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Los córners deciden el Grand Slam

Suele decirse que los grandes partidos se deciden en pequeños detalles. Que los equipos punteros están tan parejos que sólo quedan separados por jugadas concretas. El Super Sunday confirmó este discurso, que se ajustó absolutamente a la realidad de lo vivido ayer domingo en Inglaterra. Ninguno de los cuatro candidatos al título impresionó con su fútbol, probablemente porque todos tenían enfrente a conjuntos de gran nivel contra los que es dificilísimo jugar. Todo se resolvió a balón parado, en dos saques de esquina que catapultaron a Arsenal y Manchester United a las alturas de la clasificación de la Premier. Las caídas de Chelsea y Liverpool desprendieron sensaciones distintas: si los de Grant metieron miedo hasta el final jugando como visitantes y sin el lesionado Drogba, los de Benítez inquietaron poco a su rival pese al apoyo de su público.

El encuentro de Anfield se decidió en una jugada de estrategia. Moría la primera parte cuando el United sacó un córner por abajo, hacia la frontal del área, donde llegó Rooney para cruzar el balón. Si era un tiro o un envío hacia una zona peligrosa no quedó claro, pero Tévez apareció cerca de la portería para empujarlo hacia dentro. No había sido mejor hasta entonces el equipo de Ferguson, pero con ese zarpazo ganó un partido muy intenso y bastante cerrado. En el segundo tiempo Benítez introdujo a Babel y a Crouch para intentar cambiar el guión, pero su equipo fue demasiado directo y no pudo perforar una segurísima zaga visitante. Se repitió el resultado del año pasado y, más importante aún, se abrió una profunda brecha de puntos entre los dos gigantes del noroeste de Inglaterra.

Más vistoso fue el duelo del Emirates. Quizá porque ambos tenían asumido el rol que les tocaba desempeñar. Si en Liverpool se vivió una durísima batalla para controlar el centro del campo, en Londres estaba claro que el balón pertenecía al Arsenal y que el Chelsea buscaba el contragolpe. Pese a ello, el equilibrio reinaba en el marcador hasta que Gallas aprovechó un error de Cech en un córner para adelantar a los gunners. Terry acababa de abandonar el terreno de juego lesionado, y quizá su ausencia fue decisiva en la acción a balón parado que rompió el empate. Ese tanto condicionó la segunda parte. El equipo de Grant adelantó las líneas y por momentos encerró a un Arsenal que sufrió mucho hasta el final pese a crear peligro a la contra. Almunia estuvo providencial en tres intervenciones decisivas. El duelo se fue calentando por momentos, con un pique entre Cesc y Ashley Cole justo antes del final de un encuentro que confirmó que los jóvenes futbolistas de Wenger poseen la personalidad suficiente para pelear en los grandes partidos. Y hasta para ganarlos.

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