Punto y seguido

Bin Laden, el Hombre del Saco

Primero provocaba curiosidad por novedoso, después rabia, por reírse de la inteligencia de la audiencia, y hoy tan sólo aburre. La última entrega audiovisual de la factoría Bin Laden vuelve a amenazar a Occidente con provocar un Apocalipsis. Eso sí, después de reconquistar Al Ándalus y mientras EEUU y sus aliados han ido apoderándose de más espacios en Oriente Próximo.
Enviados desde una cueva equipada con ADSL, los mensajes de Laden nunca revelan nada sobre los auténticos objetivos de las agresiones imperialistas. Ahora bien: ni Bin Laden estaba en Afganistán ni las armas de destrucción masiva en Irak, pero sirvieron de pretexto para ocupar los dos países estratégicos de la zona.
Este coco posmoderno comparte con el cuento infantil la dependencia que crea a los inventores, pues se vuelve necesario para provocar el miedo y la obediencia ciega, y justo por eso no se le elimina. ¿En qué otro supuesto iba a permitir cualquier respetable anciana que la desnudasen y humillasen por tomar un avión?

Poca memoria, la de los noveleros. En 2002, la CIA dijo que el terrorista había muerto en la batalla de Tora Bora. Otras historias cuentan que acabó con su vida el cáncer, la tuberculosis, un tomahawk e incluso los suyos. Personalidades como el general norteamericano Oliver North, Benazir Buttho y Hamid Karzai también afirmaron que el saudí ya no está entre los vivos. Aun así, puede aparecer en el lugar o el momento más inesperado, como en vísperas de las elecciones a la Casa Blanca en 2004.
¿Es más difícil dar con Bin Laden que con Saddam o con el líder de Hamás asesinado en Dubai, ofreciendo, además, 25 millones de dólares de la recompensa? Entre los grandes misterios de la humanidad está averiguar cómo hasta 44 estados desplegados en Afganistán con más de 70.000 soldados no han podido localizarlo. ¡Cómo es posible que un hombre, enfermo y acorralado, haya humillado a los servicios de inteligencia de medio mundo escapándose de la mayor operación de búsqueda y captura de la historia!
Sólo un fantasma puede cruzar sin ser interceptado los tiempos y los espacios hipercontrolados de Afganistán, Pakistán, Sudán, Somalia o Yemen. ¡Ahora, sólo falta ver su cara en Facebook!

Más Noticias