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Inglaterra se juega la Eurocopa en Moscú

Aunque las previsiones meteorológicas auguran una temperatura de ocho grados a la hora del partido, el Rusia-Inglaterra de esta tarde promete ser el encuentro más caliente de toda la jornada europea. Su trascendencia viene siendo remarcada por todas las declaraciones previas, así como por las largas colas que se formaron en Moscú para adquirir entradas el día que se pusieron a la venta: las riadas de gente llegaban desde las taquillas a las bocas de la estación de Metro –una distancia de un kilómetro y medio-. John Terry, que es seria duda tras lesionarse de nuevo en la rodilla ayer por la tarde –Ashley Cole es baja segura-, lo definió como uno de los partidos más importantes de su carrera. Steven Gerrard dijo que, en caso de ganar, se recordaría como "uno de esos resultados que años después te llenan de orgullo". Pero más histórica sería una derrota: si los pross caen en el estadio Luzhniki, sus opciones de acudir a la próxima Eurocopa quedarían seriamente dañadas.

Si la presión viniese marcada por la clasificación, sería Rusia la que se encontraría en una situación desesperada. A la escuadra de Hiddink sólo le vale la victoria: lo contrario sería despedirse de Austria y Suiza. Pero el favoritismo también juega. Y una eliminación del equipo local no sería un fracaso estrepitoso. El técnico holandés está llevando a cabo un proceso de renovación, apostando por una base de futbolistas más jóvenes –Arshavin, Bilyaletdinov, Zhirkov, Pavlyuchenko, Pogrebnyak- y relegando a las viejas glorias –Titov, Smertin, Loskov- a un papel marginal. El presidente de la Federación mandó un mensaje de confianza absoluta en su seleccionador renovándole hasta el Mundial de Sudáfrica. Así dio una imagen de tranquilidad que contrasta con el nerviosismo que se vive en el rival, cuyo entrenador McClaren sigue cuestionado pese a los últimos resultados positivos.

Y es que faltar a la cita del próximo verano sería una humillación para un país que cuenta con varios jugadores de primerísimo nivel mundial. La preocupación es tan grande en Inglaterra que los periódicos británicos llevan toda la semana hablando de la superficie en la que se jugará el partido: el terreno del Luzhniki es de césped artificial. Kerzhakov ya definió esta estrategia como "una excusa", y es que muchos piensan que, por si acaso, los pross se están poniendo la venda antes de la herida.

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