La diputada del PP Montserrat Nebrera ha sido muy valiente al decir que Aznar es en el partido "un jarrón chino", intocable y molesto. Puede que ya esté arrepentida de esa expresión o le aconsejen que la explique de manera no peyorativa, pero lo dicho, dicho queda. Creo que incluso le ha dado un significado demasiado elevado a Aznar en su etapa de ex presidente de Gobierno.  Más bien habría que tildarle de mosca cojonera del Gobierno socialista y de millones de españoles, además de incómodo para el PP. Pero en este partido ya arrostran con el pasado de Fraga Iribarne, que es una losa bien pesada.

Antonio Nadal Pería Zaragoza

Los jarrones chinos tienen dos notables características distintivas: casi todos son falsos, aunque el propietario no lo sepa; y al final los suelen hacer añicos los niños o los animales de compañía: mejor que el PP tenga cuidado con Gabriel Elorriaga. Si cada partido es una vivienda, ¿qué pieza de mobiliario serían los distintos políticos? Salta a la vista que Fraga es un bargueño, uno de esos muebles heredados que haría indispensable vaciar el resto de la habitación para hacerles sitio. Rajoy debe de ser ese sillón de aspecto muy cómodo, pero que se le deja siempre a las visitas, porque los de casa ya saben que tiene un muelle que se clava. ¿Y qué hacemos con Gallardón, ese mueble de diseño que se da de bofetadas con la mesa camilla y el tapete de ganchillo? A Esperanza Aguirre, en cambio, la veo como ese mueble-bar de los setenta, un carrito con ruedas en el que todas las botellas están a punto de acabarse, y hay angostura, marrasquino y el inevitable Marie Brizard para agasajar a las monjas y al director espiritual.

El PSOE tiene una decoración más funcional, casi todo adquirido en Ikea: regalos de boda que pretendían ser informales y divertidos. Al verlos, el matrimonio se pregunta: ¿y por qué no se han limitado a la lista de bodas, que para eso está? Y también, en caso de divorcio, ¿quién se quedará con algo como Zerolo, la versión del tradicional burro-barómetro recreada por "¡Rupert, te necesito!"? Rubalcaba es el regalo del padrino: una cabeza de ciervo disecada, algo que llama demasiado la atención la pongas donde la pongas. Zapatero es la foto del cuñado con marco de plata: ¿cómo relegarla al pasillo sin que se enfade la pareja? Fernández de la Vega es eso comprado en ferretería, pero que funciona: la inevitable tostadora.

A mí me parece que lo que ha dicho esa diputada es lo más inteligente que he oído a cualquier político desde hace meses. Por cierto, ¿qué tipo de vivienda admitiría como decoración a Gaspar Llamazares o a José Montilla? ¿Una cabaña alpina, un adosado con césped artificial o una tienda de campaña? ¿Usted qué piensa?