Punto y seguido

Obama, los alienígenas y los Ovnis del Pentágono

Obama, los alienígenas y los Ovnis del Pentágono
El expresidente estadounidense Barack Obama en McCormick Place en Chicago, EEUU. / REUTERS

"Pregunté [al llegar a la Casa Blanca] si había algún laboratorio donde guardamos especies alienígenas y naves espaciales", reveló Barak Obama en un programa televisivo, acabando con el mito de ser el presidente más inteligente de EEUU del último siglo. Obviamente, su equipo no había encontrado nada. Instantes después, él mismo se pegó el tiro de gracia: "Hay grabaciones de objetos en el cielo que no sabemos qué son exactamente y no tienen un patrón fácilmente explicable". ¿En serio?

¿Habrá un antes y un después en la ufología después de este momento? Pues la persona que pregunta no se trata de un anónimo que por miedo a ser tachado de chiflado narra su "experiencia" delante de las cámaras con el rostro oculto. Se trata de un presidente de Estados Unidos que, además, no es Trump ni tampoco Bush.

La confesión del ex presidente ha llevado a los alienígenas al mismísimo Capitolio. La Secretaría de Defensa del Gobierno de Joe Biden y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, han anunciado que entregarán a los comités de Inteligencia y Servicios Armados del Congreso un 'Expediente X' sobre "fenómenos aéreos no identificados" que incluye videos de platillos cerca de los buques de guerra estadounidenses en California en 2019, o sobrevolando el portaaviones USS Nimitz en San Diego en 2004.

No sabemos si Nimitz, que está equipado con cañones Phalanx capaces de derribar misiles guiados que se mueven a velocidades supersónicas, atacó a los objetos no identificados o no y si, en el caso de que llegara a hacerlo, luego lanzó el cadáver de los alienígenas al mar como Obama hizo con el de Bin Laden. ¡Si los militares de EEUU, la CIA, el FBI dicen que los marcianos existen, es que existen, como también existían las "armas de destrucción masiva" de Iraq!

La nueva ola de contactos tendría en este caso una característica importante a destacar: los extraterrestres habrían elegido a Estados Unidos como país para ser "avistados" y los privilegiados serían principalmente sus militares, un gremio respetado en el país a pesar de su historial. ¿Por qué unas naves extraterrestres, que han gastado un ingente dinero del bolsillo de sus propios contribuyentes, deciden cruzar el agujero de gusano, llegar a la Tierra, e ir directamente hacia los espacios militares de EEUU? ¿No será que la fama de la "excepcionalidad" de esta potencia ha llegado hasta la estrella Ícaro?

Una de dos. O se trata de tecnología avanzada fabricada por el ser humano, -en China o Rusia-, o como afirma el expiloto de la Armada de EEUU, el comandante David Fravor, es extraterrestre. El Pentágono descarta una tercera posibilidad: que sus entrenados agentes hayan confundido un globo meteorológico o un fenómeno natural con una nave extraterrestre que suele esconderse en un volcán o en el fondo de un océano. De otra manera no podría justificar el presupuesto de 22 millones de dólares anuales que recibió durante 2007 y 2012 para el secreto Programa de Identificación Avanzada de Amenazas Aeroespaciales (AATIP, por sus siglas en inglés) para buscar Ovnis, alegando problemas de visión distorsionada de sus militares.

¿Cómo EEUU puede enviar naves a otros planetas, pero no rastrear un platillo en su propio cielo? El Grupo de Trabajo de Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF), creado dentro de la Oficina de Inteligencia Naval de los EEUU, ha afirmado que tras investigar unas 700 estrellas de la galaxia aún no ha encontrado ninguna civilización.

La posibilidad de vida extraterrestre es independiente de la presencia de los hombrecillos verdes en la Tierra.

La verdad no está allí fuera

También existe una cuarta posibilidad: que los ovnis hayan sido fabricados en la Tierra y se alojasen en un lugar concreto: EEUU. Los Ovnis empiezan a merodear las instalaciones militares de la superpotencia en los años cincuenta con el inicio de la Guerra Fría. El periodista de The Guardian Adam Gabbatt afirma que, en aquel entonces, la fuerza aérea de los EEUU contrató a la empresa canadiense Avro para fabricar un "Platillo volante" con un "potencial de velocidad entre Mach 3 y Mach 4 (un Mach son 1225.04 Kilómetros por hora), con el fin de enviarlo a la estratosfera de la Tierra.

El estudio mostró la viabilidad del proyecto y que la nave podría ser manejada durante todo el vuelo. En los años de la guerra contra Corea, la CIA financió la fabricación de un avión espía experimental llamado Lockheed U-2 y apodado «La Dama Dragon», capaz de volar a 21.000 metros de altitud. Fue cuando los controladores aéreos de aviones comerciales comenzaron a informar de avistamientos de un Ovni plateado. La CIA tuvo que pintar de negro el aparato que aún es considerado el mejor avión espía del mundo. Los vuelos de prueba del U-2 cerca de la base secreta "Área 51", en el desierto de Nevada, dispararon los rumores de que la instalación albergaba una morgue para los extraterrestres capturados: ¿fueron asesinados a causa de ser sometidos a la técnica del "submarino" de sacar información o les dio un infarto al conocer de cerca a estos humanos?

En 2019, la Marina de los EE. UU. emitió una guía para sus pilotos, sobre cómo actuar si se encuentran con un Ovni.

¿Para qué sirven los ovnis?

- Beneficiar al Complejo industrial-militar: Wilton Lexow, jefe de la División de Ciencias Aplicadas de la CIA en 1954, lanzó una pregunta destinada al público: ¿Por qué los soviéticos siguen desarrollando aviones de tipo convencional si ya cuentan con un "platillo volante"? Era una pregunta sin sentido si la CIA ya habia informado que la URSS no había desarrollado aviones no convencionales. Tres años después, justo cuando los soviéticos enviaron al Sputnik 1 al espacio, el presidente J.F. Kennedy utilizó otra farsa con el mismo fin inventándose un terrorífico dato: la existencia de una "brecha de los misiles" (missile gap), y que los comunistas habían superado a EEUU en el número de ojivas nucleares. Ahora, bajo el pretexto de la "seguridad nacional", la artimaña de los Ovnis pretende obtener más fondos para el negocio de armas en un país azotado por la crisis del capitalismo agravada por la covid-19.

- Militarizar el espacio: Donald Trump, en 2019, declaró que el espacio exterior es un teatro de guerra, y el Congreso de EEUU, de mayoría demócrata, aprobó un presupuesto de 738.000 millones de dólares que incluyó la creación de la Fuerza Espacial (FE), infringiendo el Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967 que firmó con la Unión Soviética para prohibir la instalación de armas de destrucción masiva en el espacio.

- Avanzar en la tecnología hipersónica. En 2020, EEUU anunció haber probado en el Océano Pacífico el avión hipersónico X-51A Waverider desarrollado por la NASA y capaz de volar a 5.793 kilómetros por hora, que costó 140 millones de dólares a los contribuyentes.

- Utilizar la tecnología avanzada para el control de los ciudadanos, y monitorear, detectar y perseguir a las organizaciones progresistas y sus activistas, como se hizo durante el macartismo a través de la Organización de Investigación de Fenómenos Aéreos (APRO).

Realizar experimentos sobre la psique de las masas: El director de la CIA Walter Smith en 1952 estudió la posible utilización ofensiva o defensiva de los fenómenos Ovnis con fines de guerra psicológica contra Rusia y China.

- Provocar en la población la necesidad de sentirse protegida de inexistentes peligros (o de amenazas fabricadas), y no por los políticos elegidos sino por los militares.

- Presentar a la industria militar como entidad que se preocupa por la seguridad de los ciudadanos.

- Promover otra línea de negocio: el de la venta de películas, series y libros sobre los "Visitantes", que, por su parte, consolidan en el imaginario público los objetivos militares de los creadores de los Ovnis. Los programas anticientíficos televisivos al respecto mezclan los platillos volantes con los fantasmas, espíritus y la mitología. También abusan del ancestral deseo del ser humano de conectarse con el "más allá", y explotan sus miedos sobre el "dónde iremos" para resucitar las religiones primitivas que desafían la lógica y la ciencia.

¡Estamos realmente abducidos!

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