Carta con respuesta

Estudiar pamplinas

Un informe de la Fundación Heritage señala que "las personas religiosas son menos propensas a llevar o usar pistolas, a pelearse o a exhibir un comportamiento violento". Es más, los Estados que tienen un mayor índice de población creyente suelen tener menos homicidios y suicidios. Otros beneficios de la religión son la felicidad y la sensación de bienestar general que reporta a aquellas personas que viven su fe con intensidad. Muchos estudios demuestran que "un incremento en la práctica religiosa va estrechamente unido a tener una mayor esperanza y sentido positivo de la vida". La mayoría de los estudios inciden además en que la práctica religiosa mejora la autoestima, ayuda a que disminuya el estrés y los estados de depresión, e incluso prolonga la vida.

PILAR MARISCAL, Málaga

Ah, sí? Pues, mire, no me creo una palabra. No sé qué rayos es la Fundación Heritage, pero esos estudios son de chiste. En concreto, parece el chiste del examen de patrón de yate. ¿Qué haría usted si un tifón se lleva el motor? Pongo uno auxiliar. Bien, vale. ¿Y si otro tifón le arranca el motor auxiliar? Pongo otro de reserva. Oquéis. ¿Y si otro tifón lo inhabilita? Entonces, pongo un motor suplementario. Oiga, un momento, ¿y de dónde saca tantos motores? Pues del mismo sitio de donde saca usted los tifones. Esos estudios sin duda están almacenados en el mismo sótano repleto de tifones y motores fuera borda.

Pocos países más religiosos que México, por ejemplo, y allí lleva pistola todo el mundo. O Estados Unidos. ¿Hay menos homicidios en Colombia que en países más descreídos? Esa felicidad, bienestar y vida prolongada se constatan por doquier en países africanos llenos de fe (no católica, eso es verdad) y donde la población vive como en el mismo paraíso. Si fuera verdad, ¿qué pinta usted convenciendo a la gente? ¿Es que nos considera tontos? A mí nadie me tiene que convencer de las bondades de un whisky de más de 12 años. Tampoco es que no lo hayamos probado: la historia de España (y del mundo) es una auténtica carnicería provocada por la religión, una incesante exhibición de angustia y sufrimiento humano.

Este tipo de pamplinas siempre me dejan con dos dudas. Una: esos estudios, ¿se los inventan? Y si no se los inventan, peor todavía: ¿Quién paga esto? Además, aunque se me pruebe con estudios pamplineros que las personas con orejas de soplillo tienen menos problemas dentales que el resto de la población, yo no me pondría un esparadrapo en las orejas para sujetarlas hacia afuera. Por mucho que me duelan las muelas, se lo garantizo. Imagínese si encima no me duele nada. Si usted es tan infeliz, suicida, violenta, depresiva y homicida: rece sin parar, es mi consejo.

RAFAEL REIG

Más Noticias