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Hildebrand: la tercera vía en la portería alemana

Timo Hildebrand, el héroe de la última jornada de Liga, es uno de los pocos futbolistas que ha logrado convertir en realidad el sueño de todos los que se inician en la cantera de un club de nivel medio: progresar hacia el estrellato, pero levantar un título importante antes de partir. Y lo consiguió en la última oportunidad, cuando ya había rechazado la oferta de renovación del Stuttgart, cuando medio mundillo futbolístico ya sabía que su destino estaba en Valencia. En su temporada de despedida, la séptima como portero titular del equipo y la decimotercera en el club, el rubio guardameta se proclamó campeón de la Bundesliga con un conjunto que no aparecía en ninguna de las listas de favoritos que elaboraron los expertos. Y él tuvo gran responsabilidad: estuvo fantástico a lo largo del año, pero también respondió en el momento decisivo, cuando sacó una mano prodigiosa en Bochum en los últimos minutos de la penúltima jornada para que su equipo llegara al cierre del torneo dependiendo de sí mismo. Fue la intervención del campeonato.

Si sus inicios en España fueron complicados y algunos bromearon con su nombre de pila, en Alemania hace ya muchos años que se habla de él como el sucesor de Kahn en la selección. La fama internacional le llegó en la campaña 2003-2004, cuando superó el récord nacional de imbatibilidad –se pasó 884 minutos sin recibir un gol- y se clasificó para los octavos de final de la Champions League con un Stuttgart repleto de juventud y talento. En aquel equipo memorable, probablemente superior al que se llevó la Bundesliga la pasada temporada, estaban Alexander Hleb, Kevin Kuranyi, Phillip Lahm y Andreas Hinkel. Sólo el poderoso Chelsea de Ranieri, ya financiado por los millones de Abrahamovic, pudo cortar su progresión derrotándolos por un único gol.

La coincidencia con porteros de enorme trayectoria y personalidad ha evitado que sus números con la Mannschaft sean más importantes. A sus 28 años, Hildebrand ha defendido la portería alemana en siete partidos, cuatro de ellos amistosos. Una cifra muy pobre, pero que responde a la fuerza de un debate Kahn-Lehmann que no dejó lugar a una tercera vía. Sin embargo, Timo acudió a la Eurocopa de 2004 y al Mundial de 2006, siendo consciente de sus escasas posibilidades pero formando parte de la convocatoria oficial de la selección. Su momento puede llegarle este verano, sobre todo si el malhumorado cancerbero del Arsenal sigue siendo suplente de Manuel Almunia. Aunque por ahora, Joachim Löw ha mantenido la confianza en él. Cuando Lehmann se retire el camino tampoco será fácil, ya que la nueva generación empuja fuerte por detrás con los prometedores Manuel Neuer y René Adler.

Además de hacer gala de unos reflejos asombrosos, el portero que frustró a Madrid y Barça en escasas semanas tiene también una cara mediática fuera de los terrenos de juego. Su web oficial, publicada en tres idiomas –alemán, español e inglés-, es una especie de diario personal en el que puede llegar a contar la ilusión que le hizo encontrarse a un ex compañero en el aeropuerto de Munich o cómo evolucionan sus estudios para aprender a hablar castellano.

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