En bicicleta por Pekín

Olimpiadas en el sofá

en-el-sofa1.jpgMás allá del quinto anillo de Pekín, a las afueras de la capital, Hao Xiaoying me recibe en su piso con una sonrisa, un "bienvenido, bienvenido" y unas zapatillas de andar por casa. Es sábado y hoy no tiene que trabajar, así que tiene tiempo para charlar un rato y ver algunas competiciones de las Olimpiadas. Aunque los partidos están en los estadios y haya pantallas en los parques, esta mujer de 52 años prefiere seguir los Juegos en el salón de su casa. "Aquí se ven mucho mejor las competiciones", me dice. A Hao no le atrae la idea de pasar varias horas en un estadio, llegar antes para pasar los controles de seguridad o soportar el tráfico de Pekín.Su casa está en uno de los numerosos edificios de más de veinte plantas que han poblado las ciudades chinas en los últimos años. Su marido está de vacaciones en Mongolia (su ciudad natal) viendo a algunos amigos. Él es profesor de Biblioteconomía en la Universidad de Pekín, una de las más prestigiosas del país, mientras Hao trabaja en una especie de ONG que ayuda a las empresas en sus intercambios comerciales. No son ricos, pero "viven bien", como me cuenta su hija, Li Chen, estudiante de español en la Universidad de Pekín. Es una de esas familias que se ha beneficiado del crecimiento económico en los últimos años, la nueva clase media china.¿Lo mejor de los Juegos Olímpicos? Hao y Li casi responden al unísono: Michael Phelps. Ninguna parece tener dudas de que es el deportista de estas Olimpiadas. Los medios chinos se han llenado de alabanzas al Rey del Cubo de Agua y la población le ha cogido cariño. Hua Hao me explica que no sólo ve partidos donde compiten sus compatriotas, sino aquellos que le parecen más interesantes. "Me gusta ver a los mejores". Como segundo acontecimiento que más le ha gustado, Hao destaca el partido de fútbol entre Brasil y Argentina. Como tercera respuesta, la actuación de los jamaicanos en atletismo.Li Chen, su hija de 21 años, me comenta que los Juegos se han seguido con intensidad en el país. Ahora mismo realiza prácticas en una institución del Gobierno, donde hay menos trabajo del habitual y muchos siguen los Juegos a través de la televisión o Internet. Cuando tienen un hueco en medio del trabajo, muchos echan una partida de ping-pong en las numerosas mesas que hay en la empresa (una por planta).¿Cuál será la influencia de estos Juegos para China?Li, de mirada inteligente y español perfecto (pasó un año en Cuba), coge aire cuando le hago esta pregunta. Hay muchas cosas que decir, sobre todo en cuanto al cambio psicológico de la población. Las Olimpiadas han sido un acontecimiento importantísimo para China, han mejorado las infraestructuras de la ciudad y reducido la contaminación. "Seguramente va a mejorar el nivel de vida". La presencia de tantos extranjeros hará abrirse al país y que el resto del mundo pueda conocer China.Li, sin duda alguna una de las chinas con mayor sentido crítico que he conocido en Pekín, también cree que hay cosas que se pueden mejorar. Le parece que el Gobierno ha querido controlar demasiado los Juegos y tenía miedo a que se le fueran de las manos. También opina que la población china debería acostumbrarse a recibir críticas al país y respetarlas. "No todo el mundo tiene que estar de acuerdo con lo que estás haciendo, eso es la diversidad y los chinos deberíamos estar acostumbrados", me dice haciendo alusión a los incidentes en el recorrido de la antorcha olímpica por Londres, París y San Francisco.Su madre, que ha estado un rato en la cocina preparando ternera al curry con arroz, vuelve para hablar del después de los Juegos. "Tengo miedo de que cuando acaben los Juegos haya más contaminación y más coches". Hao está a favor de restringir a la mitad el uso de los coches privados en Pekín (medida excepcional tomada para las Olimpiadas) para poder disfrutar de un tráfico más fluido y un aire de mayor calidad.Hao también piensa que los Juegos han traído un mayor conocimiento del deporte a China. Según ella, en el país se va abandonando poco a poco la visión de que el número de medallas es reflejo del poder del país. "Antes a la gente sólo le preocupaba si China ganaba o perdía", ahora los chinos disfrutan con el deporte.Tan sólo queda un día para la Ceremonia de Clausura y estos Juegos, que los chinos han vivido intensamente en sus casas, ya casi parecen el acontecimiento histórico para contar a nuestros nietos. "No sé cómo la gente se va a adaptar a la vida normal cuando se acabe todo", me dice Li. Aún así, a China le esperan muchos acontecimientos importantes en los próximos años, entre ellos la Expo de Shanghai en 2010. "Hay un futuro brillante".

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