ha conformado un sistema de apartheid en todos los Territorios Ocupados de Palestina. No solo militares, sino también colonos armados, patrullan las ciudades palestinas, amenazan, amedrentan, atemorizan e incluso disparan y asesinan a la población palestina, dentro de su estrategia de hambre infinito de venganza y de sometimiento del pueblo palestino.

El estallido de violencia que hoy nos lleva a hablar otra vez de Palestina no es el primero, ni será el último. La desesperanza de unos y la inquina de los otros mantiene viva la espiral de la violencia que a quien más beneficia es a Israel. Desde la creación del Estado de Israel, la violencia armada ha sido el modo en que se ha dirimido el conflicto de quién se queda con el territorio palestino. El ganador ha sido de forma apabullante Israel. Y ha conseguido sus mayores avances después de guerras que de algún modo legitimaban el botín conseguido por el ganador. La actual escalada de violencia en Gaza va a subir de categoría el conflicto hasta el punto en que Israel encuentre excusas, ilegales, como siempre, pero percibidas como legítimas por su población y aliados más cercanos, para emprender una nueva ofensiva militar que le lleve a colonizar nuevos territorios. Todo ello es doblemente interesante para el gobierno Israelí actual, que dejará aparcada una grave crisis institucional que podía poner en riesgo la continuidad en el poder de Netanyahu, quien se beneficiará personalmente de una guerra, que sabe que bajo un prisma militar será ganada. Hamás por su parte verá reforzada su simpatía en una juventud desesperada, indignada y huérfana de futuro no solo en Gaza sino también en Cisjordania. La estrategia dará réditos políticos a unos y otros, pero dejará miles de muertos en un camino que quedará tristemente allanado para futuros estallidos de violencia que solo beneficiarán a un ejército israelí que se sabe ganador y a mandatarios que aprovechen la triste pero real popularidad que la guerra genera en sus dirigentes.

Aun así hay esperanza, Palestina está en el corazón de muchas gentes, partidos políticos, organizaciones y movimientos sociales. Porque lo correcto, aun sin elegir el camino de la violencia, es estar del lado del agredido, de la víctima. Y el agredido en esta guerra de largo plazo es el pueblo palestino y no al contrario. Lo dice una historia de agresiones, lo muestra el desigual poder militar entre Israel y Hamás, lo muestran los cientos de miles de muertos y heridos de este conflicto, casi todos palestinos, y una población de 5 millones que es víctima de las vejaciones propias de un sistema de apartheid que no se diferencia tanto del que el pueblo judío sufrió en el Holocausto. Palestina resiste gracias al apoyo internacional, a la ayuda humanitaria y a la solidaridad que pueda contrarrestar las políticas que pongan en peligro su supervivencia. La vía militar emprendida por Hamás puede reducir la simpatía que provoca la causa palestina y pondrá en riesgo apoyos de países vecinos, del mundo árabe y de algunos países Occidentales.

En lo inmediato cabe añadir que es necesario un alto el fuego que pare la violencia  y permita atender a las víctimas con garantías. No se debe cuestionar la ayuda humanitaria a Gaza. Congelar o eliminar la ayuda humanitaria, como ha sugerido una desnortada Unión Europea vestida de color caqui no afectará a los dirigentes políticos a los que se quiere penalizar, si no a una población en la que el 65% vive bajo el umbral de la pobreza. Se deben poner en marcha de nuevo unas negociaciones de paz en las que la Comunidad Internacional se involucre de tal manera que consigan un acuerdo justo que haga de Palestina un país viable. Para allanar el camino de que Israel y Palestina lleguen a tener que entenderse, convivir y compartir necesidades e intereses habrá que acabar con la presencia militar y militarizada de los colonos en los Territorios Ocupados por Israel. La política de la rabia de unos y otros no acercará la paz. En paz y seguridad hay que tener la mirada larga, para empezar hoy a construir la paz y la convivencia de mañana hay que cambiar cuanto antes del tablero militar al político y social.

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X y desinformación: la fábrica de mierda digital https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77022/x-y-desinformacion-la-fabrica-de-mierda-digital/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77022/x-y-desinformacion-la-fabrica-de-mierda-digital/#respond Sat, 14 Oct 2023 05:15:13 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77022 Continuar leyendo "X y desinformación: la fábrica de mierda digital"]]> Elon Musk asiste a una sesión informativa sobre inteligencia artificial para senadores en el Capitolio de Estados Unidos (Foto de Archivo).-MICHAEL BROCHSTEIN / Europa Press
Elon Musk asiste a una sesión informativa sobre inteligencia artificial para senadores en el Capitolio de Estados Unidos (Foto de Archivo).-MICHAEL BROCHSTEIN / Europa Press

Tras el ataque terrorista de Hamás contra población civil israelí y la respuesta de Netanyahu declarando el "Estado de Guerra", X se ha convertido en la peor herramienta para informarse y la peor herramienta para comprender lo sucedido.

No tiene que ver con propaganda al servicio de ningún movimiento. Los únicos intereses concretos que operan en X son los del "modelo de negocio" (vamos a llamarlo así) de Elon Musk y lo que le está haciendo a lo que hasta hace unos años era un dispositivo que medía el pulso de la opinión pública internacional. Un espacio minoritario (Twitter antes y X ahora no era ni mucho menos la red más popular de entre las disponibles) pero muy relevante, en la medida en que cruzaba información y opinión de expertos, periodistas, autoridades políticas y sociedad civil organizada y no organizada.

Esa composición tenía asociados problemas que no siempre se abordaban como es debido. Problemas de moderación, de desinformación o de difusión de propaganda. A veces por desinterés, a veces por la dificultad de hacerlo en entornos digitales muy abiertos, pero hoy nos encontramos esos mismos problemas multiplicados exponencialmente y articulados bajo un modelo económico y cultural que se piensa a sí mismo como modelo de éxito.

El asunto es tan grave que el Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios, el francés Thierry Breton, ha reclamado esta misma semana a Elon Musk que cumpla sus obligaciones controlando la difusión de odio y mentiras desde X. Musk ha respondido desafiando a la autoridad europea en una tensión que se mantiene desde hace meses y que pone en riesgo la permanencia de X bajo normativa europea.


El "viejo Twitter" ya llevaba un tiempo devolviendo a sus usuarios no lo que deseaban ver, sino lo que el sistema algorítmico de la red decidía que deseabas ver, pero Musk ha llevado esto a otro nivel. Ha cambiado la forma en la que se jerarquiza la información en su herramienta y privatizándola. Los usuarios de pago, para los que no existe, por supuesto, filtro alguno de incorporación más que el dinero, tienen prioridad en la difusión de los mensajes y en la aparición en los comentarios.

No es sólo que eso haya introducido un sesgo ideológico en los mensajes (ya hay estudios que hablan de la multiplicación del discurso de odio en la red) es que en dicho modelo existe la posibilidad de monetizar el contenido por impactos. Es decir, la herramienta incentiva que hagas contenidos que reciba mucha atención. No importa demasiado si la atención es buena o mala.

Es decir, se favorece económicamente la difusión de contenidos polémicos, sin ningún tipo de contraste. Estos días hemos visto acciones de Hamás atribuidas a Israel, acciones de Israel de hace seis años contadas como si acabaran de pasar, acciones de Israel atribuida a Hamás, imágenes de Ucrania que dicen ser Israel, la franja de Gaza o lo que toque, declaraciones a medios de comunicación hablando de Siria difundidas como informaciones sobre Irán y suma y sigue. También una tonelada de atrocidades sin filtro que se activan en modo "autoplay" para que no te pierdas nada. Todo con el objetivo de atraer tu atención y, especialmente, tu rabia.


Por otro lado, X quiere, como todas las redes sociales, que pases la mayor cantidad posible de tiempo en el interior de sus fronteras digitales, por ello castiga los enlaces y los difunde menos. Esta misma semana ha decidido borrar los titulares de los textos a los que se enlaza para enseñar sólo la imagen. Un golpe a la difusión de contenidos, especialmente de los medios de comunicación tradicionales, que ha sido recibido con una sorprendente falta de queja.

Lo que nos lleva a la que probablemente sea la parte más dura de toda esta situación. La idea de que "Twitter se muere" ha servido para que no hagamos el más mínimo esfuerzo por matarlo. Ha habido una pérdida de usuarios, sí, pero siguen perviviendo dos ideas de una enorme perversidad. Una es que esta situación es pasajera, que Musk tarde o temprano se cansará de su juguete y lo dejará en otras manos. La segunda es que no debemos abandonar los espacios donde se produce la opinión pública porque ahora están llenos de nazis, difusores de odio, cuentas de fakes, toneladas de bots, etc., sino que es precisamente ahora cuando toca dar la batalla cultural.

Creo que ambas ideas cometen errores. La primera porque cree que Musk carece de un plan, pero sobre todo porque cree que alguien querrá venir a "arreglar" la herramienta. Eso no pasa. Cualquiera que conozca la historia de las diferentes plataformas sabe que su destino es convertirse en barcos a la deriva cargados de zombies. Las nuevas generaciones ya no pasan ni pasarán jamás por X, no existirá nada mejor de lo que ya hay ahí dentro. Quedarse implica envejecer abrazados a una enfermedad degenerativa del lenguaje. Cuanto antes lo asumamos y empecemos a desplazarnos a otros lugares de manera organizada y colectiva, más gente podremos salvar de quedarse atrapada. Y al revés, cuanto más esperemos, más gente se quedará atrapada en una máquina de mierda digital.

La otra forma de dicha perversidad es la idea de que tenemos que "dar la pelea" de la opinión, pero no concebir que construir otras estructuras y herramientas de opinión sea dar dicha pelea. Lo mejor que podemos hacer es que la relevancia cultural de X caiga hasta que el ruido que genera sea reconocido por todos como lo que es: ruido. Nadie da la pelea cultural en la sección de comentarios de un medio digital. Antes se hacía. Los blogs y los foros eran hervideros de batallas culturales, pero las redes cambian y las herramientas cambian.

Otro motivo, quizás el más importante, es que irse implica deshacer los vínculos que tienes. Cualquiera que tenga un usuario en Mastodon o Bluesky sabe que eso simplemente no es cierto, esos vínculos son una fuerza magnética colectiva. Sólo hay que empezar a moverse. Empezar a desplazar la atención y el interés.

Es sorprendente (y gravísimo) que los medios de comunicación no hayan sido los primeros en marcharse. Es aún más sorprendente y más grave que no lo estén haciendo todas las autoridades públicas y cargos políticos que siguen dentro. Ni entro en la velocidad con la que personas con responsabilidad pública difunden bulos sin contrastar o participan de dicho discurso de odio. El problema es más bien de quien ve el problema, pero sigue sin hacer nada porque cree que no puede permitirse perder una comunidad que ya no le está leyendo (salvo que pague). Todo es una ficción.

Una vez más, será la sociedad civil la que marque el camino, pero hay que marcarlo. Hay que empezar.

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Una canción de amor y la curiosa relación entre Elisa Serna e Inés Palou https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77039/una-cancion-de-amor-y-la-curiosa-relacion-entre-elisa-serna-e-ines-palou/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77039/una-cancion-de-amor-y-la-curiosa-relacion-entre-elisa-serna-e-ines-palou/#respond Sat, 14 Oct 2023 04:57:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77039 Continuar leyendo "Una canción de amor y la curiosa relación entre Elisa Serna e Inés Palou"]]> A la izquierda la novelista de posguerra española Inés Palou (en la única foto de adulta que ha trascendido) y a la derecha la cantautora Elisa Serna.
A la izquierda la novelista de posguerra española Inés Palou (en la única foto de adulta que ha trascendido) y a la derecha la cantautora Elisa Serna.

A pesar de los vaivenes, Carne apaleada, de Inés Palou, sigue siendo una fuente inagotable de información y un grito de condena a la violencia que sufren las personas presas. Palou denuncia la situación en la que vivían las mujeres a las que, en palabras de Oliver Mancebo en el prólogo de la reedición de la obra, "un régimen moribundo trataba de ocultar, reeducar y marginalizar". Estos días, que hemos conocido la noticia de la muerte de Sara Caridi, una presa de la cárcel de Brieva (Ávila), la Carne apaleada, de la misteriosa Palou, resuena con fuerza.

El libro es un laberinto de pistas en el que cualquiera podría quedarse atrapada. Atrapada en un desfile de personajas con más o menos chicha, con historias más o menos cinematográficas, con narraciones y datos más o menos ciertos. Una de las mujeres con la que se encontró Palou en prisión podría ser la cantautora Elisa Serna. Es más que probable, pero vayamos descubriendo las pistas poco a poco. Palou cuenta que Serna llegó a la prisión de Carabanchel con su guitarra, que había sido detenida en un recital en un teatro: "A lo mejor cantando, cantando, se le fue la mano en la guitarra y la voz en la garganta, y se pasó".

La discográfica de Serna estaba dispuesta, al parecer, a pagar la multa que le pusieron, pero ella prefirió entrar unos meses en prisión: "Antes que cantante, era una mujer con ideas. La voz y la guitarra únicamente eran el vehículo de su expresión". El periódico Informaciones publicaba, el 11 de marzo de 1974, que, efectivamente, Serna era trasladada de la prisión de Carabanchel a la de Alcalá de Henares. Estaba presa porque se había negado a pagar una multa "que le había sido impuesta por la autoridad gubernativa" acusada de "propaganda ilegal por el texto de alguna de sus canciones". Serna, detenida el 1 de marzo, estuvo en la cárcel de Carabanchel apenas diez días.

Palou la recuerda con mucho amor en sus palabras aunque la cantautora, al recordar esos días, no parece acordarse precisamente de ella: "La humillación que sentí al ser tratada como una presa común [categoría de distinción entre personas presas especialmente habitual en aquellos años y en la que, sin duda, estaba incluída Palou] fue muy profunda e irremediable. Es posible que todavía viva. Suerte que estaban las políticas Jone Dorronsoro y Arantza Arruti, y todavía estaban cumpliendo condena; que habían sido juzgadas en el Proceso de Burgos, en 1970", escribió la cantautora para la jueza María Servini, encargada del proceso conocido como "La Querella Argentina". Estas declaraciones de Serna, y muchas otras, están recogidas en la tesis La formación de una cultura de la resistencia a través de la canción social, de Gustavo Sierra Fernández.


En 'Isa y su guitarra', el breve capítulo en el que Palou habla de su "amiga", esa que la comprendía en "el fondo y a flor de piel", cuenta que "Aránzazu, Arancha, la de Alcalá" se emocionaba especialmente cuando Isa cantaba 'Tu amor no es el final': "Unos versos magníficos, profundos, que compuso su marido, preso en Burgos y separado de ella recién estrenado su matrimonio". Este tema fue publicado, en 1975, en el álbum Brasa viva. El disco, coproducido por la discográfica francesa Le Chant Du Monde y la catalana Edigsa, confirma que, efectivamente, fue el marido de Arantxa Arruti Odriozola el autor del tema: Gregorio López de Irasuegui. En 1969, había sido detenido al tratar de rescatar a Arantxa de la prisión de Iruñea: "Tu amor no es el final, tu amor es un camino para andar, paso a paso, para llegar más firme al final necesario". "Tu amor son los otros", dice la canción. ¿Le enseñaría Arantxa, aquellos días en la cárcel de Carabanchel, la canción a Elisa ante la atenta mirada de Inés?

Elisa Serna, el nombre artístico de Elisa Gil Sánchez, estuvo presa en más ocasiones. Principalmente, por su actividad artística. Inés Palou ya estaba escribiendo Carne Apaleada cuando una de sus detenciones saltó a la prensa: "Hoy he leído que otra vez ha sido detenida después de un recital en Santander. Me acuerdo de ti, Isa. Te recordaré siempre". A Serna la detuvieron en Santander el 19 de enero de 1975, en torno a las tres de la tarde, a petición de la Dirección General de Policía de Valladolid, ciudad en la que se había desalojado violentamente uno de sus conciertos, provocando el pánico entre las y los estudiantes. Prohibieron también la actuación que tenía programada en la capital cántabra y, la prohibición, provocó, según la prensa de la época, protestas por la ciudad de unos doscientos jóvenes.

Unos meses después, en septiembre de aquel convulso 1975, Inés Palou se tumbó en las vías del tren y espero a ser arrollada por uno. Su muerte, igual que las noticias relacionadas con las detenciones de Serna, fue narrada por la prensa. Puede que la cantautora se enterara de su muerte y puede que la sintiera. Carne apaleada se publicó ya con su autora muerta, pero quizá Serna se hizo con una copia. Al menos en una ocasión, estando ambas en libertad, se encontraron en Barcelona y, tarde o temprano, Elisa Serna tuvo que conocer de la existencia del libro porque, atentas, participó en la película homónima. El film, dirigido por Javier Aguirre Fernández y protagonizado, entre otras, por Esperanza Roy y Bárbara Rey, contó también con una breve actuación de la cantautora. Puede que para entonces no sintiera ya esa "profunda e irremediable" humillación por ser confundida por una presa común.


Murió un septiembre, como Inés Palou, con 75 años.

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España, en la vanguardia europea para frenar a la extrema derecha https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76944/espana-en-la-vanguardia-europea-para-frenar-a-la-extrema-derecha/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76944/espana-en-la-vanguardia-europea-para-frenar-a-la-extrema-derecha/#respond Fri, 13 Oct 2023 05:52:35 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76944 Continuar leyendo "España, en la vanguardia europea para frenar a la extrema derecha"]]> El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (i) y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (d), en la rueda de prensa posterior a la reunión informal de Jefes de Estados o de Gobierno de la Unión Europea que asisten a la III Cumbre de la Comunidad Política Europea (Foto de Archivo). -FRANCISCO J. OLMO / Europa Press
Pedro Sánchez (i) y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (d), en la rueda de la III Cumbre de la Comunidad Política Europea (Foto de Archivo). -FRANCISCO J. OLMO / Europa Press

Las pasadas elecciones del 23 de julio evidenciaron la voluntad de los españoles de renovar el grito de "no pasaran" para detener el avance de la extrema derecha que en Europa resulta generalizado desde hace largo tiempo, y que entre nosotros dejó ver su peor cara en las elecciones locales y autonómicas del pasado 28 de mayo, al permitir al PP su salto desde los Parlamentos a los Gobiernos municipales y autonómicos gestionando las políticas de nuestro día a día. Bastaron escasas semanas para que la ciudadanía atisbara los enormes riesgos que acechaban nuestra convivencia pacífica y las bases sociales, económicas, culturales y políticas sobre las que se asienta. El pueblo reaccionó y volvió a las urnas con contundente determinación democrática para contestar los intentos de retroceso democrático.

Europa ha tomado buena nota del ejemplo español en su lucha contra el avance de la extrema derecha que amenaza las democracias contemporáneas, como lo muestran las conclusiones alcanzadas en el Foro parlamentario sobre "Estrategias contra la extrema derecha" organizado por la Fundación Friedrich Ebert en junio y octubre en Budapest y Estocolmo.

La estrategia de la extrema derecha se sostiene en amplias estructuras y redes internacionales, difundiendo con eficacia su mensaje, al tiempo que provocan ruidosas acciones locales para atraer la atención del público y de los medios de comunicación. Internet y las redes sociales desempeñan un papel importante en la expansión de una influencia amparada en la frustración con el sistema político y la erosión de la confianza ciudadana generada por la globalización y las numerosas convulsiones que la han acompañado durante los últimos años: crisis climática, crisis de seguridad (ataques terroristas), crisis financiera, crisis migratoria, crisis sanitaria (pandemia), crisis económica (inflación) y crisis energética. La extrema derecha busca capitalizar problemas reales con soluciones simplistas.

El populismo de la extrema derecha identifica todos los males en "las élites" que dan la espalda al "pueblo" identificando las élites con una "clase política" ajena a la voluntad del pueblo/nación. Identidad nacional, soberanía y herencia cultural pugnan con el liberalismo democrático y enarbolan políticas migratorias restrictivas, abogan por el proteccionismo estatal y cuestionan el multilateralismo internacional.

Los movimientos populistas de extrema derecha encuentran en el nacionalismo su esencia explotando las inseguridades y efectos negativos que han acompañado la globalización y defendiendo un programa explícitamente opuesto a la cooperación y la multiculturalidad: ¡la nación primero! El sistema vigente y el orden político establecido son los causantes de los males del pueblo, especialmente en cuanto refiere a la desintegración de la identidad cultural – espacio especialmente querido por la extrema derecha para provocar la división y el desencuentro -.

La extrema derecha reivindica la "normalidad" para oponerse a cualquier cambio que perciban como una amenaza para los valores tradicionales (políticas LGTBI frente a la familia tradicional), las normas culturales (el patriarcado frente a la igualdad real y efectiva entre géneros o la lucha contra la violencia de genero) o las estructuras sociales. Cualquier cambio se presenta como un intento de restringir el modo de vida tradicional anterior y atacar las libertades.

La extrema derecha enarbola temas que suscitan debates acalorados y polarizantes para alcanzar su máximo impacto y, de esta manera, cuando se comienza a tomar posiciones, la extrema derecha habrá tenido éxito llevando sus ideas al debate principal. Resulta muy difícil discutir estos temas de forma constructiva, precisa, rigurosa y basada en hechos. Ante el aprovechamiento de la frustración y la ira amplificada por la extrema derecha, pretender combatirla en el terreno "identitario/cultural" resulta baladí por tratarse de territorios emocionales y polarizados en los que los demócratas tendremos siempre enormes dificultades para vencer a través de una argumentación fáctica. No obstante, frente a la mentira y el odio, la última trinchera de los demócratas será argumentar la verdad sobre la incontestable realidad.

Los instrumentos retóricos de la extrema derecha buscan cambiar el ecosistema político. La extrema derecha está bien equipada para el debate populista pero su impacto se reduce cuando el debate se reconduce a las condiciones materiales y de clase de las personas, de los trabajadores, cuando se profundiza en los derechos.

La reivindicación del "cordón sanitario" resulta irrenunciable para crear una barrera entre los partidos democráticos y la extrema derecha de forma que los partidos democráticos ni acuerden ni pacten con los partidos de extrema derecha porque ello ayuda a normalizarlos y les da un escenario para exhibir sus posiciones. Pero no parece muy viable abogar por coaliciones políticas con todos los partidos democráticos para luchar contra la amenaza de la extrema derecha por la dificultad para sostener dichos acuerdos por parte de los partidos conservadores cuando se les ofrece la posibilidad de pactos con la extrema derecha.

Descubrir y desenmascarar las finanzas y las redes de la extrema derecha para mejor conocer su vasto sistema de apoyo, denunciar su turbiedad y contrarrestar su influencia. He aquí una de las claves de este combarte por la supervivencia de la democracia. El restablecimiento de la confianza en la democracia y las instituciones democráticas es una tarea ineludible. Hay que hacer más atractiva la democracia. Los partidos deben crear estructuras que permitan la participación y posibiliten un debate abierto.

Los jóvenes son otra clave por cuanto su alejamiento de la política trae causa tanto de su frustración con la política partidista tradicional como de su inmersión en los nuevos cauces tecnológicos de información y comunicación. Frente a ello la política debe encontrar la manera de recuperar con ellos un efectivo diálogo a través de estos nuevos espacios comunicativos sustentándolo en propuestas políticas que acometan sus preocupaciones e intereses.

La superioridad axiológica de la democracia frente a sus enemigos no debe llevarnos a pensar que los esfuerzos por combatir a la extrema derecha son baldíos e innecesarios. La historia nos ha ofrecido sobrados ejemplos de lo contrario.

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Nuestra salud a votación: por la prohibición del glifosato en la UE https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76991/nuestra-salud-a-votacion-por-la-prohibicion-del-glifosato-en-la-ue/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76991/nuestra-salud-a-votacion-por-la-prohibicion-del-glifosato-en-la-ue/#respond Fri, 13 Oct 2023 05:22:01 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76991 Continuar leyendo "Nuestra salud a votación: por la prohibición del glifosato en la UE"]]>
Nuestra salud a votación: por la prohibición del glifosato en la UE
Envases del herbicida Roundup, de Monsanto, que contiene glifosato. REUTERS/Benoit Tessier

La palabra glifosato se ha colado en los últimos meses en los medios de comunicación debido a que la Comisión Europea ha propuesto alargar su uso por diez años más, en vez de acabar con su utilización este mes de diciembre en toda la Unión Europea. El glifosato, también conocido por su marca comercial como RoundUp, es un herbicida no selectivo, que se usa para matar las "malas yerbas", tanto de las ciudades, como las del campo. Es el más utilizado en todo el mundo y genera millones de ingresos.

En 2017 se presentó una Iniciativa Ciudadana Europea para la prohibición del glifosato y la "protección de las personas y el medio ambiente frente a los pesticidas tóxicos", que reunió más de un millón de firmas en cinco meses. Y es que el glifosato es un pesticida químico tóxico y "probablemente cancerígeno para los humanos", como lo clasificó la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, que forma parte de la Organización Mundial de la Salud, en 2015.

Son muchos los estudios que afirman que el glifosato no es una sustancia benigna, y que, además, conlleva consecuencias ecológicas extremadamente significativas, provocando la caída de la biodiversidad al repercutir en organismos beneficios para garantizar la fertilidad y la productividad de los suelos como son los polinizadores o los depredadores de plagas de insectos. Otras evidencias científicas afirman que el glifosato repercute negativamente en la calidad de nuestros recursos hídricos y pone en peligro los ecosistemas acuáticos tal y como concluye el informe Glifosato y AMPA en aguas continentales, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológoca y el Reto Demográfico, publicado en julio de 2023: "dadas las grandes cantidades vertidas de esta sustancia como los resultados de los muestreos indican que el glifosato puede suponer un riesgo tanto en aguas superficiales como subterráneas, por lo que es preciso garantizar el control de este herbicida en toda España". Con la situación de escasez de agua que tenemos en la actualidad, si además, la contaminamos, tendremos poca y de mala calidad.

De hecho, centenares de municipios del Estado Español han aprobado mociones en los plenos de los ayuntamientos para la prohibición del uso del glifosato para el mantenimiento de espacios de uso público (parques, jardines, carreteras, etc) y poner en práctica alternativas menos tóxicas, promoviendo la jardinería ecológica, una práctica mucho más respetuosa con la regeneración de suelos y que no supone un riesgo para la salud. La Ciencia ha avanzado mucho desde que en 1974 Monsanto empezara a comercializar este herbicida, hay que evolucionar en paralelo con la emergencia climática que ya supone una merma en la biodiversidad y en la salud de las personas. La prohibición del glifosato no es puramente una cuestión mbientalista, es una cuestión de salud pública.

Este viernes hay una primera votación al respecto en el Comité de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos.  Si el glifosato no es benigno para la salud humana, daña a nuestros ecosistemas y a la biodiversidad, y hay alternativas a los herbicidas químicos como son las técnicas de agricultura ecológica, ¿por qué los estados miembros de la Unión Europea deberían votar a favor de extender 10 años más el uso del glifosato? ¿Qué votará el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación? En Sumar, lo tenemos claro: debemos acabar con los pesticidas tóxicos para protegernos a nosotras y al medio ambiente. Debemos articular una transición verde justa en nuestro país que no deje a nadie atrás. Hay que exigir responsabilidad y coherencia frente a los retos del presente y abrir una ventana de oportunidad para un futuro más sano.

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Reflexiones de un millonario a los 21: cuando todos somos iguales... excepto algunos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76793/reflexiones-de-un-millonario-a-los-21-cuando-todos-somos-iguales-excepto-algunos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76793/reflexiones-de-un-millonario-a-los-21-cuando-todos-somos-iguales-excepto-algunos/#respond Fri, 13 Oct 2023 05:10:27 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76793 Continuar leyendo "Reflexiones de un millonario a los 21: cuando todos somos iguales... excepto algunos"]]> Amancio Ortega y su hija Marta Ortega riéndose (Foto de Archivo). -MIGUEL RIOPA / AFP
Amancio Ortega y su hija Marta Ortega riéndose (Foto de Archivo). -MIGUEL RIOPA / AFP

En estos tiempos modernos, es simplemente maravilloso observar cómo la sociedad se esfuerza por mantenernos a todos en igualdad de condiciones. No importa quién seas o de dónde vengas, porque todos podemos disfrutar del mismo nivel de oportunidades.

Me complace informarte hoy sobre el asombroso milagro de las desigualdades sociales, donde todos somos iguales, excepto algunos afortunados. De hecho, esta igualdad es tan sorprendente que casi parece que algunos de nosotros tenemos un acceso más igualitario a la igualdad que otros. Pero no te preocupes, ¡es solo un pequeño detalle!

Los "Juegos Olímpicos de la Oportunidad"

Vivimos en una sociedad igualitaria, donde todas las personas tenemos las mismas oportunidades. Las puertas de la prosperidad están abiertas para todos, pero, lógicamente, tienes que saber qué puertas tocar y cuándo hacerlo.

Imaginemos por un momento que la vida son los "Juegos Olímpicos de la Oportunidad". Todos los participantes se alinean en la línea de partida, listos para correr hacia un futuro brillante. Por supuesto que, aunque algunos posemos sonrientes con zapatillas de correr de última generación y otros os tengáis que conformar con viejas alpargatas, al ser la línea de partida la misma, a todos nos separa la misma distancia de la línea de meta.


¡Ah! Y espero que no seas tú de esos que venga a decirme que no todos tenemos las mismas oportunidades solo por el hecho de que el 70% de la desigual distribución de la riqueza en España derive de las herencias. O porque se necesiten 120 años para que una familia del 10% más pobre alcance ingresos medios. O por lo insignificante que es que de las 100 personas más ricas de España 74 lo sean por haber heredado. Porque tú me puedes venir con datos, es cierto, pero ¿acaso no conoces a nadie que haya empezado en su garaje y actualmente aparezca en la lista Forbes?

La búsqueda del tesoro

Yo sí. Conozco a mucha gente que empezó desde cero. Mucha gente que fue en búsqueda del famoso "sueño americano" y lo encontró. Yo mismo lo alcancé a base de trabajo, esfuerzo y pasión. Me acuerdo perfectamente, además, cómo el sueño comenzó con miles de currelas trabajando en una mina de esmeralda. También pasamos por regímenes dictatoriales —siempre en el lado correcto, el ganador—, "empezamos de cero" mediante el séptimo banco más grande del país y dimos varias vueltas al mundo con paradas en Bangladesh, donde niños de 9 años cosían la ropa que el abuelo vendía. Con mucho trabajo.

No obstante, hay quien dice que, aunque todos podamos alcanzar el éxito, algunos recibimos un mapa del tesoro detallado. Un mapa del tesoro que incluye acceso a educación de calidad desde una edad temprana, conexiones con personas influyentes y la capacidad de tomar riesgos financieros sin temor a perderlo todo. Para otros, el mapa es un poco más vago, desdibujado, lleno de escollos. Como el de el 50% de las personas que abandonan prematuramente sus estudios y que pertenecen al 20% más pobre, con una total falta de conexiones y la necesidad de aceptar trabajos de mierda para poder mantener a su familia. Pero, joder, yo no puedo elegir en qué familia vas a nacer tú. Dudo que el problema lo tenga yo solo porque mi GPS de última generación sea más eficiente que tu linterna para buscar el tesoro en este oscuro y misterioso bosque. Quizá debas utilizar tu intuición, tirar de suerte y coraje. Te dejo, por si te sirve, una frase que tengo tatuada en el pie junto a la tobillera que me compré el mes pasado en Bali: la esperanza es lo último que se pierde.

Porque esta vez no cambio de opinión. Ya me he cambiado muchas veces de chaqueta durante mi corta vida de millonario. 21 años tengo. 21 años siendo millonario. No es fácil. Mi madre me decía que no fuera como el abuelo, pero yo seguía saliendo de fiesta como un condenado. ¿Estudiar? Para qué. Ya habrá buenos estudiantes a quien yo les arrebate la plusvalía.

La igualdad está en el aire

La cuestión principal, por tanto, es que vivimos en un mundo donde todos contamos con igualdad de oportunidades para tener igualdad de oportunidades. Es cierto que algunas personas pueden tener un poco de ventaja en la línea de salida, pero eso es solo porque son excepcionales en su capacidad para ser excepcionales.

Así que, mientras todos continuamos persiguiendo el esquivo sueño de la igualdad, recordemos que es importante reírnos de nuestras propias contradicciones y desigualdades, con la esperanza de que algún día podamos disfrutar verdaderamente de las mismas oportunidades. Mientras tanto, no te preocupes, ¡la ironía y el humor siempre estarán a tu disposición para aligerar el camino!

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Problematizar para avanzar https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76814/problematizar-para-avanzar/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76814/problematizar-para-avanzar/#respond Fri, 13 Oct 2023 05:10:20 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76814 Continuar leyendo "Problematizar para avanzar"]]> Un meme realizado por la autora a partir de la obra "El baño turco" de Jean-Auguste-Dominique Ingres
Un meme realizado por la autora a partir de la obra "El baño turco" de Jean-Auguste-Dominique Ingres.

Llevamos ya unos años viendo desde el feminismo cómo se nos cuela un discurso pseudoprogresista que iguala la sexualidad a cualquier otra actividad cotidiana. Hemos asistido a una deformación de aquella bonita idea que pretendía destabuizar el sexo para asegurar, entre otras cosas, una educación afectivo-sexual de los niños y jóvenes y convertirnos en adultos y adultas respetuosos con nuestras parejas. Ahora, esa normalización de la sexualidad en los espacios e instituciones públicas se ha convertido en una banalización del mismo. Como si no quisiéramos ver todas las implicaciones sociales y personales de las relaciones sexuales, se les está intentando extraer un componente que no sólo forma parte de estas, sino que es indispensable para su definición: la intimidad.

Pongo un ejemplo que nos persigue: el del debate sobre la prostitución. Ya he perdido la cuenta de las veces que, cuando una compañera abolicionista ha hecho referencia a la explotación sexual que sufren las mujeres prostituidas, he escuchado la frase: "Como si no te explotaran trabajando en un bar". Que la normalización de las condiciones ilegales en las que trabaja el personal de la hostelería debería revisarse de inmediato es una cosa. Ahora bien, poner al mismo nivel ese abuso con el que sufren las mujeres prostituidas me parece muy peligroso.

Estamos desproblematizando la sexualidad, y lo que necesitamos desde el feminismo es precisamente problematizar todo lo que nos pasa a las mujeres. Sólo si tomamos aquellos asuntos que hemos asumido, los diseccionamos y analizamos, nos daremos cuenta de que, ¡sorpresa!, forman parte de la estructura patriarcal. Y, por si no quedara claro, también sucede lo contrario: si quitamos las implicaciones sociales a absolutamente todo porque somos tan, tan, tan progres que nada nos eriza el vello, estamos alimentando las falacias del sistema. Así, en el caso del sexo, una cosa es que por fin podamos permitirnos hablar sin miedo sobre éste, y otra muy diferentes es igualarlo a cualquier otra actividad cotidiana.

Como si servir copas fuera lo mismo que estar desnuda ante un putero que piensa que puede hacer lo que quiera con nuestro cuerpo porque ha pagado por éste. Como bien dice Amelia Tiganus: "No es lo mismo pasar la fregona que ser la fregona". O, por seguir citando a compañeras, como bien explica Júlia Salander (@salander33), "mi padre me podría servir un café, pero no me podría hacer sexo oral. Mi hermana me podría hacer un masaje, pero no me podría tocar los genitales".


Algo parecido sucede con el polémico baile de Aitana sobre el escenario. Vale la pena puntualizar, antes de nada, que aquí lo que hay que problematizar no es a Aitana, ni como persona ni como artista. Porque el feminismo no señala cuestiones individuales, sino que las engloba en algo mucho más complejo y sistémico. Leía el otro día un artículo de opinión en el que se pretendía quitar hierro a la coreografía a través del mito de la libre elección, es decir, Aitana hace lo que quiere —como si su espectáculo no fuera el producto de decenas de personas tomando decisiones—; y de la normalización de la sexualidad, es decir, es "sólo" un baile.

Además, alertaba a las que éramos críticas sobre los peligros de la censura. Así, se crea una falacia que nos hace daño como feministas. Parece que aquellas que somos críticas, que nos hacemos preguntas, que tratamos de colocar las cuestiones que afectan a las mujeres dentro de un contexto y no en medio de una realidad blanca y apolítica, somos la censura. Una censura opresora que no deja a las cantantes expresarse "libremente" en el escenario, que no quiere que Aitana baile. Neomonjas. Casi reaccionarias.

Y mientras este discurso falaz se va filtrando, dejaremos sin respuesta cuestiones como por qué las mujeres para demostrar madurez artística debemos pasar por la sexualización, por qué la representación de hombres y mujeres es diferente en la industria musical, o si ellas deben pagar un tributo pornográfico para que el público adulto las atienda.


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Manual de investidura o cuando "la foto es lo más importante" https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76979/manual-de-investidura-o-cuando-la-foto-es-lo-mas-importante/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76979/manual-de-investidura-o-cuando-la-foto-es-lo-mas-importante/#respond Fri, 13 Oct 2023 05:08:15 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76979 Manual de investidura o cuando "la foto es lo más importante"
Vista del la pintura del presidente español y candidato del PSOE a la reelección Pedro Sánchez y al expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, dándose un beso en el mural del artista urbano TVBoy, en la plaza de las Glòries, a 8 de septiembre de 2023, en Barcelona, Catalunya (España).
David Oller / Europa Press

"La foto es lo más importante". Eso es lo que le dijo Rodríguez Zapatero al Rey de Marruecos Mohamed VI en Nueva York, a finales de septiembre de 2010. Y esa foto ahora es tal vez el mayor escollo para que Puigdemont de su sí a Pedro Sánchez mientras la Ejecutiva de Junts va a tientas y ERC sigue con desconfianza una negociación que les deja fuera de los focos. Justo lo que desea Puigdemont, para el que es vital recuperar lo que perdió frente a la ERC de Junqueras, erigida en interlocutora del Gobierno español gracias a las dos victorias electorales consecutivas en las elecciones a Cortes.

No hay que olvidar tampoco el precedente del pacto del Estatut entre Zapatero y Artur Mas en 2006. Volvemos a las andadas. La cabra tira al monte. ERC se quedó en 2006 desubicada. CiU, con Artur Mas a la cabeza, maniobró para estar en la foto, sellar el acuerdo y arrinconar a Esquerra. Lo importante, al final, no fue el contenido del Estatut. Los convergentes no cesaron en su intento de intentar levantar el listón estatutario en el Parlament. Pero no tanto por ambición si no para que descarrilara la entente entre republicanos y un PSC que comandaba entonces Pasqual Maragall. Para después, cuando ese exigente Estatut llegó a Madrid, devaluarlo, hasta pasar de cuclillas por debajo de ese mismo listón. De eso se jactó Alfonso Guerra que ya para entonces ejercía sin rubor un papel que en los últimos tiempos ha llevado hasta la sublimación. El de furibundo centralista, látigo de los nacionalistas e incluso bufón de una derecha que ahora lo vindica. Papel al que éste se presta con un entusiasmo indisimulado.

El propósito, el de verdad, era visualizar quien ostentaba la representación de Catalunya aunque fuera pasando por encima del Govern que ya para entonces presidía José Montilla. Artur Mas se salió con la suya dejando a Puigcercós lidiando en solitario contra molinos de viento para meter en el saco la gestión aeroportuaria. En balde. Ya no tenía fuerza negociadora alguna. Maragall estaba ‘KO’ y el hoy ministro Iceta bailaba al son del acuerdo rubricado con Mas. Lo de ahora tiene mucho de ‘deja vu’. Tiene más prisa por cerrar el acuerdo Puigdemont que Junqueras. Para el primero significaría su rehabilitación pública en el terreno de juego. Para el segundo ser ninguneado. O peor aún, ver cómo tras abrir un sendero asumiendo el desgaste, desbrozando el camino con Puigdemont sembrando el camino de alambre espinoso, aparece de repente Puigdemont transitando por este como si del Pantocrátor se tratara.

La investidura de Pedro Sánchez está cerca. Mucho más de lo que se podía esperar y con un coste mucho menor. Tanto que en estos momentos lo más complejo es cómo escenificar el acuerdo. Puigdemont quiere a alguien más que a Yolanda Díaz en la foto. Quiere a alguien que represente de verdad al Gobierno español, que lo alumbre como interlocutor y estadista u ‘hombre de estado’, tal como en Barcelona trasladaron los posconvergentes a Esteban González Pons.

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El esperpento y el asco https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76968/el-esperpento-y-el-asco/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76968/el-esperpento-y-el-asco/#respond Fri, 13 Oct 2023 05:05:28 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76968 Continuar leyendo "El esperpento y el asco"]]> El esperpento y el asco
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (c), asiste al solemne acto celebrado en memoria de las víctimas de los ataques terroristas sufridos por Israel, en la Sinagoga Beth Yaacov, a 10 de octubre de 2023, en Madrid (España). Fernando Sánchez / Europa Press

En la última campaña electoral el PP trató de desacreditar al Gobierno de Pedro Sánchez asociándolo con el terrorismo de ETA que según su interpretación, contraria a la sentencia del Tribunal Constitucional de mayo de 2011 en la que se legalizó Bildu, estaría representada en esta organización política. Bildu no formaba parte del Gobierno de coalición, pero apoyó algunas de sus iniciativas legislativas junto con ERC. Por ejemplo, la ley de vivienda. Esta ley llegó en un momento en el que Bildu, con un criterio poco presentable que ante las críticas modificó, había decidido incluir en sus listas a siete exterroristas con condenas cumplidas por delitos de sangre. De poco sirvió que rectificara. El PP, a través de la persona de Pedro Rollán, senador y miembro de la dirección del partido, valoró la ley de vivienda que se aprobó en estos términos: "Los cimientos de esta ley se levantan sobre las cenizas del centro comercial Hipercor, con 21 muertos, cuatro de ellos niños; sobre los escombros de la plaza de la República Dominicana, donde fueron asesinados 12 guardias civiles; sobre los hierros retorcidos de la casa cuartel de Zaragoza, donde se arrebató la vida a 11 personas".

A vincular a Pedro Sánchez con ETA animó Isabel Díaz Ayuso durante meses con un eslogan tan retorcido como zafio que no hace falta repetir aquí. El mensaje que se quería mandar era el de que Pedro Sánchez tiene el respaldo de terroristas lo que mutatis mutandi puede querer decir también que los votantes de Sánchez, no digamos ya los que votan a formaciones a su izquierda, son filoetarras. Una estrategia electoral basada en negarle al adversario su legitimidad al identificarlo con el terrorismo de ETA era una estrategia electoral condenada al fracaso, como los resultados del 23J vinieron a demostrar. Presentar al contrario no como quien lidera un proyecto con el que se tienen discrepancias que se busca confrontar, sino como la encarnación misma del mal que la sociedad española identifica como absoluto, el terrorismo de ETA, es jugar tan sucio que puede tensionar el sistema hasta hacerlo reventar. Es  muy difícil saber cuánto de la percepción ciudadana de radicalización y consiguiente falta de credibilidad del PP es atribuible a la campaña que consistió en agitar el fantasma de ETA y cuánto a la exposición de su relación con la ultraderecha en los territorios en los que pactó gobiernos con Vox. En todo caso, no parece que la primera cuestión sea en absoluto desdeñable.

Que en la fase que se ha abierto tras la investidura fracasada de Feijóo el PP haya decidido centrar su oposición en la aprobación de una ley de amnistía era algo que de tan esperado aburre. Y en eso andaban. Agitando, convocando mítines/manifestaciones/vermús, llenándose los pulmones con mucho aire (como si quisieran quedárselo todo para ellos) cuando tuvo lugar la incursión terrorista de Hamás en territorio israelí. Mientras el mundo entero asimilaba lo ocurrido, las organizaciones internacionales respondían, los gobiernos se posicionaban y las opiniones públicas nos alarmábamos conscientes de que seremos sepultadas por iguales niveles de horror y propaganda, el PP corrió a buscar la manera de conectar a Pedro Sánchez con el terrorismo de Hamás.

El único terrorismo que hace ya tiempo que el PP no le afea al PSOE, curiosamente, es aquel que este partido instigó durante décadas desde el gobierno. En junio de 2020 PSOE, PP y VOX votaron en contra de la creación en el Congreso de una comisión de investigación sobre "los vínculos y responsabilidades de los gobiernos presididos por Felipe González y los GAL". Al fin y al cabo fue José María Aznar, el presidente con más indultos en nómina en la historia de nuestra democracia, quien hizo lo propio con Vera y Barrionuevo. Porque para el PP, en realidad, el problema antes, durante y después, única y exclusivamente es ETA.

En suma, el PP 3.0, el de la heredera de Esperanza Aguirre y el señor de Galicia que está a ver qué pasa con lo suyo, ha logrado que el partido de los GAL se convierta en el partido de ETA y, sin miedo de estirar tanto el chicle que se les pegue a ellos en la cara a la que vuelve por efecto boomerang, en el partido llamado a abrir las puertas de España a la Yihad. Eso si cuando lleguen no se la encuentran rota y disgregada por obra del separatismo catalán.

Para el PP España está bajo una amenaza descomunal. Vive su hora más crítica. Enemigos internos y externos nos acechan y en medio de tanta amenaza y zozobra Pedro Sánchez, a quien los medios conservadores de Madrid ya no sacan coplillas después de lo sucedido con "el perro", se frota las manos y sonríe complacido al saber que ha entregado el destino de los españoles, el futuro de nuestra patria, al separatismo, a ETA, a la izquierda bolivariana, a sus amigos de Hamás y, como quizá alguno de estos días veremos en la portada de uno de esos periódicos que le dedican reportajes promocionales a la presidenta de Madrid, al mismísimo Boko Haram.

Ayuso, como siempre, es quien más arriesga. Mujeres violadas y ensangrentadas y bebés decapitados han poblado sus intervenciones de estos días, destinadas a criticar a Sánchez -y ya que estábamos, por supuesto, también a las feministas- en una medida bastante mayor que a manifestar su solidaridad con las víctimas. Si sintiera por ellas el respeto que merecen o la más mínima empatía a buen seguro habría ahorrado detalles escabrosos (no digamos nada de informaciones sin contrastar) por pudor, por respeto, por la institucionalidad del cargo que ostenta. Habría hablado, como corresponde, de atrocidades, y habría expresado su dolor, su mano tendida y sus condolencias. Es sabido que los dirigentes madrileños tienen muy buenos amigos en Israel y sin duda este Estado se valdrá en todo el mundo de amistades como éstas. Contamos con ello. Pero utilizar sin pudor a las víctimas, hacer amarillismo y difundir bulos, escandalizar, mentir y provocar en un momento de estrés de la opinión pública como el que estamos viviendo tal vez no dé el resultado que se busca. La demagogia de Ayuso, tratándose de víctimas cuyas imágenes están al alcance de cualquiera se muestra como lo que es, una manipulación impúdica, asquerosa y esperpéntica.

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Reflexiones tras salir de Palestina https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77010/reflexiones-tras-salir-de-palestina/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77010/reflexiones-tras-salir-de-palestina/#respond Fri, 13 Oct 2023 04:38:16 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77010 Reflexiones tras salir de Palestina
Territorios Palestinos, Ciudad de Gaza: Una visión general de la destrucción en el barrio de Karama tras el bombardeo israelí en la ciudad de Gaza. Foto: Mohammed Talatene/dpa
Fecha: 10/11/2023.

El pasado viernes, 2 de octubre, llegué a Palestina. Hacía casi siete años que no había vuelto. Y la última vez fue muy dolorosa. Los oficiales israelíes en la frontera nos trataron muy mal a mi marido (palestino), a mi hija (una bebé de dos añitos) y a mí, trabajadora humanitaria de una ONG española presente en el país. Me prohibieron pisar Israel y Jerusalén Este. Desde entonces, he tenido miedo de volver, y de traer a los niños a lo que es su segunda casa, donde tienen a la mitad de su familia, a la que apenas conocen. Así se borra su memoria palestina. Pagas un precio muy alto para conservarla.

Palestina es para mí un segundo hogar. Allí construí mi familia, decidí casarme, compré mi primera casa.

En los cinco años que viví en Palestina, aprendí a entender mejor el mundo, o a entenderlo menos, según se mire. Me fascinó el sentido del humor y la capacidad de amar de la gente. Comprobé que hay una conexión mediterránea y unas raíces compartidas, que las árabes son nuestras primas y que nos hablamos mirándonos a los ojos. Me horroricé con la violencia, la xenofobia, con la estructura racista y colonial que Israel ha construido por su propio miedo a la destrucción. Vi los efectos de la militarización y la violencia en la sociedad y las vidas de la gente, en ambos lados. Por la acción e inacción internacional, se ha perdido toda opción de vivir en paz. Los y las palestinas no son tratados como seres humanos con derechos fundamentales y dignidad. El mundo lleva décadas mirando para otro lado mientras sistemática y diariamente se les aniquila.

Me sentí incomprendida por algunas de mis amistades en España, que insistían en defender la vergüenza que Israel hace en Palestina, sin tener la intención de ver la realidad o tratar de conocerla. Busqué israelíes con los que poder hablar, encontré algunos pocos. Tenían un papel extremadamente difícil en su sociedad. Son una minoría, atacados por su propia comunidad y viviendo en absoluta persecución por defender la paz, por cuestionar la ocupación ilegal, señalar los crímenes de su ejército o recordar que Israel está construyendo una narrativa distorsionada de la historia de Oriente Próximo.


Me entristecí con la deriva fundamentalista islámica y con la dificultad de que mis compañeras feministas palestinas pudieran encontrar el espacio y los recursos para proteger a las mujeres de la violencia que sufren debido a su condición de mujeres, en un mundo patriarcal, colonial y violento.

He pasado una semana maravillosa y horrible en Palestina. Feliz de encontrarme con tanta gente a la que admiro y quiero. Triste por ver cómo en 10 años ha crecido la presencia de colonos israelíes sobre el territorio ocupado, ejerciendo la violencia de manera descontrolada y bajo la protección de su ejército. He visto un Gobierno israelí más violento y radical que nunca, demoliciones de casas en Jerusalén Este, la implementación de un plan perfecto de control total del territorio, que es ilegal, que ha sido declarado un crimen de guerra por el Derecho Internacional y que asfixia a la población palestina. Me topé con el muro que cierra Cisjordania, vi sus pintadas pidiendo libertad. Y, esta semana, he visto de nuevo cómo Occidente sigue mirando para otro lado y carece de la capacidad para contribuir a la construcción de una solución pacífica aquí.

Los representantes consulares con los que hablé la semana pasada reconocían la paradoja de seguir defendiendo la solución de los dos estados, agotada e inviable ya sobre el terreno, pero incuestionable en el diálogo con las capitales europeas que repiten ese mantra, aun sabiendo que es un imposible.


Durante la semana pasada, las festividades judías han impedido que ninguna persona palestina pudiera salir de Gaza para trabajar en Israel o recibir tratamiento médico. Tampoco las internacionales que trabajamos en ONG humanitarias hemos podido entrar y hacer nuestro trabajo. Un trabajo que consiste en recoger las piezas rotas de las últimas guerras en esa cárcel a cielo abierto que es la Franja y que, después de tantos años, hemos normalizado y aceptado, a pesar de que en ella viven más de dos millones de personas en pocos metros cuadrados.

La evacuación

El pasado sábado, 7 de octubre, a las 6 am, empezó a sonar una alarma en el teléfono que indicaba que se activaban las alertas en suelo israelí por cohetes lanzados desde Gaza. Y mi WhatsApp se llenó de mensajes de Hala y Fatma, trabajadoras de mi organización, mujeres gazatíes, angustiadas. Preguntaban: ¿sabéis lo que está pasando? ¿Tenéis algún mensaje de Naciones Unidas? Oímos muchas explosiones, tenemos miedo, no entendemos qué sucede. A las 7 de la mañana, ya estábamos alucinando con las noticias que llegaban y tratando de entender la situación. La dimensión de lo que estaba ocurriendo era imposible de medir y no se parecía a nada de lo que yo había presenciado en el tiempo que residí en Jerusalén ni en los años posteriores. Era horrible.

Ya en el taxi camino a Jordania, estábamos en fila, parados ante un checkpoint en los coches y autobuses llenos de palestinos en dirección a Jordania. En media hora, la situación se había descontrolado por completo. No tengo un buen registro de todos los acontecimientos. Había muchos mensajes, llamadas y comunicaciones. No podía decidir por mí misma qué hacer; no tenía la información necesaria. Y, mientras tanto, llegaban noticias sobre el secuestro de israelíes, las muertes de civiles, los cohetes, los mensajes de alerta y el horror de lo que estaba sucediendo.

En minutos, llegar a Jericó para refugiarnos ya no era una opción porque el ejército israelí lo había cerrado. Las Naciones Unidas indicaban que había disparos de colonos israelíes a vehículos palestinos en las carreteras de Cisjordania y que se debía evitar cualquier movimiento. Ya se había dado la instrucción de permanecer dentro de casa y buscar refugio debido a los cohetes lanzados desde Gaza. Las sirenas sonaban, se escuchó una explosión en Beit Jala (Belén) y más explosiones cerca de Ramala. Mis compañeras palestinas lloraban y mandaban mensajes de voz al grupo del equipo.

Llegaron más llamadas, más mensajes y más nervios. Finalmente, confiamos en que nuestros pasaportes nos permitirían entrar en una Jerusalén que ya estaba bloqueada. Y así fue. Ya en Jerusalén, los colegios palestinos estaban enviando a los niños a casa, la gente cerraba sus tiendas y buscaba refugio. Algunos grupos celebraban los ataques, otros miraban al cielo con estupefacción. La confusión era abrumadora. Pero conseguí llegar de vuelta a la casa de mi compañera.

Escribo estas líneas el lunes, 9 de octubre de 2023. Estoy a bordo de un avión desde Amán camino a Madrid. El mismo vuelo que debería haber tomado, pero ayer domingo. El sábado por la mañana todo se torció. Por un lado, pienso que lo que he vivido en los últimos dos días es insignificante en comparación con lo que está ocurriendo, pero, por otro, estoy sobrepasada. Creo que fue el miedo que pasé, saber que mi familia estaba sufriendo por mí, ver a las compañeras palestinas aterrorizadas muertas de miedo o las imágenes mismas de toda la violencia que se ha desencadenado. Ahora siento miedo, rabia e impotencia por saber que van a morir muchas personas inocentes. Pensar que es la misma historia de siempre y, al mismo tiempo, una nueva, más terrible y abrumadora. Y es saber que, una vez más, el mundo da la espalda a muchas personas inocentes. Cada vez más belicistas y que cada vez hay menos opciones de buscar la paz con deliberación y compromiso político.

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El Borbón Carlos III ordenó descuartizar a Túpac Amaru y ejecutar a toda su familia https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77000/el-borbon-carlos-iii-ordeno-descuartizar-a-tupac-amaru-y-ejecutar-a-toda-su-familia-2/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/77000/el-borbon-carlos-iii-ordeno-descuartizar-a-tupac-amaru-y-ejecutar-a-toda-su-familia-2/#respond Thu, 12 Oct 2023 11:27:33 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=77000 Continuar leyendo "El Borbón Carlos III ordenó descuartizar a Túpac Amaru y ejecutar a toda su familia"]]> Tupac Amaru, líder indígena peruano.
Tupac Amaru, líder indígena peruano.

La rebelión de Túpac Amaru estalló el 4 de noviembre de 1780, dentro del contexto de las reformas fiscales borbónicas que puso en vigor el rey Carlos III durante la segunda mitad del siglo XVIII, cuando el monarca se encontraba en plenas funciones en España, rodeado de sus asesores.

Túpac Amaru se rebeló ante las injusticias que sufrían los indios, como el aumento del tributo (impuesto por cabeza) y la brutalidad del trabajo forzoso en la mina de Potosí (hoy Bolivia).

Por otra parte, para la mayoría de los historiadores, el siglo XVIII representó el período de mayor explotación del campesinado indígena. De este modo, el sistema colonial se asentaba en la opresión de los campesinos para satisfacer los intereses de la metrópoli. Túpac Amaru se rebeló entonces contra un colonialismo despótico basada en una dogmática y anquilosada superestructura de colonialidad cuya manifestación más elocuente se constituye en su sentencia a muerte.

Las reformas borbónicas, implementadas por Carlos III a fines del siglo XVIII, en su afán centralizador y recaudador, significaron un aumento del trabajo y la opresión de los indígenas.

La rebelión buscaba transformaciones internas

La independencia propuesta por Túpac no era sólo un cambio político, implicaba modificar el esquema social vigente en la América española. Su movimiento produjo una profunda conmoción en el Perú, grandes transformaciones internas y amplias resonancias americanas. Decía un pasquín de la época: «muera el mal gobierno; mueran los ministros falsos, y viva siempre La Plata.... Y mueran como merecen los que a la justicia faltan y los que insaciables roban con la capa de aduana».

Túpac Amaru, Micaela Bastidas Puyucawa -con quien se casó cuando tenía 20 años- junto con sus huestes comenzaron su revolución reteniendo al corregidor Antonio de Arriaga. Seis días después fue ejecutado. A partir de ese momento, y desde su epicentro en la provincia de Tinta, la rebelión se expandió con gran rapidez tanto hacia el norte (hasta el Cuzco ) como hacia el sur, llegando hasta el lago Titicaca para penetrar finalmente en territorio de la Audiencia de Charcas , hoy Bolivia, señala la historiadora María Luisa Laviana Cuetos.

El 17 de mayo de 1781 Túpac Amaru fue condenado a muerte. La condena alcanzó a toda su familia ya que recomendaba que fuera exterminada toda su descendencia, hasta el cuarto grado de parentesco.

Túpac fue sometido a las más horribles torturas durante varios días. Se le ataron las muñecas a los pies. En la atadura que cruzaba los ligamentos de manos y pies fue colgada una barra de hierro de 100 libras e izado su cuerpo a 2 metros del suelo causándole el dislocamiento de uno de sus brazos. Túpac no delató a nadie. Se guardó para él y la historia el nombre y la ubicación de sus compañeros.

El siniestro visitador Areche, quien redactó la sentencia y obedecía órdenes del rey Carlos III, debió reconocer el coraje y la resistencia de aquel hombre extraordinario en un informe al virrey donde dejaba constancia de que a pesar de los días continuados de tortura, "el inca Túpac Amaru es un espíritu y naturaleza muy robusta y de una serenidad imponderable".

Reinaba Carlos III (1759-1788). El 18 de mayo de 1781, los rebeldes quedaron expuestos a los "civilizadores", que los descuartizaron.

El sadismo de las tropas del borbón Carlos III

A continuación transcribimos textualmente el relato de la muerte de la familia Túpac Amaru contada por sus asesinos:

"El viernes 18 de mayo de 1781, después de haber cercado la plaza con las milicias de esta ciudad del Cuzco... salieron de la Compañía nueve sujetos que fueron: José Verdejo, Andrés Castelo, un zambo, Antonio Oblitas (el que ahorcó al general Arriaga), Antonio Bastidas, Francisco Túpac Amaru; Tomasa Condemaita, cacica de Arcos; Hipólito Túpac Amaru, hijo del traidor; Micaela Bastidas, su mujer, y el insurgente, José Gabriel. Todos salieron a un tiempo, uno tras otro. Venían con grillos y esposas, metidos en unos zurrones, de estos en que se trae la yerba del Paraguay, y arrastrados a la cola de un caballo aparejado. Acompañados de los sacerdotes que los auxiliaban, y custodiados de la correspondiente guardia, llegaron al pie de la horca, y se les dieron por medio de dos verdugos, las siguientes muertes: A Verdejo, Castelo, al zambo y a Bastidas se les ahorcó llanamente. A Francisco Túpac Amaru, tío del insurgente, y a su hijo Hipólito, se les cortó la lengua antes de arrojarlos de la escalera de la horca. A la india Condemaita se le dio garrote en un tabladillo con un torno de fierro... habiendo el indio y su mujer visto con sus ojos ejecutar estos suplicios hasta en su hijo Hipólito, que fue el último que subió a la horca. Luego subió la india Micaela al tablado, donde asimismo en presencia del marido se le cortó la lengua y se le dio garrote, en que padeció infinito, porque, teniendo el pescuezo muy delgado, no podía el torno ahogarla, y fue menester que los verdugos, echándole lazos al cuello, tirando de una a otra parte, y dándole patadas en el estómago y pechos, la acabasen de matar. Cerró la función el rebelde José Gabriel, a quien se le sacó a media plaza: allí le cortó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo. Le ataron las manos y pies a cuatro lazos, y asidos éstos a las cinchas de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamás se ha visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos no fuesen muy fuertes, o porque el indio en realidad fuese de hierro, no pudieron absolutamente dividirlo después que por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo que lo tenían en el aire en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, para que no padeciese más aquel infeliz, despachó de la Compañía una orden mandando le cortase el verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo debajo de la horca, donde se le sacaron los brazos y pies. Esto mismo se ejecutó con las mujeres, y a los demás les sacaron las cabezas para dirigirlas a diversos pueblos. Los cuerpos del indio y su mujer se llevaron a Picchu, donde estaba formada una hoguera, en la que fueron arrojados y reducidos a cenizas que se arrojaron al aire y al riachuelo que allí corre. De este modo acabaron con José Gabriel Túpac Amaru y Micaela Bastidas, cuya soberbia y arrogancia llegó a tanto que se nominaron reyes del Perú, Quito, Tucumán y otras partes..."

Las partes de los cuerpos de los condenados y ejecutados fueron colocadas en picas en las ciudades en las que había triunfado el intento revolucionario.

Después de la ejecución de Túpac Amaru los españoles llevan a cabo una política de represión de todo lo incaico: lengua, fiestas, vestimentas, el conocimiento de la historia de los incas...etc.

El objetivo era destruir la tiranía económica

Areche, que escribió la condena contra Túpac Amaru, su familia y huestes, nació en 1731 en Balmaseda y fue nombrado en 1765 intendente militar por Carlos III. En 1780 sofocó la rebelión de José Gabriel Condorcanqui con una crueldad que recuerda los inicios de la conquista. En 1782 fue sustituido en su cargo principal por Jorge Escobedo. Areche falleció en Bilbao en 1789. Sin embargo, contra lo que se pudiera pensar la saña de Areche no fue excepcional, sino que por el contrario era compartida por todos los miembros del tribunal que juzgó a Túpac Amaru y sus lugartenientes.

José Antonio de Areche promulga su sentencia el 15 de mayo de 1781 en Cuzco. Consta, como todo texto legal de la época, de tres partes: en primer lugar, la introducción que sitúa en tiempo y espacio las acciones rebeldes y que funciona como preámbulo; a continuación, su parte medular, es decir, el fallo y, por último, la parte final en la que se consigan los cargos del autor, los testigos y la fecha. Esta opera como añadido que confirma la validez legal de la anterior.

La sentencia contra Túpac Amaru, Micaela Bastidas y sus colaboradores refleja que estamos frente a una de las manifestaciones de sadismo de la estructura colonial más importantes de la historia. Así Areche construye su fallo a partir de una clara división entre un nosotros que enuncia la sentencia (Dios, el rey, sus ministros, el propio Areche) y los otros que no son únicamente los condenados sino los indios.

Para Areche no existe la mínima duda: "el crimen" mayor de Túpac Amaru fue la apelación a la libertad del campesinado indígena y con ello destruir la tiranía económica sobre la cual el régimen colonial se asentaba; un objetivo decolonial.

De acuerdo con Aníbal Quijano, "En América la esclavitud fue deliberadamente establecida y organizada como mercancía para producir mercancías para el mercado mundial y, de ese modo, para servir a los propósitos y necesidades del capitalismo. Así mismo, la servidumbre impuesta sobre los indios, inclusive la redefinición de las instituciones de la reciprocidad, para servir los mismos fines para producir mercancías para el mercado mundial. Y, en fin, la producción mercantil independiente fue establecida y expandida para los mismos propósitos. Eso significa que todas esas formas de trabajo y de control del trabajo en América no sólo actuaban simultáneamente, sino que estuvieron articuladas alrededor del eje del capital y del mercado mundial. Consecuentemente, fueron parte de un nuevo patrón de organización y de control del trabajo en todas sus formas históricamente conocidas, juntas y alrededor del capital. Juntas configuraron un nuevo sistema: el capitalismo".

Hoy, los pueblos originarios están por la defensa del territorio, por articular la autodeterminación de la mano del derecho a decidir de los pueblos.

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La iglesia católica y la amnistía: ni ahora ni en la transición https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76893/la-iglesia-catolica-y-la-amnistia-ni-ahora-ni-en-la-transicion/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76893/la-iglesia-catolica-y-la-amnistia-ni-ahora-ni-en-la-transicion/#respond Thu, 12 Oct 2023 04:20:17 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76893 Continuar leyendo "La iglesia católica y la amnistía: ni ahora ni en la transición"]]> El secretario General de la Conferencia Episcopal de España (en el centro) durante la celebración del encuentro final de preparación de los trabajos para la Asamblea continental del Sínodo (Foto de Archivo). -ALEJANDRO MARTÍNEZ / Europa Press
El secretario General de la Conferencia Episcopal de España (en el centro) durante la celebración del encuentro final de preparación de los trabajos para la Asamblea continental del Sínodo (Foto de Archivo). -ALEJANDRO MARTÍNEZ / Europa Press

Existe un relato blanco sobre la Iglesia católica y la transición donde se presenta a ésta como una institución que estaba abierta al cambio y a la reforma política. Es una visión que no se atiene a la realidad; ciertamente existió una iglesia popular que participó en la oposición clandestina contra el franquismo, pero fue un fenómeno minoritario. La realidad es que la iglesia católica fue la institución que sostuvo ideológicamente al régimen franquista hasta su último suspiro y en la transición actuó como un poder fáctico para conservar y mantener sus privilegios económicos e ideológicos en la democracia: ¡y vaya que lo consiguió! Incluso en leyes de memoria histórica promulgadas en los últimos años, la iglesia católica ha tenido la habilidad de salir indemne de toda responsabilidad cuando fue la institución que más daño moral hizo a la sociedad siendo la base ideológica fundamental del fascismo español y del que todavía es testimonio, para vergüenza de todo el país,  la horrorosa cruz de Cuelgamuros. Ese relato blanco ha fabricado mitos como el del presidente de la Conferencia Episcopal en el periodo de la transición, Monseñor Tarancón, presentándolo como un adalid de la democracia; una visión totalmente falsa ya que éste llevó bajo palio a Franco hasta el último minuto de su existencia.

Afortunadamente se conservan testimonios de personas provenientes de esa otra iglesia popular, como el recientemente fallecido padre Mariano Gamo, que dan una visión muy diferente; en una de sus últimas entrevistas declaró: "Tarancón fue un auténtico timo de la Iglesia. Él es el gran responsable de que la Iglesia española no hubiera sido un destacamento privilegiado del Vaticano II. Él lo frustró, castró a la Iglesia española". Un relato desde una perspectiva más próxima a la realidad y alejado del empalagoso discurso blanco de la transición política española. Piénsese, por ejemplo, que Tarancón ni siquiera pidió clemencia en los últimos fusilamientos de Franco, en septiembre de 1975, ya que esa clemencia vino sotto voce a través de la vía diplomática del Vaticano, pero, como muy bien han puesto de manifiesto los familiares de los últimos fusilados por el franquismo, la iglesia católica española se negó a pedir clemencia de forma directa y lo mismo pasó con la primera amnistía de la transición.

Próxima la muerte de Franco, la oposición clandestina, a través de la Junta democrática, lanzó una campaña por la amnistía. Multitud de organismos semipúblicos como colegios profesionales y asociaciones civiles toleradas por el franquismo se pronunciaban abiertamente por una amnistía; la amnistía fue el primer grafiti, mucho antes que los de El Muelle, que manchó, en el año 1975, todos los muros de las ciudades de nuestro país. Frente a esta presión social, la Iglesia católica abogó por indultos e indulgencias, pero se enfrentó a una posible amnistía haciendo de corifeos de sectores de la dictadura que también abogaban por medidas de gracia, pero no por la amnistía. Hoy gracias al archivo de la transición J. Linz, de la Fundación March, podemos recoger las declaraciones que, en ese momento, hizo Tarancón: "la iglesia católica no obedece a compromiso alguno ni a actitudes cobardes; el hecho de que el Episcopado pida indulto y no amnistía se debe a que la palabra Amnistía ha venido usándose en los últimos tiempos con fines y por grupos que exceden el ámbito de la Iglesia». De esta forma la Iglesia católica se enfrentaba a la amplia movilización social contra el régimen, alineándose nuevamente con esos sectores de la dictadura que abogaban por medidas de indulto y gracia para bajar la presión social en la calle.

En unas recientes declaraciones del Secretario general de la Conferencia Episcopal de hoy en día, el obispo Francisco Cesar García Magán, éste se muestra totalmente contrario a la Amnistía para el caso de los sucesos de Cataluña del año 2017; estas fueron sus declaraciones: "Sobre la posibilidad de esa amnistía creo que hay herramientas excepcionales en el ámbito del derecho para situaciones históricas muy excepcionales. Aquí, en este país hubo una amnistía cuando se produjo el cambio de régimen, ahora bien, en España este es el decimoséptimo pleno de investidura que se ha producido con una normalidad democrática y creo que no estamos ante una situación excepcional que haga imprescindibles herramientas extraordinarias, estamos en una situación ordinaria".


Lo sorprendente de la declaración, que rápidamente fue contestada por los obispos catalanes, es que se apoye argumentalmente en las amnistías de la transición para negar las de ahora-aquellas estaban justificadas, pero estas no, se dice- cuando la propia iglesia católica también estuvo en contra de aquellas; es una actitud típica de la Iglesia católica y de su clero: falsificar su historia cuando conviene.

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China ante la nueva guerra de Medio Oriente https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76958/china-ante-la-nueva-guerra-de-medio-oriente/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76958/china-ante-la-nueva-guerra-de-medio-oriente/#respond Thu, 12 Oct 2023 04:14:48 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76958 Continuar leyendo "China ante la nueva guerra de Medio Oriente"]]> China ante la nueva guerra de Medio Oriente
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, le da la mano al presidente chino, Xi Jinping, durante su reunión al margen de la primera cumbre árabe-china en Riad.- Thaer Ganaim/APA Images

Tras el brutal reinicio de las hostilidades en Medio Oriente, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino pidió a ambas partes un alto el fuego inmediato. Su portavoz declaraba la profunda preocupación de China "por la actual escalada de tensiones y violencia entre Palestina e Israel. Pedimos a las partes implicadas que mantengan la calma, actúen con moderación y pongan fin de inmediato a las hostilidades para proteger a los civiles y evitar un mayor deterioro de la situación".

Se ha confirmado la presencia de una mujer chino-israelí entre los rehenes llevados a Gaza por Hamás y al menos tres ciudadanos chinos resultaron heridos y cuatro desaparecieron durante las primeras horas de caos. Algunos confían en que las autoridades chinas presionen a Hamás para evitar un desenlace trágico.

A la hora de reclamar el cese de las hostilidades también ha recordado que llevan meses urgiendo a Israel a seguir el ejemplo de Irán y Arabia Saudita para reanudar las negociaciones de paz y que la salida fundamental del conflicto consiste en aplicar la solución de los dos Estados y establecer un Estado de Palestina independiente.

El mero reclamo de una "solución de dos Estados" fue acogido con decepción por Israel y sus aliados más próximos. Es más, ha servido de argumento para, de nuevo, como aconteció con la guerra e Ucrania, ubicar a China del lado de Hamás, con acusaciones directas de que en el nuevo orden mundial que promueve –junto con Putin- "ya no se aplicará el derecho internacional", alejándose de las "normas civilizadas" establecidas por las Naciones Unidas. Una reflexión ciertamente increíble a la vista del respaldo "sin límites" a Israel para contravenir las más elementales normas internacionales humanitarias en su castigo a los ciudadanos de Gaza.

Una delegación de senadores estadounidenses de visita en China también expresó su decepción. Chuck Schumer, líder de la mayoría del Partido Demócrata en el Senado estadounidense, instó a China a apoyar a Israel en la condena de los mortíferos atentados de Hamás durante una reunión con el presidente chino Xi Jinping. En su opinión, al declarar una pseudo-equidistancia de Israel y Palestina en una presunta noble declaración de neutralidad, China se pone del lado de Hamás. Es más, dejó entrever que China puede ayudar militarmente a Irán en su estrategia contra Israel.

En junio último, el presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen, se reunió con Xi Jinping en Beijing. Tras la reunión, China y Palestina anunciaron el establecimiento de una "asociación estratégica". Xi prometió que China "apoyaría firmemente la justa causa del pueblo palestino para restaurar sus legítimos derechos nacionales". Xi propuso entonces la celebración de una conferencia de paz internacional y dijo estar dispuesto a "desempeñar un papel activo" para facilitar las conversaciones de paz.

China va a acompañar esta situación lo más de cerca que pueda pero difícilmente puede tener un papel protagónico en esta guerra instando una mediación exitosa, tal y como le han reclamado algunas voces dada su estrecha relación con Irán.

Para China, la crisis es un ejemplo más de la incapacidad de los actores tradicionales con impronta en la zona para garantizar la paz y la seguridad. Beijing ha desarrollado en los últimos años una importante acción diplomática en la región cuyos frutos intentará preservar a toda costa. Lejos de cualquier implicación bélica y de cualquier formato de "estado hooligan", es previsible que China intensifique una diplomacia colateral con respecto a otros actores con influencia en el conflicto para mostrar su compromiso con la región, visibilizar en mayor medida su posición y explorar, quizá, la viabilidad de algún tipo de tregua que, por el momento, no parece fácil.

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"Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76805/dad-al-cesar-lo-que-es-del-cesar-y-a-dios-lo-que-es-de-dios/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76805/dad-al-cesar-lo-que-es-del-cesar-y-a-dios-lo-que-es-de-dios/#respond Tue, 10 Oct 2023 05:10:59 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76805 Continuar leyendo ""Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios""]]>  

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella Juan José Omella, durante la 264º reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), a 26 de septiembre de 2023 (Foto de Archivo). -JESÚS HELLÍN / Europa Press
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella Juan José Omella, durante la 264º reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), a 26 de septiembre de 2023 (Foto de Archivo). -JESÚS HELLÍN / Europa Press

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, al término de la Comisión Permanente del Episcopado, celebrada el 28 de septiembre de 2023, recalcó que la amnistía es una "herramienta excepcional para situaciones históricas muy excepcionales... no estamos ante una situación excepcional... es bueno para una sociedad y para un país que se respete el principio de separación de poderes, lo que es garantía de democracia y de legalidad".

Estas palabras no han sido desmentidas por la Conferencia Episcopal y tampoco por sus miembros a título individual, a excepción de los obispos catalanes, que han matizado conjuntamente de tal manera las palabras del portavoz que realmente es una oposición a las mismas. En efecto, según los obispos de Cataluña: "Favorecer el partidismo o alabar una determinada posición no es ni bueno ni, desgraciadamente, nuevo. Por eso, los obispos, pastores de una Iglesia que es afortunadamente plural, debemos mantener una neutralidad edificante y respetuosa".

El centro de la discusión es el principio de separación Iglesia-Estado. Esta separación sigue siendo un desiderátum y presenta varios frentes, que siguen igual desde la aprobación de la Constitución española en 1978. Señalo las quiebras existentes en este principio y en el de la igualdad religiosa interconfesional (entre las confesiones religiosas), derivado del anterior. Al final: una propuesta para conquistar un Estado verdaderamente laico.


Relaciones preferentes de cooperación del Estado con la Iglesia católica expresadas en el texto de la Constitución española

El predominio de la derecha en la ponencia constitucional y en general en el grupo de los constituyentes fue la causa del establecimiento de las relaciones de cooperación del Estado con las confesiones religiosas, siendo además preferentes las relaciones con la Iglesia católica, a la que le cupo el alto honor de ser nombrada expresamente en el art. 16. 3 de la Constitución, donde se indica: "Los poderes públicos mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones". Repare el lector/a que en el texto constitucional primero se refiere la Iglesia católica y después las relaciones de cooperación con las demás confesiones religiosas.

Esto significa que ya en la propia Constitución se rompe el principio de igualdad religiosa, puesto que una determinada Iglesia es privilegiada en comparación con las otras. Lo lógico hubiera sido poner primero las relaciones de cooperación y a continuación la Iglesia católica. Puesto que es en cualquier caso discriminatorio la referencia expresa a una determinada confesión religiosa, por muy importante que sea.

El debate de la ponencia sobre la denominada cuestión religiosa fue muy vivo. El propósito del ponente Peces-Barba en representación del partido socialista, intentando un mayor laicismo estatal, una fórmula más progresista en la independencia Estado-Iglesia, fracasó. Es curioso advertir que tan solo cuatro años después de la aprobación de la Constitución, el PSOE en 1982 consiguió mayoría absoluta. Cuatro años después los parlamentarios españoles hubieran podido imprimir probablemente un cambio hacia una cota mayor de un Estado laico. El art. 16 de la Constitución, que comento, no sería el mismo. Una Constitución es un simple reflejo de un estado de cosas de un momento histórico; de ahí que deba ser reformada para adaptarse a los nuevos tiempos e ideologías. Nuestros representantes cometen "un golpe contra la Constitución" -permítanme la expresión- al no reformarla en casi medio siglo (a excepción de dos cuestiones menores).


El problema es aún mayor, porque la Constitución incurre en una contradicción interna. El mismo artículo 16. 3. establece la preferencia de la Iglesia católica en las relaciones de cooperación con el Estado, como se ha indicado, y al mismo tiempo proclama el aconfesionalismo estatal: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal". Una evidente incoherencia en un mismo artículo -antinomia jurídica en el argot de los juristas-, lo que no es habitual y desdice mucho de nuestra Constitución.

Por lo tanto, la Constitución da lugar a una doble discriminación: con los grupos sociales en general en primer lugar y con las confesiones religiosas no católicas en segundo lugar. Primero, en el tratamiento de los grupos sociales, favoreciendo a los grupos religiosos respecto a otros tipos de grupos sociales. Segundo, privilegiando a una determinada confesión religiosa en contraste con el resto de las confesiones de nuestro país. Es evidente en este segundo punto la quiebra de la igualdad religiosa en el art. 16. 3, estableciendo la prioridad de la Iglesia católica, a pesar de que el art. 14 proclama lo contrario: la igualdad de los españoles en materia de religión: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social". Es claro que los no católicos son discriminados.

Acuerdos convenidos del Estado con la Iglesia católica (enero de 1979)

Son el ejemplo más claro de la falta de separación de ambas instituciones. También representan una extraordinaria subvención estatal a las actividades de la Iglesia católica, mantenida año tras año, creciendo su montante constantemente.

El Estado español firmó una serie de Acuerdos con la Santa Sede, preconstitucionales. Porque, si fueron aprobados pocos días después de la entrada en vigor de la Constitución, las negociaciones estaban ya ultimadas antes. El más importante fue el Acuerdo del Estado con la Santa Sede sobre Asuntos económicos, aprobado en enero de 1979, que en su punto 4 se compromete a "consignar en sus presupuestos generales la adecuada dotación a la Iglesia católica, con carácter global y único, que será actualizada anualmente". Vienen después una serie de artículos en los que se establecen exenciones fiscales de todo tipo en toda clase de impuestos y referidas a todo el ámbito de la Iglesia católica: la Santa Sede, la Conferencia episcopal, las diócesis, las parroquias, las órdenes y congregaciones religiosas, los institutos de vida consagrada y sus provincias y casas.

El Estado concede esta asignación presupuestaria a la Iglesia católica exclusivamente, olvidándose del resto de las confesiones religiosas, e infringiendo consecuentemente el principio jurídico de igualdad religiosa. La Iglesia católica es atendida en solitario en los acuerdos de cooperación al recibir todos los años una asignación de cientos de millones de euros. Se respetaría este principio de igualdad si el Estado dotara en los presupuestos generales del Estado una asignación en una medida proporcional a su arraigo y número de feligreses al resto de las confesiones y no únicamente a la Iglesia católica.

Aunque, desde la firma de los Acuerdos siempre se habla de su reforma, no obstante, siguen vivos e in crecendo. En el Gobierno Zapatero fue incrementada sustanciosamente la aportación económica del Estado. Ahora se habla por parte del Vaticano y del Gobierno que serán reformados los Acuerdos. El ministro Bolaños comunicó en 2022 tras su visita al papa Francisco que seguirían en el proyecto común de la reforma. Hasta ahora, nada. Como siempre desde hace más de cuarenta años. Prueba evidente de que en nuestro país los denominados "poderes fácticos" tienen más poder que los poderes constitucionales.

"Funcionarización" de sacerdotes en instituciones públicas

Cuando presté mi servicio militar en la Escuela Naval de Marín existía un especial tipo de aspirante al grado de oficial de la Marina española. Era el sacerdote católico. A nadie sorprendía porque estábamos en plena dictadura franquista, en la que era ostensible la unión de Estado e Iglesia. Bastaba ver al "Caudillo de España por la gracia de Dios" en las monedas de la época y entrando en los templos católicos bajo palio y perfumado con incienso, para que la persona más sencilla adquiriera la convicción de que el César y Dios disfrutaban de una estrecha unión. Lo que no es normal es que todavía hoy en la fecha de este escrito algunas instituciones del Estado, singularmente la militar, admitan en su estructura a capellanes y sacerdotes de una determinada confesión religiosa. En virtud del principio de separación Estado-Iglesia esta clase de personal no debería estar presente en instituciones estatales y menos aún si pertenecen a una única religión.

Prestación económica del Estado vía IRPF: la casilla de la Iglesia católica

El tratamiento excepcional de la Iglesia católica se concreta además en la casilla 105 de la declaración de la renta del impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF). Si se elige esta casilla, que pone Iglesia católica, el 0,7 de la cuota del contribuyente va directamente a la Iglesia católica. Si, en cambio, se elige la otra casilla contrapuesta, la 106, que pone "Fines sociales," ese 0,7 de la cuota va a parar a las convocatorias de subvenciones y ayudas de tres ministerios (no de todos), la mayoría de las cuales son concedidas a organizaciones del entorno de la Iglesia católica, que recibe ayuda de ambas casillas en realidad, la 105 y la 106. Si no se selecciona ninguna de las casillas, el 0,7 de la cuota va directamente a la caja común de los Presupuestos Generales del Estado, donde se atiende a los fines y necesidades sociales en los capítulos de los ministerios y demás organismos destinados a los gastos sociales.

Quiero aludir a una cuestión que silencia la Iglesia católica en su propaganda, cometiendo el pecado de la omisión, porque la relación al mismo nivel de ambas casillas -de la Iglesia católica y de los Fines sociales- esconde una trampa. Incitan al error del contribuyente, porque parece que se trata de elegir entre los fines sociales en general o los fines sociales de la Iglesia católica. Es falso. El 0,7 de nuestra cuota destinado a la Iglesia católica no es dedicado por ésta a fines sociales, sino a pagar los sueldos de los sacerdotes, los obispos y demás religiosos (más del 70%) y a otros gastos y únicamente el 2% a fines sociales. Por lo tanto, la persona que señala la casilla 105 de la Iglesia católica muy poco está contribuyendo a paliar las necesidades sociales.

No vale decir que la casilla 105 no ofrece problemas, porque no se impone al contribuyente seleccionarla, y por lo tanto se respeta la aconfesionalidad estatal. Primero: el Estado mantiene el compromiso de dotar económicamente a la Iglesia católica en el caso de que no eligiera la casilla 105 un número suficiente de personas. Segundo: la cuestión es la presencia de la casilla de la Iglesia católica, y no que al contribuyente se le dé la posibilidad de seleccionar la casilla de "Fines sociales" o ninguna de ambas casillas, la 105 y la 106. Esta presencia no dispensaría al Estado de la acusación de confesionalidad, incluso si nadie seleccionara la casilla de la Iglesia católica en la declaración de la renta.

Propuesta: hacia un Estado verdaderamente laico

-La reforma del art. 16. 3. de la Constitución por las razones antedichas y sobre todo porque incurre en contradicción interna, ya que por un lado proclama la aconfesionalidad estatal y por otra las relaciones de cooperación preferente con una determinada confesión religiosa. Cuando menos, pone en entredicho la igualdad religiosa intereclesial (entre las religiones).

-La reforma de los Acuerdos convenidos del Estado con la Iglesia católica, distinguiendo en las prestaciones del Estado entre el aspecto carismático (propiamente religioso) y el aspecto social de la Iglesia católica. La primera dimensión debe ser atendida directamente por los feligreses (como sucede en otras confesiones religiosas residentes en España constituidas por protestantes, musulmanes, testigos de Jehová, etc.). La otra dimensión, la social, llevada a cabo atendiendo a las necesidades sociales de grupos vulnerables, sí que debería ser atendida y satisfecha por el Estado, pero no de una manera privilegiada y aislada, dispensada únicamente a la Iglesia católica, sino mediante la legislación pertinente de las asociaciones, ya que jurídicamente la confesión católica es una asociación civil de carácter religioso, y en consecuencia debe recibir del Estado los estipendios y ayudas, que le correspondan en función de sus méritos,  evidentemente extraordinarios, en una convocatoria común para las asociaciones con estipulación de baremos previos y públicos y bajo el respeto al constitucional principio de mérito y capacidad. El sitio adecuado de la Iglesia católica es la ley orgánica de asociaciones, y no directamente los Presupuestos Generales del Estado.

-La amortización de las plazas de sacerdotes en las instituciones estatales. No se trata de suprimir estas plazas de una tacada, sino de no crear otras nuevas y amortizar las existentes conforme los ocupantes se jubilan, o bien aplicar una jubilación anticipada como se hace en otros sectores sociales.

-La supresión de la casilla de la Iglesia católica en la declaración del IRPF. Por las razones indicadas y, en cambio, una regulación más generosa de la casilla "Fines sociales", tanto en el aumento de los ministerios participantes en la selección como de los sujetos susceptibles de ser subvencionados.

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En esta Conversación, Gianni Vattimo (1936-2023) https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76821/en-esta-conversacion-gianni-vattimo-1936-2023/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76821/en-esta-conversacion-gianni-vattimo-1936-2023/#respond Tue, 10 Oct 2023 05:10:32 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76821 Continuar leyendo "En esta Conversación, Gianni Vattimo (1936-2023)"]]> El importante filósofo italiano Gianni Vattimo. -Ministerio de Cultura de la Nación Argentina / Wikimedia
El importante filósofo italiano Gianni Vattimo. - Ministerio de Cultura de la Nación Argentina / Wikimedia

Era muy temprano por la mañana en el aeropuerto de internacional de Beijín. Gianni y yo estábamos esperando al avión que nos llevaría de vuelta a Europa después de una interesante conferencia con nuestros colegas chinos. Por alguna razón empezamos a hablar sobre amigos y familiares que se habían muerto. A un cierto punto le pregunté: "¿dónde fueron?". Gianni me miró y dijo: "Están aquí. En esta conversación".

Lamentablemente, el anuncio de la muerte de Gianni Vattimo no fue una sorpresa para sus amigos cercanos, colegas, y estudiantes porque su salud se había deteriorado rápidamente estos últimos dos años. Le costaba caminar y su voz era irreconocible. Aunque seguía leyendo, escribía muy poco. Estaba débil, como su filosofía que llamaba "Pensiero Debole," "Pensamiento Débil." Pero este pensamiento no es una debilidad del pensamiento como tal, sino la más fuerte filosofía que hay porque asume su debilidad al fondo y puede practicar una fuerte teoría de la debilidad.

Vattimo dedicó su vida a debilitar absolutos: el Ser, Dios, ideología, violencia y más recientemente la vuelta al realismo. Ahora nos toca a nosotros – sus alumnos, colaboradores, y lectores – seguir "debilitando la filosofía" que es como titulamos el libro homenaje por sus setenta años. En él se pueden encontrar ensayos sobre su filosofía de Umberto Eco, Jean-Luc Nancy entre otros pensadores que consideraban a Vattimo un filósofo indispensable para comprender la religión, el arte, y la política en esta época de hechos alternativos.

No creo que Gianni hubiese querido que este obituario sea sobre hechos de su vida – los pueden encontrar en su autobiografía No Ser Dios (escrita con Pier Giorgio Paterlini – o sobre su contribución filosófica – disponible en muchas monografías sobre su pensamiento como el reciente The Vattimo Dictionary editado por Simonetta Moro. Los hechos, como él seguido explicaba, son cosas pobres, aburridas y banales, inútiles sin nuestra interpretación, es decir, contribución intelectual. Voy a simplemente recordar algunas anécdotas sobre Gianni para seguir la conversación que está al centro de su filosofía y vida.

Estas anécdotas, espero, van a también revelar uno de sus objetivos de vida: seguir a Nietzsche cuando preguntaba: "¿Quiénes se mostrarán aquí como los más fuertes? Los más moderados, los que no tenían necesidad de dogmas extremos, los que no sólo aceptaban una buena parte de la casualidad, del absurdo, sino que la amaban; los que pueden pensar en el hombre con una significativa aminoración de su valor, sin por eso empequeñecerse ni debilitarse". No tiene que sorprender que este pasaje es uno de los favoritos de Vattimo que ha dedicado tantos años de su vida a interpretar la gran obra de Nietzsche.

Apenas me inscribí en el grado de filosofía en la Universidad de Turín fui a ver un respetado profesor de filosofía en Roma que también había estudiado en la ciudad donde Nietzsche se volvió loco. Visto que era un viejo amigo de mis padres, estaba seguro de que me iba a dar buenos consejos sobre los cursos, profesores, y lecturas. Su consejo, sin embargo, fue muy diferente de lo que yo me esperaba: "No termines en una jaula Heideggeriana". No estaba seguro de lo que quería decir, pero me había parecido que tenía que ver con la alegoría de la caverna de Platón. Sin embargo, unos meses después le conté esta historia a Vattimo, a quien acababa de conocer, y me dijo sonriendo: "antes de preocuparte de ser prisionero de una jaula Heideggeriana tienes que crear una".

En diciembre de 1999 Gianni me sugirió asistir a una conferencia organizada a propósito del jubileo 2000 en la Sorbonne. Cuando llegué, inmediatamente me presentó a algunos participantes y, como suele ocurrir en la academia, uno de estos profesores era particularmente arrogante. Mientras que George Steiner y Charles Taylor fueron muy amables y se mostraron interesados en mi tesis, otro famoso filósofo (cuyo nombre no voy a revelar) apenas me dio la mano mientras miraba hacia otra dirección con un aire de superioridad. Más tarde le pregunté a Gianni: "¿Cómo puede alguien ser tan arrogante con un estudiante? Me entristece saber que hay académicos así". Gianni, de nuevo sonriendo, me miró y dijo: "en lugar de estar triste tendrías que tenerle pena. No tiene nada más que su arrogancia".

Cuando el rector de la Universidad Pompeu Fabra – Jaume Casals, también filósofo – me dio luz verde para persuadir a Gianni de traer sus archivos a Barcelona, fue más fácil de lo imaginado. No estaba solamente contento (cómo se puede ver en este vídeo de la inauguración en YouTube) porque iban a estar situados en la biblioteca de una Universidad respetada, pero también porque estando en el extranjero iban a atraer más atención que si se quedaban en Italia. "Si los archivos de Jaques Derrida están en California," dijo, "tiene sentido que los míos estén en Barcelona. De hecho, mejor, considerando que no es tan lejos." Tengo que agregar que cuando recogimos sus documentos estaba sorprendido de la cantidad de papeles que emergieron de su biblioteca. Artículos sobre su filosofía de John M. Coetzee, cartas de viejos amigos como Umberto Eco, Françoise Lyotard, y muchos otros.

Hay más anécdotas que podría rememorar – como cuando, durante un partido del mundial de la FIFA en 2018 de repente me dijo "Oh, me olvidé de contarte, el Papa me llamó ayer" – que mostraban cómo su actitud irónica hacia la vida siempre prevaleció sobre su posición de respetado profesor, autor, y dos veces diputado europeo en el Parlamento Europeo. Probablemente es por eso que siempre me recordaba que no hay que preocuparse demasiado de los debates filosóficos porque nunca se persuade al otro. Y cuando lo logras, no lo van a admitir rápidamente. Gianni permanece con nosotros en sus clases, libros, y también anécdotas como estas que son parte de la conversación a la cual se refería esa mañana en Beijín.

Publicado en el Los Angeles Review of Books el 19 de noviembre. Traducción: Ana Carolina Quiñonez Salpietro.

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Nada más que jóvenes https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76865/nada-mas-que-jovenes/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76865/nada-mas-que-jovenes/#respond Tue, 10 Oct 2023 04:31:49 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76865 'La fuente de eterna juventud', de Lucas Cranach el Viejo. / Gemäldegalerie
'La fuente de eterna juventud', de Lucas Cranach el Viejo. / Gemäldegalerie

Nos atan a la vida certezas y esperanzas, pero los jóvenes las hemos perdido todas. Ahora, nuestra única esperanza es seguir siendo jóvenes durante mucho más tiempo.   

Al principio de Yojimbo, quizá la película más corta del inmenso Akira Kurosawa, hay una escena que pretende ser muy noble y solemne, pero que a mí me hace un poco de gracia. 

En ella, se puede ver cómo de una casa de labriegos de la Japón feudal del siglo XIX, huye un joven, con su kimono tradicional arropándole y su espada bien peinada en el cinturón, argumentando a su padre que quiere huir de la vida aburrida del hogar para aprovechar su juventud y hacerse jugador profesional.  

El patriarca, cabreado desde la prudencia, le grita que está loco, que va a conseguir que lo maten y que mucho mejor quedarse en casa asegurando su futuro gracias a la vida del granjero, a lo que el chaval le responde con un rotundo «¿quién quiere tener una vida larga y solo comer gachas?».  

La juventud mola porque te da por hacer lo que venden como locuras, pero en verdad son goces. Desde siempre, el pibe joven, insensato e incauto ha vivido vacilando a la solemnidad y lo serio; riéndose de la muerte y del futuro y de los padres; pisando un poco más duro en el acelerador en busca de la incontestabilidad y la coña. A nuestra corta edad, canta el trapero argentino Wos, la vida es una obviedad, por lo que deberíamos comportarnos en ella con esa certeza. Sin embargo, esto se ha acabado.  

Siempre hemos crecido, me da igual si esto es una mentira neoliberal o una verdad incontestable, con el runrún tras la oreja de que el tiempo y el entusiasmo lo solucionan todo –cultura del esfuerzo, lo llaman los pibes. Trabajando mucho, decían, íbamos a conseguir nuestros objetivos; estudiando duro, un futuro mejor. Ahora, todo eso se ha ido al garete y por primera vez en muchísimos años de historia vamos a vivir no sé si peor que nuestros padres, pero desde luego que con menos certezas. 

Algunos dicen que el ascensor social ha colapsado; otros, que nunca ha funcionado de verdad, pero que por fin nos estamos dando cuenta todos. La cosa es que no hay futuro alguno, más allá de comportarnos como jóvenes eternamente.  

Lo que antes llamaban precariedad juvenil es ahora pobreza; lo que antes decían que era temporal, que se podía arreglar con el tiempo –aunque, repito, en la mayoría de los casos fuera una vil mentira aspiracional–, ahora es endémico.  

Ya no tenemos ninguna esperanza en dejar de compartir piso, o quizá en empezar a vivir en uno que no tenga más humedades que una ducha en invierno; sabemos que no vamos a poder pagar uno jamás, que no vamos a poder ahorrar para una entrada y que estamos condenados a un alquiler prohibitivo que nos reviente todas nuestras esperanzas hasta el día de nuestra muerte. Vivimos sin ningún atisbo de mejora, de que las cosas se puedan solucionar, de que podamos arreglar lo roto. 

Antes, decían que era normal no tener un céntimo siendo joven, que esta es una época donde no pasa nada por ser pobre –de la romantización de esta mierda hablamos otro día, si queréis– y que no teníamos que hacer otra cosa más que disfrutar y trabajar para, quizá mañana, poder comer caliente y pagarnos tres sartenes antiadherentes.  

Ahora, somos plenamente conscientes de que esto no tiene solución, de que nos vamos a quedar así. Siendo jóvenes, estamos muertos en vida, carcomidos por la justificadísima ansiedad de que la cosa está mal –muy mal, de hecho– y aquí solo prospera quien hereda.  

Me pregunto qué será de mí dentro de cinco, quizá diez años, cuando no sea tan joven y no tenga tanta energía y quizá esto de la precariedad (o sea, pobreza) no sea tan llevable: ¿volveré a casa de mis padres a ser granjero y comer gachas a diario? Lo dudo mucho, pues tampoco creo que queden gachas ahí.  

En nuestro horizonte, no hay más que ruido de sables y de infiernos climáticos y de futuros destrozados en los que la esperanza no llega; no sabemos si porque ha muerto de sed o la han asesinado a puñetazos. La cosa es que sin ella es imposible levantarse de la cama. Al menos, yo no puedo . 

Vivimos sin fe, sin nada, con dos únicas certezas: que somos jóvenes, pero que algún día también dejaremos de serlo. 

Y ese día, terminaremos de perderlo todo.  

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No es Hamás, ¡es Palestina, estúpidos! https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76854/no-es-hamas-es-palestina-estupidos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76854/no-es-hamas-es-palestina-estupidos/#respond Mon, 09 Oct 2023 16:46:25 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76854 Continuar leyendo "No es Hamás, ¡es Palestina, estúpidos!"]]> Una mujer marcha con una bandera palestina en una manifestación en apoyo del pueblo palestino tras los últimos ataques de Israel, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). REUTERS/Esa Alexander
Una mujer marcha con una bandera palestina en una manifestación en apoyo del pueblo palestino tras los últimos ataques de Israel, en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). REUTERS/Esa Alexander

Murid al Barguthi, poeta palestino fallecido en 2021 describió en cierta ocasión la cuestión palestina como el acto de una obra teatral en la que se levanta el telón y aparecen tres hombres fieramente vestidos con túnica y pañuelo kufiya pateando a alguien que, resulta evidente, es judío. Se baja el telón y ya está, se terminó la obra. Ese es el resumen de lo que ha devenido el llamado conflicto araboisraelí durante las últimas décadas, la muestra de violencia y salvajismo constantes por parte de una gente, los palestinos, que odian la modernidad, la democracia y el derecho de un todo un pueblo, el judío, a vivir en paz. Por ello, buena parte de los ciudadanos occidentales piensan que los israelíes (los judíos de entre ellos, pues una parte significativa pero que no cuenta son árabes) desempeñan el papel impuesto de víctimas. Porque no tienen noticia de que antes de esa escena terrible en la que tres "energúmenos" agreden a una persona indefensa tenemos una sucesión de actos y capítulos en los que millones de palestinos han sido desposeídos de sus casas, sus huertos y sus lugares de trabajo, obligados al destierro y la trashumancia, como un pueblo apestado, por los confines del mundo, implorando que alguien tenga en cuenta su desgracia. Empresa harto complicada: ¿cómo va a saber nadie de tus miserias si nadie se las cuenta y si tú mismo careces de voz para hacerla inteligible?

La escena teatral, viciada y corrupta desde el inicio, de la que hablaba al-Barguthi la he vuelto a contemplar estos días, a partir de la madrugada del pasado sábado 7 de octubre. Milicianos de Hamás arrastrando cadáveres de hombres vestidos de paisano (son militares en muchos casos, pero eso parece secundario; tampoco te lo cuentan), dejando a su paso un reguero de muerte en un descampado donde había un festival de música, cerca de Gaza (hasta este punto ha llegado la soberbia del sionismo más acérrimo que gobierna Israel hoy, obviar la existencia de millones de palestinos enclaustrados más allá de la valla electrificada de 65 kilómetros, de última tecnología  que separa aquella del territorio israelí). Hemos visto imágenes de colonos convertidos en rehenes, niños, mujeres, hombres, ancianas también, apresados en los asentamientos que Tel Aviv amplia y expande por doquier en Palestina sin atender a la legalidad internacional ni la misma inviabilidad de muchas de estas construcciones, en un entorno árido, sin agua ni infraestructuras sostenibles (un problema menor: ya dirá la propaganda oficial que hay sitio para más población, de religión, a costa de los palestinos). Hasta los oficiales de alta graduación caídos en el sorpresivo ataque de los "terroristas", "saboteadores" y "yihadistas" de Hamás han sido "asesinados" aun cuando murieron en el campo de batalla, como se decía antes en cualquier contexto bélico. No debemos preocuparnos por estos juegos de palabras: en cuanto las tropas israelíes entren en Gaza, "neutralizarán" a cientos de milicianos armados hasta los dientes, aunque los sorprendan dormido, y a no menos civiles. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sostiene que su país está en guerra contra Hamás. Dejando a un lado que más que con Hamás están en guerra con Palestina, desde hace décadas, para apoderarse de cuantas más tierras mejor y despertar de paso la simpatía y generosa contribución de la comunidad internacional, la pregunta cae por su peso: si estáis en guerra, ¿qué tienen de extraño ofensivas, despliegues y contraataques? El ataque de Hamás entra dentro de la lógica bélica. Las tropas de asalto, la policía y los servicios de inteligencia israelíes llevan décadas irrumpiendo en las casas de los civiles palestinos, destrozando sus propiedades y llevándose a rastras a adolescentes e impúberes. ¿No es esa la guerra que tanto les convenía?

Al-Barguthi comentaba también algo que solía ocurrirle cuando departía con los colegas "progresistas" judíos con nacionalidad israelí –por si no lo saben, cualquier judío que haya en el planeta, aunque no sea capaz de situar Jerusalén en el mapa, puede llegar a ser israelí; un palestino, aun habiendo nacido en Palestina o teniendo a una madre, un tío o una abuela que nació allí, es muy improbable que pueda regresar a su tierra siquiera de visita-. Te dicen que comprenden tu situación de palestino expoliado, que les parece fatal que la casa de tus padres la ocupen ahora unos recién llegados de Buenos Aires, Toronto o Brooklyn, que les sabe mal que tengas que vivir a la fuerza en el exilio pero que, ea, una injusticia no puede enmendarse con otra mayor, como sería expulsar a los judíos israelíes de un estado moderno y exitoso erigido con el sudor de sus manos, y, bueno, ya se verá. Y se vuelven a la Palestina ocupada, a comer faláfil, y hummus que ahora, resulta, son una invención israelí y a cultivar subrepticiamente el mito de que allí, antes de las primeras aliyás o emigraciones multitudinarias judías, apenas había gente viviendo. Y muy rudimentariamente. Sin civilización, sin cultura ni modernidad.

Nunca nos dejará de sorprender el simplismo de tanta gente de buena fe que se muestra incondicionalmente partidaria de Israel e incluso justifica sus ataques "en legítima defensa" contra la "violencia" palestina. No deberíamos: en realidad, sólo saben de la misa la media. Cuando lees los recuentos históricos otomanos o de los mismos colonizadores británicos sobre los fértiles vergeles de Palestina –el "granero" de la Gran Puerta la llegaron a llamar-, o sobre la vitalidad de la sociedad palestina a principios del S.XX, antes de la proliferación del movimiento sionista, de sus escritoras, intelectuales y movimientos artísticos te preguntas cómo hemos podido llegar que la mitad de la población mundial haya asumido la fábula sionista de que Palestina era un yermo antes de que llegaran ellos. Cuando repasas los informes de entidades, asociaciones y personalidades jurídicas internacionales sobre los excesos de la ocupación israelí, la confiscación ilegal de tierras  y propiedades, la expulsión de poblaciones, el rechazo a reconocer el ius solis de los palestinos, las detenciones administrativas, las torturas sistemáticas, el cierre arbitrario de territorios enteros, la confiscación universal de Gaza, continuada desde 2007, cuando reparas en todo eso y escuchas los testimonios de tantos y tantos palestinos desposeídos de tierra y memoria no puedes dejar de admirarte. Según las encuestas, la mayor parte de la población joven (judía) de Israel piensa que "ellos llegaron antes" que los palestinos, sin reparar en que, en muchos casos, sus padres no llevan allí ni cincuenta años. Normal: a los palestinos los esconden detrás de muros, verjas y puestos de control que esos jóvenes tampoco han visto. Otra buena parte de la opinión pública occidental piensa que Hamás – o la Autoridad Nacional Palestina, o los grupos de izquierdas, o los islamistas, o individuos que actúan por su cuenta y riesgo- ponen en peligro la paz planetaria por odio y una especie de frustración congénita. No menos normal: desconocen, por pereza, estolidez o por falta de interés, cómo hemos llegado hasta aquí.

Hamás compone una organización islamista puritana y reaccionaria. Su modo de gobernar Gaza–es un decir; poco hay que gestionar allí- no diferiría demasiado de cómo rigen a su pueblo gobiernos que se proclaman cumplidores estrictos de la Sharía o Ley islámica. Los responsables del "estado profundo" de Israel lo saben bien, porque durante mucho tiempo intentaron facilitar que el islamismo palestino se convirtiera en alternativa real a los grupos de izquierda secularistas que dominaban la escena política en los setenta y ochenta del siglo pasado. Hamás, y toda la población de Gaza, llevan sufriendo un cerco inclemente desde hace más de quince años. Los habitantes de algunos asentamientos y kibutz en el entorno de Gaza se quejaban estos días de haberse quedado sin luz, agua y combustible. Vaya. Eso ocurre en Gaza de forma sistemática un mes sí y otro también; más a lo largo de las terribles y oscuras jornadas de bombardeos que aguarda a su población. Hamás ha atacado objetivos civiles y agredido a ciudadanos indefensos, dicen los críticos. Algunos han comparado la irrupción en casas y chalés con el objetivo de matar o cuando menos apresar a quien se pusiera en su camino con las barbaridades de grupos radicales como al-Qaeda. Es una forma de verlo; también podrían comparar las palizas, disparos a quemarropa y bombardeos de escuelas y hospitales cometidos por las tropas israelíes con los desmanes de ejércitos de regímenes dictatoriales, pero no lo hacen. Otros apuntan que, instigados por Irán, los de Hamás han tratado de impedir que los países árabes "moderados" que todavía no lo han hecho, léase Arabia Saudí en primer lugar, tengan razones para firmar una paz duradera con Israel. Otro modo de incidir en la conocida estrategia de despojar a los palestinos de su "capacidad de agencia". O no existen o carecen de empoderamiento. Pueden aducir muchas razones y establecer cuantos paralelismos deseen. Pero si no queremos trascender los prejuicios ideológicos, las verdades a medias y los mitos fundacionales de un movimiento colonialista que tanto dolor sigue generando no entenderemos mucho.

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Solución Final e insurrección en el gueto https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76844/solucion-final-e-insurreccion-en-el-gueto/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76844/solucion-final-e-insurreccion-en-el-gueto/#respond Mon, 09 Oct 2023 14:17:23 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76844 Continuar leyendo "Solución Final e insurrección en el gueto"]]> Un grupo de soldados israelíes en la frontera con Gaza, sur de Israel. EFE/EPA/ABIR SULTAN
Un grupo de soldados israelíes en la frontera con Gaza, sur de Israel. EFE/EPA/ABIR SULTAN

En la Edad de la Penumbra, un Estado puede anunciar tranquila y literalmente la Solución Final mientras las capitales europeas proyectan su bandera sobre edificios institucionales. Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, anuncia el 9 de octubre de 2023 haber ordenado «un asedio completo de la Franja de Gaza. No habrá electricidad, comida, combustible. Nada entrará ni saldrá. Estamos luchando contra animales y actuaremos de manera acorde». El mundo apoya, asiente, se encoge de hombros.

Se abusa, a veces, de las equiparaciones con los nazis, frívolas y peligrosas, porque conducen a una relativización del Tercer Reich: si todo es como los nazis, no fueron para tanto los nazis. Pero Israel pone cada vez más difícil no esgrimirlas contra ellos. En apenas treinta palabras, las espeluznantes declaraciones de Gallant condensan un drama en tres actos que conocemos bien. Israel, primero, promulgó leyes diferenciadas para judíos y palestinos: Ley del Retorno y concesión de ciudadanía para judíos de todo el mundo; imposibilidad de obtenerla para los expulsados en la Nakba, catástrofe fundacional del drama palestino, y sus descendientes. Después llegó la guetización; el arrinconamiento de los árabes a islotes cada vez más pequeños, peor surtidos, más aislados, más bloqueados, cercados por asentamientos de colonos violentos. La Franja de Gaza es la cárcel más grande del mundo; un campo de concentración de dos millones de seres. Ahora llega el exterminio. Si nos tomamos al pie de la letra las declaraciones de Gallant —y no hay por qué no tomarlas—, y si la resistencia palestina no lo impide, Israel va a perpetrar el asesinato por inanición de la parte de esos dos millones de gazatíes que no perezcan bombardeados. Mientras estas líneas se escriben, la cifra de los muertos en Gaza desde que comenzaron las represalias contra la Franja asciende a más de quinientos; 91 de ellos, niños.

Al igual que los nazis, este Holocausto tiene cómplices desperdigados por todo Occidente. Israel es hoy para las derechas extremas del mundo entero lo que Alemania era en los años diez. En Benjamin Netanyahu advierten lo que sus tatarabuelos en el Kaiser: el caudillo geopolítico de sus valores, de sus ensoñaciones militaristas, etnocráticas, de un modelo que armonizaba el nacionalismo romántico, herderiano, primordialista, la moral conservadora y el vanguardismo tecnológico. Una curiosa inversión de tornas se ha verificado en el tiempo transcurrido desde los días en que, en España, César González Ruano escribía que Hitler era «un ángel con bigote y gabardina», con «algo de Rey Natural, de Rey Gótico que se pone al frente de sus ejércitos como ya lo hacían los últimos monarcas» y conseguía «algo tan grande cuya gloria hace internacional su figura nacionalista: poner una definitiva barrera al bolcheviquismo». El fascismo de hace un siglo era antisemita, pero islamófilo; las extremas derechas actuales son judeófilas e islamófobas. Los neonazis de hoy aprenden Krav Maga.

Hitler que escribía que a Alemania le habrían ido mejor si los musulmanes, y no los cristianos, hubieran vencido en Poitiers y los germanos se hubieran hecho seguidores de Mahoma y no de Cristo; fieles de una fe guerrera en lugar de una «moral de esclavos». Franco enviaba a sus tropas moras a una «Covadonga al revés», conquista y represión de la Asturias roja; la revista Proa escribía en 1940 que «nuestra hermana África» es la «nueva Covadonga en donde se inicia la moderna Reconquista»; El Tebib Arrumi ensalzaba a los «bravos marroquíes» que habían tomado la cuna de la Patria. Y los judíos eran demonizados y exterminados. La islamofobia es hoy, sin embargo, el nuevo antisemitismo: propala las mismas cosas, escribe sobre los mismos renglones. Lo dice Enzo Traverso: «La islamofobia estructura hoy en día los nacionalismos europeos, tal como lo hacía el antisemitismo en la primera mitad del siglo XX». E igual que entonces, permea a las derechas pero también a algunas izquierdas. Hay una islamofobia light, condescendiente, pretendidamente ilustrada, que no prende solo en nacionalistas, sino que empapa a porciones más anchas de la población; y sucede lo mismo que en aquel tiempo en que había un antisemitismo popular basto, tosco, de raíces viejas; pero también uno culto que se daba a sí mismo una pátina de habilidosas argumentaciones intelectuales sobre el problema judío, acusando a los judíos de no integrarse, en lugar de esforzarse en hacerse cargo de los procesos materiales, estructurales, históricos, que creaban el gueto y la mentalidad de gueto. Hoy no toleraríamos este segundo antisemitismo, y no dejamos de analizar que alfombró, aceitó, la apoteosis sanguinaria del primero bajo el signo de la esvástica. Pero con la islamofobia, hoy, sucede lo mismo: existe el Ortega-Smith que vocea que, de no ser por don Pelayo, las españolas llevarían burka, pero también al cultureta que se desenvuelve en frases hechas de aspecto sesudo, del tipo de esa según la cual «el problema del mundo islámico es que no tuvo Ilustración» (y no que los laicismos y socialismos árabes fueran implacablemente masacrados, allá donde surgían, por intervenciones occidentales que también pasaron por financiar y armar al fundamentalismo islámico). La frontera entre el uno y el otro es mucho más porosa de lo que parece; el racismo es una pendiente resbaladiza; la tentación de escoger bando en función de cuál de los dos ejércitos tenga la piel más blanca es extensa y poderosa. La islamofobia produce monstruos y se llega al punto de que el mismo Netanyahu le eche un cable a Hitler diciendo que el exterminio de los judíos no fue idea suya, sino que la perpetró convencido por el Gran Muftí de Jerusalén.

En aras de un análisis honesto, hay que decir también que todo esto no significa que el antisemitismo haya desaparecido. No toda crítica a Israel y sus crímenes es antisemita, como pregonan sus lobbies, pero algunas sí lo son. A veces es muy sutil. Una prosodia, un tono, un acento. La idea de crimen colectivo, cierto énfasis, cierto extra de inquina, cierta facilidad, cierta contundencia, cierta asimetría en la condena de crímenes idénticos, de otros apartheids, caso del marroquí con el Sáhara; en no dejar de condenar también estos, pero hacerlo de manera menos enfática, menos tajante. No tiene nada de raro: el antisemitismo posee raíces muy hondas en la cultura europea y eso no desaparece así como así; queda en estado latente, evanescente; queda la facilidad de un regreso, de un desentierro, de un colarse por las grietas de su sarcófago de Chernóbil. Su gran pervivencia es la idea de crimen colectivo; la acusación, en un grado u otro, a todos los israelíes, incluso a todos los judíos, de la obliteración de Palestina, tal como antaño se les acusaba del asesinato de Cristo. Exigirles, y solo aceptarles, un propalestinismo contundente, como antes se les exigía, y solo se les aceptaba, una conversión rotunda, enfática, al cristianismo, la conversión de Finkelstein o Pappé, críticos tajantes, con aportes valiosos y apreciables, pero que lo que se hace con ellos es usarlos de ariete contra los judíos considerados tibios, por meritoria, aunque no total, que sea su disidencia. Los tiempos brutales que habitamos no son aptos para la compasión, pero es justo y necesario tenerla con aquellos a quienes les cueste emitir —y pese a todo la emitan— una condena de la acción del Estado cuya festividad más importante es el homenaje a sus ancestros, masacrados en las cámaras de gas del Tercer Reich; el Yom Hashoá a cuyas diez horas las sirenas aéreas suenan durante dos minutos, los vehículos del transporte público se detienen, todo el mundo permanece en silencio, los establecimientos cierran, la televisión y la radio emiten canciones y documentales sobre el Holocausto y todas las banderas son arriadas a media asta. Hay muchos israeles dentro de Israel; y el futuro de justicia que Palestina merece debe construirse en alianza con los buenos. Debe haber hueco en él para aquellos que descienden de los hombres y mujeres a los que cada día recuerda la cuenta de Twitter del Memorial de Auschwitz, frágiles niños de rostro angelical de los que se nos dice que él, o ella, «was deported to Auschwitz», y que «did not survive»; con israelíes que ahora ven a la insurgencia palestina secuestrar y matar a sus conciudadanos, pese a lo cual son capaces de discrepar de Gallant, de Netanyahu, del supremacismo genocida del Likud y sus cómplices.

Hoy fallecen niños en Gaza; niños con padres, madres, amigos destrozados para siempre, que los lloran a gritos; niños desvencijados por una bomba, calcinados por el fuego, mientras juegan en la calle, van al colegio, desayunan, meriendan, cenan, ven la tele; niños que merecen vivir y que su sangre no corra simplemente por las calles, como sangre de niños; niños de los que ahora se anuncia que se les dejará morir de hambre, encerrados entre las cuatro paredes de un inmenso y abarrotado penal. Los crímenes de guerra palestinos son tan horrendos como cualquiera, y deberán ser juzgados, pero si la violación masiva de mujeres alemanas por el Ejército Rojo o los cientos de miles de japoneses abrasados en Hiroshima y Nagasaki no nos hacen equidistar entre los Aliados y el Eje, con estos genocidas tampoco podemos.

El Subcomandante Marcos afirmaba ser gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, indígena en San Cristóbal, mapuche en los Andes, judío en la Alemania nazi, pero también palestino en Israel. La guerra, cualquier guerra, siempre es atroz; lo es por arriba y por abajo, por dentro y por fuera, en un frente y en el otro; todos cometen actos horríficos, todos levantan un palmo de Infierno en la tierra y ofenden con sus acciones la sensibilidad más elemental. Pero a veces, en la historia, no hay tercera España o tercer Israel que valga. El mundo se parte en dos y hay que escoger entre los nazis y los Aliados, entre Joseph Goebbels y los insurrectos del gueto de Varsovia, resistencia desesperada y crepuscular, ejemplo imperecedero de insumisión y de dignidad, que se alzaron diciendo: «Sabemos que moriremos, pero ahora, al menos, sabemos cómo vamos a morir».

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'O corno': solo las mujeres salvan a las mujeres https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76775/o-corno-solo-las-mujeres-salvan-a-las-mujeres/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76775/o-corno-solo-las-mujeres-salvan-a-las-mujeres/#respond Mon, 09 Oct 2023 05:00:52 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76775 Continuar leyendo "'O corno': solo las mujeres salvan a las mujeres"]]> Escena de la película 'O Corno', ganadora del Festival de San Sebastián: Concha de Oro. Esnatu Zinema, Miramemira, Elastica Films, Bando à Parte, Bulletproof Cupid.
Escena de la película 'O Corno', ganadora del Festival de San Sebastián. Esnatu Zinema, Miramemira, Elastica Films, Bando à Parte, Bulletproof Cupid.

En la pantalla dos mujeres se abrazan, se acarician, se besan, danzan entrelazadas, una gime, y también llora. Es la que está pariendo, mientras la otra mujer la sostiene física y emocionalmente. Están solas en una habitación de una casa donde los hombres y los niños no pueden entrar porque, en esa habitación, está sucediendo algo íntimo y mágico. ¿Puede la representación cinematográfica de un parto natural resultar apasionante? ¿Puede esa imagen tan salvaje y animal ser profundamente erótica?

Ojalá viendo O Corno entendamos que el embarazo y el parto forman parte de los procesos sexuales de las mujeres y que, durante casi toda la historia, y hasta hace no mucho, nos pertenecían exclusivamente a nosotras. Puede que muchas espectadoras sientan, como yo, una punzada de excitación y de envidia al asistir a un nacimiento que no empieza con una vía puesta, tirada en la cama de un hospital con las piernas dormidas, y rodeada de cables y monitores que emiten ruidos de ascensor, mientras un puñado de personas desconocidas te meten la mano en el coño y te piden, por favor, que no te pongas histérica. En la pantalla hay dolor, pero, sobre todo, hay amor.

En la cinta de Jaione Camborda, el parto que inaugura la película sucede a principios de los años 70 en la Illa de Arousa, Pontevedra, una pequeña isla de las Rías Baixas que no estuvo unida a la península hasta mediados de los años 80 del siglo pasado, y que llegó a crear su propio gobierno de taberna, independiente y revolucionario, en 1934. Y es precisamente gracias al aislamiento que vivían sus gentes, sin grandes hospitales ni centros médicos a los que acudir, que las mujeres podían ser un poco más libres y desafiar al sistema pariendo en casa y sin hombres cerca.

Pero también, y gracias a ese aislamiento, estaban abocadas a ayudarse y a crear redes de apoyo que llegaban de boca en boca en los momentos más difíciles. María (Janet Novás), la protagonista de esta historia ganadora de la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián, representa, por una parte, lo más sagrado y, por la otra, lo más perverso de la feminidad para el sistema patriarcal. Ella es la partera que trae al mundo a las criaturas del pueblo, pero también es la abortera que ayuda a las mujeres a escapar de un destino implacable y tan asfixiante como los escasos 7 km cuadrados de la superficie que ocupa toda la isla. María es la santa y es la puta. Es María, y también es Magdalena.


María lleva consigo un desgarro y un dolor que conocemos muchas, y es precisamente ese dolor, tan íntimo, el que la hace conectar con otras mujeres, a las que solo les está permitido chillar cuando están pariendo. Pero ella escucha el grito ahogado y reprimido que solo perciben las que han pasado por lo mismo. La directora de la cinta pone de relieve la necesidad radical que hemos tenido siempre las mujeres de tener a otras cerca en los momentos en donde las palabras sobran, o bien no llegan. La protagonista es una mujer de pocas palabras, solitaria, que dice mucho con la mirada y con los gestos. Porque en la cinta de Camborda todo es físico, plástico y manual. Las manos de las mujeres tienen un protagonismo especial. Son manos que trabajan, que cocinan, que limpian; y también son manos que acarician, que consuelan, que cuidan y que salvan. Con cada plano corto, lento y cálido, los espectadores se sumergen en una danza audiovisual que pone la piel de gallina.

O Corno es una película feminista, pero no porque las protagonistas sean las mujeres, y se hable de temas que nos afecten a nosotras, sino porque el sentimiento que las une a todas ellas es el de la lealtad. Quizá sea ese aislamiento físico y figurado, el hecho de que la economía de la isla dependa en gran medida de su trabajo de mariscadoras, lo que consigue que esas mujeres tejan redes invisibles por las que circula la información y la ayuda mutua. Cuando María tiene que huir de su destino, serán otras las que también la ayuden a ella. Mujeres desconocidas, sufridoras, con sus propias historias calladas a cuestas. Mujeres que no necesitan demasiadas explicaciones para escuchar el grito ahogado.

La película me ha traído recuerdos y reflexiones. He recordado, por ejemplo, que en los momentos más difíciles de mi vida he tenido la suerte de tener siempre a una amiga cerca, y que esa amiga, o amigas, me han salvado del destino y de mi propia isla mental. He pensado en ese sentimiento genuino que hace que, durante una inducción, les estés mandando mensajes a tus amigas. O que después de sufrir un aborto necesites que una de ellas venga a taparte con una manta y se meta contigo en la cama. Pero también he recordado a muchas mujeres desconocidas que un buen día se cruzaron en mi camino, o simplemente me mandaron un mensaje después de escuchar el grito.


O Corno me ha hecho reflexionar también acerca de algo que debería estar más presente en las conversaciones feministas. A menudo, pienso en la cantidad de mujeres solas, separadas o que han sufrido malos tratos, de todas las edades, que viven aisladas en sus propias casas, y en lo revolucionario que sería formar familias entre nosotras, sin necesidad siquiera de que medie el amor romántico: solo la amistad y la solidaridad. ¿Por qué nos resulta tan extraño que las mujeres adultas, madres, separadas o viudas, puedan vivir juntas? Creo que romper ese estigma social y altamente patriarcal, y no solo aspirar a grandes puestos de trabajo, sería algo auténticamente revolucionario. En los últimos días, además, he podido disfrutar de las dos películas de la directora Pilar Palomero (Las Niñas y La Maternal) y me atrevo a confirmar un par de cosas: que solo las mujeres salvan a las mujeres, y que solo las mujeres hacen cine auténticamente feminista.

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La izquierda y el espíritu del capitalismo https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76466/la-izquierda-y-el-espiritu-del-capitalismo/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76466/la-izquierda-y-el-espiritu-del-capitalismo/#respond Sun, 08 Oct 2023 05:24:23 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76466 La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo durante el acto 'Empieza todo' de la plataforma Sumar, en el polideportivo Antonio Magariños, a 2 de abril de 2023, en Madrid, (España). Carlos Luján / Europa Press
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo durante el acto 'Empieza todo' de la plataforma Sumar, en el polideportivo Antonio Magariños, a 2 de abril de 2023, en Madrid, (España).
Carlos Luján / Europa Press

Hay un libro de Thomas Frank que se titula La conquista de lo cool: el negocio de la cultura y la contracultura y el nacimiento del consumismo moderno. Allá se historia espléndidamente cómo los anhelos libertarios del decenio de los hippies y del levantamiento de adoquines en las calles de París acabaron siendo captados por el mundo de la empresa; canalizados en su provecho. Sucedió entonces algo que no era inédito, sino mera iteración nueva de esos momentos en los que —como explica Nancy Fraser en Los talleres ocultos del capital— «elementos de la crítica anticapitalista se resignifican para legitimar una forma nueva y emergente de capitalismo, que por lo tanto se ve dotado con un mayor significado moral necesario para motivar a las nuevas generaciones a respaldar el trabajo inherentemente absurdo de la acumulación indefinida». Nacía un nuevo espíritu del capitalismo; el tercero, en la tipología que, en los noventa, trazarían los sociólogos franceses Chiapello y Boltanski. El primero había sido el propio del siglo XIX: un capitalismo de entrepreneurs prometeicos, capitanes de industria que en el trabajo arriesgaban, especulaban e innovaban, pero que en el hogar se caracterizaban por su apego a valores conservadores; por la austeridad, el ahorro y la piedad familiar. Entre los años treinta y sesenta, había prosperado el segundo espíritu, caracterizado por la separación entre propiedad y control, la planificación a largo plazo y la organización racional, impersonal: la empresa familiar había dado paso a la corporación burocratizada. Ahora, llegaba el tercer espíritu; una nueva cultura empresarial que no solo adoptaba la estética contracultural en sus anuncios, sino que transformaba sus mismas estructuras a partir de una filosofía en la que se hacían cruciales valores como la exuberancia, la flexibilidad o la diversión. Un capitalismo conexionista, de proyectos, con equipos horizontales y redes maleables: aquel al que estamos habituados hoy, conociendo también su cara B; la precariedad, la inestabilidad, el agua en torno al cuello de los currantes de la gig economy.

Cuando cambia la empresa, cambia también la política. El espíritu insufla su numen también en los partidos, los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil, que reestructura del mismo modo. Cada espíritu económico va asociado a una distinta gobernanza, que es el arte de gobernar a los gobernantes; de determinar la forma en que gobiernan. La forma del partido cambia: hubo un tiempo de partidos de notables; hubo otro de partidos burocratizados de masas; hoy vemos prosperar el partido start-up, un modelo Macron consistente en que el candidato preceda a la candidatura; en un pronunciamiento a cuyo alrededor florezca después un partido instrumental de estructura ligera, ágil, suficiente sostenedora de lo que no deja de ser una campaña de marketing. El simpatizante reemplaza al militante, el crowdfunding a las cuotas, la contratación de servicios a la voluntariosidad de los afiliados, y un equipo de expertos en arcanos digitales y alquimias demoscópicas —para los cuales ese trabajo es, a veces, un gig más en una larga lista de ellos— es cuanto hace falta para tirar adelante.

Lo interesante es que la izquierda anticapitalista, hija al fin y al cabo de cada una de sus épocas, interioriza siempre estos cambios en no menor medida que la derecha alineada con el poder económico. La historia de la izquierda, del siglo XIX para acá, es también, de algún modo, una procesión de tres espíritus diferentes. Hubo un tiempo de socialismos prometeicos, empresas temerarias y heroicas, asociadas en cambio, en muchas ocasiones, a una moral personal conservadora; y le sucedió otro de partidos socialistas y comunistas burocratizados, cuidadosos separadores, a su manera, de la propiedad y el control; de la presidencia y del control cotidiano: aquel viejo principio  —que en España solo practica hoy el PNV, del que alguien bromeaba una vez que era el partido más leninista de España— de que los secretarios generales no entraran en los parlamentos, sino que controlaran desde fuera la labor de los diputados, pudiendo revocarlos si el cargo y el ambiente se les subían a la cabeza. Más tarde, en un momento en el que, como escribía Foucault, «se estaba poniendo en tela de juicio el conjunto de los procedimientos mediante los cuales los hombres se dirigen unos a otros», las barricadas del sesenta y ocho se tendieron también dentro de los partidos, o contra ellos: surgió una nueva izquierda en la que prendían distintos grados de una sensibilidad antipartidos, movimentista y asamblearia, demanda, si acaso, de una militancia de formas lábiles, de la que se pudiera entrar y salir a voluntad. Como escribe René Torres-Ruiz, «los jóvenes activistas de hoy son tan comprometidos como las generaciones anteriores, pero se organiza de manera más fluida y ponen la autonomía individual, la intersubjetividad y un "individualismo solitario" al centro de su manera de ser activistas». Los partidos de izquierda, en esta tercera fase, llegan a no ser muy diferentes de las feligresías de los gurúes tecnológicos de Silicon Valley, devotas del carisma informal de un genio que en mangas de camiseta presenta novedosos artilugios que se anuncian como instrumentos liberadores.

No fue una conspiración. «Desde 1989, los bárbaros han cruzado las puertas y han llegado a lugares inesperados». Lo escribe Stuart Jeffries en Todo, a todas horas, en todas partes, un libro reciente cuyo subtítulo es Cómo nos hicimos posmodernos; y un libro bueno, documentado, certero, entre tantas aproximaciones tarugas a la cuestión de la posmodernidad, regüeldos atolondrados que desde su misma portada prescriben el no tocarlas ni con un puntero láser. Y es cierto. Pero lo es porque Jeffries parte de la concepción correcta: la posmodernidad es la lógica cultural del capitalismo neoliberal; todos somos posmodernos; acusar a alguien de posmo en 2023 es como acusar de medieval a cualquier habitante de 1023. Los bárbaros de 1989, bárbaros son, pero también cruzaron las puertas de nuestra alma; de cada una de nuestras almas, sin que nadie se libre. Hay que hacer el cesto con esos mimbres, con esos bueyes que arar. Este nuevo espíritu no es ni peor ni mejor que los anteriores. Aquella transformación del mercado laboral bajo excusas libertarias no dejó de deberse a un deseo genuino de muchos trabajadores de escapar de las vidas grises y predecibles de los trente glorieuses; vidas que hoy parecen envidiables por su estabilidad, pero cuyos empleos anodinos, repetitivos, alienantes, impersonales, motivaban un hartazgo que acabó desencadenando lo que en Estados Unidos llegó a bautizarse como «un Woodstock industrial»; un «aborrecimiento profundo al trabajo y el deseo de escapar de él», traducido en una ola de pasotismo, absentismo industrial y sabotajes, que aterrorizaba a los empresarios y despertaba la curiosidad de periodistas y sociólogos. Esta respuesta de 1974 de un obrero fabril a un encuestador, que leemos en La sociedad ingobernable: una genealogía del liberalismo autoritario, de Grégoire Chamayou, captura muy bien aquel desasosiego generacional: «A veces, con mala intención, cuando estoy haciendo una pieza, la abollo un poco. Me gusta hacerle algo que la vuelva realmente única. Le doy a propósito un golpe de martillo para ver si pasa, solo para poder decir que lo hice yo». En ocasiones, se organizaban sabotajes más elaborados y colectivos.


El problema, claro, es que aquel anhelo de trabajos más agradecidos y menos alienantes, más creativos y flexibles, se cumplió en la forma fastidiosa de una de esas manos de mono de película de serie B que cumplen los deseos en forma de trastada. Se pedía flexibilidad, libertad, trabajos más creativos, y se obtuvieron, pero aparejados a la precariedad y la incertidumbre. Y lo mismo ocurrió con la política. No hace falta extenderse en cómo los partidos se han vuelto más verticales socapa de la adopción de mecanismos de horizontalización. En los tradicionales, las primarias, los referendos, etcétera, eliminaron filtros y órganos intermedios a fin de despejar el camino de las bases al líder, una interlocución ágil entre ambos, pero cuando se abren las urnas, the winner takes all; el líder ya no tiene la obligación de repartir cuotas entre distintas corrientes y tendencias. En cuanto a los nuevos, en el modelo Macron, todo puede cambiar, menos Macron. Si acaso puede impugnársele fundando un nuevo partido, lo cual conduce a una suerte de usar y tirar de la política; a un desfile de startups de vida corta, veloces engrosadoras del gran vertedero de la historia.

Pero estas frustraciones no invalidan el anhelo originario. Todos los espíritus organizativos tienen una forma estimable y una degenerada, y siempre son posibles las dos; pugnar por la una cuando triunfa la otra. Lo bueno de la actual —la flexibilidad dichosa— puede preservarse como el niño al que no se tira cuando se tira el agua sucia, velando, también, porque no degenere en su versión corrupta: el partido-secta o lo que no es ya que sea un partido-empresa, sino una empresa-partido, empresa por encima de partido, negocio o mero medio de vida de sus fundadores. También llega a suceder, con los partidos de izquierda, lo que con ese grupo hostelero del que quien esto escribe escuchó una vez que pagaba a revoltosos para que acudieran a los bares de la competencia a armar bulla y desprestigiarlos. Si de imitar las formas del capital hablamos, nada tan capitalista como la mafia.

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Lo imperdonable https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76761/lo-imperdonable/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76761/lo-imperdonable/#respond Sun, 08 Oct 2023 05:10:31 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76761 Continuar leyendo "Lo imperdonable"]]> Lo imperdonable
Los antidisturbios de la Policía se enfrentan a los manifestantes en Barcelona el 1 de octubre de 2017. EFE

Mientras las calles de Barcelona vuelven a llenarse –cuando escribo este artículo no sé en qué cantidades– contra una posible amnistía por lo ocurrido en Catalunya en 2017, me pregunto si esos manifestantes han hecho examen de perdones, revisión de lo que en este país, en esta etapa democrática, se ha perdonado y, por lo tanto, qué es y qué no es perdonable.

1– Perdonamos el franquismo. En otros países las leyes de perdón que hicieron posibles las transiciones de dictaduras a democracias como la nuestra, pasados unos años, fueron revertidas para no dejar impunes a torturadores y a asesinos conviviendo con demócratas. Aquí, casi cincuenta años después, todavía andamos litigando para poder desenterrar a los perdedores y para recuperar algo del patrimonio nacional que los familiares y simpatizantes del dictador siguen usurpando. No es solo que les hayamos perdonado; es que les hemos regalado todo lo que robaron.

2– Perdonamos el 23F, el golpe de Estado militar que en 1981 irrumpió en el Congreso de los Diputados, con los tricornios puestos y pistolas en mano, dando tiros. En 1988 Felipe González indultó a Alfonso Armada, el general cercano al rey Juan Carlos que dirigió aquel ataque armado a la incipiente democracia. La tropa que entró en el Parlamento y zarandeó a diputados no fue ni procesada.

3– Perdonamos el terrorismo de Estado del GAL. Los 27 asesinatos y los secuestros, torturas y extorsiones ejecutados entre 1983 y 1987 por miembros de la Policía, auspiciados y financiados por el ministerio de interior durante el Gobierno de Felipe González. En concreto, José María Aznar fue quién firmó en 1998 los indultos de los máximos responsables encausados, Rafael Vera y José Barrionuevo.

4–Perdonamos a 1.443 condenados en un solo día, el 1 de diciembre del año 2000, a pesar de que los indultos generales están expresamente prohibidos por la Constitución,  porque José María Aznar y Jesús Acebes, el presidente y el entonces ministro del ramo, escucharon la solicitud del Vaticano de realizar gestos en favor de la reinserción coincidiendo con la celebración del Año Jubilar. 1.443 son 11 más que los soberanistas encausados a los que la amnistía de hoy podría terminar perdonando.

Éste es el examen de perdones que a bote pronto hago y la pregunta que surge es: ¿de verdad este país puede perdonar todas esas cosas y no puede hacer lo mismo con una Declaración Unilateral de Independencia (DUI) que duró 56 segundos, ya que fue declarada y des–declarada en el mismo párrafo, del que 36’’ fueron aplausos y que se produjo sin dar ni un empujón?

¿De verdad tan imperdonable es lo que ocurrió aquellos días cuando todos los analistas serios reconocen que fue fruto de errores de todas las partes, aunque fuera una la que cometiera los delitos?

1–¿No fue imperdonable recoger firmas contra el Estatut, como hizo el PP, poniendo a unos españoles contra otros, engendrando el independentismo que hace quince años no existía?

2–¿No fue imperdonable no negociar con Artur Mas la reforma fiscal que pedía que habría parado en seco el procés antes de que hubiera comenzado?

3–¿No fue imperdonable que el Estado no interviniera tras la aprobación de las leyes de desconexión previas a la DUI?

4–¿No fue imperdonable haber anunciado por activa y por pasiva que el referéndum del 1 de octubre no se celebraría porque el Estado impediría que tuvieran los medios y lo celebraran con todo lo necesario?

5–¿No fue imperdonable que se cargara brutalmente contra los votantes del 1 de Octubre, en lugar de barrer las frecuencias de internet que habrían impedido comprobar el censo y por lo tanto validar el recuento, como se hizo por la tarde, después de los porrazos?

6–¿No es imperdonable que estén en el banquillo 45 policías nacionales por aquellas cargas policiales pero ninguno de sus mandos?

El perdón funciona. Por eso existen leyes de indulto y de amnistía por todo el globo. Aquí también ha funcionado. Perdonar lo ocurrido en 2017 es el lógico y perfecto abrazo del oso que el momento político requiere y que seguirá mejorando la convivencia en Catalunya y, por lo tanto, la de todos. Hay que buscar la manera de hacerlo impecable sin que los juristas, sean del signo que sean, puedan impugnarlo, como no se impugnaron ninguno de nuestros grandes perdones mencionados.

En contra de la nueva amnistía están los de siempre: los que llevan desde 2017 alimentando y azuzando al dragón del nacionalismo español aunque el del independentismo catalán coma lo mismo y en la batalla entre ambos se fortalezcan los dos bichos. Entre ellos están los Dioses del Olimpo patrio que tanto perdonaron, que no necesitan perdones porque cargaron sus muertos a otros, que jamás piden perdón porque los dioses no se equivocan y si lo hacen no hay nadie por encima para juzgarlos, que se creen tan por encima del bien y del mal como para, habiendo hecho las cosas que hicieron, atreverse a juzgar las que, en estas circunstancias, están haciendo otros.

Lamentablemente los negacionistas de la reconciliación catalana, del decrecimiento del voto y del sentimiento independentista tienen muchos fieles, movidos por la fe y por el miedo, como todos los religiosos.

No asumen que los votantes votan y los partidos disponen, también cuando a los suyos no les toca. Ni Pedro Sánchez dijo en campaña electoral que perdonaría lo que decía imperdonable, ni Feijóo y los suyos advirtieron a sus votantes de las seis comunidades autónomas y los más de 140 municipios que gobiernan que lo harían con Vox y lo están haciendo sin avisarles. Sin embargo, lo primero les parece anatema; lo segundo, lo necesario.

Los más racionales terminarán entendiendo que simplemente los resultados electorales del 23J están cocinando a fuego lento un nuevo perdón que será tan elegido por el pueblo español como los anteriores, porque será lo decidido por los partidos votados que sumen la mayoría que los que están en contra no han logrado.

No asumirlo es lo más imperdonable de todo.

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Festivales de cine que tumban gobiernos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76727/festivales-de-cine-que-tumban-gobiernos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76727/festivales-de-cine-que-tumban-gobiernos/#respond Sat, 07 Oct 2023 05:30:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76727 Continuar leyendo "Festivales de cine que tumban gobiernos"]]> Festivales de cine que tumban gobiernos
Los asistentes a un acto de precampaña electoral de Vox, en los Jardines del Náutico, a 27 de junio de 2023, en Gijón, Asturias (España). Xuan Cueto / Europa Press (Foto de ARCHIVO)

Tenemos ideas distintas de lo que es la cultura y la creación y también para qué sirve, cuál es su sentido. Eso está bien. No tenemos que tener las mismas ideas. El jueves escuché a la gran escritora Mariana Enríquez hablar de su enorme capacidad para distinguir autor y obra. A mi me cuesta muchísimo.

Un crítico de cine escribió tras ver Haz Lo que Debas, la obra maestra de Spike Lee: "Esta es una película hecha para provocar disturbios". Lo dijo como algo malo.

El guionista Jean Claude Carrere, habitual de Buñuel en una parte de su filmografía, dijo aquello de: "Un buen guionista cada mañana debe matar a su padre, violar a su madre y traicionar a su patria". Yo bastante tengo con sacar a pasear al perro tres veces al día.

Por su parte, Julia Ducornau, directora de Crudo y Titane dijo hace un par de años que las películas de terror le resultaban reconfortantes.

De eso va la cosa. No de reconfortarnos, sino de que hay visiones distintas, de que crear algo siempre es incómodo para alguien (aunque sea para uno mismo) y que siempre hay algo en la creación que supone un desborde. Algo que va más allá de la obra y que empieza cuando alguien la encuentra. Ese exceso es, en el mejor de los casos, nitroglicerina. Te explota por dentro. Hace que tu mundo cambie, que tu vida cambie, que tu mirada cambie.

A mi me cambió la vida leer Una Casa en el Fin del Mundo, de Michael Cunnigham; Sandman, de Neil Gaiman; o la Trilogía de El Señor de los anillos de Tolkien, y años después me la volvió a cambiar Shirley Jackson y su Siempre hemos vivido en el Castillo (Yo llegué tarde al terror. Leí mi primer Stephen King con 27 años).

A partir de estas ideas, creo que es razonable decir que un buen festival de cine es como un laboratorio químico a punto de explotar, o un contenedor de material inflamable, o un zoo de animales salvajes mezclado con un jardín exótico lleno de plantas carnívoras. Es también, y por todo ello, una plaza pública. Una posibilidad de ponernos en el lugar del otro.

A veces, es una herramienta tan poderosa que tumba un gobierno.

Se ha terminado el Gobierno municipal de Xixón tal y como lo conocíamos. Carmen Moriyón, alcaldesa de la ciudad,  de Foro por Asturias, ha echado a Vox del Consistorio. Lo anunciaba con un tuit escueto que decía simplemente: "Se acabó".

Es el primer Gobierno que se rompe desde la conformación de los ayuntamientos tras las elecciones del pasado 23 de mayo y se rompe por las tensiones con el Festival Internacional de cine de Xixón, uno de los más relevantes y prestigiosos de nuestro país. Es la primera vez que Vox es expulsado de un Ayuntamiento.

La Concejalía de festejos, que llevaba Vox, pretendía cambiarle el signo al festival de diversas maneras. La más polémica era la inclusión de un premio que reflejara los valores de la formación de extrema derecha. Un galardón que refleje, literalmente, "lo que Vox quiere", pero es interesante también escuchar sus declaraciones sobre el festival en sí. Decía la concejala algo que recordaba a las palabras de otro dirigente de Vox sobre, en este caso, la Seminci de Valladolid. Ambos hablaban de sectarismo e inclusividad, de colectivos que no se veían representados por la programación del festival.

Estas tensiones son la prueba de varias cuestiones que no debemos dejar de lado. Vox ha pedido dos o tres tipos de responsabilidades políticas en los gobiernos de los que forma parte. Fundamentalmente, las de agricultura y las de cultura. En las dos va a desarrollar guerras culturales. En la primera, con el objetivo de intentar articular el miedo al cambio climático en los territorios rurales al servicio de las patronales agrarias (y por el camino convertirse en el partido de referencia de dichas patronales) En la segunda, con el objetivo aparente de desmontar uno de sus fantasmas particulares: la progresía cultural.

Lo sucedido en Xixón señala una línea de tensión que, debido a la particular composición del tripartito en el gobierno, ha dado con Vox fuera del Ayuntamiento, pero eso no tiene porqué pasar en otros territorios donde el PP gobierna con Vox y la retórica será siempre la misma: contenidos ideológicos, festivales sectarios y pocos inclusivos.

Si hay algo que hace grandes a estos festivales es, precisamente, la independencia de sus equipos organizadores y creativos, pero la segunda razón es que detrás de la retórica sobre lo ideológico, lo sectario y lo poco inclusivo siempre hay un deseo de estandarizar, de uniformizar.

El festival de Cine de Xixón es poderoso porque no se parece al de Sitges ni al de Sevilla ni a la Mostra de València ni a los Goya ni al Festival de cine de Málaga. Vox quiere un tipo de festival, un único tipo que se repite y estandariza. No es que no le interese la cultura, es que esa es su idea.

Una cultura única, uniforme, muy pegada al poder y que "reproduzca valores". Eso es algo que también comparte a veces con la izquierda, en un terreno peligroso y resbaladizo. En seguida, nos olvidamos de esa dimensión de exceso, de esa condición abierta e imprevisible, mutante e inflamable de la cultura. Esa que aspira a abrir el mundo, no a reproducirlo. Esa es la cultura que florece en los festivales de cine y por eso debemos cuidarla.

Y por eso es una buena noticia que, aunque sea de rebote, un festival de cine haya vencido esa pelea esta vez.

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La matraca nacional https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76736/la-matraca-nacional/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76736/la-matraca-nacional/#respond Sat, 07 Oct 2023 05:13:07 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76736 Continuar leyendo "La matraca nacional"]]> La matraca nacional
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, saluda durante la manifestación organizada por el PP, en la plaza de Felipe II, a 24 de septiembre de 2023, en Madrid (España). Jesús Hellín / Europa Press

Sí que me dan un poco de envidia esos señores, y alguna señora, que no parecen tener mayor preocupación en sus vidas que la independencia de Catalunya o la unidad de España. Entiendo que no se hallan ahogados por la subida de la hipoteca y la cesta de la compra, y que llegan a fin de mes sin que sus bolsillos se resientan. Que gozan de buena salud, ellos y los suyos. Que no están en ninguna lista de espera de la sanidad pública para una prueba dentro de siete u ocho meses para saber si lo suyo es maligno o tiene cura. Que no han perdido a ningún ser querido recientemente ni les han roto el corazón. ¿O acaso subliman sus problemas personales en lo que consideran más alto y noble ideal?

Personalmente, las banderas se me antojan inmensos pañuelos de mocos: el único trapo capaz de empapar y consolar un sinfín de frustraciones. Si un día de estos la Unión Europea avanza hacia una mayor integración supranacional y me sustituyen la inmensa bandera de la plaza Colón por una azul con su círculo de estrellas, pues estupendo. Mejor aún si algún día se materializara esa confederación ibérica siempre descartada: tendríamos una bandera con más colorín, sustituyendo con una franja verde nuestra enseña repetitiva. Muy a favor sobre todo si se trasladara la capitalidad a Lisboa, que pilla más cerca del mar (y más lejos de las manos de Ayuso).

No entiendo cómo los historiadores y demás científicos sociales no andamos llorando por las esquinas (bueno, un poco sí que sollozamos, pero por otro cúmulo de factores) al ver cómo nuestro consenso de especialistas cae en saco roto en cuanto salta al debate público. Es como el consenso científico en torno al cambio climático y su origen antropogénico, compartido por el 98% de los científicos mundiales pero que unos pocos políticos torticeros convierten en tema controvertido y discutible.

Los y las historiadoras sabemos desde hace décadas que la nación es un invento (y además, históricamente muy reciente, pese a que muchos traten de dotarla de esencias inmemoriales), una "comunidad imaginada" como rezaba el título del clásico sobre la materia de Benedict Anderson: una construcción social mediante la cual personas alejadas en el espacio y que no se conocen se sienten miembros de una misma comunidad porque, entre otras cosas, leen el mismo periódico cada mañana (ahora diríamos que porque viralizan el mismo video de Tiktok). Un invento, en fin, de la revolución francesa y la revolución industrial, con poco más de doscientos años y que no tendría por qué pervivir para siempre, por mucho que se ofusquen los de las banderitas. Si lo piensas, la humanidad ha vivido muchísimo más tiempo vinculada colectivamente bajo otro tipo de comunidades, fueran imperios, ciudades-Estado u organizaciones tribales. Y quién sabe si acabaremos volviendo a alguna de esas viejas fórmulas.

En la astracanada de acto poselectoral que montó el PP en vísperas del debate de investidura de su propio candidato, me alegré al menos de escuchar a Feijóo reconociendo que la nación española había nacido con la Constitución gaditana de 1812, que proclamó por vez primera la soberanía nacional. Claro que entonces, ellos hubiesen estado en contra de aquella Constitución progresista y del lado de los serviles. Se le olvidó recordar a Feijóo que entonces también se reconocía como españoles a los ciudadanos de los territorios americanos, esos a los que muchos ahora miran con recelo xenófobo tachándolos de inmigrantes, sudacas o cosas peores. No hace mucho vi a una joven mostrando en redes sociales el DNI de alguien de piel oscura que no se apellidaba precisamente García, y aseverando que para ella alguien así nunca sería española. Semejante salvajada recibió miles de "me gusta". Y si tener un documento nacional de identidad español no te hace español, entonces yo ya no entiendo nada. Porque si algo tenía históricamente el nacionalismo español hasta ahora es que nunca reivindicó el elemento racial como fundamento de su identidad.

Aprecié, como decía, que Feijóo arrancase en la fecha de 1812 porque a Rajoy le gustaba mucho repetir (de lo poco que se le entendía claro) eso de que España era la nación más antigua del mundo. Y ahí me quedaba yo, barruntando qué demonios querría decir con eso. Porque si tomamos como acta de nacimiento aquella primera Constitución que reconocía la existencia de una nación soberana, entonces no cabe duda de que nos precedieron ingleses, norteamericanos o franceses. Si se refería a alguna otra entelequia de carácter más intangible, le contestaría que hasta Portugal, en cuanto a unidad territorial de fronteras más o menos estables y unidad lingüística, también existió mucho antes que España.

Tal vez tomaba como punto de partida a los Reyes Católicos, que jamás crearon nada semejante a una nación española. Dos herederos de dos reinos distintos contrajeron matrimonio, que es algo así como si tú tienes un piso en Madrid y tu pareja un apartamento en Sevilla: tenéis dos pisos, no uno más grande, y cada uno de ellos seguirá sujeto a sus propios reglamentos municipales, del IBI al impuesto de basuras. Aquellos a los que tanto se les llena ahora la boca con las gestas del imperio español entienden muy poco de lo que fue aquel imperio, que tampoco tenía nada que ver con la nación española, y prefería autodenominarse monarquía universal o católica. Como mucho, "las Españas", así en plural. Su nieto Carlos heredó finalmente aquellos dos reinos/apartamentos, sí. También heredó Nápoles, Cerdeña o Sicilia, el ducado de Borgoña en territorio francés, los Países Bajos y hasta el Sacro Imperio romano-germano, que incluía buena parte de los territorios centroeuropeos. ¿Formaban entonces Bélgica o California parte de la nación española? Cuando Carlos I (y V de Alemania) llegó con su corte flamenca a Castilla, ni siquiera sabía hablar nuestro idioma.

Solo esta semana, sin embargo, dos titulares de sendos periódicos de tirada nacional daban el salto y situaban el origen de España muchísimo más atrás en el tiempo: el primero de ellos se preguntaba por qué España ha dejado de ser católica después de 1.644 años, como si algo llamado España hubiera podido existir hace casi dos milenios. En el segundo de ellos, un escritor que conoció mejores tiempos afirmaba sin rubor que "España como nación" nació en Covadonga. Lo que hay que hacer para vender libros.

Semejante cruzada por llamar español hasta al homo antecessor de Atapuerca comenzó en nuestra democracia de forma algo más sutil, allá donde me alcanza la memoria, con un Aznar que, a pesar de chapurrear catalán en la intimidad, modificó el contenido de la asignatura de Historia evaluable en la prueba de acceso a la Universidad sustituyendo una Historia contemporánea universal (seguramente algo más cercano y apropiado para este mundo globalizado de hoy) por una Historia de España, con su reino visigodo y su canesú. También estrenó en prime time y en la primera cadena de la televisión pública una serie divulgativa llamada Historia de España, en forma de documental-ficción. No recuerdo bien desde qué momento de la historia tan española partía, aunque sí guardo en la memoria las imágenes de unos actores poco creíbles disfrazados de fenicios. Una serie, en fin, que tan bien supieron parodiar los guiñoles de Canal+, a los que tanto echamos de menos estos días. En uno de sus mejores sketches, aparecía el muñeco de gomaespuma del inmarcesible Fraga Iribarne, ataviado con unas pieles y pintando en la cueva de Altamira un bisonte; el rótulo inferior sentenciaba: "El primer español". Y de ahí para adelante, que ya se sabe que todos los caminos conducen a Madrid: el lusitano Viriato, español. Los emperadores Adriano y Trajano, todos españoles. El filósofo aristotélico Avempace, español también, aunque un poco menos por aquello de que era musulmán.

Cuando la cosa es mucho más sencilla y moderna. La idea de nación como unidad política surge, como casi todo en nuestro mundo contemporáneo, con la Revolución Francesa. Para justificar que los representantes del pueblo llano hubiesen abandonado la reunión de los Estados Generales (movimiento aquel que sí que fue una sedición y ruptura de la tradición constitucional en toda regla), reuniéndose en un frontón e instaurando un nuevo parlamento paralelo que se autoproclamó Asamblea Nacional Constituyente, el abad Sièyes publicó un panfleto convertido hoy en clásico, en el que afirmaba que solo ese Tercer Estado, ese pueblo sin privilegios, constituía la verdadera nación. ¿Sus argumentos? Solo el tercer estado, en aquella sociedad estamental, se hallaba sometido a la ley común, frente a las jurisdicciones especiales de los privilegiados; solo ellos producían riqueza y pagaban impuestos, y eso los convertía en los auténticos soberanos de la nación, frente a una concepción del Estado que hasta entonces solo se entendía en sentido patrimonial de algunas pocas familias dinásticas. Nada de lenguas, religiones, etnias o historia compartida: solo una nación formada por ciudadanos sometidos a la misma ley y que pagaban impuestos.

Frente a esta idea jurídica y liberal de la nación de finales del siglo XVIII, surgió pronto otra concepción de la nación de la mano de los románticos alemanes y como rechazo a la invasión napoleónica: la nación como algo previo a los ciudadanos que la conforman, dotada de algo así como un alma, un "espíritu del pueblo" que se expresa a través de la lengua que hablamos, de la sangre que nos recorre, presente en las tradiciones, artes y culturas específicas de cada pueblo. Este tipo de nación no tenía por qué ser soberana de su comunidad política, aunque pronto los dos sentidos opuestos se mezclaron en algún punto, porque toda nación cultural aspiraba también a ser nación política, soberana de su propio Estado. Y en esa lucha seguimos, tanto tiempo después.

El historiador Ernest Renan definió la nación como un "plebiscito cotidiano": el consentimiento tácito de los ciudadanos a compartir unas leyes comunes y una misma comunidad política; como si cada día se celebrase un referéndum, vaya. Durante mis investigaciones en archivos, una vez me topé con una desconocida novelita alemana de 1836 del género de la ciencia ficción y los viajes en el tiempo que por entonces empezaba a hacer furor: el protagonista se quedaba dormido y despertaba cien años después, en el Berlín de 1936, rodeado de banderas arcoíris, símbolo por entonces del pacifismo y la fraternidad universal. Está claro que aquel escritorzuelo, lamentablemente, no poseía el don de ver el futuro: porque en el Berlín de aquel año solo se habría encontrado con esvásticas, banderas ultranacionalistas que quisieron encubrir la lucha de clases con un imaginado enfrentamiento entre los pueblos, y resulta que lo lograron.

Durante un tiempo parecimos aprender de la catástrofe. Alemania concretamente tuvo que enfrentarse tras la guerra al gran desafío de reconstruir su identidad nacional desde algún otro punto bien distinto al über alles, y para ello el filósofo Habermas formuló la idea de un "patriotismo constitucional"; idea que el presidente Zapatero intentó importar a la España plurinacional, por cierto, sin demasiado éxito.

Pertenezco a la ya vieja escuela que no concibe las identidades como algo subjetivo que nos nace desde las entrañas hacia afuera, sino como discursos que nos atraviesan y nos constituyen desde el exterior. Según el tiempo y las circunstancias, yo me habría comprendido como una sierva del Señor, leal vasalla de algún rey, hidalga o campesina, burguesa u obrera, intelectual, mujer, solterona, bisexual o cisgénero. Soy vasca porque sus paisajes verdes y su lluvia forman el decorado de mi infancia, y en su intrincada lengua se cantaban las primeras canciones que aprendí. Me considero española por El Quijote, en cuya lengua pienso y escribo, parte fundamental de mí. No quiero la independencia de Catalunya porque también los considero parte de la cultura y la historia en la que he crecido: por la música de Lluis Llach o la memoria de Salvador Puig Antich. Me considero incluso un poco francesa, por los años de mi vida que se quedaron allí y las infinitas horas perdidas en las páginas de sus libros. Y me alegro de haber nacido en Europa Occidental y no en Afganistán, por ejemplo, pero no por orgullo chovinista sino porque soy consciente de que mi vida allí habría resultado mucho más difícil.

Sentirse orgulloso del lugar en el que has nacido, algo que tiene más que ver con el azar que con el propio esfuerzo, mérito o talento, se me antoja propio de aquel que no tiene otra cosa de la que presumir. Si me dan a escoger, prefiero la idea de la nación como patriotismo constitucional, pero recordando siempre que se trata de un plebiscito cotidiano, y que no se puede retener a nadie a tu lado por la fuerza. Tratar de combatir el independentismo catalán con más nacionalismo español no es sino una forma rotunda de darles la razón. Durante el Procés, los balcones de las ciudades españolas deberían haberse engalanado mejor con banderas senyeras, si lo que se perseguía era exhibir unidad y mientras sigamos esperando que reine la bandera arcoíris, y menos rojigualdas del chino y gritos de "a por ellos". Y los nacionalistas españoles, si tanto aman a su patria como presumen, harían bien en mirar menos a los mitos identitarios del pasado y esforzarse más por comprender y asumir la realidad de un país plural y diverso, que es lo que nos hace medianamente interesantes.

Porque las fuerzas centrífugas no son una anomalía ni una crisis, sino que forman desde siempre un eje fundamental de la idiosincrasia española. Hace doscientos años, hasta el vizconde de Chateaubriand advirtió ya que España estaría seguramente abocada a constituirse como una República federal más pronto que tarde, forma que le sería más propia que a ningún otro país, afirmaba con fatalismo, por la diversidad de sus reinos, sus leyes, sus costumbres y sus lenguas. Los defensores a ultranza de la unidad parecen haberse olvidado por un momento del estandarte de la libertad y se aferran ahora machaconamente al argumento de la igualdad entre todos los españoles, un ideal sin duda justo y encomiable, aparentemente irreprochable salvo si se les recuerda que, en países como Estados Unidos, Alemania o Brasil, las desigualdades que lastran sus sociedades no parecen tener origen precisamente en sus constituciones federales. De nuevo, la brecha de la desigualdad real nada tiene que ver con la composición territorial, por mucho que traten de hacernos mirar para otro lado; y nos la están volviendo a meter doblada.

En cuanto al tan cacareado tema de la amnistía y el referéndum, mejor dejarlo para el siguiente capítulo y, sobre todo, para cuando deje de ser solo un rumor o amenaza amplificada por una parte interesada. Por el momento, baste recordar que algo que no aparezca expresamente en la constitución no por ello se convierte automáticamente en inconstitucional, como fue el caso de la consulta para la anexión de Don Benito y Villanueva de la Serena, localidades extremeñas de las que el texto de 1978 ni se acuerda. Porque la constitución no es el I Ching patrio, un texto oracular capaz de responder siempre a las dudas del presente y las incertidumbres del futuro. Y a veces yerra tanto en sus vaticinios como aquel escritor que imaginó una Alemania de entreguerras ataviada con banderas de paz y fraternidad: la única posibilidad de referéndum que recoge expresamente es, de hecho, el de la anexión del País Vasco y Navarra, extravagancia que de momento queda fuera de la agenda.

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La derecha española como factor de calentamiento global https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76749/la-derecha-espanola-como-factor-de-calentamiento-global/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76749/la-derecha-espanola-como-factor-de-calentamiento-global/#respond Sat, 07 Oct 2023 05:01:11 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76749 Continuar leyendo "La derecha española como factor de calentamiento global"]]> La derecha española como factor de calentamiento global
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, saluda a su salida de la segunda votación de la investidura del líder del Partido Popular, en el Congreso de los Diputados, a 29 de septiembre de 2023, en Madrid (España).- Eduardo Parra / Europa Press

Cuando quedan aún casi tres meses para que termine, puede decirse ya que 2023 no solo va a ser con gran diferencia el año más cálido de la historia de la humanidad, sino el año en el que se pulverizaron simultáneamente todos los récords climáticos de temperatura terrestre, marina, deshielo, incendios, inundaciones, etc. Y lo que es peor, también de emisiones a la atmósfera, que en lugar de reducirse aumentan. No es solo que se hayan batido récords, algo que venía sucediendo cada cierto tiempo en una paulatina senda de calentamiento global, es que este año se han desbordado de manera constante y persistente todos los indicadores, provocando que los científicos climáticos (gente tan seria, escéptica y poco dada a aspavientos como el propio método científico) se declaren "asombrados", "alucinados" o, en el mejor de los casos, "seriamente preocupados".

Su preocupación se acrecienta por el hecho de que no saben muy bien a qué se debe lo que está pasando, aunque especulen con la influencia combinada de factores como el Niño, la variación de determinados aerosoles en la atmósfera por cambios en la normativa de contaminación de buques, la erupción de un volcán submarino en Tonga, etc. También se agudiza porque son conscientes de que hay muchos puntos de no retorno que podrían desencadenar en cualquier momento procesos que ya no se puedan controlar (como el derretimiento del permafrost y otros conocidos y desconocidos). Domina la sensación de que el calentamiento va bastante más rápido de lo esperado y de que sus consecuencias son peores de lo previsto.

Algunos ejemplos de esas consecuencias, que se están produciendo en todo el mundo, son las inundaciones catastróficas de Grecia, que apagaron el incendio más extenso de la historia de la UE pero han dañado su agricultura; las riadas de Libia que han causado más de 11.000 muertos; las pérdidas en las cosechas en medio mundo o los grandes incendios de Canadá, que se mantienen desde hace más de tres meses, o de Hawaii, con más de 100 muertos. La organización meteorológica mundial dice en un reciente informe que el cambio climático "compromete la consecución de casi todos los objetivos de desarrollo sostenible".

La gravedad de lo que está pasando a nivel planetario se refleja en la impactante portada del periódico The Guardian del 6 de octubre, con imágenes de humo sobre un gráfico en forma de escalera ascendente que se vuelve vertical al final; con un titular que dice "los científicos, asombrados por el récord de calentamiento en septiembre" y una frase entrecomillada de uno de ellos: "Todavía me esfuerzo en comprender cómo en un solo año puede dispararse tanto comparado con los anteriores". Si en julio Antonio Guterres, secretario general de la ONU, afirmaba que "es aterrador, y es sólo el principio: la era del calentamiento global ha terminado, la era de la ebullición global ha llegado", hace unos días decía que "la humanidad ha abierto las puertas del infierno".

Ante esta situación, llama poderosamente la atención que en el discurso de Núñez Feijóo como candidato a la presidencia del Gobierno, la única y exclusiva mención al problema (sin ninguna duda, el mayor al que se enfrentan España y la humanidad) y a sus posibles soluciones fuera una frase: "transición ecológica sí, dictadura activista en ningún caso". En su turno, el ultraderechista Abascal reforzó esta idea cuando dijo "celebro que se haya atrevido a denunciar la dictadura activista".

Pero España no tiene ni por asomo un problema de dictadura activista sino de especial exposición a un problema climático y ecológico grave y global. Además de sus muchos kilómetros de costa potencialmente afectada por la subida del nivel del mar, cuando las riadas son cada vez más intensas y repentinas y afectan especialmente a áreas como la mediterránea, se estima que en España hay más de un millón de viviendas en zonas expuestas a inundaciones fluviales o marítimas. También somos un país especialmente expuesto a la desertificación. El impacto de una sequía que tiende a volverse crónica se concreta, por ejemplo, en el disparatado encarecimiento del aceite de oliva tras dos años de pésimas campañas o la previsión de un descenso en la cosecha de cereales de más del 80% este año. Los problemas de suministro de agua potable se agudizan en muchas localidades y muchos acuíferos están al límite como ejemplifica el caso de Doñana.

Ante esta situación, la receta de las derechas españolas es una apuesta segura y delirante por empeorar las cosas: aumentar regadíos y legalizar los ilegales, eliminar carriles bici, paralizar o entorpecer zonas de bajas emisiones y, en suma retardar y retrasar la toma de decisiones cruciales para la supervivencia colectiva.

No es casualidad que en un reciente estudio que analizó el efecto isla de calor en varias ciudades del mundo, Madrid resultase ser la que se llevaba la palma con hasta 8 grados de diferencia entre la ciudad y su periferia. Tampoco es casualidad que Galicia sea el farolillo rojo de España en materia medioambiental, la comunidad que tiene la superficie de Red Natura 2000 más pequeña entre las 17 comunidades autónomas (un 12% de su superficie teóricamente protegida cuando la media estatal es del 27,5%). O que la UE afirme por escrito que su plan director para esa Red Natura no cumple la función de protegerla. O que fomente que una especie forestal que provoca problemas medioambientales disminuyendo la biodiversidad como el eucalipto haya experimentado una expansión descontrolada con los gobiernos de Feijóo. O que la gran mayoría de sus valiosísimos humedales estén desprotegidos ante el aluvión de proyectos eólicos.

No es anecdótico que el primo de Rajoy relativizase lo del cambio climático diciendo aquello de "¿cómo alguien puede saber lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?". Ni que Aznar se mostrase en su momento contrario a gastar dinero en "un problema que quizás, o quizás no, tengan nuestros nietos", siendo hoy miembro del consejo de administración de News Corp, fábrica de desinformación global y escepticismo climático.

El calentamiento global, que es una manifestación del más amplio colapso ecológico al que se enfrenta ya la humanidad, interpela todos los aspectos de nuestras vidas, desde la alimentación al transporte, y lleva a una impugnación total del neoliberalismo que ha defendido la derecha en las últimas décadas.  La existencia de límites biofísicos, que hemos traspasado ya y de los que depende la vida en la Tierra, pone en cuestión el capitalismo salvaje y en jaque la misma idea de crecimiento ilimitado. Por eso juegan a retrasar y sembrar dudas sin negar abiertamente lo que suscita un amplio consenso: una actitud delirante derivada de una ideología que ha quedado trasnochada pero aún domina el mundo, con consecuencias muy dañinas.

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Ni juventud ni Unión Europea https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76707/ni-juventud-ni-union-europea/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76707/ni-juventud-ni-union-europea/#respond Fri, 06 Oct 2023 05:04:02 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76707 Continuar leyendo "Ni juventud ni Unión Europea"]]> La bandera de la Unión Europea en la fachada del edificio del Parlamento Europeo en Bruselas. -REUTERS / Francois Lenoir
La bandera de la Unión Europea en la fachada del edificio del Parlamento Europeo en Bruselas. -REUTERS / Francois Lenoir

Cuando comienza un debate de investidura para la presidencia del Gobierno, los ciudadanos esperamos que las principales preocupaciones de nuestro día a día aparezcan en los discursos de los líderes políticos. La persona que presenta su candidatura para presidir el país cuenta con tiempo ilimitado durante al menos dos jornadas para responder a las otras formaciones, pero, sobre todo, para presentar un programa de Gobierno que responda a las necesidades del país con propuestas específicas.

La aprobación de la utilización de las lenguas cooficiales, las identidades territoriales, la amnistía o las acusaciones han marcado la conversación política; sin dejar de ser temas esenciales, han aparcado aquellos problemas que continúan agrandando la brecha de desigualdad y la brecha intergeneracional. Incluso, han orillado nuestro papel a nivel internacional en un momento de especial protagonismo para España. Como suele ser tradición, extrapolamos los debates europeos e internacionales a nuestras prioridades nacionales.

Por poner en contexto, el presidente de los populares y candidato, Alberto Núñez Feijóo, desgranó su propuesta de Gobierno durante una hora y 42 minutos. En un discurso de más de once mil palabras, únicamente hubo referencia hacia la juventud en siete ocasiones; dentro de las cuales, solo en dos se plantean propuestas directas, de forma vaga, a las preocupaciones y problemas que sufre este sector de la población. En cambio, solo basta releer el discurso y comprobar el protagonismo de las menciones al conflicto catalán. Recordemos que los partidarios del "no" a la independencia de Cataluña están en máximos, según las encuestas, y que más del 70% de la ciudadanía catalana no la ve una prioridad.

Lo que sí es prioritario para la juventud es la vivienda, especialmente cuando el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) evidencia que los jóvenes se emancipan a los 30,3 años y dedican alrededor del 80% de su sueldo para un alquiler medio o el 60% para una hipoteca, se presentan medidas únicamente enfocadas a la problemática de la ocupación y ninguna que acuda directamente a la raíz de esta desigualdad. Lo mismo sucede, cuando se cita el desempleo juvenil, sin propuestas específicas que acaben con la vergüenza de ser el país con mayor desempleo juvenil europeo. Sobre la mesa, no aparecieron términos o referencias a temas como la precariedad o la inversión en becas. Todos reconocemos que forman parte de la vida de la mayoría de los jóvenes, sin lugar a duda, y provocan sus desvelos; sin embargo, parece que no tuvieron la suficiente consideración en un programa de Gobierno. Sin olvidarnos del cambio climático, solo mencionado en una ocasión, y no de forma propositiva.

El hecho que el candidato orillase a la juventud en su discurso no significa que el resto de las fuerzas políticas hicieran alguna referencia durante sus réplicas. De nuevo, le refriega política y los discursos identitarios primaron sobre la vertebración social.

La calidad del debate también obvió completamente el papel de España en la Unión Europea. Nuestro país vive un momento de especial relevancia presidiendo el Consejo de la UE y teniendo la capacidad de diseñar las prioridades y la agenda de asuntos esenciales. Mientras en las instituciones comunitarias se negocian las nuevas reglas fiscales, el pacto migratorio o la autonomía estratégica, la investidura no dedicó palabras sobre la posición de España en estos debates. Una vez más, España prioriza su propia agenda interna.

En unos meses se celebran unas elecciones europeas trascendentales y ya hay voces que hablan de una posible ruptura de la alianza tradicional que ha liderado las instituciones europeas, la formada por populares y socialistas, con el añadido de liberales y verdes en los últimos años. Estas voces se dirigen hacia un acuerdo entre los populares y otras fuerzas situadas que no creen de forma convincente en la integración europea y, en algunos casos, defienden dar pasos atrás. ¿Qué opinan nuestros líderes nacionales? Europa se mueve y nosotros no nos podemos parar.

La juventud española representa ese sector de la población que solo ha vivido en democracia, menos comprometido con el voto a un mismo partido, más cambiante, y que ha vivido varias crisis que han golpeado sus esperanzas. Y si los problemas de los jóvenes no entran en el debate político, la desafección puede hacerlo en su lugar y llevarlos a la abstención o la búsqueda de quien les ofrezca soluciones sencillas a problemas complejos.

Por suerte, existe una juventud europeísta comprometida que está adquiriendo un mayor peso en la agenda pública y que está trabajando por incidir sobre temas que les afectan en su día a día, como la remuneración obligatoria de las prácticas. Es una juventud que no entiende su vida sin Europa porque han estudiado fuera gracias al Erasmus, han viajado libremente y han entrado en contacto con otras culturas o se benefician de medidas tan simples como el cargador universal.

Esperemos que el previsible próximo debate de investidura se acerque a las inquietudes de la juventud española, que está preparada para ser escuchada, y no se agrande la brecha social que hay, sin quitar importancia al debate territorial. Los jóvenes creen en la Unión Europea y quieren más de ella, acerquémosla desde las Cortes Generales.

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Tesis para cuidar Podemos https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76662/tesis-para-cuidar-podemos/ https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76662/tesis-para-cuidar-podemos/#respond Fri, 06 Oct 2023 04:40:19 +0000 https://blogs.publico.es/otrasmiradas/?p=76662 Continuar leyendo "Tesis para cuidar Podemos"]]> Tesis para cuidar Podemos
Carolina Alonso y Roberto Sotomayor.- CEDIDA POR LOS AUTORES

Nadie sabe a ciencia cierta cómo será el futuro. Aunque muchos pretendan vender a la gente que pueden predecir el porvenir, lo cierto es que nadie es capaz de determinar qué sucederá en los tiempos venideros. ¿Por qué ocurre esto? Es fácil, porque el futuro lo construimos entre todos y todas, día a día. El futuro no está escrito, aunque se empeñen en repetir lo contrario una y otra vez para evitar que lo construyamos a nuestra manera, es decir, para mejorar las vidas de todos.

Las madrileñas y los madrileños exigen que sus gobernantes estén ahí cuando tienen dificultades y que tomen medidas para resolver los problemas más estructurales de sus vidas: la precariedad laboral, la imposibilidad de tener una vivienda digna con sólo un sueldo en Madrid; la oleada reaccionaria de misoginia, homofobia, violencia y acoso contra el diferente; la deficiente y negligente atención al ciudadano en cualquier servicio: sanidad, educación, el abandono de las infraestructuras deportivas, de ocio y de limpieza. Hay que plantear soluciones a las amenazas del futuro que cada vez se hacen más presentes, como el cambio climático, y no negarlas como hace la derecha ni evitar tomar medidas drásticas como hace el PSOE.

La voluntad y la praxis política de Podemos como avance y mejora de las condiciones materiales de vida del conjunto de la ciudadanía, además de la visión feminista, el horizonte republicano, y la construcción de un Frente Amplio en Madrid tanto a nivel electoral, como político y social, entendido como condición estratégica necesaria para gobernar, pasa también por la transformación del mundo del trabajo. Defendiendo de forma inequívoca lo público como garante de un modelo social y económico que no deja a nadie atrás, que nos cuida y nos protege cuando las cosas se ponen difíciles, pero que también nos permite avanzar de forma colectiva cuando las cosas van bien. Podemos es y será siempre el partido de las clases trabajadoras que defiende un modelo económico y social donde el feminismo lo transforma todo, incluso las relaciones capital-trabajo, poniendo siempre en el centro a las políticas públicas, incluida la económica, la vida, y los cuidados. En esta transformación del mundo del trabajo, la reducción de la jornada laboral, las mejoras salariales, y de medidas de conciliación en las que, hay que recordarlo, hemos logrado avanzar en estos años de gobierno de coalición, son claves. Los avances tecnológicos deben servir para tener más tiempo libre. Si los ricos son más ricos que nunca, el acceso a las rentas debe ir más allá del trabajo a través de modelos de rentas básicas individuales y tendentes a la universalidad. Mientras seguimos impulsando medidas para alcanzar ese horizonte, tenemos que seguir priorizando todo avance en la mejora de las condiciones materiales de las clases populares.

Madrid vive su propia realidad social, política y económica que, aunque digan lo contrario, no es la misma que en el resto de España. Es por ello imprescindible que Podemos esté anclado en el territorio, que las organizaciones autonómicas y municipales del partido tomen sus propias decisiones y que los territorios hablen del territorio, de los problemas del territorio y se centren en las soluciones territoriales. Murcia, Cantabria o Madrid deben hablar de esos territorios y no solo de cuestiones estatales.


El municipalismo debe ser un elemento fundamental, porque son las políticas municipalistas las que nos permiten acercarnos de verdad a la ciudadanía, acercando las personas a la política, haciendo barrio, haciendo pueblo. No podemos olvidarnos de la importancia que ha tenido el municipalismo en la historia de nuestro país. Fueron unas elecciones municipales en 1931 las que trajeron la II República a nuestro país. En 2015 los gobiernos del cambio en diferentes ciudades españolas acabaron con décadas de corrupción y decadencia del PP. Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz, Santiago de Compostela y Palma, entre otros, fueron fiel reflejo de lo que el municipalismo es capaz de lograr. Mediante la conformación de candidaturas municipalistas, la ciudadanía sintió que formaba parte de algo, se sentía de verdad cómplice de los verdaderos cambios en sus barrios y ciudades. Esos fueron, sin duda, los primeros frentes amplios que vivimos en el siglo XXI en nuestro país.

Las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 28M en Madrid han demostrado que los partidos de izquierdas, en solitario, no llegamos. Hay quienes aún se hacen trampas al solitario, pero si somos serios en el análisis, es evidente que en la capital hace falta algo más. Y ese algo se llama ilusión. El ciclo de respuesta al neoliberalismo que comenzó en el 15M sigue vivo porque, especialmente para la gente más joven, el modelo neoliberal no está ofreciendo soluciones, más bien todo lo contrario, le está cerrando las puertas al futuro.

Tras la ruptura del espacio político dentro de Podemos en 2019 y la conformación de un nuevo partido político, Podemos cometió un grave error: no presentarse a las elecciones municipales. Eso permitió consolidar la división generada por Más Madrid, una fuerza que no ha tenido éxito en mantener los gobiernos en los que participaba ni en echar a Ayuso de la Puerta del Sol y que, por sí sola, no tiene ninguna posibilidad de gobernar y transformar. En 2023, su negativa constante a unir fuerzas con el resto de la izquierda, no ayudaron a echar a la derecha, sino que le ha dado la mayoría absoluta a Ayuso y Almeida y han supuesto una pérdida de siete concejales en el Ayuntamiento de la capital para Más Madrid y que Podemos-IU no tenga presencia en las instituciones madrileñas. A esto hay que unir la falta de voluntad de Yolanda Díaz para forzar esa unidad antes de las elecciones, y un acto en Magariños que desconcertó a todo el espacio y que, desgraciadamente, no sirvió para generar ilusión.


Se repite como un mantra que Madrid es de derechas, pero no es cierto. En Madrid quienes quieren gobernar sin presentarse a las elecciones tenían claro que había que lograr concentrar el voto en torno a un supuesto madrileñismo basado en cañas y una falsa libertad (que en realidad es impunidad) representado por Ayuso. Y lo lograron mientras la izquierda cada día se fragmentaba más.

Por todo ello, tenemos la responsabilidad de lograr que la unidad popular no se frene por la división y la confrontación abierta entre las fuerzas políticas de la izquierda. La unidad debe generar confianza en la gente, confianza en que será duradera y efectiva para erradicar el cáncer que gobierna Madrid desde 1995. Eso se consigue cuando se hace desde el respeto, la generosidad, y la responsabilidad, con mimo y esmero, y no en despachos deprisa y corriendo. No puede repetirse lo que vivimos en Andalucía en 2022. Los ciudadanos progresistas que esperan ilusión y transformación no se merecen que el futuro se tire por la borda por arañar unos sillones.

Las alianzas políticas deben extenderse más allá del contexto y el terreno electoral. Podemos no debe renunciar nunca a un horizonte de construcción de un Frente Amplio como el que se logró en los municipios en 2015, donde la autonomía y la identidad de las fuerzas sean respetadas y el funcionamiento interno para alcanzar acuerdos y consensos sea democrático. Sin imposiciones, sin vetos, sin movimientos ‘ad hoc’ iniciados al albor de ataques mediáticos y judiciales hacia alguna de las fuerzas participantes. Un Frente Amplio en Madrid debe responder siempre a tres ejes: en primer lugar, que permita obtener resultados electorales con posibilidad de formar gobierno.  En segundo lugar, que se base siempre en el respeto mutuo a la autonomía de las distintas fuerzas políticas y, por último, y quizás lo más importante, que las candidaturas se conformen a través de primarias y nunca en despachos.

Podemos necesita tener su propia identidad, y esto es absolutamente esencial, sin olvidar que cuando nacimos en 2014 teníamos claro que queríamos unir para gobernar. Hemos de mostrar nuestro espacio político como lo que fue, es, y será: una alternativa de cambio real y necesaria para la sociedad, desde una organización abierta, responsable, respetuosa y afectiva. Una organización comprometida, firme y dispuesta. Una organización que abra las puertas que los despachos cierran, que abra las puertas para que la militancia y toda la ciudadanía pueda seguir expresando su sentir y sus propuestas. Esa es nuestra seña de identidad más identificable y es la que tenemos que recuperar.

El futuro de Podemos y el Podemos del futuro van de la mano y es posible conseguirlo como ya hicimos tantas otras veces en nuestra historia. Hemos transformado este país con políticas valientes y decididas, pero queremos más. Madrid nos sigue esperando, porque Madrid nos necesita.

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