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Los rivales de la UEFA

AEK: Rivaldo apura su magia en Atenas

Serra Ferrer logró el año pasado quedar por encima del Panathinaikos y asegurar la segunda plaza para el AEK. Este año el objetivo es ir un poco más allá y desbancar a Olympiacos, con el que actualmente está empatado a puntos en cabeza de la liga griega. En vistas a este objetivo, la directiva hizo un esfuerzo en verano y le quitó a Rivaldo al campeón, provocando la noticia del año en el fútbol heleno. El brasileño sigue dejando detalles de indudable calidad, sobre todo a balón parado, y es el principal generador de oportunidades de un conjunto en el que también destaca el delantero Lyberopoulos. Si la línea defensiva es de buen nivel –Dellas forma pareja con el prometedor Papastathopoulos-, la salida de balón es más deficiente. Con una presión intensa sobre los medios centros se les puede hacer bastante daño. Las subidas del lateral Edson Ratinho por la derecha son otro aspecto que hay que vigilar, al igual que el juego entre líneas de Manduca.

Zenit: esperando que Arshavin se quede

Hablar del Zenit que veremos en febrero a día de hoy es muy complicado. El mercado de fichajes en Rusia está en plena ebullición y los movimientos en la plantilla están garantizados. Con el apoyo de la multinacional Gazprom, llegarán refuerzos de nivel para afrontar el gran reto de la Champions, en la que el equipo de San Petersburgo ya tiene plaza asegurada tras ganar la última liga rusa. El técnico holandés Dick Advocaat aceptó seguir en el cargo, y el otro objetivo prioritario es convencer a Arshavin para que no escuche las numerosas ofertas que tiene. El media punta es el jugador referencia del equipo y de la selección de Hiddink, además de un ídolo absoluto en la ciudad. El argentino Alejandro Domínguez y el delantero Pavel Pogrebnyak son otros futbolistas destacados en ataque. La línea defensiva –y sobre todo la portería- es más bien floja, aunque el lateral Skrtel apunta alto. El centro del campo, con Tymoschuk de referencia, es más fuerte.

Bolton: trabajo, orden y sacrificio

El Bolton estaba sufriendo las consecuencias de la marcha de Sam Allardyce, su técnico milagro de los últimos años, y no levantaba cabeza. Sammy Lee no lograba sacar petróleo de un equipo que había rendido por encima de sus posibilidades en la etapa de su predecesor. La directiva se vio obligada a buscar un cambio en el banquillo y contrató a Gary Megson, que está reflotando la nave devolviendo al conjunto sus signos de identidad: el orden, la presión y el trabajo. Todos son conscientes de que, más allá de Anelka –que podría irse en enero- y Diouf, la calidad del equipo no es suficiente para marcar la diferencia, por lo que el sacrificio es obligatorio. Con esta receta lograron últimamente resultados de prestigio como un empate en Munich ante el Bayern (2-2) o una victoria ante el Manchester United (1-0). Megson suele utilizar un sistema 4-1-4-1 con las líneas muy juntas y una basculación constante. Incluso los puntas se pasan el partido corriendo.

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