Es de sobras conocido por parte de todos los aficionados al fútbol africano que la gran fuerza de Ghana se encuentra en su centro del campo. Ayer, en un partido que había adquirido una trascendencia inesperada –de haber perdido el anfitrión podría haber quedado eliminado-, los dos grandes cracks del equipo, Sulley Muntari y Mickael Essien, aparecieron para ganar un encuentro (2-0) que supuso la eliminación de Marruecos. El conjunto de Henri Michel volvió a mostrarse inoperante en ataque –esta vez se quedó fuera del once Sektioui- y cometió un par de errores defensivos que acabaron condenándolo. Para una selección con futbolistas del nivel de Chrétien, Safri, Hadji o Chamakh, no superar la primera ronda puede considerarse un fracaso.

Essien y Muntari protagonizaron las dos jugadas decisivas, intercambiándose los papeles de asistente y definidor. El jugador del Portsmouth sacó una falta que remató el del Chelsea en el 1-0 (26’) anticipándose a su marcador en una acción ensayada. Y en el último minuto del primer tiempo, Essien condujo un balón en carrera pese al lamentable estado del terreno de juego y acabó cediéndolo a Muntari, que remató al primer palo con la colaboración de un defensor. Al descanso, Marruecos ya se sabía prácticamente eliminada. Sus únicas opciones pasaban por un triunfo de Namibia ante Guinea. Y eso, por muy extraño que parezca, parecía más probable que una remontada propia.

Pero tampoco se produjo. Pese a acusar la baja de Feindouno, los de Robert Nouzaret se aseguraron su tercera clasificación consecutiva para cuartos de final con un 1-1. Youla adelantó a Guinea (62’) antes de que el joven Brendell marcara su segundo tanto en el torneo (80’).